Corporal Mente

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CORPORAL

MENTE


Créditos

PORTADA Foto: Eduardo Peris WRONG MIND PERCEPTION Diseño gráfico y texto: Andrew McConnochie INTRO Texto: Mari Luz Baffe Foto: Oscar Ruano LA VERDAD AL DESNUDO Texto: Ismael Fernández Fotos: Lladró VOY VOLANDO Texto e ilustración: Avelino Martín LA RECONQUISTA Texto y música: Fran Loud Fotos: Revista Joyce

LA CARNE MAS DULCE Texto: Mari Luz Baffe Foto: Membrillo Santa Teresa CUERPO DE BAILE Texto: Aelf Nández Fotos: Roberto Molero MI SITIO EN EL MUNDO IRRESPONSABLES Texto: Victor Berros Fotos: José Ramón Esparza (ZAG) SI SALE SANGRE LUEGO SALE COSTRA Texto: Olalla Hernández Lectura: Lara Meana DIM DICE MUCHO DE TÍ Nacho Suárez: Salamanca 2008

POESÍA, NO SÉ QUÉ ES Poemas: Florinda Tobal Fotos: Sergio Rodríguez González ABORÍGENES Fotos: Eduardo Peris Textos: “Le Temps des Tribus” de Michel Maffesoli

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Foto portada: Eduardo Peris.

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Wrong mind perception Diseño gráfico y texto: Andrew McConnochie

La falta de conocimiento de nuestra verdadera naturaleza, de nuestro verdadero yo, nos conduce a una percepción errónea de la realidad. El hombre y la mente decadentes representan el dramatismo de la situación y la crítica social del artículo: esclavos de nuestros abusos, de nuestros actos, pensamientos... Inspirado en la teoría de los 4 “yo” y jugando con la belleza y las decadentes figuras calavéricas, representa una dualidad en nuestra personalidad que, a menudo, nos aleja de nosotros mismos: -El yo conocido por mí y por todos -El yo conocido por todos y no por mí -El yo desconocido por todos y conocido por mí -El yo desconocido por mí y por todos La gráfica representa no sólo la esclavitud cuerpo-mente, sino también, una crítica social a la falta de transparencia del individuo. www.andrewmcconochie.com 3



Intro Texto: Mari Luz Baffe. Foto: Oscar Ruano

Tienes “un cuerpo muy agradecido” me dijo hace años alguien con quien compartí algo mas que el propio cuerpo, porque eso es sólo el principio y tarde o temprano hay que trascenderlo. No sé muy bien a qué se refería, imagino que de algún modo, para él, mi cuerpo suponía una recompensa. Y es que el cuerpo puede ser una moneda de cambio, cuando se da con intención o sin ella, porque sí. Parece una paradoja que en un mundo tan marcado por los intercambios especulativos, un cuerpo deseado nos lleve a cualquier parte, incluso mas allá de la lógica y de la codicia. Por eso, un cuerpo agradecido, me parece mucho menos inquietante, mas sosegado que esos cuerpos tan obsesivamente deseados, mas allá incluso de su propia realidad. Los cuerpos terminan siempre convertidos en mito. Sobre ellos se escribe, de ellos se habla, con ellos se sueña y su lenta e inexorable evolución hacia la nada es motivo de todas las zozobras y de todos los desasosiegos de este mundo.

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Agradecerle al cuerpo su abnegada entrega a todos nuestros excesos, nuestros caprichos y nuestras mudanzas, es mas que un punto de honor. Marcado con todas las señales de nuestra vida, adaptándose a todas las leyes de la gravedad de nuestro entorno, este cuerpo nos lleva y nos trae, habla por nosotros, se entrega por nosotros y cuando duele nos devuelve irremediablemente al presente. ¿Hay un modo corpóreo de soñar? No lo imagino, soñar parece lo contrario de estar en el cuerpo, lo contrario de ser consciente de esta máquina perfecta para el movimiento, pluscuamperfecta para el instinto. Volver a este cuerpo agradecido, dejar de lado los sueños, al menos por ahora, y entregarse al culto de las sensaciones, a la escucha de la percepción mas básica. Nunca es tarde para dejar de soñar y empezar a sentir. Página siguiente foto: “Un sueño“ de Oscar Ruano

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La verdad al desnudo Texto: Ismael Fernández Fotos: Lladró

Lladró es la única empresa española que dedica mas del 20% de su facturación a la creación, algo insólito en un país en el que crear no tiene línea en la cuenta de resultados. Detrás de algunos tópicos se esconden verdades sorprendentes, como el hecho de que unos veinte escultores y varias decenas de diseñadores, pintores y grabadores con declinación en masculino y femenino, se pongan cada día una bata blanca para modelar una forma de ver la vida.

