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Niñez, adolescencia y desmedro educativo: Educación en manos de terceros en el curriculum actual
Marjorie Gálvez Paredes
La educación, procesos diversos a los que los sujetos se enfrentan día a día a lo largo de su vida, sin embargo, es necesario precisar aquel ideal de la formalidad y la informalidad en este proceso. Necesidad por sobre interés, a qué lleva esta propuesta del educarse en un ambiente que promueve la educación formal como base del aprendizaje y de la autorrealización del ser, donde por otro lado la educación informal se sitúa bajo un manto de aquellos situados como ignorantes, donde el conocimiento adquirido por interés propio de las personas se menoscaba en el versus constante de que la formalidad crea las bases de una sociedad civilizada y moderna.
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No es coincidencia hoy, que los procesos educativos se vean envueltos en la premisa de la educación normativa y conducida por un ser superior que posee el conocimiento absoluto del mundo. Lejos ha quedado la promesa de una construcción de aprendizajes donde se vele por el interés superior de niñas y niños en este contexto educativo, ya que se ha comenzado a promover un ideal basado en la adquisición de conocimientos por sobre la reflexión y critica constante de los mismos, así también, atrás ha quedado la propuesta del sujeto protagónico de sus aprendizajes y cada día vuelve a retornar con más fuerza la propuesta educativa bancaria en el sistema educativo chileno.
En este sistema, bien lo planteaba Freire al establecer que los procesos pedagógicos dominantes en una sociedad, serán aquellos que se imponen desde las clases que poseen el poder, es así, que el sistema esta encausado en un camino sin retorno hacia la estandarización de conocimientos y bancarización de niñas y niños en el sistema chileno. Acá, no solo se alude a un proceso formativo, sino que se cruza con la propuesta adquisitiva, pero en este caso no se habla de valor monetario, sino que valor de conocimiento, en donde mientras mas se acumule sin reflexión, será mejor para la clase dominante al tener meros ejecutores de acciones ya diseñadas. (1985)
La propuesta base del cambio en este sistema educativo, se establece desde la educación para si mismos y no para otros generando procesos de libertad que desarrollen en los sujetos la reflexión critica constante de cada proceso al que se han de enfrentar. Es entonces, que la educación tiene el deber de dirigirse hacia una pedagogía libertaria que promueva en niñas y niños el fin de la dominación y la toma de conciencia de las potencialidades que cada persona ha de tener. (Freire, 1985).
En este contexto, se torna complejo visualizar un proceso educativo libertario en el Chile actual, donde la educación se comienza a establecer desde la modalidad online que tiene a docentes a nivel nacional siendo instruidos para implementar una acumulación de papelería académica preparada por cada estudiante para ser evaluada en un futuro regreso que se puede denominar la primavera educacional.
Ante esto, surge la duda de cómo enfrentar un proceso educativo a distancia sin tener las condiciones necesarias en las diversas realidades que viven las y los estudiantes en el país, donde se deben considerar factores de acceso a redes de internet, acceso a dispositivos electrónicos y principalmente acceso a una educación parental donde familias no están capacitadas para implementar un proceso de apoyo pedagógico y mas importante aún, la diferencia que se vive en familias de bajo nivel económico que aún deben ejercer las labores dispuestas en su contrato laboral y que no han cesado, de este modo el proceso educativo de niñas y niños a nivel nacional ha quedado en manos de terceros teniendo o no un vínculo familiar y pasando nuevamente al foco de cuidado y protección por sobre el educativo que potencie sus habilidades y les permitan construir nuevos saberes a través de sus experiencias.
Desde esta perspectiva, se ingresa a la discusión de la propuesta de qué rol cumplen niñas y niños en el sistema educativo chileno, es aquí donde nuevamente florece la antigua idea educativa donde se les consideraba una tabula rasa que carece de conocimiento y por ende ha de ser completada, esta idea nace desde la propuesta de la educación bancaria y subyace aún en el colectivo común de la sociedad. Esto plantea, a niñas y niños como meros adquisitores de conocimientos dando paso a la propuesta conductista en donde el rol docente recae en transmitir conocimientos y depositarlos en estudiantes a nivel nacional. En este punto educativo, lejos ya ha quedado la idea de la propuesta constructivista y se eleva la conductista, idea que comienza a desarrollarse en el núcleo familiar desde la inseguridad donde niñas y niños que no aprenden a través de la memorización quedarán fuera del sistema y pasarán al grupo de los desclasados a nivel educativo. Así, surge un versus social importante desde a la raíz familiar que
propone enfrentar el horario laboral con el horario paternal, ámbitos que se ven en desmedro uno con otro al tener a familias con doble rol dentro de un proceso para el cual no han sido preparados en su vida, desde esto surge un proceso de cuidado terciario como opción y a su vez tiene un nuevo auge la mirada de la niñez y adolescencia como sujetos de protección y satisfacción de necesidades básicas. Desde esta propuesta proteccionista que lleva al adulto a repensar a los sujetos desde el asistencialismo, Gaitan, propone que el mundo adulto asocia la terminología de niñez, infancia o niñas y niños como un proceso pasado que lleva a recuerdos e idealizaciones de lo que nunca pudieron ser, por lo tanto, familias visualizan sus proyectos no cumplidos como base de crianza teniendo como foco el sueño del ser. (2010)
Ante esto, hablar de la niñez en este siglo y más aún en sistemas educativos lleva a repensar el cómo los adultos han de considerar la reproducción de patrones y dependencia de otro como mirada central para implementar esta idea educativa. Esto, nace desde la propuesta cultural y generacional que ha reproducido el gobernar desde una mirada adulta que modela las practicas socialmente aceptadas y que inferioriza la propuesta de la niñez (Figueroa, 2016). Así, es que las metas propuestas y los resultados que se esperan son orientaciones por el mundo adulto en beneficio del mismo y desarrollado por sus instituciones, lo cual deja de lado una propuesta educativa basada en el enfoque de derechos que desarrolla la constante disputa del poder dentro de una sociedad que contrapone la regulación de los procesos que involucran a niñas y niños y los beneficios que se ha de tener para los mismos, entrando de esta forma en un debate de cómo se puede abordar ambas miradas. (Duarte, 2012)
Es en este punto, donde se debe considerar el replantear qué se piensa sobre la niñez, Gaitán, propone que para comenzar a hablar de infancia y niñez se debe establecer la idea de dejar de lado el concepto de etapa vital para pasar a la mirada de que este es un tiempo que propone un espacio social que se ha de reservar solo para esa etapa (2010 ), bajo esta mirada se ingresa a procesos de
tensión en el enfoque de derechos para niñas y niños en este momento, donde la participación social es la base de la propuesta de sujetos protagónicos que se ve irrumpida por la imposibilidad de ejercer su ciudadanía e innovación social. Esto, considera la necesidad imperante de vincular las ideas, intereses y necesidades de la niñez con las del mundo adulto y así comenzar un proceso de activismo social donde se reconozcan sus ideas y propuestas como sujetos plenos y activos en sus derechos. (Liebel, 2006)
El debate educativo, es así el foco a esclarecer en este contexto país, cuál es el rol que cumple el adulto en este sistema y cómo ha quedado propuesto el rol familiar y por otro lado el docente. Por un lado, el círculo familiar adulto se visualiza como proveedor de practicas culturales y fija la atención en procesos asistencialistas y de protección bajo un enfoque adultocéntrico, idea que también se ha comenzado a delegar hacia las y los Educadores en diversos ciclos educativos. Acá, se inserta la mirada de un rol educativo que promueve una mirada del deber ser situando a adultos como referencia de lo aceptado socialmente y que guía de cierta forma el proceso ciudadano de niñas y niños para ser considerados a nivel social, por otro lado, se propone la idea de imitación de actos desarrollados culturalmente y aceptados desde el condicionamiento social y la subordinación de la niñez (Honorato, 2015). Estas propuestas, develan que existen dos procesos de conducción y condicionamiento educativo, uno se basa en la pauta cultural desde el adultocentrismo familiar y el otro desde la inserción y ejercicio social que se ha tomado como responsables a Educadores y Educadoras a nivel nacional.
