Especial
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DIRECTORIO Universidad Nacional Autónoma de México Rector Dr. Enrique Graue Wiechers
Secretario General Dr. Leonardo Lomelí Vanegas
Facultad de Ingeniería Director Dr. Carlos Agustín Escalante Sandoval Secretario General M. I. Gerardo Ruiz Solorio
Jefa de la División de Ciencias Sociales y Humanidades Ing. Carolina Garrido Morelos
Nigromante Fundador Lic. José René Gómez Rodríguez Jefes Editoriales Luis Alberto Santoyo Cruz María Fernanda Carrisoza Zamora Coordinador Jennifer Sharon Álvarez Candelario Diseño y arte creativo Eira Areli Chincoya Martínez Jaqueline Porras Uribe Daniela Pineda Aguilar
Las opiniones expresadas en los artículos y colaboraciones son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la posición oficial de la DCSyH de la Facultad de Ingeniería de la UNAM.
íNDICE
¿Cómo una r u p t u r a amorosa me hizo llegar a nigromante? Sharon Álvarez FAD
8 La importancia de perder el tiempo Jaime Hernández (FI) 10 Enamorada de Nigromante Juliana Camacho (FI) 14 Un oasis para las ideas Irma Sofía Cortés César (FI) 18 Servicio Social en Nigromante Uriel Siliceo (FI) 20 Mi experiencia en Nigromante Luis Manuel Ortiz Ortega (FI) 28 ¿Cómo fue mi paso por el Nigromante?
“María José Avila Arredondo (FI)
30 Cómo descubrí que el periodismo es lo mío
Fernanda Hernández Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
32 Diversión, reflexión y trabajo, así fue mi servicio en la FI
Alejandra Valenzuela Senderovich Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM”
36 Mi experiencia en Nigromante
Dirce González Guerrero Facultad de Filosofía y Letras”
40 Servicio Social en Nigromante
Andrés Rivera (FI)
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NOTA EDITORIAL
Abril
Gracias Nigromante
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dealmente los agradecimientos siempre van al final de un documento o de un mensaje, pero en esta ocasión quiero comenzar por esta parte.
Debo de darle las gracias a una persona, que si no fuera por él, esto no se estaría publicando; esa persona es el Lic. René Gómez Rodríguez. Para el año 2000, él junto con otros profesores decidieron emprender un proyecto pequeño pero de gran impacto y que a la fecha -al igual que todo en esta vida- ha ido creciendo y evolucionando. Y que si no fuera por su motivación y confianza yo no estaría aquí. Le agradezco haberme aceptado en el servicio social desde un inicio y darme la oportunidad de llevar esta Revista como Jefa Editorial junto con mi compañero Luis Santoyo, a quien también debo de agradecer, pues aunque hemos crecido juntos en estos 5 años, no podríamos haber echado adelante la revista actual. Nos costó mucho en un principio llevarla. No éramos ni diseñadores, ni correctores ni mucho menos sabíamos de publicidad para dar a conocer la revista, pero entre los dos, hacíamos lo mejor que podíamos con lo que teníamos.Y eso es totalmente verdad. Debo de hacer un agradecimiento a cada alumno y alumna de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que ha estado con nosotros, porque sin ellos no tendríamos canal de YouTube, no tendríamos buen contenido en redes sociales y por supuesto, no sabríamos de todos los maravillosos eventos que han cubierto. También debe de haber agradecimientos a las y los alumnos de la Facultad de Filosofía y Letras, pues gracias a ustedes comprendimos que era de suma importancia tener correctores de estilo, revisar y corregir los errores que como escritores –principiantes- tenemos a la hora de redactar. Gracias a eso, la revista adquirió un tono más serio, aunque no por eso menos divertida.
NOTA EDITORIAL Mis más sinceras gracias a cada una de las chicas de la Facultad de Artes y Diseño, que con su maravillosa creatividad cada edición de esta revista va superando a la anterior. Cada portada, cada artículo, cada ilustración es única y diferente y eso nos diferencia de cualquier otra publicación. Y un especial agradecimiento a Sharon Álvarez, que aunque por años hemos llevado una amistad, al entrar aquí nos entregó algo único y especial que fue el cabezal y el logotipo que distingue a Nigromante. Finalmente, a cada alumno y alumna de la Facultad de Ingeniería que decidió hacer su servicio social con nosotros, que quiso salir de esas importantes, pero a veces pesadas materias físico-matemáticas y entrar en un área socio-cultural donde hasta las experiencias personales son más que bienvenidas para hacer un artículo. A todos los que hacen posible Nigromante, por las experiencias, por las pláticas, por las pizzas compartidas, las risas y los malos momentos, y por esas amistades invaluables que hemos hecho. ¡Gracias! Y a ti lector, que cada mes sin falta nos lees y que hacemos todo esto posible para que tengas un rato de entretenimiento y conocimiento.
