El último infierno

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El 煤ltimo infierno - Poemas -

Oscar Sanzana Silva sanzanasilva.blogspot.com osanzana@gmail.com

Concepci贸n, abril de 2013.

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Índice Presentación

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I

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La jaula

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II

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Sueños de habitación Vacío

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III

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Mar Nocturno

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IV

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V

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La escena El otro lado del espejo

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VI

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El despertar

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Presentación Le dijeron una vez, cuando era muy niño, que buscara la belleza y no el placer. Algún tiempo más tarde encontró la misma lección en un libro de Hesse, con el que tropezó. Fue un viaje difícil. Pues el resto de la vida se la pasó tratando de desentenderse de cuanta enseñanza le atormentara el alma, en su búsqueda incesante de la felicidad. Así, llegamos a esa tarde en la habitación de un motelucho olvidado de la Avenida Manuel Rodríguez de Concepción. Una botella de whisky a medio bajar sobre el velador. Colgando de la pared, la copia de un cuadro de Guayasamin cuya cubierta de vidrio alguien había trizado. Él, sentado sobre la cama, las manos en la cara, y una mujer a la que se sintió incapaz de amar al otro lado del lecho, presumiblemente dormida. Y entonces, el delirio, la revelación, la conciencia.

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I Quédate allí, y si quieres, interroga a los ángeles para que desciendan sobre tu lecho una última vez Implórales piedad, no hubo una tarde en la que no la necesitaras Adelante, nadie te obliga a quedarte a esta fiesta inútil a menos, claro, que te entusiasmen los sensuales brotes de una primavera pirómana De lo contrario, amigo mío Siempre habrá un lugar para ti Junto a nosotros Bajo la tierra. Baja a preguntar por ti Desciende a los infiernos Reinventa el oráculo que necesitas para salvar tu vida Clava la mirada en el atrapasueños De tu feliz infancia Hasta arrancarle a la vida todo vestigio de su lucidez Aprende a leer en clave onírica Que siempre podrás seguir cayendo A menos, claro, Que disfrutes siendo el cotidiano juez de tu alma atormentada De lo contrario, amigo mío Siempre habrá un lugar para ti Junto a nosotros Bajo la tierra.

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La jaula He vivido los tres últimos años caminando sobre una tumba Y creí que era el momento de salir a caminar por la ciudad Perderme entre calles desconocidas Acudir presuroso a cantinas cuando mi sed así lo dictaminase Vigilar mi puesto de trabajo Dormir dentro de mi nicho Sonreír porque, después de todo, las cosas siempre pueden ir peor… Y solo entonces, asistir en silencio a la representación de mi fantasma. ¡Quiero vivir! Que se escuche: he matado a mi peor enemigo mi instinto de conservación quedó perfectamente colgado dentro del armario junto al más hermoso de mis trajes ¿De qué podrá tratarse la libertad Sino en dejarse atrapar por la tentación del neón y sus sonrisas de hielo? La modelo que sigo por televisión Se me ofrece semidesnuda en la vitrina de una multitienda Y entre plástico y plástico, lo sé, Podré hacerla mía… Deberían encerrar a la gente como esa que va por la calle mascullando su odio intentando contagiarnos con él pudriéndose en vida, la misma que tanto dicen amar Intuyo que están podridos: por el hecho de llamarme muerto en vida por el hecho de despreciar este magnífico espejismo que me hace tan feliz;

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“Perverso”, le dicen a este glorioso organismo que todo lo permite ¡Cárcel para los locos! ¡Esperanza para los que vivimos con ilusión! Aun cuando parezcamos ser devorados por ella. Seis y media de la tarde. Estoy en medio del Paseo Barros Seis y media de la tarde, de cualquier día, en el año que sea: estoy en todos los tiempos y en ninguno y sigo sin darme cuenta de que la rueda dejará de girar algún día Estoy en medio del Paseo Barros sin saber qué hacer ni hacia dónde ir porque ayer olvidé pagar la cuenta del cable, mi seguro de vida, y no hubo quién me diera instrucciones si lo que me interesaba no era renunciar al seguro, sino a la vida. Caminando como un náufrago he llegado hasta aquí Pero la ciudad se ofrece dormida a mis pies Tengo ganas de salir a buscar algo Con pleno conocimiento de que no podré encontrarlo Me siento vacío: la modelo que seguía en televisión sufrió un accidente: quedó coja, perdió un par de dientes habla con la mitad de su lengua y si antes decía poco ahora es peor… Yo no sé de dónde provienen esas ideas extrañas Como la de estar metido dentro de una jaula, Pese a todo, mi agonía es algo dulce: que la paz sea con ustedes.

