Libro 50 años IDEA

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1960 – 2010

Cincuenta años de IDEA


índice

pág. 20

1

Una institución diferente e innovadora

pág. 46

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El contexto productivo en los últimos 50 años

pág. 76

3

Empresarios a las aulas


pรกg. 90

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Intercambio con valor agregado

pรกg. 106

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Espacios para buscar consensos

pรกg. 126

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La renovaciรณn generacional


“Los argentinos queremos un país pacífico, desarrollado con justicia, conservando el pluralismo que nos caracteriza, con gran respeto a las minorías y facilitando el juego limpio para que las mayorías puedan gobernar”. Prólogo del libro ¿Qué Argentina queremos los argentinos?, con las exposiciones de un ciclo de debates organizado por IDEA (1973).



1 Una institución diferente e innovadora El Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina celebra su 50º Aniversario con la misma pujanza y espíritu emprendedor de 1960. También es idéntica su misión de contribuir al desarrollo productivo y competitivo de una Argentina integrada al mundo. En estos 50 años, IDEA se ha consolidado como una entidad diferente e innovadora, apoyada sobre las tres bases que son su razón de ser: la formación y capacitación gerencial, el intercambio empresarial y sus foros de debate sobre grandes temas nacionales. Su compromiso con el futuro se renueva ahora con IDEA Joven, cuna de una nueva generación de líderes empresarios.



En 1960

cuando nació y en 2010 cuando celebra sus primeros 50 años, el objetivo central de IDEA se mantiene inalterable: trabajar desde las empresas para contribuir a una Argentina mejor para todos los argentinos. Este compromiso no es declarativo. El Instituto se ha dedicado siempre a aportar elementos constructivos en todas sus áreas de acción y lo seguirá haciendo en el futuro. Ya desde su acta de fundación –suscripta por un reducido núcleo de nueve hombres de negocios– otorgó prioridad a la tarea de profesionalizar la dirección y el gerenciamiento de las empresas, así como su vinculación entre ellas y con el mundo, que se mantiene en plena vigencia. También fue precursora en promover los primeros foros destinados a valorizar el rol de los empresarios en la sociedad y en su contribución al desarrollo del país, con un enfoque alejado de intereses sectoriales. Con el correr de los años, ese embrión institucional fue incorporando la visión, la misión y los valores que hoy hacen de IDEA una entidad única en su tipo y que le otorgan permanente proyección de futuro. IDEA tiene la visión de ser “la institución empresaria clave en colaborar y contribuir a posicionar a nuestra Argentina entre las naciones líderes en lo social, político y económico”. A partir de esta visión, su misión ha sido, es y será “contribuir al desarrollo productivo y competitivo de las empresas e instituciones para que la Argentina se integre al mundo moderno y desarrollado”. Para llevar estos objetivos al plano de las acciones concretas, sus 460 compañías socias se comprometen expresamente a promover un conjunto de valores compartidos, sin los cuales sería imposible trabajar por un país mejor. Ellos se expresan en los siguientes conceptos: • Crear valor. • Pagar los impuestos y cumplir con las leyes. • Contribuir a que nuestros empleados se capaciten, tengan desafíos, se encuentren motivados y sean útiles a la sociedad en todo momento. • Asegurar la continuidad, viabilidad y competitividad en produc-

1960 El 16 de febrero se firma el Acta de Fundación de IDEA, bajo la denominación inicial de Instituto Argentino de Dirección de Empresas. Su primera Comisión Directiva fue presidida por Jorge R. Aguilar, secundado por Carlos Jacobi y Robert Martz como vicepresidentes.

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1961 En julio adopta la denominación de Instituto para el Desarrollo de Ejecutivos de la Argentina. El presidente de la Nación, Arturo Frondizi, recibe a los directivos de IDEA días antes de su Primera Conferencia Anual.

Con 82 empresas socias, se realizan los primeros seminarios y se organizan los grupos de trabajo, que luego se constituirían en Divisiones de Intercambio. También comienzan a dictarse cursos en Córdoba, Mendoza y Rosario además de realizarse, a mediados de noviembre, la

Segunda Conferencia Anual, con gran repercusión periodística. Se inaugura la primera sede propia, en el 5º piso del edificio de avenida Belgrano 1670.


ción, ideas y políticas. • Relacionarnos con la comunidad en forma transparente. • Creatividad e innovación, con el consiguiente cuidado del medio ambiente, son el modo adecuado para conseguir el desarrollo de nuestra Argentina. • Es ético que las empresas sean eficientes y generen utilidades. Las utilidades respaldan nuestras inversiones y puestos de trabajo seguros y bien remunerados. El trabajo estable es el principal factor del progreso, la seguridad social y la dignidad humana. • Las personas, empresas e instituciones asociadas a IDEA asumen el compromiso de mantener como principio un comportamiento ético y moral correcto. • Finalmente, IDEA no participa en actividades gremiales que puedan desarrollar por sí las empresas socias. En el plano institucional, un rasgo diferenciador de IDEA reside, precisamente, en que se trata de una entidad no gremial, no sectorial y apartidaria. No representa a ningún sector empresario en particular, pero da cabida a empresas de todo tamaño, actividad económica y origen de capital. Estas características hacen que sólo pueda bregar a favor de un mayor desarrollo de las potencialidades del país y de

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IDEA crea la sede de Rosario y también la División para la Pequeña y Mediana Empresa, primer antecedente de la actual IDEA PyME. También lanza las revistas Ideario e Idealista, ambas de aparición mensual. Más de 1.500 ejecutivos asisten en total a los 39 seminarios y 17 conferencias realizados ese año.

Es el año de las becas: a ejecutivos de empresas socias para que se capaciten en las universidades de Harvard y Columbia (EE.UU.) y a académicos y funcionarios públicos para asistir a los seminarios del Instituto. Nace la Revista IDEA, de publicación trimestral.

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El núcleo fundador

N

ueve empresarios estamparon sus firmas al pie del Acta de Fundación de IDEA, tras incluir en el breve texto de una página un conjunto de objetivos que mantienen plena vigencia. Aquellos hombres visionarios ya imaginaban entonces, cuando todo estaba por hacerse, una entidad capaz de ofrecer formación profesional a los cuadros directivos y gerenciales de las empresas y de crear un ámbito de libre discusión de temas empresariales en función de los intereses de la Argentina. Estos son los hombres que hace 50 años escribieron las primeras páginas de la fructífera historia del Instituto y trazaron el camino a seguir: -

Carlos Alberto Jacobi Gilberth E. Sotham Jorge L. Aguilar Robert R. Martz Enrique Smith Edward C. Forbes Miguel Sussini Juan Llamazares Ricardo S. Pujals

El entonces presidente Arturo Frondizi fue el encargado de recibir, en septiembre de 1960, a la primera Comisión Directiva del flamante Instituto.


una inserción competitiva en el mundo, a través de una más eficaz articulación de esfuerzos entre el sector público y el sector privado. Otro elemento distintivo es que sus autoridades se renuevan permanentemente, lo cual asegura una más amplia participación empresaria en la conducción de la entidad, cuyo Directorio está integrado por 36 directores, además de una saludable política de recambio. Una prueba de ello es que, a lo largo de sus primeros 50 años de vida, el Instituto ya tuvo 25 presidentes. El primero en desempeñar formalmente el cargo fue el doctor Jorge Luis Aguilar, quien había encabezado, junto con el ingeniero Carlos Jacobi y el doctor Robert Martz, la primera Comisión Directiva. La labor de la conducción empresaria se integra además con el staff profesional a cargo de un Director Ejecutivo, del cual dependen los gerentes de las distintas áreas. En el plano de las acciones, la razón de ser de IDEA se asienta sobre tres bases, cuyas actividades se encuentran estrechamente relacionadas entre sí y se describen detalladamente en los capítulos de este libro: • La capacitación empresaria y

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Con la creación de la División de Investigaciones Económicas, dirigida por Guillermo Edelberg, comienza estudiarse la factibilidad de crear la primera escuela de negocios del país. Otras innovaciones son el Ciclo de Actualización Política y la realización sistemática de almuerzos mensuales con destacados oradores invitados.

