El abeto suizo
Abeto de los Alpes
Abeto del Jura
Philippe Mottet
Ermanno Chiavi
Thomas Zahnd
El abeto suizo
Abeto de los Alpes
Abeto del Jura
Philippe Mottet
Ermanno Chiavi
Thomas Zahnd
NOVEDAD – Formato: 22,5 x 30 cm (1,8 kg). 216 páginas + plano de una guitarra de Friederich en tamaño real. Francés/Inglés, 90 € + costos de envío.
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Suiza no es sólo el país de los relojes, las farmacéuticas, los bancos, las montañas y las estaciones de esquí. Suiza tiene también magníficos bosques de abetos que llevan siglos proporcionando madera de resonancia de alta calidad. Cada bosque tiene sus propias características especiales; sin embargo, como era imposible visitarlos todos, elegimos dos: uno en los Vosgos, en la frontera con Francia, y otro en los Alpes, muy cerca de las fronteras con Italia y Austria.
También entrevistamos a tres luthiers enamorados del abeto: Philippe Mottet, Ermanno Chiavi y Thomas Zahnd. Los tres preparan sus tapas partiendo la madera en lugar de serrarla, siguiendo la tradición suiza de construcción de tejados y fachadas de los chalets, lo que preserva las fibras enteras y hace que la madera sea más resistente.
¡Que disfruten la lectura!
Alberto Martinez
Philippe Mottet, heredero de Christian Construyó su primer instrumento en el taller del luthier y guitarrista Christian Aubin en Cahors (Francia). Aubin, quien había aprendido lutería con Robert Bouchet. Philippe Mottet firma las etiquetas de sus instrumentos: anselmus albini alumnus , que significa “Anselme (su segundo nombre), alumno de Aubin” en latín.
En el inmenso espacio de su taller, todo respira orden y serenidad.
Philippe Mottet – De niño era cantante, y en la adolescencia aprendí a tocar la guitarra en los conservatorios de Friburgo y Lucerna. Pero siempre me atrajo la artesanía y soñaba con fabricar violines y guitarras. En mi afán por aprender, visité a muchos luthiers y finalmente encontré a uno que impartía cursos de verano: Christian Aubin, cerca de Cahors en Francia. Me gustaron mucho sus enseñanzas.
Un día, mientras trabajaba en su taller, silbé “Trois beaux oiseaux du paradis” de Maurice Ravel y Aubin se sorprendió y quedó encantado. Creo que ése fue el punto de partida de nuestra amistad.
Christian Aubin era también un excelente guitarrista.
P. M. – Sí, su gran amor era la música de Bach. Tenía ideas muy claras sobre la música y la interpretación. Su repertorio era muy diferente del de otros guitarristas. Fue uno de los pocos que tocó las sonatas de Bach para violín solo con su magnífica Torres de 1867. Segovia había transcrito la Chacona , pero no todas las sonatas. En los años 50 tocaba todas las noches en París, generalmente en la Académie de guitare. Allí entabló amistad con Robert Bouchet y Daniel Friederich (Christian Aubin aprendió lutería con Robert Bouchet y copiando su propia guitarra Antonio de Torres. También fue el iniciador de Daniel Friederich a la lutería).
Tuve la suerte de tocar con su guitarra Torres durante diez años, presta -
Construye sus guitarras a la española.
da por Aubin. Me gustaba mucho tocar con las cuerdas menos tensas, con el La a 415 Hz, medio tono más bajo. Me pareció que quizá sonaba un poco más suave, pero con más ternura y un vibrato más presente; era magnífico. La afinación cambia mucho la forma de sonar de una guitarra; hoy en día, como me siento totalmente libre de hacer lo que quiera, rara vez afino mis instrumentos a 440 Hz. Me gusta encontrar la frecuencia que saca lo mejor de cada instrumento.
¿Qué tipo de construcción aprendió con Aubin?
P. M. – Con Aubin aprendí a construir guitarras utilizando procesos y moldes directamente inspirados en los de Robert Bouchet. Pero rápidamente me interesé por los laúdes y la fabricación de réplicas de instrumentos históricos. Para ello, continué mi formación con David Van Edwards en Inglaterra.
Además de los laúdes, me interesé en las guitarras vienesas, que me parecieron muy atractivas por sus sonidos tan claros.
¿Cuáles son las características de su lutería en la actualidad?
