Patagon Journal Nº 23 www.patagonjournal.com
REVISTA DE LA PATAGONIA
NATURE - ENVIRONMENT - CULTURE - TRAVEL - OUTDOORS / NATURALEZA - MEDIOAMBIENTE - CULTURA - VIAJES - AIRE LIBRE
A New Harvest
Una nueva cosecha Back to the land and local food systems De vuelta a la tierra y a los sistemas alimentarios locales
Fly Fishing in Aysen
Pesca con mosca en Aysén
Argentina’s Hidden Coast
La costa escondida de Argentina
PLUS Mountaineering / Montañismo: Glaciar Erasmo Should Nature Have Rights? ¿Debe la naturaleza tener derechos? Chile $5.000 / USA and other countries $11.95
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ED.23 - SUMMER / VERANO 2021
contents
<contenidos>
34 44
12
68 FEATURES ARTÍCULOS AGROECOLOGY / AGROECOLOGÍA
12 A New Harvest Una nueva cosecha By Nancy Moore
58
SUSTAINABLE AGRICULTURE PROFILES / PERFILES DE AGRICULTURA SUSTENTABLE:
21 Huerto Cuatro Estaciones, Chacra Rizoma, La Balanza INTERVIEW / ENTREVISTA
28 Miguel Altieri Agroecology in a Post-Pandemic World La agroecología en un mundo tras la pandemia FLY FISHING / PESCA CON MOSCA
34 Hooked on Aysen Patagonia Enganchado a la Patagonia en Aysén By Patrick Nixon MOUNTAINEERING/ MONTAÑISMO
PHOTO ESSAY / ENSAYO FOTOGRÁFICO
58 The Beautiful, Rugged Patagonia La hermosa y dura Patagonia By Tomás Munita
DESTINATIONS DESTINOS 68 Argentina’s Hidden Coast La costa escondida de Argentina By Wayne Bernhardson
DEPARTMENTS SECCIONES CURRENTS ACTUALIDAD
88 The 5th Patagonia Photo Contest, Last gasp at Mina Invierno, Patagonia carbon sink, Salmon boats threaten blue whales, Biking to fight cáncer El 5° Concurso de Fotografía de la Patagonia, El último suspiro de Mina Invierno, Sumidero de carbono de Patagonia, Barcos salmoneros amenaza a las ballenas azules, Ciclismo para combatir el cáncer ENVIRONMENT MEDIOAMBIENTE
44 The Uncharted Erasmo Glacier Glaciar Erasmo inexplorado
80 Trekking at Navarino Island Senderismo en Isla Navarino
By Pablo Besser
By Camilo Novoa
93 Should Nature Have Rights? ¿Debe la naturaleza tener derechos? By Paulo Urrutia and Patrick Lynch
HISTORY / HISTORIA
HOTELS HOTELES
52 Discovering the Strait of Magellan Descubriendo el Estrecho de Magallanes
87 Refugio Frey, Bariloche, Argentina.
97 DIRECTORY DIRECTORIO
By Jaime McIntyre
By Paula Fernández
COVER/PORTADA: Huerto Cuatro Estaciones, Aysén. PHOTO BY RELAY FILMS
Patagon Journal
SPECIES PROFILE PERFIL DE ESPECIE
98 Chucao
5
ADVERTISEMENT PUBLIRREPORTAJE
Espíritu de Chile Wines An invitation to revalue and discover the ancestral legacy Una invitación a revalorar y descubrir el legado ancestral
I
n 2008, for the first time, the archaeologist Luis Briones Morales saw in satellite images what seemed to be a great and unprecedented rupestrian figure, standing out on the sands of the driest desert in the world, a legacy of the ancestral cultures of northern Chile. This was the Retamilla Sun Geoglyph, located in the Atacama Desert. “The geoglyphs are generally recorded in the surroundings of paths that make up the great historical pedestrian network,” explained Morales. These paths lead to vestiges that date back to a pre-Hispanic era, whose presence is explained by the importance of astronomical events in the region. These figures were a reflection of “their ways of ‘seeing’ the territory to which they be-
longed, their cosmovision in harmony with the environment, their orientations, among other communicational possibilities”, according to the expert. It is believed that their main reason for existence was to point out or mark solstice dates. So, this great sun, the creator of everything that exists on earth, found on the eastern edge of the unexplored Pampa del Tamarugal, was chosen to become the logo for the new image of Espíritu de Chile Wines -Explorador, Intrépido and Viajero- designed to live a unique experience connected with nature. Thus, the label of each one of them represents this millenary art, and an invitation to venture and travel Chile through the wines of the different valleys of this country.
“Desde el inicio del proyecto, hemos trabajado en conjunto con la comunidad de Pica, Matilla y Quisma, hemos hecho capacitaciones a alumnos de la escuela agrícola de la zona y también hemos dado apoyo técnico a los parceleros” menciona Marcelo Lorca, Gerente Agrícola de Espíritu de Chile wines.
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Geoglifo Sol de Retamilla
E
l año 2008, por primera vez, el arqueólogo Luis Briones Morales divisó en imágenes satelitales lo que parecía ser una gran figura rupestre inédita que destacaba sobre las arenas del desierto más árido del mundo, un legado de las culturas ancestrales del norte de Chile. Este era el Geoglifo Sol de Retamilla, ubicado en el desierto de Atacama. “Los geoglifos generalmente se registran en el entorno de senderos que conforman la gran red peatonal histórica” explicaba Morales. Estos caminos se dirigen a vestigios que datan de una época prehispánica, cuya presencia se explica por la importancia de los acontecimientos astronómicos en la región. Estas figuras eran reflejo de “sus maneras de ‘ver’ el territorio al que pertenecían, su
Patagon Journal
cosmovisión en armonía con el medio, sus orientaciones, entre otras posibilidades comunicacionales”, afirma el experto. Se cree que su principal razón de existir era para señalar o marcar fechas solsticiales. De manera que, este gran sol, astro creador de todo lo que existe en la tierra, encontrado en el borde oriental de la inexplorada Pampa del Tamarugal, fue elegido para convertirse en el logotipo de la nueva imagen de los vinos Espíritu de Chile -Explorador, Intrépido y Viajero- diseñados para vivir una experiencia única conectado con lo natural. Así, en la etiqueta de cada uno de ellos se representa este arte milenario, y una invitación a aventurarse y recorrer Chile a través de los vinos de los diferentes valles del país.
Patagon Journal
7
editor’s letter <editorial>
Restoring Our Food Systems
Restaurando nuestros sistemas alimenticios
T
he Covid-19 pandemic has been a period
outbreaks, pandemics, climate disruptions, or
of difficult sorrow and economic down-
financial meltdowns.”
Admittedly, Patagon Journal had its share of difficulties in 2020; we sincerely apologize for
turn, but with crisis comes opportunity.
Travel and outdoor adventures are harder to
the slowdown in publishing this new issue of the
At the core of our daily existence are our food
partake in right now, but Patagonia will be there
magazine. This magazine was founded in 2011
systems, and one bright side to this disastrous
when you are ready and able. Do get outside,
during the era of HidroAysen and big dam threats
pandemic is that more and more people are
and support local travel businesses when that’s
to a mostly forgotten Patagonia region in Chile and
coming to understand the connections between
possible. Among other can’t miss stories in this
Argentina, and our mission then and since has
how we grow our food, what we eat, and human
edition: Patrick Nixon takes us on a fly fishing trip
served as a response: build a greater appreciation,
health and resiliency. In this edition of Patagon
in Chile’s Aysen region, Pablo Besser recounts
understanding and environmental protection of
Journal, we present that positive trend, one
a spectacular mountaineering and packrafting
Patagonia and the world’s last wild places. As
that is crucial to maintain and expand going
expedition he made at the Erasmo Glacier in
we near our 10th anniversary in December, we
forward, for as Chilean agronomist Miguel
Aysen, Wayne Bernhardson and several talented
will be looking at how we can continue to further
Altieri points out, regenerative agriculture and
photographers reveal some of the treasures on
our mission in new and more effective ways dur-
agroecology are humanity’s best bet to “de-
the oft overlooked coast of southern Chubut and
ing what’s sure to be an important decade for
sign and manage agricultural systems best
Santa Cruz, and Camilo Novoa shows us the truly
advancing environmental restoration and halting
able to withstand future crises, whether pest
special trekking on Navarino Island.
the climate crisis. We hope you will join us.
a pandemia de Covid-19 ha sido un
de plagas, pandemias, trastornos climáticos
disculpamos sinceramente por la lentitud en
periodo de gran pesar y recesión eco-
o colapsos financieros”.
la publicación de esta nueva edición. Esta
L
nómica, pero con las crisis llegan las
Los viajes y las aventuras al aire libre son
revista fue fundada en 2011 durante la era
oportunidades. En el centro de nuestra exis-
más difíciles de realizar en este momento, pero
de HidroAysén y las amenazas de las grandes
tencia diaria están nuestros sistemas alimen-
la Patagonia estará ahí cuando estés listo. No
represas a una Patagonia mayormente olvi-
tarios, y un lado positivo de esta desastrosa
dejes de salir y apoyar a las empresas locales de
dada en Chile y Argentina y nuestra misión
pandemia es que cada vez más personas
turismo cuando sea posible. Entre otras historias
desde entonces ha servido como respuesta:
están comprendiendo la relación que existe
imperdibles de esta edición: Patrick Nixon nos
construir una mayor apreciación, compren-
entre la forma en que cultivamos nuestros
lleva en un viaje de pesca con mosca en la región
sión y protección ambiental de la Patagonia
alimentos, lo que comemos, la salud humana
de Aysén, Pablo Besser relata una espectacular
y los últimos lugares salvajes del mundo. A
y la resiliencia. En esta edición de Patagon
expedición de montañismo que realizó en el
medida que nos acercamos a nuestro décimo
Journal, presentamos esa tendencia positiva,
glaciar Erasmo, Wayne Bernhardson y varios
aniversario, en diciembre, analizaremos cómo
una que es crucial mantener y difundir de cara
fotógrafos de gran talento revelan algunos de
podemos seguir impulsando nuestra misión
al futuro, ya que, como señala el agrónomo
los tesoros de la costa del sur de Chubut y Santa
de maneras nuevas y más eficaces durante lo
chileno Miguel Altieri, la agroecología es la
Cruz, y Camilo Novoa nos muestra un trekking
que seguramente será una década importante
mejor apuesta de la humanidad para “diseñar
realmente extraordinario en la isla Navarino.
para la restauración del medio ambiente y la
y gestionar los sistemas agrícolas más capa-
Hay que reconocer que Patagon Journal
ces de resistir futuras crisis, ya sean brotes
tuvo su cuota de dificultades en 2020; nos
lucha contra la crisis climática. Esperamos que te unas a nosotros. Jimmy Langman, Executive Editor
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Patagon Journal
CARPA FJÄLLRÄVEN ABISKO ENDURANCE 3
Fotógrafo Guy Wenborne - Isla Margarita, Lago Todos los Santos
En 1960, Åke Nordin fundó Fjällräven en su sótano en la ciudad de Örnsköldsvik, en el norte de Suecia. Hoy en día, el equipamiento de actividades al aire libre atemporal, funcional y duradero de la marca disfruta de una presencia a nivel internacional y puede encontrarse en más de 70 países. La gama de productos
de Fjälläven incluye prendas y accesorios para el aire libre para hombres y mujeres, así como mochilas, tiendas de campaña y sacos de dormir. Fjällräven prioriza una actitud responsable hacia las personas, los animales y la naturaleza, y fomenta y apoya el interés público en las actividades al aire libre. La empresa ha iniciado dos populares eventos al aire libre, Fjällräven Classic y Fjällräven Polar, que atraen a miles de participantes cada año.
Tienda Fjällräven Pucón Fresia 275, Local 8 Fjällräven en tiendas Volkanica Outdoors Mall Sport, Open Kennedy, Providencia, Pucón, Valdivia, Puerto Varas. www.fjallraven.cl
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Printing/Impresion: This edition of Patagon Journal is printed in Santiago, Chile, on paper certified by Programme for the Endorsement of Forest Certification (PEFC) for ecologically sustainable forest management. Esta edición de Patagon Journal se imprime en Santiago de Chile en papel certificado como ecológicamente sustentable para el manejo de los bosques por Programme for the Endorsement of Forest Certification (PEFC).
Translations/Traducciones: ROSA BARANDA, TAYLOR FFITCH, BRENT HARLOW, NANCY MOORE, PATRICK NIXON, CATERINNA DEL RIO Contributing Editors/Editores Contribuyentes: WAYNE BERNHARDSON, PABLO BESSER, CAROLYN MCCARTHY, JACK MILLER, NICOLAS PIWONKA, CAMILO RADA, PAULO URRUTIA, PABLO VALENZUELA VAILLANT Special Correspondent/Corresponsal Especial: JAIME MCINTYRE, CAMILO NOVOA Advisory Board/Consejo Consultivo: RICHARD BANGS, ROMINA BOTTAZZI, BRIAN BYRNES, LUCAS CHIAPPE, OSCAR COMES, RODRIGO CONDEZA,
PEFC/29-31-75
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DANIEL GONZALEZ, BILL HINCHBERGER,
Subscription rates/Tarifas de suscripción: For 4 issues
RICK KLEIN, NICHOLAS LA PENNA,
(one year): Chile $23 mil pesos chileno, International
PATRICK LYNCH, JUAN ANTONIO MERINO,
(shipping included) US $101. For 8 issues (two years): Chile $ 36 mil pesos, International (shipping included) US $148. Para 4 números (un año): Chile $23 mil pesos chileno, Internacional (envío incluido) US $101. Para 8 números (dos años): Chile $ 42 mil pesos, Internacional (envío incluido) US $194.
CAROLINA MORGADO, RICARDO ROZZI Special thanks/Agradecimientos especiales: Marisla Foundation, Weeden Foundation, María Jesús May, Karina Marina, Isabel Zuniga, Dylan Bob, Steve Langman, Ann Langman, Christopher Carrasco, Ignacio Palma
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Patagon Journal
© Patagon Journal Publicaciones
contributors this issue <contribuyeron en esta edición> NANCYMOORE
PABLOBESSER
JAIMEMCINTYRE
Originally from the U.S., Nancy Moore has li-
Pablo Besser, an orthopedic surgeon, has
A retired ship captain, Jaime McIntyre has
ved in Futaleufú for 10 years. In 2017, she co-
participated in numerous expeditions and first
extensive experience sailing through the Strait
founded Futa SANO, a business connecting local
ascents of mountains in Patagonia since the
of Magellan. He worked 32 years for the Chi-
agriculture with a nearby urban market. Nancy
early 1990s. He is the only person to have ever
lean Navy and since his retirement in 2018 he
also teaches yoga in Futaleufú and leads envi-
completed what he dubs the “Grand Slam Pa-
continues to guide ships and boats through the
ronmental studies courses in Montana for the
tagonico,” completing a longitudinal crossing
Patagonian fjords and channels or the Strait
Wild Rockies Field Institute (WRFI). She is also a
of both the Southern Patagonian Icefield (1998)
of Magellan. To date, he has directed 53 ships
longtime contributing writer to Patagon Journal
and the Northern Patagonian Icefield (2006). He
through these waters, from small fishing vessels
and has worked for the magazine on fundraising
is a contributing editor to Patagon Journal.
to large passenger cruises.
and environmental programs.
Pablo Besser, un traumatólogo y ortopedista,
Un capitán de navío en retiro, Jaime McIntyre
Originalmente de los EE.UU., Nancy Moore lleva
ha participado en numerosas expediciones y
tiene una larga experiencia navegando por el
10 años viviendo en Futaleufú. En 2017 co-creó
primeros ascensos de montañas y hielos en
Estrecho de Magallanes. Trabajó 32 años para
Futa SANO, una pequeña empresa que conecta
la Patagonia desde principios de la década de
la Armada de Chile y desde su retiro en 2018
la agricultura local con el mercado urbano. Nancy
1990. Él es la única persona que ha logrado
continúa asesorando la navegación de las em-
también es instructora de yoga en Futaleufú y
lo que él llama el “Grand Slam Patagónico”,
barcaciones que transitan por los canales de la
profesora para Wild Rockies Field Institute (WRFI)
completando un cruce longitudinal tanto en el
Patagonia o el Estrecho de Magallanes. Hasta
en Montana, donde enseña cursos de estudios
Campo de Hielo Patagónico Sur (1998) como en
la fecha, son 53 naves las que ha dirigido por
medioambientales. También ha sido una escritora
el Campo de Hielo Patagónico Norte (2006). Es
estas aguas, desde pequeños buques pesque-
colaboradora de Patagon Journal y ha trabajado
editor contribuyente de Patagon Journal.
ros, hasta grandes cruceros.
TOMÁSMUNITA
PATRICKLYNCH
PAULOURRUTIA
Tomás Munita is a Chilean independent docu-
Patrick Lynch is a kayaker and film producer from
Paulo Urrutia is a geologist and kayaker born in
mentary photographer based in Santiago who
Boston, and environmental planner for the Ipswich
Puerto Montt whose love of rivers has led him to
worked for several years as a staff photographer
River Watershed Association. For eight years he li-
dedicate the last 10 years to documenting and
at The New York Times. His photos have won
ved in Chile and supported environmental alliances
protecting free flowing rivers in Chile. He is a co-
many awards, including four World Press Photo
and nonprofits. Patrick holds a master’s degree in
founder of Geoturismo Chile and Bestias del Sur
Awards. Several of the photos in his photo essay
public policy from Harvard Kennedy School and a
Salvaje, where his work links science, tourism and
in this issue were formerly published in a story
JD from Vanderbilt Law School. He is on the board
environmental education with conservation and
in National Geographic that won him the Gabriel
of Fundación Futaleufú Riverkeeper and a member
socio-environmental movements. He is a contri-
Garcia Marquez Award in 2015.
of the World Commission on Environmental Law.
buting editor of Patagon Journal.
Tomás Munita es un fotógrafo documental inde-
Patrick Lynch es un kayaker y productor de cine
Paulo Urrutia es un geólogo y kayakista nacido
pendiente chileno de Santiago que trabajó duran-
de Boston, además de planificador ambiental para
en Puerto Montt, su amor por los ríos ha llevado a
te varios años como fotógrafo en The New York
la Ipswich River Watershed Association en Massa-
Paulo a dedicar los últimos 10 años a documentar
Times. Sus fotos han ganado muchos premios,
chusetts. Durante ocho años vivió en Chile y apo-
y proteger los ríos libres de Chile. Como fundador
incluyendo cuatro premios World Press Photo.
yó alianzas ambientales y ongs. Patrick tiene una
de Geoturismo Chile y Bestias del Sur Salvaje, ha
Varias de las fotos en su ensayo fotográfico en
maestría en políticas públicas de Harvard y un grado
logrado vincular las ciencias, el turismo y la edu-
este número fueron publicadas anteriormente en
de derecho de Vanderbilt. Es miembro del consejo de
cación ambiental enfocadas en la conservación y
un reportaje de National Geographic que le valió
la Fundación Futaleufú Riverkeeper y miembro de la
articulación de movimientos socio ambientales. Es
el Premio Gabriel García Márquez en 2015.
Comisión Mundial de Derecho Ambiental.
editor contribuyente de Patagon Journal.
en los proyectos ambientales de la revista.
Patagon Journal
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A New Harvest Una nueva cosecha
How the Covid-19 Pandemic is Accelerating Agroecology and a Return to Local Food Systems Cómo la pandemia de Covid-19 está acelerando la agroecología y un retorno a los sistemas alimentarios locales By NANCY MOORE
RELAY FILMS
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Patagon Journal
agroecology
T
his past spring, people in Patagonia began growing. They turned over grass patches to create garden beds; secured nylon over newly built greenhouse frames; planted rows of food in freshly worked soil, one numinous seed at a time. The Southern Hemisphere spring arrived more than eight months after the appearance of Covid-19, and the subsequent growing revolution couldn’t be less of a coincidence. Some people find they simply have more time at home to start a garden, while others are concerned about their ability to afford food in the coming months as the pandemic-struck economy continues to struggle. Some are worried that grocery store shelves may present scarcities, while others are beginning to value nutrition as a key component of health and building a strong immune system. In rural areas and urban centers, among rich and poor, in Patagonia and around the world, the individual motives may vary but the underlying cause of this new-found growth is the same: the Covid-19 pandemic has rocked the global economy and industrialized food system like never before, along with people’s faith in it. In Patagonia in particular, where the raw ingredients for building alternative, localized food systems abound – ingredients like clean water, workable soil, and local know-how – individuals and entire communities are cooking up solutions and returning to their agricultural roots. Since the pandemic began, the UN Food and Agriculture Organization (FAO) has promoted non-conventional agriculture as part of the solution to interruptions in the global food chain
spurred by Covid-19. This is a big shift from how governments and corporations have viewed food production and distribution over the past 60 years. Beginning in the late 1950’s, the Green Revolution transformed agriculture throughout the world by touting mechanization, consolidation, and specialization as the new, more efficient way to grow food, never mind its capitalist motives. Since then, human populations around the world have grown dependent on a system that ships food across the planet – first as a raw product, then as a processed and packaged one – in dizzying quantities at a breakneck pace. Chile and Argentina are big players in this international food game. Chile is a net food exporter, with agri-food shipments second only to mining. Still, food imports are steadily growing each year, with the country importing $3.7 billion worth of consumer-oriented agricultural products from around the world in 2018. Similarly, that same year, four of Argentina’s top five exports in terms of dollars were food products: corn, soybean meal, soybean oil, and wheat. And though most of Argentina’s import economy is related to vehicles and petroleum, interestingly, its fifth largest import in 2018 was soybeans: the product used to produce two of the top exports listed above. Critics of the global agribusiness food system have argued that a heavy focus on efficiency and centralized operations have resulted in sacrificing flexibility and resiliency within that same system. With global travel restrictions and a diminishing global GDP due to Covid-19, interruptions in this international supply chain have been inevitable and are
Patagon Journal
L
a pasada primavera, la gente de la Patagonia empezó a cultivar. Removieron los terrenos de hierba para crear jardines; instalaron nylon para tapar los recién creados invernaderos; plantaron hileras de comida en un suelo recién trabajado, una preciada semilla tras otra. La primavera llegó al hemisferio sur más de ocho meses después de la aparición de Covid-19, y la consiguiente revolución del cultivo no es para nada una coincidencia. Hay quienes se ven con más tiempo en casa para comenzar un jardín, mientras que otros están preocupados de no poder permitirse comprar comida en los meses venideros, ya que la economía, azotada por la pandemia, sigue sufriendo. También hay quienes se preocupan de que haya escasez en las tiendas de comestibles, mientras que otros están empezando a valorar la nutrición como un componente clave para la salud y la creación de un sistema inmunitario robusto. En las zonas rurales y los centros urbanos, entre los ricos y los pobres, en la Patagonia y en todo el mundo, puede que los motivos de cada uno varíen, pero la causa subyacente de esta nueva ansia de cultivar es la misma: la pandemia de Covid-19 ha sacudido como nunca antes la economía mundial y el sistema alimentario industrializado, así como la fe que la gente había puesto en él. En la Patagonia en particular, donde abundan las materias primas para crear sistemas alimentarios locales alternativos, tales como el agua limpia, el suelo viable y los conocimientos locales, tanto los particulares como comunidades enteras están ingeniando soluciones y regresando a sus raíces agrícolas.
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agroecología
Desde que empezara la pandemia, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha estado promoviendo la agricultura no convencional como parte de la solución a las interrupciones en la cadena alimentaria causadas por el Covid-19. Esto supone un gran cambio en el punto de vista de los gobiernos y las empresas de la producción y distribución de los alimentos en los últimos 60 años. Desde finales de los 50, la Revolución Verde ha venido transformando la agricultura de todo el mundo mediante la promoción de la mecanización, la consolidación y la especialización como la nueva forma más eficiente de cultivar alimentos, sin importar los motivos capitalistas. Desde entonces, las poblaciones de todo el mundo se han hecho dependientes de un sistema que envía alimentos al otro lado del mundo, primero en crudo y luego de manera procesada y envasada, en cantidades exorbitantes a un ritmo desenfrenado. Chile y Argentina son grandes participantes en este juego internacional de alimentos. Chile es un exportador neto de alimentos, en el que tan solo la minería está por encima de los cargamentos agroalimentarios. Aun así, las importaciones alimentarias van en aumento cada año, y en 2018 el país importó productos agrícolas orientados al consumidor de todo el mundo por un valor de 3,7 mil millones de dólares. De manera parecida, en ese mismo año las cinco principales exportaciones de Argentina en dólares fueron productos alimenticios: choclo, harina de soja, aceite de soja y trigo. Y aunque la mayor parte de la economía de importación de Argentina está relacionada con los vehículos y el petróleo, es interesante ver que el quinto puesto en importaciones en 2018 fue la soja:
JAVIERA IDE
Above / Arriba: A garden at a home in Rahue, Chile. Un huerto en una casa de Rahue, Chile. Francisco Vio working in the organic gardens of Chile’s Patagonia National Park. Francisco Vio trabajando en el huerto orgánico del Parque Nacional Patagonia de Chile. Opposite page / Pagina opuesta The Alma Verde permaculture garden in Puerto Guadal, Aysen. El jardín de permacultura de Alma Verde en Puerto Guadal, Aysén. Huerto Los Chilcos at Rio Bueno, Chile. Huerto Los Chilcos en Río Bueno, Chile.
predicted to be just the beginning of effects still to come. According to Carlos Furche, a former agriculture minister during the center-left Michelle Bachelet government, “The Chilean government will need to redefine medium and long-term strategies that will enable Chilean agriculture to adapt to the new conditions, which are likely to be marked by trade restrictions, changes to global food demand and the transformation of the globalization paradigm to which the Chilean agri-food sector was once joined successfully.” In other words, business as usual is not an option for post-Covid-19 industrial agriculture. UC Berkeley professor and agroecologist Miguel Altieri has long analyzed this “business as usual” approach, dedicating his career to exposing its faults and promoting agroecology as a viable alternative. Most commonly defined as applying ecological concepts and principles to the design and management of sustainable agricultural systems, Altieri (see “Interview with Miguel Altieri” in this issue) emphasizes the concept of agroecology also must necessarily consider the social and political context. Chronic hunger demonstrates why, which he says is “not so much a consequence of yields being too low
JAMES Q. MARTIN
or of global supplies being unable to meet demand” but it rather is “due to poverty, deficient food distribution, food waste, lack of access to land and other factors.” Indeed, while big agribusiness contends that conventional agriculture is needed to feed a growing world population, expected to increase by 2 billion people over the next 30 years, the non-profit AgroEcology Fund has study after study that shows agroecology also increases crop yields while also fomenting ecological services like soil regeneration, water preservation, and biodiversity conservation. The global pandemic has also exposed how the agro-industrial food system disproportionately impacts the poor and people of color. In the United States, between 50 to 75 percent of all field workers – estimated to be more than 1 million people – are undocumented immigrants who live in fear of deportation. Ironically, with the advent of Covid-19, the U.S. Department of Homeland Security gave these illegal farmhands “essential worker” status, simultaneously recognizing their important role in the American food supply while denying their citizenship and also obligating them to continue working in conditions that often involve a high risk of exposure to the virus.
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Patagon Journal
Workers in large-scale meat production have also been affected by adverse working conditions, and in the United States, by May 2020 almost half of the Covid-19 hotspots were related to meat packing plants, with over 14,800 meat workers infected across 31 states. This resulted in the shutdown of many meatpacking plants and subsequently high meat prices. Zoonotic diseases – animal infections passed to humans – have been linked to industrialized meat production practices around the world. Covid-19 is a zoonotic virus, and though not linked to factory farming like the swine flu was, it is directly linked to human pressure on the environment and our need to feed a growing population. Zoonoses, which may be bacterial, viral, or parasitic, are notoriously hard to trace; it’s believed that Covid-19 originated as a bat-borne virus, not unlike the 2002 SARS coronavirus outbreak in China that was traced to civets in local meat markets that carried the virus, also from a bat originally. While these diseases are often derived from animal-based food, they’re also spread through deforestation and population growth, which has put wild animals in closer contact with humans than ever before. A final problem with the ‘business as usual’ approach is that the
agroecology
CRISTIAN WEBER
agroecología
HUERTO LOS CHILCOS
“In Patagonia, where the raw ingredients for building alternative, localized food systems abound, entire communities are returning to their agricultural roots.” “En la Patagonia, donde abundan las materias primas para crear sistemas alimentarios locales alternativos, comunidades enteras están regresando a sus raices agricolas”. el producto utilizado para producir dos de las principales exportaciones antes mencionadas. Los críticos del sistema alimentario agroempresarial global han argumentado que el gran énfasis que se ha puesto en la eficacia y las operaciones centralizadas ha resultado en el sacrificio de la flexibilidad y la resiliencia dentro de ese mismo sistema. Con las restricciones en el tráfico mundial y un PIB mundial menguante debido a Covid-19, las interrupciones en la cadena internacional de abastecimiento han sido inevitables y se prevé que serán solo el comienzo de los efectos que aún están por venir. Según Carlos Furche, ex ministro de agricultura durante el gobierno de centro-izquierda de Michelle Bachelet, “El gobierno chileno va a tener que redefinir unas estrategias a medio y largo plazo que permitan a la agricultura chilena adaptarse a las nuevas condiciones, que probablemente se caracterizarán por restricciones comerciales, cambios en la demanda mundial de alimentos y la transformación del paradigma de la globalización al que el sector agroalimentario chileno se
uniera prósperamente en el pasado”. Es decir, seguir como hasta ahora no es una opción para la agricultura industrial post-Covid-19. El profesor de UC Berkeley y agroecologista Miguel Altieri lleva tiempo analizando este enfoque de “seguir como hasta ahora”, y ha dedicado su carrera profesional a exponer sus fallos y promover la agroecología como una alternativa viable. Normalmente se define como “la aplicación de conceptos y principios ecológicos al diseño y la gestión de sistemas agrícolas sostenibles,” pero hoy en día Altieri (véase “Entrevista con Miguel Altieri” en este mismo número) dice que el concepto de agroecología debe ir un paso más allá y tener en cuenta el contexto social y político. El hambre crónica demuestra bien los factores sociopolíticos: “Hoy en día entendemos el hambre como algo que no es tanto una consecuencia de un rendimiento demasiado bajo o de que los suministros mundiales no den abasto; lo entendemos más bien como algo que se debe a la pobreza, la distribución deficiente de alimentos, el desperdicio de la comida, la falta de acceso a la tierra y otros factores”,
Patagon Journal
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escribe Altieri en su artículo más reciente, La agroecología y la reconstrucción de una agricultura post-Covid-19. Ciertamente, mientras las grandes empresas agrícolas sostienen que se necesita la agricultura convencional para alimentar a la creciente población mundial, que se espera que aumente en 2 mil millones en los próximos 30 años, la fundación no lucrativa AgroEcology Fund tiene un estudio tras otro que muestran que la agroecología también aumenta el rendimiento de las cosechas además de fomentar varios servicios ecológicos como la regeneración del suelo, la conservación del agua y la conservación de la biodiversidad. La pandemia global también ha expuesto el impacto desproporcionado del sistema alimentario agroindustrial en la gente pobre y de color. En los Estados Unidos, entre el 50 y el 75 por ciento de todos los trabajadores agrarios, que se estima que son más de un millón de personas, son inmigrantes indocumentados que viven con miedo a ser deportados. Irónicamente, con la llegada de Covid-19, el Departamento de Seguridad
Maia Schmidt at her home garden in Pirque, Chile. Maia Schmidt en la huerta de su casa en Pirque, Chile. At the “Miguel Yevilao Community,” in Tirua, Chile; the first Mapuche indigenous community to get organic certification for its agroecological products. En la "Comunidad Miguel Yevilao", en Tirua, Chile; la primera comunidad mapuche en obtener certificación orgánica por sus productos agroecológicos.
agro-industrial food system contributes significantly to climate change, one of the biggest long-term threats to human health. According to a 2019 report by the Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC), emissions associated with the production, processing, and distribution of food account for more than one-third of all anthropogenic greenhouse gas emissions. This sizable carbon “food print” means that more energy is required to grow and bring food to our tables than the raw caloric energy that same food provides us; the very definition of unsustainable.
