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Venta de ropones: una tradición con fe

ALEJANDRO ROMÁN

La confección y venta de los ropones del Niño Jesús es una tradición que llena de satisfacción y fe a las familias que por décadas se han dedicado a decorar a las figuras religiosas con atuendos festivos y de devoción.

Juanita Cervantes es una mujer de 82 años y desde 1995 ha sido la primera locataria del mercado Arroyo de la Plata en vender y confeccionar ropones para vestir a la imagen.

Recordó que, en la tradición católica, el 24 de diciembre se conmemora el nacimiento de Jesús, por lo que se coloca a la figura en el Nacimiento, y el 2 de febrero se le viste como parte de la preparación para bendecir a la imagen “y levantarlo”.

Los atuendos son muy variados y con distintos detalles: se confeccionan trajes de San Judas Tadeo, Juan Diego, el Divino Rostro, San Martín de Porres, los tradicionales niños Doctor y Cirujano; además, mucha gente busca ropones del Santo Niño de Atocha, de las Palomitas, San Miguel Caballero y San Juan Bautista. Los atuendos se componen de vestido, fondo, calzón, camisola, gorrito y en algunos casos una capa, así como huaraches o zapatitos bordados as figuras van desde los dos hasta los 60 centímetros de longitud y en los locales venden los artículos para vestirlas sin importar el tamaño.

Otros trajes

Algunos comerciantes exhibieron atuendos de policía y chef; no obstante, los clientes prefieren los trajes religiosos.

José, uno de los vendedores, reconoció que el mundial de atar influyó en la confección, pues en este año se hizo uno de misionero árabe: “esos trajes de Niño Jesús árabe no tienen tanto éxito; sin embargo, sí hay gente que se lo lleva”.

Martha Alicia Sánchez Padilla, quien tiene más de 20 años de confeccionar y vender estos atuendos, aseguró que esta tradición es muy popular, ya que muchas familias tienen un muñequito por cada hijo; además, los creyentes cambian los atuendos como ofrenda por los milagros recibidos.

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