Las Primeras Jornadas de Relaciones Empresarias son el puntapié inicial de los tradicionales Coloquios Anuales de IDEA, que llevan ya 46 ediciones consecutivas. El número de compañías socias supera las 200 a fin de ese año.

En blanco y negro, los primeros tiempos de IDEA. En color, parte de su actual conducción.


gerencial con el criterio de formación para la acción, a través de los diversificados programas de su prestigiosa Escuela de Negocios. • El intercambio permanente de conocimientos y experiencias entre directivos y profesionales de compañías socias para promover las mejores prácticas empresarias, mediante las reuniones de sus Divisiones de Intercambio Empresarial, ciclos y talleres de actualización y las actividades de IDEA PyME. • Los foros de debate, Coloquios Anuales y Precoloquios que se realizan en todo el país y promueven el protagonismo empresario en el análisis de grandes temas nacionales, así como en la formulación de recomendaciones y propuestas para buscar consensos con otros sectores. Con el correr de los años, esta labor fue ampliada y enriquecida a través de convenios de cooperación e intercambio con entidades empresarias y académicas de otros países; y también con una más estrecha relación con organizaciones de distintos sectores de la sociedad argentina, para generar propuestas a desafíos tales como mejorar la educación y la capacitación laboral de los jóvenes; la conducción empresaria; el funcionamiento de la Justicia o la educación vial para reducir el flagelo de las muertes en el tránsito.

1966 Comienza a publicarse el Índice de Costo de Vida para Ejecutivos, elaborado por la División de Investigaciones Económicas. También tienen lugar seminarios en ciudades del interior como Córdoba, Rosario, Tucumán, Resistencia, Azul, Las Flores y Olavarría, a la vez que

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1967 se lanzan los primeros cursos de verano, toda una innovación para la época. IDEA intensifica la cooperación con organizaciones empresarias nacionales y extranjeras para llevar adelante proyectos conjuntos de investigación.

Nuevas Divisiones consolidan a IDEA como entidad líder en actividades permanentes de intercambio empresarial, a la vez que se crean filiales en el interior del país (como Quilmes y Neuquén, entre otras). El número de empresas socias supera las 300.


Prioridad para la capacitación

Las primeras empresas socias

La primitiva denominación del Instituto, que en sus orígenes iba a tener una sigla con las mismas letras en distinto orden (IADE, Instituto Argentino de Dirección de Empresas), tuvo poco de aleatorio. Desde sus comienzos, y ya como Instituto para el Desarrollo de Ejecutivos en la Argentina, otorgó prioridad a la formación y capacitación profesional de cuadros directivos y gerenciales de empresas, con criterios absolutamente innovadores. Este impulso dio lugar a la creación, en 1968, de la Escuela de Administración –primer antecedente de la actual Escuela de Negocios–, que fue la primera de nivel superior del país, modelada a partir de un convenio de cooperación con Harvard Business School.

U

En los transformadores años ’60, cuando se instalaban en el país nuevas industrias y compañías locales y extranjeras, la Argentina no estaba en condiciones de dar respuesta a la creciente demanda de formas de organización y administración, más sofisticadas y profesionalizadas, para empresas que adquirían mayor complejidad. Por entonces, recién daba sus primeros pasos la carrera universitaria de Administración de Empresas en la UBA y no existían escuelas de negocios. Por lo general, la formación en estos campos debía obtenerse en el exterior, o bien a través de espacios de autoformación impulsados por profesionales de compañías líderes.

n total de 20 empresas revistan en las primeras actas de IDEA con la categoría “A”, que las acreditaba como socias fundadoras del Instituto durante el año 1960 y comienzos de 1961. Después de 50 años, un tercio de ellas siguen siendo socias, en algunos casos con cambios en su denominación o razón social. • Acinfer Industria Argentina de Fundiciones de Hierro y Acero S.A. • S.A. Manufactura de Tabacos Piccardo y Cia. Ltda. • Sudamtex S.A. Textil Sudamericana • Atanor Compañía Nacional para la Industria Química • Centenera S.A. Fábricas Sudamericanas de Envases • Guillermo Padilla Ltda. • Esso S.A.P.A. • Siam Di Tella Ltda. • Fábrica Argentina de Alpargatas • Ducilo • Williams Química y Técnica • Industrias Pirelli • Industrias Kaiser Argentina • Compañía Swift de La Plata • Acindar S.A. • The First National City Bank of New York • Cristalerías Rigolleau • Shell Cía. Argentina de Petróleo • Ford Motor Argentina • D.I.N.F.I.A.

1968

1969/1970

Nace la Escuela de Administración de IDEA como primera institución de nivel superior en la Argentina, dirigida por Guillermo Edelberg. A través de un convenio con Harvard Business School se constituye un comité asesor para la organización y seguimiento de sus actividades académicas. La Escuela se inaugura el 16 de septiembre con el Curso Intensivo para el Perfeccionamiento de Ejecutivos (CIPE). Sus primeros profesores con dedicación exclusiva fueron Luis Lizondo Borda, Pedro Vulovic y Ricardo Halperín.

La Asamblea de IDEA crea la Mesa Directiva y el cargo de Presidente Ejecutivo. También un grupo de contactos institucionales dedicado a visitar a las empresas asociadas para evaluar sus necesidades de capacitación gerencial y ofrecer los servicios educativos de IDEA, que lanza su primera campaña publicitaria en los diarios. Toman forma los Encuentros Empresarios, como foro de diálogo entre directivos de empresas y funcionarios gubernamentales.

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La Escuela de IDEA surgió en ese contexto como un espacio precursor para formar y capacitar a ejecutivos que, por lo general, contaban con experiencia laboral pero escasa sistematización de los conocimientos adquiridos en la práctica. Sus primeros programas de carácter intensivo estuvieron destinados a quienes ocupaban posiciones gerenciales, pero generalmente eran graduados de las carreras clásicas, como contadores, abogados e ingenieros. El vacío de formación interdisciplinaria y capacitación gerencial que cubrió entonces el Instituto quedó evidenciado por el creciente número de participantes en estas actividades y el fortalecimiento de su cuerpo docente, integrado por profesores full time de nivel universitario por lo general con entrenamiento en el exterior. El concepto innovador creado por la Escuela, y continuado a través de los años, fue centrarse en el participante de sus cursos antes que en el docente, que actúa como “facilitador” del aprendizaje. En sucesivas etapas, la Escuela fue evolucionando y ampliando su oferta educativa con una ventana abierta al mundo. A través de los años son una constante sus convenios de cooperación e intercambio con otras prestigiosas casas de estudio internacionales, así como la contratación de expertos extranjeros que introdujeron en la Argentina nuevos conceptos y herramientas de vanguardia en management y gestión. La concreción de estas propuestas tuvo el triple objetivo de formar dirigentes profesionales capacitados para llevar adelante procesos de transformación que colaboraran con el crecimiento del país; crear y producir nuevos conocimientos en el área de dirección y administración de las organizaciones empresariales y sociales; y analizar críticamente las producciones científicas y modelos predominantes en el ámbito académico de las ciencias de la administración y de la realidad empresarial. En la actualidad, y tras sucesivas etapas de evolución, la Escuela de Negocios sigue haciendo punta en la aplicación práctica de estos conceptos a través de sus Programas de Formación Gerencial (PFG’s) y Programas Ejecutivos (PE’s); en el desarrollo de competencias y acciones de formación diseñadas a medida para las compañías (Programas In Company), así como en la transferencia de know how en gestión para organizaciones del sector público.