Challenges in Patagonia
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ortunately, much of Patagonia is still wild and home to more protected areas than industrial agriculture. Still, the region is enmeshed in the global food system as residents depend heavily on food produced outside the region. This may come as a surprise, given the rural nature of Patagonia and its land-based history of small-scale agriculture, livestock production, and artisanal fisheries. Yet over the
past 20 years, the number of productive, family-owned farms has declined, populations have grown, and road connectivity has increased, thus heightening residents’ dependence on food products from farther away while also making it easier for corporations to begin setting up shop here. In Chilean Patagonia, urban and small-town supermarkets are stocked once a week by trucks that travel hundreds of miles with food and other goods. Frozen packaged beef from Uruguay and Brazil is sold in towns that once relied on their own cattle production; apples and pears are shipped from Chile’s Central Valley while local orchards on old farms fall into disrepair. Meanwhile, fjords along the Pacific coast are seeing more industrialized salmon farm concessions every year, farther and farther south. In Argentine Patagonia, wide valleys and a rain shadow effect lend themselves naturally to agricultural production in some areas; in others, agroindustry has forced it upon them. In Neuquen province,
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Nacional de Estados Unidos dio a estos peones ilegales el estatus de “trabajador esencial”, reconociendo la importancia que tienen en el suministro de alimentos en Estados Unidos a la vez que les negaban la ciudadanía y los obligaban a seguir trabajando en unas condiciones que a menudo suponían un alto riesgo de exposición al virus. Los trabajadores de la producción de carne a gran escala también se han visto afectados por unas condiciones de trabajo adversas, y en Estados Unidos, para mayo de 2020, casi la mitad de los focos de Covid-19 estaban relacionados con plantas de envasado de carne, con más de 14.800 trabajadores infectados en 31 estados. Como resultado, se cerraron muchas plantas de envasado de carne, subiendo así los precios. Las enfermedades zoonóticas, que son infecciones animales transmitidas a seres humanos, se han vinculado con las prácticas industriales de la producción de carne en todo el mundo. Covid-19 es un virus zoonótico, y aunque no está relacionado con la ganadería intensiva como ocurriera con la gripe porcina, está directamente relacionado con la presión humana sobre el medio ambiente y nuestra necesidad de alimentar a una población en crecimiento. Las
Patagon Journal
zoonosis, que pueden ser bacterianas, virales o parasíticas, son notoriamente difíciles de rastrear; se cree que Covid-19 se originó como un virus transmitido por murciélagos, de manera parecida al brote de coronavirus SRAS de 2002 en China, que se rastreó hasta las civetas en mercados locales de carne que portaban el virus, también originado en murciélagos. Aunque a menudo estas enfermedades derivan de alimentos de origen animal, también se propagan mediante la deforestación y el aumento de la población, que ha forzado a la fauna salvaje a vivir más cerca que nunca de los seres humanos. Un último problema que presenta el enfoque de “seguir como siempre” es que el sistema agroindustrial alimentario contribuye significativamente al cambio climático, una de las mayores amenazas a largo plazo para la salud humana. Según un informe de 2019 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), las emisiones asociadas con la producción, el procesamiento y la distribución de alimentos representan más de un tercio de todas las emisiones antrópicas de gases de efecto invernadero. Esta importante huella ecológica alimenticia quiere decir que se necesita más energía para cul-
agroecology for instance, home to tourist destination San Martin de los Andes, over 8,500 hectares of desert were transformed to agricultural production in 2012. That project, reliant on one of the country’s largest irrigation systems, produces transgenic corn and soy crops destined for agrofuels. Just to the south, in the Rio Negro and Chubut provinces, fruit is big business with hundreds of thousands of tons of berries, apples, and
pears grown each year, a significant percentage of which is exported. And yet, as you’ll find in this issue of Patagon Journal, examples of sustainable agriculture and local food systems are growing in Patagonia as well.
Creating the alternative
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auricio Gonzalez Chang, professor of agroecology at the University of Aysén in Coyhaique, sees young people as
tivar y poner comida en la mesa que la propia energía calórica que nos proporciona esa misma comida: es la definición misma de insostenible.
Los retos de la Patagonia
A
fortunadamente, gran parte de la Patagonia sigue siendo silvestre y alberga más áreas protegidas que de agricultura industrial. Aun así, la región está enmarañada con el sistema alimentario mundial, ya
agroecología
que sus residentes dependen en gran medida de la comida que se produce fuera de la región. Puede que sea una sorpresa, dada la naturaleza rural de Patagonia y su historia local de agricultura a pequeña escala, de producción ganadera y de pesca artesanal. Sin embargo, en los últimos 20 años el número de granjas productivas familiares ha decaído, la población ha crecido y la conexión vial ha aumentado, intensificando así la dependencia de los resi-
Defining Regenerative Organic Agriculture and Agroecology Definiendo agricultura orgánica regenerativa y la agroecología
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n recent years, the concept of regenerative organic agriculture has emerged in the context of the global climate crisis. According to Regeneration International, even if we achieve zero fossil fuel emissions over the next few decades, it will not be enough to prevent the planet from going beyond what scientists warn is a “point of no return.” Hence, they propose that through fostering more regenerative agriculture –rebuilding soil organic matter and restoring degraded soil biodiversity – we can “draw down billions of tons of excess atmospheric CO2, and bury it in the soil, where it will help infiltrate and store rainwater, and increase soil fertility.” Regenerative organic agriculture encompasses several sustainable agriculture practices, like holistic planned grazing, no-till, no pesticides and herbicides, composting, permaculture, and mixed croplivestock systems. It has much in common with agroecology, which applies ecological concepts and principles to agricul-
IRINAYERYOMINA
ture and moreover embraces the social and cultural dimensions of agriculture. The U.N. Committee on Food Security’s High-Level Panel of Experts (HLPE), in a recent study on agroecology as a solution to food security and nutrition, synthesizes agroecology into 13 main principles: recycling; reducing the use of inputs; soil health; animal health and welfare; biodiversity; synergy (managing interactions); economic diversification; co-creation of knowledge (embracing local knowledge and global science); social values and diets; fairness; connectivity; land and natural resource governance; and participation.
Patagon Journal
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n los últimos años, el concepto de agricultura orgánica regenerativa ha surgido en el contexto de la crisis climática mundial. Según Regeneration International, incluso si logramos cero emisiones de combustibles fósiles en las próximas décadas, no será suficiente para evitar que el planeta vaya más allá de lo que los científicos advierten como un “punto de no retorno”. Por ello, proponen que mediante el fomento de una agricultura más regenerativa – reconstruyendo la materia orgánica del suelo y restaurando la biodiversidad del suelo degradado – podemos “extraer miles de millones de toneladas de exceso de CO2 atmosférico, y enterrarlo en el suelo, donde ayudará a infiltrar
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y almacenar el agua de lluvia, y a aumentar la fertilidad del suelo”. La agricultura orgánica regenerativa abarca varias prácticas agrícolas sostenibles, como el pastoreo planificado holístico, la no labranza, la ausencia de pesticidas y herbicidas,el compostaje,la permacultura y los sistemas mixtos de cultivo y ganadería.Tiene mucho en común con la agroecología,que aplica conceptos y principios ecológicos a la agricultura y, además, abarca las dimensiones sociales y culturales de la misma. El Grupo de Expertos de Alto Nivel del Comité de Seguridad Alimentaria de la ONU, en un reciente estudio sobre la agroecología como solución a la seguridad alimentaria y la nutrición, sintetiza la agroecología en 13 principios principales: reciclaje; reducción del uso de insumos; salud del suelo; salud y bienestar de los animales; biodiversidad; sinergia (gestión de las interacciones); diversificación económica; cocreación del conocimiento (que abarca el conocimiento local y la ciencia global); valores sociales y dietas; equidad; conectividad; gobernanza de la tierra y los recursos naturales; y participación.
JAMES Q. MARTIN
Aerial views of the organic farms Tompkins Conservation built at Valle Chacabuco in Aysen, Chile, and at Laguna Blanca in Entre Ríos Province, Argentina. Vistas aéreas de los huertos orgánicos Tompkins Conservation construidos en Valle Chacabuco en Aysén, Chile, y en Laguna Blanca en la provincia de Entre Ríos, Argentina.
the main driver of local food systems development in Patagonia. Mauricio has worked with students throughout the Aysen region – not only university students but also high schoolers and grade school kids who’ve undertaken garden projects and enlisted his help. “Young people are proving that things can be different, that they can make an intergenerational change,” he says. To illustrate the point, Mauricio points to a social sciences class from Altos de McKay High School in Coyhaique that built a greenhouse to combat local poverty. He’s partnered with Valle Simpson’s rural school where teachers are using agroecology as a pedagogical tool to teach science, math, social studies, and language arts. The teachers themselves are in their mid-20s, Mauricio emphasizes, and are part of the generational shift. At the university level, many of Mauricio’s students are already familiar with agroecological practices because they grew up with them. “The practices used by many families in the region are agroecological; they just didn’t know there was a name for it,” he says, referring to practices like intercropping, fertilizing with animal manure, and using natural pest controls. According to Mauricio, the fact that agroindustry hasn’t yet made its
LUIS FRANKE
way to Chilean Patagonia presents ideal conditions for continuing and expanding “clean horticulture.” Young people in Chile and Argentina who want to pursue a career and lifestyle in sustainable agriculture have more educational opportunities now than ever before. The University of Chile in Santiago, Frontera University in Temuco, and the University of Aysén in Coyhaique all offer degrees in agroecology. At the moment, Mauricio is transitioning to a new faculty position at Valdivia’s Austral University, typically known for its focus on conventional agriculture, where he is tasked with introducing coursework in agroecology. In Argentina, the University of La Plata offers alternative agriculture courses as part of its agricultural engineering degree, while the best-known programs in organic crop production and agroecology are at the Rio Negro National University in Bolsón. Nearly all of these programs have developed over the past ten years. In addition to formal educational opportunities, informal instances to learn about alternative agriculture abound, including the widespread availability of online courses and workshops prompted by the Covid-19 pandemic and the tendency to study online. Huerto Cuatro Estaciones, based near the rural Aysen village Puerto Guadal, began offering
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Patagon Journal
such an online training series this year for current and aspiring farmers. Once travel restrictions are lifted, people can also coordinate visits to agroecological “lighthouses,” functioning demonstration farms around the world that teach visitors the principles of agroecology. In Chile, the best-known agroecological lighthouse is in Yumbel, near Concepción, run by Agustín Infante, president of the Chilean branch of the Latin American Scientific Society of Agroecology (SOCLA) and part of the Centro de Educación y Tecnología (CET) Bio Bio. Agustín used regenerative agricultural practices to transform a parcel of the dry coastal range into a highly productive system. Their farm receives an average of 5,000 visitors a year. In Argentina, a network of socio-technical agroecological farms in the Buenos Aires province are a source of information and inspiration for those seeking to increase large-scale agriculture crop yields through the implementation of agroecological practices.
Slow food, forming local systems
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he slow life prompted by Covid-19 has afforded people around the world more time to reflect on the role of food in their lives and to connect more closely with it. In many ways, this slow food mentality is embodied in tra-
agroecology dentes de productos alimenticios provenientes de lugares más lejanos, además de allanarles el camino a las empresas corporativas. En la Patagonia chilena los supermercados urbanos y de pequeñas ciudades se abastecen una vez a la semana con camiones que recorren cientos de millas con alimentos y otros bienes. La carne de vacuno envasada y congelada proveniente de Uruguay y Brasil se vende en ciudades que antes se bastaban con su propia producción ganadera; se despachan manzanas y peras desde el Valle Central de Chile, mientras que los huertos y las viejas granjas locales se van abandonando. Al mismo tiempo, los fiordos a lo largo de la costa del Pacífico están viendo cada año más concesiones para la salmonicultura industrializada, cada vez más y más hacia el sur. En la parte argentina de la Patagonia, los amplios valles y el efecto de la sombra orográfica se prestan naturalmente a la producción agrícola en algunas áreas; en otras, se impone la agroindustria. En la provincia de Neuquén, por ejemplo, donde se encuentra el destino turístico de San Martín de los Andes, más de 8.500 hectáreas de desierto se transformaron para la producción agrícola en 2012. Ese proyecto, que depende de uno de los sistemas de riego más grandes del país, produce cultivos transgénicos de choclo y soja para los biocombustibles. Un poco más al sur, en las provincias de Río Negro y Chubut, la fruta es un gran negocio en el que se cultivan cientos de miles de toneladas de bayas, manzanas, y peras cada año, de las cuales se exporta un porcentaje importante. Así y todo, como se verá en este número de Patagon Journal, también están aumentando los ejemplos de la agricultura sostenible y los sistemas alimentarios locales en Patagonia.
Creando la alternativa
M
auricio González Chang, profesor de agroecología de la Universidad de Aysén en Coyhaique, considera que los jóvenes son el principal motor del desarrollo de sistemas alimentarios locales en Patagonia. Mauricio ha trabajado con estudiantes por toda la región de Aysén, no solo universitarios sino también de instituto y de secundaria que se han embarcado en proyectos de jardinería y han recurrido a él. “La gente joven está demostrando que las cosas pueden ser diferentes, que pueden hacer un cambio intergeneracional”, dice. Para demostrar esta idea, Mauricio apunta a una clase de ciencias sociales del instituto de Altos de McKay en Coyhaique que construyó un invernadero para combatir la pobreza local. Colabora con la escuela rural Valle Simpson, donde los profesores
usan la agroecología como una herramienta pedagógica para enseñar ciencias, matemáticas, estudios sociales y artes lingüísticas. Los propios profesores son todos veinteañeros, señala Mauricio, y son parte del cambio generacional. A nivel universitario, muchos de los estudiantes de Mauricio ya están familiarizados con las prácticas agroecológicas porque han crecido con ellas. “Las prácticas que usan muchas familias de la región son agroecológicas; simplemente no sabían que había un nombre para ello”, dice, refiriéndose a prácticas como el cultivo asociado, la fertilización con estiércol animal y el uso de controles de plagas naturales. Según Mauricio, el hecho de que la agroindustria no haya llegado todavía a la Patagonia chilena presenta las condiciones ideales para seguir con la “horticultura limpia” y expandirla. Los jóvenes de Chile y Argentina que quieren tener una carrera y un estilo de vida acordes con la agricultura sostenible tienen más oportunidades educativas ahora que nunca. La Universidad de Chile en Santiago, la Universidad de La Frontera en Temuco y la Universidad de Aysén en Coyhaique todas ofrecen grados de agroecología. Ahora Mauricio se está trasladando a un puesto nuevo en la facultad de la Universidad Austral de Valdivia, conocida normalmente por su atención a la agricultura convencional, en el que se espera que introduzca clases sobre agroecología. En Argentina, la Universidad de La Plata ofrece cursos de agricultura alternativa como parte de su grado de ingeniería agrícola, mientras que los programas más conocidos sobre la producción de cultivos orgánicos y la agroecología están en la Universidad Nacional de Río Negro en El Bolsón. Casi todos estos programas se han desarrollado en los últimos diez años. Además de las oportunidades educativas formales, también abundan las oportunidades casuales para aprender sobre la agricultura alternativa, incluida la amplia disponibilidad de cursos en línea y talleres impulsada por la pandemia de Covid-19 y la tendencia a estudiar a través de internet. El Huerto Cuatro Estaciones, cerca del pueblo rural Puerto Guadal, en Aysén, empezó a ofrecer este año una serie de formación en línea para agricultores y aspirantes. Una vez se suspendan las restricciones de viaje, la gente también podrá coordinar visitas a los “faros” agroecológicos, granjas de demostración en funcionamiento por todo el mundo que enseñan a los visitantes los principios de la agroecología. En Chile, el faro agroecológico más conocido se encuentra en Yumbel, cerca de Concepción, está dirigido por Agustín Infante, presidente de la filial chilena
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agroecología
JAVIERA IDE
JAVIERA IDE
Above / Arriba: A greenhouse in Pucon, and a field of organic Chilote garlic in Coipomo, Chiloe. Un invernadero en Pucón, y cultivo orgánico de ajos chilotes en Coipomó, Chiloe.
EMILIANA
Emiliana Organic Vineyards at Los Robles Estate in Colchagua Valley, Chile. Emiliana Organic Vineyards en el Fundo Los Robles, Colchagua, Chile.
ditional Patagonian culture. It’s not uncommon to wait several hours for a lamb to roast over an open fire or to enjoy a slowcooked cazuela soup made with local chicken, potatoes, squash, and cilantro. Along the Pacific coast, residents are accustomed to waiting patiently while a curanto – shellfish, sausage, and milcao patties – are steamed between hot rocks and nalca leaves in a pit in the ground. Any Patagon will tell you, good things are worth waiting for. It’s this relaxed quality of rural life that is enticing city residents to exchange their crowded, bustling existence for a slower, healthier one. While urban migration has been the dominant global trend for the past several decades and overall continues to be, rural migration is also happening with increased frequency, especially as cities are hit hard by Covid-19. Dubbed “la nueva ruralidad,” or “new ruralism,” this phenomenon is gradually transforming rural demographics in Latin America, providing both challenges and opportunities for creating local food systems. Although the newcomers from the cities typically don’t have a background in agriculture,
which can disrupt traditional land-based culture in some rural areas, they are often seeking a rural lifestyle to connect with nature and healthy living, creating a new market for nearby agricultural producers. These new local markets and alternative models to the dominant food system are as varied and diverse as the communities that create them. In general, they have short food supply chains, reducing the path from farm to table. Grower cooperatives, farmers’ markets, community-supported agriculture, and school gardens are all examples of ways to boost awareness about the benefits of eating locally while creating opportunities for residents to do so. Each local food project, tailored to the nuances of the growers and consumers that form it, may feel isolated or small in scale, but Mauricio Gonzalez reminds us of the importance of staying connected. “In the end it’s important to form networks, to realize that you’re not alone in this and that there are a lot more people doing the same thing, making progress toward a more just food system. Perhaps silently but making progress all the same.”
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de la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA) y es parte del Centro de Educación y Tecnología (CET) Biobío[RB1] . Agustín utilizó prácticas agriculturales regenerativas para transformar una parcela de la seca loma costera [RB2] en un sistema altamente productivo. Su granja recibe una media de 5.000 visitantes al año. En Argentina, una red de fincas agroecológicas sociotécnicas en la provincia de Buenos Aires es una fuente de información e inspiración para aquellos que buscan aumentar el rendimiento de los cultivos agrícolas a gran escala mediante la aplicación de prácticas agroecológicas.
Comida lenta, creando sistemas locales
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a vida calmada que ha propiciado Covid-19 ha dado a la gente de todo el mundo más tiempo para reflexionar sobre el papel de la comida en sus vidas y para estrechar la conexión que tienen con ella. En muchos sentidos, esta mentalidad de comida lenta está personificada en la cultura patagónica tradicional. No es raro esperar varias horas mientras se asa un cordero al fuego, o disfrutar de una cazuela cocinada a fuego lento hecha con pollo local, papas, zapallo y cilantro. A lo largo de la costa del Pacífico, los lugareños están acostumbrados a esperar pacientemente a que se haga el curanto - con marisco, embutidos salchichas y milcaos - entre piedras calientes y hojas de nalca en un hoyo en el suelo. Cualquier patagón te dirá que la espera merece la pena. Es esa cualidad relajada de la vida rural la que llama a los habitantes de las ciudades a cambiar su agitada existencia por una vida más calmada y saludable. Si bien la migración urbana ha sido la tendencia global dominante las últimas décadas,y en general sigue
Patagon Journal
siéndolo, la migración rural también está ocurriendo con mayor frecuencia, sobre todo ahora que las ciudades se ven especialmente afectadas por Covid-19. Conocido como “la nueva ruralidad”, este fenómeno está transformando poco a poco la demografía rural en América Latina y creando tanto retos como oportunidades para crear sistemas alimentarios locales. Por un lado, los recién llegados de la ciudad no suelen tener experiencia en agricultura, lo que crea una divergencia con la cultura tradicional basada en la tierra de la mayoría de las zonas rurales. Por el otro lado, a menudo los habitantes nuevos van en busca de un estilo de vida rural porque valoran la conexión con la naturaleza y la vida sana, lo que crea un mercado nuevo para los productores agrícolas de alrededor. Estos nuevos mercados locales y modelos alternativos al sistema alimentario dominante son tan variados y diversos como las comunidades que los crean. En general, las cadenas de abastecimiento de alimentos son cortas, lo que reduce el trayecto de la huerta a la mesa. Las cooperativas de agricultores, los mercados de granjeros, la agricultura respaldada por la comunidad y los huertos escolares son todos ellos ejemplos de maneras de dar a conocer los beneficios de comer comida local a la vez que crean oportunidades para que los habitantes lo hagan. Cada proyecto de alimentación local, adaptado a los matices de los productores y consumidores que lo forman, puede sentir que está aislado o que es pequeño, pero Mauricio González nos recuerda la importancia de mantenerse conectado. “Al final, es importante generar redes, darse cuenta que uno no está solo, que hay más gente que está en la misma, y se está avanzando hacia un sistema [alimenticio] más justo... quizás de forma silenciosa, pero se avanza”.
agroecology
agroecología
Profile / Perfil
Huerto Cuatro Estaciones
A Biointensive Model for Patagonia
RELAY FILMS
Un modelo biointensivo para la Patagonia
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n the 1970s, John Jeavons developed the first gardens with the biointensive method in California, and traveled the world teaching his theory. In his classic book “How to Grow More Vegetables,” he presented his Grow Biointensive sustainable mini-farming method as a way to increase food production for personal or family consumption. It also creates more fertile soil which requires less water per kilo of food produced compared to conventional practices. Another American farmer to adopt the biointensive agriculture method in the 1970s was Elliot Coleman. He established the Four Seasons Farm in Maine with a method that allows people to market their produce and
generate income from their gardens, which he calls market gardening. Rather than trying to invent new ways of farming, what farmers like Jeavons and Coleman did was to recover agricultural practices that predominated before large-scale intensive production began spraying crops with agrochemicals and plundering the land down to the last nutrient. Today, in a world faced with drought, habitat loss due to monoculture agricultural practices, and human disease resulting from the consumption of genetically modified foods, the need is greater than ever to find new ways of sustainable farming that poses less of a threat to our health and environment.
Patagon Journal
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n los años 70, John Jeavons desarrolló los primeros huertos con el método biointensivo en California, y viajó por todo el mundo enseñando su técnica. En su libro “Cultivo Biointensivo de Alimentos” presentó su método de mini-agricultura sostenible que permite aumentar la producción de alimentos para el consumo personal o familiar. También crea un suelo más fértil y utiliza menos agua por kilo de alimento en comparación a las prácticas convencionales. Otro agricultor estadounidense que adoptó el método de la agricultura biointensiva en la década de 1970 fue Elliot Coleman, quien creó la granja Four Seasons en Maine con una técnica que permitía a las
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personas comercializar sus productos y generar ingresos a partir de sus huertos, a esto denominó “market gardening”. Más que inventar nuevas formas de cultivar, lo que hicieron agricultores como Jeavons y Coleman fue un rescate de las prácticas agrícolas que predominaron antes que la agricultura industrial llenase los cultivos de agroquímicos y saqueara la tierra hasta su último nutriente. Es así como hoy, en un mundo que enfrenta sequías, pérdidas de hábitats a manos del monocultivo y enfermedades humanas derivadas del consumo de alimentos transgénicos, es más necesario que nunca volver a métodos de cultivo sustentables y menos agresivos con nuestra salud y la del medio ambiente.
PHOTOS BY RELAY FILMS
Photos / Fotos: Images from Huerto Cuatro Estaciones at their site in Bahia Catalina, Aysen. Imágenes de Huerto Cuatro Estaciones en su sitio en Bahía Catalina, Aysen.
Following in the footsteps of such luminaries, in May 2018, two Chilean agronomists, Francisco Vio and Javier Soler, founded the Huerto Cuatro Estaciones farm in Patagonia, a four-hectare (10 acres) biointensive farm at Bahia Catalina on the shores of Lake General Carrera in the Aysen region. Their mission is clearly stated on their website: “There’s no other option. We feel the urgency of changing the way we produce food and how we relate to nature. We choose to take responsibility.” Vio and Soler, originally from Vina del Mar, have put into practice everything they have learned. Both of them worked for four years at the organic farming project that Tompkins Conservation set up in Patagonia Park, which uses the biointensive method to produce 30 different types of vegetables year-round. They have gone on extensive visits to farms in Europe, South America and North America. Most significantly, the pair learned directly from Elliot Coleman himself at his garden in Maine. With Coleman’s permission, the agronomists even adopted the Four Seasons Farm brand name, which translates into Spanish as Huerto Cuatro Estaciones, and thereby symbolizing their desire to create a similar project that combines sustainability with profitability. Following the basic concepts of biointensive and regenerative agri-
culture is a major challenge in itself; one has to develop increasingly fertile land year after year, using crop rotation and compost and without the help of industrial machinery and chemicals. There are also the difficult climatic conditions in the Aysen region, which imports about 80 percent of its fruit and vegetables from Chile’s north. But Francisco Vio told Patagon Journal that “the biggest challenge is to make it a profitable business.” Vio says they quickly realized upon starting their project that their productivity model required several adjustments. However, they found that the solution for them was not selling more and more products. Rather, the agronomists studied and applied Lean methodology, a way of optimizing the people, resources, time, effort, and money of your organization toward creating greater customer value. This required greater understanding and focus on the products and services customers value and discarding things that do not generate value. Their hard work is paying off. Huerto Cuatro Estaciones has made significant progress since launching as a business three years ago. After a period of intense work with a small team of 9 people, which included building new infrastructure, clearing the land and introducing hundreds
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Patagon Journal
of tons of compost to revitalize their soils, today they grow more than 35 different varieties of fresh vegetables and herbs. About three-fourths of their production is sold to families all over Aysen through a weekly veggie box system and the rest to local restaurants and hotels. They also receive student volunteers from around the world and conduct online classes and workshops. When asked what advice he has for aspiring organic farmers, Vio says to “study hard, work hard, and persevere.” He adds that “you will probably feel like a slave, but for your own paradise. The work will transform into a pleasure.” Vio emphasizes the true test of whether their farm is working well is not just the quantity of organic products they produce, but to serve as a successful model for others in a capitalistic country like Chile it needs to be in the green when it comes to the business side. They are more than acing that test: last year they sold $50 million pesos (US$ 70,000) in vegetables produced from 2,500 square meters, the equivalent of $200 million pesos (US$ 277,000) per hectare. “Everyone who sees the farm likes it and its products,” says Vio. “But for it to be a real opportunity, it also has to be a viable business that can see a return on investment within five years.”
agroecology Siguiendo el paso de estos líderes agrícolas, en mayo de 2018, dos agrónomos chilenos, Francisco Vio y Javier Soler, fundaron el “Huerto Cuatro Estaciones”, en un terreno de cuatro hectáreas en Bahía Catalina a orillas del lago General Carrera en la región de Aysén. Su misión está claramente indicada en su sitio web: “No hay otra opción. Sentimos la urgencia de cambiar la manera en que producimos alimentos y cómo nos relacionamos con la naturaleza. Elegimos hacernos cargo”. Vió y Soler, ambos originarios de Viña del Mar, pusieron en práctica todo lo aprendido. Ambos trabajaron durante cuatro años en el proyecto de agricultura orgánica que Tompkins Conservation implementó en el Parque Patagonia, el cual utiliza el método biointensivo para producir 30 tipos diferentes de verduras durante todo el año. También visitaron granjas en Europa, Sudamérica y Norteamérica. Más importante aún, aprendieron directamente del propio Elliot Coleman en su huerta de Maine. Y, con el permiso de Coleman, los agrónomos incluso adoptaron el nombre Four Seasons Farm al español y tomaron el nombre de Huerto Cuatro Estaciones, simbolizando así su deseo de crear un proyecto similar que combine la sustentabilidad con la rentabilidad. Seguir los conceptos básicos de la agricultura biointensiva y regenerativa es un gran reto en sí mismo; hay que desarrollar tierras cada vez más fértiles año tras año, utilizando la rotación de cultivos y el compost y sin la ayuda de maquinaria industrial y productos químicos. También influyen las difíciles condiciones climáticas de la región de Aysén, donde se importan cerca del 80% de las frutas y hortalizas desde el norte de Chile. Sin embargo, “el mayor reto es convertirlo en un negocio rentable”, dijo Francisco Vio a Patagon Journal. Según Vio, enseguida se dieron cuenta que el modelo de producción requería de ciertos ajustes, pero no era sólo cuestión de vender una mayor cantidad de productos. Los agrónomos estudiaron y aplicaron la metodología Lean, “lo que significa hacer que la
huerta sea más esbelta para que los sistemas produzcan menos desechos de tiempo, energía y dinero”. Para ello también era necesario comprender mejor y centrarse en los productos y servicios que los clientes valoran y descartar lo que no genera valor. Todo sus esfuerzos están dando resultados. El Huerto Cuatro Estaciones ha avanzado mucho desde su lanzamiento como negocio hace tres años. Después de un período de intenso trabajo con un equipo de hasta 9 personas, que incluía la construcción de nueva infraestructura, la limpieza de la tierra y la introducción de cientos de toneladas de compost para revitalizar sus suelos, hoy en día cultivan más de 35 variedades diferentes de verduras y hierbas frescas. Alrededor de tres cuartas partes de su producción se vende a familias de todo Aysén a través de un sistema semanal de canastas de verduras y el resto a restaurantes y hoteles. También tienen un programa de capacitación que atrae a estudiantes de todo el mundo, y llevan a cabo clases y talleres en línea. Cuando se le pregunta qué consejo tiene para los aspirantes a agricultores orgánicos, Vio dice que “ser estudioso, perseverante y muy trabajadora”. Agrega que “probablemente te sentirás como un esclavo, pero por tu propio paraíso. El trabajo se transforma en placer”. Vio enfatiza la verdadera prueba de si su granja está funcionando bien no es sólo la cantidad de productos orgánicos que producen, sino para servir como un modelo exitoso para otros en un país capitalista como Chile también necesita estar en el verde cuando se trata de la parte empresarial. Están sobrepasando esa prueba: la temporada pasada vendieron $50 millones de pesos en hortalizas producidas a partir de 2.500 metros cuadrados, lo que equivale a $200 millones de pesos por hectárea. “Todos ven la huerta y les gusta, y sus productos también”, dice Vio, “pero para que el huerto sea una verdadera oportunidad, también tiene que ser un negocio viable que pueda ver el retorno de la inversión dentro de 5 años”. (Caterinna del Río)
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“Everyone who sees the farm likes it. But for it to be a real opportunity, it also has to be a viable business that can see a return on investment.” “Todos ven la huerta y les gusta. Pero para que el huerto sea una verdadera oportunidad, también tiene que ser un negocio viable que pueda ver el retorno de la inversión”.
PHOTOS BY RELAY FILMS
Profile / Perfil
Chacra Rizoma
Growing the Good Life Cultivando la buena vida
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l Bolsón is perhaps best known for its hippie vibe: people wandering about the town’s plaza donning dreadlocks, handmade clothing, and an air of insouciance. But this small town in Argentina’s Rio Negro Province is also increasingly becoming a center for sustainable agriculture with its microclimate well-suited for berries, hops, and horticulture. And while many farms – both conventional and alternative – have set up shop here, Chacra Rizoma has a model and philosophy that set it apart. A collective of 12 young farmers, Chacra Rizoma began in 2017. Some of its members live on their one-acre farm and others live in town, but all are hard-working individuals motivated by the concept of “el buen vivir,” or living the good life. Says Ivan Belay, originally from Buenos Aires and one of the founders, for them the good life is “when our human existence takes place in harmony with everything around us, with
all of our relationships. It’s to live life honoring nature.” The farm’s agroecological growing practices do just that, mimicking natural ecological processes and focusing on the overall health of the land and the people who work it. Chacra Rizoma embodies a diversified, community-based approach that involves much more than growing vegetables and raising chickens. For instance, they have a grain mill and clay oven for grinding wheat and rye and making bread. They grow medicinal and aromatic herbs and are experimenting with mushroom cultivation. To make the most of every harvest and reduce food waste, they partner with local fermenters to sell them “seconds” – vegetables of secondary quality – to be processed for winter storage. This year they plan to make mustard sauce from mustard seeds they’ll grow and harvest as a source of winter income. Though relatively new, Chacra Rizoma has had no trouble finding a market for its goods.
