Parsimonia 08 Las hijas de Lilith

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PARSIMONIA La imagen de nuestros días

NOVIEMBRE 2019 / NÚMERO 08 / MÉXICO

LAS HIJAS DE LILITH

Viviana Beltrán, Angélica Escoto, Bress Chantes, Julisa Álvarez, Yumari Chacón, Martha Gutiérrez, Mary Gard.


PARSIMONIA

número: 08

PARSIMONIA número 08:

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DESAPARECER

ESTADOS MEDIATIVOS

TÚ YA ERES PARTE DEL ENCIERRO

BRESS CHANTES Querétaro, México

JULISA ÁLVAREZ Querétaro, México

YUMARI CHACÓN Querétaro, México


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MUJER ENTRE ENUNCIADOS

NINGUNA BALLENA ES UNA ISLA

YO NO SE MUCHO DE LATÍN, PERO ME DEFIENDO

EL GÉNERO EN DISPUTA DE JUDITH BUTLER: UNA RECOMEDACIÓN

VIVIAN BELTÁN Querétaro, México

ANGELICA ESCOTO Tijuana, México

MARTHA GUTIÉRREZ Querétaro, México

MARY GARD Querétaro, México


PARSIMONIA LA IMAGEN DE NUESTROS DIAS

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EDITORIAL

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de Dios hacia Adán. Lilith más que viento arrobador se volvió fuego insaciable, presa aún del eterno deseo del hombre. Ni Eva ni Lilith podrían definir a todas las mujeres, sobre todo porque ambas son presas de su propio castigo. A largos pasos dados lejos de ambas, se han desenvuelto las vidas y portentos de muchas otras que se desdibujan; no del viento enloquecido, del fuego sexual, ni de la curiosidad que sea perdición potencial, sino del designio terrible al que han sido impuestas. Conocer a cada una es conocer nuevas formas de perderse y de encontrarse a sí mismas.

El número 8 de la revista Parsimonia titulada “Las hijas de Lilith” plantea la imposibilidad de una sola forma de ser mujer, LAS HIJAS DE LILITH para ser viento y fuego, lo que puede ser furia o idea preclara. A través del mito judeocristiano de la creación del hom- Convocó el trabajo de cinco fotógrafas sin ninguna premisa bre y la mujer: Adán y Eva y de la culpa de esta por des- temática, aún cuando las líneas de trabajo, así como las maniatar la furia de Dios, se han tejido una serie de construc- festaciones representativas guardan un hilo conductor, para tos sociales y culturales que han determinado cómo se la publicación y para abordar los temas que desarrollan. Salta a sobrepone el poder de un género a otro, algunos más la vista lo que en común tienen, así como sus particularidades. arraigados que otros… algunos más dolorosos que otros. Lo femenino como pretexto representativo del arte univerAntes de Eva, existió otra mujer, creada de la misma naturale- sal ha sido ampliamente revisado y estudiado, a últimas feza que Adán, sin la sumisión ni el atributo de culpa de Eva: Li- chas queda de manifiesto que la imagen de lo femenino delith. Al nombrarla Lilith ya llega a mi mente cierta furia, viento viene de cierta estructura cultural que lo posiciona como un fuerte e inasible, incontrolable, de quien, habiendo sido crea- constructo específico casi inamovible durante siglos: por las da del mismo material que Adán, concebía que el amor de estructuras de poder que se ejercen también en los mundos Dios se posaría sobre ambos de la misma forma, teniendo po- del arte, por las acotadas formas de significación hacia lo fesibilidades de saciar el deseo de sus cuerpos con igualdad, a menino y por lo estático que ha sido el deber ser de la mujer. través de sus pulsiones y no de su naturaleza creadora. Adán posado sobre el cuerpo de Lilith sólo concebía una forma “natural”, dispuesto para penetrar uno al otro, para acaparar uno al otro, para someter uno al otro. La mujer no comprendía tal imposición y consideraba que sus deseos sobrepasaban los límites de ese Edén e increpando al hombre, increpó la voluntad del creador. Por sus propios designios fue castigada, liberada y dispuesta a su libre albedrío ante el ciego amor

Los resabios de aquello que no deseamos ser, se manifiestan también en evasión, en la contraposición de ser vista de buena manera, poseedora de cierta belleza o encanto, de cierta sumisión, negación o rebeldía… siempre frente al otro.


Las respuestas se fueron ampliando, hasta dejar ver, en forma de esbozos cómo se representaban otras mujeres, después como representaban las mujeres a otras mujeres, como se representaban a sí mismas y en un largo andar, cómo se construye una mujer a través del arte, apartándose de lo que había representado ser mujer, es decir evadiendo completamente la mirada masculina, o aún más, erradicándola.

de un cuerpo sobre otro, con la imposibilidad de determinar identidades, dejándonos ver únicamente una forma de hacer y ver de la autora. Finalmente Yumari Chacón nos presenta un grupo de imágenes en las que se retratan a sí mismas en el contrasentido de estar presas para ser liberadas, junto a las demás.

Me gusta la idea de proponer formas de verse sin deber ceñirse a ninguna construcción preestablecida, sin quietud, sin queEn la solicitud a revisar el trabajo de cinco mujeres en torno a su rer siquiera mostrarse, en una infinita posibilidad de construirse producción fotográfica o su trabajo a partir de lo fotográfico, no se porque ¿Qué limite hay al habitar este mundo?. Hace falta, y seencontraba la acotación de que fuera el cuerpo el motivo, razón o guirá siendo de ese modo por muchas generaciones más, nuevas fuente de representación y sin embargo, ahí esta… y no es fortui- revisiones, vistas y revistas, acciones revisitadas, cuerpos reento. Una de las luchas mas recurrentes de lo femenino es a partir de contrados, paisajes trastocados para ser fértiles otra vez… para la rebeldía del cuerpo, de su disposición o indisposición para ser lo que no exista miedo en sus deseos, en mostrar simplemente este que de ellos se espera. Es una interminable fuente de preguntas y cuerpo que se cuestiona y se dispone para sí mismo. Tenemos respuestas para las autoras, a partir de él se resuelve el mundo y su en esta ocasión cinco posibilidades, bienvenidas las que sigan. propia existencia. El autocontrol del cuerpo y sus juicios infinitos se ponen de manifiesto planteando una y otra vez cómo se presenta ante los demás. Entre el gozo y la violencia, el apego y la desaparición, la libertad y el sometimiento, construcción y deconstrucción. Analí Núñez El cuerpo deja de ser un recipiente inmóvil para ser el vehículo Aula del Centro-Especialización Fotográfica de una particular forma de hablar, de expresar, de ser, de imponer, de confrontarse a sí mismo y a sus designios. Desde lo íntimo hasta lo colectivo… porque existe una especie de trama colectiva, que prescribe un guiño a algo que cada una puede reconocer. Angélica Escoto toma el propio cuerpo y lo indispone a la mirada en un juego que crea narrativas, que asocian lo natural con su imaginación. Viviana Beltrán toma otros cuerpos, que son imagen revisitada de una ruptura vital y actual de la confrontación de los cuerpos frente a las palabras, de las mujeres en lo colectivo frente al lenguaje. Brenda Flores confronta a su cuerpo hasta hacerlo desaparecer para no ser más su propia presa, en una representación tácita y fáctica del dolor. Julisa Álvarez recrea al cuerpo en una particular forma de hacerse a sí mismo, para que un objeto inanimado tome vida a partir de la ejecución