P. M. – Como vivo parcialmente en el mundo del laúd, se me abren puertas a otras formas de fabricar instrumentos y, en particular, a otras maderas. Para los laúdes,
Su taller es tan hermoso por fuera como por dentro.
utilizo acebo, tejo, arce ojo de perdiz o palo serpiente. Es posible variar el sonido y la vivacidad de respuesta del instrumento utilizando estas diferentes maderas. En el caso del tejo, que es la madera de referencia para las cajas de laúd, se puede incluso utilizar la albura. Como esta madera es muy resiliente y recupera su forma original muy rápidamente, en Inglaterra se utilizaba para fabricar arcos, por lo que los bosques siempre han estado muy protegidos debido a su uso militar. ¡Esto fue una suerte para los luthiers, ya que parte de los árboles estaban reservados para ellos!
En todo caso, lo más difícil siempre es conseguir que la primera cuerda sue -
ne uniformemente, sobre todo entre el séptimo y el decimoquinto traste. Es un problema para todos los luthiers...
En mis instrumentos, un elemento muy importante es la presencia de aros laminados, como en las guitarras románticas o las guitarras Ramírez. El interior de los aros va laminado con abeto o ciruelo.
Me encanta trabajar con ciruelo, es uno de los árboles frutales más duros, y lo he utilizado mu -
Un fondo en construcción de su modelo moderno.
cho para hacer magníficos laúdes. Tiene una amplia gama de colores, del naranja al morado. Es difícil de utilizar en el mundo de la guitarra, donde hay muchas ideas preconcebidas; ¡a los guitarristas clásicos les cuesta separarse del palisandro y del arce!
¿Tiene algún plan?
P. M. – Siempre tengo proyectos en mente, como por ejemplo hacer cosas que nunca hago. Es muy interesante, porque no responden a un encargo. Hoy en día, en cuanto uno se aleja de la estética sonora de “la guitarra que se necesita para ganar un concurso”, se ven algunas gui -
tarras de abeto realmente hermosas en los escenarios de los conciertos, con tapas y varetajes completamente tradicionales. La moda está cambiando.
¿Qué maderas prefiere para sus tapas?
P. M. – Para las tapas, trabajo principalmente con abeto del Bosque de los Arses en los pre-Alpes, cerca de Rougemont. Este bosque está orientado al norte, los árboles crecen lentamente
Laúd en construcción con ébano de Mozambique (Dalbergia melanoxylon).
y la madera es muy ligera, más ligera que la de los Vosgos. Sobre todo, encuentro madera cortada de la forma correcta: hay que partirla, y no serrarla.
Usted da mucha importancia al hecho de que esté partida y no cortada, pero al final hay que aserrarla para obtener tablas que puedan utilizarse en lutería.
P. M. – No, yo las cepillo, pero al final. Trabajo de la misma manera que se hace para el revestimiento de las fachadas de los chalets en Suiza, para que la madera resista más tiempo a la intemperie. Partimos el tronco en cuartos, luego cada cuarto en mitades sucesivas cada vez más pequeñas. Al final, se obtienen cuñas de dos centímetros de grosor en la parte de la corteza y casi nada en el corazón del árbol. Esta es la mejor manera de seguir la fibra de la madera. De hecho, los árboles rara vez crecen sin retorcerse, por lo tanto, hay seguir estas fibras naturales lo más fielmente posible. Cepillando, se conserva las fibras enteras y se optimiza la transmisión del sonido. Casi nunca hago tapas
Guitarra barroca de arce ojo de pájaro, natural y oxidado.
en dos partes, las hago en varias partes: cuatro, cinco o seis, manteniendo las piezas con la fibra perfectamente perpendicular, sin bolsas de resina y sin amenazas de grietas. La flexibilidad y la solidez de una tapa hecha de este modo no son las mismas que las de la madera aserrada. La desventaja es que al partir hay mucho desperdicio, y los comerciantes generalmente no pueden permitirse hacer esto, prefiriendo serrar.
¿Tiene varios modelos de guitarra?
P. M. – A lo largo de mi vida, he fabricado muchos modelos diferentes. No soy de esos luthiers que han hecho un solo tipo de instrumento mejorándolo poco a poco. Muchos de mis instrumentos se han basado en modelos históricos. Incluso, por admiración a David Russel y su primera Dammann, hice guitarras con doble tapa que dieron muy buenos
Sus etiquetas están grabadas e impresas a mano.
El modelo Torres, basado en la SE 141 de 1890, una de las últimas, con sus reducidas dimensiones.
