Jueves 29 de mayo de 2014 ·
ISSN 0121 9839 · Número 258 · $9.900
30 años
Arquitectura & Diseño en treS décadas
Columnista invitado Historia de una trayectoria
Memoria arquitectónica: EVOLUCIÓN ARQUITECTÓNICA
14. Hotel Santa Clara 16. Cámara de Comercio de Bogotá, Sede Salitre 18.Edificio Calle 82 20. Conjunto de Obras de la Universidad Jorge Tadeo Lozano
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22. Crepes & Waffles 24. Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República 26. Parque Biblioteca España 28. Colegio Santo Domingo Savio 30. Metro de Medellín y Transmilenio de Bogotá 34. Ciudadela Colsubsidio
Protagonistas del diseño: Hecho en Colombia
37. Jaime Gutiérrez Lega 38. Dicken Castro 40. Billy Escobar Reyes 42. Rodrigo y Fernando Márquez 44. Cristina Biermann 45. Andrés Aitken 46. Alberto
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Mantilla 48. Pablo Naranjo 50. Gerardo Simón 51. Ricardo Bohórquez
Íconos del diseño: Clásicos en 3 décadas
53. Tetera con pájaro 54. Silla Toledo 55. Lámpara Tolomeo 56. Silla Aeron 58. Anna G. 60. Silla Bar Bombo 62. Silla Louis Ghost 64. Lámpara Burgie 66. Sofá Boutique
Habitar Presenta 68. DeArboleda, pasión por los espacios 70. ARKOS, Un aliado para construir mejor 72. DW Textiles, el mundo de las telas
Casas colombianas: 74. Inspiración paisaInspiración paisa 80. Casa esculpida 86. Un abrazo con la naturaleza 92. Una botica con casa 98. Confort en concreto y paja 104. Todo al alcance
Arquitectos en el exterior:
Arquitectura en tres continentes
111.Diseñar la vida 112. Ideas construidas 113. Artesanía y técnica 114. una visión multicultural
contenido
Mundo:
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116. Sobre el agua, un loto se abre 120. Libro abierto 126. A corazón abierto
52 67 74 110 116
30 años
H Patricia Ruan / Directora patriciaruangh@gmail.com ruanpatricia@hotmail.com
an pasado un poco más de 30 años desde que circuló el primer número de HABITAR a fines de 1983. En ésta edición especial celebramos la arquitectura y el diseño a través de la presencia de arquitectos, diseñadores industriales, diseñadores de interiores y especialistas en general. Este puñado de nombres representa a los cientos de personas que han marcado hitos en la arquitectura y el diseño en nuestro país desarrollando, desde objetos hasta edificios, incluso fuera de Colombia porque muchos de ellos tienen su practica en el exterior. Nuestra selección no es exhaustiva, no puede serlo, pero sí pretende ser representativa de tres décadas de búsquedas, logros e innovaciones que sentaron bases para nuestro desarrollo en estos campos. Desde su aparición, HABITAR ha enfrentado retos y lo seguirá haciendo. El primero fue su entrada en el contexto de las revistas de arquitectura, dominado por los títulos ya legendarios de Proa y Escala. Ese primer reto lo afrontaron la Casa Editorial El Tiempo y el primer director de HABITAR, Fernando Correa Muñoz. En tiempos más recientes, la revista ha afrontado un nuevo desafío: dejar atrás el formato de prensa e incursionar en el de las revistas de nicho, lo que sucedió en septiembre de 2012,
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con nuevo formato y papel y circulando con 11 ediciones anuales. Un salto al vacío cuando el universo de revistas ya contaba con una variada serie de propuestas serias e interesantes, pero los lectores y anunciantes que nos han acompañado en estos años merecían esta renovación editorial. Ahora aquí estamos, 18 meses después celebrando los 30 años de ejercicio profesional de una marca con la que seguimos adelante fortalecidos y atentos a las posibilidades de la era digital, en la que la información viaja tan de prisa por nuevas autopistas, tan profunda y vasta como lo quieran, sobre el tema de su predilección. Creemos que la impresión que causa una revista de arquitectura, diseño y decoración que puede ser ojeada y remirada, que pasa de mano en mano, que es registro y memoria como lo es esta edición de mayo que les presentamos, es una experiencia directa que no se aparta de las mesas de trabajo de quienes están en el oficio, ni de las mesas de café, ni de los ambientes en que se habla de arquitectura y diseño, porque es un deleite mirarlas y porque la vivencia de tocar, de apreciar y de imaginar los contenidos, informaciones y criterios que conlleva una revista como HABITAR, puede complementarse pero no reemplazarse.
RevistaHabitar
Director general: Roberto Pombo. Directora: Patricia Ruan GARCÍA-HERREROS. Editora: Zandra Quintero Ovalle. periodistas: Celia Armenteras buades, Johanna pérez vásquez. colaboradores: alberto saldarriaga, ximena fidalgo. Jefatura de diseño: Sandra Rojas. Concepto gráfico y diseño: Sandra Rojas. Equipo de diseño: Santiago Valderrama M. Productoras fotográficas: Sandra Sedán, María Paola Sánchez, Ángela Jaramillo. Fotografía: Antonio Castañeda, Mateo Pérez, Nicolás Cabrera, Jorge Gamboa, Sergio Gómez, Marcus Loerbroks, Federico Puyo. Corrección de estilo: Patricia Miranda. Producción: Mario Benavides. Gerente Medios Especializados: Diana Gómez S. Gerente Revistas: María Cristina Amaya H. Mercadeo: Héctor Cortés Díaz. Editor gráfico CEET: Beiman Pinilla. Centro de Documentación CEET: Danilo Pizarro. Pre-prensa electrónica: Zetta Comunicadores. Impresión: Panamericana F. el. S.A. Edición: Casa Editorial EL TIEMPO Avenida Calle 26 No. 68B-70 Bogotá. PBX 294 0100. Una publicación de CASA EDITORIAL EL TIEMPO. ©2014. Prohibida la reproducción parcial o total sin autorización expresa de los editores. Los escritos de los colaboradores solo comprometen a quienes los firman.
Directora Comercial Revistas Ana María Rueda / anarue@eltiempo.com Ejecutivas comerciales BOGOTÁ Clara Lucía Vergara / claver@eltiempo.com Katherine Saavedra / jensaa@eltiempo.com Catalina Londoño / paolon@eltiempo.com Claudia Garzón / garcla@eltiempo.com Claudia Gutiérrez / clagut@eltiempo.com Tatiana Uribe / taturi@eltiempo.com Viviana Vásquez / vivvas@eltiempo.com Nadia Mady Fayad / madnad@eltiempo.com Patricia Gandur / naygan@eltiempo.com
Ejecutivas comerciales Medellín Juliana Vallejo / julmor@eltiempo.com Ejecutivas comerciales cali María Ximena Feroud / ximeferaud@hotmail.com Cra. 5 No. 8-69. Edificio Alcana. Piso 4. Tel.: (2) 683 6000. Ext. 145. Ejecutivas comerciales barranquilla Silvana Nieto / silnie@eltiempo.com Cra. 51B No. 52-254. L. 6. C.C. Bahía. Tel.: (5) 373 5031. Ext. 145. Ejecutivas comerciales cartagena Patricia Márquez / patmar@eltiempo.com
Historia de una trayectoria Alberto Saldarriaga Arquitecto e Historiador de la Arquitectura. Decano de la facultad de Arte y Diseño, Universidad Jorge Tadeo Lozano
Columnista invitado 10
Cuando el diario El T iempo y Fernando Correa Muñoz decidieron iniciar la publicación de una revista mensual dedicada a los temas de “finca raíz, construcción, diseño interior”, seguramente no les pasó por la cabeza que esa revista, años más tarde, se convertiría en un documento de consulta para lectores e investigadores interesados en estudiar lo que ha sucedido en Colombia en los últimos treinta años en los temas de ciudad, arquitectura y diseño en varias de sus manifestaciones. Probablemente el mayor interés en sus comienzos era el de registrar lo que les parecía significativo o digno de ser impreso y, de cierta manera, distinguir entre “lo bueno, lo malo y lo feo” en esos campos. H abitar, para quien tiene acceso a la colección, es hoy un documento de consulta. El primer número circuló el 5 de noviembre de 1983. Desde esa fecha hasta diciembre del año 2000 se editó en forma continua bajo la dirección de Fernando Correa Muñoz. Su circulación se suspendió temporalmente hasta su reaparición el 17 de julio de 2004, bajo la dirección de
Ángela Sanmiguel, con la coordinación editorial de Patricia Ruan –directora desde 2008– y con cambios en su contenido y diagramación. Los temas inicialmente tratados en la revista se ampliaron a los de “arquitectura, ciudad, vivienda y diseño” y a los actuales de ”diseño, arquitectura y decoración”. Aparte de lo que estos subtítulos puedan indicar, puede decirse que la ciudad, la arquitectura y el diseño han sido constantes en todo el recorrido de la revista. Esta se editó cada dos meses y sostuvo su formato original y su edición en papel periódico hasta la edición número 239, que circuló el 30 de junio de 2012. A partir del número 240, del 27 de septiembre del mismo año, se cambió completamente su formato y su calidad editorial para convertirse en lo que es ahora: una revista de nicho, que circula mensualmente fuera del periódico y que puede adquirirse por compra o por suscripción. Una de sus características es la de dedicar números especiales al diseño en las distintas regiones del país, además de tratar temas propios de Bogotá y temáticas especiales.
En Colombia, en 1983, solo se editaban dos revistas de arquitectura. La primera de ellas fue Proa, fundada en 1946 por Carlos Martínez Jiménez en asocio con Jorge Arango Sanín y Manuel de Vengoechea. Le siguió la revista Escala, fundada por David Serna en 1960. La primera había registrado selectiva y juiciosamente el surgimiento de la arquitectura y del urbanismo modernos y, en 1983, continuaba editándose bajo la dirección de Lorenzo Fonseca Martínez. La segunda, centrada inicialmente en los temas de arquitectura, buscó editar números temáticos y dar información bastante detallada de las obras publicadas. Posteriormente amplió el espectro de su contenido y dedicó ediciones enteras a temas urbanos y de vivienda hasta llegar a la actualidad con una dimensión internacional muy importante. En estas dos revistas, en particular en la primera, se incluyeron artículos de crítica que apuntaban a señalar bondades y defectos en una arquitectura que, en 1984, ya se debatía entre la buena calidad y lo puramente comercial. H abitar terció en el mundo
de las publicaciones de arquitectura con una modalidad periodística que no se había dado hasta entonces. En sus comienzos y durante mucho tiempo, H abitar fue un poco de todo. El interés inicial por los temas de finca raíz se debió en buena parte al auge de la oferta de vivienda urbana en Colombia auspiciado por las corporaciones de ahorro y vivienda establecidas de acuerdo con las políticas del gobierno nacional en 1972, que señalaron en la construcción uno de los ejes principales del desarrollo económico. Ese interés se puso de manifiesto en las secciones tituladas “análisis de la oferta de vivienda” en Bogotá y en otras ciudades colombianas. Al ser vistas hoy, en esas secciones se encuentra un recuento bastante heterogéneo de proyectos de vivienda unifamiliar, bifamiliar y multifamiliar acompañado generalmente de planimetrías, lo que contribuye en buena medida a las investigaciones que sobre el tema se desarrollan en la actualidad. Quien quiera estudiar la evolución –o involución– de la arquitectura comercial en Colombia tiene en H abitar una fuente bastante pródiga. Es precisamente la gran cantidad de temas tratados y sus enfoques lo que convierte a H abitar en una fuente documental interesante. Como en todo documento de carácter periodístico (y periódico), la actualidad ha sido el eje de referencia y de seColumnista invitado 12
lección de los temas tratados en los campos urbano, arquitectónico y de diseño. Pero también hay muchas ediciones especiales o conmemorativas dedicadas a un solo tema. Un ejemplo temprano de esto es la edición número 12, dedicada a los 50 años de la Sociedad Colombiana de Arquitectos, en la que dicha celebración se tomó como pretexto para dar una mirada a la arquitectura colombiana en esos cincuenta años, en la que se destacaron obras significativas y se incluyeron pequeños homenajes a sus principales protagonistas. Los temas internacionales cobraron gradualmente importancia en la revista, con una ventaja adicional como es la de hacer presencia en evenHABITAR TERCIÓ EN tos importantes de EL MUNDO DE LAS diseño y de visitar PUBLICACIONES DE lugares de interés ARQUITECTURA CON para su contenido. UNA MODALIDAD Un tema recurrente en H abitar ha sido PERIODÍSTICA QUE el del patrimonio NO SE HABÍA DADO urbano y arquitecHASTA ENTONCES. tónico en sus varias expresiones, desde lo histórico hasta lo popular. Se defendieron causas interesantes, como por ejemplo la del empleo del color en los centros históricos colombianos, condenados entonces por los académicos a ser pintados de blanco con zócalos color café. Se dedicaron varias ediciones al patrimonio popular, como las casas de madera de San Andrés y Providencia o los pueblos del Quindío.
Obras importantes de restauración patrimonial han ocupado también muchas páginas de la revista, siempre como temas de actualidad en el momento de la publicación. En este sentido, la revista fue quizá el primer medio periodístico en el que los temas patrimoniales adquirieron visibilidad. Y aun cuando el diseño está presente en H abitar desde sus comienzos, su presencia ha cobrado una dimensión importante en la última década, enfocada principalmente al diseño interior y al diseño de muebles y objetos. El diseño más allá de la arquitectura poca o ninguna divulgación había tenido en Colombia hasta que H abitar le abrió la puerta, al comienzo con cierta timidez y luego con importancia creciente. En 1990 se fundó la revista Axxis como la primera “revista internacional de diseño“ hecha en Colombia. Con un enfoque amplio, esta ocupó gradualmente un puesto importante en la divulgación del diseño colombiano e internacional. Posteriormente, en 1995, apareció Proyecto-Diseño, revista que también ha tenido una trayectoria consistente en el campo divulgativo de la actividad de diseñadores nacionales y extranjeros. Habitar fue pionera en estos campos y en los últimos años ha introducido cambios que la han formalizado más como una revista de arquitectura y diseño temáticamente rica y de alta calidad editorial.
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EVOLUCIÓN
ARQUITECTÓNICA
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Texto: Ximena Fidalgo Fotografía: Antonio Castañeda, Marcus Loerbroks y Sergio Gómez
finales de 1983, cuando circuló el primer número Habitar, el ladrillo era el material distintivo de la arquitectura colombiana del momento y en Bogotá la difusión de los conjuntos cerrados y los edificios de apartamentos de 5 o 6 pisos hacía evidente el ritmo acelerado de una expansión urbana que exigió la evolución del diseño arquitectónico para atender los retos de una población creciente y de nuevas exigencias sociales, económicas y ambientales que siguen transformando las ciudades del país. En nuestro trigésimo aniversario hemos seleccionado 10 proyectos que aportan ideas y conceptos que ayudan entender la transformación del pensamiento y el hacer arquitectónico en los ámbitos de la vivienda de interés social, la vivienda multifamiliar en estratos medio y alto, universitario, institucional (colegios y bibliotecas), cultural, de transporte, restauración y diseño interior. A través de esta selección de obras queremos reconocer el esfuerzo de los arquitectos, de los promotores públicos y privados, y de la gente que ha inspirado o acogido propuestas como las que ahora presentamos, que causan un impacto y que, novedosas el día de su estreno, abren caminos para el diseño y se incorporan al escenario de la vida diaria de los colombianos.