Por Fernanda Carrisoza Zamora
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urante 5 años he visto pasar a más de 70 futuros ingenieros, sin contar los que solo estuvieron un rato con nosotros y no supimos más de ellos, de los cuales, por lo menos la mitad ya son egresados. Al inicio también me preguntaba acerca de las ciencias sociales y humanidades, ¿para qué servían y por qué en ingeniería?. Al año, mi respuesta se presentaba en cada chico nuevo de servicio social que se acercaba preguntando información del programa que se ofrecía. Recuerdo también mi primer día, estaba decidido a prestar mi servicio social en algo no relacionado a la ingeniería como tal, me parecía muy bien el poder apoyar de cierta forma a la universidad que tanto me ha dado, lo más correcto. Al inicio no tenía tanta guía, pero cuando se presentó el proyecto de la Revista Nigromante, fue lo más grato que me hubiese podido pasar. Hasta antes de la pandemia, siempre que llegaba a la oficina me encontraba a los Nigromantes, como siempre les decimos a todos, un día unos cuantos, otros días ni había dónde sentarse; no me podía quejar, en ciertas horas ya solo me encontraba yo terminando de trabajar los pendientes del día. Desde un inicio sabía que el proyecto necesitaría mucho personal y de diferentes especialidades, pero por lo mientras, me tenía que fletar muchas cosas solo. Hacía mis carteles, promocionales impresos y en línea con lo que podía, como yo sabía.
Jefa Editorial. Ingeniería en Computación, FI
Los primeros meses llegaron los ingenieros, los principales que estarían en la realización de los artículos; pasó el tiempo y llegaban
NOTA EDITORIAL los de Ciencias Políticas y Sociales, le dimos el banderazo de salida (por fin), al canal de YouTube; al año llegaron correctores de estilo, por parte de la Filosofía y Letras, para la correcta revisión de los textos; eso sí, tardamos más de 2 años a que llegara la primer prestadora de servicio social del área de diseño. Conforme se fueron llenando las diferentes áreas de la revista, se veían las mejoras, y mucho más cuando llegaron las chicas de la Facultad de Artes y Diseño, tuvimos hasta nuestro propio cabezal, una identidad propia. Tal vez no lo puedas ver, no has pasado por la oficina, ese pequeño cubículo de unos 3 x 6 metros, que en tiempos de verano y con todos los chicos presentes de ingeniería, unos 6, se hacía el hornazo, pero las risas nadie las quitaba. Las primeras veces que atendí a nuevos prestadores de servicio social, tenía pavor de equivocarme, de fallar algo tan importante que nuestro fundador, el Lic. René Gómez, depositó en nosotros, los coordinadores de la revista, algo tan valioso que sé de primera mano que si se maneja, se trata, se trabaja de la manera adecuada, puede ser la mejor experiencia universitaria que los chicos puedan tener. Que de pasar a no decir ni pio, podemos formar a un futuro ingeniero más parlanchín que nada. Ese es el gusto que tengo de ver caras nuevas, saber cómo es que vamos a influir en ellos y darles un poco de experiencia en la vida laboral o personal. Doy gracias a nuestro fundador por haberme dado la oportunidad de dirigir este proyecto junto con Fernanda Carrisoza, que desde que ingresó a Nigromante ha sido pieza fundamental, no nacimos siendo jefes editoriales, la facultad nos dio en años previos las bases para poder sistematizar la revista y tratar de darle a la comuni-
dad de la Facultad de Ingeniería, una revista un tanto fuera de lo común para ellos. Gracias por estos 5 años de la nueva Revista Nigromante, y más gracias por los 20 años desde la fundación como Boletín El Nigromante. Gracias a todos nuestros prestadores de servicio social que han pisado por la Facultad de Ingeniería, aquella en la que siempre dicen: No sabía que existía esto. Gracias a todas nuestras diseñadoras de la Facultad de Artes y Diseño que llegaron a salvarnos y hacer diseños dignos de competir en concursos. Gracias a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, por mandar a tan aptos chicos llenos de ánimos para poder producir videos para las redes sociales. Gracias a la Facultad de Filosofía y Letras, que siempre leen y leen para que la revista tenga calidad y gusto de ser leída siempre. Gracias a todos los ingenieros en proceso de la FI que se dieron una oportunidad de escribir algo tan diferente mes con mes, apoyar al día los pendientes de la división y dejarnos con la satisfacción que hemos movido tan solo un poco su pensamiento que las ciencias sociales y las humanidades no van peleadas, van de la mano. Pero sobre todo, gracias a ti, estimado lector, por estar con nosotros leyéndonos nuestros temas tan variados y entretenidos para ti, que sin ustedes, nada de esto tendría sentido. Los ingenieros no somos cuadrados, más bien, somos cúbicos
Por Luis Alberto Santoyo Cruz Jefe editorial
colocar el escudo de la fac a la que pertenece
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La importancia de perder el tiempo Jaime Hernández (FI)
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ble hacer cosas que de otra manera no habría siquiera intentado, por ejemplo: Editar video, usar Photoshop, publicar un escrito mío y estar en un ambiente con más mujeres que hombres en la facultad.
no puede ver el servicio social en el Nigromante y pensar que es poca cosa.
Una revista estudiantil sin mucho público, que contiene mucha variedad sin importar del todo la calidad. Puede pensarse que al fin y al cabo, se trata de alumnos de ingeniería escribiendo para otros alumnos de ingeniería, ¿no?.
Si bien ninguna de esas cosas me ha resultado particularmente útil en la vida laboral, y jamás escribí algo digno de futura referencia para nadie, o mucho menos tengo el talento para la crónica de Leñero, ¿quién dijo que no puedes usar el servicio social como un último escape antes de la vida laboral?
Si lo comparas con otros servicios sociales que te ofrecen tema de tesis, un futuro empleo si demuestras ser competente o por lo menos un par de líneas para el currículum, obligarte a escribir y ayudar a los profesores de sociales parece un trato poco conveniente. Y sin embargo en su momento decidí escuchar las palabras que solía decir mi profesor de Ética: “Date la oportunidad”, y a la fecha no me arrepiento. Gracias a esa decisión me fue posi-
No me habrá dado el abanico de habilidades definitivo que me hará triunfar en el competitivo mundo laboral, pero me permitió estar en un ambiente diferente. Por lo tanto, si de algo estoy convencido es que el servicio social en la DCSyH de la FI fue el mejor posible para mí.
