Así vota España: Una reflexión sobre las elecciones de abril y mayo de 2019

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Así vota España Una reflexión sobre las elecciones de abril y mayo de 2019

Cristóbal Torres Albero Fernando Vallespín Pedro Arriola


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ÍNDICE

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1. Votos y votantes en las elecciones generales de abril de 2019, por Cristóbal Torres. 1.1 Análisis Comparativo del Voto 1.2 La Estabilidad Política tras las Elecciones 1.3 El Perfil de los Votantes 1.4 ¿Un Epílogo con vuelta al Bipartidismo? 2. “A pesar de todo estamos eligiendo moderación” por Fernando Vallespín.

la

3. “Solamente hay ‘el problema’. El de los territorios” por Pedro Arriola.

Cuadernos NR Serie Estudios núm. 3


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1. VOTOS Y VOTANTES EN LAS ELECCIONES GENERALES DE ABRIL DE 2019 Cristóbal Torres Albero

Ex Presidente del CIS Catedrático de Sociología (Universidad Autónoma de Madrid)

Cristóbal Torres en un momento de su intervención

(Foto: Josema Visiers)

El presente texto corresponde a mi intervención en el Seminario UNIR dedicado a analizar las elecciones generales celebradas en España el pasado 28 de abril de 2019. Este seminario tuvo lugar el lunes 27 de Mayo, es decir, justo el día después de las triples elecciones, municipales, autonómicas y europeas del 26 de Mayo de 2019. La estructura del mismo atiende, en primer lugar, a un análisis de las referidas elecciones de abril de 2019 desde una perspectiva comparativa longitudinal del voto, para lo que se toma como referencia las anteriores dos últimas elecciones generales acontecidas en nuestro país en diciembre de 2015 y junio de 2016. A partir de sus conclusiones se ofrece esta misma comparativa en lo referido a los escaños resultantes en el Congreso de los Diputados, con el fin de ilustrar sobre la base del proceso de inestabilidad institucional política que estamos atravesando desde diciembre de 2015, es decir, en los últimos cuatro años. Toda ya una legislatura en la que se han celebrado otras dos elecciones generales y en la que no están descartadas unas nuevas elecciones en lo que resta de 2019, aunque en el momento de escribir estas líneas se antoja más estrategia retórica que verosimilitud política. Como tercer eje se indaga en la encuesta preelectoral del CIS de las referidas elecciones generales de 2019, dado que a día de hoy aún no está disponible la encuesta postelectoral que realiza esta institución pública y que permite una aproximación más fina al perfil de los votantes de cada una de los principales partidos. Se concluye, con los datos todavía “saliendo del horno”, con una aproximación a los resultados de las elecciones europeas del 26 de Mayo en perspectiva

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comparada con lo acontecido en las generales del mes anterior y de las propias europeas de mayo de 2014.

1.1 ANÁLISIS COMPARATIVO DEL VOTO Los datos que se presentan en la Tabla 1 recoge la distribución de votos para las tres elecciones generales celebradas en España en los últimos cuatro años. Aun cuando los datos definitivos oficiales incorporan para diciembre de 2015 y junio de 2016 el voto CERA (el de los Residentes Ausentes por vivir en el extranjero que previamente se han inscrito como tales en los Consulados), para evitar la distorsión en lo que respecta a los niveles de abstención (un dato fundamental) y su comparación con los datos de abril de 2019 (que todavía no incluyen el voto CERA), el total del censo electoral utilizado ha sido siempre sin voto CERA. No obstante esto supone una muy pequeña distorsión en la distribución del voto, dado que en las elecciones generales de 2016 y 2015 no es posible eliminar de la distribución de votos los emitidos en el CERA. Así, en junio de 2016 solo hay 121.277 votantes CERA (de un censo CERA de 1.924.021 personas) y en diciembre de 2015 estos mismos votantes son 88.900 personas (de un censo de 1.880.064). En definitiva, y como se ha indicado, supone de un lado un impacto insignificante respecto de la distribución de votos entre los distintos partidos y en su sumatorio para el conjunto, pero de otro permite llevar a cabo una comparativa relevante sobre la abstención dado que, como se ha visto, el censo CERA es bien voluminoso, aun cuando sus votantes son bien escasos. De ahí que, como considerando metodológico, se haya optado por manejar el Censo Electoral sin los Votantes CERA 1. TABLA 1 COMPARATIVA VOTOS. ELECCIONES GENERALES 2015 A 2019 ELECCIONE S GENERALE S Censo sin CERA Votantes Abstención Voto CERA Nulos Voto Válido Blanco PSOE PP Ciudadanos Podemos Izq. Unida

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ABRIL 2019 Absoluto % s Válido s 34.798.20 4 26.361.05 1 8.437.153 275.410 26.085.64 1 199.511 7.480.755 4.356.023 4.136.600 2.881.445

% Cens o 100 75,75 24,25

100

0,79 74,96

0,76 28,68 16,70 15,86 11,05

0,57 21,50 12,52 11,89 8,28

JUNIO 2016 Absoluto % s Válido s 34.596.89 2 24.279.25 9 10.317.63 3 (C) 121.277 225.504 24.053.75 100 5 179.081 0,74 5.443.846 22,63 7.941.236 33,01 3.141.570 13,06 3.227.123 13,42

Al respecto pueden verse las notas D y E de la propia Tabla 1.

% Cens o 100 70,18 (D) 29,82 0,35 0,65 69,53 0,52 15,74 22,95 9,08 9,33

DICIEMBE 2015 Absoluto % s Válido s 34.631.78 4 25.438.53 2 9.193.252 (C) 88.900 227.219 25.211.31 100 3 188.132 0,75 5.545.315 22,0 7.236.965 28,71 3.514.528 13,94 3.198.584 12,69 926.783 3,68

% Cens o 100 73,45 (E) 26,55 0,26 0,66 72,80 0,54 16,01 20,90 10,15 9,24 2,68

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ELECCIONE ABRIL 2019 JUNIO 2016 DICIEMBE 2015 S Absoluto % % Absoluto % % Absoluto % % GENERALE s Válido Cens s Válido Cens s Válido Cens S s o s o s o En Comú 614.738 2,36 1,77 853.102 3,55 2,47 929.880 3,69 2,69 Podem Podemos + 659.771 2,74 1,91 673.549 2,67 1,94 Compromìs Podemos 236.746 0,91 0,68 347.542 1,44 1,00 410.698 1,63 1,19 Mareas Suma 3.732.929 14,32 10,73 5.087.538 21,15 14,71 6.139.494 24,34 17,73 Podemos VOX 2.677.173 10,26 7,69 47.182 0,20 0,14 58.114 0,23 0,17 ERC 1.015.355 3,89 2,92 632.234 2,63 1,83 601.782 2,39 1,74 JxCAT; CDC; 497.638 1,91 1,43 483.488 2,01 1,40 567.253 2,25 1,64 DL PNV 394.627 1,51 1,13 287.014 1,19 0,83 302.316 1,20 0,87 EH Bildu 258.840 0,99 0,74 184.713 0,77 0,53 219.125 0,87 0,63 Compromis 172.751 0,66 0,50 CCa-PNC 137.196 0,53 0,39 78.253 0,33 0,23 81.917 0,32 0,24 NA+ 107.124 0,41 0,31 PRC 52.197 0,20 0,15 Resto 866.922 3,32 2,49 547.600 2,28 1,57 756.372 3,0 2,18 Partidos Supone 326.045 1,25 0,94 286.702 1,19 0,83 220.369 0,87 0,64 PACMA Supone Front 113.008 0,43 0,32 Republicà Supone BNG 93.810 0,36 0,27 45.252 0,19 0,13 70.863 0,28 0,20 Supone 50.247 0,21 0,15 155.153 0,62 0,45 UPYD Suma PP+ 11.276.92 43,23 32,41 11.180.23 46,48 32,32 10.964.76 43,49 31,66 Cs+ Vox+ NA 0 5 0 + y UPYD Suma PSOE 11.213.68 42,99 32,23 10.531.38 43,78 30,44 11.684.80 46,35 33,74 + Podemos y 4 4 9 Confluencias Suma 2.546.029 9,76 7,32 1.632.701 6,79 4,72 1.761.339 6,99 5,09 Nacionalistas (A) Suma 189.393 0,73 0,54 78.253 0,33 0,23 81.917 0,32 0,24 Regionalistas (B) Resto 660.104 2,53 1,90 452.101 1,88 1,31 530.356 2,10 1,53 Partidos Fuente: Ministerio del Interior. Elaboración Cristóbal Torres. NOTAS: (A) Incluye Front Republicà y BNG. (B) Solo incluye CCa-PNC en 2015 y 2016. En 2019 también incluye PRC. (C) El resultado es por diferencia al estar incluido y repartido el Voto Cera. (D) En Elecciones 2016 la Participación a las 20:00 h. fue del 69,83%. Votantes con Cera sobre censo No Cera (70,18%) – Voto Cera sobre censo No Cera (0,35%)= 69,83%. OK. Elecciones 2016: Total Censo Cera (1.924.021); Votantes Cera (121.277). Supone que solo vota el 6,30% del Censo Cera. (E) En Elecciones 2015 la Participación a las 20:00 h. fue del 73,2%. Votantes con CERA sobre censo No Cera (73,45%) – Voto Cera sobre Censo No Cera (0,26%)= 73,19%. OK. Elecciones 2015: Total Censo Cera (1.880.064); Votantes Cera (88.900). Supone que solo vota el 4,73% del Censo Cera.

