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Levántate, clamor musical y fílmico de Úrsula

“Levántate”, clamor musical y fílmico de Úrsula Kemp

ROBERTO PONCE E lla es vocera del cantar doloroso para las madres llorando los desaparecidos del 68, los de Acteal en 1997, las muertas de Juárez, los 43 de Ayotzinapa… A la vez, sus dedos melódicos trazan las notas sangrantes de su pentagrama contra la injusticia, la violencia en el mundo y la podredumbre del sistema político en México.

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“No estudié piano desde niña para terminar diciendo tonterías. No quiero la fama. Lo único que llena mi alma es la música”, dice Úrsula Kemp, graduada en Composición Contemporánea por la Real Academy de Londres.

“Estudié la carrera de piano clásico en Bellas Artes de Morelia, mi ciudad natal, y estuve en talleres del Conservatorio de las Rosas; después me mudé hace una década a Coyoacán para aprender jazz en la Escuela Superior de Música y fui a la G. Martell. Yo anhelaba componer música pop rock, que es a lo que me dedico, pero no sin antes saber escribir música clásica, porque soy rockera de corazón.”

Intituló “Levántate” a su nueva canción, por la desaparición forzada el 26 de septiembre de 2014 de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos en Guerrero; tema que comenzó a componer desde 2015, pero no le satisfizo del todo hasta que lo grabó el pasado otoño, en un video de Miguel Muñoz con producción de Jorge Martínez. La parte operística la escribió al pentagrama, cantando con ella la soprano Maribel Escobosa y Sophi.

Levántate, escúchame, mírame, no te vayas de este mundo, no así…

(https://youtu.be/Eo97oSJigXw)

“Mientras producía la canción, me vino la idea de filmar un documental con mi Cannon de 58 milímetros para expresar la situación de violencia que vive nuestro país y el mundo entero, por las desapariciones forzadas y todo lo contrario a la paz que esa violencia conlleva afectando la humanidad. La violencia vista bajo los ojos del arte.”

Recién concluyó este su primer documental con el título homónimo de aquella canción en tonos menores: Levántate , filmando a amigos y creadores independientes de teatro, música, danza y artes visuales (así como a uno de los sobrevivientes de Ayotzinapa, Omar García Velázquez, quien no fue asesinado pues no cupo en los vehículos utilizados en el secuestro de sus compañeros por la policía de Iguala).

“Hablamos no sólo de los 43 de Ayotzinapa, aunque a mí me surgió la idea de ahí; también acerca de la matanza de Tlatelolco en 1968 y Acteal, por ejemplo, y de cómo podemos mejorar esas situaciones por medio del arte y a través de nuestra obra. Para poner un granito de esperanza quise abarcar la violencia de género, la violencia a la Madre Tierra. Cuando alguien muere o una mujer desaparece, es algo tan doloroso y se siente una impotencia terrible que nada se puede resolver ya, hay que sacarlo, expresarlo. El dolor no viene de nosotros, nos lo imponen. Nos matan como pueblo porque vivimos en un sistema neoliberal de pobredumbre en materia y espíritu.”

Los 11 participantes de Levántate hicieron equipo.

ESPECTÁCULOS

Nacida en Morelia, Michoacán, de donde es su familia materna, pues la paterna es de Tijuana, Baja California, esta joven artista no se conformó con sólo el arduo estudio: está comprometida con una filosofía social. De ahí sus cantos y composiciones de denuncia (por el 68, por Acteal, por Ayotzinapa). Formó un equipo y filmó un mediometraje, Levántate, título de la más reciente de sus canciones.

“Nosotros creemos en la utopía de libertad y de paz, cada día por la paz y la libertad hacemos arte. Como raza, como mexicanos y por formar parte de un mundo sensible al dolor propio y ajeno, no fatigamos para luchar por un planeta de igualdad y justicia. De no ser por esos luchadores sociales de Levántate y su arte, el humanismo y el mundo ya se habrían extinguido.”