1. MUJER ENTRE ENUNCIADOS VIVIANA BELTRÁN Querétaro, México

hacia puntos opuestos, entre lo que se es y lo que se ha dicho que se es: el poder nuevamente se sobrepone a la lucha histórica. En este caso el enunciado violento se presenta como una prenda que no se ciñe al cuerpo que se representa. La confrontación entre la imagen y el enunciado refleja lo que muchos trabajos acerca de género plantean: la paradoja o al menos una encrucijada entre lo públiLa imagen de una mujer aún en unicidad permite un sin- co y lo privado, las libertades y los derechos, diferenfín de interpretaciones para la palabra, sin embargo viene cias e igualdades, lo individual y lo colectivo, los espaprovista también de un límite. Esa imagen en realidad son cios ganados y la visibilidad que termina por vulnerar. múltiples imágenes, como múltiples las posibilidades de reflejos y encuentros, enfrenta la complejidad de enunciar- Si bien, Viviana Beltrán nos habla de la mujer a través de las a todas: ninguna mujer puede asirse en una sola imagen. los cuerpos de sus modelos, no trata de su naturaleza sino “Mujer entre enunciados” contrapone la imagen y la palabra, de su razón, razón que busca rebelarse al designio social se apropia de algunas obras de autores mexicanos, en su ma- y que sigue en pie de cuestionamientos. Invito a ver su trayoría de siglo XX, que buscaban realizar una representación bajo, como un enunciado breve acerca de lo mucho que de la mujer que respondiera a cierta complejidad acerca de su aún queda por decir, escuchar y ver, estudiar y combatir identidad, individual o colectiva. En algunos casos es la vida respecto de los roles de género, de las imposiciones socotidiana la que retrata su mundo interior, en otros la carga ciales y la violencia que hacia las mujeres aún se expresa. simbólica refleja mucho más de lo que hasta ese momento, se había normalizado respecto de la “naturaleza de lo femenino”.

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“Los hombres actúan, las mujeres se muestran” John Berger En el devaneo entre lo visible y lo decible se encuentra la representación. La palabra aunque tiene un horizonte concreto, al enunciarse da pie a la imaginación de forma infinita, así la palabra MUJER no alcanza a cobijar el techo de sus representaciones visuales: ninguna mujer cabe en una sola palabra.

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Recrea escenas similares a dichas obras, fotografiando personajes de su entorno actual, quienes poseen una voz propia y una forma particular de representarse a sí mismas; se muestran, ponen el propio cuerpo a disposición de una representación simbólica que, inmediatamente, las golpea con la palabra: un dicho popular que muestra el lastre tácito y fáctico que el lenguaje impone. Imagen y palabra tiran

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NINGUNA BALLENA ES UNA ISLA

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ANGÉLICA ESCOTO Tijuana, México

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Para ver “ Ninguna ballena es una isla“ debo mantener una actitud de recogimiento, buscar entre el monitor y mi asiento el sonido sordo del viento que sopla en esa estrecha tierra que parece desierta… viento resollante, Lilith, ¿eres tú?.

xos y palmas abiertos, erosionarse ante el aire, quemarse al sol, secarse con su sal o pudrirse al tiempo. Quien ha pasado por esta imagen no encuentra forma de resguardarse de las inclemencias, ni mano del hombre que pretenda dominarlas.

Las imágenes se van presentando como en una suerte de dicotomías: elemental-complejo, majestuoso-diminuto, lejanocercano, oscuro-luminoso, vida-muerte… o conjuntos que van mostrando un breve fragmento de la experiencia que fungió como elemento detonante de este trabajo. Y parece que de esa manera también gusta de ser visto, tal como fue formulado: contemplativo, a tiempos pausados, a piel desnuda y carne viva.

Después las ballenas, o sus restos, o sus rastros, o la sensación de que a cada imagen le corresponde la observación lenta y grave propia de una ballena y una paradoja: ser absolutamente majestuosa, imposible de esconder y a la vez un rotundo misterio, escuchar su canto que bien podría ser llanto; determinando que aquello que conocemos de ellas es apenas un atisbo de lo que no sabemos. Algunos datos científicos, apuntan a que las ballenas han tenido un recorrido evolutivo de la tierra al mar, permitiendo a la autora elaborar alrededor de este hecho, uno más poético, en donde el mar funge como amparo pero también refugio de la oscuridad, la perdición y el secreto… portento de arcanos. Y en la tierra una ballena muerta, cuyas vísceras se exhiben elevando la fetidez, como un reclamo a quien decidió abandonar la luz.

En primera instancia el paisaje de un lugar que no es reconocible, las imágenes aparentemente inconexas, penden como hilos que se pueden atravesar en este espacio en el que parece que todo ha sucedido en un tiempo lejano y que muestra sólo la huella de quien pasó por ahí. Ahí una serie de acciones improbables que no pretenden transformarlo, sino fundirse en él: sumergirse en sus aguas, tenderse sobre su tierra, se-


Finalmente el cuerpo que yace o se yergue en las imágenes, se muestra completamente insurrecto y a pleno sol, bañado de humor, de rebeldía y de intimidad invisibilizada; siendo sólo pretexto para alguna conjetura intelectual, un esfuerzo completo para no ser deseado o para no aspirar a ello. Trastocando el deber ser de cada uno de ellos, hablando de sí mismos y para sí mismos en un lenguaje críptico como el de las ballenas o basto de intuición como el de las mujeres-ballena. Quiere volver al punto en que desconozcamos todo acerca del cuerpo femenino, desprovisto de cualquier fórmula interpretativa, cualquier pose forzada, esbozo de perfección o erotismo. La cópula y la muerte, el paisaje y el cuerpo desnudo de una mujer, ¿qué hay más salvaje que eso?. El cuerpo en “Ninguna ballena es una isla” es una palabra, un paisaje, un país, un anhelo, un cuarto seguro, una maraña de actos, un privilegio libertario. Analí Núñez Aula del Centro-Especialización Fotográfica


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YO NO SÉ MUCHO LATÍN, PERO ME DEFIENDO MARTHA GUTIÉRREZ Querétaro, México

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Debe haber otro modo que no se llame Safo ni Mesalina ni María Egipciaca ni Magdalena ni Clemencia Isaura. Otro modo de ser humano y libre. Otro modo de ser. Rosario Castellanos, “Meditación en el umbral”

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pios y tampoco tienen como los proletarios una solidaridad de trabajo y de intereses. Viven dispersas entre los hombres, sujetas por el medio ambiente, el trabajo, los intereses económicos o la condición social, a ciertos hombres –padre o marido– más estrechamente que a las otras mujeres”.