1971

1972/1973

En marzo IDEA muda su sede al edificio de Moreno 1850, donde inicialmente ocupa dos pisos. En el interior del país continúan a todo ritmo los cursos y talleres, con la participación de más de 800 asistentes.

Se inicia el Curso para Profesionales Universitarios (CPU), primer programa de posgrado en Administración del país, con 25 inscriptos, la mayoría provenientes del interior del país. El programa era full time y duraba un año. Se crea también el Servicio de Empleo para vincular a los participantes con empresas y organismos públicos y privados.

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Las sedes del Instituto

F

ueron tan modestos los comienzos de IDEA, que en sus primeros tiempos funcionó en la sede del Club Americano, frente al Teatro Colón, y luego en una oficina céntrica cedida por la Cámara Argentina de Comercio. Un año después de su fundación, en febrero de 1961, inauguró su sede en el 5º piso de la avenida Belgrano 1670, donde desarrollaría sus actividades durante diez años. Recién en marzo de 1971 el Instituto logró ampliar sus instalaciones al alquilar el 3º y el 5º piso de su actual y clásico edificio de Moreno 1850, también en el barrio de Congreso, los cuales fueron adquiridos un año más tarde. El permanente crecimiento de las actividades de IDEA impulsó con el correr de los años la expansión de sus instalaciones, mediante la compra del 1º piso, planta baja y subsuelo del mismo edificio. También IDEA adquirió en 1998 el inmueble para el funcionamiento de la actual IDEA Centro, en Rosario, debido al importante crecimiento de esta filial donde se realizan las mismas actividades de capacitación, intercambio y foro empresarial del Instituto para empresas de la región.

1974/1975

1976/1979

La Escuela de Negocios amplía su oferta de capacitación con los programas abiertos CIPE senior y el flamante Programa de Administración de Empresas (PADE), de cuatro semanas a tiempo completo. También se realizan programas para profesionales de empresas públicas y a medida (In company) en empresas privadas socias del Instituto. En 1975 se crea el Sistema de Actualización Empresaria (SAE), publicación que llega a 1.800 empresarios.

Se ponen en marcha los Programas de Masa Crítica, para cuadros ejecutivos de una o más empresas y que involucran a todo el núcleo clave de conducción. La Escuela contrata a numerosos especialistas locales y extranjeros, a la vez que varios de sus profesores son enviados al exterior a realizar cursos de perfeccionamiento. En 1977 IDEA pasa a denominarse Instituto para el Desarrollo de Empresarios en la Argentina. En 1978 se dicta el reglamento para las Divisiones de Intercambio.

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Pasando revista Con más de 250 ediciones consecutivas, la Revista IDEA se ha convertido en un clásico dentro de la comunicación del Instituto con las empresas socias y distintos actores sociales. En casi 40 años han desfilado por sus tapas innumerables cuestiones de fondo que marcaron épocas para los hombres de negocios. Sus páginas pasan revista, además, a un amplio abanico temático, que incluye los grandes cambios de política económica, opiniones de líderes empresarios, reportajes a figuras relevantes de la vida nacional, innovaciones tecnológicas, transformaciones productivas, nuevas tendencias en management y marketing, y cambios en los hábitos de consumo, novedades empresarias y de la propia actividad de las distintas áreas de IDEA. También son habituales los artículos de prestigiosos especialistas y columnistas.



“IDEA se creó para promover eficiencia, con la convicción de que mejores empresas y empresarios serán una contribución más que positiva para tener un país mejor”. Carlos A. Jacobi, ex presidente de IDEA. Revista IDEA. Número 20º Aniversario (1980).


2


El contexto productivo en los últimos 50 años Las últimas cinco décadas han sido todo un desafío para la actividad empresaria en la Argentina. Durante este período se alternaron dos modelos casi opuestos de desarrollo que, en distintas etapas, pusieron a prueba la capacidad de adaptación y el espíritu emprendedor para superar escollos y aprovechar oportunidades. Como resultado, la Argentina muestra hoy un perfil productivo diferente, con fortalezas y debilidades, en un mundo que juega a favor del país. El 50º Aniversario de IDEA constituye una oportunidad para poner en perspectiva estos cambios y, a partir del actual contexto, aportar nuevos elementos a una agenda de desarrollo más actualizada y previsible para el mediano y largo plazo.


En los últimos

50 años la economía argentina ha oscilado pendularmente entre dos modelos de desarrollo prácticamente opuestos. El economista Alfredo Canavese (2006) define a este proceso como “péndulo desalentador”. Sus extremos fueron alternativamente desde un modelo en el cual la Argentina se inserta en el mundo y acepta sus precios relativos, abre los mercados de bienes y de capitales y favorece a los sectores con ventajas comparadas (producción agropecuaria, agroindustrias, servicios con trabajo calificado, industrias extractivas ligadas a la energía); hasta otro caracterizado por tipos de cambio reales artificialmente altos junto con retenciones a las exportaciones, que beneficia la expansión de la actividad industrial masiva por sobre el agro y los servicios. Si bien ambos tuvieron períodos iniciales de éxito, el primer modelo fracasó una y otra vez en medio de recesiones profundas y niveles de desempleo intolerables; en tanto que el segundo se abandonó varias veces en medio de procesos de inflación creciente, también insoportables para la sociedad. Aunque los resultados de cada uno de ellos han sido poco alentadores si se los considera en forma aislada, sumados produjeron cambios profundos en la configuración productiva del país. También han generado algunos rasgos novedosos que pueden contribuir –si se los aprovecha y estimula adecuadamente– a enfrentar los próximos 50 años en un escenario de menor volatilidad e incertidumbre. A través de innumerables foros y encuentros empresarios, IDEA fue siguiendo las etapas de este proceso pendular, que obligó a las compañías de casi todos los sectores a sucesivas etapas de transformación y adaptación, ajustes y expansión de sus actividades. Lo hizo a través de distintas propuestas y aportes al debate sobre cómo alcanzar aquel objetivo de equilibrio y previsibilidad.

Ahora, al cumplir sus primeros 50 años, propone trabajar sobre la hipótesis de que la Argentina cuenta con una estructura productiva sólida, amplia y diversificada que, bien aprovechada y en un mundo que tiende a revalorizar sus recursos, puede transitar el camino del desarrollo económico y social en las próximas décadas. Para ello, parte de las siguientes premisas: • No existe rasgo genético en el empresariado argentino, ni en la sociedad en su conjunto, que inhiba el proceso innovador y competitivo. Los últimos 50 años, a pesar de sus recurrentes altibajos, son una prueba de ello. • La estabilidad económica e institucional y el respeto a las leyes y los contratos son factores esenciales de todo proceso de inversión y crecimiento. Constituyen una condición necesaria –aunque no suficiente– para el desarrollo de largo plazo. • Las políticas micro de promoción de la competitividad aparecen como fundamentales y no sólo para enfrentar “fallas del mercado”. • El sector público y el privado deben actuar en conjunto y cooperativamente. • El desarrollo de los sectores agropecuario, minero, industrial y de servicios puede ser un proceso simultáneo y retroalimentador. • Las grandes empresas y las pymes no sólo pueden sino que deben actuar en conjunto, “aceitando” las redes a las que pertenecen.

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• El capital nacional y el extranjero deben operar en igualdad de condiciones. En ambos casos, el Estado debe estimular el mayor derrame y generación de valor posible en el país. • El desarrollo económico debe ser sustentable, tanto en términos de generación de empleo, impacto ambiental y distribución equitativa de los beneficios.