“El modelo Anselmus es mi modelo principal y representa mi identidad estética en cuanto a guitarras clásicas.” La roseta está hecha con maderas naturales sin teñir: peral, ciruelo, ébano, palisandro, acebo y marfil rosado.
“Por
resultados. Todavía las hago de vez en cuando... Me gusta hacer copias de Torres que sean auténticas copias de Torres, con un abanico tradicional de siete varetas, con la barra armónica abierta y todo lo demás, como las hacía Christian Aubin. Y, por supuesto, también hago copias de Bouchet.
¿Y sus modelos personales?
P. M. – Uno de mis modelos personales, al que llamo “Jugendstil”, es una especie de guitarra vienesa modernizada, muy personal estéticamente, con una tapa montada con las vetas en diagonal y con un varetaje paralelo. Esto me permite obtener una tapa con una resistencia diferente y hacer un varetaje paralelo a las cuerdas. Es un instrumento bastante especial...
También hago un modelo Anselmus, que podría calificar de “moderno”, con un varetaje de rejilla, un entramado de barras perpendiculares. Me gusta mucho el resultado en cuanto a su estética sonora. Por principio, para todos mis modelos, busco un poco de volumen y una igualdad de frecuencias en los agudos. Me gustan los instrumentos con una fundamental clara, para escuchar mejor la polifonía. Los prefiero a los instrumentos más brillantes.
He visto un abeto de color caramelo en su taller. ¿Qué es?
El modelo “Jugendstil”: su tapa está montada con la vena en diagonal, su boca es elíptica y su puente muy singular.
El modelo “Jugendstil” es una especie de guitarra vienesa modernizada.
P. M. – Es abeto oxidado, que he estado preparando yo mismo desde hace mucho tiempo para hacerlo más ligero y estable. Esto endurece la resina y la hace como de cristal, lo que es muy bueno para el sonido. La idea se me ocurrió después de trabajar con madera vieja. Es como un envejecimiento artificial que hago en el horno de la cocina a 180 °C (356 °F).
Pongo las tablas inclinadas y las dejo cinco minutos de cada lado.
¿Cómo acaba las guitarras?
P. M. – Cuando se hace una tapa de laúd no se le pone ningún revestimiento. Se puede utilizar un poco de cera, así la tapa sigue muy permeable al sonido, que es una de las cualidades que me gustan de estos instrumentos...
Se podría poner muy poca goma laca en las guitarras, lo menos posible, pero
para que la goma laca luzca bien se necesita un poco de espesor de todos modos. Para mí, lo ideal es la cera. Es un deseo de luthier, pero rara vez el de un guitarrista, porque la tapa sigue siendo frágil y se necesita cuidarla.
Y... ¿debemos hacer la guitarra que nos gusta o la que nos piden?
P. M. – Cada guitarra lleva un poco de nuestra personalidad y sensibilidad. Por supuesto, siempre hacemos la guitarra que nos gusta, porque no podemos cambiar nuestra forma de hacer las cosas y adaptarnos a los gustos de nuestros clientes, de lo contrario ¡sería como un barco sin capitán que va donde le sople el viento!
El clavijero abierto añade un detalle de inspiración alemana.
El punto de apoyo del puente está ligeramente retraído, a nivel de la cejuela, como en los laúdes barrocos. Sus alas van abiertas para hacerlas más flexibles. Esta guitarra tiene, además, un pequeño tornavoz de madera.
Los alerces, con su dorado follaje otoñal, dan color a los bosques suizos.
Ermanno Chiavi aprendió el oficio en Alemania con el luthier Gerold Karl Hannabach, antes de instalarse en Zúrich en 1985. Más tarde, perfeccionó su técnica asistiendo a los cursos de José Romanillos en Sigüenza, España.
Guarda un grato recuerdo de estos cursos: “José era un hombre maravilloso, amable, abierto, generoso y muy hábil con las manos.”
¿De dónde viene su pasión por las guitarras de múltiples cuerdas?
Ermanno Chiavi – Empecé fabricando guitarras clásicas de seis cuerdas, pero en 2003 el guitarrista sueco Anders Miolin me pidió que le hiciera una guitarra de trece cuerdas. Normalmente tocaba con una guitarra de diez cuerdas, pero como deseaba tocar transcripciones de piano, quería un instrumento con siete cuerdas graves y un mástil con veinticuatro trastes para poder tocar en cinco octavas. Este encargo era un reto para mí, así que le di muchas vueltas en la cabeza y me compré un ordenador con un programa que me permitía experimentar con diferentes proyectos. Al final, la guitarra fue un éxito, mi cliente sigue utilizándola y posteriormente he recibido más de treinta pedidos de este modelo.