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Hotel Santa Clara Un modelo de restauración para el Caribe
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Fotografía: Marcus Loerbroks
De monumento olvidado a patrimonio cultural de la nación, el Convento de Santa Clara, construido en 1621 en el barrio de San Diego de Cartagena, fue casa de las monjas clarisas y en 1878 se adaptó como hospital. La edificación evoca un sentir, una función, que cambió con el transcurso de los tiempos, hasta su abandono total en 1974. La intervención de restauración monumental de las ruinas por parte de la firma Arias Serna Saravia en 1991, manteniendo el origen y orden arquitectónico inicial, dio paso al uso hotelero con las mejores especificaciones, logrando un hotel cinco estrellas que contribuyó a impulsar la renovación del Centro Histórico de Cartagena de Indias. Un buen número de los hallazgos de la restauración se utilizaron para decorar gran parte del hotel, evocando un museo que los huéspedes recorren y disfrutan. “El cambio de uso y restauración del convento como hotel se convirtió en punta de lanza del auge arquitectónico y turístico del Caribe. Este modelo ha sido replicado en la misma Cartagena, en otras ciudades como Santa Marta y Barichara, e incluso a nivel mundial”, expresa la firma Arias Serna Saravia.
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Cámara de Comercio de Bogotá, Sede Salitre Una nueva imagen Persuadir a los directivos de la Cámara de Comercio de Bogotá sobre la necesidad de contar con un edificio mucho más visible y abierto a la ciudad, y que mostrara la cara de los comerciantes a la sociedad fue lo que permitió la construcción de la nueva sede de la CCB en Ciudad Salitre. El proyecto, diseñado por la unión temporal de las firmas AIA y Convel, marcó la tendencia expresiva de los grandes edificios institucionales, con una imagen renovada, emplazados en zonas urbanas con altas expectativas de desarrollo, en este caso el centro-occidente de Bogotá, como un sitio de vocación múltiple. Así, la decisión tomada por la CCB de construir su sede principal en este sector le dio mayor visibilidad a las ventajas de la zona, hecho que despertó el interés de otras organizaciones y entidades, lo cual contribuyó a destacar el potencial de Ciudad Salitre y a acelerar la transformación de sus alrededores. El edificio de la Cámara de Comercio se levantó con dos factores que rompieron los esquemas de construcción del momento: por un lado, el proyecto lo construyó una compañía antioqueña, dándole al ejercicio profesional de la arquitectura un alcance más nacional que local y, por otro, el edifimemoria arquitectónica 16
cio trascendió la estética del ladrillo, en ese entonces un rasgo distintivo de la arquitectura colombiana, dando paso al acero, el vidrio y el concreto. Por sus características y el momento de crisis económica en que se construyó, el edificio se convirtió en augurio de mejores tiempos por venir. Con la inauguración de la edificación en 2002, la ciudadanía no solo hizo conciencia sobre el potencial real de la zona donde se ubica, sino que entendió la importancia de la institución para Bogotá y el liderazgo que podría llegar a tener en la ciudad. El edificio hizo “visible” la imagen de la institución ante el ciudadano común y se convirtió en un símbolo más comprensible de la gestión que realiza. Con esta nueva edificación, la Cámara demostraba que era una entidad innovadora y moderna, que tenía visión y confianza en un mejor futuro para la ciudad, que tenía una clara vocación de servicio hacia los ciudadanos y, finalmente, que asumía grandes retos y los resolvía con eficacia y sin ostentación. Esto fortaleció de manera importante la confianza y la imagen que ya tenían los ciudadanos en esta institución.
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Edificio Calle 82 otra propuesta en altura La construcción del Edificio Calle 82 –que compartió el Premio Nacional de Arquitectura en 1996 con la Casa Posada (Medellín) de Alejandro y Juan Bernardo Echeverri– es una propuesta que adaptó el formato de la vivienda multifamiliar en altura a las condiciones sociales y culturales de estratos medios y altos que estaban acostumbrados a casas grandes o a soluciones de baja densidad. Con su diseño, el arquitecto Ernesto Jiménez, de Jiménez & Cortés Boshell Arquitectos, quien lideró el equipo en el que también participó Tatiana Meléndez Riveros, rompió además con el concepto de la calidad relacionada con el tamaño de los apartamentos: sin importar los metros cuadrados disponibles, el espacio de cada unidad era el óptimo y, en esas condiciones, el edificio estaba en capacidad de ofrecer una gran variedad de opciones, desde la vivienda personal hasta la residencia para distintas composiciones familiares. Esta nueva visión acogió además la complejidad que implica el hábitat en este tipo de proyectos y propuso un planteamiento de los espacios recreativos como un requisito para las nuevas construcciones de lujo. En pocas palabras, la vivienda trascendía el plano del espacio privado e involucraba las condiciones circundantes para dar una respuesta más integral a los residentes y a la ciudad. “Esta propuesta hace énfasis en lo colectivo, ofreciendo áreas y programas compartidos, responsabilizando a la colectividad y exaltando la convivencia. El proyecto pretende lograr una ciudad más compacta, eficiente, democrática y equitativa”, dice Ernesto Jiménez.
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Conjunto de Obras de la Universidad Jorge Tadeo Lozano El campus universitario como formador de ciudad
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Bajo la perspectiva de incorporar el campus universitario a la dinámica de recuperación urbana del Centro Histórico de Bogotá, se desarrolló el Conjunto de Obras de la Universidad Jorge Tadeo Lozano diseñado por el arquitecto Daniel Bermúdez. Incluye el Edificio de Posgrados (Premio de Diseño Arquitectónico de la XVI Bienal Colombiana de Arquitectura), la Biblioteca, el Auditorio y el Museo de Artes Visuales, desarrollados entre 1994 y 2007. Esta es sin duda una visión audaz que invita a romper barreras, a hacer accesibles los edificios y a permitir que las plazas académicas sean lugares abiertos al público, convirtiendo el campus en un elemento de revitalización del espacio colectivo en un sector estratégico de la ciudad. El concepto que orienta la disposición y el carácter de este conjunto de obras es indicativo del interés de las universidades por armonizar sus instalaciones y espacios académicos con la dinámica de las ciudades, aportándole valores arquitectónicos, urbanísticos y de interacción cultural a su entorno físico y humano, esfuerzo con el cual ya se han sintonizado otras instituciones educativas importantes como la Universidad de los Andes y la Pontificia Universidad Javeriana. “El proyecto del campus mejoró las condiciones de espacio público de la institución y de su entorno. Pero adicionalmente implicó la salida y una nueva imagen de la Universidad, con lo cual la arquitectura debía estar a tono con esto, entre otras cosas con la calidad de los edificios. En línea con el concepto de un campus universitario, las estructuras debían cumplir con las mejores condiciones para este tipo de proyecto, con grandes luces y buenas visuales, y perdurar en el tiempo. No en vano escogí el concreto claro como el material protagonista en el edificio de posgrados. Hoy, casi 20 años después, los edificios están en las mejores condiciones respetando su propia esencia”, explica el arquitecto Daniel Bermúdez.
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Crepes & Waffles, El exquisito ingrediente del diseño Crear ámbitos de hospitalidad y hacer del diseño interior un elemento adicional y un valor agregado de la oferta gastronómica se hizo evidente a partir de 1980 con la tendencia que impulsó Crepes & Waffles en sus restaurantes, una propuesta que en 2006 fue premiada en la XX Bienal Colombiana de Arquitectura en la categoría de Arquitectura de Interiores. La percepción y el arraigo de esta marca están en los fundamentos de diseño interior desarrollado por el arquitecto Guillermo Fischer, con un concepto que evoca el origen textil de la arquitectura y que sugiere la idea de abrigo bajo la cual se hace del buen comer una experiencia y una sensación. A partir de ese momento, los establecimientos de comida de tipo más informal adquirieron otro carácter que elevó la categoría, donde el ambiente y la atmósfera son un ingrediente más de la carta. Dice Guillermo Fischer: “Hasta ese momento en Bogotá solo existían lugares de comida rápida y, en el otro extremo, restaurantes con más estatus. Lo valioso con la propuesta de Crepes & Waffles fue que se le apostó a acoger a los clientes y darles un bienestar espacial, lo cual generó una experiencia total que va más allá de la comida y que involucra la exploración sensorial como parte de la oferta gastronómica, haciendo de todos los puntos de Crepes lugares especiales abiertos a todos. Después de eso, la mayoría de los restaurantes comprendió que debía crear espacios para disfrutar la vida”.
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Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República recorridos para el arte
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Las Salas de Exposiciones Temporales del Banco de la República, diseñadas por los arquitectos Enrique Triana y Juan Carlos Rojas (RIR Arquitectura) –con la participación de Luis Francisco Álvarez, director de Infraestructura del Banco de la República–, son el complemento final de la Manzana de la Cultura, proyecto emprendido por la entidad hace una década en un esfuerzo por hacer de los espacios culturales elementos de vitalización urbana. Su diseño fue premiado en la Bienal Colombiana de Arquitectura de 2006 y en la Bienal Panamericana de Arquitectura de Quito en 2004. Hacen parte de este conjunto la Casa de la Moneda, que alberga la colección permanente del Banco, y el Museo Botero, en donde se exhibe la muestra donada por Fernando Botero. El diseño del edificio, de volúmenes puros, contempló plazas y calles que relacionan las construcciones y espacios abiertos existentes, convirtiendo la manzana en un verdadero centro cultural en el Centro Histórico la ciudad. “El proyecto tiene tres aspectos importantes –dice el arquitecto Juan Carlos Rojas–. Por un lado, demostró que en Bogotá es posible hacer arquitectura contemporánea en perfecta armonía con la arquitectura de otras épocas. Por el otro, maneja los sentidos a través del agua y de los magnolios, de manera que mientras los visitantes van circulando, su estado de ánimo va cambiando. Por último, el espacio de acceso antes construido dio paso a un espacio público de bienestar, un espacio de remanso muy importante para la ciudad que además le devolvió al Museo Botero su relevancia”.
Parque Biblioteca España
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Fotografía: Sergio Gómez
Símbolo de una nueva comunidad El Parque Biblioteca España marcó un hito en la arquitectura colombiana, que fue ampliamente registrado a nivel mundial y que representa la intención de la Alcaldía de Medellín de hacer evidente su presencia en la comunidad a través de la Red de Bibliotecas Públicas. El edificio, diseñado por el arquitecto Giancarlo Mazzanti y su equipo, posee su gran valor iconográfico y simbólico como elemento de cohesión y de inclusión social en Santo Domingo, una de las zonas más vulnerables de Medellín. A pesar de las posiciones críticas que ha sucitado la obra, se puede decir con certeza que el ejercicio consciente de la arquitectura pública y la dotación de infraestructura y amoblamiento urbano han contribuido a transformar a la capital antioqueña, estigmatizada tras décadas de ser calificada como uno de los fortines del narcotráfico. A través de realizaciones como esta, Medellín viene haciendo un ejercicio de equidad e inversión social del cual puede estar orgullosa. La Biblioteca, premiada en la VI Bienal Iberoamericana de Arquitectura y Urbanismo (Lisboa, 2008) y en la XVI Bienal Panamericana de Arquitectura (Quito, 2008), entre otros reconocimientos, es un ejemplo de lo que hoy es una tendencia mundial en cuanto a las políticas públicas enfocadas en hacer del diseño y el equipamiento urbano un patrimonio de todos. Para Mazzanti, esta biblioteca "propicia la educación y la inclusión social, es un mecanismo de civilización de una política innovadora e incluyente en Colombia".
Fotografía: Archivo El Tiempo
Colegio Santo Domingo Savio Un proyecto de reconciliación
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Hacer la diferencia en zonas conflictivas de Medellín ha sido uno de los objetivos de la administración municipal en los últimos años, con modelos como el del Colegio Santo Domingo Savio, localizado en el barrio del mismo nombre en el occidente de la capital. Como parte del programa “Medellín, la más educada”, impulsado durante la alcaldía de Sergio Fajardo (2004-2007), el proyecto logró lo impensable: reconciliar dos barrios que durante años vivieron en conflicto. Diseñado por Obranegra Arquitectos, liderada por Carlos Pardo, el colegio es un elemento de cohesión social en donde la plaza es el lugar de encuentro de los habitantes de la zona, entre quienes la institución ha despertado un sentimiento de orgullo y de pertenencia. El colegio, Premio Nacional de Arquitectura en 2010, (XXII Bienal Colombiana de Arqutectura) es sin duda representativo de las políticas promovidas en Bogotá y Medellín, enca-
minadas a que los colegios públicos sean construcciones de la mejor calidad, con diseños inspiradores que hagan de sus espacios refugio para los niños y un aporte a la coexistencia pacífica de sus familiares y vecinos. Este modelo se ha replicado con éxito en otras ciudades del país, como Cartagena, Barranquilla y Cali, entre otras. “Reconocemos que la construcción de infraestructura, educativa en este caso, es la materialización física de procesos más complejos que intentan sanar los problemas heredados de las épocas de violencia que azotaron la ciudad. Sabemos que la arquitectura por sí sola no es capaz de solucionar los problemas, pero sí puede ayudar. El Colegio Santo Domingo es un primer intento que busca reconciliar la relación entre la ciudad y sus habitantes, un proceso que se ha venido consolidando a lo largo del tiempo”, escribe la firma antioqueña.
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Fotografías: Sergio Gómez
Metro de Medellín y Transmilenio de Bogotá aprendiendo a moverse en la ciudad memoria arquitectónica 30
Más del 75% de la población colombiana habita en zonas urbanas, una realidad que exige soluciones que respeten el derecho del usuario a un servicio de transporte digno y eficiente. Las experiencias de Bogotá y Medellín revelan políticas, iniciativas y acciones encaminadas a promover la movilidad urbana como un factor de productividad y de calidad de vida en las ciudades. En el caso de Medellín, la movilidad y la accesibilidad se han convertido en un factor de cohesión social y urbana, incluso en
zonas impenetrables hasta hace poco tiempo. Es notable la integración de los diferentes medios de transporte que hacen accesible la ciudad para todos sus habitantes. Desde las rampas, las escaleras, los andenes, el Metrobus, el Metrocable y el Metro, la integración y la armonización de estos medios se ha reflejado en el bienestar de sus ciudadanos. El transporte es hoy un derecho de todos y una oportunidad de acceso a la economía y a la vida urbana para lograr colectividades más eficientes. “El impacto
del Metro ha sido enorme en términos de equidad y de inclusión social. El Metro partió en dos la historia del Valle de Aburrá al brindar a sus habitantes un sistema de transporte digno, seguro y de calidad. El 95% de nuestros usuarios pertenece a los estratos 1, 2 y 3. Gracias a él, estas personas pueden llegar rápidamente a su destino con ahorros considerables en sus costos de desplazamiento, lo que se traduce en calidad de vida”, dice Tomás Andrés Elejalde, gerente de Planeación del Metro de Medellín.
Fotografía: Archivo particular
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En Bogotá, el Transmilenio se pensó como un esquema de organización del transporte masivo de superficie con base en vías troncales y buses articulados, considerado como parte de un sistema integral que incluirá el metro y otras opciones de movilidad como buses, taxis, autos particulares y ciclorutas. Un proyecto que desde su planeación tuvo en cuenta los antecedentes de la ciudad y señaló la importancia de sumar esfuerzos públicos y privados para ofrecer una modalidad de transporte funcional y atractiva que armonizara con el conjunto urbano, rescatara el espacio público y mejorara la calidad de vida de los ciudadanos. Así pues, Transmilenio
constituye “la concreción de un proyecto de alto impacto social, ambiental y económico con claridad conceptual e identidad propia, que contribuye a mejorar la calidad de vida a todos los habitantes, en donde no hay distingos de clases sociales o de lugares de procedencia, en función de un bienestar colectivo. Es un sistema que permite la dinamización de las actividades socioeconómicas y de transformación urbana en áreas de influencia de los ejes troncales, al igual que la conexión y el empalme orgánico con otros subsistemas del tejido urbano, en el contexto del Plan de Ordenamiento Territorial”, explica el arquitecto Javier Vera, responsable del diseño arquitec-
tónico y urbanístico de las troncales. Mientras que en Bogotá los niveles de sobreocupación de Transmilenio señalan la urgencia de complementarlo con otras formas de movilidad, Medellín ha implementado el Metrocable, el Metrobús, las escaleras urbanas y, próximamente, el tranvía que está en construcción. Los esfuerzos de estas dos capitales y los sistemas que han desarrollado han sido tomados como ejemplo por otras ciudades de Colombia y del mundo como referentes que han mostrado su potencial de funcionalidad y eficiencia en el área del transporte público para constituir ciudades más incluyentes.