En realidad Lladró ha sido durante mas de 50 años el Parnaso de muchos estudiantes de Bellas Artes Valencianos, la otra alternativa eran los juegos florales del arte fallero. Así esta empresa se convirtió en escuela, en taller y en academia, y su fábrica en algo parecido a un campus, en la paradoja está la verdad, según reza en cualquier manual zen. La escultura es un oficio de perseverancia, y haber nacido en la huerta valenciana una garantía de insistencia,

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por eso quizรกs cuando hasta las marcas histรณricas de Europa Central o Inglaterra se entregan a la deslocalizaciรณn mas estandarizada, Lladrรณ persiste en seguir fabricando sus ideales a no mas de 200 metros del primer horno que encendiรณ a mediados del siglo pasado.

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En un momento en el que no sé si André Gide me parece sublime o fastidioso, decido dejar de lado la Sinfonía Pastoral y centrarme en Los Alimentos Terrestres, y considerar con atención la ausencia de pudor de algunos desnudos en los que Lladró se la juega a la inocencia.

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Seguramente estos son los desnudos mas bellos creados en porcelana, y ademรกs su precio es muy inferior al del catรกlogo razonado, si es que es posible razonarlo, de la obra de Damien Hirst. Empiezo a creer que en cuestiones de inversiรณn tenemos que volver a consultar con nuestras madres.

www.lladro.com

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Volando voy Texto e ilustración: Avelino Martín

TRANSTRÖMER, Tomas.Me llega un correo de los amigos de OSADÍA cultura, pidiéndome que les escriba dos cuartillas para el próximo número. Lo van a dedicar a la voz “especular”, en su primera acepción latina, “mirar desde arriba”. Momentos antes leía yo a Tranströmer y en el poema que da título a la antología El cielo a medio hacer, un verso dice: “Bajo nosotros, la tierra infinita”. Páginas más adelante una carta viaja en avión, tras buscar un buzón como una extraviada mariposa, y ve bajo ella la plata reptante del Atlántico, los bancos de nubes, un pesquero, estelas como lívidas cicatrices. En un viejo

diario también yo quise dejar un aforismo: “Vuela hacia ti mi carta de amor como un ángel sin alas”. Lo mío con Tranströmer es de hace dos días: hice lo que no suelo hacer -atender una recomendación de un crítico en el periódico- y ya tengo trasplantada una nueva especie en mi jardín de lector a la que cuidar, podar, regar… Esta vez bajé la guardia porque el articulista tiene gusto, es buen escritor, escucha música con frecuencia… Para mí especular es más examinar o pensar sobre algo, darle vueltas a las cosas. En eso no se diferencia el poeta del filósofo. 15


Da igual que ese acechar -que es otra de las acepciones- sea sobrevolando el mundo o con el oído pegado al suelo. O levitando sólo un poco (“amor casi de un vuelo me ha encumbrado”), como les debía de pasar a los eremitas debilitados por el ayuno. A Tranströmer le cuesta poco madrugar (“en las primeras

horas del día, la conciencia puede abarcar el mundo”) y salir a ver cual corazón que vuela como un blanco papel por los bosques escandinavos, ver sus ciudades ingrávidas en el espacio del mediodía, dejarse atrapar por un remolino turbio y caer, posarse y escuchar el mundo subterráneo por las briznas de hierba.) 16


Volver al aire, mirar desde los acantilados la fortaleza verdinegra del mar de septiembre; oír, al anochecer, a las constelaciones piafar en sus establos. Ya de vuelta en casa ver que el papel está emborronado de metáforas. Cerrar los ojos, sentir el olor de la verdad, y escribir: “Bajo el cielo estrellado / siento el mundo que entra / y sale reptando de mi abrigo / como de un hormiguero”. Eso escribe en Fórmulas del invierno, mientras mira los pabellones oscuros de un hospicio y un diapasón oculto en el gran frío emite su tono. Así, abiertas las ventanas del cielo y libre el genio de la noche (Hölderlin), en ese

instante, con los ojos cerrados, busca el poeta la armonía entre la naturaleza y el hombre, busca colocarse en oposición armónica con una esfera exterior, especular, ir de la libertad a un alma embebida… “Un poema -dice Tranströmer- no es otra cosa que un sueño que yo realizo en la vigilia”. Para ese número cuatro de OSADÍA, quizá debí escribir algo distinto de esta reseña en el índice onomástico de un poeta que mira el mundo desde arriba, con ojos asombrados. Escribir sobre un personaje de cuento, sobre el Kosciejny, de Andrzej Stasiuk en sus Cuentos de Galitzia,