Este enfoque de la construcción asistido por ordenador me dio la idea de utilizarlo para crear
otros modelos y también para mejorar mis guitarras clásicas de seis cuerdas.
¿Qué otros modelos?
E. C. – Me gusta emprender proyectos diferentes y mis clientes lo saben.
Hace unos años, un profesor del conservatorio local me pidió que hiciera guitarras para niños con un diapasón de 52 centímetros, e hice docenas de ellas.
Hoy en día, ofrezco guitarras clásicas con seis, siete, ocho, diez, once y trece cuerdas. También he fabricado una guitarra “dodecafónica”, una guitarra clásica con doce cuerdas simples, pero con una afinación especial. Construir una guitarra así fue difícil... ¡y también lo fue encontrar las cuerdas con las tensiones adecuadas!
Mi hija cantaba y tocaba la guitarra clásica desde que era adolescente, pero cuando tenía unos
Guitarra de once cuerdas.
veinte años quiso pasar a una guitarra acústica de cuerdas de acero. Así que le hice una copia de una Washburn de los años treinta. ¡Y aquí estoy con un modelo más que proponer!
¿Qué características busca en sus guitarras?
E. C. – Un buen volumen, por supuesto, ¡pero sobre todo colores!
Intento que tengan un sonido muy neutro para que el guitarrista pueda encontrar su propio sonido. Quiero fabricar instrumentos que revelen la personalidad del guitarrista.
Generalmente trabajo con palisandro de la India y arce canadiense para los cuerpos y abeto alpino suizo para las tapas.
Me gusta el abeto liviano, con un peso entre 370 y 400 kg/m 3. Cada vez que compro madera, mido su peso y su flexión y lo anoto en cada tabla. Dedico mucho tiempo a analizar y comprender cada tabla de madera que tengo en las manos.
Guitarra de doce cuerdas con un diapasón diseñado para poder pulsar todas las cuerdas sólo en los tres primeros trastes.
El desplazar la roseta hacia arriba permite hacer un gran abanico enrejillado.
Frente a un plano de guitarra cuerdas con un diapasón
y
guitarra de seis diapasón de 63 cm.
Tablero de herramientas con el recorte de una pala de guitarra de seis cuerdas.
Tapa de guitarra clásica con su varetaje de dos abanicos cruzados.
mosaico para
sencilla, naturales.
Fondo en preparación, de arce ojo de pájaro con cuatro barras de refuerzo.
Emplea un molde para pegar los aros de un modelo clásico.
Utiliza el ordenador para diseñar sus guitarras.
“La guitarra que mas he hecho es el modelo clasico de seis cuerdas: ¡unas 300!”
A Chiavi le gustan las tapas de abeto con garras de oso.
Estas medidas me dan una idea de qué varetaje y qué construcción funcionarán mejor.
Cuando la guitarra está terminada, mido y ajusto la frecuencia entre FA y SOL añadiendo o quitando madera.
He visto en su taller tapas con bocas dispuestas de manera diferente.
E. C. – Sí, la boca de la guitarra puede colocarse en diferentes lugares. Lo importante es su diámetro y el volumen de aire que deja pasar. Por ejemplo, si hago mi modelo con una boquilla pequeña, añado otra en un aro.
Cuénteme sobre sus diferentes modelos.
E. C. – La guitarra que más he hecho es el modelo clásico de seis cuerdas. He hecho unas trescientas.
Hago dos versiones: una tradicional, con la boca en el centro y un varetaje con dos abanicos cruzados, que es la preferida de algunos guitarristas por su calidez de sonido. Por otro lado, hago otra versión con la boca en el lóbulo pequeño y un varetaje de rejilla que da un sonido más neutro y se adapta mejor a otros guitarristas. Esta última, con su gran superficie de la tapa, me da más margen para ajustar la frecuencia.
Las guitarras de siete y ocho cuerdas se basan en la misma construcción que el modelo de seis cuerdas. Las cuerdas séptima y octava amplían el registro grave, están afinadas en RE y DO y se pueden tocar en todo el diapasón. El diseño del clavijero permite la integración de cuerdas adicionales, conservando el mismo tamaño y simetría.
La boca puede ser tanto la colocada en el lóbulo pequeño como una inspirada en el modelo de doble boca de Simplicio. Por otro lado, el varetaje es siempre el de dos abanicos cruzados, muy livianos, lo que me permite aprovechar mejor la gran superficie de la tapa y me da un resultado sonoro muy bueno.
