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TEMA DE LA SEMANA: Comunidades de fe celebran Día Mundial del Refugiado

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ÁMBITO SOCIAL

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1. Cristianos evangélicos celebran el Domingo del Refugiado en todo el mundo

La iniciativa tendrá lugar este próximo 21 de junio. En un nuevo documento, los evangélicos en Europa llaman “a orar, a considerar la respuesta del país propio y a hablar” sobre ella Barcelona. El próximo 20 de junio se celebra el Día Mundial de los Refugiados, según lo establecido por la Organización de las Naciones Unidas. Por eso, desde la Alianza Evangélica Mundial (WEA, por sus siglas en inglés), juntamente con la entidad Refugee Highway Partnership (RHP), ha pedido a las iglesias que dediquen el domingo 21 de junio a celebrar el Domingo del Refugiado. El tema de este año para el Domingo Mundial del Refugiado es ‗Un estandarte, un Dios‘, inspirado en el texto de Levítico 24:22: ―Una sola ley regirá, tanto para el nativo como para el extranjero. Yo soy el Señor tu Dios‖. (NVI) ―Este año queremos recordarnos a nosotros mismos que los refugiados son personas. Están hechas a imagen de Dios y deberían ser tratadas con la misma dignidad que queremos para nosotros‖, ha asegurado Jude Simion, directora del área de trabajo con refugiados de la WEA. Según la Alianza Evangélica Europea (EEA, por sus siglas en inglés), ―es una oportunidad para las iglesias de todo el mundo de mostrar apoyo y solidaridad con los 68,5 millones de hombres, mujeres y niños desplazados a la fuerza en el mundo‖.

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La EEA publica un nuevo documento sobre la crisis de los refugiados y el asilo

En Europa, la alianza regional ha publicado una nueva edición del documento de posicionamiento sobre los refugiados titulado La crisis de los refugiados de Europa: qué pensar sobre ello. Las posiciones política de la Alianza Evangélica Europea sobre la crisis de asilo. ―La EEA conoce que no hay respuestas simples a las necesidades humanitarias, los retos sociales y las realidades políticas. Muchos países están exhaustos por los esfuerzos que han realizado. Sin embargo, estamos muy preocupados por lo que parte de la respuesta europea a la crisis de asilo dice sobre las sociedades en que nos hemos convertido y donde podríamos acabar nosotros y los refugiados‖, señala la entidad en la publicación.

“Orar, considerar la respuesta de tu país y hablar con gracia y valentía”

El documento presenta cinco posiciones. Las dos primeras advierten sobre que las respuestas internacional son, a veces, ―insuficientes o vergonzosas‖, y de la importancia de ―reconocer un límite en la generosidad de los países de acogida‖. En su publicación, la EEA también denuncia que ―retratar a los migrantes como una amenaza de facto o gente peligrosa no es falso y moralmente incorrecto‖, y enfatiza que ―los principios de la libertad religiosa deberían prevalecer‖. Por último, la entidad apunta que ―la Biblia es muy clara con que hay un deber por parte de los extranjeros, de integrarse en su nueva sociedad, y de la comunidad que acoge, de recibir a los migrantes y ayudar a los recién llegados a establecerse‖. A lo largo del documento, la EEA llama a los cristianos a ―orar, considerar la respuesta de sus países y hablar con gracia y valentía‖ sobre esta cuestión.

La película The peace between

Otro recurso recomendado por la EEA para esta campaña es la película The peace betweenque, dice, ―es una herramienta excelente para una reflexión una discusión honestas sobre cómo nos sentimos todos acerca de las personas desplazadas en nuestras comunidades, con una guía de debate y que está disponible en 20 idiomas diferentes‖. Explora ―cómo pueden comenzar las amistades poco probables y seguir creciendo‖. A través de la película ―conocemos a tres europeos que han recibido en sus vidas a personas desplazadas que han llegado a sus países‖.

Reacciones nacionales

Las comunidades evangélicas de diferentes países también se han expresado a propósito del Domingo del Refugiado con una nota más local. Es el caso de la Alianza Evangélica Suiza, que ha convocado diferentes actividades para la ocasión y ha señalado que ―el deseo para los refugiados es que no estén alienados, sino que se conviertan en nuestros vecinos y que se sientan aceptados y como en casa en Suiza‖. Desde Italia, la Alianza Evangélica Italiana también ha animado a las iglesias del país a celebrar la iniciativa y ha recordado que ―a menudo, los refugiados no son tratados con justicia y los países de acogida les roban su dignidad‖. ―Por ejemplo, la espinosa cuestión de la distribución de los demandantes de asilo en Europa nunca ha llegado a resolverse‖, han remarcado.

(protestantedigital.com) 17/06/2020

2. “El desplazamiento forzado forma parte de la Biblia, pero muy pocos cristianos lo han reconocido”

“La iglesia puede abrir la puerta y dar la bienvenida”, dice el presidente de la Asociación Internacional para los Refugiados, Tom Albinson Barcelona. En el mundo hay 79,5 millones de personas desplazadas de sus hogares a la fuera. Un dato que, detallado, se refleja en 30.000 nuevos desplazados cada día y en una de cada 97 personas en el mundo sufriendo esta realidad. Así lo recogía la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), a principios de 2020, y, de la misma manera, se hacen eco otras organizaciones que trabajan con esta realidad, como la cristiana Asociación Internacional para los Refugiados (IAFR, por sus siglas en inglés). ―El reto actual del mundo es cómo nos ayudamos unos a otros, como naciones, para cuidar a este número creciente de personas que tiene que huir de sus países y que no puede regresar a ellos‖, explica Tom Albinson, fundador y presidente de la entidad, a Protestante Digital desde Minneapolis. Para Albinson, la iglesia también necesita ―un avivamiento‖ en esta cuestión, y cita Mateo 25 como el modelo de persona ―que forma parte de la sociedad que Dios está creando desde la muerte y la resurrección de Jesucristo‖. ―Una de las marcas de la gente de Jesús es que cuando ‗era un extraño, le invitaron‘ a entrar‖, dice. Este 20 de junio de 2020 se celebra el Día Mundial de los Refugiados con un registro de personas desplazadas a la fuerza cada vez mayor, los improvisados campos de acogida atestados y con muchas incertidumbres en cuanto al futuro de todos esos millones de vidas.

Pregunta: Celebramos un nuevo Día Mundial de los Refugiados pero la sensación es que, en el mejor de los casos, estamos estancados, y en el peor, nuestros retos en cuanto a esta cuestión son mayores ahora que antes. Como persona que trabaja observando la realidad de las personas desplazadas, ¿cuál es tu percepción de la situación actual?

Respuesta: No hay duda de que la situación de los refugiados está empeorando cada vez más y más rápido. El número de personas desplazadas a la fuerza en el mundo, incluidos los refugiados, los demandantes de asilo y el resto de personas desplazadas, se ha más que duplicado en la última década, por lo que los números están aumentando. Creo que, a menudo, los europeos y las naciones occidentales perciben la crisis en función de la cantidad de personas que cruzan sus fronteras. Cuatro quintas partes de todos los refugiados en el mundo se encuentran en países en vías de desarrollo. Los europeos, con la excepción de Turquía, que lleva una carga enorme, y los norteamericanos, en realidad, comparten muy poca carga cuando se trata de acoger a personas desplazadas por la fuerza. Así que la situación está empeorando.

P: El mundo tiene muchas experiencias pasadas en cuanto a movimientos migratorios. Sin embargo, a veces la sensación es la de que este es un problema exclusivamente del siglo XXI. Por ejemplo, en Europa con la crisis en el Mediterráneo, en Centroamérica, con las caravanas de miles y miles de personas, o con los desplazamientos masivos de rohingyas en el sudeste asiático. ¿Hasta qué punto la existencia humana está relacionada con el fenómeno migratorio y por qué necesitamos entenderlo?

