Revista Clarimonda no.28: El Circo (7° Aniversario)

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7.ANIVERSARIO



Ella pareció darse cuenta de mi martirio y, como para animarme, me lanzó una mirada llena de divinas promesas. Sus ojos eran un poema en el que cada mirada componía un canto. Teophile Gautier. La muerta enamorada

Agradecimientos A la bandota de San Juan del Río, Queretarock: el Klan Kultural Kanibales: Oscar Amézquita, el Jeliud, Diego Virgilio, Lina y su bar Casino, Fernando Roque y su fanzine Tirando Netas, Juan Rock; Le Jos Uis (el Poeta) y su fanzine Efímera, banda La Traición de Wendy, al buen Pelos Onaromaz (y los que me faltan). A Daniela Cervantes Gonzáles (es imposible agradecer todo con pocas palabras, pero de verdad gracias); Jesús Baldovinos Romero (el que nos inicio en este cotorreo; gracias Master!); Al Carlos Martínez Rentería y su reva Generación (DF); Colectivo Paracaídas: Aleja Quintero & Oscarín Quevedo (Morelia); Bernardo Valadéz, todo el Grito Colectivo y su Grito zine (La Paz, Baja California); Las Perras de Museo: Andrea, Damayanthi & Toño (Morelia); al compa Fidel Reyes R. y la Librería Voces en Tinta (DF); al Multiforo Cultubar Cactux (Morelia); al buen “Flaco” Arturo Alveláis (FK_R2) y la banda de El Real Under (DF); Víctor y su bar Fuxion Underground (Morelia); Carlos Camaleón, Aydée Bravo, el Cerebro y toda La Sangre de las Musas (DF); Colectivo Chac Mool (Morelia); a la gente de EDITA y los amigos de Endora (DF); programa La Neta (SMRTV, Morelia); José Landa Rosas y su revista Morbo (Campeche); Víctor Rodríguez coordinador del suplemento Letras de Cambio (Michoacán); Lechedevirgen Trimegisto y su grupo de colaboradores (Querétaro); La Rueda Cartonera Radio (Guanatos); Jonathan Macotela de Pollomingus (Morelia); a los Morvozos e Hyperversos: Agathokles & Erick Marvaz (DF); Revista Diez4 (Tijuana); camaradas del bar La Estación (Xalapa, Veracruz); los amigos: Gaspar Aguilera, George (o iorch el baterista del valle), Blanca Villalpando, el Primo, Luis Arturo Arteaga, Carlos Rojas, Alejandro Delgado, José Luis Rodríguez, RECO, Bubba (todos de Michoacán); Héctor Anselmo (Edo. Méx.); Rogelio Villarreal (Guanatos); Rocío Boliver “La Congelada de Uva” & Fernando Nachón (DF); Rafa Saavedra (TJ); las bandas Fallen In Death, Estigia, Audiorootstika, Nota Roja, Carpe Diem, Amado Nervio & Matute Style (todos de Morelia); Revista Bestiario (Sahuayo); Sr. Ernesto y su cantina El Andaluz (Morelia); las revistas & fanzine Los bastardos de la uva, Massiva y Nación Alien (del DeFectuoso); Miguel Ángel Quemain e Instituto Queretano de Cultura; a todos los que han colaborado de manera directa, indirecta y desinteresada con esta realidad; a los que se han tomado unas chelas y rolado en las partyes con nosotros; a tod@s de verdad un chingo de gracias por el paro, por el aguante… seguimos en el debraye, siempre

pervirtiendo mentes vírgenes...

Director Manuel Noctis manuelnoctis@gmail.com Consejeros Editoriales Alex Barrios Clarissa Raaveli Arte y (anti)Diseño EseNoctis Contacto y Colaboraciones revistaclarimonda@gmail.com Web www.revista-clarimonda.blogspot.com Facebook: Revista Clarimonda CLARIMONDA –Cultura contraCulturaRevista alternativa y de autogestión editada por Manuel Alejandro Ayala Chávez Morelia, Michoacán, México. 2011. Número 28, Año 7 | Víctima: El Circo. Logo oficial Clarimonda: Gustavo Santiago López (Veracruz) | Logo Secundario: Luz Koreysi Ugalde (Guadalajara). Cada texto firmado es responsabilidad de su autor y no necesariamente responde a las políticas de Clarimonda. [Copia y difunde] Se permite la reproducción total o parcial del material, siempre y cuando se cite la fuente y el autor.

Portada © Felipe Gaytán “Autorretrato observando la muerte alegre”


Contenido EL CIRCO 4 !Éjele, éjele! A jalón de ahorcao … José Agustín Solórzano 5 Cirque Du Soleil … Antonio Mendiola 6 Un triple salto mortal sin red de protección del neorrealismo italiano al jodoverso … Cutberto Enríquez Pineda 8 De fenómenos a fenómenos … Paola Klug 9 Animales seniles … Adriana Tafoya 10 Guerra de payasos … Rui Caverta 12 Wrik … Edgar Omar Avilés 14 El circo viviente y Lhasa de Sela … Omar Arriaga Garcés 16 Payasos asesinos del espacio sideral … Gabriel Fuster 17 El Circo … Cecilia Rojas 21 El Hombre Tarántula … Jesús Baldovinos Romero 22 El circo - Nació una estrella … Rodolfo De Matteis 23 Cërco (segunda parte) … Andrés Cisneros de la Cruz 25 The Freak Show Clarimonda (mini novela) - I. La Función … Christian Fajardo - II. Justo en el centro del escenario (Primer acto) … Manuel Felipe - III. El espejo es un manicomio (Segundo acto) … Nazul Aramayo - IV. Caída libre (Tercer acto) … Darío Zalapa - V. El espectáculo más grande … Héctor Ascencio Ortega 32 La carpa en el cine: El Circo (1927) & Freaks (1932) EN EL DEBRAYE… 34 Extremmos & Detraactores … Lechedevirgen Trimegisto 35 Yo, me meo en Borges … Pablo Paniagua 36 Qué bueno que los defraudaste, Par … Alfonso Morcillo 38 Mutantes en potencia; entrevista con Niño … por Manuel Noctis 40 Mariguana: por una sociedad libre e informada … Leopoldo Rivera 41 La canción del macizo … Ramón Méndez Estrada 43 Desde las trincheras menos insospechadas: entrevista con Lechedevirgen Trimegisto ... por Manuel Noctis CAMPO NUDISTA 48 Terciopelo púbico … Pé De J. Pauner 50 Los ojos del que la contempla … Francisco Enríquez Muñoz 51 José cae de a gota … Janeth Martínez Salazar COLUMNAS 53 El Choro Urbano III. De exposiciones, incumplidos y uno que otro desmadre! Por Manuel Noctis Visuales: Felipe Gaytán, Chistian Rangel, Othón Ramírez Ruvalcaba, Guillermo Romero Zarazúa, Fabiola C. Rayas, José Zarzi, Nina Saucedo, Blanca E. Villalpando, Niño, Luan Mart, Ixujtsi, Belsay Maza, Godclone_1, Pablo Beristain, Arturo Piza, Soid Pastrana.

© Felipe Gaytán

Y así es estimados lectores y colaboradores de la Clarimonda, está vez nos traemos al Circo (otro tema controversial) para celebrar juntos los 7 años de este viaje. Habrá quien cuestione al circo por el uso de animales en su show, habrá quien lo respete por su acercamiento a la manifestación artística y habrá quien simplemente lo retome como una añoranza de su infancia, lo que si podemos mencionar es que a fin de cuentas cada quien decide lo que piensa entorno a este espectáculo… En esta edición podrán encontrar ustedes varias colaboraciones poéticas de exponentes de la literatura michoacana. También traemos cuentos y narraciones “extraordinarias” suscitadas dentro de la gran Carpa (que deambulan en distintos puntos de la república). Tenemos el freak show de la mininovela creada por 5 jóvenes escritores radicados en varios puntos (estratégicos) del país. “En el debraye” les mostramos un texto informativo (muy ad hoc) sobre el consumo de la mariguana y su complemento poético infrarrealista; una reflexión en torno al “año borgiano”; entrevista con la freak Niño y un artículo & entrevista con el performer Lechedevirgen Trimegisto. Además en el “Campo Nudista” el ya pornógrafo de cabecera Francisco E. Muñoz nos acerca de nuevo a este tema tan tabú (y ni tanto); el buen Pé De J. Pauner nos trae su artículo lleno de pelos y desnudes y Arturo Piza nos llena visualmente con su portafolio foto-erótico. Al final las chocoaventuras del Noctis borrachales nos traen lo más inn del mundillo artístico. ¡Pásele, pásele… bien-venido sea usted con toda su familia!


Š Christian Rangel


!Éjele éjele! a jalón de ahorcao popemas para los que se formen primero hipster hiperconsumista regala: voz poética en formato mp3 aquí comienza un libro que sabe cuando acabe aquí se hacen los poetas los hombres en los microondas pásele que aquí le robamos menos tenemos pila harto duradera para el sonámbulo semen de soltero para la mujer vacía

señor, señora cuide a su chamaco de las averías de la primera edad regálele este despiertapendejos cómprele un buen laptop y déjelo conectarse que al mundo se entra por el modem a jalón de ahorcao las manos donde pueda mirarlas uno por uno que hay pa todos hijos de Nezahualcoyotl bastardos de la narizona de Góngora ¿cuál Quijote habría escrito el brazo perdido de Cervantes? Lepanta madre la suya

que nunca lo sabremos como tampoco a ciencia cierta o a cierta ciencia que se sepa cuándo se nos vendrá encima el universo y nos convertiremos en estrellas todos sí como la melenuda esa de Shakira o la descendiente directa de Tristán Tzara Lady Dada creo se llama aquí le vendemos todos sus discos y los de la arrolladora los de la inolvidable banda amnesia pa la bailada pa la lloradera pal buen perreo chacalonero acá le damos buen precio y se lo colgamos donde quiera para que lo vaya menenado por las avenidas todos nuestros dioses cuentan con entrada usb venga entre no se arrepentirá que esto no es aunque lo parezca un circo

y para el adolescente para el adorador de las nuevas tendencias playeras coloridas calzoncillo con condón incluido

aquí no domamos leones mas hacemos de malabaristas comemos poco y con cien al día bebemos como ballenas ofertamos payasadas que lo harán llorar a risas chorreantes nuestra única magia reside en sacar de la chistera un poema orejón y bien sordo y las palabras mágicas: ¡éjele éjele! a jalón de ahorcao

José Agustín Solórzano

© Felipe Gaytán

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Cirque Du Soleil Antonio Mendiola

Muslos que bailan con la música de las esferas. Payasos que inventan el mundo con la intensidad de la risa y de las lágrimas. Ojos que escuchan el vacío de los huesos. Palabras que buscan los labios de los muertos. Niñas danzando en los vasos transparentes de la noche. Un ojo, espejo de luz en el corazón del silencio. Alegría que encarna su soledad en el piano de las sombras. Silla que desdobla la carne en el rostro sin rostro de los sueños. Desnudo bajando de la escalera del cielo. Eco, murmullos, llanto de lobos en las tripas clandestinas.

Circo del sol. Uñas que se ahogan en el pozo de la luna. Párpados que atrapan la imagen interior de los espectros. Manos que buscan la fosforidad de otras manos. Puerta que abre su sexo al paladar del verano. Estatua que llora en los drenajes del cráneo. Musgo, soledad ocre. Fantasmas que buscan lo invisible. Uñas, párpados, huecos: Música que se ahorca en el piano de la carne.

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Un triple salto mortal sin red de protección del neorrealismo italiano al jodoverso El espejo Federico Fellini en la vida y obra de Alejandro Jodorowsky a través del circo.

Cutberto Enríquez Pineda A Carlos Camaleón por volverme a presentar al Jodo. Al CCWA por el Woody Allen. A Natalie Portman y Alexis Bledel… porque sí.

Dentro de las grandes sagas mitológicas, existen diversos personajes y sujetos que son esenciales para comprender no solo el relato mismo, sino la construcción, cosmovisión y sobretodo cultura y sociedad que integran haciendo simbiosis con el grupo étnico del cual procede el relato. Vladímir Propp propone una forma de análisis en base a unas series de protagonista, antagonista, adyuvantes y coadyuvantes que forman y dan pie al relato mágico. Mientras que Mircea Eliade se aventura más y nos acerca a personajes y arquetipos universales. Sin embargo aunque ambos profesores nos permiten avanzar y comprender mejor la cosmovisión del género humano a través de su muy profundo análisis del mito y el relato. Ambos han dejado de lado un personaje importantísimo para todas las sagas del mundo. El timador, el ladrón sagrado o mejor conocido como el señor del caos. Y el agudo lector se preguntara ¿Qué tiene que ver esto con Fellini y Jodorowsky? Mucho, es mi respuesta, puesto que considero que ambos han cumplido con la función hoy día, de él timador sagrado. Aquel que mediante sus actos y relatos (siempre condimentados con mentirás y sombras) nos abren la puerta a nuevas percepciones y sobretodo nuevos límites en nuestro diario acontecer. - É arrivato Zampano! -Saber, osar, querer, callar… Porque ante todo esto, ¿quiénes son Federico Fellini y Alejandro Jodorowsky? ¿Y cuál es la relación que guardan entre ambos y sus obras? A priori, podría parecer fácil responder esta pregunta.

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Sin embargo si somos honestos, nos encontramos en un gran dilema. Citando textualmente a Fellini “en mi trabajo todo y nada es autobiográfico”(1) y parafraseando al Jodo “mis biografías (el niño del jueves negro, el maestro y las magas, la danza de la realidad, donde mejor canta un pájaro) son un ejercicio de autobiografía imaginaria, aunque no en el sentido de ficticia, pues todos los personajes,

lugares y acontecimientos son verdaderos, sino en el hecho que la historia profunda de mi vida es un esfuerzo constante para expandir la imaginación y ampliar sus límites, para aprehenderla en su potencial terapéutico y transformador” (2) Resumiendo podríamos decir que Fellini llega a este mundo en Rimini Italia, un 20 de Enero de 1920 …entre sus múltiples facetas destacan el guionismo para cine y comic, el dibujo de comics, historietas y novelas gráficas, actor, argumentista, ganador de 4 oscares y diversas autobiografías, artículos y películas. Pero en realidad el nace al mundo cuando conoce al

circo y los payasos (sobretodo Pierino) que se colocaban junto a la prisión de Rímini, así como comienza a fantasear el unirse al mismo. Por su parte Alejando Jodorowsky Prullansky llega a este mundo en Tocopilla, Chile, un 7 de febrero de 1929 y si resumir la obra de Fellini es difícil, aún más la del Jodo. Psicomago, sanador del mundo, tarotista, escritor, dramaturgo, diseñador de modas, actor, poeta, director teatral y de cine, compositor de bandas sonoras, escultor y escenógrafo en cine, guionista de cómics, dibujante, mimo, psicoterapeuta, cofundador del movimiento pánico y autor de controvertidos largometrajes como la Montaña Sagrada o Santa Sangre. Sin embargo, como comente en el caso de Fellini, llega a este mundo, el día que llegaron los payasos y el circo a Tocopilla Y es aquí donde encontramos la primera concordancia en la vida y obra de Fellini y Jodorowsky. Su gusto y fascinación por el circo. Ambos a lo largo del tiempo se han definido como mentirosos pero no mentirosos ad voleam, sino mentirosos ad fantasea. Y reconocen que esto tiene mucho que ver por el impacto que suscita en ellos la aparición en su niñez de la figura del payaso y el circo. ¿Por qué? porque para ambos la imaginación era más valiosa que lo concreto y solido de la ciencia y la realidad misma presentaba una capa de irrealidad mucho más grande que la que cualquiera de los dos pudiera haber soñado (vamos, no por nada Jodorowsky vivió en México más de 20 años y se rumora actualmente que ha regresado aquí. Incluso tal vez si a Fellini no le molestara tanto viajar hubiera estado más tiempo en México). El circo es un mundo aparte, es una sátira de la realidad pero a su vez es un reflejo de la misma. Es un espejo bizarro que permite no solo


momentáneamente desentronizarse de él, sino a su vez una vez que regresamos al mundo nos permite entenderlo mejor. Y del circo, generalmente los reyes son los magos y los payasos. Desde tiempos inmemoriales la risa (a través de sus emisarios los bufones o seres del caos) ha sido un ejercicio privilegiado. Los payasos son esas criaturas fantásticas que expresan el aspecto irracional del hombre. Forman parte del instinto primario y siempre han estado en la parte rebelde y contestaría.(3) Ante los poderosos, los payasos, actores, enanos y cirqueros han tenido el enorme privilegio de poder mediante sus sátiras y actos mostrar los defectos de los gobernantes o sus acciones y permitir a los poderosos reflexionar de sus acciones sin el riesgo de perder la vida. Partiendo de I Vitelloni, aparece Alberto como payaso trágico. Un personaje al más puro espíritu Pierrot, es la única persona triste del carnaval. Posteriormente tenemos la actualización de la comedia del arte con La Strada. Donde Gelsomina y Zampano, una pareja de lo más extraña y disfuncional de artistas viajantes encuentran no en el amor ni en el horror su éxito, sino en la risa y el circo su acercamiento y nacimiento de redención. Sin embargo Fellini es honesto puesto que a diferencia de otros melodramas más lacrimógenos. Con Zampano no tenemos a un arlequín redimido por Colombina, sino más bien el claro mensaje de que puedes amar a alguien, hasta la locura si quieres. Pero no implica que la persona que lo recibe cambiara por dicho amor.

Así como lamentablemente para Zampano descubre que tristemente nos damos cuenta de lo valioso que tenemos cuando no solo ya lo hemos perdido, sino incluso nosotros mismos lo hemos destruido. Similar pasa con la historia de arrabal de Jodorowsky, Fando y Liz (que incluso yo encontraría un cierto parecido entre Diana Mariscal y Giuglietta Massina. Sobre todo en la escena inicial de Liz en la cama y Gelsomina o en Le note di Cabiria) donde a diferencia de sus otras producciones. Ambos personajes se lastiman una y otra vez sin ánimo de redimirse o curarse, teniendo un final muy trágico.

Santa Sangre, con el circo, la muerte de un elefante, Aladino el amigo de Fenix y Alma (que vuelve a guiñar un poco a Gelsomina). Tusk con la vida del elefante llevada a la deidificacion. El topo con el topo redimido y mujercita actuando como artistas ambulantes por parte de Jodorowsky. Y por Fellini en I Vitelloni, La Strada, Le notti di Cabiria, La Dolce Vita, Otto e mezzo (8 ½), Giulietta degli spiriti, I clowns, Roma, Intervista, La voce della luna. Felllini utiliza y reutiliza la figuras cirqueras y ambos muestran el gran impacto en sus vidas del circo y sobretodo los personajes mismo que permiten utilizar tanto la tragedia como la comedia para coadyuvar a otros o a sí mismos a encontrar la solución a los diversos conflictos de las respectivas historias. Pero, ¿puede la risa, la imaginación y la creatividad salvarnos de nosotros y de nuestras circunstancias?

Notas. 1) Fellini, Federico.1998, Fellini por Fellini, Fundamentos, España, Madrid. 2) Jodorowsky, Alexandro. 2001, La danza de la realidad, Mondadori, México, D. F. 2004, Psicomagia, Random House Mondadori, México, D. F. 3) Fellini, Federico.1998, Fellini por Fellini, Fundamentos, España, Madrid.

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De fenómenos a fenómenos...

Paola Klug

El telón estaba abajo, la gente poco a poco comenzaba a llenar las butacas de aquel sombrío lugar. Claudia observaba el movimiento humano en silencio, desde aquella silla donde presentaba su acto, abrió un poco la negra cortina buscando rostros desconocidos, pero no lo consiguió, una sonrisa maliciosa apareció en su rostro blanco. -¿De qué te ríes niña?- preguntó “Kanvar” El gran faquir. -¿Qué no lo ves? Toda esa gente viene siempre a mirarnos como si fuéramos fenómenos cuando en realidad ellos lo son. -¿A qué te refieres? ¿Crees que el Señor Cohen tenga piel de elefante debajo de su traje? - No Kanvar, solo no tiene nada más debajo de su traje, no hay alma, ni sentimiento, solo morbo y vergüenza. Cada vez que se ríe de nosotros se está riendo de sí mismo y de su realidad. -¿Y qué me dices de la rubia de abajo? -Ella siempre se atasca con comida, vomita todo en el baño, se lava la boca y besa apasionadamente al acompañante en turno. Es un extraño ritual ¿no lo crees? - ¿Siempre eres así de mordaz pequeña? A ver… ¿Qué puedes decirme acerca del caballero con bigote de la derecha? -¿El que esta con las niñas? Esa es una historia aparte, a veces cuando las luces caen se mete la mano en el pantalón y se masturba viendo el escote de sus hijas. -¿Me estas jodiendo? -Por supuesto que no, si hay fenómenos y gente aficionada a las máscaras en este lugar son ellos. Nosotros nos mostramos cual somos, ellos no. Aparentan, fingen, se disfrazan de buenos padres, madres, esposos, esposas, hijos, hijas, ciudadanos, etc… pero en su interior son monstruosos. ¿Alguna vez matarías un animal por diversión Kanvar? -Por supuesto que no. -Bueno, el caballero de adelante es torero y esa es su afición. La señora de la derecha es defensora de la moral y las buenas costumbres en la Parroquia del pueblo, pero cuando su esposo no está en casa se acuesta con el sacerdote, de hecho el niño que está a su lado es hijo del cura. Segunda Llamada, Segunda… -Dos más y me voy, me tienes intrigado. ¿La chica de azul? - Es la puta del candidato y la hija del alcalde. Jajajaja. -Me chingaste la noche Claudia, por último dime ¿Quién es el anciano que siempre se sienta detrás de todos? -El… él fue un payaso que se cansó de hacer reír, asesinó a muchos en la carpa donde trabajaba hace mucho tiempo, estuvo preso en la cárcel varios años… -¿Por qué lo hizo? -Ya te lo dije, uno no puede mantener la risa eternamente cuando las cosas van mal, el positivismo es la peor de las plagas. La gente muere de hambre, no hay trabajo, la policía, el ejército y el gobierno crean la enfermedad para vendernos la medicina, muertos por doquier, cárceles llenas, millones de esclavos en fábricas, empresas y negocios se acaban su vida en mantener parásitos… y el viejo se cansó de que se rieran de él, así que decidió matarlos y dar la mejor función de su vida… La resistencia. Tercera Llamada…. ¡Comenzamos! El faquir se quedó inmóvil… Con ustedes ¡¡¡Claudiiiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaaaa!!! ¡La niña de cuatro piernas! El maestro de ceremonias, enfundado con su sombrero negro y su saco de lentejuelas rojas dio paso a la pequeña que era llevada por dos hombres con músculos gigantescos que la depositaron al centro de la pista. Claudia, con su rostro iluminado por la luz artificial levantó su vestido de olanes dejando al descubierto los dos pares de piernas que salían de sus negras enaguas. ¡Oh! ¡Wow! ¡Impresionante! ¿Ves eso? ¡Qué horror! ¡Pobre niña! Y Claudia, la niña fenómeno con la frente en alto miró sonriente al viejo de atrás, ambos guiñaron, la semilla había sido germinada… Y el próximo acto sería el de Kanvar con sus cuchillos.

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Animales seniles (Narciso y los doce ojos) Adriana Tafoya VII Se abre la carpa. Y aparecen desnudas todas ellas seis. Completamente orgánicas. De piel semitransparente, blandas, rubias, muy albinas, menuditas, adiposas enanas. Poseyendo una asombrosa belleza que no es percibida en ninguna parte. Se cuenta que gracias a él fue creado el fabuloso espectáculo de las enanas. Ellas llegaron con la tragedia de la herencia genética. Llegaron desorientadas sin brillo alguno de sus doce ojos. Desconocían el erotismo de sus formas. Llegaron. Para acercarse a él, atraídas por su elástico cuerpo, por su delgadez extrema. Por los músculos del abdomen, por la blanquísima y dilatada cabellera. Dicen que él las desnudó y las bañó. Las obsequió con brillantes y azulinos trajes abigarrados de lentejuela, para que saltaran luminosas curvándose, en deliciosa acrobacia cretense sobre musculosos animales, fantásticos caballos dorados, caballos azules y caballos rojos. Él es Narciso, no ama a nadie. Ellas en su compañía están solas, pues, él se encuentra aislado en el mundo que han anclado sus ideas. Enanas lo miran. En miradas húmedas de sal el sentimiento se trasmina. El hombre del látigo se burla y su risa es expansiva por el sitio: Sólo ellas se enajenan enamorándose hasta la debilidad mental del contorsionista dueño del circo. Se ofrecen como pétalos carnosos. Pero él no ama a nadie. Caen desnudas desde el trapecio, después mariposas en cama de mimbre. Narciso no ama a nadie. Rendidas cierran sus piernas empapadas por el llanto de un amor tierno. Sólo son un estridente show, carnecilla de los mejores espectáculos. Se escuchan aplausos sin boca y solas acarician al hermoso caballo rojo. Palpan su satinada piel, tan suave como lo sería la carne de su pene si pudieran tocarlo. El cuchillo se tensa y los relinchos rechinan fuertes, chillidos rechinando agudos mientras es cortado en canal por las doce manos. La sangre es tinta de pulpos. Sacan las tersas vísceras, y dentro del caballo, se guardan como entre los brazos calientes de Narciso. La resque brajadura es amplia. Pulpa vendada de dolores. Cierra el circo. En Narciso tiembla un canto muerto. Le hierve la tierra. Se dice que no está listo para amar. Sólo es un anciano, se dice, y que nunca volverá a aparecer el impactante número de Narciso, el gran contorsionista, que era tan pequeño, que cabía completito en una caja de zapatos.