Las guitarras de diez cuerdas también se basan en la misma construcción que el modelo de seis cuerdas. El diseño de la cabeza
Su modelo de guitarra infantil con diapasón de 52 cm.
“Para mi hija, que quería una acústica
cuerdas
acero, copié
permite añadir cuatro clavijeros adicionales con un recorrido óptimo de las cuerdas. Las cabezas de las guitarras de once y trece cuerdas están diseñadas para alojar los clavijeros extra ligeros fabricados por Alessi a petición mía.
El diapasón está diseñado para apoyar todas las cuerdas solo en los tres primeros trastes. El ancho del diapasón disminuye a partir del tercer traste y varias cuerdas graves quedan fuera de él. A partir del duodécimo traste, el ancho del diapasón disminuye de nuevo para ahorrar peso y hacer que toda la construcción sea visualmente más liviana. Además de ampliar el registro hacia abajo con las cuerdas extra, también lo he ampliado hacia arriba con cinco trastes adicionales, para un total de veinticuatro trastes. El diapasón del modelo de trece cuerdas ofrece así la posibilidad de tocar en cinco octavas.
Los diapasones de estos modelos van elevados para facilitar el acceso a las cuerdas
Otra tapa de abeto espectacular.
por encima del duodécimo traste y permitir que la mano izquierda esté en una posición más relajada.
También hago una guitarra “dodecafónica” de la que ya le he hablado; una guitarra clásica con doce cuerdas simples, pero con una afinación especial: SOL / LA / SI / DO / RE / MI / LA / RE / SOL / SI / MI / LA. Además de ampliar el registro hacia abajo, gracias a las cuerdas graves adicionales, también lo amplía hacia arriba gracias a la cuerda de LA añadida en los agudos.
Al desplazar la roseta hacia arriba, la superficie de vibración de la caja de resonancia aumenta casi un tercio en comparación con una guitarra convencional.
¡Es una pena que no haya charlado con Francisco Simplicio! E. C. – Sí, ¡habría tenido unas cuantas preguntas que hacerle!
He aprendido mucho reparando guitarras. Ver el trabajo de los grandes luthiers es muy instructivo. He tenido la suerte de ver, escuchar y medir muchas guitarras realmente buenas, como las de Hauser y Romanillos. Todas me han enseñado algo.
Thomas Zahnd
era profesor y practicaba la lutería haciendo guitarras de jazz. Fue tras seguir los cursos de Tobias Braun en Austria que comenzó la construcción de guitarras clásicas.
¿Existe una tradición de guitarra clásica en Suiza?
Thomas Zahnd – No, la guitarra no está presente en la música popular suiza. La guitarra clásica llegó bastante tarde, alrededor de los años cincuenta. Hoy en día no hay una influencia dominante en la lutería suiza de la guitarra: ni española, ni alemana, ni francesa, ni italiana; cada luthier sigue su propio camino. En lo que a mí respecta, me inspiro en los grandes luthiers españoles: me encanta el sonido de sus guitarras. Al principio estaba muy influenciado por las guitarras de Hauser, pero luego las de Arias y Santos se convirtieron en mis referencias sonoras. Los maravillosos cursos de construcción que hice con Tobias Braun fueron de gran ayuda en ese sentido.
Aquí se ve el encolado del fondo y, en la página de la derecha, varios detalles de construcción de su modelo de guitarra clásica.
¿Cómo se inició en la lutería?
T. Z. – Yo era profesor especializado en enseñar a niños con retraso mental. Les enseñaba a leer y escribir, pero también les ayudaba a expresar su personalidad a través del trabajo manual, el dibujo y la pintura.
En los años 90, mientras daba clases, también construía por mi cuenta guitarras de jazz tipo “archtop” en el salón de mi casa. ¡Me encantan las Gibson L5!
En 2016, me dieron ganas de construir guitarras clásicas y me enteré de que Tobias Braun impartía cursos de construcción en Austria. Los cursos fueron fantásticos, ¡nunca había aprendido tanto en quince días! En los tres cursos de Tobias, que seguí en 2017, 2019 y 2020, construí modelos de Hauser, Arias y Santos.
Las guitarras de Vicente Arias siempre me han sorprendido. Son una especie de desafío a la física: son muy ligeras (alrededor de un kilo), reaccionan rápidamente y de forma directa, ¡y producen unos graves ricos y profundos!
