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Fritz Henkel, 175 años de liderazgo
Henkel conmemora con una exposición el 175 aniversario de su fundador, Fritz Henkel. Creó la empresa en septiembre de 1876 y, desde aquella fecha, las disrupciones se sucedieron una tras otra: Henkel’s Bleich-Soda, que fue su primer éxito; Persil, la marca que revolucionó el lavado de la ropa; la venta de pegamento líquido en barriles de madera; innovadoras campañas de publicidad… Cuando falleció en 1930, sus tres hijos (dos varones y una mujer) heredaron la compañía.
En marzo de 1848, hace justo ahora 175 años, nació Friedrich Karl Henkel -conocido como Fritz-, el fundador de la compañía que hoy en día lleva su apellido. “Su coraje, determinación y habilidades empresariales sentaron las bases de una de las empresas familiares más renombradas de Alemania. Fue un emprendedor y pionero de corazón, que desafió el statu quo y se atrevió a explorar lo nuevo y desconocido”, afirman al alimón la presidenta del Comité de Accionistas y del Consejo de Vigilancia, Simone Bagel-Trah, y el CEO de la compañía, Carsten Knobel.
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“Fritz Henkel se basó, desde el principio, en los conocimientos científicos más recientes, se comprometió con la alta calidad y encabezó enfoques publicitarios innovadores. Y, al mismo tiempo, defendió la responsabilidad y el cuidado de sus empleados. Sus ideas, logros y valores han dado forma a nuestra empresa y su cultura. Nos inspiran y nos guían, hoy y en el futuro”, prosiguen BagelTrah y Knobel.
Y por servir de luminaria, la multinacional de Düsseldorf honra la memoria de su fundador con la exposición ‘175 años de Fritz Henkel, pionero, líder y visionario’, que acompaña su vida y obra, desde su infancia y primeros aprendizajes y experiencias comerciales hasta convertirse en un exitoso empresario.
Hijo de Johann Jost -maestro de escuela- y Johanette Henkel, Fritz fue el quinto de seis hermanos. Criado en Vöhl (estado federado de Hesse), a los diecisiete años se trasladó junto a su hermano Wilhelm a Elberfeld (actualmente, Wuppertal), por aquel entonces una floreciente ciudad industrial textil donde realizó un aprendizaje comercial en la fábrica de pinturas y barnices Gebrüder Gessert. De aquel sustrato que mezclaba la curiosidad y ambición juvenil con las enseñanzas paternales de integridad y apertura de miras floreció un empresario que, junto a otros dos socios, fundó Henkel & Cie el 26 de septiembre de 1876 en Aquisgrán (Renania del Norte-Westfalia). Su objetivo era claro: crear un nuevo detergente cuya base fuera el silicato de sodio en lugar del jabón.
Los primeros años de andadura de la compañía no fueron nada fáciles. A la crisis económica que padecía Alemania en aquellas fechas se añadió el fallido lanzamiento del primer producto de la empresa (Universal-Waschmittel) debido a sus altos costes productivos. Sin embargo, en 1878 llegó el primer éxito: Henkel’s Bleich-Soda. Era un detergente más efectivo y que requería un menor coste para su elaboración. Un año después, Fritz Henkel se quedó en solitario al frente de la compañía. Paralelamente, trasladó la sede de la sociedad a Düsseldorf, debido a su mejor infraestructura de transportes, y en marzo de 1900 comenzó la producción en la fábrica de Holthausen, actualmente un barrio de la ciudad renana.
La importancia de la marca Henkel’s Bleich-Soda también constituyó un caso de éxito en la construcción de marca. Preenvasado, se vendía a un precio fijo, lo que era una idea revolucionaria en aquel momento. Además, para mayor reconocimiento del producto, los envases de 500 gramos tenían el nombre de la marca y el logotipo de la empresa (un león reclinado sobre un fondo con los rayos del sol). Fritz Henkel se había convertido en un pionero al ofrecer un detergente de ropa bajo una marca y usando el packaging para publicitarlo.
Después del aquel exitoso lanzamiento, llegarían nuevos productos y marcas, ya que Henkel enseguida entendió que lo idóneo era ofrecer una amplia gama de referencias a los retailers. Así, verbigracia, nacieron Henkel’s Thee (té), Sil (enjuague de ropa), Ata (polvo limpiador), Mala (pegamento para pintar), Imi (detergente para lavavajillas)… Sin embargo, sobre todas aquellas novedades se yergue una capital, un nuevo producto que revolucionaría el lavado de la ropa. Persil. 1907 fue el año del alumbramiento de este detergente, el primero de la historia de acción automática, elaborado con perborato y silicato, que convirtió a la compañía en líder indiscutible de la detergencia en Alemania.
Persil no fue únicamente un producto revolucionario, sino que también supuso el inicio de innovadoras campañas publicitarias. El primer anuncio de la nueva marca fue publicado el 6 de junio de 1907 y a partir de esa fecha llegarían novedosas campañas promocionales, como la icónica mujer vestida de blanco, los grandes relojes con publicidad en muchas ciudades alemanas o los hombres de blanco que desfilaron con paraguas de Persil en Berlín en 1926.
Otro hito en la historia de Henkel se produjo en 1923, año en el que comenzó a vender su pegamento líquido, inicialmente a empresas de la zona, en barriles de madera de haya.
Buen empleador
Desde una perspectiva laboral, Fritz Henkel siempre defendió la necesidad de tener empleados competentes y de confianza y, para ello, nunca escatimó en conceder beneficios sociales y en estar muy próximo a ellos (ya a principios del siglo XX, regalaba canastillas a los recién nacidos y permitía que se realizasen actividades deportivas en la fábrica, entre otras medidas). Inicialmente, la mayoría eran trabajadores manuales: los hombres se ocupaban de las faenas pesadas tanto en la producción como en los talleres; las mujeres, del llenado y envasado de productos o trabajaban en la lavandería y comedores. Al principio, eran pocos los empleados de cuello blanco y estaban en las oficinas como comerciales; a partir de 1905, comenzaron a trabajar también en los laboratorios.
“Lo mejor que ha salido de mi empresa no ha sido fruto de mis pensamientos, sino el resultado del trabajo conjunto de todos los empleados”, afirmó Fritz Henkel en 1926. Cuatro años más tarde, en marzo de 1930, falleció y su cuerpo fue velado en la sede central de la compañía. Los trabajadores dieron su último adiós al que cariñosamente llamaban alten herrn (señor mayor) antes de que el féretro fuera trasladado desde las instalaciones de la empresa al cementerio de Düsseldorf. Los obituarios de la época subrayaron su perfil empresarial, pero sobre todo el personal, destacando fundamentalmente su conciencia social y su sentido del deber.
Antes de fallecer, Fritz Henkel dispuso en su testamento que sus hijos Fritz Jr. y Hugo heredarían cada uno el 40% del capital social de la empresa, mientras que su hija Emmy recibiría el 20% restante, siendo inusual para aquellos tiempos que una descendiente femenina pudiera heredar acciones. Y esa proporción en el reparto accionarial se mantiene entre los descendientes de las tres ramas familiares.
Henkel es, actualmente, una multinacional que emplea a 51.200 Henkelanern, está presente en 56 países y sus ventas alcanzan los 22.400 millones de euros. Loctite, Schwarzkopf y Persil son sus tres marcas más vendidas en todo el mundo.