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Yarea la Generación Zeta descubre a su Jeanette
from NUEBO #1 marzo 2022
Yarea
POR: TOMÁS MAYO
Yarea es uno de los grandes nombres de la nueva ola de bedroompop nacional surgida durante la pandemia. Sus canciones cuentan con cientos de miles de escuchas en plataformas digitales. Tras dos años publicando singles de forma ininterrumpida por fin lanza su primer LP, 'Lombardia, 22' (The Music Republic, 22).
“¿quieres un café?” me pregunta yarea mientras voy situando estratégicamente la grabadora en la mesa ratona de su salón. “Lo que vayas a tomar tú”. Después de varios intentos fallidos, por fin hemos podido encontrar un hueco en su apretada agenda para realizar esta entrevista en la casa que comparte con su pareja (el también músico y ex-componente de Auryn, Dani Fernández). No es el hogar instagrameable que me había imaginado. De hecho, ni siquiera es realmente su casa. El inmueble perteneció a una tía-bisabuela suya y están aquí de forma provisional. Parece el típico piso de estudiantes madrileño, con apenas un mandala de tela y un póster en blanco y negro de Kurt Cobain como elementos de decoración.
Rum Yarea, de 25 años, llegó a Madrid en 2018 pero su nombre no empezó a sonar hasta principios de 2020, en aquella nebulosa de meses cuando todos estábamos en casa. Un nombre que por cierto significa “luna creciente” en hebreo (“en realidad es Yareaj con jota, pero le quité la letra final porque no se pronuncia y la gente se raya”). En aquel momento una aún desconocida Yarea participaba en uno de los múltiples eventos musicales online que se organizaron durante la cuarentena (Yo Me Quedo En Casa Festival): “Compartí cartel con artistas que no me habría imaginado nunca, y pasé de tener 4k seguidores a 10k”. Una exposición que puso a la artista en boca de la industria musical nacional. “La cuarentena fue una pausa para los grandes y una oportunidad para los artistas que no existíamos o estábamos empezando. La ventana que teníamos era Instagram y poco más. Yo no sé si es que lo supe aprovechar bien o si tenía mucho tiempo libre y estaba a full con ello”. Aunque inicialmente se le plantó la dudosa etiqueta de bedroom pop (por aquello de ser joven y grabar desde su habitación), pronto se hizo evidente que sus dotes como compositora trascendían el estilo. Hoy, con un EP y una veintena de singles publicados, se prepara para el lanzamiento de su debut en largo: Lombardia, 22. El título del disco hace referencia a la dirección de su casa de la infancia en Cartagena: “Desde el principio quería que el álbum girara en torno a la idea del paso del tiempo. De esta crisis de los veintipico en la que estamos. Soy muy pesada. Siempre hablo de la nostalgia, de lo rápido que pasan los años, de las cosas que echo de menos…”. Aunque nació en Bilbao en 1997, su familia se trasladó a la ciudad mediterránea cuando ella tenía cuatro o cinco años (“no estoy segura”). Considera que tuvo una infancia feliz y se siente muy unida a sus dos hermanos pequeños. También a sus padres. Juan Diego, su padre, fue el primer guitarrista de M-Clan (“cuando todavía se llamaban Murciélagos Clan”) por lo que la música siempre estuvo presente en su hogar. “Recuerdo que nos ponía canciones de Mago de Oz, Ska-P, Extremoduro, Marea… pero en aquella época yo no entendía las letras para nada (risas). Aun así las cantaba”. Básicamente porque la pequeña Yarea cantaba todo el rato. Sin parar. Su género cinematográfico favorito era, por supuesto, el musical: “Era muy de vivir un musical en mi cabeza. Me gustaba un chico y llegaba a casa y me ponía a cantarle como si estuviera en una película. Me inventaba canciones que igual duraban 40 minutos. Así es como comencé a escribir”.
Un peculiar método de composición que, con matices, mantiene hoy en día: “Escribo en todas partes. No es que empiece con unos acordes y tal. Es que estoy cantando en mi musical interno y de repente digo ‘¡Uy! ¡Esto está guay!’. Ahora ya sé componer de otra manera pero las buenas son las que salen espontáneas”. Su primera canción la compuso con solo seis años y se llamaba Quiero ser un duende. “La recuerdo porque es la primera que terminé, la primera que tenía estructura de canción”. Se convirtió en el hit de su primer grupo, el que montó con sus cuatro amigas de la calle Lombardia: sencillamente Four Girls. “Hacíamos conciertos para los vecinos. En la misma calle. Pero era todo a capela (risas)”.