Por desgracia, a los guitarristas suizos no les gusta el modelo Arias, que le parece demasiado pequeño, ni las guitarras de madera clara; tengo una guitarra de ciprés desde hace dos años que no ha encontrado comprador.
Tabla de abeto tal como aparece una vez partida, lista para ser cepillada.
¿Y qué modelos ofrecen actualmente?
T. Z. – Hoy en día he creado mi propio modelo, una mezcla de todo lo que he aprendido, pero sobre todo inspirado en la guitarra tradicional española, ni doble tapa ni entramado. Mi abanico está formado por
Su modelo personal sigue la tradición de la guitarra española.
cinco varetas y una barra armónica inclinada. Para el fondo y los aros, utilizo principalmente palisandro de la India, ciprés o arce, pero también tengo un poco de limoncillo ( Chloroxylon swietenia ) y de serbal ( Sorbus domestica ) en mis existencias. La roseta está hecha con maderas naturales sin teñir. El encolado lo realizo con cola caliente y el barniz lo aplico con muñequilla, utilizando goma laca sin cera. La forma del clavijero está inspirada en las guitarras de Robert Bouchet, pero he añadido dos muescas en la parte inferior. Llamo a mi modelo “La gordita” porque la cintura es un poco ancha.
¿De dónde viene el abeto de sus guitarras?
T. Z. – Existe una tradición en Suiza de hacer techos y fachadas de madera utilizando pequeñas tejas de abeto o de alerce partidas, no aserradas. Tengo la suerte de vivir cerca de un carpintero especializado en la restauración de estas casas. Este hombre está acostumbrado a seleccionar
La cabeza está inspirada en las guitarras de Robert Bouchet. Las rosetas están hechas de madera natural sin teñir.
“En el taller del luthier, el tiempo no debe existir.”
madera de calidad. Cuando corta un tronco de abeto excepcional, lo guarda para los luthiers. Me encanta el abeto de esta región, el Oberland de Berna, porque aporta brillantez a las notas agudas de mis guitarras.
¿Por qué los luthiers suizos no son muy conocidos en el extranjero?
Guitarra de jazz archtop, copia de la Gibson L5.
T. Z. – Es cierto. Creo que luthiers como Maurice Ottiger y Philippe Jean-Mairet solían estar presentes en las ferias de lutería de Europa, pero ya no.
Los luthiers suizos producen poco y venden sus guitarras principalmente en Suiza, ya que hay varias razones para este aislamiento: el mercado es pequeño, la demanda es baja y la vida es muy cara. En general, los luthiers suizos dividen su tiempo entre la construcción de guitarras y otro trabajo. El otro problema es que Suiza no forma parte de la Unión Europea. Así que yo pago impuestos por la madera que importo de Alemania y mis clientes pagan impuestos por mis guitarras cuando llegan a su país. Esto hace que nuestros productos sean caros y difíciles de vender.
¿Tiene algún consejo para los jóvenes luthiers?
T. Z. – Les diría que cambien de actitud, que entren en el taller y se olviden del tiempo, que hagan todo lo mejor posible. En el taller de un luthier el tiempo no debe existir. Tobias siempre nos decía: “la paciencia es lo más importante”.
Otro ejemplo de su modelo, pero con fondo y aros de ciprés.
Un pequeño torrente cerca de Bergün, donde se encuentra la empresa Florinett.
El aumento de las temperaturas en los últimos años ha sido excepcional en Suiza y en el resto del mundo.
En el último siglo, la temperatura media anual en el país ha aumentado entre 2 y 2,5 grados poniendo en peligro los abetos.
Tablas secándose en Swiss Resonance Wood.
En los bosques de baja altitud, el número anual de días con una temperatura máxima superior a 25 °C ha aumentado entre un 50 y un 70 %, mientras que el número de días con heladas ha descendido entre un 15 y un 45 %.
Si este calentamiento continúa, los abetos ya no encontrarán las condiciones óptimas para crecer en esos lugares cálidos, y podrían ser sustituidos gradualmente por especies locales de roble.
Visitamos dos empresas especializadas en la venta de madera de resonancia: Florinett y Swiss Resonance Wood.
Florinett opera en los bosques de la región de los Grisones, en el este de Suiza, famosa por sus magníficos paisajes alpinos y los deportes de invierno (St. Moritz, Davos, etc.). El cantón de los Grisones limita al norte con Liechtenstein, al este y norte con Austria y al sur y sureste con Italia. Esta región es casi totalmente montañosa y los bosques cubren una quinta parte de la superficie total.
