Si el grano de trigo no muere, no da fruto

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Soñando Juntos

Revista Marista de Pastoral Vocacional

No 52 - abril/mayo 2018

Lo entregaron todo Kairoi (Testigos)

Lo entregaron todo de una sola vez, y sólo buscaron Evangelio y paz, y se jugaron la vida como aquél de Nazaret (2). SÍ, FIRMES, DIERON VIDA, SIN TEMER NADA, CON AMOR. CANTANDO SU ALEGRÍA, SIEMPRE FIELES A DIOS. Y así fue el milagro de la sencillez, que su vida fuera oración y amor. Apostolado alegre, hecho en silencio y con fe (2). SÍ, FIRMES, DIERON VIDA, SIN TEMER NADA, CON AMOR. CANTANDO SU ALEGRÍA, SIEMPRE FIELES A DIOS, FIELES A DIOS.

si el grano de tringo no muere, no da fruto.

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Martires... ¿hoy? Cuando escuchamos la palabra mártir añadida al nombre de algún santo, nos remitimos a los tiempos de la persecución romana, a los primeros siglos de la Iglesia. Nos suena tan lejano que nos sorprende cuando la Iglesia nos recuerda que hoy día, en algún lugar del mundo sigue habiendo mártires cristianos. Y que también los ha habido cerca de nosotros, en nuestra tierra latinoamericana y en nuestra congregación Marista. El término Mártir viene del griego y significa “Testigo”, lo mismo que “Martirio” significa “Testimonio”. Por lo tanto, los mártires son los testigos de la fe. El mártir no es un extraño para nosotros. En nuestra comunidad marista hemos tenido mártires en los últimos tiempos. Los Hnos. Servando, Miguel Angel, Julio y Fernando en Bugobe, Ruanda (África) en 1996, el Hno. Henri Vergès en 1994 en Argelia (África), Hno. Moisés Cisneros en 1991 en la Escuela Marista de Guatemala... Sabemos quienes son y logramos captar su personalidad y su significado histórico; sin embargo, con frecuencia, su imagen parece evocar en nosotros un mundo que no es ya el nuestro. Aparece como un personaje lejano, relegado a épocas y períodos históricos que pertenecen al pasado y que tan sólo la memoria de alguna celebración nos traen de nuevo su recuerdo.

El martirio podemos verlo de varias formas, pero hay dos que queremos resaltar desde nuestro ámbito juvenil lleno de símbolos: el martirio como lenguaje y el martirio como signo.

El martirio como lenguaje. Querámoslo o no, el término mártir trae a la mente del que lo pronuncia (o del que lo escucha) una realidad que ya está definida: La entrega. El testimonio no puede reducirse a una simple narración de hechos; se convierte más bien en un compromiso concreto, con el que se quiere comunicar y expresar, si fuera necesario con la propia muerte, la verdad de lo que se está diciendo, insistiendo en la verdad de la propia persona. El martirio se comprendió siempre como la forma de testimonio supremo que daba el creyente con vistas a la verdad de su fe en el Señor.

El martirio como signo. Los ejemplos que tenemos nos muestran de forma clara que el testimonio del mártir fue leído como signo de la presencia de Dios en la comunidad: el amor que llega hasta el don completo de sí mismo. La Iglesia ha comprendido siempre el valor de este testimonio y lo ha interpretado como el signo permanente del amor fiel e inmutable de Dios. Resulta fácil ver realizado el consenso unánime sobre su fuerza de ánimo y su coherencia: “el amor mismo de Dios que es siempre fiel”.

Hno. Moisés Cisneros.

El mártir, en la acepción que hoy tiene, es aquel que da su propia vida por la verdad del evangelio. En este sentido es muy expresivo un texto de Orígenes: “Todo el que da testimonio de la verdad, bien sea con palabras o bien con hechos o trabajando de alguna manera en favor de ella, puede llamarse con todo derecho: testigo”. Y de testigos sabemos mucho en Centroamérica, donde la imagen de Monseñor Romero en El Salvador, junto a Ignacio Ellacuría y compañeros jesuítas; Monseñor Gerardi en Guatemala, al igual que muchos catequistas y servidores de la Palabra. Todos ellos son “nuestros testigos”.

Cuando en el año 1991 vivíamos la noticia del martirio del Hermano Moisés Cisneros en la dirección de la Escuela Marista, en la zona 6 de Guatemala... en pleno día de clase... con la escuela llena de niños y jóvenes... no podíamos creerlo, pero echando la vista atrás en su vida pudimos ver los signos de su compromiso con Jesús en su vida y misión. Algunas pinceladas de su vida y compromiso de su últimos años como Marista nos hablan de su compromiso:

Chichicastenango En 1984 fue destinado a reiniciar la obra de los Hermanos Maristas en la iglesia de El Quiché, Guatemala. Una fundación que comportaba dificultades de todo tipo, empezando por la casa, que había sido ocupada durante 5 años por el Ejército de Guatemala.


No era fácil tampoco iniciarse en una misión que permaneciera dentro de los márgenes de nuestro carisma, y prosiguiera un trabajo acorde a una nueva situación desestructurada que exigían las circunstancias. Se abrían, sin embargo, múltiples caminos de proyección: En catequesis, pastoral juvenil, atención a las comunidades campesinas, actividades en las escuelas... La Diócesis se estaba reconstruyendo, no contaba con obispo ni con suficiente número de agentes de pastoral. Crear un centro diocesano de ésta, parecía lo más conveniente; pero al no tener indicaciones bien precisas, más que ayudar, dificultó, en parte, la orientación de la obra marista en El Quiché, que abarcó en un principio un radio de acción muy amplio y un tanto disperso.