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Como puede apreciarse en la señalada Tabla 1, uno de los hechos más destacados de las elecciones de abril de 2019 es el incremento de la participación electoral en un 5,9% sobre el total del censo sin CERA. En concreto, se ha pasado de un 69,8% de votantes en junio de 2016 a un 75,7% en abril de 2019, lo que en términos absolutos supone que algo más de dos millones de ciudadanos fueron a votar en las últimas elecciones generales, teniendo en cuenta que el incremento intercensal entre ambas elecciones fue de apenas doscientas mil personas. Del análisis de la distribución de este conjunto de votos, y tomando siempre la perspectiva comparativa, puede deducirse que ha sido el Partido Socialista (PSOE) y los diversos partidos nacionalistas o independistas los beneficiados de esta acentuada movilización electoral. A mi juicio, la explicación más plausible de esta sobresaliente movilización y de su decantación electoral concreta radica en la incertidumbre sobre los resultados acerca de quién iba a obtener la mayoría parlamentaria (en un escenario de bipolaridad antagónica entre izquierda vs. derecha), que se vio dramatizada por el reciente ejemplo de los resultados en las elecciones autonómicas andaluzas de diciembre de 2018, que supuso un histórico cambio de Gobierno en la Junta de Andalucía. La exponencial irrupción de Vox como fuerza electoral y parlamentaria, que ha sido decisiva en la formación de una mayoría de gobierno parlamentaria alternativa a las fórmulas políticas precedentes siempre bajo la égida del PSOE, ha supuesto un importante efecto de movilización, a uno y otro lado del continuum ideológico, así como una recombinatoria en la distribución del voto dentro de cada bloque. De esta manera puede estimarse, a partir de los datos de la Tabla 1, que los dos millones de votos de más que el PSOE obtuvo en 2019 con respecto a 2016 provienen, grosso modo, de buena parte de los 1,35 millones que pierde el sumatorio de Unidas Podemos en 2019 con respecto a 2016, y de algo menos de la mitad de los 2,08 millones de la abstención de 2016 que, a sensu contrario, se movilizan y votan en 2019 (en la encuesta preelectoral del CIS un 16% de los que se abstuvieron en 2016 indica que van a votar al Partido Socialista, aunque realmente han debido ser en torno a la mitad de este porcentaje), más los correspondientes trasvases de votos provenientes del resto de los distintos partidos políticos en los que, a tenor de la citada encuesta, Ciudadanos y Compromìs conforman las fuentes principales que ha nutrido el voto socialista. Siguiendo con el análisis de esta Tabla 1 destaca que el Partido Popular perdió algo más de 3,5 millones de votos en 2019 en relación a 2016. Éstos se repartieron, en lo principal, entre Vox que sumó 2,63 millones de votos más que en las elecciones de 2016 y Ciudadanos que recogería los 955.000 votos restantes. Esta pérdida del manantial de votos del PP explicaría casi por completo, y sin tener en cuenta otros posibles considerandos, el crecimiento electoral en 2019 de Vox y Ciudadanos. En concreto, el crecimiento de Ciudadanos fue de 995.000 votos, es decir, solo 40.000 votos más de los que pueden atribuírsele de los provenientes por las pérdidas del PP. Junto al Partido Socialista, los partidos nacionalistas e independentistas fueron los otros grandes beneficiados del incremento de la participación en las últimas elecciones generales. En total han sumado algo más de 900.000 votos que en 2016, si bien 172.000 provienen del nuevo posicionamiento en solitario de Compromìs, posicionado en 2016 como una confluencia de Unidos Podemos y en 2019, ya en solitario, más claramente en el bloque nacionalista. En este bloque destaca muy especialmente el resultado obtenido por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) que ha crecido en unos 383.000 votos, lo

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que supone un 60,6% de votos más que los registrados en 2016. Un crecimiento también notable, aunque menos espectacular, se apunta el Partido Nacionalista Vasco (PNV) que suma unos 107.000 votos más, lo que supone un 37,5% de lo obtenido en 2016. Y en esta misma línea, EH Bildu aporta un crecimiento de unos 74.000 votos, lo que implica un crecimiento del 40% respecto a sus registros del verano de 2016. Solo el actual Junts per Catalunya (JxCAT) no crece significativamente, puesto que su incremento ha sido de tan solo un 2,9%, de tal manera que ERC le ha doblado ya en número de votos en las elecciones generales de 2019 (1.015.355 votos frente a 497.638). Adicionalmente otras fuerzas políticas nacionalistas como BNG y Front Republicà, a pesar de no obtener escaño parlamentario alguno, registran volúmenes de votos bien relevantes (93.000 y 113.000 votos, respectivamente). Todo lo cual ha supuesto que el sumatorio del voto a los partidos nacionalistas e independentistas en las pasadas elecciones de abril de 2019 ha alcanzado ya, prácticamente, a uno de cada 10 votos emitidos, mientras que en 2016 y 2015 este dato no pasó del 7%. Pero, junto a este primer destacado hecho, también puede apreciarse en las últimas filas de la referida Tabla 1 un segundo fenómeno sobresaliente. En concreto, que el sumatorio de votos en 2019 entre el bloque de partidos de derechas (PP, Ciudadanos y Vox) y el bloque de partidos de izquierdas (PSOE, Podemos y confluencias electorales) es prácticamente idéntico. Así, del lado derecho suman 11.276.920 votos, mientras que del bloque izquierdo aglutinan 11.213.684 votos, siempre bajo la referencia de partidos del ámbito del conjunto nacional. La diferencia de apenas algo más de 60.000 votos, sobre 26,36 millones de votos emitidos en abril de 2019, ilustra de manera nítida la división política en la que nuestro país se encuentra sumido. División que se ha inclinado a uno u otro lado en las elecciones de diciembre de 2015 (720.000 más votos a favor de la izquierda) o en las de junio de 2016 (648.000 más votos a favor de la derecha), pero que nunca ha supuesto una diferencia superior al 3% del total de votos emitidos en ambas elecciones. En definitiva, que en un contexto de alta participación electoral que alcanza el 75% del total del censo no CERA, la división de las fuerzas de ámbito nacional es igualitaria con el modulador del diezmo que suponen los apoyos a los partidos nacionalistas e independentistas.

