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Allende en la memoria

10/09/2013 Un año más, viene a la memoria el trágico desenlace del Chile que esperaba alcanzar una sociedad socialista, una sociedad más justa por la vía de los votos

El dirigente chileno, no era un obrero, era cirujano, no era comunista, era socialista, no era una intransigente, era tolerante ... A pesar de todo esto, el odio anti comunista, la defensa del monoteísmo frente al ateísmo y el más ciego de los fanatismos, truncaron las aspiraciones de los desposeídos chilenos, por alcanzar una vida digna. Augusto Pinochet, emulando a Francisco Franco, se alzó en armas contra el legítimo gobierno de la Unidad Popular, al igual que lo hiciera Franco contra el gobierno del Frente Popular. El Gobierno d la Unidad Popular no habría caído en manos del fascista Augusto Pinochet, sin la descarada participación de los Estado Unidos y el silencio cómplice de sus aliados, tal como sucediera con el Gobierno del Frente Popular en España. Estos días estamos a punto de acudir a una de esas intervenciones Norteamericanas, esta vez se trata de Siria, las razones son las mismas, el odio anti comunista, la defensa del teísmo y la eliminación de todo aquello que represente

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discrepancias con el pensamiento hegemónico defendido por la OTAN. Después de la Guerra Fría, los Estados Unidos y sus aliados, se han puesto manos a la obra, para desmontar cualquier régimen político que discrepe de su modelo y de sus obediencia. Los que debían haber defendido la legitimidad democrática de la Unidad Popular en Chile o del Frente Popular en España, son los mismos que hoy deciden intervenir en los conflictos internos de un país soberano, con las peregrinas excusas de siempre, arropadas por una campaña de propaganda y desprestigio del gobierno de Siria.

Los principios no se negocian

Salvador Allende, no sólo fue víctima de los fascistas chilenos, Salvador Allende fue acosado y asediado por los Estados Unidos hasta su muerte. Al Gobierno de la Unidad Popular no se le podía acusar de entregar armas a los mineros, no se le podía acusar de contar con un arsenal de armas químicas, no se le podía acusar siquiera de ser una dictadura democrática. A pesar de todo ello, hoy recordamos la inmolación del líder de la Unidad Popular, que reclamaba justicia para los millones de mujeres y hombres que no conocen la moneda como unidad de intercambio, para los millones de mujeres y hombres que viven

en la oscuridad del analfabetismo, para los millones de mujeres y hombres que carecen de asistencia sanitaria, para los millones de mujeres y hombres, viven por debajo del umbral de la pobreza. Salvador Allende vive en la conciencia de todos aquellos que siguen creyendo en el internacionalismo proletario, en la solidaridad, en la lucha de clases, en la socialista… Salvador Allende, es el símbolo de la resistencia y de la entrega a la causa de los más desfavorecidos, hasta la muerte. Allende prefirió la muerte antes de caer en manos de los fascistas, murió haciendo honor a su coherencia, defendiendo la voluntad popular, la fuerza de la razón frente a la barbarie y la razón de la fuerza. Los principios no se negocian, se defienden con la razón hasta la muerte, aquel que se deja doblegar se traiciona a sí mismo y ese es el peor de los enemigos. El fascismo, no tiene principios, tan sólo tiene intereses.

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