LETRAS
A
ún recuerdo ese viaje en autobús para asentarme oficialmente en la Ciudad de México, no fue el primero ni el último; ya había realizado algunos para hacer los trámites de registro, el examen de admisión y buscar lugares para vivir. Después hice otros tantos ya establecido, durante los puentes y vacaciones. No obstante, aquél ocupa un puesto particular en mi memoria por las emociones que experimentaba y los pensamientos que me visitaban. La incertidumbre de lo que estaba por comenzar me abrumaba. Estaba cautivado e impaciente por entrar a esa nueva dinámica, pero al mismo tiempo nervioso y asustado por las problemáticas y aspectos desconocidos del porvenir. Estoy seguro de que no he sido el único en pasar por eso, considerando que, a nivel nacional 1 de cada 6 estudiantes que cursan su primer año de licenciatura