¿Qué se dice sobre las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica?

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¿Qué se dice sobre las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica? Análisis de discursos en publicaciones regionales entre 2000 y 2015

Por OSCAR ACEVES ALVAREZ Tesis presentada en la Escuela de Arquitectura de la Pontificia Universidad Católica de Chile para optar al grado de Magíster en Arquitectura. Profesor guía: Francisco Díaz P. Noviembre 2015.


©2015, Oscar Aceves Alvarez Se autoriza la reproducción total o parcial, con fines académicos, por cualquier medio o procedimiento, incluyendo la cita bibliográfica que acredita al trabajo y a su autor. IV


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Dedicatoria A mi madre, Magda, sin cuyo apoyo hubiera sido imposible realizar éste plan de vida, académico y profesional en el exterior. A mi padre, Rogelio, quien a pesar de no ser arquitecto siempre me ha impulsado a tomar una postura crítica y proactiva frente a la arquitectura. A mis colegas y socios Juanangel y Enzo, quienes fueron y son referentes en mi desarrollo como arquitecto. A mis compañeros de magister Daniel, Sebastien y Josué, con quienes compartí el reto de regresar a una nueva etapa universitaria. Agradecimientos En primer lugar a Francisco Díaz, por su apoyo constante y proactivo durante todo el proceso de esta investigación y por las oportunidades que ha podido brindarme. A la comisión evaluadora de esta investigación compuesta por Alejandro Crispiani, Fernando Portal y Alejandra Celedón, con quienes tuve un enriquecedor intercambio de ideas al cierre de esta. A Mario Marchant, Juan Pablo Corvalán, Igor Fracalossi, Jorge Heitmann y José Hernández por disponer de su tiempo para conversar sobre los planteamientos de esta tesis. A Verónica Herrera, Rebeca Gaspar y Carlos Lince por ayudarme en la producción de esta publicación. A Arquine, Nitsche Arquitetos, Martin Gualano, Marcelo Gualano y Diego Arraigada por haberme facilitado amablemente parte de la bibliografía sobre la que se sustenta esta investigación. Y finalmente, a mis amigos y compañeros del Magíster en Arquitectura, cuya compañía tanto dentro como fuera de las aulas hicieron posible disfrutar no solo esta investigación, sino el magister completo. VII


_ Abstract

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En una época en que los medio de comunicación masiva han globalizado su alcance es cada vez más fácil obtener información producida en lugares distantes. Así, cada vez más arquitectos se valen de revistas, libros y e internet para conocer indirectamente o a distancia edificios de interés para la disciplina. Beatriz Colomina se refirió a esto, reconociendo que la potencia de los medios masivos ha producido un desplazamiento de la formulación que hacen los arquitectos de sus obras: ahora su objetivo no son tanto los visitantes de las obras como la audiencia de los medios. Entendiendo la relevancia de esta coyuntura, la presente tesis trata sobre los discursos, que consisten – en la proposición de Michel Foucault– en una serie de enunciados o planteamientos que comunican una cierta idea y que definen todo lo que puede ser dicho sobre un tema a partir de la conformación de una forma particular de entender la realidad. En el caso de la arquitectura, los discursos podrían ocuparse para conformar los criterios para valorar unas obras sobre otras, y así definir supuestos sobre el deber ser de la arquitectura. De hecho, los mismos temas a partir de los cuales se nos puede describir una obra también pueden ser ocupados como discursos para intentar convencernos sobre ciertas ideas. La tesis consiste entonces en una revisión no tradicional de la arquitectura reciente en Latinoamérica, la cual ponga atención a las intenciones, anhelos o recurrencias de los arquitectos antes que a las obras mismas. IX


_ Indice

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10 _Introducción

18 I_Los discursos en la arquitectura

34 II_La serie de estudio

60 III_Adjetivos, temas y discursos

76 IV_¿Qué se dice sobre las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica?

176 _Conclusión

188 _Anexos

198 _Bibliografía XI


_ Introducci贸n

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_INTRODUCCION

A pesar de que en esta tesis nos referiremos de manera constante a obras y a publicaciones de arquitectura, el interés de la investigación se encuentra más bien sobre lo ‘que se dice’ de las primeras en las segundas. En una época en que los medio de comunicación masiva han globalizado su alcance es cada vez más fácil obtener información producida en lugares distantes. Así, cada vez más arquitectos se valen de revistas, libros y e internet para conocer indirectamente o a distancia edificios de interés para la disciplina. Beatriz Colomina se refirió a esto, reconociendo que la potencia de los medios masivos ha producido un desplazamiento de la formulación que hacen los arquitectos de sus obras: ahora su objetivo no son tanto los visitantes de las obras como la audiencia de los medios.1 Entendiendo la relevancia de esta coyuntura, la presente tesis trata sobre los discursos. Los discursos, en la proposición de Michel Foucault, consisten en una serie de enunciados o planteamientos que comunican una cierta idea y que 11


definen todo lo que puede ser dicho sobre un tema a partir de la conformación de una forma particular de entender la realidad. En el caso de la arquitectura, los discursos podrían ocuparse para conformar los criterios para valorar unas obras sobre otras, y así definir supuestos sobre el deber ser de la arquitectura. De hecho, los mismos temas a partir de los cuales se nos puede describir una obra también pueden ser ocupados como discursos para intentar convencernos sobre ciertas ideas. La tesis consistirá entonces en una revisión no tradicional de la arquitectura reciente en Latinoamérica, la cual ponga atención a las intenciones, anhelos o recurrencias de los arquitectos antes que a las obras mismas. Pero efectivamente los discursos no son solo expresados a partir de la palabra –hablada o escrita–, sino también a partir de elementos gráficos como las fotografías, planos, esquemas o infografías que acompañan sistemáticamente a los textos en medios impresos o digitales. No debemos ser ingenuos y menospreciar su incorporación dentro de las publicaciones, pues estos indudablemente destacan particularidades de las obras, e incluso – estando estos en sintonía con lo planteado en los textos como presumimos que sucede en la mayoría de los casos–, amplifican notablemente el carácter tendencioso que pueden tener los discursos planteados en los textos.

1 Para Colomina, la cultura de medios de masas afectó, como a todos los aspectos de la sociedad, de una manera importante la arquitectura. Hasta ese momento, la experiencia o entendimiento de la arquitectura se realizaba a través del usuario década edificio. Paulatinamente, desde la invención de la tipografía, la fotografía y hasta la aparición de medios masivos de comunicación, el objetivo de la arquitectura paso de ser los usuarios a ser la audiencia, aquella que se aproxima a la obra arquitectónica en una segunda mirada por medio de fotografías, dibujos o narraciones. Por lo tanto, la crítica de arquitectura a partir del movimiento moderno no solo tiene el deber de avocarse a la obra construida, sino a las representaciones de esta en los distintos medios de masas. Beatriz Colomina, “Introduction: On Architecture, production and reproduction”, en Architectureproduction (New York: Princeton Architectural Press, 1988) 6-23. 12


_INTRODUCCION

Frente a la presencia protagónica de fotografías y elementos gráficos dentro de medios impresos y digitales, pareciera que el potencial que tienen los textos para transmitir planteamientos sobre las obras tiende a ser cada vez más menospreciado por aquellos que conformamos la audiencia. Sin embargo, esto no quiere decir necesariamente que los autores de estos textos desestimen dicho potencial de los textos para la difusión de discursos. Frente a este planteamiento, parece necesario que la disciplina se detenga a realizar una lectura –precisamente– sobre lo ‘que se dice’ de las obras de arquitectura que se nos presentan constantemente, por ejemplo, a partir de las revistas de arquitectura. Bajo la hipótesis de que siempre van a existir discursos a partir de los cuales se proponga justificar la arquitectura, y que por lo tanto una manera de aproximarse al estudio de ésta sería a partir de las estrategias discursivas que ocupamos los arquitectos, el objetivo principal de esta tesis es revisar críticamente los discursos utilizados por los arquitectos de la región para justificar sus obras. En términos específicos, la tesis consiste en un análisis semántico que se desarrollará a partir de la realización del levantamiento de los índices de una serie de publicaciones editadas en Latinoamérica y en España entre los años 2000 y 2015, la identificación de cuáles son las obras construidas en Latinoamérica a partir del año 2000 que han sido más publicadas en esta selección, la lectura de las reseñas de estas obras, la identificación de cuáles son las estrategias discursivas más utilizadas y finalmente el análisis de éstas. Para alejarnos de la posible tentación de realizar la revisión de lo ‘que se dice’ de una obra en específico, nos dedicaremos más bien a la revisión un conjunto de ellas, transformando el caso de estudio a lo ‘que se dice’ de un grupo de obras. Si bien el estudio de las estrategias discursivas ocupadas en una sola obra nos puede llevar a una comprensión más concreta 13


sobre las ideas, temas y discursos alrededor de esta, dicha premisa generaría al momento de concluirlo el inmediato interés en realizar el mismo tipo de análisis a más obras con la intención de detectar semejanzas y diferencias entre los casos. Esto saciaría la duda sobre si lo analizado inicialmente refleja una situación particular o efectivamente un estado del arte. Es por esto que hemos preferido dar un paso adelante en esta tesis y analizar de una vez lo ‘que se dice’ sobre un grupo de obras. Pero igualmente hemos debido limitar el alcance del análisis, pues se ha preestablecido que la investigación no se encuentre condicionada por elementos externos a los definidos para realizarla, es decir, no se intentará analizar comparaciones temporales –entre lo ‘que se dice’ ahora y lo ‘que se dijo’ antes– geográficas –entre lo ‘que se dice’ en Latinoamérica y lo ‘que se dice’ en el resto del mundo– o de campo –entre lo ‘que se dice’ sobre la obra y lo ‘que es’ la obra construida– a partir de las estrategias discursivas identificadas en los textos. Habiendo definido esto, el desarrollo de la investigación será presentado a partir de una serie de capítulos. En el capítulo i conformaremos un marco teórico que nos permita aproximarnos a nuestro objeto de estudio, los discursos. Revisaremos entonces como los discursos pueden operar en la arquitectura, intentando convencer a la disciplina sobre ciertas maneras de justificar y valorar las obras. Partiendo de la definición de discurso de Foucault, veremos cómo en las historias de la arquitectura realizadas desde siglo xx podemos entender las metodologías de descripción, análisis y valoración de edificios como estrategias discursivas, cuestión que también reconocen ciertos críticos contemporáneos de arquitectura que se han aproximado al estudio historiográfico a partir de un análisis no tradicional, enfocado más en las estrategias discursivas que en la producción arquitectónica misma.

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_INTRODUCCION

En el capítulo ii se describirá la metodología a partir de la cual conformaremos la serie de estudio. Como deseamos centrarnos en los textos que se publican sobre las obras de arquitectura, determinaremos en primera instancia cuáles son las publicaciones en las que se buscarán dichos textos, para luego identificar las obras que hayan sido más publicadas dentro de las publicaciones seleccionadas, las cuales conformarán la serie de estudio. A partir del levantamiento bibliográfico de cada una de las obras que conforma la serie –no solo de las publicaciones seleccionadas inicialmente, sino además de bibliografía complementaria a cada uno de los casos–, se realizará la lectura de todo el material definido y disponible, con la intención de identificar aquellos extractos de los textos en los cuales se nos presentan discursos. Igualmente prestaremos atención a identificar los adjetivos con los cuales son descritas las obras, entendiendo que son ellos los encargados de cualificar y dar valor dentro de un discurso. Esto permitirá que en el capítulo iii podamos representar los datos encontrados, es decir, los adjetivos y discursos más utilizados con los que se describen las obras de la serie de estudio. A continuación, el capítulo iv supondrá la re-lectura de los extractos referidos a los discursos más recurrentes, con la finalidad de presentar en sub-capítulos un análisis e interpretación sobre cómo éstos operan en la justificación de las obras. Para no centrar la atención en las obras de la serie o en las publicaciones, este análisis se realizará de manera transversal a estos, es decir, a partir de lo que se dice sobre los discursos identificados como más recurrentes, basados en el lugar, la espacialidad, la materialidad, la experiencia, la sustentabilidad, las formas –o metodologías– de trabajo, el propósito de la arquitectura, e inclusivo, sobre lo que no se dice. Con la intención de mantener una constante relación con los textos a los que se hace mención, se incorporarán 15


extractos de estos en su formato original dentro de los subcapítulos. Finalmente como cierre de esta tesis, la conclusión busca evidenciar como a partir de la repetición sistemática de ciertas estrategias discursivas en medios de difusión de arquitectura se ha conformado una manera ‘particular’ de valorar la producción arquitectónica de la región a la que nos hemos acostumbrado. Si bien la metodología a partir de la cual hemos planteado desarrollar este análisis podría alejarlo del rigor de una investigación histórica, pues existe un mayor interés en la aplicación de una metodología menos ortodoxa que permita alejarnos de los análisis tradicionales de arquitectura. De hecho, la intención tácita de la tesis no es la de dar respuestas, sino que gracias al levantamiento y revisión de la información nos comencemos preguntas. Entender entonces las implicaciones que tienen la utilización ciertos discursos en el contexto arquitectónico regional es algo a lo que los arquitectos debemos prestar atención, pues la revisión sobre la manera en que justificamos nuestras obras o presentamos nuestras estrategias proyectuales son aspectos que tradicionalmente no han sido relevantes para la disciplina. Asumiendo de antemano que dichas justificaciones tienen la capacidad discursiva de plantear ciertas maneras de aproximarse a la arquitectura, creemos que es necesario que los arquitectos nos preocupemos por la forma en que estas influyen –de manera implícita aparentemente– en la arquitectura reciente en Latinoamérica. En este sentido, esta tesis se avoca al menos a dar el primer paso para que esto ocurra: poner en evidencia lo que decimos los arquitectos de la región sobre ‘nuestros’ edificios. 16


_INTRODUCCION

A estas alturas, el propio autor de estas líneas ya está consciente de que a pesar del grado de objetividad que se quiere tener en la investigación, esta tesis inevitablemente también se convertirá en un medio a partir del cual se puedan evidenciar las estrategias discursivas de las cuales se encuentra rodeado y ha participa, inclusive inconscientemente.

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I_ Los discursos en la arquitectura

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I_LOS DISCURSOS EN LA ARQUITECTURA

“Derivado del “argumento” latín medieval y del latín “ejecutar algo según “, la palabra “discurso” se utiliza generalmente para referirse a una serie de discusiones y debates sobre un conjunto relativamente cerrado de preguntas. En sentido figurado, un discurso es un montón de gente corriendo por tener un argumento- o más correctamente, una serie de argumentos y debates, que se relacionan entre sí y gobernadas por un conjunto de inquietudes o principios subyacentes.” 1 Como relataba Adrian Forty, en el siglo xvii el inglés John Evelyn planteaba que en el “arte de la arquitectura” participaban cuatro tipos de personajes: el architectus ingenio, encargado de plantear las ideas y portador del conocimiento, el architectus sumptuarius, poseedor de los recursos, el architectus manuarius, aquel con las habilidades manuales para desarrollar las ideas, y, finalmente, el architectus 1 Sarah Williams Goldhagen, “Something To Talk About. Modernism, Discourse, Style“, Journal of the Society of Architectural Historians 64, (2005) 159. 19


verborum, el arquitecto de las palabras.2 Justamente este último personaje –o parte de la personalidad del arquitecto– era aquel que tenía la habilidad en el uso del lenguaje y cuya tarea consistía hablar sobre las obras de arquitectura. Aunque a lo largo de la historia se han emitido diversos juicios sobre la pertinencia o la necesidad de que la obra de arquitectura sea presentada por medio de palabras, no se puede negar el hecho de que éste ha sido un medio a partir del cual la arquitectura ha podido transmitir conocimiento, e inclusive, generar nuevo. Si bien los edificios “no hablan”, los arquitectos sí están en la capacidad de hablar a partir de estos, y muchos tienen interés en hacerlo. Pero, ¿en qué consisten estas palabras? Sin duda por medio de la palabra podemos, por ejemplo, describirle a algún colega un edificio que no conoce, o relatar las particularidades de este mismo edificio en las páginas de una revista para que una mayor cantidad de colegas puedan leer al respecto. Pero también a partir de las palabras –y en nuestro caso las escritas– se puede pretender convencernos de ciertos criterios alrededor de una obra que la validarían por sobre otras. A pesar de que a lo largo del tiempo –además de la construcción de obras o el diseño de proyectos– se han incorporado textos, tratados o manifiestos a la historia de la arquitectura, es a partir del siglo xx cuando los historiadores y críticos le han empezado a dar importancia a la revisión de las palabras, planteamientos, temas o discursos que circundan la creación de las obras, siendo el caso de Peter Collins uno de los primeros en hacer esto de manera concreta.

2 Adrian Forty, “Introduction”, en Words and Buildings (Nueva York: Thames & Hudson Inc., 2000) 11. 20


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En 1965 Collins realizó una revisión histórica del movimiento Moderno a la cual tituló Changing Ideals in Modern Architecture, 1750-1950 –traducido posteriormente al español como Los Ideales del Movimiento Moderno–. Para ese momento ya autores como Pevsner, Giedion, Kaufmann o Zevi habían publicado sus ‘propias’ historias o genealogías de la arquitectura moderna realizadas a partir del análisis de las formas, volúmenes, espacios, materiales, tecnologías o incluso las representaciones de edificios. Sin desmerecer estas metodologías historiográficas, Collins es uno de los primeros autores que se interesó en hacer una revisión histórica que prestara más atención a los ideales y planteamientos a partir de los cuales los arquitectos diseñan sus obras. “Los cambios que se han producido en la apariencia de los edificios durante estos dos siglos han sido analizados exhaustivamente por Henry-Russell Hitchcock, al igual que los orígenes de la arquitectura contemporánea han sido analizados exhaustivamente por Sigfried Giedion; y puesto que los libros de estos dos autores son textos básicos (que pueden ser completados posteriormente con pruebas adicionales, pero que serán siempre exposiciones clásicas sobre el tema), podría parecer pretencioso sugerir que un tercer enfoque pueda contribuir a la plena comprensión de este período. Sin embargo, las obras del tipo mencionado tienen inevitablemente una limitación inherente, ya que se ocupan en esencia de la evolución de las formas, más que de los cambios en los ideales que las produjeron; y esto tiende a minimizar uno de los factores más importantes en el diseño arquitectónico: a saber, los motivos que confieren carácter a la obra de un arquitecto.” 3 La historia de la Arquitectura Moderna que propuso Collins –influenciada manifiestamente por César Daly y 3 Peter Collins, “Introducción”, en Los ideales de la Arquitectura Moderna: su evolución (1750-1950) (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1998) 9-10. 21


Robin George Collinwood– no buscaba explicar que era lo que los arquitectos habían hecho, sino más bien tratar de entender lo que pensaban. Dicho de otra manera, una historia que no se conformara con hacer un levantamiento de obras o de proyectos relevantes sino que develara los ideales y planteamientos arquitectónicos –e incluso de otras disciplinas ajenas– que tuvieron impacto en su creación. Tanto es así que en el texto existen muy pocas –por no decir ninguna– referencias a obras o proyectos: simplemente no es necesario referirse a ellas. Pero si bien el análisis de Collins prestaba atención en los planteamientos que daban origen a las obras como una especie de marco de conocimiento de la época dentro del cual operaba el architectus ingenio, dejaba de lado la realización de un estudio que se centrara en la intencionalidad o el impacto que podrían tener las ideas planteadas por el architectus verborum por medio de sus obras. En este sentido, la propuesta de “discurso” planteada por Michel Foucault en la década de los setenta se enfocaba no solo en los planteamientos, sino en lo tendenciosos que estos pueden ser. Para Foucault, los discursos eran un conjunto de enunciados que comunican una cierta idea, definiendo todo lo que puede ser dicho sobre un tema, pues crean una forma particular de entender la realidad. Los discursos entonces no son solo un glosario particular de palabras, pues más bien abarcan los significados o ideologías planteados por medio de éstas. Siendo así, la divulgación de un discurso no depende de un interlocutor en específico, sino más bien de una serie de estos que, de manera inconsciente, lo repiten constantemente manteniéndolo vigente. Al utilizar las palabras con una finalidad discursiva en vez de descriptiva, el mensaje del architectus verborum puede volverse tendencioso, es decir, cargarse de intenciones. Y en 22


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este sentido, lo ‘que se dice’ sobre una obra de arquitectura puede ser también un medio para transmitir ideas o planteamientos que, en algunos casos, puede llegar a ser más eficiente que la obra construida. Siendo así, podemos asumir como estrategias discursivas las metodologías a partir de las cuales se han planteado revisiones históricas de la arquitectura. Como ruptura a una historia de la arquitectura en la cual se evaluaban las obras de artes bajo parámetros “pictóricos” o “lineales” que se relacionaban más con la pintura o la escultura –haciendo referencia a la historia del barroco y renacimiento realizada por Heinrich Wölfflin–, en la primera mitad y mediados del siglo xx varios historiadores plantearon diversas propuesta para evaluar aquellos elementos que eran propios únicamente a la arquitectura. Por ejemplo, Sigfried Giedion en su libro Espacio, tiempo y arquitectura realizaba sus revisiones históricas a partir del análisis de la materialidad, los volúmenes y la forma de los edificios. Pero para Nikolaus Pevsner lo que distinguía a la arquitectura de otras artes – pintura y de la escultura– es su ‘espacialidad’, por lo tanto realizar historia de la arquitectura es fundamentalmente referirse a la historia del hombre que moldea el espacio.4 En coincidencia con lo propuesto por Pevsner, Bruno Zevi no solo afirmaba que la ausencia de una historia aceptable de la arquitectura proviene de la falta de la incomprensión de las particularidades propias del espacio por parte de los historiadores, sino que la misma disciplina había fallado en constituir un método coherente para el estudio espacial ele los edificios. En una apuesta operativa de historia, Zevi en su libro de Saber ver la arquitectura reflexionó sobre posibles representaciones de la espacialidad de la una obra con la intención no únicamente con la intención de poder evaluar las obras del pasado, sino de valorar las del presente 4 Nikolaus Pevsner, “Introducción”, en Breve historia de la arquitectura moderna (Madrid: Alianza, 1994) 15. 23


e incluso las del futuro. Por su parte, Leonardo Benévolo en su libro de Historia de la Arquitectura Moderna de prestaba más atención al impacto que tenían los edificios en la evolución de las ciudades, es decir, que aquellas obras que incluye finalmente en su revisión son aquellas que pueden dar cuenta de la transformación del espacio urbano de las ciudades a partir de su entendimiento de las dimensiones políticas, sociales y económicas de éstas. Mientras HenryRussel Hitchcock se preocupaba por relacionar la producción arquitectónica de cierta época con en el modelo político de la sociedad a la que pertenecía, destacado las obras realizadas bajo estados democráticos. Y como ya habíamos mencionado, Peter Collins dejaba de lado las obras mismas para dedicarse a analizar los ideales que les daban origen, pues las formas por sí mismas no generaban más formas, sino la idea de que pueden generarse formas –edificios– más pertinentes son las que llevan a la producción arquitectónica de una época en específico.5 A pesar de que nuestro interés no es el de proponer una definición de arquitectura ni hacer una revisión histórica de esta a partir de los planteamientos de los historiadores mencionados anteriormente, con esta resumida síntesis historiográfica lo que si queremos dejar en evidencia es que cada metodología planteada por estos autores para evaluar la arquitectura puede ser entendida en sí misma bajo la propuesta de discurso de Foucault, pues aunque algunas de estas metodologías hayan sido altamente tendenciosas –por ejemplo las de Sigfried Giedion o Bruno Zevi– y otras se hayan planteado ser lo más objetivas posibles –como puede ser el caso de Henry-Russel Hitchcock– igualmente nos proponen una manera particular de entender la realidad, y por lo tanto de valorarla.