Los cambios en el perfil productivo Aunque las políticas pendulares provocaron importantes alteraciones en el comportamiento productivo de la economía argentina, en estas décadas también se han registrado verdaderas “revoluciones”: las más relevantes se verifican en el ámbito de la infraestructura, las telecomunicaciones, el descubrimiento del potencial minero o energético y el desarrollo de nuevas técnicas de producción tan innovadoras como la biotecnología o la siembra directa. IDEA no ha sido ajena a esta realidad: en su seno coexisten empresas que debieron y supieron adaptarse exitosamente a los cambios en el perfil productivo del país, y otras que han sido protagonistas y promotoras de esas grandes transformaciones. Datos de la oficina de la CEPAL en Buenos Aires aportan evidencias macroeconómicas sobre los cambios registrados en las últimas décadas. Por ejemplo, entre 1950 y 2008 el PIB creció a una tasa promedio de alrededor de 2,5% anual (equivalente a un ritmo cercano al 1% anual por habitante), pero con avances y retrocesos que en ese lapso convirtieron a la economía argentina en una de las de mayor volatilidad en el mundo. Durante la etapa sustitutiva de importaciones, la participación del valor agregado por la industria manufacturera en el PIB total creció de menos del 20% a cerca del 23% a mediados de los años ‘70. Esta tendencia ascendente se revierte a partir del esquema de apertura de la economía, que la redujo a menos del 17% a comienzos de los años 2000. El PIB agrícola, que a mediados de los años 50 representaba alrededor del 7% del valor agregado total, pasó a significar el 5.5% en el quinquenio 2004/2008. Algo similar ocurrió en el sector de la construcción, que desciende de 8% al 6.5% en la misma etapa. La minería, en cambio, triplicó su participación en los últimos cincuenta años (de 0.5% a 1.7% del PIB), en tanto que los servicios públicos la multiplicaron por 6, al pasar de 0.5% a 2.9% en igual período. El resto de las actividades de servicios (transporte, bancos, comercio, restaurantes, etc.) registró una suba de 61.4% en 1950 a 66% en el último quinquenio. En definitiva, la economía argentina del último medio siglo perdió “densidad” productiva en materia industrial, agrícola y de construcción, en tanto que ganaron fuerza nuevos sectores –como la minería– y los servicios en general (en parte debido a la mayor demanda de otras actividades). También los coeficientes de inversión/PIB muestran bruscas oscilaciones. La tasa de inversión a precios constantes varió entre máximos superiores al 25% del PBI y un mínimo de 11% en 2002. En el período 2004-2008 se percibe una recuperación del ritmo inversor hasta alcanzar tasas históricamente elevadas (23.3% en 2008), con generación simultánea de empleo. Dicho de otro modo, la acumulación



de capital se da en paralelo con el incremento del factor trabajo. La composición de la inversión en equipo durable fue muy variable, con mínimos de 15% de origen importado a mediados de los años ‘70, hasta alcanzar los dos tercios del total a partir de los años ’90, mientras que actualmente mantiene una participación mayoritaria. En el mercado de trabajo se observa desde los años ’50 y hasta fines de los ’80 una tasa de desocupación promedio en torno de 5%, mientras que en los ‘90 se registró un abrupto incremento que la llevó a valores cercanos al 20%. En este período, el sector manufacturero expulsó cerca del 40% de la mano de obra empleada. Luego de la salida de la convertibilidad este proceso se revierte con una acelerada creación de empleo, cercana al 30%, que permite ubicar a la tasa de desocupación por debajo de 9% para el bienio 2009/2010. Otra transformación relevante corresponde al comercio exterior. Luego de que en la etapa final de sustitución de importaciones se produjera un muy lento crecimiento de exportaciones e importaciones, desde mediados de la década de los ‘80 fue uno de los pocos indicadores que tuvo un notable dinamismo. En la actualidad, la suma de exportaciones e importaciones representa más del 45% del PIB. Esta evolución, junto con la mejora de los términos de intercambio, determinó que en el último quinquenio se verificara un superávit promedio en la balanza comercial de 12.500 millones de dólares estadounidenses anuales. Uno de los resultados de este cambio es la creciente incorporación de empresas a la actividad exportadora, muchas de las cuales ya la incluyen dentro de su estrategia permanente. Para 2008, la Cámara de Exportadores estima la existencia de 6.000 Pymex, que en conjunto exportaron un 10% del valor total vendido al exterior; aunque también verifica una alta concentración de las ventas al mundo en pocas y grandes compañías. A su vez, las importaciones recién en 2006 recuperaron la drástica caída de la crisis de la convertibilidad y superaron el máximo de 1997. Sin embargo, un elemento insoslayable en este contexto fueron las fuertes oscilaciones que a lo largo de los últimos cincuenta años mostró la evolución del tipo de cambio real frente al dólar estadounidense, lo cual complicó decisiones de consumo e inversión. Los dos períodos de mayor apreciación del tipo de cambio real se corresponden con los procesos de apertura económica de fines de los años ’70 y ‘90. En medio de estos vaivenes, varias actividades productivas en la Argentina lograron en las últimas décadas desarrollar ventajas competitivas dinámicas que conviene resaltar:

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Agroindustria

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sta actividad cambió significativamente en los últimos 20 años. Mientras a mediados de los ‘80 la producción de cereales y granos se ubicaba en torno de 25 millones de toneladas, los últimos registros la acercan a los 100 millones. Una parte (menor) del dinamismo agrícola se asocia con la expansión de la frontera cultivable, mientras que el grueso responde a mejoras tecnológicas y organizacionales. La producción de lácteos, a su vez, se duplicó al pasar de 4.000/5.000 a 10.000/11.000 millones de litros anuales. En carnes, aún destinando entre 7 y 8 millones de hectáreas menos, el stock creció entre 2003/2008 para luego declinar, pero manteniendo una producción en torno de los 3 millones de toneladas anuales. La producción de pollos, frutas, vinos y limones son otras actividades que también registran aumentos sustantivos. El vocablo agropecuario va camino a separarse: en los ‘80 agricultura y ganadería se complementaban y compartían por partes iguales el valor bruto de producción de la actividad; en los últimos años, la agricultura (2/3 del total) compite y desplaza abiertamente a las producciones ganaderas. El área cultivada y las producciones de oleaginosas –especialmente soja– han ganado en relevancia hasta cubrir poco más del 50% de tonelaje cosechado; cultivos tradicionales (como lino y sorgo) han quedado relegados, mientras que el maíz (crecientemente reposicionado como materia prima industrial) y el trigo evidencian niveles productivos similares. Otras actividades de carácter regional, como la vitivinicultura, los limones y las frutas (peras y manzanas) también son protagonistas del despegue. Las nuevas formas de organización y la mayor complejidad técnica en las producciones primarias amplían los encadenamientos productivos hacia los servicios y la propia industria. Como resultado, este modelo tiende a un mayor efecto multiplicador. Además, el creciente peso de la agricultura bajo contrato (se estima que 2/3 de la producción se realiza bajo esta práctica) implica no sólo un mayor empleo de mano de obra local (productiva y logística), sino también la tercerización de servicios a cargo de especialistas que no necesariamente se ubican en el lugar donde se desarrolla la actividad.

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Nuevo paquete tecnológico

E

l nuevo paquete tecnológico se articula alrededor de dos innovaciones principales, la siembra directa y las semillas transgénicas, las cuales, junto a otros insumos, simplificaron el manejo de los cultivos e intensificaron el sistema de producción. Siembra directa. Permite la implantación en una sola aplicación sin remover el suelo, sobre el rastrojo del cultivo precedente, abriendo un surco de un tamaño mínimo para cubrir las semillas. Esto implica un gran beneficio ambiental, al evitar las emisiones de carbono (CO2) que provocaba el arado de la tierra. También requiere reducir al máximo la competencia de otras especies, lo cual conduce a la necesidad de su eliminación previa (fumigación), por lo cual el uso de los herbicidas queda atado a la nueva técnica. Además, la SD se puede complementar con el uso de diversos tipos de fertilizantes. Semillas transgénicas. Los organismos genéticamente modificados (OGM) son aquellos cuyos genomas fueron mejorados por medio de técnicas de ingeniería genética, en general, por la incorporación de un gen de otra especie en dicho organismo. Existen dos tipos de OGM: el primero, ampliamente difundido, introduce modificaciones que impactan en el proceso productivo y en los costos de producción (por ejemplo la resistencia a insectos y a herbicidas); el segundo, aún incipiente, modifica las características de los productos finales, beneficiando al consumidor. Otros factores innovadores: nuevas maquinarias, el surgimiento de los silos-bolsa, herbicidas y fertilizantes asociados con las semillas transgénicas; mejoras en la gestión empresaria, especialmente a través de la agricultura por contrato; agricultura de precisión, manejo integrado de plagas, intersiembra; coberturas de riego, información satelital y telefonía móvil.

