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Felipe González, los niños y el cambio

11/04/2013 Está preocupado por el estado de ánimo del país, más que por la realidad del país, y es coherente con lo que dice, la realidad de las desgracias que producen los desahucios no le preocupa

No deja de ser sorprendente, que en tan poco tiempo diga en pocas palabras lo alejado que está de la realidad del país y sobre todo de los trabajadores. Dice que le va a dar a la máquina de pensar y de proponer cosas, pero mire, si lo que va a proponer está en la línea de sus últimas declaraciones, mejor no haga nada y deje a otros que los hagan, porque esas recetas ya son conocidas. Dice que todo el esfuerzo de la transición se está yendo por el desagüe, pues claro que se está yendo por el desagüe de la historia. El bipartidismo está agotado, la monarquía agonizante, la mal llamada clase política desprestigiada y el país zarandeado por una crisis económica permanente, a la que no se le ve salida y que se está cargando sobre los más desfavorecidos, mientras se desmontan todas y cada una de las conquistas sociales arrancadas al capitalismo.

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No es que podamos entrar en otro momento oscuro de nuestra historia, los trabajadores están en uno de los momentos más oscuros de su historia, en claro retroceso, profundamente indignados y sin otra esperanza que la que producen las escasas movilizaciones sectoriales. González, llega a preguntar, con sorprendente frialdad, ¿Por qué un niño tiene que aguantar una presión en la puerta de su casa? No nos equivocamos, está hablando del escrache a Soraya Sáenz de Santamaría y por consiguiente de su hijo. Para Felipe González está claro el bando en el que milita y la gente a la que defiende. El niño que es desahuciado, no sufre violencia alguna, el niño que pierde a sus padres cuando se suicidan, no padece trauma alguno, el niño que se queda en la calle sin techo ni cobijo no aguanta la presión de la miseria, de la injusticia, de la desesperanza y perversión de un sistema injusto e inhumano llamado capitalismo.

Nuevos tiempos, nuevas ideas, nuevas gentes

En esto ha devenido el paraíso prometido de aquellos carteles idílicos del PSOE, en esto ha devenido la Transición, esa que se está yendo por el desagüe, los escraches, son el alumbramiento de una nueva generación de activistas, nuevos líderes, nuevas

formas de entender y hacer la política desde la base y al servicio de las bases. Habla Felipe González de renovar el pacto de la sociedad con la corona, dotándola de transparencia... mire usted, la corona le ha tomado el pelo a la sociedad, es la institución más desprestigiada de España, como se le va a renovar qué? a un grupo de corruptos intocables que están fuera del alcance de la Ley ? La monarquía a comenzado su cuenta atrás, y España no tiene otra salida que la de la III República después de un proceso constituyente que devuelva a la soberanía popular la jefatura del Estado, hasta hoy impuesta por el heredero de Francisco Franco. Efectivamente estamos ante una crisis institucional administrada por una casta de políticos corruptos. Retírese señor González, el pueblo español ya le asignó una generosa pensión de jubilación, ahora les toca a los que no tienen trabajo, los que no van a tener pensión, pero si muchas ganas de cambiar la situación. Se trata de otro CAMBIO, le suena la palabra?

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