Swiss Resonance Wood opera en el bosque de Risoud (o Risoux), en las montañas del Jura, en la frontera de Francia con Suiza. Es uno de los bosques más grandes de Europa con 30 kilómetros de largo y 8 kilómetros de ancho.
Los bosques de ambas regiones se extienden hasta altitudes de 1.000 y 1.800 metros. Están sometidos a un entorno particularmente inhóspito: en particular el frío, que combinado con la pobreza del suelo, son los dos factores principales del lento crecimiento de los árboles. Gracias a sus árboles centenarios, estos bosques proporcionan madera de alta calidad para la lutería.
Desde el año 2000,
Andrea Florinett y su equipo seleccionan maderas de primera calidad para fabricar instrumentos bajo el sello Tonewood
Switzerland, en la región de los Grisones, en medio de los Alpes suizos.
¿Cuáles son las características de su madera de resonancia?
Andrea Florinett – Nuestro clima frío y montañoso, y la breve temporada de crecimiento, producen abetos con anillos anuales apretados y regulares. El tronco debe estar libre de nudos, ser recto (sin torsiones) y contener poca resina. La ubicación donde crecen los árboles es muy importante; la mejor es a la sombra, en un terreno ligeramente inclinado. También es ideal que haya una mezcla de edades en la misma zona, de modo que los árboles más pequeños crezcan cerca de los más grandes y se beneficien mutuamente: los más pequeños evitan que los más grandes hagan ramas bajas y los más grandes protegen del viento a los más pequeños.
Invitados por Florinett, asistimos a la tala de árboles en invierno, en el momento de la luna nueva.
Para que se haga una idea de lo difícil que es encontrar madera de resonancia, le daré algunas cifras: nuestra empresa corta 60.000 m 3 de madera al año, de los que solo 300 m 3 serán utilizables en lutería.
¿El abeto de sus bosques es más bien pesado o liviano?
A. F. – En todos los bosques hay zonas donde la madera es más liviana y otras donde es más pesada; el peso puede variar de 320 kg/m 3 (raramente) a 420 kg/m 3. Conocemos muy bien estas zonas. La diferencia se debe a la riqueza del suelo. Pero hay muchos factores que influyen en la calidad de la madera: el sonido emitido al golpearla, la velocidad de transmisión, el peso, el aspecto estético, etc. Todos estos factores entran en juego a la hora de clasificar las tapas. Las que clasificamos como “Mastergrade” representan el 2 o 3 % de todas las tapas. Se trata de una madera excepcional, de un árbol que ha crecido sano durante 250 años sin que los árboles vecinos ni las tormentas, ni otros fenómenos, le hayan molestado. Es un milagro.
Muy pocos de estos árboles serán seleccionados como madera de resonancia.
¿Cuál es la mejor época para talar árboles?
A. F. – Talamos los árboles en invierno y solo durante los cuatro o cinco días anteriores a la luna nueva. Seguimos el mismo calendario que los jardineros.
Buscamos abetos a una altitud de entre 1.300 y 1.800 metros. Como norma general, solo cortamos árboles con un diámetro medio de al menos 45 centímetros y con una edad comprendida entre los 200 y los 250 años. Luego, partimos los troncos en cuartos y almacenamos las tablas a una altitud entre 1.400 y 1.600 metros. En nuestro clima alpino, el secado al aire da lugar a un proceso gradual y suave.
Pero ustedes también ofrecen tapas modificadas térmicamente.
A. F. – La idea es envejecer la madera artificialmente. Las tapas tratadas térmicamente se calientan al vacío en nuestro horno especial a una temperatura máxima de 160 °C. Este proceso, conocido como torrefacción, oscurece el color
“Los árboles pequeños crecen cerca de los grandes, y ambos se mejoran mutuamente.”
Actualmente, la transmisión del sonido sólo se mide a petición.
de la madera y volatiliza parcialmente la resina, la hemicelulosa y la lignina. La madera de abeto tratada térmicamente presenta una serie de ventajas con respecto a la no tratada: la velocidad de transmisión del sonido es mayor (radial y longitudinalmente), la densidad es menor y la madera puede utilizarse inmediatamente sin necesidad de más envejecimiento.
¿Han sufrido los efectos de la tormenta de 2018?