Imagen de fondo: Pescador _ Circo de Mayo

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Guerra de payasos Rui Caverta No hay mejor guerra que aquella de los payasos. Espectáculo e historia en uno; bueno, y por qué no, chiste también. La razón no importaría, igual que todas las guerras. Aquí lo indispensable, lo realmente útil, sería el código de caballero de una multitud de personas que nunca lo ha sido. Veinte pasos, por favor. Los dos generales parten desde los extremos del campo de batalla. Lugar importantísimo. No puede ser una cantina. No, no. Ya los vaqueros han copado ese mercado. Impensable sería en un banco, los gángsters poseen el monopolio de ellos y con razón. La calle tampoco. Por favor, no mezclemos el cotidiano trabajo con algo tan importante como la guerra. La muerte no es oficio. Al menos no para © Othón Ramírez Ruvalcaba _ “Payasita Rebeca y payasita Elota” un payaso. Bueno, confinemos la suprema imporEllos han tenido suerte, nuestro proyectil se quemó en el aire; tancia del campo de batalla al azaroso albur. Los dos ejércitos al parecer no era mimo sino un simple nihilista. Estelas de se han plantado para darse heridas superficiales y goces invapor forman escarchados caminos en el aire al ser tan furiosa existentes. Dos bandos: las narices rojas y las prosbocis azules. y desenfrenada la carrera de los galopantes caballos. RelinchiPor supuesto, por una deserción masiva, cada bando está exdos llenan los furiosos pechos de los jinetes listos para dar su clusivamente compuesto de miembros del bando contrario. vida y su traje de esparadrapo por su amado general. DesenLos generales dan sus veinte protocolarios pasos para quedar vainan las espadas y rugen esperando saborear la sangre del uno frente al otro. Desenfundan su mortal batuta de director enemigo. Los líderes de cada facción estarían orgullosos de de orquesta para mostrar que no están jugando y asestan 400 ver tanta lealtad en sus hombres. Sin embargo, están muy certeros golpes al aire. Horas más tarde, cuando ya han acabaocupados pereciendo debajo de los cascos de su propio ejércido de presumir sus mandobles, se dan cuenta que su oponento. Sus batutas en estos momentos están incrustadas firmete ha quedado detrás de ellos. Aunque el enemigo esté a cinco mente en su cerebro. Pero no lo duden, cada pedazo —un pasos de distancia, se debe respetar el protocolo. Somos cabamillón en total— de su cadáver está conmovido. lleros. De otro modo, podrían confundirnos con una barbuda La infantería se subleva en este punto. No soportan tener que mujer…y no tenemos el valor capilar para desempeñar tal paesperar tantos párrafos para entrar en acción. Preparan un pel. temible contraataque. Hacen triza furiosamente la página y Terminada la pelea de los generales, la artillería se abre paso comienzan a lanzar severos dardos contra el narrador. Azul y para doblegar las líneas enemigas. Imbatible enemigo avisa el Roja lluvia despedaza los miembros del autor; Sus humores vigía. Una voz se oye entre la muralla de cañoneros: “La munison derramados por infinidad de heridas de globescas armas ción silenciosa, La munición silenciosa.” Se abre un camino blancas; finalmente es pulverizado bajo un concierto de zapaentre ellos para dejar pasar el científico con zapatos largos tazos. Hasta un coqueto perro maquillado baila un ridículo decorados con fino frac —un científico balístico tiene que número sobre él. No contentos con esto arrancan el espíritu mostrar elegancia. Lleva cargando su último descubrimiento, fugitivo de la pasta informe narrativa y lo obligan a elaborar una bala que no profiere ningún ruido al impactar contra su en prosa la gran hazaña de hacer puré a un pusilánime escriobjetivo. El cañón se abre para poder cargar un mimo de 50 tor. Al caer el día, y por poco romperse, Levantan un túmulo y megatones. No hay tiempo para medir la potencia de la bomqueman sus narices y trajes jurando fundar un par de escuelas ba enemiga; hombre, esto no es un juego. El aire se corona de teóricas o hacerse afilados filósofos o afilados abogados; sólo un mortal silencio. Aquí viene el disparo enemigo. Un mimo uno será humanista —uno debe recontar la guerra… y la natufinge nadar en el aire. Solitario payaso justo en su línea de raleza privativa de la a—. Sí, no hay guerra más interesante impacto reza dos chistes étnicos antes de despedirse de la que aquella de los payasos.

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© Felipe Gaytán _ “Contorcionistas II”


Edgar Omar Avilés

Wrik

—Estamos por atravesar una bolsa de aire, favor de abrocharse los cinturones de seguridad —dice con una sonrisa muy amplia Mariana, la azafata en jefe. El Boeing 747 vuela, se bambolea, da estertores, por el turbulento cielo del Pacífico. La cara de un hombretón gordo se pone roja; luego, morada; al final verde y, en una contracción, expulsa un chorro de vómito. A su lado, su delgada esposa lee y no se percata de lo sucedido hasta que siente la humedad en la falda y el horrible olor. Avienta el libro y cuando ve aquello sobre sus piernas también devuelve el estómago.

—No creo que sea para tanto —dice el médico de abordo que se acerca burlón, pero al ver aquello exclama con la boca llena de vómito—: ¡sí son almas! —se queda como los otros tres: temblando y sin brillo humano en los ojos.

El domador de tigres sucede a la mujer barbuda, a los trapecistas y al contorsionista. Es la hora de la atracción principal para los niños: los payasos de miradas telescópicas. Llegan con sus caras pintadas de amarillo, hacen malabares y una guasa en la que se supone observan los cráteres de la luna. Por último entonan una divertida canción sobre Wrik. Pero se interrumpe el acto debido a que los ojos de un payaso, por casualidad, se toSe planea que la fiesta dure varios días. Los abuelos reunirán pan con la abuela. Entonces dirige sus pasos, enfundados en por primera vez a los treinta miembros de la familia Sigüenenormes zapatos, hacia ella; ha perdido la sonrisa y su redonda za. Hoy en la tarde llegarán en un vuelo proveniente de Euronariz roja está invadida de lágrimas. La abuela se encuentra pa. Será el abuelo quien tendrá que recibirlos, pues la abuela desconcertada, pero se pone de pie al verlo de frente. no romperá la promesa de primero La reacción en cadena de vómito se llevar a su nieto huérfano al circo. expande. Primero alcanza a los —No olvides tomarte las pastillas, y miembros de la familia Sigüenza: a también prendes las veladoras del las mujeres, a los niños, a los bebés, altar, que las reuniones familiares a los ancianos, a los hombres, luego molestan mucho a Wrik —le pide la a quienes quieren socorrerlos, desanciana antes de cerrar la puerta de pués a todos los demás. Cada uno la casa para marcharse con el niño. tiene, en medio de su vómito, un gel El demacrado abuelo asiente. azul marino que se retuerce y lanza El taxi los deja en la entrada del cirdestellos. co, dos minutos antes de que inicie Mariana lucha para no dejarse llevar el espectáculo. por el asco, no quiere terminar coSe sientan en la octava fila. mo los pasajeros, las otras azafatas, los especialistas y el copiloto. Todo La azafata se acerca asustada al ha sucedido en unos cuantos minudarse cuenta que una pareja de la tos —y pasan algunos más— hasta familia Sigüenza está con los ojos en que la llaman de cabina. blanco, las manos temblorosas y —El copiloto salió hace rato y no me unos hilos de saliva, densos y largos, contesta. ¿Algún problema? — cuelgan de sus bocas. Emiten balbupregunta el piloto. ceos. —Está en el baño, una pesadez esto—¡Mis papitos! —exclama una macal. El médico dice que no es naminúscula niña que se acerca y seda grave —responde Mariana a esa ñala las cosas azules que se agitan y a otras preguntas, disfrazada siemen medio de los vómitos—, ¡mis pre con una sonrisa, mientras piensa papitos están...! —se interrumpe muy preocupada: “No debe de entepor el torrente de comida a medio rarse, le puede perturbar la cordura digerir que la invade. o, peor aún, darle asco… Y quizás —¡Están vomitando sus almas! — © Guillermo Romero Zarazúa Wrik aún nos perdone”. Tiene prearticula Mariana en un susurro, con sente que en el vuelo al que alude la la garganta contraída de consternación, y a su mente llega el revista Times sólo se encontró la caja negra en donde el piloto recuerdo de haber leído, en un número especial de la revista narraba lo acontecido; las últimas palabras en la grabación eran Times sobre Wrik, que un caso similar se registró años atrás. enigmáticas y entrecortadas, nacidas en la locura del miedo. Rápidamente se concentra en alguna cosa bella, contiene la “Sin duda alguien ofendió mucho a nuestro amadísimo Wrik”, respiración y con lentitud relaja los músculos, tal y como concluía uno de los reportajes. aprendió en sus cursos.

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© Guillermo Romero Zarazúa

—Un miembro de su familia se muere —dice el payaso en un susurro y posa su mano en el hombro de la anciana. Ésta no atina a pronunciar palabra. El niño la abraza. —Era mi obligación comunicárselo. Si no me cree, mire su rostro. La anciana saca un espejo de su bolso. —Es aquí —dice el payaso mientras señala un pequeño, casi invisible, granito negro en la mejilla de la abuela. —¡Sí, es cierto! —gime la anciana, entorna los ojos y rompe en un amargo llanto. La multitud, actores y espectadores, se aglutinan alrededor de ella; el payaso, de entre sus ropas, saca una gran lupa para que todos observen. —Al parecer muere por culpa de un siniestro —juzga una voz. Algunos le dan la razón. Otro de los payasos alza la vista y por un agujero en el techo de la carpa ve algo en el cielo, un avión, que le hace taparse la boca, inhibiendo un grito que sólo sale a través de sus ojos que se ensanchan. —¿Por qué lloras? ¿Por tener un granito? —pregunta el nieto. —Aún eres muy pequeño para saberlo —contesta la abuela un poco repuesta del shock. Con la mano izquierda coge al niño de la mano para marcharse sin demora, y con la derecha se cubre el rostro. Se abren paso entre la multitud, que de una curiosa forma ávida los examina. Franquean presurosos la salida del circo. —¡Qué triste! —dice el payaso y continúa con el acto. La azafata sale de la cabina, se quita la falsa sonrisa y se sienta en un rincón del pasillo. Cuida de tapar su nariz con un pañuelo húmedo. Sin desearlo, su mirada se clava en la primera cosa viscosa y azul que fue expulsada. Su mente permanece en blanco unos minutos hasta que logra discurrir: “Jamás había visto un alma, pero no hay duda de que eso son.

Parece que sufren mucho, como peces afuera del agua. ¿Quién habrá ofendido a Wrik? Y si nos perdona, ¿las podría reimplantar en sus cuerpos?”, los pensamientos, sin embargo, son interrumpidos por un chorro de miedo que se desliza por su columna, al percatarse que las viscosas almas reptan hacia la cabina del piloto. —¿Adónde vamos? —pregunta el nieto mientras cruzan la calle. —Al santuario del perdón antes de que nos alcance su furia… Pero primero hacia allá —responde la anciana a la par que señala con su mano derecha un paradero de taxis: su cara queda por un instante descubierta. El niño hace una mueca de espanto, grita al ver el rostro de su abuela cubierto de muchos granos que contienen un pus negro. Ella comprende el porqué de esa reacción. —¿Cuántos son?, pero date prisa —le pide con voz quebrada. El nieto utiliza los dedos para llevar la cuenta. —Veintisiete. No, ¡espera, abuelita!, te salen muy rápido otros dos. —¡Veintinueve! De pronto el niño y la anciana advierten que una sombra se agiganta. Por inercia alzan la vista. Sus caras son un gesto de terror al advertir que un Boeing 747 se precipita sobre ellos. En el rostro del abuelo hay treinta granos negros mientras sus ojos se cierran junto con las válvulas de su corazón; las de la estufa están abiertas, peligrosamente apagadas por una ráfaga de viento que tira unas veladoras prendidas sobre las cortinas y la alfombra, donde yacen la sopa derramada y los trozos de la vajilla que fueron dispuestas para un tipo de reunión que Wrik aborrece profundamente.

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El circo viviente y Lhasa de Sela Omar Arriaga Garcés Cambiaron los payasos, pero sigue siendo el mismo circo Proverbio argentino Una disquisición más elaborada sobre el origen de los circos seguramente nos trasladaría al período de auge de cada magna civilización de la antigüedad: el Indostán milenario, la Mesopotamia de Sargón, el Egipto de Ramsés el Grande, la Persia de la dinastía aqueménida, la China del 600 a. n. e., la Grecia de la liga crotoniana o la Roma de Mario y Sila y Espartaco. Sin embargo, no es este texto un compendio sobre historia circense ni mucho menos un catálogo de rarezas. De hecho, siempre he detestado las carpas y las pistas y a los presentadores en zancos y a los animales enjaulados a los que se alecciona cruelmente para que hagan trucos (no me interesa ver un león atravesando un aro en llamas, por ejemplo). Y ya que todos conocemos lo que un circo es, quisiera por el contrario hablar de ciertas obras artísticas que me traen recuerdos más gratos que los momentos que durante la infancia malgasté en los circos (desde el kinder me aterran los payasos y más a raíz de la película Eso).

© Belsay Maza Mora _ “El Circo”

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Quizá por el maltrato a los animales haya simpatizado un poco más con el Cirque du soleil (antes de que me aburriera definitivamente); además, sus payasos no eran como los del resto: alguien me comentó que tales intérpretes fueron bailarines, actores y cantantes que las grandes compañías europeas de teatro, danza y ópera habían descartado sin más. Sea o no cierta esta leyenda urbana, dichos payasos tenían algo de esa escuela francesa de teatro, creada por Jaques Lecoq en 1956, que exhibía el lado ridículo del ser humano y era denominada, meramente, clown. Término que trae a colación una obra magnífica sobre un circo itinerante en el que más que equilibristas, acróbatas y contorsionistas del cuerpo, encontramos un grupo de actores de Commedia dell’arte que se ve inmerso en una desgarradora historia de amor por el que se vive y muere: Pagliacci (Payasos), de Ruggero Leoncavallo, ópera que nada tiene de ridículo, sobre el destino y la desgracia humanos, dirigida por vez primera en 1892 nada más y nada menos que por el mítico director italiano Arturo Toscanini, y con la que Enrico Caruso se pasaría a la historia como uno de los tenores más célebres del siglo. Efectivamente, el registro de la obra que grabara hacia 1902 se convirtió años más tarde en el primer disco en alcanzar un millón de copias vendidas. Y cómo no, si con este drama hasta Plácido Domingo, del que se cuenta que no es tan buen cantante como actor, alcanzaría notabilidad por su interpretación del aria “Vesti la giubba”, en el filme de Franco Zeffirelli de 1981. El pasaje va así: Canio, comediante, hombre entrado en años al que Plácido encarna, tiene que vestirse como Pagliaccio para salir a escena tras descubrir la traición de su joven esposa con otro

hombre y, mientras, destrozado, se maquilla para la comedia nocturna ante el espejo, se dice: “la gente paga y quiere reír… ríe, Payaso, y todos te aplaudirán… ríe, Payaso, sobre tu amor despedazado, ríe del dolor que te envenena el corazón”. Héroe casi de tragedia, al modo de Gelsomina, personaje también circense que interpreta Giulietta Masina en La strada (es decir, la calle) de 1954; film del neorrealismo italiano que tan buen nombre conquistó para Federico Fellini, donde se narra la historia de una mujer vendida por su madre a un saltimbanqui callejero del cual se enamora, el gran Zampanó, personificado magistralmente por el actor de origen mexicano Anthony Quinn; también protagonista de Zorba, el griego. Recorriendo las carreteras de Italia, Zampanó irá escenificando un acto tan grotesco como miserable para ganarse la vida, un trabajo en el que, literalmente, Gelsomina lo dejará todo, después de que éstos hayan abandonado el circo al que recientemente se habían unido. La imagen de violencia aleatoria y desamparo que Fellini tiene de la calle es análoga a la que expresa la Maldita Vecindad, la calle como un cruento espectáculo incesante en el que se despliega la miseria humana: Difícil es caminar en un extraño lugar en donde el hambre se ve como gran circo en acción en las calles no hay telón así que puedes mirar como único espectador te invito a nuestra ciudad Fragmento de “Un gran circo”, canción de la que este álbum ––el más representativo de la banda––, toma su nombre: El circo (1991). En el mismo tenor podría aludirse a “Un poco de sangre” y a otros temas del disco (no olvidemos el origen humilde de los músicos de la Maldita Vecindad). No obstante, si se atiende a otra de las líneas de la


primera composición, recordaremos del mismo modo que este sitio, la ciudad, la colonia, dejada de la mano de dios, paradójicamente, es algo mágico: “mientras más pobreza hay / más alegría se ve / en las calles hay color”, característica por medio de la que se manifiesta la otra cara del circo: la felicidad, y la sensación de vivir al límite por el filo en el que peligrosamente uno debe debatirse para seguir subsistiendo. Un espacio mágico, de cuento de hadas (en el sentido etimológico), es el escenario donde se desarrolla el circo que Tim Burton anima en la película El gran pez (2003), pero éste nada guarda en común con el de las calles de la Ciudad de México. Antes bien, trata de una serie de prodigios que alientan aquella noción esencial sobre el circo como un lugar donde los participantes se arriesgan hasta el punto de rozar la muerte por conseguir proezas nunca vistas, difíciles de igualar, para mera delectación de la concurrencia. Empero, es en este entorno donde Edward Bloom (personaje que representa el actor escocés Ewan McGregor) encontrará al amor de su vida, Sandra Templeton. Con todo, una de las obras que con mayor intensidad capta el sentido fugitivo del espectáculo circense es la fotografía de Belsay Maza Mora intitulada tan sólo como “Circo” (2006). Al verla, acude a mi mente el pasaje de Pedro Paramo en el que tras el fallecimiento de Susana San Juan, Comala se llena de gente de otros lados y arriba un circo, “con volantines y sillas voladoras”; efluvio a pueblo fantasma que en la obra de Maza Mora se respira. No sé si en la foto esté lloviendo, parecería que no, pero en Pedro Paramo entonces llovía, como llueve cada vez que uno escucha las tétricas canciones de La llorona (1997), primero de los tres álbumes de estudio de Lhasa de Sela, las cuales parecen una suerte de soundtrack expresamente realizado para la novela de Rulfo, o de versión sonora para esas lúgubres fotografías que Vida Jovanovich tomó en varios asilos de ancianos a punto del colapso alrededor de México. Espacio vacío en el que se desenvuelven la fábula, el mito, la propia poesía, y que no es otro que aquél en el que la reconocida cantante

Lhasa de Sela

“québécois” se halló desde siempre agonizando (en su desierto, de cara a la pared, con sus pájaros y sus peces que beben en el río). Mas, como quiera que se hayan desarrollado los hechos de su vida mundana, esta cantante de amplia voz sedosa y pluvial, con un dejo a paraíso perdido, influenciada por la música ranchera, las canciones tradicionales latinoamericanas, el american folk, la chanson française, el blues, el soul, la música gitana de Europa del Este, el rock alternativo, en suma, difícil de catalogar, que igual componía en español que en inglés o francés y que nació un 27 de septiembre de 1972, de padre mexicano y madre estadounidense, bajo el signo solar de libra en Big Indian (Woodstock), New York, murió prematuramente, tras 21 meses de soportar un cáncer de seno, el 1 de enero de 2010 al filo de la media noche. ¿Por qué recordar a esta mujer en un texto sobre los circos? Por su estilo nómada, vagabundo, ambulante; por una infancia errando a través de las carreteras de Estados Unidos y México hasta los diez años de edad en compañía de sus padres y nueve hermanos, organizando espectáculos teatrales y circenses cada noche; razón por la que quizá su segundo disco, en tres diferentes idiomas, haya sido bautizado como The living road (2003). Experiencia esta a la que años más tarde se aunaría la de su viaje al sur de Francia para participar en la compañía de sus tres hermanas, Circo de Teatro “Los Pocheros”: “una como payaso; otra, funambulista, y la tercera, contorsionista y acróbata”.

En 2003, con The living road, Lhasa de Sela daría inicio a una gira de 24 meses por 17 países para posteriormente recibir el BBC World Award a la Mejor Artista de las Américas durante 2005. No sería hasta 2009 cuando el tercer y último de sus LPs aparecería intitulado simplemente como Lhasa, pues la cantante consideraba este álbum como un nuevo comienzo, y vaya si no lo fue. Juntando fuerzas de flaqueza, a causa de un tratamiento que la debilitaba desde 2008, daría aún tres recitales en Montreal, Paris e Islandia; no obstante, su delicado estado de salud fue de mal en peor al grado de hacerla cancelar el resto de los conciertos programados. Y aunque este último disco ha sido tan elogiado por la crítica como el precedente, y aunque La llorona sea un debut y un cenit tan sombrío como hipnótico, ese fenómeno musical llamado Lhasa de Sela como una manera de protestar contra la ejecución de prisioneros tibetanos es capaz de evocar una sonrisa, pues aun en sus instantes más álgidos, nunca desaparece un rayo con olor a paraíso perdido y a fruta madura situada en la rama más alta del árbol: ese amor fugaz y luminoso en las tinieblas, el que siempre esperamos que algún día regrese. Sea esta pequeña estampa de la cantante metáfora precisa para condensar los alcances de este gran circo en el que todos nos hallamos inmersos.

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Payasos asesinos del espacio sideral Gabriel Fuster

r sin igual. an un terro ir sp in e m rco y uno h o, ás! De hec que fui al ci m n a ó ¡J si s ca so o o a ci ll arecido gra desde aque l vez, será o me han p a n T s ? n es únicaso a ió y rs a e p Los tal av a, el resto íd zó le e p s e m s e é e v nd , entre el a al re Ignoro ¿Dó y aquel día como parc a . l á e id p rt ic a P ca su l a e tó a todos en ayaso de ellos ma es la carpa áculo del p . ¡Nos tenía tiene .. ja ct a o e v fl sp e a e u rd q e so y cu el grandio que viene r que man Caminar la asta a duda Se presentó el acróbata h r. a to ra n rí e a para los ro g sp P e e ll . , á mente viendo aracaídas, mi pap p y ra n o ie u y v s u s o ce st n e m esperó ába o lo ento “Papá, si n público est a y papá le convenido e !: n a ra lí ll ie ri la b o u e h la d le ló bre pato resba lla”. Mejor sentados so esa sombri l grotesco za n ¡E co l. o a andaba ri rt o ib il m salto el equ a que algo b su a e d ch e s e sp n a hacer em te so o se podía cómicos ad tras la gen “n n e ie u m q , o sa íd ri l! o dep rtica d e una ijo al en caída ve l lugar, don ias acercóse misa, me d e n d ca o a m la d li re re sa ce b so la contide la chistera resguardan nción debe El maestro n fu ta co e a , y ¡L rn . ie co .. p y e o d so de con toque co está llen mal. Se pu pista. El cir reflectores s la o D ! re nunca b . sa s” ri so á sangre vuestra sis facial y nada m li la rá rá a a re g p b n i lo cu m ro los es p n de serrín tición, pero ue se burla dor de leon rs fuente de a q a e p m so o su n d l a ie e n p u e r, s lo qu hasta llora erán que e nuar! ¡Por nte que ríe cañón. Cre e l g . e d la s! á a re m o b a rt -j m ho a-ja No sopo a! ¡Ja-ja! ¡J debajo del -j a le ¡J ib .. is v s. in so o de la red recido graci me han pa payasos no

© Godclone_1

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Cecilia Rojas

El circo

1ª Parte Esta vez estaba decidida. No era como las otras ocasiones en que amenazaba con algo y luego lo olvidaba o le daba flojera hacerlo. Así había pasado por varias facetas. La Laura suicida duró poco. Jamás llegó ni siquiera a estar cerca de ver sangre correr por sus brazos. Si no era porque en el momento de hacerlo le llamaban por teléfono para salir a vagar, era porque tenía sueño o porque el pantalón que traía le gustaba mucho y no quería mancharlo. Las pastillas jamás fueron una opción porque le daba asco eso de que se aflojan los esfínteres y todo lo demás. Conseguir una pistola era muy difícil y por eso la idea de suicidarse le duró muy poco. Luego sufrió una especie de rechazo hacia los alimentos de origen animal. Comenzó a leer cosas sobre la salud y la reencarnación o qué sé yo y decidió que sólo comería frutas, verduras y similares. Pedía las hamburguesas sin carne y los hot dogs sin salchicha. Pero conoció a un chico que trabajaba en un restaurante y su especialidad era el filete miñón, así que para quedar bien con él iba y pedía uno para luego mandar felicitar al chef. Dejó su vegetarianismo y el fulano finalmente no la peló. En la universidad se conoce mucha gente de todo tipo, y Laura un buen día decidió buscarse un nuevo círculo de amistades. Así pasó dos semanas sentada en el suelo, sin usar zapatos, tocando la guitarra, fumando marihuana y sin bañarse, pero un día en que andaba en sus cinco sentidos se vio en el espejo y se dio cuenta de que tenía caspa y mugre y le dio asco. No volvió a frecuentar a sus amigos y las drogas ya no le llamaron más la atención. Lo último fue la Laura en huelga de hambre. En la televisión pasaron la película de Gandhi y se convenció de que la gente no la escucharía hasta que hiciera algo en verdad impactante. Se quedó en ropa interior y se sentó a dejar que el hambre y la sed trajeran la paz mundial. Su familia se turnaba para tratar de convencerla de desistir a su tonta idea, pero sólo perdían el tiempo. Papá se golpeaba la frente al ver que sus esfuerzos eran inútiles y luego lloraba como una señorita despechada. Mamá se sentaba frente a ella y le hablaba, llamándola por sus dos nombres, tratando de hacerla entrar en razón, pero al final terminaba cansándose y se iba. Angelito, su hermano, sólo le dejaba el plato en el piso y se sentaba junto a ella a ver la tele, porque en su propio cuarto no había una. Fueron cuatro días y ni un solo kilo menos. Por las noches Laura no aguantaba el hambre y bajaba a la cocina a comer hasta hartarse. Sus padres ya estaban acostumbrados a las locuras de la niña, y no es que no les preocupara, sino que sabían que siempre terminaba olvidándolas y buscando algo más descabellado. © Nina Saucedo G. _ “Juego de vida” Entre una y otra rachas había una de lucidez, en la que eran una familia normal. Sus padres se habían casado cuando ambos tenían dieciséis años. Laura, que entonces tenía diecinueve, entró antes de tiempo a la universidad por ser una niña brillante, y Angelito, de seis, era un niño simpático y muy listo. Dentro de lo que cabía Laura era una chica normal. Generalmente estaba contenta, pero en su cabecita maquinaba cosas sin sentido sin ni siquiera saber por qué. Pero ahora estaba decidida. Estaban atravesando uno de esos momentos de familia normal, cuando llegó un circo a la ciudad. Como se habían distanciado un poco mientras duró la huelga de hambre, los padres creyeron que era una buena idea ir a divertirse un rato. De regreso en casa, Laura tuvo una epifanía: su vida estaba en el circo. Así que se iría con él. Empacó algunas cosas, escribió un recado para sus padres, y mientras estaba pegándolo en la puerta, vio salir a su familia con maletas en mano. -Listo, vámonos- dijo Mamá -¿Qué creen que están haciendo? -¿Te vas al circo, no? Pues nos vamos todos. -Pero, ¿qué piensan hacer ustedes en el circo? -¿Y qué piensas hacer tú?

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Así, sin decirse nada más, dejaron trabajo, escuela, casa, carro y vida para seguir al circo. La mañana siguiente fue extraña. Los cuidadores bañaban a los animales, haciendo un ruido que resultaba poco común para quienes habían vivido toda su vida en la ciudad. El tráiler donde pasaron la noche olía a incienso y a flores, pues, como eran nuevos, tuvieron que dormir en el camión del vestuario y los adornos. Hay muchas cosas qué hacer en un circo. Limpiar a los animales, alimentarlos, preparar el vestuario, ensayar los actos. Ese era el problema: necesitaba un acto. Laura tenía la esperanza de que, no teniendo nada que hacer, su familia se iría. Pero no sabía que ellos ya tenían todo resuelto. Papá tenía buena puntería, y descubrió que sería bueno con los cuchillos y Mamá sería su asistente en un acto con globos y venda para los ojos. El acto de Angelito sería una sorpresa. Laura no sabía qué iba a hacer y comenzó a desesperarse. No sabía bailar, ni cantar, le daban miedo las alturas y los animales más. -Maldita sea. Piensa Laura, debe haber algo para lo que seas buena. No me lanzaré al cubo con agua. Eso sí que no... me da miedo la plataforma. Maldita sea, con miedo no voy a llegar a ninguna parte. Laura, por favor, acuérdate de Mony, que te decía que tú eras la chica de acero... Eso es. 2ª Par te Las luces se apagaron y en el techo comenzó a girar una bola de espejos, llenando la oscuridad de destellos, mientras la voz del presentador daba la bienvenida. Señoras y señores, niños y niñas, el circo de los hermanos Alameda les da la bienvenida a su espectáculo de magia y acrobacia. Con ustedes el mago Black y su asombroso acto de ilusionismo. El mago Black realmente era fabuloso. Volaba sin cuerdas y partió a su asistente en seis partes. Apareció una ballena en una especie de gran pila transparente en la que no había nada. Un niño de la primera fila pudo incluso lavarle los dientes con un cepillo enorme. El animal dio un aletazo y bañó al público de las dos primeras filas. Luego cubrieron la alberca con una gran lona morada con estrellas blancas, el mago dijo unas palabras, levantaron la lona y ya no estaba ni la ballena ni la alberca, sólo había quedado el cepillo de dientes. El siguiente acto fue de payasos. Uno muy chistoso, chaparrito, se subía a una escalera móvil y otros dos lo movían de un lado a otro mientras el público se angustiaba porque en cada movimiento parecía que se iba a caer y a partirse la cabeza naranja en mil pedazos. Cuando por fin se cayó, un payaso corpulento lo cogió en brazos y la gente aplaudió feliz de no haber visto al payaso desangrarse en medio de la pista. Luego salieron unas chicas con caballos, dando giros y piruetas a galope, con trajes brillantes, con plumas. Al final hicieron una pirámide muy espectacular. Pasaron el domador y sus fieras, otros payasos, el hombre fuerte cargando cajas de seguridad y hasta un elefante, y más payasos. Y ahora, desde la lejana Rusia, los Krakovsky, con su sorprendente número de los cuchillos!!