A través de la historia se le ha pretendido definir a la mujer con limitantes. Aristóteles decía: “La hembra es hembra en Adán y Eva, según las creencias judía, cristiana y musulmana fue- virtud de cierta falta de cualidades”. Agregaba que se deron los primeros seres humanos (hombre y mujer) que poblaron biera considerar que el carácter de las mujeres padece de la Tierra. De acuerdo con la Biblia y el Corán, Adán fue creado un defecto natural”. Y después de él, Santo Tomás decreta primero y Dios, al verlo solo, decidió que necesitaba una com- que: “La mujer es un hombre frustrado”, un ser “ocasional”. pañera, a la que creó de una costilla del hombre, una condición que ha definido mucho del rumbo del llamado sexo femenino. Las ideas acerca de la mujer en la Edad Media fueron fomentadas por los clérigos y las castas con poder ecoTal como lo escribiera alguna vez Simone de nómico, que la veían como un objeto de decoro, siendo Beauvoir (1998) en su libro “El segundo Sexo”: subordinadas al interés de la tierra (Power, 1991). No con“…los hechos, los mitos, los proletarios han hecho la revo- sideraban a la mujer como un individuo completo, la mujer lución en Rusia; los negros en Haití, los indochinos se baten era catalogada por su sexo y por lo tanto inferior al varón. en Indochina; la acción de las mujeres no ha pasado nunca de una agitación simbólica, y no han ganado sino aque- En el mundo medieval, las clases trabajadoras silenciallo que los hombres les han querido conceder; no han to- das, tenían una visión diferente de la mujer, el hombre del mado nada, han recibido. Es que ellas no tienen los medios campo acostumbraba a ver a mujeres trabajando en talleconcretos de agruparse en una unidad que se plantearía al res y en las tierras, una realidad contrapuesta a lo que se oponerse; no tienen ni pasado, ni historia, ni religión pro- predicaba los domingos en las misas a las que éstos asis-


domingos en las misas a las que éstos asistían; se les decía desde el púlpito que la mujer era la puerta del infierno y María la puerta del cielo (Power, 1991). La Iglesia consideraba a la mujer como un mal para el hombre, como razón explicaba que: en el paraíso había sólo presencia de dos hombres y una mujer, y que ella, Eva, no descansó hasta conseguir que Adán fuera expulsado del Edén.

siva persecución y quema de brujas (cuando es un hecho desgraciado que tuvo su epicentro en los “modernos” siglos XVI y XVII).

La demonización de la mujer fue la fórmula clave para exorcizar los placeres del sexo, a los que el monje obligadamente debía renunciar, y contra los que toda propaganda debía ser poca. De modo que el mundo medieval se pobló de brujas y sirenas dispuestas a “Llorar, hablar, hilar, es lo que Dios concedió a la mujer” y como arrastrar a los hombres a su perdición; aliadas directamente con esta sentencia, se escribieron muchos de los argumentos sobre “el las fuerzas del mal o disfrazando su animalidad bajo hechiceeterno femenino” en los textos de los monjes medievales. La mi- ras formas. Pero en contraste con la misoginia clerical, la Iglesia soginia que destilan provenía solo en parte de la teología; aunque como institución otorga a la mujer un estatus inédito hasta enlas consideraban -siguiendo a Aristóteles- como un varón fallido. tonces, casi revolucionario, en lo que a libertad y equiparación con el hombre se refiere: el derecho canónico le garantiza la libre Los clérigos eran más radicales, pues el bello sexo para ellos era elección de marido, en contra de lo que establecen el romano o el «pérfido y fétido», una «fuente insondable de todos los pecados.» Y islámico. La ambivalencia y la contradicción caracterizan la consila mujer virtuosa, «más rara que el ave fénix o el cisne negro». Sus ca- deración de la mujer en el Medievo con sorprendente naturalidad. lificativos eran tan impropios y variados que prácticamente son difíciles de relacionar y relatar. Y es así, como surgen muchas de las imá- En el extremo opuesto de la escala moral, pero igualmente ingenes icónicas que definieron los referentes femeninos de la época. novadoras de la corrección establecida, estaban las beguinas, monjas que consiguieron que la Iglesia les reconociera el deEn el mundo occidental, particularmente durante esta época, recho a vivir fuera del monasterio -desempeñando labores laisaber latín era una habilidad que no cualquiera poseía. Porque cas de ayuda a los necesitados- y a romper con su voto si quería. si alguien sabía latín podía leer. Y si podía leer tenía información. Y si manejaba la información, entonces tenía poder. Por A las mujeres, al igual que los hombres, se les diviesa condición y otraos tantos factores más, muy pocas muje- dían en tres categorías (estamentos) en la sociedad: res lograban estudiar latín, en cambio, se les entrenaba para La noble que podía gozar de privilegios y sus tareas eran bordar, coser, cocinar y tocar algún instrumento musical. Es principalmente el cuidado y educación de los hijos y la ordecir, se les preparaba para servir y agradar al señor de la casa. ganización de los empleados. Casi todos sus matrimonios eran motivados por un interés estratégico o político. Sin embargo, la sociedad moderna actual sigue creyendo que Las campesina que atendía las labores relacionadas la Edad Media fue la etapa de la historia occidental más oscura, con el hogar, la educación de los hijos y, además, se enbárbara, violenta, supersticiosa, represiva y misógina. A ello ha cargaba del ganado, el huerto y la tierra de cultivo. Era contribuida la literatura fantástica, los cómics, el cine, e incluso la figura que se encontraba en peores condiciones. algunas tribus urbanas. Todavía hay textos y documentales que citan como verdaderas falasias inventadas siglos atrás, hechos aberrantes como el que la Iglesia no consideraba que la mujer tuviera alma, el humillante uso del cinturón de castidad o la ma-


La monja que era la que decidía dedicar su vida a Dios. Sus motivos especialmente eran creer que habían cometido un pecado o como una vía de escape a un matrimonio pactado. La mayoría de las veces no era una decisión propia, sino obligada por la familia. En cuanto a la educación, hay que saber que la mayoría de la sociedad era analfabeta. El motivo vital era que los campesinos, que ocupaban la mayor parte de la población, no tenían acceso a la cultura y conocimientos. Por el contrario, la mayoría de las mujeres nobles, podían cultivar diferentes saberes, como la escritura, la lectura, los idiomas o la música.

