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locuralocúralocura Artes de México, 2010 Primera edición Edición: Margarita de Orellana Coordinación editorial: Gabriela Olmos Corrección: José Luis Trueba Asistente editorial: María Luisa Cárdenas Diseño: Pedro Tzontémoc Formación: Manelik Guzmán Viñetas en los expedientes: Eadweard Muybridge. Running Full Speed. Animal Locomotion, lámina 63, 1887. Colodión. Página 17: Mérida, España, 2001. Página 26: Dibujos anatómicos del libro Leonardo da Vinci, de Frank Zöllner. Colonia: Taschen Books, 2000. Página 124: Calendario con ilustración de Jesús de la Helguera. Página 147: Lisboa, Portugal, 2001 (detalle). D.R. © Del texto y las fotografías: Pedro Tzontémoc pedrotzontemoc@yahoo.com | www.pedrotzontemoc.com D.R. © De la presentación: José Luis Díaz | www.joseluisdiaz.org D.R. © De la conclusión: José Luis Trueba Lara D.R. © Artes de México, 2010 Córdoba 69, Col. Roma, 06700, México, D.F. www.artesdemexico.com ISBN CNCA: 978-607-455-487-8 ISBN Artes de México: 978-607-461-068-0 Todos los Derechos Reservados. Queda prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático, la fotocopia o la grabación, sin la previa autorización por escrito de la editorial Artes de México y del Mundo, S.A. de C.V. Impreso en México

Este trabajo se realizó con el apoyo del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Fonca-Conaculta / México.

Este libro se publicó con el apoyo de la Dirección de Publicaciones del Conaculta.


locuralocúralocura Pedro Tzontémoc Presentación

José Luis Díaz Conclusión

José Luis Trueba Lara



Dedicatoria y agradecimientos

A los puntos cardinales que dan significado a mi vida: mi padre, Juan Luis Díaz, al Norte, por su presencia constante como punto fijo de referencia; a mis hijos, Citlalmina y Juan Luis, al Oriente y Poniente, por estar a mi lado siempre, aún en la distancia, y a Valentine Laforêt, al Sur, por su amorosa y sensual entrega con la que completa mi vida. A todos ellos, por su paciencia y apoyo incondicional y sanador. Mucha es la gente que me ha acompañado en este proceso de crecimiento y aprendizaje, no podría mencionar a todas las personas que quisiera porque sería motivo de otro trabajo; sin embargo, no quiero dejar de citar a Adriana Sepúlveda, Alberto López, Alberto Ruy Sánchez, Alfredo Díaz Lloréns, Alejandra Lanning, Alejandro Castellanos, Carlos Olmos, Cucy de Lloréns, Elizabeth Méndez, Ernesto Velasco, Gabriela Olmos, Gloria Socci, Hugo Dalbis, Jackie Bouthillier, José Luis Díaz, José Luis Trueba Lara, Lilianne Duchemin, Margarita de Orellana, María Dolores Díaz y Nieto, Muriel Beffeyte, Natalia Alonzo Romero, Nirvana Paz, Óscar de los Reyes, Raúl Moreno, Ricardo Zarak, Sareli Díaz Devitta, Sergio Morales, Sergio Rincón Gallardo Díaz, Teresa Vergara e Yvan Romero. Al Sistema Nacional de Creadores de Arte que hizo posible la realización de este trabajo, a quienes en su momento me propusieron alguna terapia, a todos aquellos que —con resultados o sin ellos— intervinieron en el proceso curativo; a la doctora Gabriela Villanueva quien, al menos por un tiempo, me devolvió mis pasos y, en especial, a los doctores Claude Franceschi, Paolo Zamboni y Milka Greiner quienes, a pesar de la atención médica, no me hicieron sentir paciente.

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El caso de Pedro: la enfermedad, el paciente y la consulta José Luis Díaz Los tres aspectos de la medicina En la enfermedad humana existen tres factores que se enlazan de manera indisoluble: el biológico, el psicológico y el cultural. En la raíz de su definición podemos ubicar la naturaleza, en particular las leyes que se manifiestan en los fenómenos vitales que dan lugar a estados que conocemos o interpretamos como salud y enfermedad. Desde este punto de vista biológico y naturalista, la patología bien puede ser entendida como la vida en condiciones anormales. Hablar de anormalidad, desde luego, nos mete en problemas, pues no hay límites ni criterios absolutamente precisos para distinguir entre lo normal y lo anormal. Sin embargo, desde el punto de vista biológico existen criterios relativamente bien establecidos que permiten definirla. Se trata de pautas morfológicas o fisiológicas que ponen en evidencia cuándo y cómo alguna estructura o función se sale de los límites de su ejercicio equilibrado. Los conceptos de equilibrio, estabilidad o armonía son clave en prácticamente todos los sistemas de curación, pues en todos los marcos de referencia a lo largo de la historia y a lo ancho de la geografía se hace referencia a la salud como un estado de balance, mientras que la enfermedad es vista como uno de desequilibrio e inestabilidad. En la medicina científica el concepto de equilibrio se denomina homeostasis (del griego homeos, mismo y stasis, nivel) y es una de las ideas centrales de la fisiología. Desde este punto de vista no hay mucha discusión en que, por ejemplo, la glucosa en la sangre varíe “normalmente” en los seres humanos entre 80 y 100 miligramos por 100 mililitros. Éste es su rango de equilibrio, su nivel de homeostasis. Por debajo de este valor el organismo presenta hipoglucemia, y si se rebasa dicho nivel suceden anomalías típicas de la hiperglucemia. Conforme nos alejamos de los valores del

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equilibrio, más intensas son las alteraciones. Este tipo de razonamiento no está sujeto a la acción de las creencias o la cultura, aunque haya evidencias de que éstas puedan modular, hasta cierto punto, los mecanismos fisiológicos, incluidos los niveles de azúcar en la sangre. Este factor —que he llamado natural y biológico—, aunque es fundamental en la definición y la pérdida de la salud, dista de ser el único. El siguiente factor de importancia para la medicina es el padecimiento, que distinguimos de la enfermedad biológica porque se refiere a la forma en que el enfermo vive su enfermedad. Como podemos constatar en la vida diaria, cada enfermo padece su enfermedad de manera dramáticamente distinta y en su padecer intervienen de modo predominante factores psicológicos, es decir, sus estados mentales: emociones, creencias, deseos, actitudes y acciones. Las diferentes formas de padecer la enfermedad intervienen de manera muy dramática en su curso y proceso. Uno podría llegar a pensar —y de hecho así se ha planteado por mucho tiempo y en muchos sistemas curativos— que lo psicológico modula o ejerce una acción causal sobre lo biológico, como si la mente estuviera separada del cuerpo, pero tuviera la capacidad de influir sobre él. La evidencia y la teoría actuales sugieren, si no es que indican, algo muy distinto: el ser humano es concebido por sistemas de salud muy diversos —incluido el de la medicina denominada científica— como una unidad psicosomática, una unidad de mente y cuerpo, de espíritu y materia. No es éste el momento de repasar las evidencias tan abundantes como difícilmente refutables de que la mente humana tiene un fundamento doble: por una parte está el sistema cultural en el que el individuo ha nacido y crecido, y por otra, el sistema nervioso y el cuerpo de un individuo. Es la unión necesaria, la confluencia obligada entre estos dos factores, lo que da origen a la mente en tanto facultad y en tanto sus contenidos. De hecho, toda la evidencia de que factores emocionales y de creencias inciden sobre la génesis, la manifestación y el transcurso y la eventual curación de la enfermedad, se acomoda mucho más fácilmente a la

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noción de unidad biológica, psicológica y cultural del ser humano. La mente o la conciencia no son esencias fantasmagóricas que ejercen su acción sobre la materia dura y pasiva, sino algo mucho más maravilloso y sorprendente: la conciencia, la emoción, la voluntad, la actitud o el conjunto de creencias de un sujeto tienen una acción definitiva sobre la enfermedad, porque esas propiedades están encarnadas en el cuerpo —en particular en su cerebro— y son parte sustancial de sus funciones más elaboradas. No sólo eso: son un elemento de gran importancia al mostrar capacidades causales sobre las funciones corporales y sobre la conducta de la persona. Hemos mencionado dos factores: la enfermedad que, de acuerdo con ciertas leyes biológicas, se gesta y se desarrolla mediante determinados mecanismos celulares, y el padecer, que podemos considerar como la reacción psicológica de un individuo a su enfermedad, la actitud mental y los contenidos de conciencia que desarrolla a la par que ésta evoluciona, y que están en estrecha relación con su devenir. Desde el punto de vista de la unidad personal que hemos planteado, podemos pensar que enfermedad y padecer deberán considerarse como una sola cosa, pero éste no es exactamente el caso. No hay aquí la idea de un dualismo, como el mencionado entre alma y cuerpo o entre conciencia y cerebro. Se trata sencillamente de dos aspectos diferentes y distinguibles por su apariencia: el natural de la enfermedad y el psicológico. Crudamente se podría decir lo mismo en relación con las diferencias que establecemos entre, por ejemplo, los aspectos anatómicos y fisiológicos de un organismo, o entre sus sistemas formantes, como pueden ser el digestivo y el cardiovascular. Sabemos que estos sistemas se complementan en el individuo íntegro para que éste funcione adecuadamente, pero los podemos estudiar y concebir por separado sin necesidad de destazar conceptualmente al individuo en piezas separadas. Es conveniente plantear una diferencia. La medicina que he llamado científica, la que se estudia en las facultades de medicina y se ejerce en la mayoría de los hospitales —no sólo occidentales, sino del mundo entero—, es una medi-


cina que ha progresado espectacularmente en la comprensión de la enfermedad biológica y lo ha hecho mediante la aplicación del método científico. De allí que se le denomine como “científica”. Nadie puede negar que conozcamos mucho más de todas las enfermedades humanas que hace tan sólo cien años. Los mecanismos celulares de las patologías, los orígenes de todas las enfermedades infecciosas —no sólo de los “bichos” que las producen, sino de la manera como los organismos responden a ellos— y las causas genéticas de múltiples patologías son algunos hechos espectaculares que están a la vista de cualquier analista sin prejuicios. Sin embargo, también se puede decir que la medicina científica no ha tenido un desarrollo paralelo para el padecimiento y el padecer. En general, en los consultorios y clínicas privadas se detecta de manera más o menos eficiente la enfermedad y se implantan los correctivos que dicta la evidencia obtenida por medios científicos, pero no existe el mismo nivel de interés en analizar y, sobre todo, en lidiar con el padecer. Las quejas de los enfermos sobre la forma en que los médicos —muchas veces eminentes— los tratan, constituirían un amplio testimonio de este desequilibrio. Múltiples sistemas médicos que ahora se llaman alternativos han competido, incluso con ventaja, con el sistema de la medicina científica en este rubro. Es pertinente referir una experiencia particular en este sentido. En una época me interesé por estudiar las plantas medicinales de uso tradicional en México, en especial las que actúan sobre el sistema nervioso. Como parte de mis trabajos tuve la oportunidad y a veces el privilegio de entrevistar a muchos practicantes de la medicina popular: chamanes indígenas, curanderos de poblaciones rurales y ciertos yerberos de mercados. Fue una experiencia aleccionadora, de la cual sólo quiero referir un caso, el del llamado Tigre de Papantla, un curandero totonaco que ejercía sus habilidades en la década de 1970. El Tigre vivía en una casa de piso de tierra y paredes de adobe en las afueras de su pueblo. En la habitación en la que ofrecía su consulta había un altar con ídolos de apariencia prehispánica, santos cristianos y algunas figuras del diablo occidental. La mezcla no me era

particularmente agradable, pero el personaje lo fue aún menos: un hombre de mediana edad, mal encarado, con una cicatriz que le cruzaba un lado de la cara sobre el ojo inútil que mostraba una superficie lechosa. Cuando le expliqué la razón que me había llevado hasta él se empezó a mostrar menos hostil, pues notaba mi deseo de aprender los conocimientos de la herbolaria, con la intención de estudiar con nuestros métodos las plantas y sus posibles efectos sobre el sistema nervioso. Luego de tomar mayor confianza, me dijo que había tenido una sola experiencia en un hospital, cuando le habían practicado una operación, y que ésta había sido muy negativa. Me comentó que en ningún momento de su estancia en el hospital, nadie, absolutamente nadie, se le había acercado para desearle una buena recuperación, nadie le tomó la mano para rezar por su salud, nadie le dio un momento de compasión y de fraternidad. Terminó el relato con una pregunta: “¿cómo es posible que se haga una medicina en la que nadie se compadezca del enfermo?” Mi actitud hacia el Tigre de Papantla cambió, pues me había dicho algo de trascendencia crítica. No voy a caer en descalificar toda la medicina científica al decir que no se ejerce la compasión o la voluntad de ayuda o el compromiso abierto de servicio, porque hay muchos casos que demuestran lo contrario. Sin embargo, estos factores tan importantes en el padecimiento no son algo que la medicina valore y reconozca en toda su dimensión. No me cabe duda de que hay médicos compasivos, comprometidos con el padecer de sus pacientes y con una verdadera vocación de servicio, pero, en forma general, se puede afirmar que la relación médico-paciente no es el fuerte de la medicina moderna, mientras que la patología y la dilucidación de los mecanismos biológicos de la enfermedad sí lo son. No diré nada nuevo al agregar que, en la terapéutica del médico hospitalario o del médico graduado de consultorio, influyen más los efectos de la publicidad de las compañías farmacéuticas que sus conocimientos sobre la enfermedad o sobre el padecimiento de su enfermo. En este sentido, la medicina no se guía tanto por la evidencia científica, sino por razones más o menos alejadas de ella,

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muchas de tipo mercantil. El hecho de que la terapéutica no sea una labor guiada por la ciencia se puede demostrar con las opiniones de los médicos que suelen diferir ampliamente. Cada uno tiene una forma de evaluar, de aproximarse y de conocer la patología, tanto, que no sólo varían de manera notoria los diagnósticos, sino de forma aún más alarmante las recomendaciones terapéuticas. Por esta razón se puede dudar del calificativo de “científica” otorgado a la práctica médica, aunque haya clínicos muy enterados que verdaderamente procedan como científicos. En este punto es muy propicio hablar del tercer aspecto de la enfermedad, que no por mencionarlo después es menos importante; me refiero a su aspecto cultural, al origen de toda medicina. Se trata del conjunto de creencias, saberes y procedimientos que constituyen todo sistema médico. Lo definen no sólo como una ciencia o conjunto de conocimientos, sino como una práctica, como un arte o, quizá, como una verdadera artesanía, como una forma particular de saber en la que el conocimiento se empata con la experiencia en una forma exquisita de arte: el de curar. Seguramente la voluntad de cuidado y la atención al prójimo desvalido constituyeron el origen de todo procedimiento médico. La práctica médica tiene, entonces, un objeto: atender a un ser humano desvalido, un individuo que presenta una falta de algo, que está y se siente incompleto, incapaz, y que sufre. La práctica médica también tiene una fuente: lo que llamamos el signo y el síntoma. En este punto vuelve a hacerse patente la distinción que hicimos al principio, pues el signo es un hecho objetivo de la enfermedad biológica: la hinchazón, el calor y el color enrojecido que presenta una zona, por ejemplo, son signos de la inflamación. El síntoma, en cambio, es un fenomeno subjetivo. En este caso, el dolor que manifiesta el enfermo, quien recibe el nombre de paciente. Ante estos hechos objetivos y subjetivos el médico realiza una interpretación de los signos y síntomas de acuerdo con un marco de referencia de naturaleza cultural, es decir, lleva a cabo un diagnóstico. La interpretación ya no es un hecho, el de las señales que el paciente presenta y el

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médico detecta, sino un dicho construido con un referente social dominante. De esta manera, el conocimiento médico tiene un lenguaje sistemático construido a lo largo de una evolución social y cultural determinada. La taxonomía médica —la forma de identificar enfermedades particulares— tiene, por ejemplo, una larga historia en la que ha influido de manera creciente la evidencia científica, pero en la que también interviene de manera muy notoria la ideología y la cosmovisión de la sociedad que la engendra. Vale la pena detenerse en un concepto relevante para la práctica médica: la cosmovisión, ese conjunto de creencias que se expresa en diferentes prácticas y costumbres. Recordemos, por ejemplo, la relación milenaria de los sistemas médicos con la religión. En los sistemas médicos más elementales, la magia tiene una enorme importancia: el chamán es capaz de detectar los elementos de daño y puede neutralizarlos mediante ritos. La medicina es ritual y, desde luego, lo sigue siendo, incluso la práctica de la medicina científica en la que, con fines más o menos deliberados de impresionar, el médico exhibe atuendos, lenguajes, aparatos o movimientos que impactan al paciente y lo hacen desarrollar confianza o fe en el médico. En los sistemas médicos tradicionales la deidad única o ciertas deidades secundarias son las responsables de dar y quitar enfermedades. El chiste mexicano de que si el paciente se cura es por causa de la Virgen y si se muere es por el doctor revela esta dependencia de manera clara aunque sesgada: en la visión del catolicismo vernáculo, es posible que los seres sobrenaturales quisieran castigar a un paciente trasgresor con la enfermedad y la muerte. Los sistemas espirituales de curación persisten, pues los poderes sobrenaturales se asumen por los creyentes, de manera generalizada, como definitivos en el origen, curso y resolución de la enfermedad. Éste es, sin duda, un ejemplo paradigmático de una cosmovisión, pero conviene dar otro. En los pueblos mesoamericanos, desde antes de la Conquista, ya se hablaba de enfermedades frías y calientes que debían ser combatidas con plantas de una naturaleza o de otra. La dicotomía entre el frío y el calor forma par-


te de una visión del mundo que no necesariamente tiene que ver con la temperatura que mide el termómetro. En el caso de la enfermedad podría hacerse una correlación evidente: la inflamación o la fiebre, por ejemplo, son consideradas enfermedades “calientes”. En el caso de la medicina tradicional —tanto prehispánica como europea—, aunque no hay diferencias de temperatura entre especies vegetales, se distinguen plantas frías y calientes. Al parecer las que tienen flores de color rojo, naranja y amarillo se denominan calientes, en tanto que las violetas, rosas o azules son frías. Pareciera poco útil tratar de establecer puentes entre conceptos científicos, como el de los principios químicos de las plantas y su clasificación en frías y calientes, pues se trata de dos maneras de ver el mundo. Sin embargo, la antropología médica se interesa en esta interfase. Para que la medicina sea efectiva, la cosmovisión de médicos y pacientes debe coincidir en alguna medida. Esto no quiere decir que una inyección de insulina no vaya a salvar a un paciente diabético que no comparta creencias con el médico que lo inyecta. El factor biológico es inevitable y se expresa de manera independiente del padecer; sin embargo, un determinismo biológico opera en su esfera de movimiento. Desde luego, ambos aspectos no son totalmente independientes, sino que muestran canales de influencia complejos y con límites poco conocidos. Todos hemos sabido de los casos extraordinarios de control de variables autónomas —como los que llegan a ejercer ciertos faquires, en pruebas de bio-feedback. No se trata de negar la raíz biológica de la enfermedad, sino de afirmar al padecer subjetivo como un centro álgido de la medicina. Usualmente, se establece una relación médico-paciente adecuada entre personas que comparten creencias, aunque en la actualidad ocurre que un padecimiento rebelde y persistente lleva al enfermo a buscar ayuda en donde cree posible obtenerla, pese a que no necesariamente comparta la misma visión del mundo. Me ha tocado ver a curanderos tradicionales acudir a la medicina institucional al ser afectados por un cáncer que no cede a sus intentos terapéuticos, y lo mismo me ha ocurrido con personas de educación universitaria, aparen-

temente científica, que acuden a terapias alternativas al ser desahuciadas por la medicina científica. Hay una actitud que podíamos llamar “por si acaso”, es decir, de dar el beneficio de la duda a los sistemas ajenos a su cosmovisión. La medicina se inserta en la cultura a través de la cosmovisión, pues ésta no sólo implica un concepto general del mundo, sino también una interpretación de la naturaleza en general y de la naturaleza humana en particular. La visión del cuerpo, de la relación entre el cuerpo y la mente, y de los vínculos del individuo con lo que considera trascendente, determinan cómo verá e interpretará su estado de salud y moldean su actitud ante la enfermedad, el dolor y la muerte. La enfermedad: esclerosis múltiple Este breve análisis de la medicina nos ha revelado que existen tres enfoques para ver y considerar las enfermedades o anomalías que le ocurren a un individuo. En tanto ser biológico, sujeto a las leyes naturales, hablamos de enfermedad, de sus causas genéticas, ambientales, de sus manifestaciones celulares y funcionales, de su curso endógeno probable y de expresiones patológicas que la medicina ha abordado en los últimos siglos con las herramientas del método científico. En tanto ser psicológico —sujeto a influencias tanto biológicas como culturales— hablamos de padecimiento o dolencia, de la manera como cada paciente siente su enfermedad. El sufrimiento es su principal manifestación. Puede tratarse del dolor “físico” por una lesión demostrable o del dolor “moral” por la pérdida de un bien, sea de su cuerpo o de su entorno inmediato y que da origen a un duelo sin resolución. Finalmente, en tanto ser social, el individuo está sujeto a una forma de ver y estar en el mundo, a una cosmovisión. En este sentido cobra importancia la medicina no sólo como el conocimiento de la enfermedad, sino como la práctica de asistencia al desvalido, al paciente, dentro del marco de una cultura cuyos valores, intereses e interpretaciones se han gestado en un desarrollo histórico particular. Ésta es la enfermedad que aqueja a Pedro: veamos. El sistema nervioso central está integrado por el cerebro y la