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Salieron Mamá y Papá vestidos de rojo con negro. Papá con un traje y una capa, y Mamá con un diminuto traje y medias caladas. Mamá se acomodó en un círculo, le amarraron manos y pies y comenzó a girar. Papá le lanzó cuchillos y luego, con la cabeza dentro de una bolsa de papel, reventó globos que Mamá sostenía con las manos y la boca. Acabaron el acto muy tranquilos, como si lo hubieran hecho toda la vida. La gente había aceptado muy bien el número. Papá se veía muy apuesto con el cabello rubio (porque a ambos se lo tiñeron de ese color) y Mamá arrancó varios silbidos del público. Los malabaristas hicieron volar muchas cosas: sillas, mesas, pelotas, botellas y hasta dos chicas que parecían estar hechas con algo más ligero que el algodón. Y ahora, querido público, prepárense para ver un acto nunca antes visto por el ojo común. Desde Canadá. Laurie, la chica de acero. Laura apareció en la pista con un traje de lentejuelas plateadas, con el rostro, el cabello y las manos, pintados de plateado, y una cadena alrededor de la cintura. Dos ayudantes pusieron una mesa con lo que ocuparía en su acto. Laura, o Laurie, como era su nombre artístico, se sentó en el piso un momento para concentrarse. El público guardó silencio para no distraerla. Ella se repetía en voz baja. Soy una chica de acero. Soy una chica de acero. Se levantó y sacó de una caja negra una bolsa con corcholatas. Sacó una y la enseñó al público. Luego la metió en su boca y la masticó. Sacó la corcholata plana y perfectamente circular. Luego comenzó a meterlas una a una en su boca mientras la gente contaba. Uno, dos, tres, diez. Las masticó y sacó una gran bola de metal compacto. Los aplausos no se hicieron esperar. Así masticó más metal y parecía que realmente sus mandíbulas eran de acero. Para finalizar el acto sacó una botella de vidrio y la mordió, arrancándole el cuello, lo masticó, y siguió mordiéndola hasta que toda la botella fue triturada con sus dientes. Se acercó al público, luego escupió los vidrios en una caja con su nombre. El aplauso no se hizo esperar. La gente no podía creer lo que veía. Por fin el número final: los trapecistas haciendo mil cosas en el aire. Cuando la gente creyó que ya se había terminado el show, el presentador les dijo que no se fueran sin ver la sorpresa que les tenían preparada. La bola de espejos bajó hasta el piso, una payasa la desenganchó y jugó un poco con ella, haciéndola rodar. Luego la dejo en medio de la pista. De golpe, la esfera se abrió y salió de ella Angelito, con un traje de colores y una coronita en su cabeza. La gente aplaudió mucho el final. El gerente estaba encantado con los nuevos actos. Los Krakovsky saldrían a diario. Laurie se presentaría un día sí y otro no, porque tenían que dejar que le sanaran las heridas en la lengua y encías. Angelito había estado fenomenal, pero decidieron que ya no permanecería oculto durante toda la función. Sino que podían meterlo en otros lugares pequeños como cubos o una lavadora de juguete. Definitivamente no podían desperdiciar su talento limitándose a una bola de espejos.


© Fabiola C. Rayas Chávez

Visitaron muchos países, cautivando públicos diferentes, modificando sus actos, mejorándolos. Mamá y Papá ya no sólo hacían el lanzamiento de cuchillos convencional, ahora Mamá se metía en un sarcófago de papel y Papá le lanzaba los cuchillos sin verla. Una vez nada más hubo una falla y Mamá casi pierde un dedo. Por suerte pudieron coserlo a tiempo y el percance no pasó a mayores. Angelito era la estrella infantil. Con un poco de esfuerzo podía encogerse tanto que cabía en los lugares más reducidos. Cada presentación era diferente. Estuvo dentro de una pelota con la que los payasos jugaron un partido de futbol, dentro de una caja de regalo que sostuvo un niño del público durante la mitad de la función. Al final, salió saltando con un traje de arlequín, asombrando a los espectadores. Se metía en una esfera transparente y luego la introducían en la boca de un elefante o de la ballena en el acto del mago Black. Laura ya no sólo masticaba metal y vidrio, sino que se tragaba puñados de tachuelas, alfileres, clavos. Introducía una daga de treinta centímetros por su boca, trituraba las botellas con las manos antes de masticarlas, rompía espejos en su frente. En fin, cada vez su acto era más sorprendente. Chang, uno de los trapecistas, le daba ideas y le ayudaba a planear su acto, a preparar el vestuario, a maquillarse. Se hicieron buenos amigos, después, la amistad se convirtió en romance.

Juntos bañaban a los leones, paseaban por las ciudades que visitaban. Chang le curaba las heridas de las manos, frente y boca. Una noche, durante la segunda función, los trapecistas presentaban su acto. Como siempre, Laura veía a Chang desde atrás de la pista. Algo pasó, la cuerda que sostenía el trapecio de Chang no soportó el peso, y se rompió. El joven cayó en la red de seguridad, pero cayó parado y rebotó, proyectándose hacia fuera de la pista, cerca de donde vendían golosinas en el intermedio. El público guardó silencio durante los segundos que duró todo esto. Un golpe seco se escuchó al caer el cuerpo del joven chino contra el suelo. Laura observó de lejos cómo sacaron al público para que los paramédicos pudieran trabajar. Vio cómo subieron a Chang a la camilla. Cómo limpiaron la sangre del piso. No hizo nada más que mirar detrás del escenario. El espectáculo tenía que continuar y continuó, aunque las cosas ya no eran iguales sin Chang, sobre todo para Laura. Siguieron viajando por el mundo, presentándose una y otra vez. Viajando regresaron a la ciudad de donde habían salido. Después de la función, sin decir nada, tomaron sus maletas, y así como llegaron al circo, se fueron. Llegaron a casa. Mamá y Papá se subieron a dormir inmediatamente. Laura, ya en su cuarto, se cepillaba el cabello, mientras, Angelito se acurrucaba en el cesto de la ropa sucia de su habitación.

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© PABLO BERISTAIN


El hombre tarántula Jesús Baldovinos Romero Desde niño me gustan los circos. Había algo insano en eso. El olor a caca de elefante. Esperar a que la bonita se caiga del trapecio. Que al domador se lo coma un león. Que el payaso se ponga a llorar o haga llorar a la gente. Que el perro amaestrado mee al entrenador. ¿Por qué cabrones todas las cosas tenían que ser felices? Incluso esa vez que se quedaron mis padres en la entrada porque el policía pensó que era cierto lo que yo le dije: estos dos me vienen persiguiendo y acosando. Cómo disfrute aquella tarde, era cautivante ver cómo la gente a pesar de sus pesares, a pesar de sus dramas, reían, y eso me causaba tanta risa. Lo único que no pude soportar fueron los payasos. Por alguna razón aquella ocasión me hicieron reír, y la risa me llevó al llanto. No podía soportarlo. Ni siquiera mis padres me hacían llorar tanto. Por cierto, esa vez, cuando salí, me esperaban en casa. Aquella fue una paliza para registrarse sino en la Historia, si en la historia de ellos y mía. Creo que bien pudo registrarse en el Guinnes. Toda la rabia y la impotencia se habían aglutinado aquella noche. Se turnaban para dar rienda suelta a los reclamos y a los golpes, ahora con una cuchara de palo, ahora con el cinto, más tarde con el cable de la plancha y luego con la plancha. Y la rabia creció cuando vieron que no había risa. Que más bien bostezaba, que ya sabía que eso iba a pasar y por tanto estaba preparado. Me dio más sueño que el circo y me quedé profundamente dormido como en la tanda diez golpe cinco de mi madre. Su sinfonía fue una sinfonía inconclusa. A la siguiente ocasión en que llegó el circo pensé que sería necesario un poco más de alegría. La cintas con que la bonita se detenía en una de sus piruetas para dejar libres los brazos y hacer el efecto de flotar en el aire pendida solo por el cabello, fueron cortadas con una navajita de rasurar. Era importante que no se notara el corte. Lo que si se notó fue la mancha de sangre por varios días. Como si su sangre sirviera de adhesivo al aserrín de la única carpa. El MP hizo las indagatorias aburridas de siempre, con las preguntas aburridas de siempre, y como siempre, se marchó sin emitir juicio inmediato ni nunca. A mi solo me dijeron que no estorbara. Que no viera a la muertita. Ya la había visto. Desde antes, desde que se desnudó en su camerino, me tocó mis partes que se me empezaban a endurecer, hasta que terminó de maquillarse. Y luego, subir y bajar. Durante el año venían unos cinco circos. No en todos sucedían cosas extrañas como una bonita que se cayera, un elefante que enloquecía y asustaba a la concurrencia, un fortachón que se le desinflara el cartón piedra pintado de negro.

No. A veces pasaban cosas tan naturales como darle un paro cardiaco al anunciador. Encontrar joyas de una mujer riquilla en las valijas del malabarista. O como aquella vez que llegó un hombre casi a punto del colapso, pistola en mano, buscando a la mujer barbuda por haberse acostado con su mujer; las pruebas las encontró en su camerino, una foto con una dedicatoria –falsa, pero dedicatoria-. Y sin pensarlo, dejó al circo sin mujer barbuda y sin, al menos, dos espectadores. Pero esas cosas suceden en un circo. Más tarde entendí un poco el verdadero drama del circo. Era aplastante el miedo que le entra a uno. Empecé a hacer payasadas. Nadie me pelaba y eso estaba bien para mi pero no para el dueño. Me echaban cada vez que me contrataban. Aprendí que debía impactar al público, que debía atraerlo con toda su atención. Fue duro aprender. Pero lo hice. Aquella vez que salí al escenario y caí por accidente, se hizo un silencio espantoso, para el público, por supuesto. A mi solo me dolió el golpe. Después de unos segundos, me paré, me desempolvé y empecé a recitar una poesía patriótica que aprendí en primero de primaria. El público no sabía qué hacer, si reír o llorar. Y entonces lancé una estruendosa carcajada. Y el público se entregó a la lágrima viva. Esa vez el dueño me pagó, pero de nueva cuenta me pidió que ya no volviera. En otro circo conocí el silencio. Los ojos en una cara pintada, iluminada en el centro de la arena, indican la emoción. Deslizarlo lentamente para causar miedo, cerrarlos un poco para causar tristeza, abrirlos para que la gente diga qué. Pero más allá, sólo mi mirada pudo transmitir el miedo. El público a oscuras y solo mi rostro iluminado. Hubo quienes gritaron cuando les buscaba los ojos, otros, los más pequeños se refugiaban entre los brazos de sus padres y escondían la cara. Daba miedo. Y eso tampoco le gustó al dueño. Por eso traté en cada ocasión ofrecer un espectáculo diferente: perros sin patas, gatos quemados, hasta el espectáculo más tierno, la boda de dos personas sin brazos, sin piernas, sin lengua, con un solo ojo cada uno. Mis padres por supuesto. Tuve que amaestrarlos durante mucho tiempo para poder convencerlos de que de esa manera nos haríamos famosos. A ratos me daba mucha lata y flojera, o las dos cosas, darles de comer. En más de una vez los encontré a punto de desmayarse. Finalmente, cuando los llevé, el dueño hizo un gesto de desagrado pero aceptó.

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Aquel espectáculo pronto se hizo rutina. Decidimos en otra edición que los niños entraran a la pista a jugar con ellos. Algunos les aventaban cosas, otros más los pateaban, otros los arrastraban. Pero también se perdió interés. Y yo entendía la exigencia de la gente. La última propuesta que hice con él no fue aceptada. Pretendía abrirles la panza y repartir vísceras. El dueño con miedo me gritó: Estás loco ¿qué te pasa? Que poca madre… Y en efecto, era muy poca, cercana a la nada. Después de varias botellas de ron para celebrar mi fracaso me acordé que ninguno de los dos había cenado. Así que fui a la cocina y pude darme un banquetazo. El viejo estaba un poco correoso. A ella solo la probé un poquito. Luego me dio asco.

Cuando llegó la policía por mí tampoco hubo asombro. ¿Por qué tardaron?, cuestioné. Ahora lo que más me complace es que aquí en esta cárcel ya preparan un circo entre los internos. De hecho, ya tiene varios meses que me están preparando. Claro, no como los circos de allá afuera, pero circo al fin. Me gusta ser el hombre-tarántula. Lo creerán ustedes o no, pero así he quedado por portarme mal. Este cubo de cristal es cómodo. De verdad. Deben creerme o me harán llorar. Meses y meses de entrenamiento para que no me crean. ¿Qué no saben ustedes que quienes llegamos aquí nos aplican la ley de los iguales? ¿Que lo que hicimos afuera nos lo hacen acá adentro?

a Carolina -2007

El Circo – Nació una estrella

Miren oyen escuchen se asombren Malabarismos palabras baladas Ahí vienen los libres payasos Si aquellos que visten parchados

Rodolfo de Matteis

En el medio de la invasión Desarrollan la percepción La mía la tuya la suya la de ellos Hallamos el oro y somos bellos

El circo viene y alegremente me quita los años de encima Otra vez en el ensueño de la niñez Vuela mi fantasía como este Sol rojo que glorioso sube del horizonte en el este a borrar mis delitos mis malhechos mis pesadillas de la noche oscura Vuelan mis ensueños con la acróbata que temiendo y temblando danza ahí alta alta en el cielo de esta mágica ciudad, de esta vida asombrosa Otra vez en el ensueño de la niñez Vuela vuela vuela mi acróbata corriendo en cima de un rayo de luz, de un deseo secreto, de un amor desconfiado, de un espléndido arco iris sin buscar otra olla milagrosa que esto mágico vuelo, un respiro de luz, una chispa en el corazón Llévame contigo en el cielo infinito mágica acróbata, enseña me a danzar en cima del arco iris, de una vida aburrida y explotada, de un río de lagrimas dulzamargas, de un triste vacío que nunca podré llenar por medio de esta jadeante búsqueda de atención que sigue desde que yo acuerde Llévame contigo mágica acróbata, despega mis alas y riega mi sed de luz Otra vez en el ensueño de la niñez Ríete ríete mi payaso, llévame contigo en tu reino en donde yo no soy importante, no soy nada más que un chiste, una carcajada El circo viene y con alegría me quita de en cima la carga pesada del conocimiento, de la desesperada continua defensa de mi mismo y de mis pinches conveniencias, de este cansancio angustioso que es pensar siempre en mi Y otra vez navego el ensueño de mi niñez ¡Mágico circo! mágico malabarista juega con el diablo obteniendo así que él, el mero terror, dé una simpática pirueta dejándonos todos con boca abierta Gracias ambulantes artistas circenses por venir aquí en mi rincón olvidado, en mi barrio podrido, gracias por nadar en mis lagrimas haciéndome morir de risa ¡Gatos negros! ¡lágrimas de diamante, artistas colorados, libre mágico contorsionista, prestidigitador, clown, mago, no se vayan! quédense conmigo a revelar la carta escondida de la baraja embaucadora de una vida que a veces veo triste y gris y de repente está repleta de asombrosos colores Otra vez otra vez navego el ensueño de mi niñez Ahí se va el circo riendo de mis vicios de mis miserias de mi mero fin Al fin del show una carcajada unos ojos brillosos una sonrisa mientras que una acróbata danza danza danza en la orilla del abismo … y de repente se lanza

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Cërco

( s e g un d a pa r te )

Andres Cardo La soñada paz universal se firmará en un gran circo una de esas noches en que sobre la alta cucaña humana se despliegan todas las banderas en verdadera confraternidad. El mundo al fin se dará cuenta del sentido humorístico de la vida y acabará haciendo un gran circo, franco, sincero, desengolado, en que se lucirán las casacas ministrales, a las que habrán sacado los ojos que hoy las decoran, y la gran farsa caprichosa y disparatada del mundo habrá encontrado su sincero ritmo y su estilo verdadero. Y ahora maestro, ¡música! Ramón Gómez de la Serna Te has traicionado. En la mirada sobran las dudas y si se incendia el circo y si engaño o espejo o vengo y devuelvo la entrada y la espera para ver un pedazo de hierba que se enciende y crepita para quedar de vuelta a la nada, hecha de humo, hacha de hada, que se construye con onomatopeyas enjauladas; ¡ah, se quema el circo! Pero un incendio no es gran cosa: seguirá el espectáculo y ni siquiera él, don X, que se levanta del suelo para correr y salvar su vida para luego construir de nuevo la carpa, podrá escupir un diluvio tan grande como para apagar el fuego. En cambio te ríes. Y a veces ves el futbol. Y te ríes. Con un gol. Te ríes. Has de levantar más muros que risas, más manos que verjas, pero sin embargo te ríes. Es la risa la más piadosa de tus expresiones. Puedes también ponerte un dedo en el ombligo y reírte como en un orgasmo te ríes de la risa jubilosa y desenfrenada de una mujer que huele en la semilla del hombre la fertilidad y frustrada intención de pensar que un mar es sólo un charco gigante, y no el génesis de la vida y el pecado: reír es estar desnudo. Mírame te digo cuando me río. Pero, ¿de qué te ríes?, mírate que eres tú el que se muerde la espalda y suelta la escalera y se tropieza para obstruirse el paso y la entrada al palacio de los espejos. El circo son los espejos, los grandes espejos, que dan la sensación de que otros numerosos públicos se asoman y se suceden en ellos. En verdad, sobra cualquier mundo.

Ahora, sin saber por qué, escuchas la mirada de una trompeta que chilla, y te ríes. Miras un clown que patea a su hijo, y te ríes. Miras a un gato, a un demoledor que se enfría, a un as sin piernas, a una total y enferma entregada al lodo, a una leona fastidiada y conversa, a un loro amaestrado diciendo “más putas”, y te ríes. Ésta es la casa de la risa. Aquí no puedes fumar ni tomar cerveza, pero habrás de poner en la barraca una muestra de ser un algo que puede aprender a firmar las estelas con sus uñas. Es el circo la invención del circo. Un circo es crear otro circo. Y así, sin poder darnos cuenta, de pronto lo que parecía que era una rutina parlamentaria mil veces dicha es, repentina, la protagonista primera de los inverosímiles tatuados que construyen y reconstruyen sus casas sobre los árboles y las nombran ‘cercos’: es el mundo el corral más elíptico y secreto de los nombres. Diría Calderón de la Barca, El gran teatro del mudo. Ya sea la paloma que se convierte en loro, o el elefante que en un bostezo pareciere que va a tragarse al público o el tigre que falaz se lanza entre el fuego y se precipita hasta el límite y nos muestra sus filos bucales, o la duda que se hace hiedra y crece, o el puro que apagado se quedo pisado en el suelo y en la paja: es así que el público es entonces la acotación cónica de los animales que inexpertos hacen del espectáculo la variedad y la ocurrencia. Y sale al ruedo el látigo que sin decir un eco pronuncia: “A trabajar, a trabajar, ¡cabrones!” Un desperdicio de tiempo. El circo puebla las pupilas y acontece en el iris de la simpleza. Te has engañado. Una risa es también la burla. Y si eres tu la entrega de judas y el que ríe de tan absurdo teatro, por saber que es la fundación de un reino, por qué no habrás también de reírte de los ángeles que mutilados se han quedado atrapados en la tierra, y a los que la gente teme y los llama ánimas o monstruos, o fantasmas o aparecidos; son ellos la estadía inconclusa del hombre amotinado en su parodia y su farsa infinita. La risa muestra que hemos de ser los nuevos que se miran sin andamios, atorados en infiernos paralelos. De eso podemos reírnos. Ríete de ti. Ríete de mí. Ríete de la mujer que sin manos puede colorear la vida de amapolas. ¡Es la belleza la más atroz de las verdades placenteras! Y en su vereda nos vertimos enteros.

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Ahora tócate el pecho y siéntete las yardas que deambulas. Mi abuelo murió mientras reía. ¡Qué dicha el ser abuelo y sólo pensar en bocas llenas de peras mientras dejas de sentir la circulación de ese nutridor viscoso e invisible que es el aire! Chinga a tu madre, dirá el fauleado cuando le rompan la pierna y sepa que no será él el que anote el gol final, el que firme el triunfo y haga no sólo reír sino gritar a un mundo de mundos de espejos reflejando más mundos. Pero habrá quien ya con su mirada de reo, y atrapado en la simpleza de un instrumento doméstico, que terriblemente lo sodomisa y lo hace obediente, se levante solo entre la multitud y se diga a sí mismo: “gol”. Será pues el dromedario el que meta la cabeza en la tierra y saque un hueso y después atónito nos diga: “Es el circo en donde todos volveos al paraíso primitivo, en donde tenemos que ser más justos, ingenuos y tolerantes”, y mueva su joroba para perderse entre las cortinas. Es difícil no tropezar con el dromedario. Al borde del camino hay una línea. Es un círculo que crece conforme gira. Antes matar a un niño deforme era poner la piedra de nuevo en su hueco. Ahora henos aquí, en la monstruosidad de nuestros hallazgos, con las manos prematuras llenas de baba. Matar un monstruo es salvar a un hombre. Esta es una historia de horror: el código es la norma. Tú y los murmullos. Había antes una mujer hermosa y un hombre se dio un tiro en la sien y vivieron felices el resto de sus días. Rueda. Sigue la lucha libre cuerpo a cuerpo del hombre contra el toro. Que se crucen. Que se hagan uno sólo: es así que la bestia se comió el corazón del hombre. Maten al monstruo. Maten al toro. Matar un monstruo es salvar a un hombre. El cerco y una mano en el pecho. ¿Qué bebiste? “Cosas torcidas” Deberían hacer hecatombes para tener más charcos de sangre en donde ahogar a los que mueven las cadenas que les amordazan la espalda. Les he dicho que no tengan miedo. Esta es una historia de horror. La teratología del asco. La trasmutación de un jorobado en falena. Y ahora con ustedes la foca que se rasca y es mitad mujer. Y las cabras siamesas. Animales enamorados de dos bocas distintas. La desnudez es la repugnancia y la entrega entera. Entrégate. Ríete. Muestra esos dientes de hierro. A fin de cuentas tú no eres ni el basurero ni la fosa común. Nada de mallas. Hoy será el número la dinastía imaginaria de los hacedores del tiempo. Geometría y física pura. Hagamos cuentas. Y la veleta sopla. Es el circo la trompeta y la más triste payasada de un torso que se arrastra para ver el peligro y sudar y pensar que el será el único residuo. Entre tanto unos pies tejen la carpa y hacen un capullo con su boca. Es un cristo femenino pariendo mujeres barbudas. Ríete. Estar vivo es estar grabado en la voz de un grillo. Quisieras bailar. Ya habrá otra multitud. Otra arena. Otra pelea. Y podrás tragar agua sin usar popote y bañarte entre la multitud silente. Sólo di que sí, violeta. Eres flor y esponja que se llena de lo que bebe. Sólo di que sí para que sepas cómo. Nada como ser un elefante. Desnudo siempre como el fenómeno. “Baila mi pequeño monstruo de ojos azules”, escuchas. Estridencia de pabilos. El hombre cohete vendrá de bajada dando giros. Y un “¡ah!”... se ha caído se escucha: se oye la turbulencia.

No hay red. “¡ah!”, “¡una ambulancia!”, “¡tírense, salven al niño!” Y un cuchillo en la boca corta una lengua. ¿Y el miedo?: corre a gatas. Sí, se ha caído y con el miedo le buscan heridas. Es un niño con talle de heroína y ha perdido su blindaje y ha convertido el vértigo en vela. Llueven cuerpos. Nos dejan a la deriva en los columpios. Se mece la ira. ¿Está muerto? Dime. Ya. Dime ya. ¿Está muerto? Vamos. Jala. De día y de noche igual. Trabajar sin descansar. Vamos. Jala. Clava. Jala. Clava. La función debe continuar. Funámbulo extractor. ¿Esperaban ver a un elefante volar? Nómada suicida, hoy estás vivo y sin ataduras, pero mañana podrás colgarte de nuevo. Ríete. Ve como tu hermano se ríe y ríete, porque estás viendo a un hombre feliz de verte vivo. Pero tranquilo, hoy es día de feria. Habrás de ser una carcajada. Durante unos minutos o unas horas, habrás de ser el despoblado que puede sin pena disfrutar el miedo en la tráquea. Relájate que todavía no pasa nada. Verás como bastan unos minutos para que no pienses en nada. En la memoria tendrás sólo niños jugado y serás puro. Aplaude. Sí. Aplaude. Mira que ya entran todos con esa música bélica de fondo. Mira, mira que miran al elefante. ¡Qué grande! Díselo a tu hija, para que se ría. Dile, “mira, mira una jirafa, ¡qué larga!” Y el león... ¡oh!.. su melena parece de barro, como para colgarla en alguna pared urgida de un sol. Pero guarda silencio. No. Ni un ruido hagas. Escucha esa tarola. Silencio. Relájate. Durante dos horas no habrá nada en tu mente. Esa es la condena del escorpión: la hipnosis. Pero serás más que niño. No importa. Mira, ya salió el señor con frac. Ríete. Ve que sus chistes sí logran todo. Escucha lo que dice y no te muevas. ¡Ya se quitó el sombrero! Tranquilo: “Y ahora, ¡música maestro!”

