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Harry Styles quien te ha visto y quien te ve
from NUEBO #4 junio 2022
POR: RICKY LAVADO FOTOS: HANNA MOON
El retorno de Harry Styles, titulado sucintamente 'Harry's House' (Columbia, 2022), es en palabras del propio Styles "mi disco más grande, el más divertido y, con mucho, el más íntimo de todos los que he hecho”. Por nuestra parte solo quedaría por añadir que es también el álbum más redondo y expansivo de los tres que ha publicado hasta la fecha el británico, uno de los artistas más exitosos y relevantes del momento.
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la historia es bien conocida: el gurú del entretenimiento Simon Cowell -la mano que movió los hilos de fenómenos de consumo masivo como Westlife, Ill Divo o Susan Boyle- se sacó de la manga un producto irresistible para la edición británica del programa X Factor en 2010. El invento se llamaba One Direction y, en los seis años que siguieron a su participación en el popular concurso, el quinteto de adolescentes reformuló el concepto de boy band que décadas antes explotaron Backstreet Boys, Take That o NSYNC. El corazoncito de millones de fans repartidos a lo largo y ancho del globo terráqueo se rompió un poco con el anuncio de la separación de One Direction en 2016. De las cenizas de la ruptura nacieron las carreras individuales de cada uno de sus miembros, pero fue el más joven de la banda el que se alzó por derecho propio como una estrella a tener en cuenta de verdad: Harry Styles.
Los medios y la industria se encontraron de repente con un chaval talentoso que brillaba como compositor, encarnando un personaje que conjugaba un equilibrio perfecto entre frescura juvenil, carisma indiscutible, ternura, sensibilidad y las dosis justas de canalleo simpático; siempre divertido y amable, nunca problemático ni grosero. En la construcción del personaje de Harry Styles no entraba en juego el relato del juguete roto ni la querencia por el escándalo; por poner paralelismos con otras figuras estelares de su generación, en la presentación al mundo del joven Styles en solitario no había rastros de la hipersexualización de Miley Cyrus o de la búsqueda de la credibilidad a través de la impostura de malote de Justin Bieber. Lo de Harry Styles iba por otro lado, mucho más cercano en lo musical al concepto de estrella pop global que años atrás había representado a la perfección Robbie Williams -sin los clichés de excentricidad del ex Take That-, que a la explosión urbana que se ha apoderado del mainstream en la última década. Paul McCartney, su ídolo también nacido en Liverpool, le entrevistaba en 2017, y a lo largo de la conversación Styles confesaba: “Lo bueno para mí es que no me he ido de la banda sintiendo que no pude hacer lo que quería. Me encantó la experiencia dentro de One Direction. Pero ahora mismo estoy disfrutando escribiendo canciones, probando cosas nuevas. Me estoy preguntando qué es lo que quiero contar”.
El debut de Harry Styles en 2017 suponía un golazo comercial a base de composiciones de pop luminoso y bienintencionado, capaces de satisfacer a las hordas de fieles de One Direction, pero dotadas también de la suficiente profundidad como para apelar (y convencer) a un público masivo ajeno al fenómeno boy band. La naturaleza retro de las canciones de Harry Styles encarnaba perfectamente el espíritu trad-rock noventero nacido al albor del brit pop, o la emotividad de estadio de Adele o Ed Sheeran, con unos textos confesionales que no caían en la cursilería ni en la vacuidad: “Solo deja de llorar, es un signo de los tiempos. Tenemos que salir de aquí. Y estará bien. Me dijeron que el final está cerca y tenemos que salir de aquí”, canta en Sign of the Times. Los que ya le acompañaban en los días de One Direction lo tenían muy claro desde hacía tiempo, pero el triunfo del debut de Harry Styles radicaba en la aceptación por parte de la audiencia adulta de una verdad que, aunque venía acompañada de cierto rubor por el oyente melómano e intelectual, resultaba innegable: Harry Styles molaba.
Tras cerrar 2017 con certificados de platino y numerosos números uno en medio planeta, el siguiente paso en la carrera de Harry Styles despejaba de un manotazo las dudas que pudieran existir acerca del talento y la valía artística del veinteañero. Su segundo trabajo, el explosivo y colorista Fine Line, marcó 2019 como el año de la coronación oficial de Harry Styles como rey absoluto del mainstream en el siglo XXI. El disco contenía todos los aciertos de su debut, sumando a su paleta de colores una efectiva e infecciosa dosis de sonido bailable y una nueva dimensión intimista y evocadora deudora de Bon Iver. El resultado deja poco margen para la duda o el escepticismo: al grito de “Treat people with kindness” y sin perder nunca la sonrisa, Styles acumuló premios y nominaciones a lo largo de 2020, reventó listas de éxitos en todo el mundo, y Fine Line fue incluído en la lista de los 500 mejores discos de todos los tiempos de Rolling Stone (de momento, el disco más reciente sumado a la prestigiosa lista).