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II Necesito recolectar sus huellas sobre el cerámico de mi baño Para identificar lo que sintió minutos antes de ofrecerme por última vez su cuerpo para mi consuelo y darme el adiós definitivo la extremaunción en los segundos inmediatamente posteriores a un éxtasis que yo creí mutuo; Es difícil pensar en la angustia que puebla ahora las paredes de este baño Yo lo he visto, en mis sueños, Lo he visto, señor mío, en sueños que no consigo recordar Pero cuya latencia ofrece un último refugio a mi cordura; De acuerdo, me he vuelto viejo: ya no soporto este tránsito -la piel, la furia, el roce, el abismode un cuerpo a otro Y luego pensar en las tonterías que juntos hicimos, Sintiéndonos como jóvenes enamorados Como pasajeros de un viaje con destino a un silencio magnánimo, Amantes de una desobediencia nostálgica.

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Sueños de habitación Te dijeron cállate y cerraste los ojos La música, el humo, la oscuridad Luego, una pieza que no olvidaste Un cielo raso que miraste por largas horas, esperando a que todo acabara Y que la noche te arrancara “todas las cualidades no perdurables” que te fascinaron, que te hicieron frágil y feliz; Hoy dices querer escapar de tu silencio Y apenas oigo tu voz de fantasma Dices querer salir al encuentro de la esquiva vida Y que desde hoy el mundo conspirará por realizar tus deseos Dices muchas cosas, como no creer en el absurdo Y mientras hablas comprendo que desde hace mucho que has dejado de existir; Para ti sería como volver a echar las cartas: desayunando whisky, cenando al amanecer con el mundo retorciéndose a tu favor ¡Por favor! Piensa dos veces antes de reventar en llanto Que ella podría oírte y despertar Y no tendrías una excusa poderosa para llamarla nuevamente Para convencerla de que jamás saliste de esta habitación.

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Vacío ¿Es así como se siente Observar la vida de los demás Desde detrás de un uniforme? Las aventuras reducidas a infringir daño En el nombre de alguna ley calamitosa; ¿Existirá alguna nobleza Entre quienes se nos presentan como autoridad? Un par de alegrías al día Por todo disfrute Y el resto del tiempo A respetar los mandamientos Triste tu vida, polizonte Esforzándote por callar una voz que también es la tuya Te estás transformando en el corcho que retiene La mierda que debe ser descargada ¿Ignoras que sufres igual o peor que a quienes violentas? A ver si una mañana se despierten en ti las ganas de llevar una existencia digna A ver si una noche sueñas A ver si una tarde de estas te decides a vivir y dejar vivir Y te enamoras Y te rebelas.

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III De acuerdo, vuelvo mis pasos Me reconvierto, pero antes, Una pasadita por el último infierno Que habité enceguecido por la intermitencia de placeres y horrores Decide tú por las sombras que te gobiernan Y juega a ser dueño de una vida que no te perteneció más que a su comienzo Creo haber encontrado la explicación Para lo que me sucedía cada vez que terminaba de leer un libro Una explicación para mi fuga eterna Para los puñales que posé sobre los ojos de los cuervos Que osaron anidar en mi cabeza Insiste, retoma, regresa La noche se aproxima Lo dicen las agujas detenidas de mi reloj Lo dice la media botella de whisky sobre el velador de la que ella también bebió; Me fascina el canto de las aves nocturnas que, como yo, han elegido estas horas para continuar su viaje para reemprender su vuelo Entonces, ángel caído, ¡Tú las has oído! ¡Escapa por la ventana! ¡Álzate en última fuga! ¡Sé digno de tus designios, huye!

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Pero el prisionero no ha movido un solo músculo Dentro de su cabeza, naufraga cualquier atisbo de emancipación Al ocaso de su conciencia sobrevive un coro de voces demoníacas: Siempre habrá un lugar para ti Junto a nosotros Bajo la tierra.

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Mar Alguna vez caminaste a la orilla del mar con el cielo cayéndose a pedazos Soñaste entonces con volar sobre las olas más violentas y te sentaste allí empapado hasta los huesos sin volver a sentir desamparo como ése Los años pasaron, regresaste al mar, pero la ciudad también deja sus huellas Sabrás de lo que hablo cuando esta cómica representación termine cuando el escenario en el que se convirtió tu vida cierre sus puertas ya sabes que todos te vimos actuar magníficamente convenciéndonos del arte de tus sombras Sabrás de lo que hablo cuando llueva dentro de las habitaciones como lo hacía sobre ese mar que besaba mortalmente tus pies Lo sabrás cuando la música cese y no escuches más que el eco fantasmal de tu propia exhalación.

