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ÁMBITO SOCIAL

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bierno federal se ha sumado con Fonatur a la defensa del llamado Tren Maya. Mientras tanto, organizaciones, como la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch ‗Xíinbal, pese a las amenazas contra Pedro Uc Be, continúan su labor con las comunidades opositoras a éste y a otros megaproyectos devastadores de su territorio. Samir Vive es una siembra, esperen la cosecha. (jornada.com.mx) 18/02/2020

34.“No buscamos huesos, buscamos tesoros”: V Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas en Veracruz: Pietro Ameglio En México existen actualmente una serie de luchas sociales emblemáticas de la historia que siempre ha atravesado a nuestro país. Son los sujetos de estas resistencias: los familiares de desaparecidos y asesinados de estos últimos diez años que luchan por encontrar verdad, justicia, reparación y no repetición; las mujeres -sobre todo jóvenes- que luchan por detener la violencia de género y los feminicidios en todos los espacios posibles, especialmente ahora en los planteles educativos medios y superiores; los pueblos indios y campesinos que luchan por defender sus territorios, cultura y recursos naturales frente a megaproyectos nacionales y trasnacionales, y a la vez algunos buscan construir modelos de seguridad comunitaria frente a la gran violencia e impunidad del crimen organizado, aliado a los gobiernos de todos los niveles. En las últimas semanas presenciamos dos hechos sociales emblemáticos y dramáticos del ―exterminio selectivo‖ ante estas luchas sociales: el asesinato de dos defensores de los santuarios de la mariposa monarca en Michoacán (mpio. de Ocampo) contra los talamontes, Homero Gómez y Raúl Hernández, ―muertos sospechosamente…en circunstancias extremadamente turbias‖ según la Unesco. Homero desaparecido el 14 de enero y encontrado muerto el 29, y el cuerpo de Raúl fue hallado el 3 de febrero. En esos mismos días, en el vecino Guerrero, el 17 de enero fueron emboscados, asesinados y quemados diez integrantes del grupo musical ―Sensación‖ en el municipio de Chilapa. La Policía Comunitaria de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) responsabilizó del crimen al cartel de los Ardillos -aliados con alcaldes y diputados-, en conflicto desde hace años con la CRAC por querer imponer el delito organizado en toda la región. Alfonso Durazo, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, declaraba el 23 de enero que ―La responsabilidad de la seguridad pública es del Estado‖, pero aquí tenemos la evidencia de cómo el Estado no cuenta con la suficiente fuerza e inteligencia para esta tarea, o, como en estos dos casos de extermino selectivo, algunos de sus integrantes son aliados de los criminales.

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Entonces, si las comunidades y sociedad civil se organizan para detener tamaña violencia y despojos, son exterminadas con total impunidad. Todos saben en los municipios de Chilapa y Ocampo, y en esos estados, quienes son los criminales y sus aliados políticos y empresarios. ¿Por qué nos los detienen? En México hay 61 mil 637 personas desaparecidas, la inmensa mayoría (97%) de las cuales son entre el 2006 y hoy. En este sexenio van 5184 desaparecidos, lejos al menos de amortiguarse el drama crece. Estas son cifras oficiales declaradas por el subsecretario de DDHH, Población y Migración Alejandro Encinas, hombre con historia honesta y de lucha, que sin duda está trabajando con más funcionarios y el presidente para mejorar esta situación, pero no es suficiente. Brigadas: acciones de no-cooperación y desobediencia a lo inhumano

Ante este creciente e indetenible drama del ―exterminio masivo‖ nacional, familiares y amigos de víctimas de desaparición y asesinato han optado, al igual que la CRAC en la seguridad comunitaria, desde hace años por hacerse cargos ellos mismos de lo que el Estado no puede o no quiere por contubernio responsabilizarse. La principal acción ha sido la organización de brigadas de búsqueda de personas desaparecidas, en vida y en fosas clandestinas, pero, como afirman las Rastreadoras de Sinaloa: ―No buscamos huesos, buscamos tesoros‖. Dentro de la cultura noviolenta, estas brigadas serían ―acciones de no-cooperación‖, en el sentido de asumir los familiares su propio poder y ―meter sus cuerpos‖ ellos mismos en forma directa en el terreno del conflicto, sin esperar lo que no va a suceder: que lo haga el Estado. ¿Por qué no-cooperación? Porque co-operar sería quedarse paralizados, ―mirando hacia arriba‖ a las autoridades, esperando en forma mágica o mesiánica que hagan lo que no quieren hacer por complicidad o incapacidad. En el sentido de la lucha noviolenta, es una forma de ―desobediencia debida hacia toda orden inhumana‖ (Juan C. Marín). ¿Cuál sería la orden inhumana que desobedecen? El quedarse inmóviles suplicando a la autoridad que les apoye en la búsqueda e identificación, lo que saben que no sucederá.

