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Mensaje del Director Nacional | P. Dante De Sanzzi

Abrir paso a la

misión 1

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omenzamos un año más a vivir el tiempo cuaresmal para llegar luego a la Pascua del Señor.

Pero nos queda una enseñanza: no se llega a la gloria sin pruebas.

Sabemos el significado de la comemoración. Rememoramos los cuarenta días y cuarenta noches que el pueblo elegido por Dios necesitó andar para llegar a la tierra prometida.

Hoy nos toca a nosotros caminar, estar a prueba por el Padre, cargar la cruz, vivir nuestra cuaresma, cruzar el desierto que Dios pone en nuestro andar cotidiano. Son nuestros cuarenta días con sus noches. Angustia, tribulación, tentación; sin dejar de lado las dudas cotidianas: “¿ El Padre está presente en medio del desierto?”

En este tiempo, en este caminar, no faltan penurias. El pueblo sufre pero sigue adelante porque sabe que Dios cumple con las promesas. También sufre Moisés, el hombre que Dios prepara para esta misión. Pero luego de unos días comienzan las exigencias, la gente empieza a reclamar: más comida, más agua, más descanso, más seguridad, acelerar la promesa en algo más concreto. El “nuevo Moisés”, nuestro Señor Jesucristo, pasó por las mismas angustias. Es el Dios vivo, en persona, el que tiene que llevar adelante al Pueblo de Dios. Un pueblo dubitativo incluso entre sus discípulos. Y la cuaresma de Jesús es una vida de misteriosa cruz todos los días; es ir haciendo la misión paso a paso hasta llegar a la gloria de la Resurrección.

Aquí surge la seguridad: Dios es un Padre bueno y no abandona a sus hijos. Con el calvario consumado llega la gloria, el premio, la consolación. Hay que saber descubrir, ver, escuchar. Vivamos con intensidad este tiempo. Que sea el paso a la misión que tenemos que realizar: predicar y mostrar un Dios vivo.

Buena Cuaresma y Feliz Pascua de Resurrección.


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mar-may2014 Director Pbro. Dante De Sanzzi Equipo de Redacción

Suscripción y Envío:

Favio Rosso Pbro. Pedro Brassesco Pbro. Daniel Alberto Lascano Pbro. Abel Iglesias Cortina, sdb Hna. Sandra Mazzanti Hna. Sonia María Zbrun, HdM Dr. Fabián Romano

Favio Rosso Gastón Juliani Marín

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Administración: Cdra. Norma Jiménez

Nº 496

Contenido 1/ Editorial |

Pbro Dante De Sanzzi

3/ Vocaciones Nativas: «Un vergel al cuidado de todos» | Pbro. Daniel A. Lascano 8/ Clave para nuestra Misión - Evangelii Gaudium | Pbro. Dante de Sanzzi 10/ Desafíos para crecer como agentes pastorales | Pbro. Abel Iglesias Cortina, sdb 13/ María es madre, comprende y ayuda. Pidamos su protección | Favio Rosso 14/ Tiempo privilegiado para «estar con el Señor» | Mons. Vicente Bokalic Iglic CM 16/ Ecos Misioneros 18/ El Mesías resucitó, verdaderamente resucitó | Hna. Sandra Mazzanti 22/ Con los mismos sentimientos de Cristo Jesús | Hna. Sonia María Zbrun, HdM 24/ Humanizar el acto médico, una tarea todavía necesaria| Dr. Fabián Romano 26/ Evangelii Gaudium: ‘Nuevo impulso para la Misión de la Iglesia | Marco Gallo 28/ La Alegría de ser Instrumentos en las Manos del Señor de la Vida | Darío Aquino, Oriana Mateo, Gustavo Tapia y Cristina Osuna

32/ Aparecida: Casa Madre de la Iam en América | Pbro. André Luiz de Negreiros

Colab or ar on en es ta ed ición : Diseño Tapa e Interiores y Diagramación: Juan C. Repik Impresión: Taller New Press - Grupo Inversor S.A. | Paraguay 278 | 1870 - Avellaneda, Bs. As

Mons. Vicente Bokalic Iglic CM Marco Gallo P. André Luiz de Negreiros D ar ío A q u in o G u s tav o T ap ia O r ian a M ateo Cr is tin a O s u n a

Propietario: Obras Misionales Pontificias - Domicilio Legal: Medrano 735  (1179) Buenos Aires


Jornada de Solidaridad por las Vocaciones Nativas | P. Daniel A. Lascano (*)

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«La cosecha es abundante, los trabajadores son pocos» (Mt 9, 37)

Hacia una mirada más amplia En esta conmemoración de la Jornada de Solidaridad por las Vocaciones Nativas, les propongo reflexionar sobre la responsabilidad de toda la Iglesia en el cultivo y cuidado de todas las vocaciones, de manera singular las de especial consagración que brotan en las tierras o lugares de misión. Es verdad que cada uno de nosotros piensa y actúa en el “aquí y ahora”, urgido por la inmediatez y lo inminente. Siendo adolescentes, nuestros papás nos enseñaron que “la caridad comienza por casa”, cuando nuestras acciones solidarias se polarizaban en los grupos juveniles, en los barrios periféricos o en algún centro asistencial… ¡nos sentíamos advertidos que la fe cristiana implica un compromiso con la familia! Y esta llamada de atención era necesaria, totalmente evangélica. Pero esta caridad en el plano local (familia, parroquia o barrio) es sólo un inicio que puede ensancharse a otras latitudes, sobre todo abrirse a un plano global, cuando se eleva la mirada de la mente y el corazón a otras necesidades que interpelan y responden al mandato misionero: “Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos” (Mt 28, 19). Nos dice el Papa Francisco en su última exhortación: “El todo es más que la parte […] Entonces no hay que obsesionarse demasiado por cuestiones limitadas y par-

ticulares. Siempre hay que ampliar la mirada para reconocer un bien mayor que nos beneficiará a todos.”[…] Se trabaja en lo pequeño, en lo cercano, pero con una perspectiva más amplia. (E.G. 235) En este sentido, no cabe duda de la preocupación de las iglesias locales por garantizar el sustento y la cooperación en los propios seminarios y casas de formación de la diócesis particular. Pero esto no nos exime de “dar desde la pobreza”, de compartir los propios bienes y servicios hacia otros hermanos en la fe cuando su vocación se encuentra amenazada por falta de recursos humanos y materiales… ¿Acaso permitiría que familias sin recursos de mi cuadra sufran graves dificultades de abandono, escasez o crisis, sin ofrecerles absolutamente nada? ¿Acaso no tendría compasión de ellas y les brindaría algunos medios para paliar o aliviar sus necesidades?. Sabemos que “la caridad cristiana no reconoce límites ni fronteras”, se expande y expresa en gestos de amor, de misericordia, hacia los hermanos que así lo pidiesen. Por eso, si la vocación es don de Dios a cada joven, la misión de la Iglesia es cuidar, cultivar y regar la tierra para que la semilla de la vocación crezca, madure y dé frutos abundantes, especialmente en aquellas áreas cuyas tormentas o desiertos se hacen sentir con mayor intensidad, poniendo en peligro la perseverancia de las vocaciones de especial consagración.

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A ejemplo del Beato Cura Brochero Si tenemos que señalar a quien no puso límite alguno en el ejercicio de la caridad no podemos olvidar la figura emblemática del Cura Brochero. Desde su conciencia cristiana y sacerdotal, se comprometió con el desarrollo, la educación y la cultura de sus serranos, levantando templos y escuelas, abriendo caminos, luchando por el ferrocarril, y por todo lo que podía hacer más humana la vida de las personas. Es elocuente la descripción de Brochero en su vivencia de la caridad narrada por Mons. Ángel José Rovai, obispo emérito de Villa María (Córdoba) en la ponencia de la OSAR en este mes de febrero del corriente año. Paso a subrayar algunos aspectos:

Vivencia de la caridad en la existencia de Brochero . 4

Brochero vivió intensamente la caridad pastoral. Fue la motivación profunda de su vida y él lo veía porque estaba bajo la bandera de Cristo. Desde el comienzo de su ordenación vivió intensamente esta conciencia. Su llamado está motivado en esta entrega plena y total de su vida.

Atención a todas las necesidades de su extenso curato. Se interesó por la promoción integral de sus fieles (educación-construcción de caminos-ferrocarril, correo, agua, etc). Por amor a su gente recurre a todos, golpea todas las puertas que puede para lograrlo. Es impresionante la cantidad de cartas a presidentes, gobernadores, legisladores, partidos políticos, personas influyentes. Lo hace no para beneficio personal sino de su pueblo. Viendo todos sus esfuerzos podemos concluir con claridad que para él, evangelizar era llevar la libertad integral diríamos hoy a sus feligreses. Amaba todo lo que su gente necesitaba y buscaba solucionar todos sus problemas.

Quería que su gente viviera acorde con la dignidad de la persona humana. No buscaba su prestigio personal y no se ataba a los políticos a los que acudía para obtener beneficios para su gente. Siempre obraba como sacerdote (se pueden leer testimonios de los mismos políticos).

Su misión era siempre eminentemente apostólica y espiritual. Es impresionante y a veces increíble la capacidad de relaciones sociales que tenía y con todo género de persona. Hoy diríamos que aceptaba el pluralismo en su sociedad, sin dejar de dar testimonio de la verdad. Nunca dejó de lado su identidad de sacerdote católico. Esta caridad se acrecienta cuando se enferma de lepra. Se preocupa por la atención espiritual de su gente. Temor ante la realidad de alejar a la gente con su enfer-


medad (recordemos que en ese tiempo la lepra era incurable).

Su devoción a Cristo crucificado y su Purísima lo ayudaron en este trance difícil y le hicieron vivir la caridad en grado heroico.

Experimenta el alejamiento hasta de los más queridos, el abandono humano. Lo Este perfil al servicio de la caridad plasmado en la vida dejaron solo. El amor a Cristo lo fue preparando para este momento decisivo de su vida.

del Beato Cura Brochero nos hace descubrir su profundo amor concreto a la gente, genera estructuras que beneficiarán su desarrollo integral, procura el bien común que da dignidad a cada persona, moviliza tanto a personas influyentes cuanto a los propios serranos en la consecución de las obras civiles y apostólicas; señala que la misión es eminentemente pastoral y espiritual; incluso sintió el peso del abandono y la cruz ante su enfermedad. Estos rasgos de caridad y amor fraterno hacia aquellos moradores son ejemplares para el cuidado y cultivo de toda vocación cristiana.