1.2 LA ESTABILIDAD POLÍTICA TRAS LAS ELECCIONES Este panorama electoral de acentuada simétrica división en dos mitades que, con pequeños márgenes variados, se repite desde el fin de la legislatura de 2011-2015, más la permanente destacada presencia (ahora incluso más fortalecida) de las fuerzas nacionalistas, convertidas en fuerzas independentistas por lo que hace a Cataluña, es lo que explica todos los hechos políticos relevantes del último cuatrienio: la imposibilidad de formar Gobierno tras las elecciones de diciembre de 2015 (debido a las alternativas coaliciones de bloqueo que se sucedieron), la necesidad de volver a convocar elecciones en junio de 2016, la debilidad parlamentaria de soporte del Gobierno del Partido Popular que emerge tras las elecciones de junio de 2016 y que dio lugar a su imprevisto derribo por la moción de censura de mayo de 2018 encabezada por el Partido Socialista, entendida

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TABLA 2 COMPARATIVA ESCAÑOS CONGRESO DE LOS DIPUTADOS PARTIDOS ELECCIONES 2019 ELECCIONES 2016 ELECCIONES 2015 PSOE (1) 123 85 90 PP (2) 66 137 123 Ciudadanos 57 32 40 Podemos (3) 33 45 42 Izquierda Unida 2 En Común Podem 7 12 12 Podemos + Compromìs 9 9 Podemos Mareas 2 5 6 Suma Podemos (4) 42 71 71 VOX 24 ERC 15 9 9 JxCAT; CDC; DL 7 8 8 PNV 6 5 6 EH Bildu 4 2 2 CCa-PNC 2 1 1 NA + 2 Compromìs 1 PRC 1 Total Escaños 350 350 350 Bloque Derecha (5) 149 169 163 Bloque Izquierda (6) 165 156 161 Bloque Nacionalista (7) 33 24 25 Bloque Regionalista (8) 3 1 1 Bloque Soporte del 175 175 170 Gobierno (9) Fuente: Ministerio del Interior y Congreso de los Diputados. Elaboración Cristóbal Torres. NOTAS: (1) Incluye candidaturas con PSC y PSOE-NCa (Nueva Canarias). (2) Incluye candidaturas con UPN, PAR y Foro. (3) Para 2015 se incluye aquí un diputado de la colación Podemos-Ahora Alto Aragón en Común. (4) La suma en 2016 y 2015 incluye a Compromìs, a pesar de que este partido mantuvo en estas dos legislaturas a cuatro diputados en el Grupo Mixto (2015) o con Grupo Parlamentario propio (2016). (5) Sumatorio de PP + Cs. Y en 2019 se incluye a VOX y NA +. (6) Sumatorio de PSOE + Suma Podemos. Por tanto en 2016 y 2015 incluye a Compromìs. (7) Sumatorio de ERC + JxCAT + PNV + Bildu en 2015 y 2016. En 2019 incluye a Compromìs. (8) Incluye a CCa-PNC y PRC. (9) En 2015 y 2016 es el sumatorio de PP + Cs + CCa-PNC + PNV. En 2019 es el sumatorio de PSOE+ Suma Podemos+ PNV+ Compromìs + CCa-PNC + PRC.

más como una coalición de bloqueo ante el anterior Gobierno popular que como un explícito refrendo del nuevo Gobierno socialista. De hecho, esto último provocó otra nueva convocatoria electoral en abril de 2019, cuyo poco holgado resultado a favor del Partido Socialista, también supone una débil base para garantizar una estabilidad de gobierno en los a priori cuatro años de la nueva legislatura, tal como puede apreciarse en la siguiente Tabla 2, aun cuando a priori pueda existir ahora una menor propensión natural a la coalición de bloqueo que la que se produjo en el primer semestre de 2016. Aun cuando en el momento de redactar estas líneas no hay todavía fijada una fecha para la sesión de investidura del nuevo Presidente del Gobierno, es previsible que el nuevo

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Vallespín, Torres y Arriola (de izquierda a derecha)

(Foto: Josema Visiers)

Gobierno socialista salga adelante (aun en segunda ronda), en parte por la lógica institucional de evitar la repetición del ciclo electoral dual 2015-2016, y en parte por el ejemplo de la crisis vivida en el PSOE en Septiembre de 2016 con la defenestración del actual Presidente del Gobierno, entonces solo Secretario General del Partido Socialista (que acuñó la ya célebre “no es no, que parte de la frase no ha comprendido”), y la resultante abstención de la mayor parte de los diputados socialistas. Así pues, la pregunta clave al respecto supone plantear si será posible que el nuevo Gobierno socialista pueda completar el periodo cuatrienal de esta nueva XIII legislatura iniciada en abril de 2019. A favor de la respuesta positiva está el hecho diferencial que el hipotético actual ciclo de gobierno del Partido Socialista estaría en sus inicios, a diferencia de 2015 y 2016 en el que el Partido Popular ya había completado un especial duro ciclo (2011-2015) por mor de la crisis económica iniciada en 2010 y las duras medidas de austeridad tomadas para remediarla. Pero con todo, la respuesta más contingente pero más directa radica en el posicionamiento que, de un lado el bloque nacionalista y muy especialmente el independentista (encabezado por ERC pero sin descartar a otras fuerzas parlamentarias), y de otro Ciudadanos, hagan del apoyo parlamentario al nuevo Gobierno investido. En el caso de los partidos nacionalistas y regionalistas, y aun cuando el posicionamiento de Coalición Canaria no esté claro, el nuevo Gobierno necesitaría el apoyo estable de ERC o de EH Bildu, amén del respaldo del PNV, Compromìs y PRC. Pero, sobre todo, el Gobierno socialista requiere contar con el sólido apoyo de la suma de Podemos y sus confluencias. Sin embargo el apoyo de Unidas Podemos, en coalición o colaboración, también pudiera suponer una contradicción con la lógica institucional del Gobierno socialista si éste decide mirar más al centro por el caladero que suponen los votantes de Ciudadanos que, tras las elecciones europeas de mayo de 2019, se ha dejado una parte bien significativa de los votos que obtuvo en las generales del mes anterior.


Adicionalmente Unidas Podemos va a tratar de recuperar, mediante algún tipo de responsabilidad y acción institucional en el Gobierno, la sangría de sufragios que ha perdido en favor de un PSOE que hasta ahora ha mantenido una dinámica retórica que claramente ocupaba su espacio. Como resuelve esta triple posibilidad de respaldo (en clave nacionalista, de izquierdas o de centro) y establece su estrategia el Gobierno del Presidente Sánchez es una de las escenas principales a seguir. La otra será el papel que se autoasigne Ciudadanos en la oposición. Hasta las generales de abril de 2019 la idea ha sido buscar el sorpasso al Partido Popular en el eje del centro derecha, con el fin de tomar el liderato de la oposición. Algo que casi consigue, pues solo ha quedado a unos 220.000 votos, lo que supone un exiguo 5% del total de votos obtenidos por el PP, tal y como puede apreciarse en la Tabla 1. Continuar en esa estrategia, a pesar de la caída de votos en las europeas del mes siguiente, supone mantenerse en una posición de bloqueo y alternativa de gobierno al Partido Socialista. En el momento de redactar estas líneas esa parece ser su estrategia, al menos la de sus principales líderes. Con todo, no es descartable algún tipo de apoyo ocasional táctico que permitiría arrancar la actual XIII legislatura, pero que a medio plazo se modulará en función del posicionamiento que el Gobierno Socialista haga con nacionalistas e independentistas y con Unidas Podemos, y con la continuidad o no de su estrategia del sorpasso.