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colocar el escudo de la fac a la que pertenece
Ser creativo significa estar enamorado de la vida. Sólo puedes ser creativo si amas la vida tanto que quieres mejorar su belleza, llevale más música, más poesía, más baile” -Osho.
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Enamorada de Nigromante Juliana Camacho (FI)
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uando escucho o leo Nigromante en mi entorno universitario es inevitable revivir en mi mente los recuerdos de mi experiencia haciendo mi servicio social para la revista y de inmediato, me invade la nostalgia, pues aunque fue hace tan sólo unos meses atrás, es parte de las actividades que realicé antes de la pandemia.
uno de mis grandes hobbies, la declamación y elaboración de poemas. Cuando leí aquel cartel sabía que era mi oportunidad, cumplía con el mínimo de créditos y las ganas de colaborar para la revista. Sin pensarlo, al término de mi primera clase, me dirigí a la oficina de Nigromante con los nervios incrementándose de manera proporcional a mis pasos. Me encontré con un chico muy alegre, llamado Jorge pero todos le decían Ventus; él me dio informes y poco después llegó Luis, una de las cabezas de la revista, con quien pude concretar mi trámite y me ayudó a comenzar de inmediato.
Mi historia de amor con Nigromante comenzó como todas las cosas buenas en la vida, con un día soleado mientras me dirigía a paso acelerado a mi primera clase, caminando por los pasillos del principal. Un cartel intruso robó mi atención con colores agresivamente alegres y el dinosaurio característico de la revista, en donde solicitaban a chicos de la facultad para colaborar en ella.
El ambiente de trabajo era cálido pues desde el primer día me sentí aceptada y parte de la familia Nigromante, además me sentí fascinada cuando Luis tuvo la paciencia para enseñarme a utilizar Photoshop, una herramienta que nunca había utilizado. También aprendí con cada uno de los números a investigar acerca de temas (relacionados o no con la ingeniería) lo que hizo que mis temas de conversación, dentro y fuera
Antes de continuar con la historia haré una breve pausa para hacer evidente mi entusiasmo en el momento que vi el cartel, pues a lo largo de mi vida académica me he visto involucrada en la redacción y la poesía. Soy fanática de las letras adornadas y a diferencia del estereotipo de un ingeniero, a la par de la carrera comparto
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de la revista, fueran mucho más interesantes, sin hablar del cambio en mi redacción. La revista no sólo me dejó nuevos conocimientos sino nuevas amistades, desde los chicos de servicio social hasta la parte directiva (Fer, Sharon y Luis) quienes se encargaron de que cada detalle de la revista fuera impecable. Me enamoré de todo el trabajo que realicé en la revista, en cada letra y en cada artículo entregué un cachito de mí. Fue todo un placer formar parte del equipo de trabajo que conforman la magia de los textos de Nigromante; como lector te hago la invitación a que descubras, en cada artículo, un mundo diferente, pues cada autor hace una investigación exhaustiva de cada tema, se enamora del texto y finalmente lo comparte.
Gracias a ti lector, por darle sentido a seguir creando contenido y gracias al equipo de Nigromante por permitirme ser parte de la familia.
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Un oasis para las ideas Irma Sofía Cortés César (FI)
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na frase que aprendes a lo largo de la carrera es “son carreras, no carreritas”, el significado de esta frase es simplemente tomarte tu tiempo para hacer las cosas en el momento que tú creas conveniente, sin la presión de lo que hacen los demás. Esto tiene muchísimas aplicaciones a lo largo de la vida, pero durante la vida académica en la universidad, se aplica básicamente a cursar las materias y llevar a cabo los trámites necesarios para hacer el proceso de titulación a tu ritmo. Uno de los requisitos que te pide la universidad para titularte, es cumplir con las horas necesarias de servicio social. Yo estudié Ingeniería Civil, por lo que, cuando mis compañeros empezaban a tocar este tema, usualmente soñaban con trabajar en alguna reconocida empresa de construcción o como asistentes de algún ejecutivo en una empresa de obras, pero, lo que nadie te dice es que no es obligatorio que el lugar donde realices el servicio social esté estrechamente relacionado con tu carrera. Yo siempre tuve presente que no quería seguir el ejemplo de mis compañeros, ya que quería reali-
zar mi servicio social en un lugar que no tuviera demasiado que ver con la ingeniería. Digamos que, de algún modo, quería sentirme libre de pensar en estructuras, cálculos y normas. En ese momento yo atendía a un curso de redacción y escritura creativa, impartido por la División de Ciencias Sociales de la Facultad. Ese era un lugar en donde, una vez a la semana, podía dedicarme a dejar que mi mente abriera las puertas de la imaginación y crear historias que pudieran tomar el camino que yo deseara. Esto era vital para mí, ya que, como estudiantes de ingeniería, muy pocas veces se nos permite dejar que nuestras ideas vuelen libremente, sin rotar alrededor de temas académicos. Al terminar el taller de escritura, el profesor que lo impartía nos compartió que si lo que nos gustaba era escribir, había oportunidades de trabajar en la revista Nigromante, que era coordinada por la misma División de Ciencias Sociales y Humanidades. Realmente, sólo una o dos personas que estaban presentes en el curso parecían conocer esta revista. Para mí fue algo extraordinario: una revista cultural en la Facul-
