Una nueva identidad en docente Tutor

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UNA NUEVA IDENTIDAD: EL DOCENTE TUTOR EN LAS INSTITUCIONES DE EDUCACIÓN SUPERIOR. Marisa Ysunza1 y Rubén González2 RESUMEN Se presentan los resultados iniciales de un estudio que pretende, a partir de una estrategia metodológica ad hoc, indagar acerca del perfil y las funciones del tutor en las instituciones de educación superior en México, con el propósito de discutir acerca de la contribución de la tutoría al desarrollo de una nueva cultura docente, y destacar la importancia del perfil como elemento de identificación para la construcción de la identidad del docente-tutor. PALABRAS CLAVE función docente, perfil del tutor, funciones del tutor, cultura docente, identidad. PROBLEMA DE ESTUDIO De acuerdo con Debesee la función docente es, al mismo tiempo, “un papel que se desempeña, una profesión que se ejerce, y uno de los principales servicios sociales de toda colectividad organizada en el mundo actual” (1980, p. 12). Esta función, inicialmente ejercida en el seno de la familia, se fue separando “para ser confiada a particulares poseedores de un cierto saber, encargados de enseñar a los niños... y transmitir los elementos y los valores de una determinada cultura” (Debesee, p. 13). La imagen característica del enseñante varía profundamente a lo largo de su evolución: de la misión religiosa al ejercicio de un oficio; de la vocación a la profesión hasta que, en la segunda mitad del siglo XX, la función docente, será severamente criticada por motivos diversos tales como los efectos del incremento explosivo de la matrícula escolar; los movimientos estudiantiles de los años sesenta; la irrupción de los nuevos medios de comunicación; el desarrollo de nuevas corrientes pedagógicas o las teorías que preconizan una sociedad sin escuela, según las cuáles esta función desaparece. La función docente se pone en entredicho; se genera un profundo malestar, surgen nuevas funciones para el enseñante, y se le proponen otros papeles que han complicado su tarea. La UNESCO señalaba, hace ya 35 años, que además de sus deberes pasados, al docente se le pide que imparta una enseñanza personalizada y que asuma “las responsabilidades de un guía personal...al tener que enseñar a los jóvenes el modo de tomar decisiones para adaptarse a una civilización en rápida y constante evolución...” (cit. en Debesee). Desde entonces, no cesan las interrogantes, las discusiones y las controversias acerca del docente, de su papel, y las nuevas funciones que se le atribuyen. Esta puesta en cuestión expresa un malestar que tiene no poco que ver con la identidad del ser docente. Desde el punto de vista psicológico, la identidad se refiere a “ser uno mismo”; ser lo que se dice ser. La identidad implica una conciencia de la permanencia del yo en situaciones diferentes y en el transcurso del tiempo y está ligada a procesos de identificación que consisten en la asimilación por parte de un sujeto, de ciertos atributos o características de otro con quien se tiene un vínculo afectivo, y se conduce o se transforma en esa persona o modelo de identificación. La identificación es, entonces, un importante mecanismo en la configuración de la personalidad y de la identidad. 1 2

Coordinadora del Programa Institucional de Tutoría y Atención Personalizada (PAPyT), UAM-Xochimilco Profesor investigador, Universidad de Colima.


¿Con quién o con qué se puede identificar el docente, en este proceso de búsqueda y transformación de su identidad? ¿Hay o puede haber un perfil que sirva como referente para su identificación? El término perfil tiene una gran difusión en el ámbito de la educación, aunque se utiliza frecuentemente con gran flexibilidad, sin rigor ni claridad en su significación y sin exigencias de carácter técnico o metodológico en su elaboración. En ocasiones, los perfiles funcionan como una descripción preliminar que sirve como fundamento para establecer propósitos, intencionalidades y objetivos en los procesos educativos. Un perfil tiene la función de orientar, así que es primordial que su elaboración sea una acción que se emprenda de manera fundamentada y sistemática. Los perfiles suelen referir conocimientos, habilidades, destrezas, actitudes, valores; especifican ámbitos o campos de acción y funciones a realizar, y expresan una identidad (Ysunza, 2002)


En el caso de la función docente, de las nuevas funciones y papeles que hoy se le atribuyen, y de las implicaciones que estos cambios tienen en el perfil, en la identidad y en la cultura de este actor de la educación, ocupa un lugar central la discusión acerca de la tutoría, considerada hoy como estrategia privilegiada para promover el cambio de los modelos educativos y el desarrollo de una nueva cultura docente en las instituciones de educación superior (IES) del país. Los planteamientos y antecedentes expuestos, conducen al siguiente problema: ¿qué implicaciones tiene la incorporación de la actividad tutoral en la función docente, para la conformación del perfil y de la identidad de este actor de la educación superior? De manera asociada a esta interrogante central se indagan contribuciones teóricas y metodológicas que pueden enriquecer los procedimientos para la definición del perfil y las funciones del tutor en las IES; se ensaya la aplicación de una estrategia metodológica para este propósito y, finalmente, se abordan preguntas acerca del aporte de la tutoría al desarrollo de una nueva cultura docente.


