Nuestro Tiempo 706

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NUESTRO TIEMPO NÚMERO 706 PRIMAVERA 2020 11 euros

Número 706 NUESTRO TIEMPO Primavera 2020

Leopoldo Abadía El hombre que explicó la crisis de 2008 no sabe si puede descifrar la que viene ahora ¿Qué aprendimos de Los increíbles? Así construyen los dibujos nuestra percepción de la familia Los de la maleta Seis de los primeros alumnos y profesores recorren el campus de los cincuenta y sesenta

La nueva vida de las FARC Tras los Acuerdos de Paz, algunos de los guerrilleros que mataban en la selva cultivan piña



NUESTRO TIEMPO Primavera 2020 Fundada en 1954 Año LXVI. Número 706

Editor Jesús C. Díaz [Com 82] Gerente Carmen Muriel [Bio 92 PDG IESE 08] redacción Ana Eva Fraile [Com 99], redactora jefe Lucía Martínez Alcalde [Fia 12 Com 14] María González Zabal [Com 03] Miguel Ángel Iriarte [Com 97 PhD 16] Teo Peñarroja [Fia Com 19] Columnistas Enrique García-Máiquez [Der 92] Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] Críticos Cine: Ana Sánchez de la Nieta Escena: Felipe Santos [Com 93] Libros: Joseluís González [Filg 82] Series: Alberto N. García [Com 00 PhD 05] Música: Alberto Bonilla [Com 12] Colaboradores en este número Miguel Ángel Alonso del Val, Rocío Arana, Jaume Aurell, Jerónimo Ayesta, Ana Azurmendi, Laura Bello Urbina, Leire Escalada, Paula Ezpeleta, Rocío García de Leániz, Beatriz Gómez, Nacho Laguía, Teresa Llamas, Soledad Maldonado, Elena Ojer Armendáriz, Marcos del Pozo, Esperanza Rodés, Fernando Sarráis, Pedro Schwartz, Ana Terreros Fotografía Andrés Cardona, Ángel Carrillo, Manuel Castells [Com 87], Gabriel González-Andrío [Com 92], Ingrid Ribas [Com 12], José Juan Rico Barceló Ilustraciones Diego Fermín, Ana Galvañ Diseño Errea Comunicación Impresión MccGraphics Redacción y Publicidad Facultad de Comunicación Universidad de Navarra 31009 Pamplona, España Atención al suscriptor Palmira Velázquez T +34 948 425 600 (Ext. 80 2590) pvelazquez@unav.edu Edita Universidad de Navarra Suscripción anual España 40 € Europa 50 € Internacional 60 € Web www.unav.edu/nt DL: NA 10-58 / SP-ISSN-0029-5795 La revista no comparte necesariamente las opiniones de los artículos firmados 9 609 ejemplares/ número (2019)

Member of CASE

LA PRIMERA Jesús C. Díaz

Héroes anónimos

Algunos analistas han comparado el momento actual al 11S o a la crisis económica mundial de 2007-2010. Se oyen voces que aseguran que nada será como antes y que el coronavirus ha derrotado a una civilización con pies de barro en una batalla cuyas consecuencias no son fácilmente previsibles. Ha cundido —dicen— la desconfianza, y eso marcará las relaciones económicas, sociales, las políticas de salud pública… todo. Muchos creadores de opinión están colgando sus impresiones en la red. Uno de ellos es Leopoldo Abadía, al que entrevistamos en este número. Con su habitual sentido común, ha animado al optimismo, concepto que define como «luchar con uñas y dientes para salir adelante en una situación mala, muy mala». Otro conferenciante, Víctor Küppers, ha aportado una metáfora útil: estamos atravesando un túnel, no hemos caído en un pozo. Dejaremos atrás la pandemia que nos ha hecho sentir tan vulnerables porque la energía humana desatada por esta experiencia límite ha sido poderosísima. Ahora bien: ¿cómo estaremos? La respuesta, a día de hoy, consta de tres palabras: «Nadie lo sabe». Quizá un camino hacia la salida que nos están brindando estos meses es el protagonismo de las personas corrientes: aquellas que han batallado en puestos que requerían su presencia, a veces arriesgando sus vidas; y quienes han permanecido encerrados en casa, muchos de ellos reinventándose día a día para continuar trabajando y atendiendo a los más jóvenes en unas circunstancias nuevas y con frecuencia difíciles. Gracias a los medios y las redes, cada vez conocemos más historias de héroes anónimos que plantan cara al coronavirus realizando todo lo que está en su mano, algunos en primera línea y otros en retaguardia. En el campus ha habido iniciativas que dicen mucho de la valía de esos hombres y mujeres con los que nos cruzamos a diario. Por ejemplo, Amaya, una estudiante de primero, pensó en ayudar a los alumnos de bachillerato a preparar la EBAU. En 48 horas logró reunir a un grupo de voluntarios a los que siguieron más de 20 000 bachilleres de toda España. En una entrevista aseguró: «Estoy muy ilusionada pero sobre todo muy orgullosa de la gente, que ha sacado lo mejor de sí para ayudar». Durante estas semanas de confinamiento debido al covid-19 todos hemos experimentado cambios en nuestras vidas. Saldremos del túnel, sin duda, pero no seremos los mismos. No caben recetas generales porque el volcán todavía está en erupción, porque quizá ya no sea posible hablar de soluciones «mundiales» sino «por bloques» y porque, en definitiva, quien tiene la última palabra es cada persona. En esto último apoyaba su visión esperanzada Gonzalo Redondo, antiguo profesor de Historia de la Universidad de Navarra, cuando afirmaba que en los peores momentos de crisis es cuando se pone de manifiesto la gran categoría del ser humano. jediaz@unav.es

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#706 GRANDES TEMAS BREXIT

DISNEY EDUCA A NUESTROS HIJOS

LEOPOLDO ABADÍA [Página 18] Un

perfil que muestra la cara cotidiana del autor del superventas La crisis ninja con la llegada de esta nueva crisis de fondo.

[Página 32] Los

dibujos animados configuran y reflejan la manera en que los niños entienden las relaciones familiares.

EL PRECIO DE LA PAZ

[Página 06] La autora acompaña durante

dos semanas a exguerrilleros de las FARC después del desarme, mientras se preparan para la vida civil.

CAMPUS

[Página 42] Pedro Schwartz reflexiona acerca del futuro británico junto a un ensayo fotográfico de Gabriel GonzálezAndrío sobre los habitantes de Gran Bretaña.

UNA CIUDAD HABITABLE [Página 104] Tras

algunos despropósitos urbanísticos del siglo xx, el arquitecto Miguel Ángel Alonso del Val, catedrático de Proyectos Arquitectónicos, propone «desfragmentar la ciudad».

ALUMNI ENFERMERAS DEL MUNDO

ÉRASE UNA VEZ... EL CAMPUS

[Página 72] La presidenta del Consejo Internacional de Enfermería, Annette Kennedy, defiende la profesión en medio de la alarma sanitaria.

«Los de la maleta» se sientan en la misma mesa algunos de los primeros alumnos y profesores de la Universidad.

Campus Alumni Cultura Ensayo

[Página 60] En la segunda entrega de

54 76 84 104

CARTA DESDE... LA UNIVERSIDAD Y EL CAMINO

[Página 76] Con varios caminos a sus espaldas, Isaías Calvo [Der 94], director del Xacobeo 2021 en Galicia, volvió al campus para hablar de los preparativos del próximo Año Santo Jubilar Compostelano.

COLABORAN Fernando Sarráis [Página 52] ¿Qué tal? Bien. ¿Y tú? Bien también. Dos monólogos. ¿Por qué no aprendemos a dialogar?

Perú, a donde Soledad Maldonado [Fia 12 Com 14] fue para seis meses... y la vida se la quedó hasta ahora.

[Página 80]

FIRMAS

Jerónimo Ayesta [Página 82]

Representar a Shakespeare como rebelión contra la banalidad.

Héroes anónimos, Jesús C. Díaz 01 El vino bueno, Enrique García-Máiquez 16 El significado de la pandemia, Jaume Aurell 30 No hablemos: dialoguemos, Fernando Sarráis 52 Héroes del tiempo libre, Jerónimo Ayesta 82 Columna de repente, Ignacio Uría 102 Gente que mira bien, Paco Sánchez 112 primavera 2020  Nuestro Tiempo —03



CUÉNTANOS

Las voces de Nuestro Tiempo en las redes «“En los momentos decisivos de la historia siempre hay un último pelotón de soldados cansados que acaba salvando la civilización”. Me ha encantado esto de @javiermarrodan en @NTunav». [Por una cita de Oswald Spengler que hace Javier Marrodán en su columna «Al fondo a la derecha» en la web de Nuestro Tiempo] @JuanBausaP «Detente ante todo y que nada te detenga» [De un poema de «Lírica de lo cotidiano», de Miguel Ángel Herranz] @anaarmisen «En el #DíaDelaJusticiaSocial @NTunav nos acerca a la realidad de uno de los barrios más desfavorecidos de Nairobi a través del objetivo de Juan Cañada: “No siempre es de noche en el slum”» @alumni_unav «“Los cuidados paliativos cambian la vida del enfermo y la de quienes le acompañan”. Carlos Centeno, experto en cuidados paliativos del @ICS_unav y @ClinicaNavarra, pone en valor esta disciplina en el reportaje central de la revista @NTunav» @unav

«Al escribir, lo innecesario es un error. ¿Cómo se compagina con el dicho: lo que abunda no sobra?» [En referencia a una afirmación de Paco Sánchez en su columna del número 705] @EPenacoba

«Gracias @NTunav por mantener tan vivo ese espíritu universitario que nos empuja, casi sin remedio, a hacernos las preguntas verdaderamente importantes, aunque cuestionen nuestra forma de vivir.... #DíaMundialDeLaNaturaleza» @LJuamperez FACEBOOK

«Gracias. Primera victoria de la UCI contra el covid19. Tras 8 días ingresada, nuestra querida paciente ha salido entre los aplausos de nuestros emocionados sanitarios. ¡Una alegría inmensa para todos!» @ClinicaNavarra «Lo ha vuelto a hacer. @pacosanchez y su “Editar el corazón” en @NTunav. “La vida, como la escritura, se desarrolla con muchos errores, en proceso continuo de descubrimiento, tachando y repensando, poniendo y quitando, sobre todo quitando”» @sarasanchezme «Gracias, @NTunav, por llenar estos días [de cuarentena] de buen periodismo, buen cine y buena música» @alumni_unav

«Gracias a todo el equipopor habernos cuidado tan bien, sobre todo a Javier. Gracias, Isabel Solana, fue muy agradable tu entrevista. Os prometo que iré a visitaros» Loly Santana

«Es una maravilla trabajar con personas que valoran y miman tanto tu trabajo como el equipo de la revista Nuestro Tiempo. Han publicado “Yo fui un niño esclavo”, un reportaje con mi trabajo sobre los niños esclavos que realicé en Togo, Benín y Gabón». Han hecho una edición muy cuidada que ha quedado espectacular. Os dejo las fotos para que la veáis completa. Ana Palacios Photographer

HILADOS

P. «Estoy en una discusión encarnizada sobre la verdad en la ficción. ¿Vosotros en qué diríais que consiste?» @NTunav % 0R1. «Hay más verdad en los grandes clásicos de la literatura que en la avalancha de información (y desinformación) en la que vivimos hoy en día» @jcervera % 0R2. «La verdad está presente en la ficción en cuanto apela a algo universal en el hombre. La verdad entendida de manera positiva se refiere solo a lo concreto, pero hay algo común a todo hombre, universal, que cuando consigue ser objeto de la ficción se convierte en realidad» @jsp_serra % 0R3. «Yo diría que en toda ficción hay búsqueda de sentido y, por eso, al menos algo de verdad. No creo que verosimilitud sea sinónimo de verdad... Pienso en la veracidad del relato como intención de verdad» @JuanBausaP

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Grandes temas Las FARC despuĂŠs de la paz

De fusiles y piĂąas. Una historia de paz en Colombia


Las mochilas que utilizan los guerrilleros para recoger piĂąa son las que usaban para transportar armas. l. bello


Grandes temas Las FARC después de la paz

Recorro el camino que bautizamos durante el conflicto como «la ruta del infierno». Íngrid Betancourt, excandidata presidencial y emblema de las víctimas en Colombia, fue secuestrada aquí en 2002. Su imagen resurge de mi memoria. Recuerdo un cuerpo enfermo y famélico que luchaba contra hombres y mujeres que, hasta este viaje, no tenían cara ni corazón. Voy directa a conocer a sus captores con quince compañeros y dos profesoras de Psicología de la Universidad de La Sabana. Viviremos durante once días con ellos en la comunidad Héctor Ramírez para anotar nuestras percepciones y compartirlas con los exguerrilleros de las FARC, en un proceso que en psicología se conoce como «experiencia transformadora de servicio y aprendizaje». Después de tantos años en la selva, ¿qué hace una persona cuya misión ha sido extorsionar, secuestrar y matar para volver a vivir en paz? texto Laura Bello Urbina @laurabellou fotografía Andrés Cardona, Ángel Carrillo y Laura Bello Urbina

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El poblado Héctor Ramírez es una comunidad autog 2 de diciembre de 2018 Carretera nacional entre Florencia y La Montañita, Caquetá El calor es intenso, la ropa estorba y las botas de goma empiezan a pesar mientras esperamos el transporte que nos llevará al municipio de La Montañita, donde está ubicado el Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) Héctor Ramírez. El Caquetá, a 550 kilómetros al sureste de la capital, arranca en el piedemonte de la cordillera y termina en la selva amazónica. Es uno de los departamentos menos poblados del país por la densidad de la vegetación tropical. Sin embargo, sus ríos navegables lo convirtieron en un enclave estratégico para el tráfico de drogas. —La chiva está lista. Suban y agárrense bien para no caer —anuncia el conductor. Los ETCR son lugares —eran, porque dejaron de existir en agosto de 2019. El ETCR Héctor Ramírez se convirtió en el Centro Poblado Héctor Ramírez y los demás se desmantelaron— en los que exguerrilleros de las FARC se encuentran en


gestionada en la que exmiembros de las FARC han vuelto a la vida civil. a. cardona proceso de reinserción social, económica y política. Nacieron en 2017 para sustituir a las Zonas Veredales Transitorias de Normalización, la ubicación temporal de los guerrilleros durante las conversaciones de paz con el Estado. Están repartidos en áreas rurales donde hubo grandes campamentos. Allí, los miembros de las FARC y sus familias pueden terminar la educación básica y formarse en diferentes oficios. Nunca hubiera imaginado «la ruta del infierno» tan llena de vida. La vehemencia de los verdes que tiñen los árboles y las imponentes montañas, el azul entre maya y capri que cubre el cielo, el discurrir incansable del río Orteguaza y el tapiz multicolor de los campos de arazá, de plátano y de yuca dibujan una secuencia de paisajes fascinante. El camino se ha vuelto grava y piedra. Resulta difícil manejar la chiva. Silencio. Estamos cerca. 24 de noviembre de 2016 Teatro Colón, Bogotá El presidente Juan Manuel Santos es-

trecha la mano del comandante guerrillero Luciano Marín, alias Iván Márquez. Acaban de sellar el «Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera». Han pasado cuatro años de conversaciones en La Habana para establecer cinco puntos clave: políticas de desarrollo rural, participación política, fin del conflicto, solución al tráfico de drogas ilícitas y reconocimiento de víctimas. Con estas medidas, un grupo al margen de la ley se transforma en un partido político. Sus siglas significarán a partir de este momento Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común. Lejos queda la escenografía del acuerdo anterior, en septiembre de 2016: camisas de lino para Santos, para Timochenko, para las decenas de políticos y exguerrilleros que copaban las portadas de los diarios internacionales, propias de un festival de música o de una misa del papa. Aquí están, en este teatro de finales del xix, porque el 2 de octubre los colombianos, en un plebiscito nacional, no refrendaron el acuerdo de paz. Un mes

después no se pidió permiso: se firmó tras una negociación política en el Congreso. Los desmovilizados deben concentrarse ahora en veinticuatro ETCR y fundar su propio partido político: las armas metamorfosearon en urnas. 2 de diciembre de 2018 ETCR Héctor Ramírez, Agua Bonita, Caquetá Siento cómo se me sacude el cuerpo con el último frenazo de la chiva: hemos llegado. La vereda termina y deja ver entre árboles los pequeños ranchos como un caleidoscopio de colores. El retrato de Héctor Ramírez, alto dirigente del grupo armado que controlaba el sur del territorio, nos da la bienvenida. Aparece junto a una rosa roja, el nuevo símbolo de la exguerrilla y casi idéntica a la del PSOE a finales del siglo xx. La chiva se detiene frente a una sala de eventos y el conductor nos recuerda que regresará en once días. «Luchemos por un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres», leo en primavera 2020  Nuestro Tiempo —09


Grandes temas Las FARC después de la paz

Uno de los guerrilleros trabajando en una molienda para hacer panela situada en la selva en octubre de 2016. a. cardona una pared. Diferentes grafitis decoran los muros de los hogares, de tres pequeñas tiendas, tres comedores y la biblioteca. La palabra igualdad se repite en varios diseños. No sé si lograron establecer un estado marxista-leninista-bolivariano, como se propuso la guerrilla en sus orígenes, pero estéticamente se parece bastante: todas las casas son idénticas y abundan los espacios comunes. Palomo, como un centinela, está sentado junto a uno de los ranchos. Me acerco a él con cautela, chasqueo la lengua en un saludo perruno. Me atrevo a acariciarle el pelo dorado. Miro sus ojos café profundos un segundo más de lo que debería. Él me muerde. Amparo, una mujer robusta, ordena a gritos que nos dividamos en grupos de tres personas para ubicarnos con una familia guerrillera. Mónica, Guadalupe y yo nos alojaremos en la casa de los grandes pájaros amazónicos. Duber, el dueño, sale a recibirnos. Un mostacho negro enmarca su sonrisa. Viste chanclas negras y mono de trabajo a medio poner. 10—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Los ranchos son construcciones sin puertas —solo los aseos y las habitaciones las tienen, aunque sin cerrojo— en los que dos familias comparten cocina, baño, lavandería y ducha. Duber y su compañera sentimental, Tatiana, poseen dos pequeñas habitaciones. Con amabilidad, el hombre nos muestra el cuarto donde dormiremos. Empezamos a instalar mosquiteros alrededor de las camas y ponemos las sábanas. Él nos observa y después de una pausa dice: —Las personas que nos visitan suelen interesarse por la experiencia completa. Quieren saber qué se siente al pasar las noches en el monte. ¿A ustedes también les gustaría? —pregunta, y continúa sin permitirnos contestar—. Les puedo prestar un kit guerrillero. Consiste en un saco de dormir y un mosquitero muy sencillo, lo mismo que yo solía cargar en la mochila. No, gracias. Preferimos dormir sobre un colchón. Duber ríe. Él vivió desde los dieciséis años en esas condiciones.

10 de agosto de 2017 Vereda de Agua Bonita, Caquetá Todavía los ranchos no están en pie y los exguerrilleros viven en un campamento a tres kilómetros de aquí. Sin embargo, han decidido comenzar una plantación en las hectáreas en las que se levantará el ETCR. Hoy han cultivado doce mil matas de oro miel, una variedad de piña muy jugosa y dulce, sin corazón. Dentro de dieciséis meses la comunidad estará lista y la siembra empezará a dar frutos. El caso de Agua Bonita es especial. A diferencia de los otros ETCR, propiedad del Estado, este pertenece a los exguerrilleros. Le compraron los terrenos a un sacerdote y van cumpliendo puntualmente los pagos según la temporada de la piña. Así podrán seguir viviendo aquí tanto tiempo como quieran, trabajando la tierra. Los hombres que antes mataban ahora siembran piña. Y también pescan, crían cerdos y gallinas o fabrican zapatos. Cuando se inició el proceso, el Alto Comisionado para la Paz contabilizó 13 202 guerrilleros en las filas de las FARC. 179 de ellos se


César, y Alexander Farfán, alias Gafas, de que venían de parte de los mandos guerrilleros a trasladar a los rehenes con más valor político a otro campamento. Los dos jefes de las FARC suben con los soldados de incógnito a un Mi-17 pintado de blanco y rojo. Se han cambiado las tornas: los captores están presos y los rehenes son hombres y mujeres libres.

negaron a participar en la reincorporación. De los restantes, 3 220 residen en alguno de los veinticuatro espacios territoriales que se desmantalarán en 2019. En la comunidad fariana Héctor Ramírez viven casi trescientas personas. Cuando cierren los ETCR, aquí se trasladarán muchísimas más, miembros de otros espacios territoriales e incluso las familias de algunos de los exguerrilleros hasta alcanzar los cuatrocientos habitantes. 2 de julio de 2008 Helicóptero que sobrevuela La Paz y Tomachipán, Guaviare «Somos el Ejército Nacional de Colombia, bienvenidos a la libertad», les dice un militar infiltrado a quince personas recién liberadas que sobrevuelan las selvas húmedas del sur del país. Entre ellos está Íngrid Betancourt. Han pasado seis años desde su secuestro. La operación ha sido perfecta, sin un solo tiro. Un grupo de militares camuflados bajo insignias de una ONG ficticia ha convencido a Gerardo Antonio Aguilar, alias

3 de diciembre de 2018 Rancho del ETCR El reloj marca las 4 a. m. y sentimos pisadas. El olor a café me atrapa y sigo su rastro hasta la cocina. Encuentro a Tatiana sirviendo con frialdad tres tazas. Nos las ofrece al tiempo que saluda con un buenos días casi imperceptible. Tatiana ahorra palabras. Anoche no salió a nuestro encuentro pero, a través de la fina pared de las piezas, noté su respiración. El silencio de la selva es profundo y nunca he visto una oscuridad tan opaca: imposible determinar la distancia entre mi cama y la de al lado. Aparenta más de sus 28 años. Su barriga de ocho meses no le impide caminar con rapidez y cumplir a diario con la tarea que le asignó la comunidad: atender un pequeño supermercado. —¿Cómo mantienes la piel tan tersa y esa melena de anuncio? —le pregunto para romper el hielo. —Cuando una recorre la selva aprende mucho de la naturaleza —responde—. Sin champú ni cremas probé algunas plantas. No sabía sus nombres, pero con el tiempo ya las identificaba y entendía sus propiedades. No le importa hablar de cosmética, pero de sí misma cuenta poco: que fue militante, que disparó algunas veces en los enfrentamientos... Tatiana tiene cicatrices de guerra en el rostro y en uno de los brazos, aunque las historias que carga con ella las protege como tesoros. Tatiana y otras mujeres de la comunidad se reúnen por las noches para estudiar. Con las cartillas de homologación de saberes distribuidas por la Cruz Roja Colombiana, intentan terminar la formación escolar básica. De este modo se cumple uno de los puntos del pacto y se disminuye la brecha entre el campo y la ciudad. Ellas saben de

plantas, de animales y de guerra. Tantos años de lucha bajo ideas comunistas han permeado la manera de expresarse. Utilizan palabras engorrosas salidas de El capital y de los diarios del Che Guevara, que leían en los campamentos y ahora guardan en los estantes de la biblioteca popular. La cara de Tatiana se ilumina cuando habla del bebé que espera. Prefiere no ponerle nombre aún ni conocer el sexo. Ella ignora que dará a luz el 13 de diciembre, un día después de mi partida. Según los estatutos que regían a la guerrilla, estaba prohibido que hubiera niños pequeños en las tropas. Por este motivo,

La chiva en la que la periodista y sus acompañantes llegaron al ETCR, justo después de apearse en Agua Bonita. l. bello

Dos mujeres en la selva toman clases de política y acuerdos de paz en previsión de volver a la vida civil. a. cardona

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Grandes temas Las FARC después de la paz

uno de los giros decisivos del pacto fue permitir que se formaran familias. Una nueva generación crece fuera de los montes y selvas colombianas. Más de la mitad de las mujeres que viven en el ETCR están embarazadas o educando a niños de un año o menos. 18 de junio de 2019 Auditorio Teresa Cuervo del Museo Nacional, Bogotá Seis organizaciones de mujeres entregan a la Jurisdicción Especial para la Paz de Colombia (JEP) y al Congreso Nacional los testimonios de la violencia que pade-

Después de la guerra, hombres y mujeres tienen tiempo para jugar al fútbol o estudiar. a. cardona

Carlos perdió su brazo izquierdo manipulando una mina. En el ETCR se dedica a la piña. a. carrillo

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cieron durante el conflicto armado. Su llamamiento, «Por una verdad que nos nombre y una justicia que nos una», busca visibilizar la vivencia de la mujer en la guerrilla, olvidada durante años. En las FARC ellas luchaban a la par de los hombres, disparaban igual que ellos, pero su sufrimiento sí se distanciaba. Una investigación de Women’s Link Worldwide y la JEP asegura que se realizaban aproximadamente mil abortos anuales. El informe también habla de 232 casos de violaciones en la guerrilla entre 2002 y 2008. En diciembre de 2015 la fiscalía confirmó 150 casos abiertos por denuncias de abortos forzados en las FARC. Han pasado ya cinco años y aún no se han cerrado. 3 de diciembre de 2018 Carpintería, ETCR Héctor Ramírez, Agua Bonita Las astillas se me clavan en la piel. Las hojas de palma seca son rígidas y quebradizas pero debo usarlas para hacer una escoba. «Coger la más larga, girar la hoja, atar un nudo y pasarla hasta el final», me repito para no olvidar los pasos que Tucán me estuvo explicando desde las ocho en punto de la mañana. Me rehúso a no completar la tarea que me han asignado en la carpintería, donde se fabrican artesanalmente los muebles de Agua Bonita y algunos que se venden en Florencia, la ciudad más cercana. Tucán es el carpintero, desde pequeño lo fue. Sueña con ser mecánico y en la guerra era «buscador de caminos» para refugiarse o montar un campamento. —Una vez me enviaron con un indígena que formaba parte de uno de los frentes. No entendía cómo, sin un GPS, él caminaba sin perderse. Cuando le pregunté me enseñó que el sol siempre nace hacia donde no están inclinados los árboles, debido a que el musgo crece donde no le cae luz. Así calculaba exactamente las coordenadas y lograba atravesar la selva. Tucán ronda los cuarenta años. Es originario de Cartago, «la ciudad del sol», ubicada en el Pacífico. Hace nueve años que no vuelve allí a ver a su madre. Era parte del Frente 1 de las FARC, uno de los más importantes porque mantenía en su poder a los secuestrados políticos

Tucán salió de la cárcel al acogerse al proceso de pa y militares: los canjeables. Como a otros guerrilleros, lo capturaron y le impusieron una condena suficiente como para que él no esperase volver a pisar la calle. Tras cinco años en prisión, el proceso de paz le dio la libertad. No habla mucho de aquellos días. —Cuando nos ofrecieron acogernos a la Ley 1820 de Amnistía acepté sin dudarlo. A mí me respetaban y logré convencer a varios reclusos, pero otros por rebeldía no lo hicieron. Allá siguen y ya no podrán salir —cuenta Tucán mientras mide unas tablas. Al final de la jornada, después de cinco horas de trabajo, logré acabar la escoba. Tucán terminó una cama entretanto. 29 de agosto de 2019 Video de YouTube en una zona del río Inírida, en la región amazónica «Nunca fuimos vencidos ni derrotados ideológicamente. Por eso la lucha continúa. La historia registrará en sus páginas que fuimos obligados a retomar las armas», declara Iván Márquez, que era


az y perfeccionó el oficio de carpintero en el ETCR Héctor Ramírez. a. cardona entonces el segundo al mando de las FARC y que hoy se considera un disidente. Tiene un arma en la cintura y viste de militar. El video dura treinta y dos minutos. Y, según dice, las armas vuelven a ser una opción para los que decidan enlistarse de nuevo. Colombia se pregunta si se acabó la paz. A Márquez le acompañan más de veinte guerrilleros, a los que se les oye gritar al unísono «¡Vivan las FARC!». Su discurso «es la respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana», después de que el Gobierno intentara encarcelar a Seuxis Pausías, alias Jesús Santrich, uno de los altos mandos de las FARC, a quien se puede ver a su lado durante la grabación. Rodrigo Londoño, alias Timochenko, líder de la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común, el partido en el que se transformaron las FARC, desautorizó poco después a Márquez: «Proclamar la lucha armada en la Colombia de hoy constituye una equivocación delirante». Los malos ya no están unidos. ¿Qué bando

elegirán los exguerrilleros que dijeron sí a la paz en 2016? 6 de diciembre de 2018 Plantación de piña, ETCR Héctor Ramírez El presidente de Colombia o un bogotano cualquiera puede haber comido una piña sin saber que fue sembrada, cosechada y transportada por un exguerrillero. Ese pensamiento cruza mi cabeza mientras avanzo con Andrés y María Fernanda por un pequeño camino de tierra en medio de plantas de piña. La temperatura roza los 35 grados y la humedad de la selva se filtra entre la ropa. Casi no me mantengo en pie. Hoy aprenderé a recolectar las piñas de las plantaciones y a dejarlas listas para su distribución en varias ciudades del país. Las hojas de la variedad oro miel son duras y puntiagudas, así que los guantes negros de caucho que me han dado resultan inútiles. Mientras yo extraigo un par de piñas, los guerrilleros llevan ya varias carretas llenas. Las plantas no exceden el

metro de alto, pero es difícil pasar entre las matas y alcanzar la parte baja de las hojas de la piña que sobresalen. —Deben coger las hojas y doblar con fuerza la raíz para que salga la fruta —nos explica el encargado del cultivo. Usamos unas mochilas poco convencionales. Están hechas con canecas de plástico recortadas y sirven para transportar las piñas desde las plantaciones hasta las carretillas. En la parte trasera han cosido dos correas y un cinturón acolchado que parecen haber pertenecido a otro equipamiento. —En el monte, nuestras únicas pertenencias eran un fusil AK-47 y una mochila. Al acabarse el conflicto entregamos las armas y solo quedaron las mochilas. Decidimos adaptarlas para que nos ayudaran en la recolección —cuenta Fernando [nombre ficticio] mientras recoge piñas sin esfuerzo, como un autómata. En 2017, la misión de la ONU encargada del desarme destruyó 1 238 armas, 488 489 municiones de diferentes calibres de armas ligeras, 26 489 kilos de explosivos primavera 2020  Nuestro Tiempo —13


Grandes temas Las FARC después de la paz

La última noche, antes de marcharse, los estudiantes de Psicología compartieron su experiencia con los guerrilleros. l. bello diversos, 39 849 metros de cordón detonante y mecha lenta, 4 277 granadas, 2 647 minas antipersona y 1 767 municiones de mortero. El compañero más fiel de cualquier guerrillero de las FARC era el AK-47. Hubo quien le ponía nombre y lo trataba como a un ser humano. Pero el 15 de agosto de 2017, en Mesetas, dieron por terminada la entrega de armas. Nunca más volvieron a ver el fusil. Algunos cuentan que se sienten desprotegidos sin él. El sol se hace más intenso y me fallan las fuerzas. La mochila pesa demasiado y ya no puedo cargar con ella. Uno de los desmovilizados la lleva por mí. Yo continúo recogiendo piñas. Carlos [nombre ficticio] es el que más rápido las recolecta. Le falta el brazo izquierdo. Una mina antipersona que él mismo estaba construyendo estalló cuando no debía. Llevamos más de dos horas trabajando en la plantación, y nos ofrece un trozo de piña para refrescarnos. Mientras maneja hábilmente el cuchillo, Carlos cuenta que en la guerrilla aprendió a culti14—Nuestro Tiempo  primavera 2020

var la tierra, y eso le permite abastecer a la comunidad. 7 de diciembre de 2018 Gallinero, ETCR Héctor Ramírez, Agua Bonita —Sí, he tenido que matar. En la guerra hay que matar. A veces lo difícil es que esa persona con la que te enfrentas en combate puede ser tu vecino. Nos matamos solo porque portamos uniformes distintos. Unos prefirieron el dinero y se fueron al Ejército Nacional, y yo la lucha y me uní a la guerrilla —cuenta don Jaime, exjefe de uno de los frentes del sur. Todavía hoy sus compañeros le llaman con el don, y no Jaime a secas. La Fiscalía General de la Nación ha registrado 52 220 casos de graves violaciones a los derechos humanos por parte de las FARC. Entre 1958 y 2012, el Gobierno contabilizó 218 094 fallecidos en la guerra, entre civiles y combatientes, además de 24 482 víctimas de secuestro. Es inevitable pensar que tal vez don Jaime tiene muertos encima. Hoy Mónica y yo debemos

acompañarle en la recogida y limpieza de los huevos. En la comunidad fariana es conocido como uno de los más amables y dispuestos a ayudar. Al tocar al timbre del galpón aparece don Jaime a mi espalda. Diría que supera los cincuenta años. Muestra el torso y se refriega con frecuencia el ojo derecho en un vano intento por enfocar la mirada. Lleva un pantalón desgastado y manchado de plumas, y carga cientos de cartones para los huevos —el pedido de hoy es de más de dos mil— en una carreta oxidada. Don Jaime nos ubica en una pequeña banca en la sección donde se encuentran las gallinas enfermas. —Ellas se han convertido como en mis hijas; todo el día me la paso acá. Me dicen que las mate, pero véalas. Yo no soy capaz. Prefiero que se mueran solas; mientras tanto las cuido, les doy de comer y las limpio —dice señalando a una gallina con el pescuezo torcido que intenta caminar recta pero acaba en el suelo. Don Jaime trata a las gallinas con tanto cariño que, a pesar del hedor, los cacareos


abrumantes y el picoteo, esto parece su hogar. A él la guerra le quitó a su esposa y a dos hijos. Tuvo que escoger entre ellos o la lucha, y prefirió lo segundo. Han pasado más de diez años desde la última vez que los vio. Cuenta que, al principio, colaboraba desde su casa. Recibía a guerrilleros o les informaba de los movimientos del Ejército. Pero un día fue llamado a la lucha y desapareció en las selvas del sur del país. Pasaron los años y su familia rehuyó el contacto con él, en especial sus hijos, avergonzados de tener un padre guerrillero. El proceso de paz le abrió la posibilidad de reencontrarse con sus allegados. Sin embargo, a diferencia de los de otros excombatientes, ellos no quisieron irse a vivir al ETCR. Ahora espera pacientemente su visita en Navidad. —¿Qué actividad realizaba en la guerrilla? —Para serle muy sincero, lo que más disfrutaba eran los enfrentamientos; la adrenalina de encontrarnos con el enemigo y darnos bala.

10 de diciembre de 2018 Junto a la hoguera, última noche en el ETCR Héctor Ramírez —Si yo todavía tuviera mi arma, ustedes no estarían aquí —reflexiona Juan, con más de cincuenta años y guerrillero desde la juventud, al sentarse a descansar del trabajo en las gradas de la cancha de fútbol. Algunos de los estudiantes conversamos sobre el calor, las actividades que hemos realizado ese día y las manos enrojecidas por la recolecta de piña. Su frase nos devuelve a la realidad. Juan ha matado. Yo le he temido. Nos miramos a los ojos. Es extraño estar aquí, en esta zona del país a la que ni soñaba con acercarme. Han sido cinco décadas de conflicto, ¡medio siglo! Y la paz ha costado tanto… Diez acuerdos fallidos desde 1981. Ahora, al observar a Jaime, Juan, Carlos, Tucán, Tatiana, Duber, y a cada uno de los que me han permitido compartir sus historias, pienso que el infierno quizá no es tan infierno; que los demonios no lo parecen tanto. La comunidad de Agua Bonita está compuesta por personas perseguidas por su pasado, pero su aprendizaje en las profundidades de la selva les enseñó a sobrevivir y hoy pueden construir sus vidas lejos de la muerte. Han pasado diez días. Llueve lo suficiente como para pensar que una fogata de despedida no es una buena idea. Los anfitriones prenden un cúmulo de ramas secas sobre el cemento y hacen un círculo con cajas de cervezas para sentarnos alrededor. Contra las leyes de la física, el agua no apaga el fuego, y dejamos de sentirla cuando nos acomodamos. —Primero quiero agradecer que estén aquí hoy porque es muy importante para nosotros la llegada de ustedes a la comunidad. Como exguerrilleros, necesitamos que la gente nos conozca y cuente qué clase de personas somos. No deberían tener solo la versión de los medios de comunicación —inicia don Jaime el ritual de despedida. Es el momento de compartir con la comunidad el resultado del trabajo que nos ha traído hasta Agua Bonita. Cada uno hemos elegido un hecho que nos ha impactado de esta experiencia y lo hemos convertido en una narración. El libro va pasando

por las manos de todos. Sus nombres están allí. Ven sus vidas como merecedoras de ser contadas. Se están observando a través de los ojos de dieciocho jóvenes universitarios. 11 de diciembre de 2018 ¡Adiós, compañeros! Los ojos café de Palomo, el perro que me mordió el primer día, después de once de convivencia, buscan mi afecto sin que yo tenga que insistir. Los guerrilleros se llaman camaradas entre sí, como solían hacerlo en la extinta Unión Soviética. Los demás son compañeros. Cuando nos despedimos me llaman compañera. La chiva no llega puntual. La lluvia ha dañado los caminos y el vuelo que nos iba a devolver a Bogotá ha sido cancelado. Algunas camionetas 4x4 nos trasladan hasta el cruce donde nos espera la chiva. Llevamos en cada mochila una piña y una nueva forma de acercarnos a la realidad. 5 de marzo de 2020 Barrio de El Tintal, Kennedy, Bogotá Son las diez de la mañana. Kennedy, al suroeste de la capital, es uno de los barrios más peligrosos de la ciudad. Cinco balas derriban a Astrid Conde, alias Nancy, la primera mujer desmovilizada ejecutada después del proceso de reincorporación. «No había “mejor forma” de sabotear la paz que asesinando a los firmantes», escribe en Twitter Benedicto González, miembro del Consejo Nacional de los Comunes del partido FARC. Desde el día en que se firmó la paz hasta hoy, según cifras compartidas por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, más de doscientos líderes sociales han sido asesinados en Colombia. ¿Los seres humanos tenemos la capacidad de cambiar? ¿Y todo un país? Nt

Nota: En este texto aparecen distintos tipos de nombres. Unos son reales. Otros, alias que usaban los guerrilleros en la selva. Dos de las personas retratadas aquí no quisieron dar ningún nombre. Salvo que se especifique lo contrario, los nombres expuestos son reales, o al menos aquellos con los que estas personas se presentaron. primavera 2020  Nuestro Tiempo —15


AHORA BIEN Enrique García-Máiquez

El vino bueno

Hay varios poemas sensuales-conyugales en su libro, como «Yacer contigo», de expresivo título, pero de esos tengo para mi antología bastantes, como es natural. La sorpresa me la ha dado «Mi bien», en el que, con la voz más baja, descubre —la lírica es una rama de la investigación— un inédito sentimiento muy común: la sorpresa que te da darte de bruces con tu esposa por ahí: «Qué alegría encontrarte aquí en la calle,/ mi bien, tan de ojos verdes,/ donde solo hay señores con corbata/ y mujeres con prisa y con tacones». El poema sigue, como veremos enseguida, pero qué hallazgo poético detectar esa repentina extrañeza que nos produce encontrarnos con el cónyuge de casualidad, fuera de casa, sin haber salido juntos, como cuando éramos novios o como antes, incluso, en el enamoramiento. Jesús Cotta se ausculta los efectos: «Andaba yo muy mustio y de repente/ desde tu pelo el sol me dice: “Mira”./ Y entonces digo: “¡Pero si eres tú!”,/ compañera de todo lo que amo,/ donde florece el nardo y se abre el mirto». Hay un instantáneo regreso «El matrimonio y el amor de largo recorrido han (¿reflejo de Pavlov?) a la juventud y al noviazgo. Según la expresión coloquial, un marido o una mujer es, en contraposición inspirado a los poetas casi tanto como el fugaz con la familia de sangre, alguien que uno «se encontró en la enamoramiento y el amor romántico» calle». Cotta da la vuelta a esa frase ligeramente despectiva y convierte el encuentro en la calle en una celebración de la histoTRA DE MIS MÚLTIPLES ilusiones de racimo es ria de amor desde sus inicios: «la novia que besé bajo el almenhacer una antología como la de poemas al padre dro/ cuando era cama nuestra todo el campo/ y olíamos a jara, titulada Tu sangre en mis venas, pero esta vez sobre espliego y pino,/ la ninfa que se enamoró del fauno». el amor conyugal. Parece que la poesía se ha espePero la conmoción de la sorpresa del inopinado saludo no cializado en el amor de juventud, en el amor pasión, en el vaivén se queda solo en la vívida nostalgia del bucólico noviazgo. Ojo de enamoramientos y desenamoramientos y en Romeo y Julieta. a los dos versos finales: la novia campestre de antaño es ahora «¡blanca flor que al abrirse me regala/ princesas que me llaman Pero hay toda una corriente subterránea de cantos al amor papá!». Así acaba. Miguel Hernández, otro poeta muy del constante, cotidiano, correspondido y cómplice, como al final gusto de Jesús Cotta, también consideraba la paternidad y la de La fierecilla domada. maternidad como la culminación del amor humano: «Porque Título ya tengo: El vino bueno. ¿Recuerdan? En el episodio mi querer no acaba/ en ti, mujer: que en ti empieza./ Yo te quieevangélico de las bodas de Caná, tras el milagro, los invitados se ro hasta tus hijos/ y hasta los hijos que tengan./ Yo no te quiero extrañan de que se sirva el vino bueno después. Lo habitual es en ti sola:/ te quiero en tu descendencia» o «Beso que va a un beberse primero lo mejor de golpe y, ya luego, ir resignándose. Jesús, sin embargo, no da puntada sin hilo y, en la celebración de porvenir/ de muchachas y muchachos». En «Mi bien», fíjense, hasta qué punto la conyugalidad lo eleva: el hombre mustio de una boda precisamente, hace aparecer más tarde el vino mejor, hace un rato que fue fauno hace mucho, ha después de ciertas hesitaciones y tras una recordado, ¡oh!, que es el padre de princesas, crisis. Que el vino mejore con los años resulta LA PREGUNTA DEL AUTOR nada menos. una sabrosa metáfora de un matrimonio feliz, por una parte, y, además, es lo que pasa, literal¿La poesía conyugal será mente, cuando la solera es buena, y se cuida. Enrique García-Máiquez [Der 92] es poeta y ensayista. menos famosa porque @EGMaiquez Escribo este largo preámbulo porque el exige del lector más egmaiquez.blogspot.com.es poeta Jesús Cotta (Málaga, 1967) ha publicaatención a los matices y do un nuevo libro, Niños al hombro, en el que una dulce ironía cotidiana? hay varios poemas de amor conyugal. Mientras que todos los poetas queremos ser Roger Federer (toques muy elegantes sin despeinarnos), Cotta es un Rafa Nadal: pura garra, @NTunav tierra batida hasta la camiseta y reventar cada Opine sobre este asunto en bola agónica. Cotta no le teme a la emoción Twitter. Los mejores tuits se desbordada, a la imagen poderosa, a la voz publicarán en el siguiente número. en grito. Reivindica, entre otras, la obra más racial de García Lorca.

