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A qué espera el Rey

13/04/2013 El desprestigio de la corona española ha caído hasta un nivel muy bajo y en condiciones sociales y económicas en las que resulta indefendible por más tiempo

Lo de los borbones, viene de lejos, es una maldición que pesa como una losa sobre el pueblo español. Su abuelo, derrotado en el campo de batalla y desacreditado en las ciudades, cometió el grave error de mantenerse en el poder y recurrir en última instancia al Golpe de Estado de la mano de Primo de Rivera, con desprecio absoluto a la democracia. Su padre, denostado por el fascismo, cometió el error de ponerse a disposición del franquismo, siendo rechazado por el

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mismísimo Franco, que hacía las funciones de reyezuelo por la gracia de Dios, lo cual le condujo al ostracismo y a entregar a su hijo, en prenda. Juan Carlos de Borbón y con él la institución monárquica, jugó un papel crucial en la transición española y en los primeros años de la democracia, pero como la democracia misma, ha muerto de éxito, el que ha servido para que hicieran su agosto, las malas compañías y los amigos del enriquecimiento fácil, gratificados por la corrupción y el mal hacer de una decadente generación de políticos de medio pelo, que han convertido en buenos a sus antecesores. La monarquía, deja en evidencia a España y arropa a lo peor de sus gentes, con tal de mantener la corona, en momentos difíciles para sus ciudadanos y en medio de un mar de escándalos. Es el momento de iniciar un nuevo proceso constituyente y no un pacto para remendar y reforzar la monarquía. Si algo define a la República es la igualdad de los hombres y mujeres ante la Ley, en contraposición, las monarquías y en concreto la española, que consagra la inmunidad del Rey y por extensión de la monarquía, que con los tiempos que corren, indigna a los españoles y supone un descrédito para España en el concierto internacional.

Juan Carlos de Borbón, tiene ante sí, una oportunidad histórica que no debería dejar escapar, abdicando a favor de su hijo, el cual debería convocar un referéndum que dé paso a la apertura de un nuevo proceso constituyente que dé paso a la III República.

Es hora de devolver la República al pueblo español,

Es el mejor legado que puede dejar a la historia y una demostración de responsabilidad y de ejercicio democrático, por el cual estarán agradecidos sus súbditos y le servirá para congraciarse con sus ciudadanos. La reinstauración de la monarquía española, fue la consecuencia del pacto entre los franquistas y los demócratas tras la muerte de Franco, gracias a esos pactos, los franquistas se libraron de rendir cuentas por los crímenes cometidos durante la dictadura, y obtuvieron el pedigrí de demócratas. Gracias a esos acuerdos, los demócratas y los republicanos, pactaron con los que se sublevaron contra la II República para instaurar un régimen de terror, que les persiguió a sangre y fuego durante más de 40 años, llevando a miles de españoles ante los pelotones de fusilamiento, a la desaparición o al exilio, para terminar aceptando la monarquía a cambio de la democracia. En lo que concierne a los demócratas y a los republicanos, su parte del pacto está cumplida y vencida.

Ahora le toca al monarca cumplir con su parte, tomar la decisión de marcharse y devolver al pueblo la palabra y la República destruida por su protector Francisco Franco. A los comunistas, los anarquistas o lo que queda de ellos… respetar su Memoria Histórica y devolverles la dignidad y el derecho de saber donde están enterrados sus muertos.

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