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Sin embargo, los conocimientos que siempre intentaban inculcarles se relacionaban con la religión y la organización de un hogar. Por ejemplo, a las plebeyas les enseñaban las labores de la tierra y la costura, mientras que a las nobles les instruían estrictamente en comportarse siguiendo un protocolo de buenos modales y saber estar. Las que optaban por la vida religiosa, cabe resaltar que se situaban en ventaja respecto a las otras al menos en lo relativo al ámbito educativo, puesto que la mayoría de ellas podían disponer de conocimientos de griego y latín y de escritura y lo que se conoce al respecto es que las mujeres escribían desde los conventos. Por eso algunas preferían la vida conventual, porque ahí sí se podía leer e incluso aprender a escribir. Y, quizá en una ejercicio de deducción pura, se puede inferir que para desanimar al resto, se inventó el dicho: “Mujer que sabe latín, ni encuentra marido ni tiene buen fin”. Ya que encontrar marido no era cosa sencilla, porque si a las mujeres no se les permitía aprender, heredar, administrar sus bienes y un una serie muy grande de etcéteras, encontrar un buen marido era una especie de garantía por lo menos de supervivencia. Situación de la que una sociedad dominada por hombres sacaba beneficio. Necesitaban mujeres sumisas, dóciles y bien domesticadas y no mujeres que supieran latín. Despúes de muchos sacrificios a lo largo de la historia, las mu-

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jeres consiguieron el derecho a estudiar. Ahora, en pleno siglo XXI, más mujeres que nunca egresan de las universidades, se preocupan por prepararse e incluso, acceden a formación especializada y posgrados en los cuales obtienen las mejores calificaciones que los hombres, y casi se podría creer que la Edad Media ha sido superada y se ha ido para siempre. Hasta que aparecen consignas, respaldadas por investigación aparentemente de rigor científico, que se leen así: “Cuanto más inteligente es la mujer más trabajo le cuesta casarse”. De forma particular, en una investigación realizada en 2010, que analizó la situación en Europa, Estados Unidos y América Latina y que circuló por una de las redes sociales, a propósito del tema se mencionaba que: “recientes investigaciones”, llevadas a cabo por distintas “universidades de prestigio” (sin precisar cuáles eran), reveló que la mayoría de las mujeres, tienen un 40 por ciento menos de probabilidades de casarse si son exitosas o tienen estudios universitarios o de posgrado. Los “expertos” llevaron a cabo un proceso de investigación de campo que tras analizar y seguir cercanamente la vida de 900 personas, mujeres y hombres, concluyó que mientras mejor les iba a las mujeres particularmente en el ámbito laboral, más difícil les resultaba casarse. Igualmente y como parte de sus conclusiones, los investigadores afirmaban que no es que las mujeres no quisieran casarse, sino que la mayoría prefería esperar a un “hombre inteligente, preparado, agudo y activo” (osea, que sus parámetros de exigencia son muy elevados) y por el contrario, los hombres, mientras más preparados están mayores posibilidades tienen de casarse, pero en la búsqueda de su pareja ideal, sus exigencias tienen que ver con “compañeras que correspondan a su idea de madre o que sean cómo sus mamás”.


Lo más paradójico de esta aparentemente interesante investigación es que a los investigadores no se les ocurrió pensar que el problema no radica en la preparación de la mujer, sino en todas las condiciones que se vienen arrastrando a lo largo de la historia y que no se tratan de identificar si más mujeres estudian o si las mujeres estudian más, valga el juego de palabras, sino de muchas otras condiciones y normas sociales que siguen acompañando este fenómeno y que pareciera exigen regresar a la Edad Media. A todos los que se extrañan de esta clase de resultados, no les ha pasado por la cabeza que muchas mujeres, de siglo pasado y sobre todo las del siglo XXI tienen otros intereses, buscan otro tipo de relaciones interpersonales y están totalmente en contra de los rígidos roles y estereotipos en los que ya no cabemos ni mujeres, ni hombres. Por ello tomé la decisión de contrarrestar estas conjeturas científicas citando a Rosario Castellanos, escritora, filósofa y diplomática mexicana, nacida en 1925 y fallecida trágica, repentina y tempranamente, a los 49 años en 1974. Hoy es considerada una de las más grandes literatas de nuestro país. Entre sus tantas y trascendentes obras se destaca precisamente “Mujer que sabe Latín”. Y en el camino de las decisiones sobre este texto, vale la pena traer a colación lo que Ella explicaría alguna vez, sobre como nació su escrito:

Burlándose de la situación, afirmaba: “Me reía de aquel refrán sexista y anticuado que yo nunca había escuchado. Ella lo había aprendido de su abuela. Supongo que en la época en la que se usaba frecuentemente ese dicho popular, hablar latín simbolizaba una mayor educación”. A raíz de ello se le atribuye una vieja anécdota feminista y en contra del machismo anticuado, que al parecer contaba con orgullo; pero además que por su estilo y carácter le viene como anillo al dedo: “Una mañana, el marido vuelve a su cabaña después de varias horas de pesca y decide dormir una siesta. Aunque no conoce bien el lago, la mujer decide salir en la lancha. Se mete lago adentro, ancla y lee un libro… Viene un Guardián en su lancha, se acerca a la mujer y dice: -’Buenos días, señora. ¿Qué está haciendo?’ - Leyendo un libro- responde ella (pensando ‘¿No es obvio?’) -Está en zona restringida para pescar- le informa él. - Disculpe, oficial, pero no estoy pescando, estoy leyendo. -Sí, pero tiene todo el equipo, por lo que veo, podría empezar en cualquier momento, tendré que llevarla y detenerla. - Si hace eso, lo tendré que acusar de abuso sexual- dice la mujer... -Pero ni siquiera la toqué - dice el guardia. - Es cierto, pero tiene todo el equipo. Por lo que veo, podría empezar en cualquier momento. -Disculpe, que tenga un buen día, señora, y se fue...”.

‘Mi madre cuando escuchó mi intención de estudiar un segundo posgrado en el extranjero, permaneció en silencio durante unos momentos. Luego me dijo: En una reflexión profunda, Rosario refiere que a lo largo de “Mujer que sabe latín… no tiene marido ni buen fin”’. la historia, las mujeres han sido representadas de manera peyorativa, carentes de voz propia y envueltas en ideas roHay quienes dicen que fue algo premonitorio, pues más adelan- mánticas y precisamente en “Mujer que sabe latín” escribe: te Rosario se quedaría sin marido (se divorció tras sufrir depresión e infidelidades) y como se mencionó, moriría trágicamente.


“Ante esto yo sugeriría una campaña: no arremeter contra las costumbres con la espada flamígera de la indignación ni con el trémolo lamentable del llanto, sino poner en evidencia lo que tienen de ridículas, de obsoletas, de cursis y de imbéciles. Les aseguro que tenemos un material inagotable para la risa”.

diada de algunas de las mujeres más importantes de nuestra historia, como la Malinche o Sor Juana Inés de la Cruz. Y es con su forma particular de escritura, que extiende el propósito de liberarse del yugo. Incluso es justo con la palabra con lo que ella va más allá, pues plantea, propone y vindica.

En esta obra, Castellanos también hizo referencia a escritoras como Simone de Beauvior (La Mujer Rota), Virginia Woolf (La señora Dalloway), Sor Juana Inés de la Cruz (El divino Narciso), Corín Tellado (El engaño de mi marido), y Gabriela Mistral (Lecturas para mujeres), entre otras escritoras que han plasmado la historia de las mujeres.