A la vez, el desobedecer esa orden inhumana genera entre los familiares un trabajo y actitud de co-operación, o sea deben ―operar‖ -actuar y reflexionar colectivamente- juntos para avanzar en la lucha. Y también es cierto que al actuar con ciertas autoridades -de diferentes niveles de gobierno- se generan otras formas de cooperación indispensables y centrales en la brigada. Así, la brigada de búsqueda es una acción noviolenta de no-cooperación ante parte de las autoridades y los criminales, y de co-operación entre los familiares, la sociedad civil solidaria y otras partes de las autoridades. Siguiendo con el reciente Informe de Encinas, se han detectado 873 fosas y exhumado 1124 cuerpos, y miles de restos de todo tipo. Los principales hallazgos han sido en Veracruz, Jalisco, Guerrero, Colima, Nayarit, Sinaloa, Sonora y Chihuahua; casi cada semana se han hallado nuevas fosas con cantidades de cuerpos cada vez más espeluznantes, en lo que Monseñor Raúl Vera, obispo de Saltillo, llamó ―un campo santo nacional‖. Las madres y padres, familiares y amigos, realizan una empresa de lucha social heroica y con enorme valentía pues los riesgos son muy altos, como lo demuestran las muchas amenazas, emboscadas y ataques directos de los criminales a los colectivos de búsqueda estatales. Pero los familiares no sólo enfrentan el peligro de la muerte, sino también el dolor del abandono, impunidad y ataque por parte de las autoridades. Lo que acaba de suceder aquí en Morelos no tiene nombre en cuanto a nivel de inhumanidad: la Fiscalía General de Justicia morelense entregó el 16 de enero a la madre Felícitas Tijera Carvajal el cuerpo de su hijo Jonathan Martínez Tijera, el cual ella veló, enterró con dinero prestado y empezó el duelo. Sin embargo, el 1º de febrero su madre se enteró que su hijo estaba vivo en un albergue. ¿Es posible imaginar un daño moral y sadismo mayor contra alguien? ¿Los funcionarios responsables siguen en sus puestos? La V Brigada Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas (BNBD), organizada por la Red de Enlaces Nacionales, se realizará del 7 al 22 de febrero en la zona de Poza Rica y Papantla; en palabras del coordinador Juan Carlos Trujillo, en la conferencia de prensa de inicio: ―La dimensión de la maldad en la zona norte de Veracruz es inimaginable‖. Lucía de los Ángeles Díaz, del colectivo Solecito Veracruz, declaraba hace un año que en Veracruz podría haber más de 20 mil desaparecidos, la mayoría jóvenes entre 14 y 25 años (La Jornada, 2-2-19); mientras la Comisionada Estatal de Búsqueda, Brenda Cerón, confirmaba hace poco que ―la zona norte es donde más registro de desaparecidos hay‖ (Vanguardia, 23-12-19).

En cada una de las dos semanas participarán en la V Brigada unas 300 personas, en su gran mayoría familiares. Se trata de una gran empresa colectiva -que se prolonga meses antes y después- sobre todo de solidaridad de la sociedad civil y autorganización de los familiares, con cierto apoyo de las autoridades en todos los niveles; en el caso de Veracruz, entre otros, nos consta directamente del compromiso de la Dirección de Paz y DDHH y de sectores de la Universidad Veracruzana. Esta será la mayor Brigada organizada hasta ahora, pero su relevancia no es sólo cuantitativa sino cualitativa, porque es el fruto de un proceso anual de toma de conciencia acerca de las necesidades, obstáculos y formas de lucha de los distintos colectivos en todo el país; de la centralidad de articularse en redes por seguridad, eficacia y mayor presión socio-política, en las cuales se construye un conocimiento más complejo acerca de cómo lograr los objetivos de la lucha y existe un acompañamiento solidario y amoroso que dan mucha fuerza para seguir luchando. De la Red de Enlaces participan unos 70 colectivos de 27 estados del país. Los Ejes de Intervención serán: búsqueda en vida (hospitales y cárceles) y en campo (fosas clandestinas); identificación y seguimiento forense; en lo educativo, comunitario y religioso se harán trabajos de sensibilización, conciencia y reconstrucción del tejido social en escuelas, comunidades de fe, calles y plazas. En esta Brigada se incorporó el Eje de Seguimiento e Identificación Forense, algo que nos parece fundamental para empezar a resolver de fondo el gran drama social y familiar de esta guerra de exterminio, ya que existe un gran desfase entre la cantidad de acciones de búsqueda y ―tesoros‖ encontrados, y la identificación que es mínima en comparación. Generándose así un doble dolor y victimación, pues están los tesoros pero no se sabe si son los propios o de quién. Campañas nacionales para intensificar la Identificación y conocer el ―Camino, la Verdad y la Vida‖ en las Búsquedas? Un campo estratégico de esta nueva etapa de la lucha, es cómo, desde la sociedad civil y los familiares, construir formas alternativas -junto a las oficiales- civiles para la identificación, y cómo presionar a que las autoridades asuman esta responsabilidad con mucha mayor determinación, velocidad e inversión de recursos humanos y materiales. No puede ser excusa ante un drama de inhumanidad tal en nuestro país, el que se diga que faltan recursos humanos y dinero; las autoridades están mandatadas para aportar ambas cosas.

No estamos impulsando formas independientes del Estado para estos trabajos, que por varias razones serían inmanejables, sino de explorar formas complementarias de ―fuerza auxiliar‖ y de presión. Existen experiencias históricas para avanzar en esta línea. Para incrementar estas estructuras e infraetsructuras que agilicen el trabajo forense y genético de identificación, o sea resuelvan el fondo del peor drama humano que vivimos en el país, es también fundamental aumentar los recursos económicos y humanos, siendo allí donde una parte de la ―reserva moral‖ nacional -iglesias y universidades por ejemplo- deberían hacer mucho más en cuanto a solidaridad de dinero y personal especializado. En esta línea, por ejemplo la UNAM está impulsando el Proyecto NN de identificación y el Banco de Voces para prevenir delitos; la universidad Iberoamericana tiene un programa de investigación de fosas clandestinas; la UAEMorelos participó activamente en el proceso de descubrimiento y exhumación de las fosas clandestinas en Tetelcingo y Jojutla. Y seguramente habrá alguna otra experiencia de universidades en el país, pero escasas ante la magnitud del drama. Particularmente, también en esta Brigada, en el terreno de la búsqueda, donde las iglesias locales de distintas confesiones y algunas de sus jerarquías se han mostrado solidarias con los familiares, sería muy interesante empezar a promover algún tipo de campaña ejemplificante en cuanto a la búsqueda de fosas, que luego podría ser retomada a nivel nacional.