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Ciudadela Colsubsidio La mejor cara de la vivienda de interés social Con una visión innovadora de lo que debía ser la vivienda de interés social, inicialmente Germán Samper, socio de la firma Esguerra Saénz y Samper Ltda., y luego con su hija Ximena (GX Samper Arquitectos), plantearon el proyecto de la Ciudadela Colsubsidio en Bogotá, después de años de investigación en temas relacionados con la vivienda, la calidad, la relación con el espacio público y el recinto urbano. Su propuesta, con parámetros más generosos en cuanto a calidad urbanística así como de diseño y construcción, apostó a un nuevo concepto de comunidad urbana, con una caracterización mucho más humana y amable que rompe con la uniformidad y manifiesta un gran respeto por los usuarios. Con la Ciudadela Colsubsidio la habitabilidad se puso en el plano del disfrute, una tendencia que muchos constructores siguieron, pues es un barrio que por
sus características y accesibilidad ha sido apropiado por sus habitantes, quienes se sienten orgullosos de vivir en él y gozan de sus espacios. Adicionalmente, es un proyecto que a lo largo del tiempo se ha valorizado, dándole una ventaja a nivel inmobiliario. Así pues, lo que empezó como un proyecto de vivienda de interés social, hoy en día ha elevado su condición gracias a la visión de estos arquitectos para quienes la vivienda debe estar basada en la habitabilidad y, por tanto, las personas son el centro de esta propuesta que humaniza la ciudad. “Esto se ve en la mezcla de espacios públicos, comunales y privados, como salones comunales, zonas verdes y parqueaderos, entre otros; así como en los usos, donde no solo está la vivienda, sino también comercio, educación, recreación y salud. Es un tipo de ciudad dinámica a través del urbanismo integral”, expresa Ximena Samper.
Fotografía: Ataca Films / Nicolás Galeano
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Hecho en Colombia
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Fotografía: Nicolas Cabrera Producción: Sandra Sedán
o están todos los que son pero sí son todos los que están… A través de estas páginas, en Habitar hemos querido rendir un sencillo homenaje a los diseñadores industriales del país, tomando como ejemplo a un pequeño grupo de profesionales colombianos que no han cejado en su empeño por buscar respuestas, proponer soluciones y repensar los objetos cotidianos –una silla, un escritorio, un cono de señalización o un electrodoméstico– para entregar propuestas nuevas a necesidades comunes. A partir de la década de los ochenta, las primeras generaciones de egresados de las facultades de Diseño Industrial (recién creadas en la década de los 70 en la Universidad Jorge Tadeo Lozano y la Universidad Javeriana) se incorporaron al mercado laboral. Algunos de ellos tuvieron la fortuna de trabajar con pioneros como Jaime Gutiérrez Lega o Billy Escobar. Otros se vincularon con la incipiente industria del mueble o con los talleres metalmecánicos en tiempos en que las industrias de mayor escala tendían a importar los moldes y diseños de sus manufacturas. En oficinas y empresas del exterior, muchos profesionales colombianos encontraron un importante campo de acción. Otros permanecieron en el país enfrentando crisis y abriendo caminos: fundaron empresas para producir sus propios artículos, fomentaron el diseño desde la academia o se convirtieron en importadores y comercializadores, entre otros campos de desempeño. Los personajes que hoy traemos a nuestras páginas son representativos de un gremio que día a día deja una huella en nuestra vida con sus aportes creativos de funcionalidad, estética e innovación.
protagonistas del diseño 36
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Jaime Gutiérrez Lega El padre del diseño industrial en Colombia Texto: Johanna Pérez Vásquez
Descubrió el diseño industrial al preguntarse “cómo hacer algo bello y útil para cubrir las necesidades de la gente” cuando era estudiante en el Chouinard Art Institute de Los Angeles (California) en los años 50 y esta disciplina todavía recibía el nombre de “artes aplicadas”. Ante la limitación del desarrollo industrial en esos tiempos, inició su carrera con el diseño de sus propios muebles. Y al atraer a los fabricantes interesados en la innovación se integró a ese gremio, siendo uno de los primeros en obtener ganancias por sus diseños a través del modelo de regalías. En la década de 1970 tomó parte en la fundación de las facultades de Diseño Industrial de la Universidad Jorge Tadeo Lozano y de la Universidad Javeriana. Por aquel entonces organizó un curso de diseño industrial en la Universidad Nacional, al que asistieron 60 estudiantes de arquitectura el primer día y un puñado el segundo. La mayoría, excepto Dicken Castro, Rómulo Polo y Hernán Lozano, lo abandonó al saber que allí no aprenderían a diseñar bodegas industriales. Sus piezas más conocidas son también de esta época. La em-
blemática silla Ovejo, inspirada en los paisajes de Boyacá y en sus habitantes, durante algún tiempo fue producida incluso con fines de exportación. Y también es responsable de que las tendencias internacionales llegaran a Colombia. Mediante una concesión fabricó los primeros muebles de oficina Herman Mi-
ller, con métodos propios y más económicos que los originales. Hoy, desde la junta directiva de Multiproyectos, asesora el desarrollo de productos que mejoran la calidad de vida de las personas y que hacen más conscientes los actos que se ejecutan todos los días en el ámbito de los espacios de trabajo.
Dicken Castro La estructura del diseño Texto: Celia Armenteras Buades
Pintar acuarelas fue la primera forma de expresión que atrapó, de forma espontánea, al arquitecto Dicken Castro (Medellín, 1922). Acostumbrado a buscar inspiración en el campo, en los pueblos de su Antioquia natal y en la arquitectura y espacios al aire libre de cada lugar al que viajaba, dedicaba sus momentos de ocio a plasmar, con una interpretación muy personal, todo aquello que le interesaba y que observaba con gran curiosidad. Fue durante uno de esos paseos, en Pereira y a mediados de los años cuarenta, cuando se detuvo a observar la construcción en guadua, su aspecto geométrico
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y estructurado, el blanco de las fachadas que contrastaba con la exuberancia de la vegetación de Risaralda y convirtió esta expresión de la arquitectura popular en el modelo de sus pinturas. Durante ese proceso comenzó a interesarse por las soluciones constructivas, arquitectónicas y urbanísticas de las viviendas en guadua y aprendió de sus bondades a través del trabajo de los maestros y de la calidad de vida de sus habitantes, lo que lo llevó a investigar y escribir sobre los métodos y facilidad de su construcción, versatilidad, sismorresistencia, durabilidad y bajo costo. En su libro La guadua (1966), Dicken Castro analiza de forma minuciosa las bondades que tiene este material para la construcción en el territorio de la colonización antioqueña. La trayectoria vital de este arquitecto, hijo de médico cirujano, es un recorrido entre formas elegantes y austeras; de expresiones artísticas y gráficas que dicen mucho con muy poco, de soluciones ingeniosas y prácti-
Fotografías casa: Lorenzo Castro Jaramillo
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cas. Graduado en la Universidad Nacional de Colombia en Bogotá (1948), afirma que “la arquitectura y el diseño gráfico son lo mismo”, y el trabajo comienza a partir de una necesidad que se debe subsanar de una forma integral y sencilla. Muestra de ello son sus diseños de logotipos y símbolos (Congreso Eucarístico 1968, Proexport, Colsubsidio, IDU, Ospinas y Cía., entre muchos otros) y sus construcciones, entre las que resulta particularmente significativo el refugio que construyó para su familia en la sabana de Bogotá en 1963, por sus soluciones ingeniosas y el uso de materiales reciclados. Se trata de una casita de 16 m², construida con ladrillos artesanales, con el interior y el cielo raso hechos con tablas recicladas que sobraron de algunos guacales de la fábrica Corchera Colombiana. El arquitecto hizo de este minúsculo espacio un hogar acogedor donde la base y el respaldo de los sofás se convertían en cuatro camas en litera y la estufa era también la chimenea. Cada cosa tenía su lugar: cajones bajo las camas, un escobero escondido y un cerramiento que abría el interior y lo extendía sobre una terraza amplia y confortable. Esta vivienda fue reconstruida bajo la dirección del arquitecto Lorenzo Castro con el apoyo de los vecinos del conjunto Niquía, donde se ubica, y con la colaboración de Yezid Ropero en la planimetría y Juan C. Baquero en la realización de la obra.
Billy Escobar Reyes La arquitectura integrada con el diseño industrial Texto: Johanna Pérez Vásquez
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Fue decano de la Facultad de Diseño Industrial de la Jorge Tadeo Lozano y de la de Arquitectura y Diseño de la Javeriana, desde la que desarrolló, en 1991, Diseño en Concierto, un congreso que incluyó conferencias de los mejores diseñadores del momento y eventos para dar a conocer la disciplina entre los neófitos. Siempre ha sido un pionero. De 1976 a 1978 trabajó en el área de diseño de Biermann y Cía., luego entre 1978 y 1980 fue director del Departamento de Investigación y Desarrollo de Pizano S. A. Allí diseñó “Hágalo con Pizano”, un sistema de construcción de distintos tipos de muebles basado en despieces modulares de láminas aglomeradas y contrachapadas que se vendían en juegos listos para ensamblar y con un folleto de instrucciones; con este modelo –divulgado regularmente en los primeros números de la revista Habitar– dio respuesta a dos de sus preocupaciones principales: hacer objetos útiles para la gente y comercializarlos de un modo exitoso. Más tarde, con su empresa Billy Escobar Reyes & Cía., sería el responsable de procesos de cambio de imagen corporativa de los supermercados Pomona (hoy, Carulla) y del Banco Industrial Colombiano. Escobar siempre ha expresado su interés por la funcionalidad y la belleza a través del mobiliario, como ocurre con la creación de las mesas apilables inspiradas en las sillas Wishbone del danés Hans Wegner. En la actualidad, su energía la dedica a desarrollar proyectos arquitectónicos comerciales y de vivienda, y a dirigir su firma personal, en la que fiel a su nombre, Diseño Integral, sigue explorando las posibilidades gráficas, industriales y arquitectónicas de su profesión.
Rodrigo y Fernando Márquez Libertad de expresión Texto: Celia Armenteras Buades
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“La vida marca mucho e influye en el desarrollo del criterio”. Esta rotunda afirmación es de Fernando Márquez, el primero de los hermanos que decidió hacer de su pasión una profesión cuando comenzó a vender los muebles y objetos que diseñaba. En este propósito lo siguieron Jaime y Rodrigo, y crearon Casa Marke’s, en Ibagué, a mediados de los años sesenta. El arte y el diseño marcaron su vida desde la cuna. Hijos y sobrinos de artistas (sus tíos fueron Lucy y Hernando Tejada), aprendieron a mirar y apreciar las cosas bellas y bien hechas. El hobby de su padre era la carpintería y en su taller comenzaron a fabricar los primeros muebles. Con una curiosidad muy despierta han seguido siempre la trayectoria de los grandes del diseño y de la arquitectura en Europa y Estados Unidos, y en tiempos en que traer muebles del extranjero era una rareza, reprodujeron fielmente en todos sus detalles las sillas de los clásicos: Le Corbusier, Mies van der Rohe, Eileen Gray, Rietveld, Aalto, Noguchi... Inspirados en sus viajes, en la historia y en su impronta familiar, fueron sus propios diseños los que le abrieron la puerta a Marke’s en el interiorismo y creación de mobiliario para oficinas, hoteles, almacenes, restaurantes y viviendas, y en sus más de cuarenta años de trayectoria los hermanos Márquez pueden presumir de tener una amplia clientela que se ha acostumbrado a la calidad de los diseños, materiales y procesos de fabricación, así como al trato cercano y familiar. No les gusta seguir la moda y animan a sus clientes a comprar según su criterio, “pero algunos se enfadan y se van a otro lado a buscar lo que tiene el vecino”, recuerdan sonriendo.
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Cristina Biermann Heredera del diseño
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Andrés Aitken Mobiliario con firma
Texto: Johanna Pérez Vásquez
Texto: Johanna Pérez Vásquez
Cuando Werner Biermann, diseñador alemán formado en la Bauhaus, llegó a Colombia en 1938, empezó a trazar una trayectoria de fabricación y comercialización de muebles y artículos para el hogar que 76 años después continúa en manos de su nieta, Cristina. El primer trabajo que Werner encontró le sirvió de impulso para crear su propia firma, Minimax, que en su época llegó a estar entre las más grandes del país. El siguiente capítulo se inició en 1960 con Felipe, su hijo, quien luego de formarse en Alemania desafió a su padre empleándose en la competencia. Más tarde se reconciliaron y fundaron Biermann y Cía., reconocida por lo innovador de sus propuestas, impregnadas de las líneas del diseño escandinavo que introdujeron en Colombia. Esta fábrica fue el patio de juegos de Cristina Biermann, quien entre madera y aserrín aprendió a armar muebles y se preparó para ser una de las primeras vendedoras de Bima –marca creada en 1981 para identificar el nuevo emprendimiento de su padre–, que tuvo como objetivo ofrecer una amplia gama de muebles y de accesorios de buena calidad a precios razonables. Cristina llegó a ser gerente de Bima, que en su auge tuvo sucursales en 17 ciudades de Colombia y operaciones en Estados Unidos, Guatemala, Venezuela y Chile, países a donde enviaba parte de su producción. Luego vino el impacto de la crisis económica que llevó a la venta de la empresa. En 2002 Cristina Biermann creó Área Loft, tienda de muebles y diseño que en menos de seis meses abrió tres puntos de venta. Desde el inicio, su filosofía ha sido la de vender productos colombianos y originales, hechos por microempresas a las que asesora comercialmente para que tengan éxito.
Es el autor de una de las colecciones de muebles contemporáneos más grandes del país, logro alcanzado a través del análisis y la comprensión de su medio. Mientras otros piensan en el mejor modo de fabricar muebles, Aitken se concentra en el proceso que da a luz piezas poéticas y atemporales. Sus comienzos los vivió en el estudio de Billy Escobar Reyes, un lujo y una suerte que para él sigue siendo clave en el ejercicio de su profesión. A mediados de los noventa trabajó para Señal Colombia y CityTv, donde conoció de cerca los desafíos de la arquitectura efímera, propia de los sets de televisión. Poco después se vinculó con el arquitecto Gonzalo Cano, con quien fundó Oda, una de las empresas con las que empezó a producir mobiliario y a aprender que la diferencia entre dos piezas muchas veces es intangible, porque depende más de las horas invertidas en su diseño que de la tecnología utilizada durante su proceso de fabricación. Guardando la coherencia con esta línea de pensamiento, le dio vida a Aitken Studio en 2001, taller dedicado a crear muebles y a desarrollar proyectos de interiorismo en los que predomina el concepto surgido del análisis del estilo de vida de sus clientes. Al día de hoy Andrés Aitken planea abrir una sala de exhibición nueva para ampliar la difusión que ha tenido su obra en eventos como NeoCon en Miami y el Chicago Design Festival, en donde ha confirmado, después de escuchar elogios generosos, que la excelencia en el diseño también puede surgir en Colombia.
Un diseñador internacional Texto: Johanna Pérez Vásquez
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Representante de una generación que aprendió a diseñar usando las manos antes que los computadores, Alberto Mantilla tuvo el privilegio de trabajar junto a Werner Biermann cuando construía una de las fábricas de muebles más grandes del país, experiencia que más tarde le sirvió para medir su creatividad en compañías reconocidas a nivel mundial.