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Grandes temas El hombre detrás del gurú

Leopoldo Abadía pide un tupper Se hizo famoso a los setenta y cinco por un superventas inesperado: La crisis ninja y otros misterios de la economía. Después, a los de la tele les hizo gracia que tuviera doce hijos y cuarenta y nueve nietos y, además de ser un gurú económico, se convirtió de golpe y porrazo en un gurú de la vida familiar. Empezó a escribir en 2008 y en marzo iba a publicar su título número doce, pero el coronavirus lo desbarató todo. El hombre que nos explicó la crisis de hace una década no sabe si podrá explicarnos esta. texto Teo Peñarroja [Com Fia 19] fotografía Ingrid Ribas [Com 12]

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Grandes temas El hombre detrás del gurú

S son las dos de la tarde y leopoldo Abadía ha bajado al bar de la esquina. Entra impecable en el garito, con corbata y pañuelo, con su bastón y su porte de ministro. Debe de venir mucho, porque la camarera, confianzuda, le llama Leo. Pide un whisky y, con la misma confianza, le dice que no se corte, que eche un chorrito más. Está de muy buen humor. Le acompaña su hijo Gonzalo, el undécimo de doce y a la vez su manager. «Toda la vida trabajando... para que mi hijo sea ahora mi jefe», se queja. Apenas se sientan entra un chico espigado con el casco de la moto colgado del brazo. Es Íñigo, uno de los cuarenta y nueve nietos del famoso economista. Se casó hace un año con Almu y están esperando un bebé. Íñigo, que no ha leído los libros de su abuelo sobre familia —aunque sí los tres primeros, los de economía—, acaba de llegar de Dublín de visitar a su hermano Borja mientras Almu se iba de viaje con sus amigas. «¡Qué cosas hacéis los matrimonios jóvenes de ahora!», comenta el patriarca.

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Hace unos días, en el ascensor de una clínica, una señora le dijo a Leopoldo Abadía: —Usted sale en la tele, ¡enhorabuena! Se ve que en España, pensó el hombre, hay dos clases sociales: los que salen y los que no. «Y yo soy de los que salen». Leopoldo Abadía se divierte siendo famoso. Da la sensación de que le importa un pimiento su fama, que se lo toma más bien como un hobby. Podría ser porque, cuando uno se pasa toda la vida trabajando y se hace famoso con setenta y cinco años, entonces ya le pilla de vuelta. El otro día descubrió su nombre en una lista de celebrities y le pareció divertidísimo porque no sabe lo que es una celebrity. Tiene una foto con Belén Esteban y Mario Vaquerizo que dice que venderá cuando vaya apurado de dinero. Para referirse a los famosos patrios dice «mis amigos de la farándula». A algunos los invita a una comida que suele organizar en verano. Se lleva muy bien, por ejemplo, con Risto Mejide, que le hizo caer en la cuenta de que él inventó el primer máster de España durante sus comienzos en el IESE. Se incorporó a la escuela de negocios en 1962. Con veintinueve añitos lo mandaron a Harvard junto con otros profesores jóvenes bajo la categoría de faculty associate. —Es decir, que podías entrar en cualquier clase y hablar con quien quisieras —explica—. Pero no supimos a lo que íbamos hasta un mes más tarde. Cuando ya estábamos en la gloria bendita apareció Antonio Valero, el primer director del IESE, para decirnos que quería empezar un programa que se llamaría máster. Aunque no te lo creas, la palabra máster no existía, igual que no existía la palabra móvil ni tantas otras. Uno de los profesores que estaban allí le preguntó a Valero: «¿Por qué le habéis puesto ese nombre?». Y Antonio dijo: «Por su honda raigambre académica». —¡Fíjate! —sonríe ahora Leopoldo, al recordarlo—. ¡El primer máster de España lo puse en marcha yo! Y no me di cuenta hasta el año pasado. Me quedé muy contento de mí mismo cuando me lo dijo Risto. Calcula que desde 2008 ha concedido más de mil entrevistas. Le encanta. Solo hay que ver lo bien que se lo pasa en el programa de Buenafuente. Todo el sarao comenzó aquel año. Él escribía para sí mismo un diccionario de términos económicos para no perderse en la marabunta de información empresarial. Por ejemplo, si leía concurso de acreedores, escribía la voz en su diccionario personal y anotaba: la antigua suspensión de pagos. «Como no entendía la crisis —dice— me fui al IESE, cogí los papeles de allí y empecé a poner comentarios al margen, y me salió un vocablo que en vez de ocupar cuatro líneas era de seis páginas». Crisis: y seis páginas de definición. Lo dejó como un anexo sin firmar y se lo envió


Los bares ocupan un puesto muy importante en la producción literaria de Leopoldo Abadía, especialmente el que frecuenta para desayunar en San Quirico con sus nietos y, a veces, con un amigo. De esas conversaciones salen muchos artículos. por correo electrónico a dos amigos que estaban en consejos de administración de empresas. Uno de ellos lo mandó a la papelera sin abrirlo, pero el otro no. Al cabo de quince días un hijo suyo le llamó para decirle que aquello estaba corriendo por toda Barcelona. Será la clásica exageración, pensó él. Lo habrán leído el vecino de arriba y el del bar de abajo. Pero no: era toda Barcelona. Después de otras dos semanas el artículo llegó a su despacho con una nota que decía: «Seguramente os interesará. No sabemos quién lo ha escrito, pero por el estilo debe de ser un joven estudiante universitario». «¡Sí, señor!», dice él, jocoso por el piropo. La cosa, en fin, se fue de madre. Hubo un par de aprovechateguis, como diría Rajoy. Uno, que además resultó ser directivo de un banco importante, ya había hecho circular el artículo firmado por él. Y otro, «movido por pura admiración hacia usted», según le dijo a Leopoldo, había registrado la marca Leopoldo Abadía®️.

Entonces fue cuando colgó el artículo en un blog que acumula ya cinco millones de visitas. Un poco después le llamaron de la editorial Espasa para pedirle que escribiera un libro. Abadía tenía la esperanza de que detrás de las palabras «le pondremos toda la ayuda que usted necesite» se escondiera la posibilidad de un amanuense de escritura, pero de eso nada. Era mucho cariño lo que pusieron, pero nada más que eso. Por fin, en enero de 2009 se publicó La crisis ninja y otros misterios de la economía actual. Gonzalo Abadía dijo en una reunión con varios trabajadores de Espasa: —Hagamos una porra: ¿cuánto decís que vendemos? —Yo digo que siete mil —se atrevió Ana Rosa Semprún, directora de la editorial. —Nueve mil —apuntó Olga Aldeva, editora. —Noventa mil —dijo Gonzalo. —Mira, Gonzalo —le explicó Ana Rosa—, es que en no ficción no se vende eso. —¡Cien mil! —subió él la apuesta. Al final vendieron ciento cincuenta mil, y Leopoldo Abadía se convirtió, de la noche a la mañana, en un gurú económico. El mejor viaje de su vida lo hizo por su ochenta cumpleaños. Le habían invitado a dar una conferencia en un hotel de Girona. primavera 2020  Nuestro Tiempo —21


Grandes temas El hombre detrás del gurú

Al entrar a un salón de actos abarrotado se dio cuenta de que toda aquella gente era su familia. Una familia que, más que tal cosa, es una tribu. Está formada por Leopoldo y Elena y sus doce hijos. Blanca es la primogénita. Leo, el segundo, se casó con Regina, se fueron a vivir a México y tuvieron a Javi (que a su vez se casó con Gabriela y tuvieron a Gabrielita y esperan otro bebé), a Rocío, Regina, Borja, el que vive en Dublín, Íñigo, el que se ha casado con Almu y espera un bebé, Teresa, que estudia en Pamplona, Carmen, que también, Fabiola, Poldi y Pepe. Javi, el tercer hijo de los Abadía, se casó con Mercedes y tuvieron a Bosco, Álvaro, Marta, Gonzalo e Inés. Carlos, número cuatro, casado con Maite, tiene siete hijos: Paloma, que es la mayor de los que están en Navarra y es una sucursal del matriarcado en la Comunidad foral, Blanca, Leyre, que también estudia en la Universidad, Cris, ídem, Itziar y Carlos, que son gemelos o mellizos, sus hermanas no lo tienen muy claro, y Beatriz. La quinta hija del matrimonio, Elena, sufrió una poliomielitis de pequeña que la dejó limitada de movimientos, pero eso no le impidió estudiar Medicina y ejercer de médico, casarse con Javi y traer al mundo a Miguel y Alejandro. El sexto Abadía, Jorge, tiene con Belén, su mujer, a Jorge, Katia y Elena. Fer, el séptimo, se casó con Vero y tuvieron a Gabriela, Íñigo, Manuela y Fer. El octavo es Rafa, que se casó con María Teresa, a la que todos llaman Chiqui, y entre los dos criaron a Pablo, que tiene un don para imitar a la gente, a Carolina, a Santi, a Nacho, a Alicia, a Guillermo, más conocido como Billy, y a Sol. La novena Abadía es Cris, que se casó con Pedro y tuvo a Pedro, María y Victoria. Mage, la décima, casada con Alberto, trajo al mundo a Javier, Gonzalo y Diego. El undécimo, Gonzalo, que es el jefe del abuelo, tiene tres hijos con Anna: Cecilia, Rafa y Gonzalo. El pequeño, Alfonso, se casó con Helena y tuvieron a Mateo y Catalina. Si no 22—Nuestro Tiempo  primavera 2020

fallan las cuentas, salen setenta y siete miembros de la familia entre abuelos, hijos, nietos, bisnietos, cónyuges y bebés en camino. ¡Toda aquella gente reunida en un hotel de Girona para celebrar el ochenta cumpleaños del abuelo! —Allí descubrimos que tenemos primos guays —cuenta Pablo, uno de los que estudian en Pamplona. —Y fue superdivertido porque no dormíamos con los padres sino con los primos de nuestra edad —corrobora Carmen. Además de ellos dos, se graduarán en la Universidad Leyre y Cris, que son hermanas, Teresa, la hermana mayor de Carmen, y Paloma. Paloma ejerce de delegada del gobierno familiar en Navarra e invita los domingos a comer a sus primos a su piso. Los cuatro más jóvenes están sentados alrededor de una mesa del Rumbos, una de las clásicas cafeterías de Pamplona donde los estudiantes tienen sus primeras citas. Los cuatro andan entre primero y segundo de carrera y tienen el mismo grupo de amigos. —Los mayores nos encargamos unos de otros —afirma Pablo—, y de los pequeños se ocupan sus padres, no los abuelos. Esa es una de las tesis que defiende Leopoldo en Abuelos al borde de un ataque de nietos. Después de publicar sobre economía y criar hijos, empezó a escribir sobre ser abuelo. Tiene otros títulos divertidos como Yo de mayor quiero ser joven o Cómo hacerse mayor sin volverse un gruñón. Eso último, lo de no volverse un gruñón, quizá no será tan fácil para las próximas generaciones, que, según dice, no van a tener pensión. —Cuando los pobres ministros dicen «El futuro está garantizado», déjales. Eso no es ni posverdad. Pero es que tienen que comer… Con el método de reparto de España, eras joven y trabajabas para los viejos de entonces con la idea de que cuando fueras viejo los jóvenes de ahora te pagarían. Pero ocurren dos cosas. Una: que en Europa hemos decidido no tener hijos (no lo digo por mí, es un plural mayestático); y, dos, que los viejos viven cada vez más. El plan de las pensiones tal y como está ahora tiene un futuro muy feo. A mí me parece que debemos evolucionar a un sistema de capitalización como el austriaco: te descuenta al mes lo que sea la seguridad social y eso se mete en un fondo que es tuyo. El tío de ochenta años todavía se muere cobrando, pero al de treinta hay que decirle que se monte un plan de pensiones ahora. La gente te dice: «Ya, claro, y les hago el negocio a los bancos». Me da lo mismo. Tú haz negocio con quien quieras, pero prepárate algo porque, si de aquí a treinta años no puedes vivir, tampoco podrás decir que la culpa es del banco. No, la culpa será tuya. Los nietos tienen veinte años y viven instalados en la carcajada, como cualquier congénere de su edad. No son, en fin, peque-


Con doce hijos y cuarenta y nueve nietos, el humor es una adaptación evolutiva necesaria para sobrevivir. Leopoldo Abadía aprendió de su madre el optimismo y lo predica en libros como Cómo hacerse mayor sin volverse un gruñón. ños gurús económicos ni activistas de las familias numerosas. ¿No están cansados de ser los nietos de? —No, yo encantada —dice Cris, que ya se ha terminado su cerveza. —Es que la fama del abuelo no es en plan la fama de un actor —puntualiza Carmen, de la rama mexicana—. Es mucho más chill. Hace cosas muy buenas y cae muy bien. —A mí me encanta ser su nieta, eh, estoy muy orgullosa —tercia Leyre, la hermana mayor de Cris. —Sí, pero luego igual... —titubea Pablo—. Me da rabia cuando sacas una buena nota y hay quien dice: «Claro, como es nieto de Leopoldo…». Pablo trabajó durante un tiempo con su tío Gonzalo. Acompañaba al abuelo a sus conferencias, le organizaba la agenda, escuchaba siempre las mismas anécdotas, como la del torero que se encontró en el ascensor de un hotel. Se ve

que el torero volvía hecho polvo de la corrida y su subalterno le dijo que no hacía falta que torease la tarde siguiente, que lo cancelarían. «No, no —dijo el torero—, tengo que hacerlo por la gente». —El abuelo siempre cuenta esa anécdota —confiesa Pablo— que por lo visto le ayudó a no sé qué. Ya no me acuerdo, de tantas veces que lo he escuchado. Todos se vuelven a reír. Los nietos tienen un grupo de WhatsApp que se llama «El ninja y sus chavales». Según el abuelo, en el chat «ellos hablan durante el día y yo les contesto por las noches». Según sus nietos, es una especie de agenda familiar en la que su abuelo les recuerda las fechas importantes y las que no lo son tanto. Hoy hace veintitrés años que falleció la bisabuela Águeda. Hoy se cumplen treinta y cinco años de la primera confesión de la tía Cris. Ellos le cuentan qué han hecho esa jornada, le mandan fotos de sus actividades. —El otro día —cuenta Leopoldo sentado en el sofá de su casa— les puse: «¿Dónde estáis?». En Roma, en Atenas, en México… Y yo pensaba: «Esto antes se llamaba viajar». Pero ahora ya no. El de Roma había cogido un vuelo de RyanAir a casa de un amigo y por 33 euros había ido, había estado y había vuelto. Lo que hace la globalización es que antes los barrios primavera 2020  Nuestro Tiempo —23


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A

de Barcelona se llamaban Pedralbes o Poblenou y ahora se llaman Londres, Shanghái o Washington.

A sus 86 años, Leopoldo Abadía ve muy bien todo esto de la globalización. ¿Es más difícil ahora que hace cincuenta años encontrar un buen trabajo y formar una familia? —No. Pero tienes que estar dispuesto a moverte, a vivir en Guatemala tres años y luego otros tres en Alaska, y hay que hablar el inglés como el castellano. Lo suyo, dice, fue parecido, salvando las distancias. Abadía nació en Zaragoza en 1933 en una familia formada por su padre, su madre y él. La Guerra Civil la pasó como en La vida es bella. Con tres años, cuando los aviones sobrevolaban la ciudad y sonaban las alarmas, su padre se lo subía a caballito para bajar cantando al refugio antiaéreo. De su madre aprendió a vivir el optimismo tal y como él lo entiende, «que no es decir que no pasa nada, porque pasan muchas cosas. El optimismo es luchar con uñas y dientes para salir adelante de una situación concreta». —Cuando salía del colegio —recuerda— me sentaba en una mesa, y mi madre se ponía al lado a hacer vainica o a leer, y yo a estudiar. Y cuando habían pasado veinte minutos, «¿Te lo sabes? A ver». Y me tomaba la lección. «Todavía no te lo sabes, sigue». Mi madre me ense24—Nuestro Tiempo  primavera 2020

ñaba que lo que no me sabía me lo sabría; que lo que me fallaba no me fallaría. Nunca me dejó rendirme. Su familia vivía de una tienda de ropa. En 1950 su padre le dijo: «Si te animas a estudiar ingeniero textil, cuando acabes nos montamos tú y yo una fábrica de confección». El Leopoldo Abadía de diecisiete años no sabía ni lo que era una fábrica de confección, pero aceptó y le mandaron a Barcelona en avión. Apenas llegó a tratar «de hombre a hombre» a su padre, porque murió en un accidente cuando él tenía veintiún años y estudiaba en Barcelona. Al principio lo repetía mucho, que él no es economista, que es ingeniero textil, pero los periodistas no le hacían ni caso y él dejó de decirlo. Para ser sinceros, cuando inauguraron la facultad de Económicas en Barcelona, se matriculó en la carrera y solamente aprobó dos asignaturas: Derecho Civil e Historia de la Economía Fundamentalmente Moderna. De aquella época en blanco y negro data también el prolegómeno de su historia de amor con Elena Jordana. Él había quedado con otra moza, pero en la España de los cincuenta un chico y una chica no salían solos, así que él fue con un amigo y ella con Elena Jordana. Y, caray, la que le gustó fue la otra. —En un guateque me abrió la puerta Elena —recuerda—. Cuando la vi pensé: «Ya está». Nos pasamos toda la noche hablando. Eso fue un 30 de marzo. El 3 de abril le pedí para salir, el 7 salimos otra vez, el 18 me declaré, el 24 me dijo que sí y fijamos la fecha de la boda. Y la cumplimos con un día de retraso, porque la iglesia estaba ocupada. En Zaragoza, en aquella época, sucedía un fenómeno de interés turístico regional: el encierro de las Jordanas. Elena tiene cinco hermanas, y hubo un momento en que las seis tenían novio. Y los seis novios dejaban en casa a las seis hermanas a las nueve y media. Ella estudiaba Medicina y le explicó que no se podía casar hasta que terminara la licenciatura. Pero se ve que se lo pensó mejor y a los quince días dejó la carrera. —Ahora que han inventado la conciliación no se enteran de que ya la habíamos descubierto hace muchos años. Ella se quedó de directora general responsable de aprovisionamiento, logística, recursos humanos, administración y finanzas. Y yo, de director comercial: traía los pedidos a casa. ¡Y funcionaba! Perfectamente. Leopoldo viajó mucho. El matrimonio se esforzó para que los niños no lo acusaran. Si tenía que hacer en una semana Madrid-Sevilla-Bilbao, no empalmaba: iba a dormir a casa. Hacía Barcelona-Sevilla, Sevilla-Barcelona. Al día siguiente Barcelona-Bilbao, Bilbao-Barcelona. El objetivo del plan no era dormir en casa, sino que los hijos lo viesen todos los días, así que


Hasta los setenta y cinco, Leopoldo Abadía no publicó nada, pero a esa edad le asaltó la musa y desde entonces ha editado doce libros, incluido el que está reescribiendo a raíz del coronavirus. su madre no los dejaba acostarse hasta que el papá volviese de trabajar. —Llegaba a la una... Los niños estaban cansados, pero me estaban esperando. Yo estaba tres minutos con ellos porque no podía con mi alma, les daba un beso, rezaba con ellos, los acostaba... ¡y adiós! Mis niños nunca supieron que papá no estaba. Te cansabas mucho, era quizá un poco más caro. Pero lo que había que hacer era querer, y querer con esfuerzo. Querer con esfuerzo. En el fondo ese es el planteamiento del matrimonio Abadía-Jordana, la receta con la que han sacado adelante a sus doce hijos. Leopoldo Abadía tiene una «mítica conferencia», como dicen sus hijos, que se titula 26 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien, y que ya impartía mucho antes de ser un gurú. Cuando se enteraron los de Espasa le propusieron hacer un libro con eso, pero escucharon mal al teléfono y la primera propuesta de portada

llevaba como título 36 cosas que hay que hacer para que una familia funcione bien. Por no decepcionar a su editora, Abadía se propuso inventar diez puntos nuevos y al final le salieron cincuenta y tres. Así que el número no es importante. Es un poco como lo de los diez mandamientos que se resumen en dos. Al final, el resumen de las cincuenta y tres, o treinta y seis, o veintiséis cosas que hay que cumplir es ese: querer con esfuerzo. O, dicho de otra forma que Abadía emplea en sus conferencias para despertar la atención del público (la primera vez que lo dijo fue en un teatro en Sevilla que produjo jugosos titulares): el matrimonio tiene que hacer el amor todos los días. Cuando se acaban las risas, los codazos y las miraditas suplicantes o angustiadas, él termina su frase. «El matrimonio tiene que hacer el amor todos los días, todas las horas, todos los minutos, todos los segundos». —Hombre, claro —explica desde su sofá—, el amor se fabrica día a día. Cuando estás recién casado, el amor es de una manera. Y luego se mantiene y va aumentando, pero hay que cuidarlo. También en los momentos difíciles. Especialmente en los momentos difíciles. Como cuando, en 2012, Elena pasó un cáncer en la boca muy duro y estuvo desde julio hasta octubre ingresada en la Clínica Universidad de Navarra. —Yo ahí vi que éramos una familia de verdad —dice su nieto Pablo. Detrás de él, a través de la ventana, se ve la Clínica—. Cómo se iban turnando los hijos para cuidarla. primavera 2020  Nuestro Tiempo —25


Grandes temas El hombre detrás del gurú

—La operación duró dieciséis horas —recuerda Carmen. —Aquello fue cuando más famoso era el abuelo —apostilla Pablo—. Es como que la vida te da pero te quita, y luego te da más, porque la abuela ahora está perfecta.

tro de unas semanas, cuando estalle la pandemia del covid-19, Abadía escribirá: «Que esto se acabe pronto con las menos bajas posibles. Ninguna, si puede ser». Y guardará el papel en el sobre salmón. —Mis nietos, a veces, ponen sus peticiones en otro sobre y lo colocan también debajo de san José junto a las mías —cuenta.

Esas cosas, dice Leopoldo, primero hay que digerirlas. Y en ese proceso de digestión ayuda mucho tener una familia normal. También ayuda la fe, que es algo que se vive en casa de los Abadía. En 36 cosas que… escribe: «No sabéis lo agradable que es llegar a casa y que un chavalín te abra la puerta y te diga: “Papá, ¿qué tal ha ido en esa cosa tan difícil que tenías que hacer hoy? Yo he rezado mucho por ti”». —Hablando del cáncer, recuerdo que una vez estaba agobiada con la uni —sigue contando Carmen en el Rumbos— y le mandé un audio en plan: «Abuelo, estoy agobiada». Él siempre contesta: «Carmen, guapa», y ya está, esa es su contestación. Pero esa vez me dijo: «Vete a la ermita y pídeselo a la Virgen del campus, que hace milagros». Desde entonces, cada vez que me siento así, me acuerdo de la abuela y voy un rato a la ermita.

El salón es ancho, luminoso, limpio, exquisitamente decorado como se decoraban las casas antes de Ikea: es decir, con muebles, cuadros, alfombras, marcos, fotos, libros dispuestos en un orden difícil de clarificar para una mente minimalista acostumbrada al mueble nórdico y a las mesas Lack o Lisabo. Hay dos sofás negros, puede que tres, y tres mesitas, tal vez dos. En una de ellas hay un ejemplar de Tintín y las joyas de la Castafiore. Elena no aparece en el salón. Últimamente no se encuentra demasiado bien. Habla regular y come difícil, pero mantiene viejas costumbres como ver los partidos de tenis o el Pasapalabra o llevar en el ordenador las cuentas de la familia. Sus nietos la describen con sustantivos en vez de con adjetivos: elegancia, porte, distinción, humildad. —En sesenta y dos años que llevamos casados solo he visto a mi mujer nerviosa dos veces —explica su marido—. Con las miles de personas que han venido a casa y que siguen pasando por aquí, ella sabe dar importancia a lo importante. Y lo importante es que nos queramos todos. Desde el cáncer, por las noches está muy cansada. El otro día me dijo: «Entre tú, que no oyes, y yo, que no hablo, ¡menudo matrimonio!». —¿Han sido felices? —¡Muchísimo!

El despacho de Leopoldo Abadía, en su casa de Barcelona, no es muy grande. O no lo parece porque las estanterías están a rebosar y llegan hasta el techo, y las paredes también están llenas de fotos, de recuerdos, de recortes de prensa, de premios. Y la mesa está llena de papeles. Más que un despacho es un baldaquino barroco. Pero en ese mar indiferente de pequeños objetos llama la atención una imagen de san José dormido al que se le ha descolgado la corona. No solo por ver al santo patriarca en esa postura inusual, sino porque debajo de la talla se asoma un sobre salmón de la Junta Electoral, de los de votar a los senadores. Y no es que el caballero le deje al santo tomar la decisión de su voto, sino que no tenía otro sobre a mano y utiliza ese para escribir sus oraciones y encomendárselas. Den26—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Ya están vacías las cañas. El camarero ha traído unas bravas y la cuenta. —Los abuelos están enamorados —se lanza Leyre. —Son el espejo en el que me miro —tercia Pablo. —Se quieren un montón —interrumpe Carmen— y se nota en detalles, en gestos… El abuelo siempre está pendiente de la abuela. Ella siempre va la primera para todo. —Cuando vine a la uni, la abuela me dijo: «No hables de política» —sigue Pablo—. Igual también os lo dijo a vosotras. —Sí —responde Carmen—. No hables de política y nunca dejes de ir a misa por pereza. Por lo visto, Leopoldo es el primero que no le hace caso a su mujer. No por la misa, a la que asiste a diario, sino por lo de la política, sobre la que escribe con frecuencia en sus artículos y también en su nuevo libro, Sonriendo bajo la crisis: claves para animar a un mundo preocupado. A decir verdad, de ese libro solo se han impreso quince ejemplares: doce para los hijos, uno para Elena, otro para el archivo familiar y uno para el Rey


Leopoldo Abadía acumula en su despacho decenas de recuerdos de toda una vida, desde la orla de su graduación hasta una foto con el rey Juan Carlos, pasando por la hoja, amarilla ya, en la que escribió una de sus primeras conferencias. —Leopoldo Abadía siempre le manda un ejemplar de lo que escribe al Rey—. Una tirada exigua porque el coronavirus lo ha desbaratado todo y Abadía se ha tenido que sentar a escribir «treinta y tantas páginas más» para explicar algo de las consecuencias de la pandemia. En el libro vaticina una nueva crisis económica, pero no solo eso. A través de un método sencillo, una lista de cosas que ahora ocurren y hace quince años no —las fake news, el procés o Donald Trump— apunta al relativismo como un cambio de paradigma que ha venido para quedarse. Pero cambio de paradigma le parecía muy cursi y lo bautizó el cambiazo. —Será fácil incluir las páginas nuevas, porque ¡fíjate si ha habido cambiazo! —dirá Leopoldo meses más tarde, desde el confinamiento impuesto por la pandemia.

ya van doce. Desde 2008 no ha dejado de escribir. Esta misma tarde, cuando se levante de la siesta, tiene que terminar un artículo para La Vanguardia y todavía no sabe de qué tratará. A todo esto, lo del whisky se ha ido alargando y finalmente han decidido comer aquí, en el bar de la esquina. Leopoldo ha pedido unas lentejas que han aparecido en un plato tamaño abuela con el que podrían comer tres o cuatro personas. —Y me lo tienes que pasar primero para que lo optimice para el SEO —le recuerda Gonzalo. —El SEO, el SEO… —se queja él—. Yo no sé nada de eso. Escribiré el artículo y luego tú ya haces lo que quieras con él. Pero después de la siesta. Se le ve apurado con las lentejas. La camarera confianzuda ha terminado su turno, se ha cambiado y se despide antes de marcharse. Un chico joven ha venido a sustituirla y Leopoldo le pide que le ponga las lentejas en un tupper: no ha podido con ellas. —En esta casa —dice— la comida no se tira. Nt

A pesar de no haber publicado ningún libro hasta los setenta y cinco, con este primavera 2020  Nuestro Tiempo —27


Grandes temas El hombre detrás del gurú

CORONAVIRUS

«En una sociedad individualista, la pandemia está despertando un movimiento de solidaridad» Algunas semanas después de las entrevistas que originaron este perfil, la pandemia del covid-19 impuso en España el estado de alarma y no dejó indiferente a nadie. A Leopoldo Abadía tampoco. La presentación de Sonriendo bajo la crisis se canceló y se destruyó la tirada, y él tuvo que sentarse a escribir un nuevo capítulo para tratar de aventurar el alcance del cambiazo, un término que inventó en 2019 para definir el mundo en esta década y que ha encontrado una nueva perspectiva con este virus. Al mismo tiempo, confinado en casa, se ha dedicado a grabar vídeos cortos en los que contagia optimismo y anima a servir a las personas que uno tiene cerca. ¿Ha sido el coronavirus el detonante de ese cambiazo del que habla usted en su libro? Yo había hecho una lista de, no sé, treinta cosas que no pasaban hace quince años… Y el coronavirus es lo único que faltaba. Tendrá muchas consecuencias de todo tipo: sociales, políticas, espirituales, económicas (económicas, todas las que quieras)... Brutal. Con lo del cambiazo me quedé corto, y ahora ya no sé cómo se puede llamar… ¿El supercambiazo? Las transformaciones de las que yo hablo en el libro van a sonar ridículas: las redes sociales, el procés, las fake news… ¿Va a tener que borrar alguna página de lo que ya tenía escrito? No, no. Cero. Yo no quito nada. El otro día lo estuve hojeando y… lo único que pasa es 28—Nuestro Tiempo  primavera 2020

que vamos a poner una especie de prólogo y una última parte. Simplemente añado. ¿En qué nos va a afectar esto? En este confinamiento vivimos de una manera totalmente distinta a nuestra vida normal; en casa te cruzas por el pasillo muchas veces con las mismas personas. El otro día el doctor Flaquer decía que hay que hacer la sonrisa del pasillo —ya se ve que lo sanitario está en unas manos buenísimas; esta gente se está matando a trabajar de manera heroica—. Es una oportunidad para relacionarnos más con nuestra familia, con nuestros amigos, por teléfono… Hay que ocuparse de ellos porque muchos lo están pasando mal. A mí lo de los balcones me entusiasma. Me asomo por la parte de atrás, que hay un patio de manzana, y ya me he hecho amigo

de las señoras de enfrente, que antes no sabía quiénes eran. Me da la sensación de que esto está despertando un movimiento de solidaridad, de cariño a los demás, de decir «todos lo estamos pasando mal, pues venga, vamos a apoyarnos unos a otros». Y eso es muy bueno. En una sociedad individualista y egoísta, una contrariedad como esta seguro que tiene que venir bien. ¿Y en cuanto a nuestro bolsillo? En lo económico lo vamos a pasar muy mal durante mucho tiempo. Por eso es bueno que nos demos cuenta de que no podremos seguir viviendo como hasta ahora. Por otra parte, esto debería servir para fortalecer a la Unión Europea. Un asunto que a mí me entusiasmaba hace años y que ahora vuelve a engancharme es el tema de los eurobonos. Antes, cuando España pedía prestado, es decir, cuando emitía deuda y sacaba bonos, avalaba España. Con el eurobono, España pide prestado y avala Europa, con lo cual nos sale mucho más barato y además tenemos mayor facilidad de financiación. Eso, a los países que se llaman a sí mismos frugales (Alemania, Holanda, Finlandia, me parece que la República Checa también) no les gusta. Aquí la labor política del Gobierno español es muy importante. ¿Lo estamos haciendo peor que otros países? Ayer leí que en Estados Unidos han puesto 1,8 billones de euros para ingresar directamente en las cuentas corrientes de la gente, sin pasar por bancos ni nada. O sea que un ciudadano de repente se encontrará con un cheque o una transferencia en su libreta. En cambio, lo que hacemos en España es movilizar no sé cuántos millones, una idea que tiene su trampa. A los bancos les obligaron a poner en el avance, además del capital, unos colchones anticrisis por


que viva ahora tiene experiencia de otra pandemia. Por tanto, ¿hay que apretarse el cinturón? Sí. Dinero no te va a sobrar. Y, oye, o le echamos un poco de optimismo a esto o no sé yo…

si viene otra como la de 2008. Ahora dicen que este dinero intocable se puede movilizar en forma de créditos. Pero claro, tú lo pedirás y el banco estudiará tu situación, y a lo mejor no te lo dan porque no se fían de ti. Lo de movilizar a mí no me convence; me gusta más lo de América. Esto, al final, se traduce en darle vueltas a la maquinita y fabricar dinero. ¿Has visto La casa de papel? Un capítulo me parece que he visto. La casa de papel al final son unos atracadores que entran a la fábrica de la moneda y crean dinero, mil millones. Con lo cual es un atraco que no es un atraco. Y aquí lo que hay que hacer es igual. Pero, en vez de mil millones, unos pocos más. ¿Qué pasará con eso? Que habrá una inflación brutal luego, que el euro se depreciará, que podremos vender mejor en China… Pero habría que poner de acuerdo a toda Europa para hacer eso. Sí, pero, como la que tiene la llave es Lagarde, eso ya estaba puesto en marcha, no recuerdo por cuántos millones, pero por muchos. Yo creo que vamos a vivir un gran cambio. Y desde el punto de vista del dinero, para la gente, ¿esta crisis va a ser igual, mejor o peor que la anterior? ¡Peor, peor! No tienen ni punto de comparación. La otra vez fueron unos sinvergüenzas que hicieron una estafa, punto. Sabiendo la cuantía del fraude se podía calcular cuánto iba a durar. En las conferencias yo decía en broma que si se tratara de quinientos euros, los ponía de mi bolsillo y se acababa la crisis. Pero esto es otra cosa: una revolución total que no se sabe cuándo terminará... Mira, hoy [1 de abril] he publicado un artículo en La Vanguardia que se titula «Lo que la experiencia me dicta», y digo que lo que la experiencia me dicta es lo mismo que le dicta a Trump: nada. En una crisis

«Es una oportunidad para relacionarnos más con nuestra familia, con nuestros amigos por teléfono... Hay que ocuparse de ellos porque muchos atraviesan una situación complicada» «En lo económico lo vamos a pasar muy mal. Por eso es bueno que nos demos cuenta de que no podremos seguir viviendo como hasta ahora» económica la gente tiene experiencia, pero esto nadie lo ha visto nunca. Aquí hay que ocuparse primero de la salud. Luego están las cuestiones económica y social. Pero, claro, hay muchas personas que ya no han cobrado el sueldo de marzo. Aquella crisis fue mucho más limitada. En 2008 a algunos, a los que les agarró más fuerte, los arruinó, pero no a todos. Esta es brutal: veas a quien veas, le está afectando. Tú no sabes si vas a cobrar mañana y yo no sé si me voy a morir mañana. Esto es lo que hay. Habrá que apretarse el cinturón… Pues sí. Esto lo decimos por sentido común, en realidad, no porque tengamos experiencia. La anterior pandemia fue la gripe española. ¿En qué año fue eso? ¿Y la peste? ¡Y las plagas de Egipto! Nadie

Usted transmite una visión positiva en los vídeos que está grabando estos días. ¡Por eso lo estoy haciendo! El otro día, hablando con mi hijo Gonzalo, le decía que son vídeos para animar al personal. Lo que no podemos hacer ahora es quejarnos e ir por ahí diciendo lo mal que está todo y que esto se hunde. No, porque nunca se hunde nada. Entonces, o empiezas a decir que aproveches esto para conocer mejor a tus hijos, para hablar más con tu mujer o si estás solo para estudiar una carrera, o si no… Yo tengo un amigo de ochenta y tantos que está estudiando Bellas Artes. El otro día estaba preocupado porque tenía que hacer un dibujo con perspectiva cónica y no sabía hacerlo. [Se ríe]. El tío ahora tiene más tiempo para estudiar. De eso van estos vídeos: cada día les digo un par de cosas. Ayer les dije que prohibido reblar. Reblar es una palabra castellana que se usa mucho en Aragón y quiere decir achantarse, echarse para atrás, retroceder, rendirse. Prohibido, prohibidísimo. Lo que no puede ser es decir: «Esto se hunde, por lo tanto yo me muero». No, no, no. Calma. ¿Usted cree que conseguirá explicarnos esta crisis tan bien como la anterior? No-lo-sé [remarca las sílabas]. Lo que he contado es todo lo que sé. Hay un problema económico, social, espiritual… Una cosa que me ha llamado la atención es que nadie en España ha mencionado públicamente a Dios, ¡nadie! El otro día en televisión aparecieron unas niñas saharauis y una de ellas, pobrecita mía, dijo: «Los saharauis rezamos por España». Y yo pensé: «¡Dios mío, menos mal que hay alguien que reza!». Nt

