E ¿Para dónde vamos Energía y sociedad
n semanarios anteriores hemos señalado la importancia de que las políticas públicas se desarrollen acordes a la Constitución y a la Ley para que el rumbo del sector energético sea sólido, asimismo se ha subrayado la generosidad que las disposiciones jurídicas tienen para permitir la modelación de las políticas públicas. Hemos sido claros al expresar que para el diseño de estas políticas públicas se deberían considerar tres modelos, como lo ha señalado el Consejo Mundial de Energía, que proyecta tres escenarios de cómo podría moverse el diseño de dichas políticas públicas del sector energético: · El escenario jazz, en el que el mercado es el que indica la velocidad de la transición energética y la adaptación de tecnologías limpias, que vemos no está en sintonía con este gobierno. · El escenario hard rock, un escenario en donde predominan las políticas nacionalistas y el mercado cerrado, por decirlo de alguna manera. Que es en el que, observamos, el gobierno ha concentrado su fuerza. · El tercer escenario, La sinfonía inconclusa, donde se entiende la necesidad de hacer política para garantizar la seguridad energética. Hemos dicho que los tres escenarios son reales frente a problemas geopolíticos, en el que conviven gobiernos de derecha e izquierda o moderados, en los que se marca la pauta del rumbo a seguir. El tema aquí es que se necesita expresar sinceramente cuál es ese escenario, cuál es el rumbo a seguir, expresado en un plan nacional, que por cierto, en México dejó mucho que desear, fue un plan sectorial “bizco”, por decirlo amablemente. Una combinación de estrategias transversales que no se encuentran en ningún lado, no existen. Lo cierto es que estos escenarios no pueden y no deben ser dictados por un solo actor, en este caso el gobierno. Las políticas públicas nacen de la sociedad y son una respuesta directa y clara a sus reclamos, dentro de los que tampoco se debe escuchar sólo a una de las partes. México tiene una esencia democrática y una pluralidad cultural y social que se debe cuidar, pero al mismo tiempo buscar el equilibrio que inhiba la animadversión y el enfrentamiento, solo así se logra el respeto en el rumbo antes incluso de trazar los objetivos. Gobernar en pro del pueblo, también requiere de confiar en el pueblo, así es, agitar una bandera social debe ir acompañado de la sociedad misma, por mas divergente que esta sea, es un “Confía en mí, que yo estoy contigo”. Sí es necesa-
el día después?
Montecristo Por más de 20 años ha denunciado la injusticia y defendiendo los derechos humanos en el sector energético.
11 Acceso Energía 182
Semana 22
Mayo 2020