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uede que El Bolsón sea más conocido por su onda hippie: personas deambulando por la plaza del pueblo con rastas, ropa hecha a mano y un aire de despreocupación. Pero este pequeño pueblo en la provincia argentina de Río Negro también se está convirtiendo cada vez más en un centro de agricultura sustentable con un microclima adecuado para las bayas, el lúpulo y la horticultura. Y mientras que muchas granjas, tanto convencionales como alternativas, se han establecido aquí, Chacra Rizoma tiene un modelo y una filosofía que la diferencia. Un colectivo de 12 jóvenes agricultores, Chacra Rizoma comenzó en 2017. Algunos de sus miembros viven en su granja de media hectárea y otros viven en la ciudad, pero todos ellos son personas muy trabajadoras motivadas por el concepto de "el buen vivir". Dice Iván Belay, originario de Buenos Aires y uno de los fundadores, para ellos la buena vida es "transcurrir la existencia humana en armonía con todo lo que nos rodea, con
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CHACRA RIZOMA
todas nuestras relaciones. Vivir la vida honrando la naturaleza”. Precisamente eso es lo que hacen las prácticas de cultivo agroecológico de la granja: imitan los procesos ecológicos naturales y se centran en la salud general de la tierra y de las personas que la trabajan. Chacra Rizoma encarna un enfoque diversificado, basado en la comunidad, que implica mucho más que el cultivo de verduras y la cría de pollos. Por ejemplo, tienen un molino de grano y un horno de arcilla para moler trigo y centeno y hacer pan. Cultivan hierbas medicinales y aromáticas y están experimentando con el cultivo de hongos. Para aprovechar al máximo cada cosecha y reducir el desperdicio de alimentos, se asocian con los fermentadores locales para venderles los vegetales de segunda mano que se procesan para el almacenamiento invernal. Este año planean hacer salsa de mostaza a partir de semillas de mostaza que cultivarán y cosecharán como fuente de ingresos para el invierno. Aunque es relativamente nueva, Chacra Rizoma no ha tenido
agroecology They sell products at street markets in El Bolson and in neighboring towns. They have a weekly vegetable basket subscription with around 150 participants distributed across the territory and are debuting an on-site sales booth this season. Despite growing interest and demand from consumers in Bariloche, the biggest urban center two hours away, Rizoma member Mathias Frickel explains that this season they are shifting their focus to “provide food as locally as possible.”
ecology – that’s what brought me here,” she says, noting that in Chile such an opportunity doesn’t exist. Now, Isabel is an integral part of Rizoma and has no immediate plans to leave. Chacra Rizoma, along with 13 other grower groups and families in El Bolsón, belong to Fundación Cultivo Ecológico, a network of agricultural producers that works together to promote community-based agriculture. The team of Chacra Rizoma was quick to point out that Cultivo Ecológico was fundamental in helping them
problemas para encontrar un mercado.Venden productos en la Feria Franca de El Bolsón y en los pueblos vecinos. Tienen una suscripción semanal de canastas de verduras con unos 150 participantes distribuidos por todo el territorio y esta temporada estrenan un puesto de venta en su misma chacra.A pesar del creciente interés y demanda de consumidores de Bariloche, el mayor centro urbano a dos horas de distancia,Mathias Frickel,miembro de Rizoma,explica que esta temporada están cambiando su enfoque para “proporcionar alimentos tan localmente como sea posible".
Photos of the Chacra Rizoma farm at El Bolson, Argentina. Fotos de la granja de Chacra Rizoma en El Bolson, Argentina.
Like many members of the collective, Mathias is not from El Bolsón but moved there to study agroecology at the National University of Rio Negro. The university, created in 2007, has offered the fouryear program in agroecology since 2013, along with several other degrees related to organic production and agricultural engineering. Once studying agriculture in the valley, many students find it hard to leave. This was also the case for Isabel Echenique, a Chilean who forms part of the collective and first arrived in El Bolsón as a student. “Access to education at a public university where it’s free and of good quality – along with a pioneer program in agro-
get started on their parcel of rented land and continues to play an important role in supporting their project and connecting them with other growers and markets. When asked if they’ve noticed that more people are interested in growing and buying local food since the global pandemic began, the four members of Chacra Rizoma interviewed all nodded in agreement. “There’s been a ton of challenges for us related to Covid, but it has strengthened us too,” Ivan explains. “With crisis comes opportunity. People see their health as being threatened and they’re suddenly more aware of its importance.”
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Como muchos miembros del colectivo, Mathias no es de El Bolsón, pero se trasladó allí para estudiar agroecología en la Universidad Nacional de Río Negro. La universidad, creada en 2007, ofrece el programa de cuatro años en agroecología desde 2013, junto con varios otros títulos relacionados con la producción orgánica y la ingeniería agrícola. Una vez que se ha estudiado la agricultura en el valle, muchos estudiantes tienen dificultades para salir. Este fue también el caso de Isabel Echenique, una chilena que forma parte del colectivo y que llegó a El Bolsón por primera vez como estudiante. "El acceso a la educación en una universidad pública donde es gratuita y de
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agroecología
buena calidad, junto con un programa pionero en agroecología, es lo que me trajo aquí", dice, señalando que en Chile no existe tal oportunidad. Ahora, Isabel es una parte esencial de Rizoma y no tiene planes inmediatos de irse. Chacra Rizoma, junto con otros 13 grupos y familias de agricultores de El Bolsón, pertenece a la Fundación Cultivo Ecológico, una red de productores agrícolas que trabajan juntos para promover la agricultura comunitaria. El equipo de Chacra Rizoma se apresuró en señalar que Cultivo Ecológico fue fundamental para
CHACRA RIZOMA
ayudarlos a para comenzar a producir en su pequeño terreno alquilado y sigue desempeñando un papel importante apoyando su proyecto y conectándolos con otros cultivadores y mercados. Cuando se les preguntó si habían notado que más personas estaban interesadas en cultivar y comprar alimentos locales desde que comenzó la pandemia mundial, los cuatro miembros de Chacra Rizoma entrevistados asintieron con la cabeza. "Ha habido un montón de desafíos para nosotros relacionados con el Covid, pero también nos ha fortalecido", explica Iván. "Con la crisis viene la oportunidad. La gente ve su salud amenazada y de repente es más consciente de su importancia". (Nancy Moore)
Profile / Perfil
La Balanza
Strengthening Local Producers
Fortalecimiento de los productores locales
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lmost everything you buy in your local supermarket today is made by eight global companies. Unilever (a British company), for example, now owns many Chilean brands,” says Andreas Aron, co-founder of La Balanza Mercado Cooperativo, as he explains the genesis of his cooperative in the picturesque, lakeside town of Puerto Varas in southern Chile. La Balanza is a thriving marketplace for more than 100 small businesses and farmers that live in or near the town that offers healthier foods produced in an environmentally sustainable way. Aron, 29-years-old, is a native of Puerto Varas who left to study economics at the University of Chile in Santiago. After college, he worked for Corfo, the economic development agency of the Chilean government, in a program that provides seed funding and technical support
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to start-up projects oriented toward providing solutions to social problems. A few years later, after taking an extended personal trip throughout North and South America, he returned to Chile with a plan to start his own socially minded business. “Here in Patagonia, instead of people buying from those who live and work here, we have been passing our resources on to countries that are already wealthy. If you go to Cochamó or Peulla, the oatmeal brand you find there is Quaker, made by PepsiCo.” With La Balanza, Aron is trying to catalyze a system that generates favorable economic conditions for local communities to grow and own their food and make it convenient for people to buy locally. La Balanza is the latest in an already established trend. In Chile, over the past few years other co-ops have been forming with great success, notable
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asi todo lo que uno compra en el supermercado es de 8 compañías mundiales. Unilever (una compañía británica) es ahora dueña de muchas marcas chilenas”, dice Andreas Aron, cofundador de La Balanza Mercado Cooperativo, mientras explica la génesis de su cooperativa en la pintoresca ciudad lacustre de Puerto Varas, en el sur de Chile. La Balanza es un floreciente mercado para más de 100 pequeñas empresas y agricultores que viven en la ciudad o cerca de ella y que ofrece alimentos más sanos producidos de modo ambientalmente sostenible. Aron, de 29 años, es oriundo de Puerto Varas y dejó la ciudad para estudiar economía en la Universidad de Chile en Santiago. Tras finalizar la carrera, trabajó en la CORFO, la agencia de desarrollo económico del gobierno chileno, en un programa
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LA BALANZA
que proporciona fondos semilla y apoyo técnico a proyectos incipientes orientados a dar soluciones a problemas sociales. Unos años más tarde, tras realizar un largo viaje por Norteamérica y Sudamérica, regresó a Chile con el plan de crear su propia empresa con fines sociales. “Aquí en la Patagonia, en vez de comprarle a las personas que son de acá le estamos pasando nuestros recursos a países que ya tienen mucho dinero. Si vas a Cochamó o a Peulla, la marca de avena que encuentras allí es Quaker, fabricada por PepsiCo”. Con La Balanza, Aron trata de impulsar un sistema que genere condiciones económicas favorables para que las comunidades locales puedan cultivar y ser propietarias de sus alimentos, y para que la gente pueda comprarlos localmente. La Balanza es la más reciente de una tendencia ya establecida. En Chile, en los últimos
agroecology
agroecología
LA BALANZA
examples include La Manzana in Valdivia and Juntos Compremos in Santiago. Worldwide, the list is also a lengthy one, such as Food Co-op in Brooklyn, the La Louve cooperative in France, and the veritable boom of co-ops found in Spain’s major cities. The underlying principles of all of these food co-ops is the same: they are essentially a grocery store that’s owned by the people who shop there, who in turn determine things like what is sold, the quality standards, and the prices. But co-ops are usually much more, they are typically places where you can support local businesses and find organic products and healthier foods made without chemicals and using environmentally regenerative practices, something that today is more necessary than ever. The first co-op groceries opened in North America in the early 20th century, often arising during times of crisis like we have today. When the Covid-19 pandemic began, many of us saw the scenes of depleted shelves at large supermarket chains around the world as
people hoarded products, fearing they would face shortages. These scenes brought home the unsustainability and risk of having to depend on products that are shipped from so far away. Initiatives like La Balanza have stepped into this critical moment, providing a real solution that also contributes to making local communities healthier and more environmentally responsible. Formed early last year before the pandemic hit (the co-op was formerly called “La Cucha”), La Balanza orders spiked from 60 in February to 400 in March and the growth has only continued apace since. “The pandemic has given people time to reflect. I have spoken to organizations similar to ours and they are all doing very well,” says Aron. “Recently, we were trying to buy oranges, lemons and apples from a network of organic producers in Santiago and they told us that they were dealing with unprecedented demand and were unable to send us our order. The same thing happened with an avocado supplier.” Certainly, that kind of talk is a good sign for the future.
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años se han ido formando otras cooperativas con gran éxito, entre las que destacan La Manzana en Valdivia y Juntos Compremos en Santiago. A nivel mundial, la lista también es larga, como Food Coop en Brooklyn, la cooperativa La Louve en Francia, y el verdadero boom de cooperativas que se encuentran en las principales ciudades de España. El principio que subyace en todas estas cooperativas alimentarias es el mismo: son esencialmente una tienda de alimentos que pertenece a las personas que compran allí, quienes a su vez determinan cosas como lo que se vende, los estándares de calidad y los precios. Pero las cooperativas suelen ser mucho más, son lugares en los que se puede apoyar a las empresas locales y encontrar productos orgánicos y alimentos más sanos elaborados sin productos químicos y utilizando prácticas regenerativas para el medio ambiente, algo que hoy es más necesario que nunca. Las primeras cooperativas de alimentación se abrieron en Norteamérica a principios del siglo XX, a menudo surgiendo en épocas de crisis como la actual. Cuando comenzó la pandemia de Covid-19, muchos de nosotros vimos las estanterías vacías de las grandes cadenas
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de supermercados de todo el mundo, mientras la gente acumulaba productos por miedo a la escasez. Aquellas escenas pusieron de manifiesto la insostenibilidad y el riesgo de tener que depender de productos que se envían desde tan lejos. Iniciativas como La Balanza han hecho frente a este momento crítico, aportando una solución real que además contribuye a que las comunidades locales sean más sanas y responsables con el medio ambiente. Creada a principios del año pasado, antes que nos golpeara la pandemia (la cooperativa se llamaba “La Cucha”), los pedidos de La Balanza pasaron de 60 en febrero a 400 en marzo, y el número de pedidos no ha hecho más que aumentar desde entonces. “La pandemia ha dado a la gente tiempo para reflexionar. ”He hablado con organizaciones similares a la nuestra y a todas les ha ido muy bien”, dice Aron. “Hace poco, intentábamos comprar naranjas, limones y manzanas a una red de productores orgánicos de Santiago y nos dijeron que estaban atendiendo una demanda sin precedentes y que no podían enviar nuestro pedido. Lo mismo ocurrió con nuestro proveedor de paltas”. Ciertamente, estas palabras son una buena señal para el futuro. (Caterinna del Río)
interview <entrevista>
Miguel Altieri Agroecology in a Post-Pandemic World
La agroecología en un mundo tras la pandemia By NANCY MOORE
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hilean agronomist and entomologist Miguel Altieri has dedicated his career to researching and teaching about the environmental and social benefits of agroecology. After studying agronomy at the University of Chile and earning a PhD in entomology at the University of Florida, he went on to publish more than 250 scientific papers, 20 books, and was a professor at the University of California at Berkeley for 37 years. He is best known for promoting agroecology as a way to com-
bat rural poverty, especially in Latin America. In 2007, he co-founded the Latin American Scientific Society of Agroecology (SOCLA), and since 2011 has been an advisor to the United Nations Food and Agriculture Organization’s Globally Important Agricultural Heritage Systems (GIAHS) program, which aims to conserve traditional farming systems around the world. Recently retired from teaching at UC Berkeley, he now lives in Colombia where he and his wife and colleague, Clara Inés Nicholls, have an agroecological
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l agrónomo y entomólogo chileno Miguel Altieri ha dedicado su vida a investigar y enseñar sobre los beneficios ambientales y sociales de la agroecología. Tras estudiar agronomía en la Universidad de Chile y obtener un doctorado en entomología por la Universidad de Florida, publicó más de 250 artículos científicos, 20 libros y fue profesor de la Universidad de California en Berkeley durante 37 años. Es conocido por promover la agroecología como una forma de combatir la pobreza rural, es-
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CHRISTOPHER COOK
pecialmente en América Latina. En 2007, cofundó la Sociedad Científica Latinoamericana de Agroecología (SOCLA), y desde 2011 ha sido asesor del programa de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial (SIPAM) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, que tiene como objetivo conservar los sistemas agrícolas tradicionales del mundo. Se ha jubilado recientemente de la enseñanza en la Universidad de Berkeley y ahora vive en Colombia, donde él y su esposa
agroecology demonstration farm. In March, they co-authored a paper titled “Agroecology and the Reconstruction of Post Covid-19 Agriculture,” outlining the fragilities of the dominant agri-business food system exposed by the global pandemic and opportunities for agroecology to build much-needed resilience within our food systems. “As we work our land during these days of the COVID-19 imposed national quarantine,” says Altieri, “I am convinced more than ever that agroecology is the only option available to humanity to design and manage agricultural systems best able to withstand future crises, whether pest outbreaks, pandemics, climate disruptions, or financial meltdowns.” From his home in Colombia, Altieri spoke with Patagon Journal about lessons from Covid-19, agroecology, and what’s needed to design resilient, sustainable agricultural systems in Patagonia, Chile, and worldwide. Excerpts: PATAGON JOURNAL: You define agroecology as “a transformative science, practice, and movement.” How does agroecology differ from other terms and concepts related to sustainable agriculture? ALTIERI: What’s really interesting is that agroecology was born in Latin America, and then it caught on in Europe and the United States, but much later. The way agroecology is known today – as a science but also as a political tool for the transformation of food systems – was started in Latin America by NGOs, then jumped into the universities, and then to Via Campesina, the largest peasant movement in the world. It has some political connotations, and for that reason there are some circles that don’t use the term or if they do, they strip it of its social and political context.
For example, the UN Food and Agriculture Organization (FAO) talks about agroecology, but it doesn’t talk about land reform or food sovereignty. And then there are other groups that are coming up with new terms like climate smart agriculture or regenerative agriculture to avoid the political implications of agroecology. Agroecologists question the structure of industrial agriculture; they want to transform the food system. Whereas other approaches try to kind of take advantage of certain cracks left in the system, like organic farming. That is a great concept, but if you look
y compañera de trabajo, Clara Inés Nicholls, tienen una granja demostrativa agroecológica. En marzo, escribieron juntos un artículo titulado “la agroecología y la reconstrucción de una agricultura post-Covid-19”, en el que señalan los puntos débiles del sistema alimentario agroempresarial dominante expuestos por la pandemia mundial y las oportunidades para que la agroecología construya la resistencia tan necesaria en el sistema alimentario. “Mientras trabajamos la tierra en estos días de la cuarentena nacional impuesta por la COVID-19”, dice Altieri, “me convenzo más que nunca de que la agroecología
“Agroecologists question the structure of industrial agriculture; they want to transform the food system.” “Los agroecologistas cuestionan la estructura de la agricultura industrial; quieren transformar el sistema alimentario”. at most organic agriculture it is for export. In Chile, 80% of organic agriculture is for export and that doesn’t solve the problem of food security. Whatever is left over for the national markets goes for the middle class and up. The same is happening in the U.S. With my class [in California] I used to send students to the organic farmers’ market and do a racial profiling of the consumers there: it was always 98% white, middle class and up. As an agroecologist, I respect the schools, for example, of Steiner with biodynamics, or the people that came up with permaculture. But I can go to a permaculture farm or a biodynamic farm or an organic farm and see from an agroecological perspective that they need to
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es la única opción que tiene la humanidad de diseñar y manejar sistemas agrícolas que puedan resistir crisis futuras, ya sean brotes de plagas, pandemias, trastornos climáticos, o crisis financieras”. Desde su casa en Colombia, Altieri habló con Patagon Journal sobre las lecciones del Covid-19, la agroecología y qué es lo que se necesita para diseñar sistemas agrícolas resistentes y sostenibles en la Patagonia, Chile y en todo el mundo. Extractos: PATAGON JOURNAL: Usted define la agroecología como “una ciencia práctica y un movimiento transformador”. ¿En qué se diferencia la agroecología de otros términos y conceptos relacionados con la agricultura sostenible?
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ALTIERI: Lo verdaderamente interesante es que la agroecología nació en América Latina, y luego se hizo popular en Europa y los Estados Unidos, pero mucho más tarde. La manera en que se entiende hoy en día la agroecología, como una ciencia, pero también como una herramienta política para la transformación de los sistemas alimentarios, la crearon las ONG en América Latina, luego pasó a las universidades, y luego a La Vía Campesina, el mayor movimiento campesino del mundo. Tiene ciertas connotaciones políticas, y por eso en algunos círculos no se usa el término, o si se usa, está despojado de su contexto social y político. Por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) habla de la agroecología, pero no habla de reforma agraria ni de soberanía alimentaria. Y luego hay otros grupos que están creando términos nuevos como la agricultura climáticamente inteligente o la agricultura regenerativa para evitar las insinuaciones políticas de la agroecología. Los agroecologistas cuestionan la estructura de la agricultura industrial; quieren transformar el sistema alimentario. Mientras que otros enfoques tratan de aprovechar ciertas grietas que quedan en el sistema, como la agricultura orgánica. Es una gran idea, pero si nos fijamos, la mayoría de la agricultura orgánica es para la exportación. En Chile, el 80% de la agricultura orgánica se dedica a la exportación y eso no resuelve el problema de la seguridad alimenticia. Lo que queda para los mercados nacionales va a parar de la clase media para arriba. Lo mismo sucede en los Estados Unidos. Con mi clase [en California] solía mandar a los estudiantes al mercado de agricultores orgánicos a hacer un perfil racial de
interview <entrevista>
“When you use economic terms that were not designed to account for the services of nature, then you’re using the wrong tools.” “Cuando se usan terminos economicos que no se crearon para dar cuenta de los servicios de la naturaleza, entonces se estan usando las herramientas equivocadas”.
improve. For example, if you go to one of the most famous biodynamic farms in California, Benzinger, which is a vineyard, from a biodynamic perspective it works, but it has a major flaw which is that it is a monoculture. So, I worked with Mike Benzinger and we introduced cover crops and flowers into the system in order to diversify it and increase the function. The practice of agroecology also provides ecosystem services such as pest control, soil regeneration, and water conservation. Are such ecosystem services becoming more valued generally by society? As Einstein once said, you cannot solve the problem with the same mentality that created it. The crisis in industrial agriculture that we’re facing today was exposed by Covid-19 but for many years we’ve been criticizing the environmental, economic and social impacts of industrial agriculture. When you use economic terms from a neoliberal perspective that were not designed to account for the services of nature, then you’re using the wrong tools.
RICHARD MEDDOWS
Altieri teaching an agroecology course at Schumacher College in the United Kingdom. Altieri enseñando un curso de agroecología en el Schumacher College del Reino Unido.
Are you familiar with the planetary boundaries concept? [Planetary Boundaries, Stockholm Resilience Center, 2009] These people in Sweden came up with the concept that certain processes at the global level have already gone beyond their threshold. For example, climate change – it has already passed the threshold. Biodiversity extinction, we’ve passed the threshold. So, what we need to do is to try to develop an economy that is going to take into account the limits of nature. And this is not new. In 1972 there was a guy who came out with a book called The Limits to Growth that first sounded the alarm that the capitalist economy is not compatible with nature. I’m not opposed to measuring services, but let’s not do it only in economic terms. For example, many farms in Cuba and Colombia have zero external inputs. When you realize that a farm doesn’t need any input except for labor, then you know the ecological services that are working: fertility is happening, pest regulation is happening, water is abundant, and on top of
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los consumidores: siempre era un 98% blanco, de clase media para arriba. Como agroecologista, respeto, por ejemplo, las escuelas de Steiner con la biodinámica, o la gente a la que se le ocurrió la permacultura. Pero puedo ir a una granja de permacultura o biodinámica u orgánica y ver, desde una perspectiva agroecológica, que tienen que mejorar. Por ejemplo, si vas a una de las granjas biodinámicas más famosas de California, Benzinger, un viñedo, desde una perspectiva biodinámica funciona, pero tiene un defecto importante, que es que es un monocultivo. Así que trabajé con Mike Benzinger e introdujimos cultivos de cobertura y flores en el sistema para diversificarlo y aumentar la función. La práctica de la agroecología también proporciona servicios a los ecosistemas, tales como el control de plagas, la regeneración del suelo y la conservación del agua. ¿Está empezando a valorar más la sociedad estos servicios? Como dijo Einstein una vez, no puedes solucionar el problema con la misma mentalidad que lo creó. La crisis de la agricultura
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industrial a la que nos enfrentamos en la actualidad se ha visto expuesta por el Covid-19, pero llevamos muchos años criticando el impacto ambiental, económico y social de la agricultura industrial. Cuando se usan términos económicos desde una perspectiva neoliberal, que no se crearon para dar cuenta de los servicios de la naturaleza, entonces se están usando las herramientas equivocadas. ¿Conoces el concepto de límites planetarios? [Planetary Boundaries, Stockholm Resilience Center, 2009] Un grupo de gente en Suecia planteó el concepto de que ciertos procesos a nivel global ya han rebasado el umbral. Por ejemplo, el cambio climático ya ha superado el umbral. La extinción de la biodiversidad, hemos superado el umbral. Así que lo que tenemos que hacer es intentar desarrollar una economía que tenga en cuenta los límites de la naturaleza. Y esto no es nuevo; en 1972 hubo un tipo que publicó un libro llamado Los límites del crecimiento que hizo sonar la alarma por primera vez de que la economía capitalista no es compatible con la naturaleza.
agroecology that you are saving a lot of money, more than 90% of your cost of production. I can translate that into money. That’s what nature is providing, it is natural capital. You’ve often said that eating is both an ecological act and a political act. What is our responsibility as consumers? When I support the small farmers in my region, especially younger ones, I’m creating local resiliency and local sustainability, and that’s very important. The quality of life in small cities could be determined by what kind of agriculture surrounds your region. For example, in Brazil there was a study that found that towns surrounded by sugar cane as opposed to towns surrounded by small farmers were 10 degrees hotter because of the albedo effect. In our current food system, here’s what’s happening: you have the producers [hand up high] and the consumers [hand down low] and then you have the big corporations that are strangling the whole system [makes hands into fists in the space between]. They determine what farmers are going to grow, how much they’re going to grow, and then through the big supermarkets they control what people eat, how much they pay, and the quality of the food. They have control of the food system. To change that food system is going to be very difficult, so what we need to create is a bypass – a bypass from producers to consumers directly, so that there is exchange between them, but it’s more so ruled by an economia de la solidaridad, which is actually a term that doesn’t even exist in English. The idea there is an exchange of money, but it’s governed by solidarity. You can do it by creating this bypass, or also by pressuring the local government, or electing sympathetic mayors. Brazil,
for instance, has an agroecology law that provides a framework for municipalities to promote what they call institutional markets where: a mayor can decide that all the food that is served in schools and hospitals will come from local farms. That revitalizes totally the small farm agriculture in their region. Uruguay just came out with a national law of agroecology too. I think that the new constitution in Chile could also introduce this kind of thing. It could be a national agreement where we say how we’re going to treat nature, how we’re going to feed our
No me opongo a la medición de los servicios, pero no lo hagamos solo en términos económicos. Por ejemplo, muchas granjas en Cuba y Colombia tienen cero aportes externos. Cuando te das cuenta de que una granja no necesita ningún aporte excepto por la mano de obra, entonces sabes qué servicios ecológicos funcionan: hay fertilización, hay regulación de plagas, el agua es abundante, y encima te ahorras mucho dinero, más del 90% del costo de producción. Eso se puede traducir en dinero. Eso es lo que la naturaleza está proporcionando, capital natural.
HUERTO LOS CHILCOS
people and after we agree that we’re going to feed our people ecologically, with local produce and supporting local farmers, and we put these principles in the constitution, then that would provide the elements to create laws and regulation at the local level. There is a huge opportunity in Chile right now. Today, the average age of farmers in Patagonia, like the rest of the world, is around 60-years-old. The farmers’ kids have access to better education and are leaving the countryside for higher paying jobs. Meantime,
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A menudo ha dicho que comer es tanto un acto ecológico como un acto político. ¿Qué responsabilidad tenemos como consumidores? Cuando apoyo a los pequeños agricultores de mi región, especialmente a los más jóvenes, estoy creando resistencia y sostenibilidad locales, y eso es muy importante. El tipo de agricultura que rodea una región podría determinar la calidad de vida en las ciudades pequeñas. Por ejemplo, en Brasil hubo un estudio que descubrió que las ciudades que estaban rodeadas de caña de azúcar en contraposición a las
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agroecología
ciudades rodeadas de pequeños agricultores eran 10 grados más calientes debido al efecto albedo. En nuestro sistema alimentario actual, esto es lo que está sucediendo: tienes a los productores [con la mano alta] y a los consumidores [con la mano baja] y luego tienes a las grandes corporaciones que están estrangulando todo el sistema [hace puños con las manos en el espacio entremedias]. Establecen qué van a cultivar los agricultores, cuánto van a cultivar y, a través de los grandes supermercados, controlan lo que come la gente, cuánto paga y la calidad de los alimentos. Controlan el sistema alimentario. Cambiar ese sistema alimentario va a ser muy difícil, así que lo que tenemos que hacer es dar un rodeo, crear un puente que vaya de los productores a los consumidores directamente, para que haya un intercambio entre ellos, pero más aún que esté regida por una economía de la solidaridad. Esa idea de que haya un intercambio de dinero, pero que esté regido por la solidaridad. Puedes hacerlo creando ese puente, o presionando a los gobiernos locales o eligiendo alcaldes solidarios. Brasil, por ejemplo, tiene una ley de agroecología que proporciona un marco para que los municipios promuevan lo que llaman mercados institucionales, en los que un alcalde puede decidir que todos los alimentos que se sirven en escuelas y hospitales provengan de granjas locales. Eso revitaliza completamente la agricultura de granjas pequeñas de la región. Uruguay también acaba de publicar una ley nacional de agroecología. Creo que la nueva constitución de Chile también podría introducir este tipo de cosas. Podría ser un acuerdo nacional en el que digamos cómo vamos a tratar a la naturaleza, cómo vamos a alimentar a la población y después de acordar que vamos a
MINISTERIO DE AGRICULTURA CHILE INSTITUTO AGROECOLOGICO LATINOAMERICANO.
Altieri speaking at an Instituto de Investigaciones Agropecuarias seminar in Chile. Altieri hablando en un seminario del Instituto de Investigaciones Agropecuarias.