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médula espinal. En ambos casos hay dos formas de tejido: la “sustancia gris” que está formada por los cuerpos de las células, en particular las neuronas, y la “sustancia blanca” formada por sus conexiones —que se conocen como axones— y que son las encargadas de transmitir la información mediante pulsos eléctricos entre las neuronas. Cada uno de los axones está forrado de una sustancia grasa llamada mielina que, como si fuera la envoltura de un cable eléctrico, facilita la transmisión nerviosa. Los axones con un forro más amplio de mielina transmiten con mucha mayor velocidad y eficiencia que aquéllos con menos. La esclerosis múltiple es una enfermedad inflamatoria predominantemente de la sustancia blanca. En el sistema nervioso de estos enfermos se depositan placas o lesiones en áreas muy diversas de la sustancia blanca y, al hacerlo, destruyen la mielina. Por ello se dice que la esclerosis múltiple forma parte de las enfermedades desmielinizantes. Las manifestaciones clínicas —es decir los signos y síntomas de los pacientes afectados— varían enormemente según las áreas del sistema nervioso que se hayan afectado y según la extensión de las placas. Los pacientes con esclerosis experimentan pérdidas de múltiples funciones que coordinan el cerebro y la médula, aunque casi ninguno tiene una pérdida masiva de funciones y muy pocos, afortunadamente, experimentan deficiencias en las funciones mentales como las que trágicamente terminaron con la carrera y la vida de la violonchelista Jacqueline Du Pré. Es típico de la enfermedad que el enfermo experimente debilidad, espasmo o dolor muscular, alteraciones de la visión —ceguera o visión doble—, dificultad para hablar, pérdida del equilibrio, dificultad para orinar, para tragar o para respirar. Las alteraciones en las capacidades cognoscitivas y afectivas incluyen trastornos de la memoria de corto plazo o depresión. Hay cuatro formas generales de progreso en la esclerosis múltiple. La primera y la más frecuente es la de “remisión-recaída” en la cual ocurren ataques pasajeros de síntomas que ceden y regresan, quizá más graves o con nuevos síntomas. La segunda es la “secundaria-progresiva”, en la cual el deterioro de las funciones avanza lenta pero inexo-

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rablemente entre ataques. La tercera es la “recaída-progresiva”, en la que la enfermedad avanza por ataques cada vez más severos y en la que no se regresa a etapas previas, sino que el daño permanece entre recaídas cada vez más graves. Finalmente está la “primaria-progresiva”, en la que el deterioro avanza sin ataques, pero de forma constante. ¿Por qué se mantiene la idea de una sola enfermedad con estos cuadros aparentemente tan diversos? Los mecanismos celulares y moleculares son los mismos. La investigación básica de esta enfermedad tiene por objeto el dilucidar su causa, que hasta el momento es desconocida, aunque existen varias teorías sobre su origen. La más popular es una teoría de la autoinmunidad, como la que se ha propuesto en la artritis reumatoide, aunque en este caso las defensas del sistema inmunológico atacarían a la mielina. Otra teoría es la infecciosa, que sostiene la idea de que la enfermedad es consecuencia de la acción patógena de un agente vivo. Hay algunas evidencias de que varios virus y bacterias se asocian a la esclerosis, pero no se ha probado si son causa o consecuencia de la enfermedad. La tercera es la teoría genética, y se sustenta en la incidencia de la esclerosis en familias, la cual es más común entre más cercano es el parentesco. Sin embargo, la incidencia entre gemelos idénticos sólo es del 30 por ciento, lo cual indica que hay un factor genético pero que no es predominante: se necesita del concurso de otros para que se desarrolle la patología. Hay grupos raciales que jamás presentan esclerosis, como los bantúes, o que la presentan de manera escasa, como los indígenas americanos y los asiáticos. Esto, desde luego, puede ser resultado de factores genéticos, ambientales o culturales. Mientras más lejos del Ecuador, mayor es la incidencia de esclerosis, lo cual sugiere un efecto protector de la exposición a la luz. Otras teorías menos socorridas incluyen la idea de que hay una deficiencia en la barrera natural que separa la sangre del tejido nervioso, la llamada barrera hemato-encefálica, y que se trata de una enfermedad alérgica o de un padecimiento nutricional. Todas las teorías se sustentan en datos. La apuesta de la medicina científica es encontrar en los mecanismos


celulares de la enfermedad tanto la causa como el remedio. En referencia a la esclerosis, la teoría de la autoinmunidad se apoya en el hecho de que un grupo de glóbulos blancos, llamados linfocitos-T, son las células responsables de distinguir al organismo propio y al ajeno, una capacidad que pierden si sufren esclerosis, pues causan un proceso inflamatorio que lesiona la barrera hemato-encefálica y precipita el depósito de una serie de sustancias que conforman la placa. Jean-Marie Charcot, uno de los fundadores de la neurología, observó las placas por primera vez hace unos 150 años. La razón de que en ocasiones se recupere el enfermo de un ataque agudo de esclerosis es que ocurre una remielinización. En el caso de un desorden progresivo, la mielina ya no se recupera, o lo que es peor, las neuronas sufren daños irreversibles. El enfermo: Pedro Tzontémoc Dice un dicho que no hay enfermedades, sino enfermos. ¿Me atreveré a afirmarlo después de haber hablado de la enfermedad con convicción? Claro que sí. La enfermedad es una entidad abstracta, lo cual no es lo mismo que irreal. Es una generalización de rasgos comunes que presentan los enfermos aquejados por un mal. En esto empleamos una categorización idéntica a la que realizan los botánicos. Existen las rosas, pero todas nos remiten a un arquetipo: la especie de la rosa que tiene elementos comunes en todos los ejemplares. La “rosa” del botánico es una abstracción, pero una abstracción útil en muchos sentidos no metafóricos. La “esclerosis múltiple” también es una abstracción taxonómica que ayuda a entender a cada enfermo, una abstracción que se corrige de acuerdo con lo que se observa en un enfermo que presenta novedades no descritas, una abstracción teórica que permite al médico ayudar mejor al paciente. Así, una vez que he descrito la enfermedad en abstracto, es necesario hablar de alguien afectado por ella, de un ser humano con un sufrimiento único. Su caso es individual, personal e irrepetible. Su padecer es una experiencia y la enfermedad como entidad abstracta da lugar al enfermo, al paciente que vive una existencia en la que irrumpe

un trastorno en su equilibrio. Y aunque no dudo que exista una entidad patológica con el nombre de artritis reumatoide —otra enfermedad autoinmune—, me afecta mucho más el hecho de que una escritora, María Luisa Puga, haya escrito un Diario del dolor, una bitácora de su experiencia con esa enfermedad. Aquí la artritis desaparece de la escena o toma un lugar accesorio para dar lugar al dolor, al síntoma, al sufrimiento. La autora percibe su dolor como un elemento ajeno, como un intruso que le produce miedo y le impone una peculiar conciencia de estar pendiente y le impide habituarse a la congoja. Al limitar la conducta y la acción, la autora pone en marcha múltiples y dramáticas estrategias de enfrentamiento: el dolor adquiere rostro, cuerpo y personalidad. Aceptar el dolor implica concebirlo como un enemigo a quien es necesario comprender y con quien se puede dialogar. La autoconciencia se deteriora y la narradora no se reconoce en el espejo; ha perdido su pasado y su futuro. La existencia se vuelve insípida y es necesario lidiar con el desánimo, la depresión y la derrota. En el relato, el dolor se reconoce profundamente como propio del ser humano. La experiencia privada y solitaria de dolor suele desembocar en dignidad y provecho. El dolor se revela como una vivencia compleja que en la conciencia enciende facultades insospechadas, demanda recursos extraordinarios y escenifica costosas batallas. Estamos ante el dolor humano, ante el caso individual, la vivencia personal, la experiencia particular, de una existencia inefable. De una manera similar a la de María Luisa Puga, en el caso de Pedro sorprende la forma en la que el sufrimiento de una enfermedad que limita gravemente su libertad puede ser aprovechado de forma inesperada. Pedro me recuerda a otro fotógrafo afectado de esclerosis múltiple: Martin Bruch, nacido unos años antes que Pedro en Tirol, en 1961. Martin no se ha dejado derrotar por la esclerosis y carga su cámara todo el tiempo para, cada vez que se cae —y se cae muchas veces—, tomar una foto desde su perspectiva de aterrizaje. Cada tropiezo, derrumbe y batacazo le proporciona un enfoque insólito del mundo, una oportunidad más amplia que una caída. El libro que resultó de

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estas fotos lleva el título de Bruchlandungen, es decir: “aterrizaje forzoso”. La enfermedad se convirtió en un recurso de su arte, de su vida, de su vitalidad. Pedro hace lo mismo, aunque eligió otro tema que le ha impuesto su condición de enfermo en busca incesante de remedio: la consulta. Para Pedro, la cámara es parte del cuerpo, un ojo adicional que mira lo que la vida le pone enfrente, aunque su creatividad es la que da origen a una representación particular. De esta manera entramos al mundo de las medicinas, de los remedios, de los practicantes de la salud que Pedro ha visitado por docenas. Su obra nos enfrenta ante la faceta cultural y social de la enfermedad, lo cual nos ofrece una oportunidad excelente para examinarla. La consulta y la práctica médica ¿Quién es médico? No es fácil responder esta pregunta aparentemente simple. Sería cómodo decir que sólo quien tiene un título universitario es un médico. Sin embargo, las instituciones que otorgan títulos de médico varían de manera escandalosa y los títulos distan de ser equivalentes para amparar un mínimo de conocimientos. Para contar con un filtro seguro habría que hacer algo imposible: contar con un comité confiable de sabios que defina los conocimientos mínimos necesarios y tener un examen equivalente que establezca quiénes tienen esos conocimientos. Aún suponiendo que esto se realizara, la medicina no sólo es conocimiento teórico que se extiende sin cesar, sino también la habilidad, la experiencia y el “ojo clínico”. Yo tengo un título que dice “médico cirujano”, pero ahora no me atrevería a realizar una intervención quirúrgica, pues sólo tuve un entrenamiento limitado durante mi internado hace cuarenta años. También está el problema del paradigma. La medicina de corte científico es dominante en el mundo occidental, pero no es la única práctica médica y mucho menos lo es en otros lugares y culturas. Existe un sinnúmero de practicantes de las artes curativas. Únicamente en nuestro país hay chamanes, curanderos, brujos, yerberos, hueseros... El chamán trabaja mediante cambios en su estado de conciencia inducidos de diversas maneras, a veces con la ingesta

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de plantas psicotrópicas. El brujo recurre a la magia para infringir o remediar el daño realizado mediante rituales. El curandero utiliza recursos mágicos —como las “limpias”— y plantas medicinales. En muchas ocasiones el curandero emplea técnicas mezcladas de la medicina tradicional mexicana y la europea, sean éstas de índole ritual o herbolaria. Los yerberos se encuentran usualmente en los mercados y prescriben plantas a quienes los consultan. El mercado de plantas mexicanas medicinales es enorme y supone una verdadera industria de recolectores, de personas que las preparan y distribuyen, y de conocedores. El huesero es una especie de ortopedista empírico que reduce fracturas y dislocaciones o trata enfermedades reumáticas mediante sobas y presiones. Existen otros tipos de practicantes tradicionales y muchas veces las prácticas de unos y otros se sobreponen. Su existencia implica que cumplan una labor en la atención del enfermo y su práctica deriva y mantiene una cultura que no sólo merece respeto, sino que también ha sido una fuente de información para la investigación médica. La lista de sustancias químicas utilizadas en la farmacología moderna derivadas de plantas de uso tradicional es un ejemplo contundente. La antropología médica nos ha enseñado a valorar y ponderar estas prácticas que, en la mayoría de las ocasiones, se sostienen por una cosmovisión distinta y cumplen una importante función en las comunidades. Y si bien no podemos llamar médicos a estos practicantes, tampoco podemos, como se hacía en el pasado, descartar su labor por no ajustarse a la metodología científica. Es imposible valorar adecuadamente la aportación que estas personas hacen a la salud pública. Ellos resuelven problemas primarios y generales, pero, sobre todo, deben ser respetados porque establecen una relación médico-paciente acreditada y apoyada por una cultura, y caracterizada por una adecuada transmisión de confianza por parte del enfermo y de compasión y ayuda por parte del practicante. El panorama de la práctica médica se ha complicado con la aparición de numerosas formas de contender con la enfermedad, las cuales han surgido y progresado con el


New Age. Dada su importancia en la práctica médica y en este libro, vale la pena revisarlas brevemente. El movimiento New Age es una forma moderna y occidental del esoterismo de vieja estirpe. Su origen podría trazarse hasta el movimiento teosófico y empezó a perfilarse a mediados del siglo pasado en diversas corrientes. Pero el movimiento alcanzó proporciones mucho mayores en las décadas de 1970 y 1980, en particular en Estados Unidos, por el interés y la práctica generalizada de diversas fuentes que emanaron en la llamada “Era de Acuario” de la década de 1960. Es difícil ubicar con precisión este movimiento en el que confluyen intereses y prácticas muy diversos, aunque se pueden hacer algunas generalizaciones. Se trata de ideas que subrayan lo “espiritual” entendido como aquello que alimenta el conocimiento y la maduración de un tipo de sensibilidad hacia la naturaleza, la convivencia y la salud. En la mayoría de los casos se concede a lo espiritual una realidad diferente de la material, pero intrínsecamente ligada a ella. Excluyo de una manera un tanto arbitraria los múltiples movimientos religiosos que toman un aspecto más regresivo a formas elementales y fanáticas de contacto con lo divino. Me refiero a un cambio de actitud que afecta a una vasta población a partir de las décadas de 1960 a 1980. En lo que se refiere a las prácticas alrededor de la salud y la enfermedad, el New Age ha dado múltiples aproximaciones que a veces reciben el nombre genérico de “artes curativas” (healing arts). Algunas manifestaciones particulares de estas “artes” son la canalización, el crecimiento espiritual o la “ciencia holística”. Existe la convicción de que algunas personas sirven como canales de la información de otras esferas. La información “fluye” durante estados alterados de conciencia, como el trance. A diferencia del espiritismo de hace un siglo, este movimiento no pone énfasis en la comunicación con los muertos, sino en la comunicación con seres de sabiduría superior que residen en otras realidades. Se trata de una forma de revelación que ciertos practicantes de medicina alternativa usan para tratar a sus pacientes. En una forma más acotada de canalización se ubica otra serie de prácticas en la cual un terapeuta canaliza una “energía”

hacia un paciente mediante la imposición de las manos o la formulación de pensamientos e intenciones curativas. Este concepto de “energía” es central y se contradice con la energía de las ciencias físicas, pues se trata de una energía “espiritual” que, por razones imprecisas, afecta la materia, en estos casos al cuerpo y a la enfermedad. Para muchos defensores de las artes curativas se trata de una energía aún no descubierta por la física; para otros, de otra forma de energía que se percibe y se canaliza sólo mediante la emoción, la empatía o el trance. La persona aparece en estas concepciones como la unidad de un elemento espiritual y otro material, de tal forma que todas las enfermedades pueden ser causadas por una alteración o desequilibrio y pueden ser tratadas por medios espirituales. La curación es un proceso de desarrollo espiritual en el que es elemental el restablecimiento de la armonía y en el que la mente adquiere un rango predominante. Existen algunas teorías científicas que son tomadas como el advenimiento de una nueva ciencia por el New Age. Entre ellas se encuentran la psicología transpersonal, la nueva física (véase El tao de la física de Fritjok Capra) y las teorías cuánticas de la conciencia de Hameroff y Penrose. Algunos científicos, aunque no sean exponentes de estas teorías, se sienten atraídos en menor o mayor grado por algunas de estas propuestas y consideran que estamos en el umbral de un nuevo paradigma, de una nueva cosmovisión científica que deja atrás el reduccionismo de la ciencia tradicional para abrazar una forma de holismo como el que caracteriza la ecología profunda, que se apoya en la hipótesis de la biósfera entera como un organismo viviente: es la hipótesis de Gaia de Lovelock y Margulis. No es fácil hacer una valoración imparcial de este movimiento que ha manifestado gran variedad de ideologías. En el caso que me ocupa, el resultado es muy ambiguo: por una parte se puede rescatar el énfasis en una relación médico-paciente o terapeuta-enfermo que sea fuente de consuelo, esperanza y, en ocasiones, de curación. También se puede ver de manera positiva la aplicación de conceptos de gran amplitud y esperanzadores sobre la estructura unitaria del

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mundo, sobre la unidad entre la mente y el cuerpo de una persona y entre la persona y su medio ambiente. Sin embargo, hay manifestaciones sectarias y manipuladoras que son negativas. Muchos practicantes de las “artes curativas” no tienen información de fisiología ni de patología, ni tampoco de alguna tradición curativa en la que se hayan preparado bajo la tutela de alguien con experiencia. Con unos cuantos conceptos del movimiento New Age, desarrollan un grupo de propuestas elementales y las aplican en enfermos necesitados de ayuda. Uno se pregunta alarmado cuántos pacientes con enfermedades previsibles y tratables han perdido la posibilidad de atención oportuna por recurrir primero a estas prácticas. Otros practicantes de este tipo de curación son personas honestas, abiertas y bien intencionadas que conocen sus limitaciones y reconocen lo que no saben. Esto a veces no ocurre entre los médicos hospitalarios que le dicen al paciente lo que debe estar sintiendo o que ponen en duda lo que el enfermo les informa. La cerrazón y la soberbia no son privilegio de nadie. Colofón: el caso de Pedro El caso de Pedro es ilustrativo. En su largo periplo por los consultorios y sitios de curación que abarca la medicina hospitalaria, lo mejor y lo peor de ella, por representantes genuinos de tradiciones curativas y por varios representantes del movimiento New Age, Pedro ha encontrado, indistintamente, fuentes de frustración, de enfado, de hilaridad, de consuelo y de ayuda. Este libro es un catálogo que, independientemente de la calidad fotográfica cada vez más depurada y penetrante, nos coloca ante una realidad extraña plagada de personas, ideas, objetos y prácticas diversas e inusitadas. Ante nuestra vista, la actitud de Pedro se va trocando de la esperanza y la búsqueda de soluciones a la acumulación de experiencias en las que domina un tono escalofriante de objetividad y distancia: éstos son los tratantes, éstas son sus ideas, éstos son sus instrumentos y éste, el que no se dice ni se nombra, pero que está plasmado como un fino polvo de oro entre las páginas, éste es el sufrimiento.