Jesucristo dice ―Yo soy el camino, la verdad y la vida‖ (Juan 14,6), y qué mejor ocasión entonces de hacer vivas estas palabras que con nuestras propias acciones. En forma anónima (por ejemplo con urnas en templos, centros comunitarios, escuelas…), hagamos llegar información a los familiares acerca del ―camino‖ donde haya entierros clandestinos, la ―verdad‖ de ese hecho sin mencionar nombres, para que los familiares recobren la ―vida‖, pues su drama sólo les permite ―sobrevivir‖. Las iglesias de todas las denominaciones, y otros espacios sociales claramente también, tienen la capacidad y fuerza moral para convocar a una Campaña local y nacional por ―El Camino, la Verdad y la Vida‖, constituyéndose así en una verdadera fuerza auxiliar para la construcción de justicia y paz en México. (desinformemonos.org) 14/02/2020

35.Se unen iglesias por personas desaparecidas

Realizan oración ecuménica

32 La Iglesia católica de la diócesis de Papantla, con sede en Teziutlán, la iglesia de la Diócesis Anglicana del sureste de México y pastores evangélicos, se unieron para participar en las actividades de la quinta Brigada Nacional de búsqueda de personas desaparecidas, llevando a cabo por primera ocasión en la historia de esta región una ―Oración Ecuménica‖, con la cual tocar la dolorosa realidad de la desaparición forzada en México y dar continuidad pastoral al trabajo de las autoridades. De acuerdo a lo informado por el Pbro. Lorenzo Rivas Fuentes, presidente de la Comisión de Pastoral de comunicación social de esta Diócesis, dicha actividad, fue emprendida en la zona de Poza Rica Veracruz, punto en el predomina con más fuerza esta situación, extendiéndose ahora al resto de las parroquias, entre ellas, las ubicadas en los municipios de Hueytamalco, San José Acateno y Teziutlán, pertenecientes al estado de Puebla. Según apuntó, esta brigada nacional búsqueda de personas desaparecidas, fue puesta en marcha, a raíz de la petición de la misma ciudadanía, que tuvo a bien acercarse a esta diócesis de Papantla, así como otras denominaciones religiosas, a fin de contribuir en algunas actividades como la donación de alimentos para las personas que estuvieron participando en algunas de las actividades que fueron implementadas y que tienen que ver con el seguimiento de la búsqueda de sus familiares. En este sentido, el religioso destacó la histórica oración ecuménica, la cual según dijo, ―no distingue raza, política o credo, tan solo de interés para el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, es decir, todos oramos por todos‖, participando Mons. José Trinidad Zapata Ortiz, obispo de la iglesia católica de la diócesis de Papantla, ILMO. Julio C. Martin Obispo Coadjutor Anglicano del sureste de México y algunos pastores evangélicos de la zona, quienes se unieron a esta acción. Al respecto, Lorenzo Rivas Fuentes, dijo que en torno a este tipo de desapariciones, son las autoridades, quienes deben investigar los casos, siendo la iglesia, quien debe apoyar en la oración, en el hospedaje, alimentos y en el confort del alma, donde para el caso del resto de las iglesias de esta diócesis, ha sido emprendida una cadena de oración, con lo cual pedir la pronta aparición de las personas desaparecidas. Así mismo, añadió que todo ello ha sido sin duda, una cátedra de ecumenismo, con la cual aprender ―que si podemos hacer algo por el hermano que sufre y os sentimos en paz‖, ya que si bien la autoridad civil hace lo que le toca, por parte de la iglesia, también se encuentran apoyando en lo necesario. (elsoldepuebla.com.mx) 19/02/2020

36.Nace la "Virgen patrona de las Barricadas" en Chile De este movimiento han surgido diversos símbolos En Chile ya era conocido el "Negro Matapacos". Un perrito negrito que siempre estaba al frente de las protestas en Chile. Sigue ahora el nacimiento de la "Virgen Patrona de las Barricadas en Chile" que fue puesta en un muro de las calles de Santiago. Se le encontró en redes sociales, la foto, en la que se puder ver a una mujer, con un vestido mapuche, en el fondo está la bandera Walmapu de los pueblos originarios y al fondo un perrito "Negro Matapacos". En el fondo de la foto se puede leer: "la Virgen de las Barricadas nació en México". Efectivamente en México surgió la "Virgen de las Barricadas" durante el movimiento conocido como la APPO o la "Comuna de Oaxaca". El pueblo chileno está ofreciendo una lección de dignidad, se enfrenta al gobierno de Sebastían Piñera para exigir una vida digna. El gobierno actualmente ha convocado a una asamblea "constituyente" completamente falsa, cocinada y las movilizaciones siguen hasta la caída del régimen político. Sus principales protagonistas son estudiantes, jóvenes, mujeres y trabajadores. (laizquierdadiario.mx) 10/02/2020

37.El veto parental, vuelta a la inquisición: Juan José Tamayo España. Con la aprobación del veto parental en la Comunidad de Murcia vuelven a España la inquisición, una institución que dábamos por desaparecida en el siglo XIX, y la censura, que creíamos enterrada con la transición democrática. Lo más grave es que la inquisición y la censura se imponen en el sistema educativo, en la escuela pública y en la concertada. El argumento utilizado por Pablo Casado para justificar dicho veto se resume en dos afirmaciones falaces: ―saquen sus manos de nuestras familias" y ―mis hijos son mis hijos‖. No sé muy bien a quiénes se refiere la primera afirmación: ¿a los profesionales de la educación: maestros, maestras, educadores, y educadoras, psicólogos?, ¿al Estado? Si se refiere a los primeros, carece de sentido, porque es a ellos a quienes les corresponde la tarea formativa-informativa-educativa en la escuela. Si se refiere al Estado tampoco es muy afortunada, porque es él el que tiene la obligación de ofrecer una educación integral en las mejores condiciones. Las familias pueden y deben colaborar en la tarea educativa escolar, claro está, pero no erigirse en protagonistas de la misma ni marcar su orientación pedagógica ni poner vetos a su contenido. A la afirmación de Casado ―saquen sus manos de nuestras familias‖ habría que responder con otra: ―saquen las creencias religiosas de las aulas‖, ya que con frecuencia la presencia confesional de la religión en la escuela es una de las responsables del veto parental. Como afirma Mariam Moreno, experta en coeducación y creadora del programa Scholae, cuyo objetivo es incorporar la igualdad en los centros educativos, ―el sistema educativo no puede depender de las creencias de las familias, que no tienen el derecho a imponer sus creencias sobre los derechos humanos‖.

Por lo que se refiere a la segunda afirmación ―mis hijos son mis hijos‖ estamos ciertamente ante una tautología, pero lo que subyace a ella es una concepción neoliberal de la propiedad extensible a los hijos, a quienes se convierte en propiedad absoluta de la que se puede usar y abusar, donde la prioridad ya no es la educación integral de los hijos e hijas, sino la ideología paterna. De esta manera se lesiona, e incluso se cercena, el derecho de las y los escolares a recibir una educación integral en la que sean sujetos y no meros receptores de saberes. Quien responde a la afirmación de Casado no es ningún experto en pedagogía, sino el propio papa Francisco, que afirma que los padres no son dueños de sus hijos, sino custodios. El veto parental implica una sospecha permanente sobre la competencia del profesorado, una injerencia en su campo profesional, un cuestionamiento de la libertad docente y un rechazo a la educación en la conciencia crítica del alumnado. A su vez, somete al profesorado a la estrategia del miedo, que le expone a constantes denuncias y le impide educar desde la libertad, en libertad y para la libertad. Con el veto parental en materia educativa el Gobierno de la Comunidad de Murcia está creando un problema que no existe, como ha reconocido el propio presidente murciano, y VOX consigue poner en el centro del debate su concepción homófoba, patriarcal, sexista e imponer una agenda política ajena a los problemas de la sociedad. La propuesta de VOX constituye el mejor ejemplo de fake news, ya que hace graves e infundadas acusaciones de sexualizar a los niños y niñas e incluso vincula la educación afectivo sexual escolar con la pederastia, cuando de lo que se trata es de un mejor conocimiento de su cuerpo. Es un ataque en la línea de flotación de la igualdad de género, una negación de la diversidad

afectivo-sexual y una defensa de la hetero-normatividad y de la binariedad sexual. ―Mis hijos son míos‖, afirma Pablo Casado para defender el veto parental y oponerse a la educación afectivosexual escolar de sus hijos, creyendo que de esa manera está defendiéndolos de una educación desviada. Creo que se equivoca. Me gustaría recordarle el poema ―Sobre los hijos‖ del libanés Khalil Gibran, que acaso leyera en su juventud y haya olvidado. Quizá le haga cambiar de postura o al menos poner en duda su propia afirmación: “Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes hospedar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellos viven en la casa del mañana, que no puedes visitar, nisiquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer. Tú eres el arco del cual tus hijos, como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación, en tu mano de arquero sea para la felicidad pues aunque Él ama la flecha que vuela, ama de igual modo al arco estable.» (amerindiaenlared.org) 20/02/2020

38.Adela Cortina: “Acabar con la pobreza no es una utopía, es una obligación” - “La solidaridad y la compasión son valiosas, pero la justicia es fundamental”, remarcó ayer durante un coloquio en el Instituto Cervantes de Roma moderado por Silvina Pérez. - La filósofa vincula la aporafobia y la xenofobia al auge de los populismos: “Refuerzan a los suyos entre sí y tratan de expulsar al extranjero con mecanismos ancestrales”. https://www.vidanuevadigital.com/2020/02/21/adelacortina-acabar-con-la-pobreza-no-es-una-utopia-esunaobligacion/?fbclid=IwAR0xaCJboPcjvbrWyNXsuUQC1xV1IT8 cR_ApTAK63EnefCtb0r09dyAVKjQ (vidanuevadigital.com) 21/02/2020

39.Llorar de hambre: la cruda realidad wichi, urgente y profunda: María Ayuso Santa Victoria Este, Salta, Argentina. Gael Lucas Sambo tiene un año y cuatro meses. Sentado sobre la falda de su mamá, Josefa (27), no sonríe, tiene la mirada fija en un punto perdido. Alrededor, se levanta un precario rancho de adobe y madera, con trapos a modo de paredes; y, a la intemperie, hay una cama de una plaza con un trozo deshecho de goma espuma. Sobre la tierra, otro colchón improvisado. Una dramática postal de la pobreza extrema en la que viven las comunidades wichis del norte de Salta. La familia de Gael vive en La Nueva Esperanza, una de las comunidades que integran La Puntana. Se encuentra en la frontera con Bolivia, a 45 kilómetros -20 de ellos por camino de tierra- de la localidad de Santa Victoria Este y dentro del departamento de Rivadavia, uno de los tres donde el gobierno salteño declaró, hace algunos días, la emergencia sociosanitaria. Desde que empezó el año, ya son ocho las niñas y los niños salteños que fallecieron a causa de deshidratación, desnutrición y otras problemáticas asociadas a las condiciones de altísima vulnerabilidad en las que viven. LA NACION recorrió el municipio de Santa Victoria Este, donde dos tercios de la población pertenecen a pueblos originarios. Entre las comunidades visitadas, no hay una sola que no haya tenido chicos con desnutrición o malnutrición. Hace al menos un mes, los Lucas Sambo, como otras familias de la zona, no tienen agua porque la bomba de la escuela que los abastece se queda sin presión du-