Utopía de la esperanza

Se preparó. Entró a cursos de preproducción de películas, impartidos por Karla Bukantz, del Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), en la UNAM Campus Morelia (Michoacán, donde Úrsula nació un 7 de noviembre bajo el signo de Escorpión). Aparecen en el mediometraje de 40 minutos:

El artista plástico y codirector de Levántate, Rolando de la Rosa; la bailarina de danzas africanas, cantante y activista Lian Ventura (heredera de los negros maskogos del municipio de Múzquiz, Coahuila, nacida en Torreón); el actor y dramaturgo Luis Cisneros, fundador del Teatro Taller Tecolote, A. C.; y la doctora en Filosofía por la UNAM Miroslava Salcido, investigadora en el Centro de Investigación Teatral Rodolfo Usigli (CITRU).

Los músicos trovadores son: León Chávez Teixeiro, Paco Barrios El Mastuerzo (de Los Nakos y Botellita de Jerez), el poeta guanajuatense Vincent Velázquez (bailador de zapateado con Guillermo Velázquez y Los Leones de la Sierra de Xichú), Ricardo Manuel Pilón Alonso, y la propia Úrsula Kemp. “ Levántate son testimonios. Simplemente les dije: ‘Hablen de la violencia y de la esperanza, como humanos, como pueblo y como artistas que somos’. Cada quien opinó lo que le nació. Alfonso Hernández me ayudó en cuestiones de preproducción y participó como asistente en cámara. En la postproducción y edición colaboró Itzel Ochoa, fotógrafa de cine.” Destaca una anécdota sobre La Nacha , Ana Ignacia Rodríguez (julio 26 de 1944, Taxco, Guerrero), una de las sobrevivientes de Tlatelolco, estudiante para abogada por la UNAM en 1968 y defensora de los derechos humanos.

“Me costó mucho tiempo y dinero adquirir el permiso del Archivo General de la Nación (AGN) para reproducir una fotografía de La Nacha cuando la ficharon y encarcelaron el 11 de octubre de 1968 [por “alborotadora” y otros 10 delitos] en la prisión femenil de Santa Martha Acatitla, que ahora es Centro de Desarrollo Social Integral Casa Libertad, donde pasó dos años tras las rejas. Ella me proporcionó archivos de movimientos estudiantiles, pero por usar esa foto tuve que pagar al AGN.”

En cambio, con el Archivo Histórico de la UNAM no tuvo tantas trabas y consiguió imágenes del 68 para su testimonial fílmico. “ La Nacha es la representación viva de la lucha. Íntegra y congruente con sus ideas de justicia, fue hecha presa política dos años por simplemente alzar la voz, ha sido una testigo fundamental de las represiones del sistema político mexicano. A lo largo de mi vida me he documentado sobre la historia de nuestro país y ella conoce a fondo cómo el sistema capitalista nos ha pisoteado a las mujeres; pero seguimos marchando y exigiendo justicia al gobierno por las desapariciones forzadas, la situación no ha cambiado.” Aquella foto de La Nacha aparece también en la compilación de testimonios realizados por la periodista Susana Cato Ellas. Las mujeres del 68 (Ediciones Proceso , página 240) , de reciente aparición. “Tengo mucha fe en las energías naturales y divinas que representan los orishas. Mi familia paterna es de Tijuana y la materna de Michoacán. Mis papás siempre me han apoyado, mi papá (Ricardo Robles, médico) me regaló un teclado de niña, por él llevo este pentagrama como tatuaje, y mi mamá (Elvia Heredia) me metió a los talleres y me compraron mi primer piano. Nunca me he despegado de Morelia, voy allá seguido y de hecho creo que ahorita me voy a ir por la cuarentena, ¡aquí ya me cancelaron todos los conciertos que teníamos programados!”

De por sí sonriente, Úrsula estalla en risas. No olvida su acento norteño. Sentada en una banca metálica del zócalo coyoacanense, se levanta para despedirse. Es alta (mide 1.74). Relucen sus otros tatuajes en el brazo izquierdo: una mariposa y un elefante sagrado de su religión yoruba.

“Tengo tres discos, el segundo de 2013 se llamó Dependiente (https://youtu.be/lITBmu45ts?t=8 ), y el tercero Estoy bien quedó finalista en los Latin Grammy 2016 [https://youtu.be/_tHBF4sLZIQ ]; desde entonces he hecho puros sencillos como ‘Levántate’, que incluirá mi próximo álbum.” La cinta estrenará a fines de año en la Cineteca Nacional.