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Saquen ustedes sus conclusiones. Pedro ha hecho sus fotografías. Pedro sigue vivo, cada vez más vivo. La esclerosis múltiple ha sido derrotada no porque haya desaparecido, sino porque no ha podido con él. Pedro no ha triunfado sobre la enfermedad, sino que existe a pesar de ella. He aquí su legado, un legado en el que la fotografía va de la mano de la vida. Estoy orgulloso de Pedro no sólo por ser su tío y porque es un estupendo fotógrafo, sino porque es un ser humano cabal a quien tengo el privilegio de frecuentar y querer. Ciudad de México, otoño de 2006.

José Luis Díaz es investigador titular del departamento de Historia y Filosofía de la Medicina, de la Facultad de Medicina de la UNAM.




locuralocúralocura pedro tzontémoc

Es necesario establecer como ley que la aventura no existe. Está en el espíritu de aquel que la persigue y, cuando puede tocarla con el dedo, se desvanece para renacer mucho más lejos, bajo otra forma, en los límites de la imaginación. Pierre Mac Orlan El hombre no es nada más que su proyecto, no existe más que en la medida en que se realiza, no es, por lo tanto, más que el conjunto de sus actos. Jean-Paul Sartre El diagnóstico mata. María Dolores Díaz y Nieto

El fin de un siglo se acercaba. Se perdía en sus propias contradicciones, entre el “todo tiempo pasado fue mejor” y el “no hay mal que dure cien años”. Estábamos a un paso del futuro y el futuro que se nos había prometido desde que el hombre profanó la luna estaba libre de hambre, enfermedades e injusticia. Lo cierto es que la frontera del tiempo era inminente y pocas de las expectativas que se tenían del mítico año 2000 se habían cumplido. En una escala menor y mayor a la vez estaba por iniciarse un ciclo que cimbraría mis expectativas: sin previo aviso, en el 2000, comencé a tener dificultades para caminar. El diagnóstico: esclerosis múltiple. Esclerosis. (Del gr. σκλήρωσις). f. Med. Endurecimiento patológico de un órgano o tejido. || 2. Embotamiento o rigidez de una facultad anímica. || ~ múltiple. f. Med. Enfermedad crónica producida por la degeneración de las vainas de mielina de las fibras nerviosas, que ocasiona trastornos sensoriales y del control muscular.1 Se trata de una enfermedad en la que el sistema inmunológico desconoce a su propio organismo y lo ataca; una enfermedad incurable, progresiva… Mis perspectivas cambiaron de inmediato y no porque tuviera un futuro programado o un camino definido —nada más alejado de eso— pero aún sin pensarlo, el mañana ocupa un lugar en la conciencia y la enfermedad no formaba parte de él. Una vez establecida la intención, los caminos se definen a cada paso. Es verdad que se hace camino al andar, al menos es así como solía vivir, a pesar de quienes criticaran mi falta de previsión; “piedra que rueda no echa moho”, solía decirme mi abuela. Sin embargo, el camino se había desviado tiempo atrás

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y con esto quiero decir que había comenzado a trazarlo. Y es que, paradójicamente, entre más se defina el camino, más incierto es su destino. Había cedido a la presión y establecía una ruta precisa, estable, inflexible: había comenzado la traición a mí mismo y, en consecuencia, comencé a dejar de rodar. Este camino predeterminado, espejismo al fin, terminó por desvanecerse a partir del diagnóstico. Para ese momento, ya había perdido la intuición, que había sido la brújula de mi proceso existencial, había entrado en conflicto con los propósitos del universo, había perdido mucho de lo aprendido hasta entonces. En un intento por dejar a la enfermedad en un segundo plano me entregué a la inercia del viaje. Traté de combatir la inmovilidad con una búsqueda frenética del movimiento que me llevó al encuentro con las ballenas del Mar de Cortés y, en 2001, al punto más al sur en tierra firme del continente americano, crucé Argentina de punta a punta y después Uruguay. Regresé a México sólo para partir a Marsella desde donde emprendí el viaje más extenso, en distancia, que hubiera hecho hasta ese momento por Europa, siempre al encuentro de experiencias que me hicieran olvidar, al menos momentáneamente, los efectos de la enfermedad. Naturalmente eché mano de la fotografía que, al fin y al cabo, ha sido una guía en la búsqueda de mí mismo y ha sido el medio que me ha permitido acceder a nuevas y diferentes experiencias. Ante la inminente sensación de que el tiempo se estaba agotando tomé cientos de fotografías; completé varios portafolios2, inicié otros3 y extendí los que se mantienen abiertos4 con resultados que me satisfacen más que todo mi trabajo anterior y, en mi tiempo libre, sistematicé y digitalicé mi archivo fotográfico. Los viajes continuaron: Europa otra vez y Panamá, Uruguay y otros más por México, pero ciertamente estaban acotados por un objetivo, como el montaje de alguna exposición o la elaboración de fotografías predeterminadas. Estaba perdiendo también ese instante mágico en el que la realidad exterior se encuentra con la interior, ese instante en el que se generan esas imágenes que son el reflejo mismo de la vida.

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Cada vivencia transforma mi manera de ver el mundo y, por ende, de hacer fotografía. La fotografía, entonces, responde a una práctica vivencial. No basta con retratar la realidad, es necesario aventurarse con ella, vivirla; hacer de la fotografía un medio de comunicación y expresión mediante el cual se deje plasmado el compromiso con lo que se vive, con lo que se es. …para que pueda ser he de ser otro.5 Han pasado diez años desde el inicio de la enfermedad, durante este tiempo la experiencia me ha transformado una y otra vez al ritmo de los sucesos; muchas veces he sido otro en este proceso. Fragmentos de mí mismo se han quedado en el camino; desencuentros y encuentros amorosos se han sucedido en dolorosas despedidas que dan paso a encuentros afortunados, mientras éstos se convierten en otras despedidas, ciclos recurrentes que se alternan entre el trabajo compulsivo y la contemplación ociosa, cambios de humor inesperados entre la intolerancia absoluta y la ironía, en fin, lo mismo de toda la vida, salvo por el trastorno en la salud que ciertamente focaliza la atención y marca la diferencia. Morirse debe ser dejar de caminar.6 Mis piernas comenzaron a debilitarse lentamente. No parecía grave y, sin embargo, de alguna manera sabía que algo no estaba del todo bien; primero la pierna derecha, luego la izquierda, hasta que me fue difícil caminar sin apoyo; la enfermedad me golpeaba incidentalmente en la expresión de la voluntad, en mi capacidad de movimiento, en uno de los puntos de mayor significado, en donde más podría dolerme. La parálisis motriz es una metáfora que se puede aplicar sin dificultad alguna a la impotencia de la voluntad, es decir, a la clara convicción que tiene una persona de que debe seguir un determinado curso de acción, seguida sin embargo de la absoluta imposibilidad de realizarlo. No


debe confundirse esta impotencia con la imposibilidad de detener un curso de acción que se ha detectado ya como impropio o inconveniente, porque ése es el cuadro del endemoniado. El paralítico es quien no puede poner en marcha el curso de una acción que quiere realizar. No cabe duda de que esta enfermedad del alma impide también la vida en libertad.7 Así se inició un viaje inesperado, diferente a los que estaba acostumbrado, pero ciertamente vital. Frente a un diagnóstico que no contempla la recuperación, me di a la tarea de encontrar —en una búsqueda ciertamente ecléctica— alternativas para recuperar la salud. En tanto, no concibo la realidad de manera lineal, sino acaso como un poliedro, en el que cada cara refleja el fragmento de un todo; abrí la búsqueda en todas direcciones. La enfermedad es la voluntad que habla por el cuerpo, un lenguaje que escenifica lo mental: una forma de expresión personal.8 Me he sometido a terapias y análisis de todo tipo: urinoterapia, limpias chamánicas, hueseros, videntes, apiterapia, curanderos tradicionales, adivinación, regresiones, homeopatía, medicina alternativa y alópata, entre muchas otras, algunas sustentadas en la ciencia, otras en la magia. Cada una de estas terapias interpreta la enfermedad desde su universo cognoscitivo particular, cada una diagnostica y pronostica desde su enfoque y, aunque pudiera parecer que sus conceptos son opuestos entre sí, no encuentro contradicciones esenciales: todas son parte inherente de ese todo al que llamamos realidad. Cada una de las terapias ha sido la pieza de un rompecabezas que, al irse armando, colabora con el proceso curativo, y también con la conciencia de la enfermedad como un asunto interno. No es una casualidad que, desde el concepto mismo de enfermedad autoinmune, hasta la interpretación chamánica, determinen que, biológica o metafísicamente, soy yo quien se ataca a sí mismo y estoy convencido de que, cuando el círculo se

cierre, cuando se arme el rompecabezas, será factible la recuperación total. Durante todo este proceso, que ciertamente me ha representado una nueva experiencia en tanto que la última vez que había estado hospitalizado ya no estaba registrado en mi memoria consciente, los síntomas de la enfermedad han avanzado y retrocedido, obedeciendo a una voluntad invisible han oscilado entre breves instantes en que percibo la recuperación total al alcance de mi mano y un largo, larguísimo periodo en una silla de ruedas, que duró más de un año, durante el cual mi independencia y libertad se redujeron al pensamiento, donde encontré otras formas de mantenerme en pie y andando. Frente a una evidencia tan contundente no podía pretender que nada había cambiado y que, por lo tanto, podría seguir haciendo fotografía al ritmo acostumbrado. De hecho el esfuerzo requerido era tal que comenzaba a odiar aquello que tanto me gustaba: ese sencillo acto de apretar el disparador y con ello descubrirme a mí mismo. Así que había que encontrar otros caminos paralelos, no alejados del todo, para resistir y seguir con vida. Fue entonces que comencé el proyecto editorial Luz Portátil con una primera publicación de ensayo9 y, después del afortunado encuentro con Artes de México que acogió la propuesta con entusiasmo, se inició la colección Luz Portátil. La realidad me puso frente a una experiencia transformadora, radical, con implicaciones que van más allá de la movilidad, más allá incluso de la salud en sí misma y, poco a poco, este otro viaje fue adquiriendo mayor importancia. En la medida en que los viajes hacia afuera perdían significado, el viaje interior adquiría fuerza y, en el entendido de que la fotografía es una herramienta eficaz para exorcizar la realidad, debía registrar el proceso de la curación para ser congruente con mi idea de la fotografía como experiencia vivencial. Me percaté de estar dejando pasar un proceso de suma importancia en la conformación de ese yo que se sigue transformando. Al fotografiar a los protagonistas en busca de mi recuperación hago el intento de recorrer de forma vivencial

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las alternativas de sanación como un mecanismo efectivo para conjurar la enfermedad, para volver sobre mis pasos —a la manera de Hansel y Gretel— y hacer de la fotografía el elemento que ate mi atención para desarmar y armar el rompecabezas con el único fin de hacer consciente mi proceso vivencial. Aunque casi todos los tratamientos dieron un cierto resultado, en diferente medida, ninguno fue concluyente. Es por eso que hoy me mantengo al margen de todos ellos, tan sólo conservo de algunos, de muy pocos, la experiencia y los elementos que me han probado su efectividad sin los efectos colaterales. Quizá ésta sea una actitud irresponsable, pero no quiero correr el riesgo de que los beneficios de unos terminen por enfermarme de algo más. Prefiero, eso sí, asumir las consecuencias a pesar de los inconvenientes que vivo a diario, como estar anclado nuevamente a una silla de ruedas. De cualquier manera, la práctica de la fotografía10 se ha mantenido constante y eso, entre otras cosas de índole personal y afectivo, me conservan con vida. Ciudad de México, 2008 / Marsella, Francia, 2010.

Enciclopedia Encarta, 2004. Astronomía corporal, El sur del sur, Marsella ciudad mar, El ser y la nada, Apuntes de viaje, Europa. 3 Un lugar en el mundo, El vagabundo inmóvil, Señales. 4 Apuntes sobre la piel, Apuntes de origen, París íntimo. 5 Octavio Paz, Piedra de sol. México: Fondo de Cultura Económica, 2007. 6 Joaquín Sabina, Balada de Tolito, 1985. 7 Luis Eduardo Bacigalupo. Fragmento de un comentario a Mateo 4:23-25, en http://corinto.pucp.edu.pe/bacigalupo/node/380/ [consulta: 8 de noviembre de 2010]. 8 Susan Sontag. La enfermedad como metáfora. 9 Pedro Tzontémoc, Pasaporte; apuntes de viaje. Medio Oriente. México: Luz Portátil, 2004. 10 Blogs: intramuros-extramuros. Bitácora visual 2009; http://pedrotzontemoc.blogspot.com/ Juego transatlántico, 2010; http://dominovisual.blogspot.com/ [consulta: 8 de noviembre de 2010]. 1 2

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Advertencia

El presente trabajo es un registro de mi recorrido en busca de la salud, en el que me he sometido a diversas terapias y alternativas de curación, un registro que responde al concepto de la fotografía vivencial en el que se basa todo mi trabajo. A lo largo de diez años tomé notas de cada procedimiento terapéutico y fotografías de los protagonistas. Es importante tomar en cuenta que los textos de los expedientes están basados en dichas notas y que responden a las primeras impresiones. Cada una de las experiencias aquí descritas —cada texto, cada imagen— es inherente a mi proceso existencial y, por lo tanto, toda apreciación es absoluta y necesariamente subjetiva o, como dijera Cyril Stanley Smith, La única verdad absoluta es: “depende”. Algunos protagonistas no fueron fotografiados por diversas razones explicadas en su oportunidad. En su lugar, realicé una fotografía con los elementos formales y sensoriales evocados por la experiencia.

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Dr. Alberto Monroy Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Osteopatía integral. Nervio ciático oprimido. Liberar el nervio afectado corrige las dolencias. Una sesión. De la nada, un dolor agudo en la zona lumbar me detiene. Dolor puntual y preciso en el eje de gravedad; pierdo la verticalidad y cualquier movimiento, incluso el respirar, duele en el mismo punto. Me inyectan vitamina B12 y su efecto mágico me permite llegar con el médico. Dos años atrás, en Egipto, una caída me produjo un dolor similar y durante este tiempo ésa fue mi única referencia. Premoniciones de mi presente, quizá... El doctor Monroy comienza con un masaje para calentar los músculos y liberar el nervio. Movimientos concisos hacen tronar los huesos al acomodarse. Con cada crujido el dolor se disipa y deja una especie de cicatriz sensorial; un dolor fantasmal. El nervio es liberado y aún adolorido salgo del consultorio sin ayuda. Poco a poco el cuerpo vuelve a la normalidad y camino sin problemas. Aún así, no me he sentido bien. Una extraña sensación de inmovilidad metafísica me detiene, me paraliza más allá del desplazamiento físico. Cuestiono mi vida y visualizo mi muerte, me sumerjo en la oscuridad. Los sucesos por venir me obligarán a tomar conciencia; algo no está del todo bien. Ciudad de México.

El doctor Monroy no me permitió fotografiarlo. Argumentó que ésta es la historia de un fracaso del cual no quería participar...

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Francisco Javier Díaz Vital Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Alineación de nervios (masaje linfático). La acumulación de emociones y caídas a lo largo de la vida ha generado problemas motrices. Una serie de masajes para alinear el sistema nervioso y destapar los canales de energía bloqueados puede hacer que el cuerpo reconfigure su memoria original. Tres sesiones. El masaje comienza sin preámbulo, pero Javier no deja de hablar sobre lo que piensa de la salud, de las enfermedades, del yoga, de los extraterrestres y de cuanta imagen, cultura o idea le pase por la cabeza. Lo intercala con la explicación de cómo es que los masajes lo pueden todo. Una vez iniciada la sesión no se sabe cuándo terminará. Es el propio organismo quien lo determina. Los minutos se hacen eternos y el dolor se confunde con el tiempo. Los nudillos presionan la espalda, el cuello, los brazos; las magulladuras van dejando hematomas en todo el cuerpo. Jugo de naranja y unas cuantas frutas cierran la visita. Completamente relajado, el camino de regreso se evidencia extraño al mirar con atención a través de la ventana del automóvil: un sillón a la orilla de la vía rápida, un gran barco vikingo con mujeres doradas en la azotea del table dance Minezota, esperan la llegada del océano para comenzar a navegar. Las imágenes se suceden unas a otras sin detenerse, se confunden y me quedo dormido. Ecatepec, Estado de México.