rante el día. Apenas salen unas gotas por la noche, que juntan en cacharros. Sin DNI, Gael -que tiene dos hermanitas de 7 y 4 años, y una beba de dos semanas- no recibe el beneficio de la AUH. Lo que sí tiene es hambre y desnutrición grave: en noviembre, cuando se detectó que su situación era alarmante, pesaba 6 kilos con 400 gramos y medía 68,5 centímetros. El caso de la familia de Gael es solo un ejemplo de la realidad que atraviesa a todas las comunidades wichis de la Argentina. Son aproximadamente unas 50.000 personas en las provincias de Salta, Formosa y Chaco. La situación más severa, según los especialistas y los referentes locales, es la de quienes viven más aislados monte adentro, en la región del chaco salteño. El balance de los caciques, las organizaciones y los profesionales que trabajan en territorio es siempre el mismo: más allá de la atención de emergencia, reclaman soluciones estructurales y que se haga un trabajo articulado que incluya a las comunidades en las mesas de decisiones para dar respuesta a una problemática de largo arrastre. Sostienen que esta se agudizó en un contexto de extensión de la frontera agrícola y las industrias extractivistas, y la consiguiente pérdida del monte, el hábitat natural de estas comunidades. El lunes pasado, el gobierno de Salta anunció el lanzamiento de un operativo que recorrerá las zonas en emergencia, además de Rivadavia, Orán y San Martín. Desde el Ministerio de Desarrollo Social provincial, explicaron que "el objetivo es comenzar a repartir los 40.000 módulos alimentarios que se entregarán durante cuatro meses en aquellos sitios donde no hay conectividad para implementar la Tarjeta Alimentar y que se comprarán con fondos del gobierno nacional". Llegar a las comunidades del área de Santa Victoria Este-donde en diciembre asumió el primer intendente wichi de su historia, Rogelio Nerón- no es fácil. Son más de siete horas de viaje por ruta desde la capital de la provincia hasta el pueblo criollo, donde se abren los caminos de tierra a las comunidades wichis. Cuando llueve, como a principios de esta semana, se vuelven barriadas prácticamente intransitables, aun en 4x4. En enero, Gael había subido 800 gramos gracias al tratamiento ambulatorio que recibe del equipo interdisciplinario de la asociación civil Pata Pila, que trabaja en la prevención, detección y el tratamiento de la desnutrición infantil. Está tomando antiparasitarios, vitaminas y hierro. Pero su realidad sigue siendo crítica: hace dos semanas, cuando Fanny Pérez, una acompañante familiar de la ONG, visitó a los Lucas, los chicos lloraban pidiendo comida. No te

nían ni un paquete de arroz. El clan Lucas Sambo está integrado por más de 20 personas, en su mayoría niños. Todos comparten una misma olla. Josefa, que tiene Chagas, perdió su documento y además de Gael, la beba recién nacida -que aún no tiene nombre- tampoco fue registrada, porque los parió en el rancho donde viven. Se mantiene callada mientras Fanny habla. Acota alguna frase con voz baja y pausada -un modo de hablar que se repite en las comunidades wichismientras sostiene a Gael en brazos. "Estamos intentando ubicar a la persona que el 30 de octubre del año pasado les tomó los datos en un operativo para hacerles los DNI, porque el trámite quedó en la nada", explica Fanny. Macarena Aucapiña, directora de Pata Pila para el área de Santa Victoria Este, suma: "Gael estuvo muy grave. El padre desconfía de la atención del hospital y les queda lejos. Se logró llevar al chico con la condición de traerlo de vuelta. Los análisis que se le hicieron muestran que Gael no tiene enfermedades de base. Es hambre". Desde que empezaron a trabajar en 2015, desde Pata Pila diagnosticaron a más de 1000 niños y niñas con desnutrición y malnutrición. De ellos, 800 recibieron tratamientos y 200 fueron dados de alta. Actualmente, acompañan a 600 y buscan llegar a 3000 más que se encuentran en situación crítica. Para eso, necesita más padrinos y madrinas. Según un reciente estudio realizado por un grupo de profesionales de la Universidad de Salta -producto de la beca Salud Investiga Abraam Sonis, otorgada por el Ministerio de Salud de la Nación-, las tasas de mortalidad en menores de cinco años de la zona de Santa Victoria Este (31.94 cada 1000 nacidos vivos) triplican las de la Nación y las de la provincia. Por otro lado, la de mortalidad infantil (muertes en menores de un año) las duplican. Desde el 12 de marzo de 2018 hasta el 12 de marzo de 2019, registraron la muerte de 13 chicos y chicas de menos de cinco años, todos pertenecientes a comunidades de pueblos originarios. Panzas vacías Elisabeth Ferrer es médica y desde 1985 trabaja junto a comunidades de Salta y en diciembre se jubiló como docente de la universidad. "Hay una exclusión de los pueblos originarios en general, pero donde más impacta es en el estado nutricional y en la calidad de vida de aquellos que habitan la región del chaco", detalla. La médica explica que el problema esencial es "que estas personas han sido expulsadas de sus territorios y perdido la posesión comunitaria de la tierra". Al perder

el monte se quedaron sin su fuente principal de alimentos y entre esos alimentos, el agua. "Esto va ocasionando un deterioro de la salud en todas las edades, pero los niños, al ser los más vulnerables, son lo que fallecen en mayor proporción. Con un estado inmunológico deprimido por la desnutrición, cualquier microorganismo les provoca una enfermedad que en ellos termina siendo grave", ahonda. Según la investigación citada, de la que Ferrer fue coordinadora, de los 150 niños con déficit nutricional que se registraron en la zona, más del 68% no contaba con las proteínas que necesitan diariamente para crecer y desarrollarse. "En un 80% no cubrían el calcio y un 92% el hierro, que son esenciales para que los órganos funcionen. Tampoco cubren las vitaminas necesarias", concluye. En el centro de salud de La Puntana -que agrupa a más de 5000 personas de distintas comunidades-, hace tres meses que no tienen agua. Tampoco médico. Solo reciben la visita de enfermeros y la atención de organizaciones como Pata Pila. No dan abasto. Allí se ven casos como el de Gisela, que tiene 17 años, dos hijos y está embarazada del tercero. El mayor, Ezequiel, tiene casi 4 años. El más chiquito, Jonathan, está en tratamiento por bajo peso. O rostros como el de Sara Suárez (47). Son nueve sus hijos y a los nietos -uno estuvo en tratamiento por desnutrición- les perdió la cuenta. Hace dos meses que no puede tomar el medicamento que necesita para sus huesos porque no llega al hospital. Extiende la mano y muestra el blíster vacío: "Me duele mucho. Hay días que no me puedo levantar", dice. Se queda en silencio. Suspira. Sin recursos El hospital base de la zona es el de San Victoria Este, donde la semana pasada falleció una chica en presencia de la ministra de Salud de la provincia, Josefina Medrano. Según fuentes de ese hospital, hasta el momento este cuenta solo con cinco médicos generalistas de forma permanente y actualmente tiene dos ambulancias para un área operativa de 14.000 habitantes, que solo están preparadas para recorrer rutas pavimentadas. "Hay una camioneta 4x4 que está en service, pero no reúne los requisitos de una ambulancia. Por otro lado, van a venir pediatras y obstetras como rotativos por la emergencia", asegura el médico Enrique Heredia, que fue ministro de Salud de la provincia y se encuentra provisoriamente a cargo del hospital.