OBJETIVOS El objetivo general de esta investigación es construir una estrategia metodológica para la definición del perfil del tutor y la identificación de sus funciones en las IES, y probar esta estrategia utilizando material documental de instituciones con programas de tutoría en el país. Los objetivos específicos son: Identificar las características del perfil del tutor en las IES en México. Identificar las funciones que se le atribuyen al tutor en las IES. Iniciar una reflexión acerca de las implicaciones del perfil y las funciones del tutor en la identidad de este actor de la educación. En este trabajo se presentan los primeros resultados obtenidos en el cumplimiento de estos objetivos. METODOLOGÍA Para dar respuesta a las interrogantes planteadas se tomó como referente empírico, el conjunto de 39 ponencias acerca del tutor y sus características, que se presentaron en el Primer Encuentro Nacional de Tutoría: Acompañando el Aprendizaje, realizado en julio de 2004 en la ciudad de Colima (Cfr. González e Ysunza, 2005). La estrategia metodológica para el análisis y la identificación del perfil y las funciones del tutor, partió de las consideraciones que toma en cuenta Canales (2004) para conformar el perfil del tutor, así como de los aportes de Álvarez y de Rodríguez para clasificar las funciones de la orientación (Adame, Álvarez y Bisquerra, 2003).


Para conformar el perfil del tutor es necesario considerar tres aspectos: a) cualidades humanas, que se refieren a la definición del ser del docente-tutor; b) cualidades científicas, que refieren al saber del docente-tutor, y c) cualidades técnicas, que definen su saber hacer (Canales, 2004). En relación con las funciones del tutor, se hizo una clasificación que incorpora las categorías utilizadas por Álvarez y Rodríguez (cit. en Adame, et al., 2003) y se agregó una más no considerada por estos autores, para conformar la siguiente taxonomía: a) ayuda-asesoramiento, encaminada a la consecución de la adaptación del tutorando al medio académico universitario; b) educativa-evolutiva, dirigida a trabajar estrategias y procedimientos para el desarrollo de las potencialidades del tutorando; c) diagnosticadora, centrada en aspectos referentes a la personalidad del tutorando; d) informativa y de gestión sobre la situación personal del tutorando y su entorno institucional; e) organización y planificación de la actividad tutoral; f) capacitación del propio tutor. Para esta primera parte de la investigación, se identificaron 42 enunciados acerca del perfil y 37 enunciados sobre la función del tutor, tomados de 16 ponencias del Encuentro. Análisis de enunciados acerca del perfil: Se distinguieron los 42 enunciados seleccionados, según los rasgos correspondientes al ser (11), el saber (12) y el hacer (19) del tutor. Una vez desglosados y agrupados en estas tres categorías, los enunciados fueron clasificados de acuerdo con su nivel de especificidad o generalidad, a partir de la siguiente consideración: un rasgo del perfil tendrá un nivel de especificidad máxima cuando se refiere a características propias y exclusivas del tutor, que no comparte con ningún otro actor de la educación; un rasgo del perfil tendrá un nivel de generalidad máxima cuando se refiere a lo que comparte con múltiples actores de la educación. Así, se construyeron cuatro niveles en el eje de especificidad-generalidad de los 42 enunciados: a) especificidad máxima: características propias y exclusivas del tutor (2); b) nivel intermedio I: rasgos que comparte el tutor, o con el docente, o con el orientador educativo (13); c) nivel intermedio II: rasgos que comparte el tutor con dos actores educativos como orientadores o coordinadores de carrera (11); d) generalidad máxima: se refiere a lo que el tutor comparte con tres o más actores de la educación, más allá de los profesores, orientadores o coordinadores de carrera (16).


Con estos resultados se elaboró una matriz de doble entrada: (Cuadro 1) Análisis de enunciados acerca de las funciones del tutor: Se agruparon los 37 enunciados seleccionados, según correspondieran a alguna de los seis tipos de funciones arriba especificadas y, posteriormente, se clasificaron los enunciados de acuerdo con el nivel de especificidad o generalidad del enunciado, con el mismo criterio utilizado en el caso del perfil: a) especificidad máxima: funciones propias y exclusivas del tutor (3); b) nivel intermedio I: funciones que comparte el tutor, o con el docente, o con el orientador educativo (5); c) nivel intermedio II: funciones que comparte el tutor con dos actores educativos como orientadores o coordinadores de carrera (13); d) generalidad máxima: se refiere a las funciones que el tutor comparte con tres o más actores de la educación (16). La matriz obtenida fue la siguiente: (Cuadro 2)