5 Peter Collins, “Introducción”, Los ideales de la Arquitectura Moderna: su evolución (1750-1950) (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 1998) 9-10. 24


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Si bien la propuesta de discurso de Foucault no es la única que existe, ha tenido mucho impacto no solo en la filosofía sino en otras disciplinas, como la arquitectura. Tanto así que varios historiadores y críticos contemporáneos de arquitectura se han dado a la tarea de realizar revisiones históricas similares a la realizada por Collins, dejando de lados los edificios para prestar atención a los discursos planteados por los arquitectos, e incluso por los historiadores mismos. Por ejemplo, Sarah Williams Goldhagen en su texto Something to Talk About Modernism, Discourse, Style propone revisar la arquitectura moderna como un discurso y no como un estilo. “Acercarse a la modernidad como un discurso en sí mismo (no como el resultado de un discurso) es menos intuitivamente atractiva de acercarse a ella como un estilo, ya que, en términos cognitivos, el discurso es una orden superior, no una categoría de nivel básico. No se puede conjurar para arriba en el ojo de tu mente.” 6 Aquí los discursos suponen un grado de atención más allá de las obras mismas, centrado más bien en los planteamientos, no necesariamente similares, de los arquitectos “modernos”. Goldhagen realiza una breve, aunque no-tradicional, mirada del denominado Movimiento Moderno en la cual esquiva intencionadamente referirse a los aspectos formales o materiales de las obras. Más bien se preocupa por comprender la coyuntura a partir de la cual arquitectos con diferentes posturas o modos de hacer arquitectura pudieron conformar una identidad unitaria a partir de la vinculación entre modernismo, discurso y estilo. 6 Sarah Williams Goldhagen, “Something To Talk About. Modernism, Discourse, Style”, Journal of the Society of Architectural Historians 64 (2005) 159. 25


Otro ejemplo podría ser el caso de Mark Wigley, el cual realizó una investigación sobre el “muro blanco” como elemento definidor de la arquitectura moderna en su libro titulado White walls, designer dresses: the fashioning of modern architecture. Desde una postura crítica, Wigley analiza el planteamiento moderno de que los muros blancos otorgaban a los edificios la pureza y neutralidad que precisamente los hacia ser modernos. “La idea de que la arquitectura moderna es blanca se difundió con éxito a un público internacional. La identidad de esa arquitectura, finalmente, había sido localizada en sus superficies blancas, superficies que asumieron una fuerza sin igual, tanto es así que continúan definiendo la arquitectura moderna mucho después de que los arquitectos comenzaron a eliminar la capa de pintura a favor de la mirada de hormigón visto o de metal...”7 A partir del entendimiento de este planteamiento como una estrategia discursiva dejaba en evidencia como la historia realizada desde el mismo lugar de los hechos –haciendo alusión directa a la labor de Sigfried Giedion– era la que había exaltado el “muro blanco” como símbolo de la arquitectura moderna, la cual se revelaba sobre sus antecesores a partir de la eliminación del ornato, en este caso, de la fachada. El “muro blanco” era presentado como la piel misma del edificio, a diferencia el ornato con el que se cargaban anteriormente la fachada, a manera de vestido. Pero para Wigley, aunque sea una fina capa, los muros blancos son igualmente un vestido que más bien, a diferencias de las fachadas con ornamente, respondían y daban versatilidad a la nueva sociedad y tecnología constructiva de la primera mitad del siglo xx. Y sumemos a este breve listado al ya mencionado Adrian Forty realiza una tarea similar, pues desde el propio título 7 Mark Wigley, “Introduction”, en White walls, designer dresses: the fashioning of modern architecture (Cambridge: MIT Press, 1995) xiv-xv. 26


I_LOS DISCURSOS EN LA ARQUITECTURA

de su libro Words and Buildings. A Vocabulary of Modern Architecture deja clara la propuesta de que el movimiento moderno no solo propuso una volumetría, espacialidad o materialidad particular para los edificios, sino también conformó un vocabulario arquitectónico inédito en la disciplina hasta ese momento que hacía alusión a significados específicos. “Modernist architecture, as well as being a new style of building, was also a new way of talking about architecture, instantly recognizable by a distinctive vocabulary.”8 Palabras como “forma”, “función”, “orden”, “espacio”, “estructura” o “usuario” no solo eran ocupadas por los arquitectos modernos para describir sus obras, sino su misma utilización conformaba el discurso moderno. Si bien podemos encontrar más ejemplos al respecto, lo que nos interesa dejar claro es que en estos casos la crítica no va dirigida sobre la arquitectura moderna en sí misma –no se trata de negar sus valores–, sino más bien en la manera en que esta fue exaltada por sus autores y por la crítica a partir de la utilización de estrategias discursivas que, por ejemplo, pretendían convencer que los edificios modernos debían ser blancos. Los discursos se encuentran entonces en constante tensión con la disciplina, pues la figura misma de la disciplina supone un principio de control del discurso.9 Mientras que a partir del discurso se puede acelerar la producción de conocimiento de carácter intelectual, la disciplina supone un freno para esta producción de conocimiento, pues se centra 8 Adrian Forty, “The Language of Modernism”, en Words and Buildings (Nueva York: Thames & Hudson Inc., 2000) 19. 9 Michel Foucault, “El Orden del Discurso”, en El Orden del Discurso (Buenos Aires: Tusquets Editores, 1992) 22. 27


en la evaluación del conocimiento. Podríamos asumir que tanto el discurso como la disciplina, aunque contrarias en funcionamiento, supondrían un balance que nos ayudaría a entender la práctica de la arquitectura. Es más, desde este punto de vista la arquitectura puede ser entendida como una disciplina en la cual operan un conjunto de discursos administrados por un organismo de control que valida constantemente cuales de estos generan arquitectura y cuáles no. Y si nos referimos a los discursos que pueden operan en la arquitectura, encontraremos que varios podrían ocuparse paralelamente y en conjunto – justificándose unos a otros –, mientras que otros se ignorarían y excluirían – conformando enunciados de verdad diferentes -. Incluso pueden existir estrategias discursivas aparentemente extintas debido a su desuso u ocultación intencionada. Por ejemplo, frente a los cambios que ha experimentado la sociedad a lo largo de la historia, ¿cómo los arquitectos podemos estar seguros de lo que es arquitectura, si esta también está en constante cambio? Deberían existir, al menos, algunas invariables o hechos que mantuvieran la coherencia de la disciplina a pesar del paso del tiempo. A partir de este planteamiento podemos asumir a la tradición como una forma de control discursivo, pues se supone que cada generación debe velar por todo aquello que ha logrado sobrevivir el paso del tiempo – de allí justamente su valor –, a pesar de que tenga un origen desconocido. La arquitectura entonces puede entenderse como un saber heredado, en el cual los que manejan este conocimiento están en una posición de poder por sobre el resto de la disciplina. Esto puede suponer una actitud conservadora, incluso acrítica, por parte del arquitecto, quien no tiene la necesidad de hacerse preguntas sobre cómo hacer las cosas de manera diferente. Pero si la arquitectura no debe cambiar, ¿cómo se puede adaptar a la sociedad que se encuentra en un constante cambio? 28


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Podríamos decir más bien que la arquitectura debe ser implícitamente vanguardista y propiciar así el desarrollo de la sociedad, siendo esto una estrategia discursiva basada en la idea de modernidad. Aunque no totalmente opuesta a la idea de tradición, el ser moderno supone que el papel de cada generación es la de generar nuevo conocimiento, el cual, en la mayoría de los casos, se presenta como una oposición a la generación anterior.10 Pero lo que puede ser una actitud vanguardista también puede ser entendido por un simple deseo de poder, en el cual una nueva generación de arquitectos puede plantear una serie de cambios en la manera de entender la disciplina que inicialmente puede ser moderna, pero que, con el pasar del tiempo, también se perpetuará como una nueva tradición. Si la propia disciplina arquitectónica es la que define los parámetros por la cual se va a regir, se puede llegar al extremo de plantearse totalmente autónoma al resto de la sociedad, es decir, que solo responda a aquellas exploraciones que le sean relevantes. En este sentido, la arquitectura a priori no tendría como objetivo, por ejemplo, resolver el problema de la vivienda, sino más bien reflexionar sobre el tema de la casa, que es algo totalmente diferente. A pesar de que la sociedad podría criticar este tipo de postura, lo verdadero en arquitectura sería aquello que ha sido valorado por una o más personas, la disciplina, aspecto que la relacionaría con el funcionamiento de las instituciones artísticas. También podemos cuestionar lo anterior, ¿puede entonces la arquitectura solo ser definida a partir de su temporalidad o su autonomía?, ¿el lugar donde esta se encuentra no tiene relevancia? Como planteó Heidegger, existiría una estrecha 10 Este sería el caso, por ejemplo, del proclamado Movimiento Moderno, el cual se opuso a la arquitectura Neoclásica y el Art Nouveau de finales del siglo xix con una postura racional, purista y racionalista, la cual influye a la disciplina aun en nuestros días. 29


relación entre construir, habitar y pensar.11 Podríamos valorar entonces una obra en la medida en que esta se adapta armónicamente a la topografía, toma en cuenta la iluminación y la ventilación natural para generar confort en sus espacios o permite el reconocimiento y la valorización del paisaje en el cual se encuentra inmersa. Para este tipo de estrategia discursiva no sería relevante mantener algún tipo de tradición o plantear una postura vanguardista, pues por el contrario supone una actitud anti-racionalista, es decir, las variables ajenas al lugar son irrelevantes. ¿Y qué pasaría si nos referimos al lugar más allá de las condiciones físicas? El lugar podría ser entendido más bien a partir de condiciones sociales, culturales o tecnológicas. En este sentido la obra estaría supeditada a ser pertinente, por ejemplo, a las necesidades de los habitantes o a los procesos constructivos locales. Pero en general, ¿así no es como se ha hecho arquitectura a lo largo del tiempo? Tal vez sí, pero lo que también es cierto es que los cánones de lo que debe hacerse han sido tradicionalmente definidos desde Europa y posteriormente desde Norteamérica también. Justamente esta situación llevó a que durante la década de los ochenta, y como consecuencia de la proliferación del llamado estilo internacional en todo el mundo a partir de los años treinta, el planteamiento de Kenneth Frampton sobre el regionalismo crítico tomara fuerza fuera, por ejemplo, en Latinoamérica. Es decir que, de manera crítica o reaccionaría, la arquitectura realizada en el continente no debería destacar las condiciones foráneas por sobre las locales, lo cual supondría también un alejamiento de la disciplina regional de las discusiones internacionales.

11 Martin Heidegger, “Bauen, Wohnen, Denken.” [Construir, Pensar y Habitar]. En su: Vorträge und Aufsätze [Conferencias y ensayos]. (Pfullingen: G. Neske, 1954). 30


I_LOS DISCURSOS EN LA ARQUITECTURA

Aunque finitas, pueden ser aplicadas muchas más estrategias discursivas para aproximarse a la arquitectura de las que hemos planteado. Y de todas éstas, ¿hay alguna correcta?, ¿son el resto de ellas aproximaciones erróneas a la arquitectura? Como ya hemos dicho, los discursos no son verdades absolutas, sino más bien maneras de plantear verdades, y que efectivamente puede enfrentarse entre ellas. Lo importante es destacar el hecho de que los discursos no son solo estrategias para plantear la arquitectura, sino también pueden convertirse en mecanismos para manipularla, consciente o inconscientemente. En tal sentido, empieza a ser más relevante intentar rastrear aquellas estrategias discursivas que se encuentran operando en el contexto arquitectónico latinoamericano y las implicaciones que estas tienen en la producción arquitectónica regional. Como bien identifica el mismo Foucault, existen los discursos que “se dicen” y que pueden desaparecer a partir del instante mismo en que son pronunciados, y aquellos que se encuentran “escritos”, lo cual supone que son dichos, permanecen dichos y están todavía por decir.12 Y es precisamente a estos segundos a los que nos interesa abocarnos en esta investigación, a aquellos enunciados que nos presentan una manera particular de abordar la realidad – en nuestro caso la arquitectura - y que por el hecho de estar plasmados en publicaciones tienen la capacidad de llegar a una gran cantidad de público - incluso tiempo después de su publicación - , de transmitirse de manera implícita – si ésta fuera la intención - y mantenerse recurrentes o hibernando según sea el zeitgeist13. Y dentro de estos discursos escritos buscamos no solo equiparar los diferentes 12 Michel Foucault, “El Orden del Discurso”, en El Orden del Discurso (Buenos Aires: Tusquets Editores, 1992) 13-14. 13 Zeitgeist es una expresión del idioma alemán que significa “el espíritu (Geist) del tiempo (Zeit)”. Se refiere al clima intelectual y cultural de una era. 31


‘niveles intelectuales’ que puedan tener los diversos autores de los textos a los que nos vamos a referir –es decir, no dar prioridad a alguno de ellos a partir de sus referencias o experiencia– sino excluir del análisis la figura del autor y referirnos específicamente a los discursos. Dicho esto, el planteamiento sobre el cual se fundamenta esta investigación –coincidente con lo propuesto por el propio Wigley–, es que los arquitectos no son solo aquellos que diseñan edificios, sino los que plantean discursos a partir de estos.14 Pragmáticamente hablando, las obras son solo construcciones que si bien tienen la capacidad de ser medidas y descritas, es gracias a la implementación de discursos a partir de estas que los arquitectos les otorgamos un significado. Lo ‘que se dice’ sobre una obra es también parte de ella, y esto es tan evidente que en el análisis a realizarse encontraremos no solo que los autores presentan discursos a partir de sus obras, sino que el resto de la disciplina también tiene la potencial posibilidad de hacerlo a partir de aquellas que no son de autoría. Esto refuerza la intención de la presente investigación de dejar de lado las obras en sí mismas para referirnos, más bien, al producto del architectus verborum: las palabras, y para ser más precisos, las palabras escritas. Y es que sin ser específicamente un análisis de discursos, en Words and Buildings Forty se interesó en hacer una revisión sobre las nuevas palabras ocupadas por los arquitectos en el movimiento moderno al momento de justificar sus propuestas u obras, y específicamente en la significación que se generó de éstas al resto de la disciplina en ese momento y que aún tienen en nuestros días. Una intención similar tiene ésta investigación, pues no busca atacar o descalificar

14 Mark Wigley, “Typographic Intelligence”, en Un Studio - Unfold (Amsterdam: NAI Publishers, 2002) 121. 32


I_LOS DISCURSOS EN LA ARQUITECTURA

estrategias discursivas sino más bien analizar la manera en que operan los discursos en el escenario arquitectónico latinoamericano contemporáneo, pues tal vez estos puedan ser más elocuentes para entender a la producción arquitectónica regional que las obras mismas.

33


II_ La serie de estudio

34


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Para llevar acabo entonces nuestro análisis, en el cual pretendemos identificar los discursos utilizados en los textos de las publicaciones para describirnos obras de arquitectura, lo primero que debemos preguntarnos es ¿en cuales publicaciones y sobre qué obras? En el caso de las publicaciones, nos hemos planteado desde el principio de la investigación hacer referencia a las revistas de arquitectura impresas, pues actualmente estas asumen el papel que los tratados tuvieron en el pasado: ser medios de difusión de conceptos, ideas, planteamientos y discursos.1 Las revistas tuvieron un papel importante en la difusión de la arquitectura moderna durante el siglo xx, hecho también relevante en Latinoamérica donde desde principios del siglo pasado se comenzaron a editar las primeras revistas de arquitectura. Desde ese momento y hasta nuestros días una gran cantidad de revistas se han editado en la región.2 1 Horacio Torrent, “Presentación“, en Revistas, Arquitectura y Ciudad (Pamplona: T6) Ediciones SL: 2015) 7. 35


Dentro de lo que supone publicar arquitectura, el aspecto por el cual hemos decidido prestar atención a las revistas es que funcionan como filtros entre toda la producción arquitectónica y aquel grupo de ésta que se decide destacar por sobre la demás para ser divulgado a la disciplina. Si bien no cuestionaremos los criterios de valoración para realizar las selecciones, si nos interesa analizar los discursos que se divulga a la disciplina a partir de dicha selección. En este sentido, las revistas cuyo objetivo principal es el de la publicación de obras –además de ser publicaciones periódicas y por lo tanto funcionar como medios de difusión constante– deben valerse de su editor o comité editorial para realizar constante selecciones de estas para que sean publicadas en cada número. Igualmente, existen otro tipo de publicaciones como catálogos o selecciones que también presentan a los lectores una serie de obras vinculadas entre sí cronológica, tipológica o geográficamente. Pero si nos vamos a referir publicaciones impresas en que las que se tiende a publicar una gran cantidad de obras con 2 Si bien la intención de esta tesis no es la de realizar un levantamiento histórico de revistas de arquitectura editadas en la región, ha sido ineludible reconocer la gran cantidad y variedad de éstas que han estado presentes en el mercado regional. En este sentido, Patricia Méndez ha realizado una revisión más extensa sobre la variedad de perfiles y de fisonomías de las revistas de arquitectura editadas en la región: a principios del siglo xx se empezaron a editar las primeras revistas de arquitectura, como es el caso de Revista de Arquitectura, editada entre 1914 y 1940 por la Sociedad de Arquitectos de Uruguay, Arquitectura editada entre 1904 y 1916, y El Constructor Sudamericano, que data de 1911. A partir de ese momento se han incorporado y desaparecido del mercado una gran variedad de revistas comerciales, institucionales y gremiales, en el cual ha sido relevante la presencia de publicaciones editadas desde universidades, tanto privadas como públicas, siendo incluso algunas realizadas por los propios estudiantes. También se han publicado revistas auto-editadas, las cuales han presentado contenido de interés para los grupos o colectivos de arquitectos que las editan –no siempre similares a los de las revistas gremiales por ejemplo–, y financiadas con recursos propios en la mayoría de los casos. Patricia Méndez, “Las publicaciones de arquitectura en Latinoamérica: perfiles para comprender su trayectoria”, De Arquitectura 23 (2011): 6-13. 36


II_LA SERIE DE ESTUDIO

la intención de prestar atención en ‘lo que se dice’ de estas, debemos estar consciente que en la mayoría de los casos los requisitos editoriales de las publicaciones propician que los textos que reseñan las obras sean breves y concisos, debido al poco espacio impreso con respecto a la gran cantidad de contenido que debe ser publicado en cada edición, además al predominio del material gráfico con el que se presentan las obras. Esto podría tener la consecuencia de restar peso intelectual a los textos, es decir, que finalmente sean más descriptivos que propositivos. Sin embargo, debido a la presencia de una gran cantidad de publicaciones impresas de arquitectura en el mercado regional –demostrado en el levantamiento de publicaciones realizado en esta investigación– podemos inferir que estas son un medio importante a partir del cual gran parte de la disciplina se comunica, es decir, por medio de ellas los arquitectos producen contenido y –principalmente– lo reciben. El papel entonces que tienen estos textos sucintos dentro de la trasmisión de información en la disciplina puede ser igual o incluso más relevante que los textos más extensos y cargados con la identidad del autor como los que se encuentran publicados en monografías. Reconociendo lo anterior, las revistas de arquitectura regionales no solo ameritan, sino deben, ser puestas en revisión como medios a partir de los cuales se han, y se siguen, trasmitiendo discursos de arquitectura. Para ser rigurosos entonces deberíamos revisar los índices de todas las revistas, catálogos de bienales, monografías y otras publicaciones editadas en la región desde el año 2000 en adelante. Si bien hemos identificado un gran número de publicaciones que actualmente se encuentran en el mercado, debemos apelar a hacer una selección de ellas para realizar el análisis. Dando prioridad a aquellas que tengan cierta relevancia en la región y que efectivamente se pueda tener fácil acceso a ellas, las publicaciones que se han seleccionado, ordenadas alfabéticamente, son las siguientes: 37


• Arkinka. Revista editada en Lima, Perú.3 • ARQ. Revista editada en Santiago, Chile.4 • Arquine. Revista editada en Ciudad de México, México.5 • AV Monografías. Revista editada en Madrid, España (solo ediciones dedicadas a obras construidas en Latinoamérica).6 • BAL. Catálogos de las Bienales de Arquitectura Latinoamericana editados en Pamplona, España.7 • BIAU. Catálogos de las Bienales Iberoamericanas de Arquitectura y Urbanismo editados en Madrid, España (solo contenido de obras construidas en Latinoamérica).8 • Ciudad y Arquitectura. Revista editada en Santiago, Chile.9 • De Arquitectura. Revista editada en Santiago, Chile.10 • Escala. Revista editada en Bogotá, Colombia.11 • Freshlatino. Selección de oficinas de arquitectura de Iberoamérica realizada en Madrid, España (solo contenido de obras construidas en Latinoamérica).12 • Nuevo Diseño. Revista editada en Santiago, Chile.13 • Projeto Design. Revista editada en Sao Paulo, Brasil.14 • Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica. Libro editado en Santiago, Chile.15 • Summa+. Revista editada en Buenos Aires, Argentina.16 • 2G Dossier: Iberoamérica Arquitectura Emergente. Número especial editado en Barcelona, España (solo contenido de obras construidas en Latinoamérica).17 38


II_LA SERIE DE ESTUDIO

3 Acceso limitado a los índices a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de Arkinka. http://www. arkinka.net/ 4 Acceso completo a los índices a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de Ediciones ARQ. http:// www.edicionesarq.cl/ 5 Acceso completo a los índices a partir de contacto vía correo electrónico con los editores y del sitio web de Arquine. http://www. arquine.com/ 6 Acceso completo al índice a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de Arquitectura Viva. http:// www.arquitecturaviva.com 7 Acceso completo al índice a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de la Bienal de Arquitectura Latinoamericana. http://www.as20.org/bal/ 8 Acceso completo al índice a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de la Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo. http://www.bienalesdearquitectura. es/index.php/es/inicio-biau 9 Acceso completo al índice a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de Ciudad y Arquitectura. http://www.revistaca.cl/webca/ 10 Acceso completo a los índices a partir de la colección existente en la biblioteca de la FAU y el sitio web de De Arquitectura. http:// www.revistas.uchile.cl/index.php/RA 11 Acceso limitado a los índices a partir de la página web de Escala. http://www.revistaescala.com/ 12 Acceso completo a los índices a partir del sitio web del Centro Virtual Cervantes. http://cvc.cervantes.es/artes/freshlatino/ 13 Acceso limitado a los índices a partir de la colección existente de la biblioteca de la FADEU. 14 Acceso limitado a los índices a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y del sitio web de Projeto Design. http:// arcoweb.com.br/projetodesign 15 Acceso completo a los índices por fuente propia. 16 Acceso completo a los índices a partir de la colección existente en la biblioteca de la FADEU y el sitio web de Summa+. http://www. summamas.com/ 17 Acceso completo al índice a partir del ejemplar existente en la biblioteca de la FADEU. 39


