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El sastre de Panamá

Escuadra, cartabón, calibre y compás. Cualquier herramienta de precisión será necesaria para que todo encaje a la perfección en éste 2020, y pulso, buen pulso con nervios de acero. Pende sobre éste y otros eventos deportivos una pesadísima losa anudada a un hilo; no sabemos si de seda; alrededor del que aletean cientos de mariposas y bajo ella está el sastre que nos ha vendido un traje a medida que no a todos sienta bien, tal vez porque le faltan detalles imprescindibles de calidad y le sobran costuras. Tal vez porque no está completo sin el clásico sombrero elegante en el que, pongamos por caso, se colocaba antaño la prensa su acreditación. ¡Qué tiempos! Solo deseo que no termine siendo uno de esos ternos confeccionados a toda prisa en Bangkok o Kuala Lumpur; de los que te solucionan el compromiso de la boda por poco dinero para acabar reventando por las costuras; y se parezca mas a uno de los que, confeccionados en Savile Road, te hacen parecer un señor si se tiene el dinero necesario.

Rafa Marrodán

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