Foto: Archivo Particular
Alberto Mantilla
Su carrera en el exterior está marcada por su paso por la firma Henry Dreyfuss Associates, donde descubrió que los grandes diseños no eran hechos por genios sino por personas normales que, además de talento, tenían objetivos claros y un sistema de trabajo metódico y organizado. El final de esta etapa lo marca la fundación de Curve ID en 1994, empresa que comenzó a escribir su historia desarrollando proyectos para Ford Motor Company. Tras un proceso de aprendizaje en la industria automotriz, Alberto Mantilla empezó a trabajar con marcas como Nike y John Deere, experiencia que “nos dio alas para conseguir lo que tenemos hoy”. El músculo creativo de este bogotano graduado de la Universidad Javeriana en 1983 también guarda energía para proyectos personales. En 1996 ganó el premio de oro de la IDSA (Industrial Designers Society of America), en la categoría mobiliario, con Mateo’s Crib, una cuna concebida como una pieza minimalista y alegre que hizo para celebrar el nacimiento de su hijo. En 2001 creó otro de sus íconos: El Abrazo de Camila, salero y pimentero, que durante diez años consecutivos ha estado entre los productos más vendidos en la tienda del MoMA de Nueva York. Uno de sus objetivos actuales es llevar el diseño industrial a empresas pequeñas y medianas para aumentar su competitividad, para lo cual comparte con el gobierno colombiano y con instituciones privadas el espíritu de innovación que lo caracteriza.
Fotografía: Sergio Gómez
muma / Pablo Naranjo Series con identidad Texto: Celia Armenteras Buades
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Visión, liderazgo y perseverancia. Sin estas tres cualidades Hernando Muñoz, fundador de Manufacturas Muñoz, no habría creado en 1950 una de las empresas de mobiliario más sólidas y reconocidas de Colombia. Fabricaba sus muebles metálicos con muy poca tecnología y los vendía a los colegios de Medellín. Veinte años después creó la silla Mariposa, la primera del país que se hizo en plástico, y fue tan innovadora, ligera y confortable que se utilizaba por decenas en todo tipo de espacios; desde entonces la compañía comenzó a sustituir la madera y la lámina metálica por el nuevo material. Hoy en día y con el nombre de Muma, sigue siendo un referente y exporta sus creaciones a más de 18 países. “Lleva en su adn el diseño, la creatividad y la innovación, y eso me emociona mucho; desde el Departamento de Diseño nos esforzamos por seguir impri-
miendo una identidad al producto”, explica el director de Diseño de la compañía, Pablo Naranjo. En un mundo globalizado donde es muy fácil tener acceso a todo, es complicado diferenciarse sin hacer del objeto un producto para las élites, pero el equipo de diseño de Muma trabaja día a día para que sus creaciones sean accesibles a un público más amplio. La reflexión de Pablo acerca de la súper masificación de la producción mundial resulta en la idea de la personalización como una mega tendencia, y Muma lo tiene en cuenta. Diseñan y distribuyen muebles para hoteles y restaurantes, oficinas, espacios educativos y áreas de espera. Algunos de los diseños de Muma han sido premiados, como la silla Menta que recibió el Reddot Design Award en 2008. Además, en 2012, la firma lanzó su exitosa silla Juga, diseñada por Karim Rashid.
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GERARDO SIMÓN El valor de la calidad Texto: Celia Armenteras Buades
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En 1982, inspirado por los muebles que admiraba en las revistas extranjeras de diseño y avalado por sus propias creaciones y por su recién estrenado almacén Mesas&Sillas bajo el lema “informalidad con clase” (“la clase y la informalidad que tiene una Director’s Chair”), el arquitecto Gerardo Simón viajó a España. Su objetivo era lograr la representación exclusiva de Indecasa, firma que ya entonces era un referente internacional en la fabricación de mobiliario de diseño en aluminio. Atraído no solo por la belleza y originalidad de los diseños que importaba sino por la seguridad de comercializar muebles de impecable calidad, decidió aliarse con la mejores firmas de diseño y traerlas a la Bogotá de aquel entonces, que contaba apenas con algunos almacenes de productos fabricados artesanalmente en talleres locales. Este hecho hizo que “estudiantes de arquitectura y diseño industrial pasaran algunas tardes en Mesas&Sillas admirando y aprendiendo de los grandes”, dice su hijo Ricardo. Vondom, BD Barcelona Design, Nani Marquina, Grupo Resol o Joquer son solo algunas de las marcas aliadas. Recuerda Gerardo que la primera importación fue de lámparas italianas y cuenta que cuando llegaron, cerraron el almacén y se abalanzaron a abrir las cajas con la ilusión de los niños, “¡como si fuera un 24 de diciembre!”, añade riendo. Desde entonces, los Simón no han dejado de sentir el placer de rodearse de objetos de estética impecable y calidad superior, por eso las imitaciones de procedencia dudosa no les preocupan.
Ricardo Bohórquez El arte de llegarle a todos Texto: Johanna Pérez Vásquez
Su formación estética comenzó en una escuela cultural de Sogamoso. Allí recibió sus primeras clases de pintura y escultura. Tiempo después decidió estudiar Diseño Industrial en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, pues aunque el arte le gustaba no dejaba de parecerle excluyente.
Desde que era un estudiante quiso que sus creaciones llegaran a la gente. Uno de los pasos que lo acercaron a esta meta fue el premio Medalla de Oro de AndinaPack, que recibió en 1994 por el diseño de un empaque para bombillos. Otro estímulo fue el encargo de representar a su universidad en un evento para profesionalizar artesanos, organizado por Artesanías de Colombia; ahí hizo contactos que le ayudaron a conseguir una beca para estudiar una maestría. Entre 1996 y 1998, desde el Laboratorio Brasilero de Diseño Industrial, aplicó sus teorías en empresas que, con el apoyo del gobierno, se preparaban para la apertura económica. Aprendió que “lo difícil no es hacer diseño sino venderlo”, lección que comenzó a explorar en Brasil, asesorando a fábricas de plásticos y de electrodomésticos en el desarrollo de productos, a través de su firma Metamorfoses Design, una línea de trabajo que continúa en Colombia. En los últimos años su trayectoria sigue cosechando reconocimientos. En el concurso Salão Design-Sindmóveis 2013 recibió una mención honorífica por el Mortero Higgs y en 2014, el primer premio en la categoría Accesorios Domésticos por el Portaclips Pío. Ambos productos serán vendidos en la tienda del MoMA y marcan el inicio de una nueva etapa en la carrera de Ricardo Bohórquez.
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TETERA CON PÁJARO / ALESSI Michael Graves, 1985
Clásicos en 3 décadas
D
Texto: Zandra Quintero Ovalle Fotografías: Cortesía de Alessi, QDesign, Herman Miller, Knoll y Mooi.
esde los años ochenta del siglo pasado
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atestiguamos cómo el mundo del diseño fue abriéndose a públicos cada vez más heterogéneos y masivos. De la mano de empresas emblemáticas y de larga data, como Alessi, Kartell, B&B Italia, Vitra, Capellini o Knoll, por mencionar sólo algunas de alcance global, y con la ayuda de los medios de comunicación –especialmente de las revistas especializadas como ElleDecor, Architectural Digest o Wallpaper, entre otras–, el mundo de “los objetos y muebles de diseño” empezó a entrar, por lo menos aspiracionalmente, en el gusto de la gente común. Poco a poco, nombres como Philippe Starck, Patricia Urquiola, los hermanos Bouroullec o Michele de Lucchi surgían en las conversaciones de quienes sabían admirar y desear con devoción tal o cual objeto. A pesar de las crisis económicas que han ido y venido en los últimos treinta años, se formó un grupo social (caso emblemático de los yuppies de los 80 y 90) con los recursos y la visión de mundo para apoyar ese nuevo Star System del diseño. Pero más allá del estatus y
la frivolidad con que puedan mirárseles, detrás de cada mueble y accesorio existe la genialidad de un creador que transforma lo cotidiano en un nuevo objeto funcional y estético, de un departamento técnico que experimenta con nuevos materiales (estas décadas vieron cómo los plásticos como el policarbonato conquistaron el mercado) y sistemas de ingeniería, así como la visión empresarial de las firmas que saben cómo producir industrialmente sus productos e imponerlos mediante exitosas estrategias de mercadeo y ventas. Los objetos reunidos en estas páginas son una muy pequeña muestra de esas creaciones emblemáticas que hablan de su tiempo y resisten sin ningún esfuerzo su paso. La gran mayoría de ellas se encuentran en las colecciones permanentes de instituciones como el MoMA y el Met de Nueva York, el Centro Georges Pompidou de París o el Museo del Diseño de Londres, y nos narran con su gran capacidad discursiva un capítulo de la historia cultural y social del cierre del siglo XX y la primera década del XXI en el que podemos vernos retratados.
Esta tetera para calentar agua no es para esconderla entre los cajones de la cocina. Por el contrario, la conocida Kettle with Bird (o simplemente, “la 9093”) pasa incansable y coqueta de la estufa a la mesa de sus afortunados poseedores. Diseñada por el arquitecto estadounidense Michael Graves (1934), la 9093 de Alessi se reconoce por la figura de pajarito que adquiere el silbato que equipa el pico de la jarra y que avisa con su canto cuando el agua hierve. Su cuerpo redondeado y cónico, cuya amplia base capta mayor cantidad de calor y calienta el agua más rápidamente, está acompañado por una vistosa agarradera curva acanalada en plástico color azul para simbolizar el frío. La base del pajarito es larga, lo que facilita retirarlo para servir el agua. El brillante acabado del acero cromado, los detalles ornamentales redondos (repujados en la base y como dos esferas en el arco de la agarradera), la audaz presencia del rojo y el azul, así como la simplicidad contundente de su forma expresan el sentido posmodernista del diseño de Graves, influido por el Art Deco y el Pop Art, así como la impronta estética que lo ha hecho uno de los más importantes arquitectos de los Estados Unidos. Para Graves, el diseño arquitectónico e industrial “tienen capacidad narrativa; a través de ellos puedes contar una historia y decir cantidad de cosas”… Y él las sigue contando, pues su colaboración con Alessi ha dado como resultado por lo menos doce teteras y cafeteras, además de otros objetos utilitarios. En sus casi treinta años de vida y con alrededor de dos millones de unidades vendidas, la 9093 –con su complicidad y humor irresistibles– es el artículo más exitoso en la historia de la firma italiana Alessi, que desde los años 80 es ejemplo del matrimonio perfecto entre creación, producción masiva y una gran visión industrial.
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SILLA TOLEDO/ AMAT3 – KNOLL Jorge Pensi, 1988
Se puede decir que tal y como la clásica silla Thonet pasó de los cafés vieneses al resto del mundo, la Toledo hizo lo propio pero desde las terrazas de los bares y cafés españoles. El éxito de la elegantemente despreocupada silla Toledo, diseñada por Jorge Pensi (Buenos Aires, 1946) radica en la comodidad y la ligereza de su estructura de aluminio anodizado. Muy fácil de lavar, está diseñada para apilarse y para secarse rápidamente, lo que la convirtió en la gran favorita de los restaurantes. Sus aperturas longitudinales en el respaldo y en el asiento de aluminio fundido y anodizado permiten que el agua de lluvia corra sobre su brillante cuerpo, que es resistente a la corrosión causada por la intemperie. A la silla Toledo le siguió una mesa compañera, con las mismas líneas de diseño y en el mismo material, constituyéndose en la pareja perfecta de las terrazas. Jorge Pensi hizo parte del Grupo Berenguer, equipo asentado en Barcelona que definió un estilo refinado, funcional y moderno en el diseño de mobiliario; después siguió su propio camino y hoy es uno de los diseñadores industriales más respetados y premiados tanto en España con en el exterior. La silla Toledo fue diseñada para la firma española Amat-3, que la distribuye en la actualidad junto con Knoll.
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LÁMPARA TOLOMEO ARTEMIDE Michele de Luchi y Giancarlo Fassina, 1987 La mente del arquitecto Michele de Lucchi (Italia, 1951) no descansa, se mueve libremente entre el diseño industrial, la museografía, la arquitectura o interiorismo. La Tolomeo, diseñada en conjunto con Giancarlo Fassina, cabeza del Departamento de Investigación y Desarrollo de Artemide, es una de las lámparas emblemáticas del siglo XX. Alejada del estilo estridente, colorido y kitsch de los diseños del Grupo Memphis, establecido por Ettore Sottsass y del cual de Lucchi hizo parte, la Tolomeo es toda calma, racionalidad y equilibrio. La propuesta radica en la creación de una lámpara que es la evolución de las que usaban los arquitectos en sus mesas de dibujo, que puede ajustarse y mantenerse firme desde cualquier ángulo, para lo cual utiliza un sistema de muelles a lo largo de su brazo flexible, mientras que su caperuza de aluminio pulido puede rotar totalmente y hacia cualquier dirección. La Tolomeo reconoce su deuda con diseños anteriores, como el de la Luxo L-1 de Jacob Jacobsen, (1937) y llevó más allá la lámpara Tizio, diseñada por Richard Sapper también para Artemide, al dotarla de mayor flexibilidad. Ganadora del Compasso d’Oro en 1989 como ejemplo de la unión perfecta entre función y forma, y muy exitosa en el mercado, Artemide ha presentado más versiones de la Tolomeo como lámpara de pie, colgante, aplique para pared y, más recientemente, la micro que se presenta en una gran variedad de colores.
SILLA AERON HERMAN MILLER William Stumpf y Dondald T. Chadwik, 1994 Herman Miller les pidió a los diseñadores norteamericanos William Stumpf (1936-2006) y Donald T. Chadwick (1936) crear una silla de oficina que resultara absolutamente innovadora. El equipo consultó con especialistas en ergonomía y ortopedia para entregar un diseño que tomó en cuenta la salud postural asociada a la comodidad, asumiendo que las personas pasan horas en la oficina sentados de la manera incorrecta. Así, la silla, mediante un sofisticado sistema de suspensión, distribuye el peso del usuario de forma equilibrada entre el asiento y el respaldo, amoldándose a la forma del cuerpo y minimizando la presión contra los músculos y la espina dorsal. Construida con materiales de vanguardia como poliéster reforzado para el marco, espuma de poliuretano para los cojines, aluminio reciclado para las patas y el novedoso entramado que permite que el aire circule para refrescar al cuerpo, la Aeron ha marcado un hito en las sillas para oficina. Es el símbolo de las oficinas abiertas que comenzaron a hacer furor en los 90 y desde entonces continúa produciéndose y haciéndose presente alrededor del mundo.
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ANNA G. / ALESSI Alessandro Mendini, 1994
“Me gusta la ironía, jugar, mantenerme alejado de la retórica: por ello dejo que los objetos que diseño expresen todas estas ideas y que se conviertan en un tipo de juguete que puedes usar aunque seas adulto”. Este es el espíritu que se encuentra tras las creaciones del arquitecto y diseñador Alesandro Mendini (Italia, 1931), quien fue protagonista de la renovación del diseño italiano a partir de los años 80. Alessi llevó el diseño de los grandes creativos contemporáneos a cada rincón de la casa, para regalar belleza y humor al tiempo que desempeñan su función. Anna G. es ya un diseño icónico, un abrecorchos con forma de mujer, cuya cabeza sonriente y cromada gira para sacar el corcho mientras sus brazos se van alzando, separándose de su amplio vestido de caricatura. Desde su lanzamiento, Anna G. se continua produciendo en una amplia gama de colores y materiales, y su cara sonriente dio lugar al nacimiento de una familia de pequeños objetos. Anna, sola aunque contenta, necesitaba un compañero, así que al poco tiempo se le unió Alessandro M. (en obvia auto referencia de su creador), el sacacorchos masculino que con bombín también nos sonríe desde el bar. “Tuve una infancia larga y todavía no sé si ha terminado”, dice Mendini.
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SILLA BAR BOMBO MAGIS Stefano Giovannoni, 1997 Copiada hasta la saciedad en versiones piratas e inspiración directa para muchas otras de su tipología, la silla para bar Bombo es sin duda alguna una pieza en la que muchos nos hemos sentado y que todos podemos identificar, quizá no con nombre y apellido, pero si como una presencia constante en el universo del mobiliario contemporáneo, trátese de una versión original o de una copia. Diseñada por Stefano Giovannoni (Italia, 1954) para la firma Magis casi al fin del milenio, la Bombo expresa sin duda una cierta nostalgia hacia cómo el pasado imaginaba el futuro año 2000. Su línea futurista pero de corte retro, su diseño ergonómico y su gran facilidad para incorporarse a todo tipo de espacios, desde la barra de un bar hasta la cocina de la casa, desde las oficinas hasta el salón de los hogares, la hacen todo un clásico y dice mucho de nuestra forma de socializar. La Bombo se distingue por la composición particular de su asiento desarrollado en plástico inyectado ABS que viene en gran cantidad de colores. Puede orientarse hacia donde el usuario guste gracias a su pata giratoria y su altura se regula igualmente por medio de un mecanismo de pistones de retorno desarrollado en Alemania. Su base circular, la pata estilizadamente cónica y el cómodo reposa pies cromado ofician casi como el tallo del que florece el asiento.