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Dra. Isela Fernández López Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Electroacupuntura. Ligera escoliosis lumbar. Corregir la desviación de la columna para rectificar la postura y atenuar sus consecuencias. Dos consultas a la semana por tres meses. Mis piernas siguen sin funcionar correctamente. Me siento inseguro al andar y al estar de pie. El entumecimiento de la pierna derecha, que me hace tropezar con frecuencia, y una descarga eléctrica que corre a lo largo de la columna vertebral me llevan al encuentro del primer diagnóstico médico en busca de soluciones, en busca del porqué... Después de las pruebas clínicas y de una radiografía se establece el tratamiento: agujas aplicadas en puntos determinados por el conocimiento ancestral de la acupuntura combinado con corriente eléctrica para activar los canales energéticos. La doctora Fernández clava las agujas, una a una, en la espalda y las piernas; coloca placas metálicas en el estómago, manos y plantas de los pies y deja fluir la electricidad de manera alterna: un cosquilleo recorre el cuerpo con efectos curativos que no duran más de dos días. Inyecciones de vitaminas y otras sustancias aplicadas directamente a los lados de la columna vertebral apoyan el tratamiento. Dejo la terapia cuando otro diagnóstico no previsto hace evidente que un tratamiento por una ligera escoliosis no era el adecuado. Ciudad de México.

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Doña Silvia Terapia Diagnóstico

Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Limpia. Preciso, sencillo y evidente: alguna mujer lastimada porque no se le cumplió una promesa ha hecho un entierro simbólico para provocar mi muerte. Favorable. Limpiar el espíritu utilizando un huevo que absorba la energía negativa y libere el alma del entierro ritual; masajes con ungüento de víbora de cascabel y veneno de abeja, baños con jabones mágicos y amuletos sellarán la curación una vez que el embrujo sea exorcizado. Cinco sesiones. Es difícil llegar a casa de doña Silvia. Las indicaciones son escasas y los nombres de las calles sólo existen en la memoria de sus pobladores, si acaso. Quizá el protocolo mágico comienza desde el momento en que uno se pierde para volverse a encontrar y, cuando parece que al fin se ha llegado, falta por subir una gran escalera que pende del vacío hasta alcanzar la habitación de los misterios. Un círculo de fuego me rodea y de inmediato sube la temperatura. La curandera se concentra en su papel, se desprende de sí misma para ir al encuentro del entierro y de quien encargó el trabajo. A pesar de las artimañas para esconderse, la invocación surte efecto y la cita se produce. Doña Silvia sabe de quién se trata, conoce su identidad que no quiere revelarme, pero tampoco quiero que lo haga. El tratamiento termina cuando el huevo entrega, finalmente, las vendas con las que fui amarrado. Cuautepec, Estado de México.

A doña Silvia le perdí el rastro cuando se mudó de casa, por ello me fue imposible fotografiarla.

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Dr. Francisco Roberto Munguía Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Urinoterapia. Esclerosis múltiple. A partir de la síntesis proteínica de la orina es preparada una vacuna que reordena y restablece el sistema inmunológico, que recupera su memoria saludable; estabiliza y corrige los problemas de desorden que devienen en una enfermedad. Renuevo la vacuna cada tres meses hasta la fecha. El doctor Munguía es un hombre sencillo, pausado, que me recibe en un pequeño consultorio en una habitación de su casa. Los niños hacen suyos los pasillos; sus juegos se escuchan por todos lados y esto aligera la tensión, me distrae, “lleva” mis pensamientos a otro lado. Es como estar en casa de alguna tía olvidada en mi infancia. Sin embargo, después de tantos años, me recibe en su nuevo consultorio construido ex profeso. No recuerdo la última vez que vi a un médico y ésta es casi una experiencia nueva. Se abre el expediente, el primero, y comienza la rutina; pruebas clínicas, exámenes de laboratorio, preguntas y más preguntas y, como resultado, la sospecha de una enfermedad progresiva, degenerativa... Sin embargo, no le doy importancia, el diagnóstico me es ajeno y las posibilidades son infinitas; cada persona que sabe de mi dificultad para caminar me ofrece alternativas. Aprendo a inyectarme y hasta el momento me aplico la vacuna con regularidad porque los resultados fueron evidentes. En una primera etapa el progreso de la enfermedad se detuvo, aunque los efectos no desaparecieron. Ciudad de México.

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Dra. María Dolores Díaz y Nieto Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Medicina general alternativa. La enfermedad no existe. Tan sólo es la manifestación corporal de diversos desórdenes; un desequilibrio entre el alma, la mente y el cuerpo; una llamada de atención para trabajar en uno mismo. Al modificar las causas que ocasionan los problemas de salud, los efectos desaparecen. Eventualmente, por más de tres años. Más que el consultorio de un médico parece el estudio de un alquimista: instrumentos extraños, una columna vertebral en miniatura yuxtapuesta al kundalini, libros, muchos libros y hasta un cráneo humano cubierto por una boina roja. Forma y fondo van de la mano, se reflejan el uno en el otro. Una terapia ecléctica, integradora, en la que casi todos los sentidos son estimulados. Luces de colores, el sonido del mar, un perfume que abre y cierra la sesión, la presión de los dedos en mi cuerpo y todo junto abre canales hacia las emociones, hacia la búsqueda de las causas. Traspaso la barrera, bajo la defensa con la que me protejo siempre y comienzo a recordar, a sentir lo que recuerdo. El rompecabezas de mi vida está desordenado y comienzo a darle coherencia; cuando logre colocar la última pieza habré resuelto el misterio y sanaré. Sin embargo, es un rompecabezas de arena que se modifica constantemente. Se me sugiere hacer una cita con el neurólogo... Ciudad de México.

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Carmen Di Chiara Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Lectura de café. “El problema es que te estás atacando a ti mismo”. Recuperar la calma, bajar la defensa con la que uno se protege de los demás puede ayudar a recuperar el equilibrio y, con ello, la salud. Si la prueba es superada, el camino se corrige. Una lectura. La señora Carmelita me recibe en la casa más antigua de Contadero, una casa de más de 200 años por la que parece que el tiempo no ha pasado. Hay desde viejas fotografías y recuerdos acumulados que trascienden la frontera del presente hasta señales de este tiempo que rompen el encanto: espejos octagonales, una figura de Buda, la Santa Muerte y, por supuesto, la Virgen de Guadalupe. El sincretismo más barroco hace que la santería y el feng shui se confundan. Un excelente café turco abre las puertas de los tiempos; el presente, el pasado y el futuro juegan entre sí para develar sus misterios. Comienzan a fluir nombres y sentencias, sucesos vividos y por vivir. Sedimentos de café que se traducen en palabras. Quien los descifra no mira a los ojos, nunca lo hace, al menos parece que mira un punto que está más allá del plano focal de mi mirada. La pregunta medular está en el aire y la respuesta llega con un diagnóstico preciso que los neurólogos confirman a su modo: un sistema inmunológico que desconoce y ataca al propio organismo. Ciudad de México.

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Dr. Arturo Violante Villanueva Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia

La experiencia

Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía. Vasculitis vs. esclerosis múltiple. Desfavorable. Los médicos se sorprenden por la velocidad con la que avanza la enfermedad y no dan esperanzas. Los síntomas, me dicen, se incrementarán hasta llegar a la discapacidad total: parálisis, ceguera, dificultad para articular el habla, trastornos cognoscitivos y, eventualmente, la muerte. Varias sesiones de exámenes y una consulta cada quince días para el seguimiento. Seis meses en total. Al cruzar el umbral del Instituto se tiene la impresión de perder la identidad. En un instante uno deja de ser quien es para ser el señor enfermedad diagnosticada. Horas de espera, un médico diferente a cada consulta, cientos de pacientes y, por ende, un trato impersonal e insensible. Al fotografiar al doctor Violante, como responsable de la consulta, un trato personal marca una diferencia. Se ordena la realización de estudios de los potenciales evocados, resonancias magnéticas de cráneo y columna, una punción lumbar para extraer líquido encefalo-raquídeo y más exámenes traumáticos. Finalmente me explican cómo es que actúa esta enfermedad crónica, degenerativa e incurable y lo que me espera. Mi vida se detiene y da un giro inesperado. No tengo opciones; el único tratamiento posible es invasivo y cada sustancia administrada tiene efectos secundarios nocivos. Huyo antes de morir de sugestión, de morir de diagnóstico. Ciudad de México.

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Soledad Huesca García-doña Chole Terapia Diagnóstico

Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Limpia chamánica. Un huevo fresco es el mejor recurso para determinar la causa del padecimiento y éste muestra sus secretos: varias mujeres a lo largo de mi vida terminaron por dejarme vacío hasta que el espíritu me abandonó. Se quedó en Europa, extraviado. Una limpia poderosa es necesaria. Será realizada a la orilla del mar con elementos tan diversos como limones, sal y azúcar, alumbre, un gallo negro y hasta unos litros de aguas negras; todo ello es imprescindible para desafiar al mal y recuperar el espíritu. Una sesión para el diagnóstico y otra para la limpia. Mi corazón palpita con fuerza, una ansiedad que duele en el pecho aumenta conforme me acerco al punto de reunión: un punto en la playa del que no puedo desviar mi atención. Pierdo el control total de mis piernas en el último tramo. Doña Chole enfrenta una batalla a muerte que se incrementa conforme va untando en mi cuerpo cada uno de los ingredientes de su receta increíble. La lucha es contra un ser invisible al que reta con el rostro cubierto, un machete de madera en una mano y un crucifijo en la otra. Sólo su hijo la asiste en este trance, aunque se mueve con dificultad y casi no ve; tiene esclerosis múltiple. Incomprensible incidente del universo que llamamos casualidad. Para terminar, un baño de mar y milagrosamente salgo caminando sin ayuda alguna. Cardel, Veracruz.

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Ing. Göetz Friedrich Bothe Terapia Diagnóstico

Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Rehabilitación neuromuscular Cu-Al. El cuerpo humano se divide en 24 sistemas que se relacionan con órganos centro-cerebrales. Cada uno de éstos representa un elemento químico que controla sus ciclos metabólicos. Un cambio permanente en la frecuencia de estos sistemas trae como consecuencia un cambio en la salud. Al colocar pequeñas placas de cobre y aluminio en lugares específicos de brazos y piernas, se polariza un sistema determinado para normalizarlo y el cuerpo recupera la capacidad para combatir las enfermedades. Aplicación diaria durante tres meses. Es un placer mirar el Tepozteco; es casi una terapia por sí mismo, pero, en esta ocasión, sólo es la antesala para otro tratamiento. La rutina comienza al ser recibido por una joven que hace las veces de enfermera. Registra mis datos, mide la corriente eléctrica de mis brazos y piernas, toma notas... El ingeniero Göetz espera en un consultorio rodeado de jardín. Parece un consultorio de campaña, de esos que alguna vez fotografié en la zona de guerra de El Salvador. El sol se filtra entre la vegetación, el viento cruzado aligera el calor del semitrópico y ahí me da las indicaciones del tratamiento. Al colocarme las placas humedecidas en agua salada, los músculos responden de inmediato con pequeños temblores y nada más; después, todo sigue igual. Tepoztlán, Morelos.

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MC Érick Estrada Lugo Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Salud natural. Intoxicación general que afecta la función correcta del sistema inmunológico. Al eliminar los componentes tóxicos de la alimentación y realizar una limpieza extrema del organismo es posible restablecer las condiciones para la salud. Diario durante tres meses. El pequeño laboratorio del departamento de fitotecnia de la Universidad Autónoma de Chapingo, casi perdido en el campus universitario, es el responsable del servicio de plantas medicinales y salud natural. Se trata de un programa que investiga las propiedades curativas de la flora tradicionalmente utilizada en México, una importante herencia que aún no ha revelado todos sus secretos. La terapia consiste en una dieta rigurosa, vegetariana en 90 por ciento, acompañada de infusiones y licuados preparados con diferentes extractos de las plantas seleccionadas para cada caso, los cuales son suministrados varias veces al día y con horarios precisos. Se complementa con una vacuna homeopática, realizada por cada paciente, con sangre propia (se proporcionan todas las instrucciones) y, para llevar un control efectivo, se hacen exámenes sanguíneos cada 45 días. Hago todo lo que se pide, exceptuando la vacuna, ya que me aplico otra potencialmente similar. Como muchas otras, ésta es una terapia esclavizante, ocupa gran parte de mi tiempo y, aun así, no me hace olvidar la enfermedad. Texcoco, Estado de México.

Intenté fotografiar al MC Estrada en varias ocasiones, pero siempre me dejó esperando. Tan sólo pude hacer un registro de su espacio de trabajo.

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Dr. Francisco Ortega Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Quiropráctica. Un nervio comprimido puede ocasionar problemas de movilidad severos, incluso la parálisis. Para aliviar los dolores y recuperar la movilidad es necesario liberar el nervio comprometido. Ocho sesiones. Otro especialista, otro diagnóstico. Cada quien mira lo que quiere ver. Los mismos síntomas son interpretados de diferente manera desde la perspectiva de cada especialidad curativa; nadie es objetivo, todos somos subjetivos. Adquiere sentido aquella frase que dice que un especialista es aquel que sabe absolutamente todo de absolutamente nada... Si partimos de la premisa básica en la que se sustenta la quiropráctica, donde se establece que una inteligencia natural del cuerpo para la autocuración puede verse limitada por un bloqueo vertebral, entonces es razonable pensar que mi problema puede resolverse con una serie de masajes. El doctor Ortega, quiropráctico, lo cree así y comienza con la terapia. Los huesos crujen al ajustarse, poco a poco retoman su posición natural, pero es necesario repetir la terapia hasta que la memoria del cuerpo registre los cambios. Después de cada sesión me queda claro que los masajes relajan y liberan la tensión corporal, pero no tienen efecto directo sobre la causa que me trajo aquí. Inyecciones de citicolina complementan el tratamiento. Ciudad de México.

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Rashna Imhasly Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Rashna no vive en México. Regresa eventualmente para impartir

Constelaciones familiares. Innecesario para esta terapia. Por medio de esta terapia de grupo, en la que se aborda una problemática personal, es posible detectar y solucionar algunos aspectos de nuestra historia personal. Una sesión. Mostrarse, desnudar el alma, exponer la intimidad profunda; entre dos se entiende, pero en público me parece un acto pornográfico de mal gusto. Es por esto que, al ver cómo se desarrolla la conferencia práctica que Rashna imparte, decido no intervenir. Mi padre sí lo hace y comienza con una selección arbitraria de entre los asistentes, a los que les asigna un papel para interpretar a su familia de origen; soy testigo de reacciones sorprendentes, considerando que nadie se conoce entre sí. Hilos invisibles tejen una red de comunicación. Campos macrobióticos, nos comentan. En cierto momento se me pide que participe, en mi propio papel, y no puedo negarme. Los acontecimientos permiten una lectura y Rashna establece que mi enfermedad es porque he asumido karmas que no me corresponden... El universo como campo continuo de energía que explica que el todo sea uno: concepto simple para la razón, pero tan increíblemente difícil de aprehender vivencialmente; ambivalente concepción de la realidad que nos sumerge en la esquizofrenia cognoscitiva. Ciudad de México.

algún taller, pero no hemos coincidido desde que comencé a fotografiar sistemáticamente a los protagonistas del proceso curativo. Cuando le comenté de este trabajo, ofreció enviarme una fotografía, pero eso no me sirve.

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Dr. José López Zertuche Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Simpatología. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Esta terapia actúa sobre el sistema simpático, es decir, aquel que regula los órganos de funcionamiento involuntario, por lo que es poco probable que tenga un resultado efectivo con la enfermedad diagnosticada. Una consulta. A pesar de la honesta advertencia del doctor López Zertuche, me someto al tratamiento. De cualquier manera ninguna terapia ha revertido los efectos de la enfermedad y prefiero apostar a la búsqueda, abrir las posibilidades en ese juego de azar y sonámbulos que es la ciencia, tal como la describe Arthur Koestler, en donde los errores y las coincidencias, la intuición y la obsesión, han contribuido al avance del conocimiento de manera más contundente que el aferrarse a las ideas establecidas o que, en el peor de los casos, someterse a los intereses de los productores de medicamentos. El procedimiento inicial es el mismo: preguntas y respuestas, la apertura de un expediente más y una breve explicación antes de iniciar el tratamiento. Me recuesto cómodamente mientras el doctor se prepara. A la voz de “no te muevas, no tragues saliva”, una aguja comienza a entrar por la base frontal de mi cuello, siento cómo penetra hasta la tráquea, la atraviesa y sigue su curso hasta llegar a la tiroides donde se inyecta el medicamento. Es demasiado para mí, no asisto a la siguiente consulta. Ciudad de México.

55



Ana Coudurier Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Regresión a vidas pasadas. Innecesario para esta terapia. Mediante una regresión es posible adentrarse en vidas anteriores e identificar problemas no resueltos, revivirlos y darles solución para que no interfieran en la vida presente. Cuatro sesiones. Un ambiente tranquilo, casi místico, envuelve el espacio de trabajo de Ana Coudurier. Después de explicarme el procedimiento, mi principal preocupación se centra en ese muro de protección que he construido para no ser lastimado o no exponer mis debilidades. Sé que, al no ser hipnotizado, será muy difícil permitirme traspasar la barrera. Aun así lo intentamos. No logro visualizar nada en la primera sesión. En las siguientes me dejo llevar por la imaginación e invento historias increíbles, aunque tengo claro que es un juego de libre asociación, que en cierto momento se sale de mi control. Historias divertidas, dolorosas, sensuales que terminan por mezclarse. Los personajes establecen nuevas relaciones e intercambian continuamente su identidad. La frontera entre la realidad y lo imaginario termina por fundirse. Un viaje por la memoria transpersonal acumulada en cada uno de los átomos que hoy me conforman, un viaje por la memoria del universo. Sin embargo, no puedo quitarme la sensación de haber sido yo quien escribió las historias. Ciudad de México.

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Rodolfo de la Rosa Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Poder de la oración profunda. Una mujer despechada ha ocasionado el daño. Materializar el daño y extraerlo del cuerpo. Tres sesiones. Horas de espera anteceden el encuentro con Rodolfo de la Rosa, a pesar de tener cita, como si se pretendiera romper con la dinámica externa e inducir a la introspección. Esperamos casi en silencio, inmersos, cada quien, en lo que nos trajo hasta aquí. El plazo se cumple. Escucho mi nombre. Sin preámbulo y sin explicaciones entrego el huevo al que yo mismo le escribí mi nombre con tinta indeleble un día antes. Escéptico, perspicaz, no lo pierdo de vista mientras que, acompañado de rezos y plegarias, es frotado contra mi cuerpo hasta que, frente a una pequeña mesa en la que sólo hay una lamparita, se vierte el huevo en un vaso con agua. Momento en el que la lógica da un vuelco, se pierde a sí misma porque del huevo sale un listón negro con forma humana que alude a mi entierro; enmudezco a pesar de estar callado. Un cascarón con mi nombre se burla de mí. En las próximas visitas el procedimiento se repite, idéntico, pero con diferente resultado. La segunda vez una gran cantidad de aceite se materializa en el vaso; los santos óleos con los que me han estado ungiendo, se me explica. En la última sesión nada, simplemente un vaso limpio en el que flota el contenido de un huevo... Ciudad de México.