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DE TEJAS ARRIBA Jaume Aurell

El significado histórico de la pandemia

y, en menor medida, a la mal llamada «gripe española» de 1918. Más allá de sus dispares efectos mortíferos —la primera diezmó a un tercio de la población europea—, ambas pillaron muy desprevenida a la sociedad y tuvieron como consecuencia un gran impacto psicológico y espiritual. Por lo que a nosotros respecta, hasta la llegada del coronavirus nos sentíamos seguros con los avances de la medicina, con nuestro sistema sanitario y el estado del bienestar. Esta inesperada pandemia ha causado un enorme desconcierto y va a obligar a revisar —todavía no sabemos de qué modo— muchas de las presunciones asentadas en el siglo xxi, como la fe ciega en el progreso científico, la supremacía del confort material sobre el cultivo espiritual, la confianza en el Estado y la estabilidad del capitalismo, no tanto para demolerlas como para reformarlas y adecuarlas al tiempo presente. Sin pretender caer en proyecciones futuristas, esto nos permite afrontar la segunda gran cuestión: la trascendencia de Cuando el mundo occidental creía tenerlo todo la crisis actual. Aquí el conocimiento del pasado nos da otra controlado, una enfermedad ha sembrado el lección: la historia nunca se explica por razones monocausales, sino multifactoriales. Siempre he pensado que el error de desconcierto. El coronavirus ha acarreado un tendencias e ideologías como el positivismo, el psicoanálisis, el desencanto con la idea de progreso, ya muy marxismo y el estructuralismo es su empeño en reducir la explimaltrecha en nuestra modernidad tardía. cación de la historia a una sola categoría o concepto: el progreso, la psique, la clase, la estructura. Creo que esto es aplicable I PREGUNTÁRAMOS a los ciudadanos cuáles son en el caso de la pandemia de 2020. Su influjo real dependerá, los acontecimientos con mayor trascendencia de por un lado, de su ensamblaje con las otras corrientes —políticas, económicas, sociales, religiosas— que hemos experimenlos últimos cien años, posiblemente citarían tres tado en los últimos decenios; y, por otro, de nuestra respuesta hechos políticos —el final de la Segunda Guerra personal ante esas dificultades. Mundial en 1945, la caída del Muro de Berlín en 1989 y el Es imposible prever lo que puede pasar, porque el ejercicio atentado de las Torres Gemelas en 2001—, tres económicos de la libertad individual abre, en cada instante, innumerables —el crack del 29, la crisis energética de 1973 y la financiera de posibilidades. Por tanto, el futuro lo forjaremos nosotros con 2007— y dos culturales —la revolución de 1968 y la primera nuestras propias decisiones personales. Recientemente he gran expansión de internet en 1991—. Hay razones suficiendefendido que la civilización occidental, junto con sus evidentes para concluir que la pandemia del coronavirus de 2020 tes torpezas, atesora también un enorme caudal en civismo y se unirá a estos ocho momentos. Muchos intelectuales —el solidaridad, que habría que volver a activar, como lo hicieron último de la lista, el filósofo político John N. Gray— han hablado incluso de que constituirá un «punto de inflexión» en la los grandes estadistas de la posguerra tras 1945 o los forjadores de la primera Unión Europea. No obstante, historia. para ello deberíamos recuperar también, La humanidad ha experimentado, repetidaLA PREGUNTA DEL AUTOR especialmente entre nuestra clase dirigente, mente, su incapacidad absoluta para prever el valor de la palabra dada, el acuerdo entre el futuro. En los ochenta, el Muro de Berlín ¿Qué tipo de estadistas lo que se dice y lo que se hace, la honestidad parecía que podía sobrevivir decenios. Y, de necesita nuestro mundo de huir de falsas utopías que funcionan con repente, cayó. También durante esos años, los en estos momentos? palabras mágicas pero que la realidad las despensadores auguraban infortunios y esperanmiente. Esto garantizaría, al menos, una base zas con la llegada del nuevo milenio, pero ninde confianza sobre la que erigir los consensos guno vislumbró la innovación que realmente necesarios para salir adelante. Ninguna soiba a cambiar nuestras vidas: internet. ciedad ha podido superar la miseria material Sin embargo, nadie puede negar que la exo la mediocridad espiritual sin esa premisa. periencia que tenemos los historiadores de @NTunav analizar el propio pasado humano contribuye Opine sobre este asunto en a comprender el presente. En torno a la panJaume Aurell, autor del libro Genealogía de Occidente, es Twitter. Los mejores tuits se catedrático de Historia Medieval y director del Instituto demia actual la primera cuestión es: ¿a qué publicarán en el siguiente número. Empresa y Humanismo. otros eventos podemos compararla? Sin duda, a la peste negra que asoló Europa en 1348

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Grandes temas Los pequeños ante la gran pantalla

De la madre de Bambi al matrimonio de Up: cómo Disney ha cambiado la familia

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La capacidad educativa del cine de animación lo convierte en un instrumento poderoso. Quizá esto haga que, en el actual momento dulce del sector, algunos argumentos y personajes rompan con los modelos familiares habituales hasta hace unos años. Viendo su comportamiento, ¿quién diría que Cenicienta y Elsa son dos princesas popularizadas por la misma compañía? El análisis de la línea seguida por Pixar y Disney, dos de las principales productoras de animación, aporta pistas para las familias y los espectadores. texto Nacho Laguía [Com 20] fotografía Errea Comunicación sobre fotografías de iStock y Unsplash

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los creadores de las películas de animación influyen enormemente en la configuración de la mentalidad de los espectadores. ¿Acaso no nos hemos hecho mayores pensando que si decimos mentiras nos crecerá la nariz como a Pinocho?, ¿o no es Woody un buen ejemplo de liderazgo? Los valores que transmiten ayudan a crear referencias, en particular en los más pequeños. El reflejo de la familia, núcleo social por excelencia, ha jugado un papel fundamental en la historia de la animación. Así lo reconoce Lee Unkrich, director de Toy Story 3 (2010) y Coco (2018): «Estoy convencido de que las historias que más nos impactan casi siempre tienen un trasfondo personal. Cuanto más universal sea una idea, más probabilidades hay de que resuene en todo el mundo. ¿Y hay algo más universal que la familia?». Precisamente esa capacidad de influir ha hecho que artistas, empresarios y activistas vean en las películas de animación una oportunidad para cambiar la forma de pensar de la sociedad, fomentando nuevos estilos de vida a través del entretenimiento en el hogar. De este modo, el cine de ani34—Nuestro Tiempo  primavera 2020

mación ha actuado como fábrica, espejo y campo de batalla de los valores familiares, reflejando los vigentes en cada momento y marcando líneas futuras. hay personas detrás de los personajes. El desarrollo del cine de animación va indudablemente unido a la historia de Disney. Aunque la compañía de Mickey Mouse no es, ni mucho menos, la única que destaca realizando este tipo de películas, es innegable su papel fundamental en el avance de técnicas y narrativas que perduran hasta hoy. Ellos fueron los primeros en sentar en una sala de cine a un grupo de familias frente a un largometraje enteramente animado. Sucedió en diciembre de 1937, con Blancanieves y los siete enanitos. Desde entonces crearon todos los clásicos con los que han crecido y se han educado varias generaciones. En muchos de los hogares de los protagonistas de Disney se repite una constante: la ausencia de alguno de los padres, en la mayoría de los casos la figura materna. Pinocho, La cenicienta, La sirenita, Aladdín, La bella y la bestia o Tarzán presentan a al-

guno de sus personajes centrales como huérfanos de madre. Don Hahn, productor de varios grandes éxitos de la compañía, explicó en una entrevista concedida a Glamour en 2014 los dos motivos de este hecho singular. En primer lugar, afirmó que podía tener un origen en la propia concepción del guion: «Las películas de Disney duran entre 80 y 90 minutos y tratan acerca del crecimiento, sobre ese día en la vida en que debes asumir una responsabilidad. Y es más rápido tener personajes que crecen cuando los separas de sus padres.

«Estoy convencido de que las historias que más nos impactan casi siempre tienen un trasfondo personal. Cuanto más universal sea una idea, más probabilidades hay de que resuene en todo el mundo. ¿Y hay algo más universal que la familia?». LEE UNKRICH Director de Toy Story 3 (2010) y Coco (2018)


La madre de Bambi es asesinada para que él crezca; Bella solo tiene un padre, por lo que cuando se va, debe ocupar su lugar. Es cuestión de abreviar la historia». Y en segundo lugar, explicaba Hahn, esa característica está unida a la historia personal del propio Walt Disney (1901-1966). Según le contaron a Hahn trabajadores de la empresa, el creador de la compañía se sintió culpable de la muerte de su madre, Flora, en 1938, en un accidente doméstico que entendió que podía haber evitado. De algún modo, la ausencia de su figura en las películas que realizaba servía como un homenaje a ella. Sea cual sea el auténtico motivo de esta decisión, la influencia que ha tenido en el posterior cine de animación ha sido enorme, y muchas productoras, tal vez sin aparente razón, han presentado personajes con padres difuntos. Por ejemplo, en la lista de las diez películas de animación más taquilleras de la historia, hay siete que incluyen algún personaje destacado huérfano. La mayoría han sido producidas por Disney y todas ellas se han estrenado en los últimos diez años.

En cambio, otras producciones han decidido poner el foco precisamente en la familia y centrar la trama en las relaciones entre padres e hijos o entre hermanos. Pixar está plagado de casos así. Cabe detenerse en dos que ilustran bien la filosofía de la compañía fundada en 1986 por John Lasseter —que, dicho sea de paso, es padre junto a su esposa, Nancy, de cinco hijos—. El gran referente lo encontramos en Los increíbles, peliculón dirigido en 2004 por Brad Bird —El gigante de hierro (1999), Ratatouille (2007)— que recaudó más de seiscientos millones de dólares. En una entrevista de ese año, Andrew Jiménez, diseñador de animación de Pixar, se refirió así a la cinta: «Para mí lo esencial es que todo gira en torno a la familia. Es una película de acción, de superhéroes y de espías, pero la mezcla de estos géneros no es discordante porque comienza y termina en la familia. Es el núcleo». Sin caer en estereotipos ni etiquetas, cada uno de los Parr tiene un superpoder de acuerdo con su carácter y el papel que ocupa en la casa. Bob, el padre, posee la

fortaleza del cabeza de familia, en sintonía con la flexibilidad de Helen, propia de una madre de varios niños. Violeta, la hija adolescente, es invisible para el mundo y protege su intimidad creando campos de fuerza. En cambio, Dash tiene la vitalidad, energía y velocidad propias de un niño deportista, mientras que el bebé Jack-Jack es demasiado pequeño para manifestar su cualidad. En 2009 se estrenó Up, protagonizada por un anciano, un joven explorador y una casa voladora. Tal vez es recordada por su introducción que, en cuatro minutos, hace un repaso magistral a la aventura que supone todo matrimonio. El amor entre Carl y Ellie conmovió a millones de espectadores. Sin embargo, la película tiene mucho más y, junto a la entrañable vida de Carl Fredricksen, se esconde el trauma de Russell, niño víctima de una separación familiar. De hecho, el film hace algunas referencias al sufrimiento del chico por la situación de sus padres. En la mitad del metraje, los dos protagonistas tienen una conversación en la que Russell revela que se siente primavera 2020  Nuestro Tiempo —35


solo por su mala relación con la segunda esposa de su padre, lo que provoca una cara de sorpresa y pena en el señor Fredricksen. La trama alude en realidad a la historia de un anciano apegado a su difunta esposa y su trato con un joven en busca de cariño que encuentra en Carl el padre y amigo del que nunca ha podido disfrutar. Otras películas de Pixar que centran su atención en la familia son Buscando a Nemo (2003), que se basa en el temor de un padre viudo sobreprotector a que su hijo salga de una zona segura; Inside Out (2015), sobre la importancia de los progenitores en la madurez afectiva de su hija, o Coco (2018), que profundiza en el valor de las tradiciones familiares mexicanas y la memoria de los antepasados. la narrativa de pixar. Varias veces han preguntado a John Lasseter, una de las figuras fundamentales en la historia de la animación, cuál ha sido el mejor consejo que le han dado. La respuesta siempre es la misma: «No hagas una película pensando en el niño que la verá por primera vez, sino en el padre que se la tragará doscientas ve36—Nuestro Tiempo  primavera 2020

ces». A través de personajes dibujados en papel o creados por ordenador, este cine consigue atraer a toda la familia, creando películas positivas y entretenidas; relatos que durante décadas se consideraron referentes educativos. Prueba de ello es que Lasseter apareció varios años en la revista Vanity Fair como uno de los cien estadounidenses con mayor influencia mundial. Parte de este poder viene precisamente de su capacidad de perdurar en el tiempo. En palabras de Walt Disney: «La fantasía, si de verdad es convincente, no puede quedarse anticuada, por la sencilla razón de que representa un vuelo hacia una dimensión que trasciende los límites». Los niños de hoy ven con la misma ilusión cómo Dumbo consigue echar a volar con sus grandes orejas, a pesar de que hayan pasado casi ochenta años desde su estreno. Los guiones del cine de animación no solo consiguen entretener, o el éxito en taquilla, sino que crean caracteres cuyo comportamiento sirve de modelo para los más pequeños. Conviene detenerse en el ejemplo de Pixar, pionera del cine de animación 3D

Varias veces han preguntado a John Lasseter cuál ha sido el mejor consejo que le han dado. La respuesta ha sido siempre la misma: no hagas una película pensando en el niño que la verá por primera vez, sino en el padre que se la tragará doscientas veces. e inventora de una nueva narrativa. El estudio, fundado por John Lasseter, Ed Catmull y Steve Jobs, firmó en 1991 un acuerdo con Disney para la realización de tres cintas animadas. Cuatro años más tarde se estrenó Toy Story (1995), primer largometraje de animación 3D. Desde ese momento, la compañía del flexo se convirtió en un referente en este campo y revolucionó un tipo de cine que muchos consideraban muerto. Hasta hoy, Pixar ha producido veintiún largometrajes y, película tras película, ha logrado abundantes éxitos en taquilla y reconocimiento prácticamente unánime.


Su modelo se basa fundamentalmente en la creatividad, lo que se refleja, por un lado, en una innovación técnica constante, introduciendo y perfeccionando los sistemas de animación por ordenador y, por otro, en la originalidad de sus historias. De hecho, la producción de una película de Pixar dura una media de cinco años, de los cuales tres se dedican al proceso de creación del guion. Un buena historia requiere buenos personajes: sólidos, con una trayectoria, unas motivaciones y unos proyectos vitales que les lleven a vivir aventuras. En la dicotomía entre el relato y la técnica, la balanza siempre cae del lado de la narración: si el personaje protagonista no funciona, no importa la calidad de la imagen; la película no triunfará. Y parte fundamental de la configuración de los personajes está en sus relaciones sociales y, por tanto, ante todo, en el hogar. Probablemente por eso Pixar se ha convertido en una referencia en el cine familiar de animación. Buscando a Nemo (2003), Los increíbles (2004), Up (2009) o Inside Out (2015) son algunos ejemplos paradigmáticos.

Estos modelos no solo sirven para entretener brillantemente a un público amplio, sino que también son el reflejo de lo que este grupo de animadores quiere ofrecer al mundo: referencias. Ideas que, en la mayoría de los casos, surgen de su propia experiencia vital, como reconoció el director Peter Docter (Monstruos S. A., Up, Inside Out) a La Vanguardia: «No hacemos películas para niños. Contamos historias para nosotros, que somos adultos, tratando de que gusten a los niños». En la misma entrevista, el director contó cómo la temática de Inside Out (2015), uno de los logros de la compañía, se le ocurrió pensando en su hija. La que había sido una niña alegre y risueña se convirtió en una joven reservada y apagada. Esto le hizo pensar: «¿Qué estará ocurriendo en su cabeza?». Así, la película le sirvió para dar una respuesta poética a lo que sucede en la adolescencia. Algo similar le ocurrió a Andrew Stanton (Buscando a Nemo). Representó sus miedos en el personaje de Marlin, el padre sobreprotector del joven Nemo. Jugando un día en un parque con su hijo pequeño, Stanton se dio cuenta de que estaba más

pendiente de que al niño no le pasara nada que de disfrutar de ese rato familiar. Y de allí surgió el germen de la aventura del pez payaso. algunas polémicas recientes. En los últimos años se han producido algunas controversias generadas por la aparición de referencias familiares distintas al padre-madre-hijos o la ambigüedad de ciertos personajes en cuanto a su orientación sexual. Estas situaciones han provocado la reacción de padres preocupados por qué se está enseñando a sus hijos en la pantalla grande mientras otros han considerado estos hechos como hitos hacia la aceptación y normalización de determinados modos de vida o modelos de conducta. En medio, como suele suceder, una mayoría silenciosa asiste al combate percibiendo que algo está cambiando a su alrededor pero sin saber del todo cómo responder. Tal vez la alarma saltó inicialmente en 2012, cuando en El alucinante mundo de Norman, película producida por Laika Films, un estudio caracterizado por sus historias arriesgadas y al margen del primavera 2020  Nuestro Tiempo —37


mainstream, aparecía por primera vez en una película comercial de animación un personaje abiertamente homosexual, un amigo del protagonista. Según explicó el director, Chris Butler, la decisión de incluirlo tuvo relación con el mensaje de fondo: «Me pareció importante que fuéramos valientes al respecto. Si le estamos diciendo a los espectadores que no deben juzgar a otras personas, debemos tener la fuerza de nuestras convicciones». En cambio, la escritora Nancy French planteó sus objeciones en National Review Online; en su opinión, el film podría hacer que los padres debieran «responder preguntas no deseadas acerca del sexo y la homosexualidad». Según French, una sala de cine puede no ser el sitio adecuado para comenzar esas conversaciones ya que niños de esas edades no están preparados para tenerlas: mejor en otro momento y en otro lugar. No obstante, el revuelo mayor se formó en 2013 con el estreno de Frozen, protagonizada por Elsa, una princesa Disney sin interés amoroso que opta por encerrarse en sí misma. Su actitud generó equívocos y teorías diversas. 38—Nuestro Tiempo  primavera 2020

El estreno de la segunda parte en noviembre de 2019 suscitó gran expectación, ya que muchos esperaban que Elsa fuera el primer personaje abiertamente homosexual de Disney. Hubo presión por parte de grupos LGTBI y así nació en Twitter la etiqueta #GiveElsaAGirlfriend. Mientras, familias y otros colectivos organizaron movilizaciones para evitar que eso sucediera; en la plataforma CitizenGO se recogieron más de 400 000 firmas para «ayudar a los niños a soñar con valores eternos: el amor, la amistad, la fidelidad, la generosidad, etcétera». Finalmente, en la gira de estreno los productores negaron los rumores pues la historia pone el acento en otro asunto: «Tenía muy claro —señaló Jennifer Lee, codirectora, en una entrevista recogida por El País— que Elsa no estaba preparada para una relación. Es muy tímida. Lo importante de esta película es que es una mujer que lleva sobre sus hombros el peso de un reino y que tiene que lidiar con un poder extraordinario». «Estamos muy orgullosos de que las películas no giren en torno a ningún romance», añadió Idina

Menzel, la actriz que da voz a Elsa en la versión original. La llegada de Toy Story 4, galardonada con el Óscar a la mejor película de animación de 2019, también despertó polémica en las redes sociales, ya que algunos la juzgaron defensora de las teorías de género. Por un lado, la película muestra a Forky, un personaje mitad cuchara mitad tenedor construido con elementos de desecho. Tiene pocos amigos y una profunda crisis de identidad; se autodefine como basura y no como juguete. Varias personas en Twitter apuntaron, incluso, al arcoiris pintado en uno de sus pies como un guiño al movimiento LGTBI. Por otro lado, Bo Peep, que en la primera entrega de la saga era una lámpara de porcelana dulzona y cariñosa, se convierte aquí en un «juguete perdido», feliz de no pertenecer a ningún niño y poder ir por libre. El cambio de este personaje despertó críticas entre muchos espectadores, al considerar que iba en contra de valores familiares como la fidelidad, la entrega o el sacrificio. Los responsables de Pixar no entraron en esta polémica, que resultó más bien efímera.


Una controversia distinta, sobre la igualdad de oportunidades entre el hombre y la mujer, se planteó con Los increíbles 2. La película se estrenó en 2018, coincidiendo con otros remakes que cambiaban los protagonistas de la versión original por mujeres (como Ocean´s 8 o, con anterioridad, Las cazafantasmas), influidos por el creciente peso del feminismo. La cinta narra cómo Bob Parr, el cabeza de familia, debe quedarse en casa mientras su mujer se dedica a viajar, en un programa que pretende devolver el honor de los superhéroes. De nuevo, las redes sociales se agitaron. Distintos usuarios se quejaron del enfoque poco constructivo del film al presentar a un padre incapaz de encargarse del hogar mientras su esposa está fuera. Mr. Increíble es un superhéroe a la vista de todos, pero un inútil en su casa. Tras el estreno, Brad Bird, su director, contestó a esta cuestión en una entrevista concedida al portal multimedia estadounidense CNET: «Algunas personas han dicho que teníamos en mente el movimiento #MeToo [nacido en 2006] porque nuestra protagonista es una mujer. Pero tuve esa idea justo

VUELTA A LA INFANCIA

Clásicos 2.0 Desde hace algunos años Disney está produciendo remakes de algunos de sus títulos más recordados. Los clásicos de animación que hicieron historia en la compañía se estrenan ahora en acción real, con personajes de carne y hueso. Muchos ven detrás una falta de creatividad y una incapacidad de presentar películas originales que puedan atraer a un público familiar. No obstante, estas producciones, espectaculares gracias a los recursos visuales más avanzados, están obteniendo recaudaciones multimillonarias, apoyándose en un público nostálgico. En algunos casos, la historia sufre pequeñas variaciones respecto a la original, como en La bella y la bestia (2017) o Aladdín (2019). En otros se basan en el éxito del film clásico para explotar el concepto en otra dirección, cambiando el protagonismo o centran-

do la atención en tramas secundarias, como sucede en Alicia en el país de las maravillas (2010) o Dumbo (2019). De hecho, algunas de ellas han puesto el foco en el antagonista, tratando de explicar el origen de su maldad y mostrando una imagen más benévola, como en Maléfica (2014), remake de La bella durmiente (1959) o Cruella, cinta prevista para 2021 basada en la malvada Cruella de Vil, de 101 dálmatas (1961). Estas versiones permiten a Disney aspirar a repartos de primer nivel —baste pensar en La bella y la bestia y los papeles de Emma Watson, Ewan McGregor, Stanley Tucci, Ian McKellen o Emma Thompson—, poner al día elementos narrativos como el humor y la música, y hacer relecturas de algunos personajes, en ocasiones con cierta polémica. Por ejemplo, La bella y la bestia se estrenó entre protestas y elogios al incluir, como recoge Wikipedia, «el primer y único personaje abiertamente homosexual de una película de Disney»: LeFou, amigo de Gaston.

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al acabar la primera parte, en 2004. Es la idea más vieja que hay en esta película, además de explorar los poderes de Jack-Jack. No respondemos al tema del momento, también porque nuestras producciones son muy largas. Simplemente explicamos las historias que queremos contar». En el ánimo de sus responsables, como se ve, no estaban las ideas que algunos les atribuían. En conjunto, parece que grandes productoras de animación como Pixar o Disney han optado por la ambigüedad. Por el momento no veremos a Elsa declarándose lesbiana, pero nadie va a negar que no lo sea. Algunos percibirán en el matrimonio de Los increíbles 2 una referencia excesivamente feminista y otros un magnífico modelo de conciliación familiar. Los padres tienen las riendas al manejar el mando a distancia, al encender o apagar el ordenador, o al comprar o no las entradas de cine. Son ellos los que decidirán en última instancia si quieren que siga siendo Pinocho el que enseñe a sus hijos el valor de la honestidad y Woody el del liderazgo, o si prefieren que nuevos personajes y nuevos valores configuren la primera imagen del mundo de sus hijos. Nt

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80 AÑOS DE DIBUJOS

1938: Estreno de Blancanieves y los siete enanitos, primer largometraje de animación. 1966: Muere Walt Disney. 1984: Michael Eisner, al frente de Disney (hasta 2005). 1984: Estreno de ¿Quién mató a Roger Rabbit? (Touchstone Pictures). 1984: Disney estrena La sirenita. 1986: Nace Pixar. 1995: Estreno de Toy Story, primer largometraje de animación 3D. 2001: Instaurado el Óscar a la mejor película de animación: Shrek (Dreamworks). l

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2003: Pixar estrena Buscando a Nemo, ganadora del Óscar en su categoría. 2004: Pixar estrena de Los increíbles, ganadora del Óscar. 2006: Disney compra Pixar por 740 millones de dólares. 2009: Pixar estrena Up, ganadora del Óscar a mejor película de animación y mejor banda sonora. 2012: Laika Films estrena El alucinante mundo de Norman. Recauda algo más de 100 millones de dólares. 2013: Se estrena Frozen, de Disney, y se hace con el Óscar a mejor película de animación y mejor canción por Let it go. l

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2015: Pixar estrena Inside Out, ganadora del Óscar a mejor película de animación. 2018: Pixar produce Los increíbles 2, que recauda más de 1 200 millones de dólares. 2019: Pixar presenta Toy Story 4 y Disney Frozen 2. Entre las dos logran más de 2 500 millones de dólares. 2019: El rey león se convierte en la película de animación con mayor recaudación hasta el momento (1 600 millones de dólares). l

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Grandes temas Todos pierden en el brexit

Confusión de confusiones: el brexit La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea significa la mayor quiebra en el proyecto europeísta a lo largo de su historia y una grieta en el cada vez más complicado mapa de las relaciones internacionales. Más allá de los avatares de los últimos años y de los cadáveres políticos que han dejado, conviene analizar el marco económico y social que ha llevado a esta situación. Quizá en esas ideas se puedan encontrar claves para afrontar el futuro con algunas lecciones aprendidas. texto Pedro Schwartz, vicepresidente del think tank Civismo fotografía Gabriel González-Andrío [Com 92]

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Grandes temas Todos pierden en el brexit

el título de este texto proviene del libro del comerciante y escritor español Joseph de la Vega Confusión de confusiones. Se publicó en Amberes en 1688 y en él se habla del juego y enredo del negocio de las acciones. El objetivo de estas líneas es aportar algo de luz sobre el enredo del brexit, que a muchos ha sumido en un mar de confusiones. Es lógico, pues desde el referéndum de 2016, en que el 52 por ciento de los votantes apoyó abandonar la Unión Europea, han caído dos primeros ministros —David Cameron y Theresa May— y se han producido tres prórrogas en las fechas de la salida hasta que se hizo efectiva el 31 de enero. En general, se ha vivido un periodo tenso e inestable en torno a este asunto dentro y fuera del Reino Unido y, realmente, continuamos sobre arenas movedizas, al menos hasta que el 31 de diciembre de 2020 expire el primer plazo de transición previsto. Se ponen aquí sobre la mesa cuatro ideas: que ambas partes, los británicos y los europeístas, tienen culpa en este desgraciado divorcio; que, a corto plazo, el sufrimiento de los británicos por su salida de Europa puede ser mucho menor del que se dice; que, dado el carácter crecientemente reglamentista de la Unión, la separación puede resultar a la larga beneficiosa para el Reino Unido; y que se trata de un enfrentamiento fundamentalmente político y, por tanto, de difícil solución. punto de partida: el libre comercio. Un concepto imprescindible para entender qué entra en juego en el brexit es la libertad de comercio. Para un economista clásico como quien suscribe, lo primero que llama la atención es la general ignorancia sobre sus condiciones y beneficios. Son muchos los que, tras declararse partidarios de un intercambio internacional sin trabas, sostienen que el camino hacia la libertad comercial es la reciprocidad: no deben concederse ventajas al extranjero abriéndole nuestro mercado nacional si no es a cambio de que la otra parte consienta la misma apertura para nuestros bienes y servicios. Pero, al ver el comercio extranjero como un arma de poder estatal, se equivoca la verdadera naturaleza de esos intercambios: no comercian los Estados sino las personas y las empresas, y no lo harían si no esperaran aumentar su propio bienestar y beneficio. No hay duda de que el libre comercio favorece a los consumidores. Prueba de ello es la extraordinaria mejora de la productividad —y por tanto de los ingresos— de los más pobres gracias a la globalización: según las Naciones Unidas la proporción de personas que viven con 2,25 dólares al día cayó del 44 por ciento de la población mundial en 1975 al 14 por ciento en 2015. 44—Nuestro Tiempo  primavera 2020

El libre comercio fomenta la productividad tanto por la necesaria reacción ante la competencia foránea como por la oportunidad de utilizar en las cadenas de producción elementos intermedios venidos de fuera. Sufren temporalmente quienes detestan cualquier cambio y mejoran quienes se esfuerzan por adaptarse a las nuevas condiciones. Sin embargo, hoy muchos países desconocen los beneficios del libre mercado y, en compensación por las normativas de otros países, con el objetivo de esquivar el déficit de su balanza de pagos recurren a los aranceles y otras regulaciones mercantiles. En mi opinión, esa es una forma de hacerse daño uno mismo en respuesta a medidas de guerra comercial. La mejor política ante quien nos ataca sería declarar la liberalización unilateral de nuestro comercio. los liberales frente al ‘brexit’. No cabe engañarse; la corriente liberal ortodoxa aquí descrita es minoritaria incluso entre los partidarios del brexit y no digamos entre quienes desean permanecer en Europa. La ignorancia del modo de funcionar de una economía libre ha explicado estos años el pánico general ante la posibilidad de un divorcio sin acuerdo. No se ha comprendido que gran parte del posible coste de un brexit duro se debe a lo que muchos consideran sobrerregulación de la economía europea. Un ejemplo es el transporte aeronáutico. En Europa —y en EE. UU.— quedan excluidas del transporte de personas y mercancías aquellas compañías aéreas en cuyo accionariado no haya una mayoría del propio país. ¿Tiene esto alguna justificación económica? Ninguna, excepto la innecesaria búsqueda de protección de las aerolíneas nacionales. Un brexit duro puede hacer daño a Iberia si resulta que más de la mitad de su capital está en manos no comunitarias, pero la culpa de este mal no la tiene el brexit sino una regulación abusiva. Algo semejante puede suceder con los negocios financieros. Si la City concentra tanta actividad en la emisión y cotización de los bonos de los Estados comunitarios y de las acciones de compañías privadas del mundo entero, es por su tamaño y eficacia. Desplazar a la fuerza esa actividad a Fráncfort, París o Madrid supone un coste innecesario para los usuarios de tales servicios. Si los comunitarios se empeñan en castigar a los inversores, será en daño de todos, aunque puede ocurrir que el negocio se quede en Londres si la eficiencia de ese mercado es superior. La culpa de esos sobrecostes no la tiene —de nuevo— el brexit, sino el intervencionismo comunitario. Los británicos que defienden el brexit pero son demasiado tímidos ante una liberalización unilateral del comercio reclaman la capacidad de suscri-

En 2017 la esperanza de vida en el Reino Unido subió hasta llegar a 81,3 años. Entre las mujeres fue de 83,1 años, mayor que la de los hombres: 79,5 años.

Un ciudadano inglés pasea camino del trabajo por una calle de Greenwich, un distrito del este de Londres, ubicado en la ribera sur del Támesis.


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bir tratados comerciales independientes con otras naciones como una de las ventajas de la separación. Este grupo de brexiteros clama contra el paso cansino de las negociaciones comerciales de la Unión Europea. Recuérdese, por ejemplo, que la Europa que desaprovechó la ocasión brindada por la presidencia relativamente librecambista de Barack Obama ahora se encuentra con el rechazo radical de Donald Trump. Las conversaciones con Mercosur han durado casi veinte años y el acuerdo final está en peligro porque Macron, presionado por sus agricultores y chalecos amarillos, invoca los incendios de la Amazonia, que poca relación guardan con el libre comercio. Además, el llamado mercado único europeo, presentado como una de las ventajas de la UE, corre peligro de no completarse nunca por el rechazo de la competencia extranjera que muchos miembros muestran y por la consiguiente demanda de que se prohíba lo que se llama concurrencia injusta: todo intento de algún miembro de aligerar la regulación laboral o de reducir la carga impositiva establecida por los demás. Es verdad que en un primer momento la salida de la Unión está poniendo en duda la continuidad de algunas industrias británicas, como la del automóvil, o ciertas actividades, como la ganadera ovina y bovina. Será sin duda conveniente ayudar a los sectores afectados para transitar a nuevas formas de producción. Sin embargo, como ha dicho el más destacado defensor de la salida unilateral, el profesor de la Cardiff University Patrick Minford, el Reino Unido ha sabido renunciar en las últimas décadas del siglo pasado a la industria del acero o la minería del carbón con dolor pero ulteriormente con beneficio. De igual manera —y con las debidas compensaciones temporales— el brexit servirá para reenfocar la economía británica hacia actividades más convenientes y modernas. Como han subrayado los teóricos del crecimiento desequilibrado, la modernización de los modelos económicos pasa por dos momentos: la sustitución de la actividad agraria por la industrial y el desplazamiento de la industria por los servicios. A esto habría que añadir que los costes de transición de la salida de la UE serían menores y menos prolongados en la medida en que la economía británica se desregulara. Para los liberales, sean partidarios de la apertura unilateral o se contenten con una basada en nuevos tratados comerciales, el brexit conducirá a una mayor autonomía económica. inmigración y mercado laboral. La inmigración incontrolada y los posibles males sociales y económicos que causa se han convertido en un mito aglutinador del antieuropeísmo británico. De hecho, uno de los primeros planes del Gobierno de Boris 46—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Lo que realmente temen los locales es que la inmigración haga imposible mantener el estado de bienestar, que resulta incompatible con unas fronteras abiertas. Johnson tras las elecciones de diciembre abordó la necesidad de retomar el control de las fronteras y endurecer las condiciones de acceso al país y al mercado laboral; desde enero de 2021 se acabará el libre movimiento de personas que garantizaba la pertenencia a la UE. Además, Downing Street ha elaborado un sistema de puntos que prácticamente veta la llegada de trabajadores no cualificados o con bajo nivel de inglés. La resistencia frente a la venida de extranjeros al mercado de trabajo es especialmente aguda en las regiones más al norte, que han sufrido con mayor intensidad la reducción de los salarios y los recortes del gasto público que trajo la crisis de 2007 a 2015. Según datos de la ONU, en la actualidad hay nueve millones de inmigrantes en el Reino Unido, un 13 por ciento de sus 66 millones de habitantes, y los países con mayor presencia son Polonia, la India y Pakistán. Curiosamente, incluso los enemigos de esa llegada masiva elogian la capacidad de trabajo del obrero polaco de la construcción, o el empeño del economista francés empleado en la City, o los conocimientos de las enfermeras españolas en el National Health Service. Sin embargo, cuando ven la situación en conjunto, se despiertan su alarma y hostilidad. Con frecuencia no se dice, pero lo que realmente temen los locales es que la inmigración haga imposible mantener el estado de bienestar, que a la postre resulta incompatible con fronteras abiertas de par en par a trabajadores procedentes de países más pobres de la Unión. Esa imposibilidad se hace más clara con la llegada de refugiados políticos e inmigrantes ilegales, que a muchos dan la impresión de ser una marea imparable. A esto se añade la competencia de los extranjeros en el mercado laboral, pues suelen trabajar con más ahínco y por menos sueldo. Así se explica el apoyo al brexit de muchos sindicalistas y laboristas. Esos brexiteros buscan crear un país encerrado en sus fronteras, aislado, en el que puedan mantenerse una política social generosa, unas condiciones de trabajo cómodas y una economía más verde y regulada, basado todo ello en altos impuestos igualitarios.

Una joven cantante graba un videoclip en Vauxhall Bridge, uno de los catorce puentes que cruzan el Támesis. Doce de ellos se pueden cruzar en coche o a pie y tres en tren.

Londres sigue siendo una ciudad inspiradora para los amantes del arte y la moda. Por ejemplo, la London Fashion Week es uno de los encuentros anuales más esperados para conocer las nuevas tendencias.

Los viajeros que tengan previsto pasear por el puente de Westminster se encontrarán probablemente con gaiteros. Uno de ellos es un gallego profesor de Música que lleva en la capital británica nueve años.


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Grandes temas Todos pierden en el brexit

Esta tendencia aislacionista pudo haberse detenido. De hecho, hubo un momento en que el divorcio podría haberse evitado si Bruselas no hubiera dado calabazas a David Cameron cuando hizo un viaje en 2013 por capitales europeas en busca de concesiones para atraer a los rebeldes de su partido tory. Volvió con las manos vacías y pese a ello decidió convocar un referéndum en junio de 2016. Lo perdió. Cierto es que los partidarios de permanecer en Europa alcanzaron el porcentaje considerable de un 48 por ciento en el conjunto del Reino Unido; que en Escocia obtuvieron mayoría, ante la posibilidad de perder las subvenciones europeas; y que en Irlanda del Norte también resultaron más numerosos, en gran medida por miedo a ver alzarse otra vez una frontera entre las dos partes de la isla. Sin embargo, el brexit obtuvo una mayoría irrefutable del 52 por ciento de los votos y, por desgracia, el desenlace último ha sido la instauración de un Reino Desunido con dos mitades casi irreconciliables. Frente a los brexiteros, todavía hoy el grito de guerra de los europeístas es «Jobs, jobs, jobs!», ¡Empleos por encima de todo!, sean estos productivos o no. Así, la posible pérdida de puestos de trabajo en Gran Bretaña y otros lugares, que algunos expertos sitúan en cientos de miles, es una de las previsiones económicas más delicadas y disuasorias. Aquí otra vez se culpa a los británicos de los males que pueda causar el brexit para el empleo. El hecho de salir de la UE tiene un coste, principalmente debido a la barrera arancelaria exterior del continente. A mi modo de ver, habría que criticar más bien el proteccionismo europeo y no la salida del Reino Unido, por la reducción del mercado de los agricultores y el cierre de las industrias artificialmente aisladas de la competencia extracomunitaria. Mantenerse dentro de la UE era, por tanto, la solución de la comodidad. En todo caso, creo que las predicciones catastrofistas son exageradas: se basan en la visión mecánica de un Reino Unido sin capacidad de reacción. Hasta el momento, la incertidumbre sobre los efectos actuales y futuros del brexit supera los datos y previsiones precisas. Un estudio académico bien fundamentado sobre este asunto es The Impact of Brexit on UK Firms (publicado en septiembre de 2019), en el que seis profesores y economistas señalan un descenso en torno a un 11 por cierto en la inversión en empresas británicas y una caída entre un 2 y un 5 por cierto en la productividad de esas compañías desde el comienzo del brexit en 2016. En resumen, desde el punto de vista económico, la cuestión está todavía entre quienes temen el terremoto inmediato de un brexit duro y quienes buscan la prosperidad a largo plazo de un país abierto al mundo. 48—Nuestro Tiempo  primavera 2020

La mera posibilidad de que los tribunales y el Parlamento del Reino Unido se vean sometidos a revisión por la curia europea subleva a muchos británicos. La dificultad de predecir el futuro de una economía como la británica hace que sean los asuntos políticos los que inclinen la balanza de un lado u otro. el ‘brexit’ como política. Inglaterra y luego el Reino Unido se han opuesto tradicionalmente a los intentos de unificación del continente. Numerosos críticos de la UE, con Boris Johnson y Nigel Farage a la cabeza, han mostrado su escepticismo ante un nuevo intento de convertir a Europa en una federación a la americana, o incluso en un Estado unitario. Para ello han invocado las pruebas fallidas, desde el Imperio romano al III Reich pasando por Carlomagno, Carlos V, Felipe II o Napoleón. Según muchos de ellos, Europa ha florecido cuando los Estados que la componían se mantuvieron en continua competencia política, militar, cultural y científica. En el contexto actual, el debate público ha devuelto al primer plano una cuestión cíclica: ¿no habría sido más sensato contentarse con crear un mercado único y abierto al mundo, sin buscar la federación de nuestro continente? Las palabras del Tratado de Roma de que «los pueblos de Europa, cada vez más estrechamente unidos, están decididos a forjar un destino común» resultan difíciles de aceptar para muchos británicos. Habría bastado, dicen, con establecer las bases de una Europa mercantil abierta, completada con una alianza militar como la de la OTAN y así mantener un Reino Unido políticamente autónomo y económicamente próspero en un mundo cada vez más competitivo. Otro elemento político de la resistencia a la unificación continental, más localizado pero no menos determinante, es el de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. El Acuerdo de Viernes Santo de 1998, por el que se daba fin a la cruenta lucha entre el IRA y las fuerzas lealistas, se vio reforzado por la libre circulación de bienes y personas al quedar ambas partes dentro de la Unión Aduanera Europea. El acuerdo de octubre de 2019 mantiene el statu quo, que llegó a convertirse en uno de los puntos más delicados de la negociación entre Londres y Bruselas.

