esta rabia oculta

Page 1



esta rabia oculta pablo otero 2021


Edición para lectura libre en medios digitales Propiedad de los textos Pablo Otero Portada Pablo Otero Edición Julio 2021


PANDEMÓNIUM En la retina los silencios de un paseo lento y oscuro, donde la memoria lleva a una calma indescifrable. En la retina ojos moribundos sin consuelo ni familia. En la retina rabia creciente, insumisa por el inmenso vacío que acompaña. En la retina gritos mudos, hogares en derrumbe. En la retina, bozales que agrietan las palabras y sus significados, bozales que arrebatan sonrisas y dejan a la imaginación todos los gestos más improbables, bozales que someten, bozales que aprietan desesperados las ansias, bozales que impregnan de óxido los besos espontáneos que ya jamás existirán y, quién sabe sin con su ausencia, no hieran eternos la memoria. En la retina millones de ataúdes sembrados a las lindes de los ojos de la avaricia. Hay tiempos que la historia para sí amordazar debiera, tiempos baldíos a los hombres que no entienden de enseñanzas, tiempos de cosecha perdidos en los archivos de la arrogancia. En la retina, al cabo, una indolente sensación de pausa desesperación duelo y amnistía.

esta rabia oculta

5


Imaginad el verso como una horca anclada a las palabras de los clásicos y al tiempo, como nudo la arrogancia, el ego, la posteridad, sobre nuestro cuello el caos, meros escribas, papel de cebolla bajo nuestros pies, y un traspiés predestinado desde la osada primera palabra.

6

pablo otero


No todas las respuestas tienen una pregunta. No siempre los miedos provienen de las tinieblas. Las aguas no son solamente dulces o saladas. Las palabras mienten, los ojos mienten, las bocas mienten. El placer proviene de la física, nunca de la química. Dios únicamente se creó a sí mismo, soberano de la lírica. Llama cultura a lo que te mantenga despierto, de no ser así, no existe, entretenimiento baldío; prescindible. Existe el mal, en todo, un gorrión puede ser un asesino, un árbol puede ser un asesino, todo hombre es un asesino. Todo es refutable, todo argumento nulo.

esta rabia oculta

7


Siguen intactas aquellas cartas, intactas. Azules y verdes, con sus azules y verdes sobres, con restos de la piel de tus dedos aún, con tu aliento aún, y quizá algún cabello tuyo perdido entre sus pliegues, rubio y corto entre sus pliegues, rebeldes y curiosos, como no podía ser de otra manera. Intactas siguen aquellas cartas adormecidas de tiempo y de nostalgia. Basta saber que siguen ahí en el rincón junto a los libros, espiando cada mudanza cada habitación cada poema cada nueva mujer que aparece en mis venas. Ahí siguen intactas, cada palabra cada gesto, cada anhelo y esperanza de tiempo imberbe, cuando se nos iba la vida en deseos de abrazos en lo alto de aquel acantilado verde pintado por mí con palabras orgullosas. Intactas

8

pablo otero


cartas, caricias y vientos y silencios. Intactas las cerezas; incorruptas.

esta rabia oculta

9


No negaré que hay noches de celo contenido en mí como boca de culebra enredando en los pliegues radiales de mi noria. No negaré los suburbios por donde caminé descalzo. No negaré las noches de navajas, ni las interminables horas de rabia. No negaré al amor por mí dañado. No negaré la culpa, la apatía y los silencios; silencios que fusilan y a los que estoy amarrado de por vida; no lo negaré. Ni los vacíos de la memoria, las sombras de la memoria, las dudas de la memoria. Tampoco el espacio inconcluso que jamás llegará a ocuparse, ni las manos calientes que ya no abrazarán noches de somier callado y frío. Y son estas, estas horas de silencio ácido y baldío, estas horas de aberrante insomnio donde otro hace del amor consuelo o avaricia, el dolor que más duele, por culpable insensato e inmenso.

10

pablo otero


Es tu boca un calendario sordo de gramíneas turbadas e incorregibles gramíneas por las que se expande la arquitectura de tu tiempo. Es tu boca el silencio más atroz y verdadero, el existir tangible de todo lo pasado y venidero. En tu boca suenan a huracán las palabras y oteo las maravillas de una batucada de respiraciones, en tu boca. Callas y tu boca es certeza y deseo. Callas y es tu boca parsimonia de horizonte calmo y sin tiempo. Y es tu voz, serena y despiadada, pájaro minúsculo que todo lo despierta. Tu voz, tu boca, tus labios, y ese beso milagro que despierta todo lo demás.

esta rabia oculta

11


¡qué mayor está!

(a Francisco Brines)

susurrábamos mientras el poeta, detrás del hombre, recorría lentamente el pasillo que le habría de llevar al escenario, donde unas sillas de corte modernista le darían momentáneo descanso. Atentos una cuarta parte del teatro -no másesperábamos impacientes la oratoria y algún que otro poema en boca del hombre cansado. Elocuente y encendido da al lector la importancia debida al poema. Se deshace de la cadena del verso que la mano libera e impone desprendimiento como penitencia humilde de poeta sabio. Así el tiempo pasa inconsciente entre silencios debidos y aplausos sinceros, así deshace el camino lento y cansado el poeta desmigajado. Una cuarta parte

12

pablo otero


-no máslo mira irse como un dios accesible, llano. Después, Cervantes se acordaría de él y tal vez -solo tal vezllenase el teatro, (teatro de vanidades este que rezuma aplausos solo al calor del dólar o la banda de miss universo)

esta rabia oculta

13


...y es entonces cuando me doy cuenta que la vida es eso que los demás relatan con añoranza, y jamás vivieron.