R: Creo que la pregunta tiene que ver con una problemática y en este sentido cabe preguntarse si la migración es un problema o si es una parte normal de la historia de la humanidad. Para los cristianos, nuestro libro (la Biblia) comienza con Dios diciéndonos que fructifiquemos, multipliquemos y llenemos la tierra. Incluso antes de enviar al hombre, Dios le decía que llenase la tierra, que migrase, que se moviera. Cuando lo miramos desde esta perspectiva, la migración no es un problema. Sin embargo, también debemos considerar porqué se mueven las personas, y hay diferentes tipos de migrantes. Los hay que se mueven desde una parte a otra de su mismo país, buscando trabajo. Hay migrantes de un país a otro, también en busca de trabajo y oportunidades. Pero también hay personas que dejan sus países a la fuerza a causa de la guerra, la persecución o las graves violaciones de los derechos humanos que se están cometiendo. Estos son migrantes forzados, refugiados y demandantes de asilo. No se mueven en busca de algo, sino que se desplazan para huir de algo. Es muy importante distinguirlo. Y ahí es donde está la crisis actual, en que los refugiados, los demandantes de asilo y los desplazados internos están huyendo por esos elementos opresivos, no porque ellos lo escojan, y cuando llegan a algún lugar es porque buscan seguridad. El reto actual del mundo es cómo nos ayudamos unos a otros, como naciones, para cuidar a este número creciente de personas que tiene que huir de sus países y que no puede regresar a ellos.

P: Décadas atrás se hablaba solamente de desplazados por causa de la guerra o de la opresión local, pero con el paso de los años se han ido incorporando nuevos conceptos o ideas, como la de los refugiados climáticos. ¿Cómo evoluciona la realidad de los refugiados y las personas desplazadas?

R: El cambio climático está desplazando a las personas y las está obligando a moverse. Muy a menudo, a medida que crecen las zonas desérticas, la gente es desplazada fuera de las tierras donde solían pastar o tener ganado, obligando a las granjas a trasladarse fuera de la frontera que la gente llamaba su hogar ancestral. O, también, cuando las aguas se desbordan, las personas son empujadas hacia el interior, al espacio de otras poblaciones. En general, el cambio climático es una causa, pero la razón por la que las personas huyen es porque esto a menudo conduce a conflictos o a opresión por parte de los gobiernos o de etnias en estas regiones que no tienen buenas relaciones desde tiempo atrás. Por lo tanto, el clima es, sin duda, un factor nuevo que está desplazando a las personas y, debido a la percepción de estas amenazas, las personas están entrando de diferentes maneras en conflicto. Eso está desplazando a la gente. Pero hay otras cosas que también están ocurriendo y que impactan en gran manera lo que les sucede a los refugiados y a los demandantes de asilo. Y, a medida que aumenta el número de desplazados, debido a la persecución, la guerra y las graves violaciones de los derechos humanos, menos naciones están dispuestas a ayudarlos. Así que tenemos algunas de las naciones más ricas, incluida la mía, que están retirando fondos destinados a ayudar a mantener con vida a los refugiados, lo que aumenta aún más su vulnerabilidad y hace que su situación esté empeorando. También hay muy pocos lugares a donde ir, si es que hay alguno, por lo que esta gente pasa décadas desplazada, sin obtener suficiente comida para sobrevivir, y eso está aumentando la falta de esperanza y creando más problemas para las personas que buscan refugio. Hay más cosas que causan desplazamiento forzado en el planeta, como el clima y el creciente fundamentalismo político. También diría que Estados Unidos y algunos países europeos ya no prestan tanta atención a los Derechos Humanos Universales. Todos nuestros países firmaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos y en este momento la mayoría de los países están diciendo que es difícil cumplirla, honrar a esta gente (los desplazados), porque uno de los derechos humanos fundamentales es el derecho a solicitar asilo. Ese es el número 14 en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. También hay otros documentos que estas naciones han firmado al respecto. El origen de estos documentos se remonta al final de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la mayoría de las naciones occidentales consideraron lo que sucedió en la Segunda Guerra Mundial, se dieron cuenta de que había muchas personas judías que buscaban protección y que habían sido rechazadas porque el mundo no las ayudó. Así que acordaron que no se podía permitir que eso volviese a ocurrir y, entonces, crearon la Declaración Universal de los Derechos Humanos para asegurarse de que podamos permanecer unidos y decir que todos los seres humanos tienen ciertos derechos. Ahora, muchos países están mirando hacia otro lado y esta corriente se está extendiendo, lo cual es algo peligroso. Los demandantes de asilo o refugiados, las personas que buscan refugio en otro país, generalmente lejos de su hogar, se dirigen a estos países y piden seguridad, pero ahora muchos países dicen que ni siquiera pueden venir para eso y los envían a otros lugares, ya sea Libia, Ruanda, México o alguna isla del Pacífico. Los gobiernos están comenzando a apartar la mirada de una Declaración Universal de los Derechos Humanos que firmaron. Y eso es algo muy peligroso para todos nosotros, pero que hoy está afectando directamente a los refugiados y a los demandantes de asilo.

P: Desde IAFR habéis apuntado que en el mundo se están ofreciendo tres soluciones a la situación de los desplazados: regresar a sus países de origen, integrarlos en las naciones en las que residen o reasentarlos en otros lugares. Pero también habéis llegado a la conclusión de que estas tres formas son fallidas. ¿Cuál sería una solución adecuada?

R: Si pudiese responder a esta pregunta ganaría el Premio Nobel de la Paz (ríe). En un año bueno, incluso antes de 2016, cuando había más ayuda disponible, entonces solo el 1% de la población refugiada regresaba a sus países de origen porque se hubiesen resuelto aquellos problemas por los que se habían visto obligados a huir. Por otro lado, las personas que se han reubicado en otro país, ya sea en Europa, América del Norte o Australia, siempre han sido menos del 1%. Y luego, en cuanto a la integración, debido a que cuatro quintas partes de los refugiados del mundo viven en países en vías de desarrollo, estos no tienen la capacidad de absorber a todas las personas que llegan a sus territorios en busca de seguridad. Por todo ello, encontramos a personas viviendo durante décadas como refugiados en campamentos que no son

lugares, sino espacios en los que los gobiernos permiten que la ONU opere con bastante frecuencia. O los ubican en entornos urbanos. Alrededor del 60% de los refugiados de todo el mundo se encuentran en entornos urbanos. Y también viven de la atención y el apoyo de Naciones Unidas y de las organizaciones humanitarias internacionales, así como de otras entidades nacionales. La idea de la integración es muy difícil para un país con una economía débil y con tanta inestabilidad. Muchas personas no quieren quedarse atrapadas en un campo de refugiados o en un asentamiento urbano donde dependen de organizaciones humanitarias. Esas personas huyen a lugares como Europa a través del desierto del Sáhara, a través del Mediterráneo y llegan a Europa porque piensan que es un lugar donde, si los aceptan, pueden cambiar sus vidas. Son los que llegan a Turquía desde Siria, o quienes cruzan Centroamérica y suben por México para intentar llegar a Canadá o a los Estados Unidos. Esas personas no quieren quedarse atrapadas en un lugar donde no pueden reconstruir sus vidas o donde tienen que vivir en dependencia, pero la cantidad de ellas crece cuando el mundo deja de ayudarlas. El número de demandantes de asilo ha aumentado considerablemente en los últimos cuatro años porque hay pocos países que ayuden a reasentar a los refugiados. La solución probablemente no sea encontrar otra opción. La solución realmente es que los países acuerden compartir realmente la carga de cuidar a estas personas y que aumente la integración. En realidad, la ONU y otras instituciones están tratando de desarrollar esta capacidad en los países que acogen a personas, de modo que beneficie la integración de los refugiados. Esa es una estrategia a largo plazo y, de nuevo, muchos países, incluido el mío, están retirando fondos a esas posibles soluciones. Tenemos que hacer algo. Incluso la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de las Naciones Unidas (de 1951) es correcta desde su origen, y quienes la firmaron, incluidos nuestros países, dijeron que entendían la parte de carga que iban a compartir. Y, para ser honesto, a veces han habido buenos fondos, pero muy raramente ha habido una verdadera distribución de la carga para ayudar a estas personas a encontrar soluciones permanentes a su desplazamiento, para darles de nuevo a las personas desplazadas un sitio en algún lugar del mundo.