Brighton, a una hora de Londres en tren, recibe un promedio de ocho millones de turistas cada año. Es también sede de dos universidades y una escuela de Medicina. Cerca de la orilla del mar se encuentran una gran variedad de restaurantes, clubes, bares y otras atracciones turísticas.

Después de Hong Kong y Bangkok, Londres se sitúa como la tercera ciudad más visitada del mundo con más de veinte millones de entradas en 2018.


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Grandes temas Todos pierden en el brexit

Personalmente, creo que es un falso problema, pues desde 1921 los irlandeses y los británicos pueden trabajar con libertad en todo el archipiélago y lo hacen siempre con un número de la Seguridad Social, lo que impide la inmigración ilegal de residentes del resto del mundo. En cuanto a las mercancías, hay procedimientos digitales, basados en blockchain —sistema empleado por ejemplo por las criptomonedas—, que permiten la certificación de origen y la realización de trámites aduaneros en los bienes importados en las dos Irlandas. En contraste con esta postura independentista se alzaron europeístas como Tony Blair y David Cameron, que vieron necesaria la integración del Reino Unido en una entidad política de gran tamaño, capaz de mirar de tú a tú a los grandes bloques como EE. UU., China o Rusia. Pensar que la unión hace la fuerza no convenció suficientemente a los británicos. Además, su carácter escéptico se manifestó en la desconfianza hacia los políticos que aseguraron que la voz británica se escucharía más y mejor en Bruselas sin necesidad de abandonar la Unión. En el fondo, lo decisivo es la alta estima que tiene el Reino Unido de sus tradicionales instituciones. La mera posibilidad de que sus tribunales y Parlamento se vean sometidos a revisión por la curia europea subleva a muchos británicos. un avispero. Dado que nos encontramos ante una gran incógnita todavía abierta, las conclusiones de este análisis del divorcio entre el Reino Unido y la UE son inciertas y quizá distintas de las ideas que generalmente se escuchan en el continente y, en particular, en España.

POSTALES DESDE UK

La nueva sociedad del brexit El 23 de junio de 2016 el Reino Unido votó en referéndum sobre su permanencia en la Unión Europea. Ese mismo verano 50—Nuestro Tiempo  primavera 2020

En mi opinión, cualquier aproximación a este asunto debería tener en cuenta dos reflexiones básicas y de largo plazo. Una es la necesidad de incluir la teoría económica del comercio internacional en el análisis del brexit y no contentarse con ideas del montón. En efecto, el libre comercio beneficia principalmente a quien lo practica. La situación mejora si la libertad comercial es respetada por todos, pero eso no debe llevarnos a pensar que la mejor defensa contra quienes imponen aranceles a nuestras exportaciones es hacerles lo mismo. Esas dinámicas proteccionistas, impulsadas en los últimos años por países como EE. UU., son manifestaciones más políticas que económicas de lemas algo reduccionistas como el «America First». En segundo lugar, una lección que deberíamos aprender es que gran parte de los efectos negativos de este divorcio se deben a lo dolorosa que resulta la regulación e intervención en la economía por los burócratas de Bruselas. Puede hacer frío fuera de una UE escondida tras sus muros. Quizá por ello, la medicina del momento actual del brexit sea amarga para el Reino Unido. Sin embargo, no deberíamos los continentales descontar la posibilidad de progreso en aquellas islas, en cuanto hayan adaptado su estructura económica a un mundo nuevo de producción y servicios basado en las tecnologías digitales. Los peligros son muchos, desde la división del Reino Unido en tres o cuatro partes, o un creciente estatismo en la UE, hasta el fomento de hostilidades nacionalistas y un avance económico desmayado en Europa. Esperemos que, por una vez, todo lo malo que puede ocurrir no ocurra.

Gabriel González-Andrío [Com 92] realizó un trabajo fotográfico en Londres, donde triunfaron los partidarios de la permanencia, y en Brighton, ciudad de la costa sur, a 85 kilómetros de la capital, donde ganó el sí a la salida de la UE. González-Andrío es un convencido de que las ciudades hablan a través de sus gentes. Con este fotorreportaje propone «una

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reflexión visual de una sociedad cosmopolita, interreligiosa, en un momento de decisiones históricas para el futuro del país». Todas las personas que aparecen en las imágenes son protagonistas inesperadas de un recorrido donde quiso capturar sus dudas, miedos, alegrías, sueños, rutinas, tristezas, cansancio, preocupaciones… Un año más tarde, volvió a

Dos turistas toman un descanso tras visitar el centro de Londres. Unas niñas junto a un mimo en Piccadilly Circus, la gran plaza de Londres. Seis calles confluyen bajo sus pantallas.

Casi el 5 por ciento de la población de Inglaterra y Gales es musulmana. En Londres, la cifra asciende hasta el 12,4 por ciento. El 7 mayo de 2016, Sadiq Khan se convirtió en el primer alcalde musulmán de la ciudad.

esas calles, plazas y parques, en las que retrató una sociedad un poco más hastiada y dividida. La mirada de GonzálezAndrío intentó mostrar el contraste vital de dos poblaciones separadas por su diferente visión de futuro: Londres y Brighton, «tan cerca y tan lejos en cuanto a formas de pensar y vivir».


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CÁTEDRA ABIERTA Fernando Sarráis

miembros a evitar escucharse e incluso a hablar de modo negativo e hiriente. El diálogo —con uno mismo y con los demás— es clave para la felicidad, porque las personas anhelamos que nos quieran y para lograrlo es vital comunicarse. Con las palabras conocemos y nos damos a conocer. Para alcanzar ese diálogo necesitamos un ámbito donde nos escuchen con interés y nos digan lo bueno y lo malo —aunque sepan que puede doler—; un lugar en el que mostrarnos como somos, con nuestra vulnerabilidad, sin miedo a que nos fallen. Este espacio protegido de amor incondicional, escucha y sinceridad es la familia. En un ambiente así resulta sencillo aprender a respetar las opiniones distintas, crecer en empatía y optimismo, ser leales y discretos con lo que los otros nos confían. Es cierto que estas características conforman una situación ideal, pero no irrealizable. Hay que activar las alertas frente a los enemigos que atacan el diálogo familiar: el desinterés y la falta de escucha atenta, la ausencia de cariño y de admiración, el egocentrismo y la incapacidad para perdonar. Otro escollo con el que jóvenes y no tan jóvenes se topan habitualmente es la carencia de diálogo interior: muchas personas poseen un Sin una verdadera escucha, el diálogo se convierte conocimiento superficial de sí mismos porque, en su interior, en monólogo. Prestar atención con respeto y cariño solo dialogan sobre aquello que les agrada, sin profundizar en cuando alguien nos habla facilita la comunicación los anhelos más hondos, por miedo a descubrir —y sufrir por ello— que no son quienes desearían ser. y las relaciones sociales. Aprender el arte de la La comunicación muere pronto si a la pregunta «¿Qué tal el conversación requiere un clima de confianza que se día?» la respuesta es «Bien», y no somos capaces de repreguntar da especialmente en la familia. y alimentar el diálogo. Para desatascar estas situaciones resulta especialmente útil cambiar el tipo de preguntas y AZ EL FAVOR DE RECOGER TU CUARTO antes apostar por «¿Te sientes contento?», «¿Cómo te ha afectado esta situación?», «¿Te ha enfadado mucho tal hecho?»… Y, de cenar», «¿Me das dinero para el taxi?», «¿Ya después, estar dispuesto a escuchar lo que venga. La meta has hecho la tarea?», «Hoy no como aquí», «Si no es un monólogo polifónico, en el que cada cual cuenta vuelves tarde a casa, el finde que viene no sales», lo suyo, generalmente sin prestar atención a lo del otro. La «¿Puedo quedarme a dormir en casa de Inés?», «Ayuda a tu verdadera escucha implica dar una retroalimentación, con hermano a poner la mesa», «¿Me firmas este justificante para cariño y respeto, a lo que estamos oyendo, para que quien el cole?», «Otro suspenso y peligran tus vacaciones», «Se me hable constate que le están escuchando sin distorsiones, han roto las zapatillas de deporte». críticas o falsas interpretaciones. Esta conducta estimula la Las conversaciones entre padres e hijos a veces se comunicación sincera y profunda y va enseñando a los niños y parecen más a un monólogo que a un diálogo. Hablamos, a los jóvenes a emplear palabras para expresar los afectos, algo pero nos limitamos a la función pragmática y utilitarista que, a su vez, les ayudará en su diálogo interior. de la comunicación: exigencias, peticiones, avisos, dar el La habilidad de nombrar lo que sienten, parte. Y así se pierden oportunidades de poner a dialogar la cabeza y el corazón, enriquecimiento mutuo, de construcción de LA PREGUNTA DEL AUTOR descubrir y expresar sus motivaciones vínculos y de acompañamiento en el proceso y autoconocerse, unida a un diálogo de madurez de los más jóvenes. ¿Qué papel tiene saber familiar en el que priman la confianza y Los progenitores, además, contemplan escuchar en el saber la incondicionalidad son los ingredientes con asombro cómo esos chavales que en dialogar? necesarios para que nuestros hijos lleguen casa no son capaces de enlazar dos frases a ser emocionalmente independientes, más seguidas se explayan durante horas con tolerantes ante los sufrimientos cotidianos sus amigos. La justificación es sencilla: con y establecer diálogos de calidad también con los amigos se comparten intereses, gustos, sus padres y con los demás. planes, por lo que es habitual el acuerdo y muy raro el conflicto. Se trata de un diálogo @NTunav que les hace sentirse bien. En cambio, en Fernando Sarráis Oteo [PhD Med 98] es psiquiatra y Opine sobre este asunto en psicólogo, profesor de Psicopatología en la Facultad de las familias, la rutina, la excesiva confianza, Twitter. Los mejores tuits se Educación y Psicología de la Universidad de Navarra. la susceptibilidad y las rencillas surgidas publicarán en el siguiente número. de muchos pequeños roces durante años de convivencia llevan más fácilmente a sus

No hablemos: dialoguemos

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1 800 alumnos y antiguos alumnos se dieron cita en la primera feria de empleo virtual de la Universidad, en la que participaron también 67 empresas. En total se tramitaron más de tres mil solicitudes de trabajo.

CAMPUS

NOS VISITARON DARÍO VILLANUEVA

PALOMA DURÁN

MARIANO FAZIO

Académico y director de la Real Academia Española hasta 2018

Directora de la División de Políticas y Partenariados Globales de la OCDE

MANUEL MARCHENA

[12.02.20 Facultad de Filosofía y Letras] «La corrección política,

[07.03.20 Alumni College]

A lo largo de su trayectoria profesional Paloma Durán [Der 83 PhD 87 Der Can 82 PhD 83] ha ocupado una docena de cargos de responsabilidad internacional, desde participar en la Conferencia de Pekín de 1995 hasta formar parte de la delegación española en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 2004 o dirigir el Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU entre 2014 y 2018. Algunos de los colegios mayores femeninos de Pamplona y San Sebastián —Aldaz, Goimendi, Goroabe, Olabidea y Jaizkibel— invitaron a Paloma Durán al acto de imposición de becas de Alumni College, celebrado en el Museo Universidad de Navarra. Allí pronunció la lección magistral titulada «La transformación del mundo: no dejar atrás a nadie».

[12.02.20 Facultad de Derecho]

[17-28.02.20 Cancillería] «He podido comprobar cómo los sueños de san Josemaría se han hecho realidad», corroboró Mariano Fazio al terminar su visita de dos semanas a la Universidad, la primera de un delegado del Gran Canciller desde 1999. «He venido no porque las cosas vayan mal», señaló, «sino todo lo contrario, para manifestar el interés de don Fernando Ocáriz [PhD Teo 71] y su cercanía a los que hacéis posible la Universidad». Fazio, vicario auxiliar del Opus Dei, es el colaborador más estrecho del Gran Canciller. En su visita se reunió con el Rectorado, el Consejo de Dirección de la Clínica, las juntas de todas las facultades y los equipos directivos de varios centros, además de conocer los colegios mayores. Como recordatorio a los empleados, y a modo de despedida, dijo: «En la Universidad de Navarra todos son importantes».

que ha llegado para quedarse, es la nueva forma de censura, una censura perversa para la que no estamos preparados», aseguró Darío Villanueva, exdirector de la Real Academia Española, en su visita a la Facultad de Filosofía y Letras para la clase magistral del Día del Patrón. El académico defendió la necesidad de llamar a las cosas por su nombre y, para eso, de proteger de intromisiones el Diccionario. «La corrección política y la posverdad están relacionadas con el uso del lenguaje y hacen derivar la expresión real de los hechos y las opiniones hacia el eufemismo», dijo, para recordar a continuación que «el diccionario recoge palabras que existen, que no se pueden obviar, no se jalean ni se promocionan, y por eso la exigencia de censurar ciertas acepciones es inaceptable».

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Juez del Tribunal Supremo y presidente de la Sala Segunda de lo Penal

A propósito del Día del Patrón de Derecho, Manuel Marchena, juez del Tribunal Supremo, impartió la conferencia «El delito y las nuevas tecnologías». En la sesión, el magistrado hizo un repaso a la posibilidad legal de intervenir comunicaciones privadas en la investigación de crímenes y delitos. Según explicó, ha sido la prudencia de jueces y cuerpos de seguridad la que ha determinado en cada época qué tipo de comunicaciones se pueden intervenir y en qué condiciones, ya que la ley ha ido siempre rezagada con respecto a la práctica. En esta misma ocasión, Raquel Doval [Der ADE 19] y María Granados [Relaciones Internacionales 19] recibieron los Premios Extraordinarios Fin de Carrera. La tesis de Carmen Pérez [Der 12] fue laureada como la mejor del año.

Principal colaborador de Fernando Ocáriz, Gran Canciller de la Universidad


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donantes, entre particulares y empresas, permitieron en el curso 2018-19 destinar 23,3 millones de euros a proyectos, 6,91 a becas y 9,6 a investigación.

INVESTIGACIÓN TRANSVERSAL ALFOMBRA ROJA

Primeros pasos del Instituto de Ciencia de los Datos e Inteligencia Artificial La inabarcable cantidad de datos disponible hoy en día exige su tratamiento sistemático y análisis en cualquier área de investigación, ya sea una plataforma de bioinformática, un proyecto arquitectónico que valora la eficiencia energética de edificios, la promoción de los cuidados paliativos o un estudio sobre estilos de vida saludables. Los proyectos citados son solo cuatro de los que aglutina el nuevo Instituto de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial de la Universidad, adscrito a Tecnun-Escuela de Ingenieros. Se trata de un centro que nace con la voluntad de investigar, formar y propiciar la transferencia de conocimiento, particularmente a la empresa. Su director, Jesús López Fidalgo, considera que el análisis de datos constituye «un garante de la compe-

titividad de las organizaciones» en el contexto de la revolución digital. El mercado laboral requiere cada vez más profesionales especializados en este campo. «En la actualidad, se habla de millones de puestos de trabajo que se están generando en esta área y apenas existen cientos de miles de candidatos preparados. Formar a esas personas es nuestro verdadero servicio a la sociedad», explica López Fidalgo, presidente de la Sociedad de Estadística e Investigación Operativa. El Instituto atenderá de manera personalizada las diferentes demandas de las empresas, tanto si solicitan asesoramiento específico como un proyecto de consultoría más amplio. También cabe la posibilidad de diseñarles cursos, talleres o seminarios a medida para resolver de manera eficiente sus necesidades.

Además del catedrático Jesús López Fidalgo, la junta directiva del nuevo Instituto está integrada por tres subdirectores —Elisabeth Viles [PhD Fis 95], de Tecnun-Escuela de Ingenieros, Stella Maris Salvatierra, de la Facultad de Económicas, y Sergio Ardanza-Trevijano, de la Facultad de Ciencias— y un secretario, José María González Gullón [Tecnun 11]. El Instituto trabajará con personal de CEIT, Clínica y Cima, entre otros centros, y va a incorporar a quince investigadores externos de empresas como BBVA o HSBC Banca Internacional. FORMACIÓN ESPECIALIZADA

Este curso se ha inaugurado en el campus de Madrid el Máster Universitario en Big Data Science. Un grupo de 25 profesionales de empresas como Google, Telefónica, Ferrovial, PwC y Hewlett Packard forman parte de su primera promoción. El programa se imparte con formato ejecutivo y está coordinado por la Unidad de Ciencia de Datos del Instituto Cultura y Sociedad.

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CAMPUS

PUBLICACIONES

IN MEMORIAM

Pablo José Irazazábal formó a las primeras generaciones de comunicadores desde 1964. Antonio Fontán se apoyó en él para poner en marcha el Instituto de Periodismo.

[24.11.19]

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5 [09.12.19] Higinio Esteban decía de sí mismo que había plantado todo en el campus de Ibaeta en San Sebastián, desde los árboles más altos a las más pequeñas flores.

[17.01.20] Juan Manuel Elorduy, profesor emérito del IESE, fue un apoyo clave para Antonio Valero en los orígenes del proyecto de la escuela de negocios.

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1. Un joven pintor y un joven poeta se enfrentan a sendos momentos decisivos: uno, en el París de los impresionistas, necesita crear una obra maestra; el segundo, en La Habana de Fidel, se enamora por primera vez. Alberto de Lucas [PhD 18] se estrena como escritor con Entre París y La Habana. 2. ¿Es la nulidad el «divorcio de la Iglesia»? De este y otros tópicos trata María Álvarez de las Asturias [MMF 08] en La nulidad matrimonial: mitos y realidades, la obra en la que explica de forma clara y concisa este proceso canónico. 3. Isabel Coma [Med 71] ha publicado El marido de Carlota: una novela basada en hechos reales en la que la protagonista tendrá que enfrentar la enfermedad de difícil diagnóstico que padece su marido. 4. ¿Tiene sentido la figura del rey en pleno siglo xxi? La profesora Asunción de la Iglesia [Der 92 PhD 96] responde esta pregunta a lo largo de las 152 páginas de Desafíos de la monarquía parlamentaria. 5. Instabook es, en palabras de su autor, Javier Errea [Com 89], un «librito sincero y descarnado, ácido y romántico». En este volumen que tiene el tamaño de un iPhone 7 Plus, el diseñador ha recogido una selección de sus entradas de Instagram.

En recuerdo de Domingo Pellicer [07.01.20] Una de las últimas aportaciones que el

profesor Domingo Pellicer [Arq 73 PhD 77] regaló a la Universidad fue una historia muy documentada de la Escuela de Arquitectura. Catedrático de Construcciones, ocupó la dirección de Estudios (1978-1982) y la subdirección (1982-1994) del centro. Entre otros proyectos profesionales, este experto en construcción en hormigón participó como consultor en la edificación del Museo Guggenheim de Bilbao. Publicó, además, varias novelas y libros de cuentos.

Fermín Razquin recibió, poco antes de morir, la Medalla de Plata en reconocimiento al valioso servicio prestado en la Unidad de Sanitarios de la Clínica.

[20.02.20]

PREMIO INCLUSIÓN

La octava edición de los premios Diversidad e Inclusión, convocados por el Ayuntamiento de Ávila y BBVA, ha premiado dos reportajes publicados por Nuestro Tiempo: «Talentos diferentes para diseños de lujo», firmado por Teo Peñarroja [Fia Com 19] en el número 704, y una entrevista de Fernando Serrano [Com 14] a Fernando Riaño [Der 00], publicada en el número 700. 56—Nuestro Tiempo  primavera 2020


CON NOMBRE PROPIO

Cinco años de arte en el campus El 22 de enero de 2015, los reyes de España inauguraron el Museo Universidad de Navarra. Desde entonces ha acogido 32 exposiciones y se han representado 173 espectáculos de artes escénicas y música. En total, ha recibido más de medio millón de visitas durante estos cinco años. Para celebrar su aniversario, el Museo organizó una semana de puertas abiertas para la ciudad con acceso gratuito a todas las obras expuestas: desde la colección María Josefa Huarte y el Espacio José Ortiz Echagüe hasta las muestras temporales del artista japonés Hiraki Sawa y la fotógrafa británica Jane Clifford.

¿Discapacidad? No, capacidades diferentes La séptima edición del ciclo interdisciplinar Capacitarse para entender la discapacidad se acercó al «talento sin límites» de las personas con discapacidad. Tantaka, el banco de tiempo solidario de la Universidad, se propuso este año mostrar los beneficios técnicos que aportan al mundo laboral las capacidades diferentes. Los ponentes fueron Diana Bohórquez, psicóloga y directora de la empresa social Specialisterne; Enrique Pérez Montero, del Instituto de Astrofísica de Andalucía; Becky Siegel, coreógrafa directora de Kon Moción, y Óscar Rived, entrenador del equipo navarro Psicobasket Ardoi.

MEDALLAS DE PLATA

«Juntos llegamos más lejos». Con estas palabras reconoció el rector la labor de 79 profesionales que este curso han recibido la Medalla de Plata. De estos 25 años de servicio a la sociedad a través de la Universidad, Javier Mata, en representación de los galardonados, destacó también la unidad con la que se afrontan los desafíos.

Ana María Echaide [Fil 59 PhD 67] ha recibido el homenaje del Ayuntamiento de Pamplona por su labor de promoción y difusión del euskera. Como directora de la Cátedra de Lengua y Cultura Vasca de la Universidad, impulsó la creación del Diploma de Estudios Vascos en 1994. Patxi Mangado [Arq 81] va a diseñar el edificio que albergará el Museo de Ciencias y la ampliación de la Facultad de Ciencias, en el campus de Pamplona. El profesor ha recibido el Premio Nacional de Arquitectura en dos ocasiones. Rafael Domingo Oslé [Der 85 PhD 86] es el titular de la Cátedra Álvaro d’Ors, impulsada por la Universidad y la Fundación Ciudadanía y Valores. Adscrita al Instituto Cultura y Sociedad, se centrará en áreas como derecho global, espiritualidad y sociedad y liderazgo político. Luis María Uriarte, profesor de la Escuela de Arquitectura, firmará con Norman Foster la ampliación y reforma del Museo de Bellas Artes de Bilbao. Su propuesta resultó ganadora de un concurso internacional en el que participaron 57 estudios. Se prevé que el proyecto esté construido a finales de 2022.

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CAMPUS NOVEDADES

Máster en Recursos Humanos y Digitalización (campus de Madrid). Promovido por la Facultad de Económicas, este posgrado se dirige a profesionales con más de cinco años de experiencia que necesiten tener una visión completa y estratégica de los recursos humanos, conocer las últimas tendencias e impulsar la transformación digital de un negocio desde la gestión de personas. El programa se inicia en el curso 2020-2021.

La Universidad, entre las cien primeras del mundo en cinco áreas del Ranking QS Tras evaluar 13 138 programas, la edición 2020 del Ranking QS por materias ha situado a la Universidad de Navarra entre las cien mejores del mundo en las áreas de Negocios y Administración (puesto 29), Contabilidad y Finanzas, Filosofía, Enfermería y Comunicación. En el ámbito nacional, la Universidad ocupa la primera posición en el área de las Ciencias Sociales y Dirección de Empresas y también destaca en Enfermería (2.o), Filosofía (2.o), Medicina (3.o) y Arquitectura (4.o).

Programa Directivo en Industria Conectada (campus de Madrid). Fom Talent y Tecnun-Escuela de Ingenieros han lanzado un programa para afrontar con éxito la transformación digital de las organizaciones industriales. Este plan formativo incide también en la construcción de una marca personal como cimiento del liderazgo en el nuevo ecosistema de tecnologías emergentes. Programa Experto en Inteligencia Artificial (campus de San Sebastián). Orientado a graduados de cualquier disciplina de ingeniería, el programa consta de dos módulos: uno de analítica de datos y otro de inteligencia artificial. Combina la formación teórica con la práctica y se caracteriza por un enfoque industrial y la estrecha colaboración con empresas y centros de investigación.

Nace el Centro de Gobierno y Reputación de Universidades Impulsar la formación, la investigación y el asesoramiento sobre gobierno, comunicación y gestión de los intangibles en el ámbito de la educación superior son los objetivos del recién creado Centro de Gobierno y Reputación de Universidades. Esta iniciativa, dirigida por Juan Manuel Mora, vicerrector de Comunicación, da continuidad a las actividades internacionales desarrolladas desde 2015, en las que han participado más de 150 ponentes y 1 500 asistentes de treinta países.

TOP

El Navarra Center For International Development, dirigido por Luis Ravina, es el mejor think tank universitario de España y el 54 del mundo, según un informe de la Universidad de Pensilvania que analiza 8 100 centros de investigación. 58—Nuestro Tiempo  primavera 2020

El MBA del IESE se sitúa entre los mejores programas del mundo. Ocupa la primera posición en España, la cuarta en Europa y la decimotercera a nivel mundial, según el ranking de Financial Times.


Campus In memoriam Mateye

El mundo en una libreta de viajes María Teresa La Porte (1961-2020), primera mujer decana de la Facultad de Comunicación, falleció el 14 de enero en Pamplona. Hacía algo más de un año le habían diagnosticado un cáncer de mama. Dio batalla a la enfermedad con todo el ánimo del que solo era capaz Mateye; y, cuando llegó el momento, nos ayudó a todos a acompañarla en su tránsito al Cielo. texto Ana Azurmendi [Com 85 PhD 91 Teo 87 PhD 89] Me resulta difícil hacer una semblanza de Mateye La Porte [Com 85 PhD 92]. Cuento con la ventaja de que se han escrito ya varias buenísimas, incidiendo en su rica aportación a la comunicación social. A finales de 2015, por ejemplo, el Fondo de Naciones Unidas para los Objetivos de Desarrollo Sostenible invitó a Mateye a colaborar en un proyecto que combinaba a partes iguales diplomacia pública y comunicación para el desarrollo, temas que le apasionaban y en los que había trabajado durante años. Impresiona ver ahora su ponencia en YouTube. Por los recuerdos que afloran, pero sobre todo por su aplomo, su seguridad, sus tablas ante el auditorio. Para preparar esta conferencia había visitado Lund (Suecia), Nueva York y Roma, gracias al auspicio de la ONU. Viajar, para Mateye, era una necesidad vital, mucho más

que profesional. Conversar con ciudadanos de un lado y de otro, vivir desde dentro diferentes mentalidades, bastaba para inspirarle una nueva línea de estudio o una tesis doctoral. Y esto me traslada a sus primeros años de carrera académica. Tengo en mi escritorio una fotografía de Mateye en Praga. Es de noche, imposible adivinar la calle. Sé que es esta ciudad por otras imágenes similares y por una pequeña libreta de viajes que ella solía llevar, y que ahora atesoro. Principios de los noventa. La Checoslovaquia de Václav Havel era un icono de los nuevos tiempos de libertad de la aún URSS. Y allí está Mateye, rondando sus treinta, feliz, entusiasta, aventurera. Con su letra inconfundible, con sus esquemas de puntos y guiones, anota: «No publicidad. Pobreza de los servicios públicos: autobús, tranvía, cabinas de teléfono. Colas: rectísimas y de a uno. Los camareros, como

un departamento de Gobierno: uno encargado de las comidas, otro de las bebidas, otro cobra. No hay variedad en el menú. La gente volcada. Clase en el trato. Amabilidad. Seriedad. Serenidad. ¿Pasivos? Iglesia de S. Nicolás, concierto de Mozart y Haydn. Historias de algunos ciudadanos: decano de Perio-

Una treintañera Mateye en una calle de Praga a principios de los noventa.

dismo, le echan por no alabar la intervención comunista en el 68. Tramoyista. Limpiador de ventanas...». Sobrecoge esa forma de acercarse a sociedades desconocidas —entonces lo eran—, esa capacidad para traspasar fronteras y percibir las claves de un cambio político a través de encuentros con personas. Su valentía para entrar en nuevos temas sin encerrarse en el conocimiento ya adquirido no fue solo un rasgo de su investigación: Mateye era así. Revisando correos electrónicos ha aparecido uno que me ha hecho sonreír. Habíamos tomado un café, charlando sobre mil cosas. Y, en estas, recibí una foto de una convocatoria para investigar sobre la desinformación en España: «Ana, ¿te vas a lanzar? ¿Hacemos algo juntas?». Era febrero de 2019. Mateye seguía rompiendo fronteras y, lo mejor, seguía envolviendo a otros con su entusiasmo. Nt

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Campus Los años 50 y 60 de la Universidad

«LOS DE LA MALETA»

Constructores de un sueño La sala de profesores de Rectorado ha sido testigo este curso de un reencuentro histórico: tres de los primeros profesores y tres de los primeros alumnos de la Universidad se dieron cita en una mesa redonda. Fernando González Ollé, Diego Martínez-Caro, Carmen Castillo, Inés Dorronsoro, Pilar Seguín y Javier Arregui compartieron con Nuestro Tiempo los recuerdos, esfuerzos e ilusiones de aquellas décadas iniciales, así como sus sueños de entonces y de ahora para la Universidad que ayudaron a construir cuando el campus era Pamplona. texto Lucía Martínez Alcalde [Fia 12 Com 14] colaboradores Ana Eva Fraile [Com 99] y Teo Peñarroja [Fia Com 19] foto Archivo Fotográfico un domingo de agosto de 1955, Fernando González Ollé, un joven profesor y filólogo de veintiséis años, se encontró en la Gran Vía de Bilbao con don Ismael Sánchez Bella. González Ollé había viajado desde Santander —donde impartía un curso de verano para extranjeros— para pasar el día con unos amigos. En aquella conversación, de pie, en medio de la acera, decidió incorporarse al entonces Estudio General de Navarra. Hace casi siete décadas, cuando el campus de la Universidad era Pamplona, y los alumnos se repartían entre la Cámara de Comptos y la última planta del Museo de Navarra, donde aquel año comenzaba la Facultad de Filosofía y Letras. González Ollé recuerda a las cinco alumnas, la primera promoción al completo, «permanentemente encogidas y amedrentadas, siempre en piña por el edificio». Por contraste, los profesores las designaban en privado a veces «las san60—Nuestro Tiempo  primavera 2020

guinarias», título de una película en boga. Cuando Pilar Seguín se matriculó en la Facultad en 1958, no se sintió asustada. Pilar recuerda que su primera clase la recibió de González Ollé: «Era muy exigente, pero daba mucho más de lo que exigía. El ambiente era de proximidad y respeto». Ella había estudiado antes Magisterio. Su padre siempre había tenido claro que sus tres hijas harían una carrera: «Tenéis que valeros por vosotras mismas», les decía. «Las chicas de letras», como las llamaba don Ismael, ocupaban el lado izquierdo del único pasillo en la tercera planta del Museo. Al otro lado, los estudiantes de Derecho, entre los que se encontraba Iñaki Ochoa de Olza, con el que Pilar se casaría años más tarde, compañero y amigo de Javier Arregui, de la sexta promoción de Derecho. Habían tenido los primeros cursos en la Cámara de Comptos, y en tercero pasaron al Museo. La Universidad crecía, poco a poco, y a finales de los cincuenta

contaba con más de trescientos estudiantes. En su clase eran cuarenta alumnos. Antes de que hubiera una biblioteca universitaria unificada, iban a estudiar a las casas de unos y de otros. «La semana anterior a los exámenes finales se convertía en nocturna. Las madres sacaban postres caseros para endulzar las veladas de estudio», recuerda Javier. En agosto de 1958, desembarcó Diego Martínez-Caro desde Roma llevando en su maleta la misión de apoyar los inicios de la Facultad de Medicina y las palabras de san Josemaría, fundador de la Universidad, antes de emprender el viaje: «¡Sueña y te quedarás corto!». Tenía veintisiete años, había estudiado la carrera en Sevilla, su ciudad natal, y en Barcelona; después había comenzado en París la especialización en Cardiología, que continuó en 1956 en Roma. Sus planes de volver a Francia para seguir con su formación cambiaron de rumbo ante la pregunta de san Josemaría


De izquierda a derecha; de pie: Inés Dorronsoro, Javier Arregui, Pilar Seguín y Diego MartínezCaro. Sentados: Carmen Castillo y Fernando González Ollé.

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en la primavera de 1958: «¿A ti te importaría ir a Pamplona?». Un año después, ponía en marcha la Escuela Médica de Posgraduados, el embrión de la Clínica, uno de esos sueños que estaban por cumplirse. En la Facultad de Medicina comenzaba en otoño de 1958 Inés Dorronsoro, una de las nueve mujeres de la quinta promoción. El resto de sus compañeras del bachillerato se había ido a estudiar a Valladolid, pero su padre, médico de profesión, al oír que el doctor Ortiz de Landázuri había llegado a Pamplona pensó que esa incipiente universidad iba en serio y fue a visitarla. Cuando vio que había un microscopio para cada dos alumnos y posibilidad de disponer de cadáveres para disección, no lo dudó. Tenían las clases entre la Cámara de Comptos, el Museo de Navarra y la Escuela Vieja, un edificio antiguo en la zona del Hospital de Navarra. Aunque pronto abrieron el Pabellón F —en el propio recinto del hospital, para las prácticas de los estudiantes— y la Escuela Nueva, el primer edificio del campus de la Universidad —parte del actual edificio de Investigación—. En 1960, año en que el Estudio General pasó a ser Universidad de Navarra y se colocó la primera piedra del edificio Central, llegó a Pamplona Carmen Castillo, una joven licenciada en Filología Clásica. Había estudiado los dos primeros años en Granada, su ciudad natal, y luego en Madrid. Inició la tesis bajo la dirección de Álvaro d’Ors y Antonio García Bellido, y se matriculó en Periodismo. Carmen conocía a Antonio Fontán, entonces decano de Filosofía y Letras, porque había ido a sus

clases en Granada, y le solicitó una plaza en su departamento. Comenzó como profesora ayudante de Historia Antigua, pero el profesor titular de la asignatura se puso enfermo y la joven doctoranda se tuvo que hacer cargo de aquellos alumnos de cuarto curso. Así, Carmen se dividía entre la tesis, las clases a las que asistía en la Cámara de Comptos y las lecciones que impartía en el Museo de Navarra, mientras repasaba sus apuntes a toda carrera por la cuesta de Santo Domingo. En aquellos años, podía distinguirse fácilmente a los alumnos de la Universidad por el centro histórico de Pamplona luciendo su uniforme con el escudo de Aralar bordado en la chaqueta. Ellos, americana azul y pantalón gris. Ellas, falda tableada. Acudían a sus clases en Comptos y en el Museo de Navarra, paseaban por Carlos III. Durante unos años Rectorado estuvo en un cuarto piso del número 44 de la plaza del Castillo, donde también comenzó la biblioteca de Derecho. La biblioteca de Humanidades tenía su entrada por la calle San Antón, en una casa de vecinos, y las ventanas daban a la plaza de San Francisco; la de Derecho Canónico pasó de la plaza Conde de Rodezno a un chalet de la Media Luna. En la calle Paulino Caballero se encontraba la redacción de Nuestro Tiempo. Cuando el campus era Pamplona. pioneros en una universidad que aún no se llamaba universidad. En la España de los años cincuenta el número de universidades no alcanzaba la veintena. González Ollé resalta el

En 1961 se comenzaron las obras de la Escuela Médica de Posgraduados, embrión de lo que sería luego la Clínica Universidad de Navarra. Empezó a funcionar en 1962. 62—Nuestro Tiempo  primavera 2020

«optimismo desbordante» de don Ismael Sánchez Bella a la hora de empezar desde cero: «No teníamos ningún empacho en comentárselo amistosamente a él mismo. Estaba archiseguro de que la Universidad de Navarra iba a ser relevante. Y, cuando había que rectificar el rumbo de la nave, lo hacía con absoluta serenidad». Al profesor González Ollé le ilusionaba formar parte de sus orígenes. Reinaba la confianza en el proyecto, sin pensar en las dificultades que vendrían. Entre esos escollos resalta la ausencia de una biblioteca: «Cuando llegué, de mi materia no había más libros que los que yo traía, como Orígenes del español, de Menéndez Pidal, la Historia de la Lengua española, de Lapesa, o The Philosophy of Grammar, de Jespersen». Para una amante de los libros como Carmen Castillo, una convencida de que una universidad sin biblioteca no es una universidad, la falta de una colección unificada también significó un reto. En sus años de doctoranda, trabajaba unas horas en la biblioteca del chalecito de la Media Luna: «No teníamos mucho dinero pero los libros que pedíamos nos los traían. Y así fuimos consiguiendo volúmenes de las distintas especialidades». Del chalet se trasladaron a los sótanos del Central: de esa época recuerda el ruido de las máquinas que iban puliendo el suelo del edificio sobre sus cabezas. La construcción de la Biblioteca de Humanidades no se terminaría hasta 1966. A Carmen no le generaba incertidumbre embarcarse como profesora en un centro académico tan joven y con pocos medios: «Es como si yo hubiese Carmen Castillo en 1970. Es la segunda mujer catedrática de Filología Latina en España. Obtuvo el título en 1972. En su trayectoria académica sus grandes maestros fueron Antonio Fontán y Álvaro d'Ors. Mientras preparaba la tesis, estudió Periodismo en la Universidad.


nacido para la Universidad. Para mí estar aquí era lo propio». Al llegar a Pamplona, Diego MartínezCaro se puso a disposición de Juan Jiménez Vargas, primer decano de la Facultad de Medicina. Se conocían de Barcelona. «Creo que él urdió mi venida», afirma Martínez-Caro. Aunque no existía el cargo de vicedecano aún, empezó a desempeñar esas funciones. Recuerda con emoción su trabajo junto a Jiménez Vargas: «Arrimaba el hombro de una manera heroica. Había dejado su puesto de catedrático en Barcelona para involucrarse en este proyecto con todo por hacer. Yo le ayudaba a organizar los horarios de las clases, a distribuir las pocas aulas que había, a atender a los alumnos, a programar las asignaturas médicas... Él supervisaba y al mismo tiempo daba mucha cuerda libre a la gente, y eso que la mayoría éramos jovencillos sin mucha experiencia. Pero se fiaba». En esa época también se incorporó a la Facultad de Medicina Eduardo Ortiz de Landázuri. «Los que le rodeábamos en esos primeros años quizá no éramos capaces de apreciar en toda su dimensión la enorme fe que demostró dejándolo todo en Granada, para embarcarse en un proyecto que aún no era nada más que ilusión y optimismo en torno a una idea del Gran Canciller», destaca Martínez-Caro. Ortiz de Landázuri desde el principio quiso ver pacientes, por lo que organizó una consulta en la Escuela Nueva, con diferentes especialidades. Martínez-Caro se encargaba de los informes cardiológicos: «Junto al aula donde atendíamos enfermos,

don Eduardo instaló un pequeño aparato de rayos X que se trajo de su consulta. Yo monté un electrocardiógrafo bastante primitivo cuyos trazados fotográficos revelaba en un diminuto cuarto oscuro en el hueco de una escalera». El embrión de la Clínica no tardó en gestarse: «Se deseaba un centro hospitalario donde se pudiera llevar a cabo el desarrollo y perfeccionamiento de la actividad clínica de los profesores de la Facultad y la formación de los posgraduados, tanto médicos como enfermeras», explica el cardiólogo. A finales de 1958, el Estudio General había adquirido un terreno de unos 15 000 m2 en el desvío de la carretera de Logroño, hacia la entrada del Hospital de Navarra. En 1960 obtuvieron la aprobación para iniciar el proyecto. El responsable sería Diego Martínez-Caro. En junio comenzaron las obras de la primera fase y a finales de septiembre de 1961 se terminaron. En un pequeño equipo, encabezado por Martínez-Caro, recayó el control de las obras del edificio, la organización de la Clínica, la contratación del personal y la compra de los equipos médicos. El doctor recuerda cómo tuvieron que pensar hasta el diseño del anagrama que aparecería en la vajilla, las toallas y las sábanas. En 1963, el doctor Manuel Evangelista Benítez, experto en gerencia hospitalaria, relevó como director en la Clínica a Martínez-Caro. Ese mismo año a él le nombraron vicedecano de Medicina, cargo que desempeñó hasta 1966, cuando pasó a ser director de Estudios de la Universidad. Pero siguió ligado a la Clínica. Continúa,