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que desprovisto de cuerpo y como volando, vuelve a visitar a sus amigos de aldea en aldea; que también siente, como Tranströmer, que las constelaciones se restriegan unas contra otras al desplazarse hacia la fisura del crepúsculo o cómo la noche intenta separar las poblaciones desplegando sobre los campos sus negros vendajes. Pero en esta sucia noche de mayo estas dos cuartillas brillan ya bajo el flexo, aletean, silenciosas y persistentes, tercas.

Bajo el cielo estrellado siento el mundo que entra y sale reptando de mi abrigo como de un hormiguero.

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La reconquista Texto: Fran Loud Fotos: Revista Joyce

Empezó cuando era niño como un juego, un medio inocente de conseguir mi objetivo último. Sin embargo, y tras ejercitarla durante décadas, la contorsión no parecía surtir el efecto esperado. Cierto es que después de años invertidos retorciendo vísceras, sentimientos y emociones, había logrado situar la audacia y la valentía en la boca, para no traicionarme al hablar tanto como de costumbre; la compasión, la generosidad y la esperanza incondicionales –casi suicidas- en la cabeza. Fue así como conseguí que la razón no resultara tan mandona, y que acabase creyendo en lo que –todavía- no puede medirse y que, como todo el mundo sabe, no sólo es que exista “de verdad”, sino que es lo más importante. La melancolía, por fin, pude empotrarla en los riñones, porque desde niño me gustaba tener una pequeña dosis en sangre; tras, eso sí, un saludable filtrado. Para tener cuarenta años no estaba nada mal: un despliegue virtuoso que causaba admiración de propios y extraños, una aparente comunión casi perfecta entre cuerpo y alma, emociones bajo control. ¡Qué madurez! ¡Qué elegancia! ¡Qué sabiduría! Pero de cuerpo para dentro…ay… todo mentira. Lo que yo deseaba con todas mis fuerzas había resultado completamente imposible. El miedo, torpón y tozudo, se 19


había instalado con toda su ponzoña paralizante al lado del corazón, y no había manera de que dejase de teñir todo cuánto allí llegaba, así que –en realidad - cada esfuerzo por extender lo bueno que llamaba a las puertas de la válvula mitral a través del caudal sanguíneo, resultaba baldío. 20


Ni siquiera había conseguido alojarlo en un órgano menor, o no tan influyente- ¿quién temería a un miedocodo o a una rodillamiedo?- pero no había manera. Acabé pendiente de que –al menos- lo que ya estaba colocado no se deslizara hacia lugares más inconvenientes; suscribiéndome, por pura supervivencia y como todos, al mal menor. Con todo, le conocí hace tres meses, y aunque he estado muy contento, como seguía viviendo con sordina, ni siquiera me azoré un poco cuando empecé a notar que –en este tiempo- había perdido gran parte de la capacidad para contorsionarme y, por ende, de preocuparme por que todo permaneciera en su sitio. Supongo que, dormir tan a gusto a su lado, es también la razón por la que anoche no escuché las tropas de asalto que, desembarcando en mi vientre a través de quién sabe dónde, concluyeron la conquista total de mí mismo en cuestión de minutos (tampoco opuse resistencia). El corazón fue –precisamente-la última víscera tomada, y el lugar elegido por aquel hombre que parecía dirigir la operación para leerme en voz alta las condiciones de su particular armisticio obligatorio. A saber: la compasión, la generosidad y la esperanza se quedaban; la audacia y la valentía ascendían de rango, y se asignaba a la melancolía –que no paró de llorarun pequeño refugio en el bazo, perdiendo gran parte de su capacidad para infiltrarse en cualquier otro sitio. -“El miedo se va, eso sí, caballero.”, concluyó rotundo -“¿Perdone?”21


Yo no, ya no...