P: Muchos países occidentales tienen una herencia de valores cristianos, pero han surgido movimientos políticos y sociales que abiertamente rechazan algunos de esos valores que han inspirado derechos humanos como el de la acogida, mientras que siguen apelando a una identidad religiosa cristiana. ¿Cómo es esto posible?

R: La mayoría de quienes nos identificamos como cristianos nunca hemos pensado profundamente sobre la centralidad de la migración y el desplazamiento forzado en nuestro libro, la Santa Biblia. Comenzando desde la expulsión del ser humano del jardín del Edén, lo cual es un desplazamiento forzado, hasta el final del libro, donde Juan escribe el Apocalipsis desde la isla de Patmos, donde por cierto estaba exiliado, la Biblia cuenta historia tras historia de personas desplazadas por la fuerza. José fue desplazado, Moisés fue desplazado por la fuerza, por razones políticas. David estuvo bajo persecución durante doce años bajo el reinado de Saúl. Jesús fue desplazado por la fuerza desde pronto, después de nacer, y huyó a Egipto. Él era un refugiado, al igual que María y José. Y luego, el primer misionero que aparece en la Biblia, Felipe, descendió a Samaria porque en Jerusalén estalló una persecución contra los cristianos. Aquila y Priscila también fueron héroes de la Biblia y se vieron obligados a abandonar Roma e ir a Corinto. Allí los encontró Pablo, porque el César había expulsado a todos los judíos de Roma. El desplazamiento forzado forma parte de la Escritura, pero muy pocos cristianos lo han reconocido o incluso han comprendido lo que eso puede significar para la forma en que tratamos a las personas desplazadas por la fuerza. La mayoría de los cristianos no han abierto los ojos, así que pienso que es una cuestión de educación. La otra cuestión es que nos encontramos en la era de los medios de comunicación y estos son extremadamente poderosos. Sería bueno un mensaje una vez por semana, incluso de un pastor o de un líder de iglesia, que pudiera mencionar ocasionalmente el desplazamiento forzado y que es algo a lo que los cristianos deben responder con los brazos abiertos y ser parte de la solución. A menudo, los cristianos miran sus televisores o consultan Internet, leen y ven cosas que les dicen que estas personas son peligrosas. Creo que muchos cristianos están más influenciados por los medios de comunicación que por la Biblia, y por su fe y también por el Espíritu Santo cuando se trata de este tema, porque la Biblia es clara. No hay absolutamente ninguna duda de cómo es la nueva sociedad de Jesús, el reino de Dios, cuando se trata del extraño. Mateo 25 es uno de los grandes textos que apunta a lo que parece ser una persona que forma parte de la sociedad que Dios está creando des-

de la muerte y la resurrección de Jesucristo. Creo que la iglesia todavía necesita un avivamiento. Sin embargo, hay algunos ejemplos asombrosos de compromiso en la iglesia. Sé de muchos en Alemania, en Bosnia, en Suiza, en Francia y otros lugares. Hay iglesias que se dedican profundamente a amar y dar la bienvenida a los refugiados y demandantes de asilo en Europa, pero no se están ‗promocionando‘. No están llamando la atención sobre lo que están haciendo. Simplemente llevan a cabo esta labor en silencio. Y una de las cosas que nos iría bien hacer es la de arrojar luz sobre esos ejemplos, porque nunca he conocido a un cristiano que empiece a ayudar a los refugiados y a los demandantes de asilo que no me haya dicho que ha sido más bendecido que las personas a las que ayuda.

P: Precisamente, hay muchos cristianos que no saben cómo ayudar a los refugiados y a las personas desplazadas, más allá de viajar como voluntarios a un campo de refugiados o donar dinero a alguna organización. ¿Por qué es importante un cristiano activo, una iglesia comprometida con esta situación y qué pueden llegar a hacer?

R: En primer lugar, nunca se debe subestimar el valor de hacer un donativo (ríe). Hay grandes organizaciones cristianas en Europa y en otros lugares que trabajan a tiempo completo, comprometiéndose con estas personas e intentando ayudarlas a recuperarse e integrarse. Y creo que eso nunca debería ser menospreciado. Esas organizaciones están cumpliendo un propósito maravilloso, especialmente si lo hacen junto con las iglesias locales. Eso es algo bueno y el voluntariado también es algo bueno. Visitar un campo de refugiado, si puedes hacerlo con alguien que te ayude a entrar allí, es algo maravilloso porque lo peor que puede suceder en la vida es tener un gran sufrimiento y nadie que se preocupe por ti. A menudo pienso en un hospital. Si tengo a un amigo que está enfermo allí y puede morir a causa de su enfermedad, desde mi casa podría pensar que ya tiene a los médicos y a los enfermeros, que tiene comida, que tiene toda la maquinaria necesaria, y podría preguntarme de qué me serviría ir al hospital a visitar a mi amigo. No podría resolver su problema. Pero mi amigo está sentado en el hospital y no quiere ver a otro médico, está cansado del ruido de la máquina y lo que quiere es que su amigo aparezca y esté con él. La presencia es una cosa importante. La mayoría del trabajo humanitario tiene un alto nivel de ayuda en necesidades específicas pero poca relación. Creo que la iglesia es una comunidad relacional de personas que siguen a Jesús, por lo que el simple hecho de estar en el lugar, orar con la gente y ofrecer presencia es algo muy poderoso. Al mismo tiempo, no tenemos que resolver todo el problema para hacer algo significativo. La mayoría de nosotros, cuando salgamos a la calle, veremos a personas que podrían ser demandantes de asilo, un refugiado, un migrante. La mayoría de esas personas se sienten extrañas ante la cultura en la que se encuentran y la única forma en que pueden entrar en ella es si les abrimos la puerta. Por ejemplo, si voy a un restaurante y la persona que me atiende parece diferente y tiene otro acento, a menudo, les pregunto cuál es su nombre y qué significa, porque en la mayoría de los países, a diferencia del mío, el nombre tiene un significado. Entonces les digo que me alegro de que estén aquí. Y luego les digo que juntos vamos a hacer de este lugar un país mejor. Puedes tener estas conversaciones simples que estas personas nunca olvidarán porque nadie dice esas cosas. Podemos observar en nuestros vecindarios, en nuestras escuelas, en nuestros lugares de trabajo, quién está limpiando el suelo, quién está haciendo el trabajo que mucha gente autóctona de nuestros propios países no hará y podemos ‗atravesar‘ la puerta, abrirla y empezar una conversación. Lo que encontraremos es que, la mayoría de las veces, estos recién llegados, incluidos los refugiados, son más generosos y hospitalarios que nuestras propias culturas, y nos sentiremos fácilmente en casa con ellos. Podemos hacer eso como iglesia. La iglesia es una comunidad, no es una organización humanitaria. La otra cosa que podemos hacer es invitarlos a nuestro espacio, si es seguro para ellos. Si no invitas a una persona de fuera de tu cultura a la comunidad de tu iglesia, es probable que no llame a la puerta porque va a asumir que no es para ella. Así que podemos invitarlos. No es ciencia aeroespacial, pero sí que es trabajo. Me obliga a tener que quedarme fuera de donde me siento cómodo y arriesgarme a la confusión y la incomodidad. La mayoría de las veces nos veremos más bendecidos al abrir nuestros brazos. En Mateo 25 Jesús cuenta la famosa historia sobre las cabras y las ovejas y dice que su gente está marcada. Una de las marcas de su gente es que cuando ‗era un extraño, le invitaron‘. Es simplemente abrir la puerta y decir que nos alegra que estés aquí. Eso es poderoso. La iglesia puede hacer eso y a veces no sabemos por dónde empezar. En muchos lugares hay organizaciones locales, nacionales e internacionales que desean ayudar, por lo que pueden ayudar a una iglesia a comprender qué significa comenzar a abrirse a las personas que no son como