Un grupo de estudiantes de la Universidad paseando por la plaza del Castillo con sus uniformes. De fondo se ve el bar Bearin, donde Javier Arregui celebró su paso de ecuador.

de hecho, yendo todas las mañanas a saludar a la gente, ha dado varias sesiones en la sede en Madrid —donde trabajan dos sobrinas suyas— y asegura que en los veinte años que lleva jubilado no ha tenido ocasión de aburrirse. Además de su apoyo a la Clínica, dedica su tiempo a investigar y a escribir libros, más de quince desde 2001. los surcos que abrieron los primeros. Martínez-Caro confiesa que, antes de incorporarse a la Universidad, creía que no llegaría a ver en la recién nacida Facultad de Medicina personal que se dedicara a investigar con el material y los aparatos necesarios: «Al contemplar ahora el edificio del Cima y el alto nivel científico de los equipos pienso en lo que me decía san Josemaría y en lo corto que me quedaba yo cuando soñaba». Pero, incluso en esos primeros años, Inés Dorronsoro no recuerda que hubiera pocos medios: «Para mí todo estaba perfecto, muy cuidado». Lo que sí preocupaba a los alumnos era el reconocimiento oficial de sus títulos. En 1.º les tocó examinarse en Zaragoza. En 2.º, con el Estudio General ya erigido como Universidad, parecía que no haría falta, pero, a finales de agosto, «don Ismael nos explicó por carta que las gestiones se habían torcido y que sí tendríamos que ir a Zaragoza». Pilar Seguín cuenta que aquellas excursiones a Zaragoza en un autobús que se llamaba El Flecha solían tener un aire festivo: «Nos emocionaba ir a una ciudad grande porque rezumaba libertad. Otra cosa era el trayecto de vuelta: los resultados de las

Diego Martínez-Caro, a la izquierda, con Francisco Ponz —entonces rector—, don Ramón García de Haro y Eduardo Ortiz de Landázuri, en 1970, saliendo del edificio Central. primavera 2020  Nuestro Tiempo —63


pruebas se recibían allí mismo y había auténticas escabechinas». Aunque también recuerda que otros profesores de Zaragoza respetaban la nota que les había puesto el catedrático de Navarra. Por ejemplo, el de Latín siempre decía: «Las chicas de Fontán, que salgan». Y las exoneraba. Inés tuvo la misma experiencia con algunas de sus asignaturas: el titular de Anatomía conocía al profesor de Pamplona, Luis María Gonzalo, y les dejaba la misma nota. En 1962, con el reconocimiento civil de los estudios realizados en la Universidad, las carreras se equipararon plenamente a las impartidas en los centros estatales y se acabaron las excursiones en El Flecha. Al comienzo de esta mesa redonda, moderada por el profesor de Historia Pablo Pérez, en la que se unieron los tres profesores y los tres alumnos, Pilar Seguín se acercó a González Ollé y, como ella, por su experiencia docente, reconoce que cuando la saludan antiguos alumnos por la calle les suele preguntar su nombre y de qué promoción son, se presentó: «Don Fernando, soy Pilar Seguín». Entonces, él la miró y le dijo: «¿Y qué hace doña Pilar Seguín sin doña Esther Guibert?». Esther, Teté, es la amiga inseparable de Pilar. Estudiaron juntas Magisterio y juntas se matricularon en el Museo de Navarra. Ambas hicieron la especialidad en Historia. A Fernando González Ollé por aquellos años le llamaban Ferdi. «Tenía mucha retranca en sus clases. Era uno de los huesos de la carrera, pero me encantaba lo que explicaba. Impartía Lengua en 1.º y Literatura en 2.º. Todos tomábamos

apuntes como locos. No regalaba las notas», recuerda Pilar. A pesar de su juventud y su rostro amable, Carmen Castillo se hizo, sin pretenderlo, con fama de dura: «La primera vez que tuve que examinar esperé a que los alumnos entraran en el aula y sacaran la papeleta. Yo permanecí inmutable mientras los escuchaba, porque no estaba segura de las respuestas. Pude parecerles un ogro, pero no era más que miedo». Aunque siempre ha sido conocida por su exigencia, muchos estudiantes guardan un buen recuerdo de aquellas clases en las que «intentaba unir la exigencia con atender personalmente en lo que hiciera falta a cada uno». Así, por ejemplo, no dudó en ayudar a unas graduadas que le pidieron que les preparara para las oposiciones de instituto. Repasa también con cariño los nombres de alumnos que ahora son profesores en la Universidad: Rafael Alvira —«de mi primera promoción, era muy buen estudiante»—, Ignacio Arellano, Concha Martínez Pasamar y Cristina Tabernero —«rivalizaban entre ellas para ver quién era mejor»—, Inés Olza —del último curso en el que dio clase—... La actividad investigadora de Carmen no acabó en 2002 con su jubilación: acude a su despachito en Pamplona —donde atesora su propia biblioteca— cuatro horas cada día y se reúne con dos alumnas internas de la Facultad que le ayudan en la tarea profesional que continúa realizando. De esos ratos de trabajo han salido en los últimos años varios títulos de la colección «Doce uvas» de Rialp y una edición de es-

Rafael Echevarría con los estudiantes del Instituto de Periodismo, creado en 1958. Los primeros años las clases se impartieron en Comptos y después en el edificio Central. 64—Nuestro Tiempo  primavera 2020

critos reunidos titulada Scripta Senecana en la Editorial Académica Española. «Todos los profesores eran muy cariñosos, te exigían pero se volcaban», afirma Inés Dorronsoro. Y rememora los dibujos de Anatomía de Luis María Gonzalo —«una maravilla, cómo pintaba»—, el verano en el que Jiménez Vargas la invitó a trabajar con él, lo didáctico que era Gonzalo Herranz —«y nos traía bombones el día de su cumpleaños»—. De Ortiz de Landázuri resalta su inquietud: «Cuando volví de Estados Unidos y trabajé en la Clínica, él venía a preguntarme por temas que yo había investigado en mi estancia fuera y me pedía bibliografía. Su ejemplo te animaba a estar al día». Inés se casó con Ramón Díaz, su novio de toda la carrera y alumno de la primera promoción de Medicina, el 26 de junio de 1965, en la capilla universitaria del Museo de Navarra. La víspera de la boda tuvo su último examen: Historia de la Medicina con el profesor Juan Antonio Paniagua. Los recién casados se fueron a Wisconsin, porque Ramón tenía una beca de posdoc del National Institute of Health. Ella trabajó en la Universidad de Wisconsin, aunque tenían claro el futuro: «Nuestra ilusión era formarnos y volver a Pamplona». Y así lo hicieron, en el 68, con tres nuevos miembros más en su joven familia. Del 71 al 73 se trasladaron a Francia, donde Ramón siguió investigando y a Inés la contrataron en la Universidad de Tours. A su regreso a Pamplona, defendió la tesis que había empezado en el país vecino. «Bajaba las persianas para que los niños [entonces ya

De izquierda a derecha: Pilar Seguín, Fermín Lorda (Derecho), Marisol Saracíbar (Historia), Esther Guibert (Historia) y M.ª Jesús Beunza (Periodismo). Detrás: M.ª Ángeles Gastón (Historia).


cinco] pensaran que era de noche y durmieran y yo me ponía a escribir», recuerda. Inés fue profesora adjunta de Microbiología y jefe de sección en la Universidad y en la Clínica hasta 1982. Ese año consiguió por oposición la plaza de jefe del servicio de Microbiología en el Hospital de Navarra, trabajo que desempeñó durante veinticinco años, compatibilizándolo con una familia en crecimiento —en 1992 nació su décimo y último hijo—. Como docente y alumna, Inés corrobora el afán y la ilusión de los profesores por sacar adelante la Universidad, cómo se implicaban con los estudiantes más allá de lo exclusivamente académico. Pilar destaca además que los profesores impulsaban su inquietud intelectual, así como el espíritu crítico, y afirma que la Universidad le ha dado «las herramientas para crecer: para ser consciente de quién soy, de dónde estoy, de quiénes son los que me rodean; una base importantísima para ejercitarme en la vida profesional». Sus primeros trabajos fueron en la Escuela Normal de Maestras de Pamplona. Después impartió clases en la Escuela de Turismo de San Sebastián y en la Facultad de Geografía e Historia guipuzcoana. El resto de su dedicación ha estado vinculada al Instituto Navarro de Estudios Turísticos, en Pamplona, como profesora de Historia del Arte y de Geografía, y, durante una época, como directora. De esos tiempos explicando Geografía señala cómo le sirvieron los apuntes de Alfredo Floristán. Entre sus maestros recuerda también con cariño a Leonardo Polo: «A veces nos decía: “Mañana vamos Fernando González Ollé en 1977. Se incorporó a la Universidad como profesor en 1955 tras un encuentro con don Ismael Sánchez Bella. Lleva investigando más de sesenta años. Cada día, baja al campus a su puesto en la Biblioteca, como hacía antes de jubilarse, en el año 2000.

a tener examen a las cinco de la tarde; si ustedes quieren pueden venir a las cuatro y tomamos café antes juntos”. Y durante el café, en el propio Museo, nos orientaba: “Pues les voy a preguntar a ustedes algo de Kant”». La lista de profesores que dejaron huella en Javier Arregui es larga. Para su curso un hombre muy significativo fue José Javier López-Jacoiste, notario y catedrático navarro de Derecho Civil, «que era la rama troncal por excelencia en nuestra carrera»: «Hacía disertaciones tan amenas que conseguían revelar la entraña de todos los conceptos básicos. Era un hombre con un carácter espléndido». También recuerda especialmente a Francisco Sancho Rebullida, «un hombre humilde, bueno, santo y sabio». De Francisco Gómez Antón, que entonces tenía unos pocos años más que los propios alumnos, cuenta que convertía una materia árida como Derecho Administrativo en una fórmula de enseñar deleitando, divirtiendo: «Era un genio». De todos resalta Javier su cercanía y su disponibilidad para resolver dudas o ampliar información. Muchos de aquellos primeros profesores de los años cincuenta y sesenta de la Universidad eran muy jóvenes y compartían su vocación universitaria «entendida como dedicación a la enseñanza y a la investigación», en palabras de González Ollé. También les unía su «confianza en la empresa: contábamos con el optimismo de don Ismael y con que la idea inicial era de san Josemaría y él había rezado mucho por esto».

una biblioteca para una universidad. «Llevo investigando más de sesenta años. No sé hacer otra cosa», asegura González Ollé, quien, cada día, acude a su puesto en la Biblioteca, como hacía antes de jubilarse en 2000. Estudió Filología Románica en Madrid y allí se doctoró con premio extraordinario. Entre sus profesores figuraban Rodríguez Adrados, Dámaso Alonso y Lapesa, quienes le propusieron como miembro correspondiente de la RAE, a la que ingresó en 1985. En su alma mater ejerció de profesor ayudante y luego fue catedrático en las universidades de Murcia, Granada y Navarra, aunque su docencia se ha extendido a centros de Hispanoamérica y Japón. Que su trabajo le apasiona lo reflejan sus más de doscientas publicaciones. La última data de 2019. Uno de los maestros de Carmen Castillo fue Álvaro d’Ors, cuya labor resultó fundamental para la Biblioteca de la Universidad. Sus criterios marcaron la distribución por ciencias y materias, y las profesionales, formadas en la Escuela de Bibliotecarias que él había creado, pusieron en marcha el servicio de préstamo de libros. Confiesa que a d’Ors no le hizo mucha gracia su decisión de estudiar Periodismo, por temor a que la distrajera de la tesis. Carmen se había matriculado porque se dio cuenta de que no sabía casi nada de la sociedad en la que vivía «y eso no estaba bien, había que salirse un poco de la Roma clásica y estar en el mundo». Aunque no ha ejercido nunca como periodista, dice que aquellas clases le proporcionaron un interés permanente por la actualidad.

Festividad de Santo Tomás de Aquino, patrón de la Universidad, en 1957. Se celebraba con una misa, un desfile y una comida. También eran muy señalados los días del patrón de cada facultad. primavera 2020  Nuestro Tiempo —65


Río Arga

rga oA Rí

1952 Cámara de Comptos. El primer curso de Derecho se inicia con 48 alumnos y 8 profesores. En 1958 acoge también a los estudiantes del Instituto de Periodismo. Catedral

1955 Museo de Navarra Nace la Facultad de Filosofía y Letras, en la última planta. En su capilla se celebraron bodas de graduados.

1959 Pabellón F En enero se instaura la docencia clínica en el Pabellón F del hospital.

1955 Escuela Vieja Pequeño edificio del Hospital de Navarra y laboratorio de Sanidad, cedido por la Diputación, donde se trasladan los alumnos de 2.o de Medicina.

1966 Ermita

Av da .P ío XI I Avd a. S anc ho e l

66—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Bar Bearin Plaza del Castillo

Teatro Gayarre Avda. Carlos III

Ejér cito

ciudadela

Antigua Estación de Autobuses Donde cogían el autobús para examinarse en Zaragoza.

Fue rte

ro ier lH e d te en u F C/

Niza c/ Duque de Ahumada

1962 Colegio Mayor Belagua (fase I)

'Nuestro Tiempo' Su primera sede en Pamplona estuvo en la c/ Paulino Caballero. milagrosa

iturrama

Avd a. d e

1952 Salón del Consejo Foral de Navarra, en la Diputación El 17 de octubre se celebra el primer acto académico de la futura Universidad.

Na var ra

1966 Biblioteca Humanidades

1963 Colegio Mayor Goimendi

Llegar a ser la segunda mujer catedrática de Filología Latina en España no resultó sencillo. Antonio Fontán, uno de sus maestros, le había dicho: «Tiene dos dificultades: una, ser mujer; y otra, ir desde aquí [una universidad no estatal]». En 1965 leyó la tesis en Madrid y tres años después consiguió por oposición el títu-

Café Iruña Plaza del Castillo

Avd a. de l

1958 Escuela Nueva. Primer edificio del campus de la Universidad, que es ahora parte del actual edificio de Investigación. Allí instaló Eduardo Ortiz de Landázuri su primera consulta. 1961 Primera Fase de la Clínica

Frontón Labrit

Avda. Zaragoza

ona Avda. Bay

1955 Hospital General de Navarra Las alumnas de Enfermería hacían allí sus prácticas.

casco viejo

Piso en la calle San Antón. Biblioteca de Humanidades.

san juan

a Arg Río

Cuesta de Santo Domingo. Salida de los desfiles de apertura y Santo Tomás de Aquino.

LA UNIVERSIDAD Y PAMPLONA

1964 Edificio Central. Sus obras comenzaron en agosto de 1961, empieza a funcionar como sede de los servicios centrales y de las facultades ya existentes (salvo Medicina y Enfermería).

lo de profesora agregada. Tras obtener por concurso el título de catedrática en 1972, se trasladó a la Universidad de La Laguna, en Tenerife, durante un año. En su despacho apareció Manuel Ferrer, entonces decano de Filosofía y Letras en Pamplona, aprovechando su asistencia a un congreso de Geografía, para proponer-

le volver a Navarra. «No tuvo que insistir demasiado», admite Carmen. un pequeño campus abierto al mundo. Además del papel crucial de Álvaro d’Ors en la Biblioteca, Carmen Castillo destaca también todo lo que hizo para favorecer la internacionalización: «Era


HITOS UNAV Río Arga

1952

Hoteles La Perla y Maisonave Alojamientos de don Ismael al llegar a Pamplona.

abril. La Universidad, fundada por san Josemaría Escrivá, nace como Estudio General de Navarra. octubre. Se inicia la Escuela de Derecho. 1954

Oficinas y biblioteca de Derecho Plaza del Castillo, 44 Miami Avda. de Franco (actual Baja Navarra) Chalet de la Media Luna Biblioteca de Derecho Canónico durante unos años (antes había estado en plaza Conde de Rodezno)

ii ensanche

Maxi c/Olite

1955 Colegio Mayor Aralar

octubre. Don Ismael Sánchez Bella es nombrado rector. Se crean las escuelas de Medicina y Enfermería. 1955

Nace la Facultad de Filosofía y Letras. 1958

Inauguración de la Escuela Nueva, primer edificio del campus actual. Empieza el Instituto de Periodismo.

octubre. Se coloca la primera piedra del edificio Central. 1962

El Estado reconoce a efectos civiles los estudios realizados en la Universidad. Se inaugura la primera fase de la Clínica. 1964

septiembre. Comienzan los estudios de las Facultades de Ciencias, Farmacia, la Escuela Técnica Superior de Arquitectura y la especialidad de Filosofía en Filosofía y Letras. octubre. El Gran Canciller otorga por primera vez el grado de doctor honoris causa. noviembre. La Asociación de Amigos celebra su primera Asamblea General.

1959

Se pone en marcha la Escuela Médica de Posgraduados como embrión de la Clínica. enero. Nace la Asociación de Amigos.

1966

Francisco Ponz toma posesión como rector. En diciembre, se coloca en la Ermita la imagen de la Virgen Madre del Amor Hermoso.

1960

lezkairu

Primeras sedes de la universidad. Primeros edificios del campus. Sitios frecuentados por los estudiantes.

conocido en Europa y tenía muchos contactos. Invitaba a conferenciantes de fuera y también nos impulsaba a los profesores a participar en eventos internacionales. Gracias a esa inquietud, conocí Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Grecia, Rumanía y Bulgaria». Para su primer congreso en el extranjero viajó a Cambridge.

febrero. José M.ª Albareda toma posesión como rector. agosto. La Santa Sede erige como Universidad al Estudio General de Navarra. San Josemaría es nombrado Gran Canciller. octubre. San Josemaría recibe el título de Hijo Adoptivo de Pamplona. Se compra el solar donde está ahora la Clínica.

Era muy joven, acababa de leer la tesis y era la única española: «Los franceses me decían con cierta guasa: “¿Así que usted es la representante de España?”». En mayo de 1964 Fernando González Ollé impartió un programa en la Universidad de l’Ouest y convenció a un grupo de estudiantes franceses de que se matri-

1967

octubre. Segundo acto de investidura de doctores honoris causa. octubre. La Asociación de Amigos celebra en Pamplona una multitudinaria Asamblea General a la que asisten 30 000 personas. El Gran Canciller celebra una Misa en la que pronuncia la conocida como «homilía del campus».

culasen en los cursos de verano de Lengua y Cultura Españolas en Pamplona, que dirigía el propio González Ollé. En total aquel año un centenar de jóvenes procedentes de Inglaterra, Marruecos, Francia, Norteamérica y Alemania participaron en ese curso. La experiencia se repitió otros veranos. primavera 2020  Nuestro Tiempo —67


Desde la Facultad de Medicina también se promovió desde los primeros años la incorporación de alumnos de toda América. En 1966, el doctor Martínez-Caro consiguió una subvención de la OMS para visitar facultades de Kenia, Congo, Nigeria y Uganda, donde entrevistó a jóvenes que quisieran estudiar en Navarra. Por entonces ya había algunos alumnos africanos en el campus. En la orla de Inés Dorronsoro aparece Rafael Obiang, un compañero que llegó a ser ministro de Guinea. Ya retirada, cuando Inés daba por sentado que no se dedicaría más a la microbiología, África la llamó. Desde el hospital de Monkole, en la República Democrática del Congo, solicitaban la ayuda de médicos recién jubilados. En 2009, Ramón —su marido—, Antonio Medarde —de la cuarta promoción de Medicina— y ella estuvieron unas semanas allí. Inés volvió unos años después. Ahora es la presidenta de ONAY (Organización Navarra para la Ayuda entre los Pueblos), ONGD que colabora estrechamente con el centro congoleño. la vida universitaria en la pamplona de los sesenta. La vida universitaria bullía desde los comienzos: deporte, representaciones teatrales, pasos del ecuador, fiestas —guateques entonces—, días del patrón… Pero, como recuerda Pilar Seguín, eran otros tiempos. Apenas había cafeterías. Durante su carrera se abrió Miami, que estaba en la avenida de Franco —actual Baja Navarra—. Un poco más tarde Maxi, en la calle Olite, y

el mítico Niza. «Además, era impensable que una chica entrara sola en un bar. Siempre íbamos con un chico o en grupo. Aunque hacia el 63 eso fue cambiando», puntualiza Pilar. Para Javier Arregui el bar por excelencia era el Bilbao, al lado de Comptos. Allí, por dos pesetas tenían la banderilla, y por veinte céntimos el vaso de vino. También recuerda el bar Bearin, en la plaza del Castillo, donde celebraron un 20 de febrero de hace más de sesenta años su paso de ecuador. «En el Museo todos nos conocíamos y sabíamos quién estaba por quién», confiesa Pilar. Su historia de amor con Iñaki empezó entre tímidos saludos: «Hasta que un día, mientras yo iba a la modista, me abordó en la calle. Llovía y me dijo: “¿Te puedo acompañar?”». Ella estudiaba 2.º e Iñaki 3.º. Se casaron en el 66, en la capilla del Museo. De sus cuatro hijos, Iñaki, el mayor, se matriculó en Filosofía en la Universidad pero en 3.º les dijo a sus padres que había elegido otro camino: la montaña. A lo largo de su vida alcanzó la cima de doce ochomiles. Falleció en 2008 en el Annapurna (Nepal). Pilar recuerda con emoción los mensajes de apoyo que recibió de sus compañeros y lo arropada que se sintió durante la misa en el campus por su hijo. Iñaki Ochoa de Olza padre pertenecía al grupo de teatro e incluso representaron obras en el Gayarre. Pilar menciona Historia de un soldado, con música de Stravinsky. Javier Arregui afirma que Iñaki «tenía una mente prodigiosa, era capaz de escribir 35 versos en un minuto y ga-

naba certámenes literarios nacionales». Se conocían de haber estudiado juntos en Escolapios. Durante los exámenes Iñaki le recomendaba que comiera plátanos y miel para rendir más. Javier participó en la obra Esperando a Godot, jugaba en el Trofeo Rector y fue integrante del primer equipo de baloncesto. En la década de los sesenta, el campus vivió acontecimientos importantes, entre los que destaca la colocación de la primera piedra de la Universidad, el 25 de octubre de 1960: «Recuerdo ese día perfectamente. Fue una gran fiesta», dice Pilar. En octubre de 1967 se concedieron los segundos doctorados honoris causa. La Asociación de Amigos celebró una asamblea general a la que acudieron treinta mil personas y san Josemaría pronunció la conocida como «homilía del campus» en una misa al aire libre que tuvo como retablo la Biblioteca recién estrenada. Cuando ve las fotos, Carmen Castillo indica sin titubear dónde estaba situada. Para ella esa homilía supuso «una apertura de horizontes». En los nueve años que Diego Martínez-Caro fue director de Estudios de la Universidad contribuyó a impulsar la atención a los alumnos. Además de promover el asesoramiento, se ocupaba de los comedores universitarios, del incipiente programa de becas, de las múltiples actividades culturales y deportivas, y de los colegios mayores y otros alojamientos. En Goimendi, uno de los primeros edificios terminados del denominado «campus de abajo», residió Inés Dorronsoro su último año de carrera. Destaca la En 1961, Inés Dorronsoro era una estudiante de 3.º de Medicina. En la foto se encuentra a la entrada del Hospital. Al fondo se ven los edificios de las distintas dependencias.

Estudiantes de Periodismo consultando la prensa. La Universidad recibía periódicos y revistas de todo el mundo.

68—Nuestro Tiempo  primavera 2020


vida universitaria en torno a los colegios mayores: «Solíamos organizar seminarios de diferentes temas. Yo daba uno de Bioquímica; lo preparaba con esfuerzo porque sentía que era mi manera de cooperar con la Universidad». Martínez-Caro recuerda con especial emoción la expedición a Roma que encabezó a finales de 1965, formada por más de cien estudiantes y varios profesores, para recibir como regalo del Gran Canciller la escultura de la Virgen María, Madre del Amor Hermoso. Finalmente, no pudieron traer la imagen a Pamplona tan pronto, ya que faltaban por terminar algunos detalles: llegó unos meses más tarde y el 8 de diciembre de 1966, siendo Francisco Ponz rector, se dejó a la Virgen en la ermita. La inscripción que figura en el muro posterior recibió su forma final gracias a los profesores Juan Antonio Paniagua y Fernando González Ollé. el «hilo de oro» de la amistad y el cariño. Javier Arregui tiene una memoria prodigiosa: nombra la lista entera de sus compañeros de 1.º, de 2.º y de 3.º. Él le resta importancia: «Yo creo que esto de la memoria es el cariño que pongas en recordar». A Javier Repáraz, José Ignacio Mina y Gabriel Biurrun los conocía ya de Pamplona. Además de ellos, otros grandes amigos que hizo en la Universidad fueron Juan Fornés, Salvador Bernal, Esteban López-Escobar y Ramón Pi —estos dos últimos, además de Derecho, estudiaron Periodismo—. También José Ángel Yanguas, Luis M.ª Pérez de Ciriza, Íñigo

Díaz-Guardamino, Julio González Blázquez, Juan de Dios García-Jalón, Juan Miguel Osés de la Cruz y Tato Bores. «El carácter del navarro era un tanto retraído», admite Javier, aunque luego añade: «Pero es verdad que, en cuanto hubo esa conexión con personas de toda España, surgió tal vínculo de amistad, de entrega a los que estaban fuera de casa, que ese “hilo de oro” que nos unió entonces se sigue conservando hoy». Desde 1957 están en contacto casi a diario y se han reunido varias veces en Sevilla y Madrid. Sin embargo, «están deseando venir a Pamplona. Aquí hemos celebrado los aniversarios de la promoción». De esa sexta promoción de Derecho han salido notarios, registradores, abogados del Estado, directores de empresa, catedráticos… Javier obtuvo el título de secretario de Administración Pública de Navarra y en 1969 consiguió, con la mejor nota, una de las doce plazas que convocaba la Caja de Ahorros de Navarra. Allí trabajó veinticinco años de secretario general, hasta su jubilación en 2005. Javier Arregui presume de haber sido uno de los primeros en colaborar con el programa de Becas Alumni. Desde el colegio hasta 1962, él estudió con una beca de 6 000 pesetas, justo para pagar la matrícula de entonces. Por eso, cuando «el bueno de JAF [José Antonio Fernández]» puso en marcha estas ayudas de la Universidad, no lo dudó: «Me parecía legítimo. Como se suele decir, “Es de bien nacidos el ser agradecidos”. No se puede perder un buen talento por falta de dinero».

Prácticas de Histología, 1955. María Luisa Subirá y María Dolores Voltas (en primer plano), Jaime Antonio Satue, Juan Sasturais, José Javier Viñes y Jesús Ferrer, entre otros.

Que no pare de crecer este cariño por parte de los alumnos es uno de los sueños de Inés para la Universidad: «En Estados Unidos conocimos a un mecenas que había financiado el estadio de tenis de la Universidad de Wisconsin, de la que era antiguo alumno. Y en la entrada de las canchas puso una placa bien grande donde se leía: “En agradecimiento al privilegio de una buena educación”. A mí me gustaría que todos los estudiantes salieran con esta idea, conscientes de lo que han recibido». También se imagina una institución cada vez más grande, como las norteamericanas, «un lugar donde muchas personas puedan compartir y vivir el mensaje de san Josemaría. Aunque lo importante es que eso no se pierda, y si tiene que ser pequeña, que sea pequeña». Carmen Castillo cuenta que, desde los comienzos, intentaban irradiar el ideario de la Universidad «fundamentalmente con la propia vida y estando pendientes de los alumnos». Ha pasado el tiempo, pero esto no cambia: al finalizar la mesa redonda que les ha unido seis décadas después, Fernando González Ollé invita a Pilar Seguín a una visita guiada por el campus. A ella y a su amiga Esther Guibert, por supuesto. «Sueña y te quedarás corto» fue la frase de san Josemaría que MartínezCaro se trajo cuando llegó a Pamplona. Un sueño que pronto saltó de la maleta de don Ismael, como señala Javier Arregui: «¡Cómo supo implicar a tantas personas en esta magnífica aventura!». Nt

El equipo de baloncesto impulsado por Luis Felipe Areta (arriba, primero por la izquierda) en el frontón Labrit en 1961. Javier Arregui, en primera fila, lleva el número 6. primavera 2020  Nuestro Tiempo —69


Campus Instituto de Biodiversidad y Medioambiente

Ciencia para salvaguardar el futuro La acción del hombre está entre los principales responsables de la crisis ambiental que afronta el planeta. El Instituto de Biodiversidad y Medioambiente, creado en enero de 2020, reimpulsa la investigación que se lleva a cabo en la Universidad sobre el cambio global que vive la Tierra. Con una nueva mirada al entorno que aúna el saber de múltiples disciplinas, contribuirá a encontrar respuestas y a que los ciudadanos tomen conciencia. texto Redacción NT en febrero, el extremo norte de la península Antártica batió su récord de temperatura al alcanzar los 18,3 ºC; la media en ese mes es de -0,5 ºC. El Cuerno de África sufre el peor brote de langosta del desierto de las últimas décadas: hay enjambres que pueden consumir en un día los alimentos necesarios para abastecer a 84 millones de personas. Dentro de ochenta años, más del 60 por ciento de los puertos marítimos de Europa pueden estar bajo riesgo de inundación alto. Son tres de las informaciones relacionadas con el cambio climático que comunicó la ONU a principios de 2020. En este contexto crítico, y con una mayor conciencia ecológica, nace el Instituto de Investigación en Biodiversidad y Medioambiente de la Universidad. Entre sus objetivos se encuentra estudiar el impacto real de la acción humana con el fin de poder mitigarlo, y analizar medidas que favorezcan la integridad y la resiliencia de los ecosistemas. Además, con herramientas de monitorización ambiental, se recopilará información sobre los recursos naturales de la Tierra para poder descubrir patrones de funcionamiento ecológico, hacer pronósticos y orientar la toma de decisiones. El Instituto se caracteriza por un nuevo enfoque de la investigación en problemas ambientales en la Universidad inspirado 70—Nuestro Tiempo  primavera 2020

en la propia naturaleza: «Para abordar este estudio de forma eficaz es necesario constituir equipos interdisciplinares, ya que los procesos que ocurren en el medioambiente se encuentran interconectados y nunca operan de manera aislada», subraya Jesús Miguel Santamaría, director científico. Según afirma, estudiar el entorno aunando los puntos de vista de profesionales de diferentes áreas mejora el rendimiento científico, ya que resulta más sencillo llegar a soluciones integrales. El centro aglutina hasta la fecha a sesenta investigadores de ocho disciplinas: biología, química, ciencias ambientales, comunicación, arquitectura, geología, educación y geografía. El Instituto de Investigación en Biodiversidad y Medioambiente impulsará la transferencia de conocimiento a la sociedad y potenciará servicios analíticos y de consultoría, entre otros. «Queremos poner toda nuestra experiencia a disposición de empresas y entidades públicas y privadas para ayudarles a conseguir sus objetivos de sostenibilidad», explica Inmaculada Pascual, vicedecana de la Facultad de Ciencias. El Instituto recoge y da una nueva magnitud a la investigación de temas ambientales que la Universidad de Navarra ha realizado desde los comienzos de la Fa-

cultad en 1964. En la última década se han publicado en este campo más de seiscientos artículos científicos, se han defendido cincuenta tesis doctorales y se han desarrollado 129 proyectos. ciudadanos comprometidos. Actualmente, los investigadores del Instituto intervienen en numerosas iniciativas regionales, nacionales e internacionales. Como Liquencity II, proyecto en el que escolares de Pontevedra, Oviedo y Pamplona analizan la calidad del aire mediante la observación de los líquenes que viven en la corteza de los árboles, al igual que se hizo en Madrid y Barcelona durante la primera fase. Estos organismos ayudan a trazar mapas de la polución ya que su biodiversidad depende de la calidad del aire.


«Estudiar el entorno aunando los puntos de vista de profesionales de diferentes áreas mejora el rendimiento científico»

Con una aplicación móvil, los alumnos voluntarios recaban datos que, una vez validados por los expertos, pasan a formar parte de la Infraestructura Mundial de Información en Biodiversidad (GBIF), al servicio de la comunidad científica global. Los registros de Liquencity II servirán para proponer medidas que reduzcan los niveles de contaminación atmosférica, uno de los principales problemas de salud ligado a los entornos urbanos. Se ha demostrado que la presencia de muchas especies de líquenes distintas en un barrio indica que se respira un aire más limpio. Este tipo de proyectos de ciencia ciudadana tienen un gran impacto en la sociedad: no solo permiten comprender mejor el entorno y los riesgos ambientales que lo amenazan, sino que conllevan un ma-

yor compromiso de los ciudadanos en su conservación. Así lo expone el investigador del CSIC Sergio Pérez-Ortega, coordinador de Liquencity: «Propuestas que fomenten la participación de los jóvenes, aportando conocimiento, tomando decisiones y pensando formas de cambiar nuestros hábitos son clave para hacer una transición real hacia ciudades más sostenibles y saludables». comunicar para acercar la ciencia. El Instituto también orienta su investigación a responder a los retos globales a los que se enfrentan entidades públicas, privadas y los propios ciudadanos. Para que el conocimiento científico llegue a la sociedad, el centro se apoya en el Museo de Ciencias de la Universidad. «Quere-

mos promover valores de defensa de la biodiversidad y de cuidado del medioambiente, fundamentales para el desarrollo humano, mediante la educación y la divulgación», afirma Ignacio López-Goñi, director del Museo. A través de exposiciones, actividades y publicaciones, busca el compromiso de los diferentes agentes sociales, porque la implicación de las personas constituye la base para lograr un futuro más respetuoso con el entorno. En palabras de Jesús Miguel Santamaría, es vital «transmitir mensajes que logren un impacto en la sociedad y que ayuden a comprender la necesidad de la investigación, de políticas concretas y de cambios de comportamiento para garantizar la sostenibilidad del planeta». Nt

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Campus Entrevista

Annette Kennedy «Cada céntimo que se invierte en el personal de enfermería mejora el bienestar de los ciudadanos» La pandemia de covid-19 ha evidenciado la labor irremplazable de enfermeras y enfermeros. Como ha manifestado Annette Kennedy, presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, «es tiempo de acciones valientes por parte de políticos valientes. Sus decisiones, tomadas en el momento oportuno, dejarán una huella en la historia». Invitada por la Facultad de Enfermería, Kennedy impartió la VIII Lección de la Cátedra María Egea. TEXTO Ana Eva Fraile [Com 99] y Elena Ojer Armendáriz [Com 05] FOTOGRAFÍA José Juan Rico Barceló

cuando la oms designó 2020 año de la Enfermería, la profesión entendió este hito como una oportunidad única de mostrar el verdadero valor que aporta a la sociedad. El Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) acordó una hoja de ruta para resaltar la labor que, entre bastidores, realizan cerca de 28 millones de personas en el planeta. Se propuso, por ejemplo, elaborar, junto con la OMS y la campaña Nursing Now, un informe para conocer el impacto del trabajo de las enfermeras en los cinco continentes, punto de referencia desde el que medir su evolución durante la próxima década. Lo que nunca imaginaron fue que un microscópico virus pondría la mirada del mundo en sus manos. Como ha subrayado Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, los profesionales de la enfermería son «la columna vertebral 72—Nuestro Tiempo  primavera 2020

de cualquier sistema sanitario», y esta pandemia ha puesto de manifiesto «el papel insustituible que desempeñan» y la urgencia de proporcionarles «el apoyo que necesitan para salvaguardar la salud del mundo». En la primera línea de defensa contra el covid-19, millones de enfermeras, enfermeros y otros profesionales sanitarios se exponen sin descanso al coronavirus con medios de protección inadecuados e insuficientes. Pero, lamentablemente, no se puede salvar vidas solo a golpe de coraje. El 27 de marzo Annette Kennedy, presidenta del CIE, escuchó la dramática situación de España e Italia, dos de los países europeos más afectados. En el seminario virtual organizado por el CIE para analizar la crisis, José Luis Cobos, vicesecretario del Consejo General de Enfermería español, denunció ante Eli-

zabeth Iro, jefa de Enfermería de la OMS, y más de un millar de expertos de setenta países, la ausencia de mascarillas, batas impermeables, guantes de nitrilo, gafas y pantallas de protección facial en los hospitales. Desde Italia, la enfermera Floriana Pinto describió sus vidas en las UCI y las salas de covid «como una montaña rusa en continuo movimiento: el cansancio y la ira dan paso a la alegría cuando por fin sacamos de cuidados intensivos a los pacientes». A pesar de su lucha contrarreloj, hacen todo lo posible para que las personas ingresadas no se sientan solas: «Somos su única compañía y, como es muy difícil comunicarnos con las mascarillas, hemos aprendido a sonreír con los ojos». Al salir del hospital, la realidad la abofetea. «Tenemos que luchar para conseguir un test, para disponer de equipos de


protección individuales adecuados, para recibir asistencia psicológica», dijo Pinto. Aunque, en su opinión, el verdadero problema llegará cuando esta tragedia termine «y nos encontremos delante del espejo agotadas, desarmadas, incapaces de ordenar los pensamientos y sentimientos provocados por el shock emocional y el estrés físico de este periodo». Entonces los titulares continuarán ensalzando de manera épica su labor. Sin embargo, «quizá lo que estos héroes sencillamente necesitamos sea recibir la consideración y el trato inherente como profesionales». Para Annette Kennedy, las fotografías de enfermeras agotadas que han difundido los medios «demuestran que están poniendo las necesidades de los pacientes por delante de las suyas». Siempre, pero todavía más en circunstancias tan extremadamente difíciles, Kennedy

considera «una lección de humildad ver cómo dan un paso al frente cuando son necesarias, aunque al hacerlo se expongan a peligros». Sus historias de valor, compasión y servicio conmueven a los ciudadanos que cada tarde, a las ocho, salen a sus balcones y ventanas de manera espontánea para aplaudir en reconocimiento al compromiso del personal sanitario. Pero la mirada de la presidenta del CIE se entristece al pensar lo que sucede cuando estos profesionales continúan trabajando sin una protección adecuada que garantice su seguridad. Desde la detección del covid-19, decenas de miles de enfermeras se han infectado. «Algunas de ellas han realizado el sacrificio último en sus esfuerzos por ayudar a los demás. Y sabemos que otras muchas morirán si no damos la voz de alarma aún más fuerte», alerta Kennedy.