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tad de Ingeniería. En mi mente, aquello era el equivalente a un oasis en medio del desierto y no dudé en aprovechar esa oportunidad. Al parecer el destino quiso que tomara ese camino, porque todo el proceso fue sumamente sencillo. Yo acababa de pasar la marca del 50% de los créditos cursados, y cualquier otro servicio social exige por lo menos el 80%, pero Nigromante no. Para este servicio social, mis créditos eran más que suficientes. Trabajé en la revista Nigromante por aproximadamente un año y no tengo palabras para poder expresar todo lo que aprecio esa experiencia. Todos los compañeros que trabajábamos ahí éramos tomados en cuenta al momento de la toma de decisiones de la revista; mi opinión era escuchada y tomada en consideración. Uno tenía la libertad de escribir un artículo de lo que quisiera, el punto era compartir tus gustos y conocimientos con los lectores. Para mí fue la primera vez que conocí a personas de otras generaciones, carreras y facultades; lo cual le daba a ese espacio de trabajo diversidad en todos los sentidos. De repente te dabas cuenta de que, a pesar de no estudiar lo mismo y de no tener las mismas edades, compartíamos la misma idea de “oasis” que representaba ese pequeño cubículo de la División de Sociales. Considero que formar parte de un espacio y equipo de trabajo como el que se vive en Nigromante es sumamente necesario para los estudiantes de cualquier ingeniería. Aquel era un lugar en donde por un breve momento, tu
mente no tenía límites ni normas. Era un espacio donde podías conocer los gustos de otras personas, aprender de sus pasiones, y formar amistades a partir de la diversidad de opiniones e historias personales. Creo que eso es lo que más recuerdo y aprecio de haber realizado mi servicio social en Nigromante. Las personas que conocí ahí, los artículos que escribí y que leí, todo esto ha consolidado a la persona que soy hoy, ya que me formó una perspectiva muy distinta a la que se forma en los estudiantes de ingeniería: las normas, las matemáticas y las leyes de la física, si bien son importantes en nuestra formación como profesionistas, son solamente una fracción de lo que se requiere aprender para la vida. Lo verdaderamente importante es conocer lo que te apasiona y contagiar a la gente de este sentimiento, así como darte cuenta de que la vida no tiene porqué estar enfocada solamente a un campo. La verdadera dicha de vivir la encontramos en la variedad y diversidad de ideas, ya sea que estas provengan de leer una revista cultural o de conocer y convivir con las maravillosas personas que hacen posible este oasis de ideas. Esto es algo que, a la fecha, me impulsa a escribir lo que pienso, lo que siento. Me parece que el hecho de poder dar a conocer esta perspectiva a los estudiantes de ingeniería es algo que no se menciona con regularidad, pero que es sumamente importante para poder llevar una formación académica realmente integral, en todos los sentidos.
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Nigromante Agosto 2019. Edición: Caricaturas
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Servicio Social en Nigromante Uriel Siliceo (FI)
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a pasado aproximadamente un año desde la última vez que caminé por la Facultad de Ingeniería. Cuando pasas más tiempo en corredores, salones y bibliotecas que en tu propio cuarto, se vuelve difícil dimensionar lo que significa en tu vida diaria merodear por ahí; el quemar tiempo en lo que empieza tu próxima clase, decidir si comes cerca o hay tiempo suficiente para ir a buscar algo a Copilco, o quizás distraerte leyendo los carteles y panfletos que suelen cubrir los pizarrones de anuncios del edificio principal. Fue precisamente uno de esos anuncios el que me hizo voltear hacia una pequeña área cerca de las ventanillas de servicios académicos, justo debajo de la pantalla. El anuncio invitaba a realizar el servicio social en la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la Facultad de Ingeniería, en la revista digital Nigromante. No sé quién de mis ex colaboradores haya diseñado el anuncio, pero dio en el clavo, porque aún recuerdo perfectamente que lo que atrapó mi atención fue el dinosaurio que incluyeron ahí. Yo estaba en un punto algo difícil de mi vida escolar, y necesitaba hacer los
trámites de titulación lo más rápido posible, así que decidí contactarlos. Después de que me explicaran de qué trataba el servicio y de que me hicieran una pequeña entrevista, me uní a la revista. Siempre había tenido ganas de escribir artículos de opinión o cosas similares, sin embargo, me costaba dar ese paso para empezar a escribir, ya sea por creer que no tendría la capacidad o tal vez por falta de interés. A pesar de que pensé que mi trabajo iba a ser solamente escribir artículos aprendí muchas otras cosas en el tiempo que estuve realizando mi servicio, como: usar Photoshop o las bases para ser un Community Manager, jaja. Mis jefes y mis compañeros fueron (y son) extremadamente amables, y creo que la ventaja de trabajar en un espacio tan compacto ayuda a hacerse más cercanos a las personas que trabajan en la oficina. Me brindaron consejos y me apoyaron en las situaciones difíciles por las que atravesé mientras estuve laborando, y hasta la fecha tengo excelente relación con los integrantes. Creo que, como en muchas etapas o circunstancias de la vida, las personas con las que se comparten las experiencias, son la mejor parte de éstas.
