5 EL RECHAZO Y LA CARENCIA AFECTIVA
E
l dolor de la soledad es considerado el daño emocional más cruel que puede experimentar el ser humano. Luego de este, el dolor más profundo es el causado por el rechazo. El rechazo duele. Estudios académicos muestran que el sentimiento de rechazo es semejante al dolor físico, activando incluso las mismas áreas del cerebro. Sin embargo, mientras los dolores físicos pueden ser tratados con medicamentos o ejercicios, los dolores emocionales, como el del rechazo, pueden durar años. Podemos definir el rechazo como abandono o repudio. Causa mayor dolor cuando el que nos rechaza es una persona que nos afecta, de quien esperábamos amor y cuidado, como nuestros padres, nuestro cónyuge, nuestros hijos o amigos cercanos, o personas a quienes apreciamos o amamos. El rechazo produce un vacío en la persona, una carencia a ser suplida que parece no tener fin ni sustitutos, causando una herida que tarda bastante en cerrar. Las personas que se sienten rechazadas asocian estas nuevas emociones a vivencias anteriores que les generaron un sentimiento de rechazo en el pasado, tales como un abandono parental o bullying. Cuando un novio se va, un marido traiciona a su mujer o una esposa decide abandonar la casa, se abren nuevas heridas que se suman a las antiguas. Eso hace que la persona establezca un patrón asociativo automático y crea que le sucederá nuevamente: «¡Todos me rechazarán!» Muchos de los que fueron rechazados terminan boicoteando sus nuevas experiencias. Seguramente busquen los mismos patrones de