En el caso de las obras, existen más de un criterio que deseamos aplicar para realizar la selección de éstas. En primer lugar nos interesa referirnos a la producción arquitectónica regional –es decir, a la realizada por arquitectos latinoamericanos en Latinoamérica– y esto por una simple razón: tradicionalmente los discursos de arquitectura han sido planteados desde Europa y más recientemente desde Norteamérica a partir de obras realizadas en dichas locaciones, por lo tanto nos interesa prestar atención en la producción arquitectónica regional para reconocer como ésta plantea repite, reinterpreta o propone discursos propios. En segundo lugar, entendiendo lo amplia y variada que puede ser la producción arquitectónica deseamos referirnos únicamente a obras construidas. Nos interesa realizar el análisis a partir del planteamiento de que las obras tienen la capacidad de que se conformen discursos a partir de ellas a pesar de que sean meras infraestructuras y que en sí mismas no sean un discurso. Por lo tanto, quedan descartadas de nuestra selección textos, propuestas, proyectos, obras no construidas o en construcción En tercer lugar, nos interesan aquellas obras que hayan sido construidas a partir del año 2000 en adelante. La crítica regional ha prestado atención a las obras de arquitectura construidas en Latinoamérica durante el siglo xx–y principalmente a aquellas pertenecientes a la llamada Arquitectura Moderna–, sin embargo, aquellas construidas recientemente escapan aún a la realización de una revisión histórica. Sin tener entonces sobre nuestras espaldas el peso de bibliografía ‘canónica’ que pueda generar un entendimiento ‘estático’ de los discursos planteados a partir de las obras regionales, deseamos aprovechar entonces la oportunidad de hacer una revisión más libre de aquellos que se han conformado, transformado o mutado en el pasado reciente. 40


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Y en cuarto lugar, las obras efectivamente deben haber sido publicadas; y no en cualquier publicación, sino en alguna de las que hemos seleccionado anteriormente. A pesar de que debemos realizar una selección de obras, recordemos que finalmente no intentamos analizar un grupo estas, sino más bien los discursos planteados a partir de ellas. Específicamente entonces nos interesan obras construidas en Sudamérica, Centroamérica y el Caribe realizadas entre el año 2000 y el 2015, y que hayan sido publicados en las revistas, selecciones o catálogos enlistados anteriormente. Como era de suponer, más de 2.400 obras cumplen con los criterios de selección establecidos. Dicha cantidad supera los alcances de esta investigación, por lo tanto, al igual que realizamos en el caso de las publicaciones, deberemos hacer una selección de éstas. La premisa para la selección en este caso será la recurrencia, pues nos interesa tener la mayor cantidad de material bibliográfico disponible para realizar nuestro análisis. Por lo tanto se revisarán los textos de las obras que como mínimo hayan sido publicadas en cuatro de las revistas o catálogos seleccionados. Las obras que cumplen con este segundo filtro de selección, ordenadas cronológicamente, son las siguientes:

41


• Universidad Adolfo Ibañez. Obra construida en el año 2002 en Santiago, Chile.18 • Termas Geométricas. Obra construida en el año 2004 en Coñaripe, Chile.19 • Plaza Cisneros. Obra construida en el año 2005 en Medellín, Colombia.20 • Casa Poli. Obra construida en el año 2005 en Coliumo, Chile.21 • Casa en Iporanga. Obra construida en el año 2006 en Iporanga, Brasil.22 • Orquideorama. Obra construida en el año 2006 en Medellín, Colombia.23 • Parque Biblioteca España. Obra construida en el año 2007 en Medellín, Colombia.24 • Pabellón Pueblo Bolívar. Obra construida en el año 2007 en Bolívar, Uruguay.25 • Edificio Cruz del Sur. Obra construida en el año 2008 en Santiago, Chile.26 • Escuela de Artes Visuales de Oaxaca. Obra construida en el año 2008 en Oaxaca, México.27 • Casa View. Obra construida en el año 2009 en Rosario, Argentina.28 • Escenarios Deportivos. Obra construida en el año 2009 en Medellín, Colombia.29 • Casa en Ubatuba. Obra construida en el año 2009 en Ubatuba, Brasil.30 42


II_LA SERIE DE ESTUDIO

18 Arquitectos: José Cruz Ovalle, Hernán Cruz, Ana Turell y Juan Purcell. 19 Arquitecto: Germán del Sol. 20 Arquitecto: Juan Manuel Peláez. 21 Arquitectos: Pezo von Ellrichshausen (Mauricio Pezo, Sofía von Ellrichshausen). 22 Arquitectos: Nitsche Arquitetos Associados (Lua Nitsche, Pedro Nitsche, Joao Nitsche). 23 Arquitectos: Plan:b (Felipe Mesa, Alejandro Bernal), jprcr (C. Restrepo, J.P. Restrepo). 24 Arquitecto: Giancarlo Mazzanti. 25 Arquitectos: Gualano + Gualano Arquitectos (Marcelo Gualano, Martín Gualano). 26 Arquitectos: Izquierdo Lehmann Arquitectos (Luis Izquierdo, Antonia Lehmann). 27 Arquitecto: Mauricio Rocha. 28 Arquitectos: Diego Arraigada y Johnston Marklee. 29 Arquitectos: Giancarlo Mazzanti y Plan:b (Felipe Mesa, Alejandro Bernal). 30 Arquitectos: SPBR Arquitetos (Angelo Bucci, Tatiana Ozzetti, Victor Próspero, Felipe Barradas, Lucas Roca). 43


ARQ Arquine AV Monografías BAL BIAU CA De Arquitectura

• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •

• • • • •

Casa en Ubatuba

Escenarios Deportivos

• • • • • • • • • • •

Escala

Freshlatino Nuevo Diseño

Casa View

• •

Escuela de Artes Visuales de Oaxaca

Edificio Cruz del Sur

Pabellón Pueblo Bolívar

Parque Biblioteca España

Orquideorama

Casa en Iporanga

Casa Poli

Plaza Cisneros

Termas Geométricas

Universidad Adolfo Ibañez Arkinka

• •

Projeto Design

• • • • • • • • • •

Pulso 2

• • •

Summa+ 2G Dossier 4

4

4

6

• 4

4

4

5

4

4

5

5

4

Gráfico N° 1. Obras y publicaciones. Cantidad de publicaciones de cada obra en las revistas y catálogos seleccionados. 44


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Universidad Adolfo Ibáñez 31

arq 51 (2002)

iv biau (2004)

Nuevo Diseño 11 (2004)

ca 140 (2009)

31 La Universidad Adolfo Ibañez es un centro de educación superior ubicado en Peñalolén, Santiago. Está conformada por una serie de edificios, de los cuales resaltan el edificio de pregrado y el de posgrado. A pesar de no ser construidos al mismo tiempo, en la mayoría de las publicaciones se hace referencia a ambos edificios. Por tal razón, se consideró al momento de la selección aquellos textos que hicieran referencia a cada uno de los edificios o al campus completo. 45


Termas GeomĂŠtricas

46

ca 128 (2006)

De Arquitectura 14 (2006)

arq 65 (2007)

Arquine 51 (2010)


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Plaza Cisneros

Arquine 32 (2005)

v biau (2006)

Summa+ (2007)

bal 2009 (2009)

47


Casa Poli

arq 61 (2005)

ca 125 (2005)

Summa+ 80 (2006)

v biau (2006)

2G Dossier IberoamĂŠrica Arquitectura

bal 2009 (2009)

Emergente (2007) 48


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Casa en Iporanga

Projeto Design 329 (2007)

vi biau (2008)

Freshlatino (2009)

bal 2011 (2011)

49


Orquideorama

2G Dossier IberoamĂŠrica Arquitectura

arq 67 (2007)

Emergente (2007)

Arquine 40 (2007)

50

vi biau (2008)


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Parque Biblioteca Espa単a

vi biau (2008)

Summa+ 96 (2008)

arq 71 (2009)

av 138 (2011)

51


Pabell贸n Pueblo Bol铆var

Arquine 50 (2008)

vi biau (2008)

bal 2009 (2009)

De Arquitectura 21 (2010)

Pulso 2 (2014) 52


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Edificio Cruz del Sur

arq 73 (2009)

Arkinka 222 (2014)

Pulso 2 (2014)

Summa+ 139 (2014)

53


Escuela de Artes Visuales de Oaxaca

54

Arquine 48 (2009)

av 138 (2009)

vii biau (2010)

Summa+ 121 (2012)


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Casa View

Arquine 50 (2008)

Summa+ 104 (2009)

arq 78 (2011)

bal 2011 (2011)

Escala 222 (2008) 55


Escenarios Deportivos

Arquine 53 (2010)

Summa+ 114 (2012)

viii biau (2012)

Escala 219 (2012)

Pulso 2 (2014) 56


II_LA SERIE DE ESTUDIO

Casa en Ubatuba

Arquine 54 (2010)

vii biau (2010)

Projeto Design 364 (2010)

Pulso 2 (2014)

57


Sabiendo las obras a las que nos vamos a referir, consideramos pertinente para la investigación incorporar al análisis bibliografía complementaría a cada una de estas. Esta bibliografía complementaria estará conformada por revistas y catálogos que fueron excluidas de la selección inicial por referirse a selecciones de obras locales, es decir, asociadas a un solo país, así como monografías de los autores de las obras. También se incorporará contenido en línea perteneciente páginas y portales de internet.31 Consideramos que si bien era necesario excluir este tipo de publicaciones de la selección inicial, pues podían condicionar solo la selección de obras construidas en aquellos países donde eran editadas las publicaciones, albergan contenido relevante para realizar esta investigación. Habiendo definido esto, nuestro caso de estudio estará conformado por un poco más de 130 textos que se encuentran en 45 publicaciones y que se refieren a 13 obras de arquitectura. Sin embargo, a partir de las selecciones realizadas debemos dejar una cosa clara: no debemos asumir que éstas son las revistas de arquitectura más importantes en el mercado regional o que incluso éstas son las obras de arquitectura construidas en Latinoamérica más publicadas del siglo xxi –aunque alguna de ellas lo pueda ser–. Lo que si podríamos afirmar es que son las más publicadas en los índices revisados. Recordemos que la intención no es la de crear un top ten, sino valerse de la recurrencia de las publicaciones de las obras para identificar los discursos que han sido más divulgados. Sobre esto es que se desea hacer una revisión para establecer un estado del arte sobre como los arquitectos latinoamericanos nos hemos referido a nuestra arquitectura en el pasado reciente.

31 El listado de la bibliografía específica por cada obra se encuentra a partir de la página 204. 58


II_LA SERIE DE ESTUDIO

59


III_ Adjetivos, temas y discursos

60


III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

Antes de poder realizar un análisis ‘cualitativo’ de los discursos que operan en las descripciones y reseñas seleccionadas sobre el grupo de 13 obras de arquitectura reciente en la región debemos realizar una labor de levantamiento de información. Por lo tanto nos abocaremos en primer lugar a realizar la tarea ‘cuantitativa’ de identificar, cuantificar y catalogar los adjetivos, temas y discursos presentes en los textos con el objetivo de que a partir de la indexación de los resultados de este levantamiento podamos identificar ciertas particularidades que direccionen nuestro posterior análisis. Los adjetivos son aquellas palabras que complementan los sustantivos cualificándolos, denotando características tanto concretas –medibles– o abstractas –inmedibles–. Como en nuestro caso específico, los sustantivos corresponden a las obras y/o a partes de ellas, los adjetivos son un medio a partir del cual se pueden presentar de manera sucinta y práctica las particularidades de éstas. Pero como mencionamos anteriormente, hay ciertas particularidades abstractas 61


con las cuales se puede cualificar una obra abstractas que remiten al criterio de quien realiza la descripción, pues estas características no serían medibles o comprobables en las obras mías. En este sentido, los adjetivos con los que se califican las obras son una herramienta a partir de la cual los arquitectos pueden sugerir cualidades que éstas no tienen por sí mismas, sino que se refieren más bien a los temas y discursos a partir de los cuales fueron concebidas las obras. Es por esto que nos interesa identificar en los textos aquellos adjetivos ocupados para cualificar características abstractas de las obras y/0 de algunas de sus partes –espacios, volúmenes, elementos, materiales, etc. –. Suponiendo que han sido utilizados una gran cantidad de adjetivos para describir cada una de las obras, solo destacaremos los más utilizados en los textos para referirse a ellas. Como un mismo adjetivo puede utilizarse gramaticalmente de diferentes maneras, los homologaremos todos a su forma singular y género masculino, lo cual nos permitirá hacer un conteo más concreto. Igualmente, debemos estar conscientes que si bien un adjetivo puede ser utilizado muchas veces para describir una sola obra o un pequeño grupo de estas, esto no supone necesariamente una tendencia en el resto de ellas. Es por eso que debemos prestar atención no solo a la repetición, sino a la recurrencia de adjetivos en la descripción de las obras a las cuales se remiten los textos. Identificar los adjetivos nos ayudará a detectar más fácilmente los temas y discursos que se proponen en los textos. Ciertos adjetivos pueden sugerir ideas o planteamientos a partir de los cueles se nos intentan describir las obras, y si estos planteamientos nos sugieren una manera de valorarlas estamos en presencia de un discurso. Suponiendo que la cantidad de estos será muy inferior a la de adjetivos, no realizaremos ningún corte en la información encontrada, y serán cuantificados a partir de la cantidad 62


III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

de extractos o citas que se refieran a un tema o discurso en particular. Al igual que en el caso de los adjetivos debemos reconocer la posibilidad de que la alta presencia algún tema o discurso en la serie puede provenir de la descripción de una sola de obras o par de ellas, por lo tanto sería un error extrapolar las particularidades de una(s) obra(s) a las demás pues más adelante no podríamos hacer comparaciones entre estas. Sin dejar de prestar atención a las repeticiones de los discursos en la serie, será igual de importante enfocarnos en reconocer las recurrencias de estos en las obras analizadas. Los discursos que más se repiten no necesariamente pueden coincidir con lo que tienen mayor recurrencia. A continuación presentamos entonces dos gráficos: uno referido a los adjetivos y otros a los temas y discursos. Dentro de los totales, hemos decidido destacar aquellos más repetidos y recurrentes utilizados en las justificaciones de las obras por sobre el resto con la intención de representar posteriormente en otro gráfico más detallado como el flujo de esta serie de adjetivos, temas y discursos ha variado a lo largo del marco cronológico que hemos establecido.

63


2%

1%

Abierto Austero Co Commercial p Co acto nti Ex nu Fle teri o xib or le

2% 1%1% 2%

59%

90) Otros (1

2%

2% 1%

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l na cio Ra illo nc Se blico Pú dido pen Sus 2%

4% 5%

2% 1%

Gráfico N° 2. Adjetivos. Adjetivos más recurrentes y repetidos en los textos que justifican las obras. 64


III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

Lugar

5%

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Gráfico N° 3. Temas y discursos. Temas y discursos más recurrentes y repetidos en los textos que justifican las obras. 65


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30

30

25

25

20

20

15

2000

15

10

10

5

5

2001

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0

0

Gr谩fico N掳 4. Adjetivos, temas y discursos. Representaci贸n en orden cronol贸gico. 1/4 66

Materialidad


III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

nstruye la Universidad Adolfo Ibáñez.

2002

30

30

25

25

20

20

15

2003

15

10

10

5

5

A

[p. 120]

4 Suspendido

2 Abierto

Continuo Habitable

s de

0

ma For

ajo

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0

67


Se construyen las Termas Geométricas.

Se construye la Plaza Cisneros y la Casa Poli.

30

30

25

25

20

20

2004

15

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2005

15

10

10

C

[p. 120]

B

[p. 163]

5

5 s de

ma For

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5

ajo

trab

3

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3 Continuo Compacto Habitable

r ura 2 Luga quitect de la ar Habitable Abierto Objetivo 1 Espacialidad

0 Materialidad

Informal 0

Gráfico N° 4. Adjetivos, temas y discursos. Representación en orden cronológico. 2/4 68

Natural

Público


III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

construye la Casa en Iporanga y el Orquideorama. 30

2006

Se construye el Parque Biblioteca España y el Pabellón Pueblo Bolívar.

30

25

25

20

20

15

E

[p. 125]

2007

15

13

F

[p. 94]

10

10

10 Flexible

Público

8 Natural

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D

Nuevo

[p. 137] 5

Informal

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4 Racional

Nuevo

2

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Continuo Habitable Compacto Natural 1 d

Público

5 4

Compacto Intimo

Suspendido

5

Modular Habitable

Austero Nuestro

Suspendido

Material

2

Gran Continuo

Sustentabilida

0

0

69


Se construye el Edificio Cruz del Sur y la Escuela de Artes Visuales de Oaxaca.

Se construye la Casa View, los Escenarios Deportivos Casa en Ubatuba 30

30

29 J

[p. 124]

25

25

20

20

21

G

[p. 96] 15

2008

2009 16

15

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H

[p. 139]

12

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Una vez realizada la revisión de todos los textos, se identificaron más de 210 adjetivos que describían cualidades abstractas de las obras o de algunas de sus partes, siendo los más utilizados “abierto”, “continuo”, “habitable”, “nuevo”, y “racional”. De manera pragmática, esto nos puede revelar inicialmente que dentro de los textos existe la preferencia por describir los aspectos espaciales de las obras, destacar el hecho de que pueden ser ocupados por personas, diferenciarlas de otras a partir de sus novedades –espaciales, formales, materiales, etc.– y que son producto de decisiones racionales por parte de sus diseñadores. A pesar de las repeticiones, los adjetivos a partir de los cuales cada obra es descrita suelen ser en la mayoría de los casos diferentes, siendo solo destacable la repetida la utilización “nuevo” para referirse a más de la mitad de las obras. Esto quiere decir que en los textos principalmente se nos hace referencia a obras vanguardistas o novedosas, lo cual supondría que esta es la cualidad a partir de la cual se destaca la obra y por lo tanto la diferencia del resto. Igualmente hemos podido identificar al menos 39 temas y discursos diferentes a partir de los cuales se nos presentan y justifican las obras, dentro de los cuales destacan 7 por su repetición y recurrencia. Más de la mitad de las obras son presentadas en los textos a partir de los discursos de la espacialidad (8/13), la relación entre arquitectura y paisaje (8/13), el objetivo de la arquitectura (8/13), la materialidad (9/13), las formas de trabajo (9/13), la sustentabilidad (10/13), el lugar (13/13) y la experiencia (13/13). A pesar de que algunos de ellos ya nos eran familiares a partir de los adjetivos identificados en los textos, vale la pena destacar que el discurso de la experiencia no es solo ocupado para describir todas las obras, es decir, es uno de los más recurrentes, sino además es el más repetido de todos.

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III_ADJETIVOS, TEMAS Y DISCURSOS

Lo interesante aquí es que, a pesar de que se ocupen recurrentemente cierto tipo de discursos en varias de las obras, estos pueden tener intenciones diferentes, o inclusive opuestas, entre sí. Por lo tanto, valdría la pena prestarle atención tanto a los discursos más ocupados como a los más recurrentes si nos interesa investigar sobre lo que se dice de la arquitectura reciente en Latinoamérica. Siendo este el caso, hemos decidido analizar con detenimiento los discursos de la experiencia, el lugar, la sustentabilidad, las formas de trabajo, el objetivo de la arquitectura, la espacialidad y la materialidad.

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IV_ ÂżQue se dice sobre las obras de arquitectura reciente en LatinoamĂŠrica?

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

A pesar del esfuerzo que se ha hecho para conformar una serie de obras relacionadas entre sí, ¿qué se puede señalar objetivamente sobre lo ‘que se dice’ de un conjunto de obras con escalas, programas y tipologías diferentes, ubicadas en diversos lugares del continente, y realizadas por arquitectos con variadas aproximaciones hacia la arquitectura? Parece que lo más permitente que podemos hacer es intentar entender aquellas relaciones, directas o indirectas, que pueden vincular las estrategias discursivas utilizadas en la justificación de cada una de las obras, en vez de pretender borrar las diferencias entre éstas para presentar una verdad única. Los análisis realizados sobre los recursos utilizados en cada publicación para describir, explicar o justificar las obras han pasado desde detectar las particularidades en cada una de éstas hasta encontrar aquellos elementos reiterativos en la serie de obras. Si nuestra intención es la establecer un estado del arte debemos poner atención en estos elementos recurrentes, pero sin dejar por completo de lado las particularidades, e incluso las ausencias, es decir, 77


aquellas cosas ‘que no se dicen’. Es relevante entonces revisar como son ocupadas las estrategias discursivas que han sido detectadas como recurrentes en la mayoría de –sino en todos– los casos de la serie. El hecho de que un discurso en específico sea utilizado para describir varias de las obras, no quiere decir que utilizado de la misma forma por los distintos autores. Entender las diferencias a partir de las semejanzas es entonces el objetivo de este apartado. Sin embargo, y como punto de partida de ésta revisión, es importante destacar el hecho de que la gran mayoría de los textos de cada caso de la serie son muy similares –y en algunos casos idénticos– entre sí. Es decir, que a partir de las memorias descriptivas de los proyectos o de las monografías de los arquitectos, los textos son replicados sin mayores cambios en revistas o libros.

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en VI BIAU Lisboa 08: VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2008) 245.

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

“Pabellón Pueblo Bolívar / Gualano + Gualano Arquitectos”. 14 Nov 2007. Plataforma Arquitectura. Accedido el 15 May 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/024098/pabellon-puerto-bolivar-gualano-gualano-arquitectos>

Martín Gualano Marcelo Gualano, “El pabellón austero”, Arquine 50 (2008): 63.

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en Bienal de arquitectura latinoamericana 2009 (Pamplona: T6 Eds., 2009) 130. 79


Ante esto podemos suponer las implicaciones que pueden tener tanto los editores de las publicaciones como autores mismos de las obras. En primer lugar, debemos referirnos al papel de la crítica en las publicaciones arquitectónicas latinoamericanas, pues parece no existir en los comités editoriales la intención de tomar una postura crítica hacia las obras que son publicadas. Si bien los hay, son contados los casos en que un tercero nos describe alguna de las obras, la cual nunca sustituye la memoria de los autores, solo la complementa. Esto supone que la mayoría de las publicaciones de la región actualmente funcionan como meros medios de comunicación y divulgación de información.1 ¿No existe entonces la crítica arquitectónica en Latinoamérica? Definitivamente sí, pero parece que ésta ha abandonado las revistas o selecciones como medio de crítica y debate.2 Aunque tal vez la única licencia que se toman los comités editoriales es la de otorgarle un ‘título’ a la publicación de las obras. En algunos de los casos, el nombre de las obras es cambiado por frases más ‘sugerentes’ que las identifiquen 1 Como también identifica Humberto Eliash en una entrevista que tuve la oportunidad de realizarle en 2013. “No me atrevo a decir una visión que tengan las revistas, pero echo de menos medios con posturas sobre determinados temas y discusiones, no meros vehículos de información de lo que se está haciendo, sin contenido ni alma. Por ejemplo, yo creo que Plataforma Arquitectura es un gran medio, pero no tiene un pensamiento de ciudad, no tiene nada que decir. Igualmente las universidades tenemos ese rol y también estamos al deber, nos falta mucho.” Óscar Aceves. “Discusión y crítica en los años ochenta: entrevista al arquitecto Humberto Eliash” 16 oct 2014. Plataforma Arquitectura. Accedido el 29 Jul 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/755521/ discusion-y-critica-en-los-anos-ochenta-entrevista-al-arquitectohumberto-eliash> 2 Sin embargo no podemos obviar el hecho de que en algunos libros, Blanca Montaña o Pulso 2, como antesala a la presentación de las obras se incorporan sendos textos de variados autores. Pero a pesar de esto las justificaciones de cada obra se mantienen intactas. Igualmente no debemos olvidar aquellos casos, no frecuentes, en que la selección de obras supone la oportunidad de los autores para realizar una segunda crítica hacia éstas, como es el caso de Archipiélago de Arquitectura. 80


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

dentro de las publicaciones, complementándolas a veces con breves resúmenes. Esto de partida –además de haber hecho más difícil nuestra tarea de levantamiento de información– predispone la lectura de los textos, pues refuerzan las particularidades de las obras o las estrategias discursivas que las describen más adelante. Pareciera entonces que el papel de la crítica arquitectónica regional en la actualidad ha quedado relegado a simplemente ‘etiquetar’ las obras.

