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Rohan, salitre y sueños

Rohan Salceda, salitre y sueños

Se subió a una tabla de surf hace 5 años y ya no se ha bajado de ella. Compitiendo desde hace 3, forma parte del Top 20 en la categoría de hasta 14 años y aunque le gustaría tener el Norte más cerca, vive en El Puerto de Santa María, lo que le imposibilita subir a la meca nacional del surf, competir y bajar para retomar, el sus estudios y sus padres el trabajo.

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Se llama Rohan y es nacido en Cape Coral (Florida-USA) e hijo de argentinos afincados aquí desde hace 13 años y a sus 14 años, un talento aún por explotar. La ISA ya le otorgó una de las pocas becas que concede (32 en todo el mundo) el año 2017 y solo su esfuerzo y el apoyo incondicional de sus padres le llevan a seguir peleando por un sueño: el surf de élite. “Elegí este deporte y no otro porque me enamoré de la la sensación de subirte a una ola y cuando vas evolucionando y aumentando el nivel aumenta esa sensación. Comencé con el fútbol; como otros muchos de mi edad; pero una vez que te metes en el agua ya no puedes dejar de surfear. No se me pasa por la cabeza cambiar de deporte. Es una sensación indescriptible hay que vivirlo para poder sentirlo” Trataba de disfrutar de una Beca Erasmus en Portugal y así compaginar estudios y surf pero apareció el puñetero COVID19 para posponer todos sus planes. “Dificultades, muchas, económicas; como para cualquier otro deportista que quiera triunfar; al surf se le suma la dependencia de las condiciones de las olas, del viento, de las mareas, de los horarios, compaginar deporte y estudios, o mi padre está trabajando y no me puede llevar y, lamentablemente, añade que dónde vivo no hay muchas olas y las que hay son para principiantes. La ausencia de campeonatos, fundamental para que te conozcan, tampoco ayuda. Es sabido que el surf de competición, de nivel, está en el norte y como son más de 1000 km es muy difícil trasladarme en un fin de semana. No es nada fácil” Su vida y la de sus padres pasa por el eterno calvario de lograr patrocinadores suficientes para cubrir las necesidades mínimas de un deporte como éste, cuyo mayor problema son los traslados, largos traslados y estancias a los puntos calientes de la alta competición. “Económicamente no es sencillo para nosotros pues, como a muchos de mi generación, me ayudan mis padres, aunque yo tengo un contrato firmado de patrocinio con Onda Wetsuits y la verdad es que es fundamental en mi carrera deportiva. Además de otras empresas colaboradoras como Fideas Health Center que es un centro de alto rendimiento donde entreno dos veces por semana, la tienda de surf

The Wave District que, además de ayudarme, me ha puesto en contacto con muchas empresas que han comenzado a colaborar conmigo. Glassing Portugal fabrica mis tablas Envysurboards, Featherfins me provee quillas para la tabla, North Core me da el material técnico, Liive que son una marca australiana de gafas de sol y The Home Skatepark Indor que me ha ayudado un montón; porque cuando no puedo surfear, puedo entrenar mis giros en el skate de su propiedad” Y como cualquier joven con talento, su única ambición es poder demostrar que es capaz, con la preparación necesaria, codearse con los mejores y si estas líneas sirven para que comencemos a entender que en el deporte todo tiene un principio que estamos obligados a escudriñar, ya habremos dado un gran paso adelante.

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