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Autonomismo Sindical: un enfoque desde las potencialidades transformadoras del propio Sujeto Trabajador/a
Rodrigo Enero Segovia
Se entiende por Posmodernidad la referencia a un movimiento artístico y cultural, más que político o sindical. Sin embargo, sirvió de inspiración para movimientos sociales que incorporaron el cuestionamiento de los metarrelatos, es decir narrativas, historias y explicaciones del funcionamiento de la sociedad con pretensión de universalismo y su manera de enfocar la política. s
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En Chile ese proceso de cuestionamiento al relato universal en el plano del empleo, el desarrollo de carrera y la sociedad de bienestar comenzó, con las reformas en dictadura, de la mano del ministro José Piñera, hermano del actual Presidente de la Republica .
Una de estas reformas, es la de instalar el concepto de libertad sindical, definida como derecho humano fundamental– es la facultad de los trabajadores para organizarse en sindicatos, ejercer la acción y promoción sindical, sin impedimento alguno, solo con la condición de sujetarse a la ley y a los estatutos que los mismos trabajadores se dan .
Sin embargo esta “Libertad” ,fue de la mano de la pérdida del poder real de los Sindicatos para mejorar sustantivamente las condiciones remuneraciones y laborales, donde se destaca la entrada de grupos negociadores patrocinados por los empresarios, el impedimento a negociar por ramas de la producción, la externalización de servicios, la creciente sobrecarga laboral o la caducidad de la Titularidad Sindical , donde el Sindicato poseía exclusividad en la extensión de sus acuerdos a los afiliados a la organización. Este complejo escenario produjo que una parte importante de organizaciones de empresas y/o instituciones privadas y públicas, comenzaron a arrimarse a la militancia y protección de los Partidos Políticos de la ex Concertación, cupulas que en el ejercicio del poder profundizaron la privatización neoliberal y la flexibilidad laboral.
Sin embargo al concluir la década de los 90, la libertad sindical permitió que surgieran nuevas organizaciones, muchas de las cuales en abierta competencia con la mirada de los grandes sindicatos, quienes intentaron frenar el crecimiento, afirmando la necesidad de consolidar los “ avancen logrados “ y generando discursos descalificadores hacia los nuevos sindicatos denominándolos como pro empresarios, infiltrados , resquebrajan la “Unidad de los trabajadores” entre otros epítetos.
de la Modernidad Chilena, ya que esta fuerza Sindical, ha terminado siendo resquebrajada por el propio Modelo Neoliberal desarrollado por los gobiernos de la Derecha y la Ex Concertación, primando la coaptación económica y política de los dirigentes sindicales, donde finalmente el mercado desregulado, permeo en el conjunto de la sociedad y sus organizaciones.
A esto se le suma que muchas organizaciones han perdido adhesión y convocatoria, producto de su carácter vertical y autoritario, con escasa participación y articulación con el sentir de la opinión publica. Un ejemplo de esto se ha dado en la Mesa del Sector Publico, donde varias organizaciones se “bajan” para negociar directamente con sus servicios o el comportamiento que tuvieron los Sindicatos del Cobre, cuando anunciaron paralizar en apoyo al Estallido Social, donde finalmente no se sumaron y aprovecharon la oportunidad para negociar bonos con sus respectivos empleadores.
Tampoco queremos arrimarnos a las banderas de la Postmodernidad, ya que la fragmentación según in
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tereses, tampoco ayudo a la necesaria fuerza de los trabajadores en periodos que la balanza a favor de los poderosos, quito gran parte del poder negociador que tenían los sindicatos.
Sin embargo, un punto medio, es de validad que la organización asuma la “identidad “ como un factor dinamizador, ya que el lograr organización, gestionar y permitir cabida a la diversidad de intereses: genero, cultura, religión, etc, permite fomentar el protagonismo , validando el rol del sujeto histórico, que aspira a ser reconocido desde su individualidad y los derechos fundamentales que de él emanan. En ese sentido, rescatamos la necesidad de convertir el espacio sindical, el cual tiene como principal objetivo tanto la lucha económica: mejorar sueldos, incentivos, condiciones laborales, etc, como así también un espacio de autonomía frente a cualquier coerción y/u opresión a los derechos fundamentales , que permita cobijar la necesidad de canalizar entre los trabajadores los discursos libertarios sobre enfoques feministas , expresión cultural, generación de instancias de convivencia y propiciar la formación, de modo de avanzar a la conformación de crear liberados del capitalismo y el mercado, de las jerarquías y opresión.
Por tanto, vuelca mucho sentido el Autonomismo y su revolución del marxismo ortodoxo que siempre pone en primer lugar el análisis del capital o de la dominación y luego la lucha de la clase trabajadora. Esta inversión deja en segundo nivel la dominación, ya que implica encerrarse dentro de las categorías de la dominación, de tal forma que la única salida posible es a través de una fuerza externa, es decir un Partido Político vanguardista, lo cual, en estos momentos, no han logrado ser una fuerza coherente y confiable.
son y deben ser el punto de partida, entendiéndolo como un sujeto positivo, ya que existe un movimiento de composición – descomposición – recomposición, permitiendo que se este modo se genere un proceso de reemplazo del capital como fuerza motriz del capitalismo. Lucha contra el capital desde cierta composición de clase; el capital responde, tratando de descomponer a la clase trabajadora, lo que conduce a una recomposición de la clase trabajadora y una nueva ola de lucha, una nueva descomposición, etc. El capitalismo se desarrolla bajo el impulso de las luchas de la clase trabajadora, y la clase trabajadora se va recomponiendo con cada ola de lucha.
A esto se complementa la visión del Autonomismo como Sujeto Negativo, debido a que los trabajadores existen como la negación del capital, es decir como crisis. El énfasis no está en la restructuración del capital (como en el autonomismo positivo) sino en la crisis. La crisis no es sólo una afirmación empírica sino también y sobre todo una opción teórica. La crisis es el centro del pensamiento porque lo que nos interesa no es la estabilidad del capitalismo sino su inestabilidad, su fragilidad .
Por ultimo podemos llevar la expresión del Autonomismo Positivo y Negativo en expresión en el campo de Fundación Integra, la cual es una Institución Gubernamental, sin fines de lucro, el punto de partida estaría dado por los grados de autonomía y apropiación del propio sujeto Trabajador , frente a la crítica del verticalismo y condiciones de autoritarismo institucional (autonomismo negativo), que han impedido el pleno despliegue de las capacidades de elaboración de un proyecto encarnado en los territorios y las comunidades educativas, donde los equipos logren reconocer sus fortalezas y su rol de agentes de cambio (autonomismo positivo), donde el espacio sindical, asume tanto su rol fiscalizador, de defensa y protección de los derechos de los trabajadores , sino que también es dinamizador del empoderamiento de los propios equipos e individualidades tanto en el esparcimiento , de generación de espacios destinados al bienestar y autocuidado, de autoformación y de mejora continua en la cotidianidad de sus puestos de trabajos, de modo de “re fundar” una nueva Fundación Integra