A la par de la destacada carrera deportiva de Ana Guevara, ahora directora de la Conade, corre un historial de trampas y engaños. Pese a que sólo concluyó la secundaria, de acuerdo con información proporcionada por la propia medallista, en 1997 pudo participar en la Universiada Mundial de Sicilia, una competencia exclusiva para alumnos de licenciatura. ¿Cómo le hizo para inscribirse en ese momento? Proceso consultó a la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, institución que la registró, y a Cosme Rodríguez, quien fue su entrenador en esa casa de estudios. “Si me hubiera dado cuenta, habría buscado darla de baja”, dice en entrevista.

El pasado cachirul de Ana Guevara

Eduardo Miranda

RAÚL OCHOA P ese a que sólo terminó la secundaria, según la declaración patrimonial que presentó en DeclaraNet en febrero de 2019, la medallista olímpica Ana Gabriela Guevara participó en una Universiada Mundial, competencia exclusiva para deportistas que cursan alguna carrera profesional.

Subcampeona olímpica en Atenas 2004, Guevara formó parte de la delegación mexicana que compitió en esa justa universitaria en Sicilia 1997, no obstante que las reglas establecen que el torneo es válido únicamente para alumnos matriculados en alguna institución de educación superior.

En esa ilegal participación de quien ahora es la directora general de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) está involucrada la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (UACJ), porque de esa institución obtuvo una “constancia de estudios” con la cual el Consejo Nacional del Deporte de la Educación AC (Condde) realizó su inscripción ante la Federación Internacional de Deporte Universitario (FISU).

Es decir, la UACJ hizo pasar a Ana Guevara por universitaria cuando sólo cursó la enseñanza básica en el Colegio Juan Bosco, en su natal Nogales. Atleta cachirul, violó el reglamento de competencia de la FISU, responsable de la organización de las competiciones deportivas mundiales para estudiantes deportistas.

Doble mentira

Para participar en Sicilia 1997, la responsable de la política deportiva de México debió utilizar documentación falsa en la que supuestamente acreditó que cursó y terminó satisfactoriamente el bachillerato.

Pero esa no ha sido la única trampa de Guevara: como senadora del PT (2012-2015) mintió cuando en el Sistema de Información Legislativa (SIL) indicó que cursó hasta el bachillerato y repite el engaño como dipu tada federal por la misma denominación (2018-2021). Actualmente goza de una licencia para estar en la Conade.

“Mi nivel académico no es ningún secreto. Está manifestado desde que entré al Senado. Y no hubo ninguna modificación a los estatutos de la Conade porque mi nombramiento fue presidencial y no se ocupó un cambio de lineamientos –en realidad sí ocurrió– para que asumiera el cargo”, dijo la medallista en un discurso que emitió en la Escuela de Educación Física el 22 de febrero de 2019.

Ese día, la actual directora de la Conade también reconoció que quedó a deber materias de la preparatoria por “jugar basquet

DEPORTES

bol”, como quedó registrado en el portal del diario eluniversal.com.mx . Por este tipo de acciones, el artículo 243 del Código Penal especifica que el delito de falsificación se castigará, tratándose de documentos públicos, con prisión de cuatro a ocho años y de 200 a 360 días de multa.

“La hubiera dado de baja”

Entrenador en jefe del equipo de atletismo de la UACJ, Cosme Rodríguez dice en entrevista que nunca supo cuándo la entonces atleta se inscribió en la justa universitaria. Proceso buscó el posicionamiento de la UACJ sobre el caso de Ana Guevara. La casa de estudios sólo respondió: “Por medio de la Dirección de Servicios Académicos informa que los registros escolares muestran que fue alumna de esta institución”.

La universidad rechazó dar detalles, como la fecha de ingreso de Ana Guevara, qué carrera cursó o cuándo concluyó. “No estamos autorizados a compartir datos personales”, agregó en su respuesta.