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Mi experiencia en Nigromante Luis Manuel Ortiz Ortega (FI)
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i experiencia en Nigromante se puede reducir a una palabra: conocimiento. Esto básicamente porque cuando ingresé a la revista, entré con la única intención de liberar mi servicio social. No tenía ni idea de a lo que me enfrentaría y mucho menos lo que realizaría dentro de la revista. Entré por recomendación de un amigo de la Facultad el cual estaba realizando su servicio social en esta revista y cuando me comentó que esta sería una opción no lo dudé y fui en busca de informes. Al principio me asombré por el ambiente que había en la oficina, un ambiente súper confortable y que se notaba que la gente que estaba ahí, desde los coordinadores como Fernanda, Sharon y Luis, hasta algunos compañeros que iban de salida como Ventus, tenían un ambiente súper chido y sobre todo que se divertían haciendo la revista. En ese momento, dejando de lado mi idea principal de sacar el servicio, no dudé en aceptar entrar debido a que era un ambiente súper con-
fortable. Además, viendo los requerimientos de cada uno de los artículos y los lineamientos que debían llevar, supe que me ayudaría a mejorar mi escritura, ya que nunca había sido buena para esto. Cuando comencé mi servicio conocí a mis demás compañeros; con la mayoría solo tuve relación de “trabajo” por así decirlo. Con el que mejor me llevaba -y fue uno de los motivos por el cual las estancias en la oficina se hacían muy divertidas- era mi amigo Jorge, pero conforme fue pasando el tiempo me comencé hacer más amigo tanto de Fernanda como de Sharon. En específico con esta última logré entablar una amistad y que yo considero fue otro de los motivos por lo cual las estancias en oficina se hacían más amenas. Aunque debo decir que también disfrutaba mucho mis estadías a solas en la oficina pues era un lugar muy pacífico y con un gran ambiente tanto para estudiar como para realizar los trabajos.
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En cuanto a la carga de trabajo siempre me pareció muy adecuada, ya que el ámbito de ayudar en la división me parecía muy bueno pues uno podía empezar a ayudar a nuestra facultad, aunque sea en pequeñas cosas. Uno sentía que ayudaba, tanto a los profesores como a los integrantes de esta coordinación, y sobre todo la creación de los artículos. Esto último siempre me pareció lo más interesante pues como mencioné antes nunca he sido bueno para la redacción y esto me ayudó a mejorar mis habilidades al escribir y citar. Otra cosa que me ocurrió dentro de mi estancia en Nigromante fue la pandemia del COVID-19. Esto nos cayó a todos de golpe y más a nosotros, ya que pasamos de estar en un lugar en cual no tenías muchas distracciones a estar en tu casa donde a la mínima te distraes y se te olvidan o pasan las fechas de entrega de los artículos. Esto -a pesar de lo malo- también me ayudó a ser más organizado en cuanto a mis trabajos y ser organizado con las fechas de entrega lo cual en mi último semestre me ayudaría mucho. Es por esto que al principio de este texto menciona que mi experiencia en Nigromante se reducía a la palabra “conocimiento”, ya que me ayudó en muchos aspectos y me dio un conocimiento amplio de temas de cultura general. Además, así como conocimiento y aprendizajes para ser más organizados, considero que esto me ayudó en mi último semestre a poderme organizar y darle un formato más técnico y profesional a mis textos. Por último, me gustaría agradecer tanto a los coordinadores como al licenciado Rene y a mis compañeros por permitirme compartir estos meses. Mi estancia en Nigromante es una de las mejores experiencias que he tenido en la carrera y que me ayudó mucho a mejorar tanto en aspectos sociales como aspectos educativos y de orden personal.
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¿Cómo una ruptura amorosa me hizo llegar a Nigromante?
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Sharon Álvarez Candelario - Facultad de Artes y Diseño
legué a Nigromante con la esperanza de arreglar mi vida y de empezar todos los proyectos con los que había soñado y que había olvidado, sin saber que ese sería algún día mi sitio de trabajo que sin buscarlo lo encontré. ¿Han visto la película “500 días con ella”? Pues de un modo similar e igual de patético, mi historia comienza como el final de esa película: Hace alrededor de tres años mi vida era un desastre, vivía sumergida dentro de una relación sin futuro en la que me sentía ahogada y poco apoyada ya que la pareja que tenía en ese entonces quería atarme a su vida casándose conmigo. Tristemente llevaba una vida de conformismo pues mi vida académica la había abandonado pensando en que quizás la única opción en mi vida era aferrarme a la promesa de un amor y el sueño (no mio) de concretar una familia. Una de mis mejores amigas, quien ya se encontraba en ese tiempo trabajando en Nigromante,
me insistia en que de algún modo tenía que titularme pues ya me encontraba en la fase final de mi carrera, por ello pensó que quizás era buena idea que entrara en el área creativa de la revista, pues ella conocía mis aptitudes y sabía que yo sería un buen elemento. Pese a la invitación rehuí a la oferta porque no me sentía preparada para retomar una responsabilidad de esa magnitud. Inesperadamente mi vida dio un giro de 180 grados y durante los últimos días de relación pude abrir los ojos, me di cuenta que estaba desperdiciando mi vida en un futuro bastante incierto y hasta cierto punto mediocre. Para mejorar debía hacer cambios grandes en mi vida. Después de pasar por esa gran ruptura amorosa pasé por la fase típica de depresión y me decaí a tal grado de dejar de hacer las actividades usuales de mi vida cotidiana, y lo más importante, deje de ser feliz. Sin embargo, gracias a la motivación que recibí de mi mejor amiga logre salir adelante y aún con la propuesta en pie de
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realizar mi servicio social decidí aventurarme, pese al miedo que conllevaba el conocer y hacer algo nuevo, aún así sabía que no podía quedarme estancada y que tenía aún mucho potencial que ofrecer. Y así como Tom, personaje principal de la película antes mencionada, ese mismo día después de decirle adiós a mi ex, llegue a mi primer entrevista, con todos los nervios del mundo pero con el optimismo de mejorar en todos los sentidos y quizás en el camino encontrar a la persona clave en mi vida. Ese sentimiento tan fuerte y negativo proveniente de esa decepción amorosa la convertí en mi aliento para seguir adelante. Fue así como de mi cabeza surgieron ideas innovadoras como los concursos de desamor para así incentivar a los estudiantes de la facultad a escribir sus anecdotas, porque seamos honestos, todos tenemos una historia que contar. Nigromante representó crecimiento, no solo en el profesional sino que también influyó mucho en el personal. Fue la primera oportunidad que tuve de saber cómo se maneja un equipo editorial, pero sobre todo la gran responsabilidad que conlleva el tener a cargo el diseño de una publicación universitaria. Entre a esta revista con las expectativas de poder mejorar la publicación y vaya que se logró la meta.