Según los datos facilitados el 20 de abril por el Ministerio de Sanidad, en España se han contagiado 31 053 profesionales sanitarios, lo que representa el 15,51 por ciento de los 200 210 diagnósticos totales. Las estadísticas de la Comisión Europea completan el mapa de exposición de este colectivo: un 4 por ciento en China, un 6 por ciento en Alemania y un 9 por ciento en Italia. En este último país, el presidente de la Asociación de Enfermeras, Walter de Caro, ha declarado que sus colegas sienten «como si fueran a una batalla con escudos de papel y pistolas de juguete. Necesitamos estos suministros hoy, no mañana». Ante esta petición de ayuda, Howard Catton, director general del CIE, se muestra tajante: «Estos profesionales no son superhéroes o ángeles: son mujeres y hombres que tienen hijos, familias, primavera 2020  Nuestro Tiempo —73


Campus Entrevista amigos, responsabilidades... Deben ser protegidos frente a los riesgos que plantea la prestación de cuidados a personas con covid-19. Necesitamos que los gobiernos actúen con decisión para cuidar de los cuidadores que están dando a los pacientes la posibilidad de sobrevivir al coronavirus». La actual crisis de salud pública ha mostrado la fragilidad de los sistemas sanitarios y la importancia de un enfoque global de los problemas como el que propone el informe «Situación de la enfermería en el mundo 2020», antes citado, que la OMS presentó a principios de abril, en colaboración con el CIE y la campaña Nursing Now. Los datos aportados por más de 190 países revelan que cerca de 28 millones de personas se dedican a la enfermería hoy, una cifra que deja un déficit mundial de 5,9 millones de profesionales, la mayoría en África, Asia Sudoriental y la región del Mediterráneo Oriental de la OMS, así como en algunas partes de América Latina. Para revertir la situación, el informe estima que las naciones que experimentan carencias deben aumentar el número total de graduados en Enfermería a razón de un 8 por ciento anual de promedio en los próximos diez años. Según el CIE, el mensaje es inequívoco: los gobiernos deben destinar recursos para ampliar a gran escala la formación del personal de enfermería, generar seis millones de nuevos puestos de trabajo para 2030 y fortalecer el liderazgo de la profesión. De no hacerlo así, advierte Annette Kennedy, «los países corren el riesgo de fallar a la ciudadanía», puesto que no serán capaces de encarar nuevos brotes de enfermedades, ni tampoco alcanzar la cobertura sanitaria universal ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Que cada céntimo que se invierte en el personal de enfermería no representa un coste sino un beneficio social porque aumenta el bienestar de las familias de manera clara y tangible es una idea que Annette Kennedy defendió este curso en el campus de Madrid. Invitada por la Facultad de Enfermería, la presidenta del CIE impartió la VIII Lección de la Cátedra María Egea. La periodista Elena Ojer Armendáriz [Com 05] pudo charlar con ella el 11 de noviembre de 2019, unas semanas antes de que China notificara a la OMS la aparición en Wuhan de una serie de casos 74—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Nueva generación de enfermeras Durante su visita a la Universidad, Annette Kennedy resaltó la figura de María Egea (19812006), una entusiasta enfermera madrileña que falleció muy joven de osteosarcoma. Según pudo conocer la presidenta del CIE, ni la enfermedad, ni los tratamientos, ni las múltiples intervenciones quirúrgicas hicieron mella en su alegría y en su profundo amor a la vida y a los demás. Su familia honró su memoria financiando la creación de una cátedra de investigación en enfermería. En opinión de la presidenta del CIE, la labor que la Cátedra de la Facultad de Enfermería realiza en nombre de María Egea desde 2007 constituye «un brillante ejemplo de cómo mejorar los cuidados de enfermería a través de una nueva generación de enfermeras que promueven la investigación con el fin de mejorar la atención al paciente».

de «una nueva neumonía de origen desconocido». La conversación que mantuvieron cobra una nueva perspectiva en el contexto actual. ¿Qué espera del Año de la Enfermería declarado por la OMS? Me gustaría que sirviera para dejar atrás estereotipos, que la profesión se vea como una fuerza asombrosa para el bien. Este oficio requiere una sólida base de conocimientos, pero también exige determinación ante las circunstancias, a menudo problemáticas y difíciles. Si la sociedad no entiende realmente en qué consiste nuestra labor es, en parte, responsabilidad nuestra, porque no hablamos de ello. Las enfermeras también salvamos vidas a diario.

¿Cómo pueden participar los profesionales en este evento histórico? Mostrando los milagros que pueden hacer cuando gozan del apoyo adecuado, cuentan con una buena dotación de personal y están debidamente remunerados. Las enfermeras representan más de la mitad del personal de salud en el mundo y proporcionan el 90 por ciento de los cuidados que se brindan sobre el terreno, además de atender a quienes más lo necesitan en las zonas más remotas, donde a menudo son el único profesional sanitario. ¿Qué pasos cree que deben darse para ganar visibilidad? La clave reside en garantizar que las enfermeras participen en todas las mesas donde se toman las decisiones sobre atención de salud. Si es necesario, como ha dicho Elizabeth Iro, que lleven su propia silla a la sala, porque resulta fundamental que se escuche su voz. Son conscientes de las carencias de su entorno y nadie tiene tanta información sobre un paciente como ellas porque son los únicos profesionales a su lado las veinticuatro horas. Están al tanto de su diagnóstico y del tratamiento. Pero no solo eso. También conocen sus inquietudes, tratan con su familia... Las enfermeras disponen de una visión única que podría resultar muy valiosa a la hora de establecer las políticas sanitarias. ¿De qué modo contribuye el Consejo Internacional de Enfermeras a lograr este objetivo? El CIE representa a las enfermeras al más alto nivel, allí donde se establecen las estrategias globales, como, por ejemplo, en la Asamblea Mundial de la Salud. Nuestras directrices permiten a las Asociaciones Nacionales de Enfermería influir en los programas de salud y exigir a los gobiernos que asuman su responsabilidad. Por otra parte, nuestros programas de «Liderazgo para el cambio» y del Instituto Mundial de Liderazgo en Enfermería están alentando a un nuevo colectivo de profesionales capaces de confirmar su posición en el ámbito de la legislación gubernamental e internacional. En 2019, el CIE cumplió 120 años y se ha consolidado como adalid de la profesión. En 1899 un grupo de mujeres se dieron cuenta de que la creación de una entidad


La irlandesa Annette Kennedy preside desde mayo de 2017 el Consejo Internacional de Enfermeras. que representara a las enfermeras de todo el mundo fortalecería la profesión. La visión de aquellas pioneras ha permitido forjar una alianza global que asegure que la formación y las prácticas sean del más alto nivel posible. En la actualidad, el CIE lo integran asociaciones nacionales de más de 130 países, y trabaja en estrecha colaboración con organizaciones como la OMS y la ONU. ¿Qué aporta a un hospital y a la atención de los pacientes el rol de enfermería de práctica avanzada? La enfermería ha progresado muchísimo en los últimos treinta años. Los profesionales estudian grados y másteres y realizan doctorados, de modo que pueden ejercer a un nivel superior. Además de favorecer la calidad de los cuidados, la práctica avanzada contribuye a que las enfermeras puedan diagnosticar, tratar y prescribir medicación si se requiere una intervención rápida. También tienen mucho que aportar en ámbitos como la asistencia primaria, los cuidados paliativos, la atención de las personas mayores... ¿Cómo ve el futuro de la profesión? Soy muy optimista. Muchos líderes mun-

diales nos respaldan y nos encontramos en el mejor momento para influir en la política global. Tenemos que demostrar que los cuidados de enfermería son rentables, eficientes y muy apreciados por los pacientes. Nuestro trabajo repercute en la vida de las personas. Y justo eso es lo que se necesita para mejorar la economía. Una sociedad sana revierte en una economía sana y más productiva. Está en nuestras manos intentar que 2020 abra una década de crecimiento sin precedentes para ofrecer la mejor atención sanitaria posible para todos. Cinco meses después de la entrevista con Annette Kennedy, se perciben signos de que la intensidad de la pandemia empieza a remitir en algunos países. La sociedad observa con esperanza el caso de China. El

«Hay un gran déficit de personal de enfermería en el mundo: los gobiernos deben generar seis millones de nuevos puestos de trabajo en los próximos diez años»

7 de abril, un día antes de que se levantara el bloqueo de Wuhan, el foco originario de la pandemia, su Gobierno anunció la primera jornada sin muertos por coronavirus desde enero. El 27 de abril, al cierre de esta edición, con más de 2,6 millones de casos y más de 183 000 muertos en todo el mundo, el CIE continúa amplificando la voz de las enfermeras, que trabajan incansablemente para cuidar de las personas infectadas. Al límite del agotamiento, y a pesar del miedo de contagiar a sus familias por exponerse al virus sin los equipos de protección apropiados, les acompañan en la soledad de su habitación. También en el momento final. En el blog «Enfermeiras en loita» («Enfermeras en lucha»), una enfermera gallega cuenta así sus últimas cinco horas con Mario: «Su corazón ya no puede aguantar más. Han sido varios días junto a él, varios días en los que he tenido la suerte de conocer su persona, varios días de risas y bromas cuando estaba permitido. [...] Me he despedido con una pequeña caricia de mi doble par de guantes sobre su frente. Su muerte ha hecho aumentar las tristes estadísticas, pero para mí no será un número más. Para mí siempre será Mario». Nt

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ALUMNI

Isaías Calvo «El Camino de Santiago contribuye a fraguar la conciencia de Europa» En 2019 más de 347 000 peregrinos llegaron a Santiago de Compostela procedentes de 180 países. Si las previsiones para 2021 se confirman, el próximo Año Jubilar volverá a convertir el Camino en la «calle Mayor de Europa», como dijo Juan Pablo II. Pendiente de los preparativos, Isaías Calvo [Der 94], director del Xacobeo 2021 en Galicia, supervisa la gestión de la red de albergues de la Xunta, así como la relación con las asociaciones de Amigos del Camino en todo el mundo. Tras más de doce siglos de historia, la ruta jacobea continúa interpelando la dimensión espiritual de miles de personas de diferentes generaciones y culturas.

continental. Nunca debemos olvidarlo, pero especialmente en estos tiempos de turbulencias políticas, de nacionalismo exacerbado y de arrinconamiento de la dimensión espiritual del hombre.

Texto Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] Fotografía Manuel Castells [Com 87]

¿Cómo se abre paso la ruta jacobea en una Europa descreída? El Camino nace como peregrinación religiosa y esta dimensión sigue vigente en un amplio porcentaje, según datos de la Oficina del Peregrino. En primer lugar figura el estímulo religioso-cultural. A otras les impulsan motivaciones espirituales, deportivas, culturales… En los caminos se encuentran todas, y en ellas nos asomamos a nuestra propia complejidad como seres humanos. Se trata de un espacio único en el mundo que promueve el diálogo y el encuentro intercultural, interreligioso e intergeneracional. Como afirmó Chateaubriand, cualquier peregrino vuelve siempre a su lugar de origen con un prejuicio menos y una idea más.

¿Cómo ha vivido su vuelta al campus de Pamplona? Ha pasado un cuarto de siglo desde mi graduación, pero guardo buenísimos recuerdos: personas, tiempos y proyectos inolvidables. Ahora he tenido la oportunidad de reencontrarme con grandes amigos, redescubrir la ciudad y también esta maravilla de campus atravesado por el Camino de Santiago. Pamplona nunca defrauda, como me ha dicho en alguna ocasión José Antonio Fernández [Far 85 PhD 88 PDG IESE 94], impulsor de la Acreditación Jacobea Universitaria y peregrino —a pie, en bici, en moto...—. 76—Nuestro Tiempo  primavera 2020

¿De qué manera el Camino alberga la esencia de Europa, como afirmó Juan Pablo II? El mapa de Europa es el mapa de decenas de miles de kilómetros de caminos de Santiago. El Camino ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de los territorios que atraviesa. Este gran proyecto es una llamada a la universalidad. En sus diferentes trazados ha contribuido, además, a fraguar la conciencia de Europa. El intercambio cultural derivado del movimiento de tantos peregrinos, como ha reconocido el Consejo de Europa, embajador de honor del Camino desde 2019, favorece la unidad

¿Por qué el Camino atrae a peregrinos de cualquier parte del planeta? El Camino de Santiago diluye las fronteras culturales y nos recuerda las raíces que compartimos. El Camino trasciende Galicia y España porque va más allá de Europa o de Occidente. En 2019 llegaron peregrinos procedentes de 180 de los 192 países del mundo, de todas las razas y credos, o de la ausencia de ellos. Hay más de trescientas asociaciones que trabajan desinteresadamente a favor del Camino de Santiago en los cinco continentes.


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Alumni El Camino en el siglo xxi

Invitado por el servicio de Deportes, Isaías Calvo viajó a Pamplona y se reunió con el alcalde de la ciudad. ¿Y no se ha banalizado el Camino de Santiago? Hay turismo, y eso no es malo. El problema sería que solo hubiera turismo. Los valores jacobeos —el esfuerzo, el encuentro, la generosidad, el respeto, la apertura mental, la fe…— evitan que el Camino se convierta en una realidad banal, efímera. Los jóvenes desean implicarse en la aventura jacobea porque perciben algo superior que saca lo mejor de ellos y que les invita a crecer interiormente. Y se reafirman kilómetro a kilómetro, paso a paso. Esta peregrinación con más de doce siglos de historia no es un producto turístico y no podemos permitir que pierda su sen78—Nuestro Tiempo  primavera 2020

tido original: la dimensión espiritual, esa llamada a nuestra interioridad. ¿Qué une a los peregrinos de distintas épocas? Como dijo en una entrevista Julián Barrio, arzobispo de Santiago, «el peregrino es un viajero de lo sagrado y un transmisor de saberes». Quien parte de Roncesvalles (Navarra) o pernocta en San Juan de Ortega (Burgos) camina en la historia y descubre, por ejemplo, a Carlomagno o santo Domingo de la Calzada. Nuestros antepasados recorrieron este itinerario siempre con una meta en la cabeza; unos para cumplir una promesa, otros

como penitencia, para ver mundo o para buscar trabajo en la construcción de una abadía... Esto le diferencia de otras rutas con un patrimonio riquísimo o paisajes impresionantes. De ahí su trascendencia internacional. Importantes reconocimientos ensalzan el Camino como un hito cultural para la humanidad. Princesa de Asturias de la Concordia (2004), Patrimonio Cultural Común Europeo (1993), Primer Itinerario Cultural Europeo (1987)... El Camino nos acerca a decenas de obras que son Patrimonio de la Humanidad, como el Camino Francés, el


COVID-19

«Caminante, no hay camino» Con más de dos mil millones de personas confinadas para frenar la propagación del covid-19, la pandemia ha dejado imágenes insólitas en casi cualquier rincón del planeta, como la universal Times Square deshabitada. También la principal vía de Europa amanece desierta desde el 14 de marzo. Como consecuencia del estado de alarma decretado en España, nadie peregrina para abrazar al apóstol Santiago en la catedral compostelana. Los albergues se encuentran cerrados y, por primera vez en treinta años, los hospitaleros voluntarios tampoco guardan el Camino. En la página web de la Oficina de Atención al Peregrino, el contador digital de visitas registra el vacío. Los caminantes sin Camino, sin embargo, continúan manteniendo vivo el espíritu jacobeo desde sus casas y esperan ansiosos el día en que puedan volver a él.

Camino del Norte, el Primitivo o la ciudad vieja de Santiago. Una concentración de belleza al alcance de muy pocos espacios —conjuntos históricos, castillos, catedrales, monasterios, conventos y museos— en un marco natural sobrecogedor. Todo ello en relación con la gente que vive al pie de los caminos. De los casi cincuenta lugares españoles distinguidos por la Unesco, aproximadamente la mitad se encuentra en las rutas a Santiago de Compostela. ¿Qué puede hacer un apasionado del Camino para colaborar en su protección? Lo más sencillo es contactar con algu-

na asociación de Amigos del Camino de Santiago, que existen en todo el mundo. A través de ellas, los universitarios pueden ayudar a preservar el Camino; desde mantener las señalizaciones a ser guía de un pueblo. Son pequeñas cosas que tienen un gran valor. ¿Qué aportan estas asociaciones a la historia del Camino? Las forman personas corrientes, de cualquier edad, que dedican su tiempo libre a los peregrinos. Los amigos del Camino son expertos en acoger. Además, están en el origen del renacimiento de la peregrinación a Santiago a finales del siglo xx. Ellas abrieron brecha de nuevo, recogiendo el impulso de Juan Pablo II en 1982 cuando, en la propia catedral compostelana, dio una homilía de hondo sentido jacobeo. Este papa visitó dos veces Galicia y fue el primer pontífice en hacerlo en Año Santo. Incluso en 1989 recorrió vestido de peregrino los últimos cien metros del Camino, que bautizó con el título de «la calle Mayor de Europa». ¿Cómo se afronta el futuro de esta peregrinación? Antes de que el covid-19 paralizara la actividad jacobea, el Camino vivía un gran momento. En 2018 llegaron 327 342 peregrinos a Santiago, y en 2019 se superaron los 347 000 (hablamos de los que piden la Compostela). Pero existen importantes desafíos: el cuidado exquisito del patrimonio cultural y natural, revitalizar las poblaciones rurales, impulsar la peregrinación durante los meses de invierno, reforzar la participación social… En definitiva, tratar los caminos como un recurso de primera magnitud. Además del plan gallego de conservación de ese patrimonio, nos gustaría contar con un proyecto nacional de los Caminos de Santiago. Es

«El mapa de Europa es el mapa de decenas de miles de kilómetros de caminos de Santiago. El Camino ha desempeñado un papel clave en el desarrollo de los territorios que atraviesa»

imprescindible que España, como país, se implique, en especial, en los años santos jubilares, como 2021. Muchos peregrinos sellan en el campus de Pamplona su credencial o piden la Acreditación Universitaria. La Universidad de Navarra tiene la suerte de poder hacer el Camino y teorizar sobre él. Siempre es bienvenida la investigación sobre la ruta jacobea desde múltiples campos: el medioambiente, la salud, la gestión patrimonial y turística, la historia del arte, el derecho… Y también es un placer confirmar el cuidado de mi universidad por el Camino a través de su cátedra, las peregrinaciones de las facultades y colegios mayores o los voluntarios en los albergues.... Pero, claro, aquí hay grandes peregrinos jacobeos: Manolo Casado, Jesús Tanco, Tite Ibarrola, Tomás Trigo, José Antonio Fernández… ¿Todo listo para el Año Santo de 2021? En una ocasión escuché al entonces arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, decir que el Año Santo —aquel en el que el 25 de julio, festividad de Santiago Apóstol, cae en domingo— era un momento en el que Dios tiraba la casa por la ventana. Se refería a los bienes espirituales que llegaban en esos doce meses, pero a los que nosotros podemos unir la repercusión internacional. El próximo Año Jubilar será el acontecimiento cultural más importante de Europa en 2021. Después de once años sin haber celebrado ninguno, entre 2021 y 2032 vamos a tener tres. Las asociaciones de Amigos del Camino repartidas por el mundo se han volcado en los preparativos con entusiasmo. En Galicia llevamos casi dos años desarrollando el primer plan estratégico para un Año Jubilar. Incluye acciones como la programación de una docena de eventos culturales diarios en tierras gallegas, la ampliación de la red pública de albergues, la señalización de todos los caminos... Seguimos trabajando para que la catedral reciba a los peregrinos en todo su esplendor gracias a las obras ejecutadas a lo largo de estos últimos años, para que avisten Santiago desde un Monte del Gozo remodelado y más jacobeo que nunca. Nt

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Alumni Carta desde... Lima

Aventura peruana Soledad Maldonado Ayuso [Fia 12 Com 14] llegó a Perú desde Madrid para lo que iba a ser una estancia de seis meses como profesora en la Universidad de Piura. La historia sigue cuatro años después. texto Soledad Maldonado Ayuso

—Perú, un nuevo hogar. Sole conoció a Carlos en la UDEP. Se casaron el verano pasado.

—Docencia. Sole con alumnos de Antropología Filosófica en la Facultad de Empresas de la UDEP. 80—Nuestro Tiempo  primavera 2020

lima [perú]. Llegué al Perú en marzo de 2016 para trabajar en la Universidad de Piura (UDEP). Es hermana de mi alma mater, la Universidad de Navarra, donde cursé la doble carrera de Filosofía y Periodismo. No mucho después de terminar mis estudios, me ofrecieron un puesto de profesora en la Facultad de Humanidades de la UDEP y, como tenía ganas de aventura, acepté. Piura está situada al norte del país. Se encuentra en una zona desértica, la temperatura varía poco a lo largo del año y casi siempre hace calor. Por eso los piuranos suelen decir de broma que en su ciudad solamente hay dos estaciones: el verano y el infierno. Del tiempo que llevo a este lado del charco, tres años y medio los he pasado en Piura. Hace seis meses me mudé a Lima, la capital, donde la vida es muy diferente. A pesar de la variedad cultural y las diversas regiones que conforman el país, Perú está muy centralizado y todas las decisiones de gobierno se toman aquí. Esto hace que Lima, con sus diez millones de habitantes, parezca un lugar ajeno al resto de la nación. Como profesora de asignaturas de Filosofía me he esforzado en hacer amable esta disciplina a alumnos procedentes de todas las carreras. Este reto es lo más bonito de mi trabajo: intentar compartir el amor a la sabiduría con unas mentes más acostumbradas al espíritu utilitarista predominante. En el campus de la UDEP en Lima soy la directora del Programa Académico de Historia y Gestión Cultural, una carrera que, a través de la profesionalización del sector, puede contribuir al desarrollo del Perú. Recién llegada a Piura, todo me parecía tan pintoresco que se me hacía difícil procesar la información. Intentaba caminar o subirme a unos vehículos llamados mototaxis porque mirar a mi alrededor me ayudaba a ir tomando conciencia de dónde estaba. Me llamaba la atención cómo se construían las casas, el continuo ruido de miles de cláxones pitando a la vez como

reclamo de pasajeros; las voces de los conductores, «Taxi, señorita», «Moto, señorita»; el sonido de la cumbia o la salsa a todo volumen desde temprano; los vendedores ambulantes ofreciendo comida… Ese trasiego hace imposible la indiferencia. Como extranjero se corre el riesgo de dejarse embaucar por este ambiente e idealizarlo. Sin quererlo, uno se contagia de la vitalidad que se desprende en todos esos detalles cotidianos. Cuando ese entorno se convirtió en mi día a día, acabé comprendiendo que detrás de lo que me resultaba exótico existían realidades muy duras, complejas, dolorosas. Especialmente en lugares alejados de las grandes capitales, o en entornos rurales, impacta cierta suciedad, las carencias en la infraestructura, el desorden, la pobreza —lamentablemente extrema muchas veces—, el contraste entre el nivel de vida de los distintos barrios, etcétera. sábados en la tortuga. Desde que aterricé en el norte peruano entré en contacto con la que ahora es mi gran amiga Gabriela Rentería, la directora de la ONG CANAT, el centro de ayuda a niños y adolescentes trabajadores de Piura. Empecé a acompañarla en algunas de las labores sociales y los sábados me volví asidua a La Tortuga, un pequeño pueblo de pescadores ubicado en el desierto costero a 71 kilómetros de Piura. Aunque la distancia es corta, se tarda mucho en llegar porque la ruta de acceso es un camino de arena. Esto hace que esté bastante aislado. En La Tortuga, todas las familias viven, de una u otra manera, del mar. Algunos padres pescadores construyen de forma artesanal unas balsillas con unos troncos largos que traen de la selva. Las mujeres suelen encargarse de limpiar el pescado a su regreso y de venderlo en Paita, el puerto más cercano, o en el mercado de Piura. Es un mal augurio que ellas salgan a la mar, así que no lo hacen. El lugar de pesca por excelencia en Tortuga es Playa Lobo. Y ahí íbamos Gaby y


—En La Tortuga. En el centro de la foto, Sole y Gaby. A su izquierda, Roxana, que abraza a Magy, una voluntaria alemana. yo con los niños del pueblo a jugar. Los hombres se inician en la pesca desde muy pequeños y por eso queríamos que vieran el mar no solo como un sitio de trabajo sino como un lugar de diversión. Por su parte, para las niñas suponía un parón en las responsabilidades domésticas que asumen, como cocinar para los hermanos varones y los padres, lavar la ropa y limpiar la casa, cuidar a los pequeños... Tareas arduas porque en La Tortuga no hay agua corriente. «¿Vamos a Lobo?», preguntábamos casa por casa a las familias que Gaby conocía. Y, entre los chillidos de emoción de la chiquillería, la respuesta era un griterío donde se distinguía el «sí». Mi mejor amiga tortuga se llama Roxana y tiene unos 26 años. Es la mayor de los pequeños que nos acompañan. Cuenta que, hace un tiempo, llegaron unos médicos para examinar a los habitantes y que a ella le dijeron que era una niña especial. Con ese diagnóstico ya no tenía por qué preocuparse y podía seguir jugando con

los más pequeños: «Porque lo que pasa es que yo también soy una niña». Gaby cuenta que hace años Roxana era violenta, no quería jugar con otros niños. Algunos vecinos le tiraban piedras y creemos que pudo sufrir algún tipo de agresión o de abuso. Poco a poco empezó a ir a Lobo con los demás y cambió. Ahora le divierte buscar entre la arena las piedras blancas más bonitas y nos las trae como regalo. Roxana es sin duda alguien especial: poca gente es capaz de convertir en obsequio las piedras que en su día otros usaron para herirle. Gracias a Gaby he conocido a muchas personas que han vivido con un espíritu sencillo y bueno en contextos de extrema pobreza, como Roxana. De igual manera que poseer garantías materiales no hace a los seres humanos mejores necesariamente, ser pobre no implica ser feliz o tener buenas intenciones. Pero en una situación con tantas carencias la bondad se nos muestra con mayor radicalidad.

Cuatro años no caben en esta carta. Resumiría mi experiencia diciendo que aquí he visto la vida de una manera nueva, me he contagiado de la vitalidad del alboroto y he intentado tener un espíritu más sencillo y agradecido. Mis alumnos y colegas en la universidad, mis niños de La Tortuga y mis amigos me han ayudado a vibrar con todas las oportunidades que ofrece este país y al mismo tiempo pisar suelo con lo cruda que puede ser la realidad. El mejor regalo del Perú, y sin duda la verdadera aventura personal, ha sido conocer a Carlos, mi marido. Es arquitecto y hemos hecho algunos proyectos sociales juntos con las poblaciones vulnerables con las que trabaja Gaby. De él admiro su disposición para servir a su país a través de su profesión. Ojalá que tanto Carlos como su tierra —que ahora es un poquito mía también— me sigan enseñando a ver las cosas con esos ojos distintos, y que yo sea capaz de devolver todo lo recibido a través de mi trabajo. Nt

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MIND THE GAP Jerónimo Ayesta López

Héroes del tiempo libre

solemos matar el tiempo —homicidio culpable con agravante—, las hilaridades de ese teatro sonaron sinceras. En los asistentes se movió algo más hondo que las vísceras. Porque lo profundo del alma interpela más que cualquier minino. La carcajada humanizante plantó cara al felino humor barato. Resulta inspirador el ejemplo de estos dieciocho héroes contra la tiranía de la pobreza cultural. Muestra que la universidad aún permite, usando palabras de Thoreau, «vivir deliberadamente, afrontar los hechos esenciales de la vida» para llegar a la muerte con la tranquilidad de no advertir que no hemos vivido. Optar, como ellos, por una existencia intelectual en la academia consiste en hacer del estudio, la contemplación y la vida del espíritu un modus vivendi. Pero esto exige que los planes curriculares dejen a los alumnos tener tiempo libre, como explicó el filósofo español Higinio Marín en el acto de apertura de las XLII Jornadas de Colegios Mayores celebradas En febrero, Pamplona presenció un evento en Pamplona en febrero, y no aneguen hasta las esquinas de nuestras agendas. Esta es la esencia inalterable de la universiradicalmente esperanzador: dieciocho dad. O debería serlo. universitarios olvidaron prácticas, clases Parece razonable el temor de los profesores a que los estuobligatorias e inútiles listas de asistencia diantes pierdan el tiempo, pero ese miedo corre el riesgo de y dedicaron cientos de horas a revivir a paralizar y sobreproteger de tal manera que anule su capaShakespeare. cidad de decidir. La amenaza está ahí. Pero es indispensable que recuperemos la inquietud por cultivar el ocio en sentido clásico, por paladear los manjares más suculentos: la lectura AS UNIVERSIDADES ESTÁN PLAGADAS de cerevivida de los clásicos, la dramatización de la interioridad nizos. Infames agoreros y antisistemas de medio humana, el diálogo amistoso fecundado por los grandes penpelo claman al cielo que la academia ha sucumbido sadores y científicos de nuestra historia. Es bello el riesgo al agobiante plan Bolonia con sus acreditaciones, de que la gente malgaste sus horas. Dieciocho héroes nos informes y memorias. Aunque el sistema esté convaleciente, demuestran que se puede vivir de veras este ideal, que la quienes ostentamos un prudente optimismo creemos en el universidad tiene futuro cuando rompe el corsé de eficacia poder transformador de esta institución. Y tenemos razones inmediata a toda costa, y cuando no piensa exclusivamente para ello. en adiestrar a sus alumnos para satisfacer el hambre de una Un esperanzador botón de muestra. En apariencia, poca economía consumista. cosa. A mediados de febrero unos estudiantes universitaPuede sonar contradictorio, pero el activismo febril del rios representaron la obra El sueño de una noche de verano, sistema es compatible con el gozo del espíritu. Y esto porque de Shakespeare. Mientras en el público somos seres bifrontes: el joven académico unos estaban más atentos a quiénes habían debe aprender a compatibilizar un Google LA PREGUNTA DEL AUTOR acudido —ellos y ellas— y otros se reían Calendar lleno de citas en variedad de colodel amigo maquillado, algo grande pasó. res con el tiempo diario para pensar, escribir ¿Cómo compatibilizar Dieciocho universitarios dedicaron cieny leer a Shakespeare arrullado por el sonido el ritmo de la vida tos de horas para entablar un diálogo vivo de los pájaros del campus. universitaria y el tiempo con un inglés muerto. Olvidaron por unos libre para la amistad y la momentos prácticas, clases obligatorias e Jerónimo Ayesta López [Fia Com 20] es estudiante, lectura? adjunto a la dirección de Estudios del Colegio Mayor Beinútiles listas de asistencia. Dijeron que no lagua y becario de la Fundación María Cristina Masaveu a la dictadura del deadline y al bostezante Peterson. runrún de los stories de Instagram. Vencieron el activismo y la pereza y se adentraron @NTunav en las miserias y en las grandezas del coraOpine sobre este asunto en zón humano. Twitter. Los mejores tuits se Y, gracias a ellos, los cuatrocientos del publicarán en el siguiente número. auditorio nos reímos. Frente al risoteo falso de los vídeos de gatos con los que

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Libros

NÚMEROS

800 5 000 gramos pesaba de media un libro de texto escolar español hace diez años. Siete kilos el curso.

trabajos suelen aparecer al año sobre Shakespeare y su obra.

Pedro Sorela y dos grandes poderes

Pedro Sorela terminó de escribir su última novela, Quién crea la noche, poco antes de su muerte.

Colombiano de nacimiento, escritor veraz, periodista veraz, profesor entero y verdadero de Redacción Periodística, Pedro Sorela (1951-2018) encarnó dos poderes que él atribuía al ser que lee: la imaginación —distinta de la fantasía y sus nubes— y la destreza de la abstracción. texto Joseluís González [Filg 82],

profesor y escritor @dosvecescuento 84—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Me van a perdonar que les asalte. Con su permiso, les recomiendo dos libros que me han entusiasmado —una novela y un ensayo sobre cinco escritores— y he llevado semanas conmigo a casi todas partes: Quién crea la noche y Dibujando la tormenta. Además, por si hubiera por ahí una editora audaz o un hombre con instinto para redimir cautivos, les propondré que desembarquen muchos de los folios encallados en pedrosorela.com. Son sabios y radiantes. Poderosos. Son de Pedro Sorela. De Bogotá, profesionalmente periodista, vocacionalmente narrador, original

efe/fernando alvarado

profesor de Redacción en la Complutense durante más de treinta años, Pedro Sorela (1951-2018) estaba en la primera orla de Ciencias de la Información de la Universidad de Navarra. En Pamplona vio escenificar o incluso dirigió sus primeras piezas teatrales y colaboró en esta revista. Con pulso para dibujar trazando líneas ligeras, redactor trece años de El País, y antes en Europa Press, columnista, lector sagaz, diáfano, la muerte trabajó rápida en él. Pero no va a poder derribar su talento. Había llegado «con un poncho rojo, unos zapatos grandes, una voz de bron-


Stendhal

Ernest Hemingway

ce y una risa estruendosa», recuerda su compañero de aulas Manuel Hidalgo. Y traza los ramajes de su genealogía: «Vinculado a una familia de viajeros y diplomáticos, hijo de un español y una colombiana, Sorela nació cosmopolita —aunque algo afrancesado—, persistiendo en el empeño a base de recorrer medio mundo y de reflejarlo en sus novelas y en sus cuentos». Libros y viajar, es cierto, van unidos perennemente en la obra y la singular mentalidad de Pedro Sorela, como el haz y el envés de una puerta. La entrada y la salida. «Para el próximo día, escribís un texto que baile. Hasta el lunes». Lo cuenta uno de sus alumnos, Daniel Basteiro, en la pantalla de El Español. «Y la semana siguiente, entre decenas y decenas de ejercicios que no decían nada, hechos en cinco minutos para cumplir el expediente, entre las “postalitas” (como las llamaba él) que relataban tópicas noches de verano en una discoteca o fiesta de pueblo, asomaba un ritmo, una estructura o una melodía. Un texto que bailaba muy lento o sudaba al paso de una taquicardia, aunque no supiese mover los pies. Alguien lo había logrado. Entonces comenzaba de verdad la clase, con un viaje, siempre a través de referencias a libros o escritores, periodos históricos, experiencias periodísticas o la rabiosa actualidad. Aunque “rabiosa actualidad” era una expresión prohibida en su aula». Demolía los clichés y las frases oxidadas. Era exigente. Aunque generoso. Original. El propio Sorela recapacita en un artículo sublime, «Felicidad y libros», «que, ante el encargo de escribir un texto sobre el dolor, buena parte de una clase de universitarios de 21 años llegase con redacciones sobre el dolor… de muelas, o de un brazo

Jorge Luis Borges

William Shakespeare

Lucia Berlin

roto, o de embarazo». Sospechaba que, de pequeños, esos estudiantes no tuvieron suficientes dosis de aburrimiento. Ponía en práctica, enseñaba, lo que corroboró en Saint-Exupéry: «No hay que aprender a escribir sino a ver». Y Pedro Sorela dibujaba para observar mejor. Otro alumno suyo tecleaba en Twitter, cuando conoció la repentina noticia de que su profesor acababa de fallecer: «Sabía de verdad que “El primer error que no debe cometer un lector es leer sin generosidad, o, si se prefiere, leer con mezquindad”. Otra mentira que quería echar bien lejos: que el hábito de la lectura solo se puede adquirir en la infancia». Quién crea la noche, su mejor novela, obra póstuma, no es para lectores inapetentes sino para los curtidos, los que valoran los aguerridos personajes, hechos difíciles y frágiles, frases contundentes como diamantes, estructuras cómplices, corazones agrietados por el dolor y restaurados por la esperanza en alguien o en vete a saber qué. Por la novela —más bien cuentos engarzados— desfilan y se concatenan decenas ocurrentes de personajes. Sorela descreía de las gavetas de los géneros literarios: «Todo conjunto de cuentos es una forma de novela. Y al revés», decía. De lo mejor que he leído últimamente. Las tormentas cambian el paisaje. En Dibujando la tormenta, Sorela desovilla las vidas de cinco autores esenciales que modificaron la manera en que se escribía hasta ellos y confirma al interpretarlos su agudeza de lector. Con sus palabras y su reflexión nueva crecen el genial Faulkner, Borges, Stendhal, el misterioso Shakespeare y el cada día más admirable SaintExupéry. Parecía imposible.

APUNTES

desmintiendo a hemingway El jurista, docente y vocal del Tribunal Administrativo de Navarra, y en otros tiempos político activo, Miguel Izu, autor de novelas y ensayos, ha recopilado trabajos sobre Hemingway en los Sanfermines (Eunate). Izu, documentadamente, desbarata infundios sobre el narrador estadounidense y deja claro cuántas veces vino a las fiestas de Pamplona, dónde se hospedó de verdad, si frecuentaba el Iruña… y desmiente bulos sobre aquel nobel de 1954, complejo personaje, casi un ser de ficción.

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Libros

Reconocer

Para arreglarse el amor

Muy muy bien

El infinito en un junco

El paso siguiente en el baile

Mal que bien

Irene Vallejo Siruela, 2019 452 páginas, 24,95 euros

Tim Gautreaux La Huerta Grande, 2019 450 páginas, 22 euros

Enrique García-Máiquez Rialp, 2019 102 páginas, 12 euros

No hay conexión más inmediata y alegre que el reconocimiento de un amor común. Se multiplica el amor al comprobar que se ama en compañía y nos llenamos de alegría al sentirnos, a su vez, reconocidos. Irene Vallejo (Zaragoza, 1979) ama los libros y, al leer su magnífico ensayo, sentimos gratitud por ese doble reconocimiento. Vallejo cuenta la historia del libro como objeto y de la lectura, que arranca en los mundos que esta doctora en Filología Clásica conoce tan bien: Grecia y Roma. Narra con precisión y belleza de novelista y rigor de investigadora la fragilidad de la materia para conservar y almacenar (apasionantes las historias de las primeras bibliotecas) y la relación de amor posesivo pero generoso que ella, y muchos otros, han establecido con los libros. Como el amor compartido no se esconde, esta obra ha sido también el reconocimiento de esta apasionada divulgadora, que ya multiplica ediciones y premios.

Tim Gautreaux (1947), recientemente descubierto en España —mérito de su traductor, José Gabriel Rodríguez Pazos, y de la editorial—, terminó su primera novela a los cincuenta años: El paso siguiente en el baile (1999). Narra la historia de una relación casi contradictoria: en un pueblo del sur rural de Luisiana, la joven y guapísima mujer de Paul Thibordeaux, Collete, soñadora, insatisfecha del limitado estilo de vida de donde residen, decide cambiar y marcharse sola a Los Ángeles. Paul, su marido, un veinteañero atractivo, bailón y mañoso para recomponer cualquier maquinaria, tendrá que arreglar lo verdaderamente esencial de su existencia. En una sucesión divertida de episodios y conflictos, el cuentista perfecto que es Gautreaux construye escenas y concatena personajes y situaciones para rastrear, narrativamente, la bendita superficialidad del género humano y su compasiva hondura. Cálida novela.

