Características generales del racionalismo y del empirismo

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Número de página HISTORIA DE LA FILOSOFÍA PARA BACHILLERATO VI. Orientaciones generales del Racionalismo y el Empirismo

ORIENTACIONES GENERALES DEL RACIONALISMO Y EL EMPIRISMO 1.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL RACIONALISMO.

El racionalismo se caracterizó por su confianza absoluta en el poder de la razón humana. Fascinados por las matemáticas, los racionalistas creyeron encontrar en ellas el ejemplo perfecto para sus afirmaciones. En la imagen, vista exterior e interior de la “pascalina” o máquina aritmética de Pascal, precedente ilustre de las modernas máquinas calculadoras

El racionalismo es la primera corriente filosófica de la modernidad. Su inicio, con la obra de Descartes (1596 1650) coincide, además, con los episodios finales de la revolución científica culminada por Galileo, revolución que, como sabes, constituye, junto con el Humanismo y la Reforma, uno de los fenómenos culturales clave de este periodo. Para facilitar una primera toma de contacto con la filosofía racionalista (que analizaremos a través de la obra de Descartes), vamos a dar a continuación una caracterización general de este movimiento, procurando subrayar alguna de las afinidades o diferencias esenciales con otras corrientes filosóficas de su entorno próximo.

En general se entiende por “racionalismo” aquella doctrina filosófica opuesta al “empirismo”. Posturas racionalistas y empiristas ha habido muchas a lo largo de la historia (como se podrá deducir por lo que sigue a continuación), pero nosotros nos referiremos en esta unidad al racionalismo moderno, es decir, a la doctrina filosófica que se pone de moda en la Europa continental en el siglo XVII y que tiene como máximos representantes a Descartes (1596 - 1650) y Malebranche (1638 - 1715) en Francia, Leibniz (1646 - 1716) en Alemania y Spinoza (1632 - 1677) en Holanda.

Los filósofos racionalistas se caracterizan por su confianza absoluta en el poder de la razón humana. Esa confianza los distingue de los filósofos medievales y de su recurso a la fe y al principio de autoridad, pero también del escepticismo reinante en muchos círculos humanistas y del empirismo que, como veremos después, se hace pocas ilusiones sobre el poder de la razón. Para el racionalismo, la única autoridad posible es la razón, de la que participan todos los seres humanos y que ofrece las máximas garantías de certeza cuando se la aplica con el método correcto.

Esto hace que en esta corriente el problema del método que debe regir el funcionamiento de la razón se convierta en una cuestión fundamental. A la búsqueda y perfeccionamiento del método correcto dedicaron los

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Número de página HISTORIA DE LA FILOSOFÍA PARA BACHILLERATO VI. Orientaciones generales del Racionalismo y el Empirismo racionalistas buena parte de sus esfuerzos, convencidos de la estrecha relación existente entre el método y el descubrimiento de la verdad en cualquier terreno. Desde esta perspectiva elaboraron sistemas físicos y metafísicos que versaron sobre la relación en el ser humano entre el alma y el cuerpo, la existencia de Dios, la relación entre las distintas entidades existentes en el mundo, el problema de la libertad o el mal moral, etc.

En la construcción del método fue determinante su fascinación por el modelo matemático (axiomático y deductivo), de absoluta importancia en la física de Galileo: la razón humana posee en sí misma, de modo innato, sin derivarlos de la experiencia, una serie de conocimientos sobre la realidad, elementalísimos, totalmente evidentes, válidos universalmente y dotados de necesidad lógica (no se pueden contradecir), a los que llamaron “Ideas Innatas”. A partir de ellas se puede deducir racionalmente (a priori) todos los demás conocimientos a los que aspira el ser humano. Precisamente por ser deducidos de ideas innatas, y no extraídos de la experiencia sensible, dichos conocimientos derivados serán también universales y necesarios.

Correlativamente a la importancia concedida a los axiomas de la razón y al poder deductivo de ésta, es muy poca la importancia concedida por el racionalismo a la experiencia. Para ellos, la información de los sentidos es equívoca y conduce a error. De hecho, también en el método de Galileo la confirmación experimental se desplaza a un último lugar e, incluso, a menudo se hace innecesaria, debido a que las leyes matemáticas construidas con un método riguroso eran tenidas por irrefutables. De todos modos, Galileo nunca fue tan lejos como los racionalistas en su desprecio por la experiencia.

2. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL EMPIRISMO. El racionalismo no es la única gran corriente filosófica de los tiempos modernos. De forma paralela y en oposición a las tesis racionalistas, se desarrolla el empirismo. Esta tradición, cuyos orígenes se remontan al primer filósofo de la ciencia moderna, el inglés Francis Bacon (1561 – 1626), tiene en común con éste el dirigir la atención sobre la importancia de la experiencia y de la inducción como factores constitutivos del conocimiento científico, en detrimento del método matemático y deductivo puesto en práctica por Galileo y convertido por los racionalistas en modelo ideal de todo conocimiento válido. Esta tradición empirista se desarrolló fundamentalmente en el ámbito cultural británico e influyó notablemente en la ciencia y en la filosofía de la Ilustración. Como veremos, constituye una referencia obligada para la comprensión del criticismo kantiano. Después de Bacon, las primeras formulaciones de una teoría empirista del conocimiento pueden encontrarse en la obra de Thomas Hobbes (1588 – 1679). Con John Locke (1632 – 1704) cristaliza el empirismo moderno en una teoría de conocimiento que será llevada a su planteamiento más radical por David Hume (1711- 1776). La peculiar interpretación de las tesis de Locke hecha por George Berkeley (1685 – 1753) representó un papel importante en el desarrollo de esta corriente. En el empirismo encontramos, básicamente, una explicación conocimiento humano que presenta las siguientes características:

Portada de la obra principal de David Hume, Tratado de la naturaleza humana. Hume fue el máximo exponente del empirismo británico

del

La experiencia es el único origen posible para cualquiera de nuestros conocimientos, por muy abstractos que estos puedan llegar a ser. Los empiristas defenderán que “no hay nada en la mente que previamente no haya pasado por los sentidos”. Niegan, por tanto, la existencia de ningún tipo de conocimientos o ideas innatas.

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Los empiristas critican duramente el intento de los racionalistas ( y, en general, de la metafísica de todos los tiempos) de conocer entidades que, por definición, están más allá de cualquier experiencia actual o posible (Dios, el alma, el Mundo como totalidad…): la razón es dependiente (no puede generar pos sí misma ni un solo conocimiento válido acerca de la realidad) y limitada (cuando va más allá de los datos sensibles no garantiza la veracidad de sus conclusiones). Así, la Metafísica, la Teología, la Astrología, la Parapsicología, son consideradas por los empiristas pseudosaberes:

Los empiristas niegan que existan ideas innatas. La mente es como una hoja de papel en blanco en la que la experiencia va escribiendo sus caracteres. ¿Qué sentido tendría si no la educación, el aprendizaje?

“Cuando persuadidos de estos principios, recorremos las bibliotecas, ¡qué estragos deberíamos hacer! Tomemos en nuestras manos, por ejemplo, un volumen cualquiera de teología o de metafísica escolástica y preguntémonos : ¿contiene algún razonamiento abstracto acerca de la cantidad y del número?, ¿no? ¿Contiene algún razonamiento experimental acerca de los hechos y cosas existentes?, ¿tampoco? Pues, entonces, arrojémoslo a la hoguera, porque no puede contener otra cosa que sofismas y

engaño” (D. Hume) Una declaración tan incendiaria como la anterior resulta suficientemente significativa de las conclusiones críticas a las que llegan los empiristas. Sin embargo, la fiabilidad que el empirismo concede a la experiencia como fuente de conocimiento no es mucha: la experiencia es la única fuente de conocimiento que poseemos, pero no garantiza un saber seguro y completo acerca de la realidad . El empirismo pondrá en tela de juicio las pretensiones de validez del propio conocimiento científico.

Negación de la posibilidad de un conocimiento de validez universal ; puesto que mediante la experiencia sólo percibimos los seres concretos y singulares, que son cambiantes, es lógico que el empirismo mantenga que todo conocimiento es variable y cambiante. De ahí que todo juicio en el ámbito del empirismo sea un juicio provisional susceptible de posteriores correcciones, caso de que la experiencia, siempre cambiante, lo haga necesario (Juan, si es empirista, no deberá decir nunca “Luis es un buen amigo mío”, sino “hasta ahora, Luis ha sido un buen amigo mío”).

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