En diciembre, después de que una de las ambulancias chocó de frente a una moto en la que viajaba una pareja de jó

36 venes wichis que fallecieron, en el puepueblo hubo una revuelta. Fue la gota que rebalsó el vaso. Las comunidades exigieron que se cambiaran todas las autoridades del hospital, que ahora está acéfalo. Mangueras pinchadas que recorren el suelo de tierra, cacharros llenos de un líquido amarronado, un mismo grifo para más de 20 familias, esas son algunas de las formas en que las comunidades se abastecen, como pueden, de agua. Rafael Pérez, cacique de La Nueva Esperanza, intenta explicar lo inexplicable: "A veces por la noche sale un poquito. Una familia tiene una bomba y acarreamos con bidones. Cuando sale, el agua tiene piedritas y muchos bichitos. Solo en esta comunidad hay 23 familias en esta situación. Estamos sufriendo muchísimo", cuenta. En comunidades más cercanas a Santa Victoria Este, como El Cruce, donde viven 12 familias, la situación también es crítica. Víctor García, el cacique, cuenta que el agente sanitario que debería visitarlos, no va. Lo mismo pasa en El Cañaveral 1, donde son 32 las familias. Su cacique, Francisco Pérez, hizo varios reclamos, pero aún no tuvo respuesta. La desesperación de Pérez no le entra en palabras: "Además, el problema del agua es grande. El año pasado vinieron de la universidad y le hicieron el estudio y hay muchos parásitos". En el Buen Destino, a 3 kilómetros de Santa Victoria Este, vive la familia de Germán Juárez. Son 12 personas bajo el mismo techo. El hacinamiento es otro de los graves problemas. Dos de sus hijos, Mariano -que tuvo bajo peso, al igual que Rebeca, una de sus nietas- y Bernardo, tienen discapacidad. Germán, que nunca fue a la escuela, no sabe decir cuántos años tiene. Pide que alguien escuche su reclamo de viviendas dignas y pañales para Mariano. "Una bolsita sale 500 pesos, son muy caros, no podemos comprarlos", cuenta. Sobre los ranchos en los que viven las 12 familias de la comunidad, Germán agrega: "Los techos son de nylon y chapa; cuando llueve se moja todo o se vuelan con el viento". Eliseo Juárez es el cacique de la comunidad: "A veces llamamos al hospital porque tenemos un chiquito con fiebre y nos dicen: 'Está cerquita, vengan'. Pero si llueve los caminos se vuelven muy difíciles. No hay remedios. No hay médicos", concluye con los hombros caídos. Y se calla. Cansado. Casi resignado. Qué dicen los caciques de las medidas del gobierno En el marco de la emergencia sociosanitaria declarada por el gobierno salteño a fines de enero, fuentes oficiales informaron que el operativo que lanzó el lunes pa-

sado el Ministerio de Desarrollo Social provincial incluye nueve vehículos con personal de esa cartera y enfermeros. Por otra parte, para atacar lo urgente, el gobierno de la Nación envió 320.000.000 de pesos para la compra de 40.000 módulos alimentarios que serán distribuidos durante los próximos cuatro meses. Además, técnicos de la cartera liderada por Daniel Arroyo se encuentran acompañando parte de los recorridos. Desde el gobierno provincial, indicaron que también se reforzó el programa Focalizados incorporando especialistas en neonatología, pediatría, y atención primaria de la salud, además de Acompañantes Educativos (AE), que dependen de la secretaría de Primera Infancia. Y el Ejército Argentino está trabajando en la distribución y monitoreo de agua potable. Sin embargo, aunque consideran que estas medidas son clave para atender la urgencia, los caciques y referentes que mejor conocen el territorio aseguran que son el equivalente a intentar tapar el sol con un dedo. Su mayor temor es que, aunque la temática está hoy en el centro de la agenda, vuelvan a quedar en el olvido. Sostienen que llevarán años dar respuesta una problemática estructural, en un contexto donde las necesidades son múltiples: algunas de las más urgentes, además de la falta de acceso a agua segura y alimentos, son propuestas sostenidas de desarrollo local acorde a su cultura y la mayor accesibilidad a una atención de la salud de calidad. Reclaman un trabajo intersectorial que incluya a los gobiernos nacional, provincial y de los municipios. Pero que no sean decisiones tomadas desde el escritorio, sino que se los incluya y se valore su riqueza cultural, para que las medidas se ajusten a sus modos de vida e idiosincrasia. En ese sentido, una de las principales preocupaciones tiene que ver con las tierras. Francisco Pérez, cacique de la comunidad El Cañaveral 1, en la periferia de Santa Victoria Este, es además el coordinador general de Lhaka Honhat, una organización que agrupa a 130 líderes de cinco pueblos distintos y trabaja para obtener el título de propiedad de las tierras. "Para nosotros los alimentos son los recursos naturales, como la algarroba y los animales del monte. Nuestro reclamo son 400.000 hectáreas sin división para las familias de las comunidades de toda la zona, para poder pescar", describe. Para Silvia Molina, que trabaja hace 30 años en la Pastoral Aborigen de la Diócesis de Nueva Orán y en la asociación civil Tepeyac, uno de los principales problemas es que "la zona está afectada por el avance de la frontera agrícola y las industrias extractivitas, con la consiguiente