La tensión dispuesta entre el ámbito familiar y el docente, se vuelve un círculo vicioso marcado por el ideal cultural y el ideal de la pedagogía libertaria que apunte a la co-construcción de conocimientos donde sujetos sean reflexivos y críticos. Así, la práctica docente en el aula evidencia la acción dinámica de la reflexión que desarrolla la transformación de las acciones de los sujetos y que finalmente logran la emancipación del contexto donde se desenvuelven, de esta forma la intervención docente en su propuesta pedagógica es el eje central del cómo niñas y niños han de significar sus procesos y que son mediados por la triada educativa de la planificación, la evaluación y los resultados obtenidos en un proceso sistemático y consensuado (Zavala, 2002). Además de la propuesta docente libertaria, también se incluye su rol social que se ve en desmedro desde una visión capitalista que propone reformas educativas y nuevas funciones a los sujetos desde acciones individualizadas y desiguales para potenciar la base productiva, es aquí donde Docentes ingresan a un mundo que los aísla del proceso crítico y reflexivo con sus pares y ceden a un sistema que predetermina sus funciones desde la producción de conocimiento en un mundo globalizado. (Feldfeber, 2007)
Frente a lo anterior, es que la educación como una propuesta que democratiza el conocimiento y permite el acceso social y reflexivo para niñas y niños, se vuelve cuestionable desde una modalidad no presencial con una guía que en muchos casos es autodeterminada por el factor de cuidado de terceros al tener que continuar con las actividades laborales familiares por la necesidad económica. Es aquí, donde la globalización comienza a cobrar sus víctimas en un país que no está preparado para una modalidad es
cuela-hogar y que deja de lado la construcción de ciudadanía en sujetos sin interacción entre sus pares. Esta idea globalizadora, proponía un mundo sin distancias ni fronteras, premisa que queda al descubierto como una propuesta selectiva que nuevamente no democratiza la educación y discrimina aquellos que no poseen el medio ni el capital cultural, donde la esperanza que niñas y niños desarrollaran todo su potencial desde un ambiente sin límites políticos, económicos, sociales y culturales queda lejos de la realidad que actualmente pasa nuestro país.
La desigualdad en los diversos tramos, nuevamente muestra el retrato de una sociedad clasista dominada por los sujetos de poder, donde la tendencia se direcciona hacia el desmedro social en factores de ingreso económico que hoy se agudiza con las políticas de protección empresarial disfrazadas como protección al trabajador, factor de pobreza situando esta desde la discriminación del acceso a elementos que permitan desarrollar una educación a distancia, factor educativo donde se contrapone la cantidad de años de escolaridad a los que estudiantes pueden acceder según el nivel de ingresos familiares que se posean y que marca un precedente generacional en su logro, y finalmente salud con una propuesta que enaltece la disparidad entre ricos y pobres en el acceso a la misma. La globalización, no solo abarca estos factores también se señala como el mayor benefactor de la creciente desigualdad que ha permitido la flexibilización del mercado, la privatización de servicios públicos y las reformas fiscales. (UNICEF, Unidad de políticas públicas)
Considerando la arista educativa, es que surge la necesidad de repensar el curriculum actual, sin embargo, adentrarse en esta propuesta requiere considerar el curriculum oculto y la génesis que este posee en el sistema. Aquí, la operación tradicionalista del poder social produce y reproduce la cultura y la lengua como medio de transmisión, por lo tanto el partir por criticar el discurso que subyace desde los sujetos de poder permite comprender la raíz de los procesos curriculares que se establecen, los cuales poseen una intencionalidad claramente histórica y de conveniencia que van seleccionando los conocimientos que se requieren para el desarrollo proyectado, volviéndose la escuela, un sistema productor del sistema de poder lo que invita a cuestionar la validez de estos procesos y pensamientos donde el curriculum no sea fundado desde la discusión democrática de la sociedad. (Loyola, 2008).
De este modo, el desafío se sitúa en la discusión y cuestionamiento del lenguaje que desmonta su discurso arraigado en las lecturas ocultas que lo curricular posee para trazar las propuestas alternativas que se presentan desde una postura oficial y que develen las posturas que el sistema jerárquico ha impuesto en este sistema desde la complicidad y la posibilidad de instrumentalización del proceso educativo, en palabras de Loyola invita a cuestionar la inocencia del lenguaje (2008). El hincapié, es establecer hoy cuál es la designación de niñez en el curriculum actual y cómo la propuesta educativa deja de lado el proceso instrumental y avanza hacia la propuesta libertaria y constructiva de procesos que den una mirada de sistema educativo con enfoque de derechos, por sobre un enfoque proteccionista que se maneje desde la necesidad estandarizada y del apremio por cumplir con el calendario escolar.
Finalmente, el interés superior de niñas y niños ha de considerarse como eje central del sistema educativo, donde el desmedro y discriminación han promovido un nuevo imaginario social para la institucionalidad de la escuela como aquel lugar en donde niñas y niños se encuentran mientras sus familias generan producción laboral, alejándose de la propuesta libertaria de la educación como entidad para emancipar los saberes del sujeto. Considerar esta propuesta, lleva a concebir a una niñez en indefensión desde una propuesta educativa que no provee espacios reflexivos para el desarrollo del ser como sujeto social y protagónico. Por ende, el desafío es relevar el rol docente y los factores curriculares desde los discursos y las propuestas diversificadas sin discriminación y con propuestas reales que focalicen su mirada en el desarrollo social y ciudadano de niñas, niños y adolescentes por sobre la producción de ejecutores sistemáticos de la globalización para pasar a la construcción de comunidades de aprendizaje reales