Quedé como novia de pueblo, vestido y alborotado, al intentar fotografiarlo en varias ocasiones, a pesar de haberme ofrecido una sesión exclusivamente para ello.

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Dr. Eduardo Aguilar González Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Medicina integral-homeopatía. La esclerosis múltiple es la enfermedad de moda. Su diagnóstico es tan evasivo que cualquier síntoma coincidente es interpretado prematuramente; la parte se convierte en el todo. Identificar la causa y afrontarla; actuando en consecuencia los efectos tienden a desaparecer. Tres meses. Todo mundo conoce a alguien que conoce a otro alguien que fue curado milagrosamente. Las opciones se multiplican y las posibilidades pueden ser infinitas, pero —en este caso particular— soy yo quien conoce a ese alguien quien perdió la vista parcialmente y que, después de haber recibido una inyección de cortisona directamente en el nervio óptico, juró no volver al Instituto Nacional de Neurología. Fue así como se encontró con el doctor Aguilar y desde entonces no ha tenido recaídas. Me pongo en contacto con él y su presentación resume su personalidad y postura. “Soy médico cirujano, pero no lo vuelvo a hacer”. El tratamiento consiste en atacar la causa de la enfermedad y no sus efectos; la homeopatía es el eje de la terapia, flores de Bach, radiestecia y reiki lo complementan. La enfermedad no remite pero ciertamente me prepara para el viaje que estoy por realizar y que terminará siendo el más largo, en distancia, que haya realizado por Europa hasta ese momento. Ciudad de México.

61



Hermana L. Montero Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Operación astral. Innecesario para esta terapia. Una operación a la distancia en las áreas afectadas puede ayudar. Si la causa es eliminada, el efecto debe desaparecer por completo. Una sesión. Un encuentro previo para visualizar el problema y acordar el día y la hora precisos de la operación a distancia; dos personas reunidas en dos lugares distintos al mismo tiempo. Se requieren ciertas condiciones para establecer contacto: soledad, silencio, luz tenue, inmovilidad total, mente en blanco, y algo comienza a suceder. Entro casi de inmediato en un estado de vigilia en el que no me siento tranquilo; hay muchas presencias en la habitación, las escucho murmurar y comienzo a tener un dolor puntual en la zona lumbar. Me quedo dormido. Sugestión o no, no lo sé, lo único tangible es que al día siguiente orino sin parar. Mucho antes de que los teóricos de la física cuántica fuesen testigos incrédulos de una partícula capaz de estar en dos lugares al mismo tiempo, las religiones lo sabían y algunas personas viven, trabajan... curan con ello. Cuando se confirman científicamente conceptos como la omnipresencia, cuando la Santísima Trinidad encuentra analogía racional en el triple estado de la materia, es porque la serpiente ha comenzado a morderse la cola. Ciudad de México.

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Dr. Jean Pelletier Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Neurología-análisis viral. Esclerosis múltiple vs. contaminación biológica. Reservado hasta conocer el resultado de los exámenes. Dos consultas. Mi estancia en Marsella no estaría completa sin la visita a un médico, una experiencia que ya me está resultando demasiado cotidiana. Una triangulación de amistades propicia el encuentro con el doctor Jean Pelletier en buscar una segunda opinión. En la primera consulta se duda del diagnóstico oficial y se sugiere la posibilidad de haberme infectado con una bacteria durante mi viaje a Egipto. Me propone repetir todos los exámenes y, para ello, me ofrece la opción de hacer uso de un seguro de emergencia médica para el viajero que ofrece Francia, pero antes quiere ver mi historia clínica como referencia. Mientras los estudios llegan de México, se realizan las pruebas de laboratorio, en busca de algún indicio de parásitos. Con todos los elementos reunidos me presento a la segunda consulta, anímicamente preparado para internarme unos días en el hospital y a cambio, tras una breve revisión a mi historial, el médico sentencia: esclerosis múltiple. Hoy sé que no sólo una bacteria puede ocasionar parálisis, sino también el virus del Nilo occidental o el piquete de una garrapata. A todo ello he estado expuesto y nadie ha contemplado estas opciones. Marsella, Francia.

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Carlos Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Sanación católica. Innecesario para esta terapia. Si las indicaciones se siguen con una fe absoluta, el milagro se produce y la curación es inminente. Una sesión. La necesidad de creer es tan apremiante para la sobrevivencia como la de satisfacer los instintos primarios: el hambre, la sed, el sexo. Necesitamos creer para conectar nuestra existencia a la divinidad y aliviar esa sensación de orfandad cósmica que nos aqueja desde que fuimos expulsados del Paraíso. Necesitamos creer y lo hacemos sin cuestionamiento. Los dogmas se suceden; decir que algo ha sido comprobado científicamente hoy equivale a la incuestionable palabra de Dios en la Edad Media. Asisto a un antiguo estacionamiento transformado en templo en donde los símbolos y los recursos de la fe se confunden. Cada ceremonia de sanación individual se desarrolla inicialmente frente a todos los asistentes, el rumor de las plegarias invade el espacio. En un cuarto aparte me desvisto para ser bañado con petróleo; veladoras encendidas me rodean, lo verdaderamente milagroso es que no provoquen un incendio. No sigo las indicaciones ordenadas para los próximos tres días, me hace falta el ingrediente principal: no tengo fe porque la razón incluso se sobrepone a los argumentos mismos de la razón. Ciudad de México.

No se me permitió dar ningún dato sobre él ni sobre su ubicación, por lo que me limito a su nombre de pila. Por supuesto, tampoco accedió a la toma de fotografías.

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Alejandra Martínez Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Biomagnetismo-magnetoterapia. Múltiple. El cuerpo, gracias a la estimulación magnética, es el que establece el diagnóstico. Al cambiar la polaridad biomagnética del organismo se modifica el PH para erradicar los elementos patógenos que pudieran afectar la salud. Doce sesiones. La física y la metafísica se unen en esta terapia: recostado boca arriba, talones alineados, imanes extraídos de potentes amplificadores son colocados en puntos precisos y, en silencio, Alejandra se comunica con el cuerpo y lo interroga para saber si es una bacteria, un virus o una lesión la causa de la enfermedad y para determinar qué órgano está afectado y desde cuándo. Puede hacerle cualquier pregunta y el cuerpo responde al contraerse la pierna derecha. Entonces se aplican imanes por pares hasta que los talones vuelven a alinearse. El procedimiento se repite cuantas veces sea necesario y la terapia tiene sus efectos que se expresan en la ambivalencia de un profundo cansancio o la energía extra producto de cierta mejoría. Los antecedentes de esta terapia provienen de muchas culturas: Aristóteles, Plinio, Galeno, Avicena, entre otros, documentan las propiedades curativas de los imanes. Las referencias continúan a lo largo de la historia hasta que, a mediados del siglo XX, el interés por este conocimiento aumenta en varios países. En México, el doctor Isaac Goiz, entre otros, lo desarrollan. Ciudad de México.

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Ing. Víctor Vargas Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Isomerismo inducido-fototerapia. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Al isomerizar las estructuras moleculares se aumenta la energía disponible en las células; el grado de recuperación depende del tipo de alteración. Cada estructura molecular tiene un espectro de absorción, por lo que es importante el empleo de un equipo con el diseño y ajuste adecuados para el caso a tratar. Una vez a la semana por seis meses. El ingeniero enciende las lámparas, una a una, y la habitación se transforma en un escenario de luz, de luz verde. Una cierta vibración permanece constante durante todo el tratamiento que consiste en exponerse a la luz durante un poco más dos horas por sesión. Este tiempo es suficiente para que la mente juegue sus propios juegos y en el camino de las asociaciones absurdas me descubro evocando las películas futuristas de mi infancia: naves espaciales de hojalata, computadoras imposibles, el Santo, venusinas que seducen al Piporro, Juan Orol... ficción y realidad dejan de distinguirse plenamente. Las luces hacen efecto, o quizá lo que produzca el efecto curativo es ese tiempo con uno mismo, a un ritmo diferente del que impone la ciudad. La terapia termina y uno recoge la imaginación, como quien enrolla el hilo del papalote que echamos a volar. El camino continúa y la agitación de la calle vuelve a tomar el control. Ciudad de México.

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Alberto Margain Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Masaje energético. Un breve análisis del comportamiento del cuerpo durante el masaje le permite determinar que la causa no es neurológica, sino mecánica; es decir, algún nervio oprimido impide una movilidad adecuada. Se vuelve, así, al primer diagnóstico. Liberar el nervio y corregir las condiciones corporales para asegurar su buen funcionamiento. Una sesión. “El hábito no hace al monje” y, sin embargo, Alberto Margain es un indiscutible representante de la nueva era: viste de blanco, algunos cristales cuelgan de su cuello, tiene el cabello ligeramente largo y barba abundante. Más que un masaje, la terapia consiste en estimular los músculos. De su respuesta dependerá el tratamiento; para averiguarlo se colocan ciertos cristales sobre la columna vertebral y sus ramificaciones nerviosas. Una serie de sonidos generados con una especie de diapasón oriental hace vibrar los cristales y, en una de esas ecuaciones invisibles, se determina que el problema debe ser atendido de otra manera, por otro especialista. Me sugiere entonces que vayamos a ver, en ese momento, a León Rojas Alfaro, un huesero vidente con las facultades apropiadas para este caso. Algunas veces una terapia es tan sólo el atajo que conduce a otra terapia y, así, cumple con una función en el camino de la salud. Ciudad de México.

Me fue imposible fotografiar a Alberto Margain. Perdí contacto con él cuando se mudó del consultorio donde lo conocí.

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León Rojas Alfaro Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Masajista-huesero. La cadera está cerrada oprimiendo al sacro y los nervios que conducen información a las piernas. Asimismo, la energía vital se escapa por la cabeza en lugar de enfocarse en los puntos donde es requerida para mantener la salud. Una sesión para corregir la postura de la cadera y otra más para sellar la fuga de energía y canalizarla. Dos sesiones. Se sabe que se ha llegado a la dirección indicada porque una larga fila de gente, esperando su turno, lo anuncia. El señor León, cada vez vestido con el uniforme de un equipo de futbol diferente, nos recibe uno a uno en un patio cubierto de ropa limpia tendida al sol. Las curaciones se realizan en un lugar muy pequeño y casi todo está ocupado por un altar tan lleno de imágenes que la atención se desvía naturalmente; pareciera que cada una tiene un significado más allá del que la religión le confiere y seguramente así es porque una comunicación invisible se establece entre el arriba y quien tan sólo es un intermediario para la curación. El mandato es claro: aquí no se busca hacer de los pacientes una clientela y dos encuentros tendrían que ser suficientes para sanar. Una mano en la espalda, una sola presión y el sonido seco de los huesos ajustándose sin dolor. La consulta termina con resultados evidentes, aún así no me recupero por completo. Ciudad de México.

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Dr. Carlos Díaz Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Apiterapia. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Detener el avance de la enfermedad como primer objetivo y, a largo plazo, lograr la recuperación de la función motriz. Una vez a la semana durante seis meses. La farmacia del cielo, como llamó Hipócrates a las abejas, ha descendido hasta aquí, donde varios pacientes son atendidos simultáneamente mientras cientos de abejas esperan su muerte inevitable. Morirán al inyectar su veneno. Sacrificio justificado, afirman quienes reciben los beneficios. La primera visita tan sólo es para determinar la tolerancia al tratamiento: tres piquetes son suficientes para descartar una alergia y en cada sesión la dosis se incrementa hasta llegar a más de cien aplicaciones por encuentro. La disposición del consultorio abierto permite la tertulia: cada paciente comenta sus dolencias y las virtudes del tratamiento, también hay algunas expresiones de dolor al recibir los piquetes que el doctor provoca en puntos específicos relacionados con la acupuntura. Ahí, cada aguijón se mantiene con vida, libera la toxina, aun después de ser desprendido de la abeja. La cortisona natural del organismo se activa, y el efecto antiinflamatorio de los componentes del veneno hace efecto. Una sensación profunda de relajación se mantiene por el resto del día. Ciudad de México.

77



Dr. Eduardo Briseño Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Neurología. Esclerosis múltiple. Reservado. Sin embargo, el avance de la enfermedad está detenido e incluso la respuesta clínica ha mejorado de acuerdo con los exámenes realizados dos años antes en el Instituto Nacional de Neurología. Dos consultas. Me han convencido de ver a un nuevo neurólogo con el argumento de dar una segunda oportunidad. Al parecer el doctor Briseño tiene una postura flexible y más abierta respecto a la medicina. El procedimiento se repite: más preguntas, nuevas resonancias magnéticas en las que no se encuentra nada, por lo que, una vez más, se duda del diagnóstico oficial. Entonces se revisa el primer expediente para establecer los cambios. Después de las pruebas clínicas en este consultorio, el doctor sólo atina a decir que algo en las terapias tomadas (sin poder determinar cuál de ellas) ha dado resultado; así que —como única receta— me recomienda seguir escuchando a la intuición. Y esto es precisamente lo que hace la diferencia entre éste y los primeros neurólogos de mi vida. El doctor pregunta cuál de las terapias recibidas me parece la más oscura. Respondo sin dudar que la neurología, porque no conoce las causas ni la cura de esta enfermedad, a diferencia de las otras que, a pesar de no haberla curado, saben el porqué y el cómo. Ciudad de México.

79



Dr. Genaro Juárez Silva Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Rehabilitación muscular. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. El cuerpo compensa, se adapta, busca contrarrestar las dificultades de movimiento y, por ello, adquiere vicios que es posible corregir con terapia física. Dos veces a la semana durante cuatro meses. Primera terapia concentrada exclusivamente en los efectos mecánicos de la enfermedad: pequeñas rutinas de ejercicio realizadas una y otra, y otra vez, que a fuerza de repetición intentan fijar nuevos patrones de movimiento. Son un ejercicio físico dirigido a restablecer la memoria muscular para reaprender a caminar... Vaya ironía. Después de tantos pasos a los que les di una libertad casi autónoma, después de concebir a mis pies como el eje a partir del cual todas las direcciones son posibles, después de haber trazado mi propia ruta, una ruta cuantitativa en la distancia, cualitativa en la memoria... En circunstancias como ésta es cuando mi abuela podría decir que “recordar es vivir”; sin embargo, cada vez que doy un paso apoyado en las barras paralelas me miro en el espejo de cuerpo completo que está frente a mí y recuerdo, sí, pero el recuerdo es doloroso porque me proyecta al futuro. Recuerdo mis pasos, mi libertad, mi independencia; conceptos que tendré que redefinir necesariamente para trazar otro camino. No sé cuál, pero alguno que me permita seguir andando, aunque no pueda caminar. Ciudad de México.

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Dra. Mari Carmen Landa Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Videncia. Aura desequilibrada, el lado izquierdo está totalmente oscuro y debilitado. No existe un daño significativo y, aunque el desequilibrio energético se manifieste en mis piernas, en realidad todo está bien, nada es grave, nada que no tenga solución. Una sesión. La doctora Mari Carmen, médico cirujano y vidente invidente, me mira fijamente con sus ojos ciegos. El punto focal de su mirada se detiene un instante en mis ojos para luego enfocar un punto que no logro determinar y, sólo entonces, hace el diagnóstico. En otra habitación, prácticamente vacía, se lleva a cabo la ceremonia de sanación. Mis sentidos son estimulados con olores y sonidos, con el roce constante de un manojo de plumas de águila en todo el cuerpo. Al terminar, la doctora me pide que camine, hago el intento de tomar mi bastón y me lo impide; exige que camine, me urge a hacerlo, me insiste, me presiona. Olvido el bastón y me levanto sin ayuda, doy algunos pasos, otros más hasta percatarme que lo hago sin apoyo. Al salir me pregunto para qué alguien que no ve las cosas que otros vemos necesita elementos decorativos, sobre todo, cuando su sola sonrisa es suficiente para embellecer su entorno. Hermosa sonrisa que hace aún más hermosas las caritas sonrientes de la cultura totonaca. Xalapa, Veracruz.

83



Anónimo Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Nunca más volví a ese lugar. Perdí el contacto, la dirección

Limpia espiritista. Mi espíritu está secuestrado por una mujer que ha hecho un trabajo para provocarme la muerte. Fuerzas ocultas y poderosas impiden revelar su identidad. Identificar, por medio de los sueños, a la mujer y negociar con ella los términos de mi liberación. Una sesión. Algunas veces los caminos están abiertos, dispuestos a ser recorridos; en cambio, otras veces, obstáculos invisibles dificultan el tránsito. Llegar, simplemente llegar hasta la vivienda en donde se realizará la limpia nos obliga a deambular en torno a un punto desconocido en el oriente de la ciudad de México. Círculos concéntricos cada vez más pequeños nos acercan y nos alejan del objetivo, las calles se repiten una y otra vez y no damos con la dirección correcta; pareciera que se nos impide llegar. Finalmente, después de horas de búsqueda, llegamos al lugar por el cual habíamos pasado ya en varias ocasiones sin siquiera percatarnos. Encuentro todo tan difuso que suelo pensar que pudo tratarse de un sueño muy real o de un falso recuerdo. No importa, aún así lo tengo en la memoria. En un recinto oscuro se hace una lectura de mi cuerpo no corporal. Se me rocía un líquido de olor penetrante para iniciar el ritual y comienza una larga y difícil negociación con las fuerzas involucradas, para lograr el regreso de ese ente que ocupa el mismo espacio físico de mi cuerpo... Ciudad de México.

y hasta olvidé el nombre de la mujer que realizó el trabajo. Busqué el lugar para tomar las fotografías, pero me fue imposible encontrarlo.

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Cecilia Martínez Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia

La experiencia

Curación a distancia-cristaloterapia. Enfermedad producto de muchos bloqueos en varios niveles. No es karmática. Debido a que la enfermedad no es producto del karma, la cura es posible. En caso contrario no habría posibilidad de sanar. Al parecer, la salud está cerca. Una sesión en persona e indeterminadas sesiones a distancia. Hacía tiempo que era tratado a distancia sin que yo lo supiera. Finalmente, en fecha y hora precisas, se da un encuentro personal: la noche del 31 de octubre es adecuada para congregar a los espíritus que intervendrán en mi curación. A la luz de varias velas y en silencio comienza la sesión. La iluminación produce varias sombras que se proyectan en la pared como si todo se multiplicara a sí mismo. Me concentro en esa danza efímera y mi conciencia se desvanece lentamente, se pierde. Mientras tanto se realiza una reunión a la que asisten mis muertos: mi madre, mis abuelos y otros más. Un determinado espíritu me realiza una operación. Se concluye que mi obsesión por viajar responde a que tengo que encontrarme con gente que he conocido en otra vida, lo que abre la posibilidad de corregir malos entendidos. Queda pendiente encontrar la relación que existe entre la edad en que murió mi madre y la que yo tenía al enfermar, sin duda hay una coincidencia... Ciudad de México.