Con la tenacidad de Juana Bigard y su madre 5 La Obra de San Pedro Apóstol nació ante las necesidades de ayuda para el clero indígena planteadas por el obispo francés de Nagasaki, Mons. Jules-Alphonse Cousin, de la Sociedad de Misiones Extranjeras. Él se encontró en su diócesis de Japón con cristianos que, por miedo a las persecuciones, evitaban los auxilios espirituales de los misioneros extranjeros, pero que podían ser fácilmente atendidos por sacerdotes del país. Juana Bigard y su madre, Estefanía, en contacto epistolar con el obispo, se movilizaron poniendo en marcha en 1889 esta Obra de apoyo a las vocaciones nativas. Ellas, como Pablo, respondieron con generosidad y presteza al grito “¡ayúdanos!” que seguía resonando en el corazón de los evangelizadores, como sucede permanentemente en la historia personal y silenciosa de cada uno de los misioneros y misioneras que, dejándolo todo, pasa a la otra orilla. Como señaló Juan Pablo II, Juana y Estefanía “comprendieron la llamada de Dios para consagrar sus recursos, sus energías y toda su vida a la promoción del Evangelio por medio de la formación de los sacerdotes, así como de hombres y mujeres consagrados, y supieron forjar con entusiasmo y tenacidad un instrumento apto para la realización de este noble propósito”.

En particular, Juana Bigard, que se había ofrecido a la voluntad de Dios, conoció, andando el tiempo, el misterio de la cruz que había presentido: “Sufriré mucho – escribía en 1903–, pero si a este precio la pequeña semilla de mostaza debe germinar y crecer, yo sería culpable si lo rechazara”. “Desde luego –añade Juan Pablo II–, su generoso sacrificio ha sido fecundo. La Obra de San Pedro Apóstol le debe mucho, pues ella pudo desempeñar su papel y favorecer realmente el crecimiento del número de las vocaciones en las Iglesias jóvenes”.


Colecta no imperada, sí evangelizadora y solidaria

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Ya es de común conocimiento en el seno de las iglesias particulares las colectas imperadas que sirven de colaboración y sostenimiento a las diversas obras sociales y apostólicas de la Iglesia, tales como “Colecta por África”, el “Domund”, etc., muchas de ellas atienden las necesidades de los países más vulnerables, sumidos en la pobreza o carente de recursos. En esta ocasión, se nos pide una cooperación espiritual y material voluntaria, con destinación propia, al servicio de la formación de las vocaciones que surgen en las iglesias jóvenes, que aún no tienen ni número suficiente de fieles, ni equipos locales de formadores, ni condiciones edilicias, ni recursos materiales idóneos para llevar adelante el cuidado y cultivo de cada vocación. Muchas veces, la vía de solución ante la falta de recursos es derivarlos a otros países, lo que significa una experiencia de “destierro” o “desclasamiento” al realizar la formación lejos de su contexto socio-eclesial al cual se debe el futuro ministerio y misión. Recientemente me escribió el administrador del Seminario de Angola (Malanje) con la difícil situación de necesitar construir un depósito de agua, ya que la presión que llega por red pública no es suficiente para abastecer los tanques situados en el tejado de un edificio de tres pisos. Se precisan 100 bolsas de cemento para este contenedor que garantice su almacenamiento, más una bomba de agua para subirla a las cajas superiores. Este

Seminario cuenta en este año 2014 con 110 seminaristas. Visité un Seminario en Palmas (Estado de Tocantins – Brasil) donde los seminaristas no tienen ni las salas de estudio aún completadas, duermen cinco en cada cuarto, improvisando a modo de “gitanos” unas paredes divisorias con telas y paneles, y no tienen un campo deportivo en condiciones por las características del terreno. Las condiciones de precariedad están a la vista y eso revierte en una educación desfavorable que repercute en su (de)formación. Así como presentamos este caso, hay cientos de necesidades en los Seminarios Menores y Mayores, incluso en nuestro país. No será imperada esta colecta, sólo pretende ser evangelizadora y solidaria.


Que no se pierda ni una sola vocación En el último capítulo de la Exhortación “Evangelii Gaudium” del Papa Francisco, centrada en el espíritu de los evangelizadores nos dice a propósito de tener “espíritu de pueblo”: “Para compartir la vida con la gente y entregarnos generosamente, necesitamos reconocer también que cada persona es digna de nuestra entrega […] Más allá de toda apariencia, cada uno es inmensamente sagrado y merece nuestro cariño y nuestra entrega.. Por ello, si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor, eso ya justifica la entrega de mi vida”. (EG 274) Cuánta mayor alegría se obtiene cuando a quien ayudo busca ser fiel al Señor, servirle a Él en el ministerio sacerdotal o consagrado, siendo hombre o mujer en la vida religiosa. Cuánta alegría por servir a la causa de las vocaciones nativas, cuidando de la mies, siendo trabajador(a) en el campo de la Iglesia, especialmente en tierras lejanas, con una participación activa y fecunda, en la oración y en el gesto concreto y solidario. A la luz del Mensaje del Papa Francisco en ocasión de la Jornada de Oración Mundial por las vocaciones de este año nos dirá: “La vocación es fruto que madura en el terreno bien cultivado del amor de unos por los otros, que se vuelve servicio recíproco, en el contexto de una vida eclesial

auténtica. Ninguna vocación nace por si, ni vive para si. La vocación brota del corazón de Dios y germina en la tierra buena del pueblo fiel, en la experiencia del amor fraterno”. Por ello, la Obra de San Pedro Apóstol (OSPA) te invita a colaborar en el cuidado de este vergel fecundo de vocaciones, esparcidos por el mundo, especialmente en contextos desfavorables, donde se necesita un amor universal, teñido de catolicidad, en el servicio y cooperación gratuita como pueblo fiel de Dios a todas las necesidades de los Seminarios y Casas de Formación en tierras lejanas. Somos tierra buena, somos Iglesia Misionera, Somos pueblo fiel y custodio de todas las vocaciones nativas. Colaborá con la misión… colaborá con la OSPA.

(*) Secretario Nacional de la OSPA - Argentina

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Actualidad | P. Dante De Sanzzi (*)i

Clave para nuestra

misión 8

«Así como la Iglesia es misionera por naturaleza, también brota ineludiblemente de esa naturaleza la caridad efectiva con el prójimo, la compasión que comprende, asiste y promueve» (E.G. Nº 179).

E

l Santo Padre Francisco, en su Exhortación Apostólica sobre el anuncio del Evangelio en el mundo actual, nos deja varias pautas para llevar a cabo la misión del Redentor en nuestros ambientes cotidianos. El Papa nos habla a todos. Se dirige a todos los cristianos, cualquiera sea nuestra condición: religiosos, fieles laicos, agentes de pastoral, etc. Es de suma importancia para nuestra fe y nuestra posición en el mundo, la reflexión sobre los temas que nos propone esta exhortación: transformarnos para transformar, superar las crisis existenciales en la vida comunitaria, dedicarnos a anunciar la Buena Nueva que es Jesús mismo, la dimensión social del anuncio y la espiritualidad misionera, que es la espiritualidad del evangelizador. Es una buena oportunidad para detenernos a pensar y poner en prác-

tica lo que Francisco nos pide como Iglesia: testimoniar en todos los ambientes, con nuestra vida, la posición de bautizado. Achicar, a la vez, esa brecha inmensa que hay entre lo que decimos y lo que hacemos. El Papa habla por que sabe, conoce. No pocas veces recibimos denuncias de hermanos que se quejan por el testimonio misionero ya que no es tan valedero. Es abismal la distancia entre lo que imaginamos y la realidad que nos rodea. Pablo VI, decía que “nadie queda excluido de la alegría reportada por el Señor”en su Exhortación “Gozo en el Señor” del año 1975. Y a partir de esta convicción, el Papa Francisco nos impulsa a la misión. Es cierto que nadie queda afuera de la fiesta. Por eso “anunciar el gozo del Evangelio” al hermano es lo más grande que nos puede suceder y el desafío de airear nuestra fe.


Puntos de referencia para una mejor lectura Si bien remarcamos la importancia de toda la Exhortación del Sumo Pontífice a la iglesia misionera, hacemos referencia a algunos temas más sobresalientes para nuestro conocimiento e interpretación: Cap 1: La Iglesia y su transformación para la misión. En el número 24 nos empuja e incentiva la Iglesia que sale. Primerear, involucrarse, acompañar, fructificar y festejar. Elementos más que indispensables para la evangelización. Cap 2: La crisis en las comunidades. Realidad que no escapamos. El Papa Francisco nos propone algunos desafíos a asumir, principalmente el no excluir a nadie de la Buena Noticia y de una vida digna. ( Nº 53 ). Cap 3: Específicamente, debemos anunciar el Evangelio, tarea de toda la Iglesia. No es solo de algunos agentes de pastoral. A partir del número 119, nos descubrimos discípulos misioneros del Señor. Nuestro encuentro es de persona a persona ( nº 127 ). Sin oración, sin vida espiritual plena, no hay misión, no se puede llevar a cabo. Hacer todo con dulzura y respeto ( Cfr,1 Pe 3, 16 ), estar en paz con todos ( Cfr, Rm 12,21 ), no cansarnos de hacer el bien ( Cfr, Ga 6,9 ), gozar de la simpatía del Pueblo ( Cfr, Hch 2, 47; 4, 21-33 ); elementos bíblicos que toma el Papa que debemos mostrar para no quedar como “príncipes” a los ojos de los demás, sino cercanos, otros “cristos”. Hacemos la invitación a la lectura y reflexión de esta riqueza que nos regala el Señor por medio de nuestro Papa Francisco. Que sirva para crecer en nuestra vida de evangelizadores y llevar la inmensa alegría, gozo, de la salvación.

Cap 4: Aquí debemos descubrir la dimensión misionera en la sociedad, la promoción y dignidad humana del pobre y de todo hombre de buena voluntad. El número 187 de este capítulo nos ayuda a reflexionar con textos bíblicos sobre la solidaridad hacia el prójimo. Cap 5: La espiritualidad del misionero, enviado del Padre a dar vida y fruto en abundancia. Evangelizar con espíritu y generosamente. Recomendable para nuestra espiritualidad el número 279 de este capítulo.

Dejamos estos elementos de lectura. Esperamos ir descubriendo nuestro quehacer misionero en todos los ambientes y a lo largo de nuestra vida cristiana.

Que luego de esta lectura sintamos lo de los discípulos misioneros del Señor en su Iglesia naciente: “No podemos callar lo que hemos visto y oido”.

(*) Director Nacional de las OMP - Argentina

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Propagación de la Fe | P. Abel Iglesias Cortina, sdb (*)

La cuaresma son cuarenta días de gracia en los que Jesús nos invita a ir con Él al desierto: a entrar dentro de nosotros mismos, a luchar contra las tentaciones y a encontrarnos con el rostro misericordioso de Dios manifestado en Cristo Jesús, muerto y resucitado por nuestra salvación, y presente en el hermano que sufre.