“Que el miedo se va, lo desahuciamos. Mis compañeros y yo no podemos en modo alguno vivir en el mismo sitio”. Un frotamiento de ojos y un pellizco después, recuperado del susto inicial, le pedí (en voz baja) que, al menos, tuviera la amabilidad de explicarme en nombre de quién tomaban posesión de un cuerpo que –sin ser perfecto- tantos años me había costado retorcer a mi antojo. Me miró incrédulo: -“No se haga el ingenuo, por favor. Asuma su destino de inmediato y no nos haga perder el tiempo. ¿O es que pretende fingir que no sabe usted per-fec-ta-men-te que soy el amor?” 22


Poesía, no sé qué es Poemas: Florinda Tobal Fotos: Sergio Rodríguez González

Dichosos los tormentos que me ciegan la mente pues sólo puedo verte estando enamorada. Cuando dejas de latir, cuando no estás mi corazón palpita y se agita se embellece y se adormece esperando que renazcas y te entregues a la orilla de mi mano que palpites, a la vera de mi piel y te entreges nuevamente como la brasa ardiente, quedando reducido a la nada. 23


AsĂ­ me acerco y veo tu mirada, tu mirada de avenidas y luceros, de soles y madrugadas. GeografĂ­a de impaciencia son tus manos temblorosas, que se agitan en la historia de la piel de mis montaĂąas y se nutren en las sierras de mi pubis de retamas.

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Ay amor, dices que me extrañas, ¿acaso no me conoces? Ven, sal a la ventana y mira, ahí estoy: gimiendo en las carreteras, acariciando el aire que has olido, oliendo la mano que has tocado. Leyendo los planos que desentrañas. Ven, estoy aquí contigo, formando parte esencial de la materia de todo lo que tocas, de todo lo que miras, de todo lo que sientes, de todo lo que amas.

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¿Me ves, amor? No me extrañes, sólo mira a tu alrededor... y ahí invisible, siempre estaré. Te amo.

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Aborígenes Fotos: Eduardo Peris Textos: “Le Temps des Tribus” de Michel Maffesoli (traducción libre)

Hubo un tiempo en que el hombre , suntuoso, fue dios y pájaro. No tanto para intentar volar, lo cual terminó consiguiendo, sino para diluirse en el espíritu del viento y los pájaros, adornándose con los magníficos símbolos que aparecían ante sus ojos.

www.perisandco.es

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Lo que encontramos en las danzas rituales, las del Oriente mas extremo o las de Brasil, samba, candomble, incluso las danzas de los chamanes, es el regreso a una forma de arcaísmo, en las grandes concentraciones musicales o en cualquiera de las ocurrencias festivas que jalonan nuestra vida cotidiana.

El desenfreno de la orgía se esfuerza en decir la desesperación intentando engañarla, de manera colectiva, pues la apariencia es mucho menos que el individualismo. La apariencia se construye para la mirada de los otros.

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Desde la Edad Media, las danzas macabras van en paralelo con la mayor sofisticación de los placeres mundanos, un modo de conjugar angustia y gozo intenso de todo lo que se ofrece aquí y ahora.

Del “flujo vital” de Oriente a los cuerpos sudorosos del techno posmoderno pasando por la celebración mediterránea del toro, siempre hay algo bestial en juego. Sin embargo se trata de una bestialidad domesticada, ritual y por ello mismo engendradora de cultura.

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El retorno a lo animal nos permite recuperar el gusto por los sabores del mundo, algo que no debe ser únicamente patrimonio de una élite sino del conjunto de la sociedad.

Las “hordas bárbaras” que se echan a la calle – love parade, gay pride o celebración deportiva – y se adueñan de las arterias de nuestras ciudades representan el deseo de una vitalidad que no reconoce ni acepta ya las normas, sexuales, filosóficas, económicas, impuestas por las instituciones modernas. Para desmarcarse bien de la forma política, la efervescencia social no es ni reivindicativa ni contestataria. Simplemente es. Se afirma como un cuerpo que se basta a sí mismo.

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La carne mas dulce Texto: Mari Luz Baffe Foto: Membrillo Santa Teresa

¿Cómo alguien que escribió “ Cruz, descanso sabroso de mi vida, vos seáis la bienvenida…” puede dar nombre a una marca de dulces artesanos? En esa referencia tan clara a una forma de santidad, sólo podemos encontrar la fé absoluta en la tradición, el recogimiento de los frutos de la tierra y un refinado sentido del placer, casi místico… Probablemente Santa Teresa, la poetisa que nos confunde entre dolor y gozo, la mujer que nos fascina entre lo terreno y lo mas elevado, estaría encantada de que su nombre y su imagen sean hoy el símbolo de un bocado que se debe saborear con los ojos cerrados y el espíritu sosegado. Dulce de membrillo y Yemas de Santa Teresa , poesía , vivo totalmente en mí.

