Letras
Luz de día por la noche L Por Sofía Cortés
uces, destellos, pantallas… todo ahora es digital. Cada acción lleva un código de ejecución, hasta parecería que ya no somos dueños de nosotros mismos. Ese es el nuevo ciclo de la vida: ninguno de nosotros está destinado a poseer un pensamiento propio. Aquello que pensamos ya existe. Todo está en el Internet y, lo que no está, es creado por androides capaces de capturar ideas y desarrollarlas mejor que lo que nosotros pudimos haber hecho. Los autos vuelan, los robots trabajan y los cerebros mueren.
todo esto. Nuestra sociedad lo ha llevado todo al siguiente nivel: a partir de los teléfonos logramos satisfactoriamente las primeras teletransportaciones y de las computadoras pudimos crear los hologramas.
A veces imagino que nuestra vida no es más que una línea de códigos, un algoritmo o un comando a ejecutar por alguna supercomputadora. ¿Es mi voluntad imaginarlo o acaso alguien ejecuta un programa que me hace imaginarlo?
Hoy en día una colonia entera puede cambiar radicalmente en un par de minutos. Uno podría ver una pantalla anunciando la renta de un terreno y, en menos de media hora, ya habrá un edificio en su lugar. Definitivamente las constructoras express son responsables del cambio tan radical de la ciudad. Tal rapidez en la vida urbana es de lo más normal. Estamos acostumbrados a ver a gente aparecer de la nada en las calles y seguir su camino como si nada hubiera pasado. Aquello es una de las ventajas de la teletransportación.
En las nuevas urbes siempre hay algo que mirar, aunque la mayoría de las veces no logro distinguir lo real de lo artificial. Cada rincón está repleto de pantallas, proyecciones y hologramas. De hecho, algunas imágenes que se muestran en el exterior se ven mucho más nítidas de lo que verían los ojos humanos.
Siempre se nos dijo que la tecnología y la modernización que le acompañaba eran parte del futuro y que corríamos el riesgo de quedarnos atrapados en los modos de vida pasados o podíamos elegir dar un paso adelante. La tecnología parece tener alcances mucho más grandes que los que cualquier ser humano hubiera podido imaginar. Me atrevo a pensar que ni los exAnteriormente los trabajos de las perpertos hubieran tenido forma de predecir sonas tenían diversas aplicaciones. Según 12
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