pérdida del monte, el hábitat natural de estas comunidades". Y es contundente: "Una situación grave que no se soluciona llevando botellas, sino que requieren soluciones de fondo. Pero que no sean impuestas, sino que las decisiones se tomen junto a las comunidades". Además del hambre, en las comunidades, abundan los casos de Chagas y otras enfermedades asociadas a la pobreza, como la tuberculosis; las familias viven hacinadas y pueden ser hasta 12 o más personas en el mismo rancho y se multiplica la problemática del consumo de drogas en los jóvenes que no pueden proyectar un futuro. Eligio Suárez es cacique de la organización zonal de Los Blancos, un paraje del municipio de Morillo, en el departamento de Rivadavia. Vive en Lote 6 -a 10 kilómetros del pueblo-, pero tiene a su cargo las 14 comunidades que viven en los alrededores. En el centro de salud de Los Blancos murió días atrás un niño wichi oriundo de la comunidad de El Tráfico, cercana a Embarcación, que estaba visitando familiares. "Tengo 50 años y desde mi nacimiento que tenemos problemas para acceder al agua", cuenta. La problemática se agudizó por la sequía en la zona. "El agua acá es salada, no tenemos equipos para tratarla, dependemos del agua que nos trae la municipalidad cada dos semanas, a veces, y la deja en aljibes o vasijas", relata. Hay familias que reciben ayuda de alimentos, pero aclara que desde que se decretó la emergencia sociosanitaria en ese departamento, a ellos no les llegó nada extra ni que nadie los visitó. "Es una zona muy caliente, cuando llueve podemos sembrar, pero este año se están secando hasta las lagunas. Si nos ayudan a hacer un pozo profundo y elevar un tanque alto, podríamos mandarles una solución a las comunidades. Así, tendríamos agua para sembrar, hacer huerta, pero lamentablemente no podemos, no hay agua", reclama. Cómo colaborar El objetivo de la asociación civil Pata Pila es ampliar su programa de padrinos y madrinas, para poder acompañar a cada vez más familias. Todo aporte suma. Para ayudar, se puede ingresar en su web y realizar un aporte mensual. El 100% de los aportes es destinado a cubrir los tratamientos nutricionales de los niños de hasta 5 años que el equipo de Pata Pila atiende y hace seguimiento semanalmente en sus Centros de Prevención de la Desnutrición Infantil y Promoción Humana y sus Programas de Atención Itinerante, llegando a aquellas comunida-

des más vulnerables y de difícil acceso en el norte de la provincia de Salta. Colecta para Misión Chaqueña: la organización social Lewet Wichi está haciendo una colecta para la comunidad de Misión Chaqueña. Piden la colaboración de alimentos no perecederos, agua mineral, ropa de cama (frazadas, sábanas, toallas, acolchados), elementos de limpieza e higiene, así también como remedios (antifebriles y antiinflamatorios, entre otros). Las donaciones pueden acercarse a Fútbol Point, Yrigoyen 2360, Martínez, de lunes a viernes de 9 a 23, o sábados y domingos de 10 a 22. También se pueden llevar a Pinturería Imagen, Av. Santa Fe 2485, Martínez, de lunes a viernes de 9 a 19 y los sábados de 8 a 13. (lanacion.com.ar) 15/02/2020

40.El lento genocidio wichí: catástrofe humanitaria: Silvana Melo Argentina. Son siete los niños wichí que no llegaron a vivir dos años y que se murieron de hambre y de sed en este enero. El agronegocio desmontó, en los últimos diez años, 1.200.000 hectáreas. Y desalojó a cien mil mujeres, hombres y niños que vivían, comían y se curaban bajo su techo frondoso. La frontera agropecuaria se empuja y se corre e irrumpen la soja y la transgénesis donde estaba el monte. Un pueblo entero entre los árboles queda desnudo e inerme. Y se va muriendo, poco a poco. Con decenas de niños en la frontera de la vida y de la muerte. Ante la dimensión de la catástrofe, los médicos Medardo Avila (lo adelantó en esta Agencia), Carlos Trotta y Emilio Iosa elevaron el pedido a Médicos Sin Fronteras para instalar una misión humanitaria en un territorio donde la presencia del estado elige a quiénes abandona. Dice el cacique Modesto Rojas que los muertos son nueve. Seguro que tiene razón. Nadie habla con ellos. Dicen las autoridades que hay otros siete muy graves. Dice el cacique Modesto Rojas que son más de veinte los niños que tienen la vida colgando de un hilito, como una llama que se sopla y se va. Y seguro que tiene razón. Nadie habla con los caciques. ―Vino Arroyo y no quiso hablar con nosotros‖, dice. Apenas habían muerto tres cuando el Ministro de Desarrollo Social pasó por Salta y, de la mano del Gobernador, paseó por donde lo llevaron. Lejos de lo terrible. Con las tarjetas alimentarias como panacea. Para un pueblo en extinción, puesto a morirse lo antes posible para usarles la escasa tierra en la que todavía dejan caer sus huesos por las noches. Dice el médico Rodolfo Franco, desde las comunidades Misión Chaqueña y Carboncito, a APe: ―en mi comunidad no ha muerto ninguno, las dos pertenecen a Embarcación, departamento San Martín. Son Hollywood mis comunidades porque todavía tienen monte para poder enfrentar el hambre. Las del norte son castastróficas‖. En 2009 el diario Crítica publicaba una investigación sobre los vínculos de la familia y de los funcionarios del entonces gobernador de Salta , Juan Manuel Urtubey, con las empresas del desmonte en esa provincia. Urtubey gobernó 12 años. Y la semana pasada se fue a vivir a España. ―Vengo advirtiéndolo desde hace años. He avisado al hospital que hay mucha desnutrición. Pero es un plan premeditado: se trata de sacarles la tierra y para eso primero los tienen que matar; es feo matarlos a balazos. Entonces lo hacen con hambre, con mala educación, con mala salud‖. La Organización Mundial de la Salud, dice Franco a esta Agencia, ―sostiene que es necesario un médico cada 600 personas. Yo atiendo dos pueblos con 4000 y 2000. A veces mandan algún refuerzo esporádicamente, pero vienen apurados y se van apurados. Yo estoy atendiendo sin parar y los dos ganamos lo mismo obviamente. Los sueldos están muy relegados‖.

