Problemática

La Problemática

En el contexto de la problemática estructural que enfrenta el país con respecto al debilitamiento de la institucionalidad pública y su impacto en la precarización de la atención en salud de los habitantes, inicia la pandemia ocasionada por el virus SARS-CoV 2 en Guatemala, dando origen a una crisis epidemiológica, social, económica, y nutricional agudizada significativamente debido a problemáticas estructurales mencionadas en la sección de antecedentes. Por lo tanto RESI, como iniciativa que se gesta en la Ciudad de Guatemala para apoyar en la reducción del impacto de esta coyuntura y su efecto en la población más vulnerable, enfoca su acción en el apoyo a hogares en asentamientos humanos informales, contexto en el cual se puede hablar de tres problemáticas complementarias.

La primera, relacionada a la precariedad pre-existente en sus medios de vida y por lo tanto, en su situación sanitaria y nutricional, la cual aumenta la vulnerabilidad de algunas personas de estas comunidades debido a condiciones de malnutrición, desnutrición o precondiciones de salud como diabetes mellitus, hipertensión, asma, entre otras (Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social, 2012). La segunda, relacionada a la precariedad pre-existente de sus condiciones de habitabilidad relacionada a la pobreza multidimensional de aproximadamente 30.7% de la población del área metropolitana (Rosales et al., 2018), ya que el hacinamiento y falta de servicios básicos como el agua potable aumentan el riesgo de contagio y dificultan la permanencia en cuarentena en relación a la salud psicológica. Adicionalmente, esta precariedad en servicios básicos también afectó directamente a la recepción de los programas sociales 6

de alimentos y apoyo económico ya que en Guatemala se determinó la existencia de contador de energía eléctrica para brindar el apoyo alimentario. Sin embargo, un porcentaje alto de hogares no tienen acceso a este servicio.

Finalmente la tercera, vinculada a la economía informal en donde aproximadamente el 69% de los hogares habitantes de asentamientos informales obtienen sus ingresos de la economía informal (TECHO - Guatemala, 2016, 144). Dichos hogares tienen un promedio de integrantes que se estima entre 5 y 6 personas (en algunos casos extremos sobrepasan los 10 integrantes) que necesitan asegurar sus medios de vida, generando ingresos diariamente para cubrir necesidades básicas como el consumo de alimentos.

Las últimas dos problemáticas evidencian de mejor manera el impacto del COVID-19 en la seguridad alimentaria a nivel de hogar. Por un lado, la imposibilidad de algunos de estos hogares para acceder a los programas sociales de apoyo alimentario o monetario debido a la carencia del servicio de energía eléctrica. Por otro lado, la afectación a la economía informal, pues se redujeron o suprimieron los ingresos económicos de hogares poniendo en riesgo la adquisición de bienes necesarios como los alimentos; además del incremento del precio de estos para su consumo. Estos dos factores inciden en que la precariedad pre-existente en sus medios de vida y su situación sanitaria y nutricional se agraven y representen un riesgo para la vida de esta población (Ver figura 1).

Red de Solidaridad Inmediata RESI - 2021 Reducción o supresión de ingresos económicos

Figura 1. Impacto de la problemática en la inseguridad alimentaria de hogares vulnerables del área metropolitana.