Desde el principio se me dijo que no habría toma de fotografías, así que únicamente queda el testimonio de esta experiencia.

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Dra. Hulda Clark Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Frecuencia eléctrica. Esclerosis múltiple causada por parásitos que dañan el cerebro y la columna vertebral. Eliminar de inmediato los parásitos con el generador de frecuencia eléctrica (zapper) con un rango establecido entre los 434 y 421 khz. Habrá que cumplir con ciertas restricciones alimenticias para asegurar el éxito e impedir el regreso de los parásitos responsables. Media hora, tres veces al día durante seis meses. Una más de las tantas terapias aconsejadas por los tantos amigos preocupados por mi salud. Así es como llega a mí este pequeño aparato que se presenta como “la cura de todas las enfermedades”. No hay contacto personal con la doctora Clark. Las relaciones pierden identidad con el uso de la Internet y, sin embargo, son posibles gracias a la misma. Arma de dos filos, este fenómeno de la globalización. El generador de frecuencia eléctrica, el instructivo y un folleto con indicaciones puntuales para algunas enfermedades llegan por mensajería. Comienzo el tratamiento de inmediato. El zapper se enciende; un ligero cosquilleo comienza a fluir entre mis dedos, avanza por las manos y la analogía con los tradicionales toques de las cantinas llega naturalmente. Quizás aquéllos no son curativos, pero acompañados de una cerveza son mucho más placenteros. Vía Internet.

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Doña Lourdes Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Limpia. El lugar donde se vive se vicia con nuestra presencia y las de quienes nos rodean. De nada sirve sanear la propia energía si el ambiente cotidiano se mantiene contaminado. Al limpiar el espacio habitado y eliminar los aspectos malignos se evita la retroalimentación negativa. Una sesión. Al llegar, doña Lourdes comienza a disponer de los elementos para hacer su trabajo: carbón y anafe, hierbas y chile seco, alumbre... Las brasas se encienden. El humo blanco y penetrante que produce el chile al quemarse comienza a expandirse, alcanza cada rincón del pequeño estudio donde vivo y llega más allá; mi cuerpo como analogía, a imagen y semejanza de mi casa, resiente los efectos del ritual. Es imposible detener el humo que entra por mi nariz y boca y que invade mis pulmones. Empiezo a toser y de mis ojos salen lágrimas; me supongo que, de la misma forma, doña Lourdes expulsa lo que vino a expulsar. Ningún rincón queda libre de humo. Con el anafe en mano hurga en cada recodo en busca de la presa acorralada que no tiene escapatoria, hasta que se abren puertas y ventanas para dejarla salir. Se respira un aire nuevo. Es difícil saber el efecto de este círculo vicioso de energías que se contaminan, pero lo cierto es que yo fui el expulsado: desde entonces no vivo en Acopilco. Acopilco, D.F.

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Dra. Teresa García Villarreal Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Medicina ortomolecular. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Mediante el consumo de sustancias vitales, como enzimas, aminoácidos y más, se pretende nutrir al organismo para restablecer los niveles saludables. Tres meses. El local de la Universidad Mexicana de Medicina Ortomolecular es un centro de aleccionamiento y venta. En uno de los salones se proyecta un video con las virtudes de esta medicina. La asistencia es nutrida porque la necesidad es mucha. Un grupo de promotores, eso sí con bata blanca, insiste y motiva, responde las dudas y promete salud. Después, se nos canaliza con un “especialista” para un trato personal. Quien me atiende no tiene idea de lo que es la esclerosis múltiple, pero es un buen vendedor y salgo de ahí con varios productos: todos desagradables al gusto. Los tomo hasta agotar su contenido y no vuelvo por más. Una investigación superficial sobre esta medicina me deja ver que el tratamiento va acompañado de constantes y sofisticadas pruebas de laboratorio que aquí nunca se mencionaron. Soy consciente de mi irresponsabilidad al someterme a cuanta opción se me presente casi sin medir las consecuencias. La salud es un negocio, se especula con las expectativas, con la desesperación y, más grave aún, se cancela el potencial de las diferentes propuestas curativas. Ciudad de México.

No fotografié a la doctora García Villarreal porque no la conocí; sin embargo, fue quien desarrolló los productos del tratamiento. Tampoco fotografié al personal que me atendió porque sólo fueron distribuidores y no terapeutas en esta experiencia.

93



Carlos de la Garza Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Desintoxicación celular. Innecesario para esta terapia. Con el uso constante del desintoxicador celular se mejora significativamente la calidad de vida de los enfermos, sea cual sea el mal que padezcan. Utilización continua durante seis meses. Una pequeña nota de apenas dos líneas entre los anuncios clasificados del Segunda Mano da cuenta de este particular dispositivo. Como única referencia aparece un número telefónico al que llamo por mayor información y termino haciendo una cita con Carlos de la Garza. Nos vemos afuera de un café al Norte de la ciudad. Termina de convencerme cuando me pide un cigarro al cual pone en contacto con el desintoxicador por unos segundos y uno de mis Delicados sin filtro se transforma en un cigarro light. No es que pretenda echar a perder mi tabaco, pero es una prueba contundente de que este invento ruso de manufactura mexicana tiene una acción sobre la materia. No tengo idea de cómo este aparato elimina las toxinas, de cómo una combinación de elementos químicos dentro de un contenedor metálico puede tener efectos curativos, pero cada vez que me encuentro con una nueva terapia, con ella aparece la expectativa de su eficacia. Dejo de usar el desintoxicador porque no percibo resultados claros. Quizá no le doy el tiempo necesario, pero la acumulación de opciones lo hace complicado. Estado de México.

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Don Filemón Contreras Chacón Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Curandero tradicional. Los músculos están lesionados por la gran cantidad de basura que se acumula cada vez que alguien desea un mal y uno permite ser dañado. Masajes y oraciones pueden extraer el mal del cuerpo y revertir sus efectos. Dos sesiones. Viajar es un placer, aunque sólo dure unas cuantas horas: la luz del sol hace de los mil verdes que nos rodean un calidoscopio. Un río violento y caudaloso marca el fin del camino. La frescura de la casa contrasta con el intenso calor húmedo del exterior y, así, la espera es más agradable. Don Filemón tiene más de 90 años (cura desde los catorce); ya no escucha bien, lo que hace difícil la comunicación; sin embargo, sus manos son fuertes y su lucidez impecable. Después de una auscultación con yerbas y aceites, se establece que son necesarios al menos tres encuentros. Y es que al parecer el daño está muy arraigado. Me recuesto en un pequeño catre tejido con mecate y recibo la primera curación. El mal se materializa en arena fina que sale de mis piernas, dolorosamente. La tercera visita se ve frustrada porque don Filemón está paralizado; una embolia le inmoviliza la parte izquierda del cuerpo. La duda flota en el aire. Es inevitable pensar que la magia reviró para afectar a quien buscaba extraerla. Fin del tratamiento... Jalcomulco, Veracruz.

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José Becerril Gómez-don Pepe Terapia Diagnóstico

Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Medicina espiritual. La constante se mantiene: alguna mujer lastimada en su amor propio ha hecho uso de la brujería; el objetivo: la muerte física. Para ello se realizó un entierro simbólico a partir del cual un ente del inframundo toma el control para provocar la muerte del cuerpo y el alma. Por medio de limpias y rituales adecuados se buscará al ente que ha tomado posesión y se le obligará a indicar el lugar en donde se enterró el hechizo. Habrá que negociar su entrega; entonces, el mal quedará conjurado. Quince sesiones. Llego con don Pepe en el peor momento: hace algunos meses que no logro dar un paso. Mis pies están tan hinchados que es mejor reírse de ellos y el dolor, un dolor constante e insoportable, ni siquiera me permite dormir. De la misma manera como funcionan los antibióticos, una vez iniciada esta curación metafísica no puede ser suspendida hasta que el problema sea resuelto. El doctor espiritual utiliza todos sus recursos: círculos de fuego que chispean sin lógica alguna, azufre que se transforma en extrañas figuras al ser quemado, inyecciones virtuales y agua enriquecida con poderes del más allá le dan forma a esta lucha contra lo invisible. Efectos reales que provienen de un mundo intangible: lo cierto es que el dolor se redujo considerablemente y la hinchazón de los pies desapareció por completo. No todo es en vano. San Mateo Xoloc, Estado de México.

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Carlos Fernández Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Rehabilitación muscular-Centro Nacional de Rehabilitación. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Terapia de mantenimiento de la función motriz, mejora de la contractura muscular, reaprendizaje de la marcha, secuencias de ejercicios y terapia ocupacional. La recuperación está condicionada por la respuesta al tratamiento. Tres veces a la semana por cuatro meses. Hasta que uno depende de una silla de ruedas se es consciente de las deficiencias y omisiones de los espacios públicos y privados para facilitar el acceso y el desplazamiento. Esto obliga a una doble dependencia: a la silla y a quien la maneja. La dependencia me frustra y me violenta. La terapia consiste en realizar ejercicios para romper los patrones de espasticidad, para estirar los músculos contracturados. Carlos, el terapeuta, y sus asistentes luchan con mi cuerpo, contra la resistencia de mis piernas y cintura a regresar a la postura natural y no les es tan sencillo. Sin embargo, la constancia hace su trabajo y, a pesar del dolor y la dificultad, logro ponerme de pie, aunque no por mucho tiempo. “Obsesión” es quizá la palabra que mejor me describe, y ahora está enfocada puntualmente en un objetivo: recuperaré cada paso perdido sin importar el tiempo que me tarde en ello. Ciudad de México.

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QFB Alejandro Hernández Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Tratamiento bioquímico. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Ingerir una dosis diaria de araquidonato gliserofosforil aminoetanol revierte los efectos de la enfermedad. Ocho meses. La explicación más completa, convincente y apasionada que he recibido de una terapia a lo largo de este proceso es la del químico farmacobiólogo Alejandro Hernández; sin embargo, no coincide en absoluto con la versión oficial de lo que dicen que es la esclerosis múltiple. Sus investigaciones lo llevaron a la conclusión de que esta enfermedad no se debe a la pérdida de la mielina por un ataque del sistema inmunológico, sino a una ruptura en la cadena de este fosfolípido, que es un aislante del impulso eléctrico en el sistema nervioso central. La sustancia que este científico produce en su laboratorio de la Universidad Autónoma Metropolitana debe administrarse diariamente para favorecer la producción de oligodendrocitos que son, precisamente, los responsables de formar la vaina de mielina. No ha vendido su descubrimiento a la industria farmacéutica por el costo que adquiriría, noble razonamiento; sin embargo, corre el trágico riesgo de perderse, como tantas aportaciones mexicanas que hoy son desconocidas. Suspendo el tratamiento porque se contrapone con otra terapia que promete resultados a corto plazo. Ciudad de México.

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Dr. Julio César Gil Franco Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Medicina integral. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. “Seis meses de tratamiento y dejarás la silla de ruedas”. Una consulta al mes por ocho meses. Coincidencias que involucran a varias personas y países se entrelazan para llegar hasta aquí. La cadena comienza con la búsqueda de una clínica alemana. Así, la ex esposa de un amigo de mi padre, que habla alemán, se comunica con el médico responsable y a la par me sugiere entrar en contacto con un médico mexicano que vive en Australia, pero que casualmente está en el país y es él quien me vincula con el doctor Gil Franco. Una historia digna de Mitchell Feigenbaum, principal artífice de la teoría del caos. Ocho meses de estricto régimen alimenticio: nada de conservadores, ningún producto artificial, carnes rojas, quesos y embutidos son eliminados de la dieta; el cigarro y el alcohol también. Un sinfín de chochos, gotas, inyecciones y más remedios ocupa por completo mi tiempo: esto quince minutos antes de comer, esto otro cinco minutos después y para esto más quitar el número que pensaste y tomar a la hora que resulte... y resulta un tratamiento agotador. Pero no todo es malo: las inyecciones de origen suizo relajan la molesta tensión muscular, sobre todo cuando el doctor las aplica directamente en los nervios a través del hueso sacro. Sin embargo, ocho meses después no me he levantado de la silla de ruedas. Ciudad de México.

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Q. Susan Martínez Morales Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Medicina hiperbárica. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Mediante esta tecnología es posible propiciar las condiciones adecuadas para coadyuvar a la recuperación de la salud. Respirar oxígeno a una presión que supera las 1.5 atmósferas facilita la hiperoxigenación de la sangre y ayuda a la regeneración del tejido dañado. Diez sesiones. Llego acompañado a la clínica en donde está la cámara hiperbárica. Pocas veces he asistido solo a los cientos de citas que se han acumulado en este proceso: me considero afortunado. Me ayudan a entrar en el pequeño espacio donde tomaré la terapia, pero, una vez dentro, me encuentro solo. Mi contacto con el exterior se limita a una pequeña ventana por donde miro cómo el mundo sigue su curso; el doctor atiende a sus pacientes. Quienes me acompañan leen un poco o ven la televisión que está en la sala de espera. Cada una de las terapias me ha dejado una enseñanza personal más allá de lo que hayan podido hacer o no por mi salud, pero ninguna como ésta para evidenciar que se vive solo sin importar lo acompañado que se esté. La vida es un proceso íntimo y personal porque nadie puede ponerse en el lugar de otro sin dejar de ser uno mismo, salvo en los instantes en que el amor y el sexo son lo mismo, cuando coinciden, cuando son uno. Xalapa, Veracruz.

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Jorge Luis Serrano Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Psicoastrología. Con el análisis de la carta astral se pretende buscar las posibles causas y orígenes de la enfermedad, así como elementos relacionados con su aparición. A partir de una interpretación personal y profunda del retorno solar 2005-2006 se podría acceder a los sucesos por venir. Una sesión. Proporciono los datos necesarios para la elaboración de mi carta astral: lugar, fecha y hora de nacimiento son suficientes para congelar la posición de los astros en una especie de fotografía estelar útil para sumergirse en las profundidades del destino, si se conocen las claves de su interpretación. Acordamos una cita para ocho días después. La lectura comienza con la descripción de mí mismo. Las aproximaciones son sorprendentes. No obstante, el futuro sólo es comprensible si se le mira una vez que ya es pasado. Las predicciones adquieren sentido cuando se han cumplido o cuando no lo han hecho. Leer el futuro es especular, aunque se tengan las herramientas adecuadas, sobre todo porque siempre existe el recurso del libre albedrío con el que construimos nuestro destino. Sólo tomo una decisión de antemano: hacer un alto en el camino y cancelar todas las terapias acumuladas. Escribo esto a un año de distancia y puedo decir que algunos presagios fueron certeros. Ciudad de México.

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Dr. Edwin Hernández Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Odontología integral. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Ciertas teorías argumentan que una de las causas probables de las enfermedades autoinmunes es el envenenamiento por metales pesados, algunos de los cuales se encuentran en la amalgama utilizada en la restauración de la dentadura. Ante la duda asisto al dentista para eliminar cualquier posibilidad de contaminación. Cinco sesiones. El consultorio de un dentista no me es extraño. Desafortunadamente, y a pesar de haber sufrido problemas dentales tantas veces, nunca me había atendido de manera integral para resolver todo de una vez por todas. Durante un viaje por Medio Oriente, en el que comenzaron los dolores de muela una vez más, me hice una promesa que no cumplí. Ante el recelo de asistir a un dentista en un país en donde se habla un idioma ajeno al mío, de costumbres diferentes y sin tener referencia alguna, prometí que si el dolor desaparecía, me atendería inmediatamente después de tocar suelo mexicano. El dolor desapareció, un deseo más que se me cumplía de forma automática como tantos otros y, sin embargo, dejé pasar casi nueve años para asistir al dentista. No hay plazo que no se cumpla y tarde, muy tarde quizá, cumplo mi promesa, pero en esta oportunidad lo hago de manera definitiva. Naucalpan, Estado de México.

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Tsikuri Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Ceremonia huichola de sanación. El daño se debe a los daños causados y los errores cometidos, causa y efecto del camino de la vida. “Caminarás”. Dos sesiones. Finalmente, después de varios intentos fallidos, me encuentro con el mara’akame. Una amiga en común ha logrado reunirnos. Los instrumentos se despliegan frente a mí: manojos de plumas atados con estambres de colores a unos carrizos y una pequeña cesta que contiene algunas piedrecitas, cuarzos quizá, pero él aclara que son sus “computadoras” con las que hará el diagnóstico y determinará el tratamiento. Lo observo mientras tanto; comienza la ceremonia haciendo pasar sus plumas sobre las piedrecitas, está absorto y cometo la imprudencia de hacerle una pregunta cualquiera. Le cuesta trabajo responder; Tsikuri ya estaba en otro espacio temporal, en otra realidad, que yo no percibía… Después de la interrupción, las plumas van y vienen de mi cuerpo a las piedrecitas repetidas veces. Coloca los carrizos sobre ciertas zonas y, a manera de popotes, absorbe algo de mi cuerpo; tose, carraspea y escupe en sus manos, juega con la saliva, la extiende, la observa, saca de ella una pequeña piedra pulida y luego otra y otra. Es el daño materializado. Tsikuri vuelve en sí y a la mañana siguiente, después de haberlo soñado, me da sus conclusiones: “caminarás, llevará tiempo, pero el camino ya está despejado”. Real de Catorce, San Luis Potosí.

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Dra. Gabriela Villanueva y Mejía Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia

La experiencia

Neurología especializada en esclerosis múltiple. Esclerosis múltiple primaria progresiva. Favorable. Se pretende detener el avance de la enfermedad, impedir la aparición de nuevos brotes y elevar la calidad de vida al disminuir la dependencia; se busca revertir los efectos y recuperar, hasta donde sea posible, las funciones físicas. Una consulta de control cada quince días y una semana de hospitalización cada dos meses, por un año. Otra vez la neurología. Acudo al consultorio con incredulidad e indiferencia. La doctora Villanueva me explica el procedimiento y se gana mi confianza. Cedo una vez más como lo he hecho desde que comenzó esta obsesiva búsqueda de la salud. Con este encuentro llega el primer tratamiento especializado y los primeros resultados concretos, aunque parciales. El tratamiento consiste en la aplicación de inmunosupresores y antiinflamatorios. Es riesgoso, tóxico para el corazón, pero decido correr el riesgo, pagar el costo. El proceso es monitoreado con exámenes de sangre constantes que determinan la dieta y la dosis de los medicamentos dependiendo de los sutiles cambios bioquímicos del organismo. El tratamiento requiere de hospitalización (una nueva experiencia para mí), y con el primer internamiento llegan los primeros y difíciles pasos, sólo unos cuantos. Poco a poco y en poco tiempo dejo la silla de ruedas y comienzo a caminar con una andadera. Un pequeño paso para la humanidad, pero un gran paso para el hombre. Caminar: recupero el significado, recupero mis pasos. Ciudad de México.