A. F. – La tormenta que diezmó gran parte del bosque de Val di Fiemme, en Italia, en octubre de 2018, también causó muchos daños aquí. Pero entre noviembre y abril, retiramos todos los árboles caídos y limpiamos el bosque. Después, por supuesto, replantamos los árboles. Esto es inusual, porque aquí no replantamos, sino
que dejamos que la naturaleza siga su curso y que el bosque se regenere por sí solo. Afortunadamente, aquí no tenemos problemas con el escarabajo de la corteza, la enfermedad que afecta a los abetos. El gobierno suizo hace todo lo posible por mantener los bosques sanos, y cuando un árbol se enferma, se retira para evitar la contaminación.
¿Qué proyectos tienen?
A. F. – La demanda de mediciones de la transmisión del sonido aumenta cada vez más, sobre todo por parte de los luthiers de violines. De momento lo hacemos a petición, pero tenemos previsto hacerlo de forma más sistemática.
Tapa triple A, de 383 kg/m3, con una velocidad de transmisión de 5.330 m/seg.
Muestras de madera de cerezo, nogal, arce y tejo.
En el bosque de Risoux (o Risoud), en las montañas del Jura, conocimos a Théo Magnin, director de la empresa Swiss Resonance Wood.
Recorre este bosque desde que era niño y es la tercera generación de la empresa familiar, fundada en 1976 y especializada en el comercio de madera.
¿Cuáles son las características del abeto de los bosques de Risoux?
Théo Magnin – Los anillos de crecimiento son muy apretados. Los árboles de esta región crecen lentamente, lo que da lugar a anillos finos y apretados. Para que la madera sea adecuada para la lutería, el árbol debe tener al menos 50 cm de diámetro, tener entre 200 y 300 años,
Théo Magnin nos muestra un magnífico ejemplar de abeto, muy prometedor para su uso en lutería.
tener un tronco recto sin rotaciones ni nudos ocultos, sin ramas en la parte inferior y con el corazón bien centrado. Es decir, ¡un árbol de cada 10.000!
¿Cuándo cortan los árboles?
T. M. – Nuestros antepasados se dieron cuenta de que, si se corta la madera durante la luna menguante y cuando no corre la savia, es decir, en invierno, cuando los árboles están en reposo, la madera se seca más rápidamente y es de mejor calidad. Este conocimiento se basa en una larga observación y, sobre todo, en la necesidad de obtener madera de la mejor calidad posible. En invierno, cuando la luna está menguante, la
Escarabajo tipógrafo : se trata de un pequeño escarabajo de unos 5 mm de longitud que asola los bosques de abetos en Europa. Normalmente, un abeto sano puede evitar la intrusión de estos insectos segregando resina pegajosa. Sin embargo el escarabajo de la corteza ataca primero a los abetos debilitados por las tormentas o la sequía.
El bosque de Risoud (o Risoux en Francia) es uno de los bosques más grandes de Europa.
presencia de savia es mínima, la madera es más ligera y hay menos riesgo de que se desarrollen moho y parásitos.
¿Qué es el abeto torrefactado que ustedes ofrecen?
T. M. – Es un proceso que acelera el envejecimiento. Entre nuestros clientes, hay dos tipos de luthiers: los que prefieren las tapas que han envejecido de forma natural durante 10 o 15 años en nuestros almacenes, y los que eligen el abeto torrefactado porque se puede utilizar más pronto. Sobre todo, por su aspecto, su color dorado. Por ejemplo, si combina una caja de nogal con una tapa torrefactada, el efecto conjunto será magnífico.
¿Qué otras maderas de resonancia venden?
T. M. – El abeto representa el 80 % de nuestras ventas, pero también ofrecemos nogal, arce rizado, fresno-olivo, plátano y árboles frutales (peral, cerezo, etc.). He decidido vender únicamente maderas locales, 100% suizas. Tenemos maderas magníficas en Europa y tengo muy poca madera africana.
He observado algunos abetos muertos en el bosque, ¿cuál es la causa?
T. M. – En estos momentos, tenemos un verdadero problema con los abetos. Están siendo atacados por el escarabajo de la corteza [leer nota], un insecto que los mata. Creo que el aumento de la temperatura y la sequía de los últimos años han debilitado los árboles y estos insectos los han colonizado. Es terrible, si esta epidemia continúa, no tendremos mas abetos de esta calidad en menos de 5 años.
Una muy buena tapa de abeto, con un veteado apretado y regular.
París, noviembre 2024
Sitio internet: www.orfeomagazine.fr
Contacto: orfeo@orfeomagazine.fr