Organización en red

D

esde el punto de vista organizacional, diversos cambios estructurales llevaron al surgimiento y predominio de un modelo caracterizado por la organización en red. En este modelo de organización de la producción: i) quien desarrolla las actividades agrícolas ya no es, necesariamente, quien posee la propiedad de la tierra; ii) existen empresas que coordinan capital financiero, deciden las actividades a desarrollar y contratan tierras y servicios para llevarlas a cabo (empresas de producción agropecuaria); iii) se desverticalizan las actividades de la otrora explotación agropecuaria y cobran mayor presencia los proveedores de servicios (contratistas) e insumos industriales; iv) los intercambios (productivos, comerciales, tecnológicos) se sustentan sobre la base de contratos –de arrendamiento, temporarios para la realización de actividades–; v) la tecnología gana relevancia como sustento de la competitividad, con un fuerte peso exógeno en su suministro y vi) la demanda por productos (granos) se traduce en más cantidad, como en calidad y diferenciación. Estos desarrollos tuvieron dos consecuencias: i) el nuevo modelo agrícola comienza a tener cobertura nacional (borrando la diferencia entre agricultura pampeana y regional) y, ii) replantea la estructura ganadera y lechera. En el primero de los casos, la actividad se desplaza hacia nuevas zonas (“la ganadería del norte”) sobre la base de nuevos paquetes tecnológicos (de genética y pasturas), a la vez que se instala definitivamente el engorde a corral en las etapas de terminación. La lechería –en el marco de un proceso de concentración– se relocaliza parcialmente y/o intensifica el uso de la tierra con la difusión masiva de nuevas tecnologías.

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65.800 6.000

es el actual nĂşmero de empresas industriales en la Argentina. En 2002 ascendĂ­a a 46.000.

pequeĂąas y medianas empresas colocan no menos del 10% de sus ventas totales en mercados externos.



300 11.000

millones de d贸lares son exportados anualmente en programas de TV, avisos publicitarios, producciones cinematogr谩ficas y otros contenidos audiovisuales.

millones de d贸lares anuales es el monto de las exportaciones de servicios realizadas por la Argentina.


Conclusiones y propuestas

A lo largo de los últimos años, la economía argentina ha transitado un sendero de crecimiento acelerado bajo un régimen de tipo de cambio real competitivo, no obstante lo cual “…no se observan cambios sustantivos en el patrón de especialización” (Porta, 2007). En otros términos, la mejora de precios relativos favoreció el incremento de la oferta (y/o el margen de utilidades) de las producciones de materias primas agrícolas e industriales en las cuales la Argentina ha venido mostrando un nivel de producción de clase mundial. Si bien hubo cierta mejora en otras industrias que quedaron postergadas en las últimas décadas –como indumentaria, plásticos o calzado–, así como de nuevas actividades de servicios y de bienes diferenciados, estas tendencias han sido opacadas por la fuerza del crecimiento de las ramas tradicionales. Desde otra perspectiva, el tipo de cambio competitivo no parece ser una herramienta eficaz por sí sola para transformar el tipo de especialización de la economía argentina. Más bien, constituye un instrumento básico y necesario para fundamentar un proceso de ese tipo, pero que debe ser acompañado de un diseño e implementación de políticas que contribuyan en dicho sentido. En la Argentina de los últimos años ha sido limitada la interacción público-privada tendiente a alcanzar mejoras competitivas sustentables e incrementar la capacidad de oferta de productos diferenciados y servicios de clase mundial. Muchas iniciativas valorables se diluyeron por la ausencia de políticas públicas o incentivos adecuados. Por consiguiente, las nuevas inversiones fueron dirigidas a ampliar las capacidades preexistentes, más que a incrementar el valor agregado, la innovación o el diseño en las producciones. De aquí surge la necesidad de impulsar la implantación de instrumentos pro-competitivos que complementen el efecto expansivo de precios relativos favorables. Alcanzar una inserción internacional más sólida y activa, en la cual los productos y servicios diferenciados ocupen un lugar de mayor importancia relativa, acompañando y potenciando la expansión de las actividades tradicionales exportadoras de nuestro país; que la inversión extranjera directa sirva como vínculo de integración de las filiales argentinas en las redes globales de las empresas transnacionales y se desarrolle un mayor impacto sobre el conjunto de proveedores a nivel nacional (en términos de derrames tecnológicos, de procesos, etc.), aparece como una tarea compleja que involucra amplios esfuerzos.


Dentro de las fronteras, ese objetivo implica una serie de desafíos: articular en forma eficiente las políticas educativas, laborales, tecnológicas, industriales, agrícolas, de servicios, financieras, de promoción de las pymes y de desarrollo de la inversión, tanto a nivel nacional como provincial, consistentes con una estrategia de mejora de la competitividad que posibilite una inserción internacional más ofensiva. Hacia afuera, un trabajo mancomunado de las políticas de promoción de exportaciones e inversiones, que contribuya a articular el accionar “hacia adentro” y que se complemente con una participación más activa del país en las negociaciones internacionales. En síntesis, fortalecer la integración internacional de la Argentina en los flujos globales de producción, inversión y comercio exige no sólo consolidar y mejorar mecanismos de apoyo a la competitividad y su consistencia con las acciones específicas de promoción en el exterior y las negociaciones internacionales. También implica un fortalecimiento de los órganos de gestión interna y externa –nacionales y provinciales– y de la capacidad de articular y coordinar una acción conjunta y sistémica de los diferentes actores. IDEA siempre se ha ocupado de alimentar esta agenda de trabajo hacia el futuro, a través de propuestas concretas en cada una de estas áreas, que toman como base las transformaciones producidas en las últimas décadas. Al cumplir su 50º Aniversario considera que la intervención pública en materia de políticas de fomento productivo debería basarse en el fortalecimiento de los mercados y en una acción estatal menos distorsiva que en el pasado, especialmente en regímenes tributarios y legislación laboral. También en una mayor horizontalidad, mayor participación de gobiernos locales e involucramiento del sector privado en la gestión de iniciativas específicas. A la vez, propone que la intervención pública se apoye en el análisis y debate de una agenda con nuevas temáticas relevantes. Entre ellas, implementación de tecnologías de información y comunicación (TICs), facilitación del comercio, desarrollo de clusters y fomento al emprendedorismo y a la asociatividad empresaria para acceder a nuevos mercados, reconversión o capacitación de recursos humanos, comercio de servicios, armonización de normas técnicas, internacionalización de pymes, desarrollo de proveedores y clientes de grandes empresas, etc. Todo en el entendimiento de que es necesario avanzar hacia políticas públicas de fomento productivo con características actualizadas a los nuevos desafíos que presenta un mundo cada vez más complejo y multipolar y que no necesariamente son aquellas que resultaron útiles en el pasado. Esta nueva agenda debería plantearse, además, en un marco institucional más evolucionado, sólido y previsible, que asegure la defensa del derecho de propiedad, la educación y salud de calidad para todos, el desarrollo con inclusión social –y no sólo el crecimiento económico–, instituciones independientes y fuertes, estabilidad jurídica, respeto a la libertad de opinión y cuidado del medio ambiente.