1.3 EL PERFIL DE LOS VOTANTES Realizado un análisis de las principales variables del voto, y de la estabilidad parlamentaria y política resultante, cabe dirigirse ahora a un escrutinio de las líneas maestras más generales del perfil de los votantes. Para ello recurrimos a la encuesta preelectoral del CIS realizada con motivo de las elecciones generales del 28 de abril de 2019, con el trabajo de campo realizado entre el 1 y el 18 de marzo y cuyo detalle metodológico y de resultados está publicado en la web del citado instituto demoscópico. Al respecto lo primero a indicar que en esta ocasión su predicción preelectoral (la popularmente llamada “cocina del CIS”) ha acertado en lo que hace al pronóstico de votos y escaños del Partido Socialista, Partido Popular y Unidas Podemos y confluencias (excepto con el singular caso de Podemos Mareas). No obstante lo anterior, erró en lo que respecta a Ciudadanos y Vox. Así, en el caso de Ciudadanos se infraestimó su resultado en unos diez escaños y un 2,2% de sus votos, y en el de Vox se sobreestimó en otros diez escaños y un 1,6% de sus votos. Cabe pues deducir que la materia sobre la que se ha cocinado, los datos en bruto de esta encuesta preelectoral, es tan fidedigna y válida como de costumbre. De esta manera se pueden tomar los datos de la variable que en una dinámica preelectoral explícita más se acerca a los datos reales de las elecciones que habitualmente es la suma de intención directa de voto más la simpatía a partido político, en aquellos que no se posicionan en la intención directa de voto. En definitiva, lo que vamos a considerar es lo que en la lógica metodológica y en el análisis matemático se llama una variable proxy, dada la imposibilidad de acceder a la matriz de la variable “cocina” del CIS.

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TABLA 3 COMPARATIVA DATOS ELECCIONES GENERALES 2019 Y DATOS DIRECTOS PREELECTORAL CIS (MARZO 2019) % SOBRE CENSO DATOS REALES

INTENCIÓN DIRECTA CIS 18,9 8,5 7,1 5,5 0,9 0,1 6,5 3,8 2,8 0,6 0,8 0,7 0,3 0,2 0,2 0,0 1,0 0,7 2,2 0,8 7,0

PSOE 21,50 PARTIDO POPULAR 12,52 CIUDADANOS 11,89 UNIDAS PODEMOS 8,28 EN COMÚ PODEM 1,77 PODEMOS MAREAS 0,68 SUMA PODEMOS 10,73 VOX 7,69 ERC 2,92 JxCAT 1,43 EAJ-PNV 1,13 EH BILDU 0,74 COMPROMÌS 0,50 CCa-PNC 0,39 NA + 0,31 NUEVAS CANARIAS 0,14 PACMA 0,94 OTROS 1,6 EN BLANCO 0,57 VOTO NULO 0,79 ABSTENCIÓN /NO 24,25 VOTARÁ NO DECIDIDO AÚN 25,3 NO SABE 4,5 NO CONTESTA 8,2 CIS SIN ATRIBUIR 45,00 PARTIDO TOTAL 100 100,1 Fuente: Ministerio del Interior y CIS. Elaboración Cristóbal Torres

INTENCIÓN + SIMPATIA CIS 24,8 11,7 10,6 7,6 1,3 0,1 9,0 4,4 3,7 0,8 1,1 0,9 0,5 0,2 0,2 0,0 1,4 1,0 2,2 0,8 19,0 2,6 5,0 26,6 99,9

En la siguiente Tabla 3 pueden verse, sobre el total de la población con derecho a voto, los datos reales de las pasadas elecciones generales, y la ventaja aproximativa de manejar esta variable de “intención directa más simpatía” sobre la de intención directa exclusivamente, siempre a partir de los datos de la encuesta preelectoral del CIS. Un somero análisis sociodemográfico de esta variable de intención más simpatía muestra que existen pocas diferencias significativas en función del género. En todo caso, puede destacarse que las mujeres muestran una ligerísima mayor tendencia a posicionarse a favor del PP frente a los hombres (12,5% vs. al 10,8%), así como a ser más proclives a la abstención (20,2% vs. al 17,6%). Por el contrario, los hombres muestran similar pequeña tendencia a favor de Unidas Podemos respecto de las mujeres (8,8% vs. 6,6%). Pero es en Vox donde la probabilidad de obtener un voto masculino frente al femenino se da de manera muy relevante, puesto que los hombres doblan a las mujeres (6,0% vs. 2,9%). Con respecto a la edad, las diferencias son más relevantes. Así, la probabilidad del voto al PSOE es mayor entre los mayores de 55 años (30,8%), mientras que cae entre los menores de 45 años, y muy especialmente en los jóvenes de menos de 35 años (18,8%). En el caso del PP, su voto es también mucho más proclive a partir de los 65 y más años

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TABLA 4 POSICIONAMIENTO IDEOLÓGICO (1-10) DE LA CIUDADANÍA IDEOLOGÍA CIUDADANÍA PUNTUACIÓN % CIUDADANOS 1 IZQUIERDA 5,9 2 5,9 3 14,6 4 13,9 5 21,2 6 8,7 7 6,7 8 4,9 9 1,8 10 DERECHA 1,4 NO SABE 9,1 NO CONTESTA 5,9 MEDIA 4,6 DESVIACIÓN TÍPICA 2,0 TOTAL IZQUIERDA (1-4) 40,3 PUNTO MEDIO (5) 21,2 TOTAL DERECHA (6-10) 23,5 Fuente: CIS. Macrobarómetro Preelectoral Marzo 2019.

(30,8%). Y también cae entre los menores de 45 años, aunque de manera no tan acusada como ocurría con el Partido Socialista. Es reseñable que el voto a Unidas Podemos cae a la mitad entre los mayores de 65 años, mientras que los votantes de Ciudadanos presentan una mayor propensión a tener menos de 45 años. El votante de Vox se distribuye de una manera homogénea entre las distintas cohortes de edad, si bien es ligeramente superior la propensión a votar a este partido entre los menores de 55 años y se reduce entre los mayores de esta misma edad. Similar regularidad puede apreciarse entre los votantes de ERC y JxCAT, si bien en los votantes de ERC destacan los menores de 45 años. En cualquier caso, la propensión a la abstención es mayor entre los menores de 45 años y muy especialmente, cinco puntos más que la media, entre los jóvenes de 18 a 24 años. Como hitos principales del análisis según el nivel educativo puede destacarse que las personas sin estudios o con estudios primarios son más propensas a votar a los partidos con mayor respaldo (PSOE y PP), mientras que entre los votantes de Ciudadanos, Unidas Podemos y ERC la probabilidad de los votantes con estudios superiores aumenta. Es en Vox donde se encuentra una mayor propensión al voto de aquellos con estudios medios. En todo caso, la abstención se da en menor probabilidad entre aquellas personas que cuentan con estudios superiores (4,2%). Un aspecto interesante en el análisis del votante supone adentrarse en el análisis de la ideología expresada por los encuestados. El CIS usa desde hace ya muchos años una escala numérica de 1 a 10, cuyo punto natural equidistante (5) se englobaría en la parte simétrica de la izquierda (5 posiciones del 1 al 5) frente a su correspondiente en la derecha (5 posiciones del 6 al 10). Tal vez por ello, y como puede apreciarse en la Tabla 4, la media aritmética obtenida para el conjunto de los entrevistados es de 4,6 es decir netamente a la izquierda, dado que el punto medio de referencia sería 5,5.