Castellanos, acostumbra ver sus problemas personales en un ámbito social, identifica sus vivencias con experiencias generales de la condición de la mujer a través de la historia y entiende que el papel sexual es significativo tanto política, como culturalmente. Observadora, como buena filósofa e inquisidora como la gran provocadora que siempre fue, no es nada complaciente con los “primores” (expresión que emplea en Mujer que sabe latín…) asociados a las mujeres para ser reconocidas por la sociedad, como serían la maternidad o la belleza. Advierte que la historia hecha por hombres ha relegado a las mujeres. Asevera que se les nulifica, se les idealiza, pero no se les considera realmente. En sus propias palabras “la mujer ha sido, más que un fenómeno de la naturaleza, más que un componente de la sociedad, más que una criatura humana, un mito”

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Y como en su momento atinadamente refirió de Beauvoir: “Para entender y comprender a la mujer como a un ser humano, tal como es el hombre, es preciso tener presente que la historia del mundo ha sido dirigida y configurada por los hombres, pero la mujer no es la cosa del hombre, o de los hijos, o del esposo o de la casa, sino una igual al hombre en la lucha por la construcción de este mundo”.

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¿Por qué vale la pena hacer referencia de forma puntual a Rosario? No precisamente porque haya sido una activista radical de género, sino más bien porque fue una revolucionaria de la palabra, reivindicando los derechos legítimos de las mujeres que permitan lograr una posición de grandeza. Es decir, porque sus palabras y la forma en que plantea todas estas reflexiones nos llevan a las maneras en que tradicionalmente se le encuentra significado y sentido justo al lenguaje.

Como se lee en sus textos, la sociedad –patriarcal– no representa a las mujeres de carne y hueso, en cambio otorga visiones maniqueas de ellas. Al igual que como lo refiere Hierro (1985), “las imágenes femeninas dentro del patriarcado se polarizan axiológicamente: el lado positivo de lo femenino tradicionalmente aparece encarnado en la figura de “la reproductora” que se enfrenta con el polo opuesto de la jerarquía de valores, o sea se constituye en la mujer “objeto sexual”. La matrona se enfrenta tradicionalmente a la prostituta: la mujer Esta filósfofa y poeta, nutrida por el ejercicio de observación, que ejerce su sexualidad con fines ajenos a la reproducción”. reflexiona entorno a ser mujer, en un contexto repleto de prejuicios y prácticas discriminatorias, no sólo hacia las mujeres, sino a diversos sectores sociales. Es capaz, a través de las visiones oníricas de su “ Lupita”, personaje central del Eterno Femenino, de demostrarnos la visión androcéntrica de la sociedad mexicana a lo largo de los siglos, con la aparición paro-


Con Rosario se participa en una reconfiguración de los arquetipos femeninos que en alusión y al más puro estilo de Jung, son los contenidos del inconsciente colectivo. Considerando sus propuestas, se advierte la importancia de “tocar” los arquetipos y colocarlos en otra proporción; adentrarse en ellos desde una mirada analítica y atenta de las representaciones de las mujeres. Estas representaciones de la mujer que se han elevado en un carácter simbólico, para luego convertirlas en íconos de su tiempo.

cunstancias religiosas, culturales, políticas. Sin embargo, también las asumen como parte de la personalidad: “No arremeter contra las costumbres con la espada flamígera de la indignación ni con el trémolo lamentable del llanto sino poner en evidencia lo que tienen de ridículas, de obsoletas, de cursis y de imbéciles. Les aseguro que tenemos un material inagotable para la risa. ¡Y necesitamos tanto reír porque la risa es la forma más inmediata de la liberación de lo que nos oprime, del distanciamiento de lo que nos aprisiona!”

Cuando pensamos en esas imágenes icónicas, arquetípicas y estereotipadas, subyacen los conceptos que se han instalado en la colectividad, generando ciertas percepciones en torno a la condición femenina. ¿Quién si no Eva es el mejor ejemplo? Aprendimos que ella surge del hombre, que el pecado encarna en una manzana y que propició la expulsión del paraíso. Adán, carente de toda voluntad, pues sucumbe a sus encantos, pagó “los platos rotos”.

Los arquetipos femeninos pueden ser replanteados a través de su filosofía y su poesía. Inmersas en el feminismo, y tal como se lee en sus textos, ellas expresan temas considerados tabú, o temas “intocables”, como la maternidad o la Guadalupana. Sus mujeres significan, nos significan y nos explican. Aquél viejo refrán de la abuela refleja creencias sexistas que están vigentes en la cultura mexicana y que pueden tener consecuencias negativas. Por una parte, afectan la posibilidad de un número creciente de mujeres educadas de formar No obstante, esa visión tradicionalmente, preconfigurada en una familia cuando así lo desean, al enfrentarse ante el dileel incosciente colectivo, debe reconfigurarse. Así en la poe- ma de elegir entre su carrera profesional y quedarse en casa. sía de Rosario Castellanos, encontramos a “La Malinche”, Sor Juana, Adelita, Hécuba, Salomé y, por supuesto, Dido. En su obra expone el problema de la mujer inteligente y nos muestra que la sociedad mexicana, no conciSobre estas identidades femeninas, como lo refiere Mi- be que la inteligencia sea una de sus cualidades, porller (1983): “Las mujeres de Castellanos sufren, pero que eso implica un elogio, porque evoca cierto poder, muy a menudo la ironía es motivo de salvación. Aún en porque es reconocimiento de la aptitud, y se torna incluso su propio caso, el sufrimiento fue aprendido” (p. 21). motivo por el cual se alejan de ella mirándola con desprecio. De esta manera la poesía de Rosario Castellanos deconstruye “la ideología sexista, los mitos y símbolos de una cultura del poder que se reproduce bajo la lógica de la dominación, convirtiendo así las diferencias naturales en razones de subordinación, en desigualdades sociales denigrantes” (López, 1996: 81). Las mujeres en la obra de Rosario son contradictorias. Pero estas contradicciones son producto de las cir-

Su pensamiento es claro: “las condiciones sociales imposibilitan aún más que las condiciones económicas”. Por ello, a Castellanos le interesan mucho las mujeres que rompen paradigmas, que se atreven y pone especial mención en las escritoras, y de esa forma dedica diversos ensayos para estudiarlas, mismos que se recopilan justamente en la obra a la


que se ha hecho referencia: Mujer que sabe latín. Castellanos», La palabra y el hombre, No. 19, pp. 3-18. En cada texto se plasma la imperiosa necesidad de recuperar referencias de mujeres con voz firme. Maestras, filósofas, escritoras, pensadoras, que a lo largo de la historia han asumido una fuerte responsabilidad al hacer visible lo invisible: las mujeres, sus identidades y necesidades.

Hierro, Graciela (1985). Ética y Feminismo, México:UNAM.

Finalmente lo que ella intenta recordarnos es que hay una lucha pendiente para acabar con tantos preceptos e imposiciones y podernos librar entonces de las prehistóricas representaciones femeninas y de los conceptos reinantes en la sociedad que suelen encerrarnos en la inferioridad y la incapacidad.

Power, Eileen (1991). Mujeres Medievales. Madrid: Encuentro Ediciones.