Maravillado por las aptitudes musicales de su hija, su padre “cometió el error” de apuntarle al conservatorio: “Yo quería cantar y tocar la guitarra pero no quedaban plazas. Tampoco para piano ni para violín. Así que acabé tocando el violonchelo. Lo odié desde el minuto uno. Y aun así estuve muchísimos años. Hice hasta segundo grado medio. Pero te puedo decir que durante ese tiempo fue cuando menos productiva musicalmente fui. Odiaba el lenguaje musical. Dejé el chelo a los 14 y no lo he vuelto a sacar de la funda”. Eso sí, su formación musical no cesó. Durante la adolescencia combinó las clases de interpretación (“me apunté a teatro, estuve en una comparsa… Quería ser actriz de musical”) con la música en directo. “Mi padre y yo montamos un grupo que se llamaba Acoustic Soul Machine. Hacíamos versiones de rock y soul. Nos salían muchos bolos en bares”. Para entonces Yarea tenía ya muchos temas propios. “En aquel momento cada canción que hacía me parecía la mejor canción de la Historia (risas). Ahora soy más objetiva”. Tanto es así que no dudó en enviarle sus canciones a todo aquel que quiera escucharlas… o no. “Grababa canciones con piano y voz y se las mandaba a las discográficas. A todas, hasta a sellos diminutos. Y cada vez que tenía una nueva canción lo volvía a hacer. Ahora lo veo y me da vergüenza. Espero que nadie tenga por ahí esos vídeos”. De los cientos de emails que envió solo uno tuvo respuesta, pero le valió su primera grabación profesional. “Un chico que se llama Estanis Figueroa. Me produjo tres o cuatro temas”. Aquello no
LOMBARDIA, 22 (THE MUSIC REPUBLIC, 2022)
Espiral / Inercia ft. Sebastián Cortés / La lluvia / Los días / Debajo de la mesa / Las esquinas / Sentimental / El tango / Tedm ft. Alex Granero CD / LP / DIGITAL
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fructificó, pero Yarea ya tenía claro que quería trasladarse a Madrid para ganarse la vida con la música.
Una vez en la capital, continuó llamando a todas las puertas hasta que una se abrió. Jacobo Calderón, productor y compositor asociado a Universal Music, se interesó por ella. “Me llamó y me contó que quería montar un dúo conmigo y otra chica llamada Blanca”. Así fue como nació NEVY, un producto semi-prefabricado (componían sus propias canciones) que duró poco más de un año: “Fue guay pero... un desastre. Ni Jacobo sabía lo que quería ni nosotras tampoco. No habíamos hecho nada en la música previamente, teníamos estilos diferentes… un día éramos pop, otro reggaetón, otro indies y al día siguiente hacíamos una película infantil. No tenía sentido. Pero fue muy divertido. Y aprendí cómo funciona la industria. Porque yo era un pollito y no sabía nada. No sabía ni lo que era una editorial, ni los managers, ni los productores, ni los derechos de nada. Firmamos un contrato que era una locura. Cinco discos sin adelantos”. Las anécdotas de aquella época darían para cinco artículos como este. “Al final conseguimos romper el contrato. Las dos pensamos que en solitario íbamos a ser más productivas. Y así ha sido”. Su ex-compañera Blanca también tiene hoy una carrera en solitario como Bianca Mui.
Aquella experiencia fallida le ayudó a saber lo que no quería. Hoy es un martes de enero de 2022 y Yarea, que terminó la carrera de magisterio, ya no trabaja de profesora porque “con la música más o menos me puedo mantener y eso es a lo que aspiraba”. Compagina su carrera como solista con composiciones para otros artistas. Ha firmado temas para Anaju, Bely Basarte o el propio Dani Fernández. Tiene un contrato de distribución con Altafonte, un contrato editorial con Sony Music y está representada por The Music Republic, la agencia 360º que trabaja con artistas como ToteKing, Nathy Peluso o Viva Suecia. Aunque desde que lanzó su primer single de forma independiente en enero de 2020, Yarea dirige cada pequeño aspecto de su carrera, delegando el mínimo posible. “Soy artista y empresaria a la vez”.