“La educación debe ser una política de Estado, ya que es la palanca estratégica del desarrollo del país en el siglo XXI”. Conclusiones finales. 38º Coloquio Anual de IDEA (Mar del Plata, 2002).



Empresarios a las aulas La Escuela de Negocios es una de las razones de ser de IDEA. Creada en 1968, basa su desarrollo y prestigio en la excelencia académica y la innovación de sus programas de formación y capacitación. Desde sus comienzos está a la vanguardia en la introducción de nuevas herramientas de management y gestión, a través de renombrados profesores locales y extranjeros. Su propuesta educativa, basada en la formación para la acción, atrae todos los años a miles de empresarios y gerentes.


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Desde sus orígenes

la Escuela de Negocios de IDEA transita por la innovación y la excelencia en su objetivo de promover el desarrollo de organizaciones empresariales y sociales a través de la educación. Sus programas basados en la formación para la acción, así como los convenios de cooperación que en distintas etapas estableció con universidades reconocidas mundialmente, como Harvard, Henley y Wharton, fueron precursores de un nuevo estilo educativo en la Argentina. También la consolidaron como un espacio promotor de intercambio de experiencias fundamentado en la diversidad de saberes y habilidades y en herramientas de gestión originales. En sus aulas confluyen prestigiosos ejecutivos y académicos, tanto en el rol de formadores como de alumnos, lo cual ofrece una sinergia de gran valor en la vida profesional, sobre todo en dinámicas de networking como las actuales. A través de sus 42 años de vida, bajo diferentes formas organizativas y con directivos e instructores que aunaron trayectoria académica y experiencia de gestión, la Escuela ha alcanzado un elevado prestigio, cuyos alcances se extienden al ámbito regional. El liderazgo en capacitación empresaria es parte esencial del ADN de IDEA. La Escuela nació en 1968, cuando recién daba sus primeros pasos la carrera de Administración de Empresas en la UBA y no existían escuelas de negocios en el país. En esa época, la formación en estos campos debía obtenerse en el exterior, o bien a través de espacios de reflexión y autoformación impulsados por profesionales de compañías líderes que buscaban contribuir a manejar problemas de conducción. El elevado nivel de conocimientos y la formación empírica de su Directorio fueron rasgos distintivos ya desde su núcleo fundador. Se trataba de un equipo profesional empeñado en articular los negocios con la educación. Este espíritu se consolidó a través del tiempo y se mantiene en el presente. La transferencia permanente de know how se inscribe en esa línea. Todas la cuestiones que ocupan y preocupan a los cuadros gerenciales y directivos de las organizaciones, privadas o públicas, tienen su espacio en la Escuela de Negocios. Esta característica la ha convertido en fundadora del desarrollo de programas que analizan a la empresa como unidad y aportan herramientas concretas para la toma de decisiones. La realidad del mundo, las corporaciones y el management son objeto de debate desde un amplio abanico de perspectivas, con profesionales formados en filosofía, sociología, economía, educación, ingeniería o finanzas, en un marco de aprendizaje continuo y discusión abierta. Profesores argentinos de entrenamiento notable, egresados de las principales instituciones nacionales e internacionales, están al frente de las aulas desde siempre. Hay nombres “históricos” como Pedro J. Vulovic, quien formó parte del elenco docente durante 33 años, y otros de permanencia más corta en el Instituto pero también de trayectoria impecable fuera de él. Todos con un afán común: transmitir experiencias de gestión y conocimientos absorbidos en las mejores universidades argentinas y en posgrados realizados en Harvard, Oxford, London, Stanford, Henley, Oregon, Wharton o Columbia, entre otras casas de altos estudios. A ello debe sumarse la constante capacitación didáctica en instituciones como el Centre d’enseignement supérieure des affaires de Francia.

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La solvencia de IDEA también ha atraído a profesionales de otras latitudes, como fue la realización de actividades conjuntas con el Centro Interamericano de Capacitación en Administración Pública (Cicap) de la OEA, en temas generales de gestión financiera.

Abriendo un largo camino Los inicios de la Escuela tuvieron el atractivo de la avanzada y la pujanza del liderazgo absoluto, para revertir el escepticismo de ejecutivos habituados a llegar a la cima escalando por mérito desde la base, puertas adentro. Quienes fueron iniciadores de aquel proceso de abrir caminos a las siguientes generaciones, se dedicaron a recorrer personalmente compañías con operaciones locales para convencer a sus directorios sobre la necesidad de profesionalizar su management. Eran tiempos de un mundo dividido, que lograba atajar la crisis de los misiles y asistía a la Guerra de Vietnam; que conquistaba el espacio y gestaba multinacionales hiperactivas. Mao se concentraba en la Revolución Cultural China y los estudiantes franceses marcaban la historia en mayo de 1968. América Latina crecía a buen ritmo y la producción manufacturera avanzaba de la mano de modelos de sustitución de importaciones y diversificación de exportaciones. La efervescencia social y económica impregnaba el clima internacional. En aquel marco de desafíos y alto potencial para la Argentina, formar y actualizar localmente el conocimiento de los cuadros dirigentes era una tarea esencial que debían encarar hombres talentosos, avalados por organizaciones de prestigio. Así nació en IDEA la primera Escuela de Administración de nivel superior del país (primer antecedente de la actual EsFormación para la acción cuela de Negocios), como síntesis entre conocimiento académico y dinámica empresaria. Un impulsor clave fue Guillermo Edelberg, quien fue además su a Escuela de Negocios de IDEA aplica un enfoque metodológico precursor primer director y sostenía la necesidad de fundar en la Argentina un programa de un nuevo estilo educativo en la de formación con alumnos y profesores dedicados full time a programas de Argentina: la formación para la acción. posgrado. El método de casos, aplicado con visión

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Entre sus actividades de avanzada para la época, se destacaba entonces el Curso Intensivo para el Perfeccionamiento de Ejecutivos (CIPE), inspirado en el Program for Management Development de la Universidad de Harvard, que impactó en un medio carente de propuestas formativas. Era un programa de tiempo completo (12 semanas) para gerentes de nivel medio, que avanzaba de la mano de un advisory committee constituido con Harvard Business School. Asesores internacionales de la talla de Charlie Bliss, John Mathews y Thomas Graves (hombres de Harvard que evaluaban la marcha académica, colaboraban en la superación de dificultades y dictaban seminarios y conferencias para cúpulas empresarias) fueron los encargados de acompañar los primeros pasos. Varias camadas de gerentes de organizaciones públicas y privadas pudieron tomar ventaja del CIPE, que mantuvo una demanda constante durante más de dos décadas, tras varias readaptaciones.

integradora, las discusiones en grupos pequeños, el trabajo entre pares, las experiencias de role playing, las clases dictadas por duplas de profesores, los juegos de simulación de negocios y las estrategias de coaching, por citar algunas herramientas, se aggiornaron según cada momento histórico, respetaron particularidades culturales y siguieron tendencias de punta a nivel mundial. La creatividad aplicada a la enseñanza para adultos desemboca así en un modelo centrado en el participante antes que en el docente, quien actúa como facilitador del aprendizaje y catalizador de los procesos grupales.

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2.200 1.500 40

graduados de los diversos programas dictados en la Escuela: CIPE (Curso Intensivo para el Perfeccionamiento de Ejecutivos), PADE (Programa de Administración de Empresas), Programa Máster en Administración de Empresas, Posgrado en Conducción Estratégica de RR.HH. y Programas de Formación Gerencial.

personas se capacitan en la Escuela de Negocios cada año.

empresas realizan anualmente programas In company con la Escuela de Negocios de IDEA.