Guillermina Abeledo, “El dominio de lo latente”, Summa+ 89 (2007): 54.

Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, “El Cubo y el Mar, Summa+ 80 (2006): 106.

Johnston Marklee, “Las vistas como estrategia”, Arquine 50 (2008): 66.

SPBR, “La casa flotante”, Arquine 54 (2010): 82. 81


Y en segundo lugar, a partir de las publicaciones, la ocupación recurrente de la misma descripción o justificación de los edificios también supone la intención de los arquitectos autores en mantener una misma lectura de estos. Es decir, frente a la posibilidad de realizar múltiples explicaciones de la obra, dependiendo del medio y del público al que se encuentra dirigido, lo cual supondría una constante re-lectura crítica de ésta, se prefiere mantener la misma estructura discursiva –permitiéndose solamente pequeñas modificaciones a razón de adaptarse a los formatos o cantidades de texto–, lo cual presumiría la idea de que el mensaje podría llegar de manera más potente a los lectores, al encontrase reiteradamente con la misma información en diferentes publicaciones. Aunque no habría nada que no los asegure, pareciera que se descarta la posibilidad de que, a futuro, se ocupen estrategias discursivas que dependan del Zeitgeist, las cuales podrían incluso plantear cosas contrarias a las justificadas antes, pues a fin de cuentas, una misma obra que es justificada a partir de su materialidad podría serlo en otro momento por su sustentabilidad. Esto propicia una monopolización sobre lo ‘que se dice’ de las obras en las palabras de sus autores, asumiéndose entonces que solo debe existir una manera de entender el edificio. Si esto es así, ¿que se dice de las obras que es tan importante como para mantener de manera estricta y recurrente las estrategias discursivas? Uno de los aspectos que hemos reconocido como transversal es que, independientemente de la estrategia discursiva ocupada, existe interés por parte de los arquitectos en que sus obras sean reconocidas como ‘nuevas’, ‘novedosas’, ‘originales’ o ‘vanguardistas’

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Guillermina Abeledo, “El dominio de lo latente”, Summa+ 89 (2007): 54.

Johnston Marklee Diego Arraigada, “Roca en La Pampa”, Summa+ 104 (2009): 38.

Plan B, “Orquideorama”, ARQ 67 (2007): 74.

Martín Gualano Marcelo Gualano, “El pabellón austero”, Arquine 50 (2008): 63. 83


Pero si nos referimos a la novedad meramente temporal, todas las obras lo son al momento de ser construidas, por lo tanto no habría distinción entre éstas. Pero implícitamente se nos refiere al establecimiento de una diferenciación entre las obras que simplemente son recientes y las que son novedosas. Si se hace esta distinción, deberían existir ciertos criterios para poder realizarla, referidos a destacar los cánones que permitan hacer una distinción entre lo ‘nuevo’ y lo ‘viejo’, no referido específicamente a lo temporal. Y he aquí justamente lo relevante de detectar que se nos presenta una actitud vanguardista en los textos –que no necesariamente quiere decir que el leitmotiv de las obras es la modernidad–, pues esto destaca los discursos con los que se nos presentan las obras. Es decir, parte de las estrategias discursivas que revisaremos pueden ser interpretadas como modernas en sí mismas, porque trataría de establecer aproximaciones novedosas o no convencionales hacia las obras de arquitectura. Entonces, más allá de que las obras sean planteadas como nuevas solamente por su aspecto temporal, ¿realmente algunas presentan nuevos cánones?, ¿cuáles son los nuevos cánones que intentan imponer o reemplazar? E incluso más importante aún, ¿cómo se nos justifican estas novedades?

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IV_多QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

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_ el lugar

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

La recurrencia en la evocación al lugar, y específicamente a su dimensión geográfica, como punto de partida de la justificación de las obras es algo relativamente constante. Pero no nos referimos a la referencia al lugar como una aproximación directa al discurso sobre el “Regionalismo Crítico” propuesto por Frampton3 o al de la “Modernidad Apropiada” de Fernández Cox4, pues el lugar no es presentado a partir de sus dimensiones sociales, políticas o económicas. Más bien se ocupa una dimensión específica de lugar, referida a la zona de implantación de la obra misma, presentándonos esta condición como necesaria para que exista la arquitectura. Y los lugares a los que se hace referencia en los textos de la serie de estudio van desde zonas prácticamente deshabitadas, pasando por áreas rurales o semi-urbanas, 3 “El término “regionalismo crítico” no pretende detonar la tradición vernácula tal como se produce espontáneamente por la interacción combinada del clima, la cultura, el mito y la artesanía, sino más bien identificar esas escuelas regionales relativamente recientes cuyo propósito primordial consistió en ser el reflejo y estar al servicio de las limitadas áreas en las que estaban radicadas (…) El concepto de una cultura local o nacional es un enunciado paradójico no solo debido a la obvia antítesis actual entre la cultura arraigada y la civilización universal, sino también porque todas las culturas, tanto antiguas como modernas, parecen haber para su desarrollo intrínseco de cierta fecundación cruzada con otras culturas. (…) la fuerza de la cultura provincial reside en su capacidad para condensar el potencial artístico y crítico de la región, al tiempo que se asimilan y reinterpretan las influencias externas. (…) el regionalismo crítico no es tanto un estilo como una categoría crítica orientada hacia ciertos rasgos comunes (…).” Kenneth Frampton, “Regionalismo crítico”, en Historia crítica de la arquitectura moderna (Barcelona: Gustavo Gili, 1981) 318. 4 “El término de búsqueda de una “modernidad apropiada” intenta poner un nombre intrínseco y explícito en lo posible, a una actitud considerada deseable para abordar los desafíos planteados por los hechos históricos modernos. Podríamos hablar de búsqueda de una arquitectura propia, Aunque “bien entendido” podría ser un buen término, se prestaría muy fácilmente para un “mal entendido”: el de que la arquitectura “propia” es exclusiva (es lo que el término denota). Lo que bien sabemos es una pretensión sin objeto alguno, ni viabilidad alguna. Podemos hablar entonces de una arquitectura apropiada. Aquí nos encontramos con la feliz coincidencia lingüística del triple significado del término: apropiada en cuanto “adecuada” (…), apropiada en cuanto “hecha propia” (…) apropiada en cuanto “propia” (…).” Cristian Fernández Cox, “Modernidad apropiada en América Latina”, ARS 11 (1989): 15. 87


hasta áreas urbanas con densas zonas de construcciones informales, los cuales son cualificados a partir de adjetivos como “agreste”, “montañoso”, rústico”, “topográfico” o “rural”. De alguna manera, a partir de las locaciones de la serie se nos presenta implícitamente un imaginario dual de Latinoamérica: ciudades con alta presencia de barriadas y extensos paisajes naturales. Estas locaciones particulares son las que pueden establecer la forma en que la estrategia discursiva sobre el lugar es utilizada en cada uno de los casos. Es cierto que algunas obras de la serie no ocupan el discurso del lugar como justificación o detonantes del diseño de éstas, y solamente se refieren a ‘el lugar’ de manera descriptiva, como una particularidad más de la obra. Sin embargo, inclusive en estos casos es posible entrever que el uso de otras estrategias discursivas se fundamenta en el lugar para llevar adelante otros planteamientos. Por un lado entonces, en los casos que se ubican en zonas desiertas o apartadas de urbanidad, los arquitectos se refieren al lugar como “un paisaje idílico, perfecto”, sobre el cual la obra se posará. Pero este acto de construcción dentro del lugar no supone su alteración o destrucción, pues más bien se presenta a la obra de arquitectura como aquel elemento que se complementará con el paisaje, e incluso más allá, lo completará.

Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen, “Casa Poli - Pezo von Ellrichshausen” 5 Ene 2007. Plataforma Arquitectura. Accedido el 11 May 2015. <http://www. plataformaarquitectura.cl/cl/02-1335/casa-poli-pezo-von-ellrichshausen> 88


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Germán del Sol, “Geometría y purificación”, Arquine 51 (2010): 63.

Nitsche, “Casa em Iporanga”, en Bienal de Arquitectura latinoamericana 2011 (Pamplona: T6 Eds., 2011) 108.

Aquí es recurrente la utilización de sustantivos como ‘paisaje’, ‘geografía’ y/o ‘naturaleza’. Pero, por ejemplo, el paisaje puede tener diferentes aproximaciones, e inclusive distintos orígenes del concepto mismo. Sin intención de ahondar en esto, podemos tener la certeza de que debido a que el término ‘paisaje’ es una construcción cultural, para que exista no basta únicamente con que existencia de la sola ‘naturaleza’; se requiere también de un punto de vista y de un espectador; y es igualmente necesaria la existencia de un relato –o discurso– que de sentido a lo que se está observando. Siendo así, las obras son presentadas como la intervención precisa que permite la contemplación del paisaje, generando un contraste que, según los autores, más que desmerecer la naturaleza, la resalta. 89


Eduardo Meissner, “Casa Poli”, ARQ 61 (2005): 78.

Giancarlo Mazzanti, “Libros entre Rocas”, Summa+ 96 (2008): 4

Es más, existe evidente similitud entre este uso de la referencia al lugar y el famoso ejemplo del río y el puente utilizado por Heidegger para explicar su definición de “lugar”, el cual solo se lograba a partir de la presencia del puente sobre el río . De manera similar entonces son presentadas las obras, no como aquella que urbanizará o desnaturalizará el lugar, sino como el elemento que lo terminará de conformar y definir. En estos casos se presenta una dualidad al describir la obra, pues no solo el lugar es el que define la arquitectura, sino que la arquitectura conforma el lugar.

“Termas Geométricas”, ?? ?? ????. www.germandelsol.com. Accedido el 15 May 2015. <http://www.germandelsol.cl/memtg.htm> 90


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Siendo así, esta estrategia discursiva es utilizada para justificar por sí misma la construcción de las obras que se encuentren en aquellos lugares apartados de la civilización, pues este acto supone complementar la naturaleza y por ende conformar lugares; lo que conlleva directamente a presentar a la arquitectura como el único agente capaz de generar este cambio. Pero, ¿es realmente la arquitectura la única manera de conformar un lugar? , o planteado de otra manera, ¿cualquier obra de arquitectura, por si misma, es capaz de conformar un lugar? Como mencionamos anteriormente, no todos los casos de la serie se encuentran implantados en ‘paisajes idílicos’ como las faldas de la cordillera de Los Andes, la extensión de la pampa, la selva tropical de la costa atlántica o los acantilados sobre el océano Pacífico. Por el contrario, algunos se encuentran ubicados dentro de centros urbanos, y en ciertos casos en barriadas. En estos casos hablar de lugar supondría una aproximación completamente diferente a la anterior, pues existen elementos propios de los centros urbanos –como calles, veredas, avenidas, parques, plazas, entre muchos otros– que conforman el lugar donde se implantan los edificios.

Redacción, “Edificio Cruz del Sur”, AOA 12 (2009): 54.

Pero referirse al lugar como una parcela dentro de un contexto urbano no es una estrategia empleada recurrentemente, incluso en la descripción de aquellas 91


obras que se encuentran localizadas en ciudades. Aquí lo interesante es descubrir que la aproximación al lugar ‘urbano’ es tratada de manera muy similar a la del lugar ‘natural’ de los casos anteriores, incluso cuando podría resultar difícil presumir que actualmente se catalogue de ‘idílico’ a lugares con alta densidad de población, problemas de tránsito, contaminación, etc.

F

Guillermina Abeledo, “El dominio de lo latente”, Summa+ 89 (2007): 54.

“Escenarios Deportivos / Giancarlo Mazzanti + Plan B” 9 Jun 2011. Plataforma Arquitectura. Accedido el 5 May 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/0292222/escenarios-deportivos-giancarlo-mazzanti-felipe-mesa-planb>

Felipe Mesa, “Intereses de una línea”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 226. 92


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

En estos casos existe otra aproximación posible a la relación entre arquitectura y naturaleza en los textos, una que si bien igual asume la conformación del lugar a partir de la conjunción de lo natural y lo artificial, intenta más bien no llevar el discurso a la diferenciación entre estos dos elementos. Aquí se nos presenta recurrentemente la intención de replicar las formas de la naturaleza – principalmente grandes accidentes geográficos como montañas que destacan dentro de las zonas urbanas– en las obras, pero no de forma figurativa, sino más bien interpretativa. Es como si existiera la intención de que las obras se volvieran lugar, pero no el lugar urbano que las ciudades suponen, sino un lugar ‘natural’.

Giancarlo Mazzanti, “Dos bibliotecas en Medellín”, ARQ 71 (2009): 21.

O

Plan B, “Pliegues deportivos”, AV 138 (2011): 36.

“Escenarios Deportivos / Giancarlo Mazzanti + PlanB” 9 Jun 2011. Plataforma Arquitectura. Accedido el 5 May 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/0292222/escenarios-deportivos-giancarlo-mazzanti-felipe-mesa-planb> 93


Pero esto nos lleva a preguntarnos ¿Por qué se evita realizar una referencia a la ciudad cuando se habla de lugar?, ¿por qué se asume el tema del lugar en los contextos urbanos a partir de los elementos naturales y no de los artificiales (la ciudad misma) o de sus habitantes? Solo en uno de los casos se amplía ésta condición de lugar más allá de los elementos físico-naturales que lo definen, incluyendo a los habitantes de las comunidades donde se encuentran las obras como elementos que conforman el lugar. En este caso, se nos propone que la obra no solo debe responder a una relación bilateral entre arquitectura y naturaleza, sino que debe atender a las particularidades o requerimientos de la comunidad que va a hacer uso efectivo de ésta. Pero si bien se hace referencia a la dimensión sociocultural, no llega a plantearse una actitud ‘regionalista’ sobre el lugar.

G

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en VI BIAU Lisboa 08: VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2008) 245. 94


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Se nos presenta entonces principalmente el lugar como aquel ‘paraje’ que necesita de la arquitectura para convertirse realmente en lugar, lo que hace que éste se presente como el detonante del proceso de diseño y justificación incuestionable de la resolución final de las obras. Los arquitectos parecen querer escudarse en la suposición de que las obras son definidas por el lugar, siendo estos meros intérpretes de la naturaleza. La disciplina puede tener las herramientas para criticar las decisiones de los arquitectos, pero parece más difícil realizar algún cuestionamiento si las obras son justificadas a partir del lugar, pues existe la idea de que esto por sí mismo las valida. Con la justificación de evocar a la belleza y magnificencia de la naturaleza, las obras, ya sean altamente elaboradas o construcciones precarias, son presentadas como objetos creados ajenos a toda racionalización o intelectualización sobre su concepción, ¿pero son realmente el resultado de un ejercicio no racional? Para realizar esta acción heroica de conformar un lugar en la naturaleza a partir de la arquitectura no se debe rendir cuentas a nadie más allá que al propio arquitecto o al cliente, pues en este tipo de localizaciones por lo general son escasas o poco estrictas las normativas o leyes que regulen la escala, la forma o la materialidad de la obra. Tal vez esta sea una de las razones por las cuales el discurso sobre el lugar es más potente y preciso en las obras que se encuentran en lugares apartados. Pero, ¿por qué se emplea de manera similar en las obras que se encuentran localizadas en ciudades? Esto puede referirse a que, debido a la escala de ciertas obras, estas podrían tener más sintonía con elementos naturales de envergadura como valles y montañas que con edificios, calles y avenidas. Sin descartar esto, también debemos presumir que se prefiere aludir a la imagen del ‘paisaje idílico’ en vez de la del caos urbano, pues supondría una ocupación más certera del discurso sobre el lugar y por lo tanto, una justificación de las obras menos cuestionable por parte de la disciplina. 95


_ la materialidad

96


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

El avance de la tecnología inunda año tras año el mercado de la construcción con nuevos productos. Y la variedad de estos van desde elementos prefabricados para la estructura de un edificio hasta acabados para los espacios y superficies de éste. Los arquitectos tenemos entonces cada vez más a la mano una mayor variedad de opciones para otorgarle una materialidad particular a las obras. Pero con esto no nos referimos a que una estrategia discursiva basada en la materialidad se refiera a justificar la arquitectura a partir de la utilización de “catálogo de acabados” para diseñar los edificios, sino más bien consiste en convencernos de que el leitmotiv que los inspira es precisamente la intención de generar una expresión material particular, potente y/o expresiva. Más bien consiste en que es primordial que las obras tengan un carácter material tal que sea el que las justifique. Parece que los arquitectos nos preocupamos por generar cierta materialidad en las obras, que no necesariamente está justificada por aspectos estructurales sino más bien con el propósito de generar diversos reconocimientos de texturas, colores y acabados por parte de los usuarios, ya sea de manera táctil, visual, e incluso olfativa.

Andrés Téllez, “Izquierdo Lehmann Arquitectos”, en Blanca Montaña, arquitectura reciente en Chile (Santiago: Puro Chile, 2010) 336.

Y justamente esta materialidad confiere particularidad a las obras. Tanto materiales –concreto, piedra, madera, metal, vidrio–, texturas –áspero, rugoso, liso, brillante– y colores –amarillo, azul, rojo– son distintas variables de lo material que no solo pueden brindar identidad a una obra, sino 97


diferenciarla de otras.5 Es recurrente entonces que las obras o sus volúmenes sean catalogados en los textos como “ásperos”, “austeros”, “duros” o “suaves”.

“Construyendo la abstracción”, ?? ?? 2008. Arqchile.cl. Accedido el 15 May 2015. <http://www.arqchile.cl/abstraccion.htm>

Pero si nos referimos a una obra aislada, sin pensar en que ésta debe diferenciarse de otras, podemos reconocer que ésta misma estrategia se emplea para plantearnos una diferenciación de los espacios del edificio. Es decir, el empleo de materiales, texturas y/o colores distintos es la justificación que basta para diferenciar los espacios. Entonces, en vez de presentarnos las particularidades de los espacios de un edificio a partir del programa que en éstos se realiza, describir la particular materialidad de éstos es otra estrategia para explicar las obras. De esta manera se puede diferenciar los espacios públicos de los privados, los espacios internos de los externos, los del primer piso de los del segundo, los pavimentos de las paredes, los cerramientos de la estructura, etc. 5 A partir del discurso de la materialidad se puede diferenciar y “catalogar” fácilmente la producción arquitectónica, pues por ejemplo en el caso del Movimiento Moderno se planteó la idea de que para ser moderno las paredes de las obras debían ser blancas, y la disciplina así lo asimiló. “La idea de que no hay tal cosa como “arquitectura moderna”, un conjunto de principios y prácticas que unen a un grupo de otro modo heterogéneo de arquitectos y edificios, parece convertirse en la pared blanca que comparten.” Mark Wigley, “Introduction”, en White walls, designer dresses: the fashioning of modern architecture (Cambridge: MIT Press, 1995) XIV. 98


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

“Construyendo la abstracción”, ?? ?? 2008. Arqchile.cl. Accedido el 15 May 2015. <http://www.arqchile.cl/abstraccion.htm>

“Casa en Iporanga / Nitsche “ 22 abr 2012. Plataforma Arquitectura. Accedido el 10 Sep 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/02-153561/casa-en-iporanganitsche-arquitetos-associados>

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica (Santiago: Constructo, 2014) 125.

“Escuela de Artes Visuales de Oaxaca / Taller de Arquitectura-Mauricio Rocha” 01 ago 2011. Plataforma Arquitectura. Accedido el 27 Jun 2015. <http://www. plataformaarquitectura.cl/cl/750038/escuela-de-artes-visuales-de-oaxaca-taller-dearquitectura-mauricio-rocha> 99


Y los materiales que son recurrentes en las descripciones de las obras son la madera, el concreto, la piedra y hasta la tierra compactada. Poca o ninguna mención se hace, por ejemplo, a la utilización de elementos metálicos o plásticos. Pero ya sea que se describa la materialidad de un edificio completo o de sus partes, se nos presenta este aspecto como un hecho sublime, el cual puede ser reconocido por el usuario gracias al uso de los materiales correctos que son llevados a su máxima expresión por las condiciones particulares del contexto, es decir, el lugar.

Giancarlo Mazzanti, “Dos bibliotecas en Medellín”, ARQ 71 (2009): 21.

Miquel Adriá, “Una arquitectura esencial”, en Mauricio Rocha Taller de Arquitectura (Ciudad México: Arquine, 2011) 41.

Johnston Marklee Diego Arraigada, “Roca en La Pampa”, Summa+ 104 (2009): 38. 100


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Aunque hay ocasiones en que este esplendor de la materialidad a partir de las particularidades del contexto es planteado por contraste. Es decir, la particularidad material de la obra es justamente la de poder diferenciar lo natural –el lugar– de lo artificial –la obra–. Pero esta diferenciación no es vista como una agresión a la naturaleza –y su materialidad propia–, sino más bien como una condición primordial para reconocerla, completar el lugar y finalmente conformar una experiencia única. El discurso de la materialidad puede entonces funcionar a la par del discurso del lugar y de la experiencia.

Andrés Téllez, “Distancias, entre la Arquitectura y su Imagen”, en ARQ +1 (Santiago: Ediciones ARQ, 2013) 43.

Pero si nos referimos a las particularidades que puede tener el lugar en la conformación de la materialidad de las obras, nos daremos cuenta de que no se nos hace ninguna referencia a que en las obras se emplean los materiales propios del contexto. En este sentido, el lugar es abordador más bien a partir de su dimensión socio-cultural en vez de su dimensión física, material. Esto lo podemos identificar porque se hace referencia mayormente al reconocimiento de las técnicas constructivas, no necesariamente locales o artesanales, las cuales conforman la materialidad final de la obra. Cuando se justifica la materialidad de las obras a partir de los sistemas constructivos, se hace alusión de manera implícita y explícita a lo mínimo, es decir, que el resultado material final de la obra se nos presenta como esencial, y por lo tanto único y pertinente. 101


Redacción, “Termas Geométricas”, en Latinscapes El Paisaje como materia prima (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2008) 115.

“Plaza Cisneros” 07 feb 2013. ARQA. Accedido el 16 Sep 2015. <http://arqa.com/ editorial/medellin-r/plaza-cisneros>

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en VI BIAU Lisboa 08: VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2008) 246.

“Casa View” ¿? ¿?? 2009. Diego Arraigada.com. Accedido el 5 May 2015. <http:// diegoarraigada.com/es/trabajos/v/15> 102


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Entonces la materialidad de las obras también puede ser justificada por el manejo eficiente de los sistemas constructivos locales y/o por el reconocimiento de las condiciones particulares de cuidado y mantenimiento que tendrán los edificios. Pero, ¿la labor del arquitecto no consistía en plasmar una materialidad particular en las obras para conformar experiencias únicas en los usuarios? Pero referirnos a la materialidad no se trata de una mera diatriba entre aproximarse a la materialidad a partir de lo sublime o de lo esencial – lo mínimo–. Existen más aristas posibles sobre las cuales se puede abordar el discurso de lo tectónico, y que no están siendo ocupadas masivamente por los arquitectos de la región. Por ejemplo, como habíamos mencionado antes, a pesar de que el mercado de la construcción está cada vez más abastecido –y abarrotado– de materiales, en ninguno de los casos de la serie se hace mención a la utilización de materiales novedosos, ya sea por su conformación, bajos costo, formato o acabado, como aspectos destacables de la obra. Se hace poca mención a los materiales industrializados empleados en los cerramientos, los pavimentos o los recubrimientos de fachada. Parece entonces que en la mayoría de los casos, incluso cuando se busca lo sublime, la selección de materiales depende de lo mínimo.