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Una manera de hacer frente al déficit métrico de esta escala pasa, como se ha hecho en la referida Tabla 4, por individualizar el peso de cada uno de los puntos de la escala. Los resultados muestran, a pesar de contar con un punto menos, la hegemonía de las posiciones (1 a 4) explícitas de izquierda (40,3%), frente a las de derecha (6 a 10) que suman un 23,5%. De esta manera, y asumiendo un 15% de encuestados que no se posicionan (no saben o no contestan), el punto medio natural de 5 registra el valor modal y aglutina a una cuarta parte de la población (21,2%). En definitiva, que algún partido (también en plural) del bloque de la derecha necesitaría ocupar este espacio del 5 para equilibrar la balanza ideológica que ahora recae favorable al lado izquierdo. Sin embargo, y como aparece en la columna izquierda de la siguiente Tabla 5, es el Partido Socialista (4,1) al que el conjunto de los entrevistados sitúan en la posición más cercana tanto a la media general del conjunto de entrevistados (4,6) como al punto medio natural de la escala (5). Por la izquierda, Podemos se encuentra muy alejado (2,3). Pero por la derecha la distancia a esta media conjunta no es menor. Así el más cercano es Ciudadanos, que se encuentra en el 6,9. Y el Partido Popular obtiene una puntuación del conjunto de los entrevistados muy alejada (8.1), ubicándose Vox en un todavía más lejano 9,3. Pudiera pensarse que esta atribución ideológica de la ciudadanía a los partidos podría castigar especialmente a los partidos del bloque de la derecha. Y en efecto, como puede apreciarse en la columna derecha de la misma Tabla 5, el auto posicionamiento en la escala ideológica según los declarados propios votantes de cada uno de los partidos en las elecciones generales de 2016 atempera especialmente la puntuación obtenida por el Partido Popular (que del anterior 8,1 pasa a una media propia de 7,0) y por Ciudadanos (que pasa de una media del conjunto de 6,9 a una auto media de 5,7). Pero en cualquier caso, la puntuación obtenida entre los propios electores del PP (7,0) supone una importante distancia con respecto al punto medio que supone el 5. Algo que, sin embargo, no ocurre entre los votantes de Ciudadanos en 2016 que solo se distancian siete décimas del señalado punto medio. Pero en este ejercicio de auto posicionamiento también se modera la valoración de Podemos, que de una media general de 2,3 pasa a 2,9 en la opinión de sus propios votantes. Curiosamente el PSOE es el único que se escora ligeramente más a la izquierda, al obtener un valor de 3,7 en la atribución que le hacen sus propios votantes de 2016, frente al posicionamiento medio que obtenía en el conjunto de entrevistados (4,1). En cualquier caso, destacar que aquellos entrevistados que se abstuvieron en las elecciones generales de 2016 son quienes se ubican (4,8) prácticamente en la media del conjunto de la ciudadanía (4,6). Y algo idéntico puede decirse de aquellos que no recuerdan o no contestan a la pregunta del sentido de su voto en 2016 (4,7 en ambos casos). Es decir, que la movilización de esos espacios medios de posicionamiento ideológico son los que han terminado por otorgar la victoria electoral relativa al Partido Socialista, de la misma manera que ha relegado el apoyo al Partido Popular que, por otra parte, se ha visto pinzado y solapado en su otrora amplia ocupación del continuum ideológico de la derecha por, de un lado, la fulgurante irrupción de Vox por su flanco derecho y, de otro, por la posición más centrada de Ciudadanos.


TABLA 5 ESCALA IDEOLÓGICA (1 a 10) DE PARTIDOS Y VOTANTES (%) ATRIBUCIÓN ESCALA IDEOLÓGICA SEGÚN CIUDADANÍA PARTIDOS PSOE PP CIUDADANOS PODEMOS ECP PODEMOS MAREA VOX ERC JxCAT EAJ-PNV EH BILDU COMPROMÌS CCa-PNC PRC PACMA Media Aritmética

MEDIA 4,1 8,1 6,9 2,3 3,1 2,5 9,3 3,1 5,9 6,0 2,5 2,9 6,0 5,0 3,7 4,6

Fuente: CIS. Macrobarómetro Preelectoral Marzo 2019.

AUTOPOSICIONAMIENTO ESCALA IDEOLÓGICA SEGÚN VOTANTES EN 2016 PARTIDOS MEDIA PSOE 3,7 PP 7,0 CIUDADANOS 5,7 PODEMOS 2,9 ECP 2,8 PODEMOS MAREA 2,9 VOX ERC 2,5 JxCAT 4,2 EAJ-PNV 4,3 EH BILDU 2,4 PODEMOS COMPROMÌS 2,8 CCa-PNC 5,4 PRC PACMA NO VOTÓ 4,8 NO RECUERDA 4,7 NO CONTESTA 4,7

1.4 ¿UN EPÍLOGO CON VUELTA AL BIPARTIDISMO? Las elecciones europeas son de una naturaleza distinta a las generales y, por ello, suponen un nivel de participación significativamente muy alejado de estas. Como puede verse en la Tabla 6, mientras que en las de mayo de 2014 solo votó el 45,9% del censo sin CERA (siendo el total de votantes CERA el 0,1% de este mismo censo), en las elecciones generales de diciembre de 2015, apenas diecinueve meses después, el grado de participación electoral fue de casi treinta puntos porcentuales más (73,4%, conforme se indica en la Tabla 1). No obstante lo anterior, las elecciones europeas constituyen un buen escenario para registrar tendencias emergentes (como en 2014 supuso la irrupción de Unidos Podemos) o corroborar o no mayorías establecidas. Así en mayo de 2014 (Tabla 6) se observaba el desgaste del Partido Popular frente a la rotunda victoria de noviembre de 2011 que, no obstante, todavía aventajaba en 3 puntos porcentuales de votos válidos al PSOE (26% vs. 23%).

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TABLA 6 COMPARATIVA VOTOS. ELECCIONES EUROPEAS 2014, 2019 Y GENERALES 2019 ELECCIONE S GENERALE S Censo sin CERA Votantes Abstención Voto CERA Nulos Voto Válido Blanco PSOE PP Ciudadanos Podemos Izq. Unida En Comú Podem Podemos Mareas Suma Podemos VOX ERC JxCAT; CDC/LLiures Europa PNV EH Bildu CEUs (Coalición Europa) EPDD/Ahora Repúblicas Compromis per Europa CCa-PNC NA+ PRC UPYD Resto Partidos Supone PACMA Suma PP+ Cs+ Vox+ NA + y UPYD Suma PSOE + Podemos y confluencias

EUROPEAS MAYO 2019 Absoluto % % s Válido Cens s o 34.989.41 100 4 22.505.27 64,32 1 12.484.14 35,68 3 192.775 0,55 22.312.49 100 63,77 6 215.315 0,96 0,62 7.327.020 32,84 20,94 4.491.571 20,13 12,84 2.718.061 12,18 7,77 2.242.620 10,05 6,41

GENERALES ABRIL 2019 Absoluto % % s Válido Cens s o 34.798.20 100 4 26.361.05 75,75 1 8.437.153 24,25 275.410 26.085.64 1 199.511 7.480.755 4.356.023 4.136.600 2.881.445

100

0,79 74,96

0,76 28,68 16,70 15,86 11,05

0,57 21,50 12,52 11,89 8,28

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EUROPEAS MAYO 2014 Absoluto % % s Válido Cens s o 34.821.46 100 6 15.998.14 45,94 1 18.823.32 54,06 5 34.310 0,10 287.925 0,82 15.710.21 100 45,12 6 361.567 2,30 1,04 3.614.232 23,01 10,38 4.098.339 26,09 11,77 497.146 3,16 1,43 1.253.837 7,98 3,60 1.575.308 10,03 4,52 -

-

-

614.738

2,36

1,77

-

-

-

236.746

0,91

0,68

-

-

-

-

-

-

3.732.929

14,32

10,73

-

-

-

1.383.978 1.024.924

6,20 4,59

3,96 2,93

2.677.173 1.015.355 497.638

10,26 3,89 1,91

7,69 2,92 1,43

246.833 -

1,57 -

0,71 -

619.306

2,76

1,77

394.627 258.840

1,51 0,99

1,13 0,74

851.971

5,42

2,45

1.256.857

5,63

3,59

630.072

4,01

1,81

293.317

1,31

0,84

172.751

0,66

0,50

-

-

-

739.527

3,31

2,11

137.196 107.124 52.197

0,53 0,41 0,20

0,39 0,31 0,15

866.922

3,32

2,49

1.022.232 1.558.679

6,51 9,92

2,94 4,48

293.141

1,31

0,84

326.045

1,25

0,94

177.499

1,13

0,51

8.593.610

38,51

24,56

11.276.92 0

43,23

32,41

5.864.550

37,33

16,84

9.569.640

42,89

27,35

11.213.68 4

42,99

32,23

6.443.377

41,01

18,50


ELECCIONE EUROPEAS MAYO 2019 GENERALES ABRIL 2019 EUROPEAS MAYO 2014 S Absoluto % % Absoluto % % Absoluto % % GENERALE s Válido Cens s Válido Cens s Válido Cens S s o s o s o Suma 3.194.404 14,32 9,13 2.546.029 9,76 7,32 1.482.043 9,43 4,26 Nacionalistas (A) Suma 189.393 0,73 0,54 Regionalistas Resto 739.527 3,31 2,11 660.104 2,53 1,90 1.558.671 9,92 4,48 Partidos Fuente: Ministerio del Interior. Elaboración Cristóbal Torres. Elecciones Europeas 2019 escrutado al 99,48%.