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Es un tiempo para intensificar tres realidades esenciales de la vida cristiana: la conversión, la oración y el testimonio. Nosotros experimentamos muchas tentaciones que nos impulsan a buscar el camino fácil, egoísta, materialista. Absolutizamos el propio yo, el poder, el prestigio, el dinero, el placer, sin abrirnos a los valores verdaderamente importantes. Los invito a reflexionar sobre las tentaciones que hoy particularmente afectan a los agentes pastorales, tomando como guía la exhortación apostólica “Evangelii gaudium” del Papa Francisco; a fin de discernir con criterios evangélicos cuáles son los desafíos que podemos proponernos en esta cuaresma como objetivos para nuestras propias decisiones y de la comunidad eclesial a la que pertenecemos

Tentaciones

Desafíos

1. Crisis de identidad

1. Entusiasmo misionero

2. Acedia egoísta

2. Alegría evangelizadora

3. Pesimismo estéril

3. Esperanza

4. Aislamiento

4. Comunidad

5. Consumismo espiritual

5. Espiritualidad

6. Mundanidad espiritual 6. Evangelio

7. Envidias

7. Fraternidad

Muchos agentes pastorales sufren una especie de complejo de inferioridad y ocultan su identidad cristiana buscando ser como todos y poseer lo mismo que tienen los demás. Viven la misión como un apéndice de su vida y no como parte de la propia identidad.

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“Este relativismo práctico es actuar como si Dios no existiera, decidir como si los pobres no existieran, soñar como si los demás no existieran, trabajar como si quienes no recibieron el anuncio no existieran” (EG 80)

«¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero!»


Muchos agentes pastorales cuidan con obsesión sus espacios personales y tratan de escapar de cualquier compromiso que les pueda quitar su tiempo libre. Quedan inmersos en una acedia paralizante: cansancio interior, flojedad, pereza espiritual.

“la conciencia de derrota que nos convierte en pesimistas quejosos y desencantados con cara de vinagre.” (EG 85)

“El problema no es siempre el exceso de actividades, sino sobre todo las actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad que impregne la acción y la haga deseable.” (EG 82)

Los males de este mundo y los de la Iglesia no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega. Estamos llamados a ser “personas-cántaros” para dar de beber a los demás en aquellos ambientes donde se produjo una desertificación espiritual.

Desilusionados con la realidad, con la Iglesia o consigo mismos, viven sin esperanza y sin experimentar la tarea evangelizadora como una respuesta alegre al amor de Dios que nos convoca a la misión y nos vuelve plenos y fecundos.

“En el desierto se necesitan sobre todo personas de fe que, con su propia vida, indiquen el camino hacia la Tierra prometida y de esta forma mantengan viva la esperanza.” (EG 86)

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«¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!»

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Una de las tentaciones más serias de los agentes pastorales es

Una mirada realista no debe significar una menor confianza en el Espíritu Santo ni menor generosidad apostólica.

«¡No nos dejemos robar la esperanza!»

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Hoy, el desarrollo de las comunicaciones no se traduce aún en un crecimiento de las relaciones interpersonales. Permanecen la sospecha, la desconfianza, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas.

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“El Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo”. (EG 88) Tenemos que crecer en una experiencia de fraternidad que nos ayude a descubrir la grandeza sagrada del prójimo, la alegría de vivir juntos, de encontrarnos, de ser solidarios, de valorarnos y aceptarnos. “Salir de sí mismo para unirse a otros hace bien.” (EG 87)

«¡No nos dejemos robar la comunidad!»

(*) Secretario Nacional de la Propagación de la Fe - Argentina


La vuelta a lo sagrado que caracteriza a nuestra época es un fenómeno ambiguo. Muchos terminan engañados por propuestas alienantes que no dan gloria a Dios ni humanizan. Se reducen a una búsqueda interior inmanentista sin compromisos fraternos.

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“Un desafío importante es mostrar que la solución nunca consistirá en escapar de una relación personal y comprometida con Dios que al mismo tiempo no nos comprometa con los otros.” (EG 91)

«¡No nos dejemos robar la verdadera espiritualidad!» La mundanidad espiritual es buscar, en lugar de la gloria de Dios, la gloria humana y el bienestar personal, en una apariencia religiosa vacía de Dios.

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“Quien ha caído en esta mundanidad mira de arriba y de lejos, rechaza la profecía de los hermanos, descalifica a quien lo cuestione, destaca constantemente los errores ajenos y se obsesiona por la apariencia.” (EG 97) Este inmanentismo antropocéntrico puede alimentarse, al igual que en los primeros siglos del cristianismo de dos maneras:

La mundanidad asfixiante se sana dejándose conducir por el Espíritu Santo y poniendo a la Iglesia en movimiento de salida de sí.

«¡No nos dejemos robar el Evangelio!»

Lamentablemente en el mundo y en nuestras comunidades se observan: envidias, celos, odios, divisiones, calumnias, venganzas, deseos de imponer las propias ideas.

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El Papa Francisco nos exhorta a amarnos los unos a los otros y a dar un testimonio de comunidades auténticamente fraternas y reconciliadas. “Todos tenemos simpatías y antipatías, y quizás ahora mismo estamos enojados con alguno. Al menos digamos al Señor: «Señor yo estoy enojado con éste, con aquélla. Yo te pido por él y por ella». Rezar por aquel con el que estamos irritados es un hermoso paso en el amor, y es un acto evangelizador.” (EG 101)

«¡No nos dejemos robar el ideal del amor fraterno!»

a) el gnosticismo: fe encerrada en el subjetivismo donde sólo interesan una serie de conocimientos que iluminan y reconfortan.

El mal existe. También dentro de nosotros. Aún con la dolorosa conciencia de las propias fragilidades hay que seguir adelante.

b) el neopelagianismo autorreferencial y prometeico de quienes sólo confían en sus propias fuerzas y se sienten superiores a otros por cumplir determinadas normas.

Invoquemos a Dios con humildad, para que nos fortalezca en nuestra debilidad y nos ayude a seguir el camino pascual de Jesús para ser discípulos-misioneros: testigos creíbles del Evangelio de la alegría. (*) Secretario Nacional de la Propagación de la Fe


Actualidad | Favio Rosso (*)i

María es madre, comprende y ayuda, pidamos su protección

31 de Mayo / María Reina de las Misiones

Historia de la devoción

Significado de la imagen

El título de “Reina de las Misiones” parece que surge en la primera mitad del siglo XX. En España los Misioneros Vicentinos del 1935 al 1956 publicaron una revista llamada “Reina de las misiones”, donde se dice que ya en los años 30, María fue honrada con el título. Sin embargo, su inclusión en los títulos oficiales marianos de la Iglesia es más tardío. En la invocación a la Virgen en los documentos misioneros modernos del siglo XX, escritos por Benedicto XV (carta apostólica Maximum illud, 1919), Pío XI (Encíclica Rerum Ecclesiae, 1926) y Pío XII (Encíclica Fidei Donum, 1957) María es llamada siempre “Reina de los Apóstoles”, sólo en la encíclica Princeps Pastorum de Juan XXIII, en 1959, es invocada como “Reina de las Misiones”.

El color de su vestuario, coronada de estrellas: la mujer del Apocalípsis, vestida del sol.

María es Reina de las Misiones, porque ella fue la primera misionera, aún antes que el mismo Cristo, al llevarlo en su seno y darlo a conocer al mundo. Estuvo presente en el comienzo de la misión en Pentecostés, junto a los Apóstoles, acompañó a lo largo de toda la historia el camino heroico de los misioneros, y hoy continúa dando a conocer a su Hijo a los hombres. Ella es también guía y modelo de los misioneros, por eso es llamada también "Estrella de la Evangelización"

Las 12 estrellas como una corona alrededor de su cabeza, representan a los doce apóstoles en el cénaculo y María es la estrella de la Evangelización El globo en las manos es la tierra nueva, el reino del amor porque este globo tiene encima una cruz. Y María ofrece este mundo renovado a Dios. Ella nos dice que el reino del amor es posible, y que dar testimonio de Cristo es ponerse al servicio de los demás por amor. En María vemos el mundo renovado por el amor (Ecclesia de Eucharistia 62) La media tierra bajo sus pies simboliza la realeza de María sobre el mundo. Es el globo terrestre y simboliza la universalidad del reinado de María, que se extiende en todo el ámbito del reino de Cristo. La serpiente que es pisada por María simboliza la constante lucha contra el mal que vivimos en nuestro mundo (las guerras, la corrupción, el pecado), pero con la certeza que tenemos la fuerza para vencerlo, y en María podemos encontrar esa fuerza.

Su fiesta se celebra el 31 de Mayo, fiesta litúrgica de la Visitación, cuando la Virgen realiza su primer “peregrinar misionero” saliendo de su tierra de Nazareth, para ir al encuentro de su prima Isabel, y “lleva a Jesucristo” en su seno, para darlo a conocer a su prima. De esta manera, María se convierte en la primera misionera en llevar a Jesucristo "más allá de las fronteras". Nos dice el Hno. Angel Duplés f.m. “cuando imagino a María misionera la veo en camino a visitar a su prima..” para agregar “Es parte de la experiencia misionera arriesgar, abrirse a lo desconocido, pasar por la incertidumbre de las dudas. Pero María siempre acompaña las cosas de Dios. Que ella como Reina de las Misiones, acompañe nuestro andar misionero”. María es Reina de las Misiones, porque ella estuvo presente en el comienzo de la misión, en Pentecostés, junto a los Apóstoles, cuando nacía la Iglesia misionera. "Ella presidió con su oración el comienzo de la evangelización bajo el influjo del Espíritu Santo" (EN 82). (*) Secretario de Comunicación y Prensa de las OMP - Argentina

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Curso de Misionología 2014 | Mons. Vicente Bokalic Iglic CM (*)

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os apóstoles, vienen de su primera misión. Jesús les llamo para “estar con Él y para enviarles después a la misión. No estaban totalmente formados. Podríamos decir que tenían el “ABC” del discipulado misionero. Cuentan a Jesús lo que han hecho, porque tienen clara conciencia de que están cumpliendo una misión recibida de Él. Son conscientes que el centro es Jesús. El tomo la iniciativa en todo este proceso que se está iniciando. Por ello comparten lo que hicieron, sus sentimientos, sus encuentros con la gente. Perciben en su corazón que la obra es de Jesús. Luego Jesús hace notar la necesidad de que descansen con Él, la importancia de apartarse juntos a un lugar solitario; lugar y espacio para estar más tranquilos, de mayor intimidad y posibilidad de un encuentro más profundo con el Maestro: tanto en lo personal como en lo comunitario. A Jesús le interesa que sus discípulos estén bien, incluyendo el descanso. Este tiempo “tiempo y espacio para descansar” es para Jesús, el iniciador de todo este movimiento, algo fundamental en la vida de sus discípulos y de todos los que continuamos su obra. La experiencia de la “primera misión” marco a los discípulos: la alegría de ser discípulos del Maestro, el ver la gracia del Señor que los acompañaba, los signos del Reino del que eran portadores e instrumentos para la gente, prioritariamente de los pobres y abandonados. “El descanso con Jesús” les ayudaría interiorizar todo lo vivido, para confirmarlos en el llamado y en la misión. Corrían el riesgo como nos pasa a todos que esta misión primera convierta en un fuego fugaz, en un entusiasmo pasajero y después se apague y quede como un lindo recuerdo. El descanso en el Señor y con El iba a profundizar en su vocación discipular y misionera.