Beatriz Gómez Baceiredo

Joseluís González

El nuevo libro de Enrique García-Máiquez reconforta como una chimenea y brinda esa misma alegría interior. Abrirlo es encontrarse con una obra de madurez, de haber llegado a casa, esa vuelta al hogar que ya se presentía en su tercer poemario (Casa propia), pero que ahora se ha reposado. Despojados de las piruetas verbales y las polémicas chestertonianas que tanto le gustaban en su juventud —ahora reservadas para los artículos periodísticos— sus poemas ganan en hondura sin perder jovialidad. El libro cuenta con siete secciones muy bien ordenadas, para que luego venga la vida, como siempre —y la poesía más aún—, y las desordene: hay un hueco para el matrimonio, otro para los muertos más íntimos, otro para Dios… para que el lector encuentre después en una sección que no debía ser romántica un canto de amor encendido. Desde el comienzo se vislumbran, también, dos de las más profundas inquietudes del

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poeta: la preocupación metaliteraria y la de hacer examen de conciencia y quedar mal en la foto aposta. El culmen de esta tendencia lo hallamos en «Jacintos», poema de plenitud en el cual la calavera del poeta se ríe de sus propias aprensiones. Pero siendo tan hogareño, el nuevo libro de GarcíaMáiquez no se encierra en su autor: en piezas como «Pido más» se percibe su vocación de volcarse hacia fuera para admirar lo que otros admiran, con su resabio metapoético. Así vamos de menos a más, de unos primeros poemas que prometen-pero-aún-no, a los últimos, que son un rompimiento de gloria: las secciones «Monogamia», «Su rostro en mi espalda» y «Al alimón» son magia pura en endecasílabos. Encierran poemas de amor tan logrados como «Pleamar», y otros tiernos y conmovedores como «Dentro de muchos años, hija», con ese emocionante final, en el que le recuerda: «que nos diste naciendo/la alegría perfecta». Rocío Arana


Los descolgados

Auschwitz con voz de mujer

Lucia y sus circunstancias

Una tediosa mediocridad

Flores fuera de estación

Ninguno de nosotros volverá

Bienvenida a casa

A su imagen

Margarita Leoz Seix Barral, 2019 224 páginas, 17,50 euros

Charlotte Delbo Libros del Asteroide, 2020 320 páginas, 20,95 euros

Lucia Berlin Alfaguara, 2019 192 páginas, 18,90 euros

Jérôme Ferrari Libros del Asteroide, 2020 224 páginas, 19,95 euros

Los protagonistas de los cinco cuentos de Flores fuera de estación, de Margarita Leoz (Pamplona, 1980), son personas desubicadas, con la brújula averiada y una ligazón incómoda con el pasado. «Quiero a mis padres, pero a menudo percibo una división invisible entre nosotros; me hacen sentir que pertenezco a un planeta distinto, a una raza ajena, la de los que no conocen el amor», reflexiona el personaje principal del relato que da título al libro. Al igual que él, un divorciado que vive en un hotel, los otros protagonistas caminan perdidos: un desempleado se muda a la tienda de muebles de sus padres, una madre joven ocupa la casa de una amiga… Solo los lugares a los que regresan o algunos objetos traen el eco de lo que fueron. Frente a ellos, siempre hay otro personaje como contrapunto, más pragmático y resolutivo. Leoz retrata esos polos con sensibilidad y gran dominio de los silencios. Sutileza para hablar del misterio de lo cotidiano.

Este volumen recoge las dos primeras partes de la trilogía Auschwitz y después que Charlotte Delbo escribió sobre su detención y posterior deportación, junto con doscientas treinta mujeres, al campo de concentración y exterminio de Auschwitz-Birkenau. Delbo en ningún momento esconde las extremas condiciones en las que vivieron y murieron estas mujeres: hambre, sed, frío, miedo... con una crudeza a veces difícil de digerir. Sus memorias, pensamientos y poemas nos invitan a preguntarnos cómo pudo pasar todo aquello. Pero también muestra con gran ternura breves destellos de esperanza, de humanidad y compasión. Nos recuerda, en sus propias palabras, que «[...] es imposible sobrevivir sin las demás. Las demás son las de tu grupo, las que te sostienen o cargan contigo cuando ya no puedes caminar, las que te ayudan a aguantar cuando ya no te quedan ni fuerzas ni valor».

Tras el éxito de Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin irrumpe de nuevo con su prosa directa y clara en la que fue su última obra antes de fallecer en 2004: Bienvenida a casa. A través de esta recopilación de textos autobiográficos, la escritora estadounidense expone los recovecos más íntimos de su turbulenta vida: fracasos matrimoniales relacionados con el alcohol y las drogas, dificultades económicas por sacar adelante a sus cuatro hijos sola o las infinitas mudanzas que hizo a lo largo de todo el continente. Un compendio de reveses que forman una vida llena de drama, crecimiento y agitación interior y que la autora utiliza de manera creativa para desarrollar su carrera literaria. El volumen lo completan cartas y fotografías que nos permiten penetrar y comprender mejor la mente de una madre joven y aspirante a escritora en pleno descubrimiento de sí misma.

Antonia, la difunta protagonista, no puede soportar la insolente mediocridad de las bodas de novios sudorosos o las fiestas de los pueblos de Córcega. Incluso el Frente de Liberación Nacional, la banda terrorista a la que pertenecen su novio y sus amigos, le parece una pantomima: una panda de adolescentes envueltos en un torpe relato anacrónico. Tampoco puede soportar el absurdo de la guerra que ha fotografiado en Yugoslavia, ni mucho menos la indolencia del mundo civilizado. A través de doscientas brevísimas páginas, Ferrari enhebra una obra de arte, una narración exquisita. Con el pretexto del entierro de una fotógrafa prematuramente muerta, recorre las angustias y las esperanzas de dos corazones grandes —el de Antonia, la sobrina sin fe, y el de su tío sacerdote, que oficia el sepelio— que intentan comprender los atropellos y las alegrías cotidianas que tejieron la historia de las décadas finales del siglo xx.

Leire Escalada

Teresa Llamas Blanco

Rocío García de Leániz

Teo Peñarroja primavera 2020  Nuestro Tiempo —87


Libros Novedades EUNSA

La educación en la Un recorrido palma de la mano práctico en la formación del carácter

Más que una cuestión de imagen

Atravesando el umbral de la pantalla

Protocolo de bolsillo: las reglas de oro

Hacer lo que debo y amar lo que El valor de la reputación Juan Manuel Mora hago

María Jesús Fernández Torres 2020. 210 páginas, 16,50 euros.

Miquel Navarro i Oriach 2020. 290 páginas, 17,50 euros

2020. 92 páginas, 9,90 euros

Pablo Alzola Cerero 2020. 154 páginas, 16 euros

Vivir en sociedad implica aceptar una serie de pautas para la convivencia que deberían enseñarse desde la infancia. En Protocolo de bolsillo: las reglas de oro, María Jesús Fernández Torres recoge las normas básicas que cualquiera necesitaría conocer sobre protocolo, especialmente las que se aplican en el ámbito social. El libro no tiene por qué leerse de corrido, sino que, según lo requiera cada ocasión, puede acudirse directamente a un capítulo concreto. Cómo distribuir a tus invitados si organizas una cena, la manera correcta de hacerles llegar las invitaciones o la etiqueta que debe seguirse en diferentes eventos son algunas de las cuestiones que aborda Fernández Torres. El texto es un manual ligero y sencillo. Gracias a pequeños gráficos y fotografías, se puede aprender de forma amena sobre protocolo, una herramienta de educación y comunicación que está muy presente en la sociedad.

El objetivo de este libro, como recoge el subtítulo, es aportar una «guía para fortalecer la voluntad y aclarar los sentimientos». Para esto recorre los elementos que conforman el carácter en una invitación al crecimiento personal. A través del relato de diecisiete personas con distintos perfiles, desde una psicóloga que comienza su vida profesional a una maestra jubilada, el lector puede identificarse con los problemas expuestos: aprender a autoconocernos y autogestionarnos; establecer y mejorar cualquier relación; o comprender que lo que nos ocurre está conectado con nuestras acciones y con las decisiones que tomamos. Acompañar a estos personajes en sus conversaciones surgidas a lo largo de los once meses en los que participaron en un seminario de formación moderado por un psicoterapeuta hace que el libro sea eminentemente práctico, que invite a la autorreflexión y que ayude a comprender a la persona en su totalidad.

Tras las crisis reputacionales que han salpicado tanto a personas como a empresas y organizaciones, este estudio de Juan Manuel Mora parte de una mirada a la reputación entendida no como un producto que se puede fabricar, poseer o controlar sino más bien como «un fruto que se siembra, se cultiva, se protege, se cosecha». La desconfianza de la opinión pública surge cuando la reputación se transforma en un fin en sí misma o en un mero maquillaje que permite a la organización salir bien en la foto sin preocuparse de la realidad. Mora, vicerrector de Comunicación de la Universidad de Navarra, propone un cuidado de la reputación que implique «una mirada de 360 grados, que abarque a todos los stakeholders y sea capaz de leer e interpretar el entorno». El libro está escrito con la convicción de que el genuino sentido de esta tarea implica repensar la contribución que se realiza a la sociedad desde una mentalidad transformadora y no cortoplacista.

Terrence Malick es uno de los cineastas norteamericanos más fascinantes de las últimas décadas. Sus películas, sinónimo de belleza estética y significados trascendentales, suelen ir acompañadas de una hermosa fotografía, escenarios de gran lirismo y una música que aporta expresividad a las imágenes. Alejada de la industria de Hollywood, su esporádica carrera comenzó en 1973 y ha cubierto diversos géneros, desde road movies y romances hasta cintas bélicas. Estas páginas nos proponen cruzar el umbral de la pantalla y nos desvelan los temas frecuentes del director, ofreciendo una mirada con detalle al papel del hogar en sus películas. Un elemento narrativo clave en muchas historias y un lugar donde, como apunta SánchezEscalonilla en el prólogo, es posible el reencuentro con los seres queridos. Un libro muy disfrutable para aficionados al séptimo arte y los que deseen sumergirse con profundidad en el universo de Malick.

Ana Terreros

Esperanza Rodés

Lucía Martínez Alcalde

Marcos del Pozo

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El cine de Terrence Malick. La esperanza de llegar a casa


Libros

Clásicos: otra mirada

Cómo mentir con estadísticas Darrell Huff Planeta, 2015 160 páginas, 12,95 euros

¿Números engañosos? El ensayo sobre estadística que más se ha vendido y leído —se tarda una hora— desde la segunda mitad del siglo xx es Cómo mentir con estadísticas (1954) de Darrell Huff. Actuaron cuatro factores en su duradero éxito: su título atractivo, el estilo del autor, la gracia de los dibujos de Irving Geis y el agudo contenido de las ideas, vivificadas por ejemplos. Aunque los primeros cuatro capítulos explican nociones esenciales, si hubiera salido a las librerías con una portada inofensiva como Introducción a la estadística, Cómo mentir… no habría sobrepasado los dos millones de ejemplares en casi siete decenios. Fue, y es, una temprana «alfabetización de datos» básica: nos amplía la capacidad de interpretar, recelar, comprender, inferir y tomar decisiones a partir de la información presentada bajo porcentajes, gráficas y plasmaciones numéricas. Repasa puntos elementales como mediana, moda, muestra representativa, desviación… Ayuda a reconocer cuándo se inflan, pervierten o simplifican demasiado los números. Y sigue siendo lectura obligatoria para periodistas, responsables de recursos humanos, ingenieros, sociólogos,

políticos, economistas... ¿Nos creemos a la primera que una marca de ascensores consuma menos energía que un secador de pelo o un microondas? ¿Alguien decide dónde veranear basándose en el solo dato del promedio de temperatura? En el último capítulo instruye sobre cómo encarar una estadística. La clave: plantearse cuestiones cardinales. Pero ¿quién lo dice? ¿Cómo lo ha averiguado? ¿La muestra es suficientemente extensa para inferir conclusiones válidas? ¿La han desviado? ¿Tiene sentido? Merece la pena revisitar este divertido ensayo. Su autor buscaba concienciarnos de lo importante y útil que es usar bien las estadísticas y prevenirnos de que suelen proyectarlas capciosa, desaprensivamente en los medios de comunicación. Conviene no dejarse enmarañar por los numerosos engaños de números engañosos. En tiempos globales de big data —control de comportamientos, pautas, dominio externo, previsiones—, tomamos decisiones con datos condensados: ¿cuántos admite un cerebro humano que procesa y reflexiona para querer acertar? Paula Ezpeleta Artieda

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Cine

NÚMEROS

23,62 2 797 millones de personas en EE. UU. vieron los Óscar. Es el dato de audiencia más bajo de su historia.

millones de dólares ha recaudado Avengers: Endgame, la película más taquillera de 2019.

Óscar 2020: sueño americano o pesadilla coreana

Parásitos, dirigida por Bong Joon-ho (a la izquierda), obtuvo cuatro de las seis estatuillas a las que optaba.

Nunca había sucedido que el Óscar a mejor película fuera para una cinta de habla no inglesa. Analizamos el éxito de Parásitos en la última edición de los premios de la Academia. texto y críticas

Ana Sánchez de la Nieta

90—Nuestro Tiempo  primavera 2020

La entrega de los Óscar es, sin duda, una buena percha informativa para hablar de cine. Te pongas como te pongas —y puedes ponerte exquisito o displicente o cínico o friki— siguen siendo los premios más importantes de la industria del cine. Te pongas como te pongas, no hay quien se resista a recorrer la cartelera mirando las nominaciones de las películas. Y, te pongas como te pongas, las exhibidoras saben que las cintas premiadas impulsarán la taquilla, o el alquiler, o los visionados en Netflix

las siguientes semanas. La aldea global es muy hollywoodiense en este campo. Esto sucede cada año. Pero hay años, y este ha sido uno de ellos, que además de los premios pasan cosas: campañas, equívocos, caídas o discursos imposibles… Pero no me refiero tanto a esta categoría de anécdotas. En la anterior edición de los Óscar ocurrió algo nunca visto. Por primera vez en noventa y dos años, los académicos premiaron como mejor película una cinta en


Nicole Kidman

José Luis Cuerda

habla no inglesa. Que es lo mismo que reconocer oficialmente que el cine puede rodarse en cualquier sitio y en cualquier lengua. Antes de Parásitos, otras dos cintas hicieron historia, y hablar de ellas ayuda a entender la importancia de la película coreana. En 1987, una coproducción británico-francesa-china-italiana ganaba el Óscar. Se trataba de El último emperador, de Bernardo Bertolucci. Fue un hito... No obstante, la película estaba rodada en inglés y, si uno recorre sus créditos, encuentra el protagonismo fundamental de unos estudios americanos (Columbia Pictures). Otro hito lo marcó The Artist, de Michel Hazanavicius, en 2011, al ganar también el Óscar grande. Con una temática absolutamente hollywoodiense —de hecho, parte de la acción transcurre en Hollywood— pero de producción, dirección e interpretación francesa. Aunque, detalle clave, la película era muda. Con estos dos precedentes, se comprende la relevancia de Parásitos. Una obra surcoreana escrita, dirigida, producida e interpretada en coreano. Y que habla además de dos familias coreanas. Una de ricos y pijos y otra de impostores. Desde su estreno en el Festival de Cannes y su Palma de Oro, Parásitos demostró que había llegado para quedarse. A pesar de ser un producto inclasificable, que comienza como comedia descacharrante y termina como cine de terror, el público de todo el mundo se ha rendido a sus pies. Y la crítica se ha mostrado unánime en el elogio. Y ha conseguido que la conservadora academia americana decida que ya va siendo hora de ver películas con subtítulos como hace cualquier espectador en casi cualquier lugar del planeta. Es cierto que la victoria de Parásitos, como señala con acierto Alberto Fijo en Fila

Harrison Ford

Saoirse Ronan

Siete, no es un brindis a los cinéfilos ni un pasaporte a los Óscar para el llamado «cine de festival». Parásitos, dice Fijo, es una película que ha sabido entender que el cine es industria y que hay que ganar dinero. Ha sabido venderse y hacer una campaña de promoción como la de las películas grandes que quieren ganar una estatuilla. De hecho, el equipo de Parásitos se instaló dos meses en Hollywood. La tierra es para el que la trabaja. Y, si querían el premio, tenían que trabajar, en este caso, el asfalto de Los Ángeles. Ojo, que con esto no quiero decir que todo el mérito sea de la promoción ni de la taquilla. La película surcoreana, con todo su salvajismo, me parece una genialidad. Por la universalidad de la historia, por el montaje, por el ritmo, por el manejo del cambio de tono. Y, sobre todo, por su potente enseñanza moral, en medio de su inmoralidad. Parásitos es una tremenda crítica a la cultura de la mentira. Y esa crítica es hoy muy necesaria. El premio de Parásitos eclipsó una edición, por otra parte, ejemplar. Las películas que no ganaron habrían sido hace unos años magníficas vencedoras. Desde el clasicismo de 1917, hasta la radicalidad de Joker, pasando por la inteligencia de Mujercitas, el dramatismo de Historia de un matrimonio o la lección de cine de El irlandés. Asimismo terminó Parásitos con las aspiraciones de Pedro Almodóvar, que, después de unos cuantos títulos absolutamente descafeinados, recuperaba músculo con Dolor y gloria. Hubiera sido una excelente ganadora en la categoría de película internacional… pero ahí concursaba también Parásitos. Al final, para muchos, el sueño americano se estrelló con la pesadilla surcoreana.

Robert Pattinson

TELEGRAMAS

vuelve indi A pesar de los retrasos y la rumorología, parece que podremos ver Indiana Jones 5 en 2021. Harrison Ford se ha mostrado feliz de volver a dar vida a su personaje favorito. despedida a un nombre propio El pasado mes de febrero falleció José Luis Cuerda, director, guionista y productor. Cuerda es el autor de Amanece que no es poco (1989), película que hizo historia en el cine español, y cuya continuación, Tiempo después (2018), significó la despedida de Cuerda en el mundo artístico. Además de otros logros, produjo las primeras películas de Alejandro Amenábar. nuevo batman Tras salir a la luz las imágenes de Robert Pattinson como Batman, los rumores se centran en si Joker aparecerá en este título y quién interpretará al villano que ya no puede tener otro rostro que el de Joaquin Phoenix.

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Cine

Incombustible Eastwood

Wéstern andaluz

Filmar la gracia

Richard Jewell

Intemperie

Vida oculta

Guion: Billy Ray (Artículo: Marie Brenner). Director: Clint Eastwood Estados Unidos, 2019 Si te gustan los dilemas éticos.

Guion: P. Remón, D. Remón, B. Zambrano (Novela: J. Carrasco). Dirección: B. Zambrano. España, 2019 Si no te asusta el cine que golpea.

Guion y dirección: Terrence Malick Estados Unidos, 2019 Para espectadores con sensibilidad

Afirmar que Clint Eastwood está en plena forma suena repetitivo porque llevamos diciéndolo dos décadas, pero la verdad es que sorprende que el casi nonagenario cineasta siga entregando al público dramas capaces de entretener e interpelar a partes iguales. Eastwood cuenta en Richard Jewell la historia, basada en hechos reales, de un guarda de seguridad que, de la noche a la mañana, se convierte en el primer sospechoso de provocar un atentado terrorista. Con un estilo muy clásico y un trabajado desarrollo de los personajes, características propias de su filmografía, Eastwood pone sobre el tapete profundos dilemas morales: desde la necesidad de afirmación personal hasta el papel de los medios de comunicación al abordar el terrorismo. A Eastwood le interesa el choque de la sociedad con el individuo, y de ahí extrae interrogantes, críticas y explicaciones. Sigue empeñado en que salgamos de nuestra zona de confort mental y eso le honra, y mucho.

Con permiso de Dolor y gloria, que es una cinta notable, los últimos Goya ningunearon uno de los títulos españoles más poderosos de 2019: Intemperie, la adaptación del best seller homónimo de Jesús Carrasco. Después de un excelente debut (Solas) y algunos sonoros pinchazos, Benito Zambrano recupera el pulso con un «wéstern andaluz» duro y áspero como pocos que encierra cine a raudales. Intemperie es una caza al hombre. Más dolorosa aún porque este hombre es un niño, y es un niño solo hasta que un personaje —magnífica interpretación una vez más de Luis Tosar— comparte con él su angustiosa huida. En la cinta destaca la narración adusta, la polvorienta puesta en escena, la brutal violencia que desprende y la angustia de los personajes, las desnudas emociones, la maldad del villano y la inocencia corrompida de la víctima. Intemperie duele, golpea fuerte, pero es una magnífica película.

Terrence Malick habita un universo cinematográfico paralelo al del resto de cineastas. Por eso, cada uno de sus estrenos se convierte en un acontecimiento. El carácter de ese acontecimiento depende de la predisposición de cada cual hacia el «universo Malick». Sin ser ni de lejos tan rendida admiradora suya como alguno de mis maestros, reconozco que su filmografía siempre me interpela aunque no siempre consiga convencerme. En Vida oculta consigue ambas cosas. Me interpela porque pone ante mis ojos una vida hasta ahora desconocida, la del beato Franz Jägerstätter, un granjero austriaco, que será ejecutado cuando —por sus convicciones cristianas— se niegue a prestar lealtad a Hitler. A través de las cartas que desde la cárcel Franz envió a su mujer, Malick cuenta una historia de heroísmo, de coherencia, de resistencia a la mentira. Y, sobre todo, una apasionada historia de amor. Y me convence porque pienso que el martirio de Jägers-

92—Nuestro Tiempo  primavera 2020

tätter no podría encontrar mejor paisaje que el que dibuja el cineasta. Fiel a su estética, a su tono y a su tempo, Malick va desgranando la trama —una única trama, para tranquilizar a los que se desasosegaron con El árbol de la vida— con calma, sin prisas, con mimo. Dejando que el espectador respire, comprenda, piense y, esencialmente, contemple. No creo que haya hoy un cineasta más dotado para crear belleza que Malick. Su cine es rabiosa e hipnóticamente bello. Y por eso logra persuadirme aquí Malick, porque no se entiende una santidad sin belleza. O, al menos, no debería entenderse. Sería una santidad mutilada. El gran problema del cine —y mucho más del cine religioso— es, muchas veces, esa incapacidad de mostrar la indisoluble unidad entre el bien, la verdad y la belleza. Y por eso me convence Vida oculta, porque probablemente es el mejor biopic de un santo que se ha hecho en mucho, muchísimo tiempo.


Desde la trinchera

El prólogo del #MeToo

La indeleble vigencia de los clásicos

1917

El escándalo

Mujercitas

Guion: Sam Mendes, Krysty WilsonCairns. Dirección: Sam Mendes Reino Unido, 2019 Para los amantes del cine clásico.

Guion: Charles Randolph Dirección: Jay Roach Goold Estados Unidos, 2019 Para periodistas y políticos.

Guion y dirección: Greta Gerwig (Novela: L. M. Alcott). Estados Unidos, 2019 Para amantes de la novela de Alcott.

A estas alturas, después de la serie La voz más alta, protagonizada por Russell Crowe, sabemos casi todo de Roger Ailes, el CEO de Fox News que transformó las noticias en espectáculo… y votos. Al contrario de la miniserie, que hace un recorrido completo por su trayectoria, El escándalo se centra en el final de su carrera y en el acontecimiento que marcó el declive: la acusación de abuso sexual que denunciaron algunas periodistas de la cadena. El de Ailes puede leerse como un prólogo del caso Weinstein que salió a la luz un año después y que marcaría el inicio del #MeToo. En los dos casos, una política de cosificación de la mujer y de hipersexualización maquillada de liberalismo engendra comportamientos sexistas, conjuras de poder y silencio y, finalmente, acoso y violencia. El cuarteto protagonista —Charlize Theron, Margot Robbie, Nicole Kidman, John Lithgow— borda su interpretación en una cinta tan incómoda como, en el fondo, necesaria.

Greta Gerwig ha hecho con esta versión del clásico de Louisa May Alcott algo maravilloso y bastante difícil: ha actualizado una obra muy conocida y leída manteniendo fielmente su esencia. Como demostró en Lady Bird (2017), Gerwig tiene una mirada muy contemporánea y femenina y probablemente es, en este momento, la directora más apropiada para contar lo que quiso contar Alcott. Para traer al presente la historia, Gerwig fragmenta la narración, actualiza alguna trama y aporta más luz y movimiento a la puesta en escena, que se muestra mucho más espontánea y directa que las versiones anteriores. En el capítulo interpretativo, Gerwig acierta en el casting, y más al darle el protagonismo a Saoirse Ronan, la mejor actriz de su generación, que compone una Jo llena de fuerza y contradicción. En definitiva, una notable película que demuestra que de los clásicos se puede seguir bebiendo, también en el cine.

La gran favorita se quedó a las puertas del Óscar. Y era la gran favorita porque Sam Mendes consigue en 1917 transformar una pequeña anécdota que le contó su abuelo en una película enorme. En la Primera Guerra Mundial, dos jóvenes soldados británicos tienen que atravesar la trinchera para transmitir un mensaje. Este recorrido en pleno frente le sirve a Mendes para hablar de la guerra, que es hablar de la muerte violenta, del infierno en la tierra. Es cierto que lo que cuenta 1917 resulta excesivamente simple. No hay subtramas, ni apenas arco de personaje. Quizás porque la guerra es un referente narrativo lo suficientemente potente para no desenterrar otras historias. Por eso, lo que llama la atención no es el relato sino cómo se narra. Con un larguísimo y falso plano secuencia que solo tiene un objetivo: que el espectador se pegue a los personajes, que recorra con ellos el frente, que sienta el miedo en el estómago y la metralla en la boca.

En esta intensa road movie Mendes no deja respirar ni deja de sorprender. Los sucesivos clímax —en una película de por sí climática— hacen que el metraje apenas pese. La fotografía, ganadora de un merecidísimo Óscar, es maravillosa. Y la humanidad que se cuela por las rendijas del horror, en forma de amistad, de compañerismo, de heroísmo, de generosidad, permite que el espectador salga de la pesadilla fortalecido moralmente, que es lo que tienen las buenas películas bélicas.

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Series

NÚMEROS

2,2

millones de minutos de series hay disponibles en Netflix. Para verlo todo se necesitarían más de cuatro años de visionado ininterrumpido.

300

series, 500 películas y 25 contenidos de Disney Plus Originals pone Disney+ a disposición de sus suscriptores.

Aprendiendo a amar

La serie adapta historias publicadas semanalmente por el New York Times en la columna «Modern Love».

Modern Love ensalza el amor sin negar sus sombras. Se trata de una serie antología amable, aunque irregular. texto Alberto N. García

[Com 00 PhD 05] es profesor titular de Comunicación Audiovisual y crítico cultural

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Que el amor mueve el mundo lo sabemos desde que Paris raptó a Helena. De batallas míticas a guerras de sofá, de renuncias dinásticas a besos que sellan un compromiso para toda la vida, el amor de pareja ha sido, es y será tan decisivo como el aire. Sobre ese sentimiento compone Modern Love una colección de estampas contemporáneas, muy neoyorquinas, que acentúan lo positivo. Ocho capítulos de media hora que entran con la frescura de un buen vinito blanco. Porque es una serie feliz.

Ahí descansa la mayor primicia de este producto de la cada vez más interesante Amazon Prime, una plataforma que ha estrenado títulos tan potentes como Jack Ryan, Fleabag o Carnival Row. Modern Love es un relato que reivindica el amor sin negar sus dificultades, sus tragedias, incluso. Frente al prestigio intelectual del dramón de alcoba y el despelleje íntimo, la serie apuesta por un relato que, simplemente, es capaz de hacer que sus personajes se sobrepongan a los obstáculos. No hay mejor metáfora que ese


‘American Crime Story’

matrimonio maduro que, tras las sesiones de terapia conjunta, sigue jugando al tenis. Pasando bolas. Corriendo. Respetando unas reglas que ambos han aceptado antes del partido. Eso es el amor como dedicación, como voluntad, como empeño colectivo por hacer funcionar un compromiso. Ya lo advertía Chesterton: «Lo que mantiene la vida romántica llena de ardientes posibilidades es la existencia de esas grandes limitaciones vulgares que nos obligan a todos a enfrentarnos a las cosas que no nos gustan o que no esperamos». La otra novedad de Modern Love es su formato. Hace ya casi una década que Black Mirror resucitó la antología: esas series que ofrecen capítulos totalmente independientes, con nueva trama y actores en cada episodio. Un reset en toda regla donde la continuidad serial proviene del género —la ciencia ficción en Love, Death & Robots—, el tema —descendientes de la realeza rusa en The Romanoffs— o el escenario —una habitación de motel en Room 104—. En el caso de Modern Love, la flexibilidad del formato le venía casi dada por el material del que proviene: una célebre y celebrada columna homónima del New York Times. Con ese material periodístico, John Carney —el director de la entrañable película Once— escoge para sus ocho capítulos historias que, como anticipan los hermosos títulos de crédito, exhiben flechazos de todo tipo: casados, solteros, platónicos, recurrentes, imposibles, interraciales, intergeneracionales… El amor, como la muerte en las coplas, se erige en un estupendo igualador: afecta radicalmente a todos. La marca de la casa en Modern Love es que siempre, a pesar de las tempestades, prevalece el aroma

‘Halo’

‘Los espabilados’

amable, la sensación humanista de que el viaje merece la pena. Hay episodios deliciosos, como el del portero con códigos samuráis y sentimientos puros («When the Doorman is Your Main Man»). Otros resultan visualmente sorprendentes, como el protagonizado por una bipolar Anne Hathaway («Take Me as I Am, Whoever I Am»). Y los de más allá cierran con una elipsis brillante, como el protagonizado por los fantásticos Tina Fey y John Slattery («Rallying to Keep the Game Alive»). No obstante, lo mejor y peor del formato de la antología es la individualidad, lo que implica irregularidad. En general, en Modern Love el nivel medio es bueno, a ratos estupendo, pero el espectador no puede sacudirse la impresión de que las buenas intenciones han predominado sobre la efectividad dramática en episodios como «When Cupid Is a Prying Journalist» o «The Race Grows Sweeter Near Its Final Lap» (¡ay, esa coda tan innecesaria!). No es más que un pequeño borrón en una serie intimista que deja al espectador con un buen sabor de boca, que le anima a apostar por una mirada que hoy resulta casi contracultural. La que resumía Sam Keen: «Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta». Eso: aprender a amar. Una lección que tratamos de asimilar desde que el mundo es mundo. Nt

APUNTES

‘halo’, de la xbox a la televisión Tras varios retrasos, la adaptación del famoso videojuego futurista —una guerra intergaláctica en el siglo xxvi— ya se está rodando. Llegará a Showtime en 2021 y promete entrar por la puerta grande en el panteón de los superespectáculos televisivos. Expectación. el impeachment de bill clinton American Crime Story sigue dramatizando los eventos más mediáticos de la vida estadounidense. Tras la fantástica recreación del caso O. J. Simpson y la más discreta temporada sobre el asesinato de Gianni Versace, le toca el turno a los Clinton. El estreno en la FX estaba previsto en época electoral. Polémico. ‘los espabilados’ en movistar La producción española continúa viento en popa, con una repercusión internacional cada vez mayor. Movistar se atreve ahora con Los espabilados, un relato que cuenta la historia de siete adolescentes que escapan de un centro psiquiátrico. Albert Espinosa, uno de los creadores, ya dio la campanada con Pulseras rojas. Atrevida. primavera 2020  Nuestro Tiempo —95


Música

en la cima

Solo Lluís Llach y Joan Manuel Serrat lo habían conseguido antes. Este cuarteto de barceloneses logró en 2011 ser número uno en España cantando en catalán. Desde entonces, la crítica y el público les han acompañado de forma paulatina hasta llegar a ser una de las referencias clave de la música pop actual.

Manel: una discografía sin un paso en falso Manel se ha convertido en una de las bandas más relevantes de la historia de la música catalana, pero también en uno de los grupos más en forma del panorama español actual. Quien les dé una oportunidad y entierre prejuicios puede acabar enamorándose de su música. texto Alberto Bonilla [Com 12]

Corre el año 2008. Cuatro barceloneses editan una selección de canciones bajo el título Els millors professors europeus. El disco recibe múltiples reconocimientos de la crítica especializada en Cataluña e incluso se cuela como tercer mejor álbum del año según Rockdelux, una prestigiosa publicación nacional. Hasta aquí esta historia podría ser la de cualquier banda emergente catalana cuya cota de popularidad acaba chocando de manera recurrente contra el paredón del idioma. No es el caso de Manel, una formación que ha ido ganando fans a lo largo y ancho de España a base de excelentes trabajos, a cada cual más ambicioso e inconformista. 96—Nuestro Tiempo  primavera 2020

El cuarteto barcelonés debutó en 2008 con un éxito rotundo. mireia grau


DISCOGRAFÍA

Per la bona gent [2019]

Jo competeixo [2016]

Si usted se acerca hoy a la música de Manel a través de una plataforma de streaming como Spotify, es probable que, con el paso de las canciones, crea que está escuchando a bandas distintas. No se preocupe. Eclecticismo y evolución constante singularizan su discografía, algo que se percibe fácilmente cuando se recorre cada uno de sus álbumes. En Els millors professors europeus podemos encontrar una oda a la canción pop más genuina revestida de un carácter folk que, a grandes rasgos, predomina en la trayectoria del grupo. El disco es un homenaje costumbrista a la nova cançó catalana que alcanza niveles de excelencia en temas como «Captatio benevolentiae», «Al mar!» o «En la que el Bernat se’t troba». Ese reconocimiento de lo cotidiano se mantiene en su segundo trabajo, 10 milles per veure una bona armadura. Aunque sin aspiraciones disruptivas, este disco sirve para vislumbrar su interés por aparcar elementos como el ukelele en favor de las percusiones o los ritmos de bajo. Esas pretensiones se hacen tangibles en «Boomerang», la preciosista «Aniversari» o «Benvolgut», una de sus letras más redondas, en la que Guillem Gisbert consuela, en primera persona y con cierto sarcasmo, a la expareja de su novia actual. No tardaron los barceloneses en editar su tercer proyecto, Atletes, baixin de l’escenari’, con el que lograron traspasar las fronteras de la geografía catalana aupados por canciones como «Mort d’un heroi romàntic», «A veure què en fem» o la que sirvió de single «Teresa Rampell», con ese «¡Que viene el amor, que viene el amor!», imprescindible en sus directos. Pero si un trabajo se adentra en las entrañas melódicas de Manel, ese es Jo competeixo. Sus letras siguen acogiendo el espíritu cotidiano, pero revestidas de ele-

Atletes, baixin de l’escenari [2013]

10 milles per veure una bona armadura [2011]

mentos electrónicos en lo que supone un nuevo ejercicio dinámico y contestatario de la banda. Los casi nueve minutos del corte que da título al disco representan el muestrario de influencias y virtudes de una formación que ha sabido escapar de la fórmula ganadora para contrariar con bastante éxito al oyente. «Jo competeixo» es un manual ilustrativo de la vida actual, de las pasiones y los estilos contemporáneos. Una canción redonda que se asocia con las melodías de «Sabotatge», «Les cosines» o «La serotonina», en la que el oído nos transporta veloz a las armonías de Juan Luis Guerra. Más recientemente nos encontramos con Per la bona gent, la confirmación popular de Manel como una de las bandas más en forma. En este último álbum se percibe a los Manel más arriesgados y desacomplejados en composiciones como la progresiva «Formigues», la pura «Aquí tens el meu braç» o la homónima «Per la bona gent», con el viaje pretérito del sample de Maria del Mar Bonet. Nada se deja al azar en su música, con una asociación continua y compacta entre lo melódico y lo lírico, sin despegarse del influjo evidente de artistas como Joan Manuel Serrat, Beirut o Talking Heads. A estos últimos rinden homenaje en canciones como «Boy Band», satírica, autorreferencial, desconcertante y contagiosa. Si aún no ha sufrido el desengaño al que podría verse arrastrado por la barrera de la lengua, quizá le interese saber que Manel tiene todas sus letras traducidas a cinco idiomas en su página web (manelweb. com). Una oportunidad única para destapar un universo de canciones hermosas y de la vida cotidiana mientras se aprende catalán. Lo que ahora se conoce como un win-win al alcance de unos auriculares y un par de clics.

Els millors professors europeus [2008]

APUNTES

en directo El 18 de enero de 2010 los catalanes visitaron el Palau de la Música para ofrecer uno de sus conciertos más populares y redondos. El directo al completo se encuentra en YouTube. Entre el público uno puede descubrir a un famosísimo entrenador de fútbol, fan acérrimo de la banda. yoko y los beatles «Ai, Yoko» es el corte que abre su tercer trabajo. Esta melodía, en la que los barceloneses hablan del amor entre John Lennon y Yoko Ono, sirve como canto de defensa a ella. Como suelen decir: «Es una barbaridad, ella no tenía la culpa» en la ruptura de los Beatles. covers Fruto de su carácter ecléctico, Manel ha realizado varias versiones de canciones reconocidas y de géneros muy distintos. Lo mismo se han atrevido con los británicos Pulp en «Gent normal» que han caído en las redes de Shakira en su cover «El bròquil».

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Escena

barbazul, en ‘el castillo de barbazul’

«Quiéreme Judith, pero no preguntes»

Abrir la puerta Una nueva aproximación al mito de Barbazul se estrenó en la Ópera de Baviera. Esta vez, desde la perspectiva de Judith, la heroína. texto Felipe Santos [Com 93]

@ultimoremolino fotografía ©W. Hoesl / Bayerische

Staatsoper Abrir esa puerta o no abrirla. He ahí el dilema casi hamletiano que asoma varias veces a lo largo de la vida ante encrucijadas aparentemente banales. La elección comporta aún mayor gravedad cuando esa puerta conduce a la morada interior, y aún más si quien gira la manilla es otra persona. Recuerdo haber leído de niño el cuento de Barbazul en un volumen grueso y grande, con ilustraciones preciosistas de María Pascual. Luego fui encontrándome ese libro —en realidad eran dos tomos— en casas de amigos. Me di cuenta de que había un vínculo generacional. Hoy, cada vez que regreso a casa de mi madre, lo busco infructuosamente. Quizá esté en el montón de cajas del trastero. Pero bajar allí, abrir la puerta que ha ido quedándose encajada en los goznes por el paso del tiempo y hacer frente a esa montaña de recuerdos, me obliga a darme la vuelta y dejarlo para mejor ocasión. Abrir la puerta o no abrirla para escapar de la memoria y evitar el dolor de lo ya perdido. 98—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Nina Stemme encarna a la detective que se adentra en el castillo de Barbazul.


una carrera en ascenso Oksana Lyniv es uno de los talentos emergentes entre las directoras de orquesta. Nació en Brody, patria chica del escritor Joseph Roth. Estudió dirección de orquesta en la Hochschule für Musik Carl Maria von Weber de Dresde. Hasta 2013 fue directora adjunta del Teatro Nacional Académico de Odessa y se ha subido al podio de la Ópera Nacional de Estonia, la Ópera de Bonn o El Liceu. De 2013 a 2017 fue asistente de Kirill Petrenko —hoy director de la Orquesta Filarmónica de Berlín— durante su etapa en la Ópera de Baviera. Allí dirigió La clemenza di Tito, Ariadna en Naxos y Lady Macbeth de Mtsensk, entre otros. Desde 2017 es directora musical de la Ópera de Graz. foto: ©oleh pavliuchenkov

Barbazul no es un relato para niños, aunque se juzgara así desde el comienzo, cuando Charles Perrault lo escribió en el siglo xvii. La fuente de inspiración no era precisamente un cuento de hadas. Gilles de Reis, un noble de Nantes que tras una vida ajetreada en la que se convirtió en mariscal de Francia y compartió campo de batalla con Juana de Arco, se había retirado a su castillo. Los lugareños siempre lo tuvieron en alta estima, orgullosos de que alguien tan notable hubiera elegido esa parte del país para vivir. Pero la desaparición lenta y progresiva de cientos de niños y adolescentes desató las especulaciones. El resultado fue uno de los juicios públicos mejor documentados de aquella época. Lo escrito revela la atrocidad a la que puede llegar el ser humano para infligir dolor y muerte en otros. El relato espeluznó a toda Francia e increíblemente acabó en un cuento de hadas. Pero el desatino no sepultó a Barbazul sino que el misterio simbolista que lo rodea alimentó lo que hoy ya se considera un mito, como pudiera ser Fausto o don Juan. Gran parte de esta evolución hasta nuestros días se debe a la ópera que escribió Bartók sobre el libreto de Béla Balázs, un intelectual perseguido por sus ideas políticas que pasaría a la historia como uno de los primeros teóricos del cine. Fue precisamente ese arte el que utilizaría el argumento en las primeras cintas que se rodaron (Barbe-bleue, de Georges Méliès, 1901) y que siguió acrecentando el mito en las décadas posteriores con películas como Notorious (Alfred Hitchcock, 1946), Secret Beyond the Door (Fritz Lang, 1947) o The Piano (Jane Campion, 1993). La elección del nombre de Judith no es casual. Balázs se inspiró probablemente en el cuento que escribió Herbert Eu-

lenberg en 1905, titulado Ritter Blaubart, y quizá encontró ahí el nombre que remitía a la historia bíblica de Judith y Holofernes para terminar de conferirle a su trama esa aura mezclada de misterio y sensualidad, tan característica del modernismo. Basta recordar la Judith que pinta Gustav Klimt en 1901: su mirada ya no puede ser la de una inocente esposa que abre con candidez las puertas de un castillo. En sus manos está el destino del hombre que ama, a medio camino entre la redención y la expiación por los males cometidos. Nada que ver, desde luego, con el rostro de Lady Peel que pintó sir Thomas Lawrence en 1827. El montaje de la Ópera de Baviera lleva el nombre de la heroína, y la historia se narra desde su punto de vista. Solo que aquí ella es detective. Anna Barlow (interpretada por la soprano Nina Stemme) trabaja en un caso que involucra a tres mujeres desaparecidas. Sospechan del empresario Michael Hayworth (el bajo John Lundgren). Para despertar su interés, adopta una identidad y se hace pasar por una escort girl. Como seudónimo, elige el nombre de Judith. Cuando accede a su lujoso apartamento, se enfrenta al hombre que se hace llamar Barbazul. Lo más controvertido resulta su resolución. Judith abre la séptima puerta y descubre a las desaparecidas. Las rescata mientras saca una pistola escondida en su ropa. Ellas escapan y quedan ellos dos frente a frente. Cuando podría parecer que Judith cerraría la puerta para dejarlo allí hasta que viniera la policía, en un gesto de sangre fría le dispara. Un final muy del cine anglosajón para una historia que no es nada banal. Me recordó a aquello que dijo un espectador cuando terminó de ver el estreno de Funny Games (Michael Haneke,

Judith tiene como preludio el Concierto para orquesta del mismo Bartók. FICHA ARTÍSTICA

Judith, montaje a partir del Concierto para orquesta y la ópera El castillo de Barbazul, de Béla Bartók. Directora de escena: Katie Mitchell. Directora musical: Oksana Lyniv. Intérpretes: John Lundgren, Nina Stemme. Orquesta de la Ópera de Baviera. Nueva producción. Teatro de la Ópera de Baviera, 1 de febrero. l

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1997) en Cannes: «Es inmoral: no se castiga a los malos. Me siento decepcionado». Sin querer, el disparo de Judith también fue dirigido al loable intento por contar el mito desde el lugar de la heroína. El desafío quedará para posteriores montajes. Nt

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Arte

fondos de emergencia

Como apunta la Alianza Estadounidense de Museos, el impacto del covid-19 en este ámbito es devastador. La organización prevé que hasta el 30 por ciento de los museos de EE. UU., principalmente en comunidades pequeñas y rurales, no volverán a abrir sin una importante ayuda financiera de emergencia inmediata.

