Las lecciones del Padre Arzalluz

07/02/2013 Político destacado durante y después de la transición Javier Arzalluz, es un buen ejemplo de coherencia y contundencia, que ha jugado el papel de conciencia crítica del nacionalcatolicismo vasco, es decir de la derecha moderada y moderna

Cuando la silla del presidente del Euzkadi Buro Batzar aún conservaba el calor de Arzalluz, éste se permitió criticar con claridad y contundencia el nombramiento de Josu Jon Imaz como presidente de Petronor, por considerarlo“ un mal ejemplo para la juventud que cree en Euzkadi”. Odiado por la izquierda radical y por la derecha españolista, Javier Arzalluz, siempre ha dado ejemplo de independencia personal y criterios propios, dentro y fuera de su partido. Su opinión era esperada como agua de mayo en los medios y en los mentideros de la política nacional, deseosos de conocer la opinión de Arzalluz, antes de publicar tal o cual noticia.

Arzalluz, se permitía hasta hace muy poco, entrar a opinar sobre cualquier asunto en el que creía debía dejar marcada su posición, como si de la voz del Altísimo se tratara. Ha sido el mejor ejemplo de cómo actúan los jesuitas en política y la mejor representación de los católicos en la vida pública. Según sus propias palabras, Euskadi debe más a José María Aznar que a Felipe González, gracias obviamente a que Javier Arzalluz siempre se ha entendido mejor con la derecha que con la izquierda incluso cuando de vascos se trata. A pesar de todo ha dejado que otros escriban su biografía y ha tenido que salir al paso negando la interpretación de sus palabras, como si de los evangelios mismos se estuviera hablando y en esto es coherente con la religión ya que de ella hay tantas interpretaciones como mujeres y hombres.

Los vascos, son diferentes

Arzallus ha tenido la generosidad y el valor suficiente como para reconocer en Arnaldo Otegui a un buen patriota, lo que le valió no pocas críticas e incluso condenas por parte de la cohorte de corrupta y cínica, que impera en España. Como si el mismísimo Jesucristo, no fuera juzgado, condenado y crucificado por sedicioso a manos, eso sí lavadas, de un prefecto del Imperialismo romano. Los hombres que defienden ideas como principios, poco tienen que ver con los hombres

que defienden partidos como máquinas para obtener beneficios. Y en eso Javier Arzalluz ha dado sobradas lecciones, cuando la derecha muestra su cara más honrada, la primera respuesta que recibe proviene de sus propias filas, pidiendo que se abra el juego como si estuvieran en una timba. La marcha de Arzalluz dio paso a una profunda crisis dentro del PNV, pero privó a España de una de sus voces más críticas y contundentes. No está de más repasar la historia reciente de España para entender a qué juegan muchos de los políticos que aparecen en el cartel de la corrupción. Mariano Rajoy y Mayor Oreja, intentaron querellarse contra Javier Arzalluz, por unas declaraciones en las que éste insinuaba el deseo de privatización de la policía por parte del PP, la querella no fue admitida a trámite. Cuatro años después, la privatización de la sanidad pública es un hecho y es sólo el inicio de una larga tarea a la que está encomendado el PP. Lo de la corrupción… pelillos a la mar.