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América y su Seguridad Pública La Seguridad Pública en México durante la colonización

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SEXTA PARTE

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tiempo diferente, quizás esta sea la causa del mal, la diferencia de esta milicia es que forma parte de un sistema militar, algo un poco más estructurado y organizado.

Es sustancial mencionar, que mientras el Estado monárquico, instauraba la Seguridad Pública por un lado, los criminales, también, se organizaban, muestra de ello, es el grupo hamponil conocido en Toledo como La Garduña52, que usaba jóvenes y hombres para apandillar sus bases y mangonear de forma efectiva en sus acciones delictuosas en la región 53 en conclusión, eran teatros de operaciones del terror, articuladas al crimen organizado, funcionando como una gran empresa aviesa y esa es la herencia social54 que obtuvo América55 en los años posteriores.

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América y su Seguridad Pública

En los annales de la historia, América como es conocida en la historiografía nacional e internacional, fue un territorio indígena56 como los califico Cristóbal Colon en su arribo a

Corredurías y para las Rondas ordinarias, extensivas á (sic) las costas y tierra adentro de Andalucía, Castilla la Vieja, reino de Toledo Extremadura, Galicia, Cataluña y Valencia.” (pp.30) Ibídem 52“La organización en Toledo de una sociedad de malhechores de ambos sexos, llamada la Garduña, que luego trasladó á Sevilla su asiento, que se dedicaba , regida por estatutos y bajo juramento, al ejercicio é industria del robo de muchas suertes y maneras , extendiendo sus miembros y relaciones por distintas provincias; pasaban sus individuos por tres grados sucesivos, á saber : Chivatos , que eran los novicios ó aprendices; Postulantes ó compañeros, y Guapos , que eran los mas (sic) experimentados, los que hacían (sic) de jefes y los que acometían las grandes empresas que requerían (sic) la fuerza ó el asesinato, reconociendo todos un superior ó Hermano mayor, y entendiéndose, entre sí por signos y por el lenguaje peculiar de la Germania, segun (sic) el cual llamaban Heria ó Hampa á su clase de vida.” (pp.31) Ibídem 53 ¡Abrid, pueblo, los ojos nos os dejáis engañar más! (pp.197) Roscio, Juan Germán. El Triunfo de la Libertad sobre el Despotismo. Fundación Biblioteca Ayacucho. Primera Reimpresión. Caracas. Venezuela. 2011 54“ Las leyes del éxito” Napoleón Hill volumen I 55 “Para regularizar las capturas de vagos y recogimiento de mal entretenidos, así como para sacar de ellos el mejor partido posible, salió, en 7 de mayo de 1775 , la real ordenanza para la Leva honrada; por la cual se establecieron anualmente levas en Madrid y sitios reales , en las grandes ciudades y otras poblaciones que se marcasen, organizándose, para ellas cuatro depósitos compuestos de una ó dos compañías, en la Coruña, Zamora, Cádiz y Cartagena ; de los que pasaban los individuos recogidos á completar los regimientos fijos de América , los que se destinaban á aquellos dominios , ó la dotación de los bajeles de guerra ; explicándose los que debían ser considerados como vagos, ociosos ó mal entretenidos, y las circunstancias de edad, etc.,”(pp.25) Brigadier Jiménez de Sandoval (1858) Las Instituciones de Seguridad Pública en España y sus dominios de ultramar. Imprenta y Estereotipia de M. Rivadeneyra, calle de la Madera baja, n.° 8. Madrid. España. 56 “Señor, porque sé que habréis placer de la gran victoria que Nuestro Señor me ha dado en mi viaje, vos escribo ésta, por la cual sabréis cómo en 33 días pasé de las islas de Canaria a las Indias con la armada que los ilustrísimos rey y reina nuestros señores me dieron, donde yo hallé muy muchas islas pobladas con gente sin número” Primera carta de Colón (1493) [Dirigida a Luis de Santander, financista de Colón y Escribano de Ración (prestamista), la carta fue publicada en abril de 1493 y se convirtió en uno de los primeros “best sellers” en Europa. Al menos once ediciones salieron de las imprentas de Europa aquel año en España, Italia, Francia, Suiza y los Países Bajos.]

estas tierras, por supuesto que los marineros que acompañaron al navegante no pasaban el filtro de la deontología57 eran hombre sedientos de bienes materiales, en pocas palabras, buscaban oro entre otras cosas valiosas, era una raza que estaba carcomida por los gérmenes de la criminalidad y que solo el bien material saciaba su sed, no obstante, estaban cargados de pertrechos más su conocimientos como marinos58 les permitía mantener una seguridad personal y la de sus camaradas.

La Seguridad Pública en México durante la colonización española

La seguridad pública como una función imperial se discurre por el continente americano producto de la invasión española en estas tierras, es evidente que los europeos implantaron nuevas costumbres, y dentro de esas usanzas introdujeron el delito el cual instituyeron, y para lidiar con este fenómeno, decidieron crear leyes, instituciones como la Intendencia, las gobernaciones, Ayuntamientos, dirigidas éstas por funcionarios en cargos de Gobernadores, Tenientes de Justicias, Alcaldes y Zeladores como última línea para ejecutar el servicio de Seguridad Pública conocidos como policías que según Pulidos59 sirve para garantizar el orden social en todo el territorio.