Giancarlo Mazzanti, “Dos bibliotecas en Medellín”, ARQ 71 (2009): 21. 103


Algo con lo que tampoco nos encontramos es con una intención de conformar una materialidad particular de la región. Si hemos visto que la materialidad es utilizada para diferenciar los espacios de una obra, y para diferenciar una obra de otra, este recurso no se utiliza para diferenciar las obras de arquitectura en Latinoamérica de las otras regiones. Pero a partir de la materialidad no se nos introduce la dimensión tectónica que pueden tener las obras. Si bien no está referido necesariamente a la construcción artesanal de detalles, esta sería una manera en que el arquitecto puede hacer evidente una dimensión tectónica en las obras. Haciendo un símil con la pintura, lo tectónico se referiría a reconocer las técnicas pictóricas plasmadas en los trazos o pinceladas, más allá de los motivos, las formas o los colores de los cuadros. Es decir, lo tectónico supondría ir más allá de la materialidad, pues incorporaría lo relacionado a las técnicas constructivas para generar terminaciones particulares en las obras. De esto hay pocas menciones en los textos, pues solo se nos hace referencia al ‘uso’ de los materiales y no al ‘manejo’ o ‘manipulación’ de estos en las obras.

104


IV_多QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

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_ la espacialidad

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Los arquitectos podemos estar habituados entender la arquitectura a partir de la conformación de espacios. Y esta puede ser una de las finalidades primordiales que tienen los arquitectos cuando diseñan una obra, tanto así que su ‘maestría’ puede ser establecida a partir de su destreza y pericia en la conformación de espacios.

M

Umberto Bonomo, “José Cruz Ovalle”, en Blanca Montaña, arquitectura reciente en Chile (Santiago: Puro Chile, 2010) 196.

A pesar de que el espacio se puede medir a partir de su largo, ancho, alto, o volumen, y ser entonces descrito en las obras como “grande” o “abierto”, para la arquitectura es algo etéreo. Y justamente en este aspecto es que recae la carga de subjetividad o de abstracción que los arquitectos pueden atribuirle al espacio a tal medida de que, algo que no puede ser medido es lo que justamente puede darle valor a una obra por sobre otras. Se destaca entonces, por ejemplo, que los espacios sean “continuos”, “sombreados” o “abiertos”.

T

Eduardo Castillo, “Una Arquitectura sin Pureza”, en ARQ +1 (Santiago: Ediciones ARQ, 2013) 11. 107


Lo que puede hacer que un edificio sea particular son sus espacios ¿únicos e irrepetibles? Las obras son descritas a partir de los distintos espacios que tienen, como si estos solo se pudieran encontrar allí y en ninguna obras más.

K

“Casa em Iporanga” ?? ?? 2009. Freshlatino. Accedido el 7 Sep 2015. <http://cvc. cervantes.es/artes/freshlatino/f1/04/iporanga.htm>

José Cruz Ovalle, “Campus Universidad Adolfo Ibañez”, ARQ 51 (2002): 59.

Pero referirse a la espacialidad no se remite únicamente a describir los espacios de la obra, pues buena parte de los textos dan igual –e inclusive mayor– importancia a destacarnos el mejoramiento que las obras producen en el espacio urbano que les rodea. A pesar de que estamos conscientes de que la mayoría de las obras que conforman nuestra serie de caso de estudio corresponde a edificaciones que se ubican en zonas sub-urbanas o rurales, es importante destacar que dentro del discurso de la espacialidad, buena parte de los elogios están dirigidos hacia aquellos espacios en el cual los ciudadanos pueden encontrarse sin necesidad de “entrar” propiamente a los edificios, ese espacio público que parece ser escaso en nuestras ciudades latinoamericanas. 108


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

R

Redacción, “Escenarios Deportivos”, Escala 219 (2012): 40.

Y este este tipo de justificación no solo es utilizada para referirse a las obras que son, precisamente, equipamientos urbanos como bibliotecas, parques, centros deportivos o plazas. También en el caso de edificios que responden al auge inmobiliario, como centros comerciales o torres de oficina –cuyos discursos prevalece la amplitud, eficiencia y rentabilidad y rentabilidad de los espacios privados–, se nos presentan las virtudes que tienen las obras en la conformación de espacios públicos en sus alrededores.

Redacción, “Edificio Cruz del Sur”, AOA 12 (2009): 5.

El discurso de la espacialidad, referido específicamente al espacio público, parece entonces que es necesario que sea incluido en las descripciones de las obras que se encuentran en contextos urbanos. 109


Pero si prestamos atención, en el caso de los espacios públicos –que pueden ser las plazas o explanadas a través de las cuales se accede a las obras, y por ende parte de éstas– no se nos presenta mayor detalle sobre como son estos espacios, y cuando se hace no pasa de meras generalidades. Pero ¿los espacios públicos se justifican solo por el hecho de serlos? Parece que si es así, pues las obras son valoradas por el hecho de contemplar áreas públicas, sin importar la forma, el diseño o la materialidad que tengan estos espacios. Esto supone un punto de inflexión, pues se nos presenta una obra a partir de su espacialidad que en vez de ser ampliamente descrita es más bien simplemente categorizada.

Giancarlo Mazzanti Felipe Mesa, “Coliseos en Medellín”, Arquine 53 (2010): 66.

En la mayoría de los casos que se ocupa el tema de la espacialidad para describir las obras se hace en conjunto con otro aspecto relevante de la obra. Es decir, la espacialidad se nos presenta mayormente como el resultado de otros criterios que tienen más importancia en la concepción de la obra. Por ejemplo, como habíamos mencionado anteriormente, si el espacio es algo etéreo, ¿cómo pueden los arquitectos concebir o diseñar algo que es intangible? Es por esto que en varios de los casos la descripción de la espacialidad –lo intangible– se presenta de manera inseparable a lo tectónico –lo tangible–. Los espacios son presentados entonces a partir de los elementos que les contienen o que forman parte de ellos.

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

“Construyendo la abstracción”, ¿? ¿? 2008. Arqchile.cl. Accedido el 15 May 2015. <http://www.arqchile.cl/abstraccion.htm>

José Cruz Ovalle, “Campus Universidad Adolfo Ibañez”, ARQ 51 (2002): 59.

En este caso las obras son descritas como una serie de espacios y volúmenes particulares, con relaciones de escalas, llenos y vacíos, áreas abiertas y cerradas, cambios de materiales y colores. Pero no se ha hecho mención al usuario de estos espacios, ¿no es necesario entonces el reconocimiento de la presencia humana para valorar una obra de arquitectura?

José Cruz Ovalle, “Edificio de usos múltiples Universidad Adolfo Ibañez”, en XV Bienal de Arquitecta 2006 (Santiago: Colegio de Arquitectos de Chile, 2006) 111.

111


Parece ser que finalmente el usuario debe ser incluido en el relato –ya sea en primera o tercera persona– pues el espacio en sí mismo no es relevante si no se refiere indirecta o directamente al individuo. Cuando decimos relacionar la espacialidad indirectamente con el individuo nos referimos a la descripción de las actividades que éste puede realizar en la obra, y las actividades pueden ser definidas a partir del programa. El programa consiste en un listado de todos los tipos de espacios que debe tener la obra. Como el programa es un apartado con el cual los arquitectos se enfrentan en la etapa de proyecto más que en la de construcción, se nos presenta el planteamiento de que éste puede ser evidenciado en la obra construida a partir de la caracterización de sus espacios. Es decir, referirse a los espacios es finalmente referirse al programa también, pues este es que los define.

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Pabellón Pueblo Bolívar”, en VI BIAU Lisboa 08: VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2008) 246.

Este tipo de vinculación entre espacialidad y programa sugiere la idea de que las obras pueden ser valoradas por su espacialidad, pero no entendida como el lugar donde se experimentan sensaciones particulares, sino más bien como la justificación de que el programa propuesto durante la etapa de proyecto ha sido concretado en la obra construida. ¿La arquitectura se trata entonces de la conformación de espacios para que se puedan llevar a cabo en estas actividades específicas? 112


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Redacción, “Cuatro Escenarios Deportivos”, 4 Mar 2015. ARQA. Accedido el 11 May 2015. <http://arqa.com/arquitectura/cuatro-escenarios-deportivos.html>

Como hemos mencionado anteriormente, algo que se nos presenta más trascendental que el mero uso de una obra es el hecho de habitarla. La espacialidad puede estar relacionada entonces al discurso de la experiencia, y por lo tanto obras puede ser justificadas a partir de las sensaciones que experimentan los usuarios en sus espacios. En este caso, la descripción de los espacios puede estar definida por los recorridos o los movimientos que el usuario realiza a través de la obra.

José Cruz Ovalle, “Campus Universidad Adolfo Ibañez”, ARQ 51 (2002) 59.

Redacción, “Casa en Ubatuba”, 3 Sep 2015. ARQA. Accedido el 8 Sep 2015. <http:// arqa.com/arquitectura/house-in-ubatuba.html>

Aquí todo el peso del relato no cae exclusivamente en la descripción de las sensaciones, se incorpora la descripción de los espacios y se nos presentan entonces como aquellos 113


que guían y caracterizan los recorridos, y por ende los responsables de la conformación de la experiencia de la obra. Y esta experimentación de los espacios no es únicamente a partir del movimiento, el uso y el programa puede ser incorporado al relato.

José Cruz Ovalle, “Universidad Adolfo Ibañez”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 178.

“Construyendo la abstracción”, ?? ?? 2008. Arqchile.cl. Accedido el 15 May 2015. <http://www.arqchile.cl/abstraccion.htm>

Francisca Schülerl, “Germán del Sol: Premio Nacional de Arquitectura 2006 “, De Arquitectura 14 (2006): 136. 114


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Redacción, “Termas Geométricas”, en Latinscapes El Paisaje como materia prima (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2008) 114.

Lo anterior deja de nuevo en evidencia que los distintos identificados discursos no son ocupados necesariamente de manera individual y excluyente. En muchos de los casos, los discursos pueden ser detonados o justificados por la utilización previa de otros, o más bien pueden cobrar relevancia al ser utilizados conjuntamente con otros para transmitir planteamientos más complejos. Esta utilización conjunta de discursos debe ser algo que nos llame la atención, pues a partir de la presentación de las obras, por ejemplo, por medio de la espacialidad, se nos están presentando “de contrabando” otros planteamientos. Tal vez los arquitectos estamos tan familiarizados y/o acostumbrados con la manera en que las obras son justificadas a partir de sus espacios, que si se intenta incluir otro tipo de discurso en los relatos, manteniendo la familiaridad de estos, una estrategia factible sería vincularlos al discurso de la espacialidad.

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_ la experiencia

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Las justificaciones a partir de las sensaciones o experiencias que tienen los visitantes en las obras también son recurrentemente ocupadas. Si asumimos que la belleza solo puede ser captada por los sentidos6, podríamos plantear que el valor de la arquitectura recaería en las sensaciones que el individuo pueda experimentar dentro de un espacio. Pero, ¿qué es la experiencia, o al menos, que es para los arquitectos? Podríamos establecer que es la capacidad humana de percibir significados a través de nuestra condición corpórea7, lo cual le daría relevancia al arquitecto como diseñador de los espacios donde se pueden llevar a cabo dichas percepciones. Si esto es así solo se valoraría los aspectos formales de una obra en la medida en que son capaces de conformar, como menciona Zumthor, una “atmósfera” dentro de éstas.8 Cuando se alude entonces a una estrategia discursiva sustentada en la experiencia se nos presenta el planteamiento de que el arquitecto diseña las obras y sus espacios con la intención de generar sensaciones específicas en los individuos que se encuentren en éstas.

Martín Gualano Marcelo Gualano, “Gualano + Gualano. Arquitectura Latinoamericana Emergente”, De Arquitectura 21 (2010): 67. 6 “Einfühlung, la palabra alemana para empatía, significa literalmente infeeling. En su primer uso en 1873 por el psicólogo alemán Robert Nombres Vischer, Einfühlung nombra la colocación de los sentimientos humanos en cosas inanimadas, plantas, animales u otros seres humanos en un determinado camino.” David Depew, “Empathy, Psychology, and Aesthetics: Reflections on a Repair Concept”, Poroi 4 (2005): 100. 7 Pérez-Gómez, Alberto, “The architecture of Steven Holl: In Search of a Poetry of Specifics”, El Croquis 93 (1999): ?? 8 “Para mí la realidad arquitectónica solo puede tratarse de que un edificio me conmueva o no. ¿Qué diablos me conmueve a mí de este edificio?... El concepto para designarlo es el de atmósfera.” Peter Zumthor, “Atmósferas”, en Atmósferas (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2006), 11. 117


Si nos referimos entonces a las experiencias del individuo, éstas pueden ser generadas simplemente por el propio lugar, o por la espacialidad construida a partir de las obras. En el primer caso, se puede plantear que la arquitectura puede complementar las sensaciones que se tienen en la naturaleza. De cierta manera, en algunas de las obras se presenta un acto previo al de la experiencia dentro de éstas, el de la experiencia del lugar –del paisaje– a partir de la obra, siendo ésta última el soporte o plataforma que permite al individuo experimentar estas sensaciones. Es evidente la relación que guarda esta aproximación con la referida en el apartado anterior sobre el lugar, pues supone una continuidad discursiva desde el lugar a la experiencia en la justificación de las obras; esto nos presenta la idea de que la primera experiencia que podría percibir el individuo sería el de la conformación del lugar a partir de la construcción del edificio.

A

José Cruz Ovalle, “Campus Universidad Adolfo Ibañez”, ARQ 51 (2002): 59.

C

Mauricio Pezo, “Casa Poli”, ARQ 61 (2005): 78. 118


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Siendo subsecuentes con esta postura, deberíamos asumir que la percepción de esta experiencia natural continúa al condicionando el interior de la obra para que las sensaciones del exterior puedan ser experimentadas igualmente desde interior.

Johnston Marklee Diego Arraigada, “Roca en La Pampa”, Summa+ 104 (2009): 38.

U

SPBR, “Casa en Ubatuba”, en Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica (Santiago: Constructo, 2014) 248.

Redacción. “Orquideorama del Jardín Botánico de Medellín” 21 Ene 2010. ARQA. Accedido el 12 May 2015. <http://arqa.com/arquitectura/orquideorama-del-jardinbotanico-de-medellin-colombia.html>

Sin embargo, también las obras son presentadas como aquellas construcciones que permiten a los individuos “descontextualizarse” de las condiciones desfavorables del 119


exterior. En varios de los casos este contexto tienes las condiciones que a los arquitectos les interesaría que rodearan sus obras, pero en otros parece que no es así. Podemos asumir entonces que igual de valido que puede ser utilizar la arquitectura como soporte para contemplar el lugar es utilizarla para experimentar la negación de éste.

Giancarlo Mazzanti, “Libros entre Rocas”, Summa+ 96 (2008): 4.

Ya sea que haya un reconocimiento del contexto o se intente aislarse de él, en última instancia las sensaciones descritas son las que se experimentan en los espacios internos de las obras. Este es justamente el tipo de experiencia al que se hace mención de manera más recurrente y repetitiva en los textos, la cual se implica la descripción del desenvolvimiento del individuo en el interior de las obras, ya sea al estar detenido o en movimiento. Siendo así, no es extraño que estos recorridos sean descritos como promenades. Según Le Corbusier, el recorrido de los individuos dentro de los espacios no debía limitarse solamente a una mera circulación a través de éstos; más bien éste desplazamiento se planteaba como el acto a partir del cual es individuo experimentaría el edificio completo.9 Pero, ¿esta será la única manera en que un individuo puede experimentar sensaciones dentro de un espacio?

9 Flora Samuel, “Introduction”, en Le Corbusier and the architectural promenade (Basilea: Birkhaüser, 2010), 9. 120


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

José Cruz Ovalle, “Universidad Adolfo Ibañez”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 177.

Eduardo Meissner, “Casa Poli”, ARQ 61 (2005): 78.

N

Redacción, “Casa View”, ARQ 78 (2011): 78. 121


Diego Arraigada, “Casa View”, ARQ 78 (2011): 79.

SPBR, “Entre Copas”, Arquitectura Viva 144 (2012): 44-45.

La justificación de las obras pueden estar tan sustentadas en el discurso de la experiencia que incluso pueden llegar a catalogar al edifico como una “máquina de percepciones”. Si esto es así, ¿quién no quisiera entrar en esta máquina? , pues parece que a todos nos gustaría experimentar espacios “cambiantes”, “carismáticos”, “coreográficos”, “enigmáticos”, o “suaves”, por solo referirnos a algunos de los adjetivos utilizados para calificarlos.

J

Giancarlo Mazzanti, “Dos bibliotecas en Medellín”, ARQ 71 (2009): 21. 122


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

La arquitectura puede entonces llegada a ser presentada como el diseño de experiencias o “situaciones” en lugar de espacios. Si esto es así, inicialmente no supondría desmerecer la espacialidad o la materialidad que puedan tener las obras, pero estas solo se valorarían en la medida en que son capaces de conformar las experiencias planteadas por el arquitecto. Pero, ¿cómo se diseñan sensaciones y “situaciones”?

E

Guillermina Abeledo, “El dominio de lo latente”, Summa+ 89 (2007): 54.

Todo lo anterior puede ser muy sugerente para el lector, pero debemos advertir que referirse a las sensaciones que se pueden experimentar dentro de un espacio supondría que el autor de dicha descripción ya las ha experimentado, ya que si no es así ¿cómo podría él estar seguro de que dichas sensaciones puedan ser experimentadas? Lo interesante a partir de esto es que esta estrategia discursiva se utiliza indistintamente como el detonante del diseño de la obra; es decir, que el arquitecto primero define una sensación y después se diseña el espacio en el cual un individuo pueda experimentarla. Pero, ¿cuál es el método o el proceso para lograr esto?, pues una cosa es que la obra se desarrolle desde la intención de generar una serie de sensaciones, y otra que efectivamente estas se experimenten en la obra construida. Es más, a pesar de que se realicen varios estudios o análisis para que esto se logre, los individuos pueden experimentar dentro de los espacios sensaciones completamente distintas a las pretendidas por los autores de las obras –frío en vez de calor o amplitud en vez de estrechez, 123


por ejemplo–, pues, como mencionaba Zumthor, “la belleza está en los ojos de quien mira”, y todos tenemos ojos diferentes, o al menos vemos diferente. Como mencionábamos, este discurso también se emplea para referirse a una situación pasada, es decir, que también es utilizado por arquitectos que no diseñaron una obra para describir sus experiencias al recorrerla, suponiendo en ciertos casos que esa fue justamente la intención del autor al diseñarlas. Si esto es así, este tipo de relatos buscan validar o confirmar las posturas de los autores de las obras; es decir, si un grupo de la disciplina valida las mismas sensaciones experimentadas dentro de un espacio, al resto de la esta parece que no tienen más opción que aceptarlo, ¿o no?

Iñaki Abalos, “Un día en Peñalolén”, José Cruz Ovalle: Hacia una nueva abstracción (Santiago de Chile: Ediciones ARQ, 2004), 196. 124


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Eduardo Castillo, “Una Arquitectura sin Pureza”, en ARQ +1 (Santiago: Ediciones ARQ, 2013) 10.

S

Eduardo Castillo, “Una Arquitectura sin Pureza”, en ARQ +1 (Santiago: Ediciones ARQ, 2013) 11.

Lo que resulta interesante es que este tipo de relato evidencia una descripción de la obra sin interés alguno en sus aspectos funcionales o en la resolución del programa, sino por el contrario, dando importancia al reconocimiento de las sensaciones experimentadas a partir de su recorrido. Esto no es algo despreciable, pues las experiencias descritas en los textos hacen referencia más al hecho de habitar que de usar, actos que no debemos confundir. Desarrollando lo anterior, la serie de casos de estudio corresponden a universidades, casas, torres de oficinas, edificios públicos y centros deportivos, sin embargo cuando los textos se refieren a las sensaciones que experimentarán los individuos cuando se encuentren en estos, en pocas o en ninguna vez se refieren a las sensaciones de estudiar, dormir, comer, ejercitarse, trabajar, etc., actividades propias de cada una de los programas referidos. Por el contrario, los textos hacen alusión más bien a las sensaciones experimentadas por el individuo a partir de los actos de contemplar, desplazarse o detenerse. 125


Esto implica que éste discurso puede corresponderse más con las experiencias del visitante de las obras que con la de los usuarios de éstas. Tal vez un buen número de lectores de las reseñas de los obras, y que efectivamente no son usuarios recurrentes de éstas, puedan experimentar una alta coincidencia entre lo leído y lo sentido al momento de visitar la obra, lo cual daría mucha pertinencia al uso de esta estrategia discursiva. El “talón de Aquiles” podría presentarse posiblemente cuando estos individuos visiten recurrentemente la obra o empiecen a utilizarla, lo que supondría la desvaloración de la sensación original. Otro aspecto relevante es que las obras que tienen más cantidad de texto dedicado a describir las sensaciones que se pueden experimentar en éstas son las que se encuentran en lugares apartados o de difícil acceso y son de propiedad privada. En estos casos, la gran mayoría de los lectores tal vez no tenga la posibilidad de acceder a las obras, y por ende no podrán experimentar in situ todas las sensaciones prometidas y anunciadas en los textos. En estos casos, el reconocimiento de estas sensaciones no pasarán del mero papel, y tal vez para algunos esto será suficiente, no suponiendo su comprobación in situ. Siendo este el caso, los arquitectos que hayan empleado esta estrategia discursiva podrían darse completamente por satisfechos, pues ¿no se trataba justamente de esto? Cuando esta estrategia es ocupada en obras que se encuentran en contextos urbanos se pueden identificar dos variantes. En una se intenta replicar el relato de las sensaciones que puede experimentar el individuo en sus espacios, inclusive, por ejemplo, dentro del caos que pudiera suponer encontrarse dentro de unos de los lugares más concurridos de la ciudad.

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Q

Karina Duque. “Edificio Cruz del Sur / Izquierdo Lehmann” 20 jul 2012. Plataforma Arquitectura. Accedido el 27 Jun 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/ cl/733942/edificio-cruz-del-sur-izquierdo-lehmann>

Pero donde si podemos evidenciar otra aproximación al tema de la experiencia es en el caso de las obras que se encuentran en poblaciones de bajos recursos. Aquí parece que, tanto en la concepción como en la descripción de estas obras, es más importante usar los espacios que habitarlos; es decir, aquí el valor implícito de las obras en tal caso es la experiencia funcional, y esto es lo que se busca destacar. Esto supone una manera diferente en la ocupación de la estrategia discursiva apoyada en la experiencia del individuo.