Hacia la década de los ‘80, el CIPE remozado pasó por un nuevo ámbito, el Palacio Sans Souci de San Fernando, que brindaba amplios espacios para las actividades grupales: salón comedor, playroom y un atractivo parque para los momentos de esparcimiento al sol. El lanzamiento en esas instalaciones se enmarcó en un acuerdo de colaboración de la Escuela de Negocios de IDEA con Henley Management College. Al acto inaugural del Programa en esas instalaciones asistió, entre otros, Thomas Kempner, director de Henley. A su vez, el vicedirector Harry Slater trabajó en la adaptación de un juego de simulación de economía de un país (originalmente preparado por esa institución para su programa Senior), en lo que constituyó la primera experiencia de este tipo realizada en una escuela de negocios argentina. También se replicaron modelos para readaptar programas con trayectoria local. La cooperación con esa institución se interrumpió en 1982, por la Guerra de Malvinas.

Propuestas vanguardistas La propia conformación del Instituto promueve un flujo informativo actualizado y de gran valor para la gestión. Paralelamente, la búsqueda de excelencia moviliza la contratación de expertos para adquirir nuevos conocimientos específicos y atraer voces de vanguardia. En distintas etapas, profesores extranjeros contratados para dictar seminarios y otras actividades académicas introdujeron en la Argentina temas tales como Presupuesto Base Cero; Dirección por Objetivos; Desarrollo Organizacional, Marketing de Servicios y hasta Planeamiento Estratégico. Llegaron de la mano de consultores franceses, antes de la visita de Michael Porter a IDEA y también de la globalización del management. A modo ilustrativo, puede recordarse que Keith Jackson, docente de Henley Business School, dictó en la Escuela un apreciado programa de Toma de Decisiones. O que Igor Harry Ansoff, un referente clave del pensamiento estratégico, capacitó en nuevas tendencias del management. Otros nombres rescatados de la memoria de la Escuela son el de Jamshid Gharajedaghi, presidente y CEO de la consultora Interact; Magoroh Maruyama, profesor y científico japonés de fama mundial; John D. W. Morecroft, director del Programa Strategic Modeling de London Business School, y muchos otros profesionales de Wharton, York University, École Supérieure de Commerce de Rouen, Henley y Harvard. En los años ‘90 se crea el Centro de Business Modelling y, más tarde, la cooperación se extiende a intercambios con otras universidades como HEC de Montreal, York University, San Diego, Cornell, Pace University, Massachusetts Institute of Technology (MIT) y el Instituto Tecnológico de Monterrey. A través de los años, actividades y ofertas educativas se suceden sin solución de continuidad, impregnadas de un espíritu emprendedor, que fue adaptándose a los perfiles demandados en cada contexto histórico. Hoy, como ayer, la Escuela es fa-

El juego como recurso de capacitación

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n función de las diferentes actividades de capacitación desplegadas, en la Escuela de Negocios constantemente se desarrollan, traducen y adaptan juegos, recursos didácticos y técnicas de facilitación. Se trata de poderosos dinamizadores de grupos de formación, que permiten anclar los contenidos presentados, tanto en los conocimientos previos del participante, como en cuestiones experimentadas y vivenciadas a partir del juego. Se utilizan en la presentación de temas, como disparadores de reflexión o como facilitadores de la integración de conceptos trabajados a lo largo de la capacitación.


“Si no existe, hagámoslo nosotros. Esta fue la decisión que en 1960 tomamos en IDEA para capacitar a los futuros gerentes. También nuestra única contribución y mérito: todo lo demás lo hicieron quienes vinieron después”. Jorge Aguilar, primer presidente de IDEA. Revista IDEA. Número 30º Aniversario (1990).




5 Espacios para buscar consensos La búsqueda de consensos entre los empresarios y distintos sectores de la sociedad tiene un espacio privilegiado en los tradicionales Coloquios Anuales de IDEA, que llevan ya 46 ediciones consecutivas. Con diálogos pluralistas sobre cuestiones relevantes de interés nacional, participación de destacados referentes locales e internacionales y récord de asistentes en los últimos años, se han convertido en el encuentro empresarial más importante de la Argentina y la región.


Los Coloquios

Anuales nacieron en 1965, cinco años después de la fundación de IDEA, con los mismos propósitos que guían su realización en el presente y en el futuro: brindar a los líderes empresarios y a diversos sectores de la sociedad un espacio de diálogo serio, independiente y pluralista para que, en libertad, puedan identificar tendencias, debatir ideas y buscar acuerdos sobre cuestiones que contribuyan a construir el futuro de la Nación mediante el aporte de nuevos diagnósticos, propuestas y acciones. En este aspecto, IDEA también ha sido una institución precursora e innovadora dentro de su misión de promover el desarrollo productivo y competitivo de empresas e instituciones con el fin de lograr una mejor inserción de la Argentina en el mundo. Desde sus comienzos, estos encuentros anuales tienen como eje el análisis de distintos temas de interés nacional y empresario con proyección estratégica a largo plazo. Las 46 ediciones realizadas ininterrumpidamente hasta ahora, en distintas ciudades y con diferentes formatos, han apuntado a tres líneas básicas de acción: • El tratamiento estratégico de temas que hacen a la administración empresaria propiamente dicha y al abordaje de las grandes cuestiones nacionales. • La participación de los distintos sectores de la sociedad (políticos, intelectuales, religiosos y sindicales) que generen un marco adecuado para la relación personal entre empresarios, funcionarios, políticos y sindicalistas, a fin de brindar la posibilidad de debatir e intercambiar ideas. • La elaboración de investigaciones, relevamientos de opinión, estudios de casos y trabajos de fondo, que signifiquen un aporte innovador al desarrollo de los temas empresarios y una contribución a los desafíos de la Nación. Con este esquema, cada uno de los Coloquios Anuales ha hecho aportes destacables a partir de una metodología de trabajo en la cual, sobre la base de la realidad o de nuevas tendencias que se van identificando, se privilegia el diálogo constructivo y la pluralidad de ideas alrededor de cada tema, en función de los siguientes objetivos: • El anticipo en el conocimiento de estrategias novedosas de pensamiento o de acción que permitan a las empresas anticiparse al contexto, para que, a su vez, puedan conseguir una mayor eficacia individual y global. • La generación de conclusiones, como propuestas e invitaciones concretas a la acción, que apunten a efectuar un aporte responsable en la orientación de las políticas públicas, a través de una cada vez mayor articulación entre los sectores público y privado a favor del bien común. • El vuelco del desarrollo del Coloquio, sus trabajos de apoyo, sus conclusiones y propuestas, en documentos que posibilitan

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El primer antecedente

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unque el primer Coloquio Anual tuvo lugar formalmente en 1965 en la Base de Puerto Belgrano, cinco años antes IDEA ya había colocado el primer mojón de su rico historial de encuentros empresarios. A pocos meses de su fundación realiza la Primera Conferencia Anual bajo el título “Responsabilidades y funciones de los dirigentes de empresas”. Un acuerdo con la International Cooperation Administration de los EE.UU. permitió concretar este concurrido encuentro, que se llevó a cabo los días 9 y 10 de septiembre de 1960 en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA y que contó con 258 participantes. Días antes a esta Conferencia, el 6 de septiembre, integrantes de la flamante Comisión Directiva de IDEA habían sido recibidos en audiencia por el entonces presidente de la Nación, Arturo Frondizi. El temario de discusión incluyó aspectos que marcarían una impronta en la actividad futura de IDEA y una notable diferencia con los característicos reclamos sectoriales de las entidades empresarias de la época. En función de su vigencia vale la pena recordarlos: “Planificación hacia el futuro”; “Los dirigentes del mañana”; “Principios y prácticas de la organización”; “Delegación de autoridad, multiplicadora de eficiencia”; “Responsabilidad de la dirección para incrementar la productividad de la empresa”; “Comunicaciones, el talón de Aquiles de la dirección”; “Desarrollo industrial y educación superior”; “Apreciación de la eficiencia de la empresa” y “La responsabilidad social de la empresa”. En la clausura pronunció un discurso el embajador de Chile y ex presidente del Instituto Chileno de Administración Racional de Empresas (ICARE), Sergio Gutiérrez Olivos. Entre las personalidades invitadas también asistieron los ministros de Educación, Luis Mac Kay, y de Obras Públicas, Alberto Costantini. En función del éxito alcanzado, en los meses siguientes a la Primera Conferencia se dictaron seminarios en los salones de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde se trataron temas como “Responsabilidades de la Alta Dirección de la Empresa”, “Control de las Finanzas y Costos”, “Manufactura”, “Relaciones Humanas” y “Organización y Desarrollo del Departamento de Personal”.