nosotros y cómo es ayudar a que se integren, porque en Europa, en particular, el desafío es la integración. A medida que avanzamos hacia eso, encontraremos que el amor abre muchas otras puertas. (protestantedigital.com) 19/06/2020

3. Los desplazados en el mundo son casi 80 millones

Ginebra. El uno por ciento de la humanidad, 79,5 millones de individuos, son personas forzadas a desplazarse por conflictos, persecuciones o eventos que perturban gravemente el orden público, señaló un informe de Acnur divulgado este jueves 18. Según el informe de Acnur (Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados), disminuyen las posibilidades de las personas refugiadas que esperan una solución rápida de su situación, pues a finales del siglo pasado 1,5 millones de personas pudieron regresar a sus hogares cada año, y esa cifra se redujo durante esta década a 385 000. El titular de Acnur, Filippo Grandi, dijo que ―estamos presenciando una nueva realidad, ya que el desplazamiento forzado no solo está mucho más extendido, sino que simplemente ya no es un fenómeno a corto plazo y temporal‖. Hasta finales del año pasado, 45,7 millones de desplazados eran personas que habían huido a otras zonas de sus propios países, 29,6 millones eran refugiados o personas forzadas a huir a otras naciones, y 4,2 millones eran solicitantes de asilo que esperaban respuesta a sus peticiones. Los 79,5 millones representan la cifra de desplazados más alta jamás registrada por Acnur, y un gran salto tras el registro de 70,8 millones que había al cierre de 2018, según el informe presentado por ser el 20 de junio el Día Mundial del Refugiado. La primera razón del incremento son los desplazamientos forzados por los conflictos armados en la República Democrática del Congo, Siria y Yemen, así como en la región del Sahel, sobre todo en la zona del lago Chad, al centro de África. La segunda se corresponde con ―una mejor representación de la situación de los venezolanos fuera de su país, muchos de los cuales no están legalmente registrados como refugiados o solicitantes de asilo‖, según el informe, y en total sobrepasan los cinco millones de personas. Cuando segmenta la población desplazada o refugiada, Acnur encuentra que los niños son más de 30 millones, ―una cantidad mayor que las poblaciones de Australia, Dinamarca y Mongolia juntas, y con decenas de miles de ellos no acompañados‖. O que apenas cuatro por ciento de los desplazados son mayores de 60 años, muy por debajo del 12 por ciento que es el promedio mundial de personas de esa edad, ―lo que describe el sufrimiento, la desesperación, el sacrificio y la separación sus seres queridos‖ que cargan los desplazados. Los desplazados eran 41 millones en 2010, lo que significa que su número se ha duplicado en una década, y 80 por ciento de ellos se encuentran en países o territorios afectados por inseguridad alimentaria aguda y desnutrición, riesgos climáticos y desastres naturales. Cinco países representan dos tercios de las nacionalidades de los desplazados a través de fronteras: Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Myanmar. Más de ocho de cada 10 refugiados, 85 por ciento, se encuentran en países en desarrollo, generalmente un país vecino del que huyeron. Y más de las tres cuartas partes de los refugiados del mundo, 77 por ciento, están atrapados en situaciones de desplazamiento prolongado. Por ejemplo, la situación en Afganistán, ahora en su quinta década. Entre las grandes poblaciones desplazadas y refugiadas están los 5,6 millones cubiertos por el mandato de la Agencia de la ONU para Refugiados Palestinos. Grandi dijo que ―no se puede esperar que las personas vivan en un estado de incertidumbre durante años, sin la posibilidad de volver a casa, ni la esperanza de construir un futuro donde estén‖. Por ello ―necesitamos una actitud nueva y más receptiva hacia todas las personas desplazadas, junto con un impulso mucho más decidido para resolver conflictos que duran años y que están en la raíz de un sufrimiento tan inmenso‖, concluyó. (ipsnoticias.net) 18/06/2020

4. Década tumultuosa multiplica por dos el número de refugiados en el mundo

Ginebra. Cerca de 80 millones de personas en el mundo, o el 1% de la humanidad, fueron desarraigadas hasta finales de 2019 tras huir de guerras o persecución, una cifra récord que pone fin a una década "tumultuosa" y que incorpora a 3,6 millones de venezolanos que no habían sido contabilizados, dijo el jueves Naciones Unidas. El total aumentó en unos 9 millones respecto del año anterior y es casi el doble de los 41 millones de 2010, dijo la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR. Sirios, venezolanos, afganos, sudaneses del sur y rohinyás apátridas de Myanmar encabezan la lista de 79,5 millones de refugiados, solicitantes de asilo y des-

plazados internos, dijo la ACNUR en su informe anual de Tendencias Globales. "La cifra de casi 80 millones -la más alta que el ACNUR ha registrado desde que se han recogido sistemáticamente estas estadísticas- es, por supuesto, motivo de gran preocupación", dijo Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. "Esto es, por cierto, aproximadamente el 1% de la población mundial", dijo en una rueda de prensa. Alrededor del 73% de los refugiados busca asilo en un país vecino, desafiando la noción populista de que inundan Occidente, dijo Grandi. "Esto sigue siendo un problema mundial, un problema para todos los estados pero un problema que desafía más directamente a los países más pobres, no a los países ricos, a pesar de la retórica", dijo sobre el desplazamiento.

Cinco millones de venezolanos

El éxodo incluye a 5 millones de venezolanos que han huido de un país sumido en una crisis económica y política. Unos 3,6 millones de ellos no habían sido contabilizados en estadísticas anteriores, pero ahora se considera que necesitan protección internacional, dijo ACNUR. La mayoría de los venezolanos han ido a Colombia, Perú, Ecuador, Brasil y Chile. Se estima que entre 30.000 y 50.000 han regresado a su tierra natal desde abril, dijo Grandi. "En la mayoría de los países, los venezolanos viven de la economía informal y muchas personas, incluso las que están calificadas, desafortunadamente han tenido que vivir una vida de subsistencia básicamente, vendiendo verduras en los mercados, haciendo trabajos serviles. Ha sido realmente muy precario", dijo. "Y con los cierres, muchos de estos trabajos han desaparecido casi de la noche a la mañana", añadió. Pero las restricciones impuestas por la pandemia han frenado en general el desplazamiento, dijo Grandi. Con información de Reuters (jornada.com.mx) 19/06/2020