14

pablo otero


No tú no yo no él

de nadie el agua del río ni la plata, ni la bellota, de nadie el susurro, ni el azahar. Ni luz ni sombra tienen pertenencia. Ni siquiera los roces de nuestros cuerpos, ni la ribera donde amanecernos, ni siquiera. Ni de ti los lagos, ni de mí las piedras que hacer hogar, ni el hogar siquiera me es propio, no lo quisiera. Ni de él las ruinas de jinetes pálidos, ni las conquistas, ni las maneras, tal vez la sangre, la derramada sí, sí le perteneciera. Ni el horizonte, ni las nieves, ni los gusanos siquiera que se esparcen entre los juncos o entre los mármoles como cipreses propiedad tienen, no lo quisiera. Ya amanece lento y el volcán su lava derrama abajo ladera, todo lo cubre de azabache, azabache y oro. Aprender a volver a desandar a caminar descalzos un camino olvidado por la inmediatez y la prisa. esta rabia oculta

15


Aprender a ver al que no vimos al que, como ráfaga, apenas miramos, a lo que perdimos por ciegos y bobos. Cuánto no vivimos aferrados al atavismo de la indolencia, cuántos vestidos de fiesta perdimos en los susurros de los necios y malintencionados carroñeros de la envidia. Aprender humildes el desafío de la memoria. Aprender humildes el perdón no es suficiente, no lo es el acto de contrición, no lo es. Aprehender el vacío y desmigajarlo en el tiempo impreciso de los ayeres como polvo de oro que hiere fiero el yo más sosegado, el yo más humilde.

16

pablo otero


No despierto al amor como al amor debiera pues de tan austero soy decrépito, y de tan ansioso, melancolía de sombras. No despierto al amor como el amor se mereciera, mi rabia es un pupitre de niño travieso y pueril, calzo zapatos descosidos por el viento y mis olivos me gritan que siga, aún torcido. No despierto al amor como el amor quisiera pues me faltan alisios y me sobran cerezas, me falta piedad y me sobran modales. Ante campo minado huir no es alternativa y, desfigurado, sigo echando boletos al destino. No despierto al amor, sigo dormido en tiempos de arquitectura pedestre y mi caminar es el de los minotauros ciegos y pálidos.

esta rabia oculta

17


Conduciendo en la noche -noche de tinieblasson las luces rojas -de aviso y precauciónde quien me precede camino y calma certidumbre espuela solsticio rumbo que certifica y sostiene. Conduciendo en la noche busco luces rojas que me apacigüen.

18

pablo otero


Es ausencia la nuca omnipresente el vacío lento que lento llena la existencia, el océano calmo, la montaña silenciosa que de silencio llena y sucumbe. Es ausencia el recuerdo, la nostalgia, el velo que olvida y el olvido que duerme en la conciencia. El padre, la madre, son ausencia que trae la noche en noches de duelo y furia. Es ausencia todo y todo acaba por ser ausencia. (a Carmen Gc y familia)

esta rabia oculta

19


Maldigo a quien me enumera a quien marca en mi brazo su odio, la cifra que no me define, los dígitos que pretenden dirigir mi rumbo. Maldigo la nómina que me significa clase, el kilómetro que asume mi final, la edad que presume mi inocencia. Guarismos que controlan mis pasos, mis pagos y mis deudas, patrones que me hablan de ti como posibilidad, como acierto o fracaso, vaticinio de éxito o destierro de conocimiento. Símbolos de adulación, filiación, consumo y miedo. Maldigo los coeficientes que me dividen. Maldigo los porcentajes, las ecuaciones los débitos, los hábitos y las frecuencias. Carencias de humanidad. Controles de duelo. Allí donde no estoy me buscan. Allí donde no soy me encuentran.

20

pablo otero


ARQUITECTO Mira en sí, descarta lo inútil, se deconstruye y se vuelve a construir cada noche. Mira en sí, ve más allá; mapas invisibles donde catedrales de piedra se sumergen en abismos inflexibles al duelo, dólmenes bajo el liquen suave y lúcido del tiempo. Mira en sí, sus escombros se erigen techos, hogares donde el cálido es refugio, sosiego o paradigma de hermano, donde la ceniza se hace fénix y se esparce maná o abono; semillas de íntima conquista, rezo exigüe de patrón humillado. Es arquitecto se mira en sí se halla entregado se halla solo se halla sin miedo.

esta rabia oculta

21


De perfil como ninguna sabe quitarse ella sola las braguitas. Lenta segura inocente. Como el sol de lenta como el jaguar de segura como la paz de inocente. Ella que te mira fija mientras lleva su pecado a tu boca. Y ahí en ese instante mientras sus pezones lentos surgen duros en ese instante cuando su pubis congestiona tu sexo y su trasero aniquila

22

pablo otero


t u voluntad en ese instante sus muslos son anticipo de yegua desbocada su espalda duna ardiente y su pelo filos asesinos de guitarra. Lento el giro total que desarma los complejos la completa semejanza con las diosas olímpicas que embarcan sin remedio al desastre del placer más febril que mil pandemias.

esta rabia oculta

23


Yo he leído a poetas que vosotros jamás creeríais. Versos en llamas más allá de cualquier duelo. Silencios como rayos sumergidos en tinieblas más oscuras que las más oscuras palabras. Poetas moribundos implorando gloria a la Puerta de Venusberg. Todo se perdió como se perdieron las amazonas de Ares. Es hora de morir.

24

pablo otero


Si escribo es, más que nada, para que no se me pudra el mundo dentro.

esta rabia oculta

25


Surge de cada nota vestida de noche de noche y Eros agita la cópula como coctelera de orgasmos inaccesibles. Asíelpentagramasedeshacellorando.