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Me vi inmersa dentro de un lugar que desconocía, la Facultad de Ingeniería, a la que adopte como mi segunda casa, lugar donde tuve muchos y agradables momentos, conocí e hice grandes amistades dentro del servicio social. Aprendí muchas cosas que en su momento desconocía pues cada artículo me aportaba un nuevo aprendizaje, el hecho de buscar y a veces realizar las ilustraciones crea nuevos conceptos en nuestra mente que debemos plasmar visualmente. Entendí que también puedo ser parte del desarrollo de estudiantes dispuestos a aprender y el aportarles las herramientas que quizás en un futuro les sean útiles. Tengo la fortuna de aun poder ser parte del equipo de Nigromante, de trabajar al lado de mi mejor amiga y el poder hacer cada edición mejor a la anterior me llena de mucha satisfacción. Agradezco a cada chico de servicio social por haber formado parte de mi vida y haber hecho el trabajo tan agradable con su compañía y su retroalimentación, pero sobre todo mi agradecimiento infinito para el Licenciado René pues sin él esta revista no hubiese sido posible. Y al final de mi historia creo que encontre a mi Autumn...
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¿Cómo fue mi paso por el Nigromante? María Jo s é A v i l a A r re d o n d o Carrera: Ingeniería de minas y metalurgia”
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orría el mes de julio del 2018, era un momento decisivo en mi carrera y en mi vida, estaba pensado en todo el camino que tenía recorrido hasta ese momento y en si había tomado una buena decisión con respecto a la carrera. No me lo tomen a mal, me agrada mi carrera pero, tener que dedicarle todo mi tiempo y mis pensamientos a los números, las materias y el futuro trabajo, la verdad, me tenía harta y NECESITABA distraer mi mente en otras cosas. Pensé muchísimo sobre dónde hacer mi servicio, que si en un instituto, que si en una dependencia gubernamental, hasta que paseando por la facultad, esto se extraña horrores con esta pandemia, vi un letrero que me llamó la atención, buscaban chicxs de servicio social en la DCSyH para una revista llamada Nigromante. A pesar de haberme llamado la atención, mi lado de ingeniería me decía que no lo intentara porque no me consideraba buena redactando, a decir verdad me daba terror escribir, pero al final me armé de valor, pensé: “Total, ¿qué puede pasar?”. Y contando esto, dos años después de terminar mi servicio en Nigromante les puedo decir
que FUE UNA EXPERIENCIA SUPER GENIAL. Llegué temerosa, no solo por escribir, si no por la convivencia con otras personas que no eran ni de mi carrera ni de la misma facultad.También, la sola idea de pensar que otras personas se pudiesen identificar con lo que yo escribía me daba muchos nervios, pero, también me entusiasmaba demasiado. Al final, logré mejorar mi redacción gracias a mis compañeros de letras, pude notar más a detalle los elementos que me rodeaban gracias a mis compañeras de diseño y pude compartir mis ideas sin pena gracias a mis compañeros de la facultad. También hice amigos maravillosos, con los cuales aún comparto muchas cosas, risas, memorias y hasta chismes también. El resumen de todo esto es que, si has pensado en hacer tu servicio en el Nigromante, NO LO DUDES. Yo sé que como estudiantes de área 1 es complicado pensar en tener una actividad dedicada exclusivamente a la escritura, pero es una habilidad necesaria en la vida diaria y profesional. Un buen ingeniero tiene que saber expresar sus ideas, tanto de manera oral como de manera escrita. Así que, esta es tu oportunidad para desarrollar estas habilidades.
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Feliz aniversario y espero que vengan muchos, muchos años más, llenos de éxitos y cosas bonitas.
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Cómo descubrí que el p e r i o d i s m o e s lo m í o Fernanda Hernández Carrera: Ciencias de la Comunicación, Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
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Hola de nuevo! Me llamo Fernanda Hernández y estudié la carrera de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales. Realicé mi servicio so cial en la Revista Nigromante de marzo a agosto de 2018, y puedo decir, con toda seguridad, que fue una de las experiencias más bonitas que he tenido. Yo me especialicé en la producción audiovisual, por lo que mi trabajo principal en la revista era crear contenido para el canal de YouTube, cubriendo diferentes eventos culturales. De esta manera, cada semana asistía a algún evento de la cartelera de la UNAM como: presentaciones de danza, conciertos, obras de teatro y exposiciones, además era la encargada de cubrir los eventos que se realizaban en la Facultad de Ingeniería. Esto me permitió acercarme a la oferta cultural de la UNAM y es algo que extraño, pues era realmente divertido y lo disfrutaba muchísimo, ya que no lo veía como trabajo, era un pretexto para salir a pasear los fines de semana. Luego, a lo largo de la semana me dedicaba a la creación del video. Debo decir que yo tenía cero experiencia editando y fue aquí donde aprendí a usar diferentes programas.