© Luan Mart

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Imagen: Felipe Gaytán

Hace unos meses la Clarimonda se dio a la tarea de convocar a 5 jóvenes escritores de distintos puntos de la República; la intención fue hacer el reto de crear una pequeña novela colectiva. Los requisitos fueron que se utilizara a Clarimonda como personaje principal, el ambiente enraizado en el circo, con extensión de no más de 2 cuartillas, libertad de narración y sobretodo con tiempo de 2 semanas cada uno para la creación de cada capítulo. Los seleccionados fueron Christian Fajardo (Tijuana), Manuel Felipe (Villahermosa), Nazul Aramayo (Torreón), Darío Zalapa (Morelia) y Héctor Anselmo (Edo. Méx.). El orden de los mismos se dio mediante sorteo y a continuación les mostramos el resultado de este reto…


I. La Función Christian Fajardo Seré mujer, nuevamente... antes, antes me llamé helena, magdalena, malintzin... mañana o pasado me pondrás clarimonda, o caracol o en realidad me llamarán espejo. Lo único que de verdad importa es ocupar ese centro donde las lenguas se multiplican en ojos sobre las butacas que se dividen entre el infinito y Tú me exigirás más explosión, más sintonía, más... Las luces le darán a mis poros las salidas necesarias con los colores indispensables para el salto mortal sobre el hilo que pende del vacío en las gargantas. Dirás: toma un poco de este polvo cósmico, de esta vía láctea en forma de piedra dentro de las lumbreras. Toma, dirás, un poco de emoción bajo los gestos después del impacto de la vida que entra y sale. Las palomitas vuelan hacia los ácidos mientras otras solamente les gusta impactarse contra el suelo. Sin embargo, no nos es suficiente, queremos algo familiar, queremos lo de siempre: lo mismo. Pedimos a gritos que te desnudes que muevas un poco las caderas; que los leones allá atrás simplemente se ríen se inundan de más reír tanto que con las fauces se tragan los unos a los otros ellos mismos para de ese modo ir llenando de ti el espacio de cada nada en ese vaso lleno de fuego en alcohol, así, dejar que Él, sobre tus pliegues, mueva la escultura de manera brusca o seductora. Nos maquillamos las intenciones: una sonrisa un llanto una locura, pero lo cierto es que ya lo único verdadero es el maquillaje en su estado natural. Salimos para amenizar un poco el espectáculo: nos ponemos alrededor de Ella y escribes con el objetivo de darle un poco de personaje. Se dicen: que sea algo breve por favor que no rebase una mano un pie un pubis, o un riñón un páncreas o un corazón, queda claro. Los espectadores pueden ver cómo sin reparo alguno le desmiembran el cuerpo, le quitan los dedos del pie izquierdo y se los ponen donde las orejas, las nalgas la hacen de pulmones y éstos de brazo derecho, donde el rostro va el recto, y es de esperarse que los labios mayores se nombren nariz y los menores ojos, la identidad del clítoris la cambia por garganta y la uretra por frente: en este rol le tocó ser una mujer que le parece que la vida es perfecta, por el simple hecho de estar viva, por el simple hecho de poder llevar a cabo acciones que repercuten en la vida de los demás, por ejemplo: demostrar el cráneo en las órbitas que van más allá del uni·verso. Aquí se perciben unos tambores redoblados con efectos electrónicos y el canto de un mosquito que de su garganta brotan flores de cerveza que cada uno de los presentes huele para sacar del perfumelas trilladas alucinaciones de color fosforescente. Antes bien, el director del circo con penófono en mano promete entre tanta eyaculación que será de lo mejor... Y sí, todos caemos en la trampa de la emoción, sentimos el corto circuito que va de ciático a encéfalo que reinicia el programa neuronal de lado izquierdo del cerebro mientras el derecho toma sus valijas y el vuelo no prometiendo volver pero sí mandando postales de dónde quiera que esté. De momento las butacas se contraen para ver más de cerca cómo las piernas pasan a ser el rostro, y éste con todo y todo forma los pechos, los pechos: los brazos, las nalgas: el pelo y el pelo: el cuello; de un salto todo se invierte y los ojos pasan a ser el pulgar, las orejas: las axilas: ahora le encanta el amor, porque según ella el amor lo puede todo, puede los golpes, puede los insultos, puede los desdenes, puede los maltratos, puede los amores, puede con todo y con ella. 26

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En este preciso momento, gusto ahora, en tu cara se está realizado una expresión que saluda a una lente que se ilumina con un flash y te dice click para que cuando quieras verte en esa pasado tomes el catalejo y lejanamente veas cómo fuiste hace unas cuántos párrafos. Luego los elefantes salieron, las cebras, los caballos, las avestruces, los tigres, la foca, los perros, los camellos, los monos y las palomas cada uno de ellos con su respectiva silla trazan una representación del círculo que divide al escenario del público para que los espectadores vean el efecto panóptico en sus ojos. Una pierna pasó volando de un trapecio a otro, el rostro que no quería quedarse atrás lo intentó pero no teniendo manos calló directo a la red y al contacto se dividió en 365 rostros; el tronco insistió en que él sería la cabeza pero todos se opusieron, el resultado final soy yo: una persona segura de sí misma de sus inseguridades, que todos los días sin dilatación religiosamente da gracias al gran 1 ya sean 2 ó 5 dependiendo el caso; la que deja todo, por razones obvias, para dedicarlas a su verdad. Para este tiempo debido a las huellas que se dejaron estampadas en el suelo, el aserrín se fue dejando un poco para que cada asistente tuviese algo de que agarrarse en el trance que devino y se fue así no más como si Con los cuchillos los malabaristas cortaron las manos de los espectadores, mientras el debralle chorreaba risas eufóricas que a la señal eran arrogadas al centro del escenario para hacer una piscina de pirañas, al par allá en lo alto en el ojo de la carpa una nube se preparaba para aventarse un clavado. De las ondas del impacto flotaron los dedos de rodillas y párpados y con esto construyen el cuerpo al momento que las demás partes se daban respiración de pezón a omoplato. Y el meñique apuntó: yo sé la cerca de púas que dibuja el cuerpo, sé el ritmo y las vueltas del cause, sin embargo sé también esa nada de agua que da vida pero que no hay mar dónde depositarla, pienso lo que digo y digo que lo que pienso, las cuerdas de mi viola a veces me traicionan con romperse y paro, y compruebo enel iris del arco que el divertimento será infinito, canto las canciones que me sé de memoria en mur·muros sin eco que distorsione la acústica. Los contorsionistas tratan de imitar la estructura del cuerpo sentado de los dedos encajándose en el pie del vecino de la excitación de la boca de las presentas cascadas de flemas espuma de las fosas comunes entre ellos que genera el voyeur de la lectura del itinerario del programa: el vuelo de la mosca sobre una superficie transparente. Nadie puede ni siquiera tú despegarte los ojos de la función, por más que te consideres ajeno del sistema nervioso eres una terminal más de pasajeros que viaja por los lados oscuros de la zona del habla que a través de las fosas ventanas del verbo ves cómo el cielo estrellado se estrella contra el sueño de una ciudad en llamas. Luego los animales de aburrimiento se pusieron en sus 4 en sus 2 en sus alas y tomaron su respectivo látigo para irse a sus adentros. Del polvo se hizo una silueta con forma de cuerpo de cabeza los pies y de pies la cabeza, manos de sexo y sexo de espalda, dedos: los ojos, gusto de nervios y nervios de cabellera y pelo púbico, y así como las demás eres tú sólo que obediente a tu axioma de la oposición de la diferencia de manera inductiva del binomio. Siempre renegando de lo que no es cómo tú por los vectores interpretativos que puedes ofrecer al mundo, que según éste ignora, pero que al fin y al cabo formas parte una de todas del desenlace del mito que te constituye.


Los dientes de león llovieron después de tanto regurgitar el vómito de la sonoridad del silencio, y cada uno de los espectadores trataba de tomarlos con los muñones para semejar encendedor en el punto del concierto más onda de la ola que arrastra la partitura del ir y venir de las burbujas de sal que se precipitan sobre la mejilla de Ella. Al contrario, las butacas comenzaron a devorar las heces de los asistentes y cada eructo era un ramo de lirios, por lo tanto, la banda tocó un solo sin instrumento y se escuchó un aullido que construyó naipes en un castillo por la firmeza que representa. De cada número del dado fue saliendo en pasarela una a una las partes del cuerpo para así entero representarlo como el director del circo lo tenía previsto: una mujer, donde lo único que faltaba era la lengua que, paulatina y constantemente, sería devorada por otra lengua apunta de grafía y tinta hasta el final de la historia. No hubo párpado que no aplaudiera la función, las pestañas tocaban su aroma y de pronto el ruido de todo fue comiéndose al circo hasta quedar solamente Ella en el centro del escenario.

II. Justo en el centro del escenario (Primer acto) Manuel Felipe

fue Helena, después Magdalena, por un tiempo se llamó Malintzin, hasta llegar al nombre de Clarimonda; aunque ella sabe muy bien que quizá mañana o tal vez pasado, su nombre habrá de ser otro: Caracol o Espejo. Una vez formada la esfera de pensamientos, la humanidad de los presentes, se hacía polvo. Polvo en las butacas, polvo en el aire. Los 365 rostros volvían a las manos de Clarimonda, puesto que de ahí habían surgido, permaneciendo allí hasta el inicio de una nueva función. Él, satisfecho por la función, recibía a Clarimonda en un su regazo y hacían el amor hasta que el fuego del centro del escenario se consumía por completo, casi siempre antes del amanecer. Y así pasaron viajando con la comparsa, hasta el fin del mundo: cruzaron desiertos, océanos, montañas, incluso galaxias. Cada que entraban a una nueva tierra, montaban un desfile, donde payasos, malabaristas, contorsionistas, elefantes, cebras, caballos, avestruces, tigres, la foca, perros, camellos, monos, palomas y demás mostraban sus mejores artes. Y así una vez montada la carpa, cada uno presentaba su acto, hasta llegar al acto final, el de Clarimonda. Un día, después de que Clarimonda había dibujado los 365 rostros en el aire, casi accidentalmente, un tipo de nombre Ulises, entró a la carpa y observó todo su espectáculo, convirtiéndose en el único testigo de aquel robo de mentes. Al momento en que Clarimonda tomó el fuego entre sus manos, vio como los rostros de los demás, se contraía y una línea azul emanaba de sus frentes, transportándose hacia el fuego, donde Clarimonda esperaba abatida, con los ojos cerrados, recuperando sus fuerzas al momento de quedar protegida por la esfera. Y cuando todo se hizo polvo, Ulises comenzó a aplaudir. Esa noche, Él y Clarimonda recordaron todo desde el principio, cuando ella era Helena y era una contorsionista, seduciendo a todos con su mejor acto: el backbend.

Una vez más, ella había quedado sola en el centro del escenario. Pero no siempre fue así. Al principio tenía una voz y también un nombre, lo gritaba antes de empezar el acto: Yo soy Clarimonda. Y los 365 rostros que previamente había dibujado en el aire, se trasladaban hacia la mente de los 365 espectadores que habían pagado su entrada al circo. Entonces Clarimonda empezaba el acto, el acto del fuego. Prendía el fuego en el centro del escenario, lo hacía a través del rito que Él le había enseñado por años hasta que ella lo aprendió correctamente. -Lo primero que tienes qué hacer –le decía- es borrar todo pensamiento de tu mente, así podrás recibir los pensamientos de los demás, sin embargo, para recibir el pensamiento de los otros es necesario una serie de artimañas para mantener la atención. Siempre iniciamos con el fuego, el cual, la mayoría de las veces, no falla. -¿Qué pasaría si fallara? -Pasaríamos al siguiente acto, pero primero aprende con el fuego. Clarimonda hacía movimientos lentos frente al fuego, mientras los espectadores observaban un tanto indiferentes. Su indiferencia sucumbía al momento en que Clarimonda tomaba el fuego entre sus manos y hacía suertes con él. Las 365 personas quedaban sorprendidas, casi en estado de éxtasis por tal suceso. Era el momento en que los 365 rostros, accedían a los pensamientos de esas 365 personas. Clarimonda, para recibirlos, dejaba en la orilla del escenario el fuego que mantenía en sus manos y penetraba en la fuente del fuego, lo hacía con un ligero movimiento de brazos. Ya dentro del fuego, poco a poco se iba formando una esfera que la protegía, una esfera de color azul, que eran los pensamientos de la asistencia. Desde que la descubrió en la calle, cuando ella apenas tenía 13 años; le dio de comer, la vistió, le proporcionó todo lo necesario para que años después, aprendiera el arte de alimentarse de los pensamientos de los otros. En ese entonces aún no se llamaba Clarimonda, pues primero

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Una vez que sus pies tocaban su cabeza, una familia de iguanas salía de la boca de ella, causando la emoción de la gente. Eran sus primeros días. Después cambió de nombre, Magdalena y pasó a formar parte del espectáculo de trapecistas, con el tiempo, tuvo un solo número para ella: después de balancearse y de haber realizado varias combinaciones en los trapecios, se dejaba caer en la red y al momento de caer, desaparecía, preguntándose el público por ella. Pudieron haber seguido recordando todos esos inicios, hasta llegar a Clarimonda, pero el fuego se consumió mucho antes del amanecer, señal ineludible de que el acto había llegado a su fin y se hacía necesario pasar al segundo acto, el de los espejos. Clarimonda y Él, lo sabían, en tanto Ulises, andaba por el pueblo pregonando la desaparición de sus 365 coterráneos. Nadie le creía. Aún así, representaba una amenaza para Él y Clarimonda.

Me despidieron. Y a ella también en cuanto se alivió. Desde ese día fui la Malintzin y dejé de confiar en las mujeres sin cejas. En el espejo giran los recuerdos. ¿Cuál es el chou? Me miro desnuda, soy una joya, un talismán moreno. Mis hombros un puente delicado. Descifra tu cuerpo y serás el aire, controla el fuego y escucharás las voces de las bestias, mírate, gózate, húndete en ti, en tu ombligo, en tu sexo. Él me seduce, me baila como a una serpiente, Él sí sabe de magias y cadencias. ¿Cuál es el chou? Luces, humo, aserrín, palomitas, semillas, chicles y garapiñados. Mi tanga sonríe en el espejo. Soy yo entre mis piernas. En otro espejo mis nalgas se dilatan como ojos asombrados. El chou eres tú, beibi, Clarimonda eres tú y tus espejos, eres todas las manías, eres un derrumbe. De perfil veo mi cuerpo doblarse, ¿se cierra o se abre?, se retuerce y exprime los ojos de mi público que ya ha perdido el habla.

III. El espejo es un manicomio (Segundo acto) Nazul Aramayo Había escuchado de las familias de contorsionistas en los circos chinos, de los magos con sus trajes hipnóticos, de los animales exóticos en los circos de las grandes ciudades. Pero cuando el primer circo llegó a la ciudad vi a un montón de animales desnutridos, echados dentro de sus jaulas, sin brillo, sin magia, lleno de moscas y mierda. El circo, comprendí, era un engaño. Y yo misma podría ser un engaño. He cambiado tantas veces de nombre como de calzones. Mis actos, mis voces, mis tatuajes. Un caleidoscopio, un caracol sabor tutti frutti. Siempre lo he dicho: hay que ser consecuente hasta la incongruencia. Entré al circo. Fue decepcionante. No era como en las películas que veía por la tele. Quizás en otro punto del planeta la vida fuera como en la trilogía de los sábados por el Canal 5. La verdadera atracción de la tarde era ver si las tarimas, las gradas y la carpa podrían aguantar hasta la noche. Aunque los trapecistas rifaron, digo, lanzarse por el aire con la posibilidad de caer y chupar faros es algo excitante. Posibilidad de peligro. Ahí está el chou. Lo mismo que domar el fuego o cambiar de rostro en el espejo. No sé porqué pienso y le pego a la mamada antes de empezar un nuevo número. Él dice que sigo sin dejar de ser la Magdalena, la morrita que acomodaba productos de limpieza en Soriana. Me dice ya eres Clarimonda, mi reina, mi noche, mi espectáculo, mi peligro, mi derrumbe, mi fuego y mi espejo. Le doy la razón, tomo el fuego con mis manos y prendo mi piel como el baile de una galaxia demente. Humo y ardor. Clarimonda en el centro del escenario, sin animales tísicos, sin globos reventados, sin payasos tristes. Yo sola contemplada por las verdaderas bestias en las butacas. El espejo es un manicomio, me dice Él, mírate, saboréate, escucha las voces, los pensamientos. Él es un brujo o eso parece. Me recuerda a mi galán cuando me llamaba Helena. No recuerdo su nombre, ponía tatuajes y aretes, quemábamos yerba en el estudio y escuchábamos música roladota. Me tatuó una serpiente enroscada en mi muslo, radiante, bella y venenosa. Me miro en el espejo de cuerpo completo. Mis cejas demasiado depiladas se me figuran lombrices retorciéndose en la tierra mojada. Quiero cerrar los ojos. Recuerdo los productos de limpieza, mi supervisora, una señora guandajona y culera, me traía de pleito por un morrito que se estaba tirando; no tenía cejas y se las pintaba con color negro. Un día me la hizo de pedo, no aguanté y la empujé contra la estantería.

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Mi piel se desgrana y soy arena fina, respírame le digo a Él. Dueña de la arena y del aire, soy un remolino de carne en el espejo, bailo y sonrío con toda mi piel, no veo la sonrisa pero la intuyo por el brillo con que la arena se levanta del suelo. Él cree que lo sabe todo de mí porque me levantó de la calle. Cree que me domina como yo domino a las bestias con mi paso. Lo veo tras las cortinas del escenario. Saborea el espectáculo, junta sus manos, sonríe. Piensa en mí como la morrita que no acabó la secundaria técnica. Después de todo es un hombre. ¿Qué podía esperar? Mi ombligo es una gruta. Giro el cuerpo para esconderme en mi vientre como un caracol. Pero esconderme no es mi onda, de cuándo acá me enconcho. El chou está en el espejo, en el torbellino que levanto y a ver qué salta, ¿no? La carpa se estremece con mi aliento, sé lo que todos piensan. Miedo. En este momento mi cuerpo se agita y suena y se convulsiona, pero en otro espejo camino por la calle como antes; en otro me veo con Él, con el fuego en nuestras manos. Y en otro soy el público, una masa sin rostros, sólo expresiones de carne. Mi onda es el peligro. Me lanzo corriendo contra un espejo. Se disparan astillas y brillos. La gente se levanta y grita, asustados, giran los pescuezos y me buscan entre los vidrios rotos. Siguen, con la mirada, el rastro de sangre. Como Malintzin me uní a grupo punk. Rompí guitarras, descalabré con botellas de cerveza, desmadré amplificadores. Puro noise sin control. Dejé la banda por puñetas. La banda era la puñetas. Yo era una nena con ambiciones. El punk y el derrumbe los traía en la sangre. Pero el noise sin dirección no es mi hit.


Es como coger con condón, el semen termina por embarrarse en un muro de látex. Qué chiste. Quiero decir: sin la posibilidad del embarazo o de una enfermedad o sin el chorro de leche caliente disparado a mi cuerpo. Él también me buscó. No era el último truco. Clarimonda desapareció en pedazos de espejos. Podrían unirlos y sacarían a muchas nenas de mi calibre. Tal vez con otra voz, con otros tatuajes. Créanme, morritos, Clarimonda es la posibilidad de estar en medio de un derrumbe, de un edificio en colapso, quizás pierdan una pierna o el habla o el cerebro. Así es el chou. Tal vez pronto me cambie el nombre, total, ¿para qué tanto circo?

IV. Caída libre (Tercer acto) Darío Zalapa [Una ciudad ficticia se ahoga con el viento. Edificios grises juegan a esquivarlo y disimulan sus ganas de ser derrumbados por la ventisca. Desde arriba alcanzamos a distinguir cómo algunas luces se encienden a la par que otras se apagan: gente despierta; gente duerme. Más abajo, algunas casas enanas parecen muertas o congeladas por el frío. Es de noche y los peatones acostumbran morir por unas horas. Las calles no extrañan a estos individuos, les son indiferentes. Inmersa en esta urbe, al fondo de una calle cualquiera, notamos una gran carpa: un circo. Retazos de varios colores recubren la que alguna vez debió ser una lona formidable, lujosa. Al adentrarnos, descubrimos que sólo dos focos viejos nutren de luz el interior. Las butacas vacías y la basura debajo de ellas dan muestra de que la función ha terminado, no sabemos hace cuánto tiempo. Una de las luces parpadea; miles de destellos llaman nuestra atención y nos absorben la mirada hacia el centro del escenario. Mezclados con aserrín viejo, algunas palomitas y escupitajos petrificados, trozos de espejo yacen olvidados, al parecer muertos; imposible contarlos uno por uno. De tamaños diversos, parecen llamarnos, parecen necesitados de atención. Al verlos de lejos no encontramos nada peculiar en ellos pero, al enfocarlos, descubrimos que tienen vida, que cada uno de ellos encarcela millones de voces, de mentes olvidadas ya en el tiempo. Pero por ahora no nos importa eso. Levantamos la vista y vemos un cartel, ya decolorado, pegado a la entrada del circo. Vamos hacia él y leemos las correosas letras: "El circo Inverosímil se complace en presentarle su show de payasos, leones, tigres y un elefante. Función Estelar: Clarimonda, la dama del aire y el fuego". Bajamos la mirada unos centímetros y leemos la fecha: julio de 1975. Ahora sabemos lo añejo del circo: treinta y seis años nos alejan de la función]. Cuando Clarimonda actuaba la noche era de ella y de nadie más. Luego le dio por experimentar y hacer trucos nuevos. Lo suyo era el malabarismo, no sé quién le metió la idea de reinventarse. Yo no sé qué pasó. Es cierto que a veces me la tiraba y qué. También es cierto que algunos amigos me la pedían prestada y yo nunca se las negaba. Quizás fueron sus ganas de irse, de perderse. Su vida no era lo que podríamos llamar normal, tenía esos ideales de libertad y nunca quiso dejarlos. Más de una vez le dije que en un circo ese tipo de pensamientos no servían; lo nuestro es entretener a la gente, hacerlos olvidar sus problemas y nada más. Yo soy el dueño del circo, se hace lo que yo digo. Vea usted a los payasos: son felices y no causan problemas nunca, esas muecas de tristeza son pintadas. Yo hice lo más que pude por ella. La vestí, la eduqué y le enseñé que sólo trabajando se puede conseguir lo que uno quiere. Es todo lo que le puedo decir. De por qué desapareció la noche que hizo el truco del espejo no sé nada ni quiero saberlo. Hay cosas que uno no debe tratar de entender.

Si quiere entrevistar a alguno de los otros actores puede hacerlo. De por qué la gente desaparecía tampoco tengo mucho qué decirle, le digo que no quiero ya pensar en eso, luego me dan pesadillas. Lo único que puedo prometerle es que si esa cabrona regresa yo se lo hago saber inmediatamente. [Regresemos al espejo roto. Si tomamos algunos trozos podremos ver las mentes que contienen. Incuantificable es la cantidad de voces atrapadas ahí adentro. Pero no es la cantidad de pedazos la que debe atraernos, sino la unidad de ellos. Aunque sus orillas encajen a la perfección, el lazo que los une va más allá de eso. El espejo en que toda noche admiraba su belleza alguna estrella de cine. O alguno de los que componía la casa de espejos que, seguramente, había afuera del circo como una atracción más. No. No nos quedemos en simplezas. Hay que saber leer el pasado de los objetos. No adivinarlo, más bien descifrar los lugares en los que han estado, las personas que los han poseído o las manos que los desecharon por inservibles. Este espejo es especial. No guarda secretos mágicos ni lugares fantásticos. Trozo por trozo vayamos uniéndolo para saber de qué tamaño es. Juntemos las partes que lo conforman y averigüemos su edad]. Yo ni la conocía. Ya le dije que tengo poco en el circo. Pregúnteles a los otros payasos. Es cierto que por las noches la espiaba pero nunca pasó de eso. A leguas se veía que ella no se metía con cualquiera. Una noche vi llegar a un tipo. Ella lo abrazó; parecía feliz de verlo. La verdad no me quise pasar de cochino, así que mejor me fui a imaginar que ese fulano era yo. Ya no supe a qué hora se fue o si se quedó a dormir. Le digo que tan enfermo no estoy. Sí es cierto que se acostaba con Él, el dueño, pero quién no lo haría a cambio de ser la estrella del circo. A ellos tampoco los vi teniendo sexo. Al que llegó esa noche no lo recordaría ni aunque me lo trajeran ahorita, todo estaba muy oscuro esa vez. Quien le puede decir más es el elefante, Clarimonda se la pasaba bañándolo y haciéndole cariños; igual algún día le contó algo. Suerte con eso. *El espejo está armado como si fuera un rompecabezas. Ahora dejémoslo reposar. Demos un paseo por el circo para ver si descubrimos algún otro misterio de este abrumador lugar. Vayamos hacia la parte trasera, donde se guardaban los secretos del mago y el llanto de los payasos. Adentrémonos para conocer el sitio donde la magia perdía su encanto. No hay nada. Algunos envases de cristal y un par de cartas. Vayamos más para atrás. Ahora somos detenidos por un resplandor que viene del centro del escenario. Regresemos y veamos qué está pasando]. Nunca pasó nada entre nosotros, por más que yo quisiera. Seamos sinceros: quién le hace caso a un elefante. De su vida me contó poco, era muy reservada. Nunca hubiese imaginado que maquilaba un plan de genocidio. Sé que hablo rebuscadamente, pero cuando uno tiene un trabajo que consiste en pararse en dos patas para impresionar a los niños, uno tiene mucho tiempo libre; lo aprovecho para leer. De si tenía novio me llegó a decir algo. Un tal Ulises venía a visitarla cuando todos dormíamos. Sólo sé que el individuo no era de estos rumbos. Venía desde lejos, al parecer, buscando a Clarimonda. Claro que Él se molestaría si supiera que a su estrellita otro fulano también le levantaba las piernas. Ella tenía que confesárselo a alguien, así que me llegó a contar algunos de esos episodios nocturnos. Por respeto a Clarimonda no se los describiré, sólo le diré que el tal Ulises la hacía muy feliz. Si tiene algo que ver con la desaparición de Clarimonda o la muerte de esas personas, ya no lo sé. [Los fragmentos de cristal se han unido. El espejo levita, parece inamovible. Caminemos hasta quedar delante de él y vemos qué reflejo guarda. La espalda de una dama se guarda estéril dentro el espejo. Las manos se mantienen sobre los hombros, como abrazándose a sí misma. No hay nada más. Intentemos tocarla. Lo duro del material nos lo impide. Luego ella voltea y nos mira, quieta. Su belleza no es admirable, pero denota la pureza de una mujer que ya ha sido amada, que ya ha

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sentido el amor en forma de un hombre. Salta hacia nosotros y el espejo se vuelve a romper. Ahora es ella, aquí, de pie. No dice nada. No necesitamos que diga nada. Permanecemos en paz y vemos cómo sale del circo. Se pierde en la calle, sus pasos son tan livianos que no nos atrevemos a seguirla. Aquí nosotros dejamos de existir]. Clarimonda, mi mujer de mil rostros. He pasado tanto tiempo buscándote, perdido entre las memorias del pasado y los sueños de personas que alguna vez te vieron actuar. Ahora que te encuentro no te dejaré ir. Nuestro rumbo apunta al mismo sitio: aquél donde sólo nos pertenecemos. Clarimonda, me duele aceptar lo crudo de nuestro destino, pero no tengo más opciones. No las tenemos. Anda a quitarles sus mentes a esos humanos, yo te esperaré del otro lado del espejo. Son tan inferiores a nosotros; sin ser dioses manipulamos el tiempo y la distancia. Ve por ellos, sus pensamientos te nutrirán hasta que venga el Gran Maestro y arme el espejo. Entonces serás libre y podrás buscarme. Ya te estoy esperando. . . . Todo es tan obscuro. Dónde estás, Ulises. Hace frío, necesito tus manos. *Paciencia, la más grande de las virtudes. Queridos espectadores, la función comienza: Clarimonda ha regresado]. Treinta y seis años. La mitad de una vida y no logré esclarecer el misterio de las personas desaparecidas en ese circo. Ni el dueño, ni el payaso ni el elefante me pudieron dar alguna pista, algo para atar un cabo que me hiciera llegar al punto exacto donde se unen los demás. El más grande caso en mi carrera y no pude resolverlo. No son las desapariciones en sí, es ella, Clarimonda. Qué carajos es. De dónde vino. Dónde está. Clarimonda: ojalá te estés pudriendo en el infierno, así nos encontraremos y podré escupirte en lo que te quede de rostro. /Bang/.

Clarimonda, aquí estoy. Sigue caminando, esta noche nunca terminará. Todo ha salido bien, tal como lo planeé. No te detengas, no hay nada más importante en este momento. Ya puedo verte, estás a unos metros. Ven, que todo ese tiempo encerrada valdrá la pena. . . . Ulises, tengo mucho frío. Por qué pasaron así las cosas; yo no quería lastimar a nadie. Ulises, nada vale la pena. Yo no quiero esto, no puedo aceptarlo. Ulises, tengo mucho frío y nada vale ya la pena. Ulises, quién te dijo que podías dictar mi vida. Soy Clarimonda, la dama del aire, no del fuego. Quiero seguir volando, pero no sé si esta culpa me deje hacerlo. Ulises, has con tu destino lo que quieras, yo vine a esta vida para morirme en paz.