26

pablo otero


Elegía los libros por las portadas. Mal hecho, se decía cada vez que se acercaba a alguno, mal hecho, pero una portada era como una puerta de una casa a la que te invitan a entrar. Nadie entra a una casa con una entrada fea, desagradable o vieja. Sabía que no era del todo cierto. Cuántas casas con entradas nobles la habían defraudado. Muchas. Y en cuántas más humildes había sentido el calor y se había sentido confortada, muchísimas. No obstante, seguía con ese mantra cada vez que se enfrentaba a la portada de un libro y éste le decía, ven, acércate, te llevaré lejos. Al final era la intuición quién mandaba, pero la impronta de la primera impresión quedaba ahí, como un estigma que condicionaba los primeros pasos.

esta rabia oculta

27


Le miraba como miran los caimanes a su presa; y él seguía y seguía recitándole poema aburrido tras poema aburrido. Él durmió solo aquella noche soñando con el poema perfecto, ella no.

28

pablo otero


PRIMUM NON NOCERE* Dónde se esconde la palabra en momentos de duelo. Dónde la necesaria inquietud de lo inaccesible, de lo acabado, de aquello que hace vuelos de astucia en los márgenes. Dónde se esconden los gestos de concordia, el recíproco sosiego del respeto, el humilde proceder de las miradas sin miedo. Nada. No hay escape. No hay tablas en este juego de solvencias infantiles. No queda amor dónde amor nunca hubo, ni dolor pequeño que no dure un siglo. *Lo primero es no hacer daño después pedir perdón y abatir las alas, retirarse humilde con la conciencia limpia y el dormir sereno.

esta rabia oculta

29


REBELDE SIN CAUSA Dame a comer cerezas, madre, cerezas hermosas, y que su jugo manche mi boca, mis manos y la camisa blanca de domingo. Que de mis orejas cuelguen, como niños chicos, que ya la vida... Que mis ojos sean rojos de cólera e incendio, cerezas como balas de cañón a los imbéciles, que sean granadas de racimo para poderosos. Madre, cerezas brillantes que sacien bocas humildes, que sacien la necesidad de otros que somos. Y qué cerezas, madre, que cerezas, como pechos de nodriza, madre, no te exagero.

30

pablo otero


¿Dónde la sensatez? hoy no, tal vez mañana, tal vez nunca. Panoplia contra el desvelo, sensatez. La locura fluye, sin embargo, como descarrío entre las venas que circundan, camino hacia el fuego circular como un autómata como una virgen de mil cópulas. ante el abismo, un vuelo salmódico sin fin bajo mis pies de barro. ¿Dónde la sensatez? un enésimo juicio dicta lo previsto, el eterno dilema, la eterna duda, la eterna sensación pleistocénica de vacío. ¿Dónde la sensatez? mil veces dónde, mientras el empeño por la destrucción brinda en copas de champagne con cianuro. Las horas no tienen tiempo. tiempo sin horas. energía sin tiempo. voz sin energía, muda sensatez aclamada. Sensatez que aplana el comportamiento, que reduce a la mínima expresión el ser, ínfima partitura para un desgarro inmenso. ¿Dónde? sin la ciénaga todo lo cubre y es ahogo.

esta rabia oculta

31


Regresan todos: los viejos amantes los malos miedos los malos modos, los viejos presagios, todos a turbar las noches de los tiempos caducados. Regresan como cínifes en lo oscuro de las cunas de viejo, como molestos chinches con aguijones de recuerdos. La añoranza, el remordimiento, el pecado, como trompetas anunciando sepelio Inminente. Los viejos amantes llegan ahora a la luz del día -quien lo diríacon coche familiar, canas y adolescentes recelosos. Los ex, con sus escudos de óxido buscando una respuesta que ya fue olvidada, un perdón jamás ganado, una excusa, una disculpa, o en el mejor de los casos, una explicación enquistada y tardía. Llegan de golpe las noches veladas a la furia de los sinsentidos, las noches de rabia por las culpas propias o ajenas, las noches de despecho, las noches de llanto, las noches de duelo, las noches, las noches, las noches. Todos regresan como una miscelánea de gestos casi olvidados

32

pablo otero


para recordarnos lo pobres y cobardes que fuimos. Regresa también algún que otro momento placentero algún miedo derrotado alguna lágrima en su sitio algún perfume que dio resultado imprevisto. Como medias sonrisas llegan, melancólicas ellas, pero pocas, pocas, muy pocas, en un calendario con demasiadas casillas en blanco, yermas, inútiles. Así de advenedizo y en la noche llega el insomnio para rematar de la vida lo inútil.

esta rabia oculta

33


Les hace hablar el viento en la quietud, gigantes arrogantes, mostrando el tiempo conquistado, el tiempo preciso de siglos. En la quietud portadora de viajeros, pasando imberbes como hojas caducadas, fáciles desquites de un tiempo sin tiempo, y en su quietud devoradores de ceniza. Solo el viento cuenta hace que cuenten que hablen en el vaivén lo que solo podrán oír los que se siembren con ellos, para ellos, por ellos, desnudos de todo.

34

pablo otero


¿QUIEN SABE? Cómo se olvidan los destinos sucedidos cuando son naufragio y pérdida. Cómo, si el ahogo revienta las arterias y solo se recuerda el paño sucio, raído y extenuante de lo amado. Al fin y al cabo, querámoslo o no, son el frágil imperdible que une a seres rotos, frágiles y perdidos. Cómo se olvida el fracaso, el tiempo perdido entre migrañas. Duelos que son pérdida de tiempo. Nunca se olvida, ni el tiempo es capaz, [falacia], vuelven los fantasmas a su antojo sin importar daño ni momento. Un paso adelante es la daga que el corazón agradece. Un paso adelante y que los necios rabien.

esta rabia oculta

35


REVOLEAR El círculo perfecto que conlleva el exacto fluir de los vencejos, la llama que el viento jamás apaga, la lluvia que jamás cesa a pesar del fuego. La mano que coordina el incesante trajín de la aritmética, el siseo natural de la conjura, la carne que ejercita la locura, el vuelvo que es lanzado a las estrellas con el firme propósito de enmienda. Tangente al último suspiro el deseo se coordina nostalgia, y es el revoleo paradigma de sol y de universo en afán de consistencia, cuerpo y alma con los difuntos que viajan eternos dentro. Como el febril batir de las polillas.

36

pablo otero


Esa sinrazón que de la noche al día te hacer tener su nombre pegado a tus labios. Ese descontrol neuronal que te hace atrapado al desconcierto. Todo es detenido, carente de importancia. Esa sinrazón que promueve la urgencia; horas detenidas en un tiempo debatido. No hay serenidad donde hay tanta dicha, ni nombre que nombre su advenimiento, ni canto que colme, ni verso que iguale su llegada. Espejo púrpura donde arrinconar los miedos, baranda donde nace el precipicio y el vértigo. Ya todo corre prisa, nada es concedido a la razón, todo es urgencia, bebedizo límbico a beber de un trago, emborrachado el subconsciente con la razón del loco descalzo. Es el poder que a nada iguala, asfixia sostenida que adormece al ayer pálido. Conseguidor de sueños desterrados. Voy a comerte la boca, noche, tú, que sabes de lo que hablo.

esta rabia oculta

37


hada verde qué espero entonces? si bajo las ruinas un hombre cae a un abismo de roles indolentes. qué espero entonces? un despertar de mutilados con sus hachas de vísceras sangrientas? un hombre lee, a la luz esquiva de un viejo candil, destartalado y sucio. un hombre escribe versos de conciencia con manos temblorosas y olor a azufre. qué espero entonces? qué veré crecer bajo mis uñas? qué monstruos saldrán de mis entrañas? por qué los contemplo como dioses? hada verde, ven a verme y arranca de cuajo los testículos a tanto embaucador y tanto viejo, ven a orear las mieses tanto tiempo almacenadas en templos de codicia. un fariseo lee un fariseo escribe un fariseo recita un fariseo escucha absorto. qué espero entonces?

38

pablo otero


En esta eternidad de prisas y volúmenes kilométricos, es revolución contemplar por contemplar. El silencio estalla y los oídos sangran. Mece el viento lo milenario, y el terciario es hoy. Los ecos del saurio aún brotan en algún rincón de la ciénaga. La caliza sobre la que se asienta el trasero fue refugio de un oteador mamífero en busca de descanso tardío. El hielo habría de cubrirlo todo más tarde, ya anochecido. Rumores de caballos febriles, de gentiles hombres de hojalata y barbudos lanceros salvajes cenaron aquí en tiempos. Se araron estos campos con el sudor gris del hambre y la necesidad. Y así el tiempo añade muesca tras muesca a un lienzo negro. Y así el esperma de hijos venideros lo cubrirán todo de virus infectos. Ellos seguirán su curso con el latido de otro cataclismo en sus entrañas. El árbol, la roca, el río, la tierra, el fuego. Y el viento sigue hablando y contando lo viejo, cada noche, para que nadie olvide. Para que nada se olvidé.

esta rabia oculta

39


SE DEJA DE QUERER ¿Y por qué se deja de querer? ¿Y cuándo, y donde se deja de querer? En qué instante el dolor, el duelo, la nostalgia. En qué momento la deriva, el naufragio. Por qué, si la felicidad se nos salía de la casa. Cuándo las miradas se desviaron. En qué instante nos dio vergüenza pasear agarrados de la mano. Cuándo dejamos de mirarnos a los ojos y compartir nuestras vergüenzas. La hora, el minuto, el segundo en que dejamos de correspondernos. Por qué se volvió todo al revés si estábamos hechos el uno para el otro. Cuándo los poemas se volvieron indóciles, el amor empalagoso y la cama sedienta. ¿Te acuerdas? Las risas, los enfados, las reconciliaciones. Las tontunas de enamorados, que decían. Los largos paseos, la familia, los niños. ¿Te acuerdas de los sueños? ¿En qué quedaron, donde se fueron? ¿Y los besos? Cuándo se paró nuestra lengua, dónde se escondió, en qué otra boca fue a parar.

40

pablo otero


Y nuestros sexos. Por qué reencontraron sus vergüenzas, Por qué dejaron de mostrarse si tanto se deseaban, si tanto se atacaban. ¿Dónde los sudores, los cueros, las salivas? Dónde los abrazos, los insomnios, las horas sin medida, sin lugar y sin tiempo. Dónde el deseo, en definitiva, que desquiciaba a los envidiosos y a los necios. Habrá un lugar, digo yo, donde todo eso quede. Un tiempo, un espacio, un cajón desastre. Un mar lleno de llaves, que otros encuentran y hacen suyas. Un mar de melancolías y tristezas. Un poema ñoño, ñoño y triste, este, que agradece lo vivido y su compañía inmerecida.

esta rabia oculta

41


LAS INTUICIONES esas patrañas que la razón pone al servicio de la incertidumbre. falsedades en un limbo de torturas. paradigmas infinitos de orfandad y juicio. Extraños convencimientos en la hondura de los locos. paseantes del vicio, cuadraturas de círculos viciosos, estrambotes de un final suicida. ellas viles, falsas, crueles. pero cuando aciertan…

42

pablo otero


Se ha detenido el tiempo El viento calló su voz de serpiente. Guardaron silencio árboles y pájaros. Los cometas cesaron por un instante su vuelo. Hasta los dioses pararon su hormigueo cerebral en consonancia. El hombre perdió costumbre y bajo la mirada. Y ahí, entonces, el eco preciso y lejano de los hombres humo, hablo de lo que no.

esta rabia oculta

43


Que la poesía nos salve de la poesía, que el futuro sea hoy, y que mañana cante otro gallo. Que si he de mirarte sea siempre dentro, y si has de mirarme que sea mi pasado quien hable, nadie más. Que las palabras sean siempre música, los labios pasión, y los besos aullido. Que todo lo demás suceda como suceden los cantos de los pájaros: hoy aquí, mañana allá, y los adioses tranquilas despedidas sin duelo, sin cárcel.

44

pablo otero


Las horas amantes, esas que te tomas o te llegan para hacerte sentir que eres parte de lo más lúcido de algo inexplicable. Los instantes precisos, colocados en tiempos precisos, donde lo detenido surge de la nostalgia. Los amantes, adoradores ingenuos de un cosmos sin culpas ni trapecios. Burbujas donde el ahora es detenido no existe eternidad ni refugio y la voluntad ni se compra ni se vende. Y así, en ese silencio que no admite otro presente se confunden deseo y miedo.

esta rabia oculta

45


Veo pasar mis versos como dejo pasar el agua con el convencimiento de que no me pertenecen de que jamás me pertenecieron de que vienen de muy arriba, un lugar al que no ascenderé jamás, y se van de mi con la orfandad de lo desconocido. Y es, a la vez, lo más triste y más hermoso que pueden darme.

46

pablo otero


Nada de lo que ya diga ha de borrar de la memoria los días. Nada hará súbito traer al presente la arquitectura exacta del tiempo pasado. Nada permanecerá insensible al recuerdo, con la misma intensidad, el mismo celo. Vendrán al presente como hermosos visillos aún el infortunio y la desdicha, pues el ayer es, ante todo, tiempo pasado de futuro, tiempo despreocupado y juventud eterna. Vendrá el ocaso y con él, irremediablemente, la noche del silencio y el rezo. Nada tendrá ya la importancia primera, nada será virgen, nada vehemente. Comeremos el pan endurecido, el vino en amargura, el pescado ácido. Y será el báculo nostalgía, y será, la palabra, fogueo y salva. Pero quizá no, quizá todo eso sólo sean cuentos de viejos románticos, y el cuerpo nos siga pidiendo alcohol y sexo, y amor y revolución hasta el instante último. ¡Carallo!

esta rabia oculta

47


YO QUÉ SÉ Decirme contradecirme desdecirme ser, sustituirme, obligarme y maldecirme estar, no estar, yo qué sé. Ser nada y ser todo, palidecer a la dicha ajena y enrojecer a la propia, volar un instante y estamparme en el asfalto seguidamente. Volver, revolver, acicalarme, dormirme, despertarme, dormirme, despertarme, dormirme, despertarme, yo qué sé. Eso soy, en eso ando.

48

pablo otero


Se llamaba Gloria y era de Pedernales de caoba su pelo todo, blanca como lechuza blanca. El pico de carretero, las piernas como una garza, por manos dos lienzos sucios, pecho liso, ojos de gata. Por rostro por rostro todos los pesares juntos encendidos en una llama. Se llamaba Gloria y vendía, bendita, pañuelos en la Gran Vía. Vendía a euro, aunque nadie la veía. Vendía, digo, para las lágrimas lágrimas que no tenía. Era “la Gloria”, “la de Pedernales” la de la Gran Vía, la del pelo caoba, la que nadie veía. Se “la llevao” la bruja de los virus verdes y nadie “santerao” en la Gran Vía.

esta rabia oculta

49


TRÁNSITO DE PÁJAROS A LA ESPERA Era, de niña, la ausente, como Eneas, hui de la ruina que me pertenecía. Voy a los días; todo es duelo. Vengo de pasear por el jardín de las tortugas; me vi tan vieja. Cómo no amar esta lánguida placidez que me acontece. Llega el frio a esta carne y a estas ideas, nada tengo que ocultar, estoy vacía. Miedo a que oscurezca definitivamente seas quien seas, el que me atormenta; me tiré a tus aguas como suicida. Lo lento de esta tristeza que no acaba nunca ya se diluyó en mis manos;

50

pablo otero

el grueso de mi sangre, todo mi bosque.


Entre admiración y adoración un punto perdido del “yo” y un “él” contemplativo y sardónico. Como el amor en ese punto; fuente de pasión incontrolada, incontrolada e ingobernable, pequeña muerte indescifrada. Ya es el amor la adoración creada en punto aciago. Ya el amor, mañana, principio de un final sin dueño ni retorno. Ya se cubre de enredadera y escarcha, Ya embellece el poeta a la muerte.

esta rabia oculta

51


LA VERDAD ESTÁ SOBREVALORADA No se dice la verdad y se huye. No se sale corriendo tras pagar una deuda, ni se ahuyentan los demonios tras la tormenta. No se rompe en un instante, de golpe, el amor si no llegó ya roto o nació mentiroso. Como las canciones de cuna que no curan la conciencia sino que dormitan breve a los sueños, ni como los exámenes de conciencia que dinamitan para siempre el orden establecido en secreto por los silencios, así se ha de plantar cara al espejo y al pellejo venderlo caro.

52

pablo otero


Cada cual con su conciencia vive Más la conciencia es adaptativa, moldeable y caprichosa. Duerme con nosotros en afín costumbre. Aligera el pesar con aduladora estrategia. Es conciencia bálsamo, apariencia, en preciso instante aparecida. Fiarse de ella a menudo es fiarse del tiempo concebido en la ignorancia.

esta rabia oculta

53


Los poemas felices se los quedó todos el fresno y la langosta. El viento, el sur, la música, el ocaso. El verso alegre la palabra esperanza se la llevó el murmullo fuera del tiempo y lejos de nostalgias. El poeta es triste por naturaleza, quizá porque esconda tanto dentro que no alcanza el suspiro, o, tal vez, es egoísta y se lo apropia en su propio disfrute.

54

pablo otero


Recitarán las sombras los espacios inhabitados los ocultos, a las fieras que esparcirán sus contagios sobre los días y las noches. Nuestros gladiolos, mientras, renacerán acolchados y sedosos en su afán por elevarnos a los dioses. Y no existirá más reino que nuestro desfallecer en un universo de condenados orgasmos.

esta rabia oculta

55


Siento el repudio como hijo advenedizo saciando mi fustigo, siento la lejanía como doblez del tiempo, como guadaña segando la mirada. Siento el celo del abandono, la rabia por la puñalada del silencio. siento la cobardía como mensajera propia, el pecado subyacente, la mortal esquirla de la palabra oculta. el recelo siento, la náusea. corpóreo el suspiro indolente que sacrifica, en la noche, el abandono. aquel amigo fiel que hoy es sepelio. aquella dicha hoy contemplada en el olvido. ¿dónde quedó el instante fractal que aseguraba remiendos de por vida? no importa, adolece de culpa este penar tanto como es rentabilizada la dicha del perdón. Triste alejamiento que paz deja.

56

pablo otero


Qué pereza todo, madre nacer para la virtud, hacerse sabio para el odio, y morir para el desconsuelo. Qué pereza, madre, todo. Si acaso un instante de amor fuese eterno, si acaso una palabra atemporal, si acaso el temblor de un piano adormidera de melodía final. Qué pereza deambular vestido siempre de domingo y escuchar la misma necedad por los tiempos de los tiempos, qué pereza. Si al menos el silencio fuese cauto y en su grandeza dictado de ley universal, si acaso el hombre su vida dependiera de ese instante antes de hablar, así un planeta sería simiente de algo más humano, más sincero en su onomatopeya más inmensa. Qué pereza, madre, haber nacido es este espacio de insensatos, con tanto universo y tanta pausa esparcida al infinito de mis ojos. Y la vida suspendida mientras.

esta rabia oculta

57


Te has cortado el pelo mucho; desapareció por arte de magia tu intemporal melena larga. Mucho, tanto que me sobran todas las palabras que pudieras decirme. Hoy te has cortado el pelo, mucho, adiós, todo queda dicho, la vida sigue, te querré siempre.

58

pablo otero


Tal día como hoy yo era otro, otro que caminaba perdido y que era hoy y que era siempre.

esta rabia oculta

59


Donde tú ves agua agua inmensa, trágica y rebelde, yo veo fuego, fuego tardío y luz perenne. Donde tú ves horizonte curvo, curvo y perfecto, yo palabras, palabras cubiertas de rocío y niebla. Donde tú ves, yo oigo la serenata nocturna donde cientos de ojos, miles, millones, millones de ojos ciegos esculpen calaveras en el fondo de ese mar.

60

pablo otero


Vivir a la sombra, tras los ardientes barrotes de la noria que gira sin ti, parado ante la muchedumbre de codazos, invisible hombre mudo. Vivir a la sombra, en la grieta deforme de la palabra. Gozoso puñal hedonista, ajeno y propio puñal que ya no hiere tanto. Poder decirle al taxista: buen hombre, lléveme donde usted quiera, a ser posible, lejos de los hombres. tenga en cuenta, buen hombre, que le ha de quedar gasóleo para su vuelta.

esta rabia oculta

61


Desconocida que sacaste adelante ocho mocosos Desconocida que acarreas agua todos los días 10 kilómetros. Desconocida que atiendes en el África profunda 50 pacientes al día. Desconocida que abres en canal un ñu para toda la tribu. Desconocida peluquera del Bronx para que tu hija vaya a la universidad. Desconocida kelly de las 6 de la mañana destino Usera-Cuatro vientos. Desconocida opositora de las 4, café, cigarrillos, flexo y “El arte de acompañar”.

62

pablo otero


INTENTO DE POEMA, DE ESOS DEL “YO INTIMO” QUE TANTO DAN DE GUSTAR A LOS INTIMOS DEL YO Sesgar la columna vertebral de lo antagónico, lúgubre pesar de ionizantes versículos, ¿dónde ha de parar, en mí, la inconsciencia? ¿dónde el buir del astrolabio? dentro de esta casa de tempestades habita un hombre vanidoso, cruel sierpe que me condena en cada letra que ignomínio. ¿dónde la fiesta? ¿dónde el alcohol? ¿dónde la dicha, si soy buitre de versículos ajenos? ¿dónde la templanza, si es mi boca altavoz de aduladores, y mis ojos aquiescente lupa de hedonistas y dioses redentores? Sinceramente, no sé dónde se hayan los caminos que llevarme debieran a mí mismo, tal vez jamás existieron, tal vez nunca hubo hombre en mí, ni ser humano siquiera, tal vez nunca fui, nunca existí, y estas palabras fueron fruto de la desesperación del agua en su ascensión onírica al vacío.

esta rabia oculta

63


No dejes nada al azar, Nunca lo devuelve.

64

pablo otero


Despertaron y vieron un mundo infinitamente más grande Infinitamente más hermoso, infinitamente más complejo. Decidieron cerrar de nuevo sus ojos y seguir durmiendo.

esta rabia oculta

65


Y así, de repente, aquel lugar mágico y lejano era nuestra casa, nuestro hogar, Y así, de repente, también, nuestra tumba y exilio. Principio de extinción: no busques melodías más allá de las notas que hacen tus zapatos cada día, El exterminio anda cerca y su blusa roja tiene los botones frágiles.

66

pablo otero


Las mujeres especiales solo llevan tacones en momentos especiales: en noches de luna llena de vampiros, bajo la roja luz del dormitorio de cuero, o en el andén; tras el último tren, por ejemplo.

esta rabia oculta

67


AL LADO DE LA CUEVA VIVE UN PERRO HUÉRFANO DENTRO DE UN TODOTERRENO ROJO Sospechosamente feliz elijo el desfile de silencio que arrebata natura, cueva y murciélago, desnudos en un tiempo de hombres sospechosamente inciertos. elijo el baile de la mujer tormenta, de la mujer fortalecida de gritos, con piel de furia y risa de fuego; sospechosamente ataráxica. elijo al inventor de recuerdos, al niño largo que inventa música muda, árboles rotos, ritos flamígeros de Ofélica belleza. elijo el viaje tortuoso, elijo al eterno durmiente de Ítaca, pues es breve y suicida el instante de barro, y a mi, los suicidas, los suicidas de a diario me lastiman y provocan la locura, y a la par visten de humilde trascendencia mi presente. *a Laura y Guille

68

pablo otero


Te me vienes de repente un año ya que te marchaste, no se donde, de tan lejos, de tan de golpe, de tan en silencio, y tal es la congoja, por unos instantes, el destino, el mío, padre.

esta rabia oculta

69


*Un amor como el nuestro podría haber quemado una ciudad. Como si traje de mermelada amarga, como si medias de barbitúricos, como si sostén polvo de Ántrax, o como si cuero dorado fuese de anuro. Así la ciudad pudo esa noche haber ardido, ardido toda entre los silencios mordaces de dos amantes náufragos y libertinos tras las esquelas de viejas poetas suicidas. Dos amantes ignífugos bajo las fuentes del Bellagio, apostando cara o cruz a una bala concupiscente y salivada. Retamos a los viejos dioses y a los nuevos demonios, nos reímos de ellos en la amplitud de las cenizas del cementerio de Woodlawn. Colmadas las miradas y los sexos nos comimos a Sade y a Virgilio emparedados entre las bambalinas de un Don Giovanni en el Artemus. Tiempo incluso hubo para la nostalgia. Y, sin embargo. *(Hércules Poirot)

70

pablo otero


Nada más hermoso que tu nombre. Dícese roca mar árbol nube firmamento tu nombre animal. Nada más hermoso. Y yo empeñado en reescribir en el blanco la historia de su historia. Qué baldía soberbia, qué arrebato de locura senil intentar domesticarte entre palabras, A ti, que lo eres todo, aún sin conciencia.

esta rabia oculta

71


*EL PASADO ES UN PAÍS EXTRANJERO Siguen las cigüeñas escarbando con sus largos picos hasta dar con el gusano arcaico, las avutardas con el mismo cortejo de siglos, los cerezos nuevos enraizando en el mismo suelo, las lagartijas encontrando la misma sombra. Ya entenderéis quien es el extranjero en esta historia. *L. P. Hartley, de su libro “el intermediario”

72

pablo otero


Aún recuerdo la higuera bajo la cual nos sentábamos en las tardes de agosto con el pan y el queso después de la siesta. El silencio recuerdo, silencio castellano que me infringías, y que yo, sin entender, respetaba. Se hacía largo, sin embargo. Eran tiempos distintos el suyo y el mío. Yo quería seguir jugando, con mis pantalones cortos y mis zapatos negros, por el corral, del abuelo, el corral inmenso donde no cabía ya más mundo que los caballos, las gallinas, los cerdos y corderos, las caballerizas, los apeos de labranza, los gatos, los perros, las mulas, el carro, los ratones, las lagartijas la paja, el adobe, las piedras. Cuanto mundo aquél encerrado entre tapias robustas, de piedra Poco más recuerdo de esos tiempos de niño, sinceramente. Que me clavé una punta oxidada en el pie corriendo al pilla pilla con mis primas eso sí, eso sí que recuerdo Y que, con el tiempo, todos mis familiares coincidían en que era un pillo, y que, en pleno mes de agosto, cuando más calentaba me empeñaba en bajar por el tobogán, y que luego me ardía el culo.

esta rabia oculta

73


Todos reían, claro. Cuando, me pregunto a diario, me volví tan huraño, tan descreído, tan asocial y tan triste. Son los silencios, mis compañeros ahora, los que me abruman con sus gritos de desazón y rabia, los que interpretan lo que mis ojos dictan y mi sentir se empeña en entender, sin conseguir. Silencios de una natura que se muere a desgarros de pesadumbre y vacío. Silencios de humanidad mordiéndose a gritos de fama. Silencios que han olvidado una historia de fracasos y se empeñan en repetirla con la ignorancia y el egoísmo propio de los inútiles y vaciados. Ahora, confinado en este reducto de sobriedades, aislado de voces superfluas y extrañas, el vacío es soportable, hasta delicado, diría en semántica flexible. Puedo oír los gorgojeos lejanos, el cloqueo de las gallinas y, de cuando en cuando al asno en su roznido febril hacia las moscas. Y al abuelo decirme, ¡cómo no! come come el pan y el queso, bebe de la bota el vino y tendrás todo ganado.

74

pablo otero


Bajo esta lámpara Sobre esta sábana En esta cama Sin esta ropa Tras esta piel A esta hora Contra esta luz Hacia esta piel Hasta esta noche Entre esta lumbre Ante esta luna Desde esta plegaria Para esta liturgia Con esta caricia De esta siembra Por esta enmienda Y según esta palabra Cabe esta plática.

esta rabia oculta

75


Que no nos encuentre callados el alba, que no nos encuentre sin suturas sino sobre las vías de un tren con destino Damasco, Creta o el largo de tus piernas. Que no nos encuentre callados el alba sino sucios de perdiciones, que no nos encuentre sino con borgoña en nuestras copas y el espacio abierto a los Urales a los frutales y a las camas. Que no nos encuentre solos el alba sino con pieles diversas y perennes, sino con bocas llenas de pensamientos y orejas de pendientes multicolores. Vacíos y tibios que no nos encuentre el alba sino perplejos y orgullosos, itinerantes y juguetones, escarmentados y rebeldes; que en cada siesta reluzcan nuestros sexos, y en cada mirada una burla descarada y descarnada. Así el alba nos encuentre y diga: sea, sea que brille mi luz por ti, sea que tu caminar me enorgullezca y pueda seguir saliendo de esta intemperie muerta por y para ti.

76

pablo otero


Las cinco, eran las cinco cuando cayeron los capotes, callaron rendidos, y comenzó, por fin, la letanía de besos salvajes, una vez acalladas las letanías y los temores. Las cinco eran y ya nuestra sangre no era sangre, sino mezcla de alcohol y suicidios, mezcla eran de pasiones y desencuentros, de pequeñas mentiras y arriesgadas verdades. Eran las cinco y las manos no eran sino tentáculos y vísceras, manos no eran, que eran aves en cosecha, y eran sedas y zahories y piratas. Las cinco y la madrugada callaba con su esfuerza de golpes carnales y palabras sucias. Y entre enfrentamientos nos dieron las seis y las siete, las ocho, las nueve y las diez, y aquel desayuno de nueces y melocotones, con sabor a sudor y sexo, lentamente nos despertó las conciencias.

esta rabia oculta

77


“Escribir

inútilmente para ejercer lo inútil para abrazar lo inútil para hacer de la inutilidad un manantial”

78

pablo otero

(Chantal Maillard)


INDICE PANDEMÓNIUM________________________________________5 Imaginad______________________________________________6 No todas las respuestas tienen una pregunta._________________7 Siguen intactas aquellas cartas,_____________________________8 No negaré que hay noches de celo contenido________________ 10 Es tu boca un calendario sordo de gramíneas_________________ 11 (a Francisco Brines)____ 12 ¡qué mayor está! ...y es entonces cuando me doy cuenta _____________________ 14 No tú________________________________________________ 15 Aprender a ver al que no vimos___________________________ 16 No despierto al amor como al amor debiera_________________ 17 Conduciendo en la noche________________________________ 18 Es ausencia la nuca omnipresente_________________________ 19 Maldigo a quien me enumera_____________________________ 20 ARQUITECTO__________________________________________ 21 De perfil______________________________________________ 22 Yo he leído a poetas que vosotros jamás creeríais._____________ 24 Si escribo es, más que nada,______________________________ 25 Surge de cada nota_____________________________________ 26 Elegía los libros por las portadas. __________________________ 27 Le miraba como miran__________________________________ 28 PRIMUM NON NOCERE*_________________________________ 29 REBELDE SIN CAUSA____________________________________ 30 ¿Dónde la sensatez?____________________________________ 31 Regresan todos:________________________________________ 32 Les hace hablar el viento_________________________________ 34 ¿QUIEN SABE? ________________________________________ 35 REVOLEAR____________________________________________ 36 Esa sinrazón que de la noche al día_________________________ 37 hada verde____________________________________________ 38 En esta eternidad de prisas y volúmenes____________________ 39 SE DEJA DE QUERER____________________________________ 40 LAS INTUICIONES_______________________________________ 42 Se ha detenido el tiempo________________________________ 43 Que la poesía nos salve de la poesía,_______________________ 44 Las horas amantes,_____________________________________ 45 Veo pasar mis versos como dejo pasar el agua________________ 46 Nada de lo que ya diga ha de borrar________________________ 47 YO QUÉ SÉ____________________________________________ 48

79



Se llamaba Gloria y era de Pedernales______________________ 49 TRÁNSITO DE PÁJAROS A LA ESPERA________________________ 50 Entre admiración y adoración_____________________________ 51 LA VERDAD ESTÁ SOBREVALORADA_________________________ 52 Cada cual con su conciencia vive___________________________ 53 Los poemas felices_____________________________________ 54 Recitarán las sombras los espacios inhabitados_______________ 55 Siento el repudio como hijo advenedizo saciando mi __________ 56 fustigo,_______________________________________________ 56 Qué pereza todo, madre_________________________________ 57 Te has cortado el pelo___________________________________ 58 Tal día como hoy_______________________________________ 59 Donde tú ves agua______________________________________ 60 Vivir a la sombra,_______________________________________ 61 Desconocida que sacaste adelante ocho mocosos_____________ 62 INTENTO DE POEMA, DE ESOS DEL “YO INTIMO” QUE TANTO DAN DE GUSTAR A LOS INTIMOS DEL YO___________________________ 63 No dejes nada al azar,___________________________________ 64 Despertaron__________________________________________ 65 Y así, de repente, aquel lugar mágico y lejano________________ 66 Las mujeres especiales __________________________________ 67 AL LADO DE LA CUEVA VIVE UN PERRO HUÉRFANO DENTRO DE UN TODOTERRENO ROJO___________________________________ 68 Te me vienes de repente_________________________________ 69 *Un amor como el nuestro podría haber quemado una ciudad. � 70 Nada más hermoso que tu nombre.________________________ 71 *EL PASADO ES UN PAÍS EXTRANJERO_______________________ 72 Aún recuerdo la higuera_________________________________ 73 Bajo esta lámpara______________________________________ 75 Que no nos encuentre callados el alba,_____________________ 76 Las cinco, eran las cinco_________________________________ 77



Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.