Pero hay una sorpresa: la gente busca a Jesús. La compasión ante los reclamos de la gente puede más que la necesidad de descanso, tranquilidad, soledad e intimidad. Jesús había llevado a los discípulos a descansar, pero termina pidiéndoles que repartan el pan a la gente. Jesús les hace descubrir así que ellos son instrumentos para el Reino de Dios, y que muchas veces deberán renunciar a sus propios planes, a la comodidad y al descanso planificado, si las urgencias de los demás así lo exigen. Esta experiencia en el inicio de la misión de los discípulos nos hace pensar algo que nos decía el Papa Francisco en la exhortación apostólica y que le llama “la acedia egoísta”, una de las tentaciones de los agentes pastorales. “El problema no es siempre el exceso de actividades, sino sobre todo las actividades mal vividas, sin las motivaciones adecuadas, sin una espiritualidad que impregne la acción y la haga deseable. De ahí que las tareas cansen más de lo razonable, y a veces enfermen. No se trata de un cansancio feliz, sino tenso, pesado, insatisfecho y, en definitiva, no aceptado. Esta acedia pastoral puede tener diversos orígenes. Algunos caen en ella por sostener proyectos irrealizables y no vivir con ganas lo que buenamente podrían hacer. Otros, por no aceptar la costosa evolución de los procesos y querer que todo caiga del cielo. Otros, por apegarse a algunos proyectos o a sueños de éxitos imaginados por su vanidad. Otros, por perder el contacto real con el pueblo, en una despersonalización de la pastoral que lleva a prestar más atención a la organización que a las personas, y entonces les entusiasma más la «hoja de ruta» que la ruta misma. Otros caen en la acedia por no saber esperar y querer dominar el ritmo de la vida. El inmediatismo ansioso

(*) Obispo de Santiago del Estero y Presidente de la Comisión Episcopal de Misiones


de estos tiempos hace que los agentes pastorales no toleren fácilmente lo que signifique alguna contradicción, un aparente fracaso, una crítica, una cruz”. E.G. 82 ¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora! Jesús les lleva a un lugar para reparar sus fuerzas, pero quiere recordarnos que el amor al hermano siempre puede más que nuestras necesidades inmediatas. Es alguien que sabe cambiar ante el clamor de la gente. Es que su corazón estaba ardiendo en caridad y la compasión que siente por el pueblo pobre y herido, que le busca a tiempo y destiempo, le hace actuar e invita a sus discípulos acompañarle en este sorpresivo encuentro. El gran peligro que corremos en tiempos actuales –y no estamos exentos los agentes pastorales es reservarnos “nuestros tiempos, planes, espacios de aislamiento” cerrándonos a las sorpresas, llamadas y necesidades de la gente. “El ideal cristiano siempre invitará a superar la sospecha, la desconfianza permanente, el temor a ser invadidos, las actitudes defensivas que nos impone el mundo actual. Muchos tratan de escapar de los demás hacia la privacidad cómoda o hacia el reducido círculo de los más íntimos, y renuncian al realismo de la dimensión social del Evangelio” E.G. 88 Jesús, se hace cargo de la soledad y desamparo de la gente. “el Evangelio nos invita siempre a correr el riesgo del encuentro con el rostro del otro, con su presencia física que interpela, con su dolor y sus reclamos, con su alegría que contagia en un constante cuerpo a cuerpo. La verdadera fe en el Hijo de Dios hecho carne es inseparable del don de sí, de la pertenencia a la comunidad, del servicio, de la reconciliación con la carne de los otros. El Hijo de Dios, en su encarnación, nos invitó a la revolución de la ternura.” E.G. 88 Solo un corazón lleno del amor de Jesús, que “se compadece ante el dolor de la gente” puede superar cambios y estar abiertos a las sorpresas de nuestro caminar. El que sabe integrar armoniosamente los tiempos de contemplación y acción misionera en una unidad vital puede responder con alegría, con generosidad y disposición ante “tantas ovejas que andan desorientadas y desoladas. Es que viene hacia nosotros el mismo Jesús que sufre necesidades y espera de nosotros. “Hace falta ayudar a reconocer que el único camino consiste en aprender a encontrarse con los demás con la actitud adecuada, que es valorarlos y aceptarlos como compañeros de camino, sin resistencias internas. Mejor toda-

vía, se trata de aprender a descubrir a Jesús en el rostro de los demás, en su voz, en sus reclamos. También es aprender a sufrir en un abrazo con Jesús crucificado cuando recibimos agresiones injustas o ingratitudes, sin cansarnos jamás de optar por la fraternidad”. E.G. 91. En tiempos que estamos invitados a ser pioneros de la Nueva Evangelización, que entre nosotros le llamamos “misión continental” el testimonio de ello es la vida entregada de la Madre Teresa de Calcuta, el Beato Cura Brochero y de tantos otros que optaron por realizarse en el servicio generoso más que en el cuidado de sí mismos, y en el mismo gozo de servir hallaron su descanso. Esto nos invita a todos a tratar de no separar demasiado el trabajo del descanso y de la espiritualidad. Lo mejor será siempre intentar estar a gusto en el trabajo y en el servicio, y allí mismo encontrar el gozo, el amor y la fuerza de Dios. En este sentido podríamos contextualiar el curso de misionología: tiempo privilegiado para “estar con el Señor” y revestirnos de sus sentimientos, de su ardor por el Reino, de su amor afectivo y efectivo por la misión. Revestirnos y conformarnos con un amor como el de Jesús: que estaba siempre atento a las necesidades y clamor de los pobres. Esta síntesis de “tiempos de descanso, estudio, reflexión, interiorización debe llevarnos a un compromiso renovado, cotidiano, permanente de servicio evangelizador-misionero de nuestro pueblo que nos espera y que muchas veces “camina como ovejas que nos tienen pastor”. Que el Señor nos conceda este espíritu de “compasión” que nos lleva salir de nosotros para gastar nuestra vida sirviendo a nuestros hermanos, de modo prioritario los pobres, los excluidos, los olvidados, los “sobrantes de nuestra sociedad”.

Hna. Sonia Zbrun, Directora del Centro; Ramón Soto de las OMP Venezuela y Mons. Vicente Bokalic Iglic CM

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Argentina: Asamblea Nacional de los Directores Diocesanos de OMP Como es habitual, comenzando el año, se reunieron los Directores Diocesanos de Obras Misionales Pontificias de las diferentes Diócesis de Argentina. Durante la Asamblea, entre otras actividades, se llevó a cabo la presentación de los proyectos de la Infancia y Adolescencia Misionera para este año. Esta obra ya cumplió 170 años, ya que el 19 de Mayo de 1843, su fundador, Monseñor Forbin-Janson llevó a la práctica el sueño que Dios puso en su corazón: ayudado por los propios niños de su diócesis, fundó una obra que tiene como fin ayudar espiritualmente (con el rezo del Ave María diario) y materialmente (con el aporte de una monedita al mes), a los niños necesitados del mundo entero. Hace 170 años, la humildad y la generosidad dieron comienzo a esta Obra maravillosa esparcida por el mundo . Hoy, la IAM, presente en todos los continentes, celebra con alegría su aniversario con un año jubilar que comenzó el 19 de Mayo del año pasado y que culminará el 19 de Mayo de 2014, con un encuentro de animadores americanos en Aparecida, Brasil. Durante todo este año, en Argentina, desde la realidad cotidiana, se dio espacio a la oración, a la formación, a la animación y se hicieron esfuerzos para que la colecta material crezca y llegue a más niños y adolescentes necesitados. Se propuso vivir estas instancias desde la comunión entre las diócesis y las regiones, como fruto del sueño del fundador: ser amigos de todos los niños y adolescentes del mundo. También se hizo referencia a la Pontificia Unión Misional y al Centro de Misionología para el Cono Sur "Juan Pablo II". Esta obra misional, tiene como tarea la formación y animación misionera de los sacerdotes, miembros de los Institutos de vida consagrada y Sociedades de vida apostólica, de los laicos consagrados, de los seminaristas y aspirantes a la vida religiosa en todas sus formas, así como de todos los que de algún modo están implicados en el ministerio pastoral de la Iglesia. La P.U.M. se dirige a todos los que son llamados a trabajar para que el Pueblo de Dios esté impregnado de espíritu misionero y de fuerte sensibilidad hacia la cooperación misionera. De la vitalidad de la P.U.M. depende en gran parte el buen resultado de las otras OMP: es como el “alma de las demás Obras Misionales Pontificias”, decía Pablo VI.

Nuevo Secretariado Nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera Parte del nuevo Secretariado Nacional de la IAM se reunió en la Sede Nacional de OMP Argentina. El mismo está integrado por Ana Brunini (región Litoral), Estela Oszust (región Patagonia- Comahue), Erika Colque (región Buenos Aires) y Silvina Caputo (región Buenos Aires). La Secretaria Nacional de la IAM, Hna. Sandra Mazzanti, manifestó: “Agradecemos a Dios la riqueza recibida del Secretariado anterior en la comunión fraterna, el acompañamiento a los animadores, la cercanía y presencia. Sobre estas huellas, pondremos nuestros pies para continuar con AUDACIA y ALEGRÍA el servicio misionero de animar y acompañar a los niños, adolescentes y animadores de la IAM. Deseamos compartir nuestro carisma misionero “más allá” de las fronteras de la IAM para contagiar a otros la alegría de ser misioneros de Jesús”. ¡Qué Dios siga transformando nuestra vida en misión! ¡de los niños y adolescentes del mundo, simpre amigos!

El Centro de Misionología, ofrece desde el año 1982 un Curso de Misionología, a los agentes de pastoral de Argentina y de otros países, que deseen profundizar su compromiso como discípulos misioneros de Jesús al servicio de toda la Iglesia. Por regiones, se dialogó sobre aquellos servicios que necesitan ser reforzados este año y se hicieron diversas propuestas y comentarios. ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS -


ESAM II Región Buenos Aires: una Escuela de Amor y Servicio “Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija o la oculta debajo de la cama,sino que la pone en un candelero para que los que entren vean la luz” Lc.8, 16. Del 25 al 30 de enero de 2014 se realizó en la región Buenos Aires la segunda Escuela de Animadores Misioneros (ESAM II), concluyendo así el ciclo de formación comenzado en febrero de 2013. Esta vez la diócesis anfitriona fue Merlo-Moreno. Veinte animadores de las diócesis de: Avellaneda-Lanús, Lomas de Zamora, Quilmes, Laferrere, San Miguel,San Justo, San Nicolás y Santa Fe fueron recibidos en la casa de Retiros de los Scalabrinianos.