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[Ha regresado. Su escenario es ahora el cielo nocturno de una ciudad muda pero ya sin espectadores. La vemos levantarse, alzar el vuelo y pasar por encima de edificios antenas. Clarimonda está volando, sus dedos raspan el filo de las nubes. Clarimonda está en caída libre. Paciencia, la más grande de las virtudes. Hay que esperar el final para saber que no era lo que pensábamos]. Clarimonda, eras perfecta. Ridícula manera la tuya de morir.

V. El espectáculo más grande Héctor Ascencio Ortega Un enorme círculo de lodo trazado a la perfección en el suelo es el símbolo que marca el final de la función. Es entonces cuando han enmudecido las risas y como consecuencia, se ha extinguido la admiración de los que todavía conservan un poco de sorpresa. Esta vez no hay exclamaciones de alegría aunque tampoco se destella algún gesto de tristeza, ni en la gente ni en los artistas; sólo una indiferencia que huele a melancolía es capaz de invadir el ambiente precede una despedida. Así es la vida del circo. Encerrados en sus jaulas los animales son encaminados durante la noche para evitar la excitación y con ello algún posible ataque. Al alba parte el resto de la caravana: siempre al frente van las acróbatas acompañadas de sus hijos; después van los payasos con la cara pintada para la ocasión, y al final van los domadores. Los carros atestados de incertidumbre enfilan por las veredas que conducen a otros pueblos. Nunca sabes lo que vendrá pero siempre se va preparado para todo, incluso para lo impensable. Recuerdo aquella partida teñida de carmín. Todo fue silencio y llanto mudo, signo inequívoco de coraje al sentir mancillado el hogar. Ridícula forma de morir dentro de un circo. Siempre será motivo de orgullo encontrarse con la dama de blanco sobre un trapecio o dentro de una jaula; sucumbir como consecuencia de una coz de yegua, de un


zarpazo de tigre o de un pisotón de elefante, como les ha ocurrido a cientos de osados que se atrevieron a violar las entrañas de la carpa. Pero es indigno, totalmente humillante, venir a hacerlo con una pistola en la mano cuando ni siquiera se es parte de este espectáculo. Dicen que venía de lejos aunque nadie sabe decir de dónde, que lo habían visto hablando con ella incontables ocasiones y que en cada función esperaba pacientemente escondido debajo de las butacas. Es por eso que la ocasión en que 365 humanos fueron confinados a un encierro eterno, él pudo salvarse de ser despojado de sus pensamientos aunque también se comenta que todo estaba preparado minuciosamente por Helena para hacer más inolvidable su acto. Tal vez fue por eso que Ulises se obsesionó con ella: con Magdalena, Malitzin, Helena, o como fuera que el diablo la bautizara cuando la liberó de su reino. Era una mujer cabrona y sabía lo que hacía. Es cierto que lo salvó del espejo pero no por eso lo dejó ser libre en sus pensamientos porque sin llevarlo al encierro, también se los robó. Por eso es que todos sabemos que ese cabrón llegó hasta aquí resuelto a pegarse un tiro y de esa forma volverse a encontrar con ella, que hacía tiempo que había desaparecido. Dicen también, que sólo de esa forma podía seguir gozando de sus favores y hacerse eterno para ella. Que su sangre era el precio para alcanzarla y su alma era el pasaporte para volver a estar entre sus piernas. Pero falló. Aquella mañana me conformé con ver desde lejos la premura con la que fue bajada la gigantesca carpa y desmanteladas las dos torres. No era la primera vez que teníamos que huir como vulgares delincuentes pues desde que Ulises había decidido hacer pública la desaparición de aquellos mortales veníamos acarreando muchos problemas. No conforme con eso y con haberse saciado con el cuerpo de Helena, vino a quitarse la vida en esta carpa. Desde entonces el circo parece estar maldito: los payasos no son capaces de hacer reír, no hay acróbata que no se haya sentido en brazos de la muerte y menos aún, algún domador que no se haya arrepentido de haberse encerrado con sus bestias. Al amanecer la caravana estaba muy lejos del lugar donde ese idiota se había arrancado la vida y de paso había comenzado a jodernos la nuestra. Recuerdo vagamente el charco de sangre dentro de la ciénaga de lodo. Era una marisma preciosa de la que parecían brotar minúsculos borbotones como si éstos quisieran cobrar vida. Nos habían prohibido voltear la mirada como si con ello se pudiera borrar el suceso, pero hábilmente logré colocarme en posición y así pude percatarme de la forma en que aquel charco fue asaltado por decenas de ratas que salieron de todas partes buscando alimentarse con la sangre aún caliente de un suicida. Extrañamente, ninguno de aquellos bichos fue capaz de atreverse siquiera a pisar el líquido, era como si la sangre estuviera envenenada o como si realmente el líquido carmesí estuviera esperando cobrar vida nuevamente. Observé detenidamente hasta que mis ojos lerdos fueron incapaces de distinguir lo que ocurría. No sé cuánto tiempo ha pasado desde entonces, mi memoria es mala pero estoy seguro que Helena sigue gozando al recordar ese suceso al que suele llamar “el espectáculo más grande de todos los tiempos”. Me lo dicen sus silencios y lo reafirman sus sonrisas pícaras cada vez que tocamos el tema. No lo había dicho antes pero ella está viva. Es por ello que dije que Ulises falló en su cometido. El muy imbécil creyó poder alcanzar a Helena hasta la muerte pero ella ni siquiera estaba muerta, no podía estarlo, simplemente había mutado de esencia convirtiéndose en Clarimonda, todo como parte del show de la muerte que es vida y en la que ella gusta deambular para jugar con los humanos en un gran espectáculo circense. Pero a ambos, a Clarimonda y al circo, les está llegando la hora. Ya son muchos años de andar por el mundo penando entre almas que buscan redimirse haciendo el deleite de la humanidad. Si adoptar la forma de payaso no es garantía para salvarse del fuego del purgatorio mucho

menos lo es ser trapecista, contorsionista o funambulista. El circo ya no redime a quienes estamos muertos. La opción de ser animal parece ser la mejor pues aunque los domadores nos entrenan a latigazos, cada golpe acorta la pena por los pecados que cometimos en vida. Le he dicho a Helena que sería preferible pasar mil años en el fuego del infierno que seguir siendo foca en un circo. ¡No sabes lo que dices, corazón! Es que… ¿una foca…? ¡Nunca en vida vi un circo con focas! Yo tampoco pero esa no es una decisión mía. ¿O prefieres ser elefante, avestruz, perro, mono o paloma? …Tigre, sin duda… o tal vez una hermosa cebra No entiendes, ellos murieron de otra forma. * * * La muerte es apenas el comienzo y hay quien jugará con la tuya. Son los pensamientos los que hacen de tu hora un momento de goce o sufrimiento aunque existen quienes vuelven una obstinación sus acciones. Puedes obrar bien toda la vida pero al final del día cada pensamiento te traiciona. Lo sé bien porque durante los años que recorrí el mundo con el circo mi acto del fuego hizo que me apropiara de millones de pensamientos. Mira, aquí los tengo, en este par de aretes de vidrio que llevo a todos lados conmigo. En poco tiempo seré mujer nuevamente. Antes me llamé Helena, también Magdalena y Malitzin; un tiempo fui Caracol y otro más Espejo. Ahora le he pedido a mi padre que me llame Clarimonda y con ese nombre me lance nuevamente entre los mortales. Él no quiere pero ya veré la forma de convencerlo y cuando todos me reconozcan de esa forma yo estaré convertida en una rebelde. Volveré a ser punk como lo fui un tiempo y te buscaré hasta encontrar el modo de romperte la madre. Al final, yo nunca muero y tú siempre serás parte de la humanidad, esa con la que me gusta jugar.

Fin

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LA CARPA EN EL CINE El circo (1927) … Antonio Pardines El circo (The circus) es una excelente oportunidad para comprobar el talento de Charles Chaplin, quien recrea a su más reconocido personaje, un vagabundo sin blanca, pero rico en sentimientos (sombrero hongo, bastón, bigote o un traje que ha vivido días mejores, son algunos de sus reconocibles rasgos físicos). Este desheredado se ve inmerso en una persecución que le lleva hasta la pista de un circo, ajeno a las carcajadas que provoca y al éxito que resulta su aparición en público, utiliza sus cinco sentidos para dar esquinazo al agente de la ley que le pisa los talones. Sin embargo, el dueño del circo, a quien únicamente le importan los beneficios que pueda reportar su compañía circense, desea contratarle porque el público reclama y vitorea al hombre divertido. El vagabundo acepta la propuesta y, de este modo, conoce a la hija del patrón, una joven triste y constantemente castigada por un padre tiránico que la mantiene bajo un estricto régimen alimenticio. El personaje de Chaplin se enamora y alienta la ilusión de que ella le corresponde, hasta que la llegada de un nuevo artista le devuelve a la realidad. El argumento es simplemente una excusa para poder desarrollar un talento innato para producir la risa. En unas secuencias que continúan siendo una auténtica lección de cine cómico, Chaplin demuestra una vez más que es un autor sin fecha de caducidad, sus películas son modernas, existe en ellas la magia que su personaje y su ingenio transmiten, El circo es un claro ejemplo de ello. La escena en la que este inocente desdichado es perseguido por un agente de policía (que está convencido de que persigue a un carterista,) y que les conduce a una sala repleta de espejos deformantes de la que no pueden salir, resume el talento de Charles Chaplin para idear momentos inolvidables (años más tarde Orson Welles tomará una idea semejante para el final de La dama de Shanghai), como también lo es la escena donde el vagabundo debe sustituir al funanbulista, e idea un método que le permite no caerse, y que confirma la capacidad imaginativa de un mito del celuloide. Tomado de: http://vadevagos.blogspot.com

Freaks (1932) … Diego Epstein El filme maldito de la MGM es quizás el más prohibido de la historia del cine ya que luego de su estreno se archivó y permaneció inédito por un cuarto de siglo. Su creador Tod Browning (el artífice de la mayoría de los filmes terroríficos de Lon Chaney en el cine mudo) selló aquí su obra maestra mereciendo figurar en la historia como la única película de terror en la que los monstruos son reales. El filme se abre con un largo prólogo (de seguro impuesto por el estudio) que nos informa acerca del mundo cerrado de los "fenómenos": "El sufrimiento de uno es el sufrimiento de todos y la alegría de uno es la alegría de todos". En el transcurso de la cinta vemos cómo el director, aunque en forma demasiado simplista, nos lo demuestra. La fiesta de la boda entre Cleopatra y el enano Fritz es aún hoy un bizarro ejercicio de comprensión para el público de que debajo del monstruoso aspecto de cada uno de ellos hay emociones humanas nobles, necesidad de comunicación y amor (ahí vemos algunos romanes como el Hombre Esquelético y la Mujer Barbuda, el Payaso Roscoe con una de las gemelas siamesas) y al mismo tiempo vemos como los personajes que representan la belleza femenina (Cleopatra, el Faisán del Aire) y la apolineidad y machismo masculino (Hércules) son los personajes más execrables. Poco a poco va creciendo el clima pesadillesco, con toques sutiles (como los fenómenos agazapados debajo de los carromatos vigilando todo tipo de movimientos de los sospechosos) hasta desembocar en un final atroz, reverberante e inquietante, filmado soberbiamente bajo el aguacero por Browning. Al final de la escena el público puede llegar a pensar que luego de ver a los Fenómenos reptar por el fango para cercar a sus víctimas: "¿Cómo me pude impresionar tanto si los villanos eran los que estaban siendo amenazados y no los buenos?" Es cierto, al final el climax tiene lugar con el ataque de los Fenómenos a Cleopatra y Hércules, haciendo honor a las reglas ambos habían quebrantado y la respuesta está en que todo espectador común y corriente tiende a identificarse con los seres normales más que con los anormales. Tomado de: http://imagenypalabra.blogspot.com

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©ZARZI


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EXTREMMOS & DETRAACTORES Lechedevirgen Trimegisto “El placer sería despreciable si no fuese esa superación aterradora, que no es tan sólo propia del éxtasis sexual y que los místicos de distintas religiones, y en particular los cristianos, también conocieron. (...) esos momentos intolerables en los que nos parece que morimos, porque el ser en nosotros ya no está ahí sino por exceso, cuando coinciden la plenitud del horror y la del goce” Prefacio a “Madame Edwarda” Georges Bataille Dentro de la escena de arte actual no faltan exponentes que se integren a propuestas y posturas estéticas y creativas que involucren elementos irreverentes, escatológicos, abyectos y transgresivos. Mucha de la producción artística desde el boom de los años sesentas, se ocupa de este tipo de temáticas, desde pioneros como Duchamp y su urinario, hasta exponentes casi inexistentes y fugaces como David Nebreda y su rostro lleno de mierda. Mierda, sangre, semen, genitalidad expuesta, dolor, tortura mutilación, fluidos, cadáveres, rastros asquerosos, pruebas de acciones violentas, alteración del orden público, ataques a la moral, exploración de la muerte y la sexualidad, etc. El artista rompiendo las reglas. Revolucionarios o dementes paralfilicos sustraídos y elevados a la categoría de artistas. Genios de lo maldito o irreverentes payasos, abusivos, semidioses, etc. A todos ellos, y sus obras, se antepone la pregunta ¿Esto es arte? Seguida de una serie de rodeos sin respuesta, que termina con un montón de suposiciones sin trascendencia, sin una finalidad precisa. No es que la problematización de estas prácticas no sea necesaria, es tan necesaria como la crítica a cualquier tipo de obra artística, sin embargo, lo que si sucede es que la mayor parte de estas discusiones son causadas por un amplio y profundo sentimiento de inseguridad. Toda persona que se pregunta sobre algo duda de ello. Esto ocasiona la pérdida de control sobre situaciones o aspectos, sobre la dominación de conceptos, de ideologías. Todo objeto que es tabú se convierte en sí mismo en prohibición, sin una explicación clara, pasa el tiempo y es desde sí la restricción total de ello. No se permite romper el tabú, porque si eso sucede se pierden los parámetros, se pierde el control. Los detractores del arte extremo, son presa de un miedo profundo. Ya sea desde una perspectiva erudita sobre la construcción artística contemporánea o desde una perspectiva simple de publico mediatizado por imágenes violentas, drogados y alienados, que ya no encuentran en estas escenas o acciones “terribles” , lo terrible de las mismas, cosa que ocasiona una decepción que no satisface su erróneo hedonismo, su hambre de sentirse llenos, satisfechos, gordos. Los detractores de estas propuestas, son en sí mismos, la respuesta a su propio problema. Todo artista, publico, gestor, curador, galerista, director, activista y demás personajes y actores del mundo del arte de hoy, que decida guardar distancia, discriminar, dudar, apartarse, censurar, criticar, escupir y maldecir este tipo de acciones y construcciones artísticas, denotan en sí mismos un terror irrefutable. ¿Terror a qué? No al excremento o al dolor, o la pornografía o las imágenes viscerales y violentas, no se trata de un terror más que a lo prohibido, pero el miedo proviene de la PERDIDA de lo “Prohibido” , entendido como eso que debe establecer límites, que debe excluir, que debe mutilar, que debe clasificar, que debe mantener, que se aferra a la imposibilidad de un intersticio, de un avance, de una ruptura; en pocas palabras:

todo repudio y ataque (justificado o no) al arte extremo, denota una respuesta inmediata a un profundo horror a ser sobrepasado, ser sobre-salido, a salir “fuera-de-si”, a perder el control. Este miedo pueril y voraz no tiene que ver con el uso de sustancias abyectas o de conceptualizaciones “enfermas” y “perversas”, este miedo infantil se presenta ante la idea de que si son permitidas este tipo de prácticas, entonces ya no sé tiene un parámetro claro para saber donde terminan las fronteras de lo que el hombre ha llamado arte, y además a osado pensarlo con límites, como sí se tratase de un pedazo de arena para gato donde puede orinar y cagar, sus tierras, su propio reino. Me atrevo a afirmar de manera completa, que toda negativa ante el arte extremo, es sólo una prueba más del poder y el por qué de su existencia. Pensar que el arte tiene límites, que posee fronteras, es en sí ya una imposición muy vulgar y premeditada por parte del artista, del público, de quien sea. El Arte como oficio, como profesión, como ritual, como hobbie, como terrorismo, como deconstrucción de otros aspectos de la vida humana, como idea, como filosofía, como terapia, como abstracción de relaciones humanas, como pretexto, como industria, como mercado, como apelación a la consciencia social, como el Olimpo de la alta cultura, como mano derecha del gobierno o la iglesia, como gestor de instituciones, etc. El arte como arte. El arte como nada. El arte como todo. El arte como vida. El arte sin límites, porque lo abarca todo, y todo en ello se “artistíza”. El arte como proceso de creación es sólo una de las muchísimas caras de esta “cosa”, de este cuerpo sin órganos, de este “algo”.

© David Nebreda


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Esto comprueba la gran trampa, la gran decepción, que mantiene a los detractores y defensores de las buenas conciencias, de los antiguos maestros, y también de las vacas sagradas modernas (Picasso, Lucian Freaud, Bacon, Dalí y más curiosos especímenes del buffet de los libros de historia del arte contemporáneo) , rechinando los dientes de coraje, ante la imposibilidad de asirse a algo claro que sostenga sus juicios ante la incertidumbre del abanico “asqueroso y violento” de artistas que han sobre-pasado los límites, que han alcanzado los fuera-de-si, y entonces que le queda al espectador machado por sangre de Franko B, o a los que transitan una sala de Margolles entre vapores de muertos, o los que se preguntan porque miran de cerca una vaca partida en dos, con la firma de un tal Hirst, les queda la evasión, la triste evasión. Porque desde sus ojos, la batalla ya está perdida, y prefieren no conferir a este tipo de experiencias estéticas y vivenciales, una valía a nivel artístico serio, prefiere desacreditarlas de manera ominosa y purista, desecharlas no por sus errores, sino por sus características mismas, lo que equivale a decir “el land art no vale porque trabaja con la tierra”, pretende patéticamente cortar de un solo tajo la cabeza de la medusa sin balsa, sin comprender el mito. Ante todo arte es mito. Antes bien con culturas pasadas (según la microhistoria inexistentes e irrelevantes, pero según los románticos, más hermosas y mejores eras) ya se tenía este supuesto. El Arte como conexión al todo. Situado en medio de la magia y lo cotidiano. En medio del ritual y lo político. El arte extremo explora inevitablemente este antiguo y severo axioma, pero no es retrograda (como querrán verlo los detractores), si bien pareciera un retorno al semidiós, al arquetipo del rol sagrado, no es por otra cosa, más que por que eso es la única composición prístina del arte. El arte busca a Dios y lo encuentra, cara a cara. Lo enfrenta, nos enfrenta con él, nos confrontamos, por el arte, en él. Y todo y sin querer, pero inevitable: a través del artista.

La gran decepción del actual detractor del arte extremo, proviene de no querer aceptar que sus escuelas están construidas en arena, que el arte no es como lo plantea, y que lo “absurdo”, lo “grotesco”, lo “violento”, lo “abyecto” (como el detractor se empecina en nombrarlo) es muchas veces, más importante, más libre, más puro, más entero, más poderoso, más grande que él y sus planteamientos pasteurizados y enlatados. Prueba de ello es su sed por lo nuevo y su necesidad de consumir justificaciones teóricas o estéticas de las obras que presciencia, ya sea en cuanto a técnica o concepto. Entonces, si pasteurizado y enlatado: Manzoni enlato excrementos, ¿es arte? Poco importa, la simple discusión es la respuesta a la pregunta insoluble. No importa quién o como intente desacreditar estos actos “horribles y desagradables”, cuantas veces se piense y se planteen como el atajo o reducto más fácil para los artistas sin talento. Este tipo de acciones y propuestas extremas, construyen distopías únicas donde, si se está en el estado de consciencia correcto (lo que el detractor denominara como “enfermo mental” ante sus pobres, pobres ojos tristes y legañosos) nos es posible encontrar un pedazo de lo “sagrado”, de lo indecible, de Dios. George Bataille habla de un estado extra-limitado, el fuera de los límites, a través de la interrelación entre el goce desmedido y el dolor extremo, la vida y la muerte en una danza única, que al final nos revela la belleza trágica; toda belleza es terrible, porque absorbe a quien la contempla, lo engulle, como lo haría un agujero negro. Es fácil comprender que muchos se sientan ofendidos y desplazados, no por ello habrá que generar conflicto, ante todo se piensa en el arte como un complejo de procesos inefables, que involucran lo incluyente, nunca lo excluyente y se habrá de tener paciencia, de todas formas si así está escrito, esto se propagará como plaga.

YO, ME MEO EN BORGES Pablo Paniagua “El Borges hablado, ese Borges de conversaciones, de conferencias, de entrevistas, y también el de los ensayos y las críticas, siempre me ha parecido pobre, y más bien superficial. En Argentina me citaban a menudo como excelentes las frases ingeniosas de Borges. Pues bien, siempre sufría una decepción. Aquello sólo era literatura, y ni siquiera de la mejor.” Witold Gombrowicz Así de fuerte suena: “Yo, me meo en Borges”. He de reconocer que soy punk. “No hay futuro” gritaba Johnny Rotten, y estoy de acuerdo con él. Miro a mi alrededor y comprendo a la perfección Del inconveniente de haber nacido de Emile Cioran. No hay futuro, eso lo tengo claro, y para expresar dicho sentimiento me meo en Borges, en el pedestal donde le tienen como si fuera un dios, como perro callejero; y también me cago sobre su broncínea imagen, con corrosivo excremento blanco de paloma. Y es que Jorge Luis Borges encarna la tradición de una “cultura oficial” semejante a una excrecencia del sistema fracasado que nos gobierna: icono que ahora me permito derribar. Detesto al Borges que apoyó con vehemencia a las dictaduras militares de Argentina y Chile; condeno al Borges clasista que miraba con desprecio a los obreros y trabajadores que sacaban adelante a sus familias con sueldos de miseria; censuro al Borges

apegado a la élite institucional y cultural de su país; no me gusta el Borges continuador de una tradición literaria sin rupturas; maldigo al Borges incapacitado para escribir una novela; me avergüenzo del Borges sumiso ante las faldas de su madre, al Borges con complejo de Edipo; no me gusta el Borges impotente sexual, el asexuado, el que nunca supo comprobar la humedad de una vagina; rechazo al Borges formal y modesto en apariencia, el hipócrita de voz tierna, el Borges simulador que al final nos desenmascara Bioy Casares; desprecio al Borges ataviado con saco y corbata, con el atuendo de la formalidad, el que ya siendo un adulto pedía permiso a su madre para llegar tarde o salir con una mujer. Reconozco que Jorge Luis Borges escribió cuentos maravillosos, pero en su producción no todos alcanzan dicha excelencia: en ellos se distingue la misma estrategia repetida hasta la saciedad, el truco y el artificio, la pirotecnia. Borges fue capaz de escribir los mejores cuentos pero también los peores, tanto como el mismo Aleph que lo representa: una mediocre narración con un final para asombrar a los tontos. Pero incluso, ahí, la crítica no condena ese monumento de cartón piedra: la percepción de un escritor sobrevalorado. Si la figura del intelectual contemporáneo se significa por su independencia frente al poder, cuestionar la realidad,


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capacidad de disentir y generar corriena Jack Kerouac de viaje hacia California tes de opinión, en Borges predomina lo por la Ruta 66, a William S. Burroughs contrario, pues él personifica al escritor quemando en una cuchara su dosis de sumiso ante el poder, el que acepta los heroína, a Jim Morrison en éxtasis soconvencionalismos sociales, el cobarde bre el escenario, al profeta Bob Marley que rechaza el sexo, el escritor de buecon sus canciones de amor y paz, a na factura estilística que se vende al Johnny Rotten gritando “no hay futusistema para justificarlo, o sea, el antiro” y al replicante albino de Blade Runintelectual perfecto. Si otros escritores ner muriendo bajo la lluvia. miraban hacia fuera, hacia el mundo Cuando te enfrentas a Borges como para explicarlo o analizarlo, viendo la lector te deslumbra, pero cuando lo creación literaria como un canto a la haces como escritor descubres sus libertad, Borges, por el contrario, se trucos, sus debilidades de estilo, y la canta a sí mismo, sólo especula con las tan mentada “inteligencia borgiana” se ideas rechazando cualquier posición transforma es una pose, una simulación crítica, para así asumirse como el escribien disfrazada, pues esa inteligencia tor de la oficialidad, razón por la cual a de desploma con el Borges antiintelecBorges se le ha perdonado todo: sus tual que justifica, con razones míseras, coqueteos y alabanzas para las dictadusuperficiales y torpes, a las dictaduras (Fotografía: Jorge Luis Borges con Augusto Pinochet) ras militares de derechas, las que promilitares de derechas que pisotearon la ponía, como teórico de lo abismal, para democracia y la libertad. Yo, me meo en todo el continente Americano y acaso para el mundo. A Borges, Borges. Viajo hasta el cementerio en la ciudad Ginebra, allí donde repito, se le ha perdonado todo, no como a Ferdinand Céline por está enterrado, y lo hago sobre su tumba. Soy punk. Prefiero mil su antisemitismo y muy a pesar de haber escrito un monumento veces a Omar Viñole con su vaca y sus escritos irreverentes, y al literario como Viaje al fin de la noche, donde asume el papel del Witold Gombrowicz marginal con sus rupturas experimentales intelectual genuino que tanto molesta al poder. diciendo: “Maten a Borges”. “Yo, me meo en Borges”, insisto. Soy punk y prefiero la otra tradiCon este escrito sé que importuno a las mentes convencionales, ción, la que siempre cuestiona, la que se enfrenta al poder, la mal pero no voy a permanecer callado, prefiero mil veces seguir portada, la directa, la inconformista, la iconoclasta… Prefiero a meándome en Borges una y otra vez, seguir escribiendo lo que Franz Kafka con sus novelas inacabadas, a Henry Miller durmiensiento y pienso, a pesar del parecer de los alienados por el sistedo al cobijo de un puente en París, a Antonin Artaud en el manicoma y su cultura oficial. “A mí, no me dan gato por liebre.” mio, a Allen Ginsberg redactando Aullido bajo los efectos del LSD, Pablo Paniagua celebrando el Año Borges desde la disidencia.

QUÉ BUENO QUE LOS DEFRAUDASTE A TODOS, PAR Alfonso Morcillo Qué bueno que Parménides García Saldaña murió medianamente joven. No me lo imagino de viejo. El Par es como esos rockeros que mejor muertos a los 27 que viejos y patéticos a lo rollingstone. Qué buena onda. Por otro lado, que malo que murió el Par medianamente joven. Imagino que si viviese continuaría escribiendo, sin repetirse. Eso quiero pensar. Que no iba a abusar de los temas que ya una vez había tratado: juventud, rock, drogas, reventón. Qué mala onda. No será este un texto largo que aburra a nadie ni que introduzca al conocimiento del Par. Mejor Wikipedia, en todo caso. Tenía yo 16 o algo así cuando primero cayó en mis manos José Agustín, al leerlo a él, pasé a Parménides, con menos obras publicadas y ya muerto entonces. Sus cuentos de “El Rey criollo” en las viejas y míticas ediciones de Lecturas Mexicanas debe estar por algún lado de mi biblioteca. Su “Pasto verde”, hilarante, entretenida, irreverente novela debe

estar perdida en alguna biblioteca de algún cabrón al que se la presté y nunca la devolvió. A 29 años de su muerte estas breves líneas son un esbozo que quiere ser más un homenaje al escritor que desquició a sus contemporáneos con su provocadora vida de excesos. Aún hoy hay quienes lo condenan por ser el reventado que fue y porque no dejó los excesos a tiempo para continuar con la vida de escritor que “se esperaba” de él. Ya se sabe: no está de moda -no sé si estuvo- ser reventado, transgresor, contracultural o ser de la onda. Qué buena onda que te moriste, Par, sin hacer caso de nadie ni de nada. Qué bueno que te sumergiste en esa vorágine a la que eras felizmente adicto. Qué bueno que defraudaste a todos los que esperaban algo de ti. En cuanto inicie la relectura de tus libros me tomaré una copa de algo a tu salud. Es lo único que se me ocurre para recordarte, fiel a tu espíritu transgresor y apasionado.