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SILLA LOUIS GHOST / KARTELL Philippe Starck, 2002 Como si se tratara de un fantasma todo poderoso, la Louis Ghost que el también todo poderoso Philippe Starck (Francia, 1949) diseñó para Kartell, parece estar en todas partes. Éxito de ventas mundial –se calcula que desde su lanzamiento ha vendido cerca de dos millones de unidades– la silueta de la Louis se encuentra en restaurantes, lobbys, salas y comedores de prácticamente todo el mundo. Después de la Marie, también diseñada por Starck, la Louis fue la segunda silla fabricada en policarbonato transparente por Kartell, pero esta vez por inyección en un único molde. Su éxito radica en el diálogo que entabla en-
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tre el pasado y el presente, al retomar una clásica silla de estilo Luis XV, estilizarla y devolverla en un material ultracontemporáneo como es el policarbonato, con esa transparencia cristalina que la caracteriza y que le brinda esa cualidad de “ausenciapresencia”: es un objeto, una sombra, un reflejo que se materializa. Resistente y extrafuerte, pero también etérea, elegante y algo juguetona, el éxito de la Louis Ghost, dice Philippe Starck, “No tiene que ver con el diseño sino con la memoria común; está diseñada para nuestro inconsciente colectivo, es el resultado natural de nuestro pasado y nuestro porvenir”.
LÁMPARA BURGIE / KARTELL Ferruccio Laviani, 2004 De la mano de Ferruccio Laviani (Italia, 1960), Kartell se ha consolidado como una de las firmas de muebles y accesorios de diseño más importantes y estimadas del mundo. Además de desempañarse como su director creativo desde hace 20 años, Laviani diseña también para muchas otras firmas, pero sin duda son las lámparas diseñadas para Kartell las que han alcanzado un estatus emblemático. Entre ellas se destaca la Bourgie, que lanza un guiño a las lámparas de la sala de la abuela, con su base barroca y su caperuza acanalada, al transformarlas por obra y gracia del policarbonato transparente y la simplificación de sus líneas en un objeto moderno, divertido y sumamente sofisticado. La Bourgie, disponible en varios colores, está constituida por varias piezas que permiten ajustar su altura en tres niveles diferentes para adecuarla a los espacios y brindarle o restarle protagonismo. La luz que se difiere a través de la caperuza logra interesantes efectos en su superficie y en el espacio que ilumina. Este año la Bourgie celebra su décimo aniversario y, para homenajearla, catorce diseñadores –Philippe Starck, Patricia Urquiola, Piero Lissoni y Nendo, por solo mencionar algunos– juegan con ella y la reinterpretan de múltiples maneras.
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SOFÁ BOUTIQUE / MOOI Marcel Wenders, 2009
Concebido, desarrollado y diseñado por Marcel Wenders (Holanda, 1963) para la firma holandesa Mooi, el sofá Boutique retoma la tipología clásica pero permite, acorde con el ánimo ecléctico e individualista de la primera década del siglo XXI, la personalización absoluta del mueble. Además del clásico cuero negro que aquí presentamos y haciendo honor a su nombre, el Boutique puede cambiar de ropa con más de veinte opciones de cubiertas o vestidos –estampados, con texturas y combinaciones– ajustados a medida y con velcro oculto. Para las patas también hay de donde elegir: rectas, sencillas o torneadas en aluminio o madera en distintos colores. Con esta propuesta individualista y fashonista, Marcel Wenders –quien diseña para firmas como Moroso, B&B Italia, Puma, Flos o Alessi, entre muchas otras y quien recientemente fue homenajeado en el Stedelijk Museum de Ámsterdam– muestra su habilidad para interpretar el espíritu de los tiempos y traducirlo en objetos estéticos y funcionales.
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ARKOS Un aliado para construir mejor
Presenta 72 DW Textiles, 68 DeArboleda, pasi贸n por los espacios el mundo de las telas
DeArboleda, pasión por los espacios Dupuis se transforma en DeArboleda: la calidez, el conocimiento y el gusto de siempre envueltos en una nueva propuesta. Fotografía: Mateo Pérez / Producción: María Paola Sánchez
El nombre de Carmenza Wartenberg de Arboleda está indisolublemente ligado a algo difícil de definir pero tan fácil de reconocer como es el buen gusto. En este caso, ese gusto particular, ecléctico y selectivo de quien tiene la mirada entrenada y la sensibilidad alerta para distinguir lo pasajero de aquello que permanece. Durante veinte años Carmenza ha estado al frente de Dupuis, la franquicia mexicana que significó un refrescante caudal de ideas y opciones al ofrecer alternativas diferentes a lo que se conseguía en Bogotá a mediados de los noventa: diseños, colores y formas novedosas que ofrecieron otras maneras de vestir la casa. Hoy, Dupuis cambia de nombre y da paso a DeArboleda con Carmenza al frente de este espacio, en el que sus clientes asiduos encontrarán el mismo encantador espíritu reflejado en su amplia selección de artículos.
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DeArboleda hereda esta tradición y allí seguiremos encontrando piezas de mobiliario como sillas, poltronas, bibliotecas o mesas, cuyo diseño mezcla líneas, materiales y texturas diversos pero que siempre transmiten calidez y sensación de hogar. El mobiliario y los objetos disponibles en DeArboleda no están casados con ningún estilo en particular, y se caracterizan por su atemporalidad –que puede transitar entre lo clásico, lo rústico, las mezclas o lo sorprendente– y que por lo mismo se insertan armoniosamente en la decoración de cualquier ambiente, ya sea como detalles o protagonistas. Para Carmenza Wartenberg de Arboleda “los espacios están para ser vividos” y por ello aconseja que los hogares vayan acorde tanto con la personalidad de sus habitantes como con su estilo de vida, pues estos son su refugio y expresión más genuina. Así,
junto a los retratos y herencias de familia, los nuevos detalles y objetos, como los que se encuentran en DeArboleda, servirán para marcar acentos, expresar preferencias estéticas y hasta estados de ánimo. Cojines, tapetes y lencería; lámparas de techo o de mesa; vajillas y enseres de cocina; cuadros, adornos y demás objetos deco-
rativos o utilitarios contribuyen a cada quien le de a su hogar el toque que lo hace propio y diferente. Para celebrar este nuevo paso en el camino de la decoración, en DeArboleda tienen preparadas varias sorpresas, como son la renovación de su fachada y una nueva propuesta en la exhibición y curaduría
de las mercancías, así como el logotipo que identifica al almacén, que juega con las iniciales de Carmenza, la W y la A, que se entrelazan para seguir con la tradición de lo perdurable, del confort y de la calidez que siempre han identificado al almacén ubicado en una entrañable casona de la calle de los anticuarios.
DeArboleda Calle 79B No. 7-97 Tel. 530 4710, Bogotá www.dearboleda.com
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Un aliado para construir mejor El colegio Pies Descalzos es una obra de arquitectura de vanguardia fundamentada en los conceptos de sostenibilidad y diseño bioclimático en el que Arkos Sistemas Arquitectónicos S. A. asesoró y logró la especificación del producto Ecowood con el equipo de Mazzanti. Fotografía: Marcus Loerbroks
La Fundación Pies Descalzos contrató a un distribuidor aliado de Arkos, la empresa Industrias DCA, destacada en el medio por la excelente calidad de sus obras, para desarrollar las fachadas y cerramientos del proyecto actualmente más representativo de la ciudad de Cartagena y realizado con uno de los productos del amplio portafolio de la línea de revestimientos de Arkos. Desde su constitución en Bogotá en 1990, Arkos se ha dedicado al diseño, suministro e instalación de modernos sistemas de cubiertas, fachadas,
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divisiones y cerramientos en policarbonato, otros polímeros y materiales tecnológicamente avanzados. La gran prioridad ha sido desarrollar sistemas arquitectónicos novedosos y ofrecer soluciones y productos diferenciadores de alta calidad y rendimiento para todo tipo de aplicaciones enfocadas al máximo aprovechamiento de la luz natural, el diseño y la sostenibilidad. Este proyecto es el sexto que ha financiado la Fundación, creada y dirigida por la cantante barranquillera Shakira, en barrios con elevados nive-
les de pobreza con déficit de acceso a servicios públicos. Las deplorables condiciones de habitabilidad en las que se encuentran los residentes de Lomas del Peyé (Cartagena), la necesidad de paliar las altas temperaturas y un elevado interés por la conservación del medio ambiente y por ofrecer las mejores condiciones a los estudiantes llevó a la Fundación y al arquitecto especificador a elegir los materiales que se adaptaran eficazmente a las exigencias de un diseño contemporáneo, de espacios amplios y ventilados en 14.000 m²
construidos que atienden a 1.700 estudiantes y sus familias. Convertida en marca de referencia, el arquitecto Giancarlo Mazzanti solicitó para la construcción del tejido vertical −el elemento más representativo del diseño del colegio− un listón muy especial, en madera plástica compuesta de 6 x 4 cm, que hace parte del amplio portafolio de Arkos, y el director administrativo de la Fundación Pies Descalzos, Juan Andrés Lemos, no dudó en contactar con la empresa y solicitar las piezas requeridas así como su asesoramiento durante todo el proceso
arkos Cra. 54 No. 79B-47 Tel. 311 8740 Bogotá www.arkos.com.co
de construcción. Arkos acompañó a Industrias DCA aportando a la obra soluciones técnicas y dando parámetros que ayudaran al óptimo funcionamiento de los listones que forman el hermoso e imponente tejido, totalmente abierto, ideado por el arquitecto para ventilar naturalmente los espacios. Estos listones con apariencia de madera natural, 100% impermeables, con revestimiento antihongos y antitermitas, son extremadamente sólidos y duraderos ya que aportan al tejido no solo la ligereza de su peso, sino una excelente apariencia estética y natural que juega de manera acorde con el ambiente. Arkos cuenta con un sistema de construcción energitérmica asísmica (Eco Construcción) y con un portafolio que atiende al sector de la construcción y decoración con siete líneas de productos integradas por nuevos materiales que requieren menor cantidad de mano de obra, aportan resistencia al fuego, diversidad arquitectónica y garantía extendida, entre otras cualidades. Apostándole a lo estético y lo funcional, Arkos genera una propuesta de insumos de última tecnología que le permite alcanzar los requerimientos más exigentes del mercado.
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Fotografía: Pedroso & Osorio
Fotografía: Fabricut
Fotografía: Dedar
Este almacen ofrece propuestas para “vestir” todo tipo de ambientes: su filosofía colaborativa le lleva a trabajar junto a dueños de casa y arquitectos para producir experiencias completas de diseño interior. Fotografía: Cortesía DW Textiles
“Entrar a DW Textiles es montarse en un avión que te lleva al mundo de las telas para tener a mano diseños que producen experiencias, sensaciones y sentimientos asociados a ellas”. Así describe su dueña, Denise Webb, la experiencia para quien visite su local en el barrio Quinta Camacho en Bogotá. Ella misma es la expresión del espíritu cosmopolita que obtuvo de sus padres –ella colombiana y él estadounidense– y de una formación
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rica en influencias multiculturales, ya que estudió Comunicación Social e Historia del Arte en New York University y luego Diseño Interior en el New York School of Interior Design y en el Inchbald School of Design de Londres. El “viaje textil” que propone Denise supone un paso por Europa y Estados Unidos a través de firmas con tradiciones sólidas de diseño y calidad. Hace 21 años DW Textiles inició su actividad con la distribución de los productos de Desig-
ners Guild, firma de la inglesa Tricia Guild, que se ha posicionando internacionalmente con su gran fuerza colorista, a la vez que propone variedad de experiencias a través de productos como telas para tapicería, papeles de colgadura, tapetes, cojines, alfombras y muebles, entre otros. El portafolio de DW Textiles se amplió con marcas como Osborne & Little, creada en 1968 por Peter Osborne y Anthony Little, quienes estamparon sus telas con temas de la cultura in-
Fotografía: Designers Guild
DW Textiles, el mundo de las telas glesa, junto con otras inspiraciones como la marroquí. También está Dedar, con esa exquisitez italiana en cuanto a materiales y experiencia en el estampado textil. Otras firmas, como Jane Churchill, Colefax and Fowler y William Yeoward, todas inglesas, permiten tener a la mano lo
clásico a través de motivos británicos o franceses, en versiones contemporáneas. Igualmente representa a Perennials, dedicada a la fabricación de telas y tapetes para exteriores que se salen de lo común, y a Fabricut, firma recién vinculada al portafolio de DW Textiles, con 110.000 referencias de telas con estilos y diseños diversos a precios asequibles. Este extenso catálogo está complementado con el conocimiento de Denise Webb, quien se ocupa personalmente de asesorar a cada cliente, no sólo a nivel decorativo en residencias, sino también en el ámbito institucional con textiles que cumplen con los más altos estándares industriales. Son productos de uso específico en aplicaciones comerciales, hospitalarias u hoteleras, entre otras, producidos con la más avanzada tecnología para ofrecer materiales ignífugos,
lavables, antibacteriales y resistentes al desgaste. En DW Textiles, la vista y el tacto se estimulan con un muestrario de 9.000 referencias que expresan las tendencias del momento: diseños étnicos, reinterpretaciones de motivos orgánicos, animales y vegetales. También se dispone del catálogo de telas en tonos sólidos y neutros, donde se aprecia la belleza de linos, algodones, lanas y mezclas que producen distintas texturas y efectos iridiscentes. En este portafolio el color ocupa un gran papel, pero como dice Denise, “aún somos tímidos a la hora de elegirlo, no lo vemos como instrumento de expresión”. Para ella, no abrirle las puertas al color es negarse la posibilidad de gozo, alegría e inspiración que vienen con la variedad de gamas y tonos. “Lo que hemos logrado en el vestir ahora debemos traducirlo a la decoración…”, agrega.
DW textiles Calle 69A No. 9-44 Tel. 322 0849 Bogotá www.denisewebbtextiles.com
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30 años
Inspiración paisa
En un terreno de 21.000 m² que remata en una meseta desde la cual se puede apreciar en toda su imponencia el cerro Tusa, se construyó esta casa de 400 m² concebida como un gran mirador. Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Sergio Gómez Ambientación: Almacen Beatriz Restrepo Bravo y Masala
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30 años
T casas colombianas 76
ener una vista de 360° es un privilegio con el que pocas veces se cuenta a la hora de proyectar una casa de veraneo en el campo. El ideal de una panorámica envolvente fue posible en esta meseta, desde donde se aprecia en todo su esplendor el paisaje del suroeste antioqueño con el cerro Tusa como gran protagonista alzándose a lo lejos. Ana Elvira Vélez y Juan Bernardo Echeverri, reconocidos arquitectos antioqueños y premiados a nivel nacional y panamericano, se
unieron en torno a este proyecto para desarrollar una casa de 400 m² en un terreno de 21.000 m², con la premisa de que fuera un punto desde donde apreciar ese trozo de geografía colombiana, definido por montañas, bosques y dos quebradas que delimitan el terreno a lado y lado. Partiendo del hecho de que el protagonista es el paisaje, la directriz que inspiró el diseño fue la transparencia, lo que motivó el desarrollo de una construcción muy permeable a la luz y la vista para que ese paisaje en todo momento estuviera presente. Así, desde la puerta principal ya se intuye lo que se tendrá en la parte posterior, cuando se corren las puertas-ventanas, con lo que el espacio interior se integra con el exterior, ambientado con sus jardines y piscina. La casa se implanta discretamente en el terreno, en la cima de la meseta, para proyectarse de manera muy horizontal en el lugar sin pretender sobresalir demasiado, proponiendo así mismo una
serie de visuales que acentúan su volumen alargado. La cubierta invertida con una acabado en tabletas cerámicas en tonos tierra también contribuye a minimizar el impacto de la casa en el lugar. En igual sentido, la piedra San Andrés de 5 cm de ancho y con distintas longitudes se usó como material de enchape en ciertos muros exteriores e interiores para continuar con la misma línea de color inspirada en la naturaleza y constituirse en extensión de esta. Ya en el interior, un tipo de piedra coralina se instaló tanto en pisos como muros, manteniendo la sobriedad de los acabados a los que se suma el revestimiento de algarrobo en los cielos rasos.
