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Más de lo mismo para el Otoño

06/08/2013 El Ministerio del Interior del Estado Español, ya ha preparado el pedido de vituallas para el próximo Otoño, lo mismo de gases lacrimógenos, muchas balas de goma y botes de humo

Las balas de goma de esas de las que dejan sin ojos a los manifestantes y destrozan las caras de los menores de edad, que van despistados por la calle, confiando que lo de las manis no va con ellos, o las señoras mayores que piensan que la policía es respetuosa con las gentes de edad avanzada. Los gases lacrimógenos son el aderezo ideal para toda mani, ya que después de haberlo intentado y no conseguirlo, te vas para casa llorando de rabia incontenible, de impotencia insoportable al ver que son más los polis que los manifestantes. Por si todo esto fuera poco, los polis, llevan a sus amigos la mani, para hacer de comparsa bufa animando al personal a que rompa el escaparate de la esquina o descargue sus frustraciones contra cualquier uniformado, aunque sea camarero. Lo que no dice la nota informativa del ministerio, es cuanto se van a gastar en banderas roja y en banderas negras.

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Son tan zafios, o a lo mejor tan listillos, que disfrazan a sus provocadores con pasamontañas, les ponen banderas rojas y banderas negras, en una especia de desconcierto. Que sepamos la bandera anarquista es roja y negra, la roja suele ser enarbolada por comunistas y socialistas, pero la negra, sólo negra… para mí que es la de los piratas o la del luto, si fuera de piratas llevaría una calavera con sus correspondientes tibias, que pueden estar tibias o calientes, pero no puede ser que esa banda de ignorantes no sepan cual es su bandera.

Por si acaso vamos a comprar más de lo mismo

Tampoco les vamos a pedir que se lleven la azul y negra, que ya sabemos es la de Fuerza Nueva o el Frente Nacional… claro que si llevaran unas negras y otras azules, podríamos pensar que se trata de guardar luto por la alicaída monarquía borbónica, siempre a falta de las correspondientes flores de lis. Al gobierno no le falta previsión para el Otoño que se le avecina, el delincuente saldrá de la cárcel, las causas serán anuladas por que han prescrito o se limitan a un pequeño delito fiscal y los que cobraron los sobres, se irán de rositas como los banqueros, que se han chupado la pasta gansa del rescate a cuenta de los ciudadanos, que seguirán pagando las consecuencias de sus desmanes.

Mientras tanto los trabajadores, que padecen de amnesia crónica, para los que eso del proletariado es una antigualla que no viaja en Ryanair, o para los que no han alcanzado la modernidad de del Neoliberalismo, seguirán sin salir a la calle, dejando ese terreno para los de las acampadas del 15M y los enemigos de los partidos, los que no votan ni creen en la democracia. Claro que alguien me dirá que no he mencionado la partida de los botes de humo, pero en realidad la he dejado para el final. Y es que los botes de humo se usan para tapar a los amigos de la policía cuando son descubiertos, como el neolenguaje de la derecha que oculta la realidad de los hechos con palabras ininteligibles en ruedas de prensa en diferido o epítetos marcianos. Los botes de humo son para dispersar certidumbres, ocultar a los infiltrados, tapar a los amigos y esconder el botín mientras se lo lleva camino de Suiza algún exsenador abezado en escaladas.

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