©BLANCA E. VILLALPANDO


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MUTANTES EN POTENCIA Entrevista con Niño Niño es una artista multidisciplinaria de la ciudad de Morelia, Michoacán. Estudió la Licenciatura en Bellas Artes de la UMSNH. Forma parte de la revista moreliana Monocromo. Una de las artistas jóvenes con mayor proyección y talento, subversiva y hasta “degenerada” (como lo comentan sus amigos por facebook).

¿Cuáles son tus inicios dentro de las artes visuales? Como a la mayoría de las personas que nos dedicamos a esto y las que no también, todo comenzó de niña dibujando, pintando, haciendo figuras de plastilina, recortando, etc. Sin ninguna intención más allá que el mismo juego; entrando a la preparatoria me di cuenta de que toda esta práctica comenzó a dotarse de nuevos sentidos en mi vida y decidí tomarlo como una de las directrices más importantes. Foto: Archivo Clarimonda

¿Cómo y en qué circunstancias nace

Niño y por qué ese nombre? Originalmente fue un apodo que me pusieron mis amigos y compañeros estando ya en la facultad de Bellas Artes, no sé exactamente a qué se referían pero me gusto, me parece simple y es tal cual me siento desde que inicié lo que hago. Redescubro, me fascino y aprendo de la vida en sí a través de este juego, y eso es el motor que me ha llevado a seguir esta “metodología”, además de que le va bien al carácter de mi trabajo. Vimos tus primeras incursiones dentro del proyecto y revista Monocromo, pero ¿antes ya habías incursionado de manera individual en otros proyectos? Una que otra colaboración en trabajos colectivos que no iban más allá de una exposición o presentación de una noche, nunca antes de Monocromo había participado en algo con un concepto y estructura más elaborado y con intenciones para algo a largo plazo, sin embargo los proyectos en lo que colaboré anteriormente eran con la misma gente con la que actualmente trabajo en Monocromo; he estado con algunas de esas personas desde que comenzó mi interés por la grafica, así que Monocromo es la cumbre de algo que he venido construyendo individual y colectivamente desde el comienzo de mi carrera. ¿De dónde viene tu fascinación por lo grotesco, lo freak, las deformidades y los entes extraños? Esta pregunta en particular es un paradigma hasta para mí, me recuerdo de niña viendo cosas llenas de morbo cosas que me asustaban y que me eran prohibidas por mis padres, por su contenido violento, sucio y degenerado desde su perspectiva moral, las veía a escondidas y algunas simplemente sucedían en la vida diaria, me conmocionaban e intrigaban, pero me llenaban de asombro también, lograba ver en todo eso —o es así como lo entendiendo ahora- una pieza fundamental para estructurar y entender todo lo que estaba a mi alrededor quería comprender cómo es que existía esa parte que me era negada y que al final también son parte de la naturaleza humana y de todo.

Por Manuel Noctis


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¿De qué manera influyen en tu obra? Hay muchas cosas que influyen en mi vida y obra, ciertas tendencias estéticas, la música, el cine, objetos, etc. Todas esas cosas que al igual para todo mundo son parte de su vida, pero bueno, en mi propuesta grafica creo que hay algo en particular por lo que me siento influenciada y es la estética y el lenguaje del cómic, no he hecho aun historias muy largas pero trato de inyectarle a cada ilustración todo lo que haga una historia y esencia y tratar de que se perciba en una sola imagen. Me gustan esas historias sordas y magnificas que he encontrado en algunas novelas graficas. Por esta razón tenemos la idea de que tu obra gira en torno a un universo propio. ¿Quiénes lo habitan? o ¿De qué manera lo explicarías tú? En mi obra tiendo a antropomorfizar todo lo que hago, cada dibujo, pintura, escultura, etc. Tienen en su mayoría la figura humana como protagonista, como el envase que contiene conceptos e ideas que sólo al materializarlo puedo en algunos casos lograr comprender. Mi universo siempre ha estado habitado de lo marginal, de seres no más extraños de los que habitan el mundo “real”, de hecho son los mismos, sólo que me encargo de evidenciar características y rasgos que simplemente me gustan o, en algunos casos, también me transgreden a mí misma. Yo también quiero hablar a través de “superhéroes” de aspectos humanos de manera cruda, por que en los rostros más atroces he visto cosas sublimes y hermosas, estoy harta de que los demás me muestren rostros con los que no me identifico, al final todos somos un mutante en potencia, con mundos internos y perspectivas de uno en general que destruye toda idea de normalidad. ¿Cuáles son los proyectos, exposiciones o colaboraciones más importantes que has tenido? He tenido ya una exposición individual que para mí ha sido de las cosas más importantes, puesto que ahí logre cuajar todo un concepto de mi trabajo. Monocromo es otro de los proyectos más grandes y satisfactorios en los que me he visto involucrada, he podido a través del fanzine interactuar con mucha gente con intereses afines en cuanto a grafica, música y video, y hacer amigos y sobre todo salir de Morelia. Actualmente también soy parte de M.I.A.U un colectivo multidisciplinario en el que trabajamos performance principalmente. ¿Qué viene en cuanto a proyectos para Niño? Actualmente estoy trabajando en la parte visual de dos proyectos independientes de gente que hace música, hago el arte del disco, y personalmente estoy incursionando un poco más en el área del video experimental, que es lo que trabajo actualmente. ¿Algo que no te haya preguntado y quisieras agregar? Mmm pues no soy mucho de hablar pero ya que si quieren preguntarme algo más personal o cualquier insensatez les dejo mi correo y mi espacio por si les interesa chequen algo más de mi chamba: vomitoneon@live.com - www.flickr.com/kaspakid Por último, unas palabras para los lectores de Clarimonda. Que se hurguen la nariz o cualquier esfínter lo más profundo que puedan, atraviesen pelos, mugre, mocos y toda secreción, y lo que encuentren al final de todo esto lo saquen, los contemplen y como niños se los lleven a la boca, todo esto no se bien con qué fin, pero yo me he encontrado con sabores fascinantes. Gracias a Clarimonda por contemplarme como uno de sus espectáculos freaks de este número.


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MARIGUANA: POR UNA SOCIEDAD LIBRE E INFORMADA Leopoldo Rivera Rivera (Presidente de la Asociación Mexicana de Estudios sobre Cannabis) No son pocos los columnistas que cada vez con más frecuencia insisten en responsabilizar a los usuarios de sustancias ilícitas de 'financiar al narcotráfico' con su consumo. Cabe hacer las siguientes precisiones. El consumo de sustancias psicoactivas es tan antiguo como la humanidad, no se conoce sociedad que haya prescindido de ellas y, en el caso de la mariguana está documentado desde hace por lo menos ocho mil años. Es a partir de las prohibiciones que se torna un problema de seguridad capaz de sacudir la viabilidad de naciones enteras. Esta capacidad destructora es fruto de la ilegalidad que da poder a los traficantes, dado que es el factor que las encarece como producto escaso. La violencia, capacidad de fuego y poder corruptor de los grupos que se dedican al trasiego de sustancias se debe a las enormes sumas de dinero -libre de impuestos- que les significa comerciar con productos ilegales. Responsabilizar a los consumidores de mariguana de financiar al narcotráfico es excesivo, ya que éstos preferirían consumir en un marco legal y no en un ambiente de persecución pero, al ser considerados 'adictos', no se toma en cuenta su opinión. Se considera que el consumo de mariguana es incapacitante, lo cual es falso pues la gran mayoría de los cannábicos trabajan o estudian, pagan impuestos y son obedientes de la ley salvo por lo que tienen que hacer para consumir la sustancia de su elección. En México comienza a surgir un sector de consumidores de mariguana dispuestos a dar la cara por su consumo e, incluso, a pagar impuestos por él. Parte de este sector se manifestó el sábado pasado en el Zócalo de la ciudad de México con la demanda 'Cultívate a ti mismo' como una manera de pedir a la sociedad que se eduque e informe sobre la cannabis, pero también como un llamado a que se permita el cultivo de autoconsumo para que los usuarios cuenten con alternativas a las redes criminales y puedan acceder a un producto de calidad limpio y económico. Las cerca de cuatro mil personas -entre consumidores y no consumidores- que marcharon por Madero ('que-Madero', bautizó alguien) son conscientes de que los cannábicos, sin ser delincuentes, están confinados a espacios marginales y son tratados como tales por autoridades de todos niveles. De ahí la urgencia de sacar a la mariguana del ámbito criminal y colocarla en un esquema que regule la producción, posesión, distribución y consumo del cannabis con parámetros sanitarios bien establecidos y susceptibles de ser verificados por las autoridades competentes. Un ejemplo de esta regulación son los Clubes Sociales de Cannabis en España, donde se produce mariguana bajo estricta vigilancia de la autoridad, donde se produce una determinada cantidad de plantas para exclusivo consumo de los socios en un espacio previamente establecido. Este modelo sin fines de lucro permite verificar que no se excedan las cantidades acordadas, no se venda a personas ajenas al club y, muy importante, que no se proporcione a menores de edad.

Recientemente, Felipe Calderón se quejó de las políticas de Estados Unidos hacia la cannabis y puso en duda las propiedades medicinales de la planta. Tal arrebato discursivo evidencia la ignorancia de quien dirige los destinos de México, pues las cualidades terapéuticas de la cannabis están plenamente demostradas desde hace mucho por sociedades científicas y universidades de reconocido prestigio. Y no es el gobierno quien ha implementado esta política hacia la mariguana, son los ciudadanos de 15 estados que no desean una guerra en su territorio donde, además, la cannabis es parte de la cultura. Loa exabruptos presidenciales son síntoma de lo que ocurre en México con respecto a la mariguana: no hay información contrastada, por lo que no sólo hace falta una regulación que arranque el negocio a los criminales, también es necesaria una política educativa que permita a usuarios y no usuarios saber lo que implica el consumo en un clima de respeto y dignidad. Más info: www.ameca.org.com

Fotografías tomadas del de Leopoldo Rivera.


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LA CANCIÓN DEL MACIZO Ramón Méndez Estrada Miembro del Movimiento Infrarrealista.

La mota sigue subiendo de precio. No se alarme: Están a punto de resolverle a Emiliano un problemilla de tierra. R.M. ¡Tierra para sembrarla y libertad para fumarla! Consigna Popular * En el colmo de la ericez espulgo por quinta vez mi caja de cocos: sale un flautín, una calilla, un corcholatazo carcelero. En tanto, repaso de memoria las pintas que aparecen en los muros de la ciudad: ¡ARRIBA LA MOTA, CULEROS! ¡A’I LES VA LA VER... DE! ¡LA MARIGUANA VOTA! Movimiento de Macizos de México Y: ¡ESTOY EN CONTRA DE LA ERICEZ! La Cucaracha Y lo prendo mi clavecín, toco mi toque. Sube al cielo delicado humo azul y mis pensamientos se elevan por la paz, se sublevan contra la represión y el general estado de violencia. Y me pregunto, la mera neta me pregunto cuándo, hasta cuándo, en una noche joven de la ciudad, podré abordar a una linda muchacha por la calle para decirle, con toda naturalidad: Disculpe, ¿podría indicarme dónde encuentro un expendio de mariguana abierto a estas horas, por favor? ¿Hasta cuándo?


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** Mañana conectaré un cartón, dos cartones, un bonche de la peligrosa sin sema, de la que hizo peerse al Diablo. Con mi toque caminaré por la ciudad, la rolaré, bacha encendida. Y si me atizo con un cuate, la limpiaremos bien para que no digan que nos las estamos tronando. Y haremos un clavo choncho para ponernos como güevos de perro, hasta atrás, bien pachecos. Cuando le demos fuego, ofreceré: “Por los que están en cana, porque yo sé lo que es estarse chingando”. Y si me apañan, por mí hablaré: “Yo la siembro, señor, en la tierra que a mis jefes les tocó en el reparto agrario, la de mis uñas: le rasco el casco a la Sedena, y algo se queda. Algo cara, eso sí. Y mi salario, algo más que mermado, mi sueldo miserable roído por el crítico diente de la crisis, no me alcanza para comprar siquiera la que necesito para caminar de aquí hasta mi trabajo...” Y a cada macanazo en mi cabeza retumbará aquel rock que dice: No quiero ser La Cucaracha... *** Mañana la rolaré por la ciudad como si nada, plegadas mis alas disimuladamente bajo el chaleco, bajo las alas de mi sombrero prendido al aire, macizo que anda por allí, que por allí vuela, que la rola al tiro de la tira, el pico a cielo abierto y la garra en el clavo pese a los feos, los pitufos y los estuches, óvidos todos, que no pueden con el camello a veces hecho cucaracha por la falta de un simple toque. **** Acaudalado de la metáfora, jeque de la imagen, potentado de la imaginación, soy Grifo Rey, y reto: Mi reino por una bacha, y a mi vacha no la cambio ni por un buen guato de buenas colas.


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DESDE LAS TRINCHERAS MENOS INSOSPECHADAS Entrevista con Lechedevirgen Trimegisto Por Manuel Noctis Lechedevirgen Trimegisto es un artista multidisciplinario, performer y Director de Gran Guiñol grupo artístico. Originario de la ciudad de Querétaro (Qro). Desde hace varios años viene trabajando de manera independiente y ya se ha posicionado como uno de los actores importantes dentro del performance y sobre todo como un agente perverso de la contracultura actual. Esta entrevista se hizo a partir de su participación performática con Clarimonda en el Vamp Fest realizado en el mes de julio en la ciudad de Morelia (Mich).

M. N.: Cuéntanos un poco ¿cómo es que te empiezas a desenvolver en la creación y cuándo decides inmiscuir directamente en el performance? L. V.: Mis comienzos fueron desde la plástica. Tuve producción desde los 16 años, edad a la que formé Gran Guiñol, aunque mi primera exposición individual, “Catarsis”, que se compuso en su mayoría de dibujo, arte-objeto e instalación, se llevó a cabo en el Museo de la ciudad de Querétaro hasta 2009. Sin embargo, antes de ello expuse en colectivo con artistas como Luis Sánchez, Román Miranda, Rafael Rodríguez, entre otros. En ese momento de mi vida encontré en la pintura el campo de expresión que se adecuaba a mis intereses, y justamente partí de allí, ahora todo ha cambiado. Avance desde esa primera exposición colectiva, de pintura académica y rígida (donde pinté un bodegón con un pene cercenado en alusión a Judith y Holofernes, la historia bíblica) hasta el resbaladizo y sumamente complejo campo del arte de acción. Desde que tengo memoria mis necesidades humanas, incluso fisiológicas, podría decir ahora, siempre se han entrecruzado con las artísticas, pero el paso entre la concepción “clásica” de arte y lo que hago ahora, a mis veinte años, fue un proceso complejo, que al mirar atrás, bien puedo decir que me ha marcado de por vida. La primera vez que escuché la palabra “performance” fue gracias a un festival llamado “Cromosoma X” en donde participó Rocío Boliver (la Congelada de Uva) con su pieza “Santa Tentácula”, en las profundidades del foro de usos múltiples del MCQ, en medio de caos y música electrónica, algo golpeó fuertemente mi conciencia; la imagen de una mujer “vestida” con pulpos que cuelgan de su cuerpo desnudo, llevando a cabo tales acciones, se convirtió al instante en un arquetipo, era una sirena y un kraken a la vez, quedé impresionado, mi mente no conocía la fuerza del acto creativo, del acto real, de la acción como tal. Después comprendí que era un primer acercamiento al epifenómeno del arte de performance. A partir de ese momento, me vi inclinado, casi inevitablemente, a abandonar la bidimensionalidad, inmutabilidad y frigidez de los soportes tradicionales, y pasé entonces a comprenderme a mí mismo como espacio de creación, pronto ya me encontraba lejos de los tristes pinceles, y me vi sacando pescados de entre las piernas de una compañera vestida de la virgen María, cosa que ocurrió debido a mi primera pieza de performance “Bendito sea el aborto de tu vientre (Jesús)”.

Llovió mucho esa vez, se inundó el museo y pedazos de excremento salieron de las coladeras. Todo pasó en “Proyecto Coprófago”, evento gestionado por mí justamente en el mismo museo donde vi a La Congelada y que ha sido mi casa desde entonces, único lugar en Querétaro donde se ha respetado la integridad mi trabajo, sin censura y sin malos tratos, mucho se lo debo y agradezco a Gabriel Hörner, director del mismo. Ha sido un largo y complejo proceso desde esa primera performance hasta la fecha, creo que lo que me conectó con este tipo de expresión artística fueron sus posibilidades reales de transformación, tanto de mí mismo, de mi cuerpo, como de mi mundo, de las formas en que lo habito, en que me aproximo a él. Remontándome aún más atrás, recuerdo que de niño gustaba mucho de ver a los encantadores de serpientes, los magos, los escapistas, contorsionistas y todos los fantásticos personajes circenses. Me siento feliz de encontrar todavía algo de eso en mi presente, de alguna forma creo que era inevitable que terminara en la burbuja del arte acción. ¿En qué momento o cómo surge Lechedevirgen Trimegisto? Lechedeviren Trimegisto, “surge” a partir de la necesidad de un nuevo Yo. En la alquimia hay tres procesos básicos de transformación de la “sustancia”: el nígredo, el rúbrido y la xantosis; la primera corresponde a una muerte, la sustancia muere para volver a nacer, un proceso muy parecido me sucedió (sucede), después de una fuerte situación personal, me encontré a mí mismo en pleno proceso de cambio, de resurrección, una piel nueva necesitaba un nombre nuevo. Lechedevirgen Trimegisto también es un concepto, una vibración, una gama de colores, etc. Es el “nombre” de un proceso llamado vida que está siendo “vivido” por mí. ¿Por qué ese nombre, cuál es su significado y relación con lo que proyectas? Proviene de la tradición Alquímica, resumiendo sería algo así: la “leche de virgen” es la sustancia básica de la obra, sobre la cual se operaba, al someterla a complejas manipulaciones se buscaba su transformación (La transformación tanto física como espiritual) a “oro”. Es una expresión hermética para designar de manera oscura y críptica, aquél algo que construiría la obra alquímica. También se le denomina “agua mercurial” y se le consideraba indispensable para la obtención de la piedra filosofal, igualmente se le ha considerado como la fuente de la vida eterna, o el elixir de la juventud, y un sin fin de numerosos artefactos y sustancias en el universo mítico, desde el principio de los tiempos. La leche de una virgen, es también el símbolo del amor divino, ya que cuando del seno de una mujer virgen emana leche, aún sin estar embarazada de manera natural, es ascendida a la categoría de virgen (como sucede con María en la religión católica que es inseminada por el espíritu santo, tocada por Dios), y a su vez, esta


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sustancia sagrada se convierte en el suero capaz de curarlo todo, pues es producto directo de la gracia divina, de lo sagrado, pero también es un fluido lácteo, orgánico, de orden fisiológico, correspondiente a lo abyecto y lo escatológico, ése es tal vez el eslabón que une este concepto con mi propuesta, la interrelación entre duales, entre lo sagrado y lo abyecto como lo plantea Kristeva, lo Apolíneo y lo Dionisíaco como lo dice Nietzsche, la pulsión de vida (Eros) y la pulsión de muerte (Tánatos), la belleza y lo trágico, lo espiritual y lo corporal, lo escatológico en sus dos sentidos, etc. Trimegisto, por otro lado, significa “Tres veces grande” siguiendo la raíz etimológica. La razón por la que me apropié de este término no tiene que ver con necesidades megalomaniacas o narcisistas, simplemente corresponde a dos razones: la primera tiene que ver con Hermes Trimegisto, dios romano-egipcio de la alquimia, la magia y la medicina, y en segundo término con el principio de tres, como lo es la dialéctica misma, el movimiento, la santísima trinidad, el tres veces tres, etc. Creo que en este sentido se sigue manejando el concepto de duales, dos polos opuestos que por un momento se unen en mí, se concatenan a través del fenómeno performátivo para generar un tercero punto, donde deviene el movimiento, la verdad, etc. Pensar en el dios Hermes como mensajero de los dioses, y al performer como su reflejo contemporáneo, herederos intersticiales, “oráculos-cuerpos antenas” capaces de coagular mensajes de un orden superior a través de la acción, no parece tan descabellado. ¿Hay algún o algunos objetivos a seguir con este proyecto, cuáles son? Más que un proyecto, esto es un proceso; uno complejo, de aprendizaje y de crecimiento, también de exploración y de continua invención, investigación y propuesta. Creo que hasta ahora mis objetivos han sido satisfechos en muchos sentidos, la gran mayoría de carácter personal en cuanto al estudio de mi propia corporalidad y del conocimiento de mi propio Yo, pero lejos de mi “yo mismo” creo que he logrado entablar una buena comunicación con el otro (el público) en más de una ocasión, aunque no por ello significa que la han pasado “bien”, no recuerdo ninguna de mis acciones donde el público haya resultado indiferente, siempre hay alguien que sale corriendo, otro que llora, rostros de asco, de miedo, se indignan o corren a felicitarme después de la acción, las respuestas son muy variadas, el punto es que hay respuesta; y no es que mi objetivo sea únicamente causar algo en las personas, mis objetivos van mucho más allá, apuntan a develar en cierto sentido el carácter verdadero de las situaciones planteadas, poner en evidencia las teorías de la realidad, llegar a ver el rostro de Dios, en un acto colectivo, a través de un epifenómeno y de una epifanía, que emanan de mi cuerpo como vinculo, como epicentro. No sabría decir si lo he conseguido, pero las diversas reacciones de los que presencian mis actos me dejan pensar que sí, o al menos me he acercado a ello. El punto sería dejar un sedimento en la psique del público, que en el mejor de los casos ocasionará un proceso de reflexión, abrir la caja de Pandora como lo menciona Guillermo Gómez Peña, en su texto “En Defensa del arte de performance”: “nuestro trabajo podría consistir en abrir la caja de Pandora de nuestros tiempos, justo en medio de la galería, el teatro, la calle o frente a la cámara de video y dejar que los demonios dancen. Otros mejor entrenados –los activistas y los académicos- tendrán que lidiar con ellos” ¿De dónde o de qué te retroalimentas para crear tus piezas performáticas? Principalmente de mí mismo, de mi vida. Se trata de una continua búsqueda que involucra lo vivencial, así como una ardua labor de investigación, documentación y teorización, que devienen en la práctica y se conjugan una a la otra, para coagularse en una pieza

de arte de performance. Busco dentro de mí iconos e imágenes personales que dejarán de ser particulares y se convertirán en emblemas universales, nuevas mitopoéticas de carácter casi sagrado, claro para mí. De la misma forma con que me adentro en mi mismo, a fuera encuentro herramientas tan variadas, que van desde leer todo tipo de textos hasta masturbarme, comprendo mi proceso creativo como una plataforma multidimensional y rizomática que se alimenta de todo, y que es capaz de vincularse de muchas maneras diferentes conmigo y con los demás, en ese sentido no hago distinción entre mi vida y mi obra, al final siempre he pensado que son la misma cosa. No se trata de terapia, o de catarsis, o de simple sublimación neurótica, se trata de un continuo “encontrarme en el mundo”, aproximarme a él, habitarlo, y al mismo tiempo resignificarlo, generar intersticios, abrir puertas y dejar que las personas las crucen a través de mi, de lo que les genero. Mis autores de cabecera son: Georges Bataille, Lautreámont, Rimabaud, Beatriz Preaciado, Lipovetsky, Debord, Baudrillard, Brea, Gómez Peña, Itziar Ziga, Kristeva, Teresa de Laurentis, Bourriaud, Deleuze, Dona Haraway, Huidobro, Sade, Michaud, Jodorwosky, etc. ¿Cuáles han sido los foros más importantes o significativos donde te has presentado y los personajes con quienes hayas compartido show? Me he presentado en el Museo de la Ciudad de Querétaro cerca de cinco veces y he expuesto en sus salas tres veces más, lo considero mi casa y le tengo un gran aprecio, de la misma forma, a la fecha, he logrado gestionar ya 4 eventos contraculturales dentro de él. También he accionado en el Centro Cultural Manuel Gómez Morin, en casas de la cultura y en la UAQ, pero de un tiempo para acá he preferido presentarme en muchos lugares con carácter experimental y me he alejado de las instituciones que dicen dedicarse al arte y la cultura, debido a su sucio manejo de intereses y a la cualidad que tienen de convertir el arte en circo; eso me ha llevado a foros como bares, galerías independientes, plazas públicas, ¡incluso restaurantes! Me he presentado en el legendario Cabaret Bombay en D.F., en la ciudad de México en el evento “Beatos Arrabales” junto con otros dos performers que me ha encantado conocer, Luna Bizueto y Luis Hernández, o


recientemente en el Fuxion Bar en Morelia, junto con “Perras de Museo” y Francisco Morales “El Cerebro” en el Vamp Fest, ¡Gracias a Clarimonda por supuesto! Igualmente estuve a punto de accionar al lado de la Congelada de Uva, DavidKontra, Idoia (Lucia Egaña), Frida con todo mi odio y muchos más, en la pasada edición de Actos Xtremos en el Real Under, pero por cuestiones de tiempo y planeación, tuvimos que suspenderlo. He participado y/o tenido la oportunidad de conocer y compartir con artistas locales como Sweet Finger, Los Shit Acrobats, William Nezme, Ernesto Martínez, Gustavo Albarrán (1870), Adrian Uribe, Fabían Gímenez Gatto, Katherin Bauer, entre otros. Y en la escena internacional hemos tenido la maravillosa oportunidad (un servidor y Gran Guiñol grupo artístico junto con Colectivo Spiraren) de representar a México e incluso a América latina y de mostrar nuestro trabajo al lado de artistas como Diana Pornoterrorista, Graham Bell Tornado, Tiger Orchid y Antares Misandria de Salem´s Hole, María Llopis, Tikul Tikul, Helen Torres la zorra suprema, Lucía Egaña, y muchos más, la mayoría emblema de la escena queer y postporno en Europa, debido a la inclusión de nuestro video “Stupra Purgata” que estuvo seleccionado en la muestra internacional de video postporno “IV Muestra Marrana” en Barcelona, España, siendo esta la segunda ocasión que participamos y que nos acogen con gran aceptación, en esta última muestra incluso estuvo presente Annie Sprinkle y Beth Stephens, ya que se trababa de la clausura del festival EcoSex. A parte del performance ¿qué otras cosas estás haciendo? Aparte del arte acción, también trabajo video y más recientemente estoy por regresar a la plástica, por medio de la instalación y el arte-objeto, en un proyecto muy ambicioso que llevará tiempo pero valdrá la pena, se trata de una resignficación del espacio y la corporalidad desde la idea de “limpieza-suciedad” como parte de la teoría de duales, involucrando la teoría queer, el discurso de género, escatología y el arte abyecto, y proponiéndolo como medio de purificación espiritual, literalmente a través de mi, de mi cuerpo. Igualmente trabajo en conjunto con la agrupación “La insurrección” hermana de “1870”, ambas de rock en oposición (mov. RIO) en un homenaje al Marqués de Sade; preparo una serie de fotografías al rededor de la parapornografía llamado “Lo que queda de mi cielo”, participo en el festival “Dildo Roza” en Chile con una videoperformance llamada “Aurora Borealis” y estoy por comenzar la gestión de “Hecatombe” la primer muestra de arte extremo en Querétaro, entre otras cosas. ¿Cómo defines la transgresión y de qué manera la proyectas/utilizas en tu obra? Mi obra no tiene como finalidad principal la transgresión. Según Bataille, la transgresión, no es la negación de lo prohibido, sino que lo supera y lo completa, dicho de otra forma: la transgresión no se limita a penetrar y traspasar las reglas, a destruir los parámetros de lo establecido, sino que busca ir más lejos que lo que entendemos como eso que no sé toca, de lo que no se habla, logra darle otra dimensión, lo convierte en otra cosa. La transgresión en mi obra en todo caso es accidental, pero inevitable. Me explico: si alguna de mis piezas de arte de performance transgrede algo o a alguien será sólo porque mi obra convierte eso “prohibido” en un campo de experimentación, en un espacio de creación, así como también toma lo establecido y lo subvierte, nunca me he limitado a romper las reglas y ya, si las rompo, si traspaso eso que está definido cultural, social, políticamente como correcto, es sólo porque trabajo con ambos hemisferios de la naturaleza humana. De la misma forma veo en lo Prohibido y la Transgresión, un sinónimo de lo Sagrado y lo Abyecto, mis movimientos y las relaciones entre ambas esferas constituyen mi propuesta.