ampliar la trascendencia de la agenda y una difusión que permita su acceso a amplios sectores de la sociedad, líderes de opinión, el sector público, la comunidad educativa, etc. • La continuidad en el tratamiento de los temas tratados, especialmente en lo concerniente a las cuestiones ejecutivas desde el campo empresario y a aquellos temas que involucran una conjunción de acciones entre los sectores público y privado. A través de los años, los Coloquios de IDEA se han instalado como caja de resonancia de las grandes preocupaciones de la sociedad o el empresariado. Muchas veces, además, sus temarios se anticiparon a los cambios de escenarios o tendencias vividos por el país y el mundo en las últimas cinco décadas; o bien apuntaron a identificar desafíos y oportunidades detrás de situaciones de crisis. Los conceptos volcados en los títulos de cada uno de ellos sirven como referencia para identificar distintos momentos históricos y grandes temas de debate nacional. En esa línea, cada Coloquio obró como espacio de diálogo para analizar cuestiones revelantes para el sector público y privado. La actual estructura de los Coloquios prevé, durante las dos jornadas de sesiones plenarias, una serie de paneles de discusión para abordar las temáticas desde diferentes ángulos. Cada uno de los panelistas expone sus puntos de vista y entre todos se buscan comunes denominadores que luego son debatidos en sesiones interactivas de diálogo con los asistentes. De allí surgen las conclusiones y propuestas que cierran cada encuentro, como una invitación a lograr consensos con otros sectores que sirvan de base a la formulación de políticas de Estado.

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Según pasan los años

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on el correr de los años, los Coloquios Anuales fueron creciendo en organización, agenda, panelistas locales e internacionales, inscriptos y repercusión, hasta convertirse en un punto de referencia del pensamiento y la acción empresaria de la Argentina. También tuvieron diferentes escenarios y formatos. El Coloquio de 1970, por ejemplo, se desarrolló a bordo del buque “Ciudad de Formosa”, en navegación por el río Paraná desde Corrientes hasta Buenos Aires. En ese original entorno se discutió sobre el rol del Estado en la promoción de la inversión privada y la financiación de proyectos nacionales. Ese mismo año, además, se crearon los Encuentros Empresarios destinados a generar un espacio de diálogo entre directivos de empresas y funcionarios de gobierno. En sus comienzos, los Coloquios Anuales contaban con un promedio de 80 participantes y tuvieron como sede diversas ciudades a través de toda la geografía del país. Uno de ellos, realizado en 1972 en la ciudad cordobesa de Alta Gracia, incluyó por primera vez entre los invitados a dos sindicalistas, a cinco miembros de los principales partidos políticos y a representantes de varios medios de comunicación. En 1995 el Coloquio cambia su formato, que a partir de entonces se asemejaría más al actual: de una actividad cerrada y sólo reservada a los socios de la entidad, se convirtió en una propuesta abierta y permanente a lo largo del año, a través de reuniones previas destinadas a delinear la agenda de trabajo, que fue creciendo en calidad de expositores y número de participantes. Otra innovación en este sentido es, desde 1999, la organización de Precoloquios que tienen lugar en regiones como Centro, Cuyo, NOA y Patagonia, y que han permitido la participación de empresarios de todo el país para la definición de agendas de trabajo con problemáticas regionales y propuestas de carácter federal.


46

es el número de Coloquios Anuales de IDEA realizados en forma ininterrumpida desde 1965 hasta 2010, inclusive.

90

es el número récord de empresas patrocinantes del 45º Coloquio Anual de 2009.


850

627

es el número récord de inscriptos en el 45º Coloquio Anual, que tuvo lugar en Mar del Plata en 2009.

resultó el promedio de notas periodísticas por la cobertura del Coloquio Anual de IDEA (ediciones 2008 y 2009) en diarios, revistas, radios, canales de TV abierta y por cable, agencias de noticias y sitios web.


“Desarrollemos los argentinos una cultura del éxito que supere los pesimismos crónicos. Éxito que requiere básicamente de una actitud razonablemente optimista y, además, confianza en nuestra capacidad para superar dificultades y problemas”. Jorge R. Aguado, entonces presidente de IDEA. Discurso conmemorativo del 40º Aniversario (2000).



Imaginando el año 2060 Resulta difícil, en este cincuentenario de IDEA, no ponerse nostálgico al rendir un justo homenaje a quienes crearon la Institución en 1960 y a quienes contribuyeron a fortalecerla y prestigiarla hasta el día de hoy. A todos ellos, sinceramente, ¡GRACIAS! En cambio, no me resulta difícil imaginar a IDEA de 2060. Para entonces se cumplirá el centenario de nuestra Institución y seguramente habrá, como se ha hecho ahora, un trabajo “arqueológico” para rescatar imágenes y registros del pasado (que es hoy). Nos verán con nuestras ropas y peinados actuales, que, seguramente, arrancarán alguna sonrisa en más de uno. Y cuando se relean los trabajos –que hoy estamos desarrollando– de las Divisiones, del Coloquio, de Idea Joven o de IDEA PyME, tal vez también surgirá alguna sonrisa comprensiva o algún comentario sobre la forma y los métodos que hoy usamos. Sin embargo, habrá cosas que permanecerán inmutables. Entre ellas, el compromiso de IDEA con la creación de espacios de discusión abiertos y plurales, la búsqueda de consensos para encontrar la síntesis imprescindible que permita hallar mejores soluciones para nuestra querida Argentina y su gente, así como la irrenunciable preocupación por los temas empresariales y su relación con toda la sociedad. Tal vez me resulta más difícil imaginar las herramientas que usará IDEA 2060 para lograr esos objetivos. ¿La comunicación será toda virtual? Probablemente esta misma terminología ya habrá sido superada. ¿Qué energía usarán y cómo habrán cuidado nuestra “casa Tierra”? ¿O, como sugiere Stephen Hawking, algunos ya habrán “salido” de ella en misiones fundacionales? No lo sé. Pero sí estoy convencido de que en el temario del 96º Coloquio estará presente la EDUCACIÓN. Pues, aunque seguramente se habrán superado muchos de los temas de hoy, siempre la educación de los argentinos será un tema de interés para IDEA. También lo será la búsqueda de caminos para lograr OPORTUNIDADES de prosperidad espiritual y material para todos. Por eso no resultaría raro que, en 2060, alguien descubriera como título para ese 96º Coloquio, cualquiera fuere su objetivo, “Un trabajo de todos”, acompañado de un subtítulo tan creativo y permanente como “Consensos para el desarrollo”. No se trata de un ejercicio de futurología. Cuando hayan transcurrido los próximos 50 años, el ADN de IDEA será el mismo de hoy; que, a su vez, es el mismo de 1960. Podrán evolucionar las tecnologías y seguramente los lenguajes utilizados, pero la esencia será la misma. Y los VALORES y PRINCIPIOS con los que nació IDEA allí estarán. Por eso, en este 50º Aniversario, quiero reiterar las gracias a quienes construyeron el pasado y, al mismo tiempo, desearles lo mejor a quienes tomen nuestra posta para seguir construyendo el futuro.

Ernesto J. Ferrer Director Ejecutivo de IDEA


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Gracias a quienes han colaborado con IDEA a lo largo de nuestros primeros 50 a単os.



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