La zona social, que se constituye en un solo gran espacio junto con la cocina, se abre por completo al exterior cuando se recogen las puertas-ventanas. Así se logró el cometido de contar con un espacio desde donde gozar del esplendido paisaje.
Los materiales utilizados en otros espacios de la casa, como la madera y la piedra, se retoman en el baño para generar un ambiente que se plantea recreando una estética minimalista.
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Los arquitectos aprovecharon el desnivel del terreno para plantear dos habitaciones tipo suite con cocina privada para los huéspedes en un nivel más bajo que el del acceso, para así brindar privacidad a los invitados y a la familia. En el nivel superior se situaron dos habitaciones junto al estar de alcobas y una gran área social complementada con una cocina abierta, ambientes que se abren a la piscina alrededor de la cual gira la vida familiar. Respondiendo a las altas temperaturas que pueden alcanzarse
durante el día en la zona, la casa tiene una orientación orienteoccidente con un ligero quiebre que se manifiesta justo en el punto medio, en el acceso principal. Este pequeño giro le ha dado a la cocina una proporción poco convencional y algo de privacidad. Por una lado, se abre a la fachada principal a través de una larga ventana y, por el otro, se relaciona con la zona social con un mesón en piedra frente al comedor. Los gabinetes de madera mantienen los acabados en la misma paleta de color del resto de la casa.
La piscina enchapada en mármol travertino se proyectó de manera independiente con respecto a la casa misma, que a su vez se prolonga hacia corredores protegidos por aleros que evocan la arquitectura tradicional antioqueña. Al final de estos ejercicios de diseño los arquitectos Ana Elvira Vélez y Juan Bernardo Echeverri esperan que “la arquitectura no se haya impuesto al paisaje”. Cuando se logra este cometido, sostiene Ana Elvira, “uno ya no puede imaginarse el lugar sin la presencia de la casa”.
30 años
Casa esculpida Un ejercicio estético en el que queda manifiesto el compromiso de Llano Arquitectos por capturar la esencia de un lugar y potenciarla desde la arquitectura. Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Sergio Gómez Ambientación: Almacen Beatriz Restrepo Bravo
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Esta casa de 350 m² fue construida por Verónica Vásquez y Juan Fernando Gómez. El diseño estructural es de Luis Bernardo González y Edison Betancur. En el diseño arquitectónico colaboraron Sebastián Montoya y Marcela Ochoa.
30 años
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Llano Arquitectos ha logrado un lenguaje sofisticado
y depurado en sus casas, tal y como lo ejemplifica esta a las afueras de Medellín, que gira alrededor del paisaje.
artiendo de un lote de 10.000 m², la firma Llano Arquitectos, conformada por Juan Camilo Llano y Carlos Andrés Holguín, desarrolló una casa de 350 m² que los arquitectos describen “no como una casa ecuatorial, sino más bien como una casa con espíritu nórdico, sobria en sus materiales y arquitectura”. La magnífica reserva natural que rodea el lote irregular, conformada por un bosque de pinos, fue la referencia para desarrollar el diseño. Aprovechando un terraceo existente en el terreno, los arquitectos concibieron el diseño de la casa a partir de dos volúmenes superpuestos. Así, enclavada en la pendiente, la casa emerge de la tierra como si estuviera esculpida en ella, transmitiendo solidez y una relación profunda con el lugar. Esa solidez arquitectónica se traduce en la franqueza tanto de la arquitectura brutalista que la define, como en su geometría. Dos rectángulos, uno encima del otro,
contienen el programa. El primero con los espacios sociales y, sobre este, el segundo con los ambientes privados. La contundencia arquitectónica se ve complementada por la elección de los materiales constructivos. Estos tienen en el concreto ocre claro combinado con cemento blanco y arenas monas de la zona, el material principal y la base para una estructura monolítica a la que no le sobra ni le falta nada. Con el material desnudo, el complemento en el interior está dado por una carpintería desarrollada en chapilla de roble junto con otros materiales igualmente sólidos, como el granito negro instalando en el mesón de la cocina abierta y la lámina de acero usada en las puertas de los gabinetes, en los marcos de los amplios ventanales, en la puerta de entrada y la ventana en su fachada; elementos terminados en pintura electrostática que le dan mucho carácter al lugar.
La contundencia exterior de la casa
se manifiesta también al interior en elementos como la escalera, que se resuelve como un elemento escultórico que enmarca la sala mientras que, hacia la cocina, brinda espacio para la despensa y las áreas de servicio.
Encla un te vacia cont orgá bosq
En re mayo man vivie masa insin
RNA VIA INTE CIÓN ZA URBANI
N
0
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LOCALIZACIÓN
En e de t espa de p limit segu artic últim el su exte segu long filtra agua redu paisa
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Con tres patios y con aperturas y puntos que enmarcan el paisaje, la casa
tiene, en el color y la textura del concreto, el metal y la madera, un recurso estético que la integra con la naturaleza.
Por otra parte, está el protagonismo de la naturaleza que se pone de manifiesto desde el acceso. Un jardín marca la entrada mientras que al final el talud deja ver una casa incrustada en la tierra. Ya en el interior, otro jardín enmarcado por planos de vidrio separa la zona social de un estudio equipado con home theater. El tercer patio aparece en el segundo piso frente al estar de alcobas como una estructura de concreto que se proyecta y abraza el aire sobre la terraza del primer piso o, como lo definen los arquitectos, “un patio elevado sobre el suelo que es el límite virtual del espacio social exterior (deck) y, a su vez, extensión del estudio en segundo piso. Un patio aéreo que justifica en longitud la proporción del volumen superior, que filtra la luz al interior del espacio, que protege del agua y del viento a la vez que actúa de manera redundante como ventana doble que enmarca el paisaje lejano”. El impactante atractivo del paisaje llevó a los arquitectos a buscar que la casa hiciera parte de él y que los espacios se abrieran tanto como fuera posible para disfrutarlo desde distintos puntos.
30 años El MARMOL ROYAL VERDE
instalado en toda la casa cobra un nuevo aspecto en la piscina que alcanza los 25 metros de largo.
Un abrazo con la naturaleza La región del Tequendama, en Cundinamarca es el escenario de esta casa de recreo con una arquitectura de líneas puras que se mimetiza entre la exuberancia del entorno e invita a vivir con intensidad la experiencia del paisaje. casas colombianas 86
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Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Jorge Gamboa Producción: María Paola Sánchez
ada rincón de esta casa de 1.200 m² está en contacto con la naturaleza e invita a encontrarse con ella. Este ejercicio de integración ambiental realizado por firma Octubre, con diseño de Guillermo Arias y Luis Cuartas en colaboración con Ernesto Puente, refleja la importancia que tuvo la etapa de estudio concienzudo del terreno y sus posibilidades para entender el lugar y ejecutar este proyecto que tiene en el paisaje de montaña tropical de la zona del Tequendama el tema principal de inspiración.
30 años
La naturaleza cumple el propósito de ponerle color al proyecto, imponiendo la intensidad del verde sobre el blanco predominante, matizado con los tonos cafés de la carpintería y el acero oxidado.
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La arquitectura se fue dibujando en el terreno tomando en cuenta la vegetación existente y a medida de que avanzaba, se fue integrando con el diseño paisajístico. Este es el resultado del trabajo colaborativo entre la arquitecta paisajista Ángela de Francisco, los arquitectos de la firma Octubre y el cliente, quienes lograron modular cada porción de naturaleza de tal manera que la vegetación es el elemento que permite dar privacidad a los espacios, producir visuales imponentes y armonizar la escala y el aspecto de la casa que, no obstante sus grandes proporciones, apenas se siente en el lugar. El diseño arquitectónico se desarrolla en un lote irregular de topografía inclinada que se va abriendo en forma de abanico y que dispone una amplia zona para las cuatro habitaciones tipo suite que se constituyen
en módulos independientes. El acceso a cada habitación se propone prácticamente como un recorrido ritual sugerido por la arquitectura, con el manejo de los caminos enlosados con dilataciones demarcadas por franjas de piedras de río y bordeados por la vegetación. Cada una de
las alcobas se prolonga hacia una terraza en la que la presencia del agua y las plantas subrayan el contacto con el entorno. En el extremo opuesto a las habitaciones se ubica el área de actividad común de la casa, con un área social a la que se llega desde la plazoleta de los parquea-
la casa adopta forma de abanico
para disponer las habitaciones como módulos sueltos, mientras que el área social se concibe como el conjunto de dos pabellones que delimitan una terraza y miran a la piscina.
deros, después descender por una circulación introvertida trazada con el propósito de no mostrar la casa de una sola vez, y que invita a descubrirla poco a poco. Al igual que sucede con el acceso a las habitaciones, la circulación hacia los ambientes sociales está definida por acequias y espejos de agua con un diseño ortogonal enmarcado por perfiles metálicos oxidados. A cada paso, la vegetación está trabajada como una sucesión de cuadros que van apareciendo para embellecer los recorridos. El área social del proyecto cuenta con una serie de lugares para estar y comer, que incluyen una cocina abierta
En un terreno irregular de topografía inclinada, esta casa de 1.200 m² logra armonizar los ambientes de actividad social con el sosiego de las habitaciones diseñadas para ser refugios de descanso.
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con mesón ovalado de mármol, pensada como un sitio actividad para compartir entre amigos. Para otro tipo de preparaciones o un uso más rutinario, se dispone de una cocina independiente. Todos los espacios se proyectan a los jardines y a la vista gracias a los amplios vanos y a las puertas corredizas, que cuando se recogen y se ocultan en los muros dejan ver los exteriores entre los
que predomina una gran terraza dispuesta a manera de playa sobre una piscina de 25 metros de largo, con un ancho que varía entre 4 y 6 metros. En el otro modulo, al que se llega recorriendo terrazas y jardines, está el área de los juegos para quienes deseen dedicarse a actividades como el billar al resguardo del sol. Los colores de la casa están definidos por el
blanco de los elementos arquitectónicos, el tono marrón de la carpintería en cedro tintillado (desarrollada por Pedro Londoño de La Carpintería) y el mármol Royal verde, material que adquiere un carácter especial al adaptarse a cada una de las aplicaciones ya que se usó ampliamente en el enchape de pisos, baños, terrazas, patios y de la piscina.
30 años El estar se desarrolló siguiendo
un lenguaje contemporáneo en concreto y metal. Un muro original dejado a la vista le da el toque histórico.
Una botica con casa casas colombianas 92
La firma Sokoloff & Sewerin Arch emprendió un proceso de renovación urbana en Honda que recupera cuatro predios en la calle del Rosario, entre ellos, el de una farmacia.
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Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Nicolás Cabrera Producción: Sandra Sedan Ambientación: DeArboleda, Bogotá Linen Company, Neo, Area Loft y Q Design Home.
l interés de Gregorio Sokoloff y Christina Sewerin de la firma Sokoloff & Sewerin Arch por la recuperación urbana y del patrimonio los llevó a asumir un trabajo arduo pero satisfactorio: retomar varios predios ubicados en la calle del Rosario en el Centro Histórico de Honda, que amenazaban ruina, para recuperarlos y configurar una nueva casa.
La vocación comercial de Honda se extiende más allá de sus orígenes como villa en 1643 y de ser tenida como el primer puerto fluvial del Nuevo Reino de Granada en el siglo XVII, ya que los indígenas mantenían en este lugar un asentamiento para el intercambio de mercancías. En ese entorno revestido de tradición, los arquitectos unieron las
30 años La firma Sokoloff & Sewerin tomó cuatro
construcciones de distintas épocas con muestras de arquitectura colonial y republicana para desarrollar una casa de recreo donde descansar alrededor de la piscina y gozar de la vista del cañón del río Magdalena.
Una pileta en azulejos crea el ambiente ideal para el descanso. Los jardines con especies de la zona integran los ambientes al aire libre con el paisaje agreste de las montañas que rodean a Honda.
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edificaciones colindantes –entre las que se encontraba un antigua farmacia– para adaptarlas a un nuevo uso mediante obras de restauración y readecuación de las estructuras existentes. Así es como los arquitectos mantuvieron la fachada de la farmacia y en su interior recuperaron todos los elementos y artefactos del oficio disponiéndolos nuevamente en su lugar, como si se
estuviera esperando la apertura de las puertas para atender a los clientes. Igualmente se llevó a su estado original la entrada de la casa adyacente por la que se accede al nuevo predio, que hoy es un lote en forma de T. Las viviendas de esta cuadra que se caracterizaban por haberse desarrollado en lotes de muy poco frente –escasos 5 m– y un fondo de 25 m, estaban pensados
para tener salida a la calle paralela al río Magdalena. En la restauración emprendida por Sokoloff & Sewerin Arch se mantuvieron los robustos muros originales, algunos dejados a la vista para apreciar su configuración de cal y canto, mientras que en el caso de los nuevos volúmenes se implementó un lenguaje arquitectónico francamente contemporáneo con elementos en
hierro oxidado y concreto a la vista para dejar en claro qué elementos se recuperaron y cuáles eran los espacios nuevos. En el programa arquitectónico se destacan las áreas exteriores con la piscina, las fuentes y los jardines con puntos apergolados, que protegen de la intensa radiación solar y garantizan una atmósfera apacible al interior gracias al sonido del agua
corriendo como telón de fondo para matizar el ajetreo y algarabía que se vive en el Centro Histórico de Honda. El primer espacio que se encuentra al llegar es el estar, que se abre a un comedor exterior acondicionado con muebles de mampostería que permiten que sirva como una amplia sala pero también como una habitación extra para acomodar a más invitados. Luego están las tres habitaciones, también definidas en función del sentido práctico y la facilidad de mantenimiento usando superficies de concreto y elementos de mampostería para configurar las camas y los clósets. El baño, con un acabado en concreto afinado y con un lenguaje marcadamente industrial, involucra la vegetación para refrescar el interior, mientras que el paisaje exterior se cuela a través de la ventana para hacer parte de la escena. En el único de los predios recuperados que contaba con un segundo piso se instaló un ofuro o tina de baño japonesa. La mezcla de los muros de cal y canto junto con los techos tradicionales en madera y fibras naturales contribuye a acentuar ese carácter casual que tiene el proyecto, que resulta de la adaptación de un uso actual
Los espacios de descanso en esta casa de 400 m² se plantean francos y abiertos al paisaje, lo que termina por complementar la experiencia.
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en vestigios arquitectónicos con siglos de antigüedad. La cocina, por ejemplo, se reconfiguró para ser un gran espacio para el encuentro familiar, iluminado por la luz natural que entra por la ventana y se refleja en la madera de la estructura de la cubierta pintada de blanco. Aquí, el mesón enchapado en pizarra dialoga con el mueble de mampostería donde
se dispone todo el menaje, y no falta la tradicional mesa de trabajo en el centro que termina de configurar el amoblamiento. Al combinar el respeto por las antiguas construcciones con la audacia del diseño actual, el predio quedó configurado como una sucesión de distintos ambientes de descanso bajo techo, a la sombra de las pérgolas o al aire libre, a
los que se llega subiendo o bajando escaleras de piedra, mientras que los puntos alrededor de la piscina o de las terrazas con sofás o hamacas se definen por sus acabados, que echan mano de materiales y tradiciones constructivas locales como el piso de gres de Ambalema o el cemento afinado, especialidad centenaria de los albañiles de Honda.
30 años
La casa se define en
su fachada por sus líneas austeras y discretas que le permiten mimetizarse con la vegetación. Ya se anuncian allí algunos de los materiales con los que se ha desarrollado: maderas naturales, bloques de cemento, concreto y fibras naturales.