Si trabajo con mis genitales, sangre, semen o excremento es sólo porque esos elementos tienen la misma importancia y están al mismo nivel que el resto de mi cuerpo, o cualquier otra sustancia o material, aunque no por ello tienen la misma significación simbólica o semiótica. Hemos visto que emerges desde el sentido de la contracultura pero, ¿cuál es tu definición de contracultura y cómo crees que se proyecta actualmente dentro de la sociedad? Si bien la contracultura ha sido un motor muy importante para el avance de las sociedades y los complejos humanos, también es cierto que gracias a diferentes sucesos de nuestra época (relaciones pantalla, el capitalismo en las sociedades postindustriales, el consumismo, lo era de lo virtual y el vacío, el espectáculo, los simulacros, la microhistoria, etc.) ya no cumple en su totalidad lo que en algún momento logró a lo largo de la historia. Los movimientos que han tenido carácter contracultural han sido en gran medida absorbidos por el gran aparato regularizador de masas, los ataques en contra del sistema y lo establecido han sido numerosos y claro que han logrado cambios importantes a manera de protesta o con una incidencia real en los planos sociales y políticos (eliminación del racismo o la heteronormatividad nociva y castrante, etc.) sin embargo, también se ha convertido en un refugio fabricado para inadaptados que buscan “encontrarse” a través de ideales con los que ni siquiera concuerdan, o peor aún que ni siquiera se han tomado el tiempo de reflexionar desde ellos mismos. La verdad es que ahora la contracultura es moda. Pareciera que lo que realmente transgrede a las sociedades hoy en día, es la cultura; tristemente un bodegón o un paisaje clásico, puede llegar a causar mayor conmoción que el arte abyecto o el escatológico, en gran parte esto se debe también al continuo bombardeo de imágenes terribles por parte de los mass media, que han originado un índice de deshumanización al respecto de la tragedia. Mi postura ante todo esto pretende un rescate de lo “contracultural” entendido históricamente como eso que ha ocasionado un cambio en las sociedades, desde las trincheras menos insospechadas, sin embargo estoy consciente de que aun así me encuentro en gran medida dentro, estoy inmerso en este mismo dilema, jugando en ese gran aparato generador de ilusiones, de otra forma sería un ermitaño y no podría aportar nada al cambio. Se trata de atacar desde dentro. ¿Has sido víctima de la censura? En caso de que sea afirmativa tu respuesta ¿cómo fue el hecho y qué opinas de la censura dentro del arte? Si, numerosas veces, te cuento varias: una vez quitaron mi obra de la Casa de Cultura Dr. Ignacio Mena, después de una semana de la inauguración, estaba exponiendo dos collage, uno tenía a un Freud Transexual y otro a un Nietzsche siendo sodomizado por un caballo, y la casa de la cultura decidió que eran demasiado explícitos, quitándolos sin darme si quiera aviso, yo me entero semanas después del suceso, definitivamente una terrible falta de organización y de profesionalismo, demostrando su incompetitividad y su poca apertura a propuestas diferentes pero con calidad, por falta de criterio, muy probablemente no tienen nociones de curaduría o museografía, al menos no serias. También en dos ocasiones se intentó sabotear mi presentación en el centro Manuel Gómez Morin, debido a lo escatológico y lo explícito de mi propuesta, por suerte gracias al público y a las personas que me apoyan logré llevar acabo ambas acciones, aunque ya no me quedan ganas de regresar, debido a los malos tratos por parte del personal. Se me ha pedido moderarme, o cambiar de pieza, obviamente me he negado rotundamente y he cancelado las presentaciones.


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No soporto se mutile mi trabajo, la gente cree que uno es actor, que puede aprenderse otro guión, no comprende que es parte de tu proceso elemental de vida diaria, no puedes escapar a la performance, es un todo, si censuran tu obra, censuran tu Yo. Por suerte hasta ahora no se ha armado ningún safarrancho, pero efectivamente mucha gente nos odia y les gustaría vernos callados y bien portados, eso jamás va a pasar. La censura dentro del arte es prácticamente lo más retrograda que se puede llegar a concebir, significa la mutilación y la muerte de lo que se supondría es la cima del pensamiento humano, el arte es la punta de lanza de las civilizaciones, pensar que se le puede o debe censurar para evitar herir susceptibilidades es estúpido y denota porqué hay que gritarles en la cara lo que no quieren oír, todo acto de censura denota un miedo profundo, aquél que apoya la censura es una persona muy carente, muy incompleta, muy insatisfecha con el mundo, con su vida. Hay público y espacio para todo tipo de expresiones, eso también es cierto. ¿Crees realmente que entre la pornografía y el erotismo exista una diferencia de conceptos, o crees que se deba más a mera consideración mediática de lo socialmente aceptado y lo no aceptado? Si, considero que el Erotismo es un tema enorme que se acerca más a una experiencia que va de lo estético a lo místico, y en ese sentido comparto puntos de vista sobre lo erótico como el de autores como Bataille o el de artistas como Ron Athey, mientras que lo que llamo pornografía es todo aquello que excede en contenidos y en formas de comunicar la información, me acerco más a la perspectiva de Baudrillard sobre lo obsceno en escena y lo que deviene de ello, el espectáculo postpornográfico dentro del discurso de las simulaciones, logra convertir eso que era falso, una representación de lo real (pornografía) en realidad, en algo vivo. Lo que socialmente se acepta o no, no queda fuera de mis consideraciones, sin embargo entiendo que una cosa es lo que le gusta creer a la gente y otra muy diferente lo que puede llegar a discutirse de manera seria en el ámbito académico. No me parece que lo erótico y lo pornográfico sean la misma cosa, pero si intervienen uno en el otro, desde mi propuesta, apuesto a la postpornografía como intersticio que rompe ese mito del binarismo entre erotismo-porno, como una dialéctica que nos permita ver la sexualidad y el cuerpo desde nuevas latitudes. Para mí el arte extremo queer es una forma de acercarme a lo sagrado, en ese sentido la particularidad mística de lo erótico conjugado con la exploración sexual de lo pornográfico. ¿Crees que el cuerpo desnudo aún es sinónimo de tabúes y prejuicios, y que por lo tanto también tenga el poder de denuncia, de vergüenza y de arma política? Sí, creo que nunca se podrá eliminar al cuerpo del arte, Sterlac ya había anunciado el cuerpo como obsoleto desde los 60´s, y aun así el hecho de tener un cuerpo temblando por miedo o dolor enfrente de nuestros ojos nos ocasiona, aún ahora en esta época “posthumana” de maquinas y cyborgs, un fuerte dolor en el estomago. Creo que el cuerpo jamás perderá relevancia, y en cuanto al desnudo, efectivamente algo hay en la memoria histórica de nuestro inconsciente, que hace que la piel desnuda nos parezca siempre apocalíptica, siempre peligrosa, incitante, explosiva. De esa forma, si bien no es nada nuevo desnudarse y accionar, lo que importa no es el hecho en sí, si no encontrar nuevas cartografías corporales, nuevos discursos desde el cuerpo que permitan resignificarnos dentro de él, como ocurre con el Trans(des)vestismo de la Pocha Nostra, o con los cuerpos grotescos de artistas como Rocío Boliver que des-mitifica sus genitales, o Falcón que se transforma y deforma en pos de la denuncia social y cultural. Desde luego que el cuerpo siempre será el recinto de lo político y lo divino también, ¡por qué no! Creo que es algo implícito en la naturaleza humana, desde los rituales prehistóricos hasta las piezas de arte de performance actuales.

¿En qué situación crees que se encuentra actualmente el performance en México? ¿Hay futuro, buenas propuestas y proyectos? ¡Por supuesto que hay futuro! México siempre ha sido un país único, lleno de magia y de ritual, siempre ha tenido fuertes cargas simbólicas en su cotidiano, nuestra capital por ejemplo se ubica donde se incrusto una metáfora hermosa: el águila que devora una serpiente, etc. La incidencia de lo poético, lo onírico, lo surrealista en la vida de quienes habitamos en el ombligo de la luna, es totalmente común. Suena un poco ingenuo, pero ya se ha dicho antes, no hay lugar más extraño que México. Hablando directamente del performance, yo veo nuevas y numerosas propuestas a diario, emergiendo, sin embargo es cierto que lograr desarrollar una eficaz y seria propuesta en el arte de performance es el trabajo de toda una vida, creo que muchos artistas jóvenes sinceramente se refugian en ello para dar rienda suelta a sus pretensiones, muchas veces quedándose en la catarsis, cosa que no es malo, pero que sólo significa el primer paso. También es cierto que la capital es el único lugar con producción seria al respecto, yo por mi parte, por ejemplo, soy el único que se dedica a esto de forma seria en el estado de Querétaro, al menos no tengo noción de nadie más. México ha dado grandes artistas en todas las áreas, y en la del arte acción contamos con exponentes maravillosos, muchos de ellos que me tocan el alma con sus piezas tan fantásticas y hermosas: Rocío Boliver, Lorena Wolffer, Guillermo Gómez Peña, Katia Tirado, Maris Bustamente, Melquiades Herrera, Pancho López, Héctor Falcón, por mencionar sólo algunos. ¿Qué viene para Lechedevirgen Trimegisto? Justamente me encuentro en el proceso de gestión de lo que vendría a ser la primer muestra de arte extremo en Querétaro, “Hecatombe”, se piensa se reúnan todo tipo artistas principalmente queretanos para generar obra dentro de lo que se considera escatología, abyección y sexualidades periféricas o marginales. Dentro de otras cosas espero formar parte de festivales de arte acción como el Arx Fest en Maravatio, Michoacán, o en Horas Perdidas en Monterrey, de la misma forma en la siguiente edición del Actos Xtremos, en el D.F. Esta planeada una exposición colectiva por septiembre del año en curso donde comparto espacio con SiLoMi, Luís Sánchez, Kykiz Ferrer, María Sprowls, Javier Payro, entre otros, y mi siguiente exposición individual está programada en el Museo de la ciudad de Querétaro para Mayo de 2012. Además de todos estos proyectos en puerta, me encuentro en perpetuo proceso de investigación y documentación para la creación de dispositivos y gestión de espacios de propuesta actual y nuevos lenguajes estéticos. Finalmente algo que te gustaría agregar… Pues solamente agradecer a Clarimonda una vez más, por brindarme la oportunidad de ir a Morelia, por esta entrevista y la publicación en ella. Muchas Gracias.

Fotografías cortesía de Lechedevirgen Trimegisto.

* * * * * * * * * * * * * * Clarimonda y Lechedevirgen Trimegisto traen para ti dos dvd del videoperformance “Aurora Boreales entérate al final de páginas cómo puedes llevártelos. * * * * * * * * * * * * * *


漏 Arturo Piza _ Extremaunci贸n


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TERCIOPELO PÚBICO Pé De J. Pauner Una de las imágenes más poderosamente eróticas y violentas jamás descritas por un escritor no erotómano se encuentra en el cuento Primera sangre(1) de Curzio Malaparte, autor que me ha acompañado a lo largo de mis propias descripciones en cuanto a atmósfera se refiere. En esta narración Malaparte describe: Torquato, que tenía unos cuantos años más que nosotros y que trabajaba de dependiente en una carnicería, venía a veces llevando oculto bajo la chaqueta un gran pedazo de carne roja y amoratada, ribeteada con un encaje de grasa amarilla. Dejaba el pedazo de carne sobre el murete del canal, sacaba del bolsillo una larga navaja, con la hoja espesa y ancha y paseando la mirada alrededor con un gesto sospechoso decía en voz baja: “Ahora os lo enseño yo.” Diríase que experimentaba un misterioso placer en palpar aquella carne dura y lisa, que se pegaba a las yemas como una pasta suave. La cogía con ambas manos, la levantaba en alto, la dejaba caer dos, tres veces, con un frío chasquido, sobre la piedra del murete, comenzaba a abofetearla con la palma abierta, y aquellos “chaf-chaf” comenzaban suscitando en nosotros, chiquillos, un sentido de alegría, pero luego, poco a poco, una extraña turbación, mezcla de miedo y de vergüenza. Torquato, de repente, empuñaba el cuchillo. (…) Yo experimentaba una oscura sensación de repugnancia, pero Torquato debía extraer de aquellos gestos y de aquella imagen (la hoja que surgía lentamente de la herida) un agudo extraño placer: ya que, apenas sacado el cuchillo, volvía a hundirlo con violencia en la carne, y repetía los gestos anteriores entornando los ojos pasmados y jadeando. De repente sacaba el cuchillo, lo dejaba en el murete, y metiendo en la herida los dedos de ambas manos, ensanchaba sus labios, inclinándose a contemplar la llaga. Le temblaban las manos, movía la boca balbuceando palabras incomprensibles, y me parecía distinguir de vez en cuando en aquel confuso balbuceo un nombre de mujer, algo como “Naninna, Naninna”. Bataille había establecido, en su breve pero brutal relato-ensayo Madame Edwarda, el nudo que ata víctima y verdugo: (…) iba delante de mí, como envuelta en nubes. La indiferencia tumultuosa de la sala a su dicha, a la mesurada gravedad de su andar, era una consagración regia y una fiesta florida: la muerte misma participaba en la fiesta, ya que la desnudez en el burdel invoca siempre la idea del cuchillo del carnicero. Salvador Elizondo(2) señaló, estableciendo un vínculo lógico entre el tema de la prostituta-dios de Madame Edwarda y su ensayo La parte maldita cómo, en este último, Bataille había reflexionado sobre la naturaleza utilitaria de la víctima sacrificial (entre los aztecas), su pertenencia anónima al pueblo (su “cosificación”) y su última importancia trascendental en el acto de morir, desnuda, entregada, a sus sacrificadores y a los espectadores: La víctima es un excedente tomado de la masa de la riqueza “útil”. (…) la víctima penetra en la intimidad de los sacrificantes y participa en sus consumaciones: la víctima es uno de ellos y, en la fiesta en que perecerá, canta, baila y goza con ellos de todos los placeres. Así pues, el coño de la prostituta siempre es sacrificable y el pene del cliente jugará el rol temporal de un cuchillo de obsidiana. Un coño desnudo, desprovisto de vello púbico es cruel. Su crueldad tiene mucho de placeres pederásticos. Esa es la intención manifiesta del sexo femenino aséptico, pulposo, abierto como una almeja mojada, afeitado, en el negocio de la pornografía. No es la limpieza exigida en un negocio de compra venta -de intercambio de un producto en tetrapack-, pues la humedad de las mucosas, los geles lubricantes, la baba y las salivas o el mismo vómito de las felaciones violentas mancharán conscientemente,

-con un propósito que conlleva la excitación del voyerista a través de la simulación, o, de plano, la verdadera cinta snuff, de una violación-, la imagen aséptica que un ingenuo pudiera suponer detrás del afeite del vello en el sexo siempre dispuesto a abrirse de una mujer pública. La exhibición notoria de los genitales intencionadamente persigue una mayor excitación en ciertas mentes, pero esto es un añadido cultural (en este caso de naturaleza económica en el negocio pornográfico) como la búsqueda constante de nuevas, ingeniosas y gimnásticas posiciones sexuales: se busca la exhibición descarada de las penetraciones en una conjunción de sexos sin rastro de vello. Henry Miller, entusiasta de la hirsutofilia, estaría decepcionado ante la completa desnudez de los cuerpos en el arte, el cine y el porno actuales. Dice el narrador de Trópico de Capricornio que lo que importa, lo que verdaderamente excita, en la relación sexual con una mujer, es el vello púbico. Describe así su enamoramiento hacia Lola Niessen, su primera profesora de piano: En verano llevaba mangas muy abiertas y podía verle los mechones de pelo bajo los brazos. Me volvía loco de verlos. La imaginaba cubierta de pelo por todo el cuerpo, incluso en el ombligo. Y lo que deseaba era envolverme en él, hincarle el diente. Podría haberme comido el pelo de Lola como una golosina, si hubiese llevado un pedacito de carne pegado a él.

© Arturo Piza _ “Sacrifice des orifices 2”


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El caso es que era peluda, eso es lo que quiero decir y, por ser peludel ejército o de las novicias: la destrucción de la personalidad, la da como un gorila, no podía concentrarme en la música sino sólo en cosificación del ser humano, su transformación en bien público, el su coño. Estaba tan deseoso de verle el coño, que por fin un día descubrimiento de lo humillable que es desnudar de pelo, cabello soborné a su hermanito para que me dejara mirarla a escondidas o vello la piel. Porque en el acto del afeite está implícito el acto de mientras estaba en el baño. Era todavía más maravilloso de lo que transformar a alguien en víctima. había imaginado: tenía una mata que iba desde el ombligo hasta la Puede llegar a sentirse una filia o una fobia, en el caso extremo, entrepierna, una enorme mata espesa, un morral escocés, rico copor el vello propio o ajeno. Una filia negativa sienten los que afeimo una alfombra tejida a mano. tan sádicamente una cabeza. Una filia positiva los peluqueros. El Su personaje (o Miller mismo), había indicado antes, al inicio de la papel biológico del vello era el de evitar rozaduras en los tiempos novela, la trascendencia-dependencia del cabello y el vello en la en los cuales la especie humana era nómada. El papel del cabello memoria del pubefílico, aún más que el sexo en sí: es aislar el cerebro del calor excesivo, pregúntenselo a un calvo Se pueden recordar muchas cosas de la mujer que ha amado uno, cuando expone su cráneo al sol si no sabrá de eso. Pero en la pero es difícil recordar el olor de su coño… con alguna certeza. En sociedad actual el vello se niega. Se pueden alegar varias razones, cambio, el olor a cabello mojado, a cabello mojado de mujer, es algunas ya anotadas arriba, sobre todo el asco (fobia), o la limpiemucho más fuerte y duradero… za, en el afeite del sexo, ocultanpor qué, no lo sé. do la verdad desnuda que es prePodemos caer en la explicación cisamente esa: la desnudez total freudiana (¡por supuesto!), de que conduce a la total desnudez explicar que la pubefilia, ginelofidel alma de la víctima. lia o hirsutofilia que padecía o, Norman Mailer expresó(4), en mejor dicho, gozaba, se encontrarelación al filme de Bernardo ba en los recuerdos indelebles de Bertolucci, Last Tango in Paris la infancia: (1972): (…) recuerdo el olor del cabello de Hay una abstracción monumental mi tía Tillie después de que se lo en la pornografía. (…), los órgahubiera lavado con champú. (…) nos sexuales muestran más carácTambién olía a sudor, incluso dester que los rostros de los actores. pués de bañarse. Pero el olor de su (…) En el porno, hay falos cuyas cabello… ese olor no lo puedo venas distendidas hablan de la olvidar nunca, porque de algún integridad de un corazón trabajamodo va asociado con mi odio y dor, pero en los rostros hay muy desprecio hacia ella. (…) Cuando poco contenido específico. estaba toda acicalada, me pregunEn el prólogo a la novela Este taba si estaba bonita y si la quería, morir a gotas(5), escribí, en relay, naturalmente, yo le decía que sí. ción a este señalamiento de Mai(…) Después de que se hubiera ler: ido, cogía los rizadores y los olía y Cierto. Uno se pregunta quién es, los estrujaba. Eran repugnantes y en realidad, el o la porno star, ¿el fascinantes… como arañas. humano detentador de órganos Recuerdo cómo, en mi caso partisexuales o esos órganos sexuales cular, en mi propia experiencia que le dan de comer a ese humano hirsutofílica, esperaba con ansia con sus exacerbadas actuaciones? la llegada de una ex amante que Y es que, si alguna vez los rostros acostumbraba venir al hotel de la expresan algo es en relación a la ciudad dónde le aguardaba, tras sumisión ante los genitales tumesseis horas de viaje en autobús centes, húmedos, omnipresentes, (ella llegaba a mí), para desnudarubicuos, todopoderosos: felaciola y hundir mi nariz entre su vello nes, eyaculaciones en boca y rospúbico que había recogido los tro, gestos de dolor-placer. © Arturo Piza _ “Especta-culo Dantesco” olores del camino: el tenue aroLa pornografía ha despojado de ma de un sudor apenas oculto por el perfume impregnado en la personalidad a los actores dejándole el estrellato a sus sexos. tela de la tanga lavada o el de la humedad que ya impregnaba la Pero en un intento, bien conseguido, de infantilizar esos sexos almeja femenina. obreros les ha despojado, a la vez, de personalidad, uniformándoPosteriormente, en Labellum(3), mi novela sobre el acontecer de les, despersonalizándoles. El vello púbico es, pues, lo que da, las tribus urbanas, he descrito cómo Natius, el personaje masculiotorga, un temperamento, una personalidad al sexo y al rostro de no, goza olisqueando a su amante Liz: su dueño. Es lo que hace un poco más humana a la puta. En el Cuando está desnuda gusta de oler sus axilas. Recostada sobre la hecho del afeite hay una perversión cercana al afeite y el tatuaje cama, le levanta el brazo y clava la nariz como un ave. en un Campo de Exterminio. No sé cómo habrán de imaginar los lectores esa escena y puesto Hace algunos años -eran los últimos del Siglo XX-, recuerdo que que no lo aclaré sería difícil que alguien imaginara a Liz con vello las chicas embriagadas o drogadas que subían a la pista improviaxilar. Pero en mi imaginación así la concibo. Son sus axilas lugasada en las noches de carnaval, en dónde tocaban los grupos de res oscurecidos por un vello limpio, lustroso, ensortijado. rock, en la ciudad y puerto dónde viví en el Golfo de México(6), El caso es que hoy el vello púbico ya no es público. Y en el hecho empezaban una danza no profesional que terminaba en desnudel afeite del sexo se encuentran los mismos principios que rigen dez con el consabido escándalo que los mojigatos hacían al termiel acto de afeitar las cabezas entre los reos o entre los miembros nar la fiesta; los chicos del público, alentados por el alcohol y la


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promesa de ver gratis sexos femeninos de una muchacha que quizá era alguna vecina o la compañera de la escuela, gritaban ¡pelo, pelo! indicando con esto a la chica que mostrara vello, que enseñara el sexo. Veo una table dancer en la pista. Mientras se encuentra aún vestida, con unas prendas mínimas de colegiala(7) de las cuales pronto se empieza a desprender, le miro la cara. En cuanto queda desnuda ya no es una chica quien baila. Es un coño. Un coño bailarín tan parecido a tantos otros. Nadie le mira la cara a la dueña de ese coño. Luego reflexiono: no es un coño lo que vemos, es la carne pronta a abrirse de la escena del cuento de Malaparte. Carne de carnicería. Carne para nuestras navajas de obsidiana. Carne para verga, entregada a la verga, sacrificada a la verga. Los establecimientos de Table Dance deberían decir: “¡Coños bailarines, coños, coños!”, en lugar del consabido “¡Chicas, chicas!”. Hay mucho de fascista en un coño aséptico, desprovisto de pelo y mucho del bigote de Hitler en el ridículo manchón de vello que muchas bailarinas conservan encima de su sexo. La falta de vello en el erotismo y la pornografía es el primer paso al fascismo de la carne: pronta a ser carne de vaca. Es el fascismo pornográfico el que ha triunfado. Hitler debe reírse con su ridículo bigotito-manchón encima de cada sexo enfascistado que exhiben las putas y que las chicas copian por mera moda. ¡Vaya! ¿Quién que se precie de ser un buen hirsutófilo quiere meter su verga enhiesta por el medio de esa sonrisa hitleriana triunfal?

Notas. 1 Curzio Malaparte. Primera Sangre. Libros DB. Argos Vergara. Barcelona, España. 1983. 2 George Bataille, Madame Edwarda. Introducción y traducción de Salvador Elizondo. Premiá editora, S. A. Cuarta edición, México, 1984. 3 Pé de J. Pauner. Labellum. . Ediciones del Ermitaño. Minimalia Erótica número 22. Primera edición. México. Abril de 2009. 4 Norman Mailer. A Transit To Narcissus. The New York Book review. 1973. 5 Arturo Pizá. Este morir a gotas. Prólogo de Pé de J. Pauner. Ediciones del ermitaño. Minimalia erótica número 23. Primera edición. México. Noviembre de 2010. 6 Tuxpan de Rodríguez Cano, al norte del estado de Veracruz. 7 En efecto, la pederastia escondida de los clientes está aquí. En mi novela antes citada, un viejo verde moribundo, le confiesa a una lolita: ¡El mayor secreto de los hombres es que todos deseamos poseer a chicas muy jóvenes –y remarca-, muy jóvenes, como de quince años!

LOS OJOS DEL QUE LA CONTEMPLA Francisco Enríquez Muñoz

© Arturo Piza _ “Jason”

El coito en sí no es pornográfico, el coito es el coito, sin más. Para que un coito sea pornográfico es necesario que alguien lo filme, o lo fotografíe, o lo dibuje, o lo describa y que alguien más diga que es pornográfico. Un coito per se no es pornográfico. Más o menos primitivo, más o menos civilizado, el ser humano es una ficción de sí mismo y de su realidad. Es el único animal capaz de desarrollar todo un universo lúdico y de fantasía en torno al coito y al margen de su función procreadora. No existe un solo pensamiento humano que no esté mancillado por el coito. Y fuera de lo que es propiamente humano, no hay nada pornográfico. A mediados del 2009, la modelo Kathleen “K.C.” Neill fue arrestada por la policía de Nueva York luego de que posara desnuda para el fotógrafo Zach Hyman en el Museo Metropolitano de Nueva York, donde se exhiben cientos de desnudos artísticos. La policía acusa a la modelo de “exposición pornográfica en espacio público”. Sin un hilo de ropa encima, “K.C.”, de entonces veintiséis años, bailó y corrió por unos instantes en una sala del museo. Zach Hyman es conocido por fotografiar a mujeres en pelotas en espacios públicos, particularmente en el Metro. Si alguien mira a una mujer desnuda, como “K.C”, en la sala de un museo y se siente movilizado a masturbarse, ¿entonces esa mujer es pornográfica? La pornografía depende de la reacción que despierte en cada uno de nosotros. La pornografía, como la belleza, está por entero en los ojos del que la contempla. Y cuando nuestros ojos están cargados de preceptos moralistas, vemos pornografía en todas partes. Por muy espontánea que se le crea, la belleza siempre oculta la complicidad con otros. No sé cómo una mujer, toda mujer, podría ser bella si no hubiese varios espíritus dotados del sentido de la belleza para reconocerla como tal.