A Via Campesina meeting in Brazil. Una reunión de Vía Campesina en Brasil.
the aging farmers are then often subdividing and selling off their land. We know that agroecology works; how can we encourage young people to pursue it as a career and lifestyle? This is a problem all over the world. But things are changing. Right now, for example, the unemployment in Colombia is 42% because of Covid. So here in our little town, the young people are returning. Others are coming back because of the Institutos Agroecológicos Latinoamericanos (IALAs), a university created by Via Campesina. In Latin America, what they found was that universities were actually expelling the youth from the countryside. The young people went to study agronomy, but they trained them to work in the big fruit orchards and the big vineyards of Chile. They didn’t train them to go back to their land to work with their parents
and revitalize their communities. So, Via Campesina created their own universities, called IALAs. There’s one in Brazil, Paraguay, Colombia, Argentina, Chile, Nicaragua – there are many IALAs – and they have 50 to 60 young people every year coming out of those schools.They are trained not only technically, but also politically about things like why their parents were poor, why their parents didn’t have land, why their parents were being pushed off their land. In the U.S., too, the Young Farmers Association of America have a report showing that [young people] want to farm there but they don’t have access to land. It is a major constraint for young people. Many young people are already realizing that the answers to their aspirations are not in the cities anymore. Especially now, with Covid-19. They know they need to go back to their lands,
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“Many young people are realizing that the answers to their aspirations are not in the cities anymore.” “Muchos jovenes ya se están dando cuenta de que la respuesta a sus aspiraciones ya no esta en las ciudades”. alimentar a la gente de manera ecológica, con productos locales y apoyando a los agricultores locales, e introducir estos principios en la constitución, entonces esto proporcionaría los elementos necesarios para crear leyes y regulaciones a nivel local. Ahora mismo hay una gran oportunidad en Chile. Hoy en día, la edad media de los agricultores en la Patagonia, como el resto del mundo, es de unos 60 años. Los hijos de los agricultores tienen acceso a una educación mejor y están abandonando el campo en favor de empleos con salarios más altos. Mientras tanto, los agricultores que van envejeciendo a menudo subdividen y venden la tierra. Sabemos que la agroecología funciona; ¿cómo podemos animar a los jóvenes a que la elijan como una opción laboral y un estilo de vida? Este es un problema en todo el mundo. Pero las cosas están cambiando. Ahora mismo, por ejemplo, el desempleo en Colombia es del 42% debido a Covid. Así que aquí en nuestro pueblo, los jóvenes están regresando. Otros están regresando gracias a los Institutos Agroecológicos Latinoamericanos (IALA), una universidad creada por La Vía Campesina. En América Latina, lo que encontraron era que las universidades en realidad estaban expulsando a la juventud del campo. Los jóvenes iban a estudiar agronomía, pero los formaban para trabajar en los grandes huertos frutales y en
Patagon Journal
los grandes viñedos de Chile. No los formaban para que volvieran a sus tierras a trabajar con sus padres y revitalizar la comunidad. Así que La Vía Campesina creó sus propias universidades, las IALA. Hay una en Brasil, Paraguay, Colombia, Argentina, Chile, Nicaragua; hay muchas IALA, y cada año se gradúan entre 50 y 60 jóvenes en esas escuelas. Se los forma no solo técnicamente, sino también políticamente, sobre cosas como por qué sus padres eran pobres, por qué sus padres no tenían tierras, por qué a sus padres los estaban expulsando de sus tierras. También en Estados Unidos, la Young Farmers Association of America tiene un informe que muestra que [los jóvenes] quieren cultivar, pero no tienen acceso a la tierra. Es una limitación importante para los jóvenes. Muchos jóvenes ya se están dando cuenta de que la respuesta a sus aspiraciones ya no está en las ciudades. Especialmente ahora, con Covid-19. Saben que tienen que regresar a sus tierras, pero tienen que averiguar cómo sobrevivir allí. Lo primero es tener tierra, y lo segundo es relacionarse con la comunidad local para que se puedan crear redes entre productores y consumidores que se rijan más por la economía de la solidaridad. No podemos cargar el peso de la vuelta de los jóvenes solamente en los jóvenes; los consumidores locales también deben darse cuenta de que tienen que apoyar a esos productores jóvenes.
but they need to figure out how to survive there. The first thing is to have land, and the second thing is to link to the local community so they can create networks between producers and consumers that are more ruled by la economia de la solidaridad, which I mentioned earlier. We cannot put the weight of the return of young people on the young people only; local consumers must also realize that they need to support those young producers. Patagonia has many opportunities when it comes to implementing agroecological practices, like a culture of self-sufficiency, agricultural traditions, and vast expanses of land. But it also faces many challenges, among them a harsh climate and often extreme distances between farmers and urban markets. How could agroecology best be implemented in Patagonia? Agroecology always promotes self-sufficiency first. That doesn’t mean we are opposed to marketing to Puerto Montt or Coyhaique. But the first priority of food sovereignty is self-sufficiency of the local people. With extreme weather, you need greenhouses that can produce year-round. Promoting self-sufficiency in little towns that are dependent on imports would increase their dietary diversity, especially their consumption of vegetables and eggs, and that would improve their health. The immune system is highly dependent on the antioxidants, vitamins and minerals present in fruits and vegetables. I know there are limitations due to the climate, but apples and pears can be produced in Patagonia, and all those vegetables in greenhouses in the winter, and in the summer in open air. Plus, the integration of animals – goats, lambs, chickens, etc. – is essential. In Aysén, I gave some seminars not long ago and went to look
TOMPKINS CONSERVATION
Fundo Renihue near Pumalin National Park. Altieri helped Tompkins Conservation set up this organic farm. El Fundo Reñihué, cerca del Parque Nacional Pumalin. Altieri ayudó a Tompkins Conservation a establecer este proyecto de agricultura.
at the opportunities for developing agroecological approaches among small farmers there. One thing clear to me: there is potential to design silvopastoral systems – where you combine trees, shrubs, and grasses for cattle grazing. There is a huge opportunity for that if it is well-designed. You know a silvopastoral system doesn’t mean that you just let your cattle in the forest randomly; you have to manage the composition of the forest, open some spaces for grass to grow. The second thing: you first have to restore the soil through ecological restoration. I saw so many degraded landscapes in Patagonia because of overgrazing and deforestation. We identified a lot of legumes that were growing spontaneously there, similar to lupines; collect the seeds and start reproducing them in order to create a cover for the soil to fix nitrogen and create biomass. That would be the beginning of a strategy for soil conservation. The third thing is crop production. Obviously, you need greenhouses in Aysen. Low-impact greenhouses, not something sophisticated that people can’t adapt to because they don’t have the means. The whole eco-architecture combined with agriculture is important in that region. The principles of agroecology apply everywhere, it just takes different forms depending upon the place. And that’s the main thing for people to understand; it’s principles, not practices.
Patagon Journal
La Patagonia tiene muchas oportunidades en cuanto a implementar prácticas agroecológicas, como una cultura de autosuficiencia, tradiciones agrícolas y vastas extensiones de tierra. Pero también se enfrenta muchos desafíos, entre ellos el clima duro y a menudo las enormes distancias entre los agricultores y los mercados urbanos. ¿Cuál sería la mejor manera de implantar la agroecología en la Patagonia? La agroecología siempre promueve primero la autosuficiencia. Eso no significa que nos opongamos al comercio con Puerto Montt o Coyhaique. Pero la principal prioridad de la soberanía alimentaria es la autosuficiencia de la población local. Con un clima extremo, lo que se necesita son invernaderos que puedan producir durante todo el año. Promover la autosuficiencia en las pequeñas ciudades que dependen de las importaciones aumentaría su diversidad alimenticia, especialmente el consumo de verduras y huevos, mejorando así su salud. El sistema inmunitario depende en gran medida de los antioxidantes, las vitaminas y los minerales presentes en frutas y verduras. Sé que hay limitaciones debido al clima, pero se pueden producir manzanas y peras en la Patagonia, y todas esas verduras en invernaderos en invierno, y en verano al aire libre. Además, la integración de los animales, como cabras, corderos, pollos, etc., es esencial. En Aysén, hice algunos seminarios hace poco y fui a ver las
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oportunidades para desarrollar estrategias agroecológicas entre los pequeños agricultores locales. Hay algo que tengo claro: hay potencial para diseñar sistemas silvopastoriles, en los que se combinan árboles, arbustos y pastos para la ganadería. Hay una oportunidad enorme para ello si se diseña bien. Un sistema silvopastoral no significa que dejes al ganado suelto en el bosque sin más; hay que gestionar la composición del bosque, abrir algunos espacios para que crezca la hierba. Lo segundo es que antes hay que restaurar el suelo mediante la restauración ecológica. Vi muchos paisajes degradados en la Patagonia a causa del sobrepastoreo y la deforestación. Identificamos muchas leguminosas que crecían espontáneamente, similares a los altramuces; se recogen las semillas y se empieza a reproducirlas para crear una cubierta para el suelo para que fije el nitrógeno y cree biomasa. Ese sería el comienzo de una estrategia para la conservación del suelo. Lo tercero es la producción de cultivos. Obviamente, en Aysén se necesitan invernaderos. Invernaderos de bajo impacto, no algo sofisticado a lo que la gente no pueda adaptarse porque no tiene los medios. Todo esto de la eco-arquitectura combinada con la agricultura es importante en esa región. Los principios de la agroecología valen en todas partes, simplemente se aplican de formas diferentes dependiendo del lugar. Y eso es lo principal que debe entender la gente; son principios, no prácticas.
Fly fishing in the heart of Aysen Pesca con mosca en el corazón de Aysén
Hooked on Patagonia Enganchado a la Patagonia Northern Ireland natives Patrick Nixon and his father Larry get the full Patagonia fly fishing experience near Coyhaique. With the right flies, they found their just reward. Patrick Nixon y su padre Larry, nativos del Norte de Irlanda, viven la experiencia de pescar con mosca en la Patagonia cerca de Coyhaique. Con la mosca adecuada, recibieron su justa recompensa. By PATRICK NIXON
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lifted my rod again to cast, my arm starting to tire. It was beginning to snow and the wind was pummeling my face as it raced across the lake. Ten minutes earlier the sun had been shining. This was fly fishing in January, mid-summer in the Southern Hemisphere. But it was Patagonia, home to four seasons in one day, what did I expect? “Hurry Patrick, this is all good water…did you cover that big rock over there,” urged Pancho, our guide, swiveling the boat into position with one deft stroke of an oar. I never remember having worked so hard in a single
morning’s fishing, concentrating on my casting, trying to bounce a Fat Albert foam dry fly off a rock so it would land in the water. “Set, set, set,” cried Pancho, pointing to the splash that engulfed my fly. I lifted the rod a second too late and the leader and fly whipped back at me. “You take your eye off the fly for a split second and you miss the take,” scolded the seasoned Chilean guide, who, with his polarized sunglasses, had seen the brown trout rise before it had even struck. This was a different type of fly fishing to what I’d been used
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evanté otra vez la caña para lanzarla, mientras el brazo se me empezaba a cansar. Estaba empezando a nevar y el viento me golpeaba la cara al atravesar el lago. Hacía diez minutos, el sol brillaba. Estaba pescando con mosca en enero, en mitad del verano austral. Pero era la Patagonia, donde se dan las cuatro estaciones en un día. ¿Qué esperaba? “Date prisa Patrick, aquí toda el agua es buena... ¿has pasado por esa roca grande de allí?,” me instaba Pancho, nuestro guía, girando la barca en la posición
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correcta con un solo golpe de remo. No recuerdo haber hecho un esfuerzo similar en una sola mañana de pesca, concentrándome en los lances e intentando hacer rebotar una mosca seca Fat Albert de espuma en una roca para que aterrizara en el agua. “Recoge, recoge”, gritaba Pancho, señalando el chapoteo que se había tragado a la mosca. Tardé un segundo más en levantar la caña, mientras el sedal y la mosca saltaron del agua, volviendo hasta mí. “En cuanto le quitas ojo a la mosca, te pierdes los peces que pican”, me
fly fishing
<pesca con mosca>
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fly fishing
<pesca con mosca>
RODRIGO SANDOVAL
Above / Arriba: Fly fishing at Emperador Guillermo River. Pesca con mosca en el Río Emperador Guillermo. Below / Debajo: In Aysen, dry flies predominate. In this photo, a Mayfly spinner. En Aysén predominan las moscas secas. En esta foto, un Mayfly spinner.
to as a boy growing up in Northern Ireland. I had learned to fish in so-called put-and-take fisheries, veritable gravel pits stocked with hatchery rainbows whose eroded fins and tails take much of the fight out of them. Much of the time you use sinking lines and drag dark lures through the murky water. In Chile’s Aysén region, they use a lot dry flies, particularly big foam patterns to imitate terrestrials like beetles, grasshoppers and dragonflies. In glacial lakes and rivers there are few hatches so the trout, even the big ones, are right in close to the shore or river banks waiting to snap up whatever falls off the rocks. Due to the clear water you can sight fish, so polarized glasses are a must. “In rivers in North America you don’t get as many terrestrials, or there is more pressure from fishermen,” explains Francisco “Pancho” Vilches, our guide, and owner of Chile Trout lodge. “There
are more predators, like ospreys, so the fish are in deeper pools, or eating smaller dry flies, which makes it more technical. Here the trout spook easily but if you cast the right fly they will take it.” A line of foam typically runs horizontally about a meter from
regañó el experimentado guía chileno, quien, con sus gafas de sol polarizadas, había visto la trucha común subir antes, incluso, de picar. Este tipo de pesca con mosca era diferente a lo que yo estaba acostumbrado de niño en Irlan-
shore, becoming a literal feeding channel where you need to precisely place your fly. In that channel, the water flow is often slower so you must immediately mend a cast to avoid the slack line being dragged by the faster
da del Norte. Yo había aprendido a pescar en las pesquerías de pesca recreativa, piscinas de gravilla realmente, abastecidas de truchas arcoíris de criadero, cuyas aletas y colas deterioradas las dejan sin fuerza. La mayor
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parte del tiempo usas líneas de hundimiento y arrastras cebos oscuros por el agua turbia. En la región chilena de Aysén usan muchas moscas secas, especialmente las grandes de espuma que imitan a los terrestres como escarabajos, saltamontes y libélulas. En los lagos y ríos glaciales hay pocas eclosiones, por lo que las truchas, incluso las grandes, están pegadas a las orillas esperando atrapar cualquier cosa que caiga de las rocas. Como se pueden ver los peces en el agua limpia, las gafas polarizadas son necesarias. “En los ríos de América del Norte no hay tantos terrestres, o hay más presión de los pescadores”, explica Francisco Vilches, Pancho, nuestro guía y propietario de Chile Trout Lodge. “Hay más depredadores, como las águilas pescadoras, así que los peces están en zonas más profundas, o comen moscas secas más pequeñas, lo que hace
“In lakes and rivers there are few hatches so the trout, even the big ones, are right in close to the shore or river banks waiting to snap up whatever falls off the rocks.” “En los lagos y ríos hay pocas eclosiones, por lo que las truchas, incluso las grandes, están pegadas a las orillas esperando atrapar cualquier cosa que caiga de las rocas”. CHILETROUT
A proud fly fishermen shows off this humongous brown trout in Aysen. Un orgulloso pescador muestra esta trucha marrón gigante en Aysen.
current and causing the fly to display an unnatural movement. Throughout the morning I had landed and released half a dozen brown trout, averaging around 2 pounds (1 kilo), which fought like demons. All were beautifully colored with a brown back, red spots and yellow underbelly. This was the fourth and last day of fishing and the most challenging weather-wise but by far the most productive. We were on a remote lake some three hours’ northeast of Coyhaique and had stayed the previous night in Chile Trout’s “rolling lodge,” a 15 square-meter (161 square feet) tiny house on wheels that Pancho built himself and lugged across fields to park right on the water’s edge. We had spent the first few days at Chile Trout’s lodge, about 20 minutes from Coyhaique, fishing the nearby Lago Frio and Huemul River and then headed
north to the Nirehuao valley. So-called “spike camps” are popular in North America for fishing remote areas. Because of harsh weather, camping in tents can be uncomfortable and requires carrying a lot of equipment. But this was luxury. A snug little cabin, consisting of a mini central living room with a stove and two bedrooms on either side with bunkbeds. You get up in the morning, pull on your gear, and walk 50 feet to the boat. “We have so much water in the Aysén region that the rolling lodge gives us access to more water that is far from our main lodge,” Pancho said. “You don’t want to drive three hours to fish and then have to go back. This allows us more time on the water and less time in the car.”
From Ireland to Chile
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was fishing with my father, Larry, who had traveled halfway across the globe for this rare
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que sea más técnico. Aquí las truchas se ahuyentan con facilidad, pero si lanzas la mosca adecuada la tomarán”. Normalmente una línea de espuma va paralela a un metro de la orilla, convirtiéndose literalmente en un canal de alimentación en el que hay que poner la mosca con precisión. En ese canal, el flujo de agua a menudo es más lento, así que es importante arreglar el lance para evitar que la corriente más rápida arrastre la línea floja y que la mosca muestre un movimiento poco natural. A lo largo de la mañana conseguí pescar y soltar media docena de truchas comunes, de 1 kilo en promedio, que lucharon como un demonio. Todas tenían una coloración preciosa, con el lomo marrón, puntos rojos y el vientre amarillo. Este fue el cuarto y último día de pesca y el más difícil en cuanto al clima, pero, sin duda,
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el más productivo. Estábamos en un lago remoto a unas tres horas al noreste de Coyhaique y la noche anterior nos habíamos alojado en el “Rolling Lodge” de Chile Trout, una casita sobre ruedas de 15 metros cuadrados que construyó Pancho y que arrastra a través del campo para aparcar justo al borde del agua. Habíamos pasado los primeros días en el lodge de Chile Trout, a unos 20 minutos de Coyhaique, pescando en el cercano Lago Frío y el río Huemul y luego nos dirigimos hacia el norte hasta el valle del Ñirehuao. Los llamados “campamentos temporales” son populares en América del Norte para la pesca en áreas remotas. Debido al mal tiempo, acampar en tiendas de campaña puede ser incómodo y requiere mucho equipo. Pero esto estaba de lujo: una pequeña cabaña acogedora que consta de una salita de estar central con una estufa y dos dormitorios
fly fishing
<pesca con mosca>
RODRIGO SANDOVAL
RODRIGO SANDOVAL
Above / Arriba: Fly fishing at Estancia del Zorro in Aysen, and a brown trout. Pesca con mosca en Estancia del Zorro en Aysen, y una trucha marrón. Opposite Page / Pagina opuesta Larry casts into a spring creek under the instruction of “Gino,” a guide with Chile Trout. Below, a photo of Chile Trout’s “rolling lodge.” Larry lanza en un spring creek bajo la instrucción de "Gino", un guía con Chile Trout. Abajo, una foto del lodge sobre ruedas de Chile Trout.
chance to reconnect with his son through this wonderful pursuit that had bonded us and was always at the center of our conversations. Now 74, fishing has been my father’s passion since he was 12, having pursued everything from monster pike to halibut and tope shark. He was the angling correspondent for the Belfast Telegraph, Northern Ireland’s most widely circulated newspaper, for 30 years where he wrote under the nom de plume John Dory (a jovial wink to the sea fish of the same name) and has authored two books about fishing in Ireland. But for him, like many, Patagonia holds a mythical status, a far off land with snow-capped volcanoes, virgin forests and sprawling yellow pampas, woven with crystal clear rivers and fjords and too many trout for too few fishermen. “It’s incredible. You can take photographs but nothing does it justice. You’ve got to come here to see it,” Larry said.
Like Montana, 100 years ago
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he Aysén region is Chile’s third largest in terms of area but the
most sparsely populated. The region has different types of climate zones separated by mountains. The coastal areas in the west have a lusher, temperate climate, while the easternmost parts, where Coyhaique is located, are cold steppe with lower precipitation. Spires of multi-colored lupin flowers reach five feet in height and line the southern highway and surrounding fields, announcing the glorious but short-lived Patagonian summer (December – February), where temperatures fluctuate from 8-21° C (46-70 F). The sun illuminates the rosettes of blues, purples and pinks that contrast with the changing hues of rain-laden clouds in the steely blue-grey sky. The quality of fly fishing in the Aysén region is often compared to that of Montana, but 100 years ago. According to Rodrigo Sandoval, one of Chile’s most recognized fly fishermen, this is largely due to a sparse population and low pressure from locals. Blue Ribbon quality streams with crystal clear water make for exciting sight fishing. There is a higher percentage of large brown trout which are opportunistic and easier to
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catch for novices. “You have a real chance of catching large fish and you also have this sensation of being an explorer, of being alone on the river with no one else around,” Sandoval says. Amongst the most popular fishing spots are the Simpson, Baker and Cochrane rivers, the Mañihual and Ñirehuao valleys and the Paloma, Elizalde, Ardilla and Polux lakes. When the industry started to take off 30 years ago, much of the scouting was done by North Americans who set up their own lodges and charged premium rates giving fly fishing the stigma of being an elite sport in Chile. However, that has been changing in recent years with the availability of more and cheaper options for equipment, lodging and local guides. Yet for Carlos Dinamarca, a Coyhaique-based fly-fishing guide, being such an isolated region and an industry heavily dependent on foreign tourists, the Covid-19 pandemic has hit hard, and this season has all but been written off. But long-term, there are also other more far-reaching challenges for the development
a ambos lados con literas. Te levantas por la mañana, agarras el equipo y estás a 50 metros de la barca. “Hay tanta agua en la región de Aysén que el lodge sobre ruedas nos permite acceder a más áreas que están lejos del pabellón principal”, decía Pancho. “No quieres tener que conducir tres horas para ir a pescar y luego tener que volver. Así podemos pasar más tiempo en el agua y menos tiempo en el coche”.
De Irlanda a Chile
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staba pescando con mi padre, Larry, que había recorrido medio mundo por esta oportunidad única de volver a conectar con su hijo mediante esta maravillosa búsqueda que nos había vinculado y era siempre el foco de nuestras conversaciones. Ahora tiene 74 años, la pesca ha sido la pasión de mi padre desde que tenía 12, y ha pescado de todo, desde lucio gigante hasta fletán y cazón. Durante 30 años fue el corresponsal de pesca para el Belfast Telegraph, el periódico más difundido de Irlanda del Norte, donde escribía bajo el pseudónimo de John Dory (un guiño jovial al nombre en inglés del pez de San Pedro) y ha escrito dos libros sobre la pesca en Irlanda. Pero para él, como para muchos, la Patagonia tiene un estatus mítico, una tierra lejana de volcanes nevados, bosques vírgenes y amplias pampas amarillas surcadas de ríos cristalinos y fiordos, con demasiadas truchas para tan pocos pescadores. “Es increíble. Puedes sacar fotos, pero no le hacen justicia. Tienes que venir aquí para verlo”, decía Larry.
Como Montana hace 100 años
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a región de Aysén es la tercera más grande de Chile en área, pero es la más escasamente poblada. La región
PATRICK NIXON
tiene diferentes tipos de zonas climáticas separadas por montañas. Las zonas costeras del Oeste tienen un clima templado y exuberante, mientras que las partes más orientales, donde se encuentra Coyhaique, son una estepa fría con menores precipitaciones. Las flores de lupino multicolor alcanzan cinco pies de altura y bordean la Carretera Austral y los campos circundantes, anunciando el glorioso aunque corto verano patagónico (diciembre – febrero), donde las temperaturas fluctúan entre 8 y 21° C. El sol ilumina las espigas azules, púrpuras y rosas que contrastan con los tonos cambiantes de las nubes cargadas de lluvia en un cielo azul grisáceo. La calidad de la pesca con mosca en la región de Aysén a menudo se compara con la de Montana, pero hace 100 años. Según Rodrigo Sandoval, uno de los pescadores con mosca más reconocidos de Chile, esto se debe en gran parte a la escasa población y a la baja presión de los lugareños. Los arroyos de una calidad superior con aguas cristalinas permiten una emocionante pesca a la vista. Hay
“The quality of fly fishing in the Aysen region is often compared to that of Montana, but 100 years ago.” “La calidad de la pesca con mosca en la región de Aysén a menudo se compara con la de Montana, pero hace 100 años”.
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fly fishing
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CHILETROUT
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The Aysen region offers a spectacular natural landscape for fly fishing, and among the native and migratory bird species found here are flamingos, Chilean blue eagles, swallows and cormorants. La región de Aysen ofrece un espectacular paisaje natural para la pesca con mosca, y entre las especies de aves nativas y migratorias encontradas aquí son flamencos, águilas azules chilenas, golondrinas y cormoranes.
CHILETROUT
RODRIGO SANDOVAL
“I realized that instead of spending my life in a super stressful environment, saving money to eventually retire in Patagonia, I’d rather move there right away.” “Me di cuenta de que en vez de pasarme la vida en un ambiente súper estresante, ahorrando dinero para acabar jubilándome en la Patagonia, prefería mudarme de inmediato”. of the fly fishing sector here. “We don’t have enough properly trained local guides that speak English,” he said. “The tourism sector also doesn’t get much support from local authorities,
“I’ve been happy since I made that call. It’s not an easy life, but it has its perks. I don’t have any more Philz Coffee, which I used to love in San Francisco, but we have the best lamb in the world.
it isn’t valued. And the cost of permits is very low and with little regulation.”
You quit one and get another.”
Chile Trout Lodge
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aught by his grandfather to fish, after leaving high school Pancho ignored calls from his family to study dentistry and took off to the United States to learn English and become a certified fly fishing guide from Sweetwater Travel Guide School in Montana. After meeting his wife Karina while studying ecotourism at Chile’s Andres Bello University they agreed to try their luck in Coyhaique. Pancho used the skills he learned working on construction sites in the U.S. to build his own lodge and put together a construction business to supplement income during the off-season. Working as a fishing guide with Chile Trout is José Miguel Vives (Gino). Originally from Santiago, Gino had a successful career as a video game programmer in Silicon Valley before giving it all up to return to Chile’s south to pursue his true passion. “I realized that instead of spending my life in a super stressful environment, saving money to eventually retire in Patagonia, I’d rather move right away and start enjoying it, while I still have the energy,” he said.
Practice makes perfect
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ur third day, fishing the Nirehuao River, was when things really started to come together for me. Under a constant drizzle and Gino’s guidance, we patrolled the high banks of a spring creek, using short roll casts to avoid back casting into vegetation. One of the great things about Patagonia is the open spaces and low vegetation surrounding the rivers giving amateur casters like myself plenty of space to practice, especially faced with strong southerly winds. By the end of the morning, I had netted eight beautiful brook trout up to about 1.5 pounds (about half a kilo) on a Fat Albert fly. Meanwhile, Pancho had taken my father stealth fishing to a small land-locked back channel lagoon where one had to crouch and cast over the reeds and carefully place one’s fly without alerting the wary browns. He was rewarded with a 3 pound (1.4 kilos) brown specimen caught on a dragonfly nymph. On our last day, after leaving the comfort of our tiny house, a 15-horsepower engine powered our cataraft up the lake battling against waves, headwinds, hail and sleet. We drifted the lake’s rocky shorelines. Underwa-
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un mayor porcentaje de trucha común grande que es oportunista y es más fácil de pescar para los principiantes. “Hay una verdadera oportunidad de capturar peces grandes y también se tiene la sensación de ser un explorador, de estar solo en el río sin nadie más alrededor”, dice Sandoval. Entre los lugares de pesca más populares están los ríos Simpson, Baker y Cochrane, los valles de Mañihual y Ñirehuao y los lagos Paloma, Elizalde, Ardilla y Pólux. Cuando la industria comenzó a crecer hace 30 años, gran parte de la exploración la hicieron norteamericanos que establecían sus propios refugios y cobraban tarifas altas, lo que hizo que la pesca con mosca en Chile se estigmatizara como un deporte de élite. Sin embargo, esto ha ido cambiando en los últimos años gracias a la disponibilidad de más opciones, y más baratas, de equipo, alojamiento y guías locales. Aun así, para Carlos Dinamarca, un guía de pesca con mosca que vive en Coyhaique, al ser una región tan aislada y tratarse de una industria que depende en gran medida de los turistas extranjeros, la pandemia de Covid-19 ha sido un duro golpe, y esta temporada prácticamente se ha anulado. Pero a largo plazo, también hay otros retos de mayor alcance para el desarrollo local del sector de la pesca con mosca. “No tenemos suficientes guías locales debidamente capacitados que hablen inglés”, dijo. “El sector turístico tampoco recibe mucho apoyo de las autoridades locales; no se valora. Y el costo de los permisos es muy bajo y no está muy regulado”.
Chile Trout Lodge
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abiendo aprendido a pescar con su abuelo, una vez terminó el instituto Pancho ignoró las peticiones de su familia de
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que estudiara odontología y se marchó a Estados Unidos a aprender inglés y a sacarse una certificación de guía de pesca con mosca en la Sweetwater Travel Guide School en Montana. Tras conocer a su esposa Karina mientras estudiaba Ecoturismo en la Universidad Andrés Bello de Chile, decidieron probar suerte en Coyhaique. Pancho utilizó las destrezas aprendidas trabajando en la construcción en los EE.UU. para construir su propio albergue y crear una empresa de construcción que complementara sus ingresos durante la temporada baja. Trabajando como guía de pesca con Chile Trout está José Miguel Vives (Gino). Oriundo de Santiago, Gino tuvo una exitosa carrera como programador de videojuegos en Silicon Valley antes de dejarlo todo para volver al sur de Chile y seguir con su verdadera pasión. “Me di cuenta de que en vez de pasarme la vida en un ambiente súper estresante, ahorrando dinero para acabar jubilándome en la Patagonia, prefería mudarme de inmediato y empezar a disfrutarla mientras todavía tengo la energía”, dijo.“He estado feliz desde que tomé esa decisión. No es una vida fácil, pero tiene sus ventajas.Ya no tomo más Philz Coffee, que me encantaba en San Francisco, pero tenemos el mejor cordero del mundo. Dejas un vicio y tomas otro”.
La práctica hace al maestro
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ue en al tercer día, pescando en el Ñirehuao, cuando todo empezó a funcionarme. Siguiendo la dirección de Gino bajo una llovizna constante, patrullamos las orillas altas de un arroyo usando lances cortos para evitar que cayeran en la vegetación. Una de las mejores cosas de la Patagonia son los espacios abiertos y la baja vegetación que rodea los ríos, que proporcionan mucho espacio para practicar a los pescado-
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CHILETROUT
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Nicolas Sutil fly fishing at Manihuales River; and the author showing off a catch. Nicolas Sutil pesca con mosca en el río Manihuales; y el autor mostrando una captura.
Larry gets ready for a day’s fishing on the shores of Lago Frio, a few meters from Chile Trout lodge. Larry se prepara para un día de pesca en las orillas del Lago Frío, a pocos metros de Chile Trout lodge.
ter forests of weed lapped up against the cliff face with small gaps of clear water in between, which is where I was instructed to place my fly. “In Ireland, you’d never dream of casting over weed,” commented my father. Finding a small cove for shelter, the squall quickly blew over and the sun peaked through the clouds once more. Cormorants and Chilean blue eagles perched on the surrounding cliffs while swallows dove and dipped, skimming the water without stopping their flight. I was finally getting used to these conditions and we netted over a dozen good-sized fish. As we drove back to Chile Trout Lodge, the purple summer lupins had a sprinkling of white snow.
“Last week, it was so hot, my kids were bathing in the lake,” Pancho said, reminding us of the changeable weather in these latitudes. “It can be very cold, sometimes with three seasons within an hour of each other and you need several rods to cope with the conditions,” Larry commented. But there was nothing our guides weren’t prepared for and they showed great patience. “You learn a lot from these guys,” said Larry. “No matter how much you think you know, no matter how old you get, you always learn new tricks about fishing. You never know it all.” Patrick Nixon is a freelance journalist based in Santiago, Chile, and an editor-at-large of Patagon Journal.
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res aficionados como yo, especialmente frente a los fuertes vientos sureños. Al final de la mañana, había capturado ocho hermosas truchas de arroyo con una mosca Fat Albert. Mientras tanto, Pancho había llevado a mi padre a pescar sigilosamente a una pequeña laguna cerrada donde había que agazaparse, lanzar sobre los juncos, y colocar la mosca con cuidado sin alertar a los cautelosos peces. Como recompensa capturó un espécimen común de alrededor 2 kilos con una ninfa de libélula. En nuestro último día, después de abandonar la comodidad de nuestra casita, un motor de 15 caballos propulsó el catamarán de aguas bravas por el lago, luchando contra las olas, el viento en contra, el granizo y la aguanieve. Nos desviamos de las costas rocosas del lago. Los bosques subacuáticos de algas lamían los acantilados, dejando pequeños huecos de agua limpia entremedias, que es donde me indicaron que tenía que poner la mosca. “En Irlanda, nunca te imaginarías poder lanzar sobre algas”, comentaba mi padre. Tras encontrar refugio en una pequeña cala, la borrasca pasó rápidamente y el sol volvió a asomarse entre las nubes. Los
Patagon Journal
cormoranes y águilas chilenas se posaban en los acantilados circundantes mientras las golondrinas se lanzaban al agua, sobrevolando la superficie sin detener el vuelo. Por fin me estaba acostumbrando a estas condiciones y pescamos más de una docena de peces de buen tamaño. Mientras conducíamos de vuelta a Chile Trout Lodge, los lupinos púrpuras veraniegos estaban cubiertos de una fina capa de blanca nieve. “La semana pasada hacía tanto calor que mis hijos se estuvieron bañando en el lago”, dijo Pancho, recordándonos la naturaleza cambiante del clima en estas latitudes. “Puede hacer mucho frío, a veces con una estación diferente a cada hora y necesitas varias cañas para hacer frente a las condiciones”, comentó Larry. Pero no había nada para lo que nuestros guías no estuvieran preparados y demostraron tener mucha paciencia. “Aprendes mucho de esta gente”, dijo Larry. “Da igual cuánto creas saber, da igual la edad que tengas, siempre aprendes nuevos trucos sobre la pesca. Nunca llegas a saberlo todo”. Patrick Nixon es un periodista freelance radicada en Santiago de Chile y editor adjunto de Patagon Journal.
fly fishing
<pesca con mosca>
WHAT TO BRING
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ry flies are mostly used in Aysén, particularly large foam flies like Fat Albert and Chernobyl Ant. But streamers and nymphs are also successful. The trout, mostly browns, caught in the Aysén region range from 1-3 pounds in weight. However in the lakes it is possible to catch fish up to 10-20 pounds. The rods most commonly used are
QUÉ LLEVAR #5 or #6 weight, 8’-9’, though depending on wind conditions a longer rod may be needed. Medium to long leaders are recommended, at least 9’ 2x to 4x. Anglers should come prepared for all weather conditions, even in summer, when temperatures can range between 8-22°c, but it can snow and be very windy.
