La vida afectiva
I.E.S. “Ben – Al – Jatib”. Departamento de Filosofía Prof. Fco Espadas Sotés
Potente, cambiante y misterioso1 Una visión psicológica del amor
La filosofía, la psicología, la sociología...todo el mundo, y desde todos los puntos de vista, opina sobre el amor; pero su misterio sigue intacto. Sea cual sea su causa (deseo sexual, soledad...) es un agente tan poderoso como contradictorio que lleva en sí lo mejor y lo peor del ser humano Según las encuestas, tres cosas son las que más interesan a las personas en la vida: salud, dinero y amor. Eso dice también la canción popular, pero lo que ni canciones ni encuestas explican es que interesan de distinta manera: la salud es necesaria; el dinero, útil; y el amor, sublime. El amor adopta diferentes formas y se dirige a distintos destinatarios: los padres, los hijos, los amigos, los objetos, las ideas... Pero el amor por excelencia, el que desde hace siglos ha hecho correr ríos de tinta y todos anhelamos disfrutar o hemos disfrutado en alguna ocasión, es el amor de una pareja. Como casi todo el mundo sabe por propia experiencia, el enamoramiento es la emoción mas contradictoria, arrebatadora y cambiante. Hay quien cree que el amor y la amistad son sentimientos parecidos, pero entre ambos hay diferencias cruciales. De entrada, dos básicas: no hay amistad sin reciprocidad; en cambio, se puede amar a quien nos ignora. Además, la amistad implica estima; sin embargo, se puede amar a alguien a quien consideramos cobarde o vil. Así es el amor en bastantes ocasiones: abnegado y ciego. Aprender a querer es muy sencillo y lo hacemos desde muy pronto. Según la psicología, el primer año de la vida es determinante para el desarrollo de cada persona. Pues bien, en lo que se refiere al amor esto resulta evidente: se ama porque se es amado. El modo en que el niño es querido por sus padres marca la manera en que él va a vivir después sus propias experiencias amorosas. La expresión del amor tiene sus raíces en la primera infancia. Un bebé manifiesta su cariño rotando la cabeza a ambos lados, igual que cuando busca el pecho de su madre. En el encuentro de una pareja de adultos se producen movimientos parecidos: cada uno busca con los labios el rostro del otro y sostiene con las manos su cabeza. 1
Adaptado de “Muy Especial” nº 52
La vida afectiva
¿Felicidad sin amor? Ese es, precisamente, el quid de la cuestión. ¿Es el enamoramiento una experiencia vital para una existencia plena? La gran mayoría de los psicólogos afirman que no tiene efectos particularmente positivos (Ortega lo llamaba "estado de imbecilidad transitoria"), sobre todo por la ansiedad que provoca. Sin embargo, para Carlos Rodríguez Sutil, psicoterapeuta y psicólogo clínico, "las personas que nunca han experimentado estas sensaciones son, de alguna forma, personas incompletas". Los que se encuentran en esta situación defienden la plenitud de una vida sin amor. "Naturalmente que se puede ser feliz sin una pareja", reivindica Cristina. "Para mí, no representa todo en la vida. Hay muchos tipos de amor que lo suplen, como el de los amigos o la familia. Lo importante es aprender a ser feliz con las pequeñas cosas que te rodean, más que pensar en aquellas que te faltan".
I.E.S. “Ben – Al – Jatib”. Departamento de Filosofía Prof. Fco Espadas Sotés
Está claro que el cuerpo experimenta cambios provocados por el sentimiento amoroso. Aunque no se conocen a fondo las bases biológicas del amor, parece que el deseo de estar cerca de la persona amada y la sensación de no soportar su ausencia no tiene una causa romántica, sino que se debe a la secreción de un neuromodulador que responde al nombre de oxitocina, llamado también hormona del apego. Además, los neurólogos han identificado otra hormona asociada a la emoción amorosa: la dopamina, que potencia la actividad del cerebro interno o cerebro emocional y rebaja la preponderancia de la corteza cerebral. En efecto, durante el periodo de enamoramiento intenso -unos dos o tres meses-, la presencia de dopamina en el organismo es especialmente elevada, lo que provoca ese obnubilamiento tan entontecedor como hermoso que hace que la conducta esté más regida por el corazón que por la cabeza.
Las causas que desencadenan el amor son diversas: la necesidad sexual, la soledad, la insatisfacción personal, el deseo de cambio...; Fuente: Magazín El Mundo nº 72 cada cual tiene las suyas, que a veces son más de una. Pero, más allá de las circunstancias particulares, los psicólogos constatan que en el amor siempre concurren tres condiciones: atracción, identidad y proximidad. 0 sea, nos enamoramos de los que nos parecen guapos/as, de los que piensan como nosotros y de los que están cerca. El amor es tan diverso en su origen como cambiante en su evolución. "Siempre te amaré" o "hasta que la muerte nos separe" son frases que se pronuncian con sincera pasión pero que después tendrán que superar la prueba de los años. La primera fase del amor – y la de mayor intensidad emocional – es la del enamoramiento. ¡Enamorado y correspondido!, éste es quizá el mejor estado del ser humano. Pese a su turbulencia sentimental, resultado de la interferencia de otras emociones (alegría, tristeza, celos ... ), la sensación es tan fuerte que compensa la adversidad y neutraliza las penas.
Tan intenso que no puede durar mucho Un adolescente yugoslavo relataba con entusiasmo que la guerra había sido la mejor época de su vida: en ese tiempo conoció a su gran amor, que le hizo olvidarse del peligro y las calamidades diarias, y llenó su corazón de gratitud y de gloria. Es cierto que el enamoramiento es un buen antídoto contra el horror, precisamente por su intensidad. Pero también es verdad que se trata de una experiencia tan fuerte como abrumadora, y que monopoliza la existencia por completo y que, por eso mismo, no puede prolongarse demasiado.
La vida afectiva
I.E.S. “Ben – Al – Jatib”. Departamento de Filosofía Prof. Fco Espadas Sotés
Después de un cierto tiempo las cosas cambian y la pasión se apacigua. Llegado ese momento, puede que el amor se extinga del todo – lo fugaz también es hermoso – ; o bien puede suceder que los enamorados se sigan necesitando. En este caso, aparecerá la segunda fase del amor. Se trata de un sentimiento menos cinematográfico – el “The End” de las películas siempre aparece antes de que podamos verlo crecer – pero también emocionante y profundo. Aunque la pasión se haya mitigado, surgen otros vínculos como la comprensión (que implica ponerse en lugar del otro y hacerse cargo de sus necesidades), el compromiso (que significa esforzarse por cuidar y mantener el amor para que evolucione y no desaparezca por desinterés o aburrimiento) y la intimidad(que supone proximidad, comunicación y complicidad). Este amor puede mover grandes actos. La famosa bailarina Margot Fonteyn abandonó fulminantemente su carrera para dedicarse por completo a su marido, un diplomático americano que resultó irreversiblemente lesionado en un atentado. Y como ella, muchos hombres y mujeres se entregan en cuerpo y alma a su pareja enferma o mueren de tristeza poco tiempo después de la desaparición de ésta. El amor, además de un sentimiento, es una necesidad primaria que motiva la conducta de modo similar a otras necesidades, como la curiosidad o el deseo de protección. Las consecuencias del amor son todas buenas: querer y ser querido reporta, además de la gratificación sexual, que es algo muy deseable, sentimientos de seguridad personal, intimidad y autoestima: sentirse querido es sentirse valioso.