Equipo Nacional de Animación de Grupos Misioneros y Jóvenes - OMP Nuestra tarea es Sostener y acompañar la vocación misionera de los Grupos Misioneros de Argentina Entre los servicios que tiene este equipo que depende de la Obra Pontificia de la Propagación de la Fe, mencionamos: Sostener y acompañar la vocación misionera de los Grupos Misioneros, acompañando y trabajando en estrecha comunión con los equipos tanto regionales como diocesanos que están al servicio de los Grupos Misioneros. Ayudar a despertar la conciencia misionera universal de los Grupos Misioneros suscitando interés por la evangelización universal.

La formación que propone la escuela es integral: charlas teóricas, talleres, servicios, espacios de animación, entre otros. La escuela se vive como un verdadero espacio de encuentro entre amigos que se reúnen para crecer juntos y compartir el amor de Dios que nos congrega en su presencia. Las risas, la contemplación, los bailes, las oraciones, las comidas resultan espacios de comunión fraterna en donde Jesús nos regala su presencia y bendición. Fue enorme la riqueza del intercambio y el compartir constante con el otro. Se experimentó una verdadera comunión, un real sentido de lo que es la Iglesia de Cristo y se crearon vínculos de amistad que trascienden cualquier frontera. María Victoria Limongelli y María Florencia Casali, animadoras de la diócesis de Lomas de Zamora, manifestaron: “La ESAM nos ha brindado una enorme cantidad de recursos y herramientas para el trabajo diario en nuestros grupos de Infancia y Adolescencia Misionera, en la comunidad parroquial y en la diócesis. Fue un espacio que nos permitió pensar proyectos e iniciativas concretas para trabajar nuestras realidades”.

Favorecer y crear espacios comunes de encuentro, reflexión y formación para los Grupos Misioneros en el ámbito regional y nacional. Acompañar a los Delegados Diocesanos de los GM y a sus respectivos Equipos. Estimular la reflexión común, sugerir iniciativas y proponer orientaciones generales a seguir en la animación y acción misioneras de los Grupos Misioneros. Con esta misión por delante, se llevó a cabo en la Sede Nacional de OMP, los días 22, 23 y 24 de marzo el Encuentro Anual de Delegados Diocesanos de Grupos Misioneros. gmisioneros@ompargentina.org.ar www.facebook.com/ENAGMyJ ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS - ECOS MISIONEROS -

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a historia del pueblo copto se remonta a tiempos del antiguo Egipto. Los miembros de la iglesia copta consideran que muchos de sus ascendientes fueron constructores de las pirámides. Sus antepasados más cercanos se convirtieron al cristianismo en el año 42 DC., en el siglo I, y a través de los años conservaron su religión, a pesar de la conquista musulmana de Egipto 600 años más tarde. De esta manera, el perfil del país se fue transformando hasta adquirir notas distintivas árabes y musulmanas.

Según la historia, después del año 451, hubo un grupo de cristianos que rechazaron separarse de la iglesia católica. Ellos, se transformaron en el núcleo de la iglesia copta católica en Egipto. El Patriarcado copto católico dará sus primeros pasos en el año 1899. Hace más de 100 años que la iglesia copta católica es reconocida.

El término copto hace referencia a los egipcios que profesan la fe cristiana, ya sea en la Iglesia Copta Católica, o en la Iglesia Ortodoxa Copta, dando el significado de

La lengua copta, actualmente es usada en la liturgia y es enseñada en algunas parroquias coptas ortodoxas.

“egipcio cristiano”. Históricamente, “copto” significaba “egipcio” antes de la invasión de los árabes en ese territorio.

Los cristianos coptos, católicos y ortodoxos, representan el diez por ciento de los más de 80 millones de habitantes de Egipto, y aunque su fe está reconocida por el gobierno, las manifestaciones religiosas fuera de las iglesias, no son habituales y no están permitidas. La Semana Santa en Egipto conserva la devoción de los orígenes. Coptos católicos y ortodoxos se unen para celebrar la resurrección del Mesías.

¿Cómo celebran la Pascua? Compartiré con ustedes, las celebraciones acompañadas de gestos y símbolos que marcan en pro-

fundidad la riqueza de la iglesia copta en Egipto. La experiencia de compartir en la comunidad las diversas liturgias, me ha introducido en la dinámica de la contemplación para ahondar el misterio de la salvación.


Pascua | Hna. Sandra Mazzanti (*)

Domingo de Ramos Miles de coptos egipcios católicos y ortodoxos concurren a las iglesias para celebrar el Domingo de Ramos, y así dar inicio a la «Semana de los Dolores». Desde el viernes, numerosos comerciantes venden ramos delante de las iglesias. Éstos pasaron mucho tiempo elaborando collares, anillos y cruces con hojas de palma. Los niños, que esta mañana participan de la misa llevando los ramos de palma en forma de cruces y decorados con flores. Es una celebración muy especial, que se vive en familia. En el barrio popular de Zeitoun, se

unen en esta celebración egipcios coptos católicos y sudaneses. Distintos ritos y diversas maneras de celebrar y prepararse para la semana más importante en la vida de los cristianos. Al término de la misa, en la parroquia copta católica de la “Sagrada Familia” con cánticos en árabe, los fieles, y en especial los niños ubicados delante del altar levantan los ramos para que el sacerdote los bendiga con el agua bendita.

Para el rito copto, este gesto para recordar la entrada de Cristo en Jerusalén es la última expresión de alegría, antes de que los cristianos comiencen esta misma tarde a vivir paso a paso la pasión de Jesucristo con liturgias y abstinencia de comida durante toda la Semana de los Dolores.

La Semana de los Dolores

19 Es la más importante del año y con ella termina un ayuno de 55 días, en el que no se puede comer ningún producto de origen animal.

Después de la celebración del Domingo de Ramos hasta el día Jueves Santo inclusive, las familias y en especial los niños que van a las escuelas católicas participan de “la Paskha”. Las actividades en las escuelas tienen previsto y organizado este tiempo de recogimiento y oración preparado por algún diácono de la iglesia.

hasta el sábado a la madrugada. Las personas ancianas se visten de negro y a veces se niegan a participar en alguna actividad de ocio. Durante este tiempo, se invita a vivir el silencio en las casas de familia, signo de acompañar en los sufrimientos a Jesús.

que se vive durante la Semana de los Dolores.

La Paskha Es el momento de oración diario, donde se rezan algunos salmos. Durante la Semana de los Dolores los cristianos egipcios van a la iglesia para evocar el sufrimiento de Jesús hasta su crucifixión, para luego revivir la alegría por su resurrección el domingo. Durante esta semana, los fieles recuerdan los dolores de Jesucristo día a día. No se celebra la Eucaristía

El día jueves se realiza el gesto del lavatorio de los pies. Participan los niños de las parroquias y los diáconos, manteniendo el mismo espíritu

El día viernes, las imágenes y el altar se cubren con telas de color negro, significando la muerte del Mesías. Las iglesias permanecen abiertas para que los fieles se acerquen a rezar y a participar del sacramento de la reconciliación. Por al tarde, la oración se inicia con un gran pedido de perdón dirigido a Dios. Las fami-


lias participan de esta larga oración, donde se pide 50 veces perdón a cada uno de los cuatro puntos cardinales. Con este gesto de arrepentimiento, la oración va sumergiendo a la comunidad en un clima profundo, donde el incienso acompaña el ritmo de la oración. Para finalizar, somos invitados a mojar nuestros labios con una mezcla de cenizas y vinagre. Culmina este momento en silencio. El día sábado a la mañana, grupos de niños y jóvenes de las parroquias y escuelas se reúnen para visitar hospitales, familias pobres y hogares de

niños para visitarlos. De esta manera comparten los alimentos y la ropa, fruto del sacrificio del gran ayuno de Cuaresma. El sábado a la noche, las familias participan de la Eucaristía que inicia aproximadamente a las 21 horas hasta la madrugada del día domingo. Durante la liturgia de la Palabra se lee todo el Antiguo Testamento. La liturgia copta “hace memoria” de la historia de salvación del Pueblo de Dios. La lectura del Evangelio es “el anuncio” de la resurrección del Mesías, quien “nos pone de pie”, según la traducción de

la palabra “resurrección” en árabe. Iluminados exclusivamente con velas, los fieles oran al unísono hasta que se encienden las luces de la iglesia, y el rezo se rompe por el júbilo de los aplausos. El Señor ha resucitado, exclaman los fieles, y el ayuno llega su fin. Cada familia, como signo de esta nueva vida, se viste de fiesta con la ropa nueva que fue comprada a lo largo del tiempo de ayuno y abstinencia.

Preparación de platos típicos

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En los últimos días de la Semana de los Dolores, los coptos preparan una larga lista de platos típicos para romper la abstinencia después de una misa especial, que se celebrará la próxima noche del sábado al domingo. Después de la medianoche del Sábado de Gloria, las familias se reú-

nen para cenar, empezando con la "Tarbeia", una sopa de arroz especial acompañada con carne. Tampoco faltan los tradicionales platos de "Fatta", arroz con ajo y tomate con trozos de carne, y las hojas de parra rellenas de arroz y carne, siempre acompañadas de vino.

Domingo de Resurrección El Domingo de Resurrección marca el final de la Semana de los Dolores, que los cristianos coptos de Egipto celebran con devoción en comunidad y en familia. Algunos, invitan a niños huérfanos y ancianos que viven solos para compartir la fiesta de la resurrección. Se reúnen alrededor de la mesa y disfrutan abundantes platos de carne y pescado. También se sirve en la mesa familiar las pastas de azúcar glaseada, conocidas como "Kahk", típicas de cualquier celebración religiosa egipcia, sea cristiana o musulmana.

Es muy común, el domingo a la tarde, ver a las familias reunidas en el patio de la parroquia conversando, mientras los niños y jóvenes juegan y se divierten. Las liturgias, el ayuno y las reuniones familiares son los que marcan la Pascua copta, una festividad que se celebra sin ninguna manifestación pública en la calle, ya que para el resto de los ciudadanos son días laborales normales. Este año, los coptos católicos y ortodoxos celebrarán la Pascua el 20 de abril.

(*) Secretaria Nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera


Sham el-Nessim :

‫شم النسيم‬

La celebración de la vida que se renueva cada año, es una ocasión para reunir y festejar como pueblo egipcio, más allá de las diferencias de la religión. La identidad egipcia se basa en un pilar muy fuerte: el saberse descendientes de la civilización de los faraones. La cultura, la vida y las fiestas populares son el “espacio sagrado” para reunirse como pueblo. El Sham el –Nessim es una fiesta nacional que anuncia la llegada de la primavera “Shemu”. Su origen remonta a la época de los faraones, quienes ofrecían a sus dioses pes-

cado salado, lechuga y cebollas. El nombre de la celebración hace referencia a la creación. Se celebra cada año el lunes de Pascua. Este año, esta fiesta se celebrará el 21 de abril. Durante varios días, el gobierno decreta feriado para que todos los egipcios puedan celebrar «la vida nueva» que llega

con la primavera.