HOW TO GO
T
here are several daily flights to Balmaceda Airport, located just outside of Coyhaique, and about a 2-hour hop from Santiago. The author of this story fished with Chile Trout Lodge, which is located on the shores of Lago Frio, and about a 20-minute drive from Coyhaique. Run by Karina and Pancho, the lodge caters for up to 8 anglers: visit www.chiletrout. com for more information. There are, of course, sev-
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n Aysén se utilizan sobre todo las moscas secas, en particular las grandes moscas de espuma como Fat Albert y Chernobyl Ant. Pero los streamers y las ninfas también tienen éxito. Las truchas, en su mayoría marrones, que se pescan en la región de Aysén tienen un peso de entre 1 y 2 kilos. Sin embargo, en los lagos es posible capturar peces de hasta 5 a 10 kilos. Las cañas más utilizadas
son las de peso #5 o #6, de 8’-9’, aunque dependiendo de las condiciones de viento se puede necesitar una caña más larga. Se recomiendan los bajos de línea medianos y largos, de al menos 9’ 2x a 4x. Los pescadores deben venir preparados para todas las condiciones meteorológicas, incluso en verano, cuando las temperaturas pueden oscilar entre los 8-22°c, pero puede nevar y ser muy ventoso.
CÓMO LLEGAR eral other fishing lodges in the area worthy of consideration, such as Cinco Rios, La Posada de los Farios and Estancia de los Rios. For a complete list, visit the new website of www. patagonjournal.com. The classic fishing waters to put on your fishing agenda in Aysén include the Simpson, Baker and Cochrane rivers, the Mañihuales and Ñirehuao valleys and the Paloma, Elizalde, Ardilla and Polux lakes.
Patagon Journal
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ay varios vuelos diarios al aeropuerto de Balmaceda, ubicado en las afueras de Coyhaique, y a unas 2 horas de viaje desde Santiago. El autor de esta historia pescó con Chile Trout Lodge, que se encuentra a orillas del Lago Frío, y a unos 20 minutos en coche de Coyhaique. Dirigido por Karina y Pancho, el lodge tiene capacidad para hasta 8 pescadores: visite www.chiletrout.com para más información.
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Por supuesto, hay otros alojamientos de pesca en la zona que merecen ser considerados, como Cinco Ríos, La Posada de los Farios y Estancia de los Ríos. Para una lista completa, visite el nuevo sitio web de www.patagonjournal. com. Las aguas clásicas para pescar en Aysén son los ríos Simpson, Baker y Cochrane, los valles Mañihuales y Ñirehuao y los lagos Paloma, Elizalde, Ardilla y Polux.
mountaineering <montañismo>
The Uncharted Erasmo Glacier El inexplorado glaciar Erasmo Text and photos by PABLO BESSER
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Patagonia still has many places left to explore and discover, places where you can lay down new routes through the wilderness and up mountains. The Erasmo Glacier in Chile’s Aysen region is one such place. La Patagonia todavía tiene muchos lugares por explorar y descubrir, lugares donde se pueden establecer nuevas rutas a través de la naturaleza salvaje y subiendo montañas. El glaciar Erasmo, en la región de Aysén, es uno de esos lugares.
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mages of that winter in 2006 are still engraved in my mind. We were flying at low altitude toward Laguna San Rafael to embark on what would be the first north-to-south winter voyage across the Northern Patagonian Ice Field when through the window of the small plane we saw a huge mass of ice surrounded by impenetrable forests. It was the Erasmo Ice Field, which covers some 165 kilometers (103 miles) and is just 7 kilometers (4.3 miles) from the sea. Inhabited by few people, this spot has long been overlooked, virtually forgotten, by even the most intrepid explorers. But in in a warming world, what in 2006
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a imagen de aquel invierno del 2006 todavía la tengo grabada en mi cabeza. Volábamos a baja altura hacia la laguna San Rafael para iniciar lo que sería el primer cruce invernal en dirección norte-sur del Campo de Hielo Patagónico Norte cuando a través de la ventanilla de la avioneta apreciamos una enorme masa de hielo rodeada de bosques impenetrables. Era el Campo de Hielo Erasmo, de unos 165 kilómetros de área y a escasos 7 kilómetros del mar. Habitado por un puñado de pobladores, este rincón se ha mantenido oculto y olvidado incluso entre los exploradores
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was a firm glacier surrounded by walls of rock is today a lake dotted with icebergs surrounded by a granite cirque. The approach would be logistically complex in terms of the mountain equipment involved, but also in terms of crossing the lake with packrafts – or light-weight, easily transportable and water-resistant boats – that would be a unique advantage to us in this kind of environment. Accompanied by Tomás Torres and Juan Francisco Bustos, we went by speedboat from Bahía Exploradores to the end of Cupquelán Fjord. There, we began our incursion toward the uncharted and the unknown.
más intrépidos. Pero lo que el 2006 era un glaciar rodeado de paredes de roca es hoy un lago salpicado de icebergs envuelto por un circo granítico. La aproximación implicaba una logística compleja en equipo de montaña, pero también de navegación en packrafts, botes resistentes y livianos de gran portabilidad que nos entregarían grandes ventajas en ese entorno.
Hacia lo inexplorado
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esde bahía Exploradores navegamos en lancha rápida junto a Tomás Torres y Juan Francisco Bustos hasta el final del fiordo Cupquelán. Allí comenzó nuestra incursión hacia lo desco-
mountaineering <montañismo>
In an era of climate change, glacial lakes are expanding in Patagonia. Packrafting makes mountaineering in places like Erasmo a much more practical effort. En una época de cambio climático, los lagos glaciales se están expandiendo en la Patagonia. Packrafting hace que el montañismo en lugares como Erasmo sea un esfuerzo mucho más práctico.
With occasionally warm temperatures, we went up the valley of the Río Sorpresa and then the small and narrow El Pájaro Estuary. Clad in our dry suits, we alternated between one shore and the other: the forest was impassable. It took a little over 20 crossings to make it up the rushing stream, which at times forced us to walk through the middle of the coursing water or through pools where the water came up to our necks. We went on like that for almost three days. But every effort has its reward. After crossing three small lagoons with the packrafts, we came upon Erasmo Glacier’s frontal lake, which suddenly falls into waters-tinged gray by sediment and finds itself surrounded by an amphitheater of enormous granite walls and a glimmering forest. It seemed like we could take it all in with one look from where we were, and we felt privileged as we put up our tents. A short morning row between icebergs left us on the other side of the lake, after which we got onto the glacier. We ended the day in a beautiful lagoon next to the ice field, unable
to imagine the ungrateful company that would arrive from the Pacific Ocean. The temperature changed drastically, and it rained for four consecutive days. We were immobilized. Routine set in and took over our days. Our “mini quarantine” was split between playing cards, sleeping, reading, eating and going to the bathroom. Going out to conquer a mountain seemed pointless: when we looked up, we saw nothing. The clock kept ticking, and we began to grow impatient. But our greatest concern was El Pájaro stream. The large amount of rain had us fearing the worst for our descent. We took a chance and decided to go out with our equipment and twodays-worth of food. We reached the ice field plateau via a small adjacent glacier and we set up camp at 1,150 meters. That same afternoon we ascended an unnamed mountain nearby, which we called Mirador del Erasmo. That same night, the weather improved and by dawn we left for the principle peak some three kilometers south of the camp. As we crossed snow-covered slopes and crevasses,
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the clouds caught up to us once more and the ascent turned into a stumbling search for the peak. Being in a large blank spot labeled “without stereoscopic vision,” neither the GPS nor the map were any use. Climbing different mountains, on the third attempt we found the highest one. As of now, this is Mount Teresa (6,388 feet), named for the homonymous river that runs to the east. But the most difficult part was yet to come. Just before getting to El Pájaro estuary the rain returned, feeding our biggest fears. In addition to the pronounced decline, there was a violent current making the descent in packraft unviable. The stream had become a river, the crossings had become extremely difficult, and several of them required the use of ropes. During one of the many crossings, Tomás left his backpack on the bank, and while he was turning back, we watched in slow-motion as it fell into the water. Our shouts were imperceptible and drowned out by the roar of the current. The backpack and other items disappeared in seconds, along with the tent and the camp stove. Fatigue
Lakes are not the only obstacle to overcome in the Patagonian wilderness. Los lagos no son el único obstáculo a superar en la naturaleza patagónica.
nocido e inexplorado. Con un tiempo a ratos corriendo, y la impaciencia empezó a crecer. mos la más alta. Desde ahora será el monte cálido, remontamos el valle del río Sorpresa y Pero la mayor preocupación estaba puesta Teresa (1.947m), por el río homónimo que luego el pequeño y estrecho estero El Pájaro. en el arroyo El Pájaro. Tanta lluvia nos hacía corre hacia el este. Forrados con nuestros trajes secos alternamos temer lo peor para el descenso. Pero lo más complejo estaba por venir. entre una orilla y otra: el bosque era intranHicimos nuestra apuesta: salir con equiJusto antes del estero El Pájaro la lluvia reapasitable. Fueron poco más de 20 cruces para pamiento y comida para dos días. Accedireció alimentando nuestros mayores temores. subir el caudaloso arroyo, que por momentos mos a la meseta del campo de hielo por un Al pronunciado desnivel ahora se le sumaba exigía caminar por la mitad del cauce o por pequeño glaciar lateral y establecimos el una corriente violenta que hacía inviable un pozones donde el agua llegaba hasta el cuello. campamento a 1.150 metros. Esa misma descenso en packraft. El arroyo se convirtió en Así anduvimos por casi tres días. tarde ascendimos, a medio filo, una innorío, los cruces se volvieron extremadamente Pero todo esfuerzo tiene su recompensa. minada montaña cercana que llamamos difíciles y varios de ellos requirieron el uso de Tras cruzar tres pequeñas lagunas con los Mirador del Erasmo. cuerdas. En uno de los tantos cruces, Tomás packrafts, nos topamos de dejó su mochila en el borde frente con el lago frontal y mientras se daba vuelta la del glaciar Erasmo, que vimos caer en cámara lenta al cae de golpe al agua gris agua. Nuestros gritos fueron teñida por los sedimentos, imperceptibles, ahogados por y se encuentra rodeado por el estruendo de la corriente. un anfiteatro de enormes La mochila desapareció en paredes de granito y un segundos, entre otras cosas bosque destellante. Todo con la carpa y la cocinilla. El parece abarcable con una cansancio le había jugado simple mirada, y mientras una mala pasada, y Tomás, armábamos la carpa nos todavía blanco como el papel, sentimos privilegiados. ya daba todo por perdido. La Una corta remada matutinoche se veía oscura, y sobre na entre icebergs nos dejó al todo muy fría. otro lado del lago, tras lo cual Pero lo empujé a contiA topographic map of the Erasmo Glacier. Un mapa topográfico del Glaciar Erasmo. nos montamos en el glaciar. nuar. La mochila podía estar Coronamos el día en una hermosa laguna Esa misma noche el tiempo mejoró y por ahí, y así fue: tres o cuatros curvas junto al campo de hielo, sin ser capaces de de madrugada partimos hacia la cumbre después yacía enganchada entre unas pieimaginar la ingrata compañía que llegaría principal, unos tres kilómetros al sur del dras. Un milagro. Más abajo el río parecía desde el océano Pacífico. El tiempo cambió campamento. Cruzando laderas de nieve y navegable, aunque era el único que pensaba drásticamente y llovió cuatro días seguidos. algunas grietas las nubes nos alcanzaron así. Hasta que los otros dos también se Estábamos inmovilizados. La rutina se nuevamente y el ascenso se convirtió en una animaron. Empezamos a inflar los botes, apoderó de cada jornada. Entre jugar a carrera por encontrar casi a tientas la cima. pero Bustos se quedó congelado. “Lo perdí”, las cartas, dormir, leer, comer e ir al baño Estando en una gran mancha blanca etidijo mientras lo mirábamos atónitos. Y fue pasamos nuestra mini cuarentena. Salir a quetada como “sin visión estereoscópica”, imposible encontrarlo. Ya antes al mismo conquistar una montaña carecía de sentido: ni el GPS ni el mapa eran útiles. Subiendo Bustos habíamos tenido que rescatarlo no se veía nada hacia arriba. El reloj seguía diversas lomitas, al tercer intento encontramediante una improvisada tirolesa.
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“After crossing with the packrafts, we came upon Erasmo Glacier’s frontal lake, which suddenly falls into waters-tinged gray by sediment and finds itself surrounded by an amphitheater of enormous granite walls and a glimmering forest.” “Tras cruzar con los packrafts, nos topamos de frente con el lago frontal del glaciar Erasmo, que cae de golpe al agua gris teñida por los sedimentos, y se encuentra rodeado por un anfiteatro de enormes paredes de granito y un bosque destellante.”
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“Erasmo, a lost and forgotten, yet not far-off, place in Patagonia.” “Erasmo, un rincón perdido y olvidado, pero cercano en la Patagonia”.
had played its trick on him, and Tomás, still white as a sheet, was already losing hope. The night felt dark and above all very cold. But I pushed him to continue on. The backpack could be there, and so it was: three or four bends later it lay caught between some rocks. A miracle. Farther below the river looked navigable, although I was the only one who thought so. Until the other two also took heart. We began inflating the boats, but Bustos remained frozen. “I lost it,” he said as we stared at him in astonishment. And it would be impossible to find it. We had already needed to rescue Bustos himself using an improvised zipline. They would walk to the camp, and I said goodbye as I rowed downriver. Upon arriving at the Río Sorpresa, I noticed the landscape had changed: its flow rate had increased by a factor of three. My oars became useless and the current played with me while the wind threw me to the other side. The capsize was imminent. But I managed to endure and dodge some trees that looked like sharks in the water. After five days fighting with the river, and having received my fill of suspense, we arrived at the sea. There had been 90 kilometers of new territory explored, two first peaks, and 19 days of adventure.
A second chapter
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lthough mountaineering in Patagonia is associated with difficult mountains, technical climbing and adverse weather conditions, there is still room for classic exploration mountaineering. Here, resolving the simple problem of reaching the mountain without the help of reports or prior experience turns out to be more important than the climb itself. And after our 2017 trip we felt that the Erasmo still had a lot to offer. Accompanied by Tomás Torres and Alonso Fuentes, this time we decided to explore the southeast approach. We entered the Río Exploradores valley until it joined with the Río Teresa and waited four days in a shed with Don Ali Bopp, who lives there, until it stopped raining and the flow rate decreased. We finally left on horseback, going farther along the protracted valley that extends a little more than 20 kilometers (12.4 miles). It was two days full of river-crossings, rebellious horses and urban horsemen little accustomed to riding.
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Now without the animals, carrying enormous backpacks through the upper part of the valley, which ends in a wide area of glaciers and rock walls of very low quality, we looked for the access. Nobody had entered the ice from that point, but an abrupt and steep moraine with an interminable transport seemed to be the entry point. Two arduous days hauling the gear left us on the Erasmo glacier plateau, an impressive plain measuring some 5 kilometers (3 miles) wide and leading to the Río Murta valley to the east and facing the Pacific from its heights to the west. The following day we set out for the main peak, but some low clouds and a strong wind kept us from making it very far. That same afternoon there was some clearing and we set off for a small nearby peak, rising 1,726 meters (5,663 feet), which we dubbed Don Bigote in honor of one of Ali’s horses. During the night, bad weather came to accompany us for two days which we dedicated to rest and playing cards. We set out once again. In four hours, we crossed the plateau heading north and began to follow a series of small hills of snow and ice. Surrounded by clouds, we oriented ourselves using GPS and occasional clues from the geography. A long descent of ice took us to a small terrace with a very curious rock formation, and after passing through an ice ridge, we reached the 1,803-meter (5,915 feet) summit of Don Antonio (named for the deceased Senator Horvath). A beautiful, small, and very aerial summit. Although our initial plan was to make our descent via the Río Murta, the panoramic view from the heights left us feeling daunted: the glacier plummeted and was enclosed by volatile walls of rock. It looked like an alley with no exit, and since time was precious, we decided to retrace our route, following the course of the Río Teresa first by foot, and then using our packrafts. We relished each rapid and turn, as well as the warm and comfortable temperatures coming after days marked by rain, cold, and ice. It was a fitting end: two classic mountaineering expeditions to a lost and forgotten, yet not far-off, place in Patagonia. A place that lets it be known that in this region there are still sites that one can access while also feeling like a pioneer.
The author and his crew in their two expeditions to the Erasmo Glacier made three first ascents, naming their conquests Mirador del Erasmo, Mount Teresa and Don Bigote. El autor y su equipo en sus dos expediciones al Glaciar Erasmo realizaron tres primeras ascensiones, nombrando sus conquistas Mirador del Erasmo, Monte Teresa y Don Bigote,
Ellos caminarían hasta el campamento, y me despedí remando río abajo. Al llegar al río Sorpresa, el escenario era otro: había aumentado tres veces su caudal. Mis remadas se volvieron estériles y la corriente jugaba conmigo mientras el viento me tiraba para el lado contrario. El volcamiento era inminente. Pero logré aguantar y esquivar algunos árboles que se asomaban como tiburones por entre el agua. Tras cinco días de lucha con el río, y harto suspenso, llegamos al mar. Fueron 90 kilómetros de nuevo terreno explorado, dos primeras cumbres y 19 días de aventuras.
Un segundo capítulo
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unque el montañismo en la Patagonia está asociado con montañas difíciles, escalada técnica y meteorología adversa, todavía hay espacio para el alpinismo clásico de exploración. Aquí, resolver el simple problema de acceder al cerro sin ayuda de informes o experiencias previas resulta más relevante que el ascenso en sí mismo. Y tras nuestro viaje del 2017 sentíamos que el Erasmo aún ofrecía mucho. Junto a Tomás Torres y Alonso Fuentes decidimos esta vez explorar el acceso sureste. Entramos al valle del río Exploradores hasta la confluencia con el río Teresa, y con don Ali Bopp, quien vive allí, esperamos en
un galpón por cuatro días para que dejara de llover y bajara el caudal. Por fin partimos a caballo internándonos en el largo valle de poco más de 20 kilómetros. Fueron dos jornadas llenas de cruces de ríos, caballos rebeldes y jinetes citadinos poco acostumbrados a las cabalgatas. Ya sin los animales, cargados con mochilas enormes por la parte superior del valle, que termina en una amplia zona de glaciares y paredes rocosas de muy mala calidad, buscamos el acceso. Nadie se había metido al hielo por ahí, pero una abrupta y empinada morrena con un interminable acarreo parecía ser la puerta de entrada. Dos arduos días porteando la carga nos dejaron en la meseta de hielo del Erasmo, una impresionante llanura de unos cinco kilómetros de ancho que al este conduce al valle del río Murta y al oeste encara desde las alturas el Pacífico. Al día siguiente intentamos llegar a la cumbre principal, pero unas nubes bajas y un fuerte viento nos impidieron ir muy lejos. Esa misma tarde aclaró un poco y partimos hacia una pequeña cima aledaña, que bautizamos como Don Bigote, de 1.726 metros, en honor a un caballo de don Ali. Por la noche, el mal tiempo llegó para acompañarnos durante dos días que destinamos a descansar y jugar cartas.
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Volvimos a salir. En cuatro horas cruzamos la meseta hacia el norte y comenzamos a seguir una serie de pequeños cerros de nieve y hielo. Rodeados de nubes, nos orientábamos con el GPS y con breves atisbos de la geografía. Una larga pendiente de hielo nos llevó a una pequeña terraza con una formación rocosa muy curiosa, y a través de una cresta de hielo coronamos la cumbre de 1.803 metros del cerro Don Antonio (por el fallecido senador Horvath). Una cima hermosa, pequeña y muy aérea. Pese a que nuestra idea inicial era descender por el río Murta, desde las alturas el panorama se veía desalentador: el glaciar caía a pique encerrado por inestables paredes de roca. Parecía un callejón sin salida, y como el tiempo escaseaba, optamos por rehacer la ruta, primero siguiendo el curso del río Teresa a pie y luego sobre nuestros packrafts. Disfrutamos cada rápido y vuelta con un tiempo cálido y reconfortante luego de días marcados por la lluvia, el frío y el hielo. Fue el cierre idóneo: dos exploraciones de montañismo clásico en un rincón perdido y olvidado, pero cercano en la Patagonia. Un lugar que da cuenta que todavía permanecen por allí sitios a la mano y en los que uno puede sentirse como un pionero.
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<historia>
Discovering the Strait of Magellan
Descubriendo el Estrecho de Magallanes 52
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A veteran sailor of the southernmost passage between South America and Tierra del Fuego Island reflects on the 500th anniversary of its discovery. Un veterano marinero del paso más meridional entre América del Sur y Tierra del Fuego reflexiona sobre el 500 aniversario de su descubrimiento.
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JAIME MCINTYRE
By JAIME MCINTYRE Photos by CLAUDIO VIDAL and JAIME MCINTYRE
elcome to Chile!” are the first words we typically say to the captains of the vessels we board as they enter Chilean waters from the Atlantic through the eastern mouth of the Strait of Magellan. I am a maritime pilot, a mariner designated by Chile’s Maritime Authority to provide navigational assistance to ships that are about to plot their course through this intricate labyrinth of islands at the end of the world. The journey starts at the Straits and then continues north through the Patagonian channels. In 1520, 500 years ago, the Portuguese explorer Ferdinand Magellan entered this same strait, which now bears his name. He opened a route that today is a required passage in the Southern Hemisphere for any boat that wishes to pass safely from one ocean to another and avoid the always-dangerous Cape Horn. Magellan came here in search of a route to the West Indies, a task left unfinished by Christopher Columbus when he encountered the American continent. Between 1506 and 1509, the publications of explorer Amerigo Vespucci made it clear to the whole world that what Columbus had discovered was a new and unknown continent, not a route to the Indies. This encouraged more explorers to search for a passage between the two oceans. The expedition organized and carried out by Magellan was the first to be successful. But they didn’t just discover the Strait. Other very important historical milestones came as a result of this
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ienvenidos a Chile!!”, suelen ser las primeras palabras que intercambiamos con el Capitán al embarcarnos en su nave que viene recién entrando a aguas chilenas provenientes del Atlántico, a través de la boca Oriental del Estrecho de Magallanes. Somos dos Prácticos de Canales que hemos sido designados por la Autoridad Marítima para asesorar la navegación de este buque por el intrincado laberinto del sur de Chile, comenzando por el estrecho y continuando después por los canales patagónicos en dirección norte. Hace exactamente 500 años atrás, el navegante portugués Hernando de Magallanes entraba al mismo estrecho que hoy lleva su nombre, abriendo por primera vez una ruta que hoy en día es paso obligado en el hemisferio sur para todas las naves que requieren pasar de un océano a otro en forma segura, en vez de hacerlo por el siempre peligroso Cabo de Hornos; Magallanes llegaba a este lugar en busca de una ruta a las indias por el occidente, tarea que Cristóbal Colón había dejado inconclusa al encontrarse en su trayecto con el continente americano. Recién entre 1506 y 1509 a través de las obras publicadas por el navegante Américo Vespucci, quedó claro para el mundo entero que lo descubierto por Colón era un nuevo y desconocido continente, y no una ruta a las Indias, lo que motivó nuevas expediciones para buscar el paso entre ambos océanos, siendo la expedición organizada y ejecutada por Magallanes la primera en tener éxito. Pero no solo descubrieron dicho estrecho; como con-
history
<historia>
CLAUDIO VIDAL
Black-browed Albatross. El albatros de ceja negra.
CLAUDIO VIDAL
CLAUDIO VIDAL
Above / Arriba: Magellanic penguin and a sea lion swimming in the Strait. Pingüino de Magallanes y un lobo marino nadando en el Estrecho.
adventurous voyage, including the discovery of a new country (later named “Chile”) and the areas known today as Patagonia, Tierra del Fuego, and the Pacific Ocean itself, which was called the South Sea at the time. The name Patagonia, according to some versions, originated from the first meeting between the Tehuelches (or Aonikenk) indigenous peoples of eastern Patagonia and Magellan’s explorers. With their huge footprints, the indigenous people appeared as giants to the explorers. The expedition, which was largely made up of Portuguese, called the indigenous people “patagaos,” which means “big foot” in that language. In Spanish this translates as “patagones” and eventually the region became known as “Patagonia,” or land of the big foots. After negotiating the strong currents of the narrows, the route takes us through a wide section of the Strait to the city of Punta Arenas, capital of the Magallanes region. Founded in 1848, the city grew explosively toward the end of the 19th century as it became a major trade route, largely thanks to the advent of steam power. Many ships took this route carrying products from Europe to the west coast of the Americas. But this wasn’t the first attempt at establishing a human settlement in the Strait. At the end of the 16th century, a little to the south of Punta Arenas in a place now called Puerto del Hambre (Port Famine), one of the most tragic episodes in the Strait’s history took place. Some 300 colonists, including women and children, were left there to populate and protect the bi-oceanic corridor from Spain’s enemies. Due mainly to inclement weather, illness, and a lack of food, they all died within three years of arrival. Another 300 years would pass until the Chilean government decided to populate the area, founding the cities of Punta Arenas and, later, Porvenir in Tierra del Fuego. The view of the Patagonian coastline we see today isn’t very different from what Magellan would have seen when he first sailed through these waters. Apart from the cities and industrial activities, man’s footprint on this land is almost unnoticeable in the immensity of the Magellan pampas. This becomes even more apparent as we head farther west, where the landscape of the Patagonian plains slowly changes into an intricate array of islands and increasingly high mountains, all of which are constantly whipped by the west winds that predominate throughout
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Patagon Journal
secuencia de esta afanosa búsqueda, hubo otros hitos históricos muy relevantes, como el descubrimiento por el sur de un nuevo país (posteriormente bautizado como “Chile”), el descubrimiento y bautizo de zonas ahora mundialmente famosas, como Patagonia, la isla Tierra del Fuego y el propio Océano Pacífico, conocido hasta entonces como Mar del Sur. La historia particular del bautizo de “Patagonia”, según cuentan algunas versiones, tiene su origen en el primer encuentro entre Tehuelches o Aonikenk, habitantes originarios de la Patagonia Oriental, y los exploradores de Magallanes; estos últimos caracterizaron a los indígenas como verdaderos gigantes y sus huellas dejaban de manifiesto el gran tamaño de sus pies. Como muchos de los expedicionarios eran de origen portugués, fueron denominados “patagaos”, lo que en su idioma significa “de pie grande”; los españoles se referían a ellos como “patagones” y denominaron “Patagonia” la tierra donde habitaban. Luego de cruzar dos correntosas angosturas, siguiendo los mismos pasos de Magallanes en su tránsito hacia el Pacífico, la ruta nos lleva por un sector ancho del estrecho donde hoy está emplazada la ciudad de Punta Arenas, capital de la región de Magallanes. Fundada en 1848, tuvo un explosivo crecimiento hacia fines del Siglo XIX, cuando el tránsito por esta ruta se hizo cada vez más importante, principalmente gracias al advenimiento de la propulsión a vapor, lo que significó que un gran número de naves transitaran por este lugar con productos provenientes de Europa, teniendo como destino final los puertos de la costa occidental de América. Pero éste no fue el primer intento de asentamiento humano en el estrecho. A finales del Siglo XVI, en un sitio ubicado poco más al sur de Punta Arenas, ahora denominado Puerto del Hambre, tuvo lugar una de las historias más trágicas del estrecho, cuando 300 colonos incluyendo mujeres y niños fueron dejados ahí para poblar y proteger el paso bioceánico de los enemigos de España; debido principalmente a las inclemencias del tiempo, las enfermedades y la falta de alimentos, todos ellos perecieron tres años después de haber sido dejados en el lugar. De este modo, pasaron casi 300 años en que se no se volvió a poblar el estrecho, hasta que lo hizo el gobierno de Chile, fundando
CLAUDIO VIDAL
“The view of the Patagonian coastline we see today isn’t very different from what Magellan would have seen when he first sailed through these waters.” “El escenario que vemos hoy al navegar por estas aguas no es muy distinto de lo que observara por primera vez Magallanes”.
CLAUDIO VIDAL
Humpback whales and other wildlife abound in the Strait of Magellan. Las ballenas jorobadas y otra fauna abundan en el Estrecho de Magallanes. CLAUDIO VIDAL
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<historia>
JAIME MCINTYRE
Today, approximately 1,500 ships each year go around South America from the Atlantic or Pacific Oceans. It offers an inland passage protected from major ocean storms.
Hoy en día, aproximadamente 1.500 barcos cada año recorren Sudamérica desde los océanos Atlántico o Pacífico. Ofrece un paso interior protegido de las tormentas oceánicas.
JAIME MCINTYRE
the year. In this lonely place, our only company are the lighthouses and Chilean naval personnel that are permanently stationed here to control maritime traffic and come to the rescue if needed. Some of these light-
houses were installed near the end of the 19th century to guide the increasing number of ships that were passing through. Today, most of them are national monuments but still continue to serve their important purpose.
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JAIME MCINTYRE
las ciudades de Punta Arenas y posteriormente Porvenir, en Tierra del Fuego. El escenario que vemos hoy al navegar por estas aguas no es muy distinto de lo que observara por primera vez Magallanes.
Patagon Journal
Aparte de las ciudades y ciertas actividades productivas, la inmensidad de la pampa magallánica vista desde el estrecho hace que la mano del hombre prácticamente pase desapercibida y esto es más notorio a medida
“Sometimes the sun illuminates every corner of this landscape, creating the most incredible and beautiful postcard views that only nature can provide.” “A veces el sol ilumina cada uno de sus rincones, regalándonos las postales más increíbles y hermosas que la naturaleza haya brindado”.
CLAUDIO VIDAL
Almost 24 hours after entering the eastern mouth of the Strait, we find ourselves a few miles from passing into the Pacific Ocean, which usually means encountering adverse weather conditions. However, thanks to the route plotted by Magellan and subsequent explorations, ships can now navigate north through the sheltered Patagonian channels, avoiding the hazardous southern Pacific seas while protecting their crews, cargo, and vessels from harsh weather. This is a welcome option for any crew that has ever experienced fierce seas. And that is where we come in. It is the job of maritime pilots, veterans of the Chilean Navy that have more than 30 years of experience at sea, to come aboard and put our knowledge into practice and safely guide ships of all sizes through the maritime routes of the Patagonian channels. Five hundred years after its discovery, the extraordinary beauty and unblemished nature of the Strait of Magellan continues to mesmerize all who sail through its waters. Those of us who have the privilege to regularly travel here and chart the same course that Magellan and his crew once did remain in awe of what they achieved given the rudimentary navigational resources they had at their disposal. Every trip is different from the last, and nature never fails to surprise. Sometimes it is the sheer power of the southern winds that buffet even the largest of ships, while other times it is the sun illuminating every corner of this landscape, creating the most incredible and beautiful postcard views that only nature can provide.
que avanzamos hacia el occidente, donde las planicies patagónicas de uno y otro lado del Estrecho van cambiando lentamente, hasta que la geografía se transforma en un intrincado nudo de islas y cerros cada vez de mayor altura, siempre azotados por vientos de dirección oeste que predominan durante todo el año. En esta soledad solo nos acompañan los faros y el personal naval asignado a las estaciones de control de tráfico marítimo que la Armada de Chile, en su función permanente de brindar seguridad a la navegación, tiene desplegadas a lo largo de esta ruta, permitiéndonos saber dónde, cuándo y con quien nos cruzaremos en nuestro trayecto. Algunos de estos faros fueron instalados a finales del Siglo XIX cuando el aumento del tráfico de buques hizo necesario contar con una adecuada señalización marítima para apoyar a los navegantes; hoy, la mayoría de ellos son monumentos nacionales y siguen cumpliendo su importante labor. Casi 24 horas después de haber iniciado la navegación en la boca oriental del estrecho, nos encontramos a pocas millas de salir al Pacífico, con todo lo que ello implica en cuanto a las normalmente adversas condiciones climáticas. Pero gracias al descubrimiento del insigne navegante portugués y a las consecuentes exploraciones que vinieron tiempo después, los navegantes de hoy tenemos la oportunidad de poder continuar nuestra navegación al norte bajo la protección que nos brinda la geografía, a través de los canales de la Patagonia Insular, sin necesidad de exponernos a las bravezas
Patagon Journal
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del Pacífico austral. Desde esta verdadera puerta de entrada a los canales patagónicos que representa el Estrecho de Magallanes, los buques pueden continuar navegando seguros, protegiendo a sus dotaciones, la carga y el propio buque de las inclemencias del tiempo, lo cual es siempre bienvenido por las tripulaciones provenientes de todas partes del mundo que saben lo que significa navegar por aguas tormentosas. Para eso estamos a bordo los Prácticos de Canales, marinos con una vasta trayectoria de más de 30 años en el mar, provenientes de la Marina Mercante y de la Armada de Chile que ponen todos sus conocimientos y experiencia para conducir naves de cualquier tipo en forma segura por las vías marítimas que forman los canales de la Patagonia. A 500 años de su descubrimiento, el Estrecho de Magallanes sigue sorprendiendo a quienes lo navegan, por su extraordinaria belleza y por lo intacto que se encuentra gran parte de la naturaleza que lo rodea. Aquellos que tenemos el privilegio de poder transitar regularmente sus aguas y seguir la misma ruta descubierta por Magallanes y sus hombres, admiramos la magnitud de lo que lograron con los escasos medios disponibles en la época, y también nos asombramos en cada navegación, muy distinta una de otra, con la naturaleza que se revela ante nosotros, muchas veces a través de la fuerza de los temporales tan propios de esta zona, y otras permitiendo que el sol ilumine cada uno de sus rincones, regalándonos las postales más increíbles y hermosas que la naturaleza haya brindado.
photo essay
<ensayo fotográfico>
The Beautiful, Rugged Patagonia LA HERMOSA Y DURA PATAGONIA By TOMÁS MUNITA
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n 2012, Tomás Munita converted an old Mercedes Benz van into a motor home and set off with his wife and children to explore Patagonia for three months. A photographer who has won dozens of prestigious international awards for his photography documenting wars, disasters, environmental pollution and more around the world, he decided to take a pause from his work as a regular photographer for The New York Times. Instead, he grabbed the gift of time and headed south from his native Santiago. The trip lit a fire. “I immediately fell in love with Patagonia, with the landscape, culture, sense of time and wildness,” he says. Since then, he has gone on several other trips to Patagonia with his family, on his own, or on assignment for National Geographic and The New York Times. So far, the subjects of his camera have included the gaucho life, like the fascinating trip he went on with a group of
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n 2012, Tomás Munita convirtió un viejo furgón Mercedes Benz en una autocaravana y partió con su esposa e hijos a explorar la Patagonia durante tres meses. Este fotógrafo que ha ganado docenas de prestigiosos premios internacionales por su trabajo documentando guerras, desastres, contaminación ambiental, entre otros temas alrededor del mundo, decidió hacer una pausa en su trabajo como fotógrafo habitual del The New York Times. En cambio, con este tiempo en sus manos, se dirigió hacia el sur, desde su natal Santiago. El viaje encendió un fuego. “Inmediatamente me enamoré de la Patagonia, del paisaje, la cultura, el sentido del tiempo y la naturaleza”, dice. Desde entonces, ha realizado otros viajes a la Patagonia con su familia, por su cuenta o por encargo de National Geographic y The New York Times. Hasta ahora, su cámara ha capturado la vida de los gauchos, durante el fascinante viaje que realizó con un grupo de vaqueros patagónicos en busca de toros salvajes
Left / Izquierda: Gauchos pause in their search for cattle on Antonio Varas Peninsula. Unos gauchos hacen un alto en su búsqueda de reses en la península de Antonio Varas.