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Confort en concreto y paja
30 años
Un par de materiales definen el carácter de esta casa de recreo en cercanías de Villeta, que congrega a familiares y amigos alrededor de la piscina, alma y eje del proyecto.
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Texto: Patricia Ruan García-Herreros Fotografía: Mateo Pérez Producción: María Paola Sánchez
ntre la contundencia del concreto y la calidez de las fibras naturales como la paja verdeaguja está el balance ambiental y el sosiego que inspira esta casa de recreo. La reunión de estos materiales con características tan diferentes hizo que la arquitecta Yumna Cure, de Duna Diseños, los involucrara en este proyecto para producir una arquitectura contemporánea pero con cierto toque autóctono.
La solidez del concreto a la vista y su fácil mantenimiento, práctico en el manejo de una casa de vacaciones, así como la calidez de materiales utilizados en los bohíos ancestrales, como las maderas naturales y las fibras de palma, resultaron suficientes a la hora de suplir la necesidad de cobijo y se unieron para configurar un lenguaje contemporáneo y cálido a la vez. La gama de materiales incluye bloques
El diseño de un par de kioskos para contener la zona social y la de juegos de mesa le dio al proyecto un toque artesanal en medio de una arquitectura muy contemporánea.
El agua es un elemento que
se involucró a la arquitectura a través de espejos y acequias que recorren la casa, además del gran elemento que es la piscina.
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de cemento de 39 x 6 cm en tono arena usados en ciertos muros y piedras naturales como la Sinú aguamarina y la piedra muñeca. La casa de 580 m² cubiertos y 1.200 m² de áreas exteriores, sigue un esquema en L que se resuelve en tres módulos, dos de ellos para las habitaciones distribuidas en pares y el tercero para el área social. El programa de actividades se complementa con una cancha de tenis y otra de microfútbol. Las cuatro habitaciones con sus respectivos baños, totalmente abiertos para mantener el espí-
ritu de la construcción que propone un permanente contacto con la naturaleza, se dispusieron una seguida de otra, con la suficiente intimidad y condiciones de confort para el descanso. De ahí que se abran hacia el cañón, el punto más fresco del lote, a través de decks de madera apergolados. La zona social se sitúo en el vértice de la L, bajo una estructura de madera techada con fibra verdeaguja que fue tejida por artesanos venidos directamente del Magdalena. En la cumbrera de la cubierta se realizó un corte en
diagonal que permite la ventilación cruzada y evita el paso del agua cuando llueve. A tono con este trabajo artesanal se destaca la carpintería en cedro Puerto Asís que se usó tanto en las de puertas plegables y corredizas, como también en celosías instaladas sobre el borde superior de los muros, garantizando la circulación del aire y una buena temperatura al interior. Este trabajo de carpintería le imprimió color y calidez a la casa, cuya arquitectura ya estaba definida por el concreto en pisos y muros. Los dos kioskos, uno ocupado por la zona social, donde un mobiliario de mampostería se complementa con piezas de madera de eucalipto y pino, y otro destinado a albergar los juegos de mesa, concentran la actividad social sin perder nunca de vista la refrescante y generosa piscina, que es el punto focal de los módulos de habitaciones y de los espacios sociales. Siendo el centro de la vida de la casa, la piscina armoniza con la naturalidad y la frescura del diseño. Se usaron piezas de piedra Sinú aguamarina para producir su playa y enchape en cerámica azul en el estanque para mitigar el resplandor de los reflejos y acentuar el efecto relajante del agua. Para extender este efecto, la arquitecta diseñó acequias y estanques que penetran y refrescan distintos puntos de la casa. Así sucede en la entrada principal, donde un espejo de agua que enmarca la gran palma que se alza al cielo sintetiza la intención inicial de un diseño que propuso integrar las cualidades del agua y la vegetación para propiciar un encuentro relajante con la naturaleza.
30 años
Los espacios acristalados crean una hermosa
Todo al alcance
relación entre el interior de la vivienda y la naturaleza del exterior.
Cerca de la ciudad y con la libertad del campo, esta casa en La Calera ha sido diseñada para disfrutar cómodamente de un entorno natural sin tener que renunciar a nada. casas colombianas 104
Texto: Celia Armenteras Buades Fotografía: Jorge Gamboa Producción: María Paola Sánchez
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l hermoso lote desde donde la panorámica es magnífica fue elegido con el mismo esmero con el que se diseñó y construyó la vivienda que allí se levanta. Está ubicado en el municipio de La Calera, a sólo diez minutos de la carrera Séptima con calle 85 en Bogotá, en un conjunto campestre que responde al deseo de los propietarios de que sus hijos puedan disfrutar de una infancia más libre, con actividades como montar en bicicleta, jugar en la calle y divertirse al sol y al viento. Para sacar el mejor provecho del entorno, la casa se abre hacia la gran vista y se escalona con el terreno. Destaca en ella el concreto, que se utilizó para rellenar gaviones, levantar grandes muros de contención y se aplicó en algunas zonas dejando a la vista su fino acabado y la textura de los encofrados. Los grandes voladizos y los antepechos de los balcones acentúan la horizontalidad de la casa; bajo estos, el ladrillo oscuro contrasta intencionalmente con el tono del concreto. La carpintería al interior de la vivienda está desarrollada en madera de nogal mallado con un acabado rústico, lo que genera espacios cálidos y originales. Por el contrario, el porcelanato en los baños y cocinas da una sensación de limpieza y frescura, en un tono similar al concreto, que destaca frente a los colores tierra del resto de la casa. Los grandes herrajes verticales contrastan con el tono claro del piso y con la horizontalidad de la construcción. Distribuida en dos niveles, el primero se articula en torno a un patio central con un gran muro verde sobre el que se impone la escultura de un árbol dorado; este espacio es una sala exterior con sofás diseñados en
concreto que se distribuyen alrededor de un fogolar. El salón se abre, por un lado, al patio interior y recibe de este el contraste casi surrealista del verde y del dorado; y por el otro, a las imponentes vistas que se aprecian a través de grandes ventanales. La sala está comunicada con el estudio, un lugar acogedor con
una gran biblioteca de doble altura. Este espacio tiene acceso a un porche y al jacuzzi. También desde la sala se accede al comedor, que a su vez se integra con la cocina a través de grandes puertas que se deslizan entre el muro. La cocina es un espacio generoso, diseñado con todas las comodidades para compartir
en familia o con amigos. Para cocinar al aire libre, el jardín está equipado con BBQ, teppanyaki y un horno de leña. El segundo nivel es el espacio que se dedica a la familia. Tiene tres habitaciones y una alcoba principal, articuladas en torno a la zona de juegos y la sala de estar; dos espacios, uno
la presencia de la madera en pisos
y obras de carpintería pone el acento cálido a esta casa, donde el concreto, el vidrio y el ladrillo completan el repertorio de materiales.
junto al otro, ideados por los arquitectos como el centro del encuentro familiar. El detalle inesperado y práctico se da cuando con solo abrir un mueble este lugar se transforma en un cuarto de huéspedes. Todas las habitaciones tienen una gran terraza corrida que disfruta de la vista lejana y la belleza del entorno. Adaptándose al terreno inclinado, un jardín privado se aprovecha como zona de juegos. Diseñada por Bernal Arquitectos, firma de la que hacen parte Fernando Ber-
En 700 m² de detalles, la familia
encuentra espacios acogedores y materiales cuidadosamente escogidos que se adaptan muy bien al entorno libre y campestre.
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nal, Félix Vásquez, María José Reyes y Felipe de Francisco, y construida por Prabyc Ingenieros, esta obra es también ejemplo de compromiso con el medio ambiente. Fernando Bernal incrementó la eficiencia energética de la casa mediante muros aislantes y térmicos, que mantienen estable la temperatura interior durante la noche, y por un sistema de calefacción radiante que se apoya en paneles solares. Las cubiertas verdes y los filtros de la casa recogen agua lluvia para el riego de los jardines.
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María Arango y Diego Molina Ong&Ong, Singapur, SIngapur
Juan Piñol dRMM Londres, Inglaterra
Arquitectura
en tres continentes
Juan Pablo Ordóñez Community Housing Ltd. Tokio, Japón
Juan Carlos Matiz MAD Architecture & Design Nueva York, Estados Unidos
A finales del siglo XX, diversos factores como la situación económica, los intercambios académicos internacionales y la revolución de las comunicaciones señalaron el camino que tomaron muchos profesionales colombianos para ejercer su carrera y establecer sus vidas en el exterior, y los arquitectos no fueron la excepción. El ejercicio de la arquitectura en otros países, sin embargo, plantea exigencias distintas a las que son usuales en Colombia y tienen que ver con las diferencias culturales, la legislación y la misma práctica constructiva. Sin embargo, son el talento, el empeño y la capacidad de adaptación las cualidades que determinan el éxito por fuera del país. A continuación presentamos las semblanzas de cinco arquitectos que ejercen su práctica en distintos países del mundo –ya sea como fundadores de su propia firma o ocupando cargos de alta responsabilidad en grandes empresas– , en los Estados Unidos, el Reino Unido o los lejanos Singapur y Japón, cuyos casos ejemplifican el tesón y la capacidad de sobresalir en ambientes diversos y competitivos, y son una muestra de cómo la multiculturalidad, hoy en día es una realidad y una ventaja, que se refleja en sus proyectos y carreras ascendentes.
Diseñar la vida Un exuberante árbol da nombre a la casa Samán, muestra de la solidez y el talento que María Arango y Diego Molina derrochan en Singapur. Texto: Celia Armenteras Buades Fotografía: Ong & Ong
Egresados de la Universidad Javeriana y provistos de la experiencia que habían adquirido en la oficina de Esguerra, Hernández y Mazzanti, los arquitectos María Arango y Diego Molina llegaron a Singapur en el año 2001 para trabajar en la oficina de arquitectura Ong&Ong, una de las más grandes del país y con sedes en toda Asia y Estados Unidos. Tres años después de su llegada fundaron uno de los departamentos que conforman la compañía y desde entonces son los directores del taller
de diseño de Vivienda Residencial Aislada, donde tienen la oportunidad también de diseñar proyectos boutique, de interiorismo y remodelar casas de conservación. Mientras tanto, cada año han ido acumulando premios, entre muchos otros el Singapore Design Award, el URA Architectural Heritage Award y The International Architectural Award. También sus proyectos han aparecido en múltiples publicaciones nacionales e internacionales. Echan de menos a Bogotá y piensan regresar, pero después de trece años dicen estar tan ilusionados como el primer día y no dejan nunca de aprender: “Más que el espacio, hemos aprendido a diseñar la vivencia de los espacios”, dice María. En su departamento trabajan otros dos colombianos, Camilo Peláez y Tomás Jaramillo, y aseguran que con ellos han creado un equipo excelente. Cuidadosamente diseñada para que todos los espacios disfruten del imponente árbol, la casa Samán tiene 1.000 m² que se escalonan con el terreno para no interrumpir la visual de los vecinos. Interesados siempre en trabajar con materiales naturales y protegiendo los espacios de la humedad y las altas temperaturas, en esta casa destaca la madera, la ventilación cruzada, los amplios voladizos y las pantallas protectoras.
30 años
Ideas construidas La cultura meritocrática británica y la convalidación de su título han contribuido a que Juan Piñol afincado en Londres pueda desarrollar su talento profesional en la capital inglesa.
Artesanía y técnica
Texto: Celia Armenteras Buades
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Su interés por la arquitectura comenzó a los tres años de edad cuando, sentado junto a su abuelo, Hernando Vargas Rubiano, este le consultó si debía construir un edificio desde abajo o comenzar a construirlo desde el aire; el niño le respondió con entusiasmo que debía hacerlo desde el aire. “Los edificios deben empezar en el aire, en el mundo de las ideas, pero saber cómo aterrizarlos y adaptarlos a la ciudad es igual de importante”, asegura el arquitecto arraigado en Londres, Juan Piñol, que ha sido director asociado de la firma británica Tate Hindle y ahora comienza una nueva etapa en Rijke Marsh Morgan Architects. Estudió en la Universidad de los Andes y se formó en la empresa familiar de arquitectura, donde adquirió oficio y la experiencia de trabajar en proyectos muy heterogéneos. En Inglaterra sigue aprendiendo y declara que la permanente actualización de los conocimientos constructivos y de sostenibilidad forman parte del quehacer diario de un arquitecto.
Reconocida con numerosos galardones en Japón (entre ellos el Premio Excelencia en Diseño con Madera y en Diseño Ambiental), la obra de Juan Pablo Ordóñez se caracteriza por su calidad y belleza, producto de una combinación de artesanía y tecnología muy innovadora. Le interesa también el diseño interior residencial porque está integralmente ligado a las tipologías residenciales de Londres, y trabajó durante cuatro años en la conversión y restauración de ocho casas en Regent’s Park construidas por Decimus Burton bajo el plan regulador de John Nash en 1820, una de las casas en hilera más interesantes e importantes de ese período. Millbrook Park es la primera etapa de 133 viviendas que hace parte de un proyecto de regeneración urbana y de vivienda al norte de Londres, donde se mezclan las líneas tipológicas de los edificios de apartamentos y las casas en hilera. La topografía permitió que todas las casas tuvieran terrazas y vistas sobre la gran metrópoli.
Texto: Celia Armenteras Buades Fotografía: Ogawa Shigeo
“Proyectar en Japón implica adaptarse a un entorno con requerimientos técnicos estrictos. La precisión en la ejecución de las obras es controlada de cerca por los mismos clientes, que están bien informados y son exigentes”, explica Juan Pablo Ordóñez acerca de su experiencia profesional en Tokio. Llegó a Japón hace trece años y en 2006 creó con la arquitecta Toshiko Kinoshita la firma Community Housing Ltd., dedicada a la consultoría de diseño arquitectónico, desarrollo de proyectos y administración de inmuebles, que en Japón ejecuta proyectos de vivienda y en Colombia (junto con firmas asociadas) ha desarrollado proyectos de vivienda multifamiliar y para la tercera edad, entre otros. Egresado de la Universidad de los Andes y posteriormente de la Escuela de Artes de Glasgow (UK) y McGill University (Montreal), Juan Pablo habla acerca de lo interesante que resulta proyectar en el entorno japonés, donde él puede combinar una fuerte cultura artesanal y la tecnología local, con la tradición moderna de la arquitectura colombiana; una suma de aspectos positivos de la cual resultan inmuebles arraigados en su contexto físico-social, y que buscan construir un sentido del lugar. Un ejemplo de su trabajo es esta casa de 335 m² ubicada en Denenchofu 4, al sur de Tokio, que se desarrolla en un lote largo y estrecho, razón por la cual se crean diferentes perspectivas lejanas para incrementar la sensación de amplitud al interior de la casa, la cual está rodeada por el verde de la vegetación. Acorde con la búsqueda de amplitud, se usaron acabados texturados y tonos claros para aumentar la reflexión de la luz natural.
una visión multicultural La firma de Juan Carlos Matiz, MAD, se distingue por desarrollar cuidadosos proyectos en los que el diseño y el entorno son protagonistas. Texto: Zandra Quintero Ovalle Fotografía: MAD Architecture
El edificio del Centro Neurológico
cuenta con estrategias de sostenibilidad y ahorro de energía; muchos de sus materiales son responsables con el medio ambiente.
