LECCIÓN 4
LA VIDA CRISTIANA 1. EL CARÁCTER CRISTIANO
Gálatas 5:22-26 ¿Cuáles son las marcas distintivas del Cristiano? ¿Qué es lo que determina a un verdadero discípulo de Jesucristo? Nuestro Señor nos dio una simple respuesta a todas estas preguntas. El dijo en Mateo 7:16-20: Por sus frutos los conoceréis, ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos. No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos. Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego. Así que, por sus frutos los conoceréis. Jesús nos enseñó que la manifestación externa de la vida de una persona da una representación inconfundible de su condición interna, ya sea mala o buena. Como un árbol puede ser conocido por sus frutos, otros pueden saber (y también nosotros), nuestra relación con Dios, simplemente viendo nuestras propias vidas. La suma total de lo que verdaderamente somos se refleja en lo que decimos y hacemos. Nuestras palabras y hechos son una señal externa que revelan a todos los demás nuestro carácter interno.
El Árbol y sus Frutos Las obras de la carne y el fruto del Espíritu (Calatas 5:19-23) pueden ser representadas por frutos de dos diferentes clases de árboles: uno dando buenos frutos y el otro dando malos frutos. El árbol de la carne da toda clase de fruto malo. El árbol del Espíritu da varias clases de buenos frutos. a. Un Árbol Malo da Malos Frutos Nuestra vieja naturaleza, sin Cristo, era incapaz de producir buen carácter, al Igual que un árbol malo es incapaz de producir buen fruto. En contraste total al fruto del Espíritu se encuentran las obras de la carne. Porque sus obras son un resultado del estado caído del alma, la carne exhibe los siguientes vicios: Y manifiestan son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. b. El Buen Árbol da Buenos Frutos El buen fruto que da el buen árbol son: Honestidad, dominio propio, confianza, ser laboriosos, generosos, palabras limpias y de edificación, ternura, perdón, amor y pureza. Otra Escritura que nos exhorta a dar buen fruto en nuestras palabras se encuentra en II de Tesalonicenses 2:16-17: Y el mismo Señor Jesucristo...os confirme en toda buena palabra y obra. 33