www.yemasdesantateresa.es

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Cuerpo de baile Texto: Aelf Nández Fotos: Roberto Molero

El movimiento es el estado del hombre, la danza es la poesía del cuerpo, su fatiga y su descanso, su lenguaje y su silencio. El Huerto es un espacio único en la ciudad de Gijón, una iniciativa de cultura e intercambio que desafía las leyes del movimiento en el actual entorno de nuestras ciudades, en particular las de provincia, donde la cultura de fasto político y de rendimiento electoral se ha desvanecido con la misma rapidez con la que se impuso en tiempos de subvenciones fáciles. La iniciativa es la mejor forma de riqueza, la que sigue el movimiento. En El Huerto residen compañías de danza como Zigzag Danza o Inquiquinante Danza que mantienen una programación muy variada. Un espacio escénico en el que cabe no sólo la danza, sino también el teatro, la música… cualquier movimiento que responda a la necesidad básica de cultivarse para ser mejor y para vivir mejor. www.zigzagdanza.com 45


Hemos fotografiado a Estrella García y Miguel Quiroga mientras bailaban en los ensayos del espectáculo “Después de cortar el cesped, el valor de no hacer ruido”, y también en momentos de reposo, me parece una alegoría. El esfuerzo que deja de serlo cuando se convierte en expresión, la belleza que aparece sin mas y la calma que está siempre bajo las mayores tensiones. Hay pocas iniciativas como ésta, fuera de normas y fuera de compromisos, demostrando que la cultura se puede hacer desde abajo y porque sí.

Fotos ensayo espectáculo: Después de cortar el cesped, el valor de no hacer ruido 46


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Mi sitio en el mundo

En ningún sitio como en casa, y la casa en todas partes. Que el mundo sea un mapa lleno de chinchetas de colores, de círculos de rotulador y de notas al margen, un sitio es algo mas que un lugar, es un lugar que transforma. Estas fichas con nuestros sitios en el mundo se pueden, y se deben, intercambiar. Os proponemos jugar a los magos, enviadnos vuestros sitios en el mundo, dejad que hable el corazón y poned una luz en el mapa, seguro que alguien lo agradecerá.

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msm

Preguntar por: No tiene lógica

CAFÉ KAFKA. Aunque no son buenos tiempos para el sentido común, las situaciones kafkianas son ya un tópico tan manido como las terrazas de verano. Nos encanta este café con auténtico sentido del confort, por mucho que se empeñen los modernos. La mejor metamorfosis es la que convierte al gusano en mariposa.

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Irresponsables Texto: Victor Berros Fotos: José Ramón Esparza (ZAG)

“ Al declarar que el hombre es una criatura responsable y que debe aprehender el sentido potencial de su vida, quiero subrayar que el verdadero sentido de la vida debe encontrarse en el mundo y no dentro del ser humano o de su propia psique como si se tratara de un sistema cerrado”. Viktor Frankl El irresponsable a la derecha es alguien que pretende acomodar su vida a los principios morales del liberalismo intransigente. Está convencido de sus propios méritos y entiende que el bien común es un obstáculo para la consecución de sus fines. Dado que parte de que cada uno recibe según sus méritos objetivos (trabajo, inteligencia, constancia, etc) rechaza cualquier actuación compulsiva del Estado en pro de un interés general. Digamos que es un nietzschiano sin pulir. La época de bonanza le dará alas y volará por encima del sentido común, y se elevará por encima de su origen… total para qué perder el tiempo en saberes humanísticos si el éxito económico y social justifica largamente los valores de quienes están mas alto. Escuelas privadas, seguros médicos privados, como si una forma de pudor bien arraigado repugnara de la exposición a lo público. Recela de ello al menos y rechinan sus dientes a la hora de contribuir a eso tan vago que llamamos 57


cosa pública. El crédito, un canto de sirena irresistible, puede arrastrarle hasta lo mas profundo con el pretexto de llegar mas alto, la irresponsabilidad a la derecha es realmente una paradoja. Este comportamiento puede ser no compartido y parecer excéntrico, pero ¿por qué calificarlo de irresponsable? Lógicamente es inviable una sociedad en la que todos tomaran este desvío, pero tal reflexión Kantiana no es común.