¿Cómo celebran los egipcios? Bendice Señor, las aguas del Nilo, las semillas y los productos de la tierra, en favor de los pobres, las viudas, los huérfanos, los extranjeros, los trabajadores de todos los lugares y de todos aquellos que ponen su confianza en Ti e invocan Tu Nombre, porque todos tienen La comida típica son los huevos los ojos puestos en Ti, Tú eres el hervidos, el « fessikh » (pescado que que otorga el alimento en todo moCristianos y musulmanes salen a las plazas y lugares públicos para compartir la alegría de esta celebración llena de vida. Cada año, 50 millones de personas de todo el país se congregan para festejar el Sham el Nessim.

fue preparado y conservado en frascos con sal durante algunos meses). Los niños son los encargados de pintar y decorar los huevos el día anterior a la fiesta. La vida se renueva en la creación y en cada una de las personas. La comunidad copta celebra la resurrección como un “ponerse de pie” para seguir anunciando implícitamente, en la vida cotidiana, con gestos sencillos y de cercanía, que Dios está presente y nos regala la vida.

21 mento, sácianos según tu bondad. Tú que das el alimento para el cuerpo, inunda nuestros corazones de alegría y paz, para que habiendo obtenido lo necesario en todas las cosas, crezcamos haciendo buenas obras. (Oración que se reza antes de finalizar la Eucaristía)


Reflexión | Hna. Sonia María Zbrun HdM (*)

con los mismos sentimientos de

CRISTO JESÚS 22 Los discípulos misioneros de Jesús estamos invitados a confiarnos a Él y a sentirnos contentos por todos sus regalos, a estar disponibles para comunicar su vida poniéndonos al servicio de la vida (cfr. DA 353)

Jesús es manifestación de la Misericordia del Padre que nos transforma la vida. Nada hay más significativo y más noble que descubrirnos muy queridos, profundamente amados por el Padre. En Jesús amigo de los pobres y publicanos, aprendemos a vivir con sentimientos de compasión y ternura. Descubrimos que nuestra actividad misionera más brillante es, paradójicamente, la que no se ve pero que se realiza en forma contundente y radiante en los gestos

concretos de amor sin cálculos y sin doblez en lo cotidiano y sencillo de la vida del caminar en discipulado misionero. Como escribe el Papa Francisco una pastoral en clave misionera no se obsesiona por la transmisión desarticulada de una multitud de doctrinas que se intenta imponer a fuerza de insistencia. Cuando se asume un objetivo pastoral y un estilo misionero, que realmente llegue a todos sin excepciones ni exclusiones, el anuncio se concentra en lo esencial, que es lo más bello, lo más grande, lo más atractivo y al mismo tiempo lo más necesario. (Cfr. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium 35) Si algo tiene que inquietarnos y preocupar nuestra conciencia, es que tantos hermanos nuestros vivan sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de Fe que los contenga, sin

un horizonte de sentido y de vida. Jesús nos repite sin cansarnos “Denles ustedes de comer!” (Mc 6, 37) Salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo!. Estamos llamados a compartir la Fe, a expresarnos desde un corazón moldeado en la contemplación y el servicio hasta tener los mismos sentimientos de Jesús misericordioso (Cfr. Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium 49). La vida, el mensaje, el proyecto de Jesús, en su misterio hondo de encarnación, se concentra en su compasión que evidencia su misión de enviado por el Padre como revelación de la Misericordia de Dios. Él la encarna y personifica. (cfr. DM 2, 3, 7) Se convierte en signo legible de Dios que es Amor. Es entonces la Misericordia la fuerza constitutiva de la misión porque Él comparte todos los momentos y adversidades de nuestro existir. Asume nuestra realidad amorosamente. Todas las manifestaciones de Dios en cada pueblo y en cada cultura y religión, son expresiones de quien es


“rico en Misericordia” (Ef 2, 4) “Dios que es Amor, no puede revelarse de otro modo” (DM 13) Los discípulos misioneros de Jesús somos invitados a practicar este mismo amor misericordioso para mostrar que somos “hijos del Padre Celestial que hace salir el sol sobre buenos y malos” (Mt. 5, 45) El corazón está abierto para todos y las manos generosamente muestran la donación, el trabajo servicial, gratuito y fiel. Muchos misioneros lo viven. Muchas vidas ejemplares nos sostienen como la de San Francisco Javier, Santa Teresita, Santa María Josefa Rossello, Pablo Manna, Juan Pablo II, la Madre Teresa de Calcuta, tantos laicos, religiosas, religiosos, sacerdotes misioneros de humilde entrega total. La misión de Jesús de evangelizar a los pobres tiene sentido de apertura a toda necesidad humana puesto que ha venido a dar su vida como rescate por todos (Mt 20, 28) Las otras ovejas, que todavía no forman parte de su rebaño son también suyas “Tengo otras ovejas y es ne-

cesario que yo las traiga” (Jn 10, 16). La misión que Jesús ha confiado a los suyos, a su Iglesia, a nosotros, es la de anunciar esta Misericordia de un Dios que ha querido compartir amorosamente nuestro existir con la colaboración de instrumentos débiles. Toda la creación y toda la historia a pesar de las miserias y desarmonías, ha tenido origen en este amor misericordioso de Dios que, en Jesús, con un corazón y entrañas maternas, mantiene su fidelidad a la Alianza para siempre y que llega a todo corazón humano y a cada pueblo sin excepción porque como expresa el salmista “De la Misericordia del Señor está llena toda la tierra” (Sal 32, 5; Sab 11, 23-26) Y es la Misericordia la más grande de las virtudes, como leemos en la Exhortación Apostólica del Papa, ya que a ella pertenece volcarse en otros y muchos más socorrer sus deficiencias. Jesús se expresa misericordioso con la multitud, con los más pobres y enfermos. No podemos quedarnos despreocupados y cómodos mientras sentimos la necesidad imperiosa de darnos, comunicar el Nombre de Jesús para que cada ser humano, recupere la dignidad, conozca la “Luz de las Nacio-

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Jesús es manifestación de la Misericordia del Padre que nos transforma la vida. Nada hay más significativo y más noble que descubrirnos muy queridos, profundamente amados por el Padre.

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(*) Directora del Centro de Misionología ‘Juan Pablo II’

nes” ( Lc 2, 30), llegue a sentirse abrazado por la Misericordia del Padre. En su corazón, profundizando en sus sentimientos, queremos también nosotros cultivarnos para que interiormente podamos ir al encuentro del hermano, cada hermano, a todos con la fuerza transformadora de su Evangelio, profundamente atraídos y apasionados por Cristo. Le decimos que en Él confiamos para ser manifestación de su Amor en todo tiempo y lugar, aquí y más allá de las fronteras. Corazón universal. Nos preguntamos: ¿cómo transparentar a Cristo en el modo de realizar la misión? ¿cómo presentar la peculiar experiencia de Dios Amor? ¿qué pasos concretos tengo que dar en mi proceso de crecimiento permanente como discípula/o misionera/o? ¿Cuáles son las nuevas fronteras de la Fe para poder evangelizar ad gentes, más allá de los límites fronterizos expresando la Misericordia del Señor? Algo muy lindo para festejar es que durante el pontificado de Juan Pablo II, en el año 2000, se proclamó la fiesta de la Divina Misericordia, a celebrarse todos los años el segundo domingo de Pascua. Nos ayuda a recordarnos que la Salvación viene de Dios en Cristo Jesús, de sus entrañas de Misericordia, para que también nosotros lo anunciemos con la vida, con los gestos, con los sentimientos de Cristo Jesús.

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Unión de Enfermos y Ancianos Misioneros | Dr. Fabián Romano (*)

«Humanizar el acto médico, una tarea todavía necesaria» 24

En tiempos de gran avance tecnológico y descubrimiento de nuevas técnicas empleadas en el campo de la medicina, los profesionales de la salud no debiéramos olvidar que el ejercicio diario de nuestra profesión contempla además de curar, investigar y propender al desarrollo de la ciencia, nuestra competencia de cuidar, contener y proteger a la persona enferma y a aquellos que sufren limitaciones por el avance de su edad, como lo son nuestros adultos mayores. Esta es una preocupación que debe estar presente en cada uno de los que ejercemos la profesión en los hospitales e instituciones de salud. En muchas oportunidades los médicos, frente a la necesidad de plantear un diagnostico y con el fin de arribar al tratamiento deseado, olvidamos las necesidades de la persona que tenemos frente, aquella a la cual va dirigida nuestra tarea profesional. Algo tan elemental

pero que algunos están dejando de lado. Estas actitudes por cierto no son nada agradables para la persona que busca la asistencia médica. Y si tuviéramos la inquietud de analizar las causas llegaríamos a encontrar múltiples orígenes, ya que los profesionales nos vemos atrapados por un sistema que permite que esto suceda. Una de las causas es precisamente la falta de tiempo en el momento de la atención. Pero para escuchar a nuestros pacientes con la “voz del corazón” no hace falta de tiempo sino de desarrollar oídos atentos para aquello que nos relata y nos expresa cada persona enferma y anciana. En la relación que se establece entre el paciente y el médico se contemplan muchas aristas las cuales no deben ser descuidadas, especialmente en los detalles que sostienen y cultivan la confianza que deposita en nosotros el enfermo, y que a su vez acrecienta y nutre a la relación, como ocurre en cualquier encuentro entre dos personas.


jado de percibir: el ser persona con capacidades y necesidades de cuidado y respeto.

El planteo que aquí desarrollamos es que debemos estar atentos a los tiempos que corren porque el ejercicio de la medicina se encuentra tentado de “deshumanizarse”, y si le diéramos curso a esta tendencia estaríamos desvirtuando nuestra tarea profesional y por supuesto nuestra vocación. El dialogo, la escucha y hasta el sentido del humor puesto en cada consulta médica llegan a ser parte fundamental de la curación de muchos males, especialmente aquellos en los cuales la desesperanza y el miedo frente al dolor y el sufrimiento son parte constitutiva de la persona que busca en los médicos y en todos los responsables que integran el equipo de salud, el alivio a su situación particular.