DISCUSIÓN DE RESULTADOS INICIALES. El análisis muestra que en la enunciación de las características señaladas en las IES para el tutor, su perfil y sus funciones, predomina la generalización en detrimento de la especificidad. La mayor parte de los rasgos y de las tareas que se le imputan no son exclusivas del tutor y prevalecen la amplitud y la diversidad en la descripción de sus funciones y características. Se acepta que el profesor y el tutor son y deben ser la misma persona, pero se espera que éste reúna atributos especiales, lo cual representa una contradicción ya que llegan a presentarse como dos figuras diferentes y opuestas en muchos sentidos. Esto sugiere un cuestionamiento a la propia identidad docente, que puede expresarse en un conflicto de identidad según el cual el docente se percibe dividido entre ser profesor y tutor. En este momento predomina una polarización excesiva y quizá una perspectiva excluyente. La definición de perfiles del tutor carece de claridad y especificidad, no se delimitan con precisión sus tareas y se le atribuyen algunas que invaden otros roles de la docencia, de la orientación y de la coordinación académica. Se puede suponer que en la actividad tutorial se recupera una herencia de otras actividades, como la orientación educativa y la asesoría académica, que es necesario conocer y trazar su relación con el rol del tutor: sus similitudes, diferencias y aspectos complementarios. “Puede pensarse que detrás de esta diversidad, de estas contradicciones y falta de precisión, opera una suerte de transición que se caracteriza por el cuestionamiento al rol estereotipado del docente, que tiende a ensanchar sus límites y ofrece una lluvia de propuestas y alternativas que, se espera, conduzcan en el mediano plazo a una reconceptualización del rol y la tarea docente y a una transformación acorde con los nuevos modelos educativos que buscan y construyen las IES” (González e Ysunza, op. cit.)


Con la información obtenida hasta aquí, no es posible expresar un juicio contundente acerca de la contribución que, en este momento, representa la tutoría como una vía para el cambio hacia “una nueva cultura docente”. Por el momento, el papel del tutor parece avasallante e invasivo y, al mismo tiempo, desprovisto de una identidad clara y definida. La búsqueda de la propia identidad, tanto individual como colectiva, puede entenderse como la construcción de una representación de sí que establezca coherencia y armonía entre las distintas imágenes que el individuo o el colectivo pueden percibir. En el caso de los colectivos, el problema de la identidad remite a su cultura, y su búsqueda puede realizarse a través de dos vías distintas: la singularidad y la autenticidad (Villoro, 19 ). Una cultura auténtica debe responder en formas renovadas a necesidades variables que exigen a menudo tareas insólitas; cada nueva situación lanza un desafío: formular nuevos proyectos. La identidad nace, así, de un proceso dinámico de singularización frente al otro y también de identificación a través de la cual el colectivo integra en su cultura, elementos provenientes de fuera, que dan respuesta a sus necesidades históricas. “La identidad de un colectivo nunca le está dada; debe, en todo momento, ser reconstruida; no la encontramos, la forjamos” (Villoro, op. cit.). Este trabajo pretende aportar en la identificación y formulación de elementos de identificación del tutor, para contribuir en la búsqueda de esta nueva identidad: el docente-tutor en las instituciones de educación superior. FUENTES Adame Obrador, M. T., M. Álvarez González y R. Bisquerra Alzina (2003), Principios, objetivos y funciones de la orientación” en: Bisquerra Alsina, R. (coord.), Modelos de orientación e intervención psicopedagógica, Barcelona: Praxis, pp.41-52


Canales Rodríguez, E. L. (2004), “El perfil del tutor académico”, Primer Encuentro Nacional de Tutoría: Acompañando el Aprendizaje, Colima, 8 pp. Debesee, M. (1980) “Una función cuestionada” en: Debesee, M. y G. Mialaret, La función docente, Barcelona: Oikos Tau, pp. 11-28 González Cevallos, R. y M. Ysunza Breña (2005) “Perfil y formación del tutor para el acompañamiento del estudiante” en: Romo, A. y R. González, Detrás del acompañamiento, ¿hacia una nueva cultura docente?, Colima: Universidad de Colima, pp. 91-120 Mialaret, G. (1980) “Perfil del educador-enseñante” en: Debesee, M. y G. Mialaret, La función docente, Barcelona: Oikos Tau, pp.83-121 Villoro, L., (1988) Estado plural, pluralidad de culturas, México: UNAM-Paidós Ysunza Breña, M. I. (2002) Una estrategia metodológica para la construcción del perfil de egreso para la formación de profesionales de ciencias agrícolas en México, Tesis de Doctorado en Ciencias Pedagógicas, La Habana: Universidad de La Habana, 203 pp.


Rasgos del perfil

Ser 11

Dimensiones del perfil A. exclusivos tutor. B. comparte con profesor C. comparte con orientador D. comparte con profesor-orientador E. comparte c/ profesor-coordinador F. profesor-orientador-coo rdinador G. profesor-orientador-otro s H. todos los actores TOTAL DE ENUNCIADOS:

Actores

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Con oce r 2 3

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Cuadro 1 Organizaci 贸n 3 1

Capacitaci贸n 7 2

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Cuadro 2

A. comparte con profesor B. comparte con orientador C. exclusiva del tutor D. comparte con profesor u orientador E. comparte con coordinador y otros F. comparte con profesor, orientador y coordinador


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