5. En el Día del Refugiado: Más acceso a derechos, subraya CAREF

Argentina. En el Día Mundial de las personas Refugiadas, desde la Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes–CAREF- subrayan la necesidad de que la población bajo protección internacional pueda acceder de forma urgente a los derechos y beneficios sociales en el actual contexto de emergencia sanitaria. El 20 de junio se conmemora el Día Mundial del Refugiado/a, con la intención de visibilizar a las personas que se vieron obligadas a huir de sus países de origen, en busca de un lugar seguro donde vivir. El informe anual Tendencias Globales presentado por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados, muestra que a fines de 2019 la cifra de personas desplazadas es la más alta jamás registrada: 79,5 millones. ―En esta oportunidad reforzamos la imperiosa necesidad de que el Gobierno Nacional incluya en las medidas de protección y acceso a derechos sociales a la población refugiada, solicitante de asilo y migrante que habita nuestro país. Según hemos observado, las personas en situación de movilidad internacional han quedado más expuestas al impacto socio-económico que genera el aislamiento social, preventivo y obligatorio, fundamentalmente porque la falta de documentación afecta el acceso a beneficios y programas sociales como el ingreso familiar de emergencia (IFE)‖, afirman. De acuerdo a datos relevados por la Agenda Migrante 2020, al iniciarse el aislamiento social, preventivo y obligatorio, muchas personas migrantes y bajo protección internacional perdieron su trabajo o fuente de ingreso (58%) y aquellas que se dedicaban de manera informal o precaria a trabajos vinculados al cuidado, la limpieza o la construcción, dejaron de percibir sus salarios y no cuentan hoy con ningún apoyo. Según datos de la Comisión Nacional para los Refugiados, en nuestro país casi 30 mil personas han solicitado el estatuto de refugiado entre 1985 y 2019. Sólo en 2019, se realizaron 3184 peticiones de refugio, superando ampliamente las solicitudes de años anteriores. Por esta situación, la población solicitante de asilo, refugiada y migrante necesita de manera urgente ser contemplada por las políticas de protección y contención del gobierno, que garanticen mejores condiciones de vida. El acceso universal de esta población a las políticas sociales es un derecho.

La Comisión Argentina para Refugiados y Migrantes está compuesta por cinco iglesias: Evangélica Discípulos de Cristo, Evangélica del Río de la Plata, Evangélica Metodista Argentina, Evangélica Valdense del Río de la Plata y Evangélica Luterana Unida.

(alc-noticias.net) 19/06/2020

6. Día Mundial de los Refugiados: Manos Unidas asiste a casi 600 mil personas

Roma. Con motivo de la celebración del Día Mundial de los Refugiados, instituido por la ONU el 20 de junio,

Manos Unidas ha difundido una nota sobre la situación de este problema y sobre los proyectos de desarrollo que lleva a cabo la organización en este ámbito. La ONG de la Iglesia Católica destaca que, según la ONU, los conflictos, la persecución por diferentes motivos, la falta de libertad, el hambre y la pobreza, entre otros factores, fueron los motivos por los que, en el año 2019, en el mundo existieran ya cerca de 80 millones de personas desplazadas de sus lugares de residencia. De ellas, casi 30 millones son personas refugiadas. En los años 2017-2019, Manos Unidas aprobó 82 proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de casi 600.000 personas desplazadas y refugiadas en África, Asia y América, por un importe superior a los 5,3 millones de euros. En lo que va de 2020, Manos Unidas ha aprobado 12 proyectos para personas refugiadas y desplazadas, por un importe de 535.843 euros, de los cuales 6 se han puesto en marcha como consecuencia de la pandemia de coronavirus.

Proyectos de desarrollo

Por su labor de lucha contra el hambre y la pobreza de más de sesenta años, en Manos Unidas conocen y entienden los motivos por los que estas personas huyen dejando todo atrás. ―Levantarse cada día sin saber si tus hijos van a poder comer o, simplemente, levantarse sin saber si ese va a ser el último día que lo hagas, es motivo más que suficiente para plantearse el abandonar todo para salvar la vida‖, África Marcitllach, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en Oriente Medio, una de las zonas del mundo en las que, a día de hoy, el flujo migratorio es más elevado. Una de las finalidades de los proyectos de desarrollo que lleva a cabo Manos Unidas es proporcionar a estas personas en sus países de origen las herramientas con las que poder hacer frente a su vida diaria. De este modo, pretenden evitar que se vean obligadas a abandonar sus comunidades, ya que ―la pobreza y el hambre son el caldo de cultivo en el que proliferan los conflictos y en el que se alimentan los regímenes dictatoriales y totalitarios que los llevan a huir‖.

Torturas en el desierto

Muchos de los migrantes procedentes del Este de África, fundamentalmente de Eritrea, Somalia y Sudan del Sur y que recalan en Tel Aviv, en Israel, tras atravesar el desierto del Sinaí, son víctimas de las mafias beduinas de traficantes de personas y sufren torturas. ―En septiembre de 2010 comenzaron a conocerse las atrocidades cometidas en el Sinaí por las mafias beduinas‖. Entre el personal médico de la Clínica Abierta de la organización israelí Médicos por los Derechos Humanos (PHR en inglés) se encuentra la hermana Aziza, una religiosa eritrea que, ante la magnitud de las denuncias que escuchaba cada día, decidió documentarlas y hacerlas públicas. ―Desde entonces, miles de personas han contado sus historias al departamento médico, lo que está permitiendo conocer esta terrible situación y buscar soluciones a la misma‖, explica Marcitllach.

Mujeres eritreas

Manos Unidas lleva años acompañando a estas personas a través de la organización israelí y apoyando los proyectos de la Asociación Kuchinate, que trabaja con mujeres eritreas solicitantes de asilo. Estas mujeres no han superado los traumas psicológicos y de salud física derivados de la experiencia en el desierto: torturas, violaciones, palizas, embarazos… Al llegar a Israel, fueron detenidas en la frontera en instalaciones superpobladas. En Tel Aviv se encuentran, como solicitantes de asilo, sin acceso a los servicios básicos como atención médica, vivienda, educación, formación profesional o el empleo. Por ellas, y gracias a la hermana Aziza y a un grupo de mujeres israelíes y de otras nacionalidades, surgió Kuchinate, que en tigriña, su idioma natal, significa, crochet. El programa para estas mujeres que desarrolla la ONG Kuchinate, ―es único en su estilo‖, ya que combina la ayuda psicológica con la ayuda económica, respetando las tradiciones y cultura propia de esos países: ―Las mujeres se reúnen para hacer crochet, relacionarse, y recibir ayuda psicológica…‖, apunta la representante de Manos Unidas.

Refugiados y coronavirus

Por otra parte, el comunicado de la ONG de la Iglesia subraya que las personas migrantes, desplazadas y refugiadas pertenecen a los colectivos de población más afectados por las consecuencias derivadas de la crisis del coronavirus. ―En Oriente Medio, normalmente son personas que viven en campos de refugiados y, sobre todo, en infraviviendas, donde no es posible mantener las distancias recomendadas por la OMS y donde las condiciones de higiene y sanitarias dejan mucho que desear‖, explica Marcitllach. Además, la mayoría de ellas realizan trabajos mal pagados en el sector informal por lo que, con las medidas de confinamiento, se han visto, de la noche a la mañana sin ingresos y sin ninguna red de ayuda o asistencia para socorrerles.