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Lo bello se admira en la Naturaleza, se exige en las producciones artísticas y, en todo momento, se acepta o se rechaza en nuestro cuerpo. Si alguien me preguntará qué es una mujer bella, le respondería que aquella cuyas tetas rebasaran el tamaño de mis manos. La belleza, como la pornografía, es educación y prejuicio. En su Summa Theologicae, santo Tomás de Aquino asegura que la belleza tiene un origen sensual. Para él lo bello debe reunir tres prerrequisitos para ser contemplado como tal: perfección, proporción y claridad. Así, encontramos bella la figura de una Barbie, una escultura de Lorenzo Bernini o las alas de una libélula. Pero lo bello también puede ser imperfecto, desproporcionado y oscuro. La decimonónica ley surrealista del siglo XIX avant la lettre sentencia «bello como el encuentro fortuito sobre una mesa de disección entre una máquina de coser y un paraguas». Lo bello debe sorprender, cavar un hoyo en la memoria y echarse a dormir para luego interrumpir nuestros sueños (o pesadillas) en el momento menos esperado. La estética (más de un filósofo lo ha reflexionado) ofrece diversas categorías y formas de acercarse y percibir lo bello. La piel cromada de un revólver, una cicatriz justo arriba de unas nalgas son bellas y pornográficas como el consolador guardado en el bolso de una dulce abuelita, como el humo del cigarrillo post coitum, como un chupetón en el cuello, como los quejidos ratoniles de una cama, como una Lolita saboreando un nutritivo plátano frente a un monasterio, como el letrero parpadeante de un hotel de paso, como una cerveza fría a las tres de la mañana, como los vidrios empañados de un coche, como los sonidos líquidos de una felación, como los diamantes que brillan en el semen esparcido sobre una vulva, como una televisión encendida iluminando la ropa vacía de dos mujeres y un hombre, como un condón usado sobre un buró, como una delicada tanga que se desliza en un camino largo y sinuoso, como el jazz que se oye a lo lejos mientras los besos y las caricias son sólo el preámbulo del próximo acto que terminará con la luz azulada del amanecer, como un par de piernas femeninas enfundadas en seda, como un repartidor de pizzas, como una doctora, como una profesora de secundaria, como una playa, como un perro, como un caballo, como una muchacha embarazada, como un muchacho negro, como la caca, como un tatuaje.

Dicen los que saben que lo pornográfico es todo aquello que hace que la hormona mate a la neurona. Si aplicas el adjetivo a una persona, lo pornográfico será fugaz y escurridizo. Fugaz porque durante una cuestión de un segundo, un gesto muy simple puede transformar a quien lo realiza en alguien deseable. (Eso explica por qué puedes desear a tu vecina gorda y bigotona por un instante, mientras ella mueve ligeramente la cabeza para acomodarse el cabello.) Por esto mismo, en 99% de los casos, la pornografía es un mero producto de la casualidad. En cualquier objeto y bajo cualquier aspecto que se le considere, la belleza y la pornografía adquieren diferentes nombres. Todo posee un grado de pornografía porque todo afecta nuestra alma. Un baile, una novela, un cuento, un poema, un ensayo, una escultura, un edificio, una pintura, una fotografía, un olor, un sabor, una idea, una mueca, un estado de ánimo, una prenda, un lugar, un trabajo, una hora, un par de tetas que rebasen el tamaño de mis manos, todo, absolutamente todo, nos agrada o desagrada de alguna manera. Y todo, absolutamente todo, es pornográfico. El resultado es obvio: si todo es pornográfico, nada lo es. Pero afirmar que algo es pornográfico es lo mismo que decir que algo me desagrada. Entonces, ¿es pornográfica la foto de un pene erecto insertándose en un lubricado orificio vagínico? Ceci n’est pas une pipe. “Esto no es una pipa”. Adaptemos esta frase tantas veces manoseada (lengüeteada al límite del cliché) con que René Magritte estableció la frontera entre objeto palpable y representación artística. Esto no es un pene erecto; esto no es una vagina lubricada; esto no es una pipa: es un lienzo cubierto con óleo. Esto no es un hombre desnudo taladrando a una mujer desnuda: es un papel cubierto con luz. Son nuestras percepciones quienes gobiernan y dirigen nuestros juicios y razonamientos. En cualquier caso la pornografía requiere de la animalidad para tener un significado. ¿Por qué dos de las principales características del ser humano son su insatisfacción dolorosa y su constante crítica de sí mismo? Porque sólo así puede vencer a la animalidad.

JOSÉ CAE DE A GOTA -se derrama-, vientre que es laja calla, impele y calla despoja luz y sombra con los dedos entra cunde -se derramame-penetra-cayendo-en-círculos-me-penetra-cayendo-me-penetra-en-círculos y se apaga

Janeth Martínez Salazar

© Arturo Piza _ “Edible Areolas”


©IXUJTSI


III. De Exposiciones, incumplidos, poetazos y uno que otro desmadre! 1. Después de tanto debraye, comenzamos este Choro felicitando a la Clarimonda por sus bien merecidos 7 años dentro de la escena underground, esperando que los vientos de la perdición la mantengan a flote varios más… 2. El cotorreo lo comenzamos con la Expo Multidisciplinaria Los 50’s, que realizamos a principios del mes de junio con el Equipo de Trabajo, de los más chingones con que he colaborado (Chido a la Fabi, Cesar Magenta, Cindy, Walter, JC Cortés, Hormiga y demás). Este evento se realizó en el ya tradicional bar Limbo (Morelia) y la intención era rememorar esa época del Cine de Oro, de la Beat Generation, de la música del Jazz, los Rockstar’s, las Divas, etc. para divertirnos un rato y tenerlo a fin de cuentas como motivo y excusa para crear. Lo chido fue habernos caracterizado de algunos personajes de la época y desenvolvernos toda la noche en nuestro papel cincuentero. La expo giró desde la instalación, las pinup-pinturas, dibujos y fotografía; y por mi parte me aventé un palomazo lectobeatjazzero con el Juan Carlos Cortés (chidota la improvisación), rememorando la emblemática lectura de Aullido de Allen Ginsberg. 3. Recibí vía mail la nueva edición del fanzine Efímera, que edita el amigo José Luis (o mejor conocido como “El Poeta” o Le Jos Uis) en la ciudad de San Juan del Río, Queretarrock (desde hace más de 3 años). Un fanzine sencillo –como Clarimonda- impreso en fotocopias, sólo que a tamaño media carta. También temáticos sus ediciones (me regaló su edición Cantinera y Teatro Kabuki cuando andaba por allá) y en ese mail recibí la edición de junio, donde me publicó el texto “Clarimonda transluce mi estadía nocturna”. Pueden solicitarla o colaborar en el fanzine escribiendo al mail: lejosuis@hotmail.com 4. A mediados de junio llegó el 6° Encuentro Nacional de Letras Independientes de Morelia, que realizan mis camaradas del Colectivo Paracaídas (esos: Ale Quintero & Flaco Quevedo). El cual se realizó en distintos puntos de la ciudad y durante 3 días consecutivos… y qué les cuento, que el primer día me toco ir a recoger al Carlos Martínez Rentería a la Central de Autobuses; de ahí nos lanzamos a comer y luego al show donde leyó parte de su poesía (la cual le editará en libro el Fadanelli con su editorial Moho), junto con los camaradas José Agustín Solórzano y el Chava Munguía (antes y después no me toco ver nada), al final del día nos pusimos una borrachera iniciada en el bar-foro Cactux (donde cotorreamos bien chido el Gustavo Ogarrio & su servilleta) y terminada en la famosísima Burbuja (lugar mítico que de día y tarde es totalmente familiar y de madrugada es…

mmm… otra cosa). Al día siguiente tenía que presentar el proyecto de Clarimonda Drunk Ediciones y jamás me pude despertar en todo el acontecer del día; la cabeza me dolía, tenía nauseas, mareo, agitación, dolor muscular, etc. (Bien pilas la Paola Klug que se lanzó espontáneamente desde Celaya para presentar su librillo Irkalla). Al tercer día me dieron espacio para presentar por fin el proyecto, la serie de 4 libritos que hasta el momento se tenían publicados. Esa última noche el Rojo Córdova se armó un eSlam de Poesía, donde resultó ganador mi brother el Inquilino “Bubba” y al final cerramos leve también con unas chelas y una breve charla con el poeta michoacano Neftalí Coria, quien me obsequió el muy buen libro/catálogo Sombra mirada del artista visual Arturo Rivera (muy chido). 5. En este mismo mes de junio salió la edición no. 16 de la revista tijuanense Diez4, con la temática de “Puro cuento”. Una publicación que sólo refiere sus temáticas a la onda Tijuana style (de tj para tj), pero en esa edición abrieron sus páginas y se extendieron a otro lares, otras plumas. Escriben: Mauricio Bares (quiubo compa!), Samperio, Elma Correa, entre otros. Y ahí me publicaron el texto “De cuando las almas errantes se sientan a platicar contigo”, dizque ganador del concurso convocado días antes de su aparición (chido por el detalle; pero la neta, mal pedo que ni una revista me hayan mandado, peor tantito, que ni me contestaron los múltiples mensajes que les dejé en facebook y por mail). Fue gracias al compa Rafa Saavedra (también oriundo de Tj) que pude obtener un ejemplar impreso (importado), chido brother! La reva la pueden descargar aquí: http://diez4.com/revista/2011/06/Puro-CuentoRevista-Diez4-Junio-2011.pdf 6. “Los Iniciados”, fue el título de una serie de ponencias a la cual convocaron los camaradas del Colectivo ASCO –Artistas al Servicio de la Comunidad- (chido a los compillas Lalo Aguirre, Chucho Moreno & Luis López), la cual se realizó en el Tianguis Cultural Mechuacan. Entre una banda inmersa en las filosofías religiosas, espiritistas, de la pachamama, hasta videntes y personas abducidas. Lo interesante fue la serie de datos creíbles o (in)creíbles sobre el futuro Fin del Mundo, la Invasión Extraterrestre y la Vida más allá de la vida (sic). Creo que lo insospechable y perverso fue el señor de Cherán (o era de Paracho?) que se decía ser una persona de otra galaxia, que hablaba con la virgen de guadalupe (así en minúsculas) y que le objetaba a la mujer vidente su ignorancia ante estas posturas (ja, ja, ja, perdón, pero ja, ja, no mamar dicen por ahí). Lo chingón fue el “enfrentamiento” boxístico que se realizó en una de las azoteas, la música de Popochtli, la expo y las chelas a veces frías a veces calientes hasta entrada la noche.


7. Y se llegó por fin el tan esperado Vamp Fest Morelia (realizado los días 1 y 2 de julio en el bar Fuxion Underground), el cual realizamos en co-producción entre Clarimonda y el camarada Carlos Camaleón (La Sangre de las Musas. DF). Lo viajado aquí es que se haya logrado el asunto después de casi un año de andarlo comentando… El primer día fue muy curioso, a parte de la broma que me jugaron los defeños (con El Cerebro como autor intelectual; rifado carnal!), las cosas se fueron dando de manera muy lenta y pausada. El inicio se contempló a las 7 de la tarde pero fue hasta las 9 que se comenzó con la proyección de los cortometrajes, una buena selección que no pude apreciar del todo bien por las madres de detalles que aún faltaban. Después Camaleón subió a dar una charla sobre la Literatura Vampírica muy interesante, con datos precisos y comentarios certeros sobre dicho tema que tanto nos gusta (fue una pena que las personas estuvieran – como siempre sucede en Morelia- en su pinche relajo y no prestarán atención). Le continuó la banda moreliana de metal Fallen In Death (chido Martha por el paro), sólo tocaron 4 canciones que prendieron a la “multitud”, y aunque la gente les pidió una más no se pusieron de acuerdo para continuarle. La parte final se dio con la intervención musical ochentera de la Dj Vampirella (chido a la Aydée) y mientras ella tocaba, el buen camarada Francisco Morales, mejor conocido como “El Cerebro”, se aventó su performance titulado “Enredos”, una turba de desmadramiento de casetes y un vhs para enrollarse entre las cintas que sacaba de cada una de ellas. El Dj Onaromaz (mi buen Pélosss) continuó el show con un set bien industrial que puso a bailar a la mayoría de personas que continuábamos en el bar, en ese momento el buen Flako se rifo un perfo-dance espontáneo con los restos de cinta de los casetes, al final Dj FK_R2 dio una leve muestra de su set para cerrar definitivamente la noche. Saliendo nos fuimos a un afterparty, del cual no les daré más detalles, pero si puedo decirles que varios dormimos hasta las 12 del medio día siguiente… Despertamos a las 5 de la tarde y nos lanzamos al Fuxion de new, ya nos esperaban Las Perras de Museo (chidote, saludos banda!) y Lechedevirgen Trimegisto (quiubas!). Nuevamente los defeños me jugaron una broma, estuvimos a punto de los golpes pero mi estado zen se mantuvo a flote (ja, ja). El inicio fue nuevamente a las 9 con la proyección de los cortos, mejores que los anteriores (a mi parecer), hubo uno en especial demasiado cagado, creo que fue el de “Las porristas vampiro…” (jaja, toda la banda que lo vio seguro se acuerda de eso); después subimos el Camaleón y Yoni para presentar libros y la nueva Clarimonda chupa-sangre –respectivamente-, en ese instante sucedió lo mismo del día anterior (aunque sucede siempre, como ya lo mencioné), la desatención del público ante la charla y comentarios, es una pena –como ya lo dije tambiénporque está siempre la ocupación de llevarles cosas chidas e interesantes a la banda, pero su pinche apatía los transborda y no los deja involucrarse con estas ondas –y esto sucede tanto con la banda oscura como con la banda de letras, los fresas, los “normales”, los eruditos, los rastas, los alternativos y no se diga los “contemporáneos” o hipsters-, en fin, terminada nuestra participación la banda moreliana Estigia (hey, saludos!) se subió al escenario para interpretar varias de sus rolas, las cuales fueron muy bien aceptadas por el público; una buena banda que seguramente tendrá mucha más proyección en un futuro no muy lejano. Después llegó más de lo bueno, Las Perras de Museo salieron a presentarnos su performance, como ya nos tienen acostumbrados a su calidad de asombro en cada show, las Perras se la rifaron chido en esta ocasión (ya les debía un buen espacio, chido la Andrea, Damayanthi & Toño). Aquí tocó el turno para que el Androide FK_R2 comenzara su set, alternando entre la banda y las intervenciones.

Un momento esperado fue la presentación de Lechedevirgen Trimegisto, quien presentó un performance llamado “Doncella de Hierro”, basado en el texto La máscara de la muerte roja de Egdar Allan Poe; un performance extremo, el cual le dio toque final a las intervenciones del evento. La noche se cerró con el set ochentero del Dj Nigthwing y al final igualmente nos lanzamos al after con varia banda, una party de la cual tampoco les daré detalles (por cuestiones de espacio, jaja), pero es importante recalcar que durante los 2 días se bebió demasiada cerveza, vino y charanda entre los participantes y organizadores, lo cual provocó que para el tercer día cada uno de nosotros regresáramos a nuestras casas con una pinche resaca encabronadamente severa… Les recomiendo ampliamente que conozcan el trabajo que todos ellos realizan, que conozcan la Revista Mexicana de Vampirismo, que divaguen y vean toda la serie de libros que ha editado El Under Ediciones, los eventos que han realizado, en fin, ahí les dejo el link: www.lasangredelasmusas.tk / Agradezco chidotamente a toda la banda que participó e hizo paro en el evento, (chido también Cerebro por el obsequio del libro Bukowski, un homenaje a 15 años de su muerte)). 8. A inicios de agosto (después de regresar “mal herido” de mi viaje por Oaxaca) se realizó un tokin en apoyo a la comunidad michoacana de Cherán. El evento por la defensa de los bosques “Cherán Keri Resiste”, organizado entre otros por los compas del Colectivo Chac Mool (ese Chinito, chido my friend!) y la Skankin Org (del Juanito) se instaló en el bar Limbo (ya deberían darnos regalías por anunciarlos tanto, hasta parece que es el único bar en Morelia, chales!). Horas antes del evento se realizó una charla de prensa con representantes de dicha comunidad de Cherán, de la zona de Wirikuta (San Luis Potosí) y con representantes musicales – participantes del evento- como Roco Pachukote, Moyenei (Chile) & Héctor Guerra (España). Ahí se comentó sobre la lucha y el levantamiento que desde el pasado 15 de abril –del año en cursomantienen los habitantes de la comunidad de Cherán, todo debido a la devastación de sus bosques mediante la tala inmoderada “patrocinada” por los grupos alienados al narcotráfico en el estado. Y “como el gobierno no ha intervenido en este caso” los habitantes de la comunidad –desde niños, jóvenes, mujeres y adultos- se han auto-organizado para darle calma y tranquilidad al pueblo: “los que han estado en Cherán, saben que es el lugar más seguro de todo México”, expresó uno de sus representantes. El pueblo en sí mismo ha retomado la ruta por el autogobierno, donde todo sea para todos y donde todos decidan para el pueblo, un proyecto destinado para que se concrete en Gobierno Popular. El mismo representante manifestó: “estamos perdiendo el miedo porque queremos la vida”, y bajo ese lema la lucha se mantiene. Los representantes de Wirikuta estuvieron en manifestación de su apoyo a la comunidad y para mantener el vínculo que se creó hace tiempo. Y los músicos igualmente estuvieron presentes por el destino manifiesto que ellos profesan hacia las poblaciones en situación de riesgo: “el poder de la música como transformación social”, como lo manifestó el Roco (de Maldita Vecindad), quien ahora venía con su proyecto de Sonidero Mestizo junto a Moyenei Valdés… Ya en el terreno del show musical la cita dio inicio con una pequeña intervención de la –reciente- banda Jammital (Tortus & Fer, chido carnalitos!) con un dub que le hace falta pulir con los ensayos. Después llegaron al escenario los camaradas de Skautomatiks –la mejor bandita de ska de Morelia-, con una pequeña indignación en sus memorias (a darle carnales!), pero con buena actitud y despliegue musical. Le continuaron los cuatachos de Macehual –de las bandas más estables y con mayor trayectoria en la


ciudad-, mostrándonos su ya re-conocido estilo reggaecumbiaskatologico (ja, saludos carnalazos!). Durante los intermedios de las bandas los Dj’s Noctis & Monkey Raggaman intervenimos con sets músico-cómicos (ja). Por el tiempo sugerido llegaron a continuación los sound system’s de Jorge Hueso y Héctor Guerra, acompañados del Dj Ojitos Rojos, a estos cuates no los pude apreciar del todo chido, por las distintas actividades en que andaba cotorreando, pero también prendieron chido a la banda que se dio cita para contemplar el show (aunque qué gachos, hay que resaltarlo, se pidió una colecta voluntaria de víveres para la comunidad que apoyaban y tan sólo unas 10 personas llevaron cosas, lo que demuestra una vez más que en Morelia la banda la neta está acomplejada al puro “circo”, les vale madre la verdadera causa por la que se hacen estas cosas, en fin). Los estelares se subieron al escenario: Roco & Moyenei con su Sonidero Mestizo pusieron a bailar y brincar a la gente, por un momento pensé que no daría resultado la conexión con el público, pero se vinculó chidamente y se disfrutó sobremanera, lo único agradable-cuestionable habrá sido –desde mi muy particular punto de vista- el cierre de su participación con la rola –programada- Kumbala, cantada por ambos (a raíz del supuesto “descanso” -que huele más a distanciamiento- que se tomaron con la Maldita Vecindad, de donde sale una nueva vertiente Los Malditos Cocodrilos FF). Continuó el reggae dub de los ya conocidísimos Meketrefes, ya con nueva alineación y con palomazo pachanguero incluido junto a Roco y Moyenei. La noche, el show, la cadencia, el gozo, la pachanga y la sabrosura la dieron y la cerraron los chavos de la banda –de Cherán- Sólo por hoy, quienes provocaron el slam extremo, el sudor y el brincoteo de todos los asistentes, una bandita de chavos que apuesto no pasan aún de los 20 años (chidote la neta) y que además se dieron el lujo de tocar la rola de Pachuco con el buen Roco (o más bien él se dio el lujo de alternar con ellos)… un buen show para una buena causa, aunque repito, lástima que muchos de los asistentes no supieran –o les valiera– el motivo por el cual se realizó el tokin. 9. A inicios del mes de agosto me vi envuelto en una serie de controversias entre dimes y diretes; la onda es que me encontré una nota publicada en el periódico local Cambio de Michoacán, donde en una entrevista con Rafael Calderón (un poeta michoacano acartonado y burdo) se hace alusión despectiva hacia mi persona y sobre todo al trabajo que hemos venido realizando durante 7 años con Clarimonda. El objeto fue que este individuo se dedica a decir una sarta de estupideces, basándose supuestamente en una “crítica objetiva” de nuestro trabajo. Aquí el hecho es que no solo a mí me alude, sino que también se entre lleva al buen camarada Omar Arriaga Garcés (de la reva El ornitorrinco literario). Casualmente sólo a nosotros dos nos “comenta”, habiendo más revistas en la ciudad, porque hay el antecedente de un ataque personal hacia nosotros dos departe de este mismo señor (a quién “me consta que le hace falta un tornillo” me dijera un colega en una carta de apoyo)… en fin, amigos y camaradas, ustedes, los que estarán leyendo esto, se darán cuenta que nosotros venimos trabajando constantemente, sin importar estos hechos, habrá a quién le guste y a quien no le guste, y eso es muy válido, pero de ahí a que se dediquen públicamente a denigrar el trabajo por el simple y estúpido motivo de que somos “jóvenes” los que lo realizamos, pues que no me chinguen. Ya le dije a este Rafael Calderón que si se mete en los terrenos de Clarimonda de esa manera burda tenga cuidado, porque por las buenas somos chidos, pero por las malas somos gachos. Así que lo invito a que deje de comentar tonterías o, en el mejor de los casos, lo invito a que me llame personalmente y me diga lo que tenga que decirme. Más acerca de este rollo chequen: http://revistaclarimonda.blogspot.com/2011/08/carta-aclaratoria.html

10. Hace tiempo que no asistía a un Encuentro literario, ya se me estaban olvidando los elementos que caracterizan a estos eventos: trabajo, diálogos, fiestas, chelas, charlas afterparty, desveladas, más chelas, ricas comidas, convivencia, desparpajos, mucho pinchi café (ya no lo puedo tomar) y demás. Sin pensar todo lo anterior me lancé con la Clarimonda a Querétarock city al 1er Encuentro de Revistas Culturales (gracias a Miguel Ángel Quemain), los días 17, 18 y 19 de agosto. En medio de todo el embrollo con el poetita moreliano que les comento antes, me tocó “casualmente” participar dentro de la mesa de debate titulada “Los terrenos del poeta”, al lado de dos viejos conocidos, los compas Mario Puglisi (de la Rivera de Chapala) y Adán Echeverría (de Mérida), donde discutimos y re-planteamos (todos) sobre la condición nacional de la poesía, l@s poetas, los terrenos físicos y temáticos, el vínculo entre público y poesía, el factor determinante de difusión en las revistas culturales, etc. En esos términos determinamos algunos puntos teórico-prácticos dentro de su función de la publicación poética. A continuación el decálogo poético de Clarimonda: a) Muchos escritores se creen poetas; escriben poemas, pero no hacen poesía; b) La poesía está en todos lados (como la concepción manejada en el cuento de Almotasim de Borges) así que la poesía también es de barrio, también sale del mercado, del arrabal y de la cantina – he ahí la “música de cañerías”; c) En Michoacán los terrenos de la poesía son muy blandos, incluso demasiado pantanosos… muy pocos son los escritores que tienden puentes para sobrepasar esos embrollos y no verse atrapados en las fauces de los cocodrilos que ahí habitan; d) La poesía no provoca cambios sociales, pero sí da posibilidades de pensamiento distintos; e) El desinterés (personal y general) del público hacia el acercamiento a la poesía se debe a que muchos poetas (mujeres y hombres) son cada vez más egocéntricos, a much@s de ell@s les interesa más atraer a una persona hacia sus camas, que a sus propios libros – en otro caso el desinterés se presenta por la cantidad de poesía acartonada y burda que se escribe constantemente; y f) Actualmente la burocracia es el territorio de los poetas. El Encuentro duró 3 días, entre más ponencias como las de René Avilés Fábila, Rogelio Villarreal (salucita!) y Eduardo Mosches (saludos!), así como las mesas de trabajo y discusión sobre Las revistas en la web, Las dificultades de las publicaciones, Los riesgos de las revistas, El periodismo cultural, entre otras temáticas, donde pudimos encontrarnos con personajes y amigos como el buen Carlos Martínez Rentería (Generación), Julio César Félix (Acequias), Francisco Valenzuela (Revés online), Rosario Orozco (Va de Nuez), José Landa (Morbo), Alejandro Zenker (Quehacer editorial), Luis Tovar, los compas Ricardo L. Viñas y Eduardo F. de Lara (Los bastardos de la uva), los compas de la reva Origen, entre otros más de quienes no recuerdo sus nombres. El Encuentro en general estuvo bien organizado, le metieron mucha lana al asunto, el hotel chingón, la convivencia mejor, el intercambio de ideas y revistas de lujo, en fin, un buen encuentro que ya se merecía esta publicación. 10. Y salió el nuevo número (65) del fanzine Tirando Netas del buen amigo sanjuanense Fernando Roque Soto, en donde dos poemas míos salen publicados, además del ya característico contenido nihilista y su humor desmedido. Muy recomendable. Chido por el detalle camarada. Más info para conseguirlos escriban al mail: 11. Bueno, pues eso es todo por ahora vándalos… (la neta, si yo hubiera sabido al inicio de todo el rollo, que esto repercutiría sobremanera en mi equilibrio me caí que lo hubiera cambiado –sin pensarlo- por lo que tenía antes) …ahí se las dejo compas, no dejen de escribir al mail: manuelnoctis@gmail.com


2 DVD’S DE LECHEDEVIRGEN TRIMEGISTO

La revista Clarimonda y el artísta multidisciplinario Lechedevirgen Trimegisto te regalan 2 dvd’s de su videoperformance titulado “Aurora Borealis”. Lo único que tienen que hacer es (después de leer la entre-vista que viene en esta edición) escribir un mail a las direc: lechedevirgen_trimegisto@hotmail.com y revistaclarimonda@gmail.com, donde comenten que les pareció el trabajo de este performancero y porqué les gusta la Clarimonda (incluyan su lugar de residencia). Los 2 comentarios más chingones se llevarán un dvd sin costo alguno hasta sus casas. Vigencia hasta el día 20 de noviembre 2011.

¡SE VENDE! Autor: Pablo Beristain 82 x 50 CMS Varias técnicas (Óleo, aerosol sobre tela) $2 000.°° -Precio a tratarkoolberistain@gmail.com TEL 44 31 61 24 60

Clarimonda y todo su equipo de cola-

boradores lamentamos profundamente la pérdida de nuestro amigo “El Mane” (Fanzine 3D2. DF). Nos unimos al dolo de su familia & amigos, y desde aquí lanzamos un grito a las autoridades para que no se sigan cometiendo estos actos. Es una pena, pero acá tenemos bien seguro que el Mane nos estará esperando con unas chelas bien frías allá arriba.


Dos diseñadoras indie en la cocina

Todas las putas que he conocido

Manuel Noctis (Cuento erótico) - $20

Francisco Enriquez Muñoz (Poesía erótica) - $20

La muerte puesde bailar, death can dance, decadencia Jesús Baldovinos Romero (Poesía decadentista) - $20

Irkalla Paola Klug (Poesía) - $20


© SOID PASTRANA _ “Hotel Ambos Mundos”


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