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Above / Arriba: Unloading sheep in Tierra del Fuego, Chile. Arreo de ovejas en Tierra del Fuego, Chile. Right / Derecha: Branding livestock in Estancia Mercedes, in Cerro Castillo, Chile. Marcando ganado en Estancia Mercedes, en Cerro Castillo, Chile.
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photo essay
<ensayo fotográfico>
Captured wild horse in Tierra del Fuego. Caballo salvaje capturado en Tierra del Fuego.
Patagonian cowboys in search of wild bulls at Last Hope Sound in Magallanes; observing sheep shearing in Tierra del Fuego; joining a horse tamer on trips into the backcountry; and documenting the conservation initiatives of Tompkins Conservation. The photos in this essay reveal the tough yet kind character of the Patagones who make their livelihood in the rugged countryside. Enduring long periods of isolation tending to their animals with their dogs and horses, Tomás says they are always friendly and welcoming. “I enjoyed so much traveling those long distances in their
company. Traveling by horse is like traveling in slow motion, everything happens slowly, there is time for every little detail. For someone coming from the city this is a surreal way of connecting to nature, to oneself, to the horse that is carrying you and the people you are sharing with.” Tomás has also learned from his time in Patagonia the joys of camping without a tent and intends to be back for more adventures under the stars, post-pandemic, to once more slow down and appreciate “no electricity, no network, just huge dynamic landscapes, animals, wind, a friend, fire and time.”
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en el Seno Última Esperanza en Magallanes; la esquila de ovejas en Tierra del Fuego; acompañando a un domador de caballos en viajes al interior del país; y las iniciativas de conservación de Tompkins Conservation. Las fotos de este ensayo revelan el carácter fuerte pero amable de los patagones que se ganan la vida en el escarpado campo, soportando largos períodos de aislamiento mientras cuidan a sus animales con sus perros y caballos. Tomás dice que siempre son amigables y acogedores: “disfruté mucho viajando esas largas distancias en su compañía. Viajar a caballo es como viajar
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en cámara lenta, todo sucede lentamente, hay tiempo para cada pequeño detalle. Para alguien que viene de la ciudad es una forma surrealista de conectarse con la naturaleza, con uno mismo, con el caballo que te lleva y con la gente con la que compartes”. Tomás también ha aprendido de su tiempo en la Patagonia, de lo placentero de acampar sin tienda de campaña y tiene la intención de volver para más aventuras bajo las estrellas, tras la pandemia, para una vez más detenerse y apreciar. “No hay electricidad, no hay red, sólo enormes y variantes paisajes, animales, viento, un amigo, fuego y tiempo”.
photo essay
<ensayo fotográfico>
On this page / En esta página: Bagualero setting traps for wild horses in Tierra del Fuego. Bagualero estableciendo trampas para caballos salvajes en Tierra del Fuego. Tying a captured feral bull. Atando un toro salvaje capturado. Huemuls at Patagonia National Park, Chile. Humueles en el Parque Nacional Patagonia, Chile.
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Above / Arriba: A gaucho looking for baguales, or wild cattle, in Chile’s Last Hope Sound. Un gaucho se dirige a la zona de búsqueda de baguales, o ganado salvaje, en el Seno Última Esperanza de Chile.
Above / Arriba: Two gauchos making camp in Last Hope Sound. Dos gauchos haciendo campamento en el Seno Última Esperanza. Right / Derecha: A gaucho taking horses over a cliff at Last Hope Sound. Un gaucho pasando caballos sobre un acantilado en el Seno Última Esperanza.
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A puma hunter in Patagonia. Un cazador de pumas en la Patagonia.
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photo essay
<ensayo fotográfico>
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<ensayo fotográfico>
A snowy landscape in Tierra del Fuego. Un paisaje nevado en Tierra del Fuego.
Above / Arriba: Eyes closed, in Tierra del Fuego. Ojos cerrados, en Tierra del Fuego. Left / Izquierda: Horses in Magallanes, Chile. Caballos en Magallanes, Chile.
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Life in the Tierra del Fuego countryside. La vida en el campo de Tierra del Fuego.
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Argentina’s Hidden Southern Coast La costa sur escondida de Argentina Drive across the dry Patagonian steppe in Argentina toward the eastern horizon and there are places along the coast of Chubut and Santa Cruz not to be missed. Manejar por la seca estepa de la Patagonia argentina en dirección Este, para llegar a los imperdibles de la costa de Chubut y Santa Cruz. By WAYNE BERNHARDSON
T
he main highway, Ruta 3, which runs northsouth from Buenos Aires to Tierra del Fuego, traverses a landscape of ground-hugging shrubs and grasses with a handful of cities, occasional roadside settlements, and infrequent truck stops. The Chubut province steppe is a natural history treasure that was once covered with subtropical forests and inhabited by dinosaurs that today is marked by paleontological sites and museums. Along the northern coast lies the high-
profile Península Valdés, with its abundant and accessible penguin colonies, shorebirds and marine mammals. There is Punta Tombo, which has gained fame for one of the continent’s largest penguin colonies. Instead, consider a detour to destinations where the coastal experience becomes even more intimate and rewarding. Authorities long ago rerouted the road to avoid coastal settlements and ports to expedite overland commerce between Buenos Aires and the distant south. That’s good for business,
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a Ruta 3 es la carretera principal que va de Norte a Sur, desde Buenos Aires a Tierra del Fuego, atraviesa paisajes con arbustos a ras de suelo, pastizales y un puñado de ciudades entre medio, con algunos asentamientos ocasionales a orilla de carretera y una que otra parada de camiones. La estepa de la provincia de Chubut es un tesoro natural histórico, la cual alguna vez estuvo cubierta de bosque subtropical, habitado por dinosaurios que hoy es representado con sitios paleontológicos y museos. A lo
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largo de la costa norte, se encuentra la reconocida Península Valdés, con sus abundantes y accesibles colonias de pingüinos, aves costeras y mamíferos marinos. Allí se ubica Punta Tombo, que ha ganado fama por albergar la mayor colonia de pingüinos del continente. Por otro lado, consideré la posibilidad de desviarse a destinos en los que la experiencia costera se vuelve aún más íntima y gratificante. Hace un tiempo atrás, las autoridades redirigieron la carretera para evitar los asentamientos
destinations <destinos>
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Pico Salamanca.
“Consider a detour to destinations where the coastal experience becomes even more intimate and rewarding.” “Consideré la posibilidad de desviarse a destinos en los que la experiencia costera se vuelve aún más íntima y gratificante”.
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but it’s also a plus for visitors seeking access to more remote attractions in an already remote region. In 1979, for instance, I’d crossed the steppe from Chile with a German couple in a VW camper and the first Argentine city I ever visited was Comodoro Rivadavia — but I saw little more than the sprawling roadside truck stop where I eventually hitched a lift all the way to Tierra del Fuego.
Gateway to the Southern Coast
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omodoro’s motto at that time was “A City with Energy” as it was the epicenter of Patagonia’s then-thriving oil industry. In the ensuing decades, I’ve passed many times through Comodoro, whose outskirts feature two petroleum museums but it’s also where, atop nearby Cerro Chenque, a prominent windmill farm symbolizes change in the energy scenario. This fast-growing city of 242,000 people is moreover becoming a traveler’s gateway to spectacular historic and wildlife sites. On my most recent trip – before the world turned upside down due to the coronavirus pandemic – I settled one afternoon into simple but comfortable accommodations at the Ventia Hotel, in Comodoro’s walkable downtown. That evening, I dined nearby on Patagonian lamb in a Malbec sauce and, at breakfast the next morning, enjoyed medialunas (Argentina’s version of croissants) before driving north on a now paved Ruta 3. Bypassing the roadside Museo Astra, which
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costeros y algunos puertos para hacer más expedito el comercio por tierra, entre Buenos Aires y el distante sur. Eso es bueno para los negocios, pero, además, es un plus para los turistas que buscan acceder a atracciones más remotas en una región que ya es bastante remota. En 1979, por ejemplo, yo crucé la estepa, desde Chile, con una pareja de alemanes en una camper Volkswagen y la primera ciudad argentina que visitamos fue Comodoro Rivadavia pero lo que yo vi fue algo un poco más grande que una parada de camiones donde eventualmente pedí aventón para Tierra del Fuego.
La puerta de entrada a la costa Sur
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l lema de aquellos tiempos de Comodoro Rivadavia era “Una ciudad con energía”, era el epicentro de la próspera industria del petróleo de la Patagonia. En las décadas siguientes, pasé muchas veces por Comodoro, donde existen dos museos del petróleo en las afueras de la ciudad, pero también es donde en lo alto del cercano Cerro Cheque, una prominente estancia de molinos de viento simboliza el cambio del escenario energético. En esta ciudad que ha crecido rápidamente, habitan 242.000 personas, se está volviendo, además, un destino turístico por su espectacular historia y por sus sitios de abundante flora y fauna. En mi viaje más reciente –antes que el mundo se pusiera de cabeza por la pandemia del Coronavirus- me instalé en una tarde en un simple pero
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destinations <destinos>
Km 4, Comodoro Rivadavia.
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MAURO ESAINS
MAURO ESAINS
Clockwise / En el sentido de las agujas del reloj: Trucks moving through Chubut, Caleta Córdova, and guanacos on the coast near Camarones.
VERONICA QUERCIA
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Camiones que pasan por Chubut, Caleta Córdova y guanacos en la costa cerca de Camarones.
destinations <destinos>
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The Patagonian steppe. La estepa patagónica.
combines petroleum and paleontology, I continued nearly 200 km before turning east across the steppe toward the seaside town of Camarones.
Camarones
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otted with Victorian-style houses of corrugated siding, Camarones is home base for visiting the Southern Patagonia Coastal Marine Park and the nearby Cabo dos Bahías nature reserve with its sizeable colony of Magellanic penguins. After checking into a simple but stylish cabaña, I toured the Museo de la Familia Perón — it might sound improbable, but the legendary Juan Domingo Perón’s father raised sheep nearby and, in his youth, the future caudillo spent quite a bit of time here. Equally surprisingly in this town of barely 1,000 inhabitants, it’s a professional presentation — with good English translations — that’s more than just an homage to the most important figure in modern Argentine his-
tory. Arguably, it’s the best of its sort in the entire country.
Bahía Bustamante
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he next morning, from Camarones, it was 85 km of a sand-and-gravel route (named for Perón) to Bahía Bustamante. In 2009, when I first saw this quaint settlement, it was a kelpcollecting company town. The streets still take their names from marine algae, but Matías Soriano has transformed it into an eco-resort base for excursions to offshore islands and other natural attractions. These include a large, petrified forest and a sprawling steppe populated by guanacos, rheas and seaside shell middens. A natural history museum is in the planning stages. As I settled into my onebedroom casa de estepa (comfortably repurposed employee housing), one of those rheas played Peeping Tom outside my living-room window. After a brief breather, Soriano and
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cómodo alojamiento, el Hotel Ventia, en pleno centro transitable de Comodoro. Esa tarde, cené un cordero patagónico en salsa de Malbec, y en el desayuno de la mañana siguiente, disfruté de unas mediaslunas (la versión argentina del croissant), antes de conducir hacia el Norte por la ahora pavimentada Ruta 3, saltándome el museo Astra, ubicado al borde de la carretera y que combina petróleo y paleontología, continué cerca de 200 kms antes de dirigirme hacia el Este, cruzando la estepa hacia el costero pueblo de Camarones.
Camarones
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alpicada con casas de estilo Victoriano de exterior ondulado, Camarones es el campamento base para visitar el Parque Nacional Marítimo Costero y el cercano Cabo Dos Bahías, reserva natural con una considerable colonia de pingüinos de Magallanes. Luego de reservar una simple, pero muy
Patagon Journal
estilosa cabaña, fui al Museo de la Familia Perón –puede sonar poco probable, pero el legendario padre de Juan Domingo Perón criaba ovejas cerca del lugar y, en su juventud, el futuro líder pasaba bastante tiempo aquí. Igualmente sorprendente en esta ciudad de apenas 1.000 habitantes, es una presentación profesional -con buenas traducciones al inglés- que es algo más que un homenaje a la figura más importante de la historia moderna argentina. Posiblemente, es lo mejor de este tipo en todo el país.
Bahía Bustamante
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a mañana siguiente, desde Camarones, fueron 85 kilómetros de una ruta de arena y grava hasta Bahía Bustamante (Perón le dio el nombre). En el 2009, cuando vi este pintoresco poblado por primera vez era un pueblo impulsado por la industria de la recolección de alga kelp. Las calles aún toman el nombre de algas marinas, sin
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WAYNE BERNHARDSON
BAHIA BUSTAMANTE
MAURO ESAINS
one of his guides took me and another guest to the offshore Vernaci archipelago in a flatbottomed launch; these excursions depend on the tides (and winds). We did not go ashore, but from the water we saw numerous southern sea lions, a colony of breeding Magellanics, an abundance of nesting cormorants, plus steamer ducks, black oystercatchers, and a single vagrant elephant seal. On our return, I shared a dinner table and wine with an Anglo-Zimbabwean visitor who was a keen birder. Argentina, of course, is a major wine producer, but the day’s most startling sight was a planting of Pinot Noir and Semillon literally within spitting distance of the sea. Those wines aren’t ready yet but,
embargo, Matías Soriano lo transformó en un Eco Resort, base para las excursiones a las islas costeras y otros atractivos naturales. Esto incluye un gran y petrificado bosque y una extendida estepa, habitada por guanacos, ñandúes y conchas. Un museo de historia natural está en la planificación de la ciudad. Al momento de establecerme en mi cabaña de una habitación de casa de estepa (una cómoda vivienda reformada, antiguamente para empleados), un ñandú jugaba de mirón afuera de la ventana de mi sala de estar. Luego de un breve respiro, Soriano y uno de sus guías nos llevaron a mí y a otro huésped a las costas del archipiélago
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Clockwise / En el sentido de las agujas del reloj: Photographing dolphins in Puerto Deseado; the metallic sculpture “Misteries” at Bahia Bustamante; dining with wildlife up close; and Punta Peligro in Santa Cruz. Fotografía de delfines en Puerto Deseado; la escultura metálica "Misterios" en Bahía Bustamante; comer con vida silvestre de cerca; y Punta Peligro en Santa Cruz.
destinations <destinos>
PABLO CESAR GODOY
“With its frontier-style architecture, for me, Deseado is what Wyoming might look like if it were situated by the sea.” “Con su arquitectura de estilo pionero, para mí, Deseado es lo que sería Wyoming si es que este hubiese estado ubicado cerca del mar”.
Above / Arribe: An abandoned lighthouse on Penguin Island near Puerto Deseado. Un faro abandonado en la isla Penguin cerca de Puerto Deseado. Right / Derecha: A red-legged cormorant at Rio Deseado, Santa Cruz. Un cormorán gris en Ria Deseado, Santa Cruz.
VERÓNICA QUERCIA
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even if Bustamante resumes kelp harvesting, Soriano foresees a production of some 5,000 bottles per annum from vines planted just two years ago. According to Soriano’s spokeswoman Astrid Perkins, the vines are doing well, with the initial harvest in March, a few months after my visit. They’re planning to add an as yet undetermined varietal, but this year’s production was only for their own usage. “The first real commercial production will happen next year. We’re going to sell directly to wine enthusiasts who’ll probably purchase all of it.” With Mendoza vintner Matías Michelini as a consultant, that prediction sounds promising. After a mostly quiet night amid often blustery winds, our breakfast included homemade bread and guanaco jerky. The day’s 4WD excursions involved a morning jaunt to Cabo Ariztizábal, past many troops of guanacos, the skeleton of a sei whale that had beached itself nearby, and a metallic aural sculpture by French artist Christian Boltanski. There is also a
Patagon Journal
Vernaci en bote; estas excursiones dependen de la marea y del viento. No desembarcamos durante el trayecto, pero desde el agua, vimos numerosos leones marinos, una colonia de crías de pingüinos Magallánicos y abundantes nidos de cormoranes, además de patos quetrus, pilpilén negro, y un solo elefante marino. En nuestro retorno, durante la cena compartí la mesa y el vino con un turista Anglozimbabuense que era un entusiasta observador de aves. Argentina, por supuesto, es un gran productor de vino, pero lo más sorprendente fue una plantación de Pinot Noir y Semillon, literalmente alcanzada por las gotas de las olas del mar. Estos vinos no están listos aún, pero incluso si Bustamante retomara la cosecha de kelp, Soriano prevé una producción de unas 5000 botellas por año de las viñas plantadas solo dos años atrás. Según la vocera de Soriano, Astrid Perkins, y las viñas están haciendo muy bien el trabajo, con la cosecha inicial en marzo, pocos meses después de mi visita. Ellos planeaban agregar una variedad aún indeterminada, pero la producción de aquel año sería solo para consumo de ellos. “La primera producción comercial real la haremos el próximo año. Vamos a venderlo directamente a gente apasionada del vino, quienes probablemente lo compraran todo”. Con el viñatero mendocino Matías Michelini como consultor, el futuro parece prometedor. Luego de una noche más bien tranquila, entre algunos vientos fuertes, nuestro desayuno incluía pan casero y charqui de guanaco. El día de las excursiones en 4x4, contemplaba una excursión matutina al Cabo Ariztizábal, pasamos varios grupos de guanacos, el esqueleto de una ballena Boba
MAURO ESAINS
solar-powered lighthouse, attached to the skeleton of an older one, and abundant foxes, Patagonian hares, and many ducks and gulls. In the afternoon we went to Península Graviña, where a huge shell midden is under excavation, with nesting owls nearby, and then walked along a deserted beach that ends at a cove called Playa de los Toboganes, with natural pools suitable for swimming in summer. There’s also a Tehuelche burial site marked with stones, and the ruins of some sheepherders’ shelters.
Deseado
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eparting the next morning, I navigated a steep lateral, rocky in places, back to Ruta 3 and then drove south to Comodoro and the city of Caleta Olivia. There, in Santa Cruz province, a
massive statue called “El Gorosito” romanticizes unionized oil workers but, another 90 km south, a paved lateral leads 126 km east to the town of Puerto Deseado (this compensated the town for its exclusion from the rerouted northsouth highway). Along the way it passes the Parque Eólico Bicentenario, a collection of roughly 35 wind turbines to the east of Jaramillo; in one of Argentina’s most petroleum-dependent provinces, it’s another indicator of changing times. In the 1950s, British naturalist Gerald Durrell called Deseado “a set for a bad Hollywood cowboy film.” With its frontier-style architecture, for me, Deseado is what Wyoming, a state in the American West, might look like if it were situated by the sea. Even better, it offers
(balaenoptera borealis) que había varado cerca, y una estructura metálica sonora, creación del artista francés Christian Boltanski. Además, hay un faro que funciona con energía solar, pegado a las ruinas de uno antiguo, abundante cantidad de zorros, liebres patagónicas, muchos patos y gaviotas. En la tarde, fuimos a Península Graviña, donde un enorme centro de conchas está bajo excavación con una anidación de búhos cerca. Luego caminamos por una playa desierta que terminaba en una caleta llamada Playa de los Toboganes, con piscinas naturales apropiadas para nadar en verano. Además, existe un sitio Tehuelche enterrado, marcado con piedras, y las ruinas de refugios usados por pastores.
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Deseado
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l salir a la mañana siguiente, conduje por sectores de empinadas rocas al volver a la ruta 3 y, luego, manejé al sur, hacia Comodoro Rivadavia y la ciudad de Caleta Olivia. Allí, en la provincia de Santa Cruz, una estatua maciza llamada “El Gorosito" romantiza a los trabajadores petroleros sindicalizados, pero otros 90 kilómetros hacia el sur, caminos laterales pavimentados siguen por 126 kilómetros en dirección Este hasta el pueblo de Puerto Deseado (lo anterior es gracias a la compensación por excluirlo en el nuevo diseño de la ruta norte –sur). El trayecto contempla pasar por el Parque Eólico Bicentenario, un grupo de 35 turbinas de viento hacia el este de Jaramillo; en una de las provincias argentinas
Above / Arribe: On the coast near Puerto Deseado, Santa Cruz. The city, population 15,000, is dominated by the fishing industry but tourism is growing. En la costa cerca de Puerto Deseado, Santa Cruz. La ciudad, de 15.000 habitantes, está dominada por la industria pesquera, pero el turismo está creciendo.
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VERONICA QUERCIA
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Clockwise / En el sentido de las agujas del reloj: Caleta Córdova; king penguins and sea lions on the coast around Rio Deseado; a starry night at Rocas Coloradas in Chubut; and a beach at Punta Peligro, Santa Cruz, covered with seashells. Caleta Córdova; pinguinos rey y lobos marinos en la costa alrededor de Río Deseado; una noche estrellada en Rocas Coloradas en Chubut; y una playa en Punta Peligro, Santa Cruz, cubierta de conchas marinas.
fine museums and excursions to offshore destinations like the Isla Pingüino Coastal Marine Park, the northernmost nesting site for the captivating rockhopper penguin. This time, though, my goal was the upper Ría Deseado, an elongated tidal estuary that prompted Darwin to write: “I do not think I ever saw a spot which appeared more secluded from the rest of the world, than this rocky crevice in the wide plain.”
VERONICA QUERCIA
I’d always anticipated I would visit here one day on an upstream boat trip but, in this case, I merely shuttled across the water to a waiting 4WD for an hour’s lift to Campamento Darwin, a new ecoresort recycled from the former Estancia Cerro del Paso, a sheep farm dating from1914. After breakfast in the big house, then undergoing restoration and improvements, we drove to the summit of a steep
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que más dependen del petróleo, sin duda es otro indicador de tiempos de cambio. En 1950, el naturalista británico Gerald Durrell lo llamó Deseado “Un escenario de alguna mala película de vaqueros de Hollywood”. Con su arquitectura de estilo pionero, para mí, Deseado es lo que sería Wyoming, un estado ubicado al Oeste de Estados Unidos, si es que este hubiese estado ubicado cerca
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del mar. Aún mejor, dispone de finos museos y excursiones al litoral, como al Parque Marino Costero Isla Pingüino, el sitio de anidación más septentrional para el cautivante pingüino penacho amarillo. Aunque en aquel momento mi objetivo era subir por Ría Deseado, un alargado estuario con oleaje incluso, que llevó a Charles Darwin a escribir: “Nunca pensé que vería un lugar que parece-
destinations <destinos>
Caleta Rosario.
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hill with a concrete-block shelter where a previous occupant had set up a battery-powered TV to
that, in Darwin’s time, were surrounded by water instead. We also hiked up two small canyons
watch soccer and boxing. An adjacent “locutorio” is the only site where cell phone signals from Deseado reach the area. Then we descended to the Ría, where the Beagle’s artist Conrad Martens sketched the spot where dense sediments now surround ignimbrite protrusions
with intriguing rock formations and a small rock art site. Returning to the big house, we lunched on steak, potatoes and Malbec, followed by an excursion down the Cañadón del Boliche, the erstwhile site of a country bar where a precarious bridge once crossed the ría and a now
ría más apartado del resto del mundo, que esta grieta de roca en esta amplia llanura”. Siempre me anticipé a que algún día lo visitaría en un bote río arriba, pero, en este caso, simplemente fui trasladado por el agua para esperar un vehículo todo terreno para que me llevara a una hora de allí, al Campamento Darwin, una nueva eco-reserva reciclada de una antigua Estancia Cerro del Paso, una granja de ovejas que funcionaba por el 1914. Luego del desayuno en la gran casa, luego llevar a cabo la restauración y el mejoramiento, manejamos a la cumbre de una empinada colina con un refugio hecho de bloques de concreto, donde los antiguos ocupantes habían ambientado con una televisión a batería para ver partidos de fútbol y boxeo. Un “locutorio” adyacente es el único sitio que capta señal de teléfono en Deseado.
Luego, bajamos a Ría, donde el artista del Beagle Conrad Martens hizo un bosquejo del lugar, donde densos sedimentos ahora rodeados de protuberancias de ignimbrita, que, en los tiempos de Darwin, en cambio, estaba rodeado de agua. También caminamos hacia dos pequeños cañones con fascinantes formaciones de roca y un pequeño sitio de arte en roca. Volviendo a la gran casa, almorzamos bife, papas y un Malbec, seguido por una excursión hacia el Cañadón del Boliche, sitio donde antiguamente se ubicaba una barra rural, donde un puente precario alguna vez cruzó Ría, ahora un muelle podrido marcaba el lugar donde los estancieros flotaban su lana río abajo hasta Deseado. Al regresar, reconocí un tráiler rústico del Parque Nacional Monte León, ubicado más hacia el sur, al cual había sido enviado a vivir un conocido, justo antes
Rocas Coloradas, Chubut.
rotting pier marks the spot where estancieros floated their wool downstream to Deseado. On our return, I recognized a rustic trailer from Monte León National Park, farther south, which an acquaintance had shipped here to live in before dying just a few months earlier. It’s now being rehabbed for additional accommodations. A late return to Deseado wasn’t too late for an exquisite grilled toothfish at Puerto Cristal for far less than the raw fish would’ve cost me in California, but I couldn’t tour the Museo Regional Mario Brozoski, a really professional exercise in underwater archaeology about the British corvette Swift that sank nearby in 1770, until the next morning. I also strolled through the Museo
VERONICA QUERCIA
del Pueblo, housed in a landmark train station for a railroad that, in the end, went nowhere. Back in Comodoro, after a visit to the whistle-stop Tellier train station (also being rehabbed as a museum), I checked back into the Ventia and then walked to a waterfront restaurant where the scallop risotto was so abundant, I could barely eat half of it. The next morning, Tehuelche guide Martín Pérez picked me up at the Ventia and we headed to the fishing village of Caleta Córdova and then north on 4WD roads through Rocas Coloradas badlands that included a scattered petrified forest and an abandoned estancia. While all my other stops had only a handful of tourists, this
de que muriera algunos meses antes. Ahora está rehabilitado para alojamiento extra. Volvimos tarde a Deseado, pero no demasiado tarde para un asar una exquisita merluza negra en Puerto Cristal, lejos me costó mucho menos que un pescado crudo en California, pero no pude tomar el tour del Museo Regional Mario Brozoski, un ejercicio realmente profesional en la arqueología submarina sobre el barco inglés Swif, que se hundió en 1770, hasta la mañana siguiente. También, di un paseo por el Museo del Pueblo, ubicado en una histórica estación de trenes, con una línea férrea que, al final, no iba a ningún lado. De vuelta en Comodoro, después de visitar la estación
de trenes de Tellier (que también se había convertido en un museo), volví a registrarme en Ventia y luego caminé hacia un restaurant al frente del mar, donde el risotto de ostión era tan contundente, que con suerte pude comerme la mitad del plato. La mañana siguiente, el guía Tehuelche Mario Pérez me recogió en el hotel y nos dirigimos a la villa de pesca de Caleta Córdova y luego hacia el norte por caminos para vehículos 4x4, por Rocas Coloradas, zonas desérticas que incluían un aislado bosque petrificado y una estancia abandonada. Mientras que en todas las otras paradas me encontraba con solo un puñado de turistas, esta fue prácticamente una excursión privada
destinations <destinos>
VERONICA QUERCIA
was a virtually private excursion that underscored the intimacy of an under-appreciated area. When I flew back to Buenos Aires that evening, I couldn’t help but smile at the disparity between this trip and my past encounters with southern Chubut at truck stops or peering out from the cab of an 18-wheeler. I had no idea then what I know now.
The memorable sights and experiences to be found here are overlooked no more. Wayne Bernhardson has been writing about travel in Patagonia, Chile and Argentina since 1987 for Moon Travel Guides, Lonely Planet, National Geographic Traveler and others. He is a contributing editor to Patagon Journal.
que evidenció la intimidad de una zona poco valorada. Esa tarde, cuando volé de vuelta a Buenos Aires, no pude sino sonreír ante la diferencia entre este viaje y mis pasados viajes al sur de Chubut, parando camiones o saltando de la cabina de un vehículo de 18 ruedas. No tenía idea en ese entonces de lo que sé ahora.
Las memorables vistas y experiencias encontradas aquí no puedo dejarlas pasar. Wayne Bernhardson ha estado escribiendo sobre viajes en la Patagonia, Chile y Argentina desde 1987 para Moon Travel Guides, Lonely Planet, National Geographic Traveler y otros. Es editor contribuyente de Patagon Journal.
HOW TO GO / CÓMO IR
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hile it’s theoretically possible to do this route by public transportation, a road trip is the best option. There are moderately priced car rental choices in Comodoro. Refill the tank in Camarones before heading to Bahía Bustamante. Accommodations and food are limited in Camarones, but the Indalo Inn (www.indaloinn.com.ar) has both, with especially good fish and seafood. Housing’s better, and more stylish, at El Faro Casas del Mar (www.elfaro-patagonia.com), which overlooks the harbor. There’s also a municipal campground. Bahía Bustamante (www. bahiabustamante.com) is totally self-contained, for
both accommodations and dining. The lodging options include “superior” sea cabins with ocean views, somewhat simpler “standard” sea cabins, and smaller “steppe” cabins, whose price doesn’t include activities or meals but do offer kitchen facilities. Puerto Deseado’s accommodations are disappointing, so it’s best to look for a rental apartment. Otherwise, Hotel Los Olmos is plain but acceptable. Hotel Los Acantilados has greater pretensions and a better setting, but the rooms are cramped. Puerto Cristal has outstanding fish and seafood, including exquisite Patagonian toothfish.