Los últimos días del H. Moisés estuvieron marcados por el trabajo ordinario, sobre las 08:15 a.m. entró en su despacho para ver si había algún asunto que resolver. Al parecer, dos individuos desconocidos, vistos por algunas personas, entraron en la Dirección y le dieron muerte, dejándolo en un cuartito/bodega, contiguo a la misma.

El H. Moisés y los otros Hermanos, recorrieron los distintos pueblos de la Diócesis, dando curso de catequesis y organizando convivencias de jóvenes, pascuas juveniles, charlas en las escuelas... Poco a poco se fue concentrando el trabajo de los Hermanos en el pueblo de Chichicastenango y sus cantones. Su acción se hacía tan necesaria como apremiante, en un municipio con 67 cantones y unos 70,000 habitantes. Los contratiempos y desilusiones no le faltaron al H. Moisés en este tiempo, ni tampoco la creatividad para emprender nuevos caminos.

El Hermano Moisés sembró estos ideales por donde pasó, con frecuencia yendo más allá de sus fuerzas, y arriesgando su vida.

Chichicastenango le costó sudor y sufrimiento, incomprensiones y críticas; sin embargo lo dejó con lágrimas, tal vez en el momento en que se sentía más productivo y, cuando su cariño por la gente había echado raíces entre los campesinos indígenas pobres. Su despedida de la Diócesis tuvo lugar en Chajul (4 de diciembre de 1989), en una reunión diocesana en la que el Sr. Obispo, Mons. Julio Cabrera, le agradeció todo su trabajo y dedicación.

Seguir a Jesús es encarnar su propia muerte en nuestra vida, para poder ser partícipes de su Resurrección.

Su muerte no fue en vano, pues conocemos los ideales por los cuáles vivía y sufría el Hermano Moisés; esos ideales son imperecederos, son ideales nobles de servicio y entrega a los demás: el ideal de la solidaridad y la búsqueda del bien, el ideal de educar en la justicia y el amor, el ideal de promover y hacer crecer la fe y la búsqueda de la verdad.

Es por ello, que la muerte de nuestro H. Moisés se une a la de tantos guatemaltecos inocentes, que han derramado su sangre a consecuencia de la injusticia y la impunidad. Moisés llegó a experimentar los sufrimientos de los pobres hasta sus últimas consecuencias. En su muerte, reconocemos el dolor y la angustia, callados y anónimos de ese pueblo.

Escuela Marista, Zona 6 El 22 de diciembre del año 1989 asumía la dirección de la Escuela Marista, en la zona 6 de la capital: Guatemala. El H. Moisés amaba a la Congregación. Se conside-. raba siempre muy marista. Era tierno y solidario, también sabía que tenía limitaciones que trataba de superar. Actuaba como una persona muy normal.

Reflexiona y comparte:

El H. Moisés se decidió por los jóvenes y obró en consecuencia. Hizo opción también por los pobres, y quiso que la comunidad de los Hermanos y la Escuela, como institución, fuesen explícitas en este punto. Es una actitud que tiene su fuente, tanto en la opción de la iglesia latinoamericana, como en nuestras propias constituciones de Hermanos Maristas.

1. ¿Qué personas de la Iglesia crees que son signos para los jóvenes hoy en día, por su testimonio de vida y sus mensajes? 2. ¿Crees que la imagen de los mártires es algo que debemos recuperar en nuestra Iglesia para las nuevas generaciones de jóvenes que se quieren comprometer con Jesús?


¿Qué harías tú si no tuvieras miedo? En el Liceo Guatemala celebramos el Tiempo Vocacional por ciclos en tres diferentes semanas. Estos tiempos fueron iluminados por el lema de este año: ¿Qué harías tú si no tuvieras miedo?, llevando a cabo manualidades, tiempos de interioridad, dinámicas, videos y foros vocacionales y más. Los jóvenes y niños adornaron sus playeras con temas maristas y confeccionaron cohetes en los que depositaban sus miedos, proponiéndose a perder dichos temores. Para lograr todo esto trabajamos juntos pastoralistas, titulares, ex alumnos, catequistas, padres de familia y hermanos, en un ambiente de alegría y fraternidad. Hno. Edgardo: «Una maestra de Pre-Primaria me compartió que uno de sus estudiantes que es un tanto tímido le dijo: “Si yo no tuviera miedo, le hablaría a más de mis compañeros.” Me conmovió, pues ese niño hizo suyo el Tiempo Vocacional... y para eso es que estamos aquí» . Glenda Ralda (Pastoral de Secundaria): «Tiempo Vocacional, tiempo especial para sentir que Dios nos ama, desea que seamos felices y hagamos felices a los que nos rodean. El lema de este año que nos invita a la reflexión desde ¿Qué haría tú si no tuvieras miedo? Con los jóvenes el estar en el ir y venir de cada día, estar ocupados en sus estudios, en sus juegos, en la televisión, en las redes…Reconocer que aunque tengamos miedo, Dios nos llama a confiar y reconocerlo junto a nosotros en medio de los peligros y las dificultades» . Betty de Sazo (Pastoral de Primaria): «Un aspecto muy importante es tener claro los objetivos de un tiempo vocacional, la edad de los estudiantes y lo que queremos lograr. Una buena planificación con objetivos claros y actividades que atraen a los estudiantes nos garantiza el interés de nuestros destinatarios y despertar en ellos la inquietud vocacional, que busquen acompañamiento o sencillamente que se interesen por algún tema específico. Y estar con los ojos abiertos para atender las inquietudes que surjan» .

http://to2hermanos.org e-mail: pastoralvocacional@maristasac.org Twitter: @To2Hermanos Facebook:To2 Hermanos


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