NOTAS:

(A) Incluye Lliures Europa, CEUs, Ahora Repùblicas y Compromìs per Europa.

Como puede verse en los datos recogidos en la señalada Tabla, en el caso de las europeas de 2019 el dato de participación ha sido del 64,3% del total censal, lejos de las cifras de las generales del mes anterior, pero más lejos todavía de los ya señalados de mayo de 2014. Sin duda, la cercanía con las generales y el hecho de que, en esta ocasión, coincidieran en fecha con las municipales y autonómicas explicarían esta relativa alta participación. Esta destacada participación daría, a mi juicio, más fuerza a una lectura de esas tendencias emergentes que, conforme al párrafo anterior, puede hacerse a partir de sus resultados. La primera constatación es que en mayo de 2019 hay casi cuatro millones de votos menos que en el mes de abril anterior (3,85 millones). Sin embargo, el Partido Socialista y el Partido Popular mantienen el volumen absoluto de sus votos. En concreto, el PSOE solo pierde 153.000 votos de una bolsa de más de siete millones y el PP gana 135.000 en un total de más de cuatro millones. Frente a este destacado hecho, sobresale también que Unidas Podemos, Ciudadanos y Vox registran muy fuertes pérdidas. El caso de Unidas Podemos el descenso del voto es de 1,49 millones, lo que supone un 40% de sus votos del mes anterior, aunque el trasvase de sus confluencias a algunas de las coaliciones nacionalistas pueda dar cuenta en alguna parte de este voto. Ciudadanos perdió 1,42 millones de votos de unas a otras elecciones, lo que supone algo más de la tercera (34,3%) de sus votos de abril. Y la caída de Vox alcanzó a casi la mitad de sus votantes de las pasadas generales (48,3%), lo que supone 1,29 millones de votos. Aparte de constatar la extraordinaria volatilidad de estos votantes que en apenas un mes decidieron no repetir sus votos, debe también indicarse que fueron votos que no se encaminaron hacía ninguna otra fuerza política cercana, sino que se fueron a la abstención. De otro lado, también destaca sobremanera que las distintas coaliciones nacionalistas o independentistas (Lliures Europa, CEUs, Ahora Repùblicas y Compromìs per Europa) han seguido ganando votos. Así sumaron casi 650.000 votos más que sus principales partidos en las generales del mes anterior, lo que supone un crecimiento del 25,5%, si bien hay que tener presente que en este sumatorio el voto canario de CCa está incluido en la coalición nacionalista CEUs liderada por el PNV, y que pueden incluirse otros votos de partidos menores que en la Tabla 1 aparecían en el ítem de Resto de Partidos.

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En definitiva, que tal vez las recientes elecciones europeas celebradas estén apuntando algún tipo de vuelta, aun por pasiva de una parte importante del electorado, al bipartidismo tradicional (seguramente por cansancio ante la falta de estabilidad gubernamental dada la fragmentación de fuerzas), si bien ahora con mayoría electoral en el Partido Socialista, que de esta manera podría iniciar un nuevo ciclo electoral y de gobierno. Y junto a esto, un cada vez más sólido afianzamiento del bloque nacionalista que bien pudiera explicarse por la dinámica de polarización y división civil que la irrupción del independentismo ha tenido en Cataluña, así como por su contagio al resto de comunidades autónomas con arraigada fuerza nacionalista.

Intervención completa de Cristóbal Torres en vídeo

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2. “A PESAR DE TODO ESTAMOS ELIGIENDO LA MODERACIÓN” Fernando Vallespín

Ex Presidente del CIS Catedrático de Ciencia Política (Universidad Autónoma de Madrid)

Fernando Vallespín durante su intervención en el Seminario “Perfil del votante”

(Foto: Josema Visiers)

Detrás de los datos siempre hay muchas preguntas y la pregunta de por qué hemos llegado a los datos a los que hemos llegado. Veníamos de una legislatura, o pseudolegislatura, anómala, que es la que comenzó como consecuencia de la moción de censura [la moción de censura contra el Gobierno de España presidido por Mariano Rajoy se celebró entre el 31 de mayo y el 1 de junio de 2018], donde después un partido, el PSOE, apoyado exclusivamente en 84 escaños, consiguió una proeza relativa, aguantar durante nueve meses en el Gobierno. Pero venimos también de uno de los grandes traumas que ha sufrido la política española desde la Transición, que fue el famoso otoño catalán de 2017, que generó una situación que podríamos llamar de psicosis política nacional. Me parece que no entendemos nada de lo que está pasando si no aludimos a ese shock, un shock muy relevante que ha tenido una traducción en el comportamiento de la mayoría de nuestros actores políticos. Y esto creo que es muy relevante. O sea, que el trasfondo es: una anomalía, una anomalía que viene desde la época de la crisis económica, que es cuando se rompe el sistema bipartidista y cuando entramos en un fraccionamiento mucho mayor y una puesta en cuestión realmente de la herencia de la Transición, que acaba derivando en un periodo de cuatro elecciones en cuatro años, sin contar la de ayer, que nos ofrece algunas respuestas que se quedaron sin contestar en las generales. Nueve millones de votantes votaron algo distinto en abril de 2019 de lo que habían votado en el 2016. Este es un dato espeluznante. Lo que significa es que estamos ante un