Patagon Journal
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ientras que es teóricamente posible hacer esta ruta por transporte público, un viaje por carretera es la mejor opción. Existen precios moderados de vehículos de arriendo en Comodoro. Recarga el estanque en Camarones antes de dirigirte a Bahía Bustamante. Alojamientos y comida son limitados en Camarones, pero el Indalo Inn (www.indaloinn.com. ar) tiene ambos, especialmente el pescado y productos del mar. Las mejores habitaciones y con más estilo se encuentran en El Faro Casas del Mar (www. elfaro-patagonia.com), con vistas hacia el puerto. También hay un camping municipal. Bahía Bustamante (www. bahiabustamante.com) está totalmente auto sustentado, tanto para alojamiento como
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para comer. Las opciones de alojamiento incluyen “superior” incluye cabañas cerca del mar con vistas hacia el océano, las “standard” un poco más simples y las más pequeñas, “steppe”, las cuales no incluyen en su precio actividades o comidas, pero ofrecen el uso de la cocina. El alojamiento en Puerto Deseado es decepcionante, por lo tanto, lo mejor es arrendar un departamento. Por otro lado, el Hotel Los Olmos es sencillo, pero aceptable. El Hotel Los Acantilados tiene mejores pretensiones y mejor ambiente, pero las habitaciones son muy estrechas. Puerto Cristal destaca por el pescado y los productos del mar, incluyendo la exquisita merluza negra
TREKKING ON
NAVARINO ISLAND
SENDERISMO EN
ISLA NAVARINO Below the southernmost tip of South America, Navarino Island is the last stop before Antarctica. It is a trekker’s nirvana where, overcoming the elements, an otherworldly, rugged landscape reveals awesome beauty. Debajo del extremo más meridional de América del Sur, la isla Navarino es la última parada antes de la Antártida. Es el nirvana de un trekker donde, superando el clima y geografia, un paisaje agreste de otro mundo revela una belleza impresionante.
By CAMILO NOVOA
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t never ceases to surprise me all of the beauties that Patagonia has within its confines; its people, its geography, its sunsets, every experience is unique. Navarino Island is one of those many special, almost mystical, places the region has to offer, and it has stolen my dreams for a long time to come. We have been stranded in the Argentine city of Ushuahia for two days. The heavy swell in previous days has made it nigh impossible to cross the Beagle Channel to Puerto Williams on Chile’s Navarino Island. But today
was calmer. Once more, we headed down to the jetty and this time the ferry was running. Our adventure was about to begin. The destination: Lake Windhond and the famed Dientes de Navarino circuit, often called the southernmost trek in the world. The 50 kms (31 miles) of epic trail in the Dientes de Navarino circuit weave among a chain of mountain pinnacles and diverse landscapes of forests, rivers, swamps and barren hillsides plundered by beavers. In 2005, UNESCO created the Cape Horn Biosphere Reserve, an extensive area protect-
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ing ecosystems on Navarino Island and also including three national parks in the zone: Alberto de Agostini, Yendegaia and Cabo de Hornos. The starting point for trekking on Navarino is the small town of Puerto Williams, dubbed by locals “the southernmost city in the world,” where you can get last minute supplies, equipment or clothing. More than 2,000 people live here, a large number of them members of the armed forces as the town is strategically positioned between the Atlantic and Pacific Oceans and Chile’s bases in Antarctica. In the first instance founded
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MATT MAYNARD
N
unca dejo de sorprenderme con las bellezas que me enseña Patagonia. Su gente, su geografía, sus atardeceres, cada experiencia es única. Isla Navarino, uno de esos tantos lugares místicos y perdidos que tiene, se robaría mis sueños por mucho tiempo. Llevábamos ya dos días en Ushuahia, Argentina, y nos dirigíamos una vez más al embarcadero del canal Beagle, con la esperanza de por fín poder cruzar rumbo a Puerto Williams, Chile. El oleaje, que los días previos había hecho imposible navegar,
hoy se mostraba más apacible, permitiéndonos el paso. Tras algunos arreglos de última hora, nos encaminamos al inicio de nuestra aventura: el Lago Windhond y el famoso circuito Dientes de Navarino, catalogado como el trekking más austral del mundo. Los 50 kilómetros de sendero de este circuito épico cruzan a través de cerros, bosques, turberas e incontables ríos y lagunas, que hacen que recorrerlos sea toda una experiencia. En 2005, la UNESCO creó la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos, una zona amplia
Patagon Journal
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de ecosistemas terrestres y marinos, que proteje los ecosistemas en la isla Navarino y también incluye tres parques nacionales: Alberto de Agostini, Yendegaia y Cabo de Hornos. El punto de inicio del trekking en la isla es el pequeño pueblo de Puerto Williams, la ciudad más austral del mundo, donde se pueden obtener provisiones, equipos o vestimentas que falten. En la capital de la Provincia Antártica Chilena habitan más de 2 mil personas, entre población civil y naval. En primera instancia fundada como Puerto Luisa en 1953, tres años
PHOTOS BY CAMILO NOVOA
Clockwise / En el sentido de las agujas del reloj: Going up to the final mountain pass, Paso Virginia; Puerto Williams; a beaver dam along the trail; Paso de las Dientes.
“The rugged geography of the island makes everything appears as if its endless hills, lakes, lagoons, rivers. Too many to count.”
Rumbo al Paso Virginia; Puerto Williams; una represa de castores; Paso de las Dientes.
as Puerto Luisa in 1953, three years later it changed its name to Puerto Williams, in honor of the British-Chilean sailor John Williams, who helped Chile take possession of the Strait of Magellan in 1843.
Day 1
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he hike starts on the edge of the town and as soon as you head up through a subantarctic forest of lenga beech, ñire (Antarctic beech), and coihue (southern beech) you’re trapped by its beauty. Clearing the tree line, you reach the summit of Cerro Bandera mountain where a Chilean flag flaps in the strong wind blowing in from the Southern Ocean. Here, you enjoy an unparalleled panoramic view of the Beagle Channel.The path skirts the hillside that falls off steeply into
the Robalo valley, and I realize for the first time where I am really.The rugged geography of the island makes everything appear as if it is endless hills, lakes, lagoons, rivers. Too many to count. After several hours, the trail descends to our first camp on the shores of Laguna El Salto, a solitary lake surrounded by forest and mountain peaks. Peace and silence rapidly filled my mind.
Day 2
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espite a windy night, dawn brought a cloudy, but surprisingly warm, day. As we followed a stream up into a forest, we emerged onto a mountainous, rocky plain. We crossed two mountain passes – Paso Australia and Paso de los Dientes – before being rewarded with a magnificent view of the
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“La accidentada geografía de la isla hace que todo sea un sinfín de cerros, lagos, lagunas, ríos. Demasiados para contarlos”. más tarde cambió su nombre a Puerto Williams, en honor al marinero británico-chileno John Williams, quien ayudó a Chile a tomar posesión del Estrecho de Magallanes en 1843.
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a caminata comienza en el borde de Puerto Williams y no más cruzar el umbral del denso bosque, ya sientes que éste te atrapa. Este bosque subantártico está dominado por los árboles de lenga, ñire y coihue. Sigues una tímida huella, ayudada por hitos de madera que te confirman que vas en rumbo. Ganamos altura y logramos nuestro primer objeti-
Patagon Journal
vo, coronar la cumbre del cerro Bandera y disfrutar de la inigualable vista panorámica del canal Beagle. La ruta sigue ladereando los cerros, me doy cuenta por vez primera dónde estoy realmente. La accidentada geografía de la isla hace que todo sea un sinfín de cerros, lagos, lagunas, ríos. Demasiados para contarlos. Seguimos, y tras algunas horas de caminata, arribamos a nuestro primer campamento en la laguna El Salto, un espejo al cielo rodeado de cumbres y bosque. Éramos los únicos perdidos en dicho lugar. La paz y el silencio inundaron rápidamente mi mente.
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Cerro Clem at Laguna Martillo. Cerro Clem en Laguna Martillo.
Wollaston islands and Nassau Bay. Leaving the rocky terrain behind, we descended into a different landscape altogether, a desolate scene of trees felled in Mordoresque fashion. This is a veritable ecological disaster caused by an invasive species North American beavers. Ten pairs of beavers were introduced on Tierra del Fuego Island by the Argentine navy in 1946 as part of a plan to kickstart
a new industry in fur exports but it never took off. With no natural predators and adapting well to a climate similar to their native one, the beavers have thrived and spread across the region. A study by the University of Chile estimates that today there are as many as 110,000 beavers scattered around the Tierra del Fuego archipelago. I have mixed feelings about these creatures. While one can
Dia 2
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l clima fue vehemente esa noche. Amanecimos secos y con un día nublado, pero gratamente cálido. Remontamos el cauce de un riachuelo que desaguaba a la laguna, y tras dejar el bosque, llegamos a un terreno montañoso despojado de toda vegetación, y en cambio, adornado por nieve, piedras y cumbres rocosas. Llegábamos así a los primeros cruces de altura de toda la ruta.
CAMILO NOVOA
Atravesamos el Paso Primero, el Paso Australia y finalmente el Paso de los Dientes, formaciones rocosas afiladas al cielo y que dan nombre al circuito. Desde aquí, teníamos una fenomenal vista hacia las islas Wollaston y la Bahía Nassau. Nuevamente bajamos, dejando atrás las rocas para internarnos en un mundo diferente; el de diques, madrigueras, lagunas artificiales y deforestación, todo
CAMILO NOVOA
The first 12 kms (7.5 miles) of the Dientes de Navarino circuit are shared with the Lake Windhond circuit, which then branch in different directions. The author veered off to Lake Windhond, which has tremendous views of the mountains, and then returned to the Navarino circuit. Los primeros 12 kms del circuito Dientes de Navarino se comparten con el circuito Lago Windhond, que luego se ramifica en diferentes direcciones. El autor se desvió hacia el lago Windhond, que tiene enormes vistas de las montañas, y luego regresó al circuito Navarino.
marvel at their engineering prowess in building their community of dams, at the same time it is horrifying to witness how they have altered the landscapes by felling trees, flooding and destroying the forests. As we continue west, we reach a fork in the trail and veered on to an alternative route that heads south toward Lake Windhond. Passing Cerro Betinelli mountain, we reach a forest where we set up camp.
Day 3
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t was snowing as we set off and descend 400 meters through a forest arriving at a peatland, where the smell
of damp earth permeates the air. We meander here among a labyrinth of unusually colored pools until we come across the “Charles” cabin, a dilapidated beaver hunting hut on the shores of Lake Windhond, presumably named after a certain illustrious British naturalist that visited the area onboard the Beagle in the 1830s. At the cabin we meet Pascal, a Frenchman who every year travels to Navarino and spends months exploring the wild southern part of the island. Sitting and warming our hands by the wood stove, as we sipped on our coffee we were enthralled
hecho a lo largo de los años por los castores, la gran plaga que afecta a Isla Navarino y a la Isla Grande de Tierrra del Fuego. Era una mezcla de sentimientos encontrados, donde la maravilla arquitectónica se contraponía al desastre ecológico. En 1946, 10 parejas de castores fueron introducidas a Tierra del Fuego por la marina argentina como un plan industrial para desarrollar la exportación de sus pieles. El poco éxito hizo que los soltasen creyendo que morirían. Hoy, tras más de siete décadas y sin depredadores naturales, esta especie ha devastado ciertas zonas in-
sulares australes y las cifras de ejemplares crecen día a día, estimándose por sobre los 110.000 individuos. Salidos del bosque, la ruta continuaba al oeste, mas nuestros planes incluían una variante de la ruta que nos conduciría hacia el Sur, llegando al lago Windhond, para luego volver sobre nuestras huellas. Continuamos por contrastados e irregulares parajes, incluyendo la cumbre del cerro Betinelli, y finalmente llegamos a inicios de un nuevo bosque, escenario de nuestro siguiente día y lugar donde acamparíamos.
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evaba mientras bajábamos esos 400 metros de desnivel por el bosque que nos llevaría a las turberas. El olor a tierra húmeda impregnaba nuestro entorno y pronto nos impregnaría a nosotros también. Una vez en las turbales, cruzamos esos laberínticos kilómetros de pozones con peculiares colores, hasta dar con la refugio Charles a orillas del lago Windhond. Acá conoceríamos a un especial francés llamado Pascal, quien
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ith the sun warming our backs we retraced our steps of the last two days. Arriving at the fork in the trail, we gazed once more at our spectacular view of the “end of the world” at Cerro Betinelli before resuming the normal route of the Dientes de Navarino circuit. For approximately two hours, we negotiated rocky slopes and forest before reaching Laguna Escondida where we chose a scenic peninsula to pitch our tent and enjoy a wonderful sunset.
tear the ropes from their moorings. But amazingly they held, and our tent was undamaged come morning. Next up was the Ventarrón mountain pass, which means windy in Spanish. And it didn’t disappoint. After a steep climb pummeled by a powerful wind that whipped our clothes, we were rewarded with a tremendous view of Laguna Hermosa, a lake that fills a deep valley. Further down is Laguna Martillo, aptly named because the shape of the lake on whose shores we found camping shielded from the elements. While drinking a hot tea and talking, we watched the sunset amid a gentle snowfall.
Day 5
Day 6
with his tales of survival, fishing and hunting beavers. It would be one of the standout memories of our entire trip.
Day 4
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f there is one thing to be said about Patagonia, it is that the saying “red sky at night, shepherds delight,” doesn’t apply here. That night, we endured one of the worst storms I can remember ever experiencing in the mountains. The wind and rain thrashed our tent like a thousand demons trying to
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espite being our final day, the Dientes of Navarino weather hadn’t quite finished with us yet. It was time for Patagonia’s four seasons in a day: after packing up camp under a warm sun, within minutes of setting off it was raining, then it was hailing, and then snowing. These dramatic weather
año a año viajaba a Navarino para pasar meses recorriendo sus tierras. Sin dudas, sentarnos con él junto a la estufa a leña y compartir un café mientras escuchamos cómo sobrevivía pescando y cazando castores, sería uno de los recuerdos más intensos de toda nuestra aventura. Regresamos por la misma ruta, al mismo campamento.
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n brillante sol nos acompañaba mientras retornábamos por la huella que el día antepasado nos había guiado a orillas del bosque. Disfrutamos una vez más de la inigualable vista hacia el fin del mundo desde el Betinelli, y llegamos a nuestra bifurcación para retomar la ruta original del circuito. Desde aquí y en menos de dos horas, avanzando por las laderas rocosas de los Dientes y luego por un bosque de coihues y lengas bajas, dimos con la laguna Escondida, donde elegimos una escénica península para situar nuestra carpa y disfrutar de la maravillosa vista que Patagonia nos regalaba.
Hiking on Paso Virginia, Laguna Los Guanacos below. | Laguna Los Guanacos, desde el Paso Virginia | CAMILO NOVOA
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Dia 5
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i puedo darles un consejo, es que nunca se dejen cautivar solo por una vista bonita. Ese regalo del día previo nos costó una de las peores noches que recuerdo en montaña. Expuestos como los mil demonios, el viento azotó como quiso nuestra carpa, que sorprendentemente logró salir ilesa. Dejamos nuestro campamento y cruzamos un bosque de lengas rumbo al paso Ventarrón, desafiados por un poderoso viento que calaba nuestra ropa. Como premio, la laguna Hermosa nos deslumbraría con su belleza, mientras la laguna Martillo y sus calmas riberas protegidas del clima, ofrecerían cobijo para nuestra carpa. Un té caliente y una charla de la vida cerraban el ocaso bajo una suave nevazón, preparándonos para nuestro último día.
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i se trata de caprichos, el clima de Navarino se lleva el Óscar. Habíamos salido desde la laguna Martillo con un día soleado, pero en cosa de minutos y sin aviso, se puso a llover, granizar y todo se cubrió de una densa neblina acompañado de una nevada que nos hacía frecuentemente perder la huella. Íbamos rumbo a la laguna Rocallosa, y ya habíamos pasado por las 4 estaciones del año. Ahora nuevamente era verano. El ascenso desde laguna Rocallosa hacia el Paso Virginia fue sin dudas lo más emocionante. Debimos trepar a través de árboles, barro, raíces y paredones que ponían a prueba nuestro equilibrio con esa pesada mochila en la espalda. El premio fue llegar al Paso Virginia, el más alto y donde el benevolente clima hasta ahora, descargó su peor furia del viaje, con vientos que te hacían caer, granizos que volaban de lado
destinations <destinos>
Crossing Paso Virginia. Cruzando Paso Virginia.
changes led to us to lose our way on a number of occasions. Eventually, we got back on track to Laguna Rocallosa and the warm summer weather returned. Our ascent to the final mountain pass, and highest point on the circuit, Paso Virginia, was without doubt the most exciting moment. We had to climb through tree mud, roots and walls that tested our balance with the heavy backpack on our backs. Once there, we found that Paso Virginia was exposed to the elements: suddenly the winds vented the worst fury of our journey, knocking us over at times, and hail flew from side to side and with visibility just a few feet in front of us. After a final challenge in the form of a slalom down a steep
scree slope to Lake Guanacos, the Beagle Channel reappeared on the horizon reminding us we were on the home straight. The Dientes de Navarino circuit is one of the most challenging and exciting treks I have ever done. The trail is sometimes hard to follow and the volatile weather can change from sunshine to brutal wind and hail in a matter of minutes. But the flip side is a unique experience at one of the most remote treks in the world, where you may not see another hiker the entire time. Camilo Novoa is a urologist at Puerto Montt Hospital. Read his blog Bitacoras de Viaje (www. bitacorasdeviaje.cl) for detailed accounts of his travels and outdoor adventures.
ESSENTIALS / ESENCIALES When > The best time to do this trek is between December and February, when the days are longer and temperatures higher. Bring > Regardless of when you go, be prepared for cold, wind and snow. Thermal and waterproof clothing are a necessity and take additional food with you in case the trek takes longer than expected. And do bring a GPS and map. The GPS route tracker for the Dientes de Navarino route is marked with 38 waypoints and can be downloaded at an outdoor store in Puerto Williams. A detailed route description and map is available from Chile’s Ministry of National Heritage. Permits > There is no cost to hike Dientes de Navarino but you need to advise the police of your departure in Puerto Williams.
How to get there > From Punta Arenas you have two options. By air you can take a 35-minute flight with DAP (dapairline. com). Book in advance as their small planes fill up quickly. The luggage allowance is just 10 kgs, so to avoid paying additional weight charges stock up on food and gas in Puerto Williams. It’s also possible to take a ferry with Transbordadora Austral Broom (www.tabsa.cl), which takes around 30 hours to get to Puerto Williams but is a beautiful journey through the Patagonian fjords and the Beagle Channel. From Ushuaia there is a boat operated by Ushuaia Boating (ushuaiaboating@argentina. com.ar) that makes the crossing every day in about 30 minutes from December to February, weather permitting.
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CAMILO NOVOA
a lado y una visibilidad de sólo unos cuantos metros. Cruzado el paso y perdiendo altitud nuevamente, escapamos de las manos del frío y del viento, abriéndose frente a nosotros una vertiginosa vista hacia la laguna Guanacos. Al fondo, no muy a lo lejos, aparecía adelantándonos el fin de nuestro viaje el canal Beagle. Tras haber cruzado un intrincado y tupido bosque donde apenas se adivinaba la ruta, logramos por fin llegar a la pesquera MacLean, destino final de nuestro viaje.
El Circuito Dientes de Navarino es uno de los trekking más indómitos y desafiantes que alguna vez había recorrido, con huellas difíciles de seguir, climas que rozaban la bipolaridad y una soledad que sólo algunos gustamos, pero que, a cambio, nos dejaba de regalo una de las experiencias más exquisitas vividas. Camilo Novoa es urólogo del Hospital de Puerto Montt. Lee su blog Bitacoras de Viaje (www.bitacorasdeviaje.cl) para relatos detallados de sus viajes y aventuras al aire libre.
Cuándo > La mejor época del año para realizar esta caminata es entre diciembre y febrero. Durante este periodo, los días son más largos y las temperaturas más altas.
Navarino, pero necesitas avisar a Carabineros cuando dejes Puerto Williams.
Qué llevar > Independiente de cuando vayas, tienes que venir preparado para el frío, el viento y la nieve. Es necesario contar con ropa térmica y resistente al agua. Lleva un poco de comida extra contigo, en caso de que la caminata te tome más tiempo de lo que esperabas. Trae un GPS y un mapa. La ruta de Dientes de Navarino está marcada en el GPS con 38 waypoints, la cual puedes descargarla en tus dispositivos en la tienda especializada en aire libre en Puerto Williams. La descripción detallada de la ruta y el mapa están disponibles en el Ministerio de Bienes Nacionales de Chile. Permisos > No hay que pagar para caminar por Dientes de
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Cómo llegar > Desde Punta Arenas tienes dos opciones. Por aire, puedes tomar una avioneta con DAP (dapairline.com). El viaje de ida o vuelta son 35 minutos de vuelo. La cantidad de equipaje permitido es de 10 kgs, evita peso pagar peso extra, comprando comida y gas en Puerto Williams. También es posible tomar un Ferry con Transbordadora Austral Broom (www.tabsa.cl), la cual demora 30 horas en llegar a Puerto Williams. Es un viaje maravilloso que te lleva por los Fiordos de la Patagonia y por el canal Beagle. Desde Ushuaia hay un operador de botes, el Ushuaia Boating (ushuaiaboating@argentina. com.ar) el cual hace el cruce en unos 30 minutos, desde diciembre a febrero, mientras lo permita el tiempo.
Hotels Hoteles
Refugio Frey Bariloche, Argentina.
ANDRÉS MOLINA
By PAULA FERNÁNDEZ
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he setting for this mountain hut is like something straight out of a fairy tale. At the end of a long summers’ day, hikers, runners, climbers and adventurers converge at the iconic Refugio Frey, located 1700 meters above sea level and on the banks of Laguna Toncek, to take shelter and celebrate the outdoor life below the unmistakable rock towers of Cerro Catedral. Located 40 kilometers west of Bariloche in Argentine Patagonia, Refugio Frey is also situated amid a veritable field of dreams for climbers, who annually come from all over the world. Formed of the most perfect orange granite, the spires and rock here seem almost as if they were designed specifically for climbing. Replete with beautiful cracks the numerous routes in the area offer traditional or sport climbing for all levels of difficulty. The main spire, called Aguja Frey, is located precisely above the hut,
giving the hundreds of climbers visiting this spot the opportunity to encounter walls within a 15-minute walk. The picturesque Refugio Frey owes its name to the engineer Emilio Frey, who, among other achievements, presided over local mountaineering club Club Andino Bariloche (CAB) for 23 years. Completed in February 1957, it is built of the same granite rock and wood as its natural surroundings and is open year-round. The hut, which has 35 beds, can get crowded, particularly during summer months. But the relaxed ambience is always inviting, and the hut offers dinner and breakfast as well as access to a kitchen to cook your own meals. To get here, hike from the base of the Cerro Catedral ski resort along a 10-kilometer trail. With a slope of about 700 meters, it takes between 4-to-6 hours to reach the hut.
How to go / Cómo ir Tel. +54 9 2944 678333 – refugiofreybariloche@gmail.com www.refugiofreybariloche.com
Patagon Journal
E
l paisaje de este refugio de montaña es como si fuera sacado de algún cuento épico. Al final de un largo día de verano, los caminantes, corredores, escaladores y aventureros se juntan en el icónico refugio Frey, ubicado a 1700 m.s.n.m a orillas de la Laguna Toncek, para refugiarse y celebrar la vida al aire libre, bajo las inconfundibles torres de roca del Cerro Catedral. Ubicado a 40 kilómetros hacia el Oeste de Bariloche, Patagonia Argentina, el Refugio Frey está situado en un verdadero campo de sueños para los escaladores que, anualmente, vienen de todo el mundo. Formada por un granito naranjo perfecto, las agujas de roca de este lugar parecen diseñadas para ser escaladas. Repleto de hermosas fisuras, la gran cantidad de rutas en el sector ofrecen escalada tradicional o deportiva de todos los niveles de dificultad. La aguja principal, llamada Aguja Frey, está ubicada justo sobre el refugio, dándole la oportunidad a los
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cientos de escaladores que visitan el lugar para llegar a la pared en unos 15 minutos de caminata. El pintoresco Refugio Frey le debe su nombre al ingeniero Emilio Frey, quien, entre otros logros, presidió el Club Andino Bariloche (CAB) por 23 años. Su construcción, finalizada en febrero de 1957, está hecha de la misma roca de granito y la madera que se encuentra alrededor. Cuenta con un ambiente relajado y acogedor. Tiene capacidad para 35 personas y aunque está abierto todo el año, los meses de verano es cuando más clientes recibe. En esta época del año, el refugio cuenta con servicio de comidas y desayuno, así como acceso a la cocina para que tú también puedas cocinarte. Para llegar aquí, la caminata comienza en la base del centro de ski Cerro Catedral, por un sendero de 10 kilómetros. Con un desnivel de unos 700 metros, que tomará unas 4 a 6 horas para llegar a tu objetivo.
currents <actualidad> Patagonia Photographer of the Year announced Se anuncia el Fotógrafo del Año de la Patagonia
The winners of the 5th Patagonia Photo Contest Los ganadores del 5º Concurso de Fotografía de la Patagonia
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iguel Fuentealba, with his photo titled “Freedom,” something that so many of us yearn for during the present pandemic, was awarded Patagonia Photographer of the Year by the judges in the 5th Patagonia Photo Contest. Miguel’s photograph, which shows a man trekking on the snowy summit of Mount Tenerife, one of the most emblematic mountains of the Magallanes region in southern Chilean Patagonia, rose to the top of the many spectacular images submitted to the contest by professional and amateur photographers from around the world. For Miguel, the name of his photograph also refers to "what it feels like to live without being in a hurry or acting according to a plan." A selftaught photographer originally from Chile's Araucanía region, twenty years ago he moved to the Magallanes region in southern Chilean Patagonia.
During an award ceremony broadcast via live stream on Patagon Journal’s YouTube and Facebook pages, Miguel gave us the back story for his stunning photo. "I went as a driver (to Mount Tenerife) on an excursion, and the guide asked me if I wanted to go up with them. The idea was to get as far as we could." As they climbed higher and the clouds dispersed the majestic massif of Torres del Paine came into view, a real rarity, and he says that he felt almost an obligation to reach the summit to contemplate the special moment. "There were no footsteps, just fresh snow, and I began to think that nobody had ever been here." He added that the technical difficulties in achieving this photograph far exceeded what he had prepared for and he almost did not participate in the contest, but when he
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iguel Fuentealba, con su foto titulada "Libertad", algo que tantos anhelamos durante la actual pandemia, fue premiado como Fotógrafo del Año de la Patagonia por el jurado del 5º Concurso de Fotografía de la Patagonia. La fotografía de Miguel, que muestra a un hombre practicando senderismo en la cumbre nevada del monte Tenerife, una de las montañas más emblemáticas de la región de Magallanes, en el sur de la Patagonia chilena, se alzó con el primer puesto entre las numerosas y espectaculares imágenes presentadas al concurso por fotógrafos profesionales y aficionados de todo el mundo. Para Miguel, el nombre de su fotografía también hace referencia a "lo que se siente al vivir sin tener prisa ni actuar según un plan". Este fotógrafo autodidacta, es originario de la Araucanía chilena y hace veinte años se trasladó a la región de Magallanes.
Patagon Journal
MIGUEL FUENTEALBA
Durante la ceremonia de entrega de premios transmitida en directo por las páginas de YouTube y Facebook de Patagon Journal, Miguel nos contó la historia de su impresionante fotografía. "Fui como conductor (al monte Tenerife) en una excursión, y el guía me preguntó si quería subir con ellos. La idea era llegar lo más lejos posible". A medida que subían más alto y las nubes se dispersaban, apareció el majestuoso macizo de las Torres del Paine, una auténtica rareza. Dice que sintió casi la obligación de llegar a la cima para contemplar ese momento tan especial, "no había pisadas, sólo nieve fresca, y empecé a pensar que nadie había estado aquí". Añade que las dificultades técnicas para lograr esta fotografía superaron con creces lo que había preparado y estuvo a punto de no participar en el concurso, pero cuando se enteró del premio que se ofrecía no pudo resistirse.
heard about the prize on offer he could not resist. "I feel like I fulfilled the purpose of a photograph, that the photographer disappears. It is a photograph that invites you to witness Torres del Paine and feel the immensity of this place. It invites you to climb a mountain, and have different perspectives and feelings, to feel like an explorer. Feel the first contact with freedom," adds Miguel. Miguel's photo also won first place in the Outdoor Sports category. In the other categories, Nicolas Lagos came away with the win in the Nature category with his black-and-white photo of a puma titled “Pause.” Jorge Diehl of Brazil won the Climate Change category with his photo of the burning Amazon, aptly titled "Nature is asking us for help." And Russian photographer Lena Bam won the Travel & Culture category with her stunning sunrise photo of horses in Torres del Paine. The 5th Patagonia Photo Commenced in early August 2020, closing on November 2. The six judges for the competition included an all-star panel of photographers with long experience in the region: John Weller, Claudio Vidal, Nicolas Piwonka, Chantal Henderson, Romina Bottazzi, and Pablo Valenzuela. Each first place winner in the four ca-tegories will receive a gift card for use in the Patagonia stores in Chile, valued at 200,000 chilean pesos; a set of large exhibitformat photography books from Tompkins Conservation; and a complete collection of all the magazines published by Patagon Journal since 2011. The winners of second place in each category will receive high quality sunglasses made sustainably by Karun from recycled plastics recovered from the ocean.
NICOLÁS LAGO
JORGE DIEHL
LENA BAM
Patagon Journal is so appreciative of everyone who participated, many thanks to all of you, and we look forward to the next contest! You can view all of the contest winning photos at www. patagonjournal.com
Patagon Journal
"Siento que he cumplido el objetivo de una fotografía, que el fotógrafo desaparezca. Es una fotografía que te invita a presenciar las Torres del Paine y a sentir la inmensidad de este lugar. Te invita a subir a una montaña y a tener diferentes
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perspectivas y sensaciones, a sentirte un explorador. Sentir el primer contacto con la libertad", añade Miguel. La foto de Miguel también obtuvo el primer puesto en la categoría de deportes al aire libre. En las demás categorías, Nicolás Lagos se impuso en la categoría de Naturaleza con su foto en blanco y negro de un puma titulada "Pausa". Jorge Diehl, de Brasil, ganó en la categoría de Cambio Climático con su foto del Amazonas en llamas, titulada con acierto, "La naturaleza nos pide ayuda". Y la fotógrafa rusa Lena Bam ganó la categoría de Viajes y Cultura con su impresionante foto de caballos al amanecer en Torres del Paine. El 5º Concurso de Fotografía de la Patagonia comenzó a principios de agosto de 2020 y se cerró el 2 de noviembre. Los seis jueces del concurso constituyeron un panel de destacados fotógrafos con una larga experiencia en la región: John Weller, Claudio Vidal, Nicolas Piwonka, Chantal Henderson, Romina Bottazzi y Pablo Valenzuela. Cada ganador del primer lugar en las cuatro categorías recibirá una tarjeta de regalo para usar en las tiendas de Patagonia en Chile, valorada en 200 mil pesos chilenos; un set de libros de fotografía de gran tamaño en formato de exhibición de Tompkins Conservation; y una colección completa de todas las revistas publicadas por Patagon Journal desde 2011. Los ganadores del segundo lugar en cada categoría recibirán unos lentes de sol de alta calidad hechos de manera sostenible por Karun a partir de plásticos reciclados recuperados del océano. Patagon Journal agradece mucho a todos los que han participado, esperamos con ansias el próximo concurso. Puedes ver todas las fotos ganadoras del concurso en www.patagonjournal.com
currents <actualidad>
Last gasp at coal mine on Riesco Island El último suspiro de la mina de carbón en Isla Riesco GREGOR STIPICIC
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he embattled Invierno Mine on Riesco Island that has been embroiled in conflict with environmental groups over the past decade appears on the brink of closing. Chile’s last functioning coal mine, it is located in the Strait of Magellan off the southern Patagonia coast and backed by Copec, one of Chile’s largest fuel and forestry companies, and Ultramar, a Chilean shipping company. Last year, more than half of the sparsely populated 5,000-square-kilometer (1,930-sq-mile) island was protected as part of the new Kawésqar National Park. But the mine called for digging five massive open pits to produce up to six million tons of coal annually over 25 years. In February 2011, the center-right Sebastian Pinera government quickly approved environmental permits with almost no citizen input, prompting a flurry of lawsuits. The project then commenced in 2012, but three years later the company announced it would need to use explosives to continue because the rock there was harder than they had anticipated. The highly destructive blasting technique they sought sparked a new legal showdown over the destruction of local flora and fauna. Nevertheless, the company won approval in September 2018 but after 43 blasts in May 2019 a regional envi-
ronmental court in Valdivia shut the project down citing in particular a lack of environmental impact studies on how blasting might affect an important ecosystem containing plant fossils. It was to mark the beginning of the end. In October, Chile’s lower house of parliament approved closing all thermoelectric plants using coal by 2025. With the writing on the wall, the company has laid off 800 workers, 90 percent of its work force, effectively stopping the project – for now. Still, the company is in no hurry to exit,rather they appear to be holding out hope of a revival. Indeed, until they definitively withdraw their environmental permit, the project is not dead yet. Says Guillermo Hernandez, general manager of Invierno Mine, they will “tranquilly take their time over the next three or four years” to complete the closure of the mine and reforest and revegetate the areas they battered. For Gabriela Simonetti, a leader of local citizen group Alerta Isla Riesco, the Invierno Mine “is a clear example of how you should not invest in Chile.” Ana Stipicic, a co-founder of Alerta Isla Riesco, added that “green and renewable energies should gain more ground” in the new energy scenario and “they will generate far more jobs” than the carbon polluting coal industry.