Museos, oasis online frente al covid-19

Con la tecnología como puente a los hogares, el arte sigue cerca de la sociedad durante la pandemia mientras afronta este escenario crítico. texto Leire Escalada [Com 10]

100—Nuestro Tiempo  primavera 2020

Hace semanas que ya nadie contempla la sonrisa enigmática de La Gioconda en la sala más concurrida del Louvre. Tampoco hay ojos hipnotizados frente al prodigio de Las meninas, en el Prado, ni grupos compartiendo estancia con El matrimonio Arnolfini en la National Gallery. El coronavirus ha obligado a cerrar las puertas de los museos del mundo y ha convertido a sus visitantes en personajes de Hopper o de Dalí que observan el exterior desde sus casas. Sin embargo, mientras la pandemia cierra puertas, desbarata planes y lleva el

silencio a calles, cines, teatros y museos, se abren millones de ventanas. Las pantallas de los teléfonos, ordenadores, tablets y televisores han servido de puente para conectar museos y hogares. Y los centros de arte han sabido utilizar la tecnología y su creatividad para acercar propuestas, crear nuevos contenidos y acompañar al público en estos tiempos aciagos. «Es un momento histórico y triste. Uno de los poquísimos días en sus doscientos y pico años de historia que el Museo del Prado no ha abierto sus puertas. Pero no


día internacional de los museos ‘online’

Con el lema «Museos por la igualdad: diversidad e inclusión», centros de todo el mundo celebran el 18 de mayo su día internacional. Este año será a través de internet con distintas actividades online. El Consejo Internacional de Museos, en su página web, ya ha invitado a los museos a sumarse al #DIM2020. Así, la institución ha solicitado «vídeos e ideas para actividades interactivas que se puedan realizar en casa».

quiere decir que dejemos de procurar a la gente una aproximación de la belleza de las obras que encierran estos muros y a la enorme cantidad de conocimiento que atesoran», destacaba su director, Miguel Falomir, el 12 de marzo ante el cierre sine die al público. Instagram fue el canal elegido para transmitir este anuncio y también compartieron vídeos en Twitter que atestiguaban la clausura de las salas. El Prado comenzó entonces la iniciativa #PradoContigo para proponer actividades a través de las redes sociales y su página web. Del mismo modo, numerosas instituciones han lanzado campañas para seguir cerca de la sociedad durante el confinamiento, como el Reina Sofía (#ElReinaEncasa), el Thyssen-Bornemisza (#ThyssenDesdeCasa), el Metropolitan (#MetAnywhere), el Louvre (#LouvreChezVous), el Museo Británico (#MuseumFromHome), el Rijksmuseum (#Rijksmuseumfromhome), el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (#MalbaVirtual), el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León (#MUSACcontigoencasa), el Museo Universidad de Navarra (#MUNencasa) y muchos otros. Entre sus propuestas, visitas virtuales a exposiciones, recorridos guiados online, obras comentadas por expertos, conferencias, documentales, cursos y talleres, actividades didácticas y juegos para niños… Todo, a un clic de distancia. «Podemos tomar esta situación excepcional como una oportunidad para crear contenidos que, de otra forma, no podríamos ofrecer a tanta gente», valoró Olga Sevillano, directora de programas virtuales del Reina Sofía, en declaraciones a El País. Pero, mientras las puertas virtuales abren veinticuatro horas, estas instituciones afrontan un escenario complejo e

inédito. Su sostenibilidad y recuperación, sin la venta de entradas y con los proyectos expositivos paralizados, es preocupante. La actividad de museos, artistas y profesionales de este ámbito ha tenido que adaptarse a unas circunstancias cambiantes e imprevisibles, con altas pérdidas económicas, no solo derivadas de la caída de la venta de tickets, sino también de costes asociados a la paralización de proyectos, gastos en pólizas de seguros, transportes… Los préstamos y traslados de obras entre distintas instituciones se han detenido y cada museo se esfuerza por rediseñar agendas y calendarios. Según datos publicados por el Consejo Internacional de Museos (ICOM), se calcula que el sector cultural perderá en Italia 3 000 millones de euros en el próximo semestre; en España, solo en abril, se estima que las pérdidas alcancen los 980 millones de euros. Es momento de reflexión porque los museos después de la pandemia serán distintos a como los conocemos. Por ejemplo, se plantea la limitación de personas que puedan visitar las exposiciones, cifras alejadas del turismo masivo. Pero su función continuará siendo insustituible. «Como lugares incomparables de intercambio y aprendizaje para todos, tendrán un papel importante en la reparación y el fortalecimiento del tejido social de las comunidades afectadas», subraya el ICOM en una declaración oficial. Ahora que se añoran momentos al aire libre, como el del Baile en el Moulin de la Gallet, o disfrutar con los más pequeños en un columpio, como el de Fragonard, el arte permanece como una luz en tiempos oscuros. Los focos de los museos están apagados, pero continúa encendido el quinqué del Guernica y brilla La noche estrellada de Van Gogh.

APUNTES

#munencasa El Museo Universidad de Navarra ha lanzado la campaña #MUNencasa para acompañar a la sociedad durante el confinamiento. A través de sus redes sociales, dedica un día a cada una de sus áreas: exposiciones, artes escénicas y música, cine, programas públicos, área educativa, Campus Creativo y publicaciones. Entre sus actividades, se ofrecen visitas virtuales, conferencias y masterclasses, comentarios de obras, puzles y videocuentos. También se ha sumado a la iniciativa #UNAVencasa y ha creado el blog munencasa.es. #laculturaentucasa El Ministerio de Cultura y Deporte está impulsando la campaña #LaCulturaEnTuCasa con el objetivo de «fomentar el uso de los recursos culturales existentes en internet». Sus propuestas incluyen visitas virtuales a exposiciones, teatro, cine, música y préstamos de libros y audiolibros. Además, el organismo recomienda cursos formativos y ofrece recursos profesionales para las industrias culturales y creativas.

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HISTORIAS MÍNIMAS Ignacio Uría

Columna de repente

olvido del tercio de cerveza y tampoco del Terço portugués, que es como allí califican al Rosario nuestro de cada día: un tercio de avemarías y otro de misterios —que ahora sería un cuarto, pero eso es otra historia y debe ser contada en otra ocasión, como diría Michael Ende—. Entre bromas y veras, ya voy por la mitad de mis obligaciones y eso me gusta. Vislumbro el final de la columna al final de la página y un buen final realza cualquier trabajo. No quiero precipitarme: llegaremos, pero a su debido tiempo. Ah, el tiempo, siempre tan esquivo, tan líquido y goteante como lo pintó Dalí. El tiempo es lento para los que esperan, rápido para los que temen, largo para los que sufren, corto para los que gozan y eterno para los que aman. Esta frase es redonda como el tiempo oriental, lástima que no sea mía sino del Bardo de Avon —Shakespeare para los amigos—. He tenido tentaciones de no citarlo —como si yo presidiera una galaxia muy cercana y fuera doctor, qué sé yo, en Economía—, pero las he superado. A mí no me pasa como a Wilde, que po«A mí no me pasa como a Wilde, que podía día resistirlo todo… salvo la tentación. Yo no puedo resistirlo resistirlo todo… salvo la tentación. Yo no puedo todo. En absoluto. Por eso no veo el telediario, que es irresisresistirlo todo. En absoluto. Por eso no veo el tible y eterno —el primero, de 1957— y la eternidad se hace un telediario, que es irresistible» poco larga, sobre todo, al final. Eso lo decía Woody Allen, al que adoro por su hipocondría y por enseñarme Manhattan. La historia de esta isla merece la pena. Como cualquiera Y AHORA DE QUÉ ESCRIBO YO? Eso pensé drasabe si es indio lenape, Manhattan quiere decir «isla de mumáticamente cuando Ana Eva Fraile [Com 99], chas colinas». Ahora no quedan colinas porque las aplanaron redactora jefe (¿o jefa?, ay) de Nuestro Tiempo, me para construir rascacielos, pero haberlas las hubo. La historia recordó con su legendaria amabilidad la fecha límite cuenta que un holandés llamado Peter Minuit la compró en para enviar esta columna. Realmente no era «esta columna» 1626 a la tribu del lugar por unos mil doscientos euros actuaporque esta columna no existía cuando me la pidió. Mi conles. Un negocio calvinista donde los haya. tribución se parecía entonces al famoso gato de Schrödinger, Dos años más tarde la bautizaron como Nueva Ámsterdam que estaba vivo y muerto a la vez (la física cuántica tiene estas y la eligieron capital del territorio de Nueva Holanda —imagiparadojas, que yo no entiendo, pero que siempre lucen en un nación, la justa—. En pocas décadas, los ingleses expulsaron artículo). a los oranje y, rivalizando en incapacidad para denominar Puestos a citar a gatos prefiero al sonriente de Cheshire, nuevas tierras, la llamaron Nueva York en honor del duque capaz de aparecer y desaparecer y de enseñarle a Alicia que de York. Este se coronaría más tarde como Jacobo II, último es posible ver un gato sin sonrisa, pero jamás una sonrisa sin rey católico de Inglaterra, al que Purcell dedicó un himno gato. Me gustan estas ocurrencias del País de las Maravillas sacro. No es poca cosa para un rey viniendo del compositor de porque me transportan a una infancia desThe Virtuous Wife (or Good Luck at Last). Un preocupada y llena de felinos: el inteligente título heteropatriarcal y barroco con ecos LA PREGUNTA DEL AUTOR Fígaro que acompañaba a Pinocho, don Gaproverbiales. to y su pandilla, el «lindo gatito» Silvestre, Y aquí estamos ya. Por fin llegó el fin. En¿Qué hace usted cuando siempre a la caza de Piolín —traicionero y tre gatos, tercios, Shakespeare y Manhattan le falta inspiración para amarillo como un lazo—, Tom, el de Jerry, se nos ha pasado la columna. La misión imacometer una tarea? o Garfield, el de la lasaña. En fin, un listado posible se ha convertido en misión cumplilargo donde no faltaban los de Loquillo en da. No ha sido tan terrible. su callejón o los Aristogatos, que eran gatos @NTUnav y no un par de políticos. Miau, diría Galdós. Ignacio Uría [Der 95 PhD His 04] es profesor de Opine sobre este asunto en Historia en la Universidad de Alcalá. Con este asunto de los mininos, ya ve usTwitter. Los mejores tuits se @Ignacio_Uria ted, hemos llegado al primer tercio de la copublicarán en el siguiente número. lumna. Y los tercios son cosa seria, ya sean los de Flandes —encamisados y bandera imperial en ristre— o los tres tercios toreros: picar, banderillear y matar. Con todo, no me

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ENSAYO

Urbanismo vs humanismo

Desfragmentar la ciudad

El imparable aumento de la población urbana a nivel mundial ha intensificado el debate sobre el futuro de la vida en las ciudades. El siglo xx fue testigo de propuestas funcionalistas que produjeron en muchos casos un crecimiento urbano excesivo y caótico. En cambio, en las últimas décadas la ciudad se está concibiendo como una unidad orgánica en la que el protagonismo corresponde a la persona, al entorno natural y al equilibrio entre ambos.

MIGUEL ÁNGEL ALONSO DEL VAL Catedrático de Proyectos Arquitectónicos, Universidad de Navarra

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hace noventa años, uno de los teóricos soviéticos más influyentes, Nikolai Milyutin, publicó sus propuestas para la ciudad utópica de la Revolución rusa. En un libro titulado Sosgorod (1930), mostraba la aplicación del desurbanismo, término creado por los teóricos rusos Mosei Guinzburg y Mikhail Okhitovich. Era la respuesta comunista a las caóticas metrópolis propias del capitalismo occidental, singularmente representadas por Chicago y Nueva York. Milyutin se basaba en principios arquitectónicos racionalistas sobre un modelo de ciudad lineal ligado al proyecto desarrollado en Madrid por el español Arturo Soria a finales del siglo xix. Sus recetas urbanas organizaban la ciudad en bandas paralelas y no en barrios, un elemento que los soviéticos consideraban clasista. Por otra parte, buscaban eliminar la contraposición entre ciudad y campo, que Milyutin tenía por uno de los mayores defectos del capitalismo, mediante la destrucción de los límites entre ellos; al tiempo que proponían abandonar las ciudades tradicionales y convertir algunas, como Moscú, en un espacio destinado al turismo de masas donde se conservaran los edificios representativos del antiguo régimen, al estilo de los actuales parques temáticos. Su proyecto de zonificación radical de la vida urbana —atribuir determinados usos a áreas concretas del callejero— tuvo un impacto decisivo en la teoría de la planificación de ciudades. Lo hizo principalmente


ANA GALVAÑ primaveraILUSTRACIONES: 2020  Nuestro Tiempo —105


ENSAYO

Urbanismo vs humanismo

Urbanizar es un concepto continental, pero civilizar es un concepto mediterráneo. Urbanizar es una ciencia, pero civilizar, crear ciudadanos, implica un humanismo que perdió vigencia en el transcurso del siglo xx. a través de la propuesta de Le Corbusier para la Ville Radieuse o Ciudad Radiante (1933), que aunaba las formulaciones previas de una Ville contemporaine pour trois millions d’habitants (1922) y del Plan Voisin para París (1925). En ellas se asumió ya el carácter emblemático de las torres de oficinas y el reparto eficaz de las distintas funciones urbanas —residencia, ocio y trabajo—, conectadas mediante potentes arterias viarias y separadas por espacios verdes. Este trazado innovador se apoyaba en la conocida como «Carta de Atenas», un documento ideado en 1933 y publicado en 1941 con la firma, entre otros, de Le Corbusier. Su contenido se desplegó como una doctrina incontestable, apuntalada por la construcción de una ciencia urbanística basada en estándares y técnicas asociadas al aprovechamiento de los espacios y al ordenamiento de las actividades urbanas. propuestas de zonificación durante el siglo xx. Este modelo internacional de ciudad moderna, reducido en muchos casos a una mera fragmentación del territorio en áreas especializadas, respondía al mito nórdico del «bosque habitado» y trataba de sustituir, con ventajas higiénicas y productivas, a la «escena urbana» de la vieja ciudad mediterránea. Todavía hoy, el patrón urbanístico heredero de aquella planificación basada en el zoning, un término usado por primera vez por Edward Basset en Nueva York, es una referencia mundial aunque dificulte la gestión, que demanda rapidez en el cambio de uso. En todo caso, la ciudad constituye, fundamentalmente, un espacio comunitario cuya riqueza brota de la interacción, no de la separación. El mundo mediterráneo conserva este arquetipo de ciudad, que se apoya en dos principios complementarios: comunidad y aislamiento. Comunidad entre sus habitantes, donde la calidad de los espacios representativos es transcendental; aislamiento para construir una segunda naturaleza a escala humana. La casa y la ciudad

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se encuentran así, desde Santiago a Jerusalén, íntimamente ligadas en su concepción y en su tradición para forjar el paradigma de ciudadanía de Occidente. El mundo nórdico, por el contrario, concibe la ciudad como la sublimación de lo natural y no puede abandonar la idea primigenia de habitar un espacio de fugas infinitas. La ciudad continental, sea Amberes o Varsovia, nace sobre un cruce de caminos que se refiere a un mercado, una fortaleza o un santuario. Alineadas sobre aquellos tránsitos, las viviendas nunca se desligan del campo y suelen conservar un gran espacio verde, el common sajón, un recorte del paisaje en la ciudad que no es una piazza, sino un central park. Podría decirse, por tanto, que el mediterráneo es un ámbito creador de ciudades, mientras que el nórdico construye urbanizaciones. Hasta tal punto importa esta distinción que se percibe incluso en los paradigmas desde los que analizan el fenómeno teóricos como Leonardo Benévolo o Aldo Rossi (la ciudad como historia) y el que usan Kevin Lynch o Denise Scott-Brown (la ciudad como paisaje). Aunque en Occidente ambas tradiciones se han ido fundiendo, para el mediterráneo lo importante no es la extensión sino la concentración, la memoria y, en definitiva, la cultura. Urbanizar es un concepto continental, pero civilizar es un concepto mediterráneo. Urbanizar es una ciencia, pero civilizar, crear ciudadanos, implica un humanismo que perdió vigencia en el transcurso del siglo xx. Tal declive no se debió al simple influjo de un anhelo socialista, pues no resultaba menos destructiva para el corazón de la ciudad la apuesta del arquitecto norteamericano Frank Lloyd Wright. Su Broadacre City (1932) daba vida a la utopía de frontera, basada en las fundaciones de Thomas Jefferson, como un ideal de ciudad jardín de baja densidad, amparada en la distinción radical entre downtown y suburbia, entre el centro de negocios con su rascacielos emblemático y las viviendas unifamiliares sobre


La ciudad diseñada por especialistas es una ciudad fosilizada o pensada para el corto plazo, que rápidamente se queda obsoleta. En cambio, una visión global de la ciudad como organismo vivo que se adapta en el tiempo la concibe como un lugar de mediación. huertos de un acre que, teóricamente, aseguraban el autoconsumo. Este modelo, vinculado al automóvil y a casas genuinamente americanas, ha sido imitado en todo el mundo y ha producido urbes como Monterrey (México), que, renunciando a su origen hispano, ha crecido como un inmenso manto de parcelas aisladas a lo largo de cien kilómetros. Por desgracia, esta ciudad extensa pero no intensa, hecha de fragmentos privados, fruto de una zonificación esquemática apoyada en multiplicar y especializar las infraestructuras de comunicación, facilita la marginación social. Las autopistas urbanas, las normativas sectoriales o las prescripciones de seguridad crean rupturas que pueden gangrenar un tejido urbano y separar a sus habitantes en grupos según criterios étnicos, económicos, sociales, etcétera. Estos modos planificadores arcaicos son el origen de los fenómenos de saturación que se observan en lugares como Shanghái y son la fuente de conductas proclives al ensimismamiento arquitectónico en ciudades emergentes como Abu Dhabi (Emiratos Árabes Unidos) o Bakú (Azerbaiyán). Paralelamente, lejos de las motivaciones igualitarias revolucionarias o la universal aspiración contemporánea al confort, a partir de los años ochenta la mirada posmoderna potenció una visión formalista de la ciudad, desprovista de referencias ideológicas, que favoreció el desarrollo de una actitud superficial y coyuntural sobre los problemas urbanos. Es la actitud del visitante, del observador o del turista que valora, sobre todo, la novedad y las transformaciones urbanas cargadas de mensajes simbólicos asociados a intereses políticos. En ese entorno, como muy bien expresa el sociólogo estadounidense Richard Sennet en su texto Construir y habitar. Ética para la ciudad (2018), el urbanismo se ha convertido en «una disciplina fracturada, dividida entre construir y habitar. Hay ramas del conocimiento que siguen una vía de progreso, enriqueciendo con el tiempo su acervo

de hechos e ideas. Pero no ha sido así en el caso del urbanismo. En consecuencia, no existe hoy una propuesta generalmente aceptada y convincente acerca de cómo abrir una ciudad». punto de inflexión: bienal de venecia 2006. El concepto actual de ciudad abierta, auspiciado en los sesenta por el crítico inglés Reyner Banham, abre un debate sobre la gobernanza de la ciudad y pone el énfasis en recuperar la conexión entre el habitar y el construir. Un reto que la Bienal de Venecia de 2006 entendió como imprescindible para responder al inevitable futuro megaurbano que nos acecha y que muestra las desigualdades a través de imágenes tan impactantes como la favela brasileña de Paraisópolis enfrentada a las lujosas torres de viviendas de São Paulo. Entre las conclusiones de aquella bienal se reclamaba una «arquitectura de ciudad e integración social», con unos edificios y espacios públicos diseñados para reforzar esa unión. La arquitectura no debe ser la coartada de una intervención desvinculada de la realidad urbana, ni un puro objeto comercial a la moda. En este sentido, los edificios singulares, especialmente los públicos, serán importantes no tanto por lo que proclaman sino por lo que regalan a la ciudad que les cede un lugar privilegiado, como es el caso del Parque Biblioteca España del colombiano Giancarlo Mazzanti en Medellín. También se hizo hincapié en Venecia 2006 en la importancia de tejer redes de «transporte capilar y oportunidades personales», porque un transporte público eficiente contribuye a la equidad social, y una red múltiple de comunicaciones e infraestructuras de todo tipo facilita la creación de una ciudad para el nuevo siglo: la ciudad de las oportunidades personales que nace de la comunicación y de la accesibilidad. La experiencia del brasileño Jaime Lerner con la Red Integrada de Transporte en su Curitiba natal es paradigmática.

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ENSAYO

Urbanismo vs humanismo

Para conseguir la deseada integración urbana resultaba inevitable apelar a «una ciudad densa en una comunidad sostenible». Cuanto más compartan las ciudades y sus ciudadanos, menos energía se consume y menos polución se genera. La ciudad compacta aporta seguridad a sus habitantes, evita la segregación social y privilegia el intercambio persona a persona. Siguiendo los dictados de aquella bienal, cualquier modelo debería basarse en «el espacio compartido y la tolerancia pública». La cantidad y calidad de los espacios públicos y las dotaciones comunitarias afectan directamente a la construcción de una sociedad tolerante pero fuerte, a la defensa de su patrimonio público y de sus valores ciudadanos; un patrimonio que no lo forman solo los edificios o las instituciones sino también los espacios públicos que dotan de identidad a sus ciudadanos y de singularidad a cualquier lugar porque son reflejo de una memoria de capas superpuestas en la ciudad histórica. Un ejemplo de impacto fue la operación del High Line de los arquitectos Corner, Outlof y Renfro en el oeste de Manhattan. Entre 2004 y 2014 construyeron un parque urbano elevado para revitalizar una antigua línea de ferrocarril; hoy se ha convertido en uno de los lugares más visitados en la Gran Manzana. Por último, la bienal demandaba una ciudad gestionada desde «el diálogo ciudadano y el gobierno municipal». Los dirigentes políticos deben comprender que solo las intervenciones urbanas basadas en el diálogo entre lo público y lo privado perviven en el tiempo y generan una sociedad justa, abierta y cohesionada: una verdadera sociedad de ciudadanos integrados que se sienten representados por su ciudad. El caso de la transformación de Abandoibarra en Bilbao, capitaneado por los alcaldes Iñaki Azkuna e Ibon Areso y conocido como «efecto Guggenheim», es una referencia en este campo. Pero estas buenas prácticas no tendrán efecto en el siglo xxi mientras no cambie el patrón de zonificación. La clave está, pues, en desfragmentar. Desfragmentar la ciudad y, al mismo tiempo, recuperar el papel del urbanismo como un humanismo, como un saber habitar que dirija un saber construir, elaborado con una mirada mucho más amplia que la entrega inconsciente del control de las metrópolis del futuro a la idolatría de la llamada inteligencia urbana: el big data y la smart city.

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contra la fragmentación. Como ocurre en un ordenador, lo importante no son los datos que se almacenan sino su destino. En su procesado, demasiada información, usada y reusada, se desordena y reduce el rendimiento, de modo que puede llegar al bloqueo. Como explica Rafael García Pérez en su ponencia «Desfragmentar la universidad» (2014): «En la vida corriente, hay programas informáticos que en pocos minutos desfragmentan el disco duro restituyendo la unidad perdida. Sin embargo, la realidad social se diferencia sustancialmente de la informática. Ni la fragmentación de la vida ni la del conocimiento han seguido un proceso tan lineal; tampoco su reversión parece realizable de manera automática». En efecto, la desfragmentación de una realidad tan rica como la vida urbana requiere establecer algunas etapas. En primer lugar, hay que desfragmentar los problemas. A veces los escollos se concentran en un punto y se ven solamente desde un aspecto, cuando deben analizarse como el resultado de muchas vicisitudes. Las dificultades de tráfico son un ejemplo clásico. La mirada del especialista no puede anteponerse al enfoque generalista de quien considera la ciudad como un organismo vivo, cambiante y adaptable, no como un sumatorio de compartimentos estancos. Esta actitud entraña que hay que desfragmentar las funciones: decidir quién puede y debe realmente resolver ciertos conflictos. En muchos casos, está demasiado difusa la capacidad de toma de decisiones y esto hace que las respuestas sean tan dispersas que amplifiquen los problemas en lugar de resolverlos. Para ello, es fundamental conectar e implicar a las distintas unidades funcionales que se ocupan de los problemas urbanos: desde la seguridad hasta la movilidad, desde el planeamiento hasta la sanidad, etcétera. También hay que desfragmentar la información. La información que suministra una ciudad a los distintos operadores es hoy tan amplia, y su uso tan interesado que, a la inevitable irrupción de la inteligencia artificial, necesitamos contraponer la inteligencia humana, una de cuyas muestras más sabias es el sentido común que se refleja en la tradición, sobre todo si se aplica a un bien compartido que dota de referencias a una sociedad como es el espacio urbano. Y eso significa que hay que desfragmentar las soluciones. Las propuestas deben ser más globales, complejas y unitarias, con visión de futuro, no simples


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ENSAYO

Urbanismo vs humanismo

La mirada posmoderna potenció una visión formalista de la ciudad, desprovista de referencias ideológicas, que favoreció el desarrollo de una actitud superficial y coyuntural sobre los problemas urbanos.

actuaciones de urgencia y, por tanto, coyunturales. Un ejemplo: la mayor parte de las acciones de cirugía urbana a partir de los años cincuenta se han concebido como ingeniería de tráfico basada en fórmulas estandarizadas. Así, ante un problema de congestión en un nudo de circulación, un experto tiende a resolverlo ampliando el nudo o superponiendo uno nuevo cuando este se llena, y luego otro. Tal solución, adoptada en grandes urbes como Tokio o Ciudad de México, atrae y concentra cada vez mayor cantidad de vehículos en un punto, tiende al colapso y produce un espacio nocivo. Otros casos muy desafortunados de segregación surgieron al levantar urbanizaciones para ciertos colectivos, en vez de buscar fórmulas que contribuyeran a la integración social de sus ocupantes. Las ciudades satélites de las periferias parisinas son ejemplos claros de este error y fuente de una irresoluble complicación social frente a otros casos positivos, como el de la ciudad de Pamplona, donde la vivienda protegida y de promoción pública ha constituido el nervio de las nuevas actuaciones residenciales durante generaciones. Por último, desfragmentar la ciudad comporta entender que este concepto es patrimonio de múltiples sujetos y que implica una unidad. Durante siglos se construyeron grandes ciudades con esquemas claros y técnicas muy sencillas, pero con un sentido de unidad verdaderamente original. Romanos en el Mediterráneo y españoles en América demostraron una capacidad de síntesis hoy perdida por culpa de un conocimiento fragmentario e interacciones también parciales, que convierten cualquier planificación en un rompecabezas casi indescifrable. las cuatro ces. Frente a esas tendencias disgregadoras, el deseo de humanizar la ciudad está en el origen de movimientos de recuperación del espacio público invadido por los automóviles, que ha protagonizado el urbanista danés Jan Gehl gracias a sus

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libros Life Between Buildings (1987) y Cities for People (2010). En ellos revisa el modo en que utilizamos el espacio compartido y da primacía al ser humano y a sus capacidades relacionales por encima del pragmatismo funcional. Este pensamiento humanista e integrador toma el testigo de una tendencia iniciada en los años sesenta por figuras tan destacadas como el británico Gordon Cullen, autor de Townscape (1961), o la teórica estadounidense Jane Jacobs y su manifiesto The Death and Life of Great American Cities (1961). Esta voluntad de integración social necesita de la densidad y la permeabilidad, dos instrumentos urbanos de eficacia demostrada. Crear densidades permeables contribuye a evitar el abandono y el aislamiento de barrios enteros de la ciudad que podrían ser ámbitos de oportunidad para sus habitantes. Es el caso del ensanche de Barcelona de 1860 (plan Cerdá), que logró compactar la ciudad al introducir nuevos usos y habitantes, al tiempo que abrió conexiones transversales. Ciertamente la gentrificación o expulsión de sus moradores en los cascos consolidados es un problema, pero mayor lo es su ruina física y social, de ahí el valor universal de la apuesta europea por la regeneración urbana. Estas labores deben basarse en una serie de criterios compartidos para lograr una ciudad de barrios competitivos entre sí que creen polos de actividad diferenciada, lugares con personalidad propia que son patrimonio de toda gran urbe, sea San Francisco o Londres, lo cual reclama complejidad, diversidad y complementariedad de usos. Tienen que ser operaciones de tamaño relevante que construyan un paisaje transformando el territorio, con un claro equilibrio entre viabilidad económica y sostenibilidad ambiental. Como se hizo en Barcelona 92, este tipo de intervenciones debe orientarse al urbanismo concertado entre lo público y lo privado, con exigencia de com-


La clave está, pues, en desfragmentar. Desfragmentar la ciudad y, al mismo tiempo, recuperar el papel del urbanismo como un humanismo, como un saber habitar que dirija un saber construir.

promisos sobre los plazos y condiciones que integran el proyecto, potenciando los espacios y dotaciones públicas con una apuesta decidida por el patrimonio común de carácter natural y cultural. Y, por otro lado, se requieren actuaciones con entidad suficiente como para apoyar la vivienda protegida, que ha demostrado ser un instrumento esencial de transformación y cohesión social del territorio urbano. Se plantea así una nueva actitud ante la ciudad, que recoge numerosas buenas prácticas consolidadas en el tiempo. Su mayor logro sería generar un urbanismo que responda, también en el siglo xxi, a una ciudad construida —no simplemente planificada— a partir de unas nociones que, como la palabra ciudad, comienzan con la letra ce: compacidad, complejidad y conectividad. Esta propuesta asume la defensa de una ciudad compacta frente a otra dispersa: la ciudad como una «máquina de encuentros», como un gran mecanismo cultural que favorece la coincidencia de los diferentes, donde lo distinto aprende a convivir y a ser comunidad. Además de la compacidad, se debe potenciar la complejidad, la mezcla de usos, el mestizaje ciudadano promovido, por ejemplo, en Berlín. Esta característica asusta a los gestores pero facilita el encuentro de lo diverso y es el soporte fundamental de una correcta estructura de seguridad. La ciudad es tanto más segura cuanto más se vive y se comparte en ella, porque la coincidencia de personas y grupos distintos produce seguridad. Es el gran legado de las ciudades europeas, que son tan atractivas y seguras precisamente porque son densas, compactas y complejas. Complejidad significa también incorporar en la ciudad los usos productivos de la tercera revolución industrial, basada en el conocimiento. Una ciudad es creativa si favorece el encuentro entre sus habitantes gracias a su estructura urbana y a su infraestructura tecnológica. Así, la conectividad no solo debe pensar-

se como transporte sino también como accesibilidad a los servicios, a las redes energéticas o de información, a los mecanismos de retención de talento y generación de valor en el siglo xxi. Todo lo anterior implica que los problemas urbanos no se resuelven desde la especialización de quienes solo saben de tráfico, transporte, hidráulica, redes eléctricas, normativa, patrimonio, sostenibilidad, etcétera. La ciudad diseñada por especialistas es una ciudad fosilizada o pensada para el corto plazo, que rápidamente se queda obsoleta. En cambio, una visión global de la ciudad como organismo vivo que se adapta en el tiempo la concibe como un lugar de mediación donde lo específico, también la herencia cultural, cualifica el espacio urbano y lo pone al servicio de la ciudadanía. Finalmente, aparece en el horizonte la necesidad de apostar por la ciudad de la cuarta ce: la ciudad circular. Este concepto, adoptado por Nantes, Helsinki o Groningen, puede entenderse en un sentido restrictivo, puramente productivo o energético, o en un sentido amplio de recuperación de un modelo urbano en equilibrio con la naturaleza próxima, que abandone la idea de territorio y la sustituya por la de paisaje integrado, donde el ser humano encuentre la armonía de habitar en entornos amables, incluso dentro de las grandes conurbaciones. Para ello, se debe renunciar definitivamente a los viejos conceptos de zonificación, segregación o especialización de áreas funcionales que han conducido a la plena fragmentación del territorio urbano. Es hora de recuperar la ciudad como un todo, como un paisaje habitado, como un cuerpo en el que se vive y que interactúa con sus habitantes y donde, cada día más, lo público y lo privado deben aprender a colaborar para construir el modelo de la ciudad del futuro; esa «ciudad de las cuatro ces», letra con la que también se escriben cultura, convivencia, conocimiento y cooperación: la ciudad de los ciudadanos. Nt

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VAGÓN-BAR Paco Sánchez

Gente que mira bien

«Quien va por ahí juzgando como un autómata se pierde a mucha gente que vale la pena, porque no se da cuenta, porque se queda en uno o dos defectos, probablemente irrelevantes»

A

LLÁ POR LOS COMIENZOS DE LOS 2000 tropecé con una alumna muy singular: todos me parecen singulares, pero ella alcanzaba las alturas de lo insólito. Impartía entonces un curso de doctorado en Ferrol una o dos tardes por semana. Asistían una docena de personas, quizá más. La mayoría transitaba por la treintena y muchos ejercían como profesores de secundaria en centros públicos de la provincia de A Coruña. Ella era más joven, acababa de llegar de su Argentina natal y actuaba, pensaba yo, con la precaución de quien se mueve por un terreno nada firme. Luego me di cuenta de que se trataba de una delicadeza natural pero infrecuente. Advertí esa peculiaridad, primero, en su modo de hablar en clase. Se refería a menudo a los comentarios de los compañeros que la habían precedido y siempre para elogiarlos o para profundizar en lo que los otros habían dicho. Me alegró mucho su primera intervención, pero las siguientes me extrañaron, porque en todas replicaba, con muy pocas variantes, el patrón que he mencionado: elogio del compañero, adhesión razonada y, si acaso, alguna idea que iba más allá. Cuando ya llevábamos más de la mitad del curso, en el típico corro de un descanso, comenté su comportamiento. Todos lo subrayaron con risas o sonrisas, menos ella, que se mostró extrañada. «En Argentina —dijo— todo el mundo lo hace». Me atreví a responder que lo dudaba. No sé cuánto tiempo pasó hasta la clase siguiente. Apenas recuerdo que se acercó a mi mesa en el descanso y dijo que había hablado por teléfono con compañeros suyos de Argentina, que les había contado entre risas mi extrañeza por su forma de participar 112—Nuestro Tiempo  primavera 2020

en clase. También les dijo que me había explicado que en Argentina todo el mundo lo hace. «¿Y sabe qué me dijeron?». Bajó la mirada hacia el yogur que se había traído de casa. «Me dijeron que eso solo lo hacía yo». Se avergonzaba de no haberse dado cuenta, pero se sentía en la obligación de corregir lo que había dicho el día anterior. Ese modo de mirar la vida tiene, por supuesto, algunas debilidades. De hecho, ella las sufrió en su trayectoria profesional hasta que se asentó como empresaria cinematográfica reconocida, responsable de la producción ejecutiva de un buen número de películas exitosas. La recordé al leer cómo Rafael Domingo le daba la vuelta, en un delicioso artículo en la web de la CNN, a un dicho nefasto: «Piensa mal y acertarás». Rafael lo reformulaba con gracia y acierto: «Piensa mal y enfermarás». La idea quedaba clara y atractiva en muy pocas palabras: «No juzgues nunca las intenciones de los demás por obvias que parezcan. Mantén tu mente fresca, despejada, libre, sin rumiar ideas nocivas ni conservar malos recuerdos que consuman tu energía. La mente es como una casa. Hay que mantenerla limpia para que sea habitable. Y para ello, además de sacudirle el polvo, hay que aprender a no ensuciarla». Excelente. Este proceder ayuda, sí, a conservar la mente limpia y fresca, pero, sobre todo, ayuda a comprender. Quien va por ahí juzgando como un autómata se pierde a mucha gente que vale la pena, porque no se da cuenta, porque se queda en uno o dos defectos, probablemente irrelevantes. Los defectos los ve cualquiera: la mente sucia o agobiada ayuda a subrayarlos. Por eso me alegraron especialmente otras palabras, esta vez de una entrevista a Ander Izagirre, en la que explicaba que él hace un periodismo lento, de a pie —en su cuenta de Twitter se presenta como un «periodista con botas»—, que huye del mero vistazo y del juicio frívolo, porque «para ser justos con las personas y entender mejor el mundo hacen falta tiempo y pausa». Tomarse todas las molestias para comprender, para ponerse en el lugar de los otros, resulta imprescindible para hacer periodismo, para vivir, para mantener la mente clara, para no enfermar. Paco Sánchez [Com 81 PhD 87] es periodista y profesor titular de la Universidade da Coruña. @pacosanchez



NUESTRO TIEMPO NÚMERO 706 PRIMAVERA 2020 11 euros

Número 706 NUESTRO TIEMPO Primavera 2020

Leopoldo Abadía El hombre que explicó la crisis de 2008 no sabe si puede descifrar la que viene ahora ¿Qué aprendimos de Los increíbles? Así construyen los dibujos nuestra percepción de la familia Los de la maleta Seis de los primeros alumnos y profesores recorren el campus de los cincuenta y sesenta

La nueva vida de las FARC Tras los Acuerdos de Paz, algunos de los guerrilleros que mataban en la selva cultivan piña


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