ARQUITECTOS EN EL EXTERIOR 114
Juan Carlos Matiz fundó en el año 2002, junto con su esposa Sara, italiana y también arquitecta, MAD Architecture & Design, con sede en Nueva York y con alianzas estratégicas en Milán. MAD es una firma multidisciplinaria que lo mismo emprende con éxito nuevas edificaciones institucionales y comerciales, restauraciones y adecuaciones en edificios históricos o remodelaciones de vivienda y oficinas, que proyectos de diseño interior, branding y hasta diseño gráfico. Y es que, como lo expresa este bogotano egresado del Pratt Institute que emigró desde muy pequeño con su familia a los Estados Unidos, “Nuestra vocación es la de integrar todas las diferentes ramas del diseño en nuestros proyectos”. Esta vocación, que en mucho se alimenta de la riqueza que le imprime un equipo multicultural de 14 personas –profesionales de la India, Italia, China, Japón, Estados Unidos y Colombia– se imprime en las soluciones de diseño y en la estética de los proyectos de distintas dimensiones y tipologías que han emprendido a lo largo de estos años. MAD es responsable del programa de restauraciones y adecuaciones de algunos de los edificios históricos del Pratt Institute en el campus de Brooklyn y en otras locaciones de Nueva York, así como de viviendas privadas de principios de siglo. Entre sus proyectos importantes se encuentran también las oficinas de empresas como Etsy y Dailymotion, un jardín infantil en Nueva Jersey, un auditorio y edificio de dormitorios para la Universidad de Nueva York o la ampliación y renovación de la Ópera de Santa Fe (Nuevo México) en un área de 11.000 m2 . El proyecto que ilustra este artículo es uno de los consentidos de Matiz: un esbelto edificio de seis pisos en el Upper East Side que alberga un centro neurológico y cuya fachada planteada a partir de paneles de cobre y vidrio armoniza con el entorno patrimonial. El diseño interior es también obra de la firma de este bogotano, cuyo sueño es poder realizar proyectos en Colombia y que regresa cada vez que puede a “comer, disfrutar del paisaje y convivir con la familia”.
Sobre el agua, un loto se abre En Wuzhen, China, este espectacular teatro se inserta con sensibilidad en medio de un entorno casi de ensueño. Texto: Zandra Quintero Ovalle Fotografía: Jeffry Cheng. Cortesía de KRIS YAO I ARTECH
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D
ice un viejo proverbio chino que “La flor de loto asoma inmaculada del fango”. Y en este caso, poseedor de una bella dignidad, el Gran Teatro de Wuzhen parece surgir de las aguas quietas que lo rodean. Su diseño está inspirado en la flor de loto doble, una excepción de la naturaleza en la cual dos flores comparten un mismo tallo. En la cultura china y en muchas otras de Oriente, la flor de loto simboliza cualidades como la belleza, la fidelidad, la fortaleza y la iluminación: como epítome, el loto sirve como asiento al trono de Buda. A una hora aproximada de distancia de Shaghai, Wuzhen es un pequeño y antiguo pueblo (fundado en 872 d.C.) de la provincia de Zhejiang. Atravesado por canales y decenas de antiguos puentes de piedra, sus callejuelas empedradas son flanqueadas por construcciones de madera y mampostería, de no más de dos o tres pisos, que albergan talleres, casas de té, comercios y viviendas. Estructurado en torno de tranquilos canales por los que la gente y las mercancías se transportan en lanchas, este pueblo que tiene una profunda vocación cultural, pues es asiento histórico de literatos, de artesanos del índigo y de la seda y cuenta con una larga tradición teatral, fue objeto de un minucioso programa de restauración por parte de la autoridades locales con el fin de convertirlo en un polo de interés para el turismo cultural.
30 años
30 años
ARTECH I KRIS YAO
Formado en las universidades de Tunghai y Berkeley, Kris Yao fundó Artech en 1985. Con oficinas en Taipei (Taiwán) y Shangai (China), Artech ha desarrollado proyectos institucionales, culturales y comerciales que lo han puesto a la cabeza del quehacer arquitectónico en su país natal, al que ha representado en la Bienal Internacional de Arquitectura de Beijing y en la de
La plataforma de concreto por la cual se accede al teatro lleva hacia el pórtico del foyer. Fuentes y árboles recién sembrados contribuyen al paisajismo que armoniza con el exterior.
El Gran Teatro de Wuzhen
cuenta con dos pisos y uno subterráneo, y se despliega en un área de 21.750 m². Fue inaugurado oficialmente en mayo de 2013 con el Primer Festival Internacional de Teatro de Wuzhen.
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En este sentido, se convocó a la firma Artech (con sede en Taipei, Taiwán) para diseñar el Gran Teatro de Wuzhen, que debía contener dos salas con 1.200 y 600 asientos cada una y proveer todas las funcionalidades tecnológicas para puestas en escena exigentes; y en este entorno el encargo resultó un gran desafío. Como menciona el arquitecto Kris Yao, cabeza de Artech, lo esencial consistió en plantear un diseño respetuoso con la arquitectura patrimonial, por lo cual la altura, los materiales y el diseño debían responder a ello cuidadosamente. Así, el diseño del Gran Teatro, asentado sobre una plataforma de concreto entre los canales y al cual puede accederse mediante un puente peatonal o por lancha, se desarrolla sobre una planta ovalada que da lugar a un volumen con fachadas que se van desenvolviendo hasta producir el encuentro de las dos formas de flores de loto. La fachada correspondiente a la sala más grande consiste en una gran celosía de madera plegada en zig-zag con diseños geométricos chinos, cuyos tramados irregulares recubren una superficie acristala-
Los materiales usados en el teatro, como la madera y las piedras recicladas, responden al
entorno cultural de este pueblo que ha permanecido casi intacto a lo largo de sus 1.300 años de historia.
Venecia, ambas en 2008, y ha recibido honores y condecoraciones internacionales. Recientemente, el monasterio Water Moon en Taipei y el Gran Teatro de Wuzhen recibieron menciones y premios, como el Far Eastern Architectural Design Award, el Taiwan Architecture Award o el World Architecture Festival, todos entre 2013 y 2014.
da sostenida, al interior, por una estructura de vigas metálicas horizontales e inclinadas, por las cuales entra luz natural y a la vez, generan las circulaciones. La fachada, que corresponde a la sala más pequeña, está planteada por gruesos muros inclinados enchapados con piedras antiguas de tono azul gris, algunas de ellas vidriadas, que se superponen como los pétalos de una flor al abrirse y que generan el foyer del teatro. El escenario central es una ingeniosa solución funcional que le permite a las dos salas compartir el complejo montaje técnico de la tramoya, mientras que el interior de cada una de ellas se diferencia por su diseño interior. En la sala en herradura del Gran Teatro sobresalen los paneles tapizados en seda en los laterales y en los palcos, así como el plafón que, al iluminarse con cientos de focos, dibuja trazos orgánicos en su superficie. La sala pequeña, de planta rectangular, es más austera y moderna. En el foyer del teatro y sus corredores siempre circulares, materiales como el mármol blanco veteado, el cristal, los monumentales muros de piedra reclinados y las tramas de la celosía de la madera crean un ambiente que sobrecoge los sentidos. Desde el exterior, el teatro se revela poco a poco y su contundencia se afirma entre los trazos de las casas, árboles, puentes y canales conforme uno se aproxima. La flor de loto abre sus pétalos con los primeros rayos del sol y los cierra al alba; en este caso, simbolizada por el Gran Teatro de Whuzen, permanece abierta viendo hacia el cielo por la noche, reflejando toda su belleza en las aguas de los canales ancestrales.
30 años
Una casona de principios del siglo XX se transforma en un centro cultural donde los libros, la arquitectura y el paisaje interactúan en un tradicional barrio de la Ciudad de México.
Libro abierto
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Texto: Zandra Quintero Ovalle Fotografía: Jaime Navarro. Cortesía de Fernanda Canales
ocalizado en el barrio de La Conchita, en Coyoacán, una de las delegaciones más hermosas y antiguas del sur de la Ciudad de México, el Centro Cultural Elena Garro se inserta amablemente en el entorno constituido por viejos árboles y grandes casas, muchas de ellas patrimoniales, que definen un sector de vocación eminentemente bohemia y cultural. El proyecto, liderado por Fernanda Canales con la colaboración de Arquitectura 911, se caracteriza por la original solución encontrada para conservar e integrar una vieja casona de principios del siglo XX al nuevo proyecto a partir de la proyección de distintos espacios que, a su vez, definen nuevas relaciones volumétricas con la casa de conservación arquitectónica. Lo primero que llama la atención es que la fachada y parte de lo que fue el patio
frontal de la casa quedan enmarcados por un gran volumen transparente, estructurado por planos de concreto, que crea el efecto de “sacar” los libros hacia la calle –con estanterías laterales que van de piso a techo y un entrepiso para recorrerlas–, mientras incorpora los árboles existentes al interior de la librería. A este gran pórtico se accede mediante una rampa paralela a la fachada, que tiene un exuberante jardín, que da a la calle, como preámbulo. La impresión que genera esta “gran vitrina” inicial ejemplifica la búsqueda de la arquitecta Canales por crear espacios públicos que dialoguen con su entorno. En este caso, la conversación se da entre lo antiguo y lo contemporáneo, lo público y lo privado, el interior y el exterior de tal forma que los espacios se perciban abiertos e inviten a la gente a apropiárselos.
Fernanda Canales Nacida en 1974, es una de las más brillantes arquitectas mexicanas de su generación. Doctora en arquitectura, crítica, ensayista y docente, ha sido reconocida por obras como la Casa Maruma (México D. F.), el campus del CEDIM (Monterrey, N. L.) y el Centro Cultural Elena Garro, que ha recibido cuatro premios internacionales, entre otros. Su trabajo ha sido expuesto en la Bienal de Venecia (2012) y en el Museo de Arte Contemporáneo de la Ciudad de México (2011), y ha participado en varias Bienales de Arquitectura. Su obra ha sido galardonada con el Premio Cemex y el de la Bienal del Colegio de Arquitectos de México.
vestíbulo principal del Centro Cultural Elena
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Garro. La presencia de la fachada de la casa y del esbelto árbol que se prolonga más allá del cielo raso conforman un contundente gesto lleno de originalidad.
El Centro Cultural Elena Garro, bautizado así en honor de la escritora mexicana, quien fuera la primera esposa de Octavio Paz, cuenta con más de 20 mil títulos y 180 mil ejemplares. Los libros son incorporados al diseño como protagonistas de honor. MUNDO 124
El Centro Cultural está planteado básicamente en tres bloques. El primero es este frente de triple altura con tratamiento de espacio exterior; el segundo está constituido propiamente por la casona en cuyos espacios, dos niveles de doble altura, se distribuye la librería con exhibiciones, estanterías y áreas de lectura, y que se convierte en transición hacia la parte trasera del recinto. Ahí se encuentra el tercer bloque, rectangular y desarrollado en tres niveles, donde se ubican un salón de usos múltiples, oficinas, aulas y un estacionamiento subterráneo. En el recorrido hacia este se desarrollaron pequeños patios, además del jardín lateral al que se accede desde un costado de la casona. Dada la presencia de árboles centenarios en el lugar se puso especial cuidado en el paisajismo, de tal forma que los jardines, muros verdes y espejos de agua diseñados por Entorno Taller de Paisaje, terminan por articularlos al proyecto. Los materiales: ladrillo y mampostería en la casona, concreto aparente en los muros exteriores; granito y piedra volcánica en pisos y muros, madera de tzalam en la carpintería que recubre los muros, y metal claro y oscuro en el mobiliario, definen este espacio donde la transparencia, la luz que entra por las claraboyas y los libros que lo definen sin ahogarlo, crean un espacio único y acogedor.
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Robbrecht en Daem Architecten / Marie-José Van Hee Architecten
El Centro Histórico de Gante resurgió luego de una profunda renovación urbanística que le brinda una atmósfera amable a lo público y cuyo símbolo es la estructura conocida como Stadshal. Texto: Zandra Quintero Ovalle Fotografía: David Grandorfe y Mark De Blieck. Cortesía de Marie-José Van Hee Architecten
A corazón abierto
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sta historia comienza en la Edad Media y después de muchas tribulaciones parece haber encontrado, hasta hace muy poco, su final feliz. El protagonista, el centro de Gante (Bélgica), fue testimonio fiel de la historia de una de las ciudades más importantes de Flandes, con su trazo y edificios medievales. Hasta que, con motivo de la Exposición Universal de 1913, el alcalde en turno decidió demoler varias cuadras para planear otras que facilitaran el tráfico y sirvieran de área de exposición… Nuevamente, en 1960, se erradicó otra cuadra para construir un edificio gubernamental que nunca vio la luz. Como resultado, quedó un gran plaza pavimentada y un espacio desolado que en buena parte se utilizó como estacionamien-
to hasta 2012, en el corazón de la ciudad y entre tres importantes monumentos góticos: la torre del Campanario, construida en 1313 y que simbolizaba el poder de los gremios y la autonomía de la ciudad en el medioevo; la iglesia de San Nicolás, levantada en el siglo XIII, y la Catedral de San Bavón, en donde fue bautizado Carlos V y que cuenta con tesoros artísticos invaluables como La adoración del Cordero Místico de los Van Eyck, obra cumbre de los primitivos flamencos. Juntas, estas edificaciones conforman el llamado “triángulo de las tres torres”. En 1996, el Ayuntamiento de Gante planeaba construir un estacionamiento subterráneo en la plaza, pero ante la oposición de la sociedad el proyecto se vino abajo. Varios años después, las autoridades convocaron a un nuevo concurso y esta vez lo ganó la dupla conformada por las firmas Robbrecht en Daem Architecten y Marie-José van Hee Architecten… Y decimos “esta vez” porque anteriormente fueron descalificados debido a que su proyecto no incluía el estacionamiento, sino muchos otros elementos no pedidos por la convocatoria y que ahora han dotado de una nueva lógica a la plaza localizada entre el triángulo de la tres torres. Conocer todo este contexto es necesario para apreciar los alcances del proyecto de Robbrecht en Daem y Marie-José Van Hee. Este incorpora el llamado Stadshal: una gran estructura techada multifuncional de 40 m de largo y 15 m de ancho que divide la plaza en una serie de espacios de dimensiones menores y que incluye un pequeño parque en pendiente que ocupa más de la mitad de la plaza, un restaurante bajo el Stadshal, una serie de vías peatonales, una estación para bicicletas y mobiliario ur-
Las firmas de los arquitectos Paul Robbrecht y Hilde Daem (Robbrecht en Daem Architecten) y la de la arquitecta Marie-José van Hee, se encuentran entre las más importantes y reconocidas de Bélgica. A los tres no sólo los une la amistad, sino que en equipo y desde hace 24 años han desarrollado proyectos privados y públicos en varias ciudades belgas, entre los que destaca la Plaza Leopold de Wael en Amberes (2001). También han recibido, juntos y por separado, importantes premios por su labor arquitectónica en Bélgica e Inglaterra.
30 años
la cubierta del stadhal deja filtrar la luz
entre los listones de madera, creando un efecto decorativo y orgánico. Como si se tratara de encuadres fotográficos, su presencia crea nuevas vistas fragmentadas de la plaza y sus monumentos.
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bano. A través de todos estos elementos el proyecto logra articular nuevamente a los tres monumentos antes mencionados, devolviéndoles la coherencia perdida dentro de la composición urbana. El Stadhal, finalista del premio Mies van der Rohe 2013, se ha convertido en el ícono de esta intervención al situarse en el centro gótico de la ciudad para crear una nueva narrativa entre el pasado y el presente, absolutamente contemporánea, pero que dialoga valientemente y con respeto con la historia que lo rodea desde su volumetría, su altura y los materiales que lo constituyen. La estructura consiste de una cubierta planteada con un goblete doble (elemento triangular característico del gótico circundante) ejecutado en madera y recubierto por cientos de tejas de vidrio, donde un triángulo resulta más ancho y alto que el otro, gesto que sirve para enmarcar la vis-
ta hacia el edificio del Ayuntamiento. La cubierta descansa sobre cuatro anchos pilares huecos en su interior; en dos de ellos se encuentran ascensores y escaleras para descender al restaurante y en los otros dos, ductos de ventilación y calefacción. Desde el interior, la cubierta ofrece refugio, además del interesante trabajo de su geometría. La idea del Stadhal se basó en ofrecer una estructura que al articular la gran plaza con sus monumentos, ofreciera un recinto público y abierto bajo el cual llevar a cabo todo tipo de eventos: desde conciertos, exposiciones y ventas artesanales, hasta ceremonias públicas. Este proyecto sirve como ejemplo para reflexionar sobre las estrategias que les permiten a los centros históricos seguir contando historias y vivir experiencias de apropiación social y patrimonial, mientras se entabla una conversación entre la historia y el presente.
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