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Dagmar von Reden de Oetling Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Fisioterapia. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Recuperación de la marcha y reaprendizaje de las funciones corporales. Mantenimiento de la actividad muscular. Una vez al mes. Diario durante la hospitalización. El tratamiento integral que comanda la doctora Villanueva no descuida la rehabilitación física. Dagmar, una terapeuta alemana radicada en México, es parte del equipo de trabajo conformado selectivamente para asegurar una batalla sistemática y exhaustiva contra la enfermedad. El pequeño consultorio de Dagmar no se compara con las instalaciones del Centro Nacional de Rehabilitación; sin embargo, el trato es más personal. Mientras se realizan los ejercicios se habla, casi sin querer, de inquietudes personales, de anhelos y frustraciones; sin notarlo siquiera, las cargas se aligeran y los entusiasmos se afirman. Una visita al mes es suficiente para definir la rutina de ejercicios con la que se debe cumplir diario, aunque existe cierta flexibilidad determinada por el estado físico, así no se le exige al cuerpo más de lo debido, ni se corre el riesgo de exponerlo a una lesión. Paso a paso, literalmente, la fuerza se va recuperando y los resultados cotidianos son significativos. Ciudad de México.

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Dr. Carlos Plá Casamitjana Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Bloqueo neuromuscular con Botox. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. La aplicación de Botox con fines terapéuticos ayuda a romper patrones de espasticidad severos, permite restablecer la memoria muscular y facilita la rehabilitación física. Una sesión. Una terapia paralela, dirigida por la doctora Villanueva, definió los alcances de un tratamiento de recuperación motriz. El doctor Carlos Plá es el responsable de su aplicación. Más de treinta inyecciones en diferentes puntos de las piernas son necesarias para suministrar 400 unidades de medicamento. El manejo del Botox es delicado, ya que en grandes cantidades puede causar la muerte. Como un dato curioso, de esos que me gusta acumular sin sentido, el doctor me comenta que las unidades en las que este producto es medido son conocidas como “unidades ratón”. Y es que cada una de éstas es la dosis suficiente para matar a uno de esos animales que tienen la mala suerte de ser útiles para la investigación científica. Treinta inyecciones más. En los últimos seis años me han inyectado más veces que en toda mi vida y han sido en lugares tan diversos y traumáticos como la médula espinal y la tiroides. Un tratamiento costoso y no percibo beneficio alguno. En otros tiempos y otras circunstancias hubiera utilizado ese dinero en un largo viaje... Ciudad de México.

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Alexei Ejouzakov Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Infinito. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Recuperación paulatina del movimiento. Cuatro sesiones. Alexei llega de Rusia. Habla varios idiomas. Es un viajero incansable al que años de estudio y trabajo le han permitido desarrollar un tratamiento específico para la esclerosis múltiple a partir del conocimiento de culturas ancestrales y de la práctica de diversas técnicas de masaje. Una mezcla de shiatsu, reiki, medicina ayurveda, chi kung y más se unen apoyándose unas con otras, y se enriquecen mutuamente en la pluralidad. Alexei establece una comunicación con el cuerpo y lo deja hablar. Es éste el que va marcando el ritmo de la terapia y no el terapeuta, que se limita a “escuchar” y emplear todos sus recursos: un ejercicio de respiración, un poco de reiki quizá, suaves movimientos circulares que sin forzar los músculos liberan la tensión, aromaterapia... Al término de la sesión una profunda sensación de equilibrio interno se refleja claramente en mi forma de caminar. Comparar las diferencias entre la cultura oriental y la occidental es inevitable por su obviedad. Mientras que en la primera se aborda el espíritu y la energía, la segunda se limita a la materia, la concepción mecánica y lineal del universo. Hace falta que los nuevos conceptos de la física sean asimilados. Ciudad de México.

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Dr. Enrique López Aguilar Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Quimioterapia. A partir de la esclerosis múltiple dictaminada. Mediante este tratamiento se pueden reducir las zonas desmielinizadas y revertir, en cierta medida, los efectos de la enfermedad. Cuatro meses. He recibido terapias de todo tipo. Me he sometido a un espectro muy amplio de posibilidades curativas. Pero asistir al pediatra pudiera parecer un exceso, si no fuera porque el doctor López Aguilar, oncólogo y pediatra, ha descubierto que cierto tratamiento contra tumores cancerosos en el cerebro reduce considerablemente las lesiones en el sistema nervioso central provocadas por la esclerosis múltiple. La resonancia magnética del cráneo de un paciente muestra lo que parecen ser tumores cerebrales muy desarrollados. Se le suministra uno de los pocos medicamentos capaces de transgredir la frontera inmunológica del cerebro y el resultado es mejor de lo habitual. Al reducirse los supuestos tumores se observa que en realidad se trataba de lesiones tan severas en las placas de mielina que ocasionaron una lectura equivocada. Un accidente en el laberinto de la medicina que podría tener consecuencias favorables. No hay nada escrito. Quizá esta terapia podría dar resultados, pero no soy lo suficientemente paciente para comprobarlo. Al salir del consultorio tomo mi paleta, después de todo creo que me la merezco. Ciudad de México.

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Tirso Alvarado Terapia Diagnóstico Pronóstico

Frecuencia La experiencia

Homeopatía-recursos metafísicos. Esclerosis múltiple. Favorable. Es factible revertir ciertos efectos de la enfermedad, sin definir cuáles, hasta determinar las posibilidades metafísicas de sanación. Una sesión. El cuerpo físico está rodeado por siete cuerpos luminosos, invisibles para quien no puede o no sabe verlos; éstos son los que mira Tirso para hacer el diagnóstico. Me observa en silencio por unos minutos y confirma una esclerosis múltiple, pero percibe que los efectos pueden revertirse con homeopatía. Receta dosis precisas de Hepar sulphur, Cordón umbilical y Árnica montana por al menos cinco meses para ver resultados. Recetado el cuerpo, solicitará recursos más poderosos, en otros planos, para lo que se requiere la intervención de un médium a quien, se espera, le sean revelados los caminos a seguir en el proceso curativo y los alcances que de éste puedan esperarse. Comento que mi falta de fe se debe, en gran medida, a la pérdida de la inocencia que se va acumulando con cada uno de los intentos fallidos por recuperar la salud. Sin embargo, sigo empeñado en ello, quizá por orgullo, terquedad o, simplemente, porque aún conserve algo de fe, no lo sé. Al salir del Centro de Estudios Cabalísticos miro mi reloj, funciona, pero está retrasado una hora, el tiempo que duró la consulta. Ciudad de México.

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Hermanito Cuauhtémoc Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Sanación espiritual. Sin diagnóstico. “Veremos qué podemos hacer por ti”. Una transfusión de sangre y tres meses de tratamiento. Desde el principio de la enfermedad me hablaron de él como un potente agente de sanación, pero entrar en contacto con el Hermanito Cuauhtémoc no es nada fácil. Es como si la búsqueda fuera parte del proceso curativo. Por alguna extraña razón ahí puse todas mis expectativas y, sin embargo, en ciertos momentos, no quería encontrarlo por la terca idea de curarme a mí mismo a través de la comprensión de la enfermedad. Llegó el momento en que mi desesperación y el contacto se dieron al mismo tiempo, y se concretó el encuentro. Todo es un misterio, la entrada es vigilada y oscura. Decenas de personas esperamos turno. Al llegar el mío, paso sólo cinco minutos en una habitación en la que únicamente podía distinguirse la silueta del sanador, quien sólo pregunta mi nombre y edad. Después viene otro encuentro, el definitivo; me prescribe un cambio total de sangre, para hacerla más ligera. Me recostaron, sentí un piquete en el brazo y un líquido comenzó a fluir… unas horas de reposo y las indicaciones de un largo tratamiento. Debía tomar muchos tés, recibir masajes con aceites unos días y con alcohol otros. Un tratamiento complicado para alguien con dificultad para moverse y que vive solo. Mi padre y mis hijos, otra vez, estarían a cargo. Ciudad de México.

Dado el hermetismo que rodea a este personaje, desde el primer contacto comprendí que no me sería posible tener una fotografía de esta experiencia.

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Dr. Philippe Kraemer Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Análisis viral. Sin diagnóstico. Indeterminado. Dos consultas. A pesar de todo sigo en movimiento, me niego a tomar en cuenta las señales o la realidad evidente que me indica permanecer quieto. No sé si sea yo quien persiga al destino o sea el destino el que siempre me alcanza, pero vuelvo a Francia por tiempo indefinido y eso me permite insistir en la búsqueda de un parásito como causa de mi parálisis. Un nuevo hospital, el mismo examen de rutina. Se abre, así, un expediente más con las habituales preguntas y respuestas, pero la atención se centra en mi viaje a Medio Oriente. Es por eso que la consulta es con el doctor Kraemer, especialista en enfermedades tropicales del hospital militar de Marsella. Su trato es cordial y ameno, se muestra sinceramente interesado, hasta involucrado, se podría decir. A primera vista descarta mis sospechas y propone una serie de análisis de laboratorio y una resonancia magnética que finalmente termina con las especulaciones: no hay presencia de parásitos en la médula espinal. Sin embargo, se sorprende de los síntomas y de la evolución de la enfermedad y, sin ser especialista, aclara: considera poco probable que se trate de una esclerosis múltiple. Me canaliza entonces al servicio de neurología del mismo hospital. Un déjà vu, en todos los sentidos. Marsella, Francia.

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Dr. Christian Brosset Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia

Neurología. “No hay diagnóstico, dejen de buscar”. Indeterminado. Ocho consultas, una hospitalización para estudios y otra más, en 2009, para aplicación de cortisona.

La experiencia

El doctor Brosset coincide con la apreciación del doctor Kraemer y sugiere que los síntomas corresponden al síndrome Goujerot-Sjögren y eso sólo cambia el punto de enfoque de la enfermedad. Se programa una hospitalización en la que me realizan toda clase de estudios sanguíneos y una biopsia de las glándulas salivales. Se buscan todas las causas posibles: virus, infecciones, síndromes extraños, enfermedades genéticas y todo, absolutamente todo, resulta negativo, menos la resonancia magnética, que revela una médula afectada en su totalidad, no en placas desmielinizadas, lo que descarta también y en definitiva una esclerosis múltiple. El círculo se cierra, las serpientes del bastón de Esculapio se muerden la cola, y yo me enfrento a un callejón sin salida en este laberinto que he recorrido por diez años, frente al Minotauro invencible que quizá, en un instante de beneficencia, me esté indicando otro camino porque éste ha sido el equivocado. Una señal más para evidenciar que el ciclo ha concluido: el doctor Brosset me dice que lamenta participar de este fracaso, mismas palabras que utilizó el primer médico al negarse a ser fotografiado, pero el francés sí da la cara. Marsella, Francia.

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Epílogo pedro tzontémoc

Esclerosis múltiple, embrujado por una mujer despechada, un nervio lastimado y algunas otras sospechas, han sido los diagnósticos que se desprenden de los 52 tratamientos a los que me he sometido, hasta que la medicina oficial da su última palabra: “Dejen de buscar...” y no porque se haya determinado la causa de mi enfermedad, sino todo lo contrario: no se explican por qué mi médula espinal está afectada en su totalidad. Son ellos quienes deberían seguir buscando, los médicos han dejado de ser hombres de ciencia. Nueve años recorriendo un camino que parece cerrarse en el punto de partida. Hace nueve años no tenía idea de lo que me estaba ocurriendo; hoy, tampoco. En el proceso he sabido de extrañas enfermedades y cada día me entero de otra más. Me he documentado y he aprendido con cada una de las experiencias, pero lo cierto es que he dejado en manos de otros la solución de mis problemas de salud: médicos, chamanes, charlatanes, da lo mismo. Me he enfrentado a la soledad, me he obligado a la paciencia y he sobrevivido, no sé cómo, a la frustración. Es tiempo de dirigir la búsqueda hacia dentro de mí mismo: entender la inmovilidad como consecuencia de la somatización de algún asunto no resuelto, perdido en el laberinto de mi memoria. Podría estar equivocado, lo sé, pero todos lo han estado hasta el momento. Termino este trabajo como una referencia más de mi proceso vivencial. La fotografía, como siempre, me ha sido muy útil; sin embargo, cada día me alejo más de ella porque no tengo la libertad corporal para ejercerla. También en este sentido la realidad me exige otros caminos. Marsella, Francia, 2009.

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La causa y no el efecto pedro tzontémoc

Me dijeron “Deja de buscar” y no lo hice. Las novedades sobre esclerosis múltiple seguían llegando por decenas a mi correo electrónico. La mayoría de ellas daba cuenta de los absurdos eventos deportivos en beneficio de una enfermedad que impide precisamente hacer deporte, otras reportaban las ganancias millonarias de la industria farmacéutica, las menos hacían referencia a alguna investigación prometedora pero en fase experimental, a muchos años de ser útil para humanos o informaban de los efectos secundarios graves de algún medicamento que había sido anunciado como “la gran esperanza”, hasta que una noticia llamó mi atención porque por primera vez, desde que comenzó mi búsqueda, la teoría expuesta se centraba en la causa de la enfermedad, en combatir la causa y no sus efectos, es ahí donde está el pequeño detalle que hace la gran diferencia. Se trataba de la insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica, CCSVI por sus siglas en inglés. Su hipótesis, a grandes rasgos, plantea que la esclerosis múltiple se debe a un bloqueo en las venas que drenan el cerebro y la médula espinal provocando depósitos de hierro que activan el sistema inmunológico. El llamado “tratamiento de liberación”, una angioplastia que ha dado resultados positivos y sorprendentes en los casos practicados. Parece simple, pero en este caso el orden de los factores sí altera el resultado. Todo adquirió sentido. El rompecabezas de la enfermedad cobró forma y los resultados en algunas de las 52 piezas-terapia, interpretados desde esta otra perspectiva, fueron coherentes. Me remito a la cámara hiperbárica, que aumenta la dosis de oxigenación sanguínea en el cerebro y la médula espinal; la apiterapia, que aumenta la histamina y provoca la vasodilatación; el Lisinopril, un medicamento para controlar la hipertensión, a partir del cual se descubrió que podría haber una vinculación entre la

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esclerosis múltiple y la hormona angiotensina que controla la constricción de los vasos capilares; la humilde Aspirina, medicamento que me reduce el dolor con mayor eficiencia y que casualmente también es un vasodilatador, o el uso terapéutico de la mariguana, que también lo es. Vale decir que los neurólogos dan como efectivos estos tratamientos sin explicar su eficacia a la razón de la teoría de la autoinmunidad. Luego entonces, se entiende qué es ese algo benéfico sin determinar, al que se hace referencia en el expediente 26, a la mitad exacta del recorrido. Podría ir más lejos en esta lista e incluir hasta la transfusión metafísica que me practicó un chamán para aligerar mi sangre y, para ser justo, hay que consentir que los inmunosupresores también funcionan, es cierto, pero porque desinflaman las áreas afectadas, es decir, actúan sobre el efecto y no en la causa. Se dice que un especialista es aquel que sabe todo de casi nada. Lo cierto es que cada uno mira la realidad a través una delgada rendija y que todos han perdido la noción del todo. Hay muchos ejemplos, pero basta citar el caso reciente de una inglesa a la que se le dijo que estaba embarazada a tan sólo cuarto horas del parto. El problema fue que, ante su malestar, asistió con el especialista incorrecto, quien le diagnosticó, y la trató de una irritación severa del colon. Sin embargo, el doctor Paolo Zamboni ve más allá de su especialidad y, sin ser neurólogo o precisamente por eso, encuentra la relación entre la esclerosis múltiple y la insuficiencia venosa. Las consecuencias no se han hecho esperar, y otros especialistas han impugnado o ignorado su descubrimiento. Uno de ellos me dijo que eso no fue lo que le habían enseñado en la escuela, como si olvidara que en cierto momento enseñaban que la Tierra era plana y que era el centro del universo. Asimismo, la mayoría de las asociaciones de esclerosis en todo el mundo han cerrado los ojos en lo que se conoce como reflejo de Semmelweis que se define como “el rechazo automático de información de carácter científico sin conocimiento, estudio o verificación experimental”. Afortunadamente, la reacción activa de un gran número de pacientes y de la cadena de televisión canadiense W5 lo contrarresta de cierta manera.

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Después de 52 terapias y de un final incierto, se abre la posibilidad de asistir a otra más, una que me ofrece una causa tan obsesivamente buscada a lo largo de este proceso. Una causa que, por mínima que sea, me aleja de este sentimiento de orfandad médica que me perturbaba y, así, este recorrido parece adquirir coherencia, aunque ciertamente no ha terminado. Lo más importante de todo esto, en cuanto a mí se refiere, es que estaba en el lugar y momento correctos y acompañado de la persona correcta para entrar en contacto con los protagonistas de este descubrimiento… Marsella, Francia, 2010.




Dr. Claude Franceschi Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica. Estenosis relativa de yugulares internas. Cauteloso, debido a que éste es todavía un tratamiento en vías de investigación. Primer examen de ecografía doppler. A pesar de las expectativas y la demanda de atención que este nuevo procedimiento ha generado en el mundo entero, la espera es breve. El doctor Franceschi me abre la puerta a este tratamiento. En el primer encuentro, le comento que estoy convencido de la teoría, que creo en ella y su respuesta es concisa —”hay una diferencia entre lo que se sabe y lo que se cree”— me dice. Él sabe algo en lo que creo y en ello está la diferencia con otros tratamientos a los que no les creí del todo, aunque supiera de los fundamentos científicos en unos o intuyera el procedimiento mágico en otros. Ahora creo y entre más sé, creo aún más; mi cuerpo habla, mi razón explica. Ése es el principio de la fe, es ahí donde ciencia y magia se fusionan, donde se genera ese otro factor interior que potencializa el resultado. Otros ingredientes se suman y multiplican la confianza: el compromiso con el que los protagonistas de este método abordan la investigación, el entusiasmo prudente con el que se enfrentan a las voces en contra y sobre todo el afecto y la presencia que el doctor Franceschi me ha hecho sentir aún en la distancia. Asisto al examen rodeado de cariño. Me acompañan la mujer que me ama a pesar de todo y también mis hijos, que han venido desde México para esta cita. París, Francia.

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Dr. Paolo Zamboni Terapia Diagnóstico

Pronóstico Frecuencia La experiencia

Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica. Detección de 3 de los 5 parámetros de la CCSVI, en particular los que sugieren un patrón tipo C caracterizado por una estenosis bilateral en las yugulares. Es necesario realizar una resonancia venosa cerebral y una flebografía para determinarlo. Segundo examen de ecografía doppler. El encuentro con el doctor Zamboni sería breve y exclusivamente para tomarle unas fotografías que incluiría en este libro a raíz de la C C S V I . Así lo tenía previsto. Me quedaba claro que tendría que esperar el curso de las investigaciones y ser paciente, aún en contra de mi entusiasmo, para acceder al “tratamiento de liberación”; sin embargo, la entrevista se prolongó y salí del hospital seis horas después de haber llegado. Conversamos como pudimos: en inglés, francés, italiano, español, los idiomas se alternaban entre sí pero, a diferencia de lo sucedido en la Torre de Babel, nos comprendimos. El objetivo del viaje relámpago a Italia se vio rebasado cuando, sin imaginarlo siquiera, me realizaron un segundo examen y más aún, me ofrecieran un lugar en el próximo protocolo de investigación. Al final, muy al final de la jornada, las fotografías ya no serían lo más importante. Sonriente, desde el primer contacto visual hasta el último, el doctor Zamboni se da tiempo para todos, se involucra. El brillo en sus ojos deja ver la convicción en sus observaciones, la pasión por lo que hace, y convence sólo con su mirada; me convence, aunque ya lo estuviera de antemano. Ferrara, Italia.

