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La Guerra de los Pasteles La Guerra de los Pasteles
Por Héctor Reynolds
Después de que la independencia mexicana se consumara, el país atravesó un periodo de incertidumbre e inestabilidad política, social y económica. A lo largo del territorio nacional ocurrieron diversos levantamientos armados que generaron disturbios en muchos comercios extranjeros. Tal fue el caso del pastelero francés Remontel, quien en 1832 reclamó al gobierno mexicano una indemnización por un saqueó a su pastelería en Tacubaya a manos de militares mexicanos. En su momento los mandatarios desestimaron las demandas del pastelero e hicieron caso omiso, lo que finalmente desembocaría en la primera intervención francesa o como popularmente se le conoce: La Guerra de los Pasteles.
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Éste fue un suceso bélico que aconteció entre los años de 1838 y 1839 en el que México y Francia se enfrentaron en las costas del Golfo de México. Después de no recibir respuesta a sus peticiones, Remontel acudió con el embajador francés en México: el barón Antoine-Louis Deffaudis. Este último en 1838, exigió el pago de 600,000 pesos mexicanos por los daños causados a diversos mercaderes franceses durante los conflictos. Ante la situación económica que atravesaba la nación, el presidente de ese momento Anastasio Bustamante, se negó a pagar la deuda ocasionando que el barón Deffaudis viajará a Francia para ver directamente al Rey Luis Felipe I solicitando apoyo.
La respuesta fue enviar una flota de 26 embarcaciones al puerto de Veracruz iniciando así un bloqueo al comercio con Europa. Cabe mencionar que México era un país con fuertes lazos comerciales con el viejo continente, lo cual quedaría de manifiesto posteriormente. A pesar de los barcos invasores en las costas veracruzanas, Bustamante se negó a pagar, alegando que no realizaría ninguna acción mientras la soberanía nacional se viera amenazada. En consecuencia, el Rey Luis envió otras 20 embarcaciones para reforzar el bloqueo dirigidas por Charles Baudin.
El 27 de noviembre de 1838 los franceses iniciaron el ataque bombardeando el fuerte de San Juan de Ulúa y ocupando la ciudad. Anastasio Bustamante declaró entonces la guerra a Francia el 30 de noviembre y encomendó al general Antonio López de Santa Anna la defensa del puerto, enviando a 1000 soldados a combatir.
Santa Anna logró replegar a los franceses a sus navíos y en el proceso perdió una pierna, sin embargo esto no detuvo el bloqueo portuario, agraviando la situación económica del país.
Inglaterra que observaba a la distancia se percató de que sus intereses económicos también se verían mermados si no cesaba el asedio a un importante socio como lo era México. Fue entonces que los ingleses enviaron a Richard Pakenham como negociador para así entablar un diálogo entre Charles Baudin por parte de Francia y Guadalupe Victoria y Eduardo Gorostiza por parte de México. Gracias a esto fue creado un tratado de paz el 9 de marzo de 1839 en el que el gobierno mexicano se comprometía a pagar los 600,000 pesos a los franceses y estos eliminarían el bloqueo comercial.