Pero, a pesar de que eso fue lo que estudié, descubrí que lo que más me gustaba era escribir artículos para la revista. Aún recuerdo mi primer texto, fue para la edición dedicada a nuestras mascotas; escribí sobre los animales discapacitados, porque yo tenía una perrita sorda. Y fue así como Nigromante me ayudó a darme cuenta de que había elegido la especialización equivocada, pues, esto del periodismo es lo que realmente me apasiona, a lo que me dedico actualmente y a lo que me quiero dedicar por el resto de mi vida. Estoy muy, muy agradecida con Nigromante, porque me dio la oportunidad de tener un primer acercamiento a lo que es ser parte de una publicación y poner en práctica los conocimientos que adquirí a lo largo de mi carrera, pero, sobre todo de aprender muchas otras cosas que me permitieron llegar hasta donde estoy ahora. Además de que conocí a personas increíbles que hacían los días en la oficina mucho más divertidos y a quienes recuerdo con mucho cariño. Me da un enorme gusto ver el crecimiento que la revista ha tenido a lo largo de estos años, y para mí es un gran orgullo haber sido parte de esa historia, así como haber visto nacer al querido Nigrorex, estoy segura de que llegará aún más lejos.
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Diversión, reflexión y traba jo, así fue mi servicio en la FI Alejandra Valenzuela Senderovich Comunicóloga de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales UNAM Año de servicio: 2018-2019
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ecuerdo los primeros días, la puerta de la oficina del maestro René contenía una frase interesante: “abrimos cuando llegamos, cerramos cuando nos vamos, y si vienes y no estamos es porque no coincidimos”.
Hubo problemas en la Facultad porque grupos de mujeres pedían equidad y respeto, que no fueran acosadas. Y aun así varios jóvenes se burlaron de ellas; una situación muy lamentable.
También me percaté (en algunos casos) que había dos enormes deficiencias:
En la revista Nigromante, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, revisé muchos artículos y en ciertos textos hallé estos dos puntos relacionados: Problemas de expresión y/o machismo. En otros encontré aspiraciones, amor, proyectos, puntos de vista, además de una variedad de temas que los alumnos y algunos egresados buscaban contar.
Muchos estudiantes no sabemos escribir, pero personas tan inteligentes y preparadas como los alumnos de la Facultad de Ingeniería no sabían expresarse, situación preocupante para los que sí o sí debían hacer tesis.
Ahí, valoré que la división es mucho más importante de lo que parece. Para algunos las materias impartidas han sido un descanso de las asignaturas duras, para otros una percepción distinta que amplía su discernimiento cultural.
Aprendí muchas cosas en el servicio, pero creo que la más valiosa fue darme cuenta de que los futuros ingenieros del mañana, son excelentes personas, con ganas de triunfar y terminar de la mejor manera su carrera.
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Lo importante es que las asignaturas impartidas por la DCSyH, así como los talleres y eventos que brindan junto con la Facultad, provocan y seguirán provocando que los alumnos se acerquen de manera más humana a la sociedad. El que los ingenieros estén con el enfoque tanto profesional como ético, hará que marquen la diferencia y que tengan un total éxito en sus carreras con la cual dejarán una huella positiva en el país. Son muchas las características de los estudiantes de la Facultad, y esas deficiencias que he mencionado son a un nivel muy general (espero) de unos y unas cuantas. Independientemente de ello, disciplinas como: las artes, sociales, fotografía, teatro, canto, historia, entre otras, generan conciencia, sensibilidad, enfoque, expresión, y muchas otras cualidades que si se explotan en su máxima plenitud pueden provocar fenómenos interesantes, entre ellos y a los mejores seres humanos que hayan existido. Con ello, al ampliar la sensibilidad necesaria, la empatía estaría a una plenitud que no habrían faltas de respeto, existiría una mayor disposición de comprensión tanto social como humana.
El acrecentar el discernimiento cultural, la organización de las ideas al presentar un proyecto, dirigir un equipo de trabajo, hablar en público, expresarse de manera escrita u oral, entre otros, servirán para toda la vida de cualquier egresado de la máxima casa de estudios. Sin duda alguna cada evento, situación, frase de un maestro, son aprendizajes que podremos utilizar y que si lo permitimos nos pueden dejar marca, la cuestión sería que se debe quedar. Durante mi estancia en el servicio, realice actividades como: hacer artículos, revisar algunos otros, ir a algunos eventos, hacer y editar vídeos, entre otras actividades. Hice excelentes amigos que están sumados a bellos recuerdos. Así mismo, como verán, valoré mucho la división, pido humildemente que realicen lo mismo y que si sienten que necesitan más conocimiento, busquen y encontrarán, y si necesitan practicar para hacer una tesis, escribir para esta fantástica revista es una excelente opción.