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Dra. Milka Greiner Terapia Diagnóstico Pronóstico Frecuencia La experiencia

No se negó del todo, por lo que me supongo

Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica. Flebografía cerebro-espinal normal. Dado el resultado del examen, no hay motivos para realizar el “tratamiento de liberación”. Consulta previa, radiología vascular e intervención. Convencido de haber llegado al final del camino, me presento en el consultorio de la doctora Greiner con una extraña mezcla de emociones en mi equipaje: cansado de este largo viaje, sí, pero entusiasmado por el que iniciaría inmediatamente después. Tales eran mis expectativas, contenidas sin embargo, porque no había evidencia contundente que afirmara que padeciera de insuficiencia venosa. Aún así, se buscaría en todo mi sistema venoso cerebro-espinal. El día de la intervención viviría la realidad en dos tiempos: uno veloz, en el que los minutos se comprimían hasta caber por decenas a cada vuelta del segundero y el otro lento, como si se desvaneciera en la eternidad mientras perdía el sentido por el efecto de la anestesia y luego, una pequeña incisión en la femoral, un catéter viajando por las yugulares internas, las venas vertebrales, áciga e ilíacas, un catéter recorriendo el laberinto de mi sistema circulatorio… Recibo el diagnóstico sin haber despertado del todo: la insuficiencia venosa tampoco sería la causa de mi enfermedad. Mientras recuperaba la conciencia, una pregunta se me imponía como un sueño reiterativo, una y otra vez. Comparto el desconcierto con mi padre y mi mujer. Luego se diluye, pero la pregunta seguiría repitiéndose: ¿y ahora qué? París, Francia.

que fue la modestia de la doctora Greiner lo que impidió que se concretara la toma de fotografías.

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Epílogo del epílogo pedro tzontémoc

…comprender no puede significar otra cosa que percibir las conexiones entre las cosas, esto es, percibir los rasgos unitarios o los signos de afinidad presentes en la multiplicidad. Werner Heisenberg

La única certeza que se desprende de este largo recorrido es que estoy sano. Prácticamente todos mis exámenes así lo demuestran; incluso las diversas resonancias magnéticas del cerebro en las que no se encontró evidencia significativa de placas desmielinizantes. Sin embargo, mi médula espinal está afectada en su totalidad; inflamada, deshidratada o como sea que esté, los estudios no concluyen el diagnóstico y es por eso que éste ha sido intermitente. Bastaba que un médico afirmara una esclerosis múltiple para que otro lo contradijera e iniciara nuevos estudios y, al no encontrar explicación, regresara al diagnóstico inicial, a su última referencia, a lo conocido, al terreno firme. Tantas verdades contradiciéndose no son más que una gran mentira. Es cierto que la insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica o esclerosis múltiple venosa, como también se le conoce, abrió mis expectativas por el simple hecho de ofrecer una alternativa a un callejón sin salida. Incluso llegué a pensar que la cura estaba al alcance de mi mano. Saberme sano en el único examen en que hubiera preferido estar enfermo fue un duro golpe. Por fortuna, estaba bien acompañado y poco a poco la pregunta se fue transformando; ya no importaba el ahora qué, sino el por qué enfermé, o mejor aún, en qué recodo de mi laberinto interior se encuentra la fisura que dio paso a la inflamación de mi médula espinal... si la medicina no encuentra una solución hay que buscarla en otra parte. No me refiero a un problema psicosomático porque el daño orgánico es identificable, si la imagen de resonancia magnética no miente. Luego entonces, me parece que la enfermedad es la señal de algo más profundo; creo que si enfermamos es porque lo permitimos, es decir, existe un vínculo de comunicación entre la mente y el cuerpo, la enfermedad es la manifestación de ese diálogo.

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Es el enfermo mismo quien crea la enfermedad, él es la causa de su enfermedad no hay por qué buscar otra.1 Existe mucha literatura que da cuenta de ello y la experiencia personal me ha permitido vislumbrarlo. Por citar sólo un ejemplo me referiré a Le grand dictionnaire des malaises et maladies de Jacques Martel en el que se relacionan malestares y enfermedades, plenamente reconocidos en el plano físico, con desórdenes emocionales. Vale decir que me reconozco en los conceptos vinculados a la médula espinal, columna vertebral y hasta la esclerosis múltiple. Es significativo que, tiempo antes de que se me manifestara la enfermedad, haya escrito en mi cuaderno de apuntes frases como: “...no sé para dónde moverme, hacia qué punto enfocar mi energía ni para qué… no encuentro salida; estoy atrapado en un círculo vicioso e inmóvil…”, “me siento paralizado”. Había enfermado antes de enfermar. Es en este sentido que, una vez expuesto el recorrido por un laberinto tangible, se hace necesario exteriorizar la existencia de otro laberinto superpuesto, abstracto, casi imperceptible, pero tan real como el primero. Me refiero, ya no al laberinto del cuerpo sino a ese otro, al de la mente, las emociones, el alma, que se ha manifestado esporádicamente a lo largo de este camino; algunas veces con fuerza y otras tantas apenas rozando la superficie. Resulta revelador que durante todo este tiempo haya eludido sistemáticamente una terapia psicológica; esta omisión es necesariamente un indicador, de la misma manera que la sombra contiene en sí misma la existencia de la luz. Me había negado por prejuicio, por pensar que el psicoanálisis se limitaba a buscar culpables en el pasado, pero en el momento en que ambos laberintos se tocaron, un psicólogo cambió mi opinión. Joël de Martino me propuso una terapia con miras al futuro; trabajar en la meta y olvidar la causa. Esta experiencia no aparece en el libro porque la reservo para mí, forma parte del laberinto interior cuyo recorrido apenas comienzo de manera consciente. Durante estos diez años me he movido entre la cura y la locura, me he desterrado de mí mismo para ser otro y he

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crecido; soy el que era más el que soy ahora. Sí, he perdido libertad e independencia, he perdido mis pasos, pero me mantengo andando. Me permito, con cierto pudor, reproducir un fragmento de un correo que me envió la doctora Greiner: “La esclerosis múltiple es un enfermedad terrible porque degrada progresivamente al individuo en el plano físico, le resta vitalidad sin afectar sus funciones cognitivas, es decir, sin alterar el juicio y la conciencia. Es así como puede anular a una persona; acaparándola por completo. Por la misma razón, tiene el poder de activar una agresividad latente; desde una neurosis hasta una psicosis subyacentes. Raros, muy raros son aquellos quienes resisten y buscan la verdad en el fondo de ellos mismos. Entonces Pedro, le admiro; admiro su búsqueda algunas veces irracional pero siempre razonada, su resistencia y su equilibrio. La inmensidad del mundo está en nosotros”. Mi disposición para aprender y aprehender siempre ha hecho de este viaje una aventura rica en experiencias. Lo único que no le perdono la enfermedad es el dolor que ha causado a quienes amo y me aman. Marsella, Francia, 2010.

1

Georg Groddeck.




...y sin embargo se mueve. Galileo Galilei



Conclusión José Luis Trueba Lara Doy vuelta a la última página del libro de Pedro Tzontémoc y descubro que esa fotografía es perfecta: al final de sus expedientes sólo quedan sombras. Lo único que permanece es la certeza de que nadie, absolutamente nadie, sabe nada. Los médicos diagnosticaron una enfermedad cuyo origen es oscuro y cuya derrota parece imposible; los otros —los chamanes, los hueseros y los charlatanes— sólo hablaron de malas mujeres, de asuntos metafísicos o pronunciaron palabras y realizaron rituales que tampoco lograron la victoria. Al final, después de 55 estaciones, Pedro sólo tiene una exigencia precisa: “dejen de buscar”, pues él ha decidido emprender el camino que lo llevará a su mismidad, a la sombra que tendrá que descubrir para comprenderlo todo. Según algunos, el camino hacia la mismidad puede ser muy peligroso: Paul Valéry, en su Monsieur Teste, sostiene que uno debe armarse hasta los dientes para entrar en sí mismo. Sin embargo, también existe otra posibilidad: pensar que el adentro y el afuera están conectados y ambos reflejan a la misma persona. Creo que ésta podría ser la ruta precisa: los cuerpos sólo revelan las marcas y las cicatrices de las pasiones que hemos vivido. Las heridas demuestran que ellas existen y que han dejado sus huellas. Quizá por esto, las personas que no han experimentado la pasión siempre insisten en borrar las marcas de la vejez de sus cuerpos. La búsqueda de la eterna juventud revela el deseo de experimentar lo que nunca se ha experimentado y que, muy probablemente, no se podrá experimentar. La pasión duele y tatúa el cuerpo. A estas alturas no sé si la esclerosis múltiple existe o si sólo es un nombre que busca dotar de identidad a un mal cuyo origen es incierto. Pero, a pesar de esto, sí estoy seguro de que el cuerpo de Pedro muestra las marcas de sus pasiones para revelarse como una de sus fotografías: un extraño autorretrato donde él se transforma en el barquero que atraviesa las aguas para ir en busca de sí mismo, y ofrecernos el recuento de sus pasiones. José Luis Trueba estudió sociología y filosofía de la ciencia. Ha publicado cerca de 70 libros de divulgación científica, ensayo, novela y filosofía.

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Directorio

Dr. Alberto Monroy No autorizó proporcionar sus datos de ubicación.

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Dra. Isela Fernández López Holbein 217-1002 Col. del Valle, México, D.F. 5598-1692

Doña Silvia Sin datos de ubicación por cambio de domicilio.

Dr. Francisco Roberto Munguía Mirto 34 Col. Santa María la Ribera México, D.F. 5547-6339

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Dra. María Dolores Díaz y Nieto

MC Érick Estrada Lugo

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Carmen Di Chiara

Dr. Francisco Ortega

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Dr. José López Zertuche

Domicilio conocido Cardel, Veracruz.

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Ing. Götz Friederich Bothe

Ana Coudurier

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Galileo 31-201 Polanco / México, D.F. 5280-4754 anacoudurier@hotmail.com

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Rodolfo de la Rosa

Alejandra Martínez

No autorizó proporcionar sus datos de ubicación.

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Dr. Eduardo Aguilar González

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Acayucan 11 Col. Roma / México, D.F. 04455-1851-9847

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Hermana L. Montero

Alberto Margain

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Sin datos de ubicación por cambio de domicilio.

Dr. Jean Pelletier

León Rojas Alfaro

Hôpital de la Timone Pab. de Neuroscience Cliniques Science de Neurologie. Marsella, Francia.

Sin datos de ubicación por su fallecimiento.

Carlos

Dr. Carlos Díaz

No autorizó proporcionar sus datos de ubicación porque no tiene permitido hacerse publicidad por su labor espiritual.

Oriente 110 Mz. 31 Lote 60 #1885 Col. Juventino Rosas Iztacalco, México D.F.


Dr. Eduardo Briseño

Dra. Hulda Clark

Instituto Nacional de Neurología Insurgentes Sur 3877 Col. La Fama / Tlalpan, D.F. 5606-3822

www.drclark.net/esp/index.php

Dr. Genaro Juárez Silva

Doña Lourdes

Ezequiel Montes 68 Col. Tabacalera / México, D.F. 5535-3722 genarojuarez@hotmail.com

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Dra. Mari Carmen Landa

Dra. Teresa García Villarreal

Cirilo Pastrana sin número frente a servicio automotriz Peralta Xalapa, Veracruz.

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Anónimo

Carlos de la Garza

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5360-4965 cosi@erradicalo.com

Cecilia Martínez

Don Filemón Contreras Chacón

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Domicilio conocido Jalcomulco, Veracruz.

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José Becerril Gómez-don Pepe

Jorge Luis Serrano

Ixtlazin 27 San Mateo Xoloc Tepotzotlán, Estado de México. 5896-0577

5355-0259 04455-5406-5626 albedo034@yahoo.com

Carlos Fernández

Dr. Edwin Hernández

Centro Nacional de Reahabilitación Av. México-Xochimilco 289. Tlalpan, D.F. 5999-1000

Herramientas de México 10 Col. Vistahermosa Tlalnepantla, Estado de México. 5362-2816

QFB Alejandro Hernández

Tsikuri

Ermita-Iztapalapa 216 México, D.F. 5539-2864

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Dr. Julio César Gil Franco

Dra. Gabriela Villanueva

Rincón de las Rosas 45 Bosque Residencial del Sur México, D.F. 5675-3857

Camino a Santa Teresa # 1055-605 Col. Héroes de Padierna México, D.F. 04455-5172-3364

Q. Susan Martínez Morales

Dagmar von Reden de Oetling

Clínica Médica Papillon Av. Fernando Gtz. Barrios 125 Luz del Barrio. Xalapa, Veracruz. (228) 8-401-896

Sonora 24 Col. Héroes de Padierna México, D.F. / 04455-5435-7093 oetling@prodigy.net.mx


Dr. Carlos Plá Casamitjana

Dr. Philippe Kraemer

José María Rico 326 Col. del Valle México, D.F. 5524-7443

Hôpital Laveran Marsella, Francia.

Alexei Ejouzakov

Dr. Christian Brosset

alexciejouzakov@mail.ru

Chef de service-Neurologie Hôpital Laveran Marsella, Francia.

Dr. Enrique López Aguilar

Dr. Claude Franceschi

Heriberto Frías 824 Col. del Valle México, D.F. 5523-5499

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Tirso Alvarado

Dr. Paolo Zamboni

Río Ganges 37 Col. Cuauhtémoc México, D.F. 5514-4626

www.fondazionehilarescere. org/eng/index.html

Hermanito Cuauhtémoc

Dra. Milka Greiner

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Índice

Dr. Francisco Ortega Quiropráctica

49

Rashna Imhasly Constelaciones familiares

51

Dr. José López Zertuche Simpatología

53

Presentación Introducción Advertencia

7 19 23

Ana Coudurier Regresión a vidas pasadas

55 57

Expedientes 1999-2009 Dr. Alberto Monroy Osteopatía integral

Rodolfo de la Rosa Poder de la oración profunda

27

Dr. Eduardo Aguilar González Medicina integral-homeopatía

59

Francisco Javier Díaz Vital Alineación de nervios (masaje linfático)

29

Hermana L. Montero Operación astral

61

Dra. Isela Fernández López Electroacupuntura

31

Dr. Jean Pelletier Neurología-análisis viral

63

Doña Silvia Limpia

33

Carlos Sanación católica

65

Dr. Francisco Roberto Munguía Urinoterapia

35

Alejandra Martínez Biomagnetismo-magnetoterapia

67

Dra. María Dolores Díaz y Nieto Medicina general alternativa

37

Ing. Víctor Vargas Isomerismo inducido-fototerapia

69

Carmen di Chiara Lectura de café

39

Alberto Margain Masaje energético

71

Dr. Arturo Violante Villanueva Instituto Nacional de Neurología

41

León Rojas Alfaro Masajista-huesero

73

Soledad Huesca García-doña Chole Limpia chamánica

43

Dr. Carlos Díaz Apiterapia

75

Ing. Götz Friederich Bothe Rehabilitación neuromuscular Cu-Al

45

Dr. Eduardo Briseño Neurología

77

MC Érick Estrada Lugo Salud natural

47

Dr. Genaro Juárez Silva Rehabilitación muscular

79


Dra. Mari Carmen Landa Videncia

81

Dra. Gabriela Villanueva y Mejía Neurología especializada en esclerosis múltiple

113

Anónimo Limpia espiritista

83

Dagmar von Reden de Oetling Fisioterapia

115

Cecilia Martínez Curación a distancia-cristaloterapia

85

Dr. Carlos Plá Casamitjana Bloqueo neuromuscular con Botox

117

Dra. Hulda Clark Frecuencia eléctrica

87

Alexei Ejouzakov Infinito

119

Doña Lourdes Limpia

89

Dr. Enrique López Aguilar Quimioterapia

121

Dra. Teresa García Villarreal Medicina ortomolecular

91

Tirso Alvarado Homeopatía-recursos metafísicos

123

Carlos de la Garza Desintoxicación celular

93

Hermanito Cuauhtémoc Sanación espiritual

125

Don Filemón Contreras Chacón Curandero tradicional

95

Dr. Philippe Kraemer Análisis viral

127

José Becerril Gómez-don Pepe Medicina espiritual

97

Dr. Christian Brosset Neurología

129

Carlos Fernández Centro Nacional de Rehabilitación

99

Epílogo

130

Expedientes 2010 La causa y no el efecto

135

QFB Alejandro Hernández Tratamiento bioquímico

101

Dr. Julio César Gil Franco Medicina integral

103

Dr. Claude Franceschi Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica

139

Q. Susan Martínez Morales Medicina hiperbárica

105

Dr. Paolo Zamboni Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica

141

Jorge Luis Serrano Psicoastrología

107

Dra. Milka Greiner Insuficiencia venosa cerebro-espinal crónica

143

Dr. Edwin Hernández Odontología integral

109

Tsikuri Ceremonia huichola de sanación

111

Epílogo del epílogo Conclusión Directorio

145 151 152


locuralocúralocura,

se terminó de imprimir y encuadernar en diciembre de 2010 en los talleres de Grupo Fogra, S.A. de C.V. Mártires de Tacubaya 62, Col. Tacubaya, 11870, México, D.F.


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En su largo periplo por los consultorios y sitios de curación que abarca la medicina hospitalaria, lo mejor y lo peor de ella, por representantes genuinos de tradiciones curativas y por varios representantes del movimiento New Age, Pedro Tzontémoc ha encontrado, indistintamente, fuentes de frustración, de enfado, de hilaridad, de consuelo y de ayuda. Este libro resulta un catálogo que, independientemente de su calidad fotográfica cada vez más depurada y penetrante, nos coloca ante una realidad verdaderamente extraña, plagada de personas, ideas, objetos y prácticas diversas e inusitadas. Ante nuestra vista, la actitud de Pedro se va trocando de la esperanza y la búsqueda de soluciones a la acumulación de experiencias en las que domina un tono escalofriante de objetividad y distancia: éstos son los tratantes, éstas son sus ideas, éstos son sus instrumentos y éste, el que no se dice ni se nombra, pero que está plasmado como un fino polvo de oro entre las páginas, éste es el sufrimiento.

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