2 minute read

El caracol es un crustáceo

16/03/2013 Así define un aspirante a maestro a los deliciosos moluscos gasterópodos; es la respuesta a una pregunta en un examen para acceder a la docencia pública en la capital del reino de España, la cuna del idioma español y lengua materna de más de 500 millones de mamíferos bípedos

No sabemos muy bien, si se trata de algo escandalosamente cierto o de montar un cierto escándalo, para tapar las vergüenzas de la corrupción y de paso culpar de la mala formación de los alumnos de magisterio al anterior gobierno socialista. Uno de los examinados define la palabra escrúpulo como “salida del sol”, “atardecer ” Claro que si la salida del astro rey no fuera escrupulosa, le daría igual, salir por Antequera que por donde quiera, lo suyo es que salga por el Oriente, por aquello de la orientación, que nada

Advertisement

tiene que ver con los japoneses, a pesar de que esa, sea la tierra del sol naciente. Los aspirantes a maestros, andan muy mal de geografía pues a decir de sus examinadores, tan sólo el 2% de ellos atinó en la respuesta a la pregunta de por donde pasaban los ríos Ebro, Guadalquivir y Duero. Ya me imagino la respuesta a la pregunta ¿cuántos países baña el Lago Victoria? País Vasco y Navarra. Si grave es no saber de geografía patria, imagínese el lector como andarán de historia, a la que no se alude en la crónica periodística.

De concha... conchudo

Los de la gasolina (la derecha ultramontana) ya han salido con la botella en la mano, a decir entre otras cosas que: “La educación española está cada vez más en manos de personas seleccionadas en virtud de méritos sindicales, de simple antigüedad, de consideraciones psicopedagógicas y de méritos similares, y cada vez menos en posesión de los conocimientos propios de las funciones académicas que ejercen”. Es decir lo mismo que nuestros políticos, que están en función de sus méritos y habilidades para servir mejor a la TROIKA y al gran capital, en vez de servir al pueblo.

Está claro que estos chicos no están bien educados, les hace falta estudiar más, y sus profesores tienen buena parte de culpa al consentir que aprueben cursos tras curso hasta lograr este desastre. Puestos en vereda cabría decir que nuestros maestros al igual que muchos políticos, tienen poco de pedagogos y mucho de demagogos. Aprenden lo fácil y suficiente para ganarse la vida, pero desconocen lo esencial para resolver los problemas de la vida. Les da igual por donde discurren los ríos del saber, lo importante es que nacen en las oscuras montañas y terminan en los soleados mares, donde residen los paraísos fiscales. Además, después de todo, para qué les sirve aprenderse todo eso, si al final, situados frente a la duda van a tirar de Wikipedia a golpe de teclado en su teléfono celular?. Otra cosa bien distinta es alcanzar el magisterio. Para eso hay que tener amor por aprender y vocación de enseñar. Una cosa es mariscar y otra marear.

This article is from: