nunca hubo plan B

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nunca hubo plan B poemas 2014 - 2015 pablo otero

y poemario AUTO EDITADO sin REGISTRO sin ISBN sin DEPOSITO LEGAL sin GARANTÍA DE DEVOLUCIÓN con POESÍA REGISTRADA EN EL REGISTRO CENTRAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL DE VALLADOLID, ASIENTO REGISTRAL 00/2013/1839 con CARIÑO. en PALENCIA durante el año dos mil dieciocho

otero01@hotmail.com abrazos y gracias.

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digo No me cabe otra que dedicar este “lo que sea” de poemas al grupo poético Susurros a Pleno Pulmón. A toda la gente que ha pasado por el grupo y que, por ello, han pasado a formar parte de esta gran familia. Acogido como uno más, allá por el 2013, he aprendido muchas cosas. He aprendido a esmerarme en mi escritura, a conocer y a aprender de los demás, a esforzarme porque la calidad fuese cada vez mayor, a respetar y a entender otros estilos, etc, Eso en cuanto a la escritura, porque ha habido otros muchos aspectos de aprendizaje y divertimento. He conocido mucha gente maravillosa que ha pasado por este espacio a través de estos pocos años. Gente que escribía y gente que solo venía o oír e incluso gente de paso de la cual he aprendido mucho. La escritura y el recitado sólo ha sido una parte mínima de lo que ha significado Susurros para mí. Distintos proyectos han surgido de este grupo, unos llevados a cabo y otros en espera de mejor ocasión, unos dentro del propio grupo y otros fuera de él, pero todos gracias al germen que Susurros puso en mí. Por lo tanto gracias de corazón a todos los que los que habéis sido partícipes u os habéis sentido susurrantes. Nunca hubo plan B no es más que una recopilación de poemas llevados a cabo entre los años 2014 y 2015 y que en su mayoría han sido recitados principalmente en Susurros a pleno pulmón y/o expuestos públicamente en Facebook. Sin otra intención, fueron principalmente, ejercicio de escritura, divertimento y experimentación. Los expongo tal cual fueron escritos, sin correcciones ni pulidos, pues así fueron conocidos y porque así yo mismo veo mejor la evolución en mi escritura (si la hubiese). El título, por si alguien se lo pregunta, viene a ser la afirmación a algunos interrogantes que, con la madurez o los años, me he ido preguntando. No he sido persona de pensar demasiado sobre mis actos, creo haber sido valiente (u osado) en mis decisiones y casi siempre he actuado bajo la máxima del “carpe diem”. A eso viene a referirse, más o menos, el título de este libro, que como ya he dicho, no tiene otra aspiración ni cronología en el orden de los poemas. Abrazo a todos los que aventuréis por él y, como siempre. GRACIAS.

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“Al ser palabra me alejo del encuentro” (Fermín Herrero, de La gratitud, 2014, Visor)

w “Una tirada de dados jamás abatirá el azar” (Stéphane Mallarmé)

a “En estos momentos, daría cualquier cosa, sobre todo un poema, por volver a hacerlo con mis ex. De verdad.” (Isla Correyero)

(al menos, algo inteligente habrá en este libro)

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de donde las evidencias duermen de allí vengo, de las arenas pisadas por gentíos sonámbulos, de los asfaltos diarios que se saben frágiles y minúsculos. de la sangre como la sangre viene del tedio y la ignorancia vengo. de los surtidores de gasoil de los panes con sabor a hipocresía vengo. vengo de los oídos prestados y la luna rota vengo. y de lo transgénico y de la lluvia ácida y del amianto y de los negros por donde circula el desecho y la avaricia. de allí vengo, sucio vengo de cal, petróleo y mierda. ¿qué se puede esperar de mí?

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no te competen esos muertos no son los tuyos. no sabes de su olor ni sus lágrimas de sus sufrimientos ni de sus chistes. no sabes cómo caminaban como miraban como reían. nunca sabrás de qué hablaban mientras comían ni qué deporte practicaban si escuchaban a Lenon o a Prince. nunca, nunca sabrás si leyeron el quijote o devoraron Cien años de Soledad. si tuvieron hijos y como les cantaban en sus cunas o como les regañaban por llegar tarde un sábado. sus primeros amores sus primeros desamores con quien se casaron ni sin fueron felices mientras. nunca lo sabrás porque no te competen. ellos no son tus muertos.

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¿y me lo dices ahora? ¿ahora que ya está la maleta prácticamente? ¿ahora que ya me colmé de vicios que hice sal de migas y nunca volví sobre mis pasos? yo, que anduve perdido por lo triste que desenfoqué mi mirada para verlas que disfruté con las verdades ajenas y sangré las propias ¿ahora? ¿ahora me dices que todo es burla que no ha lugar este destierro que solo cabe esperar que el infinito torne vísperas? ¿ahora te sacas de la manga templos para cubrir tu llanto? ¿ahora te quieres escabullir de los ojos que apostolabas y predices hábeas corpus sine die? no, amigo, no, ya viví en el desierto el desamparo y a un infierno de delicias me encamino. alea iacta est.

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Lourdes madre de palabras rotas por la asfixia poeta de ladridos asocial y anarquista se ahorca a los 47 con una corbata negra un 3 de Mayo de mil novecientos sesenta y tres. -día de la madreobsesionada por la falta de instinto -maternalsucumbió a un matrimonio a un hijo que murió de soledad y a una poética insultante. "Madre, dime Madre, dime por qué el ajuar que me viste y me rompe se desvanece como queja rompiente en mis entrañas de hija dolosa. dime por qué me engendraste en negro y roto por qué mujer en nido de perros por qué hembra sin dominios por qué poeta."

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si tuviese que fotografiar [no es el caso] un paĂ­s [digamos este] lo sentarĂ­a en un banco de iglesia [color betĂşn] con los pies colgando [desnudos] rosario en mano [bendecido] y misal [en la otra] vintage en ARCO a dos mil setecientos euros sale la cuenta [del rosario]

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ya se murieron todos los limpiabotas de la plaza mayor y andamos todos los que andamos por la plaza sucios de pies a cabeza. como de niños. sin tiempo.

llamo enemigo a todo el que resta, amigo al que suma, y Caín al que divide.

las pequeñas locuras me permiten arrepentirme después de algo tonto y así seguir viviendo.

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detrás de un vestidito rosa o negro con encajes a 19,90, detrás de unos piratas blancos con rallas verdes a 10,50 detrás de unas playeras blancas a 65 detrás de una niñas con las manos encalladas y la mirada torcida a 0,35 detrás están ellos, lo que sodomizan, y tú y yo.

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todas las estrellas del universo juntas no valen lo que una lengua en una boca lo que unas manos apretando con furia un buen trasero lo que unas ansias y una urgencia. asĂ­ que deja de mirar tanto la luna y aprieta fuerte este presente.

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ante los halcones muertos los gorriones picoteamos sus cadáveres aún calientes. ¿quien se lleva la gloria y quien permanece en la historia? historia historias historia clandestino buitre que observa y ríe.

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murió el verso y tú no estabas allí, zascandileabas entre vestidos de novia y flores en una juntura inmemorial. murió el poema y tú andabas sembrando jardines de ojos vaporosos y sonrisas forzadas. andaba moribunda la palabra y tú tú mordías los años en juegos infantiles y sexo esquivo. ahora, ahora que necesitas de una ideología textual e íntima, vuelves, pero ya la letras no te aman tienen millones de amantes más jóvenes más fieles y más dúctiles que tú. confórmate ahora con los escupitajos que te lanzan desde la platea los nuevos dioses del viejo romanticismo.

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bajo las sábanas a Cecilia Larrosa

duermen todos los fantasmas. en conclave dirimen sus fechorías al amparo de los sueños. éstos les adormecen con imágenes sutilmente edulcoradas y aquellos hacen florecer las pautas y los remordimientos. así es como funcionan, bajo las sábanas, los viejos intervalos y los vicios nuevos. bajo sábanas se esconden también manos firmes y sexos húmedos, magias, incomprensiones y aceleraciones, voluptuosidades, adoraciones y templos. bajo las mismas sábanas y con los mismos preceptos. es allí donde escondemos los tesoros grabados a fuego donde las pasiones dictan sus reglas unísonas sin tener en cuenta nuestros deseos, donde se construyen otros paraísos y donde dejamos de alimentar nuestros fueros. es allí, bajo las sábanas, donde nos sentimos patria

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de nuestro cuero, donde excarcelamos los deseos, donde nos dividimos y donde nos juntamos donde nacemos y fallecemos, bajos las sรกbanas, lejos muy lejos de nuestro cuerpo.

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lejos a Susana de la Rosa Miranda

ni más allá que el sol ni más acá de estas pestañas, lejos, todo lo lejos que pueda desprenderse mi piel de mis entrañas. lejos de ese suburbio interior que me acecha cada noche y al que sucumbo ciego y alcoholizado de melancolías. lejos de las patrañas con las que me alimento a cada instante y que adornan una calavera bella y sórdida. lejos de las miradas que no aciertan a entender quien soy y que hago en este lupanar histriónico del que me ocupo. lejos de todos los vicios que golpean insistentes mis dominios, que maquinan en mí contra los posibles, los imponderables y los quizás. tan lejos de lo íntimo que no hay causa probable para mí, ni niñez, ni destino, que no sean soberbia y ultraje. siento toda la lejanía infinita entre los hilos que conforman mi esqueleto.

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los versos no me acercan ni mĂĄs ni menos, porque no hay paraĂ­so, tan solo infierno dentro de este bosque de palabras. al final tiendo siempre a confundir la soledad requerida con los migrantes y los desheredos. y se debilita mi fuerza, y no reconozco mi culpa y siempre se me olvida que estoy y estarĂŠ eternamente solo.

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comedy a Javier Pinar

¿y qué es si no esto, (razón de ser y de vivir) mas que una comedia de vivos/muertos? reír es el antídoto. reír es la esperanza de las horas próximas que nos quedan hasta el anochecer. un escenario a ras, donde descojonarse de la parca, dónde la lágrima y el hipo se confunden, y la sal escuece nuestra lengua a tal punto que seguir escupiendo rabia es la razón de subsistencia. un escenario, eso es la vida. tan solo un escenario descarnado, donde el mar, la máscara y un par de versos solo son grafitis en la desnudez del tablado. y yo, y tú, y él, bufones, titiriteros descabezados.

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“Alguien sembró de trampas los rincones vacíos de mi cuarto.” gracias a eso tengo algo que dar de comer a mis perros.

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soledad a ko kokoro

chiquito, chiquito, chiquito es el amor de Ko. como una bandada de minúsculos gorriones atemperan el espacio en tono a sí. lo espacian de inquietudes y lo especian de tomillo y salvia. agónica, consustancial con tiempos dormidos. quejumbrosa y solitaria. advenediza y cruelmente enferma de amor. vas a partir lejos cualquier día de estos, donde la camomila cubra todo tu ser de verde de mar de arcilla y miel. partir tamizada de bergamota y jazmín. tu pelo, lirio, tu sonrisa, consuelo, y tus pies…. ¡ah, tus pies, tus pies¡ libertinos tangos entrelazados a los míos.

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y tambiĂŠn furia furia, furia, furia, mucha furia porque este mundo no te corresponde, porque este bastardo planeta es arena de mar: inservible, yerma y liviana. soledad eres, soy, son, los que en el anhelo se pierden, se pierden, se pierden, sin remedio.

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con la simple palabra de hablar todos los dĂ­as voy rellenando huecos en los cajones de mi calavera. unas veces son torpes desaires a las musas, otras otras lloros, rabias y gritos de espanto ante tanto inhumano sobrevenido. voy rellenando lentamente soliloquios, palabra a palabra, fonema a fonema, giro, bifurcaciĂłn, encabalgamiento, solsticios que me ciegan y me arrebatan los versos. versos que se esconden, se pierden y se mueren. y vuelta a empezar con la simple palabra de hablar todos los dĂ­as. fumo, bebo, amo, odio, me enternezco, creo, y vuelvo a descreerlo todo, en este paraninfo de soledades impuestas y arrogantes. con la simple palabra que la calle entiende, con el gesto bocal con el que se come y se bebe en los barrios de los hombres, de los hombres pobres.

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esos que se rĂ­en y se lloran al unĂ­sono de la condiciĂłn humana.

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ella no vuela. [no al menos como Oliverio decía] emerge de lo profundo te sangra y vuelve al oscuro que lo alimenta. se sabe diosa y ejerce de tal en una escombrera que dicen planeta azul.

nos hemos mudado de casa. desde el adosado a las afueras de tres plantas, bodega y manzanos en el jardín, con muebles minimalistas Suecos, a la casa de la agüela, olvidada ya, semiderruida, con sus ventanas minúsculas donde apenas llega el sol, con su gloria en el suelo y su corral, enrejado de malashierbas y el cagadero.

no se va, sin embargo, el olor a rancio y a antiguo, a caduco y a déspota por más que perfumemos las estancias con brotes verdes de no sé qué.

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decía: no pasaran, y fueron desfilando una a una las palabras agónicas y febriles por la trinchera permeable y escuálida del blanco. no pasarán, decía, y cada noche se sumergía en una rutina alcohólica de versos y tabaco. escribía, escribía frenético, soez, malhumorado, escribía con rabia, tallando en la madera demonios y sombras, tallando desamores, desastres y títeres. no encontraba, decía, no encontraba la forma de trabar la puerta al desastre, no encontraba ese alfil con el que dar jaque mate al engranaje que lo consumía. ni encontraba la fórmula con que sobornar al intelecto, ni el ungüento que descompusiese sus atrofiados huesos. no encontraba ya fuerzas para parar aquel torrente de versos que se iban deshaciendo entre sus dedos y quebró. quebró y lo encontró la madrugada llorado, y le cubrió con césped al pié de aquel tejo milenario, con los pies al sur, la cabeza al norte

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y las manos arañando el centro de una tierra que nunca le quiso. o no le entendió, o se burló, sin más, de aquel demonio con ojos negros y fríos de ramera desahuciada.

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de chico a finales de Julio, en el pueblo estábamos de fiestas. San Adón y San Senén. al lado de la iglesia de San Miguel Arcángel había un enorme y frondoso árbol perpetuo. durante esas fiestas los chicos que venían con los carruseles, en círculo alrededor del árbol con sus escopetas de aire comprimido, disparaban todos a una sembrando el suelo de gorriones. a los que no estaban muertos, que eran la mayoría, uno por uno los retorcían el pescuezo. luego, las risas. poco más recuerdo, siendo chico, de mi pueblo. a los gorriones y al ruido de las carabinas, a menudo. será por eso que detesto a los gorriones. por esas fechas, año tras año, parecían reunirse allí, en cónclave, todos los de la comarca.

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son las seis y doce cuando el silencio me dice al oído -escucha [andaba enfrascado en la carretera roja de David González, y retuve el aliento] nada se oye nada ni gorriones ni urracas nada solo David late a las seis y doce de algún perdido invierno cuando su padre le zurraba por no saber que eran las seis y doce. ya son las seis y quince y me duele el culo por estar toda la noche leyendo. me desnudo ante el espejo y salen esas cicatrices ocultas que marcó el tiempo a su manera en mi cuero. la vida

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los recuerdos la poesĂ­a, todo es uno. preĂąeces.

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llega Marzo ¿y qué? Abril ¿y qué? para los más, lo más es menos, germinados con las pasta del ayer y con la incertidumbre de los vientos de mañana. los viejos miraban al cielo y sabían parte de lo que les traería el alba. hoy ni los dichos se cumplen. y encerramos en asilos la sabiduría que más nos conviene. tiramos la llave al barro. todo va en nuestra contra. y las serpientes acechan babeantes. tiempos donde los dados todo lo controlan. tiempos donde la soledad todo lo dicta. tiempos de libertad e hipocresía, confort y mamandurrias.

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la construcción de cada universo requiere luces y sombras. las dos son tan necesarias como inseparables. las dos tan complementarias como inverso es su propósito. en medio, la duda nos ofrece más preguntas que respuestas. el cementerio nos dice, ya en silencio, si el proyecto era viable o no. haces cuentas y el tiempo perdido, medidos en campos de futbol, son muchos, demasiados. gritas, lloras, arañas el ataúd pero el silencio te devuelve burlas y peinetas. luces y sombras y dudas esas putas dudas que hacen imposibles los sueños y cercenan de raíz la ansias de vivir.

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un último beso que sabe a pecado y a cera. ya eres recuerdo, un lugar despiadado y hostil donde se sufragan los nidos vacios. un último beso, sin pálpitos, como las piedras profundas del rio donde de pequeño buceabas. ya eres recuerdo, o nada, o rezos y lloros por breves días. miro debajo de esa piedra y solo hay gusanos con los que pescar en el rio donde de pequeño buceabas. ya eres recuerdo y dicen que por fin descansas. ¿qué sabrán ellos? vivosmuertos, muertosvivos, ¿qué sabrán ellos? los mismos que te acusaron en el rio donde de pequeño buceabas de enano, pecoso y cuatro ojos.

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los mismos que te acusaron de mariquita por dormir con pijama en los calores del verano. los mismos que no fueron a tu entierro por suicida.

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tildas la noche como profeta de tus versos porque a la madrugada la pones ojos de culebra y te ajustas un mono azul. borracho incipiente vas despojándote de la indignidad de lo oscuro y seduces al señor del sol con toda la hipocresía de la que eres capaz y unos dientes blancos como la nieves que te chutaste anoche. te despojas, después de la niebla y llegas al sueño con olor a sudor y semen. y así logras mantener la compostura, con la ironía como defensa y la familia como único escudo, como única patria, como única compostura. tildas la noche como profeta y a la niebla de la mañana la pones orín y tripas y descaro

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sos un galán, cedés el paso a una mujer, cedés el asiento, vas impoluto, comés con la boca cerrada, pagás la ronda que os corresponde sin reticencia, mirás a los ojos cuando hablás, no te falta nunca un buenos días, buenas tardes, buenas noches, hablás pulcro, dejás hablar y escuchás. lástima de mano derecha, pronta a salir de paseo, en casa, a la mínima, y ese silencio que todo lo anula y lo revienta. sos un galán, cedés el paso a una mujer, cedés el asiento, vas impoluto, comés con la boca cerrada, pagás la ronda que os corresponde sin reticencia, mirás a los ojos cuando hablás, no os falta nunca un buenos días, buenas tardes, buenas noches, hablás pulcro, dejás hablar y escuchás.

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me dijiste "te amo" y esa vez no me pareciĂł cursi, claro que desnudos excitados y sedientos aĂşn no estaba yo para sutilezas de esas.

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aprende primero a besar pazguato antes de entrar en cuestiones más profundas y más místicas. haz de tu boca un remolino de fricciones donde se ajusten lo tuyo y lo suyo. donde quepan los dos silencios, y se acunen los miedos de ambos. equilibra las fuerzas y ajusta los destinos. camina al lado (ni delante ni detrás). ajusta el paso al paso más lento. reíd juntos, todos los días y sin motivo. pazguato aprende primero a besar

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el poeta es un hombre viejo, una mujer vieja, un desorden mental un invertido, una ramera, un parásito es el poeta. vestido de martes el poeta es un niño con demasiadas cicatrices inventadas, con demasiados soledades, demasiados vacíos, demasiados miedos. no sabe el poeta asumirlos y por eso escribe, pero no con sangre, no, ni con tripas, escribe con manos sudorosas y con hambres. con hambres y con la cabeza llena de cuervos y quebrantahuesos. el poeta es un viejo, una vieja que anda siempre escudriñando en la basura, salvando lo insalvable, reciclando lo que ya murió y solo es eternidad ceniza y barro. el poeta es un viejo verde. y el joven poeta también es un viejo verde solo que más guapo

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[mĂĄs Rimbaud, mĂĄs Leonor AntĂłn] pero con el mismo gargajo mucoso dentro. el poeta es un hombre viejo, una mujer vieja, en un planeta viejo y torcido, araĂąando la tierra en busca de nadas y de todos para sembrarse con ellos.

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y qué me decís de esos días en los que las culebras se tuestan al sol inmóviles indecisas y cansadas. donde como en una sabana pajiza, todos duermen, y el silencio se mastica con granos de arena. una siesta agostada y permanente. una permanente desidia. no digáis nada. a dormir, sin más, plácidamente. [que ya vendrán las lluvias a despertarnos] [que ya vendrán a ahogarnos las lluvias]

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duerme acurrucada con un Oscar entre sus piernas sin discernir qué es película y qué realidad.

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me miraba desde el fondo de la cama, desnuda. desnuda me miraba con ojos de gata negra y sonrisa de trópico. desde el fondo de la cama, desnuda, me miraba, y en sus manos juguetes y en su cuero aceite y entre sus piernas un dragón. la cama de satén negro recién comprado también me miraba desnuda. todo esto lo adivinaba entre las tinieblas que ofrecían un candelabro negro, a un lado, y en el otro, un candelabro negro. me seguía mirando admirando mi asombro y con el hombro me preguntaba ¿y tú qué?

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yo traía tras de mí ochocientos kilómetros en un coche negro tras el funeral de mi padre. ¿qué podía hacer sino sumergirme entre los arrozales y descubrirla de nuevo? (ya vendrán después los infartos y las palabras)

junto al miedo, la división y la confusión están incluidos por ley en todas las constituciones. es la ley Farabutto, invisible a los ojos de los estúpidos.

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ya otros por menos hubieran quemado España. ya otros por menos, pero están en la cuneta esperando que pase el coche de línea para cargar con el hatillo de las vergüenzas y partir.

por eso porque cuando llegó a casa y vio mis lágrimas por lo único que preguntó fue por la cena. por eso y solo por eso me fui.

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Raúl tiene leucemia y ríe a carcajadas / le pide al padre que le quite el pañuelo de la cabeza porque no le gusta y le ponga una gorra chula / con sus hermanos de cáncer juegan en el hospital al “que te pillo” / -los padres / de lejos/ los miran inermes"cáncer malo, te pillé" el futuro es ahora / -y lo saben- / por eso lo muerden / lo saborean como si fuera una piruleta en forma de corazón gigante. por la noche / ya en el silencio de sus camas asépticas / Raúl sueña que es ejecutivo de una ONG / Elena con un camión poderoso construyendo un hermoso puente / Pedro da clase a niños calvos / y Rosa acompaña en el paseo diario a doña Carmen por el parque. "corre, corre, que te pillo cáncer malo, te pillé" (no me preguntes que es vivir / tal vez un cáncer malo al que hay que ponerle cara de tonto y sonreír) amanece / y los cuatro se toman el desayuno a toda prisa / para seguir jugando.

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entre sus muslos el cello calienta sus cuerdas. el auditorio contempla su belleza él el big bang del mundo.

la naturaleza puso la poesía, el hombre el hambre.

te vi manifestarte con tu pelo blanco y tu puño en alto. entre la multitud (sobresalías) cenizas, coraje y esperanzas, poderosa.

allí donde escribas quedarán los restos desechados de los versos por si decides echar otro vistazo y re encontrarte.

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sin tener porqué a Luis Miguel Rabanal

ni venir a cuento, me revientas la sesera de los peces. me sacas del diario y me devuelves a las aguas del Caronte más amargo. y corro alado por pagarte el óvolo requerido al amor que me prestas, pues soy buen muchacho, bien nacido y duermo, como tú, al calor de la espesura del sacromonte o entre los putos muslos de la dama de las camelias. ya me entiendes.

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mi café favorito lleva lo amargo de tu ojos. y lo pago con gusto y me tomaré otro. un día es un día.

en la calle San Martín, a la altura del 39 se me murió de repente la lujuria por unos vaqueros rotos. cogió el autobús a Plaza España creo.

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esperamos ansiosos ese racimo de versos que nos haga invencibles y eternos. buscamos en las sombras todos los misterios, en las cuevas todos los miedos, entre las soledades, las penurias más viles. sodomizamos incluso a las piedras para extraerles hierbabuena y menta. forzamos a los ríos, a las nubes y a Dios [si es necesario] a darnos el beneplácito diario, y la extrema unción, sin arrepentimiento previo. ¡la gloria!, ¡oh, la gloria! ¡la eternidad! o al menos un trozo del pastel que desechan los sabios en sus basuras. un libro por año, solo eso pido, da igual de qué ¡por dios un libro por año! tal vez todo sea tan inútil como un cementerio.

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un cementerio donde el poeta tan solo es un crisantemo. un crisantemo sin agua en un sofocante mes de agosto.

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todos los cuentos de todos los tiempos serán pocos para hacerte dormir en este cuento que es barbarie y rojo. sin principio ni fin lleno de alianzas y de piedras. este cuento no tiene muertos es un cuento muerto es un cuento de muertos que habla sobre muertos. en los cementerios rosas rosas que se marchitan cuando las toca la noche cuando el sol de la noche las azufra y las besa. hacen el amor en el cementerio los muertos. el amor deshace el sexo de los muertos en los cementerios. marchas fúnebres en todas las plazas de todos los pueblos. los alcaides de los cementerios rezan las plañideras rezan a los dioses de los muertos. vivir es un cuento un cuento que nació muerto y seguirá muerto hasta que no muera el último muerto. la ultratumba se dice a si misma cielo.

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se te acabaron las palabras. buscas, rebuscas entre los cajones repletos de post-it, en las cómodas, entre tus libretas con poemas caducados, relees los antiguos intentando encontrar alguna que te salve por hoy, pero ninguna te place. vuelves a los clásicos, a los contemporáneos, incluso, ávido, viajas por internet entre los más jóvenes. nada. no las encuentras, ni una sola que tire del hilo. acelerado revisas toda la gramática adjetivos, sustantivos, verbos, simples, derivadas, compuestas, parasintéticas, ni una que te dé alguna pista, nada. desesperas, sales a la calle en busca de bocas de gestos, de miradas o semblantes, pájaros, ruidos, melodías callejeras.

52


nada vuelves a casa desesperado y bebes. sacas la jeringuilla de los recuerdos y te adormeces. sueĂąas con un Moliner repleto de gominolas.

53


lo hiciste. desanudaste la ternura que no te correspondía destrenzaste la soga que no te liberaba arrebataste los hijos a una tierra de barro y descalza, aprendiste a bailar de nuevo. ya no hay ortografía que module ningún camino ni desesperación que no cause mayor ni menor congoja que la que ya sufriste. palpitan nuevos arrecifes a tu espalda y estás ávida de sexo y de caricias nuevas. adivinas los mismos templetes que los tuyos en cada nueva intriga que se te acerca. y te deshaces y juegas como una adolescente a mirar y a ser mirada y vuelves a reconocer las cuatro esquinas de tu cama, y ya no te da pereza planchar con mimo las sábanas ni doblar cuidadosamente cada braga ya no te importa detenerte algunas horas a escribir en un papel lo que te pasa. quien te iba a decir a ti que a los cuarenta y nueve sería tan fácil olvidarlo todo.

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decir lágrima en rostro hierático y no saber definir qué química lo produce, no saber decir la palabra exacta, ni el verso concreto, ni el poema que lo deje acorralado. ese sentir que no se puede nombrar, que encoge el estómago y endurece el maxilar. ese no saber decir ni poder decir hasta pasado el trago y sentir que se va, lentamente. ya luego ya, sí, luego ya, sí llega la palabra y el verso y el poema cuando ya se marchó y es olvido y sólo queda regusto -retrogusto, que llamany que, afortunadamente, jamás logramos atrapar en el blanco.

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poeta muerto. dad una pluma al soldado para que escriba poesía. dad un fusil al jefe del estado para que haga la guerra. poned a una ama de casa a cargo de las finanzas de un país. dad las llaves de los misiles al vagamundo. intercambiad los papeles alumno profesor. salid desnudos por calles y caminos mostrad sin reparo vuestras vergüenzas y miedos. dirigid vuestro espacio como cuando niños. sembrad los desiertos de poemas y libros. viajad a otros países todos los fines de semana. sentad a vuestra mesa a los suicidas. lavad manos y pies a los cobardes. ponderad vuestras palabras y vaciad vuestras mochilas. sublimad vuestros gestos. compartidlo todo vuestras miserias y vuestros compromisos. despojaos de los anillos y de los dedos. entregad al volcán vuestros relojes. miraros siempre a los ojos abrazaos a la mínima ocasión, besaros en la enfermedad, haceros el amor sin bandera, sin patria y sin oficio. hablad de política en los cines y en la tabernas. id a las iglesias de fiesta y a bailar.

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que los niños den sus clases en los parques y en los bosques. con las corbatas y los trajes haced cometas y dejarlos libres hasta que los queme el sol. las cárceles ya no serán necesarias, llenadlas de macetas y flores. tampoco será necesaria la poesía, ¡el poeta ha muerto, viva la poesía!

57


ya sabían mucho de ti, tus localizaciones, tus movimientos bancarios, tus viajes. tus estados de salud, tus deslices, tu socialización, prácticamente todo, solos les quedaba por saber tus pensamientos y tus emociones más íntimas. cara libro, ahora, por fin, tienen todos los datos que precisan. ya no te necesitan.

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en estado de latencia. esa ansiedad no siendo lo que queremos ser. esa espera intuyendo como somos. ese velar de circunstancias propicias. esa actuaciĂłn que se nos angosta. esa ruina que vemos venir. ese pasado impreciso que llega ahora a confundirnos. ese no reconocernos. ese sentirnos inĂştiles mientras llega la gran actuaciĂłn. ese intriga y ese miedo por sabernos predecibles. ese acurrucarnos en la cama y no querer despertarnos nunca.

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como me pone una camisa de hombre sobre los hombros de una hembra. desabrochar cada siglo un botón, cada sospecha un botón. el desliz de adivinar entre ellos una copa, un cáliz, una avaricia. esa lennnnnnnnta iniciación, ese lennnnnnnnto amanecer concupiscente de tu piel sobre la luz, esa respiración enquistada en mis dedos. el pestañeo indeciso cuando la tela aparca en tus pezones. la lividez de tu vientre, la timidez de tu ombligo al descubrirse observado, la intransigencia de ese pubis que no se aplaca nunca al contacto. los hombros desplazan la servidumbre, y al caer de la tela imperceptibles cenizas te descubren adorada.

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como me pone una camisa de hombre sobre los hombros de una hembra.

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aquí juegan a la comba allá descoyuntan una muñeca de trapo usándola como balón de fútbol, más allá juegan a enfermeras, en el banco del fondo simulan ser mayores con un pintalabios, las de tercero aún no han salido, están castigadas sin recreo por no delatar a un amante, las más osadas juegan con los chicos y la muñeca de trapo, a Clara y a Noelia las ha tocado ser vigilantes, la del pelo rojo hoy no ha venido, fue con su madre al dentista, x e y hacen sus primeras manitas en un rincón del patio, y e y también, pero ellas en el baño, 32-33 van ganando las chicas al baloncesto, nadie presiente que se va acabando el recreo 3 2 1 "la bomba era una niña de 10 años" dice el periódico.

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la única revolución que conozco es el cuestionamiento diario y pertinaz a todo y a todos. la mayoría de las veces en silencio.

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caer darte cuenta de tu caer. darte cuenta que te gusta esa caída, darte cuenta que eres tú mismo mientras caes, darte cuenta que eres más tú, cuando caes, darte cuenta que es algo bueno esa caída, darte cuenta quienes es quien, quienes son, quienes no son, y quienes quedarán para recoger tus rotos. darte cuenta que ya caíste muchas veces, darte cuenta que no aprendiste nada de otras caídas, darte cuenta de que ahora tampoco lo harás, darte cuenta de que duele darte cuenta de que no duele tanto, darte cuenta de que es soportable, y darte cuenta de que es insoportable. darte cuenta de que has sobrevivido a otra caída, y darte cuenta por fin de que vendrán muchas más y de que te pillarán otra vez desprevenido.

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ella era así. aplaudía desde el rincón del fondo más oscuro y se iba inmediatamente después de los últimos aplausos. nunca salía en las fotos y nadie sabía su nombre. bien se cuida ella de ello. solo una vez alguien mencionó su existencia entre el ruido atroz de la música, y todo se olvidó. minúscula e invisible. apenas un bulto más de relleno en la oscura y abarrotada sala de egos. con su botella de agua y sus grandes gafas de pasta negra. masticando cada palabra y cada verso. sonriendo cada vez que alguien pasaba a su lado sin verla. tras el humo del cigarro la vi huir, de lejos, y adiviné una sonrisa y una soledad feliz tras ese gesto de adiós con la mano izquierda. ella también se merece un poema, quien quiera que sea.

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tri tu ra rás la pa la bra hasta que sea óxido, orín, ceniza y barro. dejarás atrás las silentes oropéndolas y de buscar escandinavos refugios. buscarás hasta sangrar culebras, incinerarás la conjugación que sesga tu aorta y comerás de una sola ingesta todos los harapos que te adornan. si eres poeta, si dices ser poeta, aprenderás pronto que no tendrás paz ni pan, que la belleza inmortal solo está en el culo de los mandriles y que por más que te empeñes, la palabra a triturar te será siempre esquiva. pero tú buscarás, seguirás buscando, analizando todos los sintagmas de tus héroes más afines, copiarás y pegarás sin miedo

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que los demรกs estarรกn atentos a tus deslices para decirle al mundo: miradle, mirad a otro poeta fracasado, mirad a otro engendro de escritor, a otro pasmado a otro muerto de hambre con eso inservible de las letras.

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ya no queda estigma que no esté socializado y prostituido. el poeta sigue cargando únicamente con penas y traiciones, y no me hablen de naturaleza, el embeleso más onanista que puede tener un verso. me escondo en la lucha porque no es capaz mi cobardía de darle tiempo a este tiempo de brujas. me escondo entre palabras porque mi boca no busca, encuentra sin mirar y habla de lo que no sabe. yo, que voy desnudo por la vida adentrándome en circuitos que me aterran, yo, que voy desnudo a golpe de calambre con una horca como corbata. si resbalo.

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de niño mi madre me decía: "tienes más mierda que el palo de un gallinero" y yo sabía perfectamente lo que venía después. las gallinas de hoy llevan corbata y traje Armani, cambiaron el palo por pluma o micrófono, pero su mierda es más hedionda más contagiosa y más vil. . y por si fuera poco el agua y el jabón te lo venden y racionan ellos mismos pitas, pitas, pitas.

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confraterniza el poeta desde el púlpito como un dios banal y sus parábolas y metáforas cuajan en la parroquia como melaza. la hostia la reciben siempre los mismos, callados e incrédulos. el camarero, al menos está a tu altura, no te da penitencia, y la hostia la recibes con gusto y casi siempre con satisfacción.

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no esperéis de mis palabras nada que os haga mejores, más fuertes o más sinceros. no esperéis nada, ni alisios, ni buitres que os aceleren, mareas que os calmen, o versos que os permitan dormir confortables. nada, repito, ni rebeldía ni perdón. na da na da de na da no echéis más cadenas sobre mí que ya bastantes orugas me carcomen y ya bastantes suicidios acometo cada día. la poesía es un arma cargada, únicamente, de balas con un solo objetivo: mi sien. punto.

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economías para una guerra a Ana Pérez Cañamares

sobre un lienzo negro te pedirán que lances una gota en rojo lo más pequeña posible. el lienzo negro ya tiene su gota roja, minúscula, imperceptible, banal. te pedirán que para economizar lances otra gota roja sobre el negro lienzo, y otra, y otra, y poco a poco el lienzo negro adquiere otro sentido, sentido al que te adhieres como propio, sentido al que das el sentido apropiado. poco a poco el lienzo negro tiene sentido en rojo, y has de comprar más rojo para mantener el sentido. ahora el lienzo ya es rojo. y alguien, algún día, te dirá que el lienzo fue azul o gris o amarillo. y asentirás.

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pagas con tu black te atusas el bigote circundas tu barba te colocas bien la corbata te levantas del banquete te enfundas la chaqueta das un repaso de superioridad a la sala te ajustas bien el sombrero y sales por fin a la calle. el miedo a que te toquen y te manchen de sociedad hace que camines deprisa hasta tu mercedes. ahí estás a salvo. esto está cambiando, presientes, y va siendo hora de cogerlo todo y buscar acomodo en las Bahamas. vendrán años difíciles y toca exiliarse.

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poesía son los silencios que se ocultan antes y después del verso, y de ti.

son las tres de la mañana más o menos y ahí estás tú, bebiéndote el vaso de leche, retocando unos cuantos regalos bajo el árbol mientras él duerme, con una media sonrisa y la cama vacía desde hace… desde hace ni sé que nadie te regala ese polvo quitapenas que sueles ver de cuando en cuando en el ordenador.

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ser poema a Lucía –ser poema-

es ser, ante todo, caos, transmitancia térmica y suicidio. ser poema es inconsciencia, opacidad y miedo. intimidad y duelo constante suciedad y ego, valentía y cadenas por doquier. eso es ser poema. y de vez en cuando, sin que sirva de precedente, un pedo si, un pedo, un gran pedo que lo vuelve todo humano y pueril.

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a pocos centímetros de mi boca un micrófono amplifica al auditorio palabras inconexas. encuentran engranaje en un espacio sin tiempo y toman acomodo en el sentir silencioso de otras voces mudas y expectantes. ni el orador ni el oyente se conocen pero las ansias de los dos se encuentran por breve como esposas en un confín donde siempre llueven penas. y es esa angustia esas entendederas que a veces no se alcanzan las que nutren de vigor y fortalecen la imaginación, la admiración o el duelo. a pocos centímetros de mi boca hacia dentro, -no lo duden-, todo es inquietud y miedo. y a pocos centímetros de la suyas hacia dentro todo sorpresa o recelo, interés o advenimiento.

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y un aplauso (a veces) rompe el hechizo y nos pone a todos en su sitio, quiero decir un poco más allá.

entre tus piernas el roce al caminar de tu sexo me recuerda un certero palíndromo. da igual su tiempo o su postura su cansancio, su cuajo o su relax, su sometimiento o su sinsentido, dan igual, sus principios o sus fines, dan igual siempre acabo en él, derrotado

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pasadas las divinidades las resacas y los tumores reanuda su reality incendiario este planeta menopĂĄusico.

te obligan a cavar tu propia tumba desde que naces, y cuando vas a cerrar los ojos por fin y en tu Ăşltimo suspiro crees estar "a prĂŠ" con todo y todos, recibes una ultima factura que tienes que dejar pagada de antemano. caro sudario, para que te vayas contento.

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no debió morir aquella noche, no debí matarlo, no era un buen día, al contrario, había estado lloviendo sin parar con esa lluvia meona que atora los sentidos y esa niebla baja que no distingue a los hombres de las ratas. no fue un buen día, el frío no dejaba ver las caras ni los gestos en esa vieja noche. el destino me puso ahí en vez de en cualquier otra ratonera, igual de solo, igual de ido, y aquel libro tampoco tenía que haber estado ahí, de inglés, llorando en aquel banco de aquel parque. y todo por la torpeza de querer saber siempre que dicen los solitarios acabé en el rincón de aquel tugurio intentando descifrar en aquellas palabras sueltas, un sin decir que me diera alguna pista. no debió morir aquella noche, no debió escudriñar mi paranoia tan de cerca y tratarme, después, de loco.

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al fin y al cabo solo podía leer, una y otra vez kill him hill him already, y él acercó el arma las balas y lo puso todo en mis manos. (demasiados camareros entrometidos)

toda la mística poética se acaba cuando tu vecina el día 10 llama a tu puerta y te dice si puedes prestarla 74,97 euros para pagar la calefacción este mes. esa cara es infinitamente más poema que todos los que escribiste y escribirás nunca.

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Cuando retorno y veo mis palabras huecas cubiertas de artificio ya es demasiado tarde ya fueron nombradas digeridas por valientes encadenadas para siempre a un poste, a un poste, a un poste. nada me redime ni la siguiente palabra ni el siguiente juicio, un poste, un poste, un poste para cucaĂąa y poco mĂĄs.

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me agarras por el cuello a Paloma Corrales

queriendomar con palabras roncas a un potro desbocado. y entre casibesos, verso tras verso casilenguados y entrelluviados herĂ­amos la noche con las venas abiertas para al final convenir que estĂĄ todo por nombrar aĂşn, lo de dentro y lo de fuera.

82


tus dos dedos te descubren cĂłmo cerrando los ojos se puede viajar por un infierno, sorteando realidades hasta dar con un paisaje limpio de pecado y sucio de sentidos. tus dos dedos te bastan casi siempre para imprecar delicias que de otra forma no crecerĂ­an en ti. pese a todo, pese a todos, pese a ĂŠl.

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nos deleitamos contemplando el mar. allí los espíritus hacendosos corren a contárnoslo todo con una falsedad calma. sobre un manto tibio de arena nos dejamos. cuesta más subir la montaña a por agua fresca y virgen. cuesta más.

solo habitan dos; el alcalde y la secretaria, una cabra negra como el diablo y mala como la miseria. en los días de nieve cercados de silencio los dos se reúnen en parlamento y decretan por unanimidad elevarse el sueldo un dos mil por cien. total cero patatero. (en recuerdo de los miles de concejales de pueblos pequeños que ponen su tiempo por la cara)

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entro en ti a darte las buenas noches y veo en tus sueños que estás con otro. aparte de eso todo va bien. las babosas siguen multiplicándose indefinidamente, lo interestelar sigue escondido en su armazón de nieblas, el sauce sigue llorando la misma romanza de siempre, y los caudales del Órbigo siguen sordos a las escaramuzas de los lagartos. todo va bien siguen su curso las células cancerosas de Juan Cansado, las migajas de pan siguen comiéndose a los gorriones del parque, los soldaditos de plomo tomaron por fin la plaza de España, y se fugaron con sus amantes los destartalados trenes de madera. y el tiempo perdido en sinsentidos, los sonidos del bosque que un día me cautivaron, las miradas furtivas de los tontos amantes, y acaso el ocaso también, siguen mirándome extrañados y confusos ante esta desazón exculpatoria

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que me anima a sobrevivir desde hace tanto y tanto. pero vamos que aparte de eso todo va bien, me digo.

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te recordé una mañana cualquiera de un insulso día cualquiera. no sé porqué, ni a qué viniste a mi memoria. tal vez una distracción en las cosas de mayores, o un agujero en mi destartalada memoria, pero allá estábamos, con cinco años un cubo y unas palas rojas construyendo nuestro castillohogarfortaleza, los dos desnudos de todo yendo y viniendo a por agua de aquél universo placido y manso que era nuestro mar y nuestro manantial de sueños. no sabía entonces que aquellos ojos canela, mirándome indecisos, que aquella risa pacífica y aquel cuerpo menudo y trasto vendría, muchos años después, a mi memoria con la sola intención de perturbar esta extraña incordura

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no soñar como última rebeldía no soñar porque alcanzar lo soñado es desbancar al miedo y desbancar al miedo es una injuria y un deleite que ya no me seduce en demasía. no soñar es decirle a la autocomplacencia, que mi mezquindad resiste ante los templos y los ídolos de barro. no soñar es el penúltimo juicio que se permite mi desfachatez y mi anarquía. no soñar me da acceso a levantarme cada día limpio de quimeras y sucio de humanidades. me permite mirar de frente y a los ojos a todos los destierros que conforman esos muros y esos desiertos que oscurecen mi horizonte. no soñar me revela un sufragio de voces a las que me gusta alimentar para seguir resistiendo en este juicio banal y superfluo que transito. no sueño porque no me lo permite esta ácima cordura que regento.

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no sueño por no dar valor a los pocos arrestos que me quedan. y sobre todo soñar está vetado a los pobres que aún deliberamos nuestro espíritu de venganza.

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ex-clase-media guardamos nuestra pobreza en casa, al resguardo de ojos indiscretos. guardamos nuestra vergüenza, oculta bajo palabras de queja con los más cercanos. vestimos vergüenza, y cada día somos un día más culpables un día más deshonestos y un día más pobres. nos pegaron las alas con billetes falsos. aplacaron nuestra ilusiones con letra pequeña y caducidad milenaria. y ahora, ahora que hay que dar la cara, partirnos la cara, hacer hogueras y llenar las cárceles con miserables y corruptos, ahora paseamos las calles en busca de las rebajas, el café, o la amistad para seguir quejándonos. de la mano de la miseria,

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la cobardĂ­a, y el no saber estar donde nos corresponde. tambiĂŠn haciendo poemas baldĂ­os.

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aprendieron con los años y los desequilibrios a hablar despacio, midiendo las palabras, y ajustando los gestos. aprendieron con los años que las palabras equivocadas y los gestos bruscos les hicieron tanto daño como sus brújulas mal calibradas. porque la palabra embota, asusta, adormece, e insensibiliza la razón si no te abraza te despierta y te lleva a razonar, contigo mismo, en este desierto de eternas dudas.

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como cuando de costumbre lanzas dardos a quemarropa y nunca das en la diana porque los malditos hijos de la soberbia se escabullen (abogaaaadooooo) en los escondrijos de una ley hecha por ellos a su imagen y semejanza. como cuando de costumbre lanzas dardos que rebotan y te alcanzan. has de saber que tus palabras cargadas de odio tus balas hechas con tintasangre no se pierden nunca, las reutiliza otro poeta para cargar de nuevo.

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da igual quien acierte, da igual, porque la bala las balas llevaran las muescas hechas con los dientes de toda la gente decente.

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nieves de verano a Nieves García Morán

con sabor amar, con saber a mar, con luciérnagas heridas, así se prenden los días y las noches y los días y las noches… con versos, con besos, con miradas y pequeños esbozos de sueños sin dueño, así se prenden los días y las noches y los días y las noches… se camina lento y torpe, sin desaprender y ciegos. valoramos el sentir y el sinsentir, con arrogancia y sin método. colaboramos con desgana y nos vemos tan lejos que sucumbimos al esfuerzo. y la cobardía se hace motivo y el motivo, ley y la ley, queja, y la queja, cobardía. somos caos y nulos adivinos, cera y gafas de cartón nublan los sentidos, y de nuestras bocas ¡hay de nuestras bocas! vicio e insensatez, inmediatez y miedo. y aún así, -me repito contestatarioaún así, no regalaría ni un segundo de todos mis vicios y defectos, de todo mi caos y mis miedos, ni un segundo de mis soledades y mis decepciones al olvido perpetuo.

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sé, que sabes que sé a Carmen y Juan Carlos

sé, que sabes que sé, que el amor es un vástago rebelde despiadado y ruin, (a menudo) que con inquina infiere en los defectos. que cualquier rendija es válida para despedazar el confort de lo sensible y lo armónico. sé, que sabes que sé, que la mezquindad se asoma, (a ratos) en los silencios, y el aroma del absurdo interfiere en algunas sonrisas ingenuas. se es fiel al cariño, al respeto y a la dualidad. se es fiel a la soledad individual del otro, y a la propia, a lo pactado en el reposo y a la mirada cautiva en el tiempo, a la pobreza y la riqueza, a la enfermedad y al enriquecimiento ajeno. sé que sabes que sé, (todos sabemos) que el amor es solo una excusa, un apósito, a la sazón, quimérico y agnóstico, y solo la fidelidad a uno mismo, cuenta.

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dibujaba a mordiscos sobre tu piel un poema que hablaba, (más o menos) de soledades y destierros. de cúpulas donde no alcazaba la noche, y el día abrasaba, cegaba y cercenaba los sentidos. dibujaba grietas, sobre tu pecho ajado, donde no cabía sensualidad aparente y donde tus ojos decían: -hazme el amor, a pesar de todo. dibujaba sobre tu piel, con mis dedos de tinta: -menos es más, y sobre ese pezón inexistente ponía el acento, y mi lengua lo plastificaba para que durase eterno. tu otro pecho, hermoso y valiente, parecía decir -cómeme a mí también, pero la querencia por lo frágil lo hacía sordo. mientras, tu manos apretaban mi nuca con más fuerza, diciéndome: -sin miedo, cómete sin miedo este cáncer, a mi lado.

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todo lo que se nombra, se pierde, la luz, la palabra, el color, la discusión. hay que gritar fuerte para que el silencio se oiga, fuerte de romper los tímpanos y los ojos. el silencio es una rata que corroe las entrañas y se bufa de los sonidos. muerde el polvo el mísero yo intrascendente, y el mísero yo intrascendente, agoniza en los párpados de los poetas. ¡desterradlo, por dios, desterrar ese yo cautivo que cultiva vocablos cenizos¡ la palabra es la juntura, el hechizo, la soberanía y el caudal de los no renegados. todo lo que se nombra, se pierde. los peces se pierden con la palabra branquia. los delfines muerden las miradas de los débiles que se atreven a nombrarlos. no existe paz con solo nombrar al héroe. no existe paz con solo nombrar al héroe. lo que se nombra, se enquista, como se enquistan las honduras del alma si no se cercenan pronto.

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no hay silencios. (ese el problema) y los pocos que se escuchan son de miedo y de vergĂźenza. todo lo que se nombra, se pierde, repito, como este poema, como todos los poemas perdidos en algĂşn bosque lejano del tiempo maldito que quisieron ser un dĂ­a hermosos y libres y se perdieron para siempre en la boca de otro naufrago que quiso y no pudo sobrevivir al silencio.

99


los viejos se van, poco a poco, sin despedirse, los viejos amigos y los nuevos conocidos. se van, y con cada sepelio, la misma sensación de intrascendencia, la misma sensación de ruina y ahogo, el mismo escalofrío, bajo las piedras lúgubres y majestuosas, en otro momentos sensitivas. se van, y te quedas con cara de muerto, -solo con cara de muerto, por ahora, envejeciendo más por momentos, y con más preguntas y menos respuestas que ayer. y los pasos se hacen más cortos, y pesa más la mochila en los hombros, y la mirada se retarda y profundiza, y las palabras se mastican más lentamente, y las esperanzas se olvidan, y lo inmediato se vuelve pasado, y el pasado, más presente que nunca, y la importancia apenas cuenta, y se nutre de vejez el cuero y de arrugas la sonrisa, y las intermitencias se vuelven nubarrones que alargan los días hasta la desesperación. se van y tú te quedas, y eso, a veces, algunas veces,

100


cuando te vienen, sin haberlo pedido, los recuerdos, es como si les acompañases forzadamente a un lugar donde no cabe nombre ni explicación ni duelos que valgan. y los recuerdos se mueren allí mismo frente a aquel sórdido agujero. y quien te diga que los recuerdos son lo único que nos queda no les creas, es una puta mentira. los recuerdos son solo gusanos mudos que van comiendo las pocas sonrisas que nos van quedando.

101


hoy, todo me huele a ti. en la panaderĂ­a, todo el pan huele a ti. paseo, y el mar huele a ti. me encuentro con Sophia, y Sophia huele a ti. haciendo la comida, el cocido huele a ti. el cobrador de la comunidad, huele a ti. Karmelo, que me sirve el cafĂŠ y la tostada, huele a ti. hasta el Ensayo sobre el libre albedrĂ­o de Schopenhauer que intento leer por quinta vez, me huele a ti. es lo que tiene, supongo, haberme quedado dormido entre tus muslos.

102


sobre el barroco y el ĂĄmbar del desierto se acomodan las palabras, sobre el oĂ­do atento y la boca silenciosa. susurros salen del penitente encaminados a la sonrisa el escrutinio y la sorpresa. queda, la foto muda, la cerveza, la risa y la mĂşsica. otra noche de poesĂ­a e incertidumbre. otra noche de insomnio. (a los susurros, canten o no y al Desierto Rojo)

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EL ROCKERO, EL POETA Y DIOS a Antoine Lamarck-Alberto

siguen avanzando los apocalípticos rockeros con sus endemoniados versos. “God's not dead” cantan los Newsboys -dios no ha muertoclaro que no, pringados, dios es vuestro iphone 6, dios es Christian Dior, dios es papa Noel y los reyes magos, dios es Justin Bieber y Miley Cyrus, Coca Cola es dios, McDonald's es dios. y yo sigo diciendo: seguid aferrados a vuestros dioses y vuestros cráneos serán de pigmeos, seguid aferrados a vuestros dioses y vuestros anos serán como túneles, seguid aferrados a vuestros dioses y vomitareis los discursos engendrados en wall street, la casa blanca o Samsung, seguid aferrados a vuestros dioses y nos os hagáis preguntas si queréis ser felices en la eterna placidez de los idiotas. mientras, yo, seguiré comiendo escarabajos, seguiré tocando la guitarra con furia,

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y seguiré escribiendo poemas sucios y molestos, haciendo mías las palabras de Robert Plant: “Creo que puedo cantar y esquilar unas cuantas ovejas al mismo tiempo”

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la ansiedad que produce, tu poema, en los labios de otro, en los ojos de otro, de las manos de otro. esa que te dice: sal, sal de aquí corriendo, respira profundo el sonido que hace el viento en el desierto y cómete los higadillos con arena y lubricante. y tira de una puta vez el Lexatin a la basura. porque una conciencia efímera no va a alargar, más de lo necesario, tu caducidad como mediocre.

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tengo unos ojos (que no son los míos) apretados contra mi nuca confraternizando con los sueños antiguos y ralentizando mis ansiedades y turbulencias. tengo unos ojos mudos (que no son los míos) hablándome de extrañas patrias, insultando mis fueros, e instándome a reconquistas. ¡qué malos caminos toma mi conciencia cuando, en los despistes, se cuela entre mis uñas la negrez de mi torpeza!

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GROUNDHOG DAY (el día de la marmota) era eso, el apartamento en Brooklyn destartalado, una habitación a semioscuras y el jergón en medio, posters de Joplin, Marley, y uno gigante del asesinato de Kennedy a la entrada. como en las películas la banda sonora cruel de las ambulancias y los coches patrulla merodeándonos. era eso, comernos una hamburguesa gigante del Colonie, mientras resumimos el día en pocos minutos para luego desfallecer oliendo a sudor y lubricante enmascarando el sexo. eso era el futuro, nuestro futuro, el único futuro posible que merecíamos. afuera llueve, como en una mala película de Spike Lee.

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no me preguntaron si quería formar parte y promocionar este artículo tan caro y apocalíptico. me lanzaron a la calle sin apenas instrucciones y como referencia única, un dios al que al poco abandoné. y así sigo, con pocos referentes, nulas esperanzas de salir inmune, y como único consuelo el de torpedear los ojos y los oídos, con torpes versos. a los que igual se sienten.

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tal vez, solo, tal vez, nuestra realidad solo sean sueños y mentiras, y todo lo demás: los cueros, las químicas, las sonrisas, las miradas, las lágrimas y los versos, -incluso los versosimpostadas interpretaciones, ecos lejanos de dioses lejanos, que un día quisieron burlarse desde la eternidad de unos pobres y minúsculos hombres.

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de facto, somos mentira. de facto. quién sabe? roedores, estrellas, estertores. quién sabe? entramos y salimos en otras vidas como furtivos, con una sonrisa, y apenas sin esperanza de permanencia, ni cobijo. de facto somos mentiras. eso sí, adornadas y multicolores mentiras. y educadas, multicolores mentiras educadas. y luego, cuando las espaldas se miran, las mentiras educadas se sueñan y se añoran y se duermen rabiosas y azoradas por todos los lloros del mundo. y aún así, y de facto, seguimos empeñados en seguir soñando mentiras a sabiendas.

111


ese goloseo de frente por detrás desde arriba y desde tu abajo se me antoja siempre salino. salado como una tormenta de peces vivos, como el abrazo de un calamar gigante. como la hiel, el cuero o la mostaza.

tal vez, solo, tal vez, nuestra realidad solo sean sueños y mentiras, y todo lo demás: los cueros, las químicas, las sonrisas, las miradas, las lágrimas y los versos, -incluso los versosimpostadas interpretaciones, ecos lejanos de dioses lejanos, que un día quisieron burlarse desde la eternidad de unos pobres y minúsculos hombres.

112


podría mirarte a los ojos y decirte que te quiero. podría. podría mirarte a los pechos luego a los ojos, luego a los pechos, luego a los ojos, y decirte que te quiero. también podría. podría también caminar detrás de ti un buen rato mirándote el culo, después llamarte y decirte a los ojos que te quiero. claro que podría. en vez de todo eso, vamos primero a manchar las sabanas de sexo como si no hubiese otro día, y después, cuando duermas -o te hagas la dormidaentonces, ya si, te voy a decir mirándote a los ojos, que te quiero, así, siempre, comiéndonos furiosos, y desesperados. o nada.

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ENTRE OTRAS COSAS "me da cierto reparo" entrar en un ascensor a solas con un banquero no vaya a ser que me narcotice y salga habiendo firmado unas preferentes. "me da cierto reparo" entrar en un ascensor a solas con un político no vaya a ser que me robe hasta un alma que no tengo. -por decreto ley en trámite de urgencia-. "me da cierto reparo" entrar en un ascensor a solas con un editor de medio flequillo, no vaya a ser que me pinte de negro y me haga pasar por su doncella. -medias, ligas y cofia incluida"me da cierto reparo" vivir rodeado de tibios y menesterosos, y por supuesto de todos aquellos que otorgan a los demás sus propias vergüenzas.

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aGAZApados "Sobre esta tierra hay por qué vivir / sobre esta tierra señora de la tierra / madre de los inicios y de los finales". (Mahmoud Darwish)

la guerra se juega, hoy, en el ébano de una sala aséptica del más lujoso banco de Wall Street, donde los magnates israelíes colocan sus pies, soberbios y asépticos. la partida comienza. las miradas bajas. los culos prietos en el tapizado cuero. NBC, CBS, ABC, CNN, AL JAZEERA van vomitando al unisonó su particular caudal de miserias. los bombardeos Israelíes masacran, exterminan, aniquilan, en un óbito perseverante y milimétrico. el silencio se corta con una tos o un suspiro. (se pide perdón). mientras, los noticieros siguen mostrando niños acunando madres, y noches rotas por fuegos de artificio. ya no se respira. apenas los tintineos de unos vasos de agua

115


sobre el tapete de juego. las incómodas posturas van durmiendo las extremidades. el órdago está dando sus frutos. más allá de Gaza, el mar. -todos a casa, la función se ha terminado por hoy dice calmado el más anciano, apagando su móvil. únicamente se atreven a hablar en la habitación del hotel, cuando una mujer les pregunta: -¿qué tal fue la reunión? y ellos contesten a la puta de turno: -bien. todo sigue en orden.

116


no sé responder a esa cuestión. venga usted otro día y le daré debida cuenta de todos los pasos por este vivir absurdo. aunque sepa que de mi niñez apenas tengo recuerdos, en mi adolescencia estuvieron todos en el filo, y del resto, del resto, mucha fortuna y poca gracia. no hay mucho más, pero venga usted otro día y le adjunto algún recuerdo gracioso a lo ya dicho. y después, otro día, tíreme al mar, bien lejos y profundo, tal como acabe, sin otro divertimento, sin otro traje. sin más palabras, que ya todas fueron dichas.

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MOMENTOS ESTELARES a Javier Cánaves “Utiliza tu edad, tu picardía, tu sexo, tus lecturas, todo cuanto esté en tus manos para conseguir lo que quieres, las cosas que te hacen feliz o menos triste.” Javier Cánaves

todo es tan susceptible al cambio en esta playa con olor a after sun, a sal y cueros hermosos. no hay nada que corregir. todo es perfecto. cada palabra ocupa su lugar exacto en el ritmo del verso de Javier Cánaves. o sea, entre las piernas de un biquini verde, mientras unos pequeños pechos despegan con destino a Venus. todo perfecto. cada mirada, en su culo exacto, (digo, en su sitio exacto) cada lascivia, ocultamente light. el cantábrico llama, morboso,

118


al final de su vĂŠrtice, te enseĂąa el ombligo y sin que te des cuenta estĂĄs en su vientre, pariendo suicidios verdes.

119


"no hay sitio en Madrid para bomberas". (dice Botella). no hay sitio, quiero decir. no ha lugar la protesta. por condición, los bomberos, todos, son Adonis dignos de salir en revistas con taparrabos y abdominales pétreos. (sine qua non) no hay departamentos para ellas en los bomberos de Madrid (punto) no pueden, no son capaces (genéticamente) ni de conducir un camión (demostrado), ni de planificarorganizareconomizar (demostrado también). las mangueras son cosa de (Adonis) hombres. Amén. y veo a ese policía (de la Comunidad de Madrid) seboso como un hipo. mare mía, mare mía, que no me levanten el móvil ahora, que no hay bombero cerca.

120


el mejor marketing (oído, depredadores), no es aquel que, despóticamente abruma al cliente. tampoco lo es (oído, depredadores), el banal e insustancial desapego al contenido. sí, la sinceridad, la honestidad, y la concordancia. sí, la gracia y la imaginación, el boca a boca y la humildad. oído, depredadores, el efecto contrario es lo conseguido, porque al fin y al cabo, yo soy el que paga, el que elige y el que os llena las papadas. el efecto contrario (recordad), el efecto contrario. aviesos sin seso. inútiles vendedores de pacotilla.

121


CUERO BLANCO mueves tus dedos diminutos sobre este lecho blanco, sobre este cuero blanco que es mi cuero, y ya no hay tiempo suspicaz de quejas, ni relĂĄmpago que no acierte, ni acertijo que no sea bramido y destierro. mueves tus dedos diminutos sobre estos ojos cerrados que duermen en tus ojos de silencio, y son mis cerrojos los que desordenan el equilibrio de tus virtudes, y son mis alcoholes los que evaporan tus tiempos y mis tiempos y sus tiempos. es peligroso mirar tu alacena y descubrirla aĂşn misteriosamente llena. te vas y vuelves con un vaso de leche, y me rocĂ­as, y me duermo.

122


ya tu, a Cristina Otero

ya no ma da. ya es mi tĂş, ya es mi yo. ya es ca paz de soĂąar por si sola lugares de carne y miedo. ya no es mi Cris, ya es des ti no, ya es som bra, ya es a ma da, ya no es ni Ăąa, ya es ya es, ya es.

123


tienes un "as" debajo de la manga y eso te hace todopoderoso. confías en el olvido del tiempo y en la ignorancia del resto. vives en el filo cada día, sabiéndote impune aún en el descubrimiento. así yo también son simpático, buena persona y hasta guapo.

124


LLÓRAME ESE TANGO DE ENTREPIERNAS Llórame ese tango de entrepiernas y que se agosten los inviernos más procaces. Hazme atronar los estertores hasta desgastarme por completo, hasta deshacerme en duna o sementera. Llórame, tango, llórame lento. Desflora mis inercias a lo absurdo, y que trasmuten mis noches en desiertos. Lléname de oasis las entrañas y que corra el dátil y la miel por lo cóncavo y lo convexo de mi inconsciencia. Llórame ese tango de entrepiernas como solo tú sabes, hoy, precisamente hoy, ahora, cuando necesito todos mis caudales a recaudo. En este instante necesario y huidizo donde crecen madreselvas y narcisos desde mis tobillos desgastados hasta mis labios, quejumbrosos y adormecidos. Llórame ese tango tantas veces malquerido, tantas repudiado y dolorido. Llóramelo hoy,

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entre navajas y claveles, de raso y con vino negro entre los dientes. Que necesito bailar con la muerte un rato, lo justo en reponer los enclaves en el justo sitio donde nunca estuvieron. Tiempos necesarios para morder destierros. Tiempos necesarios para masticar inviernos.

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pensamiento político universal. fíate de mí. entraré en tu casa como uno más. sabré todo de ti. llevaré tus cuentas, y te diré lo que debes comer y lo que no, fíate de mí, buen hombre. te diré qué coches debes conducir, a qué lugares podrás ir de vacaciones (si considero que te has portado bien), y qué amistades puedes o no tener. fíate de mí. donde y casi cuando has de morir. tus gustos los dirimiré yo, tus cuitas amorosas, tu cantidad y calidad de sexo y hasta te diré cuando debes gemir o permanecer en silencio. fíate de mí, no temas. fíate de mí porque te controlo y sé lo que te conviene. fíate de mí porque es mucho más fácil vivir así que andar todo el día cavilando historias absurdas.

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abandónate a mí porque tú solo no sabes ni puedes caminar, porque este mundo no está hecho a tu medida y yo te lo voy a dar todo hecho. abandónate. fíate de mí.

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colores Eloísa Aguilar San Millán

dar el color preciso a la vida equivale a arrancárselo a uno mismo, a volverse cada día un fundido en negro, quizás buscando el claroscuro perfecto entre los sueños que se fueron y la sabiduría que no acaba de llegar. dar el color preciso a la vida es renuncia, desconsuelo, altruismo y miedo. allí donde pintamos un rojo se desplazan las pasiones y las risas. los azules se transmutan en luciérnagas soberbias y se alejan inmaduras, a un destierro incierto. los amarillos son indecisos: ahora están y ya no los verás en años. los cárdenos y los verdes son místicos, afloran para recordarnos las virtudes y los vicios en el momento más inesperado. al final, todos,

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como en un suspiro, tornan a esperarnos o nos llaman desde el otro lado. ÂżquiĂŠn sabe?

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el diablo también escribe poesía. a Chapu Valdegrama

poesía de la buena, de la que se regala en cumpleaños, envuelta en papel seda de un azufre cardenal. de la que se recita en casas de cultura, se remueve en variopintas antologías, adorna los suntuosos salones de los magistrados, o conmueve a los ingenuos novios. el diablo escribe poesía en papel de periódico porque le da igual la salud y el genio. el diablo encuaderna, el diablo sospecha que son suyos todos los versos, las cadencias y las métricas. y no mira las estrellas cuando repasa y recita su cuaderna vía, porque sabe, (bien los sabe el diablo) que esas esas desordenadas galaxias que fructifican y paren chorizo y hostias, esas, son de otro diablillo igual de terco que se llama Chapu Valdegrama. cuando dice: menos astrofísica y más futbol.

(o al revés, ya no me acuerdo muy bien)

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escucha. ¿lo oyes? los ojos en silencio, las bocas babeantes. el poeta recita mientras las putas siguen gimiendo y exigiendo su parné. el poeta recita en silencio, y fuera las calles siguen mercadeando con los vicios, las virtudes y los cuernos. el poeta chilla y la calle no entiende lo que pasa. ¿quién es ese que grita tanto y no dice nada? ¿porqué se sube al estrado? ¿quien le dio permiso para alzar su voz? ¿pagó sus impuestos? ¿dónde duerme, dónde vive, paga su alquiler sin demora? ¿dónde compra los sueños? el poeta recita mientras come gusanos. y escupe los ojos.

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no creo en banderas ni en símbolos. no creo en patrias, ni en himnos. no creo en salvadores, ni creo en redentores. no creo en credos ni en fronteras, en vasallajes, peajes ni divisas. no creo ni en mitos ni en pitonisas. como no creo tampoco en peros ni cortapisas. no creo en milagros, ni en apóstoles, en papados ni embajadas, coronas, ducados, marquesados, ni monarquías parlamentarias. no creo en dioses. de ninguna calaña, bajo ningún símbolo, bajo ningún sexo, ni de ninguna galaxia.

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rey ná. rey no. reí. abdica já. abdica rrá. reí, reí, rió, baca rrá. rra, ré pu bli cá, rra, rra. que nó, que rey nó, que no rey na rá. que no, que princi pena da, que princi pitá, abdica já, abdica no, republi cana, republi cano, republi ca ya. rey de Bekelar rei ná de ná, el pueblo decide lo que quiere el pueblo. el pueblo quiere lo que decide el pueblo. lo que decide el pueblo es lo que quiere el pueblo. no quiere rey que reine, ni reina que luzca, no quiere luces de rey ni que ningún rey reluzca. ni reverencias que hagan torcer la espalda ni una espalda molida de reverencias.

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el pueblo no quiere fantasmas, ni sombras que no gobiernen, ni gobiernos que se encorven ni cuervos que nos estorben.

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si lo dices por ti, lo acepto, solo si lo que dices lo dices por ti. dices: una curva es una línea terrestre. mundana, vana e insustancial. dices: una curva es un runrún intemporal, asociado a un eco sempiterno. dices: una curva es la inconsistencia del tiempo. como un beso solo roto por otro beso. almizcle. dices: una curva es el espacio existente entre la levedad de tu sexo y la ubicuidad del mío. sigues diciéndome: curvar es traspasar el fermento que nos lleve al espacio-tiempo, donde solo exista coyuntura. y para finalizar te quedas tan ancha y me apedreas con una curva de desprecio ante mi mueca. mira, querida, si lo dices por ti, lo acepto, pero para mí la única curva, la única,

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fue la que formรณ mi mirada en tu trasero hace un rato y que permitiรณ, al encontrarla, que vinieses a ronearme. pero eso fue hace ya mucho tiempo, -4 o 5 minutos-. demasiado tiempo. y ya he pagado, con creces, mi purgatorio.

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busco palabras y no hay palabras. busco gestos y solo hay palabras. busco abrazos y solo hay gestos. busco miradas y solo hay abrazos. busco complicidad y solo hay miradas. busco nada y todo, de repente, me ahoga y me asfixia sin contemplaciones. los encuentros, afortunadamente, no son lo mĂ­o.

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tiñoso, me dijiste aquella tarde en el parque circular, con aquellos 12 y 13 años mal puestos, cuando te devolví yo la pelota mientras me mirabas con aquellos ojos caramelo que aún recuerdo y aquella sonrisa de pícara diabla inquieto, miré el grueso diccionario nada más llegar a casa. ha pasado el tiempo y hoy por fin lo entiendo. jugué, jugué mucho y aposté fuerte. y tenías razón. he tenido buena suerte.

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poeta como símbolo unitario, como hedonismo del yo contemplativo, disociado, mítico y místico. yo, alegórico de vanidades y miedos, yo, humanidad asocial, yo, quejido íntimo, yo, yo, yo, únicamente, yo. mierda de yo, mierda de ego, mierda de íntimo, mierda de poeta si con eso pretendes entrar en el parnaso de los intelectuales iluminados. estremécete con el yo ajeno, estremécete con el pulso que te rodea, con el que te alimenta y te sucede, con el que llora y con el que se rompe las uñas, por ti, y para ti. porque su voz es tan tuya como los huesos que un día serán tus huesos, porque sus palabras, impronunciables, nacieron para ser aplicadas por ti en versos furiosos y certeros, para tu gloria y su anonimato.

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sal, poeta, de ese bronce que tanto bruñes y que manoseas hasta la extenuación, y conviértete en voz de oprimido y horca de opresor, sé útil, poeta, conciencia y voz de un pueblo marginado a golpe de hostia limpia, cada día. eso es poesía, poeta, y no querer limpiar tus tripas con el perdón de un lector que ya no te cree, que nunca te creyó, y al que aburres soberanamente.

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cada lienzo, a Bea Rod

cada sonrisa, se guarda en el olvido cada palabra, en el olvido, cada lĂĄgrima, en el olvido. el olvido estĂĄ lleno de momentos desaforados, y cada momento nuevo es un nuevo intento de amar. paseo y veo un nuevo guiĂąo. entonces comienza todo de nuevo.

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Hipatia a Bea Lopez

denso es el caudal por donde circulan los sabios. densa la voluntad de cambio. poderosos los circuitos por donde se pasean los escarnios. es carne de buitres, siempre, el pensamiento libre. amargo. no te estĂĄ permitido volar, aĂşn, levantar los pies del suelo conlleva pena de muerte, hoguera, destierro, desmembramiento, mujer es odio. mujer es tĂŠrmino prohibido. mujer, mujer, mujer, mujer, mujer, mujer, mujer, fatalidad, oprobio, desastre, sangre, miedo. denso es el caudal de los sabios,

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quien ha visto desangrarse a un hombre, sabe que su saber es gelatina en un asfalto de Agosto. Hipatia duerme sobre su ascetismo conformado de estrellas. Hipatia vive en el saber y la confrontación de huesos de mujer, rotos por la ignorancia de los dioses y la apatía de los hombres. solo el firmamento teje la capa que cubre el pensamiento. solo el firmamento acuna y guarda la voluntad de ser libre, de ser mujer, de ser hombre, de ser razón. como la primera luz, como el primer sol, como el primera locura, en un ágora iniciático.

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maestro a Rodrigo Paniagua

no es difusa, la luz no es difuminada, nada. sembrar, sembrar, sembrar. todo contiene y todo es contenido. no dañar un embalaje tan fino con la parsimonia de los tiempos, no dañar un embalaje tan fino con falsos dioses. equilibrio, equilibrio, equilibrio entre el yo y el tú, entre mi espacio y el tuyo, entre nuestras sombras. maestro, otro quite, por favor, y el niño juega a ser torero y a dar capotazos al día, a la noche, al viento y al sol. gracias maestro, gracias maestros, no da para más. ni para menos, el juego de la vida.

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tú. siempre tú. nunca tú. mi perdición y mi consuelo, mi arrogancia, mi desdén, mi hipocresía. mi tortura, mi semejanza, mi valor, rabia y refugio. palabras que lo son todo y que se alejan del doliente a una patria inexistente. palabras que jamás se quedan, volviendo comprometidas. vástagos bastardos. polizones que huyen sin que el viento los llame. tú, siempre tú, nunca tú. cara conciencia la mía, siempre ardiendo. atenta.

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ni sé dónde voy, ni de dónde vengo, ni sé que hubo antes de mí, realmente, ni lo que habrá mañana. da igual. hoy me calzo los mismos calcetines de ayer o voy descalzo, me visto o me desvisto igual de complaciente, las palabras me atormentan o se abren ante mí como bálsamo. da igual. pruebo con alcohol cuando la página en blanco se resiste, pero solo me habla de mentiras. solo me habla de mentiras. y me sigue dando igual, porque siguen siendo las mismas mentiras que me mojan cada día. el acomodo en las mentiras diarias, es el bálsamo de mi no existencia.

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así, de entrada, me pareciste la típica chica tonta, rubia de corto, uno ochenta y muchos de larga, tipo pasarela (vómitos incluidos) y con un culito clavado al de Angelina. pechos pequeños, como corresponde a esta simetría. elegante, por supuesto, traje de chaqueta en tonos ocres y tierra, y el consabido toque de color en un colgante de avispero. así de entrada, dabas el pego. incluso tu rostro denotaba hidalguía con una media sonrisa atenta e implicadora, verdes ojos inquietantes, y en las pequeñas orejas unos hilos de marfil. los dedos, largos, los pies de asueto con tacón enorme de aguja infinita. hasta ahí todo perfecto, decente, conquistadora, liviana. luego llegó él. bajito, calvo, nariz de cuadrilátero, achaparrado, macarra, libidinoso, con un puro kilométrico entre sus garras ensortijadas, puntera de chulo en sus pezuñas,

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pendientes de oro macizo y desbocada dentadura. os besasteis, traicionĂĄndonos a todos, y os mirasteis como conejos en celo. despuĂŠs de eso se cerrĂł el mundo con una cremallera interminable.

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un accidente. eso dices que fue lo nuestro, un accidente. cóncavo, trashumante, indeciso, lleno de imprecaciones y de sexo. de idas y venidas, de encuentros y reencuentros furiosos bajo sábanas ácidas, de hoteles ácidos con amaneceres ácidos. eso fue todo, dices, un accidente inconcluso, una paranoia, un abandonarse en los quehaceres domésticos. quedaron maltrechos nuestro cuerpos, sin taller que quisiese hacerse cargo del tal desaguisado. y así nos despedimos. y así seguimos viviendo, mutilados, rotos, casi inservibles para otra condición que no sea seguir amando, amando fuerte, entre tanta chatarra, con los restos.

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escuchas (a los amigos y amigas de la Universidad Popular de Palencia)

atento versos como humo dilatado en un silencio quedo. escuchas atenta límites y ocasos con niebla y lluvia de voces amigas. son tuyos los universos, tuyos, todos los misterios, las bacanales y las imperfecciones. escucháis atentos las esperanzas y los miedos, que son míos, que son vuestros, que son los de siempre. GRACIAS.

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a K. Iribarren ese señor serio que lee poemas serios con semblante serio ante un auditorio serio que solo se ríe cuando toca, constante mira la lluvia, cansada ácida, y tácita.

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caen las 12:27. julio. 23 y domingo, para más señas. salgo al parque detrás de casa. a la sombra del fresno, un banco triste me invita. abro a Karmelo por la mitad, y me cuenta: “Haz el amor y no la guerra decían. No te jode, como si eso fuese tan fácil” jodío Iribarren, lo que dice.

153


después de una bronca, dicen, dicen que después de una buena bronca, inmediatamente después, llega un sexo fantástico, un fantástico polvo que se lleva todas las palabras absurdas que nos comemos a diario. se las lleva el aire como polvo, después de un buen polvo, justo después de una buena bronca. esos dicen lo que saben de esto. y yo, que nada sé, me pregunto, porque entonces mi polvo permanece pegado a mí, tanto tiempo después. descompuesto y sin un buen polvo que echarme a la boca.

154


somos gigantes en zapatos de niño, cuadrícula universal y viento norte. paralelas. sórdidos barrios bajos, míseros, lodo y caras agrietadas, sin escrúpulos. barrios altos, engominados y sin honor. pudimos ser gigantes y tan solo somos arañas, ratas, hienas, buitres.

155


ISOLDA, LA DE LAS BLANCAS MANOS lloramos como perros viejos, en silencio, como lloran los exilios, en silencio, quietos, sin ruidos molestos. lloramos como los pasteleros sobre dulces ingobernables, como viudas de fehaciente descrédito. lloramos después justo de hacernos con un amor ingobernable. “el velero viaja con velas negras, Tristán”.

156


cada noche me devoras, comes mi carne y das a los perros mis huesos. cada noche renaces con las vidas de mis dĂ­as. cada noche eres sutil con mis ojos y los dejas descansar. todas las maĂąanas encuentro a otro lado de la puerta mĂĄs huesos devorados, y mĂĄs perros inversamente proporcionales a mis miserias.

157


la trascendencia compete exclusivamente al yo. al yo torturado, al yo emergente. las palabras, gestos, muecas, soberbia, humildad. trascendencia insufriblemente mĂ­a.

158


a los 15, el Ramón, el Pedro y el Félix, intuyendo la respuesta me decían por enésima vez, -tío, decídete de una puta vez, ellas o el rockcasualidad o no, nos vimos de nuevo todos rondando los 50. -¿qué, como te trató la vida, follardor?mentí. lo mismo daba.

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no sé donde colocarme. perdí un rumbo que creí seguro. los bares ya no están tan sucios. cambio mariposas por cucarachas. siego los olivos. me crece el cabello a desmán, y no sé donde colocarme. los prostíbulos cierran a las nueve y media. en el mercado ya no hay cenicientas. las nubes impostan agua checa, o rusa. los zapatos están llenos de cámaras de aire, y no sé donde colocarme. hasta los poetas escribimos versos rancios como putas encabronadas, y la propina que llevo en el bolsillo ni me da para un rolex, y encima resuda heroína. os lo juro, ni puta idea de dónde colocarme, en estos tiempos de mierda.

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no es tiempo de suplicas. es tiempo de sables. no es tiempo de versos. es tiempo de sables. no es tiempo de cantos. es tiempo de sables. no es tiempo de salmos. es tiempo de sables. no es tiempo de desgarros. es tiempo de sables. para los tibios, repito, es tiempo de sables, afilados.

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si la poesía ya no te ama, compadre, lo mismo va siendo hora de volver a pensarte lo del suicidio. viajar hasta a barra del bar, servirte un gin, y pedirte al camarero que invite a la morena del fondo. que, aunque sea señora y rime con estrambote, te quitará sin duda ese par de telarañas que llevas tatuadas y te ahogan. la poesía, querido amigo, también tiene su precio. y ya deberías saberlo.

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me empeñé en hacerte el amor en el funeral de tu madre. no me preguntes por qué. el regocijo de saberla fuera de todo fue tan inmenso, que en el silencio tanato solo acertaba a ver tu tanga por encima del pantalón. en serio, no preguntes, lo sabes de sobra. los condones no se evaporan solos de la mesita de noche. ni tu pene de plástico viaja solo hasta el fondo de su armario. los regalos de boda, NO SE VENDEN A TERCEROS. ni a terceros la vida privada que no te pertenece. ¿quieres que siga? me empeñé en hacerte el amor y casi casi lo consigo.

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“...y permitidme para terminar que recuerde los versos de un autor español: Está el hoy abierto al mañana mañana al infinito Hombres de España: Ni el pasado ha muerto Ni está el mañana ni el ayer escrito.” (Antonio Machado, muerto en el exilio)

NO DESCANSES NUNCA a Amparo Paniagua

no descanses nunca de atusarme. nunca, de recorrerme, limarme la sonrisa, las deudas, los linajes que mis escamas lloran. nunca dejes de leer mis párpados. y si las ráfagas de mi aliento, tórridas o no, te proponen purgar el pecado de mi cuerpo, ¡nunca! ¿me oyes?, ¡nunca! dejes de atusar esta calavera que adora tu seso asexuado.

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no había otra, no cabía más concilio que unir lo ineludible, y salivarnos, aquiescentes y furiosos, al pie de aquella iglesia fría y muda. temblaron tumbas, silbaron órganos, y un dios acuoso, en lo alto, sonreía de envidia.

VERÍDICO cuando sacudo la alfombra del salón en el patio interior de casa, la agarro bien fuerte, exageradamente fuerte, y aún así, la sensación de que se irá volando, me angustia. y no es sino cuando, ya dentro, cierro la ventana y la coloco en su sitio, cuando siento lástima.

165


hola, Don Pepito, hola, Don José, ocho hermanos en torno al bote de Nocilla con los Rubio encima de la mesa, los lápices y las gomas de borrar, el olor aún de los plásticos de forrar, las pareces ocres y el silencio ante los deberes del día. padre levanta el vuelo a las cinco de la mañana y llegará para la cena, como cada día. ahora que recuerdo, nunca me subió a sus hombros, ni se sentó conmigo ante un problema de mates. nunca echamos un partidillo, ni, sentados en un sofá inexistente, vimos juntos un Madrid-Barca. ahora que recuerdo, nunca hablamos de chicas ni de sexo, ni de política. mis vacaciones, alejado de él en campamentos, las de él, en el segundo curre, con el cepillo, el formón, la cola y las cuñas. y un nuevo curso y un nuevo año y me iba haciendo mayor, y a él, la vida seguía sin pertenecerle, sin quejas ni altisonancias. sus silencios, entonces apenas me hablaban.

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ahora que recuerdo, años después me lo dijeron todo sin apenas tener que articular sonidos, y cayeron lágrimas culpables ante su sonrisa resignada y cómplice. nunca eché de menos lo que no tuve y luego viví con los míos. en su ausencia, presente siempre su gesto adusto y fiel. y, bajo manga, sus propinas y sus afectos, siempre en silencio cómplice, siempre con una extrema presencia ausente, que no vacía. gracias eternas, señor padre. (se sigue llamando Juan Antonio, y ahora vive)

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LOS DÍAS PARES este tuyo y mío sea lo que sea, es un juego absurdo. y lo sabes, y lo sé, y es intransigente y pueril, y hasta sucio dada nuestra edad de lobos grises y desdentados. los dos sabemos, -no me pongas esa cara que no nos queda ya mucho más que seguir comiéndonos a bocados los días pares, para en los impares regurgitar y comentar las jugadas.

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te voy a morder todos los sueños hasta desangrarte, y que tu razón se equivoque a cada instante, y que no razones, ni regurgites cumplidos absurdos, y que tus deseos se estrellen en baldes de sulfuro. te voy a morder todos los sueños hasta hartarme de veneno, y cuando ya nada te quede, nada, y tu semblante sea carbón, y tu vientre yermo y ácido, entonces, poesía, y solo entonces, empezaremos a sernos útiles, mutuamente.

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MUJER TANGA, (entre otras cosas. no se me enfade nadie) mujer tanga, de interminables concupiscencias y poderosos dominios. capaz de delinearme su contorno como tatuaje. capaz de delimitar con mi lengua su embalaje. mujer tanga, que me corroes y me encadenas a ese limbo señalado y oscuro que me niegas y después me ofreces. triángulo mortal, almidonado, algodón dulce en la feria de mis sentidos perversos. sin pudor te vas vistiendo lentamente mientras me pierdo en el encaje y las suturas. aguanta un poco más. no me ciegues la avaricia, que aún me queda morderte esos pómulos, duros, que me hacen pecarte.

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hoy no tengo un puto verso digno, que echaros a la cara. hoy no tengo tripas, ni semblante, ni manzanas que daros de comer para que pequéis. hoy mi historia no tiene ventanas, ni aire limpio donde enjuagar mis pulmones. es así, así de triste, y así de simple. y un suicidio no se contempla aún, porque soy más que un cobarde hoy ni siguiera contemplaré la idea de quitarme el piojoso pijama raido que me regaló mi madre hace 10 años. salgo al balcón y vomito sobre un asfalto sucio y vacio.

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SUSURROS A PIÉ DE PÁGINA señora, ¿de qué penumbra sale para romperme todo y reinventarme distinto?. ¿de qué penumbra me hace nómada de su cuero salvaje?, nómada de su cuero y sus encías. apósito salvaje, salvaje rescoldo. señora, a pie de página me colocó un “reiniciar”, y entre susurros firmó un armisticio envenenado a mis versos. dejé de ser ese sueño quijotesco y vacío que vagaba, y ya mi garganta dejó de estar seca, y ya mi lengua ajada e inerte. . me pidió celeridad y agarró por los huevos a mi ingrávido yo. señora, que daño más rico enjugó mis sienes la noche siguiente, cuando las palabras lo hablaron todo, y los sexos tomaron el relevo, y se jodieron el uno al otro. me provoca, señora, cada día, una nueva hornada de panes de leche y hiel.

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te escribí una carta de folio y medio, a mano y con letra suave y tranquila. (borrador incluido). la lloré de perfume melancolía y la deposité con sumo cuidado en el único buzón que quedaba en la ciudad. y esperé. y esperé advenedizo. años después, cuando ya el mar me había inundado el salón, recibí una postal desde el otro lado con tres palabras. me fui añorándote.

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EL LADO OSCURO DEL CORAZÓN (cita de Oliverio Girondo)

“no sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con aliento insecticida. soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer premio en una exposición de zanahorias; ¡pero, eso sí! y en eso soy irreductible, no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar”. hay Oliverio, Oliverio, yo tampoco.

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es el arte reflejo de algo? y después, qué? arrogancia, ego, vanidad? qué? salir de una soledad para entrar en otra más triste y más hipócrita? y por qué? y hasta donde dejar de ser y ser el enemigo. el contrario, el adversario, el otro yo impasible y cobarde? los demás no entran en contexto. nunca. no son, estorban. aparecen al final para comerse los frutos. para equivocar la esencia, para desterrar el sonido de la voz, y ahogarlo y sumirlo en el caos. el artista lo es cuando es solo, cuando lo abarca todo y se sabe inabarcado, y se siente dominado, y todopoderoso y frágil, y ladrón de todo lo que nunca será suyo. después, un segundo después, te zambulles en un mar oscuro de donde jamás podrás salir.

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para quĂŠ, entonces? por quĂŠ?, si permanecerĂĄs ahogado por siempre.

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TIEMPOS AD VERSOS siempre fueron adversos los versos míos. apostillaban caudales de infinitesimales ruidos en un vacío ensimismado. me constipaba de aire y germinaban versos lánguidos e imprevistos, versos adversos, ad versos ad versos, ad versos decía mi conciencia ingrata. no mires a quien y como, nada de versos por encargo. no seas centro ni periferia, adversos serán siempre las costumbres y los vicios. adversos los cantares que oigas cerca. escucha los rumores y apareja con ellos el cinismo. ad versos, ad versos, adversos los versos y el tiempo, siempre.

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al señor Enrique Señoráns (valga en este caso la redundancia)

te acercas a la letra como un oriundo que ama lo escondido y lo imposible. al verso náufrago, te acercas, al melancólico, al suicida, al alquimista y al meloso, al joven y al viejo, y al pobre, es indiferente la patria y la entrepierna. si la coherencia entra por el sexo, o sale por la garganta, si habla con las manos, o, cerrando los ojos, dormita en el murmullo de los tiempos. te acercas a la letra, silencioso y cautivo. ¿Qué más da si se conjunta en párrafos o versos, si se sangra o pare la palabra, si se mastican piedras o se orinan hierros? tragicomedia, amigo Señoráns, tragicomedia, pero eso ya lo sabes. gracias, y que nos quiten lo “bailao”.

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ya en el 84, en San Fernando de Cádiz, patio de armas del cuartel de marinería, el alba nos sorprendía -a una pendejada de imberbes, uniformados y sumisos-, escuchando, penitentes, las absurdas y torpes proclamas de unos pequeños aprendices a dictadores. ya entonces, en el 84, las risas de las putas gaviotas taladraban mis oídos con sus graznido-risas, y lamentaba, entonces, que las balas de mi cetme, fueran de fogueo. 30 años después; los mismos aprendices, las mismas putas gaviotas, las mismas graznido-risas, y parecidos lamentos. “la historia se repite cíclicamente”, -dicen algunos-. mentira, la historia no se repite, se repiten las miserias y los lamentos, porque no paran de nacer a diario nuevos hijos de puta, y los demás seguimos uniformados y sumisos.

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OTRA EDUCACIÓN ES POSIBLE cuando desde primaria se enseñe educación vial, procreación responsable, honestidad en los sueños, aprendizaje de nuestros mayores, alimentación sana y cultivo solidario, política participativa, historia de las religiones, economía doméstica, poesía, higiene corporal y mental, fotografía, pintura, escultura y música autodidacta, solidaridad, igualdad, deporte sano, otras culturas, y respeto. (entre otras) no solo otra educación será posible, sino VIVIR, será posible.

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INSTINTO al final, la vida solo es puto instinto. juego de canicas abriéndose paso a golpes. vicio tras vicio sobre un tablero marcado y macabro. todos somos unipersonales. todos somos egoístas, vanidosos e inseguros, miedosos e hipócritas. todos, en la soledad de nuestros lechos, nos arrope abrigo carcomido por el tiempo o seda de la Lombardía italiana, incluso si nos arropa el viento o el amor de nuestra vida, todos, somos un suicidio permanente de sueños, esperanzas y cobardías. digo instinto y digo casualidad y suerte. digo puto ateniéndome a las reglas del sinsentido de un tiempo que nunca está donde se le necesita.

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la experiencia tan solo es un artificio burlรณn del destino. al final, la vida, es puto instinto.

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MY WAY a mi manera desplegué velas, el viento las rasgó mil veces y mil volví a desplegarlas sucias y remendadas a mi manera. a mi manera también subí y bajé a los infiernos de mi inconsciencia, y si lloré y reí como un tonto encapsulado, fue siempre a mi manera. mi manera de construir y avanzar, perdiéndome, buscándome, y encontrándome sin sentido tantas veces. a mi manera besé, folle y amé, siempre inconsciente. fue a mi manera como en épocas pasadas, desenvainé mil espadas. y suturando, una y otra vez volví siempre al mismo punto de partida. pero siempre a mi manera.

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OTOAÑADAS otro otoño ñoño. otro año amañado. otra mañana ajada y destemplada. otro mes frío y sin dueño, otra nevada. se queda el niño de antaño solo, en el rumor y sin sueños. van quedando atrás otoños encariñados, vasos vacios con posos añorados. y sigue lloviendo, y siguen las mismas dudas y los mismos miedos. y siguen valiendo los mismos principios a pesar de que la mezquindad se renueva a cada instante. y solo avanzan los valientes y los suicidas. los demás siguen muriendo en los mismos silencios de antaño.

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quién diría que el otrora rincón, pasto de orines caninos, sería hoy el rincón de mi desangro, de este irse discontinuo, de este alejarse sin remedio entre abiertas cuchilladas sin sentido. está la noche fría y mi boca solo sugiere adentros. quién diría que la otrora calle de paseos primerizos, que la misma luna que nos acompañó aquél día, hoy resurja lejana, burlona, soez, y dolorosamente inexpugnable. tiene gracia, cierta gracia, que la calle contemplada ahora entre penumbra, sea la misma que un día fuese auspiciada de besos incontrolables e incontrolados, que esa esquina falta de luz, inexplicablemente, fuese en otro tiempo testigo silencioso de nuestros primeros tactos, de nuestros segundos, incluso, más íntimos y, más lujuriosos. o no, quizá no tenga tanta gracia. la niña, con tres años, subía cargada con su pesada carga de sabiduría aún por descubrir

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por esta larga acera que hoy ve discurrir mi sangre impertérrita. no, no tienen ninguna gracia estos últimos lances que de mí se despegan. pensar que ayer a escondidas, reservaba ese viaje para dos a París como regalo a 25 años cómplices y absurdamente enamorados. no, definitivamente no tiene ni puta gracia acabar así, como un perro, por unos míseros cinco euros para un paquete de tabaco.

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quítate ropajes, despacio. primero ese egoísmo que mutila tu voz. deja que desabroche tu vanidad. bájate lentamente ese ego negro de encajes y déjalo abandonado a los pies de la cama. suéltate el orgullo del pelo y guárdalo para siempre en el cajón del olvido. viste de humilde transparente y sal así a la calle. y que el viento se ocupe del resto.

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ni me toques. hasta tu saliva corrosiva es acero que me penetra y me mata. ni me toques, ¿me oyes? lo más cerca, muerto. pero el vecino es hombre. el policía es hombre el juez es hombre. el político es hombre. el barrio es hombre. el país es hombre. la religión es hombre. la ONU es hombre. el PUTO GLOBO ES HOMBRE. y el hombre, ese que no puede pasar un solo día sin el coño de una mujer entre los labios, y lo disfraza de amor sobrevenido. ese que tira de cartera y paga en el cajero la compra diaria y que, arrogante, mira en el nombre el pecho de la cajera. ese con el coche grande y la polla pequeña. el mismo que en la reunión o el almacén, se deshace por el culo de la mujer de la limpieza. o ese que no acierta con la fotocopiadora y requiere

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cada día de las explicaciones solícitas de la secretaria. o el que se baja al bar a ver el futbol y le pide baboso la caña a la camarera, mientras la contraria hace la cena. ese hombre, ese, u otro igual de imbécil, que te mira sin verte, mujer, que te alza la mano, la voz o la mirada, ese, debe morir. ya.

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no abras alcobas que no vayas a ventilar, ni sueñes quebrados absurdos, ni repitas versos almidonados. no salgas a la calle si no es para vivirla y comerte los adoquines uno a uno, no te calces botas si no es para pisar fuerte, y seguro. ni beses si no es para cargarte de razones. no malgastes ni tus tiempos, ni las esperanzas de otros. no te burles de otras bocas, ni te mees en otros cementerios. no pasees sobre jardines primerizos, ni corras como un loco en noches vacías y oscuras. no leas poesía si no eres capaz de vivirla en voz alta todos los días y a todas horas. no sufras en balde, es de necios. SI FUERA POSIBLE

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un vaso de vino entre los dos, una charla distendida sobre odios, melancolĂ­as o sinsentidos. si fuera posible un par de miradas sin trasfondo, un rozarse de manos amigas, un puente, un sendero, un barco, un caminar, en definitiva, de palabras entre ambos. si fuera posible no definirse, no odiarse, no sentir rencor ante las pĂĄginas vividas. acotar, si fuera posible, los espacios pasados, atarlos fuerte, envolverlos en papel de regalo, y ofrecerlos como ofrenda de tregua y paz. si todo eso fuera posible, digo, los aĂąos vividos, juntos, serĂ­an dignamente recordados.

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nadie me ha explicado aún dónde fueron a parar ni las inocencias de niño, ni las perrerías de adolescente, ni los furtivos primerizos. olvidé demasiadas cosas, demasiadas sensaciones limpias y vírgenes. no debería añorar, lo sé. contraproducente. pero hay tanta morralla al fondo del cajón.

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es Fifí un perro fiel y valiente. con una lengua larga y cálida. un pene pequeño y un pelaje gris viejo. abriga chaquetón escocés rojo y coleta rosa fucsia. Fifí es obediente, y cuando su dueña la señora de Urquijo le cepilla a conciencia los dientes y la lengua y le dice: ven Fifí, ven, toma esta piruleta. Fifí salta al sofá paciente y se adentra en el embudo que forman las piernas de su dueña. es jueves y ya van diez piruletas esta semana. cogerá una indigestión Fifí, fijo. ojo, que cada uno es muy libre de hacer con su cepillo de dientes lo que quiera, faltaría más. eso sí, la señora de Urquijo ya pidió para reyes un gran danés.

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te recuerdo, Amanda (al chileno Víctor Jara)

que la factura del gas está aún sin pagar, que mañana Yoigo te corta la línea y que de nada te sirven esas lágrimas en el baño con el grifo corrido. TE RECUERDO AMANDA, la calle está mojada, la vida, vacía, los escaparates navideños, insultándote, el neón, y su puta madre. TE RECUERDO AMANDA, que tendrás que sellar el viernes la cartilla del paro, y que no podrás hacerlo esta vez por internet. TE RECUERDO AMANDA, que Javier tendrá que dejar este año la universidad a medias, y que Cris sigue sin libro de mates, ni inglés. TE RECUERDO AMANDA, que no debes volver a pensar en eso, -no es una opción-.. TE RECUERDO AMANDA, que Manuel sigue cada noche “muriendo” en brazos de su secretaria, y que jamás les pasará un duro a tus hijos, -el muy cabrón-. TE RECUERDO AMANDA,

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que los viejos siguen echรกndote a ti la culpa. TE RECUERDO, AMANDA. TE RECUERDO, AMANDA.

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cásate y sé sumisa corrobora el arzobispo de Granada. y debe ser verdad porque de esto la curia sabe tela. yo, afirmo. sé sumisa, pero ante todo, cásate. si no, de nada habrán de servirte los latigazos, el latex, ni el cuero. te bendecirán los utensilios al respecto los 15 de cada mes tu cura habitual. y el buen manejo y uso decente te serán convenientemente apostolados en encíclica papal. sumisa y ferviente, ama. sin importar si te aman o no. “Dios nunca dejará de hacerlo” y con eso debería ser suficiente. él sabrá darte los latigazos medidos y correspondientes, cada día. sé fiel,

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callada y comedida. guรกrdate de opiniones propias y recela de todas las ajenas. procrea y cuida en la fe de la sumisiรณn a tus vรกstagos hembras. y no olvides contarte a tu confesor como van esos progresos salve.

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te hilo a Carmen Gc

en esa conversación bizarra que tenemos raras veces, cuando el alcohol genera grumos en nuestra pelota, -normalmente a la hora de los gatopardosy cuando sacas a relucir exotéricos contrastes vitales sobre un dios que se pule en crack nuestros sueños. hilo tus memorándums en silencio para no interrumpirte, afirmo con la cabeza cada 2,54 minutos y cada 5,31 saco a relucir un “ya” o un “evidente”. al final, (o casi al final) te pregunto: ¿desayunamos? entonces, ese chocolate con porras deshace los nudos y nos diluye los misticismos. y al acabar el último sorbo es cuando el sol nos escupe a la cara la otra realidad; la que nos saja la conciencia. dios comienza a alucinar de nuevo.

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“Coger una rosa a medio abrir, acariciarla despacio, introduciendo entre los pétalos el dedo corazón. Ir separándolos suavemente hasta que la flor quede abierta por completo. Aspirar entonces. Su perfume intensísimo. Llevármela a la boca. Hundir contra sus pétalos mis labios mientras intento con la lengua tocar el fondo.” (Ana Rossetti)

Natalia y Lourdes comparten lecho y un poema de Rossetti. alumbradas única vela morada con olor a jazmín comprada a los chinos de la esquina. Lourdes tiene los pies helados y Natalia ofrece el calor de sus muslos. hoy no hay besos. las dos llevan atadas sus manos a la espalda y se comerán a bocados como nunca, serpientes izadas al tenaz Léucade. luego pasearán por Aluche con las manos en los bolsillos de atrás de sus respectivos vaqueros. cenarán algo en el kebab de siempre e irán al concierto de Imelda May. se tienen a dos se aman a dos

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y sus sexos nunca tendrán dueño. Natalia y Lourdes bordean aún quebradizos, pero tiene suerte, a sus abuelas las apedrearon y desterraron a un silencio de ahorcados.

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fue un error comerte tan de poco a poco. salivarte tan lento agotó rápido el espasmo. fue un error grave delinear el tiempo en espirales o sucumbir a la música de Da Palestrina. fue un error leerte en color Benedetti, o cocinarte a fuego lento dos horas y media. fueron un error imperdonable mis versos blancos, impecablemente vestidos de domingo, en raso y charol. lo fueron también los masajes Morfeo y los susurros adormideras. graso el ensimismamiento, infructuoso el comedimiento tú querías sangre, sin importarte períodos, querías demonios que hirieran tus entrañas, querías golpes de sexo en tus nalgas, y arañazos a lo Deep Purple, querías tu cuerpo bañado en bourbon y para tu boca un pene gigante y negro que te rompiera los tímpanos y las bocales. eras graffiti obsceno y tacón de aguja labrado.

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eras de comerte a los yogurines de a seis y a los maduros sodomizabas a conciencia. eras de llegar a casa en calzoncillos y con esposas. eras controversia y acero Kafka. y yo, mientras, desvirgando Nancys.

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sí, soy un inconsciente. sé que soy un inconsciente. de sobra sé que soy un inconsciente. lo sé. pero tu cama borra de cuajo mi tolerancia. tu culo borra de cuajo mi tolerancia. tu lengua borra de cuajo mi tolerancia. tu sexo borra de cuajo mi tolerancia. y lo que es peor. tu sonrisa de eterna ausente, acelera como en un imberbe todos, todos, mis sentidos.

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te pareció erótico, a la mañana siguiente, ver nuestras ropas casi alineadas, desde la puerta de entrada al dormitorio. recordaste, al pronto. volviste al tálamo. me despertaste de mi sueño húmedo. y me follaste más salvaje aún, a la luz, que en la tiniebla.

tengo copia de tu perfume entre mis enseres. con ella rocío mi vestir, mis sábanas, mi almohada, mi sexo, mi abrigo. sé que no estás. de sobra sé que no estás. pero he aprendido a engañarme tan bien, que tu aliento mece de continuo todos mis silencios.

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me arrinconaste en el callejón de alcoholera, sobre una pared desconchada y a la oscura te ofrecí mis labios frenéticos. y tú solo mirabas. rasgaste mi blusa y sin sujetador, mis pechos se ofrecieron a ti religiosos. y tú solo mirabas. rasgaste mi bragas desesperado. y tú solo mirabas. te desabrochabas la camisa lentamente el cinto, pantalón y bóxer. no había sexo en ti. pero tus ojos taladraron mis sentidos. tus palabras me hicieron el amor con tanta rabia y tanta furia, que quedé embarazada in seculorum de un poema lascivo e inquietante.

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tomad todo. tomad de mi, todo. todo. tomad también mi rebeldía. haced de mi cuero trizas, girones, dejad que mi sangre marche a las alcantarillas. tomad todo, mis vísceras, a los cerdos, mi corazón hacedlo explotar, sin miedo, no importa. el resto lo podéis quemar, enterrar en cal viva, me es indiferente, de verdad, absolutamente indiferente. quemad también mis libros, todos todos mis poemas. os lo repito para que os quede bien claro: me traen sin cuidado vuestros juicios. soy libre por lo que me compete, soy libre por ser quien soy y saber hasta donde quiero llegar, por saber lo que me motiva y lo estoy dispuesto a perder en el camino. y eso no podréis arrebatármelo.

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quiero que te saltes todos los stop que encuentres a tu paso, todas las concupiscencias, todas las normas y preceptos que aniquilen tu imaginaciรณn y tu templanza. quiero que un reguero de deseo, por vivir, guie tus sentidos. quiero que una pรกtina del placer de vivir, tumbe a los agรณnicos sentidos de la carne y revivan, en ti, el deseo por lo oculto, el sinsentido y la lascivia. quiero que te saltes el concubinato y la plica, y pases directamente a lamerme el cuero que te espera hirviendo y a la sazรณn.

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daos la paz al final de la iglesia de la concepción, llena de gente y oropel, durante la misa del corpus, vestidos de domingo riguroso. ella con 15 recién cumplidos, vestido blando calado, calcetines, charol y coleta. tergal y camisa blanca, yo. “daos la paz” y con una me tocaste el culo. “respingón, me gusta”, dijiste susurrante y nos dimos, luego, a solas, en la penumbra, toda la paz que requería nuestros cuerpos, después de una guerra de descubrimientos primerizos a base de salivas, palpitaciones y orgasmos iniciáticos, Marimar y yo. la paz fue con nosotros esa noche de regreso a nuestras respectivas camas.

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ADN (dedicado a los 192 muertos, 1858 heridos y millones de afectados en los atentando del 11M)

los pies, bajo mis ojos, me delatan. camino lento, no paseo. un pañuelo de papel, morado, con ADN. unos cordones rotos, blancos. un condón que habla esperanto, (marca Rouco). una patilla de gafa, metálica. unos auriculares, un poco más lejos, todo sobre un tapiz de balastro gris, como un granizado de sangre. semienterrado un anillo de compromiso. imperceptible, una lentilla azul. el capuchón de un bic naranja, mordido. un mechero rojo transparente. un cigarro a medias, plano. un trozo de papel cuadriculado donde leo: “eremos o no seremos, ¿quién lo sabe?, te amo, Ramón”, en letra minúscula. un pendiente en forma de calavera con una gota de sangre marrón en la boca. un ticket de metro, me paro y lo recojo con dos dedos, “Marzo, 11, 2004”, una ráfaga de aire me lo arrebata, lo miro desaparecer y sigo.

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vómitos. una hebilla de reloj. una uña rojo inglés. de nuevo veo el ticket acercarse y alejarse. noto presencia a mi lado, no veo a nadie. un tren se acerca, me aparto y sigo descubriendo pequeños trozos de muerte y olvido. un pequeño lápiz Fabel Castell. seccionado, naranja y sin punta. una goma Milán, verde y sin usar. un botón minúsculo, rosa, entretelado. una boca. una mueca, sorda, cierro los ojos y sigo caminando, mudo, y sin sombra.

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poema de amor número 32.234.122 empalagosamente cierto. descontroladamente inseguro. da igual quien seas, o lo que desprecies. cuando llega lo insensato se te desliga la razón y te conviertes en mártir del descontrol y la duda. por la borda los prejuicios y las normas, por la borda la moralidad y los juicios. se es prisionero atónito, muñeco, bailarín, deseo y lujuria, sexo y saliva. cuando llega ya no se es razonable ya no se es calculador ni frío, se desplazan los circuitos al centro y colapsan al músculo y lo invierten y lo trasmutan y lo aprisionan. si llega, si permanece, no lo jodas, y disfruta del sinsentido.

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Toño, 47 años hoy, esta noche, no es una noche de ripios, ni palabras hermosas, estratégicamente colocadas. hoy, este noche, me voy a la cama con una sensación amarga después de un día entero de tanatorio. ya sabéis. pues eso, que ni la puta poesía hoy, me llena, ni me dice nada, ni si quiera me hiere o me sonroja. me tira de los cojones tener que escribir, porque no tengo sentimientos que contar. y aún así… pues eso, que hoy la realidad supera en infinito, todo lo que pueda deciros.

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¡¡¡ MI REINO POR UN LIBRO !!! escribe, edita, publica, vende, recita, firma, viajes, sonrisas, manos, silencios, más sonrisas, más firmas, más viajes de regreso solo, alguna borrachera de ego. y soledad. mucha soledad. y más soledad empapando todos los rincones dudados de tu alma. y después de la soledad, el vacío de la hoja en blanco, de la vida en blanco, del amor en blanco, de la vida en negro. ¡¡¡mi reino por otro libro!!! y miras la jeringuilla usada por si acaso queda algún rastro de la heroína que fuiste ayer, mientras todos te sonreían y auguraban grandes éxitos, comiéndose los canapés a dos carrillos. ¡¡¡mi reino por otro libro!!! buscar un lugar donde pinchar, pero no queda espacio entre tanta cicatriz.

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es lo que tiene coquetear con la droga del éxito, es tan efímera como un culín de Jack Daniels en una noche de perros. ¡¡¡mi reino por un puto libro más!!! aunque sea de aforismos.

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desaprender bajarse del ripio y subirse a una escalinata para tocar los huesos roĂ­dos que deja una luna romanticona y desfasada. caer luego sin red y recoger por el camino cuantos desperdicios ajenos o propios puedas. [reciclar: (transitivo) someter un material usado a un proceso para que se pueda volver a utilizar] reciclar el orgullo en ayuda, el ego en perdĂłn, el recelo en templanza, la envidia en solidaridad. reciclar el yo en un nosotros, en un todos. todos, sin exclusiones, ni filos de navajas. desaprender.

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acentúame los sonidos que de mi cuerpo salen quedos. acentúame los besos mudos, los que salen sin pasión o con duelo. acentúame los orgasmos incompletos, los baldíos, los ecuménicos, los sórdidos. acentúame todo, todo, cada poro, cada pliegue, cada pozo, cada espasmo, cada vocal, cada músculo, hazlo con cada sueño incluso. acentúame sin miedo, con un beso, una caricia o un mordisco cada milímetro, cada pliegue, cada poro.

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me gusta escuchar a los que saben. y odiarles, y celarles, porque sus palabras son mis palabras, las palabras que no sé decir porque soy un imberbe, y carezco de materia y adn adecuados. y me cuelo en sus rendijas, trasteo en sus sinónimos, me guardo alguna palabra en mis bolsillos cuando nadie me mira, y con ella hago fortalezas, y juego a ser señor o canalla, o seductor, o pirata, o poeta, cuando toca. eso, con solo una palabra. si se da bien el día y puedo traerme a casa dos, no soy un profeta, soy un dios.

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SOLO LOS GIGANTES COMEN Pร JAROS no importa como crezcas. no importa las veces que sucumbas, ni las heridas, ni las dudas, ni las veces que quisiste saltar. no importan tus versos, tus pรกjaros, ni tus diablos. cuando naufragas, solo ves gigantes.

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de algo hay que hablar. me cuenta una vieja amiga, que se acaba de morir Andrea, su sobrina de dos meses. ¿y qué haces? ¿qué coños la dices que no sean los absurdos consuelos que ya sabe? y te presentas. y te quedas callado. y se te encogen las putas tripas. y te vas haciendo poco a poco a un lado. y la miras a los ojos, de lejos, y compones una cara de gilipollas. y miras al suelo. y por un instante imaginas que es tu hija. y te sudan las manos. y te empiezan a doler los huevos. y señalas, con un cigarro, que sales fuera. y te pierdes por un rato, con la cabeza gacha y la mirada perdida. y le preguntas a dios, porqué no se llevó antes a tanto hijo de puta suelto. y enciendes otro, y otro, y otro, y cuando decides volver ya se han ido todos. y entonces sientes un alivio cobarde.

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me deshilo de ti me deshilo de ti a pequeños tirones unas veces, lánguidamente otras, pero me deshilo de ti como sin ir queriendo. recoges sedal, y yo racaneo y cedo mansamente a tus besos, sin la pasión debida. sé que lo notas. igual que notas como nuestro sexo es más de abrazos y menos de sudores. nos deshilamos, y es curioso como en este tira y afloja, subyacente, la vida no pasa, no circula, se nos es vehemente, tal que así nos deposita un claroscuro mucho más ancho, que es de soledad mundana.

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“LA VERGÜENZA ES UN SENTIMIENTO REVOLUCIONARIO” llevo manchadas mis manos aún después de 20 años con las sangre de aquella cabeza rota en las revueltas de Madrid del 2012. llevo el –para ya, fascistaimpreso en mi número de placa para deshonra de mi estirpe. y lo que era poder y sublimación, lo que era orden, jerarquía y mando, terció en odio, desesperación y ultraje. 20 años después, viejo y solo “mi vergüenza es tan grande como mi cuerpo” a Marx y a Gamoneda (por los entrecomillados)

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influencias Influencias, pocas. Las justas para mantenerme a salvo de otras tempestades que no sean las mĂ­as. Intentando que el negro solo sea golpeado por mis propias rĂĄfagas de furia.

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la chica de La Curva se sentaba siempre sola al final del largo y duro banco negro. cruzaba sus menudas piernas de rejilla o cuero, y con lápiz, sobre un lienzo de claroscuros, de música suave, voces tenues, o susurros a pleno pulmón, pintaba palabras, una a una, lentamente, en su moleskine amarilla, ya gastada, con pastas de cachemir. su copa siempre verdejo suave. su mirada triste, siempre, sus palabras parcas, y avergonzadas. invisible y constante, trascendía a poesía a quienes llegaban ávidos, y se marchaban borrachos de alegrías, de amistades, de poemas, o miradas. y ahí sigue, acodada, invisible, liberada de cadenas y palabras huecas. si miráis bien,

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al final del largo y duro banco negro sigue la chica de la curva.

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ya tú sabes, a Carmen Gc

como el hormigón esconde bien a sus muertos inservibles. ya tú sabes, levanto piedras sin conciencia de levantar gusanos. ni leo ni escucho tus silencios a voces. ya tú sabes, lo torpe y sin memoria que respiro. de mi inconsciencia y mi desarreglo, como un cura sibilino y lascivo, como un arreglavidas embustero y mezquino, ya tú sabes. sé que no es escusa quererte para herirte, como no lo es, dejar de amar tu intelecto desordenado, olvidándote. que soy un torpe, juguetón e inexperto en estos juegos de mayores, y me pierdo en mi pobre filosofía, hecha a retales de juicios solitarios, ya tú sabes también. perdona, perdona por jugar con tu dolor queriendo, hipócritamente, compartirlo. no lo volveré a hacer más. pero ya tú sabes, soy un niño tonto y caprichoso, al que no hay que hacer mucho caso.

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cuatro patas para un banco señores, esto, esto tan solo es una vieja y gastada silla. cutre, solitaria e inerme silla. pero los malditos poetas intentarán convencerlos que esta silla, u otra pareja, es la base donde se a sentó una república, una revolución, donde se a sentaron conciencias, se levantaron muros, o se cerraron vidas a golpe de tiro en la nuca. les dirán, si no andan al tanto, que esta silla, u otra análoga, a sentó el erotismo, la pornografía, el escarnio o la lujuria. les dirán que sentó las bases del pensamiento y la conciencia, y sirvió para que los dioses mostraran al mundo sus deidades y sus vicios. señoras, señores, que no les engañen estos majaderos, esto, tan solo es una triste silla, cutre, solitaria e inerme silla.

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si miran mรกs de cerca, estรกn jodidamente perdidos. como ellos.

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libelo para ti, a Bea López

infame chinchivino, despojo, ruin, casquivano y malevo, desearte muerte impía, trasquilar ese cuero sucio con daga fina, cortos trozos y dártelos a comer, cerdo empaquetado en Armani. libelo para ti, mandarte a la infiel Beatrix que envenene la copa negra que ingieres cada noche, mezclada de burbon y ricina. hilanderas de susurros que acechen y asesinen todos tus sueños tras por tras, con el deleite del insomne errante. tejen devenires las parcas de lo ausente, y no siendo más que alma empenada obligado estás a servir, a postrar y obedecer, a entretener, dar calor y sangre fresca a tus amas. dueñas y señoras de tu estirpe in eternum. leed, y conjugad los verbos absolutos. ateneos a conjuras ancestrales si de esta no tomáis nota sensata,

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y al cruzaros con las damas de lo oscuro no bebĂŠis de sus mieles ni acicalĂĄis vuestros miembros. hilanderas de susurros son, bebedoras de miel de sueĂąos. tened cuidados.

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amiga invisible primero fueron risas y confidencias, después susurros, y más tarde, frágiles acordes picaros y seductores. iban y venían las palabras, raudas. y los silencios, cautos e incautos, traían incertidumbre y celo. se desbordaba la lujuria y ya no había control sobre nada, y ya no había lugar ni tiempo donde un virtual polvo nos convenciese más, ni nos llenase menos. luego llego el amor y todo lo rasgó y descompuso, lo texturizó y lo silenció. más tarde, los reproches y los berrinches, y más reproches y más berrinches. y más silencios. y como manto, una distancia que nos salvó de nuestras cobardías. y así continuamos, jugando con las palabras y los sexos, dos ambiguos seres que ni son lo que quisieran ni serán lo que fueron.

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solo quiero un rato de ti, solo un rato, en lo que me como tu boca, te despeino y te vuelvo a peinar. y te descubro frágil y extrema. solo un rato, una cerveza, en lo que te desnudo y te sigo descubriendo. un rato largo. -define largo (dices) lo suficiente para enamorarte, acabar de descubrirte y que el vacío se instaure entre nosotros. -¿y por qué ese vacío? porque todo lo que se bebe con ansia, se acaba algún día. -¿y después? después solo seremos posos, y nuestros ratos serán de otros. y así hasta la muerte. -define muerte (dijiste burlona) tú. tú eres mi muerte ahora.

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Marta, te estuve espiando, camaleón espía, invisible man, dejando colillas en el suelo. te estuve espiando, Marta, como caminabas aprisa en la lluvia, con esos medio tacones que azoraban tus tobillos, que endurecían esas piernas largas, que templaban tus muslos, ahogaban tu sexo, endurecían tu vientre, y palmeaban tus pechos, mientras te mordías el labio inferior porque llegabas tarde a la cita del lunes en el hostal la paloma. sí, Marta, te estuve espiando, mientras el lampiño, desnudo ya, te esperaba masturbándose en una cama con olor a lejía y a rancio. Marta, sí, espiaba tras el tul de lluvia, viéndote quebrar tras el impermeable tierra. llegabas tarde porque perdiste demasiado tiempo en decidir que bragas ponerte. y mientras te alejabas volviste un segundo la cara,

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y tus ojos me dijeron demasiadas cosas que creĂ­a olvidadas. decidĂ­ darte a ti el parte favorable, y contarle, a tu marido, que sus sospechas eran infundadas.

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no es serio este cementerio de nichos andantes y cobardes, en un asfalto caliente y rojo de desaires y de sangres. no es serio transportar cadáveres añejos a lomos de encorbatados y enlutados buitres. aún lo es menos desenterrar gusanos, si no es para darles digna sepultura. no es serio volver a sangrar la misma sangre por las mismas guerras ya lloradas. no es serio, coño, vomitar, una y otra vez los mismos sinsentidos que otrora fuera pasto de milicias y requetés. volver a cantar a la patria sus adobes, volver al mantel de ganchillo al tabaco picado, al emigrante, al calzoncillo largo, al cacique, al hazmerreír de Europa, no es serio.

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volver a la leña, la piña y el carbón, volver a los dos, o a los tres trabajos para mal subsistir, a la universidad para ricos, a la candela y la migraña, a la verbena y el pantojo, al belén y la candela. repito, no es serio. no es serio resucitar la España castiza de grises y lecheras, de silencio, odios y vergüenzas, de toreros y trenas, de futbol, partida y pipas en paseos de domingo, de cine en fiestas en la plaza del pueblo, del parte sesgado, del NO-DO y las subastas de miserias del nosotras parimos... no es serio, señores, nada serio, este puto cementerio al que siguen llamando España.

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acentúame los sonidos que de mi cuerpo salen quedos. acentúame los besos mudos, los que salen sin pasión o con duelo. acentúame los orgasmos incompletos, los baldíos, los ecuménicos, los sórdidos. acentúame todo, todo, cada poro, cada pliegue, cada pozo, cada espasmo, cada vocal, cada músculo, hazlo con cada sueño incluso. acentúame sin miedo, con un beso, una caricia o un mordisco cada milímetro, cada pliegue, cada poro. podría escribir de casi todo. y casi todo es nada cuando la nada te miente diciéndote que lo es todo. y de repente, te conviertes en un todo ubicuo, o en una nada inconsistente cuando crees tenerlo y serlo todo. de nada sirve la palaba hueca si no apareja experiencia, o consuelo,

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o duelo. se puede hablar de todo con una sencilla palabra, o de nada apegado a una lujosa enciclopedia. malo es tenerlo todo y que ese todo te lleve a la nada, por no ser ni sentir nada. hoy puedes verlo todo sin llegar a ver nada, creer sentirlo todo sin llegar a sentir nada. hablar de todo, sin saber de nada, llorar por todo, y mĂĄs tarde, llorar por nada. vivimos en un mundo apoplĂŠjico del todo o nada.

237


uno de esos, quiero uno de esos, unos de esos besos que saben a salitre puro, pequeñas olas, endiabladamente sabrosas, pequeños girones, sutilmente expuestos al placer, y a la concordia. yo quiero que mi lengua delinee su carne, que barnice a conciencia todos y cada uno de sus rincones más lascivos. sonrosados o no yo quiero morder esos labios carnosos y frágiles que me ofreces en el centro mismo de tus muslos y bajo el mutilado monte de la diosa. yo quiero perderme para siempre, anclarme, recogerme, dormirme, en ese frenesí que te acontece mientras cierras los ojos e imaginas como te vienen los orgasmos, uno tras otro y te vas alejando a un paraíso donde solo hay urgencia, sexo y sudor. un día de estos, cuando menos te lo esperes, te voy a deshacer todos los miedos, te voy a regar de absenta y te voy a beber frenético y alucinado,

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me voy a perder en ti para siempre, y no volver jamรกs, a este puto globo, ruin y sin sentido.

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CUCARACHAS EN EL ESTÓMAGO te amo, porque me ensucias, me manchas y me confundes. llenas mis días de días. me revuelves las entrañas, me las haces vomitar en versos corruptos, intransigentes o pueriles. te amo así, visceral y procaz, lujurioso e insensato hasta la paranoia, encelado de tus juicios hostiles y encadenados a miedos ancestrales. me quemas, mujer, ardes en mí los instintos más básicos y más perros. me muerdes la razón y me pregunto y me pregustas qué zona de mi garganta más aguanta los golpes que lanza tu lengua sensata. te amo porque me ensucias, digo, y me obligas y me violas los parámetros caducos que sostienen mis sentidos. y ya no me quedan arterias, ni ventrículos, ni venas por donde no circules, ni corazones que sacrificar, y me toca inventarte diariamente y suicidarme en ti, como un núbil tierno y deforme.

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son cucarachas en el estĂłmago las que se comen a las mariposas estĂŠriles que nacen de la pulcritud del amor edulcorado, y virginal, y maloliente del tiempo.

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aquí tienes el sentido a mis sentidos, la lujuria que posee a mis avaricias. la longitud de mis venas se mide por la longitud de mis deseos, y mis deseo es incinerarte en orgasmos, mi deseo es fundirte con el semen escanciado e inútil que se pierde día tras día en cuerpos transparente y furiosamente mundanos. acércate. acerca ese tumulto de sexo a mi cara, que quiero perderme en él como gnomo en un jardín de delicias. y que llueva, que lluevan eternamente los orgasmos y que calen mi lengua, ácida de orines.

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subiré a la montaña rusa de tu cuerpo con él único anclaje de mi lengua y mis dientes. suspendido en lascivia y ternura a dos iguales te beberé, sorberé y comeré, colérico y caníbal. insaciables orgasmos bajan de la cama, se afeitan con navaja, y regresan al paria mundo que adormece cebollas de miseria.

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basta ya de tanto cielo azul, de tanta noche negra, tanta nube algodonada, tanto héroe y tanta gaita, basta ya. basta de reprimidos sexuales, basta de corsés andrógenos, basta de poesía de burdel, tabaco y whisky, de paranoias sentimentales, de antifaces de cristal, basta de dormir con un ojo abierto, de mirar por encima del hombro, de desear el mal ajeno, basta ya, de joder, basta ya. que no me vengas con historias sobre que si un día de estos… o que no sabes si… o qué dirán… basta ya de horrorócopos, basta ya de viejas encadenadas a perlas, basta de correveidiles, de lameculos y cobardes. basta ya de viejas patrias y conejos en chisteras, basta de magos y de anuncios de 3x2 y de el tercero gratis, y de que este lava más limpio y de que este corre más y de que una cubertería gratis

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por unas cadenas de na. basta de tanto gilipollas suelto que aĂşn cree en descuentos, fidelidades y saldos. que la vida ya te quita todos los dĂ­as un tiempo precioso como para andar regateando miserias.

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se parte de risa mi sombra. de mi fidelidad nada sabe, y de mis miedos, todo lo domina y lo encumbra. me es vilmente infiel, y a mis espaldas, todo lo pregona y sementera. acaudalo rimas imposibles e imágenes absurdas de filosofías núbiles, apostolados sensibles y certeros, caudales asequibles e insaciables, pero la muy puta solo nombra las veces que flexiono mi espalda, y me trago la lengua, y retengo mi orina, y se pudren dentro las palabras precisas de neonato deslenguado. de cuando en cuando, desenfundo mi flamante bic naranja, balas arial de 11 milímetros, y a quemarropa la acribillo poseso de rabia, descargando una conciencia inútil y barata. se parte de risa mi sombra, y me manda una peineta desde el otro lado de la calle.

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DESEMBARCO DEL REY Una espada corta para el día a día, cota de malla para el puñal advenedizo, traidor y cobarde, y espada larga para las batallas decisivas. Desembarco del rey: se corta la cabeza al traidor, -sin titubeo-, y se sigue al soberano hasta la muerte. Soberana idea la de ser honesto con uno mismo. Si la idea es equivocada, la honestidad te salvará en todas las batallas.

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DE HABITACIONES, PERROS, NUEVA YORK Y UN TAL HANS habitación con luz roja de prostíbulo. pedí que me dejaran a solas un rato antes de recitar. aquél día tocaba el Bronx Opera Company. al editor americano no le había gustado mucho la elección. a mi sí. ya había estado hacía dos años en nueva york, firmando ejemplares del poemario premiado SORDIDOS AMANECERES EN CALCUTA, en el McNally Jackson en el centro del Soho y en varias librerías más. ahora me habían liado con un par de recitales aprovechando el tirón del nuevo premio. yo había elegido aquél por esnobismo. estábamos en el Bronx, pero no era el Bronx, no al menos el Bronx que tanto habíamos visto en American Gangster, distrito apache o descubriendo a Forrester. por la mañana habíamos estado Linda y yo en el Bronx Zoo. (mucho animal fuera. mucho animal dentro.) nos llevaron a comer algo rápido en la Pentola aquí al lado, en White Plains, una pizzería pequeña pero confortable. después, en el hotel Linda y yo follamos un rato. luego dormimos siesta. estaba aterrado, sinceramente. exponerme en el Bronx desnudarme en el Bronx sabía ya de sobra, después de tanto recitales

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que todos son iguales aún así tenía las manos sudadas. de repente recordé como hace años solíamos recitar en un viejo tugurio, en mi Valladolid natal, unos cuantos descerebrados que pensábamos en la poesía como algo liberador y totalitario. recuerdo como una vez hicimos un especial nueva york en una librería y cómo nos reíamos mientras bebíamos cerveza y vino. (entonces apenas follaba.) todo cambió y ya no sé si soy más feliz. probablemente no. menos libre, si. ¿qué coños será de aquellos viejos? recuerdo como me venían a ver las primeras veces después del premio. poco a poco les fui perdiendo de vista, mejor aún, me perdieron de vista ellos a mí. bien para ellos. siempre es igual. seas músico, ilusionista, cantante o poeta lo mejor se queda en esos tugurios. si es que existe, el alma, allá queda. con las primeras inocencias. me avisan. quedan tren minutos. ¿y yo que les cuento a esta gente? la originalidad se pudrió hace tanto tiempo. que mala ostia tiene la vida. lo único que siempre quise fue ser original

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y ahora solo soy un puto Bukowski más. sentado frente una jauría de perros. tengo miedo. ¿donde coños estará aquel viejo poema que recité una vez sobre nueva york, tal lejos de aquí? me salvaría de estos perros. -oye viejo, ¿sabes que Bukowski se sentó ahí? -vete a la mierda, listillo.

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ave maría purísima. padre, confieso haber pecado. confieso haber deseado a la mujer del prójimo una tarde de verano, de mucho verano, de mucho calor y mucha tanga transparentada. confieso haber pecado antes del matrimonio, con palabras lascivas, llenad de semen, clítoris a punto de reventar y pezones inhiestos como mástiles de acero. me confieso blasfemo entre purpuras y cabrones pederastas, mientras apostolan la vida humilde y santa de un dios que todo lo puede, menos la miseria. me confieso en rebeldía pública ante todos los mandamases del planeta y les deseo la muerte. la muerte más lenta, la más calcinada, la más mísera y acerada que imaginarse pueda. me confieso traidor ante el peregrino que mendiga y sucumbe noche tras noche el cajero al lado de casa, traidor ante el hambriento porque está lejos y no me llega su olor a miseria y su sudor ácido y kilométrico. traidor a las causas nobles mirando a otro lado, mientras Hiniesta marca su segundo gol a un portero que ni conozco, ni me importa. traidor a los deshielos, a las ballenas, al ozono, traidor a una tierra que gratuitamente me da a respirar cada día,

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y me da vida, y la oportunidad de mirar a mi hija a los ojos, y me alimenta y me maldice con versos que me hieren, que me desgarran y me devoran cada día un poco más. me confieso holgazán y embustero y mentiroso y triste. me confieso triste. y mi tristeza no es exagerada, es visionada cada día en los periódicos y las televisiones y las radios por donde quiera que vaya. padre, confieso seguir pecando, me confieso impotente y sucio. me confieso homicida en un deseo voluntario, me confieso adulador y necio, hipócrita y vacio. me confieso sobre todo, vacío. me confieso vacio de esperanzas, en un suicidio permanente y perpetuo de ideales y sonrisas.

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l'amour est ce qui reste après l'amour. la mémoire de ce qui était autrefois l'amour est amour. la haine est amour, c´est de l'amour même la vengeance. la jalousie, la colère, la mélancolie est amour. la torture, l'anxiété, le cri et même la solitude est amour. l'apathie, le remord, l'espoir, la conjuration, la peur, amour, amour, amour. le vol, et l'oubli. aussi l´oubli est amour. l'oubli, l'oubli, l'oubli.

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amor también es lo que queda después del amor, el recuerdo de lo que una vez fue amor es amor. el odio es amor, es amor incluso la venganza. el celo, la rabia, la melancolía es amor. la tortura, la ansiedad, el grito y hasta la soledad es amor. la apatía, el remordimiento, la esperanza, la conjura, el miedo, amor, amor, amor. la huida, y el olvido. el olvido también es amor. olvido, olvido, olvido.

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VEUVE CLICQUOT te me vendiste, diosa, si, te me vendiste al todo poder de la marca, el glamour, el ocho por ciento, las cenas de gala, los lunch en casa míster x y las presentaciones en el Corte Inglés con los fotógrafos del ABC. claudicaste, por mor de la posteridad, ¡claro!, al reconocimiento, al ego, y todo eso que hace mojarte las bragas cada noche recordando cómo te echó un piropo (seguramente forzado) ese señor de gris, impostor de dentadura blanquecina, ojos lascivos y piedad innata. no te cansas de repetirnos que sigues siendo libre revolucionaria y comunista; pero tu armario esconde ya dos Armani y un Tom Ford. en tu mesa un encargo sobre poesía lésbica en el siglo XVIII. y nos dices, entre bromas que donde esté una buena caña se quite el Veuve Clicquot. (y nos explicas, a los ignorantes, que es un champagne francés de la casa de Louis Vuitton)

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¡ah! ¡ven! dame un último beso y que te vaya bonito.

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¿y por qué yo? si ser poeta es ser canalla, bebedor, vividor, amante, solitario, jugador, perdedor, inconforme, ateo, republicano y narcisista. si ser poeta es ser infiel y fiel. si ser poeta es jugar y desjugar, vestir y desvestir, amar y desamar, sangrar y desangrar, vivir y morir al mismo tiempo. si ser poeta es ser siempre un extranjero, un invisible, un indomable, un repudiado, y, además, pobre de solemnidad. si escribir es arañar los lugares del alma donde no llega lo cotidiano, donde las entrañas más sangran, donde se confiesan los vicios y se asumen las culpas, donde no cabe el perdón y el arrepentimiento es baldío y estéril. ¿Qué coños hago yo siendo poeta, únicamente a tiempo parcial?

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IDUS DE MARZO v 2.0 Astíllame. Recúrreme. Queréllate contra mis apatías. Muerde mis dedos, arranca este corazón inútil, si fuera necesario. Todo, con tal de sacar de mí este ostracismo que me anula, que me esconde y me envilece. Muéstrame el vacio que me espera, si a esta tozudez de no ensangrentar mi boca con los gritos a los necios, me abandona. Muéstrame lo yelmo que comerán mis hijos si no florecen en mis puños la guadaña y la horca. Ájame las piernas si no son capaces de pisar calles y plazas para gritar tu nombre envilecido, con fiera rabia. Que los muñones recuerden lo cobarde y lo insensato de mi boca. Y luego, cuando ya nada quede, el futuro sea quimera,

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cuando las vísceras de los perros comida para mis nietos. Cuando el agua sea un sueño, un techo, una semblanza, y la palabra libre, la muerte. Cuando libertad sea, elegir entre grilletes o cadenas, cuando violen sistemáticamente mis sueños por decreto ley, y el olor a carne quemada se venda en frascos de colonia, Chanel número 100, ni el más profundo abismo será digno para enterrar estos despojos podridos y sin alma que tan viles muestro hoy. Advertido quedas, mi Cesar.

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a la doble exiliada María Zambrano Me gusta cuando hablas porque estás como presente, y tu voz se escucha en escuelas y plazas, y se erigen versos en cubiles nostálgicos de copas y cañas. Me gusta que tu voz sea pertinente y discutida y aclarada. Versada, cruel e inteligente; experimentada. Me gusta cuando gritas y lloras la palabra. Cuando se alza afónica de tanto usarla. También cuando se reserva cauta para la convivencia diaria. Me gusta serena, en su discurso libertario, y que rabien sus pechos cuando el puño alza. Me gusta cuando lanza con envenenado tino su piedra acertada. Por eso, y porque el hombre aún necesita palabras que le rompan los tímpanos y su conciencia acerada; no pares nunca el reclamo de equidad e injusta comparsa.

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Por mรกs que el poeta te diga que le gustas callada, no pares de darme lecciones de esperanza.

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como moscas en pupilas de buey asĂ­ mis llagas no tienen nombre. hay palabras que no saben. hoy, sordas ante un concordato de muerte sobre ti.

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la edad únicamente tiene compromiso con el tiempo Su galopar es arrítmico, quejumbroso y séptico. Inadecuado siempre. La edad carece de simbología, es amorfa, licuada e intempestiva. No se sonroja nunca y carece de sentimiento alguno. Su control no se decide, se sospecha únicamente. Se reconoce a desmano, cuando ya de nada sirven los remedios. En edad estamos y sentimos en edad. Merecemos o desmerecemos únicamente en usufructo. Es edad, aquella en la que perdemos siempre y vanidosamente creemos ganar en experiencia, cuando es ella quien nos gana siempre por la mano. Un suicidio permanente el contemplarla, siempre de lejos, siempre baldíos, siempre tarde. 50 bien se merecen un brindis de aguanieve y sol con vosotros. Vale.

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dijiste que era por San Valentín a Sensi

Dijiste que era por “san Valentín” y me regalaste un acopio de valentías. Sufragaste con lágrimas mil miedos y saltaste a un océano de incertidumbres sin saber nadar apenas. Dijiste, “por san Valentín” y tu sonrisa delataba cardenales en tu alma. Compraste tiempo y me diste su fruto, espacio, y lo envolviste en seda y cuero. Dijiste que era por “san Valentín” pero ya intuía yo que sería duro este invierno nuestro.

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no se me enfade, patrón Huelgan las amenazas, las veladas y las explícitas. Huelgan los míseros sal-arios, que ya la boca está ácida y seco el estómago. Huelgan las prebendas a mi costa y las bacanales sobre mis costillas. Huelgan los viajes en “business class” y las madames de “alto standing”. Huelgan sus estudios y máster, huelgan, no existen. Huelgan el despotismo y el acoso, la lascivia y el embuche. Huelgan la ineptitud y la perfidia, la socarronería y la clase social sobrevenida. No se me enfade, patrón, pero, huelgan, huelgan, huelgan.

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Ya no me sirve soñar. Ya me escuece lo suficiente la vida como para gritarla a la cara sus desaires. Ya no me sirven rutinas ni quehaceres varios, ni sobrellevar escarnios ni tonterías. Me apetece morder ya los músculos del sino y desbaratar sonrojos, y cabalgar a lomos de la pasión más descarnada. Que uno ya va teniendo una edad y no está para tonterías.

miro tras la mira telescópica de un rifle de larga distancia. cabeza corazón testículos corazón cabeza el objetivo yo.

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sal sin paraguas. que tus arrugas digan que has vivido.

él tan hombre y tú tan niña descubriendo que no te hace falta su piel su lengua o sus manos para follártelo cada noche en el silencio crepuscular de un verso indolente. te muerdes los labios aprietas los muslos y duermes con olor a conquista.

poeta escribiendo sobre realismo sucio desde la tumbona del NH con vistas a la playa de Benidorm detrás, un póster gigante de Kurt Cobain ¡no tiene precio!

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no tengo tanto tiempo, ni todo el tiempo que tengo es parte de mi tiempo. otros requieren mi tiempo, otros lo acechan, lo conjuran o lo rompen, lo matan o lo destierran. por eso mi tiempo se agosta en otros tiempos que, si bien me corresponden no son mĂ­os, que, si bien me tocan no me ayudan a consolidar un tiempo creĂ­ble y prĂłspero. parte de mi tiempo lo desprecio, parte lo regalo, lo desmenuzo y lo lanzo al aire solo por el placer de contemplar un tiempo sin tiempo. mi tiempo no sabe a menudo medir los tiempos, y resbala o se entremezcla con otros que no son mĂ­os, tiempos ajenos en los que hago parada y fonda como un intruso maleducado. el importante el tiempo importante frenĂŠtico lo saboreo como tiempo presente y memoria futura.

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Paquita, la del único quiosco soportalado que quedaba en la ciudad no se cansaba de repetir: que viene el lobo, que viene el lobo. ella la del 27 casi ciega y casi sorda llevaba en la impronta todos los lobos conocidos. compraban el ABC unos otros, EL PAIS y siempre pagaban con billetes nuevos. Don Ramón le pregunta: ¿y este? “este con la concejala de Cultura, no hará dos horas” menuda nariz la de Doña Paquita.

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lloraremos como niños el día después de una gran jugada. pero todo pasa. la historia está llena de juguetes quebrados por las ansias. y como niños volveremos a entusiasmarnos con el primero que nos regale un caramelo. sonreiremos y daremos brincos sin mirar el envoltorio.

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Filadelfo, un tipo fino de alfiler en corbata cano engominado ABC y misa de 12 los domingos, descubre esta noche en su ipad -dormida Doña Rosalos placeres de la sodomía en una página porno. con babilla en la almohada y erecto se va dejando ir en busca de su Lot esto no es pecado ¿verdad Padre?

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en el primer turno recuerdas el primer polvo en aquel descampado lleno de ojos de búho en la segunda ronda a tu primer matrimonio, con Elena y sus primeras dos primaveras el tercer golpe a Raúl, su primera bici y su primer diente en el asfalto te mira con su ojo negro y profundo y te guiña un turno más mejor mañana, les dices, levantándote y guardando entre tu cinturón y tus huevos el revólver.

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me gustan las cosas rectas (a Jesús Lizano) fallecido el 260515

los bigotes rectos las rayas rectas del pantalón recto las esquinas, rectas, bien rectas las esquinas, coño, bien rectas. las encuestas rectas las televisiones rectas las universidades rectas bien rectas las universidades rectas con sus decanos rectos sus exámenes rectos y sus corbatas rectas. los púlpitos, rectos, con sus dogmas rectos y sus pollas rectas y sus huevos rectos y sus cabezas cuadradas y bien rectas. todo recto en las religiones rectas, todo recto en las escuelas rectas en los cines, rectos, todos rectos, viendo el NO-DO, bien rectos. ¿y qué decir de los ejércitos? ¿por dónde se va al ejército? -siga usted recto ¿por dónde se va al baño?

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-todo recto, todo recto (al fondo a la derecha) pero mee usted recto, caballero, bien recto. adiós Lizano, pero usted no, por dios, no vaya recto. tómese algo en el camino dé una vuelta, coja una curva, y otra curva y otra vuelta y otra curva. ¿total para qué? pero nunca recto recto, nunca ¿me oye?

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echo propaganda en los buzones. mi rostro refleja, pasados, los 50. un septuagenario saca a pasear al perro y me encara a echar mi trabajo fuera de su edificio, de su portal, de su casa. callo y obedezco. me guardo para mí este verso de quien sabe no esperar confluencias. el chucho me guiña un ojo “vivo mejor que tú”

y esas ganas de desmangarlo todo para empezar de nuevo??? pues eso.

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lloraremos como niños el día después de una gran jugada. pero todo pasa. la historia está llena de juguetes quebrados por las ansias. y como niños volveremos a entusiasmarnos con el primero que nos regale un caramelo. sonreiremos y daremos brincos sin mirar el envoltorio.

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no vivo de ti, poesía convivo, en todo caso, a tus márgenes ¿por qué si tan aleatoria te debo pleitesía? no vivo de ti, poesía admito tus desmanes me aprovecho de tus voces critico tus desvaríos critico a tus desvariantes ¿por qué a ti te debo pleitesía? te me expones virgen tras el velo de Narciso o de Eros corrompiendo principios y finales cerrados. ¿por qué debo pleitesía a tus anestesias? me llagas las evidencias que mis ojos presuponen los arrojos que mis manos palpan los caminos a los que mis pies se aferran

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duermo inquieto cuando estás lejos te busco en cada conciencia y en cada aviso te boceo y en cada eco me sostienes la mirada insultante cínica desafiante ¿por qué te debo pleitesía, a ti, puta emergida que te arrojas a los brazos de los indolentes y los brutos? ¿por qué a ti, castrato de silencios embaucadora penitente y necia? ¿por qué a ti? ¿por qué a ti si mis dominios no alcanzan una sola de tus sílabas si cada verso es una soga que me encadena a una copa de sal? ¿por qué a ti, precisamente, que me engañas con dominios que nunca supe que existían, que me haces visitar los lupanares más sórdidos y más míseros de mi conciencia, por qué a ti precisamente he de rogarte adjetivos dormidos en otros tiempos más hábiles y menos arrogantes? ¿por qué a ti he de fidelizar constante mis aturdimientos? ¿tan imposible es dejarme dormido en una cesta de mimbre

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y que el Nilo me acerque a otra orilla donde ser solo silencio agua viento limbo?

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todo llega, padre, como llegan en la noche la inocencia y el pecado, como llegan, entre susurros, el azufre y el miedo, lo absurdo de las palabras, o lo pueril de los comportamientos. todo llega, el cráneo roto bajo el deshonor del incesto, o el no poder abrir esa ventana donde arrojar los restos. todo llega, padre, entre vahos de silencios, las palabras ocultas en el negro vestido de novia, en los rosarios, al calor de la gloria, en la lascivia y el pudor de las noches de bodas, esos silencios escardando a Dios del diablo o volteando la paja del patrón, esos silencios. cuántos cuántos silencios ocultos en la noche cuántas noches con gritos de ausencia cuántas ausencias desfilando a los márgenes. tarde, padre, tarde llegan demasiado tarde, tarde como el pan duro como la leche agria de las perras, tarde, como los gatos ahogados en el rio,

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tarde, tan tarde como el acero de la fĂĄbrica gigante como la grasa en el mono azul que no se marcha como la radionovela y las sopas de leche antes de acostarse. tarde padre llegan, demasiado tarde, esos silencios que me arropan en este invierno de vĂ­sceras y palabras. recordando.

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la poesĂ­a no deja de ser un mal menor

y quiĂŠn sabe

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