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sistema tremendamente volátil, es decir, que los cambios pueden ser profundos. Lo estamos observando también en otros sistemas políticos de nuestro entorno. Es una patología del mundo occidental, donde realmente no sabemos a qué atenernos. Los puntos de orientación tradicionales nos sirven cada vez menos. Esto creo que es muy importante. Hay un castigo evidente al PP. Las razones no son fáciles de definir pero me parece que eso queda claro en las elecciones generales. Y luego se produce una situación muy extraña donde un país acostumbrado al bipartidismo de repente se encuentra con un pentapartito, donde cinco partidos tienen más del diez por ciento pero ninguno supera el 30 por ciento. Es decir, hemos aniquilado a los partidos de masa. Los grandes partidos han desaparecido y ahora nos encontramos con un pelotón donde un partido que saca solo —subrayo lo de solo, porque en la historia democrática española es una anomalía– el 28,2 por ciento, que se traduce después más o menos en un 35 por ciento de escaños, se le da como vencedor casi absoluto de las elecciones. Es decir, aquí hay una anomalía, pero realmente esto es un terremoto. ¿Cómo se puede decir que vence en unas elecciones alguien que no ha llegado si quiera al 30 por ciento del voto? Y sin embargo, después de haber visto funcionar al PSOE con 84 escaños, decimos ahora que casi está garantizada la gobernabilidad. Porque después de cada elección tenemos que preguntarnos siempre: ¿está garantizada la gobernabilidad? Y en el caso de que optemos por una respuesta afirmativa también tenemos que contrastar eso con respecto a cuáles son los retos, los desafíos que tenemos que afrontar como país. Porque una cosa es la gobernabilidad corriente y otra la gobernabilidad necesaria para hacer frente a según qué retos. Se ha hablado mucho de la participación, y del aumento de la participación. Cuando en España y en otros países democráticos sube tanto, generalmente tiene que ver con la necesidad que tienen los ciudadanos de alzar la voz, de participar en algo que les parece importante. Dicen: “Aquí estoy yo”. Por eso normalmente cuando sube la participación es cuando va a haber cambio de Gobierno. “Te quiero dar la patada”, sería la traducción. Fue lo que ocurrió en 1982, con la participación más alta que tuvimos; fue cuando se produjo por fin la alternancia de la derecha en 1996; fue lo que se produjo como consecuencia del 11M y todo aquello en la traumática elección del año 2004 –la participación también subió entonces al 80 por ciento–, y ha ocurrido ahora. Es decir, que un sector muy importante de la ciudadanía española percibió señales de alarma que le hizo salir a la calle a votar para decir “aquí estoy yo”. La pregunta es: “¿Qué fue lo que provocó las señales de alarma?”. Esta es la pregunta del millón de dólares. Mi tesis fundamental es que hubo un factor tremendamente distorsionante, casi hasta traumático: la aparición de Vox como un fantasma cuyo tamaño ignorábamos y que se hizo una interpretación tremendamente errónea de los resultados de las elecciones andaluzas. Yo creo que los resultados de las elecciones andaluzas del 2 de diciembre de 2018 han sido patológicos a la hora de explicar muchas de las sobreactuaciones de algunos de los sectores políticos españoles. Porque las consecuencias de estas elecciones, como ha señalado Cristóbal Torres, yo creo que ha sido el aumento de la participación, y que ha beneficiado fundamentalmente a la izquierda. Pero ha beneficiado también y sobre todo

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a los nacionalistas e incluso a los regionalistas. En el fondo el enmarque fundamental en el que tuvieron lugar las últimas elecciones generales fue España: España, la unidad nacional (por parte de aquellos que no comparten la visión de España –lo que en seguida empezó a llamarse el bloque de derechas, el tridente–: el temor a que ese trío pudiera acceder al poder e imponer un determinado modelo de España). Eso ha sido muy perceptible en la España periférica, en la España nacionalista. Al final esa concentración sobre una visión de España profundamente ideologizada, que ha sido prácticamente el único tema sobre el que han discutido los tres partidos de la derecha, ha contribuido enormemente a movilizar al nacionalismo. La izquierda se ha movilizado fundamentalmente no tanto por esa visión de España, como por la propia presencia de Vox, y la indiferencia de los partidos de centro derecha, que se supone que son Ciudadanos y el PP, ante Vox. Y aquí está el precedente andaluz. Es decir, el pensamiento de que “ojo, estos no van a tener ningún inconveniente de pactar con un Vox que puede llegar a sacar, porque se dijo, 60 escaños”. Es decir: “Aquí no nos va a gobernar la derecha tradicional del PP, en el caso de que venza, ni una especie de coalición Ciudadanos-PP, sino que aquí vienen una derecha dura”. Estaba la polarización de la derecha y su elección de una única cuestión en el orden del día del debate electoral: la denigración de toda visión de España que no coincidiera con la más radicalizada. ¿Quién es Albert Rivera para decidir qué partido no forma parte del consenso constitucional? Aprovecho para abrir un paréntesis: hablar de constitucionalismo carece de sentido en una Constitución donde no hay cláusulas de intangibilidad. Es decir, que cualquier cosa reformable de la Constitución, mientras se tenga una mayoría suficiente, es reformable. Por lo tanto no se puede decir que la Constitución, tal y como existe, son las tablas de la ley que Moisés ha grabado y que por tanto tienen que permanecer inevitablemente así, que es la interpretación que se hace desde Ciudadanos y desde el Partido Popular, y que no se hace desde el PSOE. Eso es algo de lo que se dio cuenta Pedro Sánchez, o quien quiera que esté detrás de Pedro Sánchez, su equipo. Al no poder el PSOE pactar con Ciudadanos, que hubiera sido un pacto de Gobierno perfectamente estable, se produce una anomalía que obliga al partido de la izquierda a flexibilizar su posición respecto los partidos que clásicamente llamábamos nacionalistas. Aunque desde luego hay una serie de líneas negras que son las que marca la Constitución, que, en contra de lo que se ha dicho, no ha transgredido Pedro Sánchez. Pedro Sánchez no ha reconocido el derecho de autodeterminación, no tiene poder para hacerlo, no ha pactado una solución al juicio, que se sepa, etc., etc. Las elecciones andaluzas estuvieron muy dominadas por la cuestión catalana, que casi se discutió más que cualquier otra cuestión de política regional y no provocó una reacción de la izquierda. Es decir, la izquierda no estaba movilizada en Andalucía, y no estaba movilizada porque a la izquierda, en el fondo, o a un sector de esa izquierda, tampoco le parecía tan absolutamente importante. Primero porque no pensaba que fuera a caer Susana Díez, pero por otra parte el PSOE andaluz había generado una fatiga en su apoyo que no era trasladable automáticamente al resto de España. Aquí hay dos lecciones que la derecha no supo tener en cuenta: primera, que la izquierda se puede activar, dependiendo de cómo formules tú tu propio discurso, y la segunda es que tres no suman: que la derecha solo ha conseguido gobernar históricamente

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en España cuando ha conseguido unificarse e ir al centro. Que es exactamente lo contrario de lo que ha hecho a lo largo de estas últimas elecciones. Andalucía creó la imagen de que era posible una derecha polarizada, fundamentalmente en la cuestión nacional, y dividida. Cada uno se equivocó de diferente manera. El PP se equivocó pensando que su adversario era Vox, cuando su adversario era su propio posicionamiento más a la derecha de lo que venía siendo tradicional en el PP, es decir: tú eres tu propio adversario si dejas de atender o prescindes de uno de los elementos que te ha dado prestigio a lo largo de la historia reciente de España que es tener una hoja de servicios de una gestión bien hecha. Con casos de corrupción, lo que se quiera. Pero se renuncia a esa dimensión del PP, para saltar a la doctrinaria nacionalista española, aznarista, y se renuncia a la de Rajoy, Santamaría, etc., de gestión, gestión, gestión. Y hay que recordar lo que significó la crisis, que el PP fue el que sacó a España de la crisis, pues no se habló de esto. De esto no se habló: se habló exclusivamente de si Sánchez y una determinada concepción de España, la España constitucional, frente a una España “bastarda”, evidentemente con una simplificación. En el último capítulo de Juego de Tronos, uno de los protagonistas propone elegir a otro para ocupar el Trono de Hierro porque dispone de la mejor historia (storytelling). El relato que se crea es muy importante: el que tiene la mejor historia al final suele ser quien gana. Y yo creo que ni el PP ni Ciudadanos –Vox todos sabemos cómo lo enmarcó– supieron enmarcarlo bien. Así pues, el PSOE, sin hacer grandes esfuerzos supo enmarcarlo relativamente bien porque lo que vino es a aparecer como la fuerza moderada. Sabían que la indiferencia del PP y de Ciudadanos hacia Vox les iba a presentar a ellos como moderados y que por lo tanto ahí tenían mucho que ganar. El discurso del PSOE era que se trataba de elegir entre continuidad, con un Gobierno moderno, un Gobierno feminista, un Gobierno con conciencia social, o la vuelta al semifranquismo. No estábamos hablando ya de la vuelta al PP, de la corrupción, etc.: no hizo falta recurrir a eso, sino que había algo que daba todavía mucho más miedo. Yo he salido de las elecciones muy preocupado. El aumento espectacular de los nacionalismos, que ahora se ha acentuado –porque desde el momento en que se plantean unas elecciones en clave de unidad de España, de cuál es la naturaleza de este país llamado España, de una manera tan radical, y gana, que ganó en número de votos, la heterodoxa, es decir, la que no coincide con la que veníamos entendiendo que era la visión de España tradicional desde la época de la Transición–, nos obliga a entrar en un tema delicadísimo. Tenemos el deber en nuestro país, un país integrado, cohesionado, de reformular otra vez algo tan cansino como puede ser el modelo de Estado. A mí me parece que lo que han sacado a la luz la elección de abril y la de ayer es que el modelo constitucional que tenemos de España no nos sirve o por lo menos tenemos que intentar revisarlo y que sobre todo lo que no podemos hacer si queremos defender de verdad la Constitución es imaginar que la única Constitución posible es la actualmente existente. La mejor manera de defender la Constitución algunas veces es reformarla. Sobre todo si a través de esa reforma conseguimos la supervivencia de España tal y como la tenemos.