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Nocturno No hay quien pueda contar todas las estrellas en una misma noche Podemos, eso sí, jugar a ser astrólogos, romper el hechizo sentirnos parte de esa oscuridad en la que un día nos reconoceremos todos Sé que estás allí, entre las copas de los árboles que me espías con turbia complicidad como la luna radiante que asoma cuando se mueve la tierra mientras palidecemos de angustia, y el hecho de que seas invisible te convierte en mi pequeño y ardiente secreto.

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IV Aquí estamos nosotros Dentro de nuestros cuerpos -Y fuera de ellosNuestras almas han viajado hasta una nube próxima Descanso, feliz descanso Sí: el amor continúa durmiendo su terrible sueño ¡Habrase visto semejante canallada! Dejarnos a merced de los caníbales Víctimas todas del vaivén y su arrebato Esclavos de la ilusión y sus filias Desamparados y marginados por los mercenarios de la razón Por la ingenuidad y complicidad eterna Por eso, Nuestras almas han viajado hasta las nubes Aquí hallaremos fuerzas para reventar a quienes viven bajo la tierra Sin más código de honor –de horrorQue la desmesura Ha llegado el momento de volver a habitarnos De volver fértil la roca, los ácidos, el metal De llenar las sábanas con cuerpos y versos Que amando, destruyan Que soñando, iluminen El mundo que, revestido con los colores de una primavera amniótica, Aguarda en el despertar de la mujer que comparte tu lecho Y en el poder de tu conciencia salvaje valiosamente recuperada.

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V Del fondo de la habitación proviene la siguiente voz que dice: Vamos Que hay que irle a todas Hasta dejar atrás la sombra Bautizar las calles en el nombre de los nuestros Que cada esquina nos cobije nuestras ideas Soñemos, con un mundo donde todos tengamos algo que decir Donde todos seamos estrictamente necesarios Y donde cada baldosa que pises Se convierta en el pétalo de una flor que está por renacer.

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La escena Solo tenemos este viejo teatro que parece abandonado como única posibilidad de salvación para nuestras misérrimas existencias para representar desnudos lo que en verdad fuimos Desnudos: de fe, poder y dinero Desnudos: la piel, el alma, el sombrero Atisbamos la realidad, escapando enseguida de ella Por público tendremos a nuestros demonios y a nuestro terror de hablarle al vacío No somos más que actores Incluso en nuestras horas más felices tenemos un lobo a nuestras espaldas que ocultamos por temor a vernos despojados de nuestra sombra.

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El otro lado del espejo Te invito a naufragar en este mar donde perderse no es trágico donde los más temibles horrores se disfrazan sublimes; Vuelve a tu lecho y duérmete Cierra los ojos para empezar a ver el mundo: entonces te habrás contemplado del otro lado del espejo; Consciente de que la tirana razón se impondrá finalmente te diré que la luna ya se ha compadecido de nosotros al vernos volar como felices ángeles nocturnos desterrados al infierno de su pesadilla diurna.

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VI La ciudad soñada lucía más o menos así: Tuvo ganas de escribir acerca de la ciudad descubierta Desplazarse por sus pasajes más añosos Dejarse llevar por el alucinante reflejo de las luces del tendido eléctrico sobre las húmedas callejuelas perderse en el eco silencioso de su éxtasis nocturno. Llamarse Salvaje, luego: edificar castillos de espanto sobre veredas atestadas de curiosos subir a lo alto de sus edificios solo para una mejor contemplación del vacío que siempre podremos encontrar dentro de nosotros oír el grito de sus amaneceres perder el norte, vagabundear por esquinas felices y desdichadas Que la persecución comience cuando el poder lo disponga, porque ya habrá atesorado suficiente ciudad porque habrá de tener sus sueños a resguardo, bien alimentados Y con esa mujer de noches brumosas y latidos silenciosos disponerse a la construcción de una nueva ciudad, un nuevo país, un nuevo mundo.

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El despertar Vi las brasas que salieron de tus ojos envueltas en lágrimas siendo furioso regadío que rodó por tus mejillas hasta que sentiste hervir tu sangre coágulo de corazón que años después decidiste cobrar Atrás quedaron los días horriblemente estropeados Atrás los padecimientos, los desencantos pero claro, podrías volver a caer Saliste dispuesto a cambiar las ruinas de tu vida por un momento de deleitoso desastre Quisiste golpear a quien te envenenó y no encontraste más que espejos, pero tu licor de odio te permitió al fin verlos morir desvaneciéndose Sonriendo los dejaste atrás como quien olvida una mala noche y al mirar tus manos al día siguiente te encontraste con que, pese a todo, resplandecían y la Tierra agradecía que, finalmente, uno a uno, la Humanidad despertara de su último infierno.

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