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Brasil… por ejemplo

22/06/2013 Dilma Rousseff, había hecho unas primeras declaraciones defendiendo el derecho de manifestación y la necesidad de escuchar la voz de la calle, después de ser abucheada durante la inauguración de la Copa Confederaciones

Sin dejarse llevar por las presiones, aguardó hasta el viernes para dirigirse a la nación en la hora de máxima audiencia y a través de todos los medios de comunicación en cadena, no como otros, que lo hacen de forma inesperada y a horas intempestivas. Dilma, en ningún momento criticó a los manifestantes ni descalificó a nadie, lejos de ello, pidió a todas las administraciones que asumieran las justas reivindicaciones del pueblo brasileño, que son una legítima reclamación que no se ha resuelto por "limitaciones políticas y económicas" y que

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ahora aprovechando "el impulso de esta nueva energía política, se podrán hacer mejor y más rápido muchas cosas que Brasil no ha conseguido". Dilma señaló que hay que hacer un esfuerzo para que los ciudadanos cuenten con mecanismos de control más eficientes sobre sus representantes políticos, haciendo clara alusión a los casos de corrupción. "Los manifestantes tienen el derecho y la libertad de cuestionar y criticar todo, de proponer y exigir cambios, de luchar por una mayor calidad de vida, de defender con pasión sus ideas y propuestas, pero es necesario hacerlo de forma pacífica" Destacó Dilma, cuatro medidas inmediatas para dar respuesta a las demandas de los manifestantes: Convocar a todos los gobernadores y alcaldes, de las principales ciudades del país, para crear un gran pacto por la mejora de los servicios públicos.

Dilma: una forma bien distinta de hacer política

Recibir a los "representantes de todas las organizaciones convocantes, representantes de las asociaciones de jóvenes, entidades sindicales, movimientos de los trabajadores y asociaciones populares. Necesitamos de su contribución, reflexiones y experiencias, de su energía y de su creatividad, de su apuesta por el futuro y de su capacidad de cuestionar errores del pasado y del presente"

Como avance de todo ello anunció tres medidas inmediatas: Un Plan Nacional de Movilidad Urbana, destinar el 100% de los beneficios de la industria petrolera a la educación y traer del extranjero millares de médicos para que atiendan el Servicio Único de Salud. Por si esto fuera poco y por si alguien tuviera alguna duda, Dilma enfatizó: "Necesitamos oxigenar nuestro sistema político, Encontrar mecanismos que vuelvan a nuestras instituciones más transparentes, más resistentes a las malas prácticas y, sobretodo, más permeables a la influencia de la sociedad. Es la ciudadanía, y no el poder económico, quien debe ser oído en primer lugar". "Necesitamos, mucho, mucho más, de formas más eficaces de combatir la corrupción". Dilma, terminó su mensaje diciendo: "Yo quiero repetir que mi gobierno está oyendo las voces democráticas que piden cambio, Yo quiero decirles a ustedes que fueron pacificamente a las calles que estoy escuchándoles. Y no voy a transigir con la violencia en las calles. Será siempre en paz, con libertad y democracia como vamos a continuar construyendo juntos este nuestro gran país". El mensaje es claro, nítido y contundente, sin concesiones a la demagogia, sin descalificaciones, sin buscar enemigos

exteriores, sin escusas ni culpables, dentro del marco del respeto y la democracia, sin insinuaciones y sin ambigüedades. Toda una lección para muchos políticos y un ejemplo para el mundo. Puede leer el discurso en el PDF facilitado por la oficina de prensa de Dilma en el siguiente enlace:

http://media.folha.uol.com.br/cotidiano/2013/06/21/prd0710.pdf o ver el vídeo de su alocución en:

http://www.youtube.com/watch? feature=player_embedded&v=XEj3UH69g5k

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