En este sentido, el modelo de seguridad mexicano es idéntico al que se establece en todo el espacio geográfico conquistado por los peninsulares europeos de forma violenta y sanguinaria como lo hiso Hernán Cortez (1485-1547)60 en la península del Yucatán, quien de forma terrorífica azoto a los pobladores con sus bestias, arcabuces y estruendosas armaduras, aunado a la inoculación de un virus que diezmo a la población dejándolos indefensos y fáciles de dominar sin mucho esfuerzo, otra concepción planteada en 1620 por

57 “Yo defendí que no se les diesen cosas tan civiles como pedazos de escudillas rotas, y pedazos de vidrio roto, y cabos de agujetas aunque, cuando ellos esto podían llegar, les parecía haber la mejor joya del mundo; que se acertó haber un marinero, por una agujeta, Page 3 de oro peso de dos castellanos y medio; y otros, de otras cosas que muy menos valían, mucho más; ya por blancas nuevas daban por ellas todo cuanto tenían, aunque fuesen dos ni tres castellanos de oro, o una arroba o dos de algodón hilado” Ibídem. 58 “Ellos no tienen hierro, ni acero, ni armas, ni son para ello, no porque no sea gente bien dispuesta y de hermosa estatura, salvo que son muy temeroso a maravilla” Ibídem. 59 Lo que se denominará policía hasta finales del Ancien rémige no comprende solamente la institución policial; se trata del conjunto de los mecanismos mediante los cuales se asegura el orden, se canaliza el crecimiento de las riquezas y se mantienen las condiciones de salud “en general” (p.331) Pulido, D (2011) Policía: del buen gobierno a la seguridad, 1750-1850 Historia Mexicana, vol. LX, núm. 3, enero-marzo, 2011, pp. 1595-1642. El Colegio de México, Distrito Federal, México. 60 “Conquistador español que, a principios del siglo XVI, lideró la expedición que inició la conquista de México y el final del imperio mexica, poniéndolo bajo dominio de la Corona de Castilla, creándose a partir de ello la denominada Nueva España” https://es.wikipedia.org/wiki/Hernan_Cortes

Sebastián de Covarrubias61 deja claro que el mismo concepto proveniente del filósofo griego Platón es similar al implantado en México, es decir, es la misma idea de seguridad para todo los secuestrado por los españoles.

No cabe duda, que el imperio español que llegó a la fuerza62 a la península del Yucatán, no solo trajeron sus buenos hábitos, también, trasladaron sus malas costumbres sociales que afecta de forma significativa no solo a su gente, también, a los nativos, quienes ultrajados por facinerosos que solo buscan bienes materiales como oro, perlas y tierras para el lucro personal y del rey, eran del mismo modo esclavizados sin piedad usando la trata de blanca.

Cabe destacar, en la mencionada cita arriba planteada, que el método que usan los españoles para establecer la seguridad, es empírico coercitivo, bajo ningún concepto les importa el sacrificio de vidas humanas tan solo por mantener sus interese, queda reflejado entonces, que la forma de defensa para infligir, es a través del terror y la muerte en los nativos, auspiciados por el genocida Hernán Cortez y sus secuaces, así como el secuestro de niños, mujeres y autoridades para someter a la ciudad, también, el despótico y voraz poder

61 El Tesoro de la lengua castellana de Sebastián de Covarrubias, con las adiciones de Benito Remigio Noydens de 1614, distinguió “policía” como “término ciudadano y cortesano” para referir el buen gobierno, de “consejo de policía”, como “el que govierna (sic) las cosas menudas de la ciudad y el adorno della (sic) y limpieza”. Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana, (p. 875) 62 “Y así por esto como por las señales que para ello veía, acordé de prevenir antes de ser prevenido, e hice llamar a algunos de los señores de la ciudad diciendo que les quería hablar, y metilos en una sala, y en tanto hice que la gente de los nuestros estuviese apercibida, y que en soltando una escopeta diesen en mucha cantidad de indios que había junto al aposento y muchos dentro en él. Así se hizo, que después que tuve los señores dentro en aquella sala, déjelos atando, y cabalgué, e hice soltar la escopeta y démosles tal mano, que en pocas horas murieron más de tres mil hombres. Y porque nuestra majestad vea cuan apercibidos estaban, antes que yo saliese de nuestro aposento tenían todas las calles tomadas y toda la gente a punto, aunque como los tomamos de sobresalto fueron buenos en desbaratar, mayormente que les faltaban los caudillos porque los tenía presos e hice poner fuego a algunas torres y casas fuertes donde se defendían y nos ofendían, y así anduve por la ciudad peleando, dejando buen recaudo el aposento, que era muy fuerte, bien cinco horas, hastíe que eché toda la gente fuera de la ciudad por muchas partes de ella, porque me ayudaban bien cinco mil indios de Tascaltecatl (sic) y otros cuatrocientos de Cempoal. Vuelto al aposento, hablé con aquellos señores que tenía presos y les pregunté qué era la causa que me querían matar a traición, y ellos me respondieron que no tenían culpa porque los de Culúa que son los vasallos de Mutezuma, (sic) los habían puesto en ello, y que el dicho Mutezuma (sic) tenía allí en tal parte, que, según después pareció, seria legua y media, cincuenta mil hombres en guarnición para lo caer, pero que ya conocían cómo habían sido engañados, que soltase uno o dos de ellos y que harían recoger la gente de la ciudad y tornar a ella todas las mujeres y niños y ropa que tenían fuera, y que me rogaban que aquel yerro les perdonase, que ellos me certificaban que de allí adelante nadie les engañaría y serían muy ciertos y leales vasallos de vuestra alteza y mis amigos. Después de les haber hablado muchas cosas acerca de su yerro, solté dos de ellos, y otro día siguiente estaba toda la ciudad poblada llena de mujeres y niños muy seguros, como si cosa alguna de lo pasado no hubiera acaecido” Hernán Cortés (1520). Carta enviada al rey de Castilla sobre la Matanza de Cholula.

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