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Nigromante Noviembre 2019. Edición: XY
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Mi experiencia en Nigromante Dirce González Guerrero Facultad de Filosofía y Letras
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i llegada a Nigromante fue gracias a un amigo que estaba haciendo su servicio social en la revista, en el área de corrección de estilo y ya estaba por terminarlo, así que necesitaban a alguien que lo reemplazará cuando él se fuera. Afortunadamente yo pedí información a tiempo acerca de lo que se tenía que hacer en la revista para realizar mi servicio social. En cuanto me explicaron lo que yo haría decidí quedarme. Yo me encargaba de la revisión y corrección de los textos que serían publicados en la revista. Tenía que revisar que el contenido de estos fuera el apropiado para la revista y que estuvieran redactados de tal manera que fuera una lectura accesible y de interés para las y los lectores. También, en cada una de las ediciones publiqué al menos un artículo de mi autoría. Algo que me agradó mucho de estar ahí es que la revista es propiamente un trabajo multidisciplinario, pues cuenta con el área de colaboradores o creadores de contenido, que se dedican a la escritura de cada uno de los artículos que serán publicados; el área de corrección de estilo, que es el primer filtro por el que pasan los textos,
pues deben ser revisados y corregidos para que queden publicables; el área de diseño, donde se hace el arte y diseño de cada artículo y de la revista en su totalidad; y el área de publicidad, encargada de las redes sociales para la difusión y promoción de la revista. De esta forma, todo el tiempo estamos haciendo conexiones con disciplinas distintas a la propia para, en equipo, sacar un buen trabajo. En mi caso, una de mis tareas no era elaborar recursos gráficos, pero sí revisar y acreditar que todo recurso gráfico fuera el adecuado en cada edición de la revista. Algo que me convenció para quedarme en la revista a hacer mi servicio social fue conocer la visión de la DCSyH de la Facultad de Ingeniería, pues tiene como objetivo principal que los estudiantes de Ingeniería no se cierren a su profesión y tengan conocimiento adicional (pero necesario) al de su campo de estudio, pues la División está consciente de que el análisis y pensamiento crítico de una sociedad y de su contexto es fundamental para cualquier profesión. Por lo tanto, Nigromante es una revista que se compromete a realizar dicho objetivo.
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Puedo afirmar con toda seguridad que aprendí muchas cosas en el tiempo que estuve ahí. Me llevé más conocimiento del que pude aportar, y eso es algo que valoro muchísimo. Ese conocimiento incluye la organización/planificación y el trabajo en equipo, pues fueron cosas que aprendí y practique en Nigromante. Aprendí que la clave para que un trabajo en equipo salga como debe salir, es el compromiso que debe tener cada una de las partes del equipo para realizar en tiempo y forma lo que nos toca. Somos sólo una pieza de un gran engranaje, así que, si alguna pieza deja de funcionar, estropeara el trabajo de las demás y el trabajo final. Estoy muy satisfecha y agradecida con las personas con las que compartí este espacio y etapa de mi vida, pues de cada una me llevé algo bonito y positivo. Definitivamente, el colaborar en Nigromante es una experiencia que volvería a vivir.
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Servicio Social en Nigromante Andrés Rivera (FI)
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i nombre es Andrés Rivera, soy estudiante de Ingeniería en Telecomunicaciones en la Facultad de Ingeniería. Realicé mi servicio social en la revista Nigromante en un periodo comprendido del 8 de septiembre de 2020 al 8 de marzo de 2021. Mi experiencia en Nigromante tal vez es muy distinta a la de la mayoría de los excompañeros de servicio social de la revista, debido a que me tocó realizar las actividades vía remota, a causa del Covid 19, pandemia que sin lugar a dudas, cambió nuestro día a día e incluso nuestra forma de pensar y de comportarnos. No conocí la oficina o el área de trabajo donde habitualmente los compañeros de servicio realizan sus actividades, sin embargo, puedo hacer énfasis en que las personas encargadas de la organización de la revista me apoyaron, orientaron y respondieron a todas mis dudas, ayudándome a realizar lo mejor posible las tareas en esta modalidad a distancia. El tiempo no lo permitió, pero me hubiera encantado realizar actividades presenciales junto a la comunidad de Nigromante en fechas importantes
del año como lo son: el Día de Muertos y las festividades decembrinas. Mis tareas principales fueron: la redacción de artículos para revistas de ediciones actuales, además de la difusión de estos, junto con los artículos de ediciones pasadas de la revista, creando así contenido visual. Algo para destacar en estas tareas, es que, en Nigromante se apoya a la libertad de expresión, puesto que se me dió total libertad para abordar los temas de cada mes a mi consideración, investigando lo que yo creía más interesante o importante. Incluso me dieron la oportunidad de proponer algún tema de mi interés aunque no tuviera relación con el tema central de la edición de la revista. Aprendí sobre temas de cultura general y literaria que no conocía del todo, algunos otros temas los traté de relacionar con materias que llevé durante mi estancia en la Facultad para compartir un poco de mi conocimiento con la comunidad que sigue a la revista. El ser el encargado de publicación de artículos de ediciones pasadas, me dió la oportunidad de leer gran variedad de artículos, conocí muchos temas nacionales e internacionales, vidas
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de personajes sobresalientes, acontecimientos importantes, videojuegos, anime, festividades, deportes, libros, arte, música, entre otras cosas. Es de reconocer que la revista está elaborada por estudiantes y académicos de distintas carreras de la UNAM, lo que sin duda hace enriquecedores los resultados de cada edición del mes, y también, hace enriquecedora la experiencia propia al interactuar con personas que tienen diferentes perspectivas y formas de pensar, diferentes mentes enfocadas a un mismo fin, un verdadero trabajo multidisciplinario. Agradezco al Licenciado René Gómez, fundador de Nigromante y mi ex profesor de Cultura y Comunicación, por permitirme entrar al programa de Servicio Social y poner mi granito de arena en la revista, también agradezco a los coordinadores de la revista por darme su apoyo cuando lo necesité. En general a todos los Nigromantes espero algún día conocerlos de forma presencial, si es que los tiempos nos lo permiten.
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@NigromanteFI