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a asediada Mina Invierno, situada en la isla Riesco, que se ha visto envuelta en un conflicto con grupos ecologistas durante la última década, parece estar a punto de cerrar. Se trata de la última mina de carbón en funcionamiento de Chile, situada en el Estrecho de Magallanes, frente a la costa meridional de la Patagonia, y respaldada por Copec, una de las mayores empresas forestales y de combustibles de Chile,y Ultramar,una compañía naviera chilena. El año pasado, más de la mitad de la isla de 5.000 kilómetros cuadrados, escasamente poblada, fue protegida como parte del nuevo Parque Nacional Kawésqar. Pero la mina preveía la excavación de cinco enormes pozos abiertos para producir hasta seis millones de toneladas de carbón al año durante 25 años. En febrero de 2011, el gobierno de centro-derecha de Sebastián Piñera aprobó rápidamente los permisos ambientales sin apenas contar con la opinión de los ciudadanos, lo que provocó una oleada de demandas. El proyecto comenzó entonces en 2012, pero tres años después la empresa anunció que necesitaría usar explosivos para continuar porque la roca allí era más dura de lo que habían previsto. La técnica de voladura, muy destructiva, provocó un nuevo enfrentamiento legal por la destrucción de la flora
Patagon Journal
y la fauna locales. No obstante, la empresa obtuvo la aprobación en septiembre de 2018, pero tras 43 voladuras en mayo de 2019 un tribunal regional de medio ambiente de Valdivia clausuró el proyecto alegando, en particular, la falta de estudios de impacto ambiental sobre cómo las voladuras podrían afectar a un importante ecosistema que contiene fósiles vegetales. Esto iba a marcar el principio del fin. En octubre, la cámara baja del parlamento chileno aprobó el cierre de todas las centrales termoeléctricas de carbón para 2025. La empresa ha despedido a 800 trabajadores, el 90% de su plantilla, lo que supone la paralización del proyecto, por ahora. Sin embargo, la empresa no tiene prisa por salir, sino que parece mantener la esperanza de una reactivación. De hecho, hasta que no retiren definitivamente el permiso medioambiental, el proyecto no está muerto todavía. Según Guillermo Hernández, director general de la Mina Invierno, se tomarán "tranquilamente su tiempo durante los próximos tres o cuatro años" para completar el cierre de la mina y reforestar y revegetar las zonas que maltrataron. Para Gabriela Simonetti, líder del grupo ciudadano local Alerta Isla Riesco, la Mina Invierno "es un claro ejemplo de cómo no se debe invertir en Chile". (Paula Fernández)
Patagonia bigger carbon sink than Amazon La Patagonia es un sumidero de carbono más grande que el Amazonas TOMPKINS CONSERVATION
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he 17 parks that make up Chile’s “Route of Parks of Patagonia” are a richer carbon sink than even the Amazon rainforest – oft referred to as the “lungs of the planet” because of its capacity to absorb carbon dioxide, so says a study released in October by the National Geographic Society which said that the colder temperatures in the Patagonia region cause the decomposition processes of organic matter to occur at a slower rate. Says Ingrid Espinoza, con-
servation director at Tompkins Conservation Chile: “The data indicates that, on average, each hectare of the Route of Parks stores 558 tons of carbon. If we compare this figure with other studies, it can be concluded that the Route of Parks stores almost 3 times more carbon per hectare than the forests of the Amazon, taking into account the biomass and soil of the forests.” With that kind of data, the argument for conserving Patagonia also just got hotter quick.
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os 17 parques que componen la Ruta de los Parques de la Patagonia de Chile son un sumidero de carbono incluso más rico que la selva amazónica – a la que se suele llamar el “pulmón del planeta” por su capacidad de absorber dióxido de carbono, debido a que los procesos de descomposición de la materia orgánica en la región patagónica son más lentos por las bajas temperaturas, según un estudio publicado en octubre por la National Geographic Society. Ingrid Espinoza, directora de conservación de Tompkins
Conservation Chile, comenta: “Estos datos indican que en promedio cada hectárea de los parques de la Ruta de los Parques almacena 558 toneladas de carbono, y si esta cifra la comparamos con otros estudios, se puede concluir que almacena casi tres veces más carbono por hectárea que los bosques de la Amazonía, considerando la biomasa y suelo de los bosques”. Con este tipo de datos, el argumento a favor de la conservación de la Patagonia también acaba de encenderse con más fuerza. (Paula Fernández)
Salmon farming boat traffic threatens blue whales
El tráfico de barcos salmoneros amenaza a las ballenas azules
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study published in the scientific journal Nature in January finds that the endangered blue whale is threatened by boat collisions off the coast of northern Chilean Patagonia and Chiloe Island. Moreover, 83 percent of the up to 1000 boats that move through these waters each day belong to the salmon farming industry. The blue whale – the world’s largest mammal – feeds and raises its young off Chilean Patagonia. The scientists estimate that between 200 and 700 individual blue whales populate the zone in question. Using satellite tracking of the whales and vessel traffic data released by the Chilean fisheries service, the
scientists show precisely where the collisions happen. “ Fi e l d o b servations that we have carried out indicate that when blue whales feed, they practically only pay attention to this activity,” said Rodrigo Hucke-Gaete, a marine mammal biologist at the Universidad Austral and co-author of the study. “This makes them more prone to being hit by boats and particularly at night, when, according to other investigations, whales are on average closer to the surface as a result of their food also rising to the surface.”
Patagon Journal
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n estudio publicado en la revista científica Nature revela que la ballena azul, en peligro de extinción, está siendo amenazada por las colisiones de barcos frente a las costas del norte de la Patagonia chilena y la isla de Chiloé. Y que además, el 83% de los hasta 1.000 barcos que circulan por estas aguas cada día pertenecen a la industria salmonera. Los científicos estiman que entre 200 y 700 ejemplares de ballena azul pueblan la zona en cuestión. Utilizando el seguimiento por satélite de las ballenas y los datos sobre el tráfico
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de embarcaciones publicados por el Sernapesca, los científicos muestran con precisión dónde es probable que se produzcan las colisiones." Observaciones de campo que hemos realizado indican que cuando las ballenas azules comen, prácticamente solo le prestan atención a esta actividad", afirma Rodrigo Hucke-Gaete, biólogo de la Universidad Austral y coautor del estudio. "Esto las hace más proclives a ser chocadas por embarcaciones, particularmente durante la noche, cuando, según otras investigaciones, las ballenas se encuentran en promedio más cerca de la superficie producto que su alimento también sube a la superficie". (J.L.)
currents <actualidad>
Fireflies: Biking the Andes to combat cancer Ciclismo en los Andes para combatir el cáncer MATT MAYNARD
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ou are not here to ride for yourself you are here to ride for the children. And that can give you all the power.“ With these words, Alan Weschler opened the Fireflies Patagonia bike raid last year, arguably the hardest gravel bike event on the planet. Now coming up on its fifth year, Fireflies Patagonia raises money for respective Chilean and British children’s cancer charities Vivir Más Feliz and Bloodwise. The raid (it’s not a race) sends cyclists on a helter-skelter ride over Chilean volcanoes and mountain ranges, through glacial rivers and monkey puzzle forests, from the shore of Frutillar in the Chilean Lake District to the lava slopes of Corralco in the Araucanía region. Over eight days, Fireflies riders cover more than 1000km of gravel roads and single track on either side of the Andean spine between Argentina and Chile. Dressed in their distinctive red jerseys, the riders climb over three times the height of Everest from sea level. Last year, the event culminated with a punishing final day’s ride going from Santiago to the Valle Nevado ski resort, situated at 3000 meters. This
year the event in Patagonia will be held March 4 – 11. The idea first began in 2001 when famed Blade Runner film director Ridely Scott created the original version in the Alps to raise money for British cancer charity Bloodwise. The concept was later exported to the United States in 2007, and in 2015 a Fireflies event was started in New Zealand. But the solidarity of the riders who always wait for the slower members (sometimes even helping literally push them uphill) is present in all Fireflie rides, as is the motto linking the gruelling bike event to the charities: "For those who suffer; we ride." Weschler is the general manager of the Vivir más Feliz foundation. Fireflies Patagonia sponsored riders have helped his foundation raise almost one-third of the US$3.5 million needed to open a new regional children's cancer center in the southern Chilean city of Temuco. “You are showing all the people,” Weschler told the Fireflies participants at the start of last year’s raid, “that the sport can be collaborative.” Raising his glass he added, “Fireflies are something that gives light.” For info on Fireflies Patagonia 2021, visit www.firefliespatagonia.com
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sted no está aquí para montar por sí mismo, está aquí para montar por los niños. Y eso puede darte todo el poder". Con estas palabras, Alan Weschler abrió la tour de ciclismo Fireflies Patagonia el año pasado, posiblemente el evento de bicicleta de ripio más difícil del planeta. Ahora en su quinto año, Fireflies Patagonia recauda dinero para las organizaciones benéficas de cáncer infantil Vivir Más Feliz de Chile y Bloodwise de Inglaterra. El evento envía ciclistas en un paseo helter-skelter sobre volcanes y cordilleras chilenas, a través de ríos glaciares y bosques de araucarias, desde la orilla de Frutillar en la región de los Lagos de Chile hasta las laderas de lava de Corralco en la región de La Araucanía. En ocho días el tour de ciclismo Fireflies cubrirá más de 1000km de caminos de ripio y senderos single-track a ambos lados de los Andes de Chile y Argentina. Vestidos con sus distintivas camisetas rojas, los ciclistas subirán más de tres veces la altura del Everest desde el nivel del mar. Este año el evento se llevará a cabo del 4 al 11 de marzo. Fireflies comenzó en 2001 cuando Ridely Scott, el famoso director de la película Blade Runner, creó la versión original en los
Patagon Journal
Alpes de Europa para recaudar dinero para la organización benéfica británica contra el cáncer Bloodwise. El concepto fue exportado más tarde a los Estados Unidos en 2007, y en 2015 se inició un evento de Fireflies en Nueva Zelanda. Pero la solidaridad de los ciclistas que siempre esperan a los miembros más lentos (a veces incluso ayudando literalmente a empujarlos cuesta arriba) está presente en todas las excursiones en bicicleta de Firefllies, como es el lema que une el agotador evento de bicicleta a las organizaciones benéficas: "Para los que sufren, vamos en bici". Weschler es el gerente general de la Fundación Vivir más Feliz. Los patrocinadores de los participantes en Fireflies Patagonia han ayudado a su fundación recaudar US$1 millón de los US$3.5 millones necesarios para abrir un nuevo centro de tratamiento de cáncer infantil en la ciudad de Temuco, en el sur de Chile. "Estás mostrando a toda la gente", dijo a los participantes de Fireflies en el evento del año pasado, "que el deporte puede ser colaborativo". Levantando su vaso añadió: "Los Fireflies son algo que da luz". (Matt Maynard) Para información sobre Firefllies Patagonia 2021, visite www. firefliespatagonia.com
environment
<medioambiente>
Chile’s New Constitution: | La nueva Constitución chilena
Should Nature Have Rights?
¿Debe la naturaleza tener derechos? CARLOS LASTRA
The indigenous worldview could provide inspiration for guaranteeing nature’s rights, thereby protecting it for future generations. La cosmovisión de los pueblos originarios podría inspirarnos para garantizar el derecho de los ríos a fluir libres y el de las montañas a ser intocadas, asegurando su conservación a las futuras generaciones. By PAULO URRUTIA and PATRICK LYNCH
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ecently, we started out on a kayaking trip along the Biobío River, from its headwaters at Laguna Galletué to the Ralco dam reservoir. For several days we paddled its turbulent waters among hilly plateaus surrounded by araucaria trees. Coihue and native oak trees covered the landscape. Countless torrent ducks and birds such as cormorants and kingfishers dancing again and again in front of our eyes. But this celebration of life rapidly came to a halt after a brutal encounter with the manmade Lake Ralco. The abrupt disappearance of the birds and the smell of decomposing organic matter on the banks of this artificial lake left us silent, our souls in the air: we had witnessed the consequences of mutilating a river.
The cultural significance of the Biobío River – Butaleubu in the indigenous language mapudungún – is reflected in the Mapuche worldview, which believes in the parallel existence of both a great earthly river and a spiritual river. Both are necessary for balance between the two dimensions. For a very long time, the Biobio represented the great earthly river, with its hundreds of braids extending throughout the region. The Mapuche worldview is like that of many other indigenous groups that live in close contact with the land in that it personifies the presence of spirits in certain ecological spaces. Ngen are the spirits who protect and steward nature; Pillan are the collective spirits that inhabit volcanoes.
Patagon Journal
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ace unos meses comenzamos un viaje en kayaks por el río Biobío, desde su nacimiento en la laguna Galletué hasta el embalse Ralco. Durante un par de días navegamos sus turbulentas aguas entre mesetas rodeadas de araucarias. Luego los coihues y robles cubrieron el paisaje, mientras una infinidad de correntinos, cormoranes y martines pescadores danzaban una y otra vez frente a nuestros ojos. Todo este festín de vida de pronto se vio bruscamente borrado tras el encuentro brutal con lo que hoy es el lago artificial Ralco. La desaparición abrupta de las aves y el olor a descomposición de la materia orgánica que había en sus riberas nos dejaron en silencio, con el alma en vilo: éramos
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testigos de las consecuencias de la mutilación del río. La importancia cultural del río Biobío – Butaleubu en mapudungún – se ve reflejada en la cosmovisión mapuche, que da cuenta de la existencia de un gran río terrenal y otro espiritual, correspondencia necesaria para el equilibrio entre las dos dimensiones. El Biobío representó durante largo tiempo el gran río terrenal, con sus cientos de ramificaciones extendidas por el territorio. La cosmovisión mapuche así como la de muchos otros pueblos que han habitado en contacto con la Tierra – personifica en ciertos espacios ecológicos la presencia de espíritus como los Ngen (espíritus dueños y protectores de la naturaleza) o Pillán (espíritus colectivos como
BASTIAN GYGLI
Death of a forest near the Biobio River in Chile. La muerte de un bosque cerca del río Biobio en Chile.
This view engenders a relationship of respect toward nature, establishing an interaction and interdependence among all living beings and making up one great living organism known as Itrofil Mogen. As visitors to these spaces, whether a mountain, wetland, or river, we must respectfully request permission to enter. This is why what happened on the Biobio – and what continues to happen in many other areas – is a culture shock between two opposing concepts of nature: the western view that sees nature’s utilitarian value as a “resource;” and the indigenous worldview that perceives nature as a living and sentient being. Science is generating greater support for the latter, with examples like Gaia Theory or referring to the rivers as being alive (“Los Ríos Están Vivos”). Would it be possible to take inspiration from indigenous groups in order to guarantee rivers’ right to flow, or mountains’ right to exist, and assure future generations that nature will be protected? Until a few months ago, the idea of a democratic and sovereign constitution that defines the pillars upon which Chilean
society is based appeared to be a distant yearning, far from the national reality. However, the process that Chile is currently undergoing has demanded a new fundamental basis that responds to the needs of 21st century society. The current model that governs the country’s centralized “social order” generates mistrust among residents, based as it is on an extractionist economic model that fails to take into consideration both social and environmental externalities. In recent years, a series of legislative proposals have been based on collective and intangible rights, as well as future rights. Traditionally, nature has been subjected to a system of legal property based on western concepts. However, just as inheritance laws exist – a future individual right – it’s possible to think of a future collective right, such as the right for future generations to live in an environment free of contamination. Inspired by indigenous worldviews, we might legally treat nature and its ecosystems as living organisms, thereby granting them their own rights. In 2017, New Zealand’s Whanganui River became the
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los que habitan en los volcanes). Así genera una relación de respeto hacia la naturaleza, estableciendo una interacción e interdependencia entre todas las vidas, constituyendo un solo gran organismo vivo (Itrofil Mogen). Nosotros, como visitantes de esos espacios, ya sea una montaña, un humedal o un río, debemos pedir permiso al irrumpir en ellos. Por eso lo que ocurrió en el Biobío –y sigue sucediendo en muchos territorios– es un choque cultural entre dos concepciones opuestas de la naturaleza: por una parte, la occidental, que la entiende de manera utilitaria como un “recurso”, y por otra, la de los pueblos originarios, que la percibe como un organismo vivo y sintiente. La ciencia cada vez genera más sustento a esta última concepción, con ejemplos como la Teoría de Gaia o Los Ríos están Vivos. ¿Sería posible inspirarnos en la cosmovisión de los pueblos originarios para garantizar el derecho de los ríos a fluir o el de las montañas a existir, y asegurar a las futuras generaciones su conservación? La idea de una constitución democrática y soberana que definiera los pilares sobre los
Patagon Journal
cuales la sociedad chilena se erigiría sonaba, hasta hace pocos meses atrás, como un anhelo lejano dentro de la realidad nacional. Sin embargo, el proceso por el cual se encuentra atravesando nuestro país ha demandado una nueva carta fundamental que responda a las demandas de una sociedad del siglo XXI. El modelo actual que rige nuestro “orden social”, de carácter centralizado, genera desconfianza en las poblaciones locales, ya que descansa en un modelo económico extractivista que no considera las externalidades negativas, tanto sociales como ambientales. En los últimos años han surgido una serie de propuestas legislativas fundamentadas en el marco de los derechos colectivos e intangibles, así como los derechos futuros. Tradicionalmente, la naturaleza ha estado sujeta a un régimen de propiedad legal basada en la propiedad occidental. Sin embargo, así como existe el derecho a la herencia – un derecho futuro individual -, es posible pensar en un derecho futuro colectivo, como lo sería el derecho a que las futuras generaciones vivan en un ambiente libre de contaminación - un derecho futuro colectivo. Y si pensamos, inspirados en las cosmovisiones indígenas, que la naturaleza y sus ecosistemas son organismos vivos, es posible también atribuirle a ésta una condición de sujeto de derecho. El 2017 el río Whanganui de Nueva Zelanda se convirtió en el primero del mundo al que se le otorgó personalidad jurídica, luego que los maoríes llevaran años pidiendo su reconocimiento como entidad viva. Posteriormente, India reconoció los ríos Ganges y Yamuna como entidades legales, pero esos derechos fueron anulados. En julio del 2019, Bangladesh otorgó a todos sus ríos el mismo
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<medioambiente> world’s first river to be granted legal status, after the Māori fought for years to have it recognized as a living entity. Later, India recognized the Ganges and Yamuna rivers as legal entities, but these rights were later annulled. In July 2019, Bangladesh granted all of its rivers the same status, and in September of the same year the Yurok tribe of California, in the United States, continued the same legal path with the Klamath River. In South America, Ecuador and Bolivia have been the pioneers of incorporating nature’s “right to comprehensive respect” in their constitutions. The indigenous communities in New Zealand had fought more than 160 years for recognition of their deep relationship to the Whanganui River, ever since the signing of the Treaty of Waitangi, the country’s founding document, in 1840. Today they celebrate having achieved that first step, while communities along the river are joining forces to build a strategy that treats the body of water as a single indivisible entity. This offers the country a framework for outlining a new path toward protecting the Whanganui and provides an example to the world of how to take care of our planet’s arteries – its waterways. Legal guardians can defend the river in court if its rights are violated. The law does not offer iron clad protection, but it’s a solid start for those who want to defend a river’s rights. Another notable example is that of Ecuador. Chapter 7, article 71 of Ecuador’s constitution declares that “nature, or pachamama, where life is produced and carried out, has a right to comprehensive respect for its existence and for the maintenance and regeneration of its vital cycles, functions, and evolutionary
processes.” In practice, this means that all people, communities, indigenous groups and nations can hold Ecuadorian authorities accountable for guaranteeing nature’s rights. The interesting thing about this clause, which was later emulated by Bolivia, is the granting of positive rights: the right to be restored, regenerated, or respected (article 72). It also resolves the matter of legitimacy, guaranteeing the law’s application to everything
estatus. Y en septiembre de aquel año, la tribu Yurok en California, Estados Unidos, siguió ese camino con el río Klamath. En Sudamérica, pioneros son Ecuador y Bolivia en incorporar dentro de sus constituciones el “derecho al respeto integral” de la naturaleza. Las comunidades indígenas del territorio neozelandés llevaban luchando por el reconocimiento de su profunda relación con el río Whanganui más de 160 años, desde la firma en
DENNIS KUHN
A group of Maori participating in an indigenous ceremony on the Whanganui River in New Zealand. Un grupo de maoríes que participan en una ceremonia indígena en el río Whanganui en Nueva Zelanda.
evenly, which is to say that in Ecuador any person – regardless of his or her relationship to a determined portion of land – can go to court to protect it. In another example, in Colombia in 2017, the residents of the Cajamarca municipality voted against gold exploitation in their area, opposing the mining project La Colosa with the slogan “water is worth more than gold” and, importantly, appealing to the fact that nature has rights. The fight to achieve this paradigm shift also occurred on the shores of Lake Erie in the United States when Toledo approved an ordinance that permits its citizens to sue in the name of the lake in response to high contamination rates.
Patagon Journal
1840 del Tratado de Waitangi, el documento fundacional de Nueva Zelanda. Hoy celebran el primer paso y comienzan a reunirse a lo largo del río para construir una estrategia que aborde el cuerpo de agua como un todo indivisible. Esto ofrece a ese país un marco para trazar un nuevo rumbo para proteger al Whanganui y proporcionar al mundo un plan para cuidar las arterias de la Tierra. Ahora hay guardianes que pueden defender al río en la corte si se violan sus derechos. La ley no ofrece protecciones revestidas de hierro, pero son una garantía para aquellos que quieren velar por esos derechos. Otro ejemplo notable es el de Ecuador. El capítulo 7° artículo 71 de la Constitución declara
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que “la naturaleza o Pacha Mama, donde se reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que se respete integralmente su existencia y el mantenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, estructura, funciones y procesos evolutivos”. En la práctica, eso significa que todas las personas, comunidades, pueblos y naciones pueden exigir que las autoridades ecuatorianas garanticen los derechos de la naturaleza. Lo interesante del caso ecuatoriano, que luego fue emulado en Bolivia, es el otorgamiento de derechos positivos: el derecho a ser restaurado, regenerado o respetado (artículo 72). También resuelve la cuestión de la legitimidad de la manera más completa posible garantizando su aplicación a todos. En Ecuador cualquier persona – independientemente de su relación con una porción determinada de tierra- puede ir a la Corte para protegerla. En Colombia, el 2017 los habitantes del municipio de Cajamarca, bajo el lema “El agua vale más que el oro” y apelando a la naturaleza como sujeto de derecho, en un plebiscito votaron en contra de la explotación de oro en sus territorios oponiéndose al proyecto minero La Colosa. La lucha para lograr este cambio de paradigma también ha ocurrido a orillas del lago Erie, en EE.UU. La ciudad de Toledo aprobó una ordenanza que permitiría a sus ciudadanos demandar en nombre del lago en respuesta a los altos índices de contaminación de sus aguas.
La gran deuda chilena
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través de normativas como la Ley de Antiterrorismo o la Ley de Seguridad Interior del Estado, Chile ha incurrido en una persecución sistemática sobre personas del pueblo mapuche que se han dedicado a resistir la destrucción de bos-
ERICK VIGOUROUX
Kayakers arriving at the San Pedro River hydroelectric dam. Kayakers llegando al Central Hidroeléctrica San Pedro.
CARLOS LASTRA
The Great Chilean doubt
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hrough regulations like the Anti-terrorist Law and the State Interior Security Law, Chile has incurred systematic persecution of Mapuche people who have spoken out against the destruction of forests, rivers, and mountains. This, despite the fact that International Labour Organization (ILO) Convention 169, an international treaty related to indigenous peoples and signed by Chile, establishes “the State’s obligation to respect the special importance of cultural and spiritual values that cloaks indigenous people’s relationship to the land or territory.” Today there are political prisoners who have been detained for defending their territory; for accessing culturally and ecologically significant places, like the Tralcal cousins for the Lucksinger Mackay case; or Millaray Huichalaf, the machi (a religious figure in Mapuche culture), and other defenders of the Pilmaiquén River. Francisca Linconao, another machi, is known for being one of the accused in the Lucksinger Mackay case from which she was later absolved, but few know about her active role in protecting the forests and waters of her region. In 2008, she filed a civil suit
against Palermo Society Ltd, denouncing the illegal deforestation of native forests that infringed on Article 5 of Chile’s Forest Law, in addition to affecting a culturally significant site called menokos made up of wetlands inhabited by the Ngen spirits. The Appeals Court of Temuco ruled in her favor, making her the first person to use the ILO Convention 169 in Chile. It would seem that we are in the midst of a transition toward recognizing the Earth’s value as a whole – with legal and juridical bases. Prioritizing the well-being of ecosystems for humanity – present and future – and for other living organisms, within a new legal framework, is our next big challenge. Considering how nature functions requires us as a society to adjust our institutions so they can respond to these dynamics. The conditions are there: indigenous people’s profound understanding of nature already exists, ready to be applied in a new constitution. Civil society and empowered communities will determine in what ways these issues emerge. It depends on us to define the new country we want as we build our new magna carta.
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ques, ríos y montañas. Esto a pesar que el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), un tratado internacional sobre pueblos indígenas ratificado por Chile, establece “la obligación del Estado de respetar la importancia especial que para las culturas y valores espirituales de los pueblos indígenas reviste su relación con las tierras o territorios”. Hoy existen presos políticos por defender sus territorios y acceder a espacios de significación cultural y ecológica, como los primos Tralcal - por el caso Lucksinger Mackay- o la machi –figura de la cultura religiosa mapuche- Millaray Huichalaf y los defensores del río Pilmaiquén. La machi Francisca Linconao, es conocida por ser una de las acusadas en el caso Lucksinger Mackay, del cual luego fue absuelta, pero poco se sabe de su activo rol como defensora de bosques y aguas de su territorio. El 2008 interpuso un recurso de protección contra la Sociedad Palermo Limitada, denunciando la tala ilegal de bosque nativo infringiendo el artículo 5 de la Ley de Bosques, además de la afectación de un sitio de significación cultural,
Patagon Journal
los denominados “menokos”, que corresponden a humedales en los que habitan los Ngen. La Corte de Apelaciones de Temuco falló a su favor y se convirtió en la primera persona en utilizar el Convenio 169 de la OIT en Chile. Pareciera que nos enfrentamos a un escenario de transición hacia un reconocimiento, con bases legales y jurídicas, del valor de la Tierra en su conjunto. El establecimiento del bienestar de los ecosistemas para la humanidad – presente y futura- y los otros organismos vivos como prioridad en un nuevo marco jurídico es el desafío del nuevo siglo. Considerar la forma en que la naturaleza funciona nos obliga como sociedad a adecuar nuestras instituciones para que respondan a estas dinámicas. Las condiciones están dadas: el profundo entendimiento de la naturaleza de nuestros pueblos originarios ya existe para ser aplicado en una nueva constitución. La sociedad civil y comunidades empoderadas determinarán de qué manera estos temas serán considerados. Depende de nosotros que en esa carta magna quede plasmado el nuevo país que queremos construir.
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Species Profile Perfil de Especie
Chucao T
he song of the chucao (Scelorchilus rubecula) is a familiar one for visitors to southern Chile. The bird’s melody is easily distinguishable, unlike its small figure. Indeed, it is so striking that Nobel Prize-winning Chilean poet Pablo Neruda dedicated a poem to the bird’s singing, writing that “it’s long overflowing cry, breaks with his cry of water, a thousand long years of silence, in which only leaves had fallen, and the roots occupied as invaders this kingdom.” Endemic to the temperate forests of central and southern Chile and adjacent areas of Argentina, the chucao is especially abundant between Valdivia and Chiloe, but because of its small size and quick movements, it’s not always easy to spot. They typically are no more than 19 centimeters long and have difficulty flying, so they frequently prowl, feed, nest and hide among the branches, hollow trunks and shrubs on the forest floor.
GABRIELA CONTRERAS
According to local legend, hearing a chucao means good luck, but only if you hear it on your right. If you hear it from your left, that’s a bad sign, and perhaps you should turn around. But to see a chucao, that is a rare, cherished experience. The chucao is a curious breed and it approaches stealthily, jumping up and down, when it perceives intruders in its territory. Yet, they are so elusive that sometimes it is better to pass up the opportunity for a good photograph. “One time, one quickly approached me, without fear, until it actually leaped up on to one of my boots. I stayed still and practically held my breath without being able to take a photo of her until she slowly walked away,” says Gabriela Contreras, a member of Chile’s Bird and Wildlife Watchers Network. The good news is that this red-breasted bird with a black beak is not considered a threatened species, and if Chile can save its dwindling native forests then it’s future is secure.
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E
l canto del chucao (Scelorchilus rubecula) no es un sonido ajeno para quienes han visitado el sur de Chile. La melodía de esta ave es fácilmente distinguible, a diferencia de su pequeña figura. Tan llamativo es su canto que, el poeta chileno, Pablo Neruda le dedicó un poema donde describe haber oído un “largo grito desbordante, él rompe con su grito de agua mil años largos de silencio en que sólo cayeron hojas y las raíces ocupan como invasores este reino”. Endémico de los bosques templados del centro y sur de Chile y las zonas adyacentes de Argentina, el chucao es especialmente abundante entre Valdivia y Chiloé, pero debido a su pequeño tamaño y ágiles movimientos, pueden ser difíciles de detectar. Típicamente no superan los 19 centímetros de largo y tienen dificultad para volar, por lo que con frecuencia se alimentan, anidan y se esconden entre ramas, troncos huecos y arbustos del suelo del bosque. Según la leyenda local, atraer al chucao podría significar tam-
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bién atraer buena fortuna para los viajeros, pero sólo si este se oye por la derecha, de lo contrario es mejor desistir de la travesía. Pero ver un chucao, esa es una experiencia rara y preciada. Es un ave increíblemente curiosa y se acerca sigilosamente dando pequeños brincos cuando percibe intrusos en su territorio. Sin embargo, es tan escurridiza que a veces es mejor dejar pasar la oportunidad de una buena fotografía. “Una vez uno se acercó rápidamente a mi, sin miedo, hasta subirse a uno de mis bototos. Así que me quedé inmovil y prácticamente aguanté la respiración sin poder sacarle fotos hasta que se alejó lentamente entre las quilas” cuenta Gabriela Contreras, miembro de la Red de Observadores de Aves y Vida Silvestre de Chile. La buena noticia es que este ave de pecho colorado y pico negro no se considera una especie amenazada, y si Chile puede salvar sus disminuidos bosques nativos, entonces su futuro está asegurado. (Caterinna del Río)
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