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Los ponentes durante el seminario

(Foto: Josema Visiers)

La mayor consecuencia y la más preocupante consecuencia de las elecciones generales y de lo que ocurrió ayer es que el PP no existe en el País Vasco y apenas existe en Cataluña; está además el aumento de partidos radicales como Bildu, por ejemplo, el aumento espectacular de ERC, lo que ha ocurrido con Puigdemont — es decir, los resultados de las europeas en Cataluña, donde yo creo que han pasado ya del 50% por primera vez los independentistas–, todo eso son llamadas de atención. Son llamadas de atención y solo hay un partido del espectro de los partidos nacionales –quitando a Podemos, que se ha hundido en estas últimas elecciones— que mantiene un discurso de: “Vamos a intentar no ofrecer una versión muy dogmática de lo que pensamos que debe ser España, y vamos a intentar negociar con los más propensos a tender puentes en Cataluña y en el País Vasco”. El PNV está tan seguro de sí mismo y sabe que ahora mismo solo tiene que ganar, que ni siquiera se quiere plantear la opción por la independencia, si se plantea como tal independencia. Se nos ha abierto en canal la cuestión nacional, lo vivimos ya el 1 de octubre de 2017, y está volviendo. Y seguramente va a volver ahora en el escenario europeo con una virulencia tremenda. Con todo, y a mí me parece que este es un dato que debería apaciguarnos un poco, los resultados de las elecciones generales, pero sobre todo los resultados de ayer, lo que muestran es que a pesar de la polarización, por lo menos en el espectro izquierda-derecha, estamos eligiendo la moderación. Vox, como algunos ya habíamos anticipado, va camino de una erosión progresiva y la derecha está tomando nota de que al final solo puede quedar uno. Ciudadanos es incapaz de conseguir que gane la derecha pero es incapaz también de conseguir un Gobierno de coalición centrado: centroizquierda o centro-derecha; impide que haya salida por alguna de las dos opciones. El resultado de Unidas Podemos ha sido verdaderamente patético. El titular real de ayer es “Madrid salva a Pablo Casado de la quema y entierra a Pablo Iglesias”. Hemos asistido a que hay una recuperación provisional –estoy hablando desde mi perspectiva–


del nuevo liderazgo del PP. Casado ha ganado tiempo, lo cual no significa que se haya asentado. Cuando los cargos del PP hagan balance, señalarán al responsable, y no les va a servir de nada decir que se ha conservado la Comunidad de Madrid o que se ha conseguido el Ayuntamiento de Madrid. Eso puede ser insuficiente -creo yo-. Puede ser más una ilusión que no una realidad lo que hemos visto con el PP. Pienso que la investidura va a ser relativamente sencilla y luego vamos a ver qué es lo que dice Sánchez, porque lo que está claro es que lo que ocurrió ayer ha devaluado a Pablo Iglesias como partner posible de un Gobierno de coalición, y que ayer el propio Sánchez dijo explícitamente: vamos a ver si nos dejamos de vetos, y estaba dirigiéndose claramente a Ciudadanos. Ahora tenemos que salir del juicio. Los catalanes vamos a estar en el centro del debate europeo con Puigdemont y con un alcalde en Barcelona independentista. Tenemos que llegar a un entendimiento como se produjo a la hora de la reforma constitucional de 2011: hay momentos en los cuales hay que unir fuerzas y hay que ser un poco realistas. El PSOE no ha ganado más poder territorial porque se ha derrumbado Unidos Podemos. Y esa es la factura que le va a presentar Pedro Sánchez a Pablo Iglesias: “¿Quiere ser ministro de qué?” Sobre la gobernabilidad: me preocupa mucho la gobernabilidad sobre todo porque ERC no es un socio fiable como se vio sobre todo en el caso de Miquel Iceta. En definitiva: tenemos que redefinir lo que es el patriotismo español, nuestra identidad colectiva, buscar cómo podemos sumar sin generar exclusiones. Cataluña no está dividida en dos sino en tres tercios: uno independentista que ya no hay quien recupere; otro españolista que se va a mantener leal pase lo que pase, pero el tercer tercio es el que hay que conquistar, porque dependiendo de quién se lleve ese tercer tercio el futuro de Cataluña estará dirigido hacia un lado o hacia otro. Estamos en un momento en el que el liderazgo es muy importante, precisamente por los desafíos a los que tenemos que hacer frente. Nuestro gran desafío es la reconstrucción de un consenso transversal imprescindible no solo para satisfacer este reto sobre la naturaleza de la nación, sino para afrontar otros asuntos decisivos: la propia presencia internacional, la reforma laboral, la transición energética, la financiación autonómica, etc.

Intervención completa de Fernando Vallespín en vídeo

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3. “SOLAMENTE HAY ‘EL PROBLEMA’. EL DE LOS TERRITORIOS”

Pedro Arriola

Sociólogo Asesor de campañas electorales del Partido Popular hasta 2018

Pedro Arriola en una de sus intervenciones

(Foto: Josema Visiers)

Ayer fue un día sorprendente. Porque aquello tan antiguo de Ortega y Gasset de que “toda realidad ignorada prepara su venganza”, se materializó con algunos dirigentes políticos y formaciones políticas. Yo tengo una cierta vinculación con Pablo Iglesias y ayer sentí lo que es un fracaso en política para una persona que si había algo que no podía imaginarse, es que le fuera a ocurrir a él. Yo ya no sé hace mucho tiempo si soy de los nuestros, con lo cual tampoco sé si lo de ayer vino a resolver algo o no. ¿Ustedes creen que dividir por dos es igual que dividir por tres? Y ayer no se produjo solo donde ustedes piensan. No, no. También se produjo en el otro lado, en la anomalía de las hasta ahora señoras alcaldesas de Madrid y de Barcelona. ¿Tenemos que volver, porque al final somos un poco nostálgicos, a un cierto bipartidismo corregido y ampliado si a su vez es cierto que el único problema


políticamente profundo que tenemos en nuestra convivencia en estos momentos es Cataluña?

Mi maestro el profesor Murillo Ferrol subrayó que en un determinado momento, hablando de Cataluña y de la guerra española de 1936, ciertos posicionamientos llevan inevitablemente a un enfrentamiento civil, son momentos que se reflejan en el gráfico: la U del conflicto. No lo va a haber ahora, pero a mí hay cosas que empiezan a no gustarme nada. Y cuidado con que el PNV no se vaya a ir de la mano. No creo que haya graves problemas políticos en España en estos momentos. Solamente hay el problema. El problema de los territorios. Y ya está, se acabó. Y lo tenemos tan grande, que yo les recomendaría que repasaran los escritos del profesor Murillo Ferrol, porque hay cosas con las que no conviene jugar. Porque además el nuestro no es un país de holandeses. No, no somos holandeses. Y convendría no olvidar ese tema.

Resumen del seminario en vídeo

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Otras publicaciones: El futuro de las pensiones Cuadernos NR Serie Estudios núm. 1

Participación Social Cuadernos NR Serie Estudios núm. 2

www.nuevarevista.net EDITA: Unir Ediciones S.L.


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