Arte
sus raíces
Vicente José de Oliveira Muniz nació en Jardim Panamericano, una favela muy humilde de São Paulo, en 1961. Su padre trabajaba en un restaurante y su madre era telefonista. Le crió su abuela Ana Rosa. Crecer entre la necesidad y la posibilidad, según reconoce, ha sido clave en su desarrollo creativo. foto: holger keifel
El laboratorio visual de Vik Muniz
Fragmento de Liver (Hepatocytes) Cell Pattern 1, enmarcada en «Colonies», una de las series más recientes de Muniz.
El artista brasileño Vik Muniz dedica su vida a investigar el poder de la representación. Considera que es el segundo descubrimiento más importante de la humanidad, después del fuego. texto Ana Eva Fraile [Com 99] fotografía Vik Muniz
102—Nuestro Tiempo verano 2020
La memoria más antigua que conserva Vik Muniz (São Paulo, 1961) la protagoniza su abuela Ana Rosa. Nunca estuvo en la escuela, pero «miró tan fuerte los libros que descodificó sola su universo de letras, de signos», suele contar. Sentados en un sofá verde en una casa muy pobre, su abuela le muestra la Enciclopedia Britannica que el padre de Vik había ganado jugando a las cartas. «Deslizaba los dedos sobre las palabras poco a poco mientras las saboreaba. Era una experiencia cuasitáctil», dice. Con este método, memorizando la forma
completa de cada palabra, aprendió a leer también él a los cuatro años. De aquella vieja enciclopedia proceden las primeras imágenes impactantes que Muniz recuerda de su infancia. «Técnicamente, no sabía si se trataba de dibujos muy buenos o de fotografías muy malas». Su favorita era la que acompañaba a la palabra infinito: «El ilustrador se había limitado a insertar una página de color negro». Antes de ir al colegio ya había leído obras de Verne y Monterio Lobato, pero tardó tres años en ser capaz de escribir una sola