Sin embargo, cuando aun tenemos en cuenta estos aspectos de humanización nos damos cuenta de que existen circunstancias en las que la solución no depende solo de nosotros. Desde nuestra fe a diario nos preguntamos y hasta caemos en la desesperación por no encontrar respuestas a tanto dolor, al vernos limitados para ayudar y solucionar. Pero bien sabemos que la enfermedad es un misterio, el cual cuando es aceptado e incorporado como parte de la vida recobra otro sentido, hasta llegar a encontrarle el verdadero, el que nos conduce a la trascendencia. Y nos acerca a la cruz.

nas. Las cuales en esas circunstancias pueden en unión con otras, encontrar su misión y el servicio con el que desean cumplir. Algunas todavía se encuentran en esa búsqueda de poder al menos continuar con la tarea evangelizadora recibida en el bautismo, la cual han llevado a cabo durante toda la vida. En ese espacio de Unión y comunión es donde estamos trabajando y allí nos encontramos, para formar la UEAM. Es por ello que los invitamos a ser parte de la Iglesia, como miembro activo y protagonista de la Misión tal como lo entendemos en este Servicio que llevamos a cabo en las Obras Misionales Pontificias. Una tarea que sigue despertando el interés y la atención de muchos que quieren acercarse y llevar el evangelio por medio de la oración, la aceptación y el ofrecimiento. Ya no vivenciando el dolor como algo negativo en sus vidas sino otorgándole un sentido. Y además siendo entonces agradecidos por tantas personas que se ocupan del cuidado de nuestra salud, que con humanidad se desvelan por la atención de los enfermos y limitados por la edad.

La Iglesia tiene un lugar especial para las personas enfermas y ancia-

Es preciso recordar que estas actitudes de humanizar el acto profesional deben estar siempre presentes porque son parte constitutiva de la práctica diaria. Debemos devolverle al paciente el lugar que siempre ha tenido pero que muchas veces, por diversas circunstancias o situaciones lo ha de(*) Coordinador Nacional de la UEAM

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Actualidad | Marco Gallo (*)

La exhortación apostólica “Evangelii Gaudium” de Papa Francisco es un nuevo gran impulso para la misión de la Iglesia y busca romper esquemas obsoletos y rígidos que en estos años ha visto una perdida progresiva de confiabilidad y credibilidad hacia la institución eclesiástica en su conjunto. Papa Francisco enfoca su atención en la potencia de la palabra de Dios anunciada, como afirma en el párrafo 22 : “La Palabra tiene en si una potencialidad que no podemos predecir...La Iglesia debe aceptar esa libertad inaferrable de la Palabra, que es eficaz a su manera, y de formas muy diversas que suelen superar nuestras previsiones y romper nuestros esquemas”.

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El pontífice argentino habla de una “Iglesia en salida”, que sale al encuentro hacia los lejanos, que sepa acompañar con amor y misericordia a los tantos rostros de una humanidad sufriente y desorientada que anhela esperanza, justicia y paz.. El problema – subraya Papa Francisco- no son las estructuras – sino la conversión pastoral de las estructuras ; sin un verdadero espíritu evangélico, también nuevas estructuras están destinadas al fracaso. Dice en el párrafo 27 Papa Francisco: “ Sueño con una opción misionera capaz de trasformarlo todo, para que las costumbres, los estilos, los horarios, el lenguaje y toda estructura eclesial se convierta en un cauce adecuado para la evangelización del mundo actual más que para la auto preservación.” Y subraya la centralidad de esta conversión pastoral: “ la reforma de estructuras que exige la conversión pastoral solo puede entenderse en este sentido: procurar que todas ellas se vuelvan más misioneras, que la pastoral ordinaria en todas sus instancias sea más expansiva y abierta, que coloque a los agentes pastorales en constante actitud de salida y favorezca así la respuesta positiva de todos aquellos a quienes Jesús convoca a su amistad.” Otra gran preocupación que trasciende en la exhortación apostólica es la renovación del lenguaje . Emerge una propuesta sencilla y simplificada que no quiere decir superficial sino que llega sin exclusiones a todos y sobre todo a aquellas “periferias existenciales” tan queridas al Papa Francisco. Y en este horizonte misionero se coloca la misión urbana, lo que Juan Pablo II definía en la “Redemptoris Missio” hacia” los nuevos areópagos”.


a vivir como comunidad que sea sal de la tierra y luz del mundo (cf.Mt 5,13-16). Son llamados a dar testimonio de una pertenencia evangelizadora de manera siempre nueva.!No nos dejemos robar la comunidad!” ( EG 92)

La dimensión urbana de la misión es sin duda analizada y comporta una nueva lectura de los signos de los tiempos. En esta perspectiva el pontífice recuerda como la ciudad es un ámbito multicultural. Lo que el papa quiere afirmar y enfatizar es la urgencia de ser fermento y levadura frente a la complejidad de la realidad urbana y a sus riesgos permanentes de fragmentación social y de crecimiento de una cultura de la violencia. El final del párrafo 75 es explicativo en tal sentido: “ El sentido unitario y completo de la vida humana que propone el Evangelio es el mejor remedio para los males urbanos, aunque debamos advertir que un programa y un estilo uniforme e inflexible de evangelización no son aptos para esta realidad. Para vivir a fondo lo humano e introducirse en el corazón de los desafíos como fermento testimonial, en cualquier cultura, en cualquier ciudad, mejora al cristiano y fecunda la ciudad”.

Hay en los sucesivos párrafos de la exhortación apostólica espacio por la presentación de la fuerza misionera de la religiosidad popular y de cómo hay que encontrar y reconocer en una pastoral misionera renovada las semillas fecundas de este ejercicio misionero del “pueblo fiel”. Quisiera terminar este sintético y seguramente insuficiente análisis subrayando como la dimensión social de la evangelización encuentra su centro en la inclusión social de los pobres ( par. 186-216). Los pobres forman parte con todos sus derechos de la misión evangelizadora de la Iglesia, no son la periferia sino el centro de la pastoral misionera. De esta preocupación concreta y misericordiosa hacia “los pequeños del Reino” depende en futuro la credibilidad de la comunidad cristiana. En este movimiento permanente centro-periferia, que define poner a los “periféricos”en el centro de las preocupaciones pastorales y misioneras se juega la posibilidad de una nueva cosecha espiritual y humana: “ la inmensa mayoría de los pobres tiene una especial apertura a la fe; necesitan a Dios y no podemos dejar de ofrecerles su amistad, su bendición, su Palabra, la celebración de los Sacramentos y la propuesta de un camino de crecimiento y de maduración en la fe. La opción preferencial por los pobres debe traducirse principalmente en una atención religiosa privilegiada y prioritaria.”(EG200)

La cultura del dialogo y del encuentro es el eje de esta visión pastoral y luego enfrenta el desafío de una espiritualidad misionera comunitaria no contaminada por la actual cultura individualista. Muchos agentes evangelizadores – amonesta Papa Francisco – viven “ una acentuación del individualismo, una crisis de identidad y una caída del fervor. Son tres males que se alimentan entre sí”. Aquí se anida la polilla de la resignación, de la esterilidad espiritual y la falta de alegría. Frente a la cultura del yo, Papa Francisco hace como un llamamiento a la fraternidad y a la construcción de verdaderas comunidades misioneras: “ ...precisamente en esta época, y también allí donde son un “pequeño rebaño”(Lc.12,32), los discípulos del Señor son llamados (*) Director Cátedra Pontificia – Universidad Católica Argentina

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Grupos Misioneros | Darío Aquino, Oriana Mateo, Gustavo Tapia y Cristina Osuna (*)

La Alegría de ser Instrumento en las Manos del

Señor de la Vida MISIÓN DIOCESANA: Diócesis San Roque Chaco

Ecos de lo vivido… Como nos señala la R. 28 Mi. Nº 1:“La misión de Cristo Redentor, confiada a la Iglesia, está aún lejos de cumplirse”. Y es así que venimos caminando y anunciando la Buena Noticia de Jesús, con inmensa alegría año tras año, desde hace ya 22 años en parajes de la Zona del Impenetrable… a nuestros hermanos más lejanos de la diócesis, respondiendo a la llamada del Señor, sabiendo que alguien nos espera y hasta allí debemos llegar para que Jesús sea conocido y amado.

Cada inicio de año, nuestra diócesis renueva su invitación a participar de la Misión Diocesana en la zona del Impenetrable de nuestra provincia. En esta ocasión y por segundo año consecutivo, la localidad de Taco Pozo y zonas rurales ha sido la elegida para llevar “La Alegría del Evangelio”. Fue así entonces como una fresca y atípica tarde del 3 de enero, Taco Pozo, recibió a más de 120 personas que habíamos sido enviados de diferentes parroquias de la diócesis y también por Gracia de Dios contábamos con misioneros de otras provincias. La Eucaristía de esa noche nos reunió a todos para dar gracias al Señor por habernos elegido para vivir esta gran y única experiencia de Fe. Cuando compartíamos entre nosotros sobre los motivos de porque participábamos una vez más de la Misión, la respuesta se hacía repetida, “necesitaba estar aquí, necesi-

taba de la misión” es que este espacio que nos regala el Señor cada año, verdaderamente nos renueva y nos impulsa a vivir con más fervor el anuncio misionero. Antes de iniciar nuestra salida a los parajes quisimos reflexionar y rezar juntos, por eso el día 4, dedicamos a estar en oración. Luego de ese día, llegó el momento de salir: 10 grupos formados por integrantes de diferentes edades, parroquias y tiempos de vida emprendíamos la marcha; 3 de los grupos quedaban a misionar en barrios de la ciudad y los otros 7 grupos, éramos enviados al monte, el paraje más distante se situaba a unos 130 km de Taco Pozo. En manos de Dios y por intercesión de Mamá María nos disponíamos para vivir sin lugar a dudas una gran experiencia. Tantos testimonios recogidos para compartir, tantas historias que nos


estremecen el corazón, tantas vivencias que tienen el sello indeleble y único del Espíritu Santo que nos ayuda a sensibilizarnos con su Amor Infinito. Todos los días de nuestra vida somos testigos de las Maravillas de Dios, pero lo vertiginoso, lo agitado del ritmo de la vida nos va quitando capacidad de contemplación y perdemos sensibilidad para gozar de las caricias de Dios cotidianamente. La Misión nos devuelve esa sensibilidad y nos pone en sintonía. Percibimos bien de cerca cuanto nos ama Él. En el abrazo de la gente, en el arduo caminar con mucho calor, en la sonrisa de los

niños cuando se le ofrecía un simple caramelo, en la adm i r a b l e hospitalidad de la gente que nos ofrecía lo poquito que poseía para recibirnos bien, en la oración con el grupo, en las charlas y el compartir de la vida y por supuesto en el sencillo pero profundo gesto de “nos unimos en oración”. El 15 de enero fue la fecha de regreso a la localidad de Taco Pozo, con el corazón lleno de alegría, más allá de todo lo vivido, y tanto por seguir mejorando en nuestro servicio, la alegría en nuestros rostros era evidente. Como Dice el Papa Francisco“con Jesucristo siempre nace y renace la alegría“, por eso necesitamos tanto de la Misión, porque es una fuente de Gracia que llena nuestros corazones, nos encontramos con Jesús que nos ama tanto y por supuesto la consecuencia natural de ese ENCUENTRO es la MISIÓN,

porque como diría San Pedro lleno del Espíritu Santo“no podemos callar lo que hemos visto y oído”y el Papa Benedicto XVI “quien no da a Dios da muy poco” Experimentar la alegría de ser instrumento del Señor de la Vida, no se puede explicar con palabras o imágenes y sigue atrayendo y comprometiendo a tantos niños, jóvenes y adultos a sumar para la Misión. Sabemos que solo somos Instrumentos y que esto no sería posible si no estuviera entre nosotros el Verdadero Protagonista que es el Espíritu Santo que nos impulsa y nos envía cada día para ser sal y luz. Como diría nuestro lema este año “Iglesia de San Roque comparte tu fe”, es que en el ofrecernos, en el compartir, lo que hace en nuestra vida el Señor, nos hacemos fecundos, damos vida y por supuesto recibimos de la gente mucha vida también. Que la mano amorosa de Mamá María nos acompañe este año y siempre a llenarnos de la presencia del Señor de la Vida para dar a los demás el tesoro más valioso que tenemos: Jesús, Camino, Verdad y Vida.