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El marqués de Leguineche ideado por Berlanga no es mas estrambótico en sus desvaríos que los otros aspirantes a señores que le rodean. Mucha “gente con posibles” se ha encontrado con sus posibilidades mermadas, otros se han quedado muy satisfechos aunque sean responsables de que millones de conciudadanos no tengan ahora ninguna posibilidad… otra paradoja de esta forma de irresponsabilidad. Como las herejías protestantes cayeron bajo el peso de la ortodoxia, no hemos desarrollado un gran sentido de la responsabilidad pública, así ni en las finanzas ni en la política aparece el menor atisbo de vergüenza y menos aún de culpabilidad, no hay mas autos de fe que los aquellos que no hacen honor a su hipoteca. La irresponsabilidad a la derecha es una vasta extensión de campos de golf y puertos deportivos para esquifes, una especie de Babilonia de pacotilla pero no menos engañosa, un gran piano de cola cubierto de hojarasca en el patio trasero de la codicia. En el mismo atlas, hacia la izquierda, se nota un cambio de color, pero no tan brusco como para que ambas regiones parezcan a veces la misma. Una mezcla de marxismo vulgarizado y psicologismos de libros de autoayuda generan la figura del irresponsable a la 59


a la izquierda. Normalmente desconfía o incluso considera ilegítimo cualquier poder, ya sea el del Estado, el de la empresa o el de la comunidad de vecinos. En esto tiene cierto parentesco con el irresponsable a la derecha, pero las consecuencias de su sistema de valores son diferentes. No se abomina de lo colectivo si ofrece un buen refugio donde pasar el frío invierno, digamos que una hormiga demasiado escéptica podría llegar a ser un parásito.

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En este páramo de la irresponsabilidad el grupo, cuanto mas grande mejor, la gran corporación o la empresa pública ofrecen la falsa seguridad que da no saber qué hay mas allá del horizonte, pensar que el bosque es lo suficientemente espeso como para no dejarnos expuestos. Así es mas fácil eludir los riesgos y aliviar los esfuerzos, entre ellos y el compromiso hay mucho espacio que otros seguramente ocuparán. Cabe preguntarse si la injusticia y la solidaridad que se le opone no son a veces poco mas ideas en abstracto, conjuntos de consignas y frases que se repiten, debates sin fin pero, rara vez, en esta parte de la irresponsabilidad, se pasa del dicho al hecho o se intenta empezar el cambio por uno mismo. Parece fácil confundir el Estado de bienestar, el bienestar del Estado o un cierto estado de bienestar personal que se obtiene sin demasiadas complicaciones y al que resulta difícil resistirse a poco que la ocasión se presente. La región que se extiende entre una idea de la izquierda y la propia izquierda está plagada de recovecos, de vericuetos y de cañadas, reales o no, que recorren multitud de personas en busca de oportunidades, las que sean, de mejorar su estado, el suyo. En el gran clásico del cine “Péplum” Espartaco, un senador romano le dice a un Julio César aún en ciernes : “Prefiero una República corrupta a una República esclava”…

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Si sale sangre luego sale costra Texto: Olalla Hernรกndez Lectura: Lara Meana

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Dim dice mucho de tí Nacho Suárez, Salamanca 2008

Nacho Suárez es un artista que tiene un curioso sentido de lo corporal, de hecho juega con el cuerpo para llenarlo, vaciarlo, cubrirlo o desnudarlo, siluetearlo o simplemente sugerirlo, en todos los casos su visión contiene algo de transgresión, no de un modo muy evidente, sino mas bien en los detalles. Hace algún tiempo vimos un montaje en la sala LAi de Gijón, en el que las fotos de Nacho Suárez mostraban, sobre fondo negro, vestidos perfectamente moldeados en un cuerpo que se había convertido en perfecto soporte, en huella tridimensional. Las fotos de Nacho sugerían mas carnalidad que si el cuerpo hubiera aparecido desnudo. Hemos extraído algunas fotografías de la serie “Dim dice mucho de ti” por su híper-realidad y también por su ironía. Tras las vitrinas que nos observan desde cualquier punto está la otra versión de todos nosotros, la que nos refleja. www.nachosuarezphotography.com 65


D ICE 66


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MUCHO DE TÍ 68


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DICE MUCHO DE TÍ

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DIM E

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Redacción Ismael Fernández José A. Calero Roberto Molero Beatriz Sanjuán Victor Berros Jean-Luc Lefebvre

Gracias a todos los que nos habéis prestado un poco de atención sin pedir nada a cambio.



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