Dice Octorina Zamora, líder wichi. ―¿Tengo la culpa de morirme de hambre cuando me sacaron mi hábitat, me sacaron el monte? En Salta que no haya casi algarrobos, que es alimento principal. Cuando yo era chica no había chicos desnutridos. Entonces ¿qué culpa? Donde había algarrobos no hay nada‖. Le habían dicho que el problema era cultural. Que los wichí se llevaban los enfermos y los escondían en el monte. ¿Qué monte? Mientras los ex gobernadores se marchan a Europa y los ex presidentes presiden fundaciones del fútbol mundial, desde hace diez años los niños muertos se pueden contar de a racimos, como decía Alberto Morlachetti. Y anotarlos en las listas de los crímenes sociales más crueles, con culpables concretos, con nombres, rostros e historias. De enero a junio de 2011 murieron trece niños en Embarcación, Pichanal y Tartagal. De desnutrición y de enfermedades parientes del hambre en la Salta que Urtubey había heredado de Juan Carlos Romero. En 2016 se fue un niño por mes en el norte terrible, en la Salta y el Chaco que comparten el desmonte y el desprecio. El último en Rivadavia, una de las parcelas

más castigadas de la provincia de los urtubeyes que partieron buscando nuevos horizontes. El verano de 2017 se devoró a 21 niños wichis en Santa Victoria Este, ahí donde la Salta se acaba, como cayéndose en Paraguay. Doce bebés en ese verano brutal de Santa Victoria Este nacieron muertos porque sus madres languidecían de hambre y de sed. Cercadas por el abandono y la desidia. 2020 amanece con otro racimo de niños que se mueren. Mientras el ex gobernador se va y el ex presidente asume en la Fundación FIFA. Ambos responsables de abrir las puertas al exterminio. Ambos responsables, al menos, de no evitarlo. Mientras se apunta el pánico hacia el coronavirus de la China los niños se mueren de hambre y de sed en el verano feroz sin árboles ni agua del chaco salteño desmontado, desguazado y expoliado. ―Salieron a prohibir la palabra desnutrición al principio, pero no se pudo –sostiene Rodolfo Franco a APe-. Siempre la restringen en los certificados de defunción, no hay que poner síndrome febril, hay que poner otra causa‖ pero ―yo tengo 69 años y 43 de médico y hablo de desnutrición, deshidratación, porque al no poder tener agua para sembrar, cosechar y regar plantas, no pueden hacer nada. La tierra es muy fértil, pero sin agua no hay nada‖. Para el médico ―forma parte del plan de genocidio. Las balas son caras. Hay que matarlos con cuchillos, como decía un general de la campaña del desierto‖. Modesto Rojas, cacique, habla de ―una mujer que murió en Santa María por dar a luz. Fallecieron ella y el bebé‖. Para el conteo oficial ya serían siete los niños muertos. Para el de Modesto, casi una decena. Santa Victoria Este tiene un secretario de relaciones Institucionales de origen diaguita calchaquí, Antonio César Villa. El intendente es wichí. ―Lo que más se dificulta es el acceso al agua. En este momento tenemos una sequía que está devastando la región, se nos están muriendo todos los animales que ni siquiera se pueden comer porque muchos de ellos están enfermos‖, dice Villa. Mientras tanto el Pilcomayo acecha. ―Llega cada vez más caudaloso y en cualquier momento comienza a desbordar en medio de esta sequía‖. Es que el río, que baja por los cerros de Bolivia y serpentea por la frontera con Argentina y el sur de Paraguay está tapado en algunos sectores ―por el lodo acumulado por inundaciones anteriores; año tras año bajan aludes y se producen inundaciones cada vez más frecuentes, debido al desmonte‖, relata Villa con ojos de quien lo vio de cerca. Las muertes, una por una:

-Uno. Fue el 7 de enero. No le reconocieron la desnutrición. Tenía un año y dos meses. Era de la comunidad wichí de La Mora, departamento de San Martín. Pegadito a Tartagal. -Dos. Tenía dos años. Murió el 11 de enero en su casita. Era de Misión El Quebrachal. Tenía, dicen, bajo peso. -Tres. El mismo día en Santa Victoria Este. Tenía dos años y era de la comunidad de Rancho El Ñato. Deshidratación por vómitos y diarrea, decía el informe. Insuficiencia orgánica. -Cuatro. El 17 de enero. La nenita tenía dos años y 8 meses. Murió tras ser trasladada de Morillo (en Rivadavia Banda Norte) al hospital de Orán. Tenía diarrea. Culparon a los padres. -Cinco. Fue el 21 de enero en el Hospital Juan Domingo Perón de Tartagal. Era de la comunidad Las Vertientes, Santa Victoria Este. Lo trasladaron en un vuelo sanitario. Culparon a los padres. -Seis. Tenía desnutrición crónica. Lo llevaron a Morillo, desde la comunidad El Tráfico. Lo derivaron al Hospital de Orán y murió en la ambulancia, que se detuvo por fallas mecánicas. -Siete. Murió la mamá en el parto. Y, dice Modesto Rojas, cacique wichí, el bebé también. Ella era de la Misión Santa María y tuvo su parto número doce en su casita sin asistencia. Intentaron trasladarla al hospital pero murió en el camino. Mientras tanto los doctores Carlos Trotta, (ex presidente de Médicos Sin Fronteras para América Latina), Medardo Avila Vazquez, (Red de Médicos de Pueblos Fumigados), y Emilio Iosa (ex Presidente de Fundación Deuda Interna) elevaron formalmente el pedido de una misión humanitaria que se instale en el NEA ante el horror sanitario que están viviendo los pueblos originarios sobrevivientes en el norte más profundo. ―La situación sanitaria es gravísima, el hambre y el estrés del despojo para un pueblo tan manso es terriblemente traumatizante, la desnutrición es generalizada, y niños con marasmo y kwashiorkor (enfermedades derivadas de la desnutrición) al estilo africano se detecta en casi todas las comunidades, la tuberculosis y el chagas tiene índices de incidencia altísimos, la mortalidad materna se sospecha que es muy elevada también‖, dice el documento. ―La respuesta del estado nacional y provincial ha sido totalmente insuficiente para ayudar a los pueblos nativos despojados de sus bosques. Incluso el gobierno de Urtubey siguió autorizando desmontes a favor de grandes grupos sojeros en el lugar y sus equipos de salud en el terreno son muy escasos y no cuentan con recur-

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