Darío Aquino - Tres Isletas

Un testimonio para compartir… Como definir todo lo que se siente después de la misión? Creo que la palabra que resume es felicidad. Pero la verdadera, esa que no se borra con el calor, el cansancio o las moscas que no te dejan dormir la siesta. Soy estudiante de medicina, este año

voy a cursar el 3° año, es una carrera exigente, hacía dos años que no tenía vacaciones (por eso las vacaciones son tan preciadas para mí) cuando conté que quería venir de nuevo a la misión me dijeron “estás loca”, te vas a ir allá sin aire acondicionado, sin esto, sin lo otro. Incluso yo misma llegue a pensar que era

una locura gastar mis vacaciones, en vez de estar feliz en mi casa, con mi familia, mis amigos y mi aire. Pero ahora después de haber pasado casi dos semanas en el monte, no me arrepiento. Hace mucho tiempo venia resonando en mi corazón esa necesidad de salir, de hacer algo más

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en las ciudades. Pero por sobre todo es hermoso ver su fe tan sencilla y a la vez tan grande tanto que uno que va a evangelizar termina evangelizado.

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que ir a la Santa Misa, tener tantas bendiciones que Dios me regaló y al mismo tiempo la necesidad de compartirlo. Como dice el apóstol San Juan “no podemos callar lo que hemos visto y oído”. Un gran empujón fue haber participado de la Jornada Mundial de la Juventud en Rio de Janeiro, con el lema “Vayan y hagan discípulos a todas las naciones” y el envió del Santo Padre Francisco “Vayan sin miedo para SERVIR”. Más fuerte que mis ganas de quedarme en mi casa, fue esa necesidad de que todos conozcan a Dios como yo lo conocí, como el Dios Amor, el Padre lleno de ternura y misericordia que quiere levantarnos del barro de nuestras miserias. Doy gracias a Dios por haberme mandado al paraje Brasil y por el grupo que me toco; fue muy bueno compartir con ellos. El compartir con la gente, esa alegría con la que te reciben, te escuchan, te convidan de su comida sin los cálculos que hacemos los que vivimos

Ver como Dios busca a cada ovejita suya, incluso a las más alejadas sentirme un humilde instrumento es sus manos es hermoso. Y yo no me olvido más entre tantas cosas, la visita a Maia una abuelita que me decía “¡gracias mamita por venir!” con un brillo en los ojos y tanta alegría. Y ver a la comunidad como veneraban a su virgencita María Auxiliadora con acordeón, bombos y banderas, con tanta ternura, fue espectacular. O la alegría de los chicos que eran felices con un barquito de papel o un paseo a cocochito. Ahora puedo decir que me voy con el corazón lleno, porque solo dando y sirviendo puede llenarse. Lleno de experiencias, momentos compartidos con la gente y también con mis compañeros de misión. Doy gracias a Dios por haberme llamado a esta tarea que me queda grande pero que es hermosísima. Quien no lo vivió no lo puede entender. Espero volver donde Dios me quiera y me necesite el año que viene. “Cristo nos invita: Vayan mis amigos” - “Cristo nos envía: Sean misioneros” Gracias, Dios.

Oriana Mateo - (Coronel Du Graty )

Nuestros colegios también son misioneros Desde que se inició la Misión Diocesana en el año 1992, un grupo numeroso de Agentes Pastorales de las distintas comunidades de nuestra diócesis, han brindado su servicio evangelizador… Este año hemos tenido la gracia de poder enviar a un grupo de jóvenes representando a la Unidad Educativa Nuestra Señora del Carmen (UEP Nº 32) de General Pinedo. Por primera vez uno de nuestros colegios católicos envía jó-

venes a tierra de misión… Este es un proyecto encarado desde el área de Enseñanza Religiosa y de la Pastoral Institucional. Nuestra Comunidad Educativa, tiene como objetivo: “ formar grupos misioneros que puedan atender la tarea evangelizadora al servicio de la Iglesia”. Durante el año pasado se ha trabajado para formar, con alumnos de 3º, 4º y 5º año, pequeños grupos


que se puedan nutrir de una espiritualidad misionera. Pero todo tiene sus altas y bajas. Como el mismo evangelio nos dice: “Muchos son los llamados pero poco los elegidos”,ya que solo un pequeño grupo de alumnos respondieron a estos encuentros formativos. Pero para nuestra sorpresa y por obra de Dios, un grupo de 9 jóvenes sintieron el llamado a unirse a la Misión Diocesana. ¿Pero cómo enviar a un grupo de jóvenes a la misión sin estar bien preparados? Es una pregunta que muchos nos hacen y que además resuena en nuestro interior. ¿Cuánto debemos prepararnos para salir a evangelizar? ¿Cuándo estamos realmente listos para hacerlo? Con todas estas inquietudes en el corazón parten nuestros jóvenes a tierra de misión. Sin estar ellos convencidos de su preparación, con miedos, incertidumbres pero con mucho entusiasmo y confiados en el llamados del Señor. Pero la misión no se im-

provisa y es por eso que quisiéramos, para tranquilizar estas inquietudes, citar en nuestro querido Papa Francisco en su Exhortación Apostólica, Evangelii Gaudium Nº 120: “En virtud del Bautismo recibido, cada miembro del Pueblo de Dios será convertido en discípulo misionero (cf. Mt 28,19). Cada uno de los bautizados, cualquiera que sea su función en la Iglesia y el grado de ilustración de su fe, es un agente evangelizador, y sería inadecuado pensar en un esquema de evangelización llevado adelante por actores calificados donde el resto del pueblo fiel sea sólo receptivo de sus acciones. La nueva evangelización debe implicar un nuevo protagonismo de cada uno de losbautizados.“

Luego de esta experiencia misionera, los jóvenes estudiantes volvieron con deseos de seguir conociendo más a Jesús, era tal la alegría que llenaba sus corazones que expresan una y otra vez volver para compartir y celebrar a Jesús quien tanto nos ama.

Gustavo Tapia -Cristina Osuna UEP Nº 32 “Ntra Sra. Del 31 Carmen (Gral. Pinedo)

Testimonio de uno de ellos... Mi nombre es Emanuel Gassman y tengo 17 años. Mi experiencia en la misión fue muy linda ya que la misma me ayudó a reflexionar e interiorizar mi vida… A través de este servicio descubro cada vez más el amor de Dios, más que nada en la eucaristía y en el encuentro con cada uno de los habitantes del paraje El Cañón. La misión fue muy significativa y puedo decir que la misma marcó un antes y un después en mi vida. Después de compartir la fe he comenzado a dedicar más tiempo a la cosas de Dios, participo todos los domingos de misa, cosa que antes no lo hacía. Rezo más veces, hablo más con Dios. En fin, la misión fue lo mejor que me paso, me enseñó a valorar más la vida, la religión y el amor a Dios. Una recomendación que puedo dar a todos aquellos que se sienten tristes y solos, es que esta experiencia los ayudara en todo, en su vida y decisiones. (*) Grupos Misioneros


IAM | P. André Luiz de Negreiros (*)

Aparecida, Casa Madre de la Iam en América. La dimensión misionera es parte integrante del camino evangelizador de la Iglesia. Estimular, educar y celebrar el compromiso de los bautizados con la Misión Universal de la Iglesia, es el objetivo de los Congresos Misioneros nacionales y continentales celebrados desde hace 40 años.

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En esta perspectiva apelo ahora al Documento de Puebla, en 1979: “Finalmente llegó para América Latina, la hora de intensificar los servicios recíprocos entre las Iglesias particulares, y que estas se proyecten para salir de sus propias fronteras. Es cierto que todos precisamos de misioneros, pero debemos dar desde nuestra pobreza” ( Nº 368 ). La Conferencia de Aparecida volvió al tema: “ La conversión pastoral de nuestras comunidades, exige que se pase de una pastoral de conservación a una pastoral decididamente misionera” ( DA 370 ). “El mundo espera de nuestra Iglesia latinoamericana y caribeña un compromiso más significativo con la Misión Universal en todos los continentes” ( DA 376 ). El mismo auditorio del subsuelo del Santuario de Aparecida, donde los obispos hablaran de la Misión Conti-

32 páginas con material de información, formación y testimonios misioneros. Ud. puede ser un difusor más de la revista, obteniendo suscriptores entre sus familiares, amigos y compañeros de trabajo o estudio. Por adelantado le damos las gracias: $ 30.- Cada ejemplar $120.- Suscripción anual USD 50.- Extranjero

nental, con un mirar a la misión universal, es donde la Iglesia de Brasil realizará el 1º Congreso Misionero Americano para animadores de la Infancia y Adolescencia Misionera, que se reunirán del día 23 al 25 de mayo del corriente año. Alrededor de 700 personas que representarán las 17 regiones de la Conferencia Nacional de obispos brasileros, son los participantes junto con representantes de la Iam de todos los países de América. El Congreso reflexionará el tema: “América, al servicio de la misión”, marcando la clausura de las celebraciones de los 170 años de la fundación de la Obra. Las familias de las parroquias de Aparecida y Guaratinguetá, abrirán sus puertas y corazones para acoger a los congresistas en un gesto de compartir y de solidaridad, característico de la iglesia misionera. El Congreso convocará también a los medios de comunicación que notificarán su realización. Se publicará el material sobre los temas abordados. Marcarán su presencia 6 canales de televisión junto a la radio católica de Rio de Janeiro; más otras emisoras que podrán cubrir el evento. La realización y coordinación estará a cargo de las Obras Misionales Pontificias del Brasil, en comunión con las Obras Misionales de los países del Continente. Auguramos un fructífero encuentro misionero. De los niños y adolescentes del mundo ¡Siempre amigos!. (*) Secretario Nacional de la Infancia y Adolescencia Misionera en Brasil.

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