Y lo único entonces que dejaría para la reflexión es lo que un día la propia Rosario declaró:

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«Ser mujer, en México, es un problema; entonces hay que planteárselo de la forma más lúcida posible porque creo que es la manera de dar un paso hacia su solución». Referencias De Beauvoir, Simone (1998). El segundo sexo, prólogo de Teresa López Pardina, trad. de Alicia Martorell, Madrid: Cátedra. Castellanos, Rosario (2010). Mujer que sabe latín, 4ta. Reimpresión, México: Fondo Cultura Económica. - (1975)El eterno femenino,México, D.F.: Fondo de Cultura Económica (Colección Popular nº 144). - Poema de 1948 recogido en Meditación en el umbral: Antología poética, Fondo de Cultura Económica, México, 1985. Cresta de Leguizamón, M. L. (1976). «En recuerdo de Rosario

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López, Aralia, 1996, “Rosario Castellanos: lo dado y lo creado en una ética de seres humanos y libres”, Política y cultura, núm. 6, pp. 77-84.

Vigotsky, L. 1986 [1934]. Thought and language. Cambridge, MA.: MIT Press [Trad. cast.: Pensamiento y lenguaje . Barcelona: Paidós, 1995Links ]



4.EL GÉNERO EN DISPUTA DE JUDITH BUTLER: UNA RECOMENDACIÓN

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MARY gARD Querétaro, México

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Antes de recomendarles algún texto para que se vean animadas a leerlo, quisiera ser sincera y admitir que escribir algo acerca de nosotras, las ‘mujeres’, me causa temblor en los dedos y se presenta como un acometido un tanto agobiante. Tengo 22 años y soy, como por ahí dicen, una mujer. Tengo sólo un par de años frecuentando lecturas que problematizan términos como el sexo, el género, la mujer, lo femenino... el sujeto, la identidad, lo fundamental, etc... y soy estudiante de una licenciatura en la que el lugar de las autoras, si no fuera por algunos casos preciados, está casi olvidado: me refiero a la filosofía. Con todo y todo, la problemática que en general podemos llamar ‘feminismo’ toca a la puerta todos los días y sale en el más íntimo de los cajones de nuestra habitación. Estoy segura que a todas nos visita frecuentemente, sin importarle mucho la edad que tengamos. Cosa segura es que desde cualquier punto de partida, el feminismo ha luchado incansablemente para que las mujeres - y muchos más - tengan abiertas un sin número de posibilidades. Si no fuera por esa lucha, sería imposible estarles escribiendo como una joven estudiante, y seguramente también sería sólo un sueño que ustedes pudieran leerme. La lista de las posibilidades que el feminismo ha logrado podría tardar un largo rato, así que de entrada diré que el feminismo ha sido, y seguirá siendo, una lucha que a muchas nos ha dado la posibilidad de ocupar el lugar desde el que hoy hablamos.

Dicho lo anterior, la autora que quiero recomendarles es Judith Butler y su libro El género en disputa. Les mentiría si dijera que es un texto amable, perfecto para leer antes de dormir - les va a quitar el sueño, lo prometo - o para leer en unas cuantas sentadas - estreñimiento seguro. La razón por la que quiero rescatar este texto es porque desde un comienzo deja ver que hablar, acerca de ‘nosotras’ las mujeres, es un asunto delicado, peligroso, pero harto necesario. Como mencionamos, el feminismo ya ha hecho mucho por nosotras y de nosotras depende que sus efectos sigan siendo palpables y que, en muchos casos, dejen de ser privilegios. Además, no es que ya vivamos en el Jardín del Edén, o de Lilith mejor dicho. Está de más referir que aún falta un largo camino por pelear. A lo que quiero llegar es que inevitablemente se trata de hablar constantemente, hablar con nosotros, con los demás, hablar en clase, en el trabajo y en casa. Escribir mantas y, muchas veces, oficios institucionales. Y hablar, para Judith Butler, no es cosa vana ni fácil. Por el contrario, es un ejercicio que nos meterá en problemas, tarde que temprano. Desde el prefacio de su libro, escrito en 1990, nos escribe que ella llegó a la conclusión de que los problemas son inevitables y que el objetivo es descubrir cómo crearlos mejor y cual era la mejor manera de meterse en ellos. Ni libro amable ni cómodo, es un libro dinamita que si algo les va a enseñar es a causar mejor los problemas que conciernen al feminismo, al género, al sexo, a lo femenino y género, al sexo, a lo femenino y masculino y,


ymasculinoy,despuésdealgunaspáginas,comenzaránadudarenlalegitimidad, profundidad y sobre todo, en lo fundamental de esas palabras. Judith Butler se dedica a poner en jaque ciertos términos que, por muy asumidos y normales que nos parezcan, entroncan al feminismo y hacen que éste termine siendo un discurso que excluye a otros constantemente. Situación que no es razón para tirar las armas y dar todo por perdido. Por el contrario, es una invitación a poner atención el las palabras que usamos al hablar. Si logramos hacerlo en otros términos, considera Butler, se dejaría de caer en la misma formación discursiva que se pretende erradicar: algunas de las nociones contra las que Judith Butler arremete es el género, el sexo, la identidad o lo natural. Les dejo aquí preguntas que la autora nos lanza desde un comienzo. A propósito de lo natural escribe: ¿Ser mujer es un hecho natural o una actuación cultural? ¿Esa ‘naturalidad’ se determina mediante actos performativos discursivamente restringidos que producen el cuerpo a través de las categorías del sexo y dentro de ellas?” (2007, p.37). Es bastante usual encontrar la primera pregunta actualmente y, de inicio, hay quienes no dudan en afirmar que el sexo y género van unidos y son naturales, cuando no sagrados. La otra opción es pensar que se trata de una actuación cultural, es decir, que el ser mujer es efecto de la tradición, y que sexo y género vienen en paquetes separados, en contraposición con consideraciones naturalistas. Butler no se va por ninguna de estas opciones. En efecto, el feminismo que ella propone no supone ningún tipo de esencia asociada a lo ‘natural’, es decir, no emplea ningún sujeto que se pretenda prediscursivo. Como decir que el sexo de alguien es natural y, por mor de ello, le liga necesariamente a un género en especial. Pero en El género en disputa, tampoco encontraremos la segunda opción y podremos afirmar que sexo y género van por separado y que uno es cosa a parte del otro. Esta segunda refutación nos puede costar más trabajo que la primera. Sobre todo porque algunas de las teorías de género se basan en el supuesto de que tenemos un sexo y que el género nos viene como una construcción cultural. Dicho con otras palabras, ‘naces’ con un sexo, pero tu género puede variar en relación con él. También nos puede costar trabajo entender por qué Butler no toma la segunda opción, dado que estamos muy familiarizados con cierta legitimidad que tienen algunas ciencias, como la

biología o la medicina. Aclaro que la autora no pretende poner en duda el rigor o la consistencia epistemológica que pueden tener esas ciencias. Pero sí pretender quitarles cierto halo fundamental y de verdad definitiva con el que aveces se las tiene asociadas. Entonces, según la invitación de Butler, ¿por qué el género y el sexo no estarían separados? Todo radica en que, cuando seguimos pensando en esos términos, no llegamos al meollo del asunto. La autora nos escribirá que hablar de sexo y de género, como dos términos diferentes, opera bajo la misma lógica que su supuesta contraposición naturalista. Esto quiere decir que ‘el sexo de una persona’, como punto de partida para su género, también es una categoría que opera bajo las categorías de este último. Aquí nos comenzará a lanzar algunas preguntas como “¿Tiene el sexo una historia? ¿Tiene cada sexo una historia distinta, o varias historias? ¿Existe una historia de cómo se determino la dualidad del sexo […]? Si se refuta el carácter inevitable del sexo, quizás esta construcción denominada ‘sexo’ esté tan culturalmente constituida como el género: de hecho, quizá siempre fue género, con el resultado de que la distinción entre sexo y género no existe como tal.” (Butler, 2007, p.55). De tal manera, nuestra autora revisará algunas de las teorías que, desde un comienzo, operan bajo supuestos que meten al feminismo en el mismo problema que busca desbaratar. Con lo dicho hasta ahora, espero que se sientan animadas a leer El género en disputa o algún otro texto de Judith Butler. Autoras como ella son imprescindibles ya que dejan ver la urgencia con la que se tiene que hablar de ‘las mujeres’, y hacerlo de tal forma que podamos abrir cada vez más posibilidades, sin que ello implique caer en problemas que prestando atención a las palabras pueden ser evitados. Quedan aún muchos problemas que Judith Butler plantea en su texto y que atraviesan discusiones más amplias, yo me he limitado a hacerles una invitación e introducción que les den algunas señales del problema general. Finalmente, también quisiera que esta recomendación haya mostrado, aunque sea mínimamente, que el feminismo cuenta con autoras de gran talante y rigor, que asumen la tarea de criticar su mismo movimiento y la política que este implica.


5.

DESAPARECER

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BRESS CHANTES Querétaro, México

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6.

ESTADOS MEDITATIVOS

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JULISA ÁLVAREZ Querétaro, México

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7. TÚ YA ERES PARTE DEL ENCIERRO

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YUMARI CHACÓN Querétaro, México

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SEMBLANZA

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Viviana Beltrán Barona vivianabeltran.com viviana.beltran@live.com Instagram: viv.beltran Desde 1995 inicia a estudiar fotografía en Kodak de México y en el Museo de Arte Contemporáneo en la Ciudad de México. En el 2008 retoma sus estudios de fotografía en la Escuela Activa de Fotografía de Querétaro. De 2013 a 2014 realiza el diplomado en realización y producción de Cine Documental en PAIDEIA. Continua su formación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UAQ al concluir el Diplomado de Género y Ciencias Sociales. Participa en el Taller Género y Sexualidades en el Arte contemporáneo. En 2018 comienza su formación en el Aula del Centro con el Diplomado de Fotografía Autoral. 1501 Historias que contar 2009, ITESM, Querétaro, Qro. Exposición colectiva EAF 2010, Querétaro, Qro. 2010 Emociones encontradas 2011, ITESM, Querétaro, Qro. Parteras y Saltimbanquis 2014 Presentación de los documentales “Parteras” y “Saltimbanquis” en el Cineteatro Rosalío Solano, participando en fotografía y producción. 4 Veces desaparecida 2014 Primer lugar del concurso “Género y Justicia” de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Categoría documental. Ausente para defenderme 2016 Producción y presentación del documental “Ausente para defenderme”. En el concurso “Género y Justicia” de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Angélica Escoto Artista multidisciplinaria, sus piezas autobiográficas, conceptuales, documentales y de archivo estructuran narrativas visuales que tienen que ver con la identidad, el origen y la existencia. Estudió periodismo en el DF en la "Carlos Septién García. Trabajó como editora en varios diarios regionales en la República Mexicana. Su trabajo fotográfico ha sido publicado en España, Francia, Alemania, Estados Unidos, Argentina, Venezuela y México. Ha exhibido sus piezas en Chile, España,Italia, Brasil, Colombia, Argentina, Costa Rica, Guatemala, Cuba, El Salvador, EU y México. Mención honorífica en España, Nexofoto 2016 concurso Iberoamericano

de fotografía contemporánea, mención honorífica en la XV Bienal de artes visuales del Noroeste, México. mención honorífica en la 5ta. Muestra del paisaje natural en BC, México. Mención honorífica en la 9na. Bienal fotográfica de Baja California, México. Su obra se encuentra en el acervo del Centro Cultural Tijuana Cecut, México. PFC (Programa de Fotografía Contemporánea) 2016-2017, seleccionada para el PFC Bancomer 2018, talleres: José Luis Cuevas, Pablo Ortiz Monasterio, Ivonn Venegas, Elsa Medina, Alejandro Cartagena, Juan Antonio Molina, Gabriel Boils, Pedro Cañas, Maya Goded, Allan Frame, Javier Ramírez Limón, Patricia Mendoza, Gerardo Montiel, Ireri de la Peña, Yolanda Andrade, Pavka Segura, Joseph María Catalá, Federico Gama, Alex Dorsfman, Alicia Ahumada, Oscar Cueto, Sergio de la Torre, Iván Maríquez, Ingrid Hernández, Ramíro Cháves, Melva Arellano, Daniela Edburg, Lourdes Grobet, Francisco Mata Rosas entre otros. https://www.instagram.com/angelica_escoto_/ https://www.behance.net/Angelicaescoto https://www.facebook.com/angelicaescotophoto/ Dra. Martha Gutiérrez Miranda Diseñadora de la Comunicación Gráfica, Maestra en Mercadotecnia, Doctora en Diseño Línea Nuevas Tecnologías y cuenta con Posdoctorado en Innovación, cultura y tecnología. Profesora de tiempo completo en la Universidad Autónoma de Querétaro, Coordina la Maestría en Diseño y Comunicación Hipermedial y el Cuerpo Académico Perspectivas Transversales de las Artes. Pertenece al Sistema Nacional de Investigadores del CONACYT. Docente a nivel Licenciatura, Especialidad, Maestría y Doctorado, ha dirigido proyectos y tesis de grado. Colaboradora en proyectos de investigación en instituciones y organizaciones nacionales e internacionales. Ha sido invitada como conferencista y ponente nacional e internacional. Desarrolla investigación sobre diseño, semiótica y tecnología. Ha publicado artículos y capítulos de libro en las mismas líneas de investigación. martha.gutierrez@uaq.mx https://www.facebook.com/marthagutmir @martha-g-miranda Mary Gard Ha cursado diferentes talleres y diplomados en el Aula del Centro - Especialización Fotográfica desde el 2015. De ellos, caben destacar: dos emisiones de Acompañamiento teórico para el autor - Lectura y comprensión