“Por fin no siento que mi vida vaya a terminar si este álbum no es un éxito comercial”. Así desvelaba el británico, en el número de abril de la revista Better Homes & Gardens, sus expectativas respecto a su esperadísimo nuevo trabajo. Desterrado el estatus de ídolo teen, reformulando el concepto de icono pop, y con la seguridad que otorga el masivo éxito comercial de su breve pero vertiginosa carrera -tres años consecutivos en lo más alto de la lista de artistas más ricos de Reino Unido, según Sunday Times-, Harry Styles se planta en 2022 con su flamante nueva entrega: Harry's House. Grabado a medio camino entre Los Ángeles y Londres y compuesto durante el confinamiento, Harry's House es, como su título indica, un disco hogareño, intimista y sobrio, pero explosivo a la vez. La idea del hogar aparece aquí como metáfora del inevitable periodo de reflexión y autoanálisis que todos, de una forma u otra, vivimos durante la pandemia: “Harry's House habla del hogar en términos de espacio mental, de bienestar mental: me di cuenta de que la sensación de hogar no es algo que obtienes de un espacio físico, de una casa; es más una cosa interna”. El resultado es el disco más completo y profundo de Styles, el que más capas y niveles de lectura ofrece, y que además viene precedido por un mensaje honesto y humilde que, viniendo de una estrella de alcance planetario, resulta tan fresco como encantador: “Solo quiero hacer cosas que estén bien, que sean divertidas; un proceso del que pueda estar orgulloso durante mucho tiempo; que mis amigos puedan estar orgullosos, que mi familia pueda estar orgullosa, que mis hijos estén orgullosos algún día”. Su mensaje, vitalista y empático, puede cuestionarse desde su posición de privilegio, pero eso no le resta valor a la apuesta de Styles por ofrecer con sus canciones un asidero al que aferrarnos. “Creo que aceptar vivir, ser feliz, sufrir en determinados momentos, estar vivo consiste en eso. Perder llorando, perder riendo, no hay mejor forma, creo, de sentirse vivo”.
HARRY'S HOUSE (COLUMBIA, 2022)
Music for a Sushi Restaurant / Late Night Talking / Grapejuice / As It Was / Daylight / Little Freak / Matilda / Cinema / Daydreaming / Keep Driving / Satellite / Boyfriends / Love of my Life
CD / DIGITAL / LP
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Amigo de sus amigos, Styles ha colaborado con superestrellas varias y se ha asomado a la gran pantalla en una nada desdeñable carrera actoral
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Eroda es una isla ficticia repleta de pistas misteriosas relativas a Harry Styles, en la que se desarrolla el videoclip de Adore You; una fábula con aires a lo Wes Anderson que contó con la voz de la mismísima Rosalia convertida en narradora de excepción. Algo especial debe tener Styles, más allá de la mercadotecnia multinacional, para haberse convertido en tan poco tiempo en un personaje verdaderamente interesante en la industria actual, con un reconocimiento que supera con creces las lindes de su fandom. Acostumbrados a las sorpresas, a los fans de Harry Styles no les sorprende que el británico incluya en su repertorio versiones de Kanye West, Britney Spears o Peter Gabriel; o que invite a Shania Twain a compartir el escenario principal de Coachella para cantar juntos Man, I Feel Like a Woman. Notoria fue la noticia de que sería Harry Styles el encargado de presentar en 2019 a la mismísima Stevie Nicks en su ceremonia de ingreso como artista en solitario en el Rock and Roll Hall of Fame (la voz eterna de Fleetwood Mac se ha referido a Harry Styles en numerosas ocasiones como “el hijo que nunca tuvo”). Como igualmente notoria fue la decisión de Christopher Nolan de incluir a Styles en el reparto de Dunkerque. Tras sumarse al universo Marvel para personificar a Eros en Eternals -y de firmar un suculento contrato con la franquicia para participar en cinco películas-, y de anunciar los inminentes estrenos de Don't Worry Baby (dirigida por Olivia Wilde) y My Policeman (dirigida por Michael Grandage), no podemos esperar más que cosas buenas en el futuro inmediato de un tipo que parece salir vencedor de cada nuevo movimiento en su carrera. Ya sea desnudando sus canciones para ofrecer un Tiny Desk Concert delicioso, vistiendo de Gucci para convertirse en el primer hombre en protagonizar en solitario una portada de Vogue, o uniendo fuerzas a la incombustible Phoebe Waller-Bridge en uno de los mejores feelgood videos de los últimos tiempos, esa maravilla coreografiada en blanco y negro que da forma al videoclip de Treat People with Kindness. sony music 2017
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Acostumbrados a la vacuidad inocua de One Direction, pocos se esperaban que el estreno en solitario de Harry Styles resultara un excelente disco atravesado de principio a fin por un tono confesional, vulnerable, íntimo e introspectivo. Por momentos, Styles transmuta en Robbie Williams para ofrecer baladones gigantes como Sign Of The Times, e incluso se permite gamberradas de rock de herencia glam en Only Angel o Kiwi. Apabullante.
Pop barroco, americana de raíz, folk rústico, euforia indie, soul de regusto retro, una producción brillante y un Styles expansivo y seguro de sí mismo como nunca. Watermelon Sugar, Treat People With Kindness, Golden o Cherry ejemplifican un trabajo con un equilibrio perfecto de composiciones cuyo olfato comercial se acompaña en todo momento de unos niveles de profundidad que lo alejan de ser un mero producto de consumo.
fine line
sony music 2019
sony music 2022
Precedido por el hit indiscutible que es How It Was, su tercer disco suena enorme, melancólico, luminoso y, a la vez, reposado y maduro. Hay funk de raíces setenteras con producción futurista; querencia por el soft rock en golazos como Grapejuice o Daylight; intimismo sobrio que suena crudo y emocional y suficientes cambios de guión como para resultar un viaje fascinante.