El Euro y la soberanía nacional

12/03/2013 Transcurridos más de cinco años desde el inicio de la Gran Crisis, la periferia europea, lejos de encontrar una salida a la crisis, persiste en aplicar las recetas que le impone la TROIKA, cuyas consecuencias son más empobreciendo y más endeudamiento

Desde la socialdemocracia, e incluso desde algunos sectores de la izquierda, se ve con malos ojos la llamada a la deserción del Euro, considerando que es una propuesta de derechas, pero lo cierto es que el gobierno del Euro está precisamente en manos de la derecha, y todas las decisiones que se toman para mantener la fortaleza del Euro perjudican a los pequeños y medianos empresarios, a los trabajadores y a los más desfavorecidos. Los países de la periferia europea, son obligados por la TROIKA a tomar medidas contra los trabajadores, a la vez que alimentan a la banca con dinero público.

Privan a los trabajadores de buena parte de sus conquistas sociales, y premian a los causantes y responsables de la Gran Crisis del capitalismo, sin el más mínimo remordimiento. Las constituciones de casi todos los países consagran que la soberanía nacional reside en el pueblo. Sin embargo, en los países periféricos de Europa, ninguno de sus gobiernos tuvo a bien consultar al pueblo soberano a la hora de entrar en el Club del Euro. Un Club es un círculo cerrado de personas afines, los españoles saben mucho de Clubs, sobre todo gracias al fútbol, como los ingleses; por eso mismo los Británicos no han querido entrar en el Club del Euro al igual que los otros 10 países de la Unión Europea que no pertenecen al Club monetario, entrenado por los alemanes. Aquellos que se oponen a la retirada de España del selecto Club, señalan las dificultades que ello acarrearía a las exportaciones y a las importaciones, pero no se tiene en cuenta que la primera industria de España es el turismo y una moneda nacional facilitaría el incremento del gasto por turista y su tiempo de estancia. Otro de los argumentos, es que se incrementarían los costes energéticos gracias a nuestra

dependencia del petróleo, a lo que cabe responder que el precio del crudo lejos de incrementarse se está reduciendo, precisamente gracias a la recesión.

El Euro no es la panacea, hay otras salidas a la crisis

Los actuales flujos migratorios de trabajadores españoles hacia los centros del mercado aconseja el rescate de la soberanía monetaria para rentabilizar las corrientes de divisas como en el pasado. La economía española sigue a ser básicamente una economía de servicios y de préstamo de fuerza de trabajo. Por el único rescate que importa, el de la Soberanía Nacional Pero en todo caso, la salida del Euro Club, es posible, de lo que se trata es de iniciar el debate y de incluirlo como una de las causas que más perjudican a los trabajadores. La pertenencia de España a ese selecto Club, supone el pago de una hipoteca de altísimo coste que en cualquier momento pondría a España en situación de desahucio, es decir podría ser expulsada del Club del Euro, tal como se amenaza de forma reiterada a Grecia, como chantaje para que acepte las imposiciones de la TROIKA. Pero el futuro se anuncia más duro y contundente para las clases populares y las burguesías nacionales, con la creación del nuevo gran mercado único conformado por Estados Unidos y la Unión Europea, esta fase superior del capitalismo y del

imperialismo, amenaza con llevarse por delante las conquistas de los trabajadores y la desaparición de las pequeñas y medianas empresas nacionales, en beneficio de las multinacionales y de los oligopolios regionales. Por todo ello parece necesaria la alianza de los trabajadores con la burguesía progresista, para la defensa de la soberanía nacional y del Estado del Bienestar, frente a la ofensiva del imperialismo económico enmascarado como economía global, globalización económica o como le quieran bautizar. Cada pueblo debe ser soberano y dueño de sus destinos, las enseñanzas de la Revolución francesa, no hay que olvidarlas. Portugal, Irlanda, Grecia, España e Italia deberían empezar a plantearse su baja del Euro Club. Quisiera agradecer las aportaciones de Jorge Rodríguez Pérez, en la redacción de esta entrada.