Pero Rodríguez, quien vio crecer a Guevara en el atletismo y después la invitó a integrarse a su representativo, explica que cuatro años después de la universiada de 1997 de Italia se enteró que Ana no tuvo el nivel escolar para ir a esa competencia, donde terminó sexto lugar en los 800 metros.

“Ya metimos la pata indirectamente porque, si en su momento se descubre, imagínate lo que hubiera pasado con un atleta compitiendo ilegalmente. (En su oportunidad) se comentó el tema, pero como ella ya se había ido de Ciudad Juárez no le di importancia al asunto.

“Ten la seguridad de que si la atleta hubiera permanecido aquí y me doy cuenta, de inmediato hablo con ella y en su momento habría buscado darla de baja.”

El vínculo Cosme Rodríguez-Guevara fue muy corto, pero suficiente para que la corredora asistiera a la Universiada Mundial sin tener los estudios que demanda la competencia. Se conocieron en 1996 en Medellín, Colombia, durante el Campeonato Iberoamericano de Atletismo. Cosme tenía bajo su encargo a la Selección Nacional de Atletismo, pero le faltaba una competidora para completar el revelo 4x400.

No obstante, “el presidente de la Federación Mexicana de Atletismo (Mariano Lara) me dijo que no me preocupara, que me llevaría a Colombia a la ganadora de la Olimpiada Juvenil para cubrir la plaza faltante. En cuanto pasó el evento de México me trajeron a la vencedora de la prueba: Ana Gabriela Guevara”, quien acababa de dejar el baloncesto.

Ana Gabriela “era una atleta juvenil. Corrió 55 segundos, marca bastante aceptable para su categoría, pero no tan buena para el relevo de Primera Fuerza en ese momento… Ahí la conocí. Le pregunté qué estudios cursaba y la invité a estudiar con nosotros en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez” con la idea de integrarla al equipo.

Rodríguez continúa: “Al principio Ana aceptó, pero el asunto fue un poco traqueteado: no vino de manera inmediata en agosto de 1996, se tardó para decidirse a entrenar con nosotros. Llegó entre octubre y noviembre de ese año”.

–¿Qué estudiaba Ana Gabriela en la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez?

–Realmente ella nada más se inscribió porque llegó meses después, cuando el ciclo escolar ya había iniciado. Como no pudo ingresar tenía que hacer el examen para acceder al año siguiente, en agosto. Hizo el examen y –obtuvo– su preinscripción para la universidad, que coincidió con el Mundial

de Atletismo y la Universiada Mundial. Por eso pudo asistir al torneo. Todavía no empezaba a tomar clases, pero ya estaba inscrita. El 27 de agosto de ese año el periódico Reforma divulgó un cable de la agencia EFE, fechado en Catania, Italia, en el que destacó parte del resumen de la actividad relacionada con la competición: “En los 800 metros planos femenil, Ana Guevara, aunque entró tercera en su ronda de clasificatoria, avanzó a semifinales con un tiempo de 2’04”35”. Detrás de esta historia está el testimonio de Cosme Rodríguez, quien para entonces ya era un hombre de confianza de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Afirma que la cuestión académica de la corredora sonorense “no me tocó a mí. El responsable fue el entonces director de deporte, Elbert Pratt”.

–El caso es que Ana representó a México

en la Universiada Mundial como alumna de Ciudad Juárez –se le recuerda a Rodríguez. –En Sicilia. –Lo insólito es que lo hizo con el apoyo de una institución seria.

–Las reglas del Condde y de la FISU han cambiado un poco. Antes podías competir sólo con estar inscrito en la universidad. Ahora debes tener una evaluación académica de un semestre anterior y haber cursado un determinado número de materias. “Por ejemplo, si tu inscripción es de finales de junio o julio y la Universiada Mundial se realiza en agosto, puedes tramitar tu acreditación, aunque no hayas pasado por el proceso de la Universiada Nacional. Eso no te lo pide la FISU, que sólo exige que seas estudiante universitario.

“Una vez que estás inscrito en la institución ya eres estudiante. Si todavía no empiezan las clases, no es culpa tuya, pero ya tienes una matrícula de inscripción.”