Felipe Mesa, “Entrevista”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 234. 127


En este sentido se plantea una postura fenomenológica, en la cual más importante que la experiencia ‘individual’ dentro del espacio son las relaciones que se conformen entre un grupo de individuos, relaciones que apuntan, como habíamos mencionado, al uso del edificio. A lo que se alude es que, supuestamente, el valor de la obra no radica en su espacialidad o tectónica, sino en el potencial que tenga para que en ésta se puedan llevar intercambios entre los usuarios. Y este intercambio principalmente se encuentra condicionado por la resolución programática que haya tenido la obra. Sin embargo todo lo anterior son sólo especulaciones, así mismo como el discurso de la experiencia, pues efectivamente ésta no es medible, y por lo tanto las referencias a estas no serán más que aseveraciones subjetivas. Siendo este el caso, es fácil que lo descrito sobre las experiencias dentro de las obras sea refutado, compartido e incluso ampliado por terceros. A pesar de esto, lo que debería llamarnos la atención es que, al momento de justificar las obras, este tipo de estrategia discursiva es ocupada de manera objetiva –cuando no lo es– como si los arquitectos pudieran garantizar la experiencia descrita. ¿Es posible medir el grado de “singularidad”, “suavidad” o “tensión” que un individuo experimenta dentro de obra, siendo estos adjetivos abstractos? Es entonces esta imprecisión o incapacidad para poder validar la experiencia, es justamente también la que evita que pueda ser refutada.

128


IV_多QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

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_ la sustentabilidad

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

El discurso de la ecología o de la sustentabilidad es tal vez una novedad dentro de los discursos ocupados para justificar las obras en el contexto de nuestro análisis. Recién a mediados del siglo xx la humanidad reconoció no solo que la tierra es un recurso finito, sino que tiene la capacidad de destruirla. Y en este sentido, uno de los aspectos que evidencia el impacto de la humanidad en el planeta es la construcción. Por la tanto, es razonable que si se quiere evitar –o al menos disminuir– dicho impacto, uno de los lugares donde puede aparecer un discurso vinculado a la sustentabilidad es en la arquitectura. Pero, ¿Cómo puede ser “sustentable”, “sostenible”, “ambiental” o “bioclimática” la

Karina Salguero, “El plan emergente”, Habitar 76 (2012): 33.

Johnston Marklee, “Las vistas como estrategia”, Arquine 50 (2008): 67.

arquitectura? Cierta parte de las referencias hacia lo sustentable en la serie de estudio se refieren al uso de dispositivos tecnológicos –ajenos a los elementos constructivos de las obras– que 131


influencian el desempeño de los edificios. Esta manera de operar el discurso supone que la sustentabilidad en arquitectura se trata de la implementación de artefactos en los edificios que hayan sido fabricados bajo ciertos estándares ecológicos y que permitan el ahorro de energía, la captación de recursos y la conformación de un ambiente saludable. Pero la utilización de estos artefactos no tiene relevancia si, paradójicamente, no son ocupados para lograr certificaciones ambientales a carga de institución internacionales. Es decir,

“Plaza Cisneros” 07 feb 2013. ARQA. Accedido el 16 Sep 2015. <http://arqa.com/ editorial/medellin-r/plaza-cisneros>

desde este punto de vista, el valor de la obra podría medirse en la cantidad de certificaciones ambientales que ésta tenga: mientras más certificaciones, más sustentable será la obra. Este tipo de aproximación a la sustentabilidad se ocupa cada vez más en los países desarrollados, donde la presencia en el mercado de una gran variedad de dispositivos tecnológicos y materiales especiales, la creación de certificaciones y la implementación de normativas y regulaciones; influyen en

V

Lehmann Izquierdo, “Edificio Cruz del Sur”, Summa+ 139 (2014): 16. 132


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

el campo de la arquitectura y la construcción. Esto quiere decir que, al menos, ocupar de esta manera el discurso de la sustentabilidad garantiza una sintonía entre la producción arquitectónica regional con la Norteamérica, Europa o Asia. Si la sustentabilidad es entendida de esta manera, ¿es entonces la arquitectura la correcta implementación de tecnología en las construcciones? Si esto es así, la condición de que la industrialización ha invadido la arquitectura a partir del desarrollo de elementos, sistemas o materiales que permiten el uso de los edificios, como puso en evidencia Elements , parece que transformará cada vez más el papel del arquitecto al de un seleccionador de catálogo, Si bien como hemos visto algunas de las obras de la serie –como torres de oficinas o centros de educación superior– son justificados y valorados a partir de este tipo de criterio, la mayoría reflejan más bien otra aproximación al tema de

Redacción, “Termas Geométricas”, en Latinscapes El Paisaje como materia prima (Barcelona: Editorial Gustavo Gili, 2008) 115.

Mauricio Rocha, “Juegos de Seducción”, Summa + 121 (2012): 76. 133


Ñ

Javier Barreiro, “Conversación con Mauricio Rocha”, en Mauricio Rocha Taller de Arquitectura (Ciudad México: Arquine, 2011) 249.

Redacción, “Pabellón Pueblo Bolívar”, 5 Feb 2015. ARQA. Accedido el 11 May 2015. <http://arqa.com/arquitectura/pabellon-pueblo-bolivar.html>

la sustentabilidad, una más ‘tradicional’ si se puede decir. En estos casos, el manejo del impacto que puede tener la construcción de un edificio en el medio ambiente es tratado de minimizar, por ejemplo, a partir de la implementación de métodos o sistemas constructivos tradicionales.

Redacción, “Escenarios Deportivos”, Escala 219 (2012): 41. 134


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

D

Plan B, “Orquideorama”, en Acuerdos Parciales (Medellín: Mesa Editores, 2006) 83.

Igualmente se hace mención a la captación y recolección de recursos, como el agua de lluvia, como aspecto valorable de las obras. Esto parece ser algo relevante si pensamos que muchas de las obras revisadas se encuentran en locaciones rurales, a las que el acceso a servicios públicos puede ser restringido en muchos casos. En este sentido, se asume que la implementación de este tipo de procesos tradicionales genera un menor impacto en el medio ambiente y reduce costos de construcción o mantenimiento de las obras. Esto se traduce en que la sustentabilidad tiene una vertiente que se valida a partir del reconocimiento del contexto tanto físico como sociocultural; es decir, ser ‘sustentable’, en cierta manera, es ‘ser vernáculo’. Pero tal vez la aproximación a la sustentabilidad más ocupada es aquella que no se encuentra enfocada directamente en el medio ambiente. En este caso, “ser sustentable” no se refiere a un fin –reducir el impacto de la construcción en el contexto–, sino más bien a una consecuencia del que hacer

Javier Barreiro, “Conversación con Mauricio Rocha”, en Mauricio Rocha Taller de Arquitectura (Ciudad México: Arquine, 2011) 250. 135


propio de la arquitectura –producir el confort del usuario en la edificación, lo cual suprime la utilización de tecnologías y reduce el impacto de la construcción en el contexto. Si asumimos entonces que toda arquitectura busca generar una condición agradable para los usuarios, ¿esto quiere decir entonces que todas las obras, por definición, son sustentables?, ¿es una redundancia catalogar de sustentable a la arquitectura? En este sentido, buena parte de las descripciones nos hablan

Giancarlo Mazzanti, “Biblioteca España”, AV 138 (2009): 36.

Plan B, “Orquideorama”, Arquine 40 (2007): 66.

Felipe Mesa, “Relieve edificado”, Summa+ 114 (2011): 84.

136


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

H

Johnston Marklee, “Las vistas como estrategia”, Arquine 50 (2008): 67.

Mauricio Rocha, “Juegos de Seducción”, Summa + 121 (2012): 73.

sobre las condiciones “agradables” o “confortables” que se han conformado dentro de las obras. Esto se ha logrado, según se menciona, a partir de un manejo adecuado de las ventilaciones cruzadas, el diseño de los elementos de fachada que permitan la entrada controlada de iluminación a los espacios y la utilización de materiales que garanticen niveles de temperatura, iluminación y humedad agradable para los usuarios. Pero, al igual que en el caso de la experiencia, causa cierta suspicacia el hecho de que los arquitectos al describir las obras parecieran que puedan garantizar a los lectores las sensaciones de confort climático que se experimentan en las obras. Es común la utilización de adjetivos como “cómodo”, “sombreado”, e incluso “sostenible” para describir las obras o sus espacios. Desde este punto de vista, la sustentabilidad es algo completamente subjetivo e inmedible, lo cual en principio no supone ningún conflicto. El problema 137


aparece cuando esta subjetividad es presentada previa a la construcción de la obra –a partir de las intenciones del arquitecto–, y no como un resultado de la experiencia en sitio –a partir del reconocimiento del usuario–. A estas alturas, lo interesante sería saber si esta discrepancia regional sobre lo que es “ser sustentable” se debe a una negación, una resistencia, o una incapacidad frente al manejo de la sustentabilidad en los países desarrollados. Sin querer hacer una reflexión profunda sobre esta interrogante, lo que si podemos asegurar es que ésta aproximación más “tradicional” hacia lo sustentable genera ciertas facilidades a la arquitectura regional, las cuales en el siglo xxi han atraído a muchos arquitectos Norteamericanos o Europeos a proyectar en Latinoamérica con menos restricciones.

P

SPBR, “Entre Copas”, Arquitectura Viva 144 (2012): 44.

Dentro de la gran variedad de posturas que se nos presentan a partir del discurso de la sustentabilidad, algo que pareciera ser una constante es que la intención de “ser sustentable” depende unicamente de la voluntad del arquitecto, o en cierta medida de los requerimientos del cliente hacia éste. Dicho de otra manera, “ser sustentable” parece depender más de una elección –¿altruista?– que de una imposición, pues poco se evidencia que dentro de los requerimientos a los cuales se debe ceñir el diseño del proyecto se encuentren apartados sobre construcción de bajo impacto, manejo eficiente de recursos, protección del medio ambiente, etc. 138


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Esto no deja de ser un dato relevante, pues como hemos visto la mayoría de las obras de la serie se encuentran en locaciones sub-urbanas y rurales, destacando justamente su relación con la naturaleza y el paisaje. Pero si no existen leyes o normativas que salvaguarden y protejan a ese medio ambiente, tal vez en ciertos casos la conciencia y/o el criterio de los propios arquitectos no sean suficientes para conservar ese “paisaje idílico” del que se presume en la publicación de las obras, más allá del encuadre de la fotografía de la portada.

139


_ las formas de trabajo

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Es un aspecto a destacar el hecho de que en buena parte de los textos se haga referencia a la metodología y a las formas de trabajo ocupados por los distintos autores de las obras en el desarrollo de éstas. A pesar de que los planteamientos en este sentido son variados, en la mayoría de los casos se hace entender al lector la existencia de ideas y procesos de diseño recurrentes, que podrían ser incluso más importantes que las obras mismas. Siendo esto así, la práctica arquitectónica es planteada en ciertos casos como una serie de experimentaciones constantes y procesos continuos que, en algunos casos, se consuman en una obra de arquitectura. Implícitamente, de partida esto supone desviar la atención de las obras.

Pezo von Ellrichshausen, “Procesos líquidos y formas blandas”, en Pezo von Ellrichshausen (Santiago: Ediciones ARQ, 2007) 4. 141


Felipe Mesa, “Entrevista”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 236.

Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, “Procesos líquidos y formas blandas”, en Pezo von Ellrichshausen (Santiago: Ediciones ARQ, 2007) 4.

Felipe Mesa, “Entrevista”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 236.

Pero, ¿son estas ideas planteamientos específicos al momento de proyectar una obra, o son realmente recurrentes, ajenas incluso al desarrollo de un proyecto en particular? Existe una anécdota sobre el diseño de la residencia Kaufmann –mejor conocida como la Casa de la Cascada– por parte de Frank Lloyd Wright,en la cual se nos intenta convencer de que Wright desarrolló el proyecto durante varios meses en su mente, y que el día en que los presentó a los clientes lo único que hizo fue dibujarlo. 10 142


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

A primera vista, esta anécdota puede reflejar justamente a lo que se refieren los arquitectos sobre sus procesos de diseño: ideas plasmadas en obras. Sin embargo, ésta referencia nos puede hacer darnos cuentas de más cosas; primero, que la idea de la Residencia Kaufmann pertenecía únicamente a Wright, es decir, que nadie más en su oficina podía estar al tanto de dicha idea antes de que fuera dibujada, justamente, al momento de la reunión con los clientes. Y dos, debido a que la idea solo le pertenecía a Wright, no hay manera de saber si esta se mantuvo recurrente desde la primera reunión con los clientes hasta que la dibujo meses después, o si surgió al momento de la llamada telefónica. Si bien la anécdota puede ser muy didáctica y representativa sobre los procesos de diseño, no hay manera de constatar que finalmente sea cierto lo que en esta se expone.

Lehmann Izquierdo, “Edificio Cruz del Sur”, en Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica (Santiago: Constructo, 2014) 134.

10 En las primeras reuniones de trabajo, los clientes le hicieron saber al arquitecto sus necesidades y requerimiento para la casa que éste les diseñaría. Después de esto, Wright se retiró a su oficina para trabajar en la propuesta. Pasado algunos meses y tras una llamada telefónica de los clientes, estos informaron a Wright que se dirigían a su oficina para ver el diseño de la casa, del cual efectivamente no se había adelantado nada; el proyecto no había sido ni desarrollado ni dibujado hasta ese momento. Después de terminar la llamada telefónica, Wright tomó lápiz y papel y dibujo de corrido los planos de la casa, los cuales mostró a los clientes una vez que llegaron a la oficina. Estos quedaron satisfechos al ver, en papel, la Casa de la Cascada. Alejandro Aravena, “Casa en la Cascada”, en Los Hechos de la Arquitectura (Santiago: Ediciones ARQ, 1999) 221. 143


A pesar entonces de que los arquitectos se refieren a procesos recurrentes de trabajo ¿Cómo puede haber evidencia de esto, más allá de la retórica? La única manera sería que quedara cierta evidencia, intencionada o no, del desarrollo recurrente de dichas ideas. Los textos revelan la postura de que la arquitectura consiste en la producción de conocimiento, donde la obra es uno de los medios tradicionales para ponerlo a prueba. Efectivamente existe una buena parte de la disciplina que no se dedica a hacer proyectos, pero a pesar de esto no se cuestiona que sean arquitectos o no solo por éste hecho. Sin embargo, al momento de seleccionar la serie del caso de estudio, conformada por obras y no arquitectos, nos estamos refiriendo implícitamente a aquellos dentro de la disciplina que si construyen obras, es decir, a aquellos que les interesan construir sus obras. Teniendo esto claro de nuevo, podemos hacer una distinción sobre cómo nos son presentadas las formas de trabajo de los arquitectos; por un lado algunos se refieren al desarrollo de herramientas y lenguajes propios para la concepción y diseño de un proyecto en específico. En otros casos, los procesos de trabajo son entendidos como actividades que operan autónomas a la proyectación arquitectónica, pero que comparten intereses comunes con esta. Podríamos decir entonces que en el primer caso nos referimos a una recurrencia en los “procesos”, mientras que en el segundo caso en las “ideas”. Si la recurrencia en la práctica arquitectónica es presentada a partir de los procesos de diseño, podemos afirmar que como mínimo deben depender del encargo –o autoencargo– de algún proyecto, sin importar a priori si este llegará a concluirse, e incluso construirse. En este sentido, en los textos se hace referencia al recurrente desarrollo de metodologías de representación –más allá de los tradicionales planos o fotografías–, a partir de los cuales no solo se 144


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

justifican las obras, sino también se condiciona su desarrollo. Y si existe además la intención de generar arquitectura de autor, los modos de representación de las obras, de sus procesos de diseño o de sus ampliaciones o alcances en la sociedad son un medio por el cual esto también puede lograrse. Como menciona Wigley, el arquitecto contemporáneo es un pensador más que un constructor; 11 pues para desarrollar y divulgar su pensamiento utiliza una combinación entre palabras y representaciones (dibujos). Mientras las palabras y las representaciones se integren de manera armónica, los discursos o temas planteados no solo podrán ser divulgados más fácilmente, sino que también podrán ser más sugerentes, convincentes, influyentes, e incluso manipuladores. Inclusive, estas representaciones pueden ser más efectivas que las obras construidas para platear temas y discursos.

Johnston Marklee Diego Arraigada, “Roca en La Pampa”, Summa+ 104 (2009): 38.

11 Mark Wigley, “Typographic Intelligence”, en Un Studio - Unfold (Amsterdam: NAI Publishers, 2002) 121. 145


Felipe Mesa, “Intereses de una línea”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 226.

José Cruz Ovalle, “Campus Universidad Adolfo Ibañez”, ARQ 51 (2002): 62.

Una de las diferencias entre justificar una obra construida o una representación a partir de textos, es que tal vez la segunda ya es de alguna manera un texto convertido en un esquema, dibujo o diagrama, al que las explicaciones le pueden sobrar. En algunas ocasiones estas representaciones pueden reemplazar los textos, pero en otras lo complementan al momento justificar las obras. Esto explicaría que la proporción de texto dentro de las publicaciones es evidentemente menor a la de fotografías y dibujos Pero en algunos casos, este material gráfico no corresponde únicamente a los tradicionales planos o fotografías de las obras –las cuales debido a su recurrente repetición parecen definir la imagen de cada una de las obras-, sino que se incorporan esquemas, diagramas y gráficos. Pero esta “inteligencia tipográfica” desarrollada por los arquitectos no puede ser en la mayoría de los casos una condición individual, pues esta serie de herramientas, lenguajes y códigos deben ser compartidos, al menos, por los integrantes de una oficina o colectivo de arquitectos. Siendo 146


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

esto así, el desarrollo y la recurrente implementación de estos procesos plantearían una práctica colectiva de la arquitectura. Haciendo un símil con términos de programación, podríamos decir que en este tipo de práctica, los contenidos parecen estar en “código abierto”.12

Varios, “Entrevista”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 228.

Desde otro punto de vista, no necesariamente opuesto, se relata la recurrencia de las ideas. Si antes mencionamos que para mantener la recurrencia de los procesos era necesaria la existencia de un encargo, para mantener en constante desarrollo las ideas no es necesario tenerlo, e incluso, tal vez ni es necesaria la arquitectura. Además de la proyectación de obras, muchos arquitectos parecen que dedican cierto tiempo a la producción de conocimiento que, si bien se plasmará en la obra, también formará parte de su justificación. En este sentido, igualmente son descritas en las publicaciones las constantes reflexiones teóricas que se suponen deben existir previamente a que sean plasmadas en las obras. De estos casos, hay pocos ejemplos dentro de la serie. 12 Código abierto es la expresión con la que se conoce al software o hardware distribuido y desarrollado libremente. Se focaliza más en los beneficios prácticos (acceso al código fuente) que en cuestiones éticas o de libertad que tanto se destacan en el software libre. Fuente: https://es.wikipedia.org 147


Fernando Pérez Oyarzún, “José Cruz Ovalle, arquitecto: Aproximación a una situación”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 6.

Eso sí, se reconoce que este pensar teórico no es una práctica constante entre los arquitectos, o al menos no es utilizado por la mayoría de ellos al momento de referirse a las obras. Pero, a partir de lo planteado surge la pregunta, ¿cómo los arquitectos desarrollan las ideas o planteamientos mientras no existe un encargo? A pesar de que no es el interés de este estudio referirse a obras no construidas, intervenciones, representaciones etc., es claro que estas forman parte de la práctica arquitectónica que permite una constante experimentación de ideas y planteamientos, y por ende la producción de conocimiento. Sin dejar de reconocer lo anterior, hay un aspecto igualmente destacable que parece influir en el desarrollo de estas ideas recurrentes, y es que algunos de los autores de las obras complementan su trabajo arquitectónico con alguna práctica artística, como puede ser la escultura, la pintura o la realización de instalaciones. Y estas prácticas no son asumidas como meros hobbies o distracciones, más bien forman parte de un campo de experimentación común a la arquitectura. Las ideas recurrentes entonces pueden ser abordadas en distintos medios. 148


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, “Procesos líquidos y formas blandas”, en Pezo von Ellrichshausen (Santiago: Ediciones ARQ, 2007) 4.

Este tipo de práctica puede funcionar ajena a un encargo. Paralela a la práctica arquitectónica, por ejemplo, algunos arquitectos llevan cierto tiempo dedicado a la experimentación plástica de formas y objetos. En estos casos se da a entender que dicha práctica o experimentación es una actividad sumamente personal, y solo en ocasiones precisas son expuestas al público. En estos casos los arquitectos nos dicen estar claros en que estas disciplinas y la arquitectura son diferentes; aunque puedan tener búsquedas similares, son formalmente muy diferentes en la mayoría de los casos. Pero entonces, por ejemplo, ¿la escultura es un campo de experimentación que permite explorar aspectos arquitectónicos?

José Cruz Ovalle, “El lugar de la escultura dentro de un campo de trabajo como espacio de abstracción”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 25. 149


Humberto Ricalde, “Taller de Arquitectura Mauricio Rocha”, en Mauricio Rocha Taller de Arquitectura (Ciudad México: Arquine, 2011) 9.

Pero otras prácticas artísticas, como la pintura o la ilustración, pueden plantear recurrencia tanto en los ‘procesos’ como en las ‘ideas’, suponiendo que estás experimentaciones no son autónomas, sino que están subordinada a la arquitectura. En estos casos podría existir una línea muy delgada entre estas ilustraciones y las representaciones que se ocupan para describir las obras. Entonces, ¿abordar la arquitectura a partir de prácticas artísticas la convierte en un arte?

Mauricio Pezo y Sofía von Ellrichshausen, “Procesos líquidos y formas blandas”, en Pezo von Ellrichshausen (Santiago: Ediciones ARQ, 2007) 4.

¿De qué manera influyen dichas prácticas artísticas en las obras de arquitectura realizadas? Lo más evidente, y presentado así por los propios arquitectos, es que el dominio plástico desarrollado, por ejemplo, en una escultura, permite lograr conformaciones volumétricas y espaciales precisas en el diseño de un edificio. Pero tal vez algo que cada vez es menos implícito sería que los propios arquitectos son presentados como si fueran artistas trabajando constantemente en su taller y de manera autónoma en diversos temas de interés, los cuales se ponen en práctica en diferentes escalas que van 150


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

desde un mero croquis, una escultura, una pintura, hasta un edificio, pudiéndose entender éste como el modelo de experimentación a escala 1:1. Pero de todas las escalas, la que menos posee la autonomía de una obra de arte es la del edificio, pues además de suponer la incorporación de otros profesionales para su diseño y construcción, necesita del encargo, y por ende de un cliente, para llevarse a cabo. En este sentido, la conformación este tipo de conocimiento supone una actividad individual, pues es generado a partir de las experiencias personales, lo que generaría que dicho conocimiento no se distribuya entre todos los miembros de una oficina de arquitectura. En este caso, la oficina de arquitectura pudiera funcionar como el taller del artista, a la cual se incorporan los aprendices que desean instruirse en la práctica arquitectónica más por imitación del maestro que por las enseñanzas directas de éste. Pero para que se pueda llevar a cabo esta forma de trabajo y que decante en obras de arquitectura, debe existir entonces algún tipo de coyuntura que la haga posible.