“Sabía que quería sacar mi proyecto, pero me costó un poco encontrar la produ. Por un lado quería que todo sonara orgánico. Mi zona de confort era ser cantautora… Pero sabía que tenía que hacer algo diferente porque si no me iba a comer un moco. O al menos eso pensaba”. Fue entonces cuando conoció a Juan Ewan, productor y ex-guitarrista de El Sueño de Morfeo, junto al que definió su sonido. “En ese momento Babi empezaba y probamos algunas cosas en ese registro. Vi que podía hacer algo más urbano sin que llegue a serlo del todo”. La formula funcionó de maravilla en plataformas digitales. Algunos de sus primeros singles llegaron incluso a entrar en playlists del género: “Una vez me colé en una lista, Radar Urbano, con gente como Natos y Waor. Creo que es por las colaboraciones que hice al principio. Probé diferentes palos hasta encontrar lo que me gustaba más”. Se refiere a colabos con artistas tan dispares como Menend, Hens, Nicky.O, Ire, Siloé, Delgao o tommy 3 balas: “Buscaba sumar fuerzas, pero ahora lo que más me importa es que la canción me guste de verdad. Si alguien hace la colaboración a desgana… al final no sale bien. Hay artistas que me gustan mucho pero no tendría sentido una colaboración nuestra”. De hecho, en el disco apenas encontramos una, a Sebastian Cortés en Inercia.“Buscamos otras, pero no salieron. Quería hacer algo con una chica: Amaia, Natalia Lacunza, Alba Reche… Pero no ha surgido”. Lo que sí encontramos son diversos productores: además de Juan Iwan, KICKBOMBO y Alex Granero han aportado nuevas texturas e incluso aparecen como co-autores en algunos temas. Grabado entre Madrid y Barcelona, el álbum es un crisol de sonidos en el que cabe el indie-pop, la canción melódica minimalista e incluso un tango.“Buscaba sobre todo versatilidad. Ahora mismo hay muchísima oferta, así que debes tener algo que te distinga. Si sacas un single y si se pierde un poco… bueno, no es un drama. Pero un disco es un disco”. Y lo cierto es que Lombardia, 22 le ha quedado redondo.
Además de llevar su carrera con firmeza, desde el inicio de su andadura Yarea ha sabido rodearse de colaboradores que no solo le han aportado visibilidad (y seguidores) sino que han enriquecido su particular paleta cromática, ampliando las fronteras de su propuesta hasta encontrar un estilo totalmente propio. Analizamos algunos de los más relevantes a continuación.
JUAN EWAN
Desde su estudio en Asturias el exmiembro de El Sueño de Morfeo se ha convertido en una suerte de mentor para Yarea, conjugando texturas urbanas con un acabado profundamente pop. MENEND
Su primera colabo propiamente dicha y su primera inclusión en lo urbano. A veces funciona como un tema R&B clásico, intercalando la melancólica voz de Yarea con el fraseo en spanglish del madrileño.
IRE
Probablemente su colaboración más orgánica. La voz de la cantautora donostiarra se empasta a la perfección con la de Yarea en la joyita indie-folk Qué me vas a contar. HENS
“Nos seguimos en IG y habíamos compartido algún tema pero no nos conocíamos”. Yarea grabó a distancia con el componente de Go Roneo Tóxico, a la postre uno sus temas más populares.
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SEBASTIÁN CORTÉS
El colombiano es en la única colaboración vocal del disco. Participa en la canción Inercia. “Le mandé el tema y le flipó. Se grabó las voces casi en el momento”.
SILOÉ
Junto al duo vallisoletano Yarea grabó una versión de A dónde vamos, éxito de los colombianos Morat, llevándola a un terreno mucho más etéreo. TOMMY 3 BALAS
Su compañero de sello contó con la hipnótica voz de Yarea en Como pesa, segundo adelanto de su propio disco. Un fantástico equilibrio entre indie y pop urbano.
DELGAO
Otro de los miembros de Go Roneo participa en Paralelos, que además cuenta con la producción del abulense D3llano. “Les tiré yo el tema completo y ellos hicieron su parte”. KICKBOMBO
Los barceloneses Aleix Black y Rubenello tienen un peso fundamental en Lombardia, 22. “Cuando les conocí me enamoré”. Su delicadas producciones dotan a Los días o La lluvia de un elegante revestimiento.