Solicitudes de ayuda

Manos Unidas ha trabajado desde el comienzo de la pandemia para dar respuesta a las solicitudes de ayuda

de emergencia provenientes de los lugares en los que tenemos proyectos con personas refugiadas o desplazadas. ―Por ejemplo, hemos apoyado el trabajo de los maristas azules con la población Kurda en Siria y de los Fratelli, con personas sirias refugiadas en Líbano. La mayor parte de la ayuda ha consistido en la entrega de kits de comida y de productos de higiene para que estas personas pudieran hacer frente a la escasez provocada por el confinamiento‖, indica Marcitllach. También desde Kuchinate han solicitado ayuda a Manos Unidas para que 200 mujeres, ―puedan, literalmente, comer mientras los puntos de venta de sus trabajos permanezcan cerrados y ningún miembro de la familia pueda aportar ingreso alguno‖, concluye la coordinadora. (es.zenit.org) 19/06/2020

7. Cáritas insta a la UE a abrir las puertas de Europa a los refugiados

Pedimos a los Estados europeos que cumplan el compromiso asumido en diciembre de 2019 en el primer Foro Global de Refugiados para reasentar a 30.000 refugiados a lo largo de 2020 y para proteger el derecho de asilo y de no devolución en Europa Más que nunca, necesitamos una solidaridad global, tanto hacia aquellos que huyen de la guerra, la crisis y la persecución como hacia los países en desarrollo que ya albergan al 85% de los refugiados de todo el mundo y que se enfrentan a desafíos de salud pública sin precedentes Cáritas Europa difunde hoy una declaración con motivo del Día Mundial de los Refugiados que se celebra mañana en la que insta a los países de la Unión Europea a cumplir los acuerdos suscritos en diciembre pasado para proteger el derecho de asilo y el principio de no devolución, así como a mantener abiertas las puertas de Europa a las personas que buscan protección.

Este es el texto del comunicado

Declaración con motivo del Día Mundial de los Refugiados, 20 de junio “Las puertas de Europa deben permanecer abiertas para las personas que buscan protección” Con motivo del Día Mundial de los Refugiados, pedimos a los Estados europeos que cumplan el compromiso asumido en diciembre de 2019 en el primer Foro Global de Refugiados para reasentar a 30.000 refugiados a lo largo de 2020 y para proteger el derecho de asilo y de no devolución en Europa. La pandemia de COVID-19 ha golpeado especialmente a los refugiados y solicitantes de asilo, muchos de los cuales viven en campamentos superpoblados o en situación de extrema precariedad, expuestos a un riesgo creciente de explotación. Durante la pandemia, el cierre de fronteras y las restricciones de viaje han socavado el acceso al asilo y la protección en Europa. En muchos países, el registro de asilo, la entrevista y el procedimiento de solicitudes se han suspendido o quedado en lista de espera, con el desafío que esto plantea. Los procesos de reasentamiento, que proporciona un camino seguro a un país seguro para miles de personas atrapadas en campamentos de refugiados, se encuentran actualmente en espera por un período de tiempo indefinido. Por ello, es necesario una acción urgente ahora. ―Los Estados deben defender el derecho de asilo en Europa y el principio de no devolución; la respuesta a la pandemia y sus secuelas no deberían usarse para socavar los derechos de los refugiados", señala la secretaria general de Caritas Europa, Maria Nyman. ―Los Estados deberían intensificar el reasentamiento y las vías complementarias, como la entrega de visados humanitarios, por ejemplo‖, añade. Más que nunca, necesitamos una solidaridad global, tanto hacia aquellos que huyen de la guerra, la crisis y la persecución como hacia los países en desarrollo que ya albergan al 85% de los refugiados de todo el mundo y que se enfrentan a desafíos de salud pública sin precedentes. La población mundial de refugiados se encuentra en un máximo histórico de 29,6 millones de personas y son una parte de los 79,5 millones de personas que fueron desplazadas a fines de 2019, según el informe más reciente del ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados. Los desafíos adicionales creados por el virus y la respuesta al mismo, como, por ejemplo, la inseguridad alimentaria o la disminución de los medios de vida, corren el riesgo de aumentar aún más el desplazamiento forzado de personas. Caritas Europa también está muy preocupada por los recientes acontecimientos y la confusión sobre la búsqueda y el rescate y el desembarco en el Mar Mediterráneo central. Esto incluye la falta de capacidad de búsqueda y rescate, el cierre de puertos por parte de Malta e Italia, la detención de migrantes rescatados en barcos privados frente a aguas territoriales maltesas y las denuncias de devoluciones a Libia con la complicidad de los estados de la UE. Se necesita una respuesta coordinada basada en el respeto del derecho internacional y un mecanismo de reubicación entre los Estados, que debe ser la base pa-

ra la creación de un mecanismo estable de solidaridad y responsabilidad compartida en el próximo pacto de la UE sobre asilo y migración. La fase de recuperación de COVID-19 debe poner en su núcleo la solidaridad global y ser inclusiva. No debe dejar a nadie atrás, incluidas las personas que buscan protección. (religiondigital.org) 19/06/2020

8. Misión Cristiana Moderna lamenta el “abandono” de los migrantes que han llegado a Fuerteventura

La iglesia atiende ya a más de 150 personas ante lo que consideran como pasividad de las autoridades España. ―Abandono absoluto‖ y ―megaimprovisación‖. De esta manera califica el pastor de la iglesia evangélica Misión Cristiana Moderna, en Fuerteventura, la situación de los cientos de migrantes que han llegado a la isla en los últimos meses y la respuesta del gobierno central. La iglesia, de hecho, atiende ya a 196 migrante de un total de 350 personas a las que proveen de tres comidas diarias, según ha explicado el pastor de la comunidad, Ángel Manuel Hernández, en Radio Sintonía Fuerteventura. ―Los acojo porque, si no, se quedan fuera‖, dice Hernández. ―Ahora en la iglesia tenemos albergados a 151 migrantes‖, ha remarcado. Según la Agencia Efe, hasta 280 personas han llegado en patera a Fuerteventura desde el inicio del Estado de alarma. Según Hernández, la Misión Cristiana Moderna está prestando atención a cerca de dos mil personas con una subvención de 50.000 euros anuales de parte del Cabildo de Fuerteventura y con recursos dados por el Banco de Alimentos y por particulares. ―Hay un desamparo en cuestiones de migración y de alimentación en la isla que uno piensa que lo único que nos queda es Dios‖, ha señalado Hernández.

Pasividad de la Administración

Desde el Cabildo de Fuerteventura también se han mostrado indignados por la situación de ―abandono‖ en la que se han encontrado los migrantes recién llegados a las instalaciones portuarias. Sin embargo, también han señalado que el Gobierno central se ha comprometido a dar una solución a todas esas personas. ―Nosotros tenemos un cabildo que podría hacerse cargo de la situación, pero el cabildo no tiene competencias en migración. Esto es un problema de Europa también y el Gobierno central tiene que hacerse cargo‖, ha señalado Hernández, que también ha asegurado que el CIE está en condiciones de habitabilidad pero que es necesario cambiar su gestión. ―Liarla la podemos liar, y poner al gobierno en jaque‖, ha remarcado Hernández que, según la Agencia Efe, no descarta manifestarse en la calle con los migrantes para forzar soluciones por parte del Ministerio del Interior. (protestantedigital.com) 15/06/2020

9. Día Mundial de los Refugiados: Luchar por un mundo más inclusivo

Nueva York. El próximo sábado se celebra el Día Mundial de los Refugiados, instituido por las Nacionales Unidas (ONU) el 20 de junio desde el año 2001. Los refugiados se encuentran entre las personas más vulnerables del mundo. Según datos de la ONU, una cantidad sin precedentes de 70,8 millones de personas en todo el mundo se han visto obligadas a abandonar sus hogares a causa del conflicto y la persecución a finales de 2018. Entre ellas, hay casi 30 millones de refugiados, de los cuales más de la mitad son menores de 18 años. Además, a 10 millones de personas apátridas se les ha negado una nacionalidad y el acceso a derechos fundamentales, como la educación, sanidad, empleo y libertad de circulación. Asimismo, los datos señalan que cada minuto, veinticuatro personas lo dejan todo para huir de la guerra, la persecución o el terror.