Denisse Espinoza, “Los arquitectos Pezo y Von Ellrichshausen: de una cima en Coliumo a la consagración”, 18 jul 2014. La Tercera. Accedido el 11 May 2015. <http:// diario.latercera.com/2014/07/18/01/contenido/cultura-entretencion/30-168851-9-losarquitectos-pezo-y-von-ellrichshausen-de-una-cima-en-coliumo-a-la.shtml> 151


Una posibilidad es que la obra de arquitectura también –al igual que esculturas o ilustraciones– sea producto de un autoencargo. Si bien esto es posible, tal vez propicie la construcción de pequeñas obras para uso personal como casas de campo, estudios, ampliaciones o construcciones efímeras. Otra posibilidad es que el cliente se comporte como un mecenas, que encarga edificios pero permite una alta libertad de experimentación en los arquitectos. Este tipo de relación entre arquitecto y cliente podría propiciar ésta forma de trabajar. Pero no cualquier cliente puede tener la intención, ni la capacidad, de comportarse como un mecenas, al igual que no todos los proyectos pueden suponer la realización de obras que permitan todas las experimentaciones que pretenden hacer los arquitectos. No es casualidad que en estos casos exista una relación constante entre arquitectura y arte, pues finalmente cada una de las obras a partir su construcción se convierten en objetos autónomos al cliente, al encargo, al contexto, e incluso a los autores mismos. Es decir, debido a este tipo de aproximación las propias obras de arquitectura son presentadas a veces como obras de arte – productos que inclusive tiene valor y prestigio en el mercado –o como objetos habitables más que como edificios que se justifican a sí mismos. No en vano es común encontrar en los textos frases que refieran a la autonomía del objeto arquitectónico. Si bien en los textos se hace referencia constante a este tipo de búsquedas, las prácticas realizadas por cada uno de los arquitectos que se aplican a las obras son poco descritas, es decir, se habla más de las metodologías que de los contenidos de estas búsquedas. Tal vez esto suceda porque hemos intentado concentrarnos en los textos que justifican o explican las obras, y no necesariamente en monografías, ensayos, manifiestos e inclusive charlas en las cuales los autores de las obras pudieran revelar y explicar sus campos 152


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

de interés o exploración, más que las obras mismas. Sin embargo, esto también puede sugerir que finalmente el contenido no es tan relevante como el proceso, es decir, el contenido es la propia metodología. De una cosa si podemos estar claros, la mayoría de los arquitectos intentan presentar sus obras no como el resultado de reflexiones específicas sobre los requerimientos particulares de cada uno de los encargos. Por el contrario éstas responden a planteamientos y procesos recurrentes de los arquitectos, que son puestos a prueba a partir de las particularidades de cada proyecto. Y si lo verdaderamente importante se encuentra en las ideas o procesos, podemos asumir entonces que los encargos son las excusas para que los ‘tipógrafos’ o los ‘artistas’ se pongan en acción. Implícitamente la atención se busca desviar de la obra hacia los procesos, pero, ¿no eran las obras el elemento más importante de la práctica arquitectónica, donde se ponen a prueba las ideas? Tal vez si lo sea, pero también las obras pueden dejar en evidencia ideas erróneas o mal aplicadas, dejando a los arquitectos a la merced de la crítica. En este sentido tal vez los procesos de diseño son más personales y ajenos a mediciones de terceros, lo que brindaría cierto grado de autovalidación a la práctica del arquitecto.

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_ el objetivo de la aquitectura

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Podemos partir de la premisa de que cada una de las obras de la serie responde a un programa específico, pero ¿se nos presenta algún propósito de estas obras más allá de la mera resolución del encargo? Como hemos visto, algunos de los objetivos implícitos en la construcción de las obras no son ingenuos: plantear discursos, producir paradigmas, o presentar una postura vanguardista frente a la disciplina. Pero si bien dos proyectos de similar escala, materialidad y tipologías pueden resolver un programa específico, sus autores pueden apuntar, implícitamente, a ideas radicalmente diferentes sobre cuál es el propósito de haber construido cada una de las obras.

Felipe Mesa, “Intereses de una línea”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 226.

Ciertas obras se nos presentan entonces como un catalizador que mejorará las condiciones del contexto, descrito como hostil, precario o hacinado. No es difícil notar que este contexto se refiere a barriadas o asentamientos informales, por lo tanto no es descabellado que se nos presente que el principal aporte de éstas obras es la generación de calidad de vida, a partir de la construcción de áreas recreativas, deportivas y culturales en zonas con deficiencia de éste tipo de espacios. Este puede ser el caso de las obras ubicadas en Colombia y México. Esto tiene correspondencia con planteamientos anteriores, pues en estas mismas obras se utilizan estrategias discursivas que no destacan aspectos experienciales del habitarlas, sino más bien son dejados de lado para referirse a la practicidad y pertinencia de los espacios planteados. 155


A partir de una actitud ‘vanguardista’, se nos justifica el diseño de edificios que podrían convertirse –teóricamente– en paradigmas a partir de su forma, escala, modelo de gestión, programa inédito o relevante dentro del contexto en que se encuentran. Pero en este caso, estos nuevos paradigmas no serían valorados por la generación de nuevas aproximaciones a aspectos meramente disciplinares, sino por el impacto que tendrían en el ‘mejoramiento’ del contexto físico y sociocultural donde se encuentren. A esto debería dedicarse la arquitectura, ¿o no?

Giancarlo Mazzanti, “Escenarios Deportivos”, en Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica (Santiago: Constructo, 2014) 181.

Frente a contextos con graves problemas sociales, como la violencia y el hacinamiento, se nos pretende hacer ver que la arquitectura puede ser el agente de cambio capaz de generar espacios armónicos en las ciudades, que propicien el sano intercambio entre los ciudadanos y la calidad de vida. ¿Pero puede ser realmente ser la arquitectura por si sola una agente de cambio, en este caso de la calidad de vida? Tal vez esta es la intención que se tiene y así se transmite en las publicaciones de arquitectura, no solo a la disciplina misma sino a toda la sociedad. ¿Pero cómo se podría saber si, efectivamente, se ha producido un mejoramiento de la calidad de vida en las comunidades donde se encuentran las obras? Si bien no nos compete indagar sobre si esto se logra, podemos referirnos más bien a las maneras en que los arquitectos –a partir de lo que se dice en las publicaciones– transmiten este ideal, sea finalmente logrado o no. 156


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Por ejemplo, si se plantea que las obras tiene la capacidad de mejorar la calidad de vida de las comunidades donde se encuentran, tal vez las imágenes sean más elocuentes que las palabras, los gráficos o los esquemas. Y esto lo decimos porque en las publicaciones –acompañando los textos que ‘aseguran’ el mejoramiento del contexto y la resolución de los problemas de la comunidad a partir de los edificios– se incorporan fotografías de las obras ocupadas masivamente por los habitantes de las comunidades. Sin la intención de desviar este análisis de las estrategias discursivas ocupadas hacia las imágenes, no podemos dejar de lado el hecho de que la presencia de este tipo de fotografías –realizadas por fotógrafos como Iwan Baan13– no es coincidencia; estas apoyan y complementan el planteamiento de que la arquitectura puede ser capaz de mejorar las condiciones de las barriadas en nuestro continente. Visto de esta manera, pareciera que la arquitectura si es capaz de esta hazaña.

Plan B, “Pliegues deportivos”, AV 138 (2011): 36. 13 Iwan Baan es un fotógrafo de arquitectura holandés cuyo trabajo se destaca por la incorporación del contexto y los habitantes en las fotografías de los edificios. 157


Lo anterior nos debería hacer reflexionar sobre si realmente las obras ‘por si mismas’ pueden ser capaces de generar cambios en los contextos donde se encuentran. Tal vez no, y es por esto que se nos intenta presentar éstas que al menos como un símbolo de éste cambio, de ésta modernidad que se intenta generar a partir de la arquitectura.

I

Giancarlo Mazzanti, “Parque Biblioteca España”, en VI BIAU Lisboa 08: VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2008) 61.

Redacción. “Orquideorama” 13 Feb 2013. ARQA. Accedido el 12 May 2015. <http:// arqa.com/editorial/medellin-r/orquideorama>

Y precisamente varias de las obras se nos llegan a presentar como símbolos dentro de la ciudad, pero no a partir de su forma novedosa como mencionamos anteriormente, sino más bien como representantes de los cambios que se están generando en ésta. Esta situación se estaría generando, por ejemplo, en Medellín, Colombia, donde varias de las obras son catalogadas por sus propios autores como “hitos” o “símbolos” de la nueva Medellín. ¿Pero esto ha sucedido únicamente por los edificios mismos, o por las estrategias discursivas recurrentes ocupadas en su descripción? 158


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

En este sentido, se reconoce que de nada vale la buena práctica del arquitecto o la alta calidad del edificio si su desarrollo no forma parte de una gestión política y social a mayor escala, pues ciertas obras son presentados como el resultado de la labor del arquitecto en conjunto con la comunidad, las entidades públicos y/o las empresas privadas.

Felipe Mesa, “Intereses de una línea”, en Archipiélago de Arquitectura (Medellín: Mesa Editores, 2010) 226.

Giancarlo Mazzanti, “Libros entre Rocas”, Summa+ 96 (2008): 4.

“Biblioteca Parque España / Giancarlo Mazzanti”. 19 Feb 2008. Plataforma Arquitectura. Accedido el 15 May 2015. <http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/026075/biblioteca-parque-espana-giancarlo-mazzanti>

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Martín Gualano Marcelo Gualano, “El pabellón austero”, Arquine 50 (2008): 63.

Se señala entonces que para que la arquitectura pueda cumplir su mencionado rol de transformación social, el arquitecto debe trabajar en conjunto con otros actores de la sociedad. Pero en ningún caso se nos da a entender que el arquitecto debe dejar su rol para convertirse en político, empleado público o dirigente social, sino más bien que debe saber desenvolverse y manejar las estrategias y el lenguaje de éstos para poder desarrollar de la manera más eficiente y pertinente justamente lo que le compete, el diseño de la obra. Pero en las reseñas de las obras no se plantea únicamente este rol social de la arquitectura. No necesariamente contraria a ésta postura, pero sí en otro polo, también se plantea que la arquitectura principalmente debería servirse a sí misma, es decir, al desarrollo de la propia disciplina. Es así como se nos presenta que la realización de obras –y propuestas, representaciones, modelos–, tiene el propósito de generar conocimiento disciplinar y propiciar la crítica y el debate entre los arquitectos. Esto tiene relación directa con planteamientos analizados anteriormente: las obras son presentadas como campos de experimentación para planteamientos arquitectónicos, aunque incluso en ciertos casos parecen que los planteamientos refieren a algo más. 160


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

En aquellos casos en que pudiera entenderse que algunas de las obras en realidad son más bien parte de reflexiones artísticas y que la arquitectura funge como en campo de experimentación, se nos intenta traer de nuevo al campo de la arquitectura.

L

Hugo Mondragón, “Pezo von Ellrichshausen”, en Blanca Montaña, arquitectura reciente en Chile (Santiago: Puro Chile, 2010) 410.

B

Fernando Pérez Oyarzún, “José Cruz Ovalle, arquitecto: Aproximación a una situación”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 7.

161


Pero, ¿todos los encargos pueden suponer la generación de conocimiento relevante para la disciplina? Como lo demuestra la selección de obras, estas pueden variar radicalmente en escala, ubicación, tipología y programa, e incluso más allá, pues fueron encargadas partir de iniciativas sociales, solicitudes privadas o concursos públicos. Y además, el presupuesto asignado para el desarrollo del proyecto y la obra no necesariamente puede corresponderse con su envergadura o permitir las exploraciones formales, materiales o espaciales que pretendemos los arquitectos. A pesar de esto, y desde un punto de vista optimista, podríamos decir que cualquier de proyecto podría generar al menos un mínimo de conocimiento disciplinar, pero tal vez para algunos arquitectos esto puede no ser suficiente. En este sentido, sería ingenuo no reconocer que algunos arquitectos tienen la posibilidad de realizar únicamente los proyectos que sean de su interés, y que no necesariamente están ligados a una circunstancia económica.

Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen, “Los arquitectos Pezo y Von Ellrichshausen: de una cima en Coliumo a la consagración”, 18 jul 2014. La Tercera. Accedido el 11 May 2015. <http://diario.latercera.com/2014/07/18/01/contenido/culturaentretencion/30-168851-9-los-arquitectos-pezo-y-von-ellrichshausen-de-una-cima-encoliumo-a-la.shtml> 162


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Si bien dedicarse a desarrollar solamente las obras que permitan exploraciones particulares puede denotar cierta soberbia, dicha actitud no se oculta, presentándose más bien como el compromiso que debe tener el arquitecto en el desarrollo de la disciplina. Es decir, se plantea que el arquitecto debe prepararse continuamente para asumir con la mayor actitud y capacidad la resolución de un encargo de la manera más excepcional posible, incluso si esto consiste e ir más allá de los presupuestos ajustados o las ordenanzas rigurosas que suponen ciertos proyectos. Entonces, a partir de esta justificación muchos proyectos pueden ser desestimados por su escala, tipología, ubicación e incluso presupuesto. Si bien esta postura es válida, supondría dejar por lado una gran cantidad de proyectos, aquellos que no cumplan o satisfagan los intereses de los arquitectos.

Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen, “Los arquitectos Pezo y Von Ellrichshausen: de una cima en Coliumo a la consagración”, 18 jul 2014. La Tercera. Accedido el 11 May 2015. <http://diario.latercera.com/2014/07/18/01/contenido/culturaentretencion/30-168851-9-los-arquitectos-pezo-y-von-ellrichshausen-de-una-cima-encoliumo-a-la.shtml>

¿Cuál sería entonces el principal propósito de la arquitectura: servir a la sociedad o a la disciplina misma? Según como son presentados estos extremos, pareciera que podrían anularse entre sí, es decir, una obra que pueda suponer el mejoramiento de las condiciones de la comunidad donde se encuentra localizada puede ser catalogada como simple, obvia, e incluso insignificante por parte de la disciplina, 163


mientras que igualmente un edificio tenga una forma, espacialidad, o materialidad particular podría ser entendido como un elefante blanco valorado por la pequeña comunidad de arquitectos dentro de la sociedad. Esto sucede si solo nos referimos a los extremos y no nos fijamos a lo que sucede entre estos. Pero, ¿se presenta alguna consideración no tan radical sobre el objetivo de la arquitectura?

Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen, “Los arquitectos Pezo y Von Ellrichshausen: de una cima en Coliumo a la consagración”, 18 jul 2014. La Tercera. Accedido el 11 May 2015. <http://diario.latercera.com/2014/07/18/01/contenido/culturaentretencion/30-168851-9-los-arquitectos-pezo-y-von-ellrichshausen-de-una-cima-encoliumo-a-la.shtml>

Mientras algunas obras son presentadas como soluciones a las urgencias, es decir, habilitación de espacios públicos, creación de áreas de recreación, mejoramiento de zonas hacinadas, etc., otras son descritas como paradigmas para debatir sobre temas ‘importantes’ de la arquitectura, que como hemos visto ahora pueden ser la relación de ésta con el paisaje, la conformación de una “atmósfera” dentro de los espacios. Desde este punto de vista podríamos decir que las obras de la serie han atendido en su mayoría –sino exclusivamente– a lo importante por sobre lo urgente, y tal vez justamente esta sea una condición por las que han sido ampliamente publicadas. ¿Los arquitectos estamos entonces acostumbrados a destacar lo importante por sobre lo urgente? Parece que sí.

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IV_多QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

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_ lo que no se dice

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IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Al poner la atención en ciertos temas, los discursos tienden a esconder otras. ¿Qué es entonces lo que no se está diciendo sobre las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica? Así como hemos revisado los temas recurrentes ocupados para explicar las obras de la serie, es igualmente pertinente poner detectar las ausencias, ese decir, aquellas cosas que no se dicen o se dicen muy poco. Sin embargo, no debemos asumir que aquellos temas o discursos que no hayamos identificado en los textos revisados no se encuentran presentes en la justificación de otros edificios construidos en la región. Pero a pesar de esto, lo que si podemos afirmar es que el hecho de habernos abocado a la revisión de textos recurrentemente publicados permitió identificar las estrategias discursivas que –teóricamente– tienen la capacidad de alcanzar a mayor parte de la disciplina. En este sentido, a pesar de que en la justificación de alguna obra ajena a la serie de caso de estudio se hable, por ejemplo, sobre el papel político de la arquitectura, se supondría que dicho tópico tendría un alcance limitado dentro de la disciplina. Por eso, referirnos a lo que se dice poco o no se dice a partir de la serie puede ser representativo. Por ejemplo, en pocos casos se habla sobre los procesos o tecnologías constructivas aplicadas en las obras. Solo se ocupa este tipo de descripción en el caso de que se necesite justificar la practicidad de la construcción de ciertas formas que parecen complicadas de lograr con métodos constructivos tradicionales o locales, o se intenten destacar los procesos constructivos ocupados como innovadores, originales o alternativos.

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Mauricio Rocha, “Escuela de Artes Visuales de Oaxaca”, en VII Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Madrid: Gobierno de España, 2010) 282.

Diego Arraigada, “Casa View”, ARQ 78 (2011): 79.

Esto nos da a entender que, por ahora, lo concerniente a los procesos constructivos no son relevantes para la disciplina, pero ¿sucede esto porque la arquitectura y la construcción son consideradas como actividades ajenas o porque frente al auge contemporáneo de construcciones cada vez más tecnificadas es necesario diferenciarse de estas, en las cuales el rol del arquitecto no es el principal? 168


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Otra estrategia discursiva que no es explotada es la que concierne a la forma de los edificios. Esto es algo destacable, ya que sin lugar a dudas el aspecto formal permite identificar una obra. Por el contrario, al describir las obras se presta más atención a la espacialidad que genera la forma de éstas. Cuando el aspecto formal toma importancia dentro de las explicaciones de la obra es principalmente cuando se justifica a partir de su relación con algún elemento natural. Solo en casos puntuales la forma es presentada como uno de los aspectos más relevantes de las obras, capaz de generar asombro a los visitantes. Pareciera que hay cierta renuencia a que las obras sean catalogadas por el adjetivo ‘formalista’.

Iñaki Abalos, “Un día en Peñalolén”, en José Cruz Ovalle: hacia una nueva abstracción (Santiago: Ediciones ARQ, 2004) 196.

Esto puede sugerir un mayor interés en la actualidad sobre los contenidos en lugar de las formas, lo cual coincidiría con la importancia de los métodos y procesos de diseño por sobre los edificios construidos. En este sentido, las obras pueden ser entendidas como el medio en vez del fin de la arquitectura.

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A pesar de que la mayoría de las obras de la serie han sido reconocidas, escogidas dentro de selecciones curatoriales o galardonadas con algún premio, este aspecto no es ocupado recurrentemente para legitimarlas en sus respectivas reseñas, aunque, en la mayoría de los casos, estos reconocimientos han sido posteriores a las publicaciones. Sin embargo, donde sí parece ser éste un aspecto destacable es en las reseñas realizadas por personas ajenas a la disciplina, y principalmente en medios destinados al público no especializado. ¿Son los premios y reconocimientos la manera más acertada de valorar las obras arquitectura? Aquí, el solo hecho de que las obras hayan sido galardonadas o que los autores sean invitados recurrentes en charlas y eventos parece legitimarlos ante la sociedad. Frente al hecho de que el público general desconozca los criterios o los cánones de la disciplina, tal vez la manera más sencilla de destacar o valorar una obra sea refiriéndose a los reconocimientos que esta haya obtenido, lo cual supondría una validación automática por parte de la sociedad.

Mauricio Pezo Sofía von Ellrichshausen, “Los arquitectos Pezo y Von Ellrichshausen: de una cima en Coliumo a la consagración”, 18 jul 2014. La Tercera. Accedido el 11 May 2015. <http://diario.latercera.com/2014/07/18/01/contenido/culturaentretencion/30-168851-9-los-arquitectos-pezo-y-von-ellrichshausen-de-una-cima-encoliumo-a-la.shtml> 170


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

Karina Salguero, “El plan emergente”, Habitar 76 (2012): 32.

Poco se ocupa también una estrategia discursiva a partir de las cuales se nos presenten como mejores aquellas obras que cumplen de manera más satisfactoria con los requerimientos del cliente. La descripción de los encargos es poco mencionada en los textos, pues solo en uno de los casos se destaca particularmente este apartado en la reseña de la obra.

Nitsche, “Casa em Iporanga”, en Bienal de arquitectura latinoamericana 2011 (Pamplona: T6 Eds., 2011) 108.

Aunque la valoración de una obra no dependiera del cumplimiento del programa y los requerimientos del cliente, el referirse a como estos fueron contemplados en la obra pareciera un aspecto relevante a tener en cuenta en las reseñas de las obras. ¿Por qué entonces no hacer referencia a esto? Existe la posibilidad de que los encargos no llegan a 171


ser cumplidos cabalmente o que sean desvirtuados a favor de los intereses del arquitecto. Si estos fueren los casos, la incongruencia que se podría evidenciar entre la descripción de los encargos y el resultado final sería un aspecto que trataría de evitarse, pues pondría en evidencia falencias de las obras. ¿Podríamos suponer entonces que, al encontrar poca referencia hacia los encargos, las obras de la serie tratan de ocultar el hecho de que no respondieron íntegramente a los requerimientos del cliente? Existe un tema que, aunque solo se evidencia en uno de los casos, es una variable importante para la realización de todas las obras pero no se encuentra presente en sus reseñas. Nos referimos al discurso de la rentabilidad, el cual, si bien pertenece al campo de la economía, supone que todo el desarrollo formal, material o espacial de las obras debe garantizar un beneficio, no necesariamente económico, sobre la inversión que se ha realizado. En los textos no se hace referencia a información económica asociada a las obras, como los honorarios profesionales o los costos de construcción y mantenimiento. Pero esto parece algo muy obvio, incluso cuando no se haga referencia a esto en las publicaciones. Lo relevante aquí es notar que, en el único caso de la serie en el cual se ocupa esta estrategia discursiva, se justifica la obra a la disciplina de la misma manera que se haría en el caso de los clientes o inversionistas; es decir, valorando la obra a partir de variables económicas. En este caso no nos referimos a una estrategia discursiva –como el lugar, la experiencia o la espacialidad– para justificar una obra, pues la arquitectura en sí misma no es rentable. Los edificios sí lo serían, si son entendidos como productos. Si sabemos que las edificios dependen de presupuestos para su construcción y posterior gestión, y que inclusive son medios de inversión –o especulación– inmobiliaria, ¿por qué no hacer mención 172


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

a esto en las reseñas? Tal vez porque como mencionamos anteriormente esto pertenece a una dimensión ajena a la arquitectura. Pero también su omisión podría deberse a que se desea ocultar el proceso de mercantilización que rodea a la arquitectura, pues sería reconocer que la ésta sería valorada por variables ajenas a ella –es decir, no podría ser controlada por los propios arquitectos–, y por consiguiente hacer arquitectura se convertiría en un acto de sumisión frente al mercado.

Lehmann Izquierdo, “Edificio Cruz del Sur”, en Blanca Montaña, arquitectura reciente en Chile (Santiago: Puro Chile, 2010) 344.

Sin embargo cabría preguntarse, ¿qué sería más certero: que el arquitecto garantice la rentabilidad de un área o la experiencia de un espacio? También en los textos se hace poca referencia a la conformación de una arquitectura regional, latinoamericana. El discurso del regionalismo, que tuvo mucha relevancia durante la década de los ochenta, coloca la atención en el reconocimiento de las particularidades del contexto – 173


tanto físicas como socio-culturales–, pues son estas las que deben definir la obra. ¿Por qué no seguir entonces intentando conformar una arquitectura latinoamericana? En un mundo globalizado, parece más importante conformar un dialogo con la producción arquitectónica de todo el mundo, y para que esto se pueda lograr se deben usar ‘código’ afines que permitan la comunicación, como pueden ser estilos, materiales, formas, e inclusive estrategias discursivas. Esto propiciaría entonces que los arquitectos latinoamericanos tengan la posibilidad –y así lo han hecho– de proyectar no solo en otros países de la región, sino en Europa o Norteamérica.