–¿Usted la inscribió ante el Condde? –No me tocó hacer esa inscripción porque ya había pasado el proceso. Además, yo era entrenador, no el director del deporte. El organismo que acreditó a Ana Gabriela a la Universiada Mundial fue el Condde, cuyo director fue el doctor Eloy Márquez (ya fallecido).

“Ana estuvo en mi casa”

Cosme recuerda que, en ese entonces, desde el interior de la UACJ hubo críticas por la participación de Ana Gabriela en la justa internacional por no ser estudiante.

La presencia de Guevara en la UACJ coincidió con el entrenador cubano Raúl Barreda, invitado por el propio Cosme Rodríguez. “A Barreda lo apoyé porque me pidió que le redactara una carta de invitación, y ya estando aquí decidió quedarse. “Le conseguí trabajo en la institución para que atendiera al representativo de velocidad larga y yo el de velocidad corta. Fue la manera en que le cedí a Ana Gabriela a Raúl porque yo entrenaba a los de 100 y 200 metros, y él, a los de 400 y 800 metros”.

Cosme aclara que Ana Gabriela y Raúl Barreda –el entrenador que condujo a Guevara a la gloria deportiva– estuvieron menos de un año en Ciudad Juárez. “Aunque estábamos en el mismo equipo, considero que Raúl, al ver los alcances de Ana y de lo que podía hacer con ella en el atletismo, de repente se fue de aquí llevándosela.

“Para entonces me encontraba en un Campeonato Mundial de Atletismo. Raúl Barreda vivía en mi casa cuando vino de Cuba. Lo tuve un año y Ana vivió en mi hogar el último mes que permaneció en Ciudad Juárez. Apenas regresé de Europa me encontré con la noticia de que se habían marchado a Sonora. Barreda nunca me comentó nada, simplemente se fue a Sonora. Ya habían trazado su plan. Con el tiempo me enteré que le habían ofrecido un trabajo. Después ya no le seguí la huella a Ana”, relata.

–¿Considera que Ana Guevara lo engañó para competir en una Universiada Mundial sin tener el nivel escolar exigido? ¿Cómo entiende el caso? –De alguna manera pudiera verlo así. Supuestamente ella trajo la carta donde estaba en trámite su certificado de preparatoria. Eso pasa con todos los atletas y alumnos porque, cuando terminan la preparatoria, no obtienen el certificado de inmediato, sino un oficio de que concluiste los estudios. Por ley, es delito presentar un documento falso.

Cosme admite que sabe de casos de alumnos que, sin concluir los estudios de preparatoria, de repente ya están en la universidad. “¿Cómo le hicieron? Una vez me llegó una niña que en tan sólo mes y medio concluyó la prepa. ¿Pues cómo le hizo? La sacamos del proceso. No es posible que engañen a la gente, independientemente de que se trata de un deporte, eso no debe ser.

Reporte al legislativo “Cuando son jóvenes se les hace muy fácil, piensan que nadie se va a dar cuenta de la situación, pero cuando ella fue a hacer su inscripción (Ana Guevara) yo no la acompañé.”

Cosme Rodríguez dice que se sorprendió cuando supo de la trampa de Guevara. “Lo que puede valer con el tiempo es cómo fue la inscripción. Eso de que no terminó la preparatoria salió como a los tres o cuatro años, cuando Ana Gabriela ya estaba en el nivel que alcanzó en lo deportivo”.

El caso Soraya

En julio de 2002, la campeona olímpica de pesas Soraya Jiménez reconoció en conferencia de prensa que usó documentos falsos sobre que cursaba una licenciatura en administración de empresas en la UNAM, en 2002, con los cuales intentó inscribirse en la Universiada Mundial de ese año.

La UNAM también desmintió que Soraya haya cursado la carrera en sus instalaciones.

Jiménez admitió que obró de mala fe al intentar engañar con documentación apócrifa y pidió a la entonces presidente de la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas, Marta Isela Elizondo, que la disculpara.

En el caso de Guevara, Proceso solicitó el posicionamiento de la Conade. Sin embargo, su vocero, Eduardo Bravo, no respondió a la solicitud de entrevista. O

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