Convención sobre el Estatuto de los Refugiados

La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y su protocolo de 1967 constituyen los instrumentos legales únicos que amparan la protección internacional de los refugiados. Según sus provisiones, los refugiados merecen como mínimo los mismos estándares de tratamiento que el resto de extranjeros en un país y, en muchos casos, el mismo tratamiento que los nacionales.

Un mundo más inclusivo

Con respecto a la conmemoración de este Día Mundial, este año, tanto la pandemia de COVID-19 como las recientes protestas contra el racismo ponen de manifiesto la necesidad de ―luchar desesperadamente por un mundo más inclusivo e igualitario; un mundo donde nadie se quede atrás‖, indica la organización internacional en su página web. En este sentido, remarca que este tiempo que vivimos ―nos demuestra que todos desempeñamos un papel en

la lucha para conseguir cambiar las cosas‖ y esto ―es la esencia misma‖ de la campaña del Día Mundial del Refugiado de ACNUR (Agencia de la ONU para los Refugiados).

Homenaje a los refugiados

―En tiempos de COVID, rendimos homenaje a las personas refugiadas que están en primera línea de la lucha contra esta pandemia, a las comunidades que las acogen y a los trabajadores humanitarios que las apoyan. Hemos visto cómo héroes del día a día, de toda condición, daban un paso al frente para unirse a la primera línea de la respuesta‖, apunta la citada agencia en su sitio web, en el que ofrece el testimonio de los ―héroes cotidianos‖: refugiados que están contribuyendo desde la primera línea de batalla contra la pandemia. ―Este año, nuestro objetivo es recordar al mundo que todas las personas, incluidos los refugiados, pueden hacer una contribución a la sociedad y cada acción cuenta para crear un mundo más justo, inclusivo e igualitario‖, concluye la ONU.

Los niños refugiados

El pasado 17 de junio, la Asociación Entreculturas, ONGD (Organización No Gubernamental para el Desarrollo) jesuita, convocó una rueda de prensa virtual con el título: ―Sin Escuela, sin refugio‖, evento organizado en el marco del Día Internacional de los Refugiados, informa Vatican News. De acuerdo a la organización, en el mundo hay más de 7 millones de niños y niñas refugiados en edad escolar. Al cerrarse las escuelas como medida de prevención contra el coronavirus, se ha dejado a muchos niños sin su ―refugio, sin su espacio de protección y de aprendizaje, sin su espacio para ser niños o niñas‖. Igualmente, Entreculturas recuerda que, sin la escuela, los pequeños vuelven a estar más expuestos a situaciones de violencia, no pueden acceder a alimentarse, tener acceso al agua potable y, por supuesto, a la educación. (es.zenit.org) 19/06/2020

10.Exhorta Acnur a no dejar en el olvido a refugiados

Lamenta que se posterguen las soluciones de conflictos La Agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados (Acnur) hizo un llamado a los países para que hagan un mayor esfuerzo a fin de encontrar un hogar para millones de refugiados y personas desplazadas por conflictos, al destacar que este fenómeno afecta a más del uno por ciento de la población mundial, es decir, 79.5 millones de habitantes. En su informe anual Tendencias globales, que se presenta dos días antes del Día Mundial del Refugiado, el 20 de junio, la Acnur señala que esta cifra registrada a finales de 2019 es la más alta en la historia. Resalta que disminuyeron las posibilidades para las personas refugiadas que esperan una solución rápida de su difícil situación. En la década de 1990, un promedio de 1.5 millones de refugiados pudieron regresar a sus hogares cada año. Durante la década pasada, ese número se redujo a alrededor de 385 mil, lo que significa que el aumento en el desplazamiento hoy supera ampliamente las soluciones. Estamos presenciando una nueva realidad, ya que el desplazamiento forzado hoy en día no sólo está mucho más extendido, sino que simplemente ya no es un fenómeno a corto plazo y temporal, dijo el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi. No se puede esperar que las personas vivan en un estado de incertidumbre durante años, sin la posibilidad de volver a casa, ni la esperanza de construir un futuro donde estén. Necesitamos una actitud fundamentalmente nueva y más receptiva hacia todas las personas desplazadas, junto con un impulso mucho más decidido para resolver conflictos que duran años y que están en la raíz de un sufrimiento tan inmenso, añadió en un comunicado. (jornada.com.mx) 19/06/2020

11.África Marcitllach: “Cuando no tienes nada que perder, es motivo más que suficiente para plantearse abandonar todo y salvar la vida” Día Mundial del Refugiado 2020: cuando huir es la única solución La pobreza y el hambre son el caldo de cultivo en el que proliferan los conflictos y en el que se alimentan los regímenes dictatoriales y totalitarios que llevan a millones de personas a huir de sus hogares Las personas migrantes, desplazadas y refugiadas pertenecen a los colectivos de población más afectados por las consecuencias derivadas de la crisis del coronavirus En los años 2017-2019, Manos Unidas aprobó 82 proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de casi 600.000 personas desplazadas y refugiadas en África, Asia y América, por un importe superior a los 5,3 millones de euros Los conflictos, la persecución por diferentes motivos, la falta de libertad, el hambre y la pobreza, entre otros factores, fueron los motivos por los que, en el año 2019,

según Naciones Unidas, en el mundo hubiera ya cerca de 80 millones de personas desplazadas de sus lugares de residencia. De ellas, casi 30 millones son personas refugiadas. ―Por nuestro trabajo de lucha contra el hambre y la pobreza de más de sesenta años, en Manos Unidas conocemos y entendemos los motivos por los que estas personas huyen, con las manos vacías, dejando todo atrás‖, asegura África Marcitllach, coordinadora de proyectos de Manos Unidas en Oriente Medio; una de las zonas del mundo en las que, a día de hoy, el flujo migratorio es más elevado. ―Levantarse cada día sin saber si tus hijos van a poder comer o, simplemente, levantarse sin saber si ese va a ser el último día que lo hagas, es motivo más que suficiente para plantearse el abandonar todo para salvar la vida‖, explica Marcitllach. Una de las finalidades de los proyectos de desarrollo que lleva a cabo Manos Unidas es proporcionar a estas personas en sus países de origen las herramientas con las que poder hacer frente a su día a día y evitar, así, que se vean obligadas a abandonar sus comunidades, renunciando a sus raíces, a sus familias, a su idioma... porque, según ―la pobreza y el hambre son el caldo de cultivo en el que proliferan los conflictos y en el que se alimentan los regímenes dictatoriales y totalitarios que los llevan a huir‖. ―Pero el camino para conseguir nuestra meta todavía es largo y son demasiados los intereses económicos, políticos y sociales, que mantienen vivos los conflictos y cercenan las libertades y las oportunidades‖, lamenta la coordinadora de la ONG en Oriente Medio. Marcitllach asegura que ―ese miedo es el que da alas a estas personas y, esas alas, les permiten volar, hasta que te las cortan‖. ―Muchas de estas personas, movidas por la desesperación y sin recursos, eligen las rutasmenos seguras para alcanzar sus sueños, que quedan ahogados en el mar o muertos de hambre y de sed en el camino‖, explica África Marcitllach.

