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1. El Carácter Cristiano
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1. EL CARÁCTER CRISTIANO
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Gálatas 5:22-26
¿Cuáles son las marcas distintivas del Cristiano? ¿Qué es lo que determina a un verdadero discípulo de Jesucristo? Nuestro Señor nos dio una simple respuesta a todas estas preguntas.
El dijo en Mateo 7:16-20: Por sus frutos los conoceréis, ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis.
Jesús nos enseñó que la manifestación externa de la vida de una persona da una representación inconfundible de su condición interna, ya sea mala o buena. Como un árbol puede ser conocido por sus frutos, otros pueden saber (y también nosotros), nuestra relación con Dios, simplemente viendo nuestras propias vidas. La suma total de lo que verdaderamente somos se refleja en lo que decimos y hacemos. Nuestras palabras y hechos son una señal externa que revelan a todos los demás nuestro carácter interno.
El Árbol y sus Frutos
Las obras de la carne y el fruto del Espíritu (Calatas 5:19-23) pueden ser representadas por frutos de dos diferentes clases de árboles: uno dando buenos frutos y el otro dando malos frutos. El árbol de la carne da toda clase de fruto malo. El árbol del Espíritu da varias clases de buenos frutos.
a. Un Árbol Malo da Malos Frutos
Nuestra vieja naturaleza, sin Cristo, era incapaz de producir buen carácter, al Igual que un árbol malo es incapaz de producir buen fruto. En contraste total al fruto del Espíritu se encuentran las obras de la carne. Porque sus obras son un resultado del estado caído del alma, la carne exhibe los siguientes vicios:
Y manifiestan son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
b. El Buen Árbol da Buenos Frutos
El buen fruto que da el buen árbol son: Honestidad, dominio propio, confianza, ser laboriosos, generosos, palabras limpias y de edificación, ternura, perdón, amor y pureza. Otra Escritura que nos exhorta a dar buen fruto en nuestras palabras se encuentra en II de Tesalonicenses 2:16-17: Y el mismo Señor Jesucristo...os confirme en toda buena palabra y obra.
ii. Buenas obras - Hacer cosas que edifican. Tito 3:8, Calatas 6:9-10 y Colosenses 1:10.
El Fruto Del Espíritu
La Biblia dice, “...porque el fruto del Espíritu es en toda bondad, justicia y verdad…”. (Efesios 5:9). Pablo nos dice, “Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu”. (Gálatas 5:25).
Esto es, si profesamos tener una vida espiritual, debemos poseer en nuestro caminar con Dios, virtudes que caracterizan a un hijo de Dios. Gálatas 5:22-23 dice, “...Mas el fruto del Espíritu
es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza…”.
Consideremos cada una de estas características de Dios:
1. Amor (Griego: Caridad)
El amor es un deseo intenso por agradar a Dios y hacer el bien a nuestro prójimo. De tal manera amó Dios...que ha dado. El verdadero amor siempre conlleva darse en sacrificio para Dios. 2. Gozo (Griego: Felicidad)
Gozo es el regocijo y triunfo de un alma al recibir el conocimiento de que sus pecados han sido perdonados y ahora tiene esperanza de vida eterna. Es la felicidad de bendición que se ve en el rostro radiante y sonriente de un Cristiano que ha nacido de nuevo. 3. Paz (Griego: Tranquilidad)
Tranquilidad y una certidumbre de paz. Es el estado calmado de un alma que ha recibido el contentamiento que el Señor trae. 4. Paciencia (Griego: Sufrido)
Cuando consideramos la misericordia y paciencia de Dios hacia nosotros, se hace mucho más fácil soportar los fracasos y provocaciones de otros. También aprendemos a aceptar las circunstancias y problemas difíciles de la vida sin quejarnos. 5. Benignidad (Griego: Benévolo)
Esta disposición tierna e inofensiva se muestra - en el Maestro - en su tierno trato con la gente. Ser amable, cortés y afable es lo que hace que una persona sea alcanzable. 6. Bondad (Griego: Calidad de Bueno)
En el corazón de una persona llena del Espíritu Santo, crece un deseo de hacer el bien a los hombres. Se reconoce cuando alguien se sale de su camino por hacer algo que beneficie a otro. Debemos hacer el bien a todos: especialmente a nuestros hermanos y hermanas en la fe. 7. Fe (Griego: Fidelidad)
Esta Fe se distingue de la fe salvadora y el don sobrenatural de fe, porque esta Fe tiene que ver con ser digno de confianza, ser leal, ser honesto. Una persona que es fiel cumple sus promesas, es responsable y sus deberes los hace bien y a tiempo. 8. Mansedumbre (Griego: Humildad)
Esto significa ser manso y tener un buen balance de temperamento y paciencia cuando se trata de daños y sufrimientos. Es lo opuesto a la ira y a la venganza. 9. Templanza (Griego: Dominio Propio)
Templanza tiene que ver con auto-gobernarse y moderación. Especialmente se refiere al control de pasiones sexuales. Esto incluye moderar todos los hábitos y emociones negativas.
Podemos dar buen fruto espiritual permaneciendo en Dios. Nuestra productividad depende totalmente de nuestra unión con Dios.
Juan 15:4-5 “Permaneced en mi, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros ¿os pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mi nada podéis hacer”'.
Llamados a Dar Buen Fruto
Dios requiere de nosotros que demos buen fruto. El es muy paciente y hará hasta lo imposible por asegurarse que seamos productivos. No obstante, si no damos buen fruto después que él continuamente ha tratado de ayudarnos, seremos “cortados” .
Lucas 13:6-9 “Dijo también esta parábola: Tenía un hombre una higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. Y dijo el viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? El entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y ni diere fruto, bien; y si no, la cortarás después.” Mateo 7:19 “Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.”
Si damos fruto, el Señor cuidadosamente nos limpia para que llevemos más fruto.
Juan 15:2 y 6 “Todo pámpano que en mi no lleva fruto, lo quitará; y iodo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto...” “El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.”
Una Buena Cosecha
El Apóstol Pedro nos da una lista de cosas que progresivamente podemos añadir a la “tierra” de nuestra experiencia con Dios. Estos “fertilizantes espirituales” han sido garantizados por Dios para dar buen fruto.
II de Pedro 1:5-8 “Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.”
1. Fe (Confianza) 2. Virtud (Excelencia moral) 3. Conocimiento (Entendimiento) 4. Dominio Propio (Control) 5. Paciencia (Estabilidad) 6. Piedad (Devoción) 7. Afecto Fraternal (Amor a los hermanos) 8. Amor (Bondad)