Javier Barreiro, “Conversación con Mauricio Rocha”, en Mauricio Rocha Taller de Arquitectura (Ciudad México: Arquine, 2011) 250.

Pero incluso en estos casos, hemos podido encontrar escasas citas que remiten a estos temas. Efectivamente esto se dice, aunque poco. ¿Pero que no se menciona en los textos, ya sea por omisión o de manera premeditada? En ninguno de los casos de la serie se hace referencia, por ejemplo, a posturas políticas y sociales inherentes a la arquitectura, a debates disciplinares – como el papel del arquitecto en la sociedad–, a las influencias o referencias de obras o arquitectos en el diseño de los edificios o al hecho de hacer ciudad en vez de arquitectura, por nombrar solo algunos temas ausentes de las reseñas. Si bien estos no son temas que no hayan sido abordados por los arquitectos en algún momento, definitivamente 174


IV_¿QUE SE DICE SOBRE LAS OBRAS DE ARQUITECTURA RECIENTE EN LATINOAMERICA?

se encuentran superados por otras estrategias discursivas que atienden a la autonomía de la obra de arquitectónica. ¿Pero que supone entonces que no se haga referencias a estos temas? Pues validaría los discursos que hemos detectado anteriormente, aquellos en que se nos trata de convencer de que ciertas obras son mejores que otras por el hecho de conformar experiencias particulares en el visitante a partir de su espacialidad o materia.

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_ Conclusi贸n

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CONCLUSION

A partir de la revisión realizada sobre cómo han sido presentadas las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica en libros, revistas y catálogos, hemos podido conformar un estado del arte sobre la materia de estudio. Sin embargo, es importante reconocer las particularidades detectadas en los textos, pues a partir del análisis realizado hemos podido encontrar que la información presentada atiende a una diversidad de temas recurrentes –el lugar, la espacialidad, la materialidad, la experiencia, la sustentabilidad, etc. –, a los que se echa mano para describir y detallar las particularidades de la obra. Pero cuando esta misma información se nos presenta con la intención de convencernos de un planteamiento particular o presentarnos que una obra es mejor que otra por el hecho de haberse planteado desde cierto punto de vista, ya no podemos referirnos a ésta como un tema, pues estamos ante la presencia de un discurso. Pero, a partir de lo leído sobre la serie de casos de estudio, ¿cuáles son los planteamientos que se intentan presentar como 177


representativos de la arquitectura reciente en Latinoamérica? A manera de resumen, podríamos enumerarlos en una lista: • La obras ‘complementan’ la naturaleza, generando así la posibilidad de que el individuo logre tener una experiencia ‘sublime’ al encontrase en éstas. • Las obras se relacionan al contexto ‘reinterpretando, no imitando’, la forma de elementos naturales importantes. • Las obras son proyectadas a partir de ‘ideas recurrentes’ de los arquitectos, que son puestas en práctica a partir de las particularidades de cada encargo. • Los visitantes experimentan ‘sensaciones’ particulares a partir del recorrido dentro de las obras. • Las obras son ‘sustentables’ por el hecho de propiciar la ventilación e iluminación natural de los espacios, evitando así el uso de sistemas mecánicos de confort climático. • Las obras son objetos autónomos que ‘se validan por sí mismos’, como si fueran obras de arte. • Las obras ‘generan conocimiento’ disciplinar. ¿Son entonces estas premisas las que definen la arquitectura latinoamericana? Aunque esto no lo podríamos afirmar, de lo que si podemos tener certeza es que justamente esas son las que se nos presentan recurrentemente en los textos. Y hemos de reconocer también que lo que más destaca del listado anterior es lo concerniente a la experiencia. Esto lo podemos afirmar no solo porque en el levantamiento de información que realizamos fue el tema más utilizado 178


CONCLUSION

y recurrente para describir las obras del caso de estudio, sino porque al realizar una lectura más detalla nos hemos dado cuenta de que reiteradamente se nos quiere convencer de que lo valioso para la arquitectura es la conformación de “atmósferas” en las obras. Entonces la experiencia no está planteada solamente como un tema, sino como un discurso. E incluso más allá, pues hemos evidenciado que las propuestas espaciales o materiales de las obras finalmente solo son importantes en la medida en que puedan conformar ‘la experiencia de habitar el espacio’ en el individuo. A pesar se haga mención al ‘uso’ del espacio, es primordial referirse más el ‘habitar’. Dicho lo anterior, debemos preguntarnos entonces, ¿por qué se utiliza con tanta recurrencia una estrategia discursiva basada en la experiencia para describir las obras? Sin intentar hacer un análisis histórico al respecto –que no ha sido la intención de esta investigación–, podemos plantear que debido al hecho de que la ‘experiencia’ no es algo medible, las referencias que se hagan a esta en los textos no serán más que aseveraciones subjetivas –siendo este el caso, lo descrito sobre las sensaciones dentro de las obras puede ser refutado, compartido e incluso ampliado por terceros–. Pero a pesar de esto, lo que debe llamar nuestra atención es que al momento de justificar las obras este tipo de estrategia discursiva es ocupada de manera objetiva cuando no lo es, como si los arquitectos pudieran garantizar que el visitante experimentará las sensaciones que se describen. ¿Es posible medir el grado de “singularidad”, “suavidad” o “tensión” que un individuo experimenta dentro de obra, siendo estas cualidades abstractas atribuidas a los espacios? Es esta imprecisión o incapacidad para poder validar la experiencia, justamente, también la que evita que pueda ser refutada, y esto le otorga una autonomía tan atractiva a esta estrategia discursiva que propicia que una buena cantidad de arquitectos la ocupe para referirse a sus obras. 179


Aunque nuestra intención nunca ha sido la homogenizar o generalizar, si tuviéramos que definir una vez realizado este análisis crítico la producción arquitectónica regional a partir de su rasgo más particular, ¿podríamos llegar decir que la arquitectura reciente en Latinoamérica es ‘experiencial’? Estaríamos en un error si así lo asumiéramos, ya que nos convertiríamos en agentes explícitos de las estrategias discursivas detectadas en los textos. Una cosa es reconocer que de lo que más se habla es de la experiencia, y otra muy distinta es asumir que este es el aspecto que define la arquitectura reciente en la región. En un sentido pragmático, los marcos geográficos de selección establecieron que nos abocaríamos a revisar obras de arquitectura construidas en Sudamérica, Centroamérica y el Caribe; pero habría que hacer una salvedad, pues una cosa es que nos refiramos a la serie de casos de estudio como obras de arquitectura en Latinoamérica, y otra muy distinta es que se catalogue a ésta, o a algunos de los casos, como arquitectura latinoamericana. De la primera aseveración podemos estar seguros, de la segunda no tanto. Pero si bien a partir de las citas presentadas se puede reconocer un carácter regional de las obras, pocos hacen referencia precisamente al contexto de Latinoamérica como región. En este sentido, más que reconocerse ciertas particularidades regionales en las obras, se evidencia implícitamente la conformación de particularidades locales; es decir, no referidas a una identidad arquitectónica latinoamericana, sino a una identidad de país dentro del continente. Pero debemos en nuestro caso debemos dejar algo muy claro: más allá de referirnos a estilos locales, sino más bien a relaciones discursivas entre las descripciones de obras dependiendo del país de origen; es decir, que los distintos 180


CONCLUSION

discursos utilizados para referirse a obras realizadas en Colombia suelen ser similares entre sí, pero diferentes a los ocupados para justificar las obras construidas en Chile. A pesar de la variedad de tipologías, localización y escalas de las obras –además de que han sido proyectadas por arquitectos diferentes–, es posible detectar la recurrencia de temas y discursos en las obras que han sido construidas en un mismo país.1 De hecho, la crítica regional reconoce en las distintas escenas locales destacan diversos grupos de arquitectos, pues por ejemplo en Chile destaca una generación emergente de arquitectos, en Brasil la continuidad de la modernidad a través de varias generaciones de arquitectos y en México coexisten arquitectos que mantienen presente tradiciones prehispánicas, coloniales y modernas con aquellos que participan activamente en la construcción de un discurso global.2 Y estas diferencias entre los emisores generan, efectivamente, diferencias en la manera en que son ocupadas las mismas estrategias discursivas. La manera en que las estrategias discursivas ocupadas para referirse a las cuatro obras realizadas en Chile son utilizadas evidencia un intento por parte de los arquitectos locales por formar parte de las tendencias internacionales sin renegar de la influencia local.3 La utilización de discursos como el de la experiencia, la autonomía de la obra y el entendimiento de la arquitectura como arte son recurrentes. En este sentido, al momento de describir las obras suele referirse principalmente a las cualidades más abstractas o subjetivas de 1 Esto se ha podido realizar debido a que se cuenta con más de una obra proyectada en estos países dentro de la serie de estudio: Casa en Iporanga y Casa en Ubatuba construidas en Brasil, Plaza Cisneros, Orquideorama, Parque Biblioteca España y Escenarios Deportivos construidos en Colombia, y Universidad Adolfo Ibáñez, Termas Geométricas, Casa Poli y Edificio Cruz del Sur construidos en Chile. 2 Miquel Adriá, “México, la persistencia de la tradición”, AV 138 (2009): 6. 3 Jeannette Plaut, “Pulso: Latido Arquitectónico”, en Pulso: Nueva Arquitectura en Chile (Santiago: Constructo, 2009) 19. 181


estas como si se trataran de obras de arte que son explicadas a los espectadores. En contraposición, también suele destacarse las particularidades materiales de las obras, pero mayormente con la intención de referirse a la conformación de una ‘atmósfera’ en los edificios. Además juega a favor el hecho de que la mayoría de las obras revisadas se encuentran fuera de centros urbanos, lo cual supone que las particularidades de su diseño ejercen un impacto limitado en su contexto y que no son de fácil acceso para el público. En este caso la arquitectura es valorada a partir de la pericia del arquitecto en la conformación de espacios que produzcan ‘experiencias particulares’ en los visitantes de las obras. En el caso de Colombia, el análisis realizado nos ha dejado en evidencia al menos dos aspectos destacables sobre las obras revisadas: todas se encuentran en Medellín –que si bien no es la capital del país es un importante centro urbano al menos dos aspectos destacables sobre las obras revisadas: todas se encuentran en Medellín – y consisten en edificaciones públicos –plazas, parques y estadios–. Como la mayoría de las obras han sido desarrolladas a partir de encargos públicos y se encuentran dentro o cerca de zonas populares de escasos recursos, estas son descritas principalmente a partir de su materialidad, del aprovechamiento de la iluminación y ventilación natural y de la posibilidad de brindar espacios públicos a la comunidad. En este sentido, si bien las estrategias discursivas apuntan a asegurar la viabilidad y pertinencia de las obras, destaca el hecho de que estas son presentadas como medios de transformación de la calidad de vida de los habitantes. En este caso la arquitectura es valorada según su impacto en la transformación del contexto donde se encuentra, tanto físico como humano. Y aunque solo existen dos obras construidas en Brasil dentro de las obras revisadas–y no son suficientes para transpolar sus particularidades discursivas al resto de la producción 182


CONCLUSION

de dicho país–, podemos al menos destacar el hecho de que ninguno de los temas utilizados para referirse a las obras destaca por sobre los demás, pues se nos habla del lugar, la estructura y el programa de manera entremezcladas en los párrafos. De hecho, los textos son más descriptivos que propositivos, es decir, la información presentada sobre las obras tiendan más a ser temas que discursos. A pesar de que estamos regidos por los casos seleccionados para esta investigación, no es irrelevante notar que a partir de los estilos discursivos ocupados en las justificaciones de las obras se puede conformar el tradicional imaginario de Latinoamérica al cual hacía referencia Fernando Pérez Oyarzún de finales del siglo pasado, en el cual coexisten precarias y densas ciudades e imponentes paisajes.4 En este sentido, la pregunta pertinente que debemos hacernos es, ¿esté es aún, ya en el siglo xxi, el imaginario latinoamericano que se desea transmitir al resto del mundo? La manera en que se nos presentan las obras apunta a que así es. No nos incumbe hacer juicios de valor entre las obras analizadas, pero no podemos dejar pasar el hecho de que esta diferencia discursiva en la región deja en evidencia al menos una cosa: los discursos ocupados –implícita o explícitamente– en cada uno de los países son justamente la herramienta que tanto los arquitectos autores de las obras como los críticos utilizan para valorar las obras de ese determinado contexto. Es decir, que podría esperarse una mayor valoración –y por ende recurrencia en publicaciones– de una obra construida en Chile que se encuentre a las faldas de la cordillera que de una centro comunitario construida en alguna de las comunas periféricas de escasos recursos de la ciudad de Santiago, pues independientemente de la calidad 4 Fernando Pérez Oyarzún, “24 obras de los 90 en Latinoamérica”, en 1er Premio Mies van der Rohe de Arquitectura Latinoamericana (Barcelona: Fundación Mies Van Der Rohe, 1999) 14. 183


de la obra, la primera refleja el paradigma conformado a partir de las publicaciones de lo que es la ‘arquitectura chilena’. Igualmente a un lector de una publicación de arquitectura podría sorprenderle el hecho de que en la portada de un número dedicado a la ‘arquitectura colombiana reciente’ se encuentre el proyecto de un hotel ‘boutique’ en Bogotá, pues nos hemos habituado a que ésta tiene su campo de acción en poblaciones de escasos recursos. A lo que queremos llegar es que las obras que se encuentran en Chile no son necesariamente elementos incrustados en el paisaje, que las obras que se encuentran en poblaciones o zonas de escasos recursos tal vez no sean máquinas de transformación social, las obras que incorporan dispositivos y/o materiales con certificaciones no son sustentables por eso, ni los espacios públicos por si mismos generan ‘vida urbana’. Como mencionamos al inicio de esta tesis, las obras por sí mismas no son esto. Lo que ha ocurrido en este caso es por medio de la reiteración sistemática de ciertos discursos en los medios de difusión de arquitectura hemos asumido la idea ‘particular’ de que la arquitectura chilena consiste únicamente en bellos objetos en el paisaje, que solo a partir de las obras públicas en barriadas es que se han mejorado las condiciones sociales en Medellín, Colombia, que la utilización de aparatos de iluminación led y dispositivos similares garantizan que una obra sea sustentable, o que la creación de espacios públicos por sí mismos mejoran la calidad urbana. ¿Y quiénes son los que han reiterado de manera sistemáticas estas ideas? A pesar de que hemos evitado prestar mayor atención a los emisores de los discursos detectados, no podemos dejar de destacar el hecho de que la mayoría de las obras revisadas fueron proyectadas por arquitectos emergentes o con no más de diez años de ejercicio profesional. Esto quiere decir que la mayoría de los discursos están siendo emitidos por una nueva generación de arquitectos regionales que tienen 184


CONCLUSION

las particularidades de conformar redes de trabajo –Plan:b, jprcr, Gualano + Gualano Arquitectos–, agruparse en firmas anónimas que eluden la arquitectura ‘de autor’ –Nitsche Arquitetos, spbr Arquitetos–, participar masivamente en concursos, talleres y publicaciones –Giancarlo Mazzanti, Mauricio Rocha–, acompañar sus propuestas por un potente y particular despliegue gráfico –Pezo von Ellrichshausen–, y desenvolverse igualmente tanto en la academia como en el ámbito profesional. A ellos se suma un grupo minoritario de arquitectos en plena ‘madurez’ arquitectónica y con dilatada trayectoria profesional –José Cruz Ovalle, Germán del Sol, Manuel Izquierdo, Antonia Lehmann– que siguen teniendo relevancia y presencia en las publicaciones. Todos ellos – como reflejo del resto de los arquitectos de la región– han conformado una manera ‘particular’ de valorar las obras de arquitectura a partir de la utilización operativa de discursos, y no por medio de las obras construidas, como solemos presuponer los arquitectos al momento de juzgar la práctica arquitectónica en la región. ¿Estábamos conscientes de esto, o no era algo tan obvio? A partir del análisis que hemos realizado pareciera que es obvio lo que estamos poniendo en evidencia, pero lo relevante es que esta obviedad no está siendo atendida por la disciplina con la importancia que amerita el caso. Pareciera que gran parte de la disciplina regional ha preferido refugiarnos en la referencia constante de los edificios como objetos en el paisaje en lugar de enfrentarnos por medio de ellos a la resolución de los problemas de las ciudades latinoamericanas en el siglo xxi. ¿Pero se trata solamente de sustituir unos discursos por otros? Si esto es así supondría continuar utilizando los discursos de manera operativa, pues se encauzaría su utilización nuevamente con la intención de destacar cierta producción arquitectónica por sobre otra. Los arquitectos deberíamos preguntarnos si este tipo de estrategias deben estar en coincidencia con el acontecer político, social o económico de la región –asumiendo 185


responsabilidades ajenas a la arquitectura–, o por el contrario limitándose exclusivamente a aspectos disciplinares. Mientras tanto, esta situación que hemos detectado en la escena regional durante los últimos quince años no solo parece que no cambiará en el futuro cercano, además se ha consolidado cada vez más en el contexto arquitectónico tanto regional. A menos que exista una coyuntura importante pareciera que este escenario no va a cambiar; por lo tanto probablemente sigamos refiriéndonos a la ‘arquitectura latinoamericana’ de la manera a la que parece habernos acostumbrado: construcciones sublimes dentro de la vasta naturaleza o edificios públicos dentro de densas barriadas. Pero si se llegara a presentar dicha coyuntura, ¿realmente los arquitectos latinoamericanos estamos dispuestos a variar las estrategias discursivas a las que nos hemos acostumbrado en el pasado reciente, e incluso, a plantearnos el problema de proponer discursos?•

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CONCLUSION

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_ Anexos

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_ANEXOS

Datos de las obras Universidad Adolfo Ibañez • Arquitectos: José Cruz, Hernán Cruz, Ana Turell y Juan Purcell. • Ubicación: Santiago. Región Metropolitana, Chile. • Año: 2002. Termas Geométricas • Arquitectos: Germán del Sol. • Ubicación: Coñaripe. Región de Los Ríos, Chile. • Año: 2004. Plaza Cisneros • Arquitectos: Juan Manuel Peláez. • Ubicación: Medellín, Departamento de Antioquia, Colombia. • Año: 2005. 189


Casa Poli • Arquitectos: Pezo von Ellrichshausen (Mauricio Pezo, Sofía von Ellrichshausen). • Ubicación: Concepción. Región del Biobío, Chile. • Año: 2005. Casa en Iporanga • Arquitectos: Nitsche Arquitetos Associados (Lua Nitsche, Pedro Nitsche, Joao Nitsche). • Ubicación: Iporanga. Estado de Sao Paulo, Brasil. • Año: 2006. Orquideorama • Arquitectos: Plan:b (Felipe Mesa, Alejandro Bernal) y jprcr (C. Restrepo, J.P. Restrepo) • Ubicación: Medellín. Departamento de Antioquia, Colombia. • Año: 2006. Parque Biblioteca España • Arquitectos: Giancarlo Mazzanti. • Ubicación: Medellín. Departamento de Antioquia, Colombia. • Año: 2007. Pabellón Pueblo Bolívar • Arquitectos: Gualano + Gualano Arquitectos (Marcelo Gualano, Martín Gualano). • Ubicación: Bolívar. Departamento de Canelones, Uruguay. • Año: 2007. 190


_ANEXOS

Edificio Cruz del Sur • Arquitectos: Izquierdo Lehmann Arquitectos (Luis Izquierdo, Antonia Lehmann) • Ubicación: Santiago. Región Metropolitana, Chile. • Año: 2008. Escuela de Artes Visuales de Oaxaca • Arquitectos: Mauricio Rocha. • Ubicación: Oaxaca. Estado Oaxaca, México. • Año: 2008. Casa View • Arquitectos: Diego Arraigada y Johnston Marklee. • Ubicación: Rosario. Provincia de Santa Fe, Argentina. • Año: 2009. Escenarios Deportivos • Arquitectos: Giancarlo Mazzanti y Plan:b (Felipe Mesa, Alejandro Bernal). • Ubicación: Medellín. Departamento de Antioquia, Colombia. • Año: 2009. Casa en Ubatuba • Arquitectos: SPBR Arquitetos (Angelo Bucci, Tatiana Ozzetti, Victor Próspero, Felipe Barradas, Lucas Roca). • Ubicación: Ubatuba. Estado de Sao Paulo, Brasil. • Año: 2009.

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Datos de las publicaciones Arkinka Revista editada en Lima, Perú por la Red Arquitectura – Arkinka desde 1995. www.arkinka.net ARQ Revista editada en Santiago, Chile por Ediciones ARQ desde 1980. www.edicionesarq.cl Arquine Revista editada en Ciudad de México, México, por Arquine desde 1997. www.arquine.com AV Monografías: Latin America 2010 Número especial de la revista editada en Madrid, España, por Editorial Arquitectura Viva en 2009. www.arquitecturaviva.com BAL Catálogos de las Bienales de Arquitectura Latinoamericana editados en Pamplona, España, por Grupo de Investigación AS20 desde su primera edición en 2009. www.as20.org/bal/

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_ANEXOS

BIAU Catálogos de las Bienales Iberoamericanas de Arquitectura y Urbanismo editados en Madrid, España por Ministerio de Fomento del Gobierno de España desde su primera edición en 1998. Ciudad y Arquitectura Revista editada en Santiago, Chile, por el Colegio de Arquitectos de Chile desde 1968. www.revistaca.cl/webca/ De Arquitectura Revista editada en Santiago, Chile, por la Universidad de Chile desde 1990. www.revistas.uchile.cl/index.php/RA Escala Revista editada en Bogotá, Colombia, por Casa Editorial Escala desde ¿??? www.revistaescala.com Freshlatino Selección de oficinas de arquitectura de Iberoamérica realizada en Madrid, España, por Instituto Cervantes en 2009. cvc.cervantes.es/artes/freshlatino/

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Nuevo Diseño Revista editada en Santiago, Chile, por Nuevo Diseño desde 2002 a ¿??? Projeto Design Revista editada en Sao Paulo, Brasil, por Editorial Arco desde 1996. arcoweb.com.br/projetodesign Pulso 2: Nueva Arquitectura en Latinoamérica Libro editado en Santiago, Chile, por Constructo en 2014. constructo.cl/ Summa+ Revista editada en Buenos Aires, Argentina, por Donn Ediciones desde 1990. www.revistasummamas.com.ar/ 2G Dossier: Iberoamérica Arquitectura Emergente Número especial de la revista editada en Barcelona, España, por Editorial Gustavo Gili en 2007. ggili.com/

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_ANEXOS

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Montaje defensa de tesis Sal贸n Sergio Larra铆n. Campus Lo Contador. Lunes 2 de noviembre de 2015, 15.30 hrs.

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3

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_ANEXOS

1. Levantamiento y representación de información. Muestra de la compilación de la bibliografía de las 13 obras analizadas en la investigación y gráfico sobre los adjetivos, temas y discursos utilizados en dicha bibliografía.

1

2. Presentación. Revisión de los discursos ocupados recurrentemente en la justificación de las obras de arquitectura reciente en Latinoamérica.

3. Cierre. Obsequio de colección de 7 fanzines temáticos con el contenido de la investigación. 197


_ Bibliografía

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