Torturas en el desierto

Este es el caso de muchos de los migrantes procedentes del Este de África, fundamentalmente de Eritrea, Somalia y Sudan del Sur y que recalan en Tel Aviv, en Israel, tras atravesar el desierto del Sinaí donde son víctimas de las mafias beduinas de traficantes de personas. ―Lo que viven estos seres humanos en el desierto es inenarrable. Nunca nadie, si no es por desesperación, se aventuraría a algo semejante‖, asegura Marcitllach. ―En septiembre de 2010 comenzaron a conocerse las atrocidades cometidas en el Sinaí por las mafias beduinas. Entre el personal médico de la ―Clínica Abierta‖ de la organización israelí Médicos por los Derechos Humanos (PHR en inglés) se encuentra la hermana Aziza, una religiosa eritrea que, ante la magnitud de las denuncias que escuchaba cada día, decidió documentarlas y hacerlas públicas. Desde entonces, miles de personas han contado sus historias al departamento médico, lo que está permitiendo conocer esta terrible situación y buscar soluciones a la misma‖, explica Marcitllach. Manos Unidas lleva años acompañando a estas personas a través de la organización israelí de Médicos por los Derechos Humanos (PHR en inglés) y apoyando los proyectos de la Asociación KUCHINATE, que trabaja con mujeres eritreas solicitantes de asilo. Estas mujeres que buscan asilo, no han superado los traumas psicológicos y de salud física derivados de la terrible experiencia en el desierto: torturas, violaciones, palizas, embarazos… Una vez que llegaron a Israel, fueron detenidas en la frontera en instalaciones superpobladas. Cuando llegan a Tel Aviv se encuentran, como solicitantes de asilo, sin acceso a los servicios básicos como atención médica, vivienda, educación, formación profesional o el empleo. ―Muchas de estas mujeres se encuentran, después de una experiencia traumática, solas en un país que las rechaza. Tienen que hacerse cargo de sus vidas y de las de sus hijos y luchar, una vez más por su supervivencia‖, explica África Marcitllach. ―Por ellas, y gracias a la hermana Aziza y a un grupo de mujeres israelíes y de otras nacionalidades, surgió Kuchinate, que en tigriña, su idioma natal, significa, crochet. El programa para estas mujeres que desarrolla la ONG KUCHINATE, es único en su estilo ya que combina la ayuda psicológica con la ayuda económica, respetando las tradiciones y cultura propia de esos países. Las mujeres se reúnen para hacer crochet, relacionarse, y recibir ayuda psicológica. El trabajo manual repetitivo y creativo es tremendamente terapéutico y eso se refleja positivamente en la evolución de las mujeres‖, asegura la coordinadora de proyectos en Oriente Medio de Manos Unidas.

Refugiados y coronavirus

Las personas migrantes, desplazadas y refugiadas pertenecen a los colectivos de población más afectados por las consecuencias derivadas de la crisis del coronavirus. ―En Oriente Medio, normalmente son personas que viven en campos de refugiados y, sobretodo, en infraviviendas, donde no es posible mantener las distancias

recomendadas por la OMS y donde las condiciones de higiene y sanitarias dejan mucho que desear‖, explica Marcitllach. Además, la mayoría de estas personas realizan trabajos mal pagados en el sector informal por lo que, con las medidas de confinamiento, se han visto, de la noche a la mañana sin ingresos y sin ninguna red de ayuda o asistencia para socorrerles. Desde el principio de la pandemia, Manos Unidas ha trabajado intensamente para dar respuesta a las solicitudes de ayuda de emergencia provenientes de los lugares en los que tenemos proyectos con personas refugiadas o desplazadas. ―Por ejemplo hemos apoyado el trabajo de los maristas azules con la población Kurda en Siria y de los Fratelli, con personas sirias refugiadas en Líbano. La mayor parte de la ayuda ha consistido en la entrega de kits de comida y de productos de higiene para que estas personas pudieran hacer frente a la escasez provocada por el confinamiento‖, explica Marcitllach. También desde Kuchinate nos han pedido ayuda para que las 200 mujeres a las que da apoyo el proyecto y sus familias, ―puedan, literalmente, comer mientras los puntos de venta de sus trabajos permanezcan cerrados y ningún miembro de la familia pueda aportar ingreso alguno‖, asegura África Marcitllach. En los años 2017-2019, Manos Unidas aprobó 82 proyectos destinados a mejorar las condiciones de vida de casi 600.000 personas desplazadas y refugiadas en África, Asia y América, por un importe superior a los 5,3 millones de euros. En lo que va de 2020, Manos Unidas ha aprobado 12 proyectos para personas refugiadas y desplazadas, por un importe de 535.843 euros, de los cuales 6 se han puesto en marcha como consecuencia de la pandemia de coronavirus. Naciones Unidas estima que, en 2019, de los casi 80 millones de personas desplazadas que había en el mundo, casi 30 millones eran personas refugiadas y 4,2 millones eran solicitantes de asilo. (religiondigital.org) 19/06/2020

12.Juan Carlos Elizalde: "No son números, son personas"

Carta abierta a toda la sociedad por el Día Mundial del Refugiado “Un refugiado que huye de una guerra o del hambre no debe ser devuelto a un país donde se enfrenta a graves amenazas a su vida o su libertad” España. Este sábado 20 de junio es el Día Mundial del Refugiado, por ello el Obispo de Vitoria, y presidente de la subcomisión de migraciones y movilidad humana de la Conferencia Episcopal Española, Monseñor Juan Carlos Elizalde, ha escrito una carta con el objetivo de concienciar a la sociedad de la situación de los refugiados, y solicitar a las instituciones la necesidad de ―acoger a quien huye de guerras, persecuciones y muerte‖. Elizalde comienza recordando que la Jornada se instituyó en el año 2001 y que la Iglesia nunca ha dejado de mirar al refugiado, ni en tiempos de pandemia. Ofrece en su carta el dato de Naciones Unidas de que ―cada minuto, 24 personas dejan todo por huir de la guerra, la persecución y la muerte.‖ La cifra que se baraja por esta institución es de 79‘5 millones de personas que corren esta suerte, de las que el 40% son menores. Los principales países de los que la gente huye son Siria seguido de Venezuela, Afganistán, Irak, Somalia, Sudán del Sur, Myanmar y Palestina. Por su parte, los países que acogen refugiados en primera instancia son Turquía, Pakistán, Uganda, Sudán y Alemania. Los datos para España, según el CEAR, y que incluye el obispo en su carta son que en 2019 se vivió un nuevo récord de nuevas peticiones de asilo: 118.264, el doble que el año anterior. ―Somos el quinto país en recibir estas solicitudes. El 80% proceden de América Latina: Venezuela con 40.906, Colombia, 29.369, Honduras, 6.972, Nicaragua, 5.931 y El Salvador con 4.784. Ese mismo año España resolvió 60.198 casos concediendo a un 66% protección temporal por razones humanitarias, sobre todo a venezolanos, a un 5% el estatuto de refugiado o la protección subsidiaria, denegando la protección a un 29% de los casos. Es necesario conocer la realidad más cercana para concienciarnos y saber actuar‖ sentencia Elizalde. El Obispo de Vitoria ha recogido una de las prioridades de la Iglesia en todo el mundo: ―Mirar al refugiado, incluso en la extraordinaria situación de pandemia que vivimos‖. Apelando a la fraternidad, ha recordado que está en nuestra responsabilidad ―no dejar a nadie atrás‖. Juan Carlos Elizalde refiriéndose a la situación que se vive en los campos de refugiados, pone como ejemplo el de Moria, en Grecia, ―pensado para 3.000 personas y donde se aglomeran en la actualidad más de 19.000. Son lugares donde es complicado tener acceso a agua potable y donde no hay medidas higiénicas necesarias para protegerse del virus. Estas malas condiciones y la falta de asistencia sanitaria afectan muy negativamente a la salud de los migrantes y por lo tanto, todos ellos son convertidos en personas de riesgo ante la Covid19". Monseñor Elizalde ha advertido lo injusto de esta situación y ha recordado las palabras de Jesús ante los más

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