Katalalixar
Solo kayaking in the Kawesqar wilderness Kayak en solitario en las entrañas kawésqar By RODRIGO POLIĆ
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atalalixar, which in the Kawésqar language means “many islands,” is a territory that few know about and that for many still does not exist. It’s filled with hundreds of inhospitable labyrinths where storms and winds reign and where the rainfall never seems to stop. Today, we know more about the moon and Antarctica than we do about this fragmented southern coast that for more than 7,000 years was the domain of the Kawésqar, an indigenous people who once roamed all over Patagonia. They lived a nomadic lifestyle in their canoes gathering shellfish and hunting huemul deer. They amazingly lived
day-to-day without any clothing, smearing their bodies with mud and wolf fat as a thermal layer to protect themselves from the biting, cold Patagonian wind. This is about a vast territory. The Katalalixar National Reserve contains almost infinite fjords and channels spreading out over an area of about 6,200 square kilometers (2,394 square miles). The maritime climate here is cold and rainy with an average annual rainfall of between 3,500 and 4,000 millimeters (138 to 158 inches) and an average annual temperature that does not rise above 7ºC (45 degrees Fahrenheit). In this harsh habitat, wildlife abounds. There are marine birds (penguins, cor-
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atalalixar, que en lengua kawésqar significa “Muchas Islas” es un territorio que muy pocos conocen y que para muchos aún no existe. Es una zona con centenares de inhóspitos laberintos donde las tormentas y vientos reinan y donde las precipitaciones parecen no terminar nunca. Actualmente sabemos más de la Luna y de la Antártida que de estos terrenos fragmentados que fueron navegados durante más de 7.000 años por los kawésqar, el pueblo autóctono que alguna vez dominó la Patagonia, hombres y mujeres con un estilo de vida nómade canoero que se acomodaron a una existencia recolectando
Patagon Journal
mariscos, cazando huemules, navegando sin vestuario alguno y con sus cuerpos cubiertos de barro y grasa de lobo a modo de capa térmica para defenderse del constante golpe del viento afilado por el frío patagónico. Se trata de una tierra enorme. Sí, porque la Reserva Nacional Katalalixar contiene fiordos y canales casi infinitos que se reparten sobre una superficie de poco más de 6.200 kilómetros cuadrados. Acá lo que domina es un clima de tipo marítimo, frío y lluvioso con una precipitación media anual que fluctúa entre los 3.500 a 4.000 milímetros y una temperatura media anual que no sube de los 7 ºC. En