de textos sobre fotografía (2015 y 2018), taller Impresión Fotográfica en Procesos Alternativos impartido por Taller Panóptico (2015), taller Revisiones y Construcciones en la Autorrepresentación, Diplomado en Producción Autoral (2016), Diplomado en Historia de la Fotografía en México (2016). En el último año, concluyó el Diplomado en Arte Contemporáneo: Coetáneo (2019), el taller Aproximaciones a la fotografía desde el cuerpo (2019) y Ojo Sensor (2019) impartido por David Corona. Fuera del Aula del Centro, concluyó el Diplomado online Art and Ideas (2016) del MoMA, el Curso Pintores del Renacimiento Italiano (2017) impartido por María de Asís y actualmente realiza el Seminario Visualidad Contemporánea e Imagen Fotográfica que ofrece Nodo. Educación, investigación y producción artística A.C, en colaboración con el Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario. Ha expuesto su producción visual dentro y fuera del país. La serie “Juno” (impresión en Van Dyke) en la exposición colectiva Biogénesis en el Centro Queretano de la Imagen (2015). Su pieza “Carmen” (impresión en Cianotipia) fue seleccionada para participar dentro de la exposición Lumens en el Festival de Fotografía Química y Alternativa con sede en Bogotá, Colombia (2016). Y la instalación fotográfica “Espacio Glocal” formó parte de la exposición colectiva Carbono 14: Arqueología del futuro con sede en la Galería Municipal Rosario Sánchez de Lozada, Querétaro (2018). Asimismo, Mary Gard ha impartido algunos cursos en torno a la imagen, como el Curso básico de fotografía: una aproximación teórica, técnica y estética impartido como docente del Aula del Centro en la Galería Municipal Rosario Sánchez de Lozada, Querétaro (2017), el Curso Creaciones absurdas: el existencialismo de Albert Camus y su influencia en el arte como parte del Colectivo Sendas Perdidas en el Museo de la Ciudad (2017), el Curso El Poder y las Imágenes: Aproximación a la imagen y su relación con los procesos políticos de México en el siglo XX, a través del pensamiento de Walter Benjamin del Aula del Centro Especialización fotográfica con sede en el Museo de la Ciudad de Querétaro (2018) y, con una segunda emisión en el Centro Queretano de la Imagen (2018). Finalmente, este año impartió el curso Miradas filosóficas al cuerpo y la imagen (2019) como parte del colectivo Sendas Perdidas en el marco del Festival Nextía. Facebook: Mary Gard Bress Chantes (Brenda Chantes) Fotógrafa de 28 años, licenciada en Ciencias de la Comunicación, participante de 20 fotógrafos Bolivia 2018. Instagram: @la.viajante Julisa Alvarez San Luis de la Paz, Gto, 1985 julisaalvarez.com Actualmente es parte del Taller de Impresores Tradicionales en Blanco y Negro con Reveladores Ecológicos en Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca

(2019). Becaria del PECDA (2015-16), Guanajuato. Egresada del Seminario de Fotografía Contemporánea, en el Centro de la Imagen de CDMX y Centro de las Artes de San Agustín, Oaxaca (CaSa) (2014). Participó en el Programa de Fotografía Contemporánea (PFC’13) en Centro de las Artes de Hidalgo (2013). Participó en Programa de Fotografía análoga- digital en Centro de las Artes de Guanajuato (2009). Su obra ha sido expuesta en Batiente- Taller de Creación(2018) Querétaro. En Casa Olinka, Puebla(2017). En Cuartel del Arte de Pachuca Hidalgo para la exposición Pachoa Notech Nic (2017). 1er Encuentro Textil en México, Librería Bodet (2016). Museo José y Tomás Chávez Morado, Silao, Gto. (2016). En Centro Queretano de la Imagen (2015). Casa San Pablo, Campeche (2013). En Festival Internacional de Fotografía (PIP), Pingyao, China (2013). En el Patio del antiguo Colegio Jesuita de la Universidad de Guanajuato y en el Museo del Pueblo de la Ciudad de Guanajuato (2009). Fundadora del Carretero- Laboratorio de Arte, espacio dedicado al Arte y a la Fotografía Análoga y Digital donde imparte talleres. Actualmente compagina su trabajo fotográfco con la cerámica. www.instagram.com/julisa_alvarez_r/ www.julisaalvarez.com Yumari Chacón López Es originaria de la ciudad de Querétaro, egresada de la Universidad Autónoma de Querétaro, con licenciatura en Artes Visuales, se ha desempeñado en la producción e impartición de talleres y programas de fotografía y como coordinadora de proyectos de intervención comunitaria por parte del Instituto Municipal para prevenir y eliminar la Discriminación (INMUPRED). Se ha formado en el Aula del Centro -Especialización fotográfica, en distintos seminarios, diplomados y laboratorios de producción visual lo que ha favorecido su trabajo que se basa en la divulgación de la fotografía en comunidades, escuelas de iniciación artística y casas de cultura del estado de Querétaro. En 2017 fue titular del programa Colectivo Comunitario de fotografía, un proyecto de alcance nacional, México Cultura para la Armonía. Sus programas han sido beneficiados con distintos apoyos por parte de la Secretaria de Cultuta del Estado de Querétaro tales como PECDA en su categoría de jóvenes creadores, Apoyarte, Programa de Apoyo a la Producción Artísitca y el Programa de Desarrollo Cultural Infantil del estado de Querétaro, Alas y Raíces. Facebook Yumari Chacón Instagram yumarichl


Analí Núñez López Restauradora de bienes muebles y artista visual. Se ha desempeñado en gestión de acervos documentales y fotográficos, así como catalogación de bienes culturales en museos. Ha desarrollado guiones museográficos y curatoriales para diferentes exposiciones colectivas e individuales en los estados de Guanajuato y Querétaro. En 2015 forma el proyecto independiente Aula del Centro-Especialización Fotográfica, junto con otros 9 artistas radicados en el estado de Querétaro, cuya comunidad ofrece programas de formación para Artes Visuales y Fotografía. Actualmente es Coordinadora del Centro Queretano de la Imagen de la Secretaría de Cultura, docente de la Licenciatura de Restauración de Bienes Muebles en la Universidad Autónoma de Querétaro y Encargada de la Conformación del Proyecto de Fototeca Universitaria. Berta Vila Nadal Barcelona Egresada en Nutrición Humana y Dietética y en Ciencia y Tecnología de los Alimentos. Su gusto por el arte la llevó a co-fundar la revista de fotografía ONE SHOOT, predecesor de este proyecto.

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Agradecimientos especiales:

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Berta Vila Nadal, diseño PARSIMONIA 08 Analí Nuñez, editorial y textos de autor local y nacional, PARSIMONIA 08 Ámbar González, DJ-set



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Consejo Editorial CESAR HOLM Darío Rodríguez RODRIGO CHACÓN Redes Sociales AXEL CHACÓN Colaboradores MARTHA GUTIERREZ MARY GARD Artista invitado VIVIANA BELTRÁN

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En portada ANGÉLICA ESCOTO En Galería BRESS CHANTES JULISSA ÁLAVREZ YUMARÍ